Qué Leer y en Qué Momento

  • Upload
    odiseo3

  • View
    218

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    1/8

    QU LEER Y EN QU MOMENTO1

    Pedro C. CerrilloSantiago Yubero

    Universidad de Castilla-La Mancha

    Histricamente, se ha considerado, de forma prcticamente unnime, que la lectura es el fenmeno cul-tural bsico; en la actualidad, esta afirmacin debe analizarse relacionndola con el progresivo auge de losmedios de comunicacin audiovisuales, sin que ello suponga la ms pequea merma en su significado. El pro-

    blema se plantea siempre en el momento en que indagamos sobre los ndices actuales de lectura; quiz, y al res-pecto, baste con decir que la Unesco hace tiempo que ha llamado la atencin, proponiendo como objetivo prio-ritario de estos aos en que estamos y de los prximos, la elevacin notoria de los niveles lectores que, todavay por desgracia, siguen siendo bajos, salvo algunas excepciones.

    Recientemente, Hiplito Escolar2 ha afirmado, respecto a Espaa, que las causas de que no haya muchoslectores de libros se pueden explicar por razones sociales, histricas y econmicas, refirindose concretamentea la orientacin de la produccin y el comercio editoriales hacia la cultura superior, lo que ha generado un debi-litamiento del sector. Pero considera que hay ms motivos, como el lento desarrollo de la enseanza o la faltade buenas bibliotecas pblicas, fenmenos que han sido constantes durante siglos en nuestra historia.

    Slo en las ltimas dcadas del siglo XX la industria editorial ha experimentado un gran desarrollo, que

    la ha convertido en una de las primeras del mundo; pero como no se haban desarrollado previamente la

    enseanza y las bibliotecas, la consecuencia fue un crecimiento grande del nmero de compradores delibros, sin que fuera paralelo el de lectores.3

    Efectivamente, la extensin de la prctica lectora est directamente relacionada con el desarrollo de la edu-cacin; en Espaa, la enseanza, durante muchsimo tiempo, estuvo en manos de la Iglesia, as como de algu-nos ayos o preceptores, aunque en este segundo caso a ttulo individual; la razn de ello fue que ningn otroestamento social o institucin pblica pudo (o quiso) relacionarse con ella. Fue a principios del siglo XIX cuan-do un acuerdo de las Cortes de Cdiz propici que se crearan escuelas "de primeras letras" en todos los pueblosespaoles, escuelas que dependeran directamente del gobierno del estado. Pese a todo, a fines del propio sigloXIX, casi un 70% de la poblacin espaola segua siendo analfabeta.

    Slo ya en el siglo XX muy recientemente todava, en el momento en que se ha llegado a la escolariza-

    cin obligatoria (primero hasta los diez aos, luego hasta los catorce), es cuando la tasa de analfabetismo habajado tanto que Espaa ha pasado a ser un pas con el analfabetismo prcticamente erradicado4. No obstante,lo que debe preocuparnos es la elevada cifra unos 10 millones de analfabetos funcionales:

    Los que, habiendo aprendido a leer y escribir y teniendo incluso el certificado escolar, son incapaces de

    servirse de la escritura y de la lectura en las relaciones sociales ordinarias.5

    1 Este trabajo apareci publicado en CERRILLO, Pedro C. y GARCA PADRINO, Jaime:Hbitos lectores y animacin a la lectura. Cuenca. Ediciones

    de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1996.2 Cfr. "El libro y la lectura en Espaa", enLa lengua espaola, hoy. Madrid. Fundacin Juan March, 1995, pp. 213 a 223.3 ESCOLAR, H.: Ob. cit.,p. 215.4 En Espaa, el nmero actual de analfabetos (entre la poblacin mayor de 15 aos) se cifra en torno al 1.300.000, lo que supone un 3,3%, aproximada-

    mente, sobre el total de la poblacin.5

    ESCOLAR, H.: Ob. cit.,p. 218.

