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Universidad CEU Cardenal Herrera
CEINDO – CEU Escuela Internacional de
Doctorado
PROGRAMA EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE LA SALUD
Caracterización inmunopatológica de un
modelo de infección experimental
intradérmica por Staphylococcus aureus
en conejos
TESIS DOCTORAL
Presentada por: Asunción Muñoz Silvestre
Dirigida por: Dr. D. Juan Manuel Corpa Arenas Dr. D. David Viana Martín
VALENCIA
2018
Facultad de Veterinaria
Departamento de Producción y Sanidad Animal, Salud Pública Veterinaria y Ciencia y
Tecnología de los Alimentos
AUTORIZACIÓN DE LOS DIRECTORES DE TESIS PARA SU PRESENTACIÓN
Los Dres. D. JUAN MANUEL CORPA ARENAS y D. DAVID VIANA MARTÍN, como Directores
de la Tesis Doctoral realizada por la Doctoranda Dña. ASUNCIÓN MUÑOZ SILVESTRE,
titulada “Caracterización inmunopatológica de un modelo de infección experimental
intradérmica por Staphylococcus aureus en conejos”, autorizamos la presentación de la
citada Tesis Doctoral, puesto que reúne las condiciones necesarias para su defensa.
En Alfara del Patriarca, a 28 de noviembre de 2018.
Los Directores de la Tesis.
Fdo. Dr. D. Juan Manuel Corpa Arenas Fdo. Dr. D. David Viana Martín
Este trabajo ha sido financiado por proyectos de
investigación de las siguientes entidades: Universidad CEU
Cardenal Herrera (INDI-1505, INDI-1606 e INDI-1707) y la
Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología
(AGL2011-30170-CO2-02 y AGL2014-53405-C2-2-P).
Igualmente la doctoranda ha disfrutado de una beca de
investigación de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
A mis padres y seres queridos
AGRADECIMIENTOS
Transcurridos cuatro años desde que comenzara mi andadura en el ámbito de la
investigación científica, reconozco que han pasado muy rápido. De esto me he dado
cuenta precisamente al finalizar la elaboración de esta tesis doctoral, no exenta de
algunos imprevistos y contratiempos que prolongaron en el tiempo su desarrollo y
ejecución. Por este motivo, en primer lugar quiero agradecer a la Universidad CEU
Cardenal Herrera y a la CEU Escuela Internacional de Doctorado la oportunidad de
disponer de un año más. Además, en esta primera posición también incluyo a los Dres.
Juan Manuel Corpa y David Viana por brindarme en su día la ocasión de iniciar el
doctorado bajo su dirección. Les agradezco el tiempo que me han dedicado durante
todo el periodo, aún más si cabe en la etapa final, en la cual se recogen y condensan al
máximo los conocimientos y experiencia aportados por los directores. Así pues, su
dedicación ha sido el pilar de este trabajo, por lo que reitero mi gratitud hacia mis
directores.
Por otra parte, durante este tiempo he conocido y he estado acompañada por personas
que, en su estilo y forma de ser, me han aportado sensaciones y ejemplos para vivir,
además de consejos prácticos y habilidades. Debo hacer especial mención a dos de estas
personas, a mis compañeras Sara Pérez y Elena Moreno, con quienes más tiempo he
compartido. Juntas hemos trabajado en equipo y nos hemos apoyado, en las penas y
alegrías, de las vivencias del doctorado y de la vida misma. A Sara la conocí en el primer
año del doctorado, momento en el que ella, alumna de quinto de veterinaria, era
becaria de colaboración en nuestro grupo de investigación y estaba realizando su TFG.
Elena se incorporó al grupo a finales de mi segundo año de doctorado, y recuerdo
perfectamente que pasó a conocer el laboratorio y nuestras rutinas el día de mi
cumpleaños, rechazando el aperitivo que le ofrecí… quién nos iba a decir que más
adelante íbamos a compartir adicción por rosquilletas, croissants y empanadillas. Chicas:
sabéis que aunque a veces puedo resultar distante y distraída, y tuve días un tanto
huraños con vosotras, os guardo un gran cariño. De hecho, os echaba de menos incluso
estando a dos puertas de vosotras. Han sido muchas horas y días de trabajo en vuestra
compañía, donde la organización fue fundamental y la responsabilidad un requisito de
confianza. Me alegro mucho de haberos conocido. Y ahora, ¿quién va a hacer
desaparecer las cajas de puntas vacías?
Otras personas que también he conocido durante este tiempo han sido los doctorandos
del resto de grupos de investigación de la Universidad. Cuando empecé la mayoría de
doctorandos estaban acabando su tesis (Ana, Marioa, Sole, Sarita, María, Ester, Tania) y
compartíamos el laboratorio con el grupo de investigación de Nacho Pérez (el llamado
grupo de bioquímica). Al mismo tiempo que yo se incorporó al CEU otra doctoranda,
Pilar Madrigal, y las dos fuimos las primeras doctorandas de la CEINDO en Valencia.
Además, Pili fue quien depositó antes. Creo que nosotras, incluyendo a Sara, aportamos
nuevos aires al laboratorio, una tarea que resultó sencilla gracias a la personalidad y
disponibilidad de Pili, que estoy segura le van a ser útiles para hacer grandes proyectos.
En los años siguientes se fueron incorporando nuevos doctorandos y doctorandas:
Beatriz, Roberto, Ángel, Cristina, Adrián, Josep, Teresa. Crecía de nuevo la familia de
“becarios”, y a medida que pasaba el tiempo y se acercaba el momento de que yo
entregara la tesis, podía ver en sus rostros la incertidumbre de pensar “cuando yo esté
ahí donde está ella”, que seguro contrastaría con mi cara de cansancio (así me
describían en esos días). Por eso, como he dicho al principio, todo llega y, además, llega
más rápido de lo que imaginamos. Y en esto seguro que me entiende Bea, con quien
intercambié tanto información sobre trámites y documentos, como estados de emoción.
Así que, ánimo!!
En la Universidad, obviamente, también he coincidido con profesores, sobre todo
anatomopatólogos: Joaquín, Agustín y Laura. También les agradezco la atención que me
han prestado cuando he tenido dudas y los consejos que me han dado. Además, sin salir
del ámbito de la anatomía patológica, una merecida mención a los técnicos de
laboratorio por su labor: Rocío, Brenda y Laura. Con Brenda intercambié alguna hipótesis
científica, en momentos de pseudo-lucidez en los que nos dejábamos llevar por el
entusiasmo de querer dar respuesta alguna pregunta que no se había respondido
todavía. Prescisamente por ese interés, estoy segura de que vas a elaborar un TFG de
mucha calidad. Disfruta de tu estancia Brenda. Y cómo no hablar de Fany, dedicada a la
anatomía patológica casi durante toda la carrera, y con quien he compartido congresos y
momentos de trabajo en el laboratorio y en el microscopio. Ahora te toca a ti, Fany.
Felicidades!! Y también mencionar a Jorge, Jaume y Carlota, a quienes les esperan
nuevos retos, a cada cual desde una situación diferente; Jorge va a dar un paso más en
su formación de anatomopatólogo, y Jaume y Carlota, que sin dejar de ser alumnos ya
son veterinarios. Suerte a todos!!
Y sin abandonar todavía el CEU, recordar también a los alumnos que vinieron a nuestro
laboratorio a hacer su TFG (Celia, Servando), TFM (Álex) o prácticas Erasmus (Natasha).
Asimismo, comentar el cambio de vecindario que experimentamos al mudarnos al nuevo
edificio. Al principio estuvieron con nosotras Marta, Sandra, Carmen López y Edgar, pero
tras designarse definitivamente los puestos de trabajo, acabamos compartiendo estufas
de cultivo con el grupo de Provagin (Juanjo, Ángel, Estrella, Empar, Lorena, Lola). Fuera
con unos o con otros, la convivencia fue agradable. Y como no podía ser de otra manera,
citar a las personas que también participan (o participaron) en el funcionamiento de la
Universidad a través de su trabajo: Ámparo (laboratorio análisis clínicos); José Manuel y
Maricarmen (recepción hospital); los Pacos (y su furgoneta); Eliseo (mantenimiento
edificio Salud); José Antonio, Vanesa, Cris, Rocío y Ana (laboratorios); Paula, Juan, Javi,
Marcos (granja); Ricardo, Iván, Matías, David, Marlene, Paqui (conserjes); Lorena,
Vanesa, Ámparo (limpieza). Todas estas personas han aportado también su granito o
montoncito de arena a mi trabajo, aunque se tratara de hacer su trabajo, valga la
redundancia.
Por otra parte, mencionar también con cariño las ocasiones que he estado en la granja
de conejos de la UPV, por el buen trato que he recibido por parte de quienes trabajan
allí y lo que he aprendido de ellos, bien fuera en la granja bien fuera en los congresos de
ASESCU. Gracias a Juanjo, Concha, Enrique, Eugenio, Luís, Pablo. Guardo anécdotas
graciosos con todos ellos. Y por supuesto con Alberto, quien me ha ayudado muchísimo
con el análisis estadístico de este trabajo y ha tenido paciencia para explicarme, incluso
varias veces, las cuestiones que le reformulaba. Ahora veo de otra forma la estadística.
Gracias Alberto!! Y cómo no acordarse del incomparable Joan Rosell, a quien tenemos
en gran estima por su dedicación y profesionalidad, y su carisma.
Además, recordar de especial manera a mis amistades más preciadas (Mariangeles,
Marta y Joana) por su interés y apoyo, y al resto de personas conocidas del pueblo que
también se interesaron por mi trabajo. Quienes me conocen bien saben que cuando
digo pueblo, según el contexto y sin que diga el nombre, se trata de mi localidad natal
(Bonrepós y Mirambell) o de mi localidad “de adopción” (Bronchales). No he podido
evitar nombrar estos pueblos distantes porque siento alegría de haberme criado en un
pueblo de la huerta valenciana, así como de disfrutar de la naturaleza y encontrar la paz
al mismo tiempo en “el balcón de España”.
Finalmente, y no por ello menos importantes, mi familia, sobre todo mis padres. La
razón principal ya no es sólo porque les debo la vida, sino porque también les debo su
ejemplo. Las actitudes buenas que en mí puedan ver las demás personas en gran medida
son las que me inculcaron en casa. Ellos tuvieron aptitud para criarme y educarme, y
tanto en mis estudios universitarios como durante el doctorado, han tenido actitud para
apoyarme y sostenerme con el cariño propio de los padres y la comprensión inherente al
ser humano. Por eso les dedico el trabajo que se expone en las siguientes páginas.
RESUMEN
Staphylococcus aureus es una bacteria capaz de producir diferentes tipos de lesiones en
multitud de hospedadores. Las infecciones producidas por S. aureus son causa habitual
de infecciones en la piel, donde suelen generar abscesos. Para entender la patogénesis
de estas lesiones se requieren modelos de infección animal que se aproximen a las
situaciones clínicas naturales. La susceptibilidad del hospedador, la dosis del inóculo y la
elección de la cepa bacteriana son consideraciones importantes para establecer el
modelo animal apropiado. Por esta razón, el presente manuscrito se centra en la
caracterización y descripción inmunopatológica pormenorizada de un modelo de
infección experimental en conejo empleando dosis bajas de S. aureus.
En primer lugar, se caracterizaron las lesiones cutáneas y las respuestas inmunitarias
local y periférica tras la inoculación de una cepa ST121 de S. aureus aislada de conejo.
Los resultados mostraron un aumento del número de linfocitos B y T CD25+ sanguíneos a
los 0,5 días post-inoculación (dpi). Todos los animales presentaron lesiones evidentes al
1º dpi, coincidiendo con el incremento del número de células inflamatorias (heterófilos)
a nivel microscópico y el aumento de granulocitos sanguíneos. Esta afluencia de
heterófilos y su agrupación en el lugar de inoculación dio lugar a la formación de
nódulos. A los 3 dpi los abscesos alcanzaron las mayores dimensiones y se observaron
los primeros casos de dermonecrosis y ulceración. Además, a nivel microscópico los
abscesos estaban rodeados por una banda eosinófila y presentaban fenómenos de
Splendore-Hoeppli en su interior, y comenzaron a aumentar el número de macrófagos
locales y de monocitos sanguíneos. El 7º dpi se caracterizó por la apertura de los
abscesos y la consecuente disminución del número de bacterias. A nivel local, se
elevaron el número de células plasmáticas, linfocitos T y macrófagos; y de granulocitos y
monocitos en sangre. Tras el drenaje del contenido purulento comenzó la reparación
progresiva de las lesiones hasta los 28 dpi. A nivel histológico los fenómenos de
reparación se correspondieron con la presencia de tejido de granulación, disminución
gradual del número de células inflamatorias y reepitelización de la zona de lesión.
Asimismo, durante la fase de recuperación tuvo lugar un incremento de las poblaciones
sanguíneas de granulocitos y monocitos a los 14 dpi.
En segundo lugar, se evaluaron las lesiones provocadas por diversas cepas de S. aureus
mutantes en genes involucrados en la formación de abscesos (agr, coa-vwb, hla y el
locus psm), para estudiar posibles modificaciones en su morfología y respuesta
inflamatoria. A los 7 dpi, no hubo diferencias significativas en el número de animales
infectados, el tamaño y la gravedad de las lesiones producidas por las cepas mutantes
respecto a la cepa salvaje. En cuanto a las lesiones a nivel histológico, los abscesos
producidos por los mutantes también se caracterizaban por rodearse de bandas
eosinófilas, mayoritariamente incompletas en las cepas J Δagr y JΔ hla, y fenómenos de
Splendore.Hoeppli. Además, se observó mayor presencia de heterófilos difusos
alrededor de los abscesos desarrollados por J Δpsm., J Δagr y JΔ hla. Por último, el
infiltrado inflamatorio en el músculo cutáneo fue de carácter más leve-moderado, salvo
con la cepa J Δpsm.
Finalmente, se planteó comparar las lesiones y la respuesta inmunitaria desarrolladas
por la cepa ST121 salvaje con las provocadas por distintas cepas ST121 mutantes a los 1,
3 y 7 dpi. La cepa cunícola salvaje y la cepa humana rabbitizada (F dltBr) fueron capaces
de producir lesiones en todos los animales inoculados. Además, las lesiones cutáneas
desarrolladas por la cepa mutante humana fueron similares a las producidas por la cepa
salvaje aislada de conejo. Sin embargo, las cepas de origen cunícola produjeron lesiones
más leves tras restablecer el gen rot (J rot+) y mutar el gen dltB (J dltBh). Asimismo, en los
abscesos desarrollados por la cepa J dltBh no se observó una banda eosinófila, y sólo se
encontraron fenómenos de Splendore-Hoeppli con la J rot+. Por otra parte, la respuesta
inmunitaria periférica en los animales inoculados con las cepas mutantes se caracterizó
por menor número de granulocitos y monocitos, y recuentos superiores de linfocitos (B,
T, T CD4+, T CD8+ y T CD25+). En cuanto a la respuesta inmunitaria local, al 1º dpi se
encontró un mayor número de células plasmáticas en las lesiones producidas por la cepa
J rot+, y sólo se detectaron linfocitos T en los animales infectados con F dltBr y J dltBh.
Por todo ello, el modelo experimental caracterizado en este trabajo puede constituir un
sistema adecuado para reproducir, de forma fiable, las infecciones provocadas por
S. aureus en condiciones naturales.
ABSTRACT
Staphylococcus aureus is a bacterium capable of producing different types of lesions in
many hosts. The infections produced by S. aureus are the usual cause of skin infections,
where abscesses tend to form. Animal infection models that approach natural clinical
situations are needed to understand the pathogenesis of these lesions. Host
susceptibility, inoculum dose and choice of bacterial strain are relevant considerations
to determine a suitable animal model. This is why the present manuscript centres on a
characterisation and immunopathological description by detailing an experimental
infection model in rabbits using low S. aureus doses.
