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1 Reflexiones sobre la relación capital-trabajo en el capitalismo peruano, la estructura de poder actual y la dinámica política presente 1 Omar Cavero – Emancipación 2 1. Palabras preliminares Muy buenas noches. Antes que nada quisiera agradecer por la invitación a los compañeros de CELSS, con quienes venimos trabajando desde Emancipación hace bastante tiempo y a quienes saludamos por llevar a cabo iniciativas como ésta. Las escuelas sindicales son de una importancia fundamental para vitalizar y fortalecer el movimiento de trabajadores. Dan herramientas poderosas de reflexión y acción a los sindicatos. Desde Emancipación expresamos todo nuestro apoyo a esta actividad y reafirmamos nuestro compromiso con la lucha de los trabajadores en todos los frentes. En mi participación quisiera compartir algunas reflexiones sobre el momento político presente que nos permitan orientarnos y actuar con estrategia. Al hacerlo, abordaré la relación capital-trabajo en la economía peruana -antagonismo central en que sitúa la lucha de los trabajadores-, ensayaré una caracterización del capitalismo peruano y los dos puntos anteriores los relacionaré con la estructura de poder actual y su expresión como dinámica política. El objetivo último de mi exposición es aportar con elementos de orientación que relacionen la realidad económica, la situación política y la situación concreta de los trabajadores, aspectos generalmente presentados como disociados o paralelos en diversos análisis. 2. Introducción Los últimos meses hemos sido testigos de varios acontecimientos. El mes pasado, luego de varias movilizaciones masivas que articularon a jóvenes estudiantes (y trabajadores) con trabajadores sindicalizados, articulación con pocos precedentes recientes, se logró derogar el discriminatorio y explotador Régimen Laboral Juvenil consagrado en la Ley 30288. Ahora tenemos al frente una nueva lucha por derogar el Decreto Supremo 013-2014-TR y archivar el Proyecto de Ley N°4008, que facilita ceses colectivos y así atenta contra la estabilidad laboral. También hemos visto cómo en Pichanaki, Junín, la violencia policial ha dejado un muerto y decenas de heridos en torno a un conflicto que tiene en el centro a una empresa petrolera bastante cuestionada por antecedentes concretos de contaminación y depredación: Pluspetrol. 1 Ponencia presentada en la segunda sesión de la I Escuela sindical del Círculo de Estudios Laborales y de la Seguridad Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Celss – UNMSM), realizada el 17 de febrero del año 2015 en Lima, en el local del Sindicato de Trabajadores de las empresas de Telefónica en el Perú y de las del sector Telecomunicaciones (SITENTEL). El presente texto es una elaboración posterior a la ponencia; no obstante, ha mantenido los contenidos y el tipo de lenguaje propio de una exposición oral. 2 Omar Cavero es sociólogo e integrante de Emancipación. Contacto personal: [email protected]. Sobre Emancipación: [email protected] / www.escuelapermanente.blogspot.com

Reflexiones sobre la relación capital-trabajo en capitalismo peruano, poder y dinámica política

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En este ensayo, Omar Cavero aborda la relación capital-trabajo en la economía peruana y una caracterización del capitalismo peruano, y relaciona ambos puntos a la estructura de poder actual y su expresión como dinámica política.

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    Reflexiones sobre la relacin capital-trabajo en el capitalismo peruano, la estructura de poder actual y la dinmica poltica presente1

    Omar Cavero Emancipacin2

    1. Palabras preliminares Muy buenas noches. Antes que nada quisiera agradecer por la invitacin a los compaeros de CELSS, con quienes venimos trabajando desde Emancipacin hace bastante tiempo y a quienes saludamos por llevar a cabo iniciativas como sta. Las escuelas sindicales son de una importancia fundamental para vitalizar y fortalecer el movimiento de trabajadores. Dan herramientas poderosas de reflexin y accin a los sindicatos. Desde Emancipacin expresamos todo nuestro apoyo a esta actividad y reafirmamos nuestro compromiso con la lucha de los trabajadores en todos los frentes. En mi participacin quisiera compartir algunas reflexiones sobre el momento poltico presente que nos permitan orientarnos y actuar con estrategia. Al hacerlo, abordar la relacin capital-trabajo en la economa peruana -antagonismo central en que sita la lucha de los trabajadores-, ensayar una caracterizacin del capitalismo peruano y los dos puntos anteriores los relacionar con la estructura de poder actual y su expresin como dinmica poltica. El objetivo ltimo de mi exposicin es aportar con elementos de orientacin que relacionen la realidad econmica, la situacin poltica y la situacin concreta de los trabajadores, aspectos generalmente presentados como disociados o paralelos en diversos anlisis.

