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¡Qué continúe el desfile de los agradecidos! - · PDF fileCuando al fin se alejó de la isla, ... sangre y el sudor de los miles de cu-banos que combatieron junto a ellos o que

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5diciembre 2016 viernes 30

opinión

leidys maría labrador herrera

Nuestros motivos

Retos, metas, logros, son palabras que nunca faltan cuando estamos en medio de ese tránsito temporal que implica la despedida de un

año y la bienvenida del otro. Sopesar lo vivido en relación a lo que nos queda por vivir, es un proceso que entraña profundas reflexiones y sobre todo, vi-siones críticas para crecer como perso-nas, como pueblo, como nación.

El 2016 es uno de esos años destina-dos a pasar a la historia, de los que se van con muchas fechas marcadas en su calendario, de los que dejan igual número de huellas en el corazón de la gente. Victorias aplastantes de nues-tra dignidad sobre la injusticia, ejem-plos de la fortaleza inquebrantable de nuestro pueblo, dolor indescriptible y fe en el futuro pudieran, bastarían para definir este periodo vivido, pero el recuento es saludable, y nada mejor para caminar hacia un mañana.

Le tocó a abril ser testigo de un mo-mento crucial para trazar los rumbos

de nuestra sociedad: el 7mo. Congreso del partido Comunista de Cuba. Baste decir que desde allí se presentó al pueblo la Conceptualización del Mo-delo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, y el plan nacio-nal de Desarrollo Económico hasta el 2030, para entender la relevancia del cónclave en pos de la sostenibilidad de nuestro sistema.

octubre campeó por su respeto en este año. Durante la noche del martes 4, la naturaleza bajo el seudónimo de Matthew y con forma de huracán, des-cargó su fuerza sobre el extremo más oriental de nuestro país. Cuando al fin se alejó de la isla, millones de ojos humedecidos observaban el destrozo y algunos apenas podían creerlo. pero tras el primer meteoro se desató otro aún mayor, uno llamado solidaridad, en el que los cubanos somos meteoró-logos expertos y ese, vuelve a poner en su lugar lo que levantaron los vientos. pero octubre no estaba conforme, quería aún más, y el día 26 nos com-pensaría con creces luego del desastre.

ni siquiera los detractores de esta patria dudan que lo sucedido en la organización de naciones Unidas, en apoyo a la resolución cubana contra el

bloqueo, pueda calificarse de histó-rico. La abstención imperialista fue la concreción del reconocimiento público, hecho con anterioridad por el presidente obama, de que esa política había provocado, no el aislamiento de Cuba, sino el de su propia nación.

Sin embargo, tras ese nuevo paso, fruto del progresivo restablecimien-to de relaciones entre ambos países, estuvo el batallar incansable del pueblo. De una isla que se volvió un «avispero», y que mostró al mundo los daños del bloqueo y la capacidad de los cubanos para salir adelante. por eso, la de la onu, fue una victoria de todos.

Como estos pudiéramos citar otros acontecimientos, enmarcados en algún sitio entre los 12 meses que se alejan. pero si alguien me pidiera nombrar este año, utilizar una pala-bra que resuma lo que ha sido para los cubanos, yo sin titubear diría, Fidel. Este 2016, es el año de Fidel.

Quién no vibró de patriotismo al escucharlo en la clausura del 7mo. Congreso, donde todos los revolucio-narios decidieron en silencio seguir en marcha indetenible como Martí, Ma-ceo y Gómez. Cuánta alegría desbordó nuestro pueblo en su 90 cumpleaños,

cuando le vimos aparecer entre aplau-sos en aquel tierno homenaje que le regaló La Colmenita. ¿Qué corazón puro no se estremeció de dolor en la noche del 25 de noviembre, cuando la noticia de su paso a la eternidad nos sorprendió a todos? Entonces volvi-mos a marchar con él, nos unimos al eterno joven rebelde en otra Caravana de la Libertad, que atravesó la isla para retornar a la heroica Santiago de Cuba.

Un nuevo aniversario de la Revo-lución nos espera, de esta obra social que magistralmente definió Fidel, de esta epopeya que hace mucho dejó de ser de Cuba para ser del mundo. Decimos adiós al 2016 y recibimos a su sucesor de brazos abiertos, porque tenemos sobradas razones para cons-truir futuro, para mantener en pie esta Cuba, la que queremos para nuestros hijos, y los hijos de sus hijos… porque a pesar de la incertidumbre en que vive la humanidad, a pesar de las en-carnizadas luchas por ocupar las sillas del poder en los imperios del planeta, nosotros, seguimos de pie, nuestra unidad no se ha resquebrajado y esos son motivos, más que suficientes, para decirle al 2017: ¡Bienvenido!