Firstly, skin lesions and local and peripheral immune responses were characterised after
the inoculation of an isolated rabbit strain ST121 of S. aureus. The results showed an
increase in the number of B and T CD25+ blood lymphocytes at 0.5 days post-inoculation
(dpi). All the animals presented evident lesions on 1 dpi, which coincided with an
increasing number of inflammatory cells (heterophils) under a microscope, and more
granuolocytes in blood. This abundance of heterophils and them grouping at the
inoculation site gave way to nodes forming. On 3 dpi, abscesses had reached their
biggest size, and the first cases of dermonecrosis and ulceration were observed. The
microscope revealed that abscesses were surrounded by an eosinophil band, presented
Splendore-Hoeppli phenomena in their interior, and the number of local macrophages
and monocytes in blood began to grow. Dpi 7 was characterised by abscesses opening
and the number of bacteria subsequently lowered. Locally, the number of plasma cells, T
lymphocytes and macrophages rose, as did the number of granulocytes and monocytes
in blood. After draining purulent content, lesion repair progressively started until 28 dpi.
In histological terms, repair phenomena corresponded with the presence of granulation
tissue, a gradual reduction in the number of inflammatory cells and epithelialisation in
the lesion area. During the recovery phase, the granulocyte and monocyte populations
in blood had grown by 14 dpi.
Secondly, the lesions caused by the different mutant S. aureus strains in the genes
involved in abscess formation (agr, coa-vwb, hla and locus psm) were evaluated to
study any possible modifications in their morphology and inflammatory response. On 7
dpi, no significant differences were found in the number of infected animals, nor in the
size or severity of the lesions caused by the mutant strains in relation to the wild strain.
With the histological-type lesions, the abscesses caused by mutants were also
characterised by being surrounded by eosinophil bands, most of which were incomplete
in strains J Δagr and J Δhla, and by Splendore-Hoeppli phenomena. More diffuse
heterophils were present around the abscesses developed by J Δpsm., J Δagr and
J Δhla. The inflammatory infiltrate in skin muscle was more mild-moderate, except with
strain J Δpsm.
Finally, a comparison of the lesions and immune response developed by wild strain
ST121 with those caused by different mutant ST121 strains by 1, 3 and 7 dpi was made.
The wild rabbit strain and the human rabbitised (F dltBr) strain were capable of
producing lesions in all the inoculated animals. Moreover, the skin lesions developed by
the human mutant strain were similar to those produced by the wild isolated rabbit
strain. However, the strains of rabbit origin caused less severe lesions after gene rot
(J rot+) was re-established and gene dltB (J dltBh) mutated. In the abscesses developed
by strain J dltBh, no eosinophil band was observed, and Splendore-Hoeppli phenomena
were found only with J rot+. The peripheral immune response in the animals inoculated
with mutant strains was characterised by fewer granulocytes and monocytes, and by
higher lymphocyte counts (B, T, T CD4+, T CD8+ and T CD25+). More plasma cells were
found for the local immune response on 1 dpi in the lesions caused by strain J rot+, and T
lymphocytes were detected only in the animals infected by F dltBr and J dltBh.
Thus the experimental model characterised herein may prove to be a suitable system to
reliably reproduce infections caused by S. aureus under natural conditions.
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL
Página
LISTA DE ABREVIATURAS ----------------------------------------------------------------------
ÍNDICE DE FIGURAS -----------------------------------------------------------------------------
ÍNDICE DE IMÁGENES ---------------------------------------------------------------------------
ÍNDICE DE TABLAS -------------------------------------------------------------------------------
1. INTRODUCCIÓN ------------------------------------------------------------------------------
1.1. Género Staphylococcus ------------------------------------------------------------------
1.1.1. Staphylococcus aureus ------------------------------------------------------------------ 1.1.2. Importancia clínica de S. aureus ------------------------------------------------------
1.1.2.1. Humanos --------------------------------------------------------------------------- 1.1.2.2. Ganadería --------------------------------------------------------------------------
1.1.2.2.1. Cunicultura ------------------------------------------------------------------- 1.1.3. Factores de virulencia de S. aureus -------------------------------------------------- 1.1.4. Modelos de infección experimental con S. aureus ------------------------------
1.1.4.1. Estudios experimentales en piel ---------------------------------------------- 1.1.4.2. El conejo como modelo de infección experimental ----------------------
1.2. Sistema inmunitario ----------------------------------------------------------------------
1.2.1. Respuesta inmunitaria innata --------------------------------------------------------- 1.2.1.1. Polimorfonucleares neutrófilos ----------------------------------------------- 1.2.1.2. Células mononucleares: monocitos-macrófagos -------------------------
1.2.2. Respuesta inmunitaria adaptativa --------------------------------------------------- 1.2.2.1. Linfocitos ---------------------------------------------------------------------------
1.2.2.1.1. Linfocitos B ------------------------------------------------------------------- 1.2.2.1.2. Linfocitos T -------------------------------------------------------------------
1.2.3. Citoquinas ---------------------------------------------------------------------------------
1.3. Piel --------------------------------------------------------------------------------------------
1.3.1. Estructura histológica de la piel ------------------------------------------------------ 1.3.2. Mecanismos de defensa cutáneos ---------------------------------------------------
2. OBJETIVOS -----------------------------------------------------------------------------------
3
13
19
23
27
27
27 29 32 34 35 36 41 43 59
60
61 63 66 66 67 67 67 68
69
70 71
79
ÍNDICE GENERAL
Página
3. MATERIAL Y MÉTODOS -----------------------------------------------------------------
3.1. Cepas bacterianas y medios de cultivo ----------------------------------------------
3.2. Plásmidos y cebadores -------------------------------------------------------------------
3.3. Biología molecular ------------------------------------------------------------------------ 3.3.1. Extracción del DNA genómico -------------------------------------------------------- 3.3.2. Amplificación del DNA mediante PCR ----------------------------------------------- 3.3.3. Transformación de Escherichia coli --------------------------------------------------
3.3.3.1. Obtención de células competentes: método del CaCl2 ------------------ 3.3.3.2. Método del choque térmico ---------------------------------------------------
3.3.4. Transformación de S. aureus ---------------------------------------------------------- 3.3.4.1. Obtención de células competentes: método de la sacarosa ---------- 3.3.4.2. Electroporación -------------------------------------------------------------------
3.3.5. Transferencia de plásmidos entre cepas de S. aureus -------------------------- 3.3.5.1. Inducción de cepas con mitomicina ----------------------------------------- 3.3.5.2. Infección con bacteriófago en medio líquido ----------------------------- 3.3.5.3. Transducción de plásmido entre cepas -------------------------------------
3.3.6. Mutagénesis por recombinación ----------------------------------------------------- 3.3.6.1. Amplificación de las flanqueantes mediante PCR ------------------------ 3.3.6.2. Clonación de las flanqueantes y del pMAD -------------------------------- 3.3.6.3. Recombinación bacteriana en S. aureus ------------------------------------
3.3.7. Extracción de DNA plasmídico -------------------------------------------------------- 3.3.8. Secuenciación de los productos de PCR y digestión -----------------------------
3.4. Comportamiento in vitro de cepas de S. aureus ---------------------------------- 3.4.1. Evaluación del crecimiento bacteriano en medio líquido ---------------------- 3.4.2. Coagulación de plasma de conejo --------------------------------------------------- 3.4.3. Supervivencia en sangre de conejo --------------------------------------------------
3.5. Modelo de infección experimental en piel de conejo --------------------------- 3.5.1. Preparación del inóculo bacteriano ------------------------------------------------- 3.5.2. Protocolo de inoculación intradérmica --------------------------------------------- 3.5.3. Cepas bacterianas, animales empleados y tiempos de muestreo ----------- 3.5.4. Toma de muestras ----------------------------------------------------------------------- 3.5.5. Análisis mediante citometría de flujo y contador hematológico ------------- 3.5.6. Análisis histopatológicos ---------------------------------------------------------------
3.5.6.1. Estudios histológicos ------------------------------------------------------------ 3.5.6.2. Estudios inmunohistoquímicos -----------------------------------------------
3.5.7. Análisis bacteriológico: pureza de los cultivos y recuentos bacterianos --- 3.5.8. Cuantificación de citoquinas plasmáticas y locales ------------------------------
3.6. Análisis estadístico ------------------------------------------------------------------------
83
83
85
88 88 88 89 89 89 90 90 90 91 91 91 91 92 92 93 94 96 96
96 96 97 97
98 98 98 99
100 100 102 102 102 106 106
107
ÍNDICE GENERAL
Página
4. RESULTADOS --------------------------------------------------------------------------------
4.1. Modelo de infección experimental intradérmica en conejo con una cepa
de S. aureus de origen cunícola -------------------------------------------------------
4.1.1. Observaciones macroscópicas -------------------------------------------------------- 4.1.1.1. Desarrollo y evolución clínica de las lesiones cutáneas ----------------- 4.1.1.2. Recuentos bacterianos ---------------------------------------------------------- 4.1.1.3. Estado de salud de los animales ----------------------------------------------
4.1.2. Observaciones microscópicas --------------------------------------------------------- 4.1.2.1. Descripción histológica --------------------------------------------------------- 4.1.2.2. Evaluación de la respuesta inmunitaria local ------------------------------
4.1.3. Estudio de la respuesta inmuitaria periférica ------------------------------------- 4.1.4. Estudio de las citoquinas locales y plasmáticas -----------------------------------
4.2. Evaluación de cepas mutantes de S. aureus ---------------------------------------
4.2.1. Caracterización in vitro de cepas mutantes de S. aureus ----------------------- 4.2.1.1. Crecimiento en medio líquido en condiciones controladas ------------ 4.2.1.2. Capacidad de coagulación en plasma de conejo ------------------------- 4.2.1.3. Supervivencia bacteriana en sangre de conejo ---------------------------
4.2.2. Caracterización in vivo de cepas mutantes de S. aureus ------------------------ 4.2.2.1. Estudio de la capacidad de formación de abscesos intradérmicos --
4.2.2.1.1. Observaciones macroscópicas ------------------------------------------ 4.2.2.1.2. Observaciones microscópicas -------------------------------------------
4.3. Estudio de la interacción de cepas de S. aureus modificadas
genéticamente y el conejo --------------------------------------------------------------
4.3.1. Observaciones macroscópicas -------------------------------------------------------- 4.3.1.1. Capacidad de producir lesiones cutáneas ---------------------------------- 4.3.1.2. Recuentos bacterianos ---------------------------------------------------------- 4.3.1.3. Estado de salud de los animales ----------------------------------------------
4.3.2. Observaciones microscópicas --------------------------------------------------------- 4.3.2.1. Descripción histológica ---------------------------------------------------------- 4.3.2.2. Evaluación de la respuesta inmunitaria local ------------------------------
4.3.3. Estudio de la respuesta inmunitaria periférica -----------------------------------
115
115
115 115 117 118 120 120 139 147 153
157
157 157 159 160 162 162 162 166
174
174 174 176 178 178 178 186 188
ÍNDICE GENERAL
Página
5. DISCUSIÓN -----------------------------------------------------------------------------------
5.1. El modelo de infección experimental intradérmica a baja dosis infectiva -
5.2. Genes implicados en la patogenia de S. aureus en conejos --------------------
5.3. Importancia de la cepa ST121 cunícola para el estudio de S. aureus --------
6. CONCLUSIONES -----------------------------------------------------------------------------
7. BIBLIOGRAFÍA -------------------------------------------------------------------------------
197
197
212
215
221
225
LISTA DE ABREVIATURAS
3
LISTA DE ABREVIATURAS
agr Gen regulador accesorio. Del inglés: Accessory gene regulator
AIPs Péptidos autoinductores Del inglés: Auto-inducing peptides
ALT Ácido lipoteicoico
amp Ampicilina
AMPs Péptidos antimicrobianos. Del inglés: Antimicrobial peptides
APCs Células presentadoras de antígenos. Del inglés: Antigen-presenting cells
Aur Aureolisina
BPI Factor bactericida/estimulador de la permeabilidad. Del inglés:
Bactericidal/permeability-increasing protein
CaCl2 Cloruro de calcio
CA-MRSA S. aureus resistente a la meticilina asociado a la comunidad. Del inglés:
Community-acquired methicillin-resistant S. aureus
CAMPs Péptidos catiónicos antimicrobianos. Del inglés: Cationic antimicrobial
peptides
CLP Progenitor linfoide común. Del inglés: Common lymphoid progenitors
cm / cm2/ cm3 Centímetro/ centímetro cuadrado/ centímetro cúbico
CSFs Factores estimulantes de colonias. Del inglés: Colony-stimulating
factors
DNA Ácido desoxirribonucleico. Del inglés: Deoxyribonucleic acid
dNTPs Desoxirribonucleótidos trifosfato
DO (nm) Densidad óptica a una determinada longitud de onda (nm)
DPBS Solución salina tamponada con fosfato de Dulbecco. Del inglés:
Dulbecco’s phosphate-buffered saline solution
dpi Día/s post-inoculación
ECDC Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. Del
inglés: European Centre for Disease Prevention and Control
EDTA Ácido etilendiaminotetraacético. Del inglés: Ethylenediaminetetraacetic
acid
e.g. Por ejemplo. Del latín: exempli gratia
4
LISTA DE ABREVIATURAS
EGFP-PMNs Polimorfonucleares neutrófilos con proteína verde fluorescente
mejorada. Del inglés: Enhanced green fluorescence protein-
Polymorphonuclear neutrophils
ELISA Ensayo de inmunoadsorción ligado a enzimas. Del inglés: Enzyme-linked
immunosorbent assay
ELP Progenitor linfoide primario o temprano. Del inglés: Early lymphoid
progenitor
Eri Eritromicina
ETs Toxinas exfoliativas. Del inglés: Exfoliative toxins
F Flanqueante
FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura
FDA Agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la
administración de medicamentos; en España es la AEMPS. Del inglés:
Food and Drug Administration
FITC Isotiocianato de fluoresceína. Del inglés: Fluorescein isothiocyanate
g Gramo
g (RCF) Fuerza g (unidad de la fuerza centrífuga relativa. Del inglés: Relative
centrifugal force
g/l Gramos/litro
G/L Granulocitos/Linfocitos
GM-CSF Factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos. Del
inglés: Granulocyte-macrophage colony-stimulating factor
h Horas
HA-MRSA S. aureus resistente a la meticilina asociado a los hospitales. Del inglés:
Hospital-acquired methicillin-resistant S. aureus
Hb Hemoglobina
hBDs Defensinas beta humanas. Del inglés: Human β-defensins
Hla Hemolisina alfa. Del inglés: Alpha-hemolysin
Hlb Hemolisina beta. Del inglés: Beta-hemolysin
Hlg Hemolisina gamma. Del inglés: Gamma-hemolysin
5
LISTA DE ABREVIATURAS
HNPs Péptidos neutrofílicos humanos. Del inglés: Human neutrophil peptides
hpi Hora/s post-inoculación
HRP Peroxidasa de rábano. Del inglés: Horseradish peroxidase
Hto Hematocrito
H&E Hematoxilina-eosina
H2O Agua
H2O2 Peróxido de hidrógeno (también conocido como agua oxigenada)
i.b. Intrabronquial
IBMCP-UPV Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas de la Universidad
Politécnica de Valencia
i.d. Intradérmico
i.e. Es decir. Del latín: id est
IFN Interferón
Ig Inmunoglobulina
IL Interleucina
i.m. Intramamaria
i.n. Intranasal
i.p. Intraperitoneal
IsdA Determinante A de superficie regulado por hierro. Del inglés: Iron-
regulated surface determinant protein
i.t. Intratraqueal
i.v. Intravenoso
Kb Kilobase
Kg Kilogramo
Kv Kilovoltios
l Litro
L Longitud
LA-MRSA S. aureus resistente a la meticilina asociado al ganado. Del inglés:
Livestock-associated methicillin-resistant S. aureus
6
LISTA DE ABREVIATURAS
LB Medio de cultivo Luria-Bertani
M (mM) Molar (milimolar)
MDSCs Células supresoras mieloides derivadas. Del inglés: Myeloiod-derived
supresor cells
MGEs Elementos genéticos móviles. Del inglés: Mobile genetic elements
MgSO4 Sulfato de magnesio
MHC Complejo mayor de histocompatibilidad. Del inglés: Major
histocompatibility complex
ml Mililitro
MLST Tipificación de secuencias multiloculares. Del inglés: Multilocus
sequence typing
MRSA S. aureus resistente a la meticilina. Del inglés: Methicillin-resistant S.