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    2/8

    PEDRO C. CERRILLO - SANTIAGO YUBERO286

    Si somos justos, cabra hacer una excepcin en este devenir histrico: la que se refiere a la poltica culturalllevada a cabo por la II Repblica, por medio del Patronato de las Misiones Pedaggicas; fue, con toda seguri-dad, el proyecto ms serio y decidido para elevar los ndices lectores de la poblacin espaola; as lo explicaEscolar:

    El Presidente del Patronato, Manuel Bartolom Cosso, declar que el objetivo principal de las Misionesera despertar el afn de leer en los que no lo sentan, pues slo cuando todo espaol no slo supiera leer,

    que no era bastante, sino que tuviera ansias de leer, de gozar, de divertirse leyendo, habra una Espaa

    nueva. Una idea similar haba expuesto, a principios de siglo, Ortega Munilla cuando dijo que la base de

    la grandeza de Espaa estaba en que aprendieran a leer los que no saban y en que leyeran los que supie-

    ran. Pero esta cruzada esperanzadora fue barrida por el huracn de la Guerra Civil.6

    La prdida de lectores es un proceso en permanente accin. El problema tiene su raz en que no basta conensear a leer y escribir. El analfabetismo no se eliminar hasta que todos aquellos que, como ineludible primer

    paso, han aprendido a leer lleguen a adquirir un relativo hbito lector, es decir, hasta que practiquen la lecturaen el marco de su propia cotidianeidad. Richard Bamberger dijo que:

    Ensear a un nio o a un adulto a reconocer las letras y las palabras escritas es relativamente fcil, pero

    esta aptitud puede perderse enseguida. Los nuevos 'lectores', sea cual fuese su edad, tal vez se desanimen

    pronto si el leer no forma parte de su ambiente cultural y si no les son fcilmente accesibles libros apro-

    piados a sus gustos y necesidades. Hasta en los pases ms adelantados, grandes sectores de la poblacin

    dejan de leer en cuanto dejan de ir a la escuela. 7

    Adems, la ausencia de hbitos lectores estables contribuye a reducir las capacidades expresivas de lapoblacin (incluida la infantil y juvenil), sobre todo en lo que a su expresin escrita se refiere. Aunque a ellocontribuyen, sin duda, otros hechos: la escasa consideracin social de los estudios de Humanidades, los conti-nuos estmulos visuales que recibimos de medios de comunicacin (como la televisin, el vdeo o el cine), inclu-so el gusto por gneros de reciente desarrollo como el tebeo o el cmic. Respecto a la polmica que provoca elenfrentamiento entre lectura y medios audiovisuales, quiz convenga no ser muy extremistas. Histricamente,la lectura ha sido un medio ms por el que los hombres se han comunicado o por el que han recibido aventuras,saberes o experiencias; pero, junto a la lectura, han existido otros medios que no tenan su base en la palabraescrita: la transmisin oral de relatos, canciones, refranes, dichos, adivinanzas, romances o retahlas de tradicin

    popular; el teatro (gnero literario de amplia variedad en sus tipos de representacin); los sermones religiosos;las arengas y discursos polticos; las lecciones y conferencias; la pintura, la escultura y el grabado; la msica,etc. Es decir, que la moderna cultura de los medios audiovisuales no es tan moderna, en trminos absolutos, yaque tendra unos antecedentes que, aunque slo sea por aproximacin, no podemos desdear.

    Cuando nos enfrentamos a la tarea de desarrollar los hbitos lectores, conviene recordar algunas cosas, pormuy obvias que resulten; la principal de ellas es una afirmacin tan contundente como esperable: aunque se sepaleer, no se es lector hasta que no se adquiere el hbito de la lectura. Las personas no llegan a ser lectores demodo automtico; los lectores, por lo tanto, se hacen, mediante la prctica de una actividad (la lectura), a la queacceden tras el aprendizaje de unos mecanismos (los lectoescritores) que s tienen un principio y un final.

    Los hbitos lectores deben fomentarse lo antes posible, porque en el periodo de la infancia es cuando, pormotivos escolares, el individuo tiene una prctica cotidiana con la lectura, aunque slo sea la derivada de la exi-gencia del estudio; es decir, en principio ser ms fcil trabajar para no perder un lector que recuperarlo una vez

    perdido.Pero, cmo podemos conseguirlo? Los dos primeros mbitos de actuacin sern la familia y la escuela.En cualquier caso, las condiciones socioeconmicas y culturales van a influir decisivamente: los nios con

    padres que han cursado estudios universitarios, que tienen un nmero aceptable de libros en la biblioteca fami-liar y que leen habitualmente, adquieren con mayor facilidad hbitos lectores estables. Es obvio, por lo tanto,que todo el mundo no tiene las mismas posibilidades de acceder a la lectura; a las referidas condiciones socioe-

    6 ESCOLAR, H.: Ob. cit.,p. 217.7

    EnLa promocin de la lectura. Pars. Promocin Cultural y Ediciones de la Unesco, 1975, p. 11.

