Lección 12 para el 23 de junio de 2018

Babilonia la grande, y la triple alianza del dragón, la bestia y el falso profeta, serán al fin destruidos.

Para evitar ser destruidos con ellos y ser capaces de alistarnos en el bando correcto, es importante saber cómo se desarrollará el último conflicto: el Armagedón.

BABILONIA:

Significado de Babilonia.

La caída de Babilonia.

ARMAGEDÓN:

Significado de Armagedón.

Los dos montes.

El fin del conflicto.

«Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites» (Apocalipsis 18:3)

En la época de Juan, Babilonia era una ciudad destruida y perdida, cuya ubicación exacta había caído ya en el olvido.

Por lo tanto, hemos de entender que su referencia aquí es espiritual. Mientras que Jerusalén (la ciudad de Dios) representa a los que adoran correctamente a Dios, Babilonia [confusión] representa un sistema de adoración caótico y corrupto.

Lamentablemente, «todas las naciones» adoran al estilo de Babilonia (Apocalipsis 18:3).

«Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible» (Apocalipsis 18:2)

Cuando la corrupción de todos los sistemas religiosos haya llegado a su colmo, el Espíritu Santo descenderá con poder sobre el remanente para hacer un llamado especial a los fieles adoradores que aún permanecen, por ignorancia, en «Babilonia» (Apocalipsis 8:1-5).

La ciudad literal de Babilonia cayó cuando fue tomada por Ciro, el cual hizo secar las aguas del río Éufrates.

De igual manera, la Babilonia espiritual caerá definitivamente cuando, en sentido espiritual, las aguas del Éufrates se sequen durante la sexta plaga (Apocalipsis 16:12). Este acto dará paso a la última batalla: el Armagedón.

«Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón» (Apocalipsis 16:16)

Har-Mageddon: Monte de Meguidó.

¿Es un lugar real o simbólico?

No existe ningún monte con ese nombre. El dragón, la bestia, el falso profeta, las ranas…

todo esto es simbólico en la 6ª plaga. En la actualidad, es totalmente innecesario que el

Éufrates se seque para que un ejército ataque cualquier lugar de Palestina.

Armagedón es el punto culminante de una batalla espiritual por la verdadera adoración. Una batalla del gran conflicto entre Cristo y Satanás. Por ello, se nos advierte que guardemos nuestras ropas, lavadas en la sangre de Jesús, ante la eminencia de la Segunda Venida (Apocalipsis 7:14; 16:15).

«Elías se presentó ante el pueblo y dijo: —¿Hasta cuándo vais a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el SEÑOR, debéis seguirlo; pero si es Baal, seguidle a él. El pueblo no dijo una sola palabra» (1 Reyes 18:21 NVI)

MONTE CARMELO

• Por Dios: Elías

• Por Satanás: Sacerdotes de Baal y Aserá

• Los falsos adoradores no pueden hacer fuego

• Jehová es adorado

ARMAGEDÓN

• Por Dios: 144.000

• Por Satanás: falsa trinidad [Babilonia]

• Los falsos adoradores hacen descender fuego

• La bestia es adorada

Como en Carmelo, el pueblo adora y sigue hoy a dioses falsos. Al igual que entonces, Dios tiene a sus testigos. Esta vez parece que los papeles se invierten y es el pueblo de Dios el perseguido.

Lo importante sigue siendo: ¿a quién adorarás tú?

«Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las

naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios,

para darle el cáliz del vino del ardor de su ira» (Apocalipsis 16:19)

En Armagedón se decide el destino de Babilonia.

Aquellos que han decidido adorar a la bestia y a su imagen, aceptando un falso día de reposo, serán destruidos «con el resplandor de su venida» (2Ts. 2:8).

Los que, como Elías, nos mantengamos fieles a Dios en el conflicto final, iremos con Jesús en su Segunda Venida (1Ts. 4:17).

En esta batalla no hay personas neutrales: «El que no está de mi parte, está contra mí» (Lucas 11:23).

«Tendrá lugar la batalla del Armagedón, y ese

día no debe encontrar a ninguno de nosotros

durmiendo. Debiéramos estar completamente

despiertos, como vírgenes prudentes que

tenemos aceite en nuestras vasijas y en

nuestras lámparas. El poder del Espíritu

Santo debe estar sobre nosotros, y el Capitán

de las huestes del Señor estará a la cabeza de

los ángeles del cielo para dirigir la batalla»

E.G.W. (Mensajes selectos, tomo 3, pg. 487)