aureus
MSCRAMMs Componentes de la superficie microbiana que reconocen moléculas
adhesivas de la matriz. Del inglés: Microbial surface components
recognizing adhesive matrix molecules
MSSA S. aureus sensible a la meticilina. Del inglés: Methicillin-sensitive S.
aureus
NaCl Cloruro sódico
Na3C6H5O7 Citrato de sodio
NaHCO3 Bicarbonato de sodio
NETs Trampas extracelulares de los neutrófilos. Del inglés: Neutrophil
extracellular traps
NF-B Factor nuclear potenciador de las cadenas ligeras kappa de las células B
activadas. Del inglés: Nuclear Factor kappa-light-chain-enhancer of
activated B cells
NH4Cl Cloruro de amonio
NK Células asesinas naturales. Del inglés: Natural killer
NODs Dominio de oligomerización por unión de nucleótidos. Del inglés:
Nucleotide-binding oligomerization domain
NSG Cepa de ratón inmunodeficiente. Del inglés: NOD scid gamma
7
LISTA DE ABREVIATURAS
OIE Organización Mundial de Sanidad Animal
OMS Organización Mundial de la Salud
o.n. Durante toda la noche. Del inglés: Overnight
PAMPs Patrones moleculares asociados a patógenos. Del inglés: Pathogen-
associated molecular patterns
PTAH Hematoxilina ácida fosfotúngstica de Mallory. Del inglés: Mallory’s phosphotungstic acid haematoxilin
pb Pares de bases
PBMCs Células mononucleares de sangre periférica. Del inglés: Peripheral
blood mononuclear cells
PBS Tampón fosfato salino. Del inglés: Phosphate Buffered Saline
PCR Reacción en cadena de la polimerasa. Del inglés: Polimerase chain
reaction
PepG Peptidoglicano
PFGE Electroforesis en gel de campo pulsado. Del inglés: Pulsed-field gel
electrophoresis
PFTs Toxinas formadoras de poros. Del inglés: Pore-forming toxins
pi Post-inoculación
pg Picogramo
PMNs Polimorfonucleares neutrófilos. Del inglés: Polymorphonuclear
neutrophils
Pmt Sistema transportador de modulinas solubles en fenol. Del inglés:
Phenol-soluble modulins transporter
PRRs Receptores de reconocimiento de patrones. Del inglés: Pattern
recognition receptors
PSMs Modulinas solubles en fenol. Del inglés: Phenol-soluble modulins
PTSAgs Superantígenos de toxinas pirogénicas. Del inglés: Pyrogenic toxin
superantigens
PVL Leucocidina Panton-Valentine. Del inglés: Panton-Valentine leukocidin
RNS Especies reactivas de nitrógeno. Del inglés: Reactive nitrogen species
ROS Especies reactivas de oxígeno. Del inglés: Reactive oxygen species
8
LISTA DE ABREVIATURAS
rpm Revoluciones por minuto
SACs Agrupaciones de estafilococos en los abscesos. Del inglés:
Staphylococcal abscess comunities
SAK Estafiloquinasa. Del inglés: Staphylokinase
sar Regulador estafilocócico accesorio. Del inglés: Staphylococcal accesory
regulator
s.c. Subcutáneo
SCCmec Cassete cromosomico estafilocócico mec. Del inglés: Staphylococcal
chromosome cassete mec
SCN Staphylococcus coagulasa negativo
SD Sin diluir
SFP Intoxicación alimentaria por estafilococos. Del inglés: Staphylococcal
food poisoning
SNP Polimorfismo de un solo nucleótido. Del inglés: Single nucleotide
polymorphism
spp. Especies
SSSS Síndrome estafilocócico de la piel escaldada. Del inglés: Staphylococcal
scalded-skin syndrome
ST Secuencia tipo. Del inglés: Sequence type
SSTIs Infecciones de piel y tejidos blandos. Del inglés: Skin and soft tissue
infections
TBST Solución salina con tampon Tris con Tween. Del ingles: Tris buffered
saline with Tween
TCS Sistema regulador de dos componentes. Del inglés: Two component
system
TLRs Receptores tipo Toll. Del inglés: Toll-like receptors
TNF Factor de necrosis tumoral. Del inglés: Tumor necrosis factor
Treg Células T reguladoras. Del inglés: Regulatory T cells
Tris Tris(hidroximetil)aminometano (Fórmula: C4H11NO3)
TSA Medio de cultivo agar de soja tríptico. Del inglés: Tryptic soy agar
9
LISTA DE ABREVIATURAS
TSB Medio de cultivo líquido de soja tríptico. Del inglés: Tryptic soy broth
TSS Síndrome del shock tóxico. Del inglés: Toxic shock syndrome
TSST-1 Toxina 1 del Síndrome del shock tóxico. Del ingles: Toxic shock
syndrome toxin 1
U Unidad de actividad enzimática
UE Unión Europea
UFC Unidad formadora de colonias
VRSA S. aureus resistente a la vancomicina. Del inglés: Vancomycin-resistant
S. aureus
vWbp Proteína de unión al factor de von Willebrand. Del inglés: von
Willebrand factor-binding protein
W Anchura. Del inglés: Width
wt Cepa salvaje. Del inglés: Wild type
X-gal 5-Bromo-4-cloro-3-indol-β-D-galactopiranósido (también BCIG)
g Microgramo
F Microfaradio
l Microlitro
M Micromolar
ÍNDICE DE FIGURAS
13
ÍNDICE DE FIGURAS
Número Contenido Página
1.1 Interpretación de la prueba del manitol en medio agar. (Dibujo
generado a partir de Washington y Yu, 1970)
28
1.2 Porcentaje de aislados MRSA en países de la UE en el año 2015.
(Fuente: European Centre for Disease Prevention and Control)
33
1.3 Interacción entre los factores de virulencia de S. aureus y la
respuesta inmunitaria. (Figura adaptada a partir de Pozzi et al.,
1995)
62
1.4 Fagocitosis de S. aureus por los neutrófilos. (Figura adaptada a
partir de McGuinness et al., 2016)
64
1.5 Función microbicida de los neutrófilos. (Figura adaptada a partir de
McGuinness et al., 2016)
65
1.6 Componentes de la piel implicados en la defensa frente a la
colonización, invasión e infección por S. aureus. (Figura adaptada a
partir de Krishna y Miller, 2012a)
74
3.1 Representación esquemática de la PCR para obtener los fragmentos
flanqueantes (F) al gen de estudio
93
3.2 Representación esquemática de la PCR para unir F1 y F2 en un solo
fragmento amplificado (F12)
93
3.3 Primera recombinación del proceso de mutagénesis. (Dibujo
generado a partir de Arnaud et al., 2004)
94
3.4 Segunda recombinación del proceso de mutagénesis. (Dibujo
generado a partir de Arnaud et al., 2004)
95
4.1 Evolución del volumen (cm3) de los nódulos a lo largo del período
experimental con la cepa Jwt
116
4.2 Evolución del peso de los animales a lo largo del período
experimental tras la inoculación de la cepa Jwt
119
4.3 Evolución de la temperatura corporal de los animales a lo largo del
período experimental tras la inoculación de la cepa Jwt
120
4.4 Representación de los hallazgos microscópicos a las 12 horas tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt
122
14
ÍNDICE DE FIGURAS
Número Contenido Página
4.5 Representación de los hallazgos microscópicos a las 24 horas tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt
124
4.6 Representación de los hallazgos microscópicos a las 48 horas tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt
125
4.7 Representación de los hallazgos microscópicos a las 72 horas tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt
128
4.8 Representación de los hallazgos microscópicos a los 7 días tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
130
4.9 Representación de los hallazgos microscópicos a los 14 días tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
133
4.10 Representación de los hallazgos microscópicos a los 21 días tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
134
4.11 Representación de los hallazgos microscópicos a los 28 días tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
135
4.12 Evolución del número de células linfocitos T (a), células plasmáticas
(b) y macrófagos (c) a nivel local durante el estudio con la cepa Jwt
143
4.13 Evolución del número de leucocitos totales (a), granulocitos (b),
monocitos (c), linfocitos totales (d), linfocitos B (e) y linfocitos T
CD25+ (f) en sangre periférica tras la inoculación intradérmica de la
cepa Jwt
151
4.14 Evolución de la ratio Granulocitos/Linfocitos en sangre periférica
tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
152
4.15 Evolución del hematocrito (a) y de la hemoglobina (b) tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt
152
4.16 Evolución de la concentración (pg/ml) de las interleuquinas 4 (a) y
18 (b) en plasma, y de la interleuquina 4 (c) e interferón gamma (b)
en tejido, tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
156
4.17 Curva de crecimiento de 9 cepas mutantes de S. aureus de origen cunícola
158
4.18 Curva de crecimiento de 6 cepas mutantes de S. aureus de origen
humano y la USA300 (CA-MRSA)
158
15
ÍNDICE DE FIGURAS
Número Contenido Página
4.19 Número total de bacterias (103 UFC/100 l) de diferentes cepas de
S. aureus tras su incubación en sangre de conejo
160
4.20 Número de bacterias (103 UFC/100 l) de cepas mutantes de S. aureus de origen cunícola incubadas en sangre de conejo a diferentes tiempos (hasta 3 horas)
161
4.21 Porcentaje de animales infectados con cada cepa mutante y la cepa salvaje (Jwt; control positivo) a los 7 días post-inoculación
163
4.22 Representación del volumen (cm3) de los nódulos producidos por las cepas mutantes J Δcoa-vwb (Estudio 1), J Δhla (Estudio 2),
J Δpsm (Estudio 3) y J Δagr (Estudio 4).en comparación a la Jwt (control positivo) a los 7 días post-inoculación
164
4.23 Gravedad de las lesiones cutáneas con cada cepa mutante y sus controles a los 7 días post-inoculación
165
4.24 Caracterización de los hallazgos histológicos a los 7 días post-inoculación con las cepas Jwt y J Δcoa-vwb
167
4.25 Caracterización de los hallazgos histológicos a los 7 días post-inoculación con las cepas Jwt y J Δhla
169
4.26 Caracterización de los hallazgos histológicos a los 7 días post-
inoculación con las cepas Jwt y J Δpsm
171
4.27 Caracterización de los hallazgos histológicos a los 7 días post-inoculación con las cepas Jwt y J Δagr
173
4.28 Porcentaje de animales con lesiones tras la inoculación
intradérmica de 300 UFC de las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh
175
4.29 Gravedad de las lesiones cutáneas observadas con las cepas Jwt,
F dltBr, J rot+ y J dltBh 175
4.30 Evolución del número medio de bacterias (106 UFC/g) aisladas a
partir de las lesiones cutáneas con las cepas Jwt, F dltBr y J rot+
durante el estudio
177
4.31 Evolución del engrosamiento de la epidermis tras la inoculación
intradérmica de las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh
179
4.32 Evolución de los hallazgos histológicos en la dermis superficial tras
la inoculación intradérmica de las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh:
dilatación vascular (A), edema (B) y hemorragias (C)
183
16
ÍNDICE DE FIGURAS
Número Contenido Página
4.33 Evolución de los hallazgos histológicos en la dermis profunda tras la
inoculación intradérmica de las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh:
dilatación vascular (A), inflamación perivascular (B) y abscesos (C)
184
4.34 Evolución de los hallazgos histológicos en el músculo cutáneo tras
la inoculación intradérmica de las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh:
inflamación intersticial (A) y atrofia muscular (B)
185
4.35 Número (cél/mm2) de células plasmáticas (a), linfocitos B (b),
linfocitos T (c) y macrófagos (d) a nivel local según el tipo de cepa
de S. aureus (Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh) en cada tiempo de
muestreo (1, 3 y 7 días post-inoculación)
187
4.36 Efecto del tipo de cepa de S. aureus (Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh) y
del tiempo post-inoculación sobre el número de leucocitos totales
(a), granulocitos (b) y monocitos (c), y sobre el valor de la ratio
Granulocitos/Linfocitos (d), el hematocrito (e) y la hemoglobina (f)
en sangre periférica
192
4.37 Recuento de leucocitos totales, granulocitos, linfocitos totales, linfocitos T, T CD4+, T CD8+ y monocitos (106/l) en los animales con lesiones producidas por las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh de S. aureus
193
4.38 Recuento de linfocitos B y linfocitos T CD25+ (106/l), y las ratios CD4+/CD8+ y Granulocitos/Linfocitos en los animales con lesiones cutáneas producidas por las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh de S. aureus
194
ÍNDICE DE IMÁGENES
19
ÍNDICE DE IMÁGENES
Número Contenido Página
4.1 Hallazgos macroscópicos representativos de cada tiempo de
muestreo del estudio con la cepa Jwt
116
4.2 Presencia de descarga purulenta en la extremidad posterior
derecha (a) e izquierda (b) de dos conejos a los 9 días post-
inoculación con la cepa Jwt
117
4.3 Infiltrado inflamatorio en la dermis profunda a las 12 horas tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt. 10x. H&E
121
4.4 Dilatación vascular e hiperemia. 40x. H&E 121
4.5 Agrupación de heterófilos formando un absceso en la dermis
profunda a las 24 horas post-inoculación. 2x. H&E
123
4.6 Absceso intradérmico a los 2 días post-inoculación. Imagen
principal a 2x. Imagen en detalle a 10x. H&E
125
4.7 Agrupación de bacterias Gram-positivas en el interior de un
absceso. 20x. Gram
126
4.8 Dermonecrosis y presencia de hemorragias subepidérmicas. 10x.
H&E
127
4.9 Absceso intradérmico rodeado por una banda eosinófila completa.
2x. H&E
127
4.10 Fenómenos de Splendore Hoeppli. A. 60x. B. 40x. H&E 128
4.11 Necrosis de la epidermis y pérdida de la integridad del epitelio. 10x.
H&E
129
4.12 Infiltración, atrofia e interrupción del músculo cutáneo. 20x. H&E 130
4.13 (A) Reepitelización epidérmica y ausencia de anejos cutáneos. 10x.
H&E. (B) Tejido de granulación inmaduro. 20x. H&E
131
4.14 Infiltración, atrofia e interrupción del músculo cutáneo. 20x. H&E 132
4.15 Atrofia de las fibras del músculo cutáneo de una zona de lesión (A)
en comparación a una zona sana (B). 20x. Tricrómico de Masson
132
4.16 Hiperplasia del epitelio de los bordes de la úlcera. 40x. H&E 134
4.17 Hiperplasia epitelial, invasión de folículos pilosos y hemorragias en
zonas recuperadas de lesión a los 28 días post-inoculación. 10x.