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    3/8

    Qu leer y en qu momento 287

    conmicas y culturales, habra que unir otros factores que tambin determinan las posibilidades de acceso a loslibros, favorecindolas o dificultndolas: el deficiente aprendizaje de los mecanismos lecto-escritores o, inclu-so, el entorno geogrfico.

    Quienes no han encontrado en su familia el ambiente propicio para iniciarse en la prctica lectora regular,

    debern tenerlo en la escuela. Ahora bien, en este mbito conviene distinguir entre la lectura como obligaciny la lectura como placer y entretenimiento, actividades que determinan, como bien seal Rodari, la existenciade dos clases de nios lectores: los que leen porque es un deber escolar y los que leen porque les gusta. Es fcil,

    pues, deducir la importancia que tiene el proceso educativo en la formacin y en el desarrollo de hbitos lecto-res duraderos, sobre todo en las primeras edades. A lo largo de dicho proceso se pondrn en prctica procedi-mientos diversos que hagan posible un acercamiento al objetivo propuesto: desde programas bsicos de incita-cin a la lectura hasta la creacin de historias colectivas, pasando por la enseanza del manejo de un libro, laslecturas en grupo, el comentario de textos o los debates sobre lo ledo. Todo esto, sin embargo, servir de pocosi no logramos que se supere la histrica prevalencia del libro til sobre el libro sin expresa utilidad (el libro que"slo" nos cuenta historias o nos presenta mundos imaginados), o si no orientamos la seleccin de lecturasteniendo en cuenta unos mnimos criterios relacionados con la edad de sus destinatarios y, consecuentemente,con su proceso de maduracin intelectiva.

    No se nos puede olvidar que, como lectores, un adulto y un nio son muy diferentes. Mientras que un adul-to, por razones culturales, educativas o, incluso, sociales, es capaz de terminar la lectura de un libro que no legusta, un nio lo rechazar con rotundidad la mayor parte de las veces en que se encuentre en semejante situa-cin. Adems, la pasin incontrolada y la espontaneidad (a veces, la ingenuidad) con que se lee siendo nio osiendo adolescente no son comparables al entusiasmo que una persona adulta pueda poner en el ejercicio de lalectura.8

    Deca Marcel Proust que con los libros no se puede establecer una relacin natural de amabilidad o de cor-dialidad:

    Con estos amigos, si pasamos la velada en su compaa, es porque realmente nos apetece.9

    Se trata de una afirmacin que los lectores infantiles y adolescentes cumplen de modo ms exacto que loslectores adultos. Un escritor puede ser famoso, clebre, genial o admirado, pero si su obra no divierte, no inte-

    resa o no atrae pronto la atencin de lector ms joven, ste lo rechazar sin ningn pudor.Por eso y porque tambin el libro infantil debe competir, en desiguales condiciones, con los dibujos ani-

    mados, las pelculas, los concursos y dems entretenimientos televisivos, la seleccin de libros para nios debehacerse con el mayor de los cuidados para que, atrado desde el primer instante, el nio inicie la lectura y no laabandone (porque le gusta) sin acabarla.

    Desde hace tiempo se admite que el nio no tiene capacidad de lectura autnoma consciente hasta los seiso siete aos. No obstante, su relacin con la literatura por la va de la oralidad comienza en el mismo momen-to de su nacimiento; por lo tanto, el nio iniciar el periodo escolar (que es su primer contacto con la culturaoficial) con el conocimiento y la prctica de una serie de canciones, cuentos, juegos mmicos, retahlas de diver-so tipo, oraciones y sinsentidos, dichos o cantados por los adultos, pero singularmente diferenciados de los quelos propios adultos puedan decir o cantar para recreo de ellos mismos. En ocasiones, en el actual sistema edu-cativo ese primer contacto con los textos literarios se ver impulsado y reforzado en el periodo escolar que es

    previo al aprendizaje lectoescritor a veces tambin en una parte de este mismo proceso; por eso, como muybien precisa Nobile, es importantsimo el momento en que el nio inicia la educacin primaria.

    Al ingresar en la escuela primaria, el nio, tanto el que goza de una situacin ventajosa como el de la ms

    modesta extraccin socio-cultural, tiene una cierta familiaridad con el libro, madurada entre los muros del

    hogar, en la guardera o en la escuela maternal, una motivacin a la lectura ms o menos adecuada y esti-

    mulada por el universo de signos alfabticos que lo circunda (...) Esta disposicin positiva, remotamente

    preparada por la riqueza y variedad de los estmulos verbales de la primera infancia, alimentada por la

    narracin oral y la lectura del adulto e incrementada por la cotidiana actividad de manipulacin de libros-

    8 Recientemente hemos podido leer testimonios de distintos escritores que han hablado sobre este asunto: Luis Landero, Gamoneda, Mallarm o CaroBaroja. (Vid. LANDERO, Luis: "Refugios y naufragios".El Pas. Babelia. 16 de mayo de 1996, p. 12).9

    PROUST, Marcel: Sobre la lectura. Valencia. Pretextos, 2 ed., 1996, p. 54.