    2. Introduccin Los ltimos meses hemos sido testigos de varios acontecimientos. El mes pasado, luego de varias movilizaciones masivas que articularon a jvenes estudiantes (y trabajadores) con trabajadores sindicalizados, articulacin con pocos precedentes recientes, se logr derogar el discriminatorio y explotador Rgimen Laboral Juvenil consagrado en la Ley 30288. Ahora tenemos al frente una nueva lucha por derogar el Decreto Supremo 013-2014-TR y archivar el Proyecto de Ley N4008, que facilita ceses colectivos y as atenta contra la estabilidad laboral. Tambin hemos visto cmo en Pichanaki, Junn, la violencia policial ha dejado un muerto y decenas de heridos en torno a un conflicto que tiene en el centro a una empresa petrolera bastante cuestionada por antecedentes concretos de contaminacin y depredacin: Pluspetrol.

    1 Ponencia presentada en la segunda sesin de la I Escuela sindical del Crculo de Estudios Laborales y de la

    Seguridad Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Celss UNMSM), realizada el 17 de febrero del ao 2015 en Lima, en el local del Sindicato de Trabajadores de las empresas de Telefnica en el Per y de las del sector Telecomunicaciones (SITENTEL). El presente texto es una elaboracin posterior a la ponencia; no obstante, ha mantenido los contenidos y el tipo de lenguaje propio de una exposicin oral. 2 Omar Cavero es socilogo e integrante de Emancipacin. Contacto personal: [email protected].

    Sobre Emancipacin: [email protected] / www.escuelapermanente.blogspot.com

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    En el medio de todo: un gobierno cada vez ms dbil, arrinconado por la derecha poltica, los medios de comunicacin, la poblacin movilizada y su propia falta de rumbo. Cmo ubicarnos en este panorama? Propongo cuatro preguntas, en cuyo abordaje plantear reflexiones sobre los temas que motivan el ttulo de esta exposicin. En concreto, esas preguntas son: i) en qu escenario estamos?, ii) contra quines nos enfrentamos?, iii) qu se viene? y iv) qu hacer?

    3. En qu escenario estamos? Un elemento central de la situacin actual es la desaceleracin econmica. De hecho, todos lo tenemos presente por ser constantemente mencionada en los medios de comunicacin. En concreto, sobre todo desde el ao 2013 aunque el crecimiento es oscilante desde el 2011- hay una disminucin del ritmo de crecimiento del PBI. Entre el 2001 y el 2012 el promedio de crecimiento anual fue de 5.7%. El ao 2014, por reciente informacin del INEI, nos encontramos con que el crecimiento fue apenas de 2.35%. Si lo vemos por meses, en diciembre fue de 0.54%. Pero cmo entender esta situacin? Ya Humberto Campodnico, que me antecedi en la palabra, nos dio algunos alcances sobre el contexto internacional favorable que rodeaba el periodo de boom de nuestra economa, bsicamente: el crecimiento de pases asiticos, sobre todo de India y China, en proceso agresivo de industrializacin, y su impacto en el alza del precio de diversas materias primas, entre ellas insumos minerales, que exportamos. Cmo es esa economa que se des-acelera?, qu caracteriza al capitalismo peruano? Pero lo que debemos saber es, primero, qu entender por PBI y, segundo, qu tipo de economa es esa que creca y ahora ya no crece al mismo ritmo. El PBI es solo un indicador de produccin, es la suma del valor de todos los bienes y servicios producidos en una economa en un periodo determinado. Puede ser calculado para un ao, para un semestre o para un mes. Es, en palabras sencillas, el tamao total de la torta que todo un pas prepara. Si la torta es ms grande o ms pequea, no nos dice nada ms que eso: su tamao. Pero para que esa informacin tenga ms sentido es preciso preguntarse, siguiendo con la analoga, qu ingredientes tiene esa torta, cmo fue preparada y cmo se relacionaban quienes la preparaban. Tambin conviene preguntarnos quines y en qu cantidades se alimentan de ella.

    a. Heterogeneidad estructural y dependencia econmica Un primer rasgo que salta a la vista de la economa que est detrs de ese PBI, es lo que la Comisin Econmica de la ONU para Amrica Latina, CEPAL, llama heterogeneidad estructural. Tambin es relevante mencionar la dependencia econmica. Son trminos ms o menos antiguos, muchas veces considerados desfasados en el debate econmico de las corrientes hegemnicas, pero que a mi juicio tienen una gran pertinencia actual.