H&E
136
20
ÍNDICE DE IMÁGENES
Número Contenido Página
4.18 Linfocitos próximos a la zona de lesión en la dermis profunda. (A)
Linfocitos T adyacentes a vasos sanguíneos. 20x. Mouse
Monoclonal Anti-Dog CD3-12. Complejo avidina-biotina peroxidasa
(ABC). (B) Linfocitos B agrupados. 10x. Monoclonal Mouse Anti-
Human CD79. Complejo avidina-biotina peroxidasa (ABC)
140
4.19 Agrupación de células plasmáticas en dermis profunda. 20x. Mouse
Monoclonal Anti-Rabbit Light Chain, HRP Conjugated
140
4.20 Macrófagos distribuidos de manera difusa a las 24 horas post-
inoculación, 20x (A), y a los 7 días post-inoculación, 40x (B), y
delimitando un absceso, 2x (C). Mouse Monoclonal Anti-Rabbit
Macrophage Clone RAM11. Complejo avidina-biotina peroxidasa
(ABC)
141
4.21 Inmunoglobulinas alrededor de las bacterias contenidas en un
Splendore-Hoeppli. 20x. Biotinylated Anti-Rat IgG (H+L)
144
4.22 Presencia de células en proliferación en la dermis profunda tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt. (A) Diferentes tipos de células de morfología redondeada a los 3 días post-inoculación: células plasmáticas, linfocitosy macrófagos. 40x. (B) Células proliferativas distribuidas de manera difusa en la dermis profunda y entre las fibras del músculo cutáneo a los 7 días post-inoculación. 4x. Mouse Monoclonal Anti-PCNA. Complejo avidina-biotina peroxidasa (ABC).
146
4.23 Incubación de S. aureus en plasma de conejo 159
ÍNDICE DE TABLAS
23
ÍNDICE DE TABLAS
Número Contenido Página
1.1 Modelos de infección experimental in vivo con S. aureus 44
1.2 Aislados clínicos de S. aureus de origen humano más comúnmente
utilizados en los estudios experimentales in vivo
56
1.3 Péptidos antimicrobianos catiónicos que participan en la inmunidad
cutánea frente a S. aureus
72
3.1 Cepas bacterianas utilizadas en este estudio 82
3.2 Plásmidos utilizados en este estudio 83
3.3 Cebadores utilizados en este estudio 84
3.4 Cepas de S. aureus incubadas en sangre de conejo 95
3.5 Número de conejos inoculados con cada cepa de S. aureus y
tiempos de muestreo empleados
97
3.6 Anticuerpos utilizados en la técnica de citometría de flujo para el
estudio de las poblaciones celulares a nivel periférico
99
3.7 Anticuerpos utilizados en el estudio inmunohistoquímico 103
3.8 Citoquinas analizadas en este estudio 104
3.9 Modelos estadísticos utilizados en este trabajo en función de la
variable y del estudio
108
4.1 Número de bacterias de la cepa Jwt en los puntos de inoculación
durante el estudio
118
4.2 Evolución del peso y la temperatura corporal de los animales tras la
inoculación intradérmica de la cepa Jwt
119
4.3 Caracterización de los hallazgos histológicos tras la inoculación
experimental intradérmica de la cepa Jwt
137
138
4.4 Caracterización de la respuesta inmunitaria local tras la inoculación
experimental intradérmica de la cepa Jwt
142
4.5 Evolución de las poblaciones leucocitarias (106/l) en sangre
periférica tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
149
4.6 Evolución de los parámetros hematológicos (% hematocrito y
g hemoglobina/l) tras la inoculación intradérmica de la cepa Jwt
150
24
ÍNDICE DE TABLAS
Número Contenido Página
4.7 Concentración de citoquinas (pg/ml) en plasma y piel durante el
estudio tras la inoculación experimental intradérmica de la cepa
Jwt
154
4.8 Número medio de bacterias (106 UFC/g) en las zonas de lesión
producidas por diferentes cepas de S. aureus (Jwt, F dltBr y J rot+)
176
4.9 Número medio de bacterias (106 UFC/g) aisladas a partir de las
lesiones en función de la cepa de S. aureus (Jwt, F dltBr y J rot+) y
del tiempo post-inoculación
177
4.10 Temperatura corporal de los animales inoculados con diferentes
cepas de S. aureus (Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh)
178
4.11 Caracterización de los hallazgos histológicos y evolución de su
gravedad tras la inoculación intradérmica de diferentes cepas de
S. aureus (Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh)
182
4.12 Número de fenómenos de Splendore-Hoeppli encontrados en los
abcesos producidos por las cepas Jwt y J rot+ en los días 3 y 7 post-
inoculación
185
4.13 Recuento de las poblaciones leucocitarias sanguíneas y los
parámetros hematológicos (hematocrito y hemoglobina) en los
animales inoculados con las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh de
S. aureus
189
4.14 Recuento de las poblaciones leucocitarias sanguíneas y los
parámetros hematológicos (hematocrito y hemoglobina) de los
animales inoculados con las cepas Jwt, F dltBr, J rot+ y J dltBh de
S. aureus en función del tiempo post-inoculación
191
1. INTRODUCCIÓN
27
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Género Staphylococcus
Los estafilococos son bacterias Gram-positivas que pertenecen a la familia
Micrococcaceae. Este género bacteriano se caracteriza por crecer tanto en condiciones
con oxígeno como carente de éste (anaerobio facultativo), y en medios que contienen
un 10% de NaCl. Además, son cocos catalasa positivos y utilizan los glúcidos para su
metabolismo (Branson, 1968; Lowy, 1998).
El genoma de los estafilococos consiste en un cromosoma circular, así como elementos
extracromosomales (fagos, plásmidos y transposones) a través de los cuales transmiten
entre sí los genes que codifican los caracteres de virulencia, como puede ser la
capacidad de resistencia antibiótica, entre otros (Lowy, 1998; Baba et al., 2008; Chen et
al., 2018).
Una de las especies más conocidas perteneciente a este género es Staphylococcus
aureus, adaptada al ser humano y aislada también de un gran número de especies
animales. Además, existen otras especies de estafilococos no adaptadas al hospedador
humano, tales como S. delphini, S. intermedius y S. pseudintermedius (Thomer et al.,
2016).
1.1.1. Staphylococcus aureus
S. aureus es el primer agente que se aisló a partir del exudado purulento de una herida
(1881). Fue Alexander Ogston quien identificó a esta bacteria como un estafilococo
atendiendo a su aspecto en forma de esferas agrupadas, que recuerda a racimos de uva,
y desde entonces empezó a distinguirse de los estreptococos, bacterias que también
pueden producir lesiones purulentas y que se establecen como formaciones en cadena
(Thomer et al., 2016).
La terminología de S. aureus fue propuesta poco después por Friedrich Julius Rosenbach
basándose en la pigmentación amarilla de sus colonias. Esta coloración amarillenta,
presente en algunas cepas, se debe a la presencia de la estafiloxantina, un pigmento
1. Introducción
28
carotenoide que participa en la evasión de la fagocitosis. Por otra parte, Rosenbach
también añadió la nomenclatura de S. albus para los aislados de color blanco (Thomer et
al., 2016).
Este microorganismo es capaz de sobrevivir en numerosos y diversos ambientes, y
prueba de ello es el hecho de que ha sido aislado de gran cantidad de animales
vertebrados. Esta habilidad de adaptación deriva de su potencial para adquirir
características fenotípicas específicas para su hospedador, como pueden ser la actividad
hemolítica y la capacidad de coagular el plasma y la sangre (Fitzgerald, 2012). Este
último rasgo es de interés diagnóstico porque permite diferenciarlo de algunas bacterias
comensales pertenecientes al mismo género; como por ejemplo, S. epidermidis, que es
un estafilococo coagulasa negativo (SCN) (Cheng et al., 2010). Además del test de la
coagulasa, gracias a la prueba del manitol también se puede distinguir de otras especies
de Staphylococcus (Branson, 1968; Lowy, 1998; Baba et al., 2008) (Figura 1.1). Otra
particularidad de este agente también es la producción de DNAsa y proteína A (Baba et
al., 2008).
Agar Sal Manitol
Figura 1.1. Interpretación de la prueba del manitol en medio agar. Resultado positivo (+): la
bacteria aislada es S. aureus cuando el medio cambia a color amarillo por la fermentación del
manitol. Resultado negativo (-): el medio aparece de color rosa porque la bacteria aislada no
fermenta el manitol. (Dibujo generado a partir de Washington y Yu, 1970).
1. Introducción
29
En un principio se pensó que S. aureus no era móvil porque carece de flagelos. Sin
embargo, en superficies de agar blandas forma colonias gigantes a 37ºC tras 10 horas de
incubación, un fenómeno que se conoce como colony spreading (Kaito y Sekimizu, 2007;
Pollit et al., 2015) y que puede ocurrir por medio de la absorción de agua de las placas
de agar y flotando en la superficie de soluciones acuosas (Lin et al., 2016). Al respecto,
hay cepas que manifiestan una mayor habilidad de dispersión, participando así en su
virulencia ya que contribuye a evitar a otras colonias bacterianas a través del halo que
las rodea (Tsompanidou et al., 2013; Kizaki et al., 2016). Además, esta capacidad se
puede estimular en medio agar mediante la suplementación con suero de mamífero
(Omae et al., 2014).
1.1.2. Importancia clínica de S. aureus
S. aureus es uno de los agentes integrantes del grupo de patógenos llamado ESKAPE
(Enterococcus faecium, S. aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumanni,
Pseudomonas aeruginosa, y Enterobacter spp.), reconocidos como la causa principal de
las infecciones nosocomiales y por ser resistente a la mayoría de los antibióticos
convencionales. Este grupo es también responsable de gran parte de las infecciones en
piel y tejidos blandos (SSTIs), que por otra parte se encuentran entre las infecciones
bacterianas más frecuentes en los seres humanos, y para las que se ha descrito a S.
aureus como su principal agente causal en todo el mundo (Pfalzgraff et al., 2018).
La presentación clínica de las SSTIs puede ser de carácter leve y superficial, o bien grave
y complicada, con propagación sistémica e incluso desenlace letal. Las formas más
habituales de las SSTIs son la celulitis y los abscesos, y es a partir de éstos últimos, sobre
todo aquellos que se encuentran próximos al músculo subyacente, desde donde las
bacterias pueden difundir y producir infección en prácticamente cualquier sistema
orgánico interno. Por otra parte, la clasificación empleada con mayor frecuencia en los
ensayos clínicos es la establecida por la FDA, que distingue entre SSTIs complicadas y
SSTIs no complicadas, pudiendo ser necesaria la intervención quirúrgica para el caso de
las primeras. La antibioterapia tópica se puede usar en casos de infecciones superficiales
no complicadas, permitiendo así alcanzar una mayor concentración del fármaco en el
sitio de infección y una reducción de los posibles efectos adversos a nivel sistémico. No
1. Introducción
obstante, la aplicación de fármacos tópicos requiere de la suficiente penetración tisular
(Cho et al., 2011; Pfalzgraff et al., 2018). Por otra parte, la afectación sistémica en
muchas ocasiones está mediada tanto por las toxinas bacterianas como por la respuesta
inflamatoria del propio organismo. La secreción de toxinas repercute en un mayor
tiempo del periodo de inflamación y el retraso de la cicatrización, cronificando así la
infección. Esta demora y/o defectos en la recuperación de las lesiones es una
característica de las infecciones por S. aureus (Pfalzgraff et al., 2018).
Además de ocasionar infecciones en la piel, S. aureus puede afectar a otras
localizaciones y sistemas del organismo, ayudado por un amplio repertorio de
mecanismos de virulencia y una tolerancia metabólica que conjuntamente le permiten
producir diferentes enfermedades: endocarditis, osteomielitis, neumonía, septicemia y
síndrome del shock tóxico (TSS). La capacidad de colonizar varios tejidos puede ocurrir
por contacto directo tras un traumatismo, por diseminación hematógena o mediante
propagación a partir de una infección contigua. En general, las infecciones producidas
por S. aureus se caracterizan por la persistencia local, necrosis tisular, metástasis a
distancia y resistencia a la terapia antimicrobiana, siendo la formación de abscesos la
manifestación patológica habitual (Lowy, 1998; DeLeo y Chambers, 2009; Brandt et al.,
2018).
S. aureus es una bacteria comensal y oportunista muy extendida, cuyo éxito como
patógeno humano guarda relación con su coexistencia mutua durante muchos años,
circunstancia que le ha permitido desarrollar medios para contrarrestar al sistema
inmunitario de la especie humana (Kobayashi et al., 2015b). El hospedador humano
puede ser infectado por las bacterias que colonizan su piel y superficies mucosas. De
hecho, la colonización proporciona a las bacterias una oportunidad para introducirse en
el organismo cuando las defensas decaen, y está determinada por múltiples factores
que, en conjunto, contribuyen a la interacción entre el hospedador y el microorganismo.
Por una parte, están los determinantes bacterianos que definen la habilidad del
patógeno para adherirse al tejido y evadir la respuesta inmunitaria; por otra interviene
también la genética del hospedador, que define la susceptibilidad hacia un determinado
microorganismo; y por último, los factores ambientales participan igualmente en esta
interacción afectando tanto al hospedador como a la bacteria (Sollid et al., 2014).
30
1. Introducción
31
Las superficies mucosas principalmente colonizadas por S. aureus son nariz, garganta,
pared vaginal, y tracto gastrointestinal. Un estudio llevado a cabo en Alemania concluyó
que el 80% de las infecciones invasivas producidas por esta bacteria tiene su origen en la
cepa que coloniza al paciente (von Eiff et al., 2001). La capacidad de colonización, entre
otros factores, permite clasificar a los clones de S. aureus en cepas de alta y baja
virulencia. En conejos se ha visto que tras la inoculación en cavidad nasal (Hermans et
al., 2000) y heridas cutáneas (Meulemans et al., 2007) con ambos tipos de cepas,
algunos de los animales infectados con cepas de alta virulencia desarrollan lesiones en
otras locaciones anatómicas de la piel. No obstante, aunque la colonización puede
predisponer a la infección, se ha visto que los individuos colonizados presentan
infecciones menos severas en comparación con los individuos no colonizados, y que
entre los pacientes que desarrollan bacteriemia, los que no son portadores registran
mayores índices de mortalidad que los portadores (Liu, 2009). De este modo,
atendiendo a que muchas infecciones en individuos portadores son producidas por sus
cepas colonizantes, la colonización puede conferir ciertos niveles de protección
inmunitaria (Gordon y Lowy, 2008; Liu, 2009), y en este sentido se ha encontrado que
los portadores persistentes presentan niveles de inmunoglobulinas (IgGs) frente a las
exotoxinas de S. aureus significativamente superiores a los no portadores (Clarke et al.,
2006; Verkaik et al., 2009).
El riesgo de infección por S. aureus es mayor en individuos hospitalizados, durante el
postoperatorio y en pacientes con dispositivos médicos (tubo traqueal, marcapasos y
válvulas cardíacas, catéteres intravenosos e implantes articulares). Otras poblaciones
consideradas de elevado riesgo de contraer una infección invasiva por este agente son
los neonatos de muy bajo peso, y pacientes que han recibido una terapia
inmunosupresora o anticancerígena (Lowy, 1998; Thomer et al., 2016).
En general, las cepas de S. aureus presentan una especialización con respecto al grado
de infectividad de su huésped, lo que limita la infección cruzada entre especies (Kapur et
al., 1995; Jorgensen et al., 2005; Herron-Olson et al., 2007).
1. Introducción
1.1.2.1. Humanos
Además de por su alta prevalencia, S. aureus es conocido por su capacidad para adquirir
resistencia a los antibióticos, una habilidad de manifiesto carácter epidémico. Las cepas
resistentes a la penicilina aparecieron a finales de 1940, y el incremento de éstas a
mediados de los años 50 derivó en la ineficacia terapéutica de estos productos
antimicrobianos en general (Kobayashi et al., 2015b).