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    4/8

    PEDRO C. CERRILLO - SANTIAGO YUBERO288

    juego y por la lectura de lbumes de dibujos y de narraciones por imgenes, podr verse reforzada o limi-

    tada, si no comprometida definitivamente en el futuro, dependiendo de mltiples acontecimientos y cir-

    cunstancias, comenzando por el delicadsimo momento del ingreso en la escuela primaria y la relacin con

    los primeros libros de ms dificultad, experiencias que pueden marcar el destino del nio lector para toda

    la vida.10

    El nio s es, por tanto, dueo de una cultura literaria, fundamentalmente de tradicin popular: por mediode la palabra dicha o cantada se le han transmitido breves y reiterativas nanas ("Duerme mi nio, duerme mi

    bien,..."), elementales cantinelas que acompaan fcilesjuegos mmicos ("Cinco lobitos / tiene la loba,..."), aveces portadores de significados absurdos, autnticos "sinsentidos" ("Palmas, palmitas / higos y castaitas, /almendras y turrn / qu rica coleccin"), cuentos de desarrollo lineal y rpido desenlace, oraciones ("Cuatroesquinitas,..."), etc. Lo que sucede es que este patrimonio cultural infantil le es, frecuentemente, escondido, jus-to cuando llega a la escuela e inicia ese contacto oficial con la lectura, desde el que va a acceder a los mecanis-mos del aprendizaje lectoescritor.

    El nio pequeo puede tener el gusto por la lectura es decir por las historias escritas, ledas o contadas porlos adultos antes de aprender a leer. Por eso es muy importante que los criterios que se propongan para la selec-

    cin de lecturas por edades contemplen al nio tambin en esos primeros aos de su vida. Segn Piaget11, sonvarios los estadios en la evolucin psicolgica del nio: concretamente, l habla de perodospara designar las

    principales pocas del desarrollo infantil, usando el trmino etapapara hacer subdivisiones de algunos perodos.Nosotros hablaremos de estadios como nico trmino y, partiendo de algunas ideas contenidas en los trabajos dePiaget, proponemos seis estadios distintos, referidos exclusivamente a la seleccin de lecturas por edades.

    1.Estadio sensoriomotor. (Cuadro 1). Comprendera desde el nacimiento del nio hasta los dos aos. Esel estadio del ritmo y del movimiento.

    Se trata de una poca en que al nio le impresiona el movimiento y en la que experimenta acciones senso-riomotoras con su propia cuerpo (brazos, piernas, manos); por consiguiente, las rimas, los versos acompaadosde gestos o movimientos de manos, las palmas, incluso los guios o los movimientos de cabeza, le gustan; sobreellos, adems, se produce un proceso de mmesis casi inmediato. No entender la mayor parte de los significa-

    dos de las cantinelas que se le ofrezcan, pero le gustarn por su ritmo y por su msica. El papel del adulto esimprescindible en este estadio.

    2.Estadio preoperacional. (Cuadro 2). Comprendera desde los 3 hasta los 6 aos. Es la etapa de prepa-racin y aprendizaje de los mecanismos lecto-escritores.

    Es un periodo muy amplio en el que los intereses lectores varan enormemente. Es, adems, el periodo delaprendizaje lectoescritor. En un primer momento (los dos primeros aos, sobre todo) el nio resuelve algunosde sus problemas sin recurrir necesariamente a la actividad fsica, aunque todava no est en buena situacin

    para ejercer el razonamiento. Posteriormente, el nio ya es capaz de formular juicios; no obstante, su base estms en la apariencia que en la razn. Por ello, las lecturas seleccionadas no deberan presentar problemas paracuya resolucin hubiera que recurrir a la abstraccin.