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    Entendamos la heterogeneidad estructural como algo propio de una economa donde las formas y relaciones que sustentan la produccin son diversas y, a primera vista, corresponden a momentos distintos del desarrollo econmico, a pesar de estar articuladas entre s. Por ejemplo, que actividades con tecnologa de punta, que generan un nivel altsimo de utilidades, que estn en propiedad de grandes empresas formales y que emplean a trabajadores va relaciones salariales; convivan, en una misma economa, con actividades donde la tecnologa es precaria, el nivel de ganancia es pobre o simplemente no supera los niveles de supervivencia, donde antes que empresas hay autoempleo o empresas familiares pequeas, y donde las relaciones de trabajo -si hay trabajo dependiente- pueden ser de lo ms diversas y no solo salariales. Insisto: en la misma economa. Ese es el caso del Per. En nuestro pas, segn las Tablas de Insumo-Producto 2007, del INEI, los sectores econmicos que ms productividad tienen es decir, si uno divide el total de produccin entre los trabajadores empleados, son los sectores de mayor cantidad de valor generado por cada trabajador- solo emplean a 2.5% de la Poblacin econmicamente activa, o PEA. Qu sectores son? Son: minera, hidrocarburos (incluye petrleo y gas), electricidad, agua y servicios financieros. Son tambin las actividades que ms crecen. Recuerdan que hablbamos de la minera? Bueno, emplea solo al 1%, a apenas uno de cada cien peruanos en edad de trabajar. Qu sectores emplean ms gente entonces?; pues los menos productivos: servicios sociales y personales, venta al por mayor y menor y agricultura, ganadera, caza, pesca y silvicultura. Esos sectores emplean al 74.4%. Y, en efecto, ac no est el crecimiento econmico tan apreciado. Hasta aqu, entonces, podemos decir lo siguiente: los que ms crecen que no necesariamente son los que producen los tamaos ms grandes de la torta- son los que menos emplean, y viceversa. Del mismo modo, y relacionado a lo anterior, los ejes de acumulacin capitalista, es decir, donde crecen ms los capitales, donde el lucro es mayor, y que estn ms articulados a la economa global, son los que tienen mayor proporcin de trabajadores asalariados. Me refiero aqu a que las relaciones de trabajo tpicas de una economa capitalista, aquellas mediadas por un contrato impersonal y una remuneracin monetaria, tienden a concentrarse, como es de esperar, en esos ejes de alta acumulacin. Ah, por ejemplo, en los sectores de productividad alta, el 81.1% de los trabajadores es asalariado. Pero el promedio nacional es distinto. Solo 46.5% de los trabajadores es asalariado. Qu pasa con esa otra mitad de peruanos que no es asalariado?; pues se relaciona con la produccin mediante relaciones de trabajo diferentes. La mayora se inventa su trabajo y entra en la categora de autoempleo o trabajo independiente (casi un tercio si tomamos el total de la PEA, aunque segn la ENAHO 2013 es el 48.3% de los jefes de hogar) o, en una proporcin menor, en trabajo familiar no remunerado o trabajo del hogar.

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    De hecho, si vamos ms all de las categoras creadas por el INEI y nos preguntamos propiamente por relaciones de produccin, lo que encontramos es que existen en nuestro pas, juntas, relaciones de produccin salariales, serviles (qu es, si no eso, lo que sucede en el trabajo domstico, donde el patrn dispone a su antojo de la empleada del hogar?), esclavistas (en versin contempornea, en forma de trata de personas), comunitarias (en el marco de las comunidades campesinas y los pueblos originarios) y familiares (aquellas que se dan en empresas donde el dueo es el to pero da empleo al sobrino, al cuado y todos trabajan, aunque ah tenemos combinaciones de lo ms variadas). Adems de eso, para completar la definicin de heterogeneidad estructural, tenemos que la gran mayora de empresas son micro y pequeas, de entre 1 y 10 trabajadores: son el 97% de las empresas y emplean al 76.1% de los jefes de hogar segn la ENAHO 2013. Esto, antes que expresar que somos un pas de empresarios, lo que hace es mostrarnos un pas de gente que se invent su trabajo. Esa Mype es el carrito sanguchero, la bodega en la ventana de la casa, el puesto de fotocopias, etc. Las empresas de ms de 50 trabajadores emplean solo al 19.5%. Por qu les digo todo esto, que puede sonar a puros tecnicismos? Lo digo porque nos permite notar que en esa economa que crece se oculta una realidad sumamente dispar y en ella no deberamos esperar que el crecimiento traiga automticamente desarrollo, si por ello entendemos ms bienestar. Crecen los que emplean menos. La mitad de los trabajadores no labora con un contrato y un salario y la otra mitad trabaja en medio de relaciones que van desde familiares hasta serviles y esclavistas. Adems, el tipo de unidad productiva que prima no es la gran empresa de cientos de trabajadores, sino la micro, aquella que no es otra cosa que una estrategia para sobrevivir ante la ausencia de puestos de trabajo de calidad y que es sumamente inestable, pues suele no tener ms tiempo de vida que un ao y medio. Finalmente, esa economa, as de compleja, es dependiente de precios internacionales que, por definicin para una economa pequea como la nuestra, no estn bajo nuestro control-, del acceso a mercados extranjeros y de la presencia de inversiones extranjeras. Esos sectores que ms crecen, al ser bsicamente extractivos y de servicios asociados a la extraccin, y al ser actividades que requieren altos montos de inversin, llevan al pas, cuando procura especializarse en ellos, a una situacin de dependencia: si los precios caen, si las inversiones no llegan, vienen los problemas.

    b. Marginalidad econmica Un segundo rasgo de esta economa es la marginalidad. El trmino nos lleva a pensar en primera instancia en mrgenes, en estar fuera o en algo con poca cantidad o importancia. Entendamos marginalidad como lo entiende el socilogo Anbal Quijano, como, en trminos sencillos, estar dentro y fuera a la vez, dentro de las relaciones sociales predominantes en la estructura social pero a la vez fuera de ellas. Algunos ejemplos. Consumir en el mercado usando dinero acuado por el Banco Central y gastarlo en un gran centro comercial, pero haber conseguido ese dinero trabajando como comerciante