Las cepas de S. aureus resistentes a la meticilina (MRSA) fueron descritas a principios de
1960, y durante las siguientes décadas se extendieron por todo el mundo. Además,
pueden dividirse en dos grupos genéticamente distintos que afectan a diferentes, pero a
veces solapadas, poblaciones: las cepas asociadas a hospitales (HA-MRSA) y las
vinculadas a comunidades (CA-MRSA) (Liu, 2009; Kobayashi et al., 2015b).
Hasta finales de los 90 las infecciones por cepas MRSA estuvieron limitadas en gran
medida a los individuos inmunodeprimidos o al personal sanitario (Liu, 2009). En esa
misma década tuvo lugar un notable incremento en la incidencia de infecciones
bacterianas, en particular de las infecciones en piel y tejidos blandos, a causa de cepas
CA-MRSA. Este aumento pudo atribuirse a varios motivos, como: 1) la mejora de la
capacidad de supervivencia de la bacteria en al ambiente, a través de fómites y
animales; 2) el incremento de la transmisión entre individuos; 3) la mayor habilidad para
colonizar el hospedador; 4) la disminución del umbral del propio mecanismo bacteriano
para activar sus genes de virulencia; y 5) el incremento de la patogenicidad durante la
infección (Liu, 2009; Kobayashi et al., 2015b). El conocido como USA300 es el clon CA-
MRSA más extendido a nivel internacional y es la causa principal de infecciones en piel y
tejidos blandos en humanos. Su éxito se debe a que se transmite más fácilmente,
coloniza mejor y es más patogénica (Miller y Diep, 2008; Liu, 2009; Cho et al., 2011;
Kobayashi et al., 2015b).
Por otra parte, en 2002 se identificó otro grupo de S. aureus resistentes: las cepas VRSA,
resistentes al antibiótico de elección frente a los MRSA, la vancomicina. No obstante,
este no fue el primer caso conocido de resistencia a la vancomicina, pues fue
descubierta con anterioridad (1980) en enterococos (McGuinness et al., 2017).
32
1. Introducción
33
En la actualidad las cepas MRSA prevalecen como un grave problema sanitario. En un
informe emitido por la ECDC sobre resistencia a antibióticos en 2015 se puso de
manifiesto una reducción del 2% de aislados MRSA en la población europea entre los
años 2012 y 2015. Sin embargo, la presencia de MRSA no fue la misma en todos los
países, y en algunos seguía siendo elevada (Figura 1.2). Además, el 85,2% de las cepas
MRSA que se aislaron fueron también resistentes a fluoroquinolonas
(https://ecdc.europa.eu). Ante este escenario, que se extiende a nivel mundial, la FAO,
la OIE y la OMS conjuntamente elaboraron y publicaron en 2016 un manual para
orientar a los diferentes países en la elaboración de planes estratégicos frente a las
resistencias antimicrobianas (http://www.who.int/iris/handle/10665/204470).
<1% 1% a <5% 5% a <10% 10% a <25% 25% a <50% ≥50% Sin datos o con <10 aislados No incluidos
Países no visibles Liechtestein Luxemburgo Malta
Figura 1.2. Porcentaje de aislados MRSA en países de la UE en el año 2015. (Fuente:
European Centre for Disease Prevention and Control -ECDC-).
1. Introducción
34
Así pues, casi un siglo después de que Fleming descubriera la penicilina (1928), los datos
relativos a la resistencia a los antibióticos de uso común, debido a su uso inadecuado y
excesivo en el ámbito de la medicina, el sector agropecuario y la industria alimentaria,
plantean una situación dirigida hacia la búsqueda de terapias antimicrobianas
alternativas (Pfalzgraff et al., 2018).
1.1.2.2. Ganadería
A parte de ser un conocido patógeno humano, S. aureus produce gran variedad de
infecciones con importancia económica para la ganadería (principalmente vacuno
lechero, ovejas, cabras, aves de corral y conejos), puesto que repercuten en la
productividad y el bienestar de los animales, y también pueden ser trascendentes para
la seguridad alimentaria global. Los estudios muestran que la gran mayoría de las cepas
de S. aureus aisladas de ganado pertenecen a un reducido número de clones asociados a
animales, algunos de los cuales pertenecen a secuencias tipo (STs) encontrados en
aislados de origen humano, lo que sugiere un ancestro común bastante reciente entre
ellos (Fitzgerald, 2012; Viana et al., 2015).
Históricamente la resistencia a la meticilina rara vez ha sido observada entre las cepas
de S. aureus aisladas de animales. El primer LA-MRSA (cepa MRSA asociada a ganadería)
identificado proviene de vacuno lechero, hace aproximadamente 40 años. Desde
entonces se describieron más casos de MRSA en vacas y se especuló que pudieran
actuar como reservorio de infecciones por MRSA en humanos tras descubrir un nuevo
alelo del gen mecA (mecALGA251) en aislados bovinos. El gen mecA está incluido en el
cassette cromosómico estafilocócico mec (SCCmec), un elemento genético móvil (MGE)
que confiere resistencia a la meticilina y está asociado al SCCmecXI descrito en humanos
(Fitzgerald, 2012).
Sin embargo, la detección en cerdos del clon MRSA ST398 pasó a ser la principal causa
de preocupación debido a su carácter zoonótico y a que se aislaron cepas pertenecientes
al genotipo ST398 en otras especies animales (Fitzgerald, 2012). Asimismo, el interés por
los MRSA aumentó todavía más tras encontrar nuevas especies de hospedador para
estas cepas en algunos países del norte de Europa occidental (rata, oveja, pinzón, foca
común y conejo) (Paterson et al., 2012), y más recientemente se ha descrito la presencia
1. Introducción
de LA-MRSA en explotaciones cunícolas de la Península Ibérica (Moreno-Grúa et al.,
2018).
Entre los posibles desencadenantes de adquisición de SCCmec, además de la presión
antibiótica selectiva en la industria ganadera, destacaría el papel de los seres humanos
como fuente de nuevas cepas patógenas para ganado, plausible principalmente por la
presencia de MGEs bacterianos. Por ello, la industrialización y la globalización también
han participado en la emergencia y propagación de patógenos (Fitzgerald, 2012).
1.1.2.2.1. Cunicultura
En el continente europeo se han descrito brotes desencadenados por S. aureus en el
sector de la cunicultura industrial (Vancraeynest et al., 2006; Fitzgerald, 2012). En estos
brotes los animales muestran diferentes lesiones de tipo purulento tanto a nivel local
como sistémico y pueden verse afectados individuos de diversas edades y estados
productivos. Los principales procesos piógenos que se encuentran en maternidad y
cebadero son las dermatitis supurativas, mastitis, abscesos multisistémicos y
pododermatitis. En la estafilococia de los gazapos lactantes se suelen observar pequeños
abscesos en la piel, a veces subcutáneos, e incluso en órganos internos, dando lugar a
cuadros subagudos y muerte del animal (Corpa et al., 2009). Las mastitis por S. aureus
son una de las principales causas de muerte y eliminación de conejas reproductoras en
las granjas (Segura et al., 2007; Rosell y De la Fuente, 2009 y 2018).
En la especie cunícola han sido identificados varios genotipos de S. aureus, siendo la
cepa ST121 la más extendida en las granjas de conejos de la costa mediterránea
española (Viana et al., 2007 y 2011) y a nivel internacional (Vancraeynest et al., 2006).
Además, se ha descrito que este clon 121 es capaz de producir abscesos en piel de
conejo a partir de una reducida carga bacteriana, y que se adaptó a esta especie tras la
mutación de un único nucleótido del gen dltB en una cepa humana (Viana et al., 2015).
Mientras que el gen dltB se encuentra altamente conservado en los aislados humanos,
se observan mutaciones para este gen entre cepas de conejo de diferente origen clonal,
lo que sugiere una evolución convergente entre los clones de S. aureus que infectan al
hospedador cunícola (Viana et al., 2015; Holmes et al., 2016). Además, se ha descrito
que las cepas de S. aureus de origen humano pueden sobrevivir en las explotaciones
35
1. Introducción
36
cunícolas y transmitirse a los conejos por contacto directo (Devriese et al., 1981;
Hermans et al., 1999). Por otra parte, cabe resaltar que entre las infecciones humanas
producidas por S. aureus a nivel global destaca la presencia de cepas pertenecientes al
genotipo ST121 (Rao et al., 2015).
1.1.3. Factores de virulencia de S. aureus
S. aureus produce una gran variedad de factores de virulencia que participan en todos
los niveles de las interacciones que se producen entre el hospedador y el patógeno, de
manera que le permiten unirse a los tejidos, facilitando la subsiguiente invasión tisular y
diseminación por el organismo, así como la supervivencia en el nuevo ambiente. De este
modo, entre estas moléculas se incluyen proteínas que contribuyen a su habilidad para
colonizar y producir la lisis de las células de los mamíferos, permitiendo así a la bacteria
eludir la respuesta inmunitaria, pero a su vez actúan también como potentes estímulos
para activar la inmunidad innata. Además, un mismo factor de virulencia puede tener
varias funciones en la patogénesis de una enfermedad, del mismo modo que varios
factores de virulencia pueden desarrollar una misma función (Dinges et al., 2000;
Gordon y Lowy, 2008; Liu, 2009; Rigby y DeLeo, 2012; Brandt et al., 2018), como la de
protegerse de la actividad bactericida de los leucocitos polimorfonucleares o alterar su
función (Rigby y DeLeo, 2012). Por otra parte, la supervivencia bacteriana no sólo
depende de la evasión de las defensas del sistema inmunitario, sino también del éxito en
la adquisición de nutrientes, particularmente de hierro y carbohidratos, siendo también
importantes para el metabolismo bacteriano otros elementos como el manganeso y el
zinc (Balasubramanian et al., 2017).
Un aspecto representativo de la patogénesis de las infecciones bacterianas es la
regulación de la expresión genética de los factores de virulencia microbianos. Esto
ocurre de manera coordinada en virtud de las necesidades de la bacteria para reducir
excesivas demandas metabólicas. Se consigue mediante la liberación de moléculas de
señalización (AIPs), que son producidas de forma basal. De este modo, al inicio de la
infección (fase de crecimiento exponencial) la bacteria expresa en su superficie
moléculas de adhesión para facilitar la colonización de los tejidos, mientras que en la
posterior fase de diseminación, coincidiendo con la fase estacionaria, predominan la
1. Introducción
síntesis y secreción de toxinas citolíticas. El primer gen regulador descrito (1968) y más
conocido es agr, el gen regulador accesorio, cuya activación se asocia con la invasión del
hospedador, mientras que cuando se encuentra inhibido se relaciona con el periodo de
colonización (Lowy, 1998; Novick, 2003; Gordon y Lowy, 2008; Balasubramanian et al.,
2017). Además, se ha descrito menor virulencia en cepas mutantes en el gen regulador
sar (Cheung et al., 1994; Gresham et al., 2000; Rasigade et al., 2013; Tuchscherr et al.,
2015), y se ha señalado al gen rot como represor de toxinas, siendo su influencia sobre
la expresión de ciertos genes opuesta a la de agr, de manera que al comienzo de una
infección, contando con la presencia de un bajo número de bacterias y niveles basales
de AIPs, agr se encuentra inactivo y la expresión de la proteína Rot está aumentada
(Saïd-Salim et al., 2003; Balasubramanian et al., 2017). También se ha referido al factor
sigma alternativo (sigB) como un regulador global de genes de virulencia a partir de la
fase final de multiplicación logarítmica y ante condiciones de estrés (Kullik et al., 1998;
Kato et al., 2011).
Además, se han definido sistemas reguladores de dos componentes (TCS) implicados en
la patogénesis de S. aureus, tales como arIRS, que participa en la aglutinación (Walker et
al., 2013), graRS, que regula la sensibilidad frente a los elementos antimicrobianos de la
inmunidad innata (Kraus et al., 2008; Cheung et al., 2014a), y vraRS, responsable de la
resistencia a los antibióticos (Galbusera et al., 2011).
Un mecanismo importante para promover la colonización del hospedador es la
capacidad de adherencia a sus tejidos, a través de proteínas de superficie llamadas
MSCRAMMs que se unen a componentes tales como el fibrinógeno, la fibronectina y la
citoqueratina presentes en el epitelio nasal o en los queratinocitos de la epidermis
(Gordon y Lowy, 2008; Krishna y Miller, 2012b). Algunos elementos que permiten la
colonización nasal de S. aureus son el ClfB y la proteína A (spa), que se unen a la proteína
loricrina del epitelio escamoso (Mulcahy et al., 2012; Pietrocola et al., 2017), y el IsdA,
que se expresa de manera mayoritaria durante las infecciones humanas producidas por
S. aureus, y es un ejemplo de factor de virulencia multifuncional. IsdA por una parte
actúa como inhibidor de proteasas al unirse a la lactoferrina, el polipéptido más
abundante en las secreciones nasales, y por otra parte participa en la resistencia a las
defensas innatas de la piel, como los ácidos grasos y los péptidos antimicrobianos.
37
1. Introducción
38
Además, el déficit de hierro es un estímulo ambiental que favorece la expresión de esta
proteína para potenciar la adhesión celular (Clarke et al., 2007; Zinkernagel y Nizet,
2007; Clarke et al., 2008 y 2009).
Asimismo, componentes de la pared celular de S. aureus, comunes para las bacterias
Gram-positivas, como son el ácido lipoteicoico (ALT) y el peptidoglicano (PepG), tienen
potentes propiedades proinflamatorias y actúan de manera sinérgica durante la
inducción de la fisiopatología del shock séptico (De Kimpe et al., 1995). La capacidad de
formar biofilm proporciona resistencia a la antibioterapia convencional y protección
frente a los mecanismos de defensa del huésped, como la fagocitosis mediada por los
macrófagos (Scherr et al., 2015). En este sentido las cepas que presentan biofilm son de
10 a 1000 veces más resistentes a los antibióticos de uso común. Se estima que están
presentes en, al menos, el 65% de todas las infecciones humanas (Pfalzgraff et al., 2018).
Por otra parte, S. aureus secreta moléculas citotóxicas que rompen la integridad de la
superficie de las células para favorecer su invasión, y en el caso de las células del sistema
inmunitario, para modificar las funciones inmunitarias. Además, algunas de estas toxinas
citolíticas presentan especificidad tanto a nivel de célula como de especie animal
(Brandt et al., 2018). Estas exoproteínas pueden dividirse en varias clases atendiendo a
su mecanismo de acción y efectos, y tropismo celular; estos grupos son los
superantígenos de toxinas pirogénicas (PTSAgs), las toxinas exfoliativas, hemolisinas,
leucocidinas y modulinas solubles en fenol (PSMs) (Lowy, 1998; Dinges et al., 2000).
Los PTSAgs son toxinas secretadas por S. aureus y Streptococcus pyogenes y poseen
características biológicas importantes. Incluyen la TSST-1, la mayoría de las
enterotoxinas estafilocócicas (SEA, SEB, SEC, SED, SEE y SEH) y las toxinas pirogénicas
estreptocócicas. Los PTSAgs estafilocócicos causan o pueden estar implicados en la
patogénesis de varios estados agudos o crónicos de enfermedades humanas, como la
intoxicación alimentaria por estafilococos (SFP) y el TSS (Dinges et al., 2000).
Las toxinas exfoliativas (ETs) no sólo son producidas por S. aureus, sino también por
otras especies de su mismo género (S. chromogenes, S. hyicus, S. pseudintermedius), y
también se ha visto que son específicas para varios organismos hospedadores. Las cepas
de S. aureus que infectan a humanos principalmente producen ETA y ETB, y son
1. Introducción
responsables del síndrome estafilocócico de la piel escaldada (SSSS). La toxina ETD es
menos común y se aísla de abscesos cutáneos y forúnculos, y la toxina ETC puede afectar
a caballos, polluelos y ratones lactantes (Bukowski et al., 2010).