    La lectura mecnica, a la que el nio accede casi al final de este estadio, pone a su alcance libros en que las

    imgenes pueden ir acompaadas de palabras, construyndose as una historia de mayor extensin que las ante-riores. Los libros de imgenes, en que los seres inanimados cobran vida suelen ser un excelente auxiliar parafomentar la lectura en este periodo, en el que el nio an distingue muy poco entre el mundo interno y elexterno; adems, no le interesa tanto la accin ni la trama argumental como las escenas por separado, indepen-dientes unas de otras; es muy conveniente que las lecturas lleven un soporte plstico o musical. Formalmente,deben ser textos con escasa carga conceptual, breves y claros.

    3.Estadio de las operaciones concretas (I). (Cuadro 3). Comprendera de los 7 a los 9 aos; es el momen-to de la primera orientacin al mundo objetivo.

    10NOBILE, Angelo: "La educacin en la lectura". EnLiteratura infantil y juvenil. Madrid. Morata, 1992, pp. 30 y 31.11 Respecto a los criterios ofrecidos por Piaget sobre la evolucin psicolgica del nio, cfr. PIAGET, Jean:Psicologa del nio. Madrid. Morata, 1975. Y

    FLAVELL, John H.:La psicologa evolutiva de Juan Piaget. Barcelona. Paidos, 1981.

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    5/8

    Qu leer y en qu momento 289

    El nio se ha orientado por primera vez hacia el mundo objetivo, desarrollando un pensamiento formal quees capaz de razonar desde algunas posiciones lgicas. Su curiosidad le hace interesarse por muchas cosas quele rodean; pero eso, no obstante, no le impide que tambin le atraigan los cuentos maravillosos.

    4.Estadio de las operaciones concretas (II). (Cuadro 4). Abarcara desde los 9 a los 11 aos. Es la eta-pa de pleno inters por el mundo exterior.

    Es el momento de la primera literatura fantstica, pero tambin es momento para las historias realistas, altiempo que ya despunta su inters por las aventuras. Los motivos preferidos van a ser los cuentos fantsticos,las vidas de animales (domsticos y salvajes), las ficciones legendarias e histricas, las biografas y la historiade hechos destacados; las exploraciones a otros pases; los juegos, los deportes, el humor. Formalmente, serequiere proporcin entre el dilogo y la accin; las descripciones deben ser rpidas, el argumento claro y los

    problemas que se planteen en los textos deben tener la solucin en ellos mismos.

    5.Estadio de las operaciones formales. (Cuadro 5). De los 12 a los 14 aos. Etapa de adquisicin gra-dual de la personalidad: adulacin del yo, primer sentimentalismo, audacia, de aventura y pandillaje. El chico

    puede enfrentarse con la realidad circundante y, adems, empieza a hacerlo tambin con el mundo de los enun-

    ciados abstractos.Es el momento de la literatura de aventuras, de misterio y sentimental: narracin de aventuras, relato poli-caco, novela del oeste y novela "rosa"; adems, se interesar por algunas biografas y se sentir atrado por otrasculturas y civilizaciones.

    Formalmente, los textos pueden presentar mayor extensin; deben de ser portadores de mucha accin y losdatos que ofrezcan sern exactos; los personajes aparecern caracterizados individualmente y los desenlaces leresultarn ms interesantes cuanto ms imprevistos.

    6.Estadio de la maduracin.12 (Cuadro 6). Empezara a partir de los 15 aos. Es el momento de la madu-racin que permitir el inicio de la lectura plena; el paso de la pubertad a la juventud. Lo que en Literatura

    podramos llamar la fase esttico literaria; es decir, la fase del completo desarrollo lector. Como dicen Bettel-heim y Zelan:

    Slo cuando empezamos a responder personalmente al contenido del texto y a abrirnos a su mensaje (inde-pendientemente de si la consecuencia de esto es su aceptacin, modificacin o rechazo) vamos ms all de

    una mera decodificacin o percepcin de las palabras y empezamos a percibir los significados. Entonces

    traemos nuestras pasadas experiencias y los intereses actuales para apoyarnos en lo que leemos; resu-

    miendo, nos estamos metiendo activamente en la lectura hasta que al fin somos capaces de comprender lo

    que el texto significa para nosotros y lo que puede hacer por y para nosotros.13

    De todos modos, estos estadios, que no son sino una mera orientacin, deben estar guiados en todomomento por unas cuestiones bsicas: la literatura que propongamos al nio debe ser, ante todo y sobre todo,

    buena, desde el estricto punto de vista literario; de nada valdrn mensajes verdicos ni sinceros; de nada valdrque el autor adopte posturas cercanas al propio muchacho; de nada valdrn los asuntos que se le transmitan, siel texto que se le ofrece est mal escrito. Y, adems, todo esto servir de muy poco si el nio no ha tenido opor-