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    ambulante informal. Trabajar como asalariado en una empresa formal pero en las noches hacer taxi y de vez en cuando otros cachuelos. Ser un pequeo empresario dueo de una carpintera mediana pero no tener acceso al sistema financiero y pedir un prstamo a un prestamista del barrio. El concepto puede aplicarse a otras dimensiones de la vida social, como la vivienda, la poltica, la produccin cultural, etc., pero para los fines de esta discusin mantengmonos en el campo de la economa y sobre todo de la economa urbana. Esa marginalidad podemos aproximarla a partir de un concepto a mi juicio incompleto y equvoco, pero que genera datos importantes, el concepto de informalidad. Sea que entendamos la informalidad como ausencia de regulacin estatal (un negocio no inscrito en registros pblicos, por ejemplo) o como baja productividad, lo que nos muestra el INEI es que el 85% de las unidades productivas urbanas son informales y el empleo informal es de 74.3%. Y es una cifra que persiste desde los noventa. En 1997 Morales y otros (2010)3 encontraban una informalidad cercana al 77%. En trminos de PBI, el 19% es informal. Como es de esperar, esta informalidad se concentra en las Mypes y en las actividades menos productivas.

    c. Mercado de trabajo marcado por subempleo y trabajo independiente Destaquemos, antes de ensayar una sntesis, un elemento adicional, ya implicado en los dos puntos anteriores, pero relevante por s mismo para la causa de los trabajadores. Me refiero al mercado de trabajo. En una economa en la que los sectores que ms crecen emplean muy poca gente, es de esperar que exista un desencuentro entre la oferta de fuerza de trabajo y su demanda. Hay mucha gente dispuesta a trabajar, pero pocos puestos de trabajo disponibles. Dicho sea de paso, desde los aos noventa nos quieren hacer creer que el problema del empleo radica en la existencia de sobrecostos laborales. En otras palabras, que no hay ms empleo formal porque al empresario informal le resulta muy caro formalizarse. Sin embargo, el problema es en el fondo uno de demanda de empleo de calidad, asociado a esa estructura econmica de la que hablbamos: donde los sectores ms dinmicos, donde estn los ejes de nuestro patrn de crecimiento, emplean muy poca gente. Ya van ms de dos dcadas de flexibilizacin y la informalidad persiste. Los datos confirman esto. Ya habamos mencionado que los trabajadores asalariados son apenas cerca de la mitad de la PEA y que la mayora de la otra mitad es independiente o auto-empleada. Pero ni siquiera entre los asalariados tenemos condiciones ptimas. En el Per, segn la ENAHO 2013, el 48% de los ocupados son subempleados; es decir, que o ganan por debajo de un nivel bsico de referencia o trabajan menos horas de las que quisieran. La gran mayora, por cierto, es subempleada por la primera razn, por ingreso.

    3 Morales, R., Rodrguez, J., Higa, M. y Montes, R. (2010). Transiciones laborales, reformas estructurales y

    vulnerabilidad laboral en el Per (1998-2008). Documento de Economa N281. Lima: Departamento de

    Economa, PUCP.

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    Tambin es alto el subempleo profesional: cuatro de cada diez profesionales universitarios estn sobre-calificados para lo que hacen, segn Yamada, Martnez y Lavado (2014)4. El 2009 la cifra era de 29%. Y ni qu decir de la inestabilidad laboral, tanto a nivel de legislacin como de permanencia real en el puesto de trabajo. Uno de los hechos indiscutibles del mercado de trabajo peruano, que recoge la economa laboral, es su alto dinamismo: el tiempo en un empleo es bajo e incluso cambiamos mucho entre formalidad e informalidad, y entre ramas de actividad. Somos mil oficios.