Las hemolisinas y las leucocidinas son toxinas formadoras de poros (PFTs) que producen
daño en la bicapa lipídica de la membrana plasmática de las células eucariotas,
permitiendo así el intercambio de iones y la lisis celular por hinchazón osmótica. En el
grupo de las hemolisinas (α, β, δ y ϒ), la hemolisina α (Hla, también conocida como
toxina α) es la más prominente, de hecho un elevado porcentaje de cepas de S. aureus
producen esta citotoxina, y es activa frente a un gran rango de células de mamíferos,
siendo especialmente sensibles los eritrocitos de conejo. Por su parte, la hemolisina β
(Hlb, también conocida como esfingomielinasa C) es altamente hemolítica para ovejas,
pero no para los eritrocitos de conejo, lo cual puede deberse al diferente contenido en
esfingomielina de los eritrocitos de ambas especies. La hemolisina ϒ (Hlg) es una toxina
de dos componentes (Hlg1 y Hlg2) que además de lisar los glóbulos rojos de varias
especies animales, también puede afectar a macrófagos y neutrófilos. Por su parte, las
leucocidinas son citolisinas bicomponente que presentan una especificidad celular por
los leucocitos polimorfonucleares y monocitos/macrófagos, e incluyen seis
exoproteínas: LukSF-PV, LukED, LukMF, LukAB/HG, HlgAB y HlgCB (Tomita y Kamio,
1997; Dinges et al., 2000; Alonzo y Torres, 2014).
Por otra parte, los PSMs son toxinas que tienen como células diana de su actividad
citolítica los glóbulos blancos y rojos de la sangre. Difiriendo en la secuencia de
aminoácidos se han descrito cuatro péptidos PSMα (PSMα1-4), dos PSMβ (PSMβ1 y 2) y
un PSMδ, siendo los primeros los más predominantes, y el PSMα3 el que presenta
mayor actividad proinflamatoria. Todas las cepas patógenas secretan toxinas de la
familia de los PSMs mediante el sistema Pmt, que a su vez protege a la bacteria de estos
mismos péptidos. Además, también intervienen en la formación del biofilm (Wang et al.,
2007; Chatterjee et al., 2013).
Hay una acción coordinada entre la Hla y los PSMs durante las fases tempranas de la
infección, de tal manera que el locus psmα regula la producción de Hla durante la fase
de crecimiento para potenciar el mecanismo que le permite a S. aureus modular la
39
1. Introducción
40
respuesta inmunitaria innata a través de los PSMs, y simultáneamente producir daño
tisular mediante la Hla (Berube et al., 2014). La Hla y el PSMα participan en la
patogénesis de las infecciones en piel porque interfieren de manera directa en la
actividad de los PMNs (Kennedy et al., 2010; Li et al., 2010; Kobayashi et al., 2011;
Adhikari et al., 2016; Le et al., 2016).
Igualmente cabe mencionar una serie de enzimas que contribuyen a la supervivencia de
S. aureus mediante la evasión de la respuesta inmunitaria y, por lo tanto, al desarrollo de
la enfermedad. Una de estas enzimas es la coagulasa (Coa), que fue además uno de los
primeros factores de virulencia descritos para este patógeno (Loeb, 1903), y más
recientemente se descubrió una segunda coagulasa, la proteína de unión al factor Von
Willebrand (vVwbp) (Bjerketorp et al., 2002). Ambas son polipéptidos que se unen y
activan la protrombina y convierten el fibrinógeno en fibrina, siendo así responsables de
la coagulación del plasma y de la sangre. Además, intervienen en la formación de
abscesos (McAdow et al., 2012a) y se han asociado también al desarrollo de infecciones
cutáneas (Vanassche et al., 2011; Malachowa et al., 2016). La expresión de los genes coa
y vwb es un rasgo universal de las cepas de S. aureus (Cheng et al., 2010) y, mientras que
la secuencia del gen coa es variable entre los aislados, la del gen vwb se encuentra más
conservada (McCarthy y Lindsay, 2010). Ambos genes presentan una estructura y
secuencia homólogas (McAdow et al., 2012a).
Por otra parte, S. aureus también utiliza enzimas como la alquil hidroperóxido reductasa,
catalasa y superóxido dismutasa para protegerse de las especies de oxígeno reactivo
(ROS) liberadas por las células fagocíticas, contribuyendo el pigmento estafiloxantina en
la protección adicional frente a estas moléculas (Kobayashi et al., 2015b). Asimismo, la
estafiloquinasa (SAK) y la aureolisina (Aur) inhiben la función de algunos péptidos
antimicrobianos (Ryu et al., 2014; Pietrocola et al., 2017). Aur también induce la
coagulación y puede interferir en la activación de linfocitos B y T (Pietrocola et al., 2017).
La distribución de algunos factores de virulencia está ligada con el tipo clonal, lo que
implica que no todas las cepas de S. aureus contienen los mismos tipos de toxinas
(Peacock et al., 2002; Baba et al., 2008). Así pues, mientras la Hla es expresada por la
mayoría de los aislados clínicos (Berube y Bubeck Wanderburg, 2013), los PSMs son
1. Introducción
expresados en menor medida por las cepas HA-MRSA en comparación a las CA-MRSA
(Wang et al., 2007), y entre éstas últimas, la cepa USA300 es más virulenta que la
USA400 (Liu, 2009). Por otra parte, teniendo en cuenta que la contribución de las toxinas
de S. aureus a la patogénesis y severidad de las infecciones depende del sitio de
infección (tropismo celular), de la especie animal objeto de estudio y del repertorio de
factores de virulencia de la cepa, se puede entender que exista controversia en torno al
papel los mecanismos de patogenicidad de S. aureus a tenor de los resultados de los
diferentes modelos animales empleados (Brandt et al., 2018).
1.1.4. Modelos de infección experimental con S. aureus
Durante los últimos años ha quedado claro que la interacción de S. aureus con las células
del hospedador es más compleja de lo que se expuso años atrás, y los resultados
publicados son tan variables como contradictorios. Aparentemente, los estudios
desarrollados varían dependiendo de la cepa bacteriana y de la dosis que se inocula, así
como del tipo de célula hospedadora (Sinha y Fraunholz, 2010; Strobel et al., 2016;
Brandt et al., 2018).
De entre los numerosos esfuerzos que han sido desarrollados para conocer la
interacción entre S. aureus y el hospedador, el ratón ha sido el animal que se ha
utilizado con mayor frecuencia en los diferentes modelos de infección experimental,
seguido por la especie cunícola. Otros roedores (e.g., rata, ratón algodonero) también se
han empleado para el estudio de la patogenia de S. aureus, aunque en menor medida,
así como otras especies animales (cabras, cerdos, ovejas y vacas) (Tabla 1.1).
La susceptibilidad del hospedador es una consideración importante a la hora de
seleccionar el modelo de especie animal apropiado. Dado que se requieren modelos
animales que mimeticen las infecciones humanas, advirtiendo que S. aureus no es un
colonizador natural del ratón y que existe una afinidad selectiva de los factores de
virulencia de S. aureus hacia las células humanas, muchos de estos mecanismos que
evaden la respuesta inmunitaria en humanos difícilmente pueden ser estudiados en la
especie murina, como es el caso de PVL (Liu, 2009; Tseng et al., 2015). Por esta razón, en
las infecciones experimentales en ratón se emplean elevadas dosis de inóculo
bacteriano para establecer lesión (salvo excepciones, de 1x104 a 1x1010 UFC), y esto
41
1. Introducción
42
puede tener consecuencias involuntarias en la interpretación de la patogenia de S.
aureus (Tseng et al., 2015). Además, los nulos resultados obtenidos en ensayos clínicos
en los que se aplicaba en humanos los mecanismos de inmunización (activa o pasiva)
frente a S. aureus desarrollados en ratones, han hecho que se cuestione a esta especie
como herramienta para el estudio de la patogénesis y terapéutica de este patógeno en
humanos.
Para resolver esta falta de afinidad entre las toxinas de S. aureus y las células murinas se
han desarrollado los conocidos como “ratones humanizados” (NSG) (Tabla 1.1), que al
presentar un sistema inmunitario defectuoso no rechazan las células hematopoyéticas
humanas trasplantadas, a diferencia de los ratones normales, y producen células de la
inmunidad innata y adaptativa propias de los humanos. Además, la carga bacteriana que
se inocula a este tipo de ratones puede ser inferior en comparación a los ratones wt
(Knop et al., 2015; Soong et al., 2015; Tseng et al., 2015; Prince et al., 2017), pues la
presencia de células inmunitarias humanas confiere un incremento en la susceptibilidad
a las infecciones por S. aureus. Sin embargo, a pesar de que consiste en un modelo
murino más selecto, se trata de un sistema económicamente costoso y los resultados
pueden verse afectados por el uso de células de diferentes donantes. Además, como el
ratón está inmunocomprometido puede no ser útil para determinados estudios, y se
desconocen las posibles incompatibilidades entre ratones y humanos que puedan
interferir en el desarrollo y funciones de las células inmunitarias humanas (Tseng et al.,
2015).
Por otra parte, cabe considerar igualmente no sólo las características generales de la
especie hospedadora, sino también de la cepa de hospedador, sobre todo en el caso de
los ratones, ya que se ha visto que algunas cepas murinas presentan mayor resistencia a
ser infectadas por S. aureus, y estas diferencias pueden condicionar el desarrollo de la
inmunidad protectora (von Kröckritz-Blickwede et al., 2008; Montgomery et al., 2014).
Sin embargo, la necesidad de inocular elevadas cargas bacterianas no sólo ocurre en los
modelos en ratón, sino también en otras especies animales, y esto puede estar
relacionado con la inoculación de cepas de origen humano (Tabla 1.2). Son pocos los
modelos experimentales donde utilizan cepas aisladas de animales: colonización nasal
1. Introducción
en cerdos (Crombé et al., 2012; Jouy et al., 2012; Szabó et al., 2012); infección en piel de
conejo (Hermans et al., 2000; Meulemans et al., 2007; Viana et al., 2015); y mastitis en
cabras (Cremonesi et al., 2012; Rainard et al., 2018), ovejas (Cucarella et al., 2004;
Tormo et al., 2007), ratones (Breyne et al., 2017; Li et al., 2017) y vacas (Bannerman et
al., 2004; Sladek et al., 2005; Sladek y Rysanek, 2006; Slama et al., 2009; Jensen et al.,
2013; Ster et al., 2013). Cuando se inoculan cepas de origen animal “en animales” la
dosis bacteriana se reduce entre 10 y 1000 veces, a excepción de los estudios de
colonización (Tabla 1.1). De este modo, la elección de la cepa bacteriana supone una
consideración fundamental para establecer el modelo animal apropiado, y teniendo en
cuenta que S. aureus es una bacteria específica de hospedador, utilizar cepas no
adaptadas a la especie objeto de estudio también puede conducir a la obtención de
resultados no representativos para la especie en cuestión ni extrapolables a la especie
humana (Holtfreter et al., 2013).
1.1.4.1. Estudios experimentales en piel
Las infecciones cutáneas por S. aureus generan lesiones piógenas caracterizadas por
eritema, calor y endurecimiento, y frecuente ulceración y drenaje de material purulento.
Microscópicamente estas lesiones están compuestas ante todo por colecciones de
neutrófilos, una marca distintiva de las infecciones por este agente (Cheng et al., 2011;
Krishna y Miller, 2012b). Sin embargo, atendiendo a las posibles vías de inoculación
presentadas en los modelos experimentales en piel (como se pueden ver en la Tabla 1.1:
epicutánea, i.d., s.c. o a través de heridas) y las distintas localizaciones anatómicas
(oreja, espalda, flanco), sumadas a la elevada dosis de bacterias que se inocula, a las
diferencias genéticas entre las cepas infectantes, al volumen del inóculo, así como a las
características intrínsecas de la especie animal objeto de estudio, no se ha afianzado un
modelo animal que mimetice el desarrollo y la evolución de las infecciones en piel
producidas por S. aureus en humanos.
43
1. Introducción
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1. Introducción
53
1. Introducción
54
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1. Introducción
55
1. Introducción
56
Tabla 1.2. Aislados clínicos de S. aureus de origen humano más comúnmente utilizados en los
estudios experimentales in vivo.
Nombre
de la cepa MRSA/MSSA1 PFGE2 ST3 Referencia bibliográfica
BD02-25 HA-MRSA USA500 8 Li et al., 2010
BK648 MRSA USA1000 59 Voyich et al., 2006
BK2370 MRSA USA500 8 Voyich et al., 2006
BK2394 MRSA USA1000 59 Voyich et al., 2006
BK6789 MRSA USA400 1 Voyich et al., 2006
BK9918 MRSA USA400 1 Voyich et al., 2006
BK11540 MRSA USA300 8 Voyich et al., 2006
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CA-MRSA
USA400
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Strandberg et al., 2010
Spaulding et al., 2012a
CDC587 MSSA USA200 Spaulding et al., 2012a
CN1 CA-MRSA 72 Li et al., 2010
COL
HA-MRSA
Voyich et al., 2005
McLoughlinet al., 2006
Lijek et al., 2012
Spaulding et al., 2012a
Xu et al., 2015
FRI1169 MSSA Spaulding et al., 2012a
FPR3757
USA300
Parker y Prince et al., 2012
Prabhakara et al., 2013
Soong et al., 2015
LAC*
CA-MRSA
USA300
8
Voyich et al., 2005 y 2006
Wang et al., 2007
Bubeck Wardenburg et al., 2008
Montgomery et al., 2008
Crémieux et al., 2009
Cheng et al., 2010
Kennedy et al., 2010
DuMont et al., 2011
Lipinska et al., 2011
Kobayashi et al., 2011
McAdow et al., 2011
1 MRSA: S. aureus resistente a la meticilina; asociado a la comunidad (CA-MRSA) o a los
hospitales (HA-MRSA)/ MSSA: S. aureus sensible a la meticilina. 2 Electroforesis en gel de campo pulsado; 3 Secuencia tipo.
* Continúa en la página siguiente.
1. Introducción
57
Tabla 1.2. Aislados clínicos de S. aureus de origen humano más comúnmente utilizados en los
estudios experimentales in vivo.
Nombre
de la cepa MRSA/MSSA1 PFGE2 ST3 Referencia bibliográfica
LAC** CA-MRSA USA300 8 Wilson et al., 2011
Adhikari et al., 2012
Lijek et al., 2012
Malachowa et al., 2012
Parker y Prince et al., 2012
Rauch et al., 2012
Spaulding et al., 2012a
Cassat et al., 2013
Chatterjee et al., 2013
Becker et al., 2014
Berube et al., 2014
Crémieux et al., 2014
Sampedro et al., 2014
Chan et al., 2015
Malachowa et al., 2015
Maurer et al., 2015
Scherr et al., 2015
Syed et al., 2015
Adhikari et al., 2016
Davido et al., 2016
Loughran et al., 2016
Chan et al., 2017
Prince et al., 2017
Dillen et al., 2018
Levy MSSA USA300 Spaulding et al., 2012a
MN8 MSSA USA200 Spaulding et al., 2012a
MN128 CA-MRSA USA200 Strandberg et al., 2010
MN1021 CA-MRSA USA200 Strandberg et al., 2010
MnCop MSSA USA400 1 Voyich et al., 2005 y 2006
MNPA CA-MRSA USA200 Strandberg et al., 2010
MNPE MSSA USA200 Spaulding et al., 2012a y b
MNWH MSSA USA200 Spaulding et al., 2012a
1 MRSA: S. aureus resistente a la meticilina; asociado a la comunidad (CA-MRSA) o a los
hospitales (HA-MRSA)/ MSSA: S. aureus sensible a la meticilina. 2 Electroforesis en gel de campo pulsado; 3 Secuencia tipo.
