Algunas notas para la presentación de Visión

de paralaje de Slavoj zizek

Marcos Mondoñedo Universidad Nacional Mayor de San Marcos

o Introducción: agradezco posibilidad a organizadores de esta presentación de comentar este libro de gran importancia en el pensamiento occidental. Es como si nos reuniéramos para discutir uno de los textos de Nietzsche o de alguno de los filósofos importantes de occidente.

o También quiero agradecer al Dr. Santiago López Maguiña quien tal vez sea el que introdujo a Zizek, a finales de los 80 o principios de los años 90, a la universidad en el Perú y en San Marcos, y específicamente en la escuela de Literatura. Gonzalo Portocarrero de la Facultad de Sociales de la PUCP fue convidado a estas lecturas por Santiago López también, es sabido que este notable sociólogo ha desarrollado una labor de lectura muy intensa de los textos de Zizek y luego es conocido que algunos psicoanalistas de la IPA lo toman en cuenta.

o Pero cuál es la importancia de este libro. Tiene uno fundamental: volver a pensar actualizar para la filosofía, la política y la universidad en general, lo que Freud denomina lo Siniestro. Más precisamente, en términos lacanianos, el pensamiento de la Otra Cosa. Esta dimensión que Zizek denomina “brecha protoontológica” o “vacío preontológico”.

o Por qué decimos “repensar” y por qué tomar en cuenta esta dimensión de relieves intersticiales.

o Esta actualización de la Otra Cosa en el pensamiento occidental cobra un cariz polémico. Quisiera delimitar los relieves de este procedimiento contra el fondo de las neurociencias y de lo que ellas configuran para la subjetividad. Y es que el tema de la subjetividad está siendo paulatinamente asumido desde una perspectiva que hace de ella un aditamento de la biología, lo que la diluye dentro de la supuesta plenitud de lo sensible.

o Basta con citar un ejemplo de este deslizamiento. Tiene todo el prestigio de lo científico y es lo que creo que podríamos llamar sin demasiado riesgo: el giro

frenológico de la neurofisiología. Antonio Damasio en su celebre libro El error de Descartes. Sostiene que los frenólogos del siglo XVIII tales como Franz Joseph Gall planteaban sin eufemismos que “el cerebro era el órgano del espíritu”. Damasio sostiene que Gall intuyo “correctamente que el cerebro constaba de partes distintas, especializadas en funciones discretas. Intuición formidable, confirmada en nuestro tiempo” (34).

o No podemos extendernos en esto, pero creo que resulta claro que, implícitamente, la neurobiología asume –y confirma con todo el andamiaje que la modernización tecnológica permite– esta hipótesis de base: el cerebro es el órgano del espíritu. Una cita más para el caso. Hablando de la memoria de imágenes, Damasio sostiene lo siguiente: “Sospecho que las imágenes mentales evocadas explícitas surgen de la activación transitoria y sincrónica de patrones neurales de descarga, principalmente en las mismas capas sensoriales primarias donde ocurrieron en su momento los patrones de activación correspondientes a representaciones preceptúales” (122). En otras palabras las imágenes recordadas tienen una localidad mental específica.

o Este énfasis en la naturaleza orgánica de las actividades imaginativas, y también morales e incluso estéticas es, en realidad, un desplazamiento de la psique a la mente. Este desplazamiento supone una continuidad entre lo orgánico y lo intelectivo, como diría un semiótico contemporáneo, una continuidad entre soma y sema.

o Esta continuidad implica además el desvanecimiento o el simple desinterés de aquella zona puramente negativa de la diferencialidad entre uno y otro.

o Sin esta zona puramente negativa lo que parece posible es la conexión de cualquier entidad de distinta naturaleza sin que su naturaleza diferenciada sea pertinente. En filosofía existe un término para esta deriva, para esta conectividad infinita; es lo que Deleuze y Guatari denominan rizoma.

o Sin tiempo para desarrollar este concepto solo diré que el rizoma es la noción que permite pensar sin jerarquías los engarces más inopinados, las alianzas más desproporcionadas; se trata de una deriva metonímica sin posibilidad de que se detenga. Es lo más parecido en filosofía al delirio psicótico.

o Por el contrario, pensar en esta brecha preontológica, en este vacío de pura negatividad, que es lo que hace Slavoj Zizek en Visión de paralaje, es correlativo de

un abordaje de la subjetividad en los términos de deseo, pero también en los términos de lazo social.

o En este sentido, el propósito del libro es desarrollar el concepto de paralaje y aplicar desde ese imposible punto de vista una mirada a la filosofía, la política y la ciencia.

o La paralaje es “[…] el aparente desplazamiento de un objeto (su deslizamiento de posición sobre un contexto) causado por un cambio en la posición de observación que brinda una nueva línea de visión. El giro filosófico que debe agregarse, por supuesto, es que la diferencia observada no es simplemente “subjetiva”, debido al hecho de que el mismo objeto que existe “allí afuera” es visto desde dos lugares o puntos de vista diferentes. Es más bien, como habría tenido que formularlo Hegel, que sujeto y objeto están inherentemente “mediados”, de modo que un desplazamiento “epistemológico” en el punto de vista del sujeto refleja siempre un desplazamiento “ontológico” en el objeto mismo (Zizek, Slavoj. Visión de paralaje; pp. 25 – 26).

o Desde otro “punto de vista”, podemos configurar la paralaje como aquella instancia que nunca resulta representada siendo que, paradójicamente, es la condición de posibilidad de toda representación.