    d. Alta desigualdad Finalmente, con una estructura econmica de estas caractersticas, sera difcil que el crecimiento econmico traiga automticamente mayor bienestar. De hecho, si agregamos que la legislacin laboral desde los noventa ha estado orientada a flexibilizar el mercado de trabajo -eufemismo de recorte de derechos laborales-, deberamos esperar que el crecimiento sea des-igualador. Aquello no quiere decir empobrecedor, por cierto. Puede que por diversas vas la estabilidad y la mayor produccin en la economa repercutan en mejoras en todos los sectores. Ya no estamos en la crisis de fines de los ochenta. Pero eso no significar que todos mejoren al mismo ritmo. Volvamos a la analoga de partida. Quines se alimentan de los pedazos ms grandes de la torta? En trminos tcnicos, eso significa preguntarse por cmo se distribuye el PBI por ingreso. Y ah hay cuatro respuestas posibles, en principio: cae en manos de los trabajadores va remuneraciones, en manos de los empresarios va excedente de explotacin, en manos del Estado va tributacin o se gasta para reponer el capital fijo. Por cierto, el INEI tiene aqu dos series de datos. La ms larga, que nos permite ver la evolucin desde los noventa hasta el 2011, usa esas categoras. Hay una ms corta, sin embargo, que viene desde el 2007 y que diferencia, dentro del excedente de explotacin, el ingreso de los independientes del ingreso de los empresarios. Tomemos la primera serie, sobre todo para ver la tendencia en el tiempo. Lo que encontramos es que el PBI ha crecido pero la participacin de las remuneraciones, lo que va a los trabajadores, ha disminuido. En concreto, el ao 1991, 30% del PBI corresponda al ingreso de los trabajadores y 50% al excedente de explotacin. Fjense, los valores son producidos por el trabajo, pero los trabajadores se quedan con menos de un tercio. Pero el 2011 la situacin es peor: ya no es 30, sino 22% lo que corresponde a remuneraciones; y ya no es 50 sino 66% lo que corresponde a excedente de explotacin. Y el Estado? Recauda casi la misma proporcin, cercana al 9%, una base tributaria nfima para asegurar servicios pblicos. Lo anterior repercute de forma clara en los ingresos de los trabajadores. La mejor manera es verlo a partir de cunto en concreto puede consumir un trabajador; es decir, el ingreso real. Lo que nos dicen los datos del INEI es que los sueldos y salarios estn por debajo de los niveles de 1980 y si

    4 Lavado, P., Martnez, J. J., & Yamada, G. (2014). Una promesa incumplida? La calidad de la educacin

    superior universitaria y el subempleo profesional en el Per (No. 14-04).

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    bien se recuperan algo del ao 1988 al 1994, se han mantenido estancados. S, con boom y todo. Un ejemplo: un obrero en Lima hoy gana 208.5% menos que lo que ganaba en 1980 y 6.4% menos que lo que ganaba en 1994. De qu milagro peruano hablamos, entonces? Un comentario sobre el ndice Gini y el indicador de pobreza Un comentario al paso: no estoy considerando los indicadores de Gini ni la evolucin de la pobreza, indicadores generalmente citados por los defensores del rgimen de poltica econmica, por las siguientes razones. El ndice de Gini, que mide la distancia entre los ingresos individuales, sub-estima la desigualdad real porque las encuestas de hogares no consideran a los hogares ms pudientes. Varios economistas han escrito sobre este punto, como Waldo Mendoza, de la PUCP, por ejemplo. No sirve mucho para estudiar la desigualdad real. En el caso de la pobreza lo nico que tenemos con esos datos es la evolucin del consumo por persona, ubicado en relacin a un consumo considerado como mnimamente adecuado. Esto trae consigo varios temas discutibles. Uno de ellos es el valor de ese consumo de referencia: por qu ese nivel y no otro?, lo mnimo incluye gasto en educacin o no, o gasto en ropa? Otro son los factores detrs del consumo: remesas, programas sociales, crdito, ingreso por trabajo? Adems, que se reduzca la pobreza promedio no significa que los que dejan la pobreza se mantengan siempre fuera de ella; de hecho, si tomamos a los pobres del 2007 que son no-pobres el 2008 y los seguimos en el tiempo, vemos que para el 2011 ms de la mitad volvi a la pobreza. Incluso, a solo un ao de haber salido, un tercio de ellos regres a la pobreza. Eso muestran los datos de la ENAHO panel 2007-2011.

    e. Sntesis En sntesis, entonces, esa economa que se desacelera, est caracterizada por un patrn de crecimiento primario-exportador dependiente de precios internacionales, acceso a mercados externos e inversiones extranjeras; por tener una estructura econmica heterognea y marginal, con poca capacidad de generacin de empleo; y por una alta desigualdad funcional vinculada a ingresos reales bajos y poca recaudacin tributaria. Esos rasgos permiten ayudarnos a entender cmo funciona el capitalismo en el Per. Nuestro pas est vinculado a la acumulacin global de capital de forma heterognea y en condicin dependiente; es decir, algunos sectores se vinculan de formas ms o menos similares al funcionamiento de las economas ms desarrolladas, con relaciones salariales, derechos laborales, niveles de ingreso medio o alto, etc. Pero la integracin de estos sectores se articula con otros ms bien marginales, donde la realidad es distinta, como vimos. As, antes que islas integradas en un mar marginal, lo que tenemos es una economa marginal que se articula en torno a los ejes ms dinmicos y que, por el propio carcter de estos ejes, se mantiene marginal a pesar de los ciclos de crecimiento que atraviesa.

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    Dicho en trminos mucho ms sencillos: nuestro patrn de crecimiento primario-exportador antes que llevarnos a salir de la marginalidad, tiende a mantenernos en ella. El mercado por su cuenta no tiene mecanismos para transformar esta situacin.