** También en la página anterior.
1. Introducción
56
Tabla 1.2. Aislados clínicos de S. aureus de origen humano más comúnmente utilizados en los
estudios experimentales in vivo.
Nombre
de la cepa MRSA/MSSA1 PFGE2 ST3 Referencia bibliográfica
MW2
CA-MRSA
USA400
1 Voyich et al., 2005 y 2006
Wang et al., 2007
Montgomery et al., 2008
Li et al., 2010
Strandberg et al., 2010
McAdow et al., 2011
Lijek et al., 2012
Spaulding et al., 2012a
Rauch et al., 2012
Chatterjee et al., 2013
Walker et al., 2013
Cheung et al., 2014a
Newman
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Collins et al., 2002
Bubeck Wardenburg et al., 2008
Cheng et al., 2009
Tseng et al., 2009
Cheng et al., 2010
Kennedy et al., 2010
McAdow et al., 2011
Schmaler et al., 2011
Vanassche et al., 2011
Adhikari et al., 2012
Jongerius et al., 2012
Lijek et al., 2012
Mulcahy et al., 2012
Rauch et al., 2012
Spaulding et al., 2012a
Feuerstein et al., 2015
Xu et al., 2015
Malachowa et al., 2016
SF1208 HA-MRSA USA200 36 Li et al., 2010
SF1497 CA-MRSA USA1100 30 Li et al., 2010
SF1681 CA-MRSA USA1100 59 Li et al., 2010
1 MRSA: S. aureus resistente a la meticilina; asociado a la comunidad (CA-MRSA) o a los
hospitales (HA-MRSA)/ MSSA: S. aureus sensible a la meticilina. 2 Electroforesis en gel de campo pulsado; 3 Secuencia tipo.
58
1. Introducción
57
Tabla 1.2. Aislados clínicos de S. aureus de origen humano más comúnmente utilizados en los
estudios experimentales in vivo.
Nombre
de la cepa MRSA/MSSA1 PFGE2 ST3 Referencia bibliográfica
SF2561 HA-MRSA USA100 5 Li et al., 2010
SF8300 CA-MRSA USA300 8 Diep et al., 2010
Li et al., 2010
Tkaczyck et al., 2013
Montgomery et al., 2014
Le et al., 2016
1 MRSA: S. aureus resistente a la meticilina; asociado a la comunidad (CA-MRSA) o a los
hospitales (HA-MRSA)/ MSSA: S. aureus sensible a la meticilina. 2 Electroforesis en gel de campo pulsado; 3 Secuencia tipo.
1.1.4.2. El conejo como modelo de infección experimental
Los modelos experimentales en conejos se iniciaron en los años 50 del siglo pasado
(Rogers et al., 1956 y 1957). En la década de los años 70, varios estudios ex vivo
determinaron la existencia de similitudes entre la sensibilidad de células humanas y de
conejo frente a determinadas toxinas estafilocócicas (Cassidy y Harshman, 1973;
Wiseman, 1975). Más tarde, en 1991 Hildebrand et al. describieron que los eritrocitos de
conejo son más sensibles incluso que los humanos al efecto de la toxina Hla, y más
recientemente se ha demostrado que la sangre de humanos y conejos incubada con S.
aureus presenta un perfil semejante de transcripción genética de citoquinas
proinflamatorias (Malachowa et al., 2015). Por otra parte, aunque los conejos son
resistentes a altas concentraciones de PTSAgs por vía i.v., desarrollan efectos letales
similares a las TSS humanas mediante infusión continua de bajas dosis (Dinges et al.,
2000). Además, pueden reproducir infecciones en piel similares a las que S. aureus
desarrolla en la población humana, hecho que también puede estar relacionado con el
grosor de la piel del conejo (1,7 mm), que es similar al de los humanos (1,5 mm) (Le et
al., 2016).
Sin embargo, teniendo en cuenta que el conejo manifiesta susceptibilidades frente a las
toxinas y superantígenos estafilocócicos similares a los humanos, en comparación a
59
1. Introducción
otras especies animales (ratones, ratas y primates no humanos) como hemos visto en los
apartados anteriores, los ratones han sido el modelo de elección para el estudio de su
patogenia.
1.2. Sistema inmunitario
El sistema inmunitario debe garantizar la defensa efectiva contra los patógenos y
minimizar los perjuicios mediados por la respuesta inflamatoria (Josefowicz et al., 2012).
Todas las células del sistema inmunitario derivan de células madre pluripotentes de la
médula ósea, en concreto, las líneas mieloide y linfoide dan lugar a los leucocitos y
linfocitos sanguíneos, respectivamente (Drouet-Viard y Fortun-Lamonthe, 2002). Dado el
potencial de crecimiento logarítmico de los microorganismos durante las fases
tempranas de la infección, la destrucción efectiva de estos agentes depende de la
adecuada coordinación de una compleja serie de procesos celulares y moleculares en el
hospedador, dando comienzo con la sensibilización de las células de la inmunidad innata
(Rigby y DeLeo, 2012).
La respuesta inmunitaria incluye los sistemas innato y adaptativo, y aunque los
mecanismos innatos se consideraron parte de una respuesta inflamatoria no específica
(incluyendo la fagocitosis por neutrófilos y macrófagos, y la activación del complemento)
presenta una especificidad considerable. Esto es debido a que está directamente dirigida
hacia componentes moleculares presentes en la superficie de los microorganismos
(PAMPs) (Krishna y Miller, 2012b). Además, la ausencia de vacunas que potencien la
respuesta humoral frente a esta bacteria sugiere que los anticuerpos no son suficientes
para su profilaxis, por lo que la inmunidad adaptativa por sí sola no basta para una
óptima defensa frente a las infecciones por S. aureus (Chan et al., 2017), lo que resalta,
por lo tanto, la importancia de la respuesta innata. Por otra parte, también se ha visto
que la respuesta inflamatoria observada en las infecciones localizadas, sobre todo en las
de piel, a menudo contribuye más a la gravedad clínica que la propia carga bacteriana
(Montgomery et al., 2014). No obstante, no hay que perder de vista que las elevadas
dosis infectivas que se establecen en algunos modelos dan lugar a una activación
instantánea del sistema inmunitario innato al entrar en contacto con los agentes
60
1. Introducción
patógenos, que antecede incluso a la síntesis de proteínas de evasión inmunitaria
(Jongerius et al., 2012).
1.2.1. Respuesta inmunitaria innata
El sistema inmunitario innato incluye diferentes tipos de células, como monocitos
sanguíneos y macrófagos tisulares, células polimorfonucleares (neutrófilos, eosinófilos y
basófilos), células dendríticas y células NK, y aunque todas ellas se consideran la primera
línea de defensa del hospedador, los neutrófilos juegan el papel central de la interacción
bacteria-hospedador (Kin y Sanders, 2006). Igualmente, las proteínas que forman parte
de la cascada del complemento son una parte fundamental de esta respuesta innata ya
que promueven la actividad fagocítica de neutrófilos y macrófagos por medio de su
fijación a las bacterias (Pietrocola et al., 2017). Además, en las infecciones cutáneas los
queratinocitos también participan como primera defensa frente a los patógenos
(Krishna y Miller, 2012a y b; Brandt et al., 2018).
La respuesta inmunitaria innata se caracteriza por una reacción inflamatoria de carácter
agudo en la que las células efectoras (fagocitos) se distribuyen por el organismo hasta
alcanzar y acumularse en el sitio de agresión (Drouet-Viard y Fortun-Lamonthe, 2002). La
fagocitosis es un paso crítico en la eliminación de bacterias, y las células fagocíticas
(neutrófilos, monocitos/macrófagos y células dendríticas) reconocen moléculas ligadas a
la superficie de las bacterias (PAMPs) por medio de la interacción con sus receptores
PRRs, entre los que se incluyen los TLRs. Estos TLRs activan vías de transducción de
señales (como el NF-кB) que inducen la expresión de mediadores proinflamatorios
(citoquinas, quimioquinas, moléculas de adhesión y péptidos antimicrobianos),
induciendo así la fagocitosis y prolongando la supervivencia celular. Aunque los PRRs son
importantes para la detección de los patógenos, la eficiencia de la fagocitosis también
depende de la opsonización de la bacteria con proteínas séricas del hospedador (DeLeo
et al., 2009; Krishna y Miller, 2012a y b; Ryu et al., 2014), siendo la molécula del
complemento C3 la más representativa en la inmunidad innata frente a S. aureus
(Pietrocola et al., 2017). Por su parte, las células dendríticas no actúan como células
fagocíticas por definición, sino que su función es ingerir bacterias y luego migrar hacia
61
1. Introducción
los nódulos cercanos donde presentan el material antigénico procesado a células
especializadas del sistema inmunitario adaptativo (Brandt et al., 2018).
Como se ha visto con anterioridad, S. aureus puede infectar a un amplio espectro de
diferentes tipos celulares en el hospedador y es el agente etiológico de un gran rango de
patologías, donde los mecanismos de defensa innatos son la primera interfase entre el
hospedador y la bacteria, pero también es fundamental la inmunidad adaptativa (Figura
1.3).
Figura 1.3. Interacción entre los factores de virulencia de S. aureus y la respuesta inmunitaria.
Las citotoxinas de S. aureus pueden lisar las células fagocíticas (PMNs y monocitos-macrófagos)
que intervienen en la respuesta inmunitaria innata, interferir en la inducción y síntesis de
anticuerpos específicos (cruces rojas sobre flechas negras), y también pueden afectar a la
interacción entre los sistemas innato y adaptativo (cruces rojas sobre flechas azules). (Figura
adaptada a partir de Pozzi et al., 2015).
A continuación, de entre los citados componentes celulares que comprenden la
respuesta innata, se van a comentar los que se han descrito como más representativos
frente a las infecciones por S. aureus: los neutrófilos y los monocitos/macrófagos.
62
1. Introducción
1.2.1.1. Polimorfonucleares neutrófilos
El primer paso para la erradicación de microorganismos invasores del organismo es el
reclutamiento activo de neutrófilos (PMNs) al sitio de infección. En un proceso con
múltiples pasos, los PMNs son movilizados desde la sangre periférica o médula ósea en
respuesta a factores quimiotácticos producidos tanto por el hospedador como por el
patógeno (DeLeo et al., 2009; Pietrocola et al., 2017). Estas células representan la
población de leucocitos polimorfonucleares más abundante en sangre (los PMNs
intravasculares representan la mitad de los granulocitos) y son cruciales para la defensa
frente a S. aureus. Eliminan a las bacterias vía fagocitosis, generando ROS y NOS
(mediante el sistema NADPH oxidasa), y liberando enzimas (azurocidina, BPI, catepsina,
lactoferrina, lisozima, proteinasa 3 y elastasa) y péptidos antibacterianos (AMPs)
contenidos en gránulos citoplasmáticos (Krishna y Miller, 2012b; Rigby y DeLeo, 2012;
McGuinness et al., 2016; Thomer et al., 2016; Brandt et al., 2018).
La liberación de moléculas reactivas desencadena una actividad tanto microbicida como
inmunomoduladora, y a elevadas concentraciones pueden desencadenar efectos
antiinflamatorios y predisponer a la infección mediante la inhibición de la proliferación e
inducción de la muerte de células del hospedador (Brandt et al., 2018). Individuos con
defectos genéticos o adquiridos que dan lugar a una reducción del número de
neutrófilos (e.g., neutropenia congénita severa, neutropenia inducida por
quimioterapia) o que alteran su función, como la capacidad de producir superóxido (e.g.,
enfermedad granulomatosa crónica) tienen mayor riesgo de contraer graves infecciones
por S. aureus (Krishna y Miller, 2012b; Kobayashi et al., 2015b).
Por otra parte, los PMNs también pueden liberar NETs (trampas extracelulares de los
neutrófilos), que están compuestos por DNA, histonas, péptidos antimicrobianos y
proteasas que envuelven a las bacterias para su destrucción minimizando el daño tisular
(Brinkmann et al., 2004; Fuchs et al., 2007). No obstante, S. aureus es capaz de destruir
los NETs, y el producto de degradación de éstos (2’-deoxiadenosina) induce la apoptosis
de macrófagos, lo cual puede contribuir a su supervivencia dentro de los abscesos
(Brandt et al., 2018).
63
Figura 1.4. Fagocitosis de S. aureus por los neutrófilos. El proceso de fagocitosis es mediado por
la unión específica de la bacteria opsonizada con su correspondiente receptor en la membrana
plasmática del fagocito (Complemento-CR e Ig-FcR) (Figura adaptada a partir de McGuinness et
al., 2016).
1. Introducción
La fagocitosis se ve facilitada cuando las bacterias son opsonizadas por componentes del
sistema de complemento y/o inmunoglobulinas (Berends et al., 2014). Los PMNs
presentan dos tipos de receptores para mediar la fagocitosis: los receptores para el
fragmento Fc de las inmunoglobulinas (FcRs) y los receptores del complemento (CRs)
(Figura 1.4). La producción de especies reactivas por los PMNs activados por la
combinación de ambos tipos de receptores es más duradera y de mayor magnitud,
sugiriendo así cooperativismo de receptores (Wright y Silverstein, 1983). Esto, además,
apunta a que la activación por FcRs o CRs procede de dos vías diferentes de transducción
de señal intracelular distinta. Además, la fagocitosis mediada por ambos tipos de
receptores desencadena la apoptosis de manera más rápida (Kobayashi et al., 2002).
La inducción de la apoptosis en PMNs activados y la posterior eliminación de los mismos
del lugar de infección/inflamación por parte de los macrófagos son importantes porque
previenen el daño de tejidos sanos y contribuyen a la resolución de la infección. La
64
Figura 1.5. Función microbicida de los neutrófilos. S. aureus es expuesto a mecanismos
oxidativos (especies reactivas vía NADPH oxidasa) y factores oxígeno-independientes (gránulos
citoplasmáticos) en el interior de fagosomas competentes (fagolisosomas). (Figura adaptada a
partir de McGuinness et al., 2016).
1. Introducción
eliminación de células apoptóticas por los macrófagos se denomina eferocitosis
(Kobayashi et al., 2002 y 2015b). Sin embargo, algunas cepas patógenas (como las CA-
MRSA) alteran la progresión normal de la apoptosis, produciendo la lisis de los PMNs por
necrosis programada, sobreviviendo y diseminándose a otras partes del organismo.
Además, parece ser que la carga bacteriana juega un papel esencial en la dirección de
los PMNs hacia la necrosis programada (DeLeo et al., 2009; Kobayashi et al, 2015b).
Por otra parte, Gresham et al. (2000) demostraron que los PMNs no sólo son
importantes para la eliminación de bacterias, sino que también pueden facilitar la
patogénesis de las infecciones por S. aureus, puesto que la bacteria es capaz de
sobrevivir en el interior de estas células fagocíticas. Los PMNs presentan dos
localizaciones intracelulares para el agente patógeno, una que contribuye a su
destrucción (fagolisosoma) y otra que permite su supervivencia (macropinosoma). Los
macropinosomas son fagosomas de gran tamaño cuya membrana no es competente
para fusionarse con los gránulos citoplasmáticos (Bayles et al., 1998) (Figura 1.5). Del
mismo modo, se ha descrito que S. aureus también puede sobrevivir en monocitos y
macrófagos (Kubica et al., 2008), así como en fagocitos no profesionales, como células
epiteliales y endoteliales, y osteoblastos (Bayles et al., 1998; Gresham et al., 2000).