    tunidad de poder ejercer su instinto natural de mmesis: ver leer en casa, ver leer en la escuela o ver leer en pbli-co es importante, como importante es educar y fomentar la lectura recreativa y orientar (nunca imponer) la selec-cin de las lecturas. No debemos olvidar que en los libros un invento ms de los hombres estn contenidossus conocimientos y sus culturas, pero tambin su imaginacin, sus sueos, sus pasiones y su memoria; lamemoria reciente y la memoria pasada, porque, si nos referimos al caso concreto de las lecturas realizadasdurante la infancia, ya dijo Marcel Proust que lo que dejan en nosotros es, sobre todo, "la imagen de los luga-res y los das en que las hicimos"14.

    12 En algunos casos, las particulares circunstancias (sociales y culturales, sobre todo) de los muchachos harn que este estadio no pueda iniciarse hastauna edad ms avanzada.13 BETTELHEIM, B. y K. ZELAN: On learning to read: the childs fascination with meaning. Londres. Thames & Hudson, 1982, pp. 36 y 37. Cit. porSPINK, John:Nios lectores. Madrid. Fundacin Germn Snchez Ruiprez, 1989, p. 87.14

    Ob. cit., p. 28

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    6/8

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    7/8

    Qu leer y en qu momento 291

    CUADRO 3TERCER ESTADIO:

    ESTADIO DE LAS OPERACIONES CONCRETAS (I)

    Edad: de 7 a 8 aos. Etapa de la primera orientacin al mundo objetivo

    TEMAS

    Cuentos maravillosos (hadas)Y leyendas ex-traordinarias.

    Fabularios.

    Humor. Historias divertidas quecontengan elementos sorprendentes.

    ESTRUCTURA LITERARIA

    Brevedad, exposicin clara,desenlace rpido y mucha accin.

    Planteamiento, nudo ydesenlace.

    Con argumento. Pueden ofrecersetextos versificados, no muy exten-sos, que desarrollen la atencin y

    faciliten la memorizacin.

    DISEO

    Tipografagrande y clara.

    Refuerzo del texto con un25% de ilustra-ciones, como

    mnimo; es preferible que todaslas pginas llevenalguna ilustracin.

    CUADRO 4CUARTO ESTADIO:ESTADIO DE LAS OPERACIONES CONCRETAS (II)

    Edad: de 9 a 11 aos. Etapa de inters por el mundo exterior

    TEMAS

    Aventuras reales y fantsticas

    Biografas yHagiografas sencillas

    Elementos humorsticos

    Deportes

    Vidas animales

    ESTRUCTURA LITERARIA

    Accin dinmica

    Ausencia de moralejas

    Dilogos

    Caracterizacin de los personajes

    Descripciones rpidas.

    Sintaxis breve y sencilla

    DISEO

    Ilustracionesfieles al

    texto

    Tipografa ya normalizada

    Formato convencional

    Libros de120 pginas, ms o menos.

  • 7/25/2019 Qu Leer y en Qu Momento

    8/8

    PEDRO C. CERRILLO - SANTIAGO YUBERO292

    CUADRO 5

    QUINTO ESTADIO:ESTADIO DE LAS OPERACIONES FORMALES

    Edad: de 12 a 14 aos.Etapa de adquisicin gradual de la personalidad

    TEMAS

    Reales, actuales, histricos.

    Biografas documentadas,libros de humor y de deportes.

    Libros de misterio y deciencia-ficcin

    Libros que cuenten buenashistorias: creativas y capaces

    de provocar sorpresa

    ESTRUCTURA LITERARIA

    Argumento desarrollado.

    Exposiciones detalladas ydescripciones extensas.

    Se deben evitar los cambiosbruscos de tiempo. Las historias

    deben terminar bien: en elsentido de que deben dar respuesta

    a los problemas planteados.

    DISEO

    Extensin variable.

    Presentacin atractiva

    Pueden llevar o noilustraciones.

    CUADRO 6

    SEXTO Y DEFINITIVO ESTADIO:ESTADIO DE LA MADURACIN

    Edad: a partir de los 15 aos.Etapa de acceso a la lectura plena

    En esta etapa, sobre todo al principio, es fundamental cuidar la seleccin de los temas:

    deben ser temas que ayuden a conocer el mundo de los dems, a formarse en el conjunto de la viday a plantearse problemas, as como determinadas responsabilidades sociales.La estructura literaria y el diseo sern similares a los de las lecturas

    de adultos, es decir, sin limitaciones previas.