    4. Contra quines nos enfrentamos? Para saber contra quin nos enfrentamos es preciso identificar qu sectores de la sociedad tienen intereses antagnicos a los nuestros; y para que aquello no quede en el plano moral de identificar a los malos; es decir, para que tenga sentido poltico, es necesario que esos antagonismos se ubiquen en una estructura de relaciones y veamos en ella el poder que tiene cada quien para lograr sus propios intereses. Por eso es necesario preguntarnos cmo es la estructura de poder en el Per y qu lugar tienen ah los trabajadores. Una estructura de poder puede ser aproximada a partir de preguntarnos, de forma muy sencilla, quines ganan y quines pierden, y qu aumenta o disminuye sus posibilidades de ganar o perder. Por supuesto, aquello implica identificar ganadores y perdedores ms o menos permanentes y en torno a ciertos intereses ms o menos esperables. No se trata de situaciones azarosas. Si nos hacemos esas preguntas, entonces estaremos obligados a considerar situaciones sociales ms o menos tpicas y, con ello, relaciones sociales relativamente estables y con una realidad distinta a la suma de voluntades individuales. En Sociologa llamamos a esto estructura. Si bien una estructura de poder puede articularse en funcin a diversos ejes, como el gnero, la etnia o el poder poltico, un eje resulta fundamental en tanto es la premisa material de todo la realidad social: me refiero al eje de clase. En concreto: qu posiciones tenemos en la produccin material de la sociedad? Como se sabe, partir del eje de clase nos permite tambin abordar los dems ejes y sobre todo el poltico, pues las posiciones dominantes en la produccin -las clases dominantes, quienes se apropian los productos del trabajo sin trabajar-, son posibles solo si hay instituciones que las sostengan, y entre ellas una fundamental es el Estado y el orden jurdico que defiende. No obstante, qu tanto las clases dominantes se apropian de los productos sociales, de qu maneras especficas, en qu sectores, etc., o, dicho de otro modo, qu tanto sus intereses priman en la agenda poltica, requiere de un anlisis concreto de la estructura de poder, que supere la sola deduccin terica de su carcter dominante. Cmo es la estructura de poder que sostiene la acumulacin capitalista en el Per? Recordemos que esa economa que analizamos hace unos momentos, donde priman los sectores extractivos y los vinculados a esas actividades va finanzas y energa, y donde, adems, prima un orden jurdico que desprotege a los trabajadores, ha sido estable por ms de veinte aos. En otras palabras: quienes ganan en ese tipo de economa han venido ganando ms o menos sin interrupciones, con un manejo econmico favorable a sus intereses, por ms de veinte aos. Qu haca que todo eso fuera estable?

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    a. Del lado de los sectores dominantes

    Pensemos en algunos rasgos de esa estructura de poder relacionados al sector ms poderoso en trminos de un criterio de clase; es decir, cmo es la cspide de la pirmide en la acumulacin capitalista nacional.

    - Priman las empresas multinacionales y los grandes grupos de poder econmico nacionales. Estn situados sobre todo en sectores de alta productividad. Ya los mencionamos: minera, hidrocarburos, finanzas, pero tambin tele-comunicaciones y servicios de alta calificacin, que son de productividad media pero constituyen mercados altamente concentrados, repartidos entre cuatro o cinco empresas grandes. Es tambin la situacin de la pesca industrial, aunque su peso en el PBI sea pequeo. Estos grupos econmicos dominantes se articulan a un modelo de crecimiento hacia afuera y tienen poco impacto interno en trminos de generacin de empleo y, sobre todo en el caso extractivo, de cadenas de valor.

    - Estn muy bien organizados gremialmente. Nosotros sabemos muy bien que organizados somos ms fuertes, por eso la importancia de los sindicatos. Ahora imagnense la fuerza que podra tener, y tiene, un gremio de grandes empresarios, si de por s un solo gran empresario ya es poderoso. Bueno, ah estn la CONFIEP, la SNMPE, Adex, etc. A un menor nivel tambin estn las Cmaras de comercio, que son importantes sobre todo en las regiones.

    - Cuentan con diversas vas para acceder al poder poltico. En cuanto a vas de acceso al

    poder poltico, sea para dirigir el gobierno, para mantener lo logrado o para promover legislacin y puntos de agenda a su medida, tienen herramientas concretas: medios de comunicacin (El Grupo El Comercio, por ejemplo); tcnicos contratados por ellos, formados en sus ideas y enlazados a redes transnacionales, que han copado los ministerios en los cargos clave; apoyo de organismos multilaterales diversos; partidos polticos especficos (a la fecha, prcticamente todos los que tienen presencia en el Estado y posibilidades electorales, tienen una visin de la economa que no cuestiona a los grandes empresarios); y un conjunto de vas clandestinas de acceso a la atencin del Estado como corrupcin, lobbies, etc.

    - Su poder cruza lo legal y lo ilegal, y lo formal y lo informal. Ni el narcotrfico ni la

    economa delincuencial son economas paralelas. El dinero ilegal debe ser lavado para poder ser utilizado. No olvidemos que en este periodo de boom uno de nuestro productos estrella de exportacin tambin ha sido la cocana. El Per el ao 2009 ha superado a Colombia en exportacin de cocana y un tiempo atrs ya vena siendo el primer productor de coca. Esa economa ilegal estar relacionada a los grandes grupos econmicos?, cmo sustentar, si no, ingresos millonarios? Adems, en cuanto a la economa informal, como ya hemos visto, la alta cantidad de trabajadores disponibles y la economa marginal de supervivencia, hacen que el costo de

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    la fuerza de trabajo sea bajo: la competencia es alta y se puede sobrevivir consiguiendo bienes y servicios precarios en la informalidad.