65
1. Introducción
1.2.1.2. Células mononucleares: monocitos-macrófagos
En respuesta a la inflamación e infección, los monocitos sanguíneos derivados de la
médula ósea acuden a los tejidos atraídos por señales quimiotácticas, e in situ se
diferencian en macrófagos (Gordon et al., 2014).
Los macrófagos son notablemente versátiles en su capacidad de reconocer y responder
a una amplia gama de estímulos, a través de una gran variedad de receptores de
superficie (TLRs) e intracelulares (NODs) (Gordon et al., 2014). Junto con los macrófagos
perivasculares, los macrófagos tisulares regulan el reclutamiento de PMNs y monocitos
al sitio de infección, y participan en la eliminación de células muertas. También
producen ROS y RNS, péptidos antimicrobianos, y proteínas quelantes que privan a las
bacterias de los nutrientes esenciales para su metabolismo (Brandt et al., 2018).
Mayoritariamente, los macrófagos perivasculares son críticos para la migración de los
PMNs a la piel infectada por S. aureus; los PMNs se extravasan desde las vénulas de la
dermis inflamada en proximidad a macrófagos perivasculares, que son la mayor fuente
de elementos quimiotácticos para estas células. Sin ir más lejos, S. aureus utiliza la
muerte de los macrófagos perivasculares mediada por la Hla para disminuir la afluencia
de neutrófilos al lugar de la infección (Abtin et al., 2014).
1.2.2. Respuesta inmunitaria adaptativa
El sistema inmunitario adaptativo está constituido por diferentes poblaciones de
linfocitos que actúan de manera antígeno-específica, permitiendo así el desarrollo de
una respuesta más rápida y contundente en posteriores exposiciones al mismo
antígeno: memoria inmunológica (Kin y Sanders, 2006).
Una infección bacteriana severa normalmente induce en el hospedador una respuesta
inmunitaria adaptativa en 7-10 días para limitar el desarrollo de la infección y prevenir
futuras reinfecciones. Sin embargo, una de las características de S. aureus es su
habilidad para infectar al hospedador humano repetidamente a lo largo de su vida, y
aunque no está claro el mecanismo por el cual elude el desarrollo de memoria a largo
plazo, una de las hipótesis es que altera la función de una subpoblación linfocitaria
(linfocitos T) (Liu, 2009).
66
1. Introducción
1.2.2.1. Linfocitos
A continuación se va a definir de manera breve y resumida las poblaciones de linfocitos
cuya función se ha descrito tanto frente a las infecciones bacterianas en general, como
ante la patogenia de S. aureus en particular.
1.2.2.1.1. Linfocitos B
Los linfocitos B se someten a varias etapas de desarrollo desde su origen en las células
madre hematopoyéticas, incluyendo los estadios celulares de progenitor linfoide
primario o temprano (ELP), progenitor linfoide común (CLP), células pro-B y células pre-
B, que acontecen en la médula ósea, y finalmente las células B transitorias. Éstas últimas
cuando son activadas pueden dar lugar a linfocitos B maduros, células plasmáticas o
células B de memoria en los órganos linfoides periféricos. Asimismo, los linfocitos B
maduros también pueden diferenciarse en ambos tipos celulares (células plasmáticas y
linfocitos B de memoria). Por otra parte, los linfocitos B activados pueden comportarse
como células productoras de anticuerpos cuando se unen a un antígeno, pero también
pueden participar como células presentadoras de antígenos (APCs). Además, también
intervienen en la defensa inmunológica mediante la secreción de citoquinas (Drouet-
Viard y Fortun-Lamonthe, 2002; Hua y Hou, 2013).
1.2.2.1.2. Linfocitos T
La población de linfocitos T se divide en dos linajes celulares caracterizados por distintas
funciones y especificidades antigénicas. Por una parte, los linfocitos T CD4+, que se
activan al reconocer péptidos antigénicos unidos a moléculas del complejo mayor de
histocompatiblidad (MHC) clase II, y manifiestan funciones predominantemente
cooperadoras (de ahí que se les llame linfocitos T colaboradores). Por ejemplo, las
células T CD4+ desempeñan un papel central en la defensa frente a una amplia variedad
de microorganismos patógenos, ayudando a las células B a producir anticuerpos y
regulando a los linfocitos T CD8+ y macrófagos (Cosmi et al., 2014). En lo que respecta a
las células T CD8+, éstas están restringidas al reconocimiento mediante moléculas MHC
clase I, y desempeñan funciones citotóxicas (Xiong y Bosselut, 2012).
67
1. Introducción
Por otra parte, retomando el papel de las células T CD4+, éstas también se pueden
subdividir en varias poblaciones atendiendo a sus funciones inmunológicas. Estos linajes
incluyen células efectoras, como se ha comentado, y células reguladoras, las cuales
protegen frente a las respuestas efectoras de defensa del hospedador (Cosmi et al.,
2014). Durante la respuesta inmunitaria debe alcanzarse un equilibrio que maximice el
reconocimiento y la eliminación de los agentes patógenos, y que asimismo minimice la
patología y autoinmunidad inmunomediadas. Una de las células que regulan este
equilibrio son las células T reguladoras (Treg), entre ellas las células T CD4+CD25+ (las
llamadas células Treg naturales), pero también las células CD8+ y las NK, entre otras
(Keynan et al., 2007). La actuación de las células Treg puede generar cierta
inmunosupresión que cronifique la infección, y en estos casos se ha visto que no
intervienen tanto las células Treg, sino más bien las células supresoras derivadas de
mieloide (MDSCs) (Tebartz et al., 2015).
1.2.3. Citoquinas
Las citoquinas son proteínas de pequeño tamaño sintetizadas por varios tipos celulares
en respuesta a estímulos de activación, y que inducen diferentes efectos por medio de
su unión a receptores específicos (Pietrocola et al., 2017). Se han definido
principalmente cuatro familias de citoquinas, a saber, las interleucinas (ILs), los factores
de necrosis tumoral (TNFs), los interferones (IFNs) y los factores estimulantes de
colonias (CSFs), cuya principal fuente celular son los linfocitos T (Drouet-Viard y Fortun-
Lamonthe, 2002). Mucho se ha descrito acerca del papel de las citoquinas en la
respuesta inmunitaria del hospedador, pues según autores estas moléculas reguladoras
pueden desempeñar un efecto beneficioso o perjudicial en las infecciones por S. aureus
dependiendo del estado de la enfermedad, de las condiciones inmunológicas y
características de la respuesta del hospedador, y de la genética del huésped y el
patógeno (Sasaki et al., 2006).
Un ejemplo de esta controversia lo refleja el interferón ϒ (IFN-ϒ), el cual se ha descrito
que sí participa en la regulación de la inmunidad celular y sobre la producción de
inmunoglobulinas (IgG2a e IgM) frente a S. aureus, pero no interviene en la producción
de Igs en las reinfecciones (Sasaki et al., 2006). Nakane et al. (1995) también apuntaron
68
1. Introducción
que el IFN-ϒ sólo ejerce un efecto protector durante el estadio temprano de la infección
y también añadieron que el factor de necrosis tumoral (TNF) participa en la resistencia
frente a la septicemia por S. aureus.
Por otra parte, otras citoquinas que mejoran la defensa inmunitaria frente a las
infecciones por S. aureus son la interleucina 1β (IL-1β) y la IL-6, porque favorecen la
supervivencia de los PMNs y facilitan su acumulación durante las fases iniciales de la
inflamación (DeLeo, 2004), y junto a la IL-1β, la IL-8 (Greenlee-Wacker et al., 2014) y la
IL-17 (Thammavongsa et al., 2015), intervienen también en la quimiotaxis de PMNs.
Asimismo, las citoquinas que secretan las células inmunitarias activadas no sólo influyen
de manera directa sobre otras células inmunitarias, sino que también actúan sobre la
actividad del sistema nervioso central, y éste a su vez regula la magnitud de la respuesta
inmunitaria a través del sistema nervioso periférico mediante la liberación de epinefrina,
que actúa sobre los linfocitos T CD4+ y las células B (Kin y Sanders, 2006).
1.3. La piel
La piel es una importante barrera que no sólo protege al cuerpo de la flora microbiana
del medio ambiente, sino también frente a otros agentes externos como alérgenos,
radiación ultravioleta y otros agentes físicos y químicos (Pietrocola et al., 2017). Por otra
parte, presenta características únicas que no manifiestan otros sistemas de barreras
también expuestos al entorno exterior (mucosa intestinal o respiratoria). Además de
otorgar protección físico-química, interviene de manera directa en funciones vitales
como la respuesta inmunitaria y la producción de hormonas y vitaminas. En la piel hay
numerosas células inflamatorias que pueden participar de la respuesta inmunitaria
cutánea: células dendríticas (células de Langerhans), macrófagos, mastocitos, linfocitos
B y T, células plasmáticas y células NK. Todas estas células, incluyendo los
queratinocitos, están implicadas en el control de las infecciones en piel por S. aureus,
cuya incidencia es un reflejo de la competición que se establece entre la inmunidad
cutánea del hospedador y los factores de virulencia de este patógeno (Krishna y Miller,
2012a y b; Ryu et al., 2014; Brandt et al., 2018).
69
1. Introducción
1.3.1. Estructura histológica de la piel
En la piel se distinguen tres partes: epidermis, dermis e hipodermis. La epidermis es la
parte externa y está formada por queratinocitos en diferentes estados de maduración,
células de Langerhans y células T. La capa más externa de la epidermis, la capa córnea,
se considera la principal barrera física de la piel, pero puede ser interrumpida por
heridas, permitiendo así la invasión del tejido subyacente por parte de microorganismos
comensales y patógenos. El estrato córneo de la piel, que es una capa exclusiva de este
órgano, se compone de queratinocitos diferenciados (desprovistos de orgánulos) y
contiene fibrillas de queratina. Debajo de la capa córnea se encuentran las capas lúcida,
granular, espinosa y basal, siguiendo este mismo orden. Además, la epidermis
continuamente se está reformando con queratinocitos que migran desde la capa basal a
la capa córnea (Figura 1.6) (Krishna y Miller, 2012a y b; Yousef y Sharma, 2017). El
estrato lúcido sólo está presente en zonas de piel gruesa (Yousef y Sharma, 2017).
En cuanto a la dermis, contiene elementos que proporcionan soporte estructural a las
células inmunitarias residentes, así como a los anejos cutáneos (glándulas sebáceas y
sudoríparas, y folículos pilosos) y vasos sanguíneos. Este armazón de sostén está
constituido por fibras de colágeno y elastina (Krishna y Miller, 2012a y b; Brandt et al.,
2018; Pfalzgraff et al., 2018).
La hipodermis o fascia subcutánea es la capa más profunda de la piel. Principalmente
contiene adipocitos, fibroblastos y macrófagos, junto con algunos folículos pilosos,
neuronas sensoriales y vasos sanguíneos (Wong et al., 2016; Yousef y Sharma, 2017).
Las propiedades de la piel como barrera física y bioquímica se deben a la asociación de
los queratinocitos con los productos del sudor, componentes lipídicos y péptidos
antimicrobianos. Asimismo, la piel también representa una barrera efectiva para la
terapia tópica, debido especialmente a la gran organización de los lípidos del estrato
córneo (Pfalzgraff et al., 2018).
70
1. Introducción
1.3.2. Mecanismos de defensa cutáneos
Los mecanismos de defensa cutáneas del huésped que previenen la colonización
microbiana incluyen la barrera epidérmica, como se ha comentado anteriormente, así
como los microorganismos comensales y los péptidos antimicrobianos presentes de
manera natural, y las células inmunitarias residentes. En primer lugar, la superficie de la
piel tiene propiedades constitutivas tales como condiciones de baja temperatura y pH
ácido que interfieren en el crecimiento bacteriano. El pH bajo de la piel se debe a la
presencia de los subproductos de degradación de la filagrina (ácido urocánico y ácido
pirrolidona carboxílico) que se forman durante la diferenciación epidérmica, y estos
metabolitos condicionan también la expresión de factores de virulencia implicados en la
colonización de S. aureus, como el ClfB y el FnBPA (Krishna y Miller, 2012a y b; Ryu et al.,
2014).
En segundo lugar, la presencia de organismos comensales en la superficie de la piel
también puede prevenir de manera directa la colonización e invasión por otros
microorganismos. Por ejemplo, S. epidermidis segrega una proteína (llamada Esp) que
inhibe la colonización por S. aureus mediante la destrucción del biofillm, y también
produce otras proteínas con actividad antimicrobiana directa contra esta misma bacteria
(PSMγ y PSMδ). Además, S. epidermidis activa TLR2 en los queratinocitos e induce la
producción de AMPs (Krishna y Miller, 2012a; Ryu et al., 2014).
Por último, los péptidos antimicrobianos son polipéptidos constituidos por menos de 50
aminoácidos que pueden actuar como bactericidas o bacteriostáticos, neutralizantes de
toxinas y moduladores de la respuesta inmunitaria. La mayoría son de naturaleza
catiónica (CAMPs) e interaccionan con la membrana aniónica de los microorganismos.
Estos péptidos pueden ser producidos por los queratinocitos de la epidermis y otras
células epiteliales (células de Langerhans y macrófagos activados), así como PMNs y
glándulas sudoríparas. En humanos se han descrito varios grupos de CAMPs (Tabla 1.3),
y mientras que algunos son sintetizados por los queratinocitos de manera fisiológica,
otros son producidos durante procesos infecciosos e inflamatorios. De este modo, la
regulación del sistema inmunitario por los péptidos antimicrobianos está principalmente
determinada por el tipo de célula, la presencia de otro estímulo proinflamatorio y la
71
1. Introducción
cinética de la propia respuesta inmunitaria (Komatsuzawa et al., 2006; Krishna y Miller,
2012a y b; Ryu et al., 2014; Pfalzgraff et al., 2018).
Una evidencia de la importancia que tienen los péptidos antimicrobianos en la defensa
frente a S. aureus son los mecanismos de inhibición que se han detectado hacia estas
moléculas. Por otra, parte se ha visto que pueden reducir también la susceptibilidad
frente a los antibióticos. De hecho, la proporción de cepas que manifiestan baja
sensibilidad frente a los péptidos antimicrobianos es mayor entre cepas MRSA que en
MSSA (Komatsuzawa et al., 2006; Krishna y Miller, 2012a y b; Ryu et al., 2014; Pfalzgraff
et al., 2018).
Tabla 1.3. Péptidos antimicrobianos catiónicos que participan en la inmunidad cutánea frente a S. aureus.
Familia Péptidos Origen celular1 Función
Catelicidinas LL-37
KS-30
RK-31
Queratinocitos, macrófagos y PMNs
Quimiotaxis de PMNs, monocitos y linfocitos T
Defensinas
α-defensinas/HNPs HNP1
HNP2*
HNP3
HNP4
PMNs, macrófagos y células de Langerhans
Quimiotaxis de monocitos, linfocitos T y mastocitos
[El 50% de los gránulos de los PMNs contienen α-defensinas (Ryu et al., 2014)]
β-defensinas/hBDs hBD1
hBD2
hBD3* hBD4
Queratinocitos, macrófagos y células de Langerhans
Quimiotaxis de células de Langerhans inmaduras, linfocitos T CD4+ y monocitos/macrófagos
Dermocidina
Glándulas sudoríparas Antimicrobiana
RNasa7
Queratinocitos
Bactericida. Altos niveles en el estrato córneo pueden prevenir la colonización
1 Por orden de importancia; * Péptidos que presentan mayor actividad bactericida.
72
1. Introducción
Por otra parte, la vitamina D también participa en la respuesta inmunitaria de la piel
frente a S. aureus porque promueve la expresión de LL-37 por los queratinocitos, PMNs
y monocitos/macrófagos (Ryu et al., 2014).
En la piel existen un abundante número de células inmunitarias