¡Qué continúe el desfile de los agradecidos!elson concepción pérez

La patria toda está llena de agradecidos. Así ocurre con el niño que allá, en lo alto de la montaña, en ese lugar que se identifica como plan

Turquino, salvó su vida gracias a la medicina, que por ideas de Fidel llegó hasta allí, al mismo sitio donde antes de 1959, no había ni médico, ni enfermera, ni consultorio y mucho menos hospital.

La historia anterior al triunfo re-volucionario lo recoge en fotos. Los muertos cargados en parihuelas para ser enterrados en el llano, donde había algún cementerio. o los enfermos que, a pesar de su gravedad, solo podían ser llevados hasta el pueblo de la misma forma o a caballo o mulos y luego la distancia y el tiempo de recorrido quizá no permitían que llegaran con vida.

Ahora acompañan la Revolución, los agradecidos del campo cubano; los que tuvieron como primera medi-da protectora la reforma agraria; los que recibieron tierras y créditos. Los que tuvieron acceso a la escuela y a la medicina, beneficios ambos llevados hasta la más apartada comunidad.

Agradecido es el obrero, el traba-jador que desempeña un oficio, el técnico y el profesional. Muchos de ellos solo conocen por la historia que en esta patria había altas cifras de desempleados, de hambrientos o mal alimentados; de enfermos que no tenían adónde acudir por falta del dinero para pagar su atención.

Agradecida es la mujer cubana. La joven que tiene garantizados sus es-tudios gratuitos hasta la Universidad. La que hoy viste de médico, enfermera,

ingeniera, diseñadora, operaria de las más complejas tecnologías. La que se sabe parte del programa que se desarrolla con el turismo, con la biotecnología, la ingeniería genética y demás ramas del saber que nos hacen hoy un país de ciencias por el que siempre apostó Fidel.

Agradecidos —y mucho— los jó-venes que portan los estandartes de la patria, los que se saben parte del proceso y se preparan cada día para conducirlo en lo adelante.

Qué decir de ese joven soldado u oficial que guía un tanque no para provocar guerras sino para luchar por la paz. El artillero que aprendió a combatir a la par con sus estudios. El oficial, coronel o general que ha obte-nido sus merecidos grados aportando y combatiendo en la nueva batalla: la garantía de la paz.

Los agradecidos de este mundo, los que en este fin de año alumbran sus al-tares o alzan sus copas para brindar por Fidel, tienen por delante el compromi-so con el Comandante de hacer de cada día, cada hora y cada minuto de sus vi-das, un momento de acción para llevar hasta rumbo seguro esta gran obra, con sus logros y reveses, como toda obra realizada por seres humanos.

Junto a los millones de aquí, de la patria, están otros muchos millones que en todos los rincones del mundo acompañan a la Revolución Cubana.

Cabalgan agradecidos junto a Fidel los africanos, ya fuese por haber sido liberados del yugo del apartheid cuando el racismo se había instalado en Sudáfrica, o los que hoy son in-dependientes en Angola, namibia y otros países de esa región gracias a la

sangre y el sudor de los miles de cu-banos que combatieron junto a ellos o que levantan el futuro, compartien-do planes, salvando vidas, enseñando en escuelas.

Ya como jinetes en sus corceles o des-pojados de sus riendas en medio de un auge neoliberal, también cabalgan los pueblos de América Latina y el Caribe. Allí alzan sus brazos los que salvaron sus ojos gracias a una operación Mi-lagro creada por Fidel. o los que han vuelto a la vida con la atención de miles de médicos, especialistas, enfermeras y técnicos cubanos llegados hasta los más inhóspitos y remotos lugares de esta región, en muchos casos donde nunca antes se conoció un médico y mucho menos un hospital.

Los que ahora en Bolivia, Venezue-la, Haití y otros muchos países han aprendido a leer y escribir gracias al

genio de Fidel cuando creó el pro-grama Yo, sí puedo, son agradecidos de este mundo, de esos que han comenzado a andar por la vida no como ciegos de mente y conciencias, sino como personas de bien que en muchos casos han seguido sus estu-dios y hoy son técnicos, profesionales universitarios, maestros.

De esa forma, en cualquier lugar que nos encontremos, los agradeci-dos sabremos continuar la marcha junto al corcel del Comandante.

no importa que físicamente no lo veamos con las bridas en sus manos. Lo real es que con ellas conduce hacia la victoria, no solo de la Cuba que tenemos, sino también de la gran América por la que tanto luchó.

La orden está dada, la dio Fidel. Que continúe el desfile de los agrade-cidos que lo acompañan.

Foto: AnAbel díAz menA

Leidys María Labrador

Decimos adiós al 2016 y recibimos a su sucesor de brazos abiertos, porque tenemos sobradas razones para construir futuro.

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Decimos adiós al 2016 y recibimos a su sucesor de brazos abiertos, porque tenemos sobradas razones para construir futuro.

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