    - Su poder tiene forma de red. Es la CONFIEP, s, pero mucho ms que eso. No todas las operaciones de los sectores dominantes son visibles o se llevan a cabo desde organizaciones constituidas con estatutos y registros pblicos. Aunque muchas veces no tienen un centro claro, o su centro rota de acuerdo a circunstancias diversas, lo que tenemos es redes de personas y grupos que echan mano de recursos legales o ilegales para lograr sus intereses. Estas redes pueden estar mediadas solo por dinero o estar apoyadas por vnculos familiares, profesionales, chantajes, etc. Por poner un ejemplo: ya de por s nuestro orden jurdico es favorable a las inversiones extranjeras, pero un inversionista puede reunirse con el Presidente y lograr ganar una concesin, como sucedi con Garca y los Petroaudios.

    - En su acumulacin requieren, necesariamente, de trabajo humano y de recursos naturales: trabajo que les genere valor y recursos que les sirvan de insumos, aunque en nuestra economa su importancia es mayor pues esos recursos son exportados con poca transformacin. En ambos casos, para ellos ser necesario tener trabajadores baratos independientemente de su calificacin- y un acceso fcil a los recursos naturales, se encuentren donde se encuentren, bajo cabeceras de cuenca, zonas frtiles o centros poblados.

    b. Del lado de los sectores dominados

    Del lado de los sectores dominados hay una complejidad an mayor pues existen mltiples posiciones intermedias, a pesar de que en trminos de cantidad de poblacin, la enorme mayora se encuentra en una posicin desventajosa. Aunque requiere un anlisis ms profundo, quisiera sealar cuatro puntos a tomar en cuenta.

    - Trabajadores poco organizados. No tenemos el movimiento sindical de antao. Aunque viene creciendo tmidamente en los ltimos tres o cuatro aos, la tasa de sindicalizacin an no llega al 5% de la PEA asalariada (cerca de 108 mil trabajadores el 2011). Si tomamos en cuenta que solo la mitad de la PEA es asalariada, los sindicalizados no seran ms del 2.5% de todos los trabajadores peruanos. Por otro lado, en cuanto al carcter de su lucha, la mayora de los sindicatos que existen han entrado en una dinmica que los lleva a burocratizarse, a no ver ms all de reivindicaciones puntuales y de la negociacin anual del pliego de reclamos con la patronal. A la vez tenemos una alta fragmentacin (cuatro centrales) y una imagen negativa entre la poblacin, muchas veces construida por las prcticas poco honestas de algunos malos sindicalistas, otras por los discursos dominantes que buscan demonizar al sindicalismo.

    - Izquierda en crisis. Crisis con comillas pues difcilmente una crisis puede durar en sentido estricto ms de dos dcadas. Al margen de las calificaciones, lo cierto es que lo

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    que prima en las filas de las izquierdas es la falta de orientacin clara, la fragmentacin organizativa y programtica y la desconexin con los sectores populares, entre otros puntos. Necesitamos aqu un proceso de refundacin, de clarificacin ideolgica y estratgica, de construccin poltica de largo plazo, etc. Ya habr ocasin de profundizar en este punto.

    - Organizaciones populares fragmentadas. Las organizaciones vecinales y de base no tienen la fuerza de antes tampoco. Los comedores populares se encuentran en crisis y muchos de ellos, si no se han disuelto ya, tienen grandes dificultades para mantenerse. Los Vasos de leche han sido en una gran proporcin clientalizados por algunos partidos polticos, siendo uno de los ms fuertes el fujimorismo. Las juntas vecinales ya no tienen la fuerza de convocatoria que tuvieron aos atrs, aunque parecen tomar nueva importancia, tmidamente an, en la forma de juntas de defensa o de seguridad barriales.

    - Campesinado empobrecido y desorganizado. El conflicto armado interno, la pobreza y el desplazamiento territorial llevan a que el campesinado hoy da no sea un actor poltico nacional, como lo fue hasta los ochenta. Su presencia es espordica y sobre todo a escala regional, apoyndose en organizaciones generadas para el momento y/o en la comunidad campesina, en los lugares donde esta forma de organizacin se mantiene.

    - Hay procesos de cambio, re-organizacin y re-constitucin. No es el Per de los noventa, donde se instala el neoliberalismo casi sin resistencias, hay avances importantes, pero estamos lejos de tener un movimiento social con la fuerza de los setenta. Qu carcter tiene este proceso de re-constitucin?, hacia dnde vamos?, qu podemos decir desde los trabajadores?