o Pensemos en una mínima secuencia cinematográfica en la que primero vemos el rostro de una bella mujer mirando el vacío, luego la toma panorámica de una calle solitaria y, a continuación, otra vez el rostro de la mujer. Lo que nunca aparece en esta secuencia y permite el discurrir cinematográfico elemental propuesto es la brecha inaccesible entre el rostro de la mujer y la calle solitaria. Este cambio imposible de inscribir hace factible, por ejemplo, que podamos deducir que la bella mujer mira la calle y, a partir de esto, abducir o interpretar que posiblemente espera a alguien.

o Pero el carácter fundamental de la paralaje no sólo radica en las posibilidades que abre a la significación, si no existiera esta brecha inaccesible un plano y otro se verían físicamente superpuestos, todo discurrir resultaría imposible y en su lugar habría bloques profundamente opacos de inaccesible significación

o [De este modo, podemos proponer la hipótesis según la cual, y en general, la diferencia entre lo orgánico y lo inorgánico se establece por la presencia o ausencia de la paralaje imposible].

o Este concepto, paralaje, es correlativo de lo que en el psicoanálisis lacaniano se denomina lo real. Lo Real es uno e los tres registros que Jacques Lacan propuso, a modo de orientación para repensar la obra freudiana y la psique en general.

o Para definir lo real –cosa paradójica, porque lo real no se alcanza por la vía de la definición–, Lacan empleó tres aforismos: el primero dice que lo real es aquello que siempre retorna a su lugar, el segundo sostiene que lo real es lo imposible, y el tercero vincula lo real con el goce.

o En el ejemplo propuesto, lo real se articula desde la segunda sentencia, lo real como imposible, como aquello que “no cesa de no inscribirse”, es decir como lo que constantemente se está evitando.

o Sin embargo, la paralaje no es idéntica a lo Real lacaniano. La paralaje es una categoría que abarca este registro y otras series completas de configuraciones teóricas, la física cuántica en la dualidad de la partícula de onda, la neurobiología y la diferencia ontológica. Sostiene Zizek que también se debe afirmar el estatuto de paralaje de la filosofía (Cf. pp. 16 – 17).

o Es por esto que el objetivo de este libro, tal como lo declara su autor, es proponer visiones de paralaje en el campo filosófico, en el científico y en el de la política.

o Y lo hara con un estilo que podríamos llamar seductor-impositivo: no solo trata de convencer con minuciosos argumentaciones para avalar sus hipótesis, sino que realiza afirmaciones como “El error sería entender…” o “desde una perspectiva ingenua este concepto…”, “No vayamos a caer en la trampa de creer…”. De este modo, lo que proviene del sentido común queda devaluado con un simple procedimiento retórico asumido que en la mayoría de los casos pasa desapercibido.

o Concomitantemente pronuncia cada cierto tiempo lo que podríamos denominar “enunciados de aliento”, se trata de giros de estilo que apuntan a sostener las nociones o categorías o interpretaciones que pretende demostrar apuntalar. Se trata de giros semejantes a: “debemos trascender esta explicación y…”, “en este punto tenemos que dar un paso más en la comprensión de…”, “no basta con esta afirmación sino…”, etc. Estas marcas retóricas nos permiten sostener que Zizek procede hegelianamente en su redacción, nos acompaña y guía por todos los momentos de la elaboración de un argumento, del mismo modo en que Hegel nos hace atravesar y experimentar por las diversas instancias de la fenomenología del Espíritu. En este sentido Zizek, elabora una idea desde sus formulaciones más ingenuas o más trilladas hasta las más elaboradas, sorprendentes o paradójicas.

o Zizek elabora sus argumentaciones de una manera que podríamos llamar pulsional. Desde una perspectiva lacaniana, la pulsión tiene como propósito girar en torno a un objeto: otros libros suyos han tratado ya estos temas, incluso los mismos ejemplos son tocados aquí, pero de lo que se trata es de configurar lo real como algo paradójicamente accesible.

o Ahora bien, si Hegel es en definitiva gravitante en su argumentación esta preeminencia no sólo se establece en el nivel de la retórica sino que también en el de las ideas. –Podemos acotar de pasada que un punto culminante de este libro es la explicación del Espíritu absoluto como realizándose en un proceso de desustancialización.

o No obstante la presencia fundamental de este libro es, evidentemente la del pensamiento de Jacques Lacan. Los conceptos lacanianos cobran aquí, como en todos sus libros, un sentido que trascienden la dimensión exclusivamente clínica.

o En este sentido, Zizek introduce de una manera definitiva el psicoanálisis dentro del discurso universitario y de este modo continúa una de las diversas actividades de Lacan en pro del psicoanálisis. También podemos observar en el propio psicoanalista francés este intento, del que luego desistió, por articular el discurso analítico dentro de la universidad; y esto desde sus primeros momentos de enseñanza, con sus comentarios respecto de Hegel precisamente. Este diálogo con la filosofía podemos observarlo en “La subversión el sujeto” que pertenece a los Escritos.

o Los conceptos lacanianos esgrimidos por Zizek son empleados coordenadas teóricas de explicación de fenómenos de interés fundamentalmente políticos. No obstante, estos conceptos son asumidos por Zizek en una polémica con los propios analistas. Él, sin ser analista, entra por ejemplo en debate con personalidades muy importantes del mundo psicoanalítico, por ejemplo con Jacques-Alain Miller, esta figura central de la AMP.

o Quisiera citar el caso de la polémica que se establece en torno del concepto de objeto a.