    En concreto, ms o menos lo que tenemos es una estructura de poder donde los sectores empresariales tienen una alta concentracin de poder, facilitada por sus accesos al Estado a pesar de que sus propuestas no han ganado ninguna eleccin- y por la poca capacidad de resistencia, no se diga de propuesta, de los sectores populares organizados. Eso no se ha mantenido sin cambios, claro, pero ha sido as en sus rasgos fundamentales, lo que pone en cuestin la legitimidad de nuestro orden democrtico: un sector se impone incluso a pesar de la voluntad popular expresada en las urnas. Toledo, Garca y Humala ganaron con propuestas de cambio, pero hicieron todo lo contrario.

    5. Qu se viene? Con todo lo dicho, volvamos a la coyuntura. Elemento central: desaceleracin econmica. La torta no crece al mismo ritmo pero los que coman de ella los pedazos ms grandes, querrn mantener su porcin. La nica manera de que lo hagan es quitando ms a los dems, porque la torta es ms pequea. En concreto, el gran empresariado va a querer, segn su racionalidad de lucro:

    - Menores protecciones ambientales: acceso ms fcil a recursos naturales. - Menores derechos laborales: trabajadores ms baratos. - Menos tributacin: pagar menos impuesto a la renta, menos impuestos directos, etc.

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    Los paquetes de reactivacin, cinco ya, tienen exactamente esa orientacin. Si uno revisa cada paquete encuentra que cada uno pareciera que fuese producto de una encuesta a los empresarios preguntndoles qu necesitan para seguir ganando igual o ganar ms. El gobierno actual, recordemos, una vez que Ollanta Humala abandon el plan de la Gran Transformacin en las elecciones del 2011, no tiene un rumbo claro. Perdi la posibilidad de tener iniciativa y una ruta poltica (no una hoja de ruta con programas sociales), y lo hizo adoptando la agenda del gran empresariado. As, los principales ministerios han sido copados por personas que dan confianza a este sector (pues piensan como ellos y vienen del sector privado, en muchos casos) y que llevan sus intereses como bandera. Ahora con la desaceleracin al frente, el empresariado tiene una agenda radical en la que buscan profundizar an ms el rgimen de poltica econmica, incluso desfinanciando al Estado. Al mismo tiempo, las polticas que impulsa son impopulares y ad portas de las elecciones generales del 2016, la oposicin poltica lo aprovecha y busca ahora presentarse como defensora de los trabajadores, tal cual como lo hizo el APRA el 2005 con Toledo. Tenemos entonces un gobierno errtico, sin norte, que expresar la voluntad de quienes tengan ms fuerza en el tira y afloja de la poltica nacional. As, este gobierno sin identidad, casi fantasmal, por momentos ser represivo y violentamente liberalizador; y por momentos ser populista, buscando gastar ms para hacerse de siquiera un poco de apoyo popular. En el centro de todo esto tendremos antagonismos que se hacen cada vez ms claros.

    6. Qu hacer? Qu hacer? Tamaa pregunta, no? No pienso dar una receta o algo por el estilo. Pero s considero que debemos tener tres cosas claras. La primera es la necesidad de fortalecer las organizaciones existentes, promover organizaciones nuevas y construir articulaciones que nos permitan resistir. No nos pondremos todos de acuerdo de la noche a la maana ni tendremos el gran movimiento, pero debemos caer en la cuenta de que se viene un periodo de polarizacin y un probable gobierno de derecha orgnica. Eso nos debe llevar a ser ms unidos, a tolerar ms las diferencias y a ser ms activos en el covencimiento de los no organizados y de la poblacin en general. Hablemos no solo hacia adentro, sino tambin hacia afuera: el sindicalismo necesita posicionarse en la sociedad. Lo segundo que debemos tener presente es que debemos pensar en el mediano plazo, no solo en el 2016. Esto es importante pues las fuerzas polticas con intereses electorales van a buscar acercarse a los trabajadores, aparentemente como aliados. Ya vimos al APRA protestando contra el Rgimen Laboral Juvenil, cuando en su gobierno no hizo nada por los trabajadores y mantuvo varios regmenes especiales que prometi derogar. Es necesario identificar a los oportunistas y tenerlos a raya. La nica posibilidad de que los derechos laborales se recuperen y que los que tenemos se mantengan, es con un movimiento sindical contundente, combativo, que no se gue por ciclos electorales y que trabaje de cara a las

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    bases y a la sociedad en general, en busca de una genuina emancipacin de las relaciones opresivas de trabajo que este sistema impone. Finalmente, debemos mirar con mucha atencin el proceso de acercamiento de los jvenes a la lucha social a propsito de las movilizaciones contra el Rgimen Laboral Juvenil. No es nuevo que los jvenes protesten, pero s que lo hagan jvenes con organizacin barrial y territorial y que se movilicen por un tema laboral. La posibilidad de una renovacin de la imagen del sindicalismo y un acercamiento a trabajadores jvenes es sumamente valiosa. Adems, que las movilizaciones ms fuertes hayan sido en la ciudad de Lima resulta de una vital importancia, al ser la capital el corazn de la dominacin neoliberal vigente. Movilizar Lima, la ciudad ms conservadora de Amrica Latina, es remecer la estructura de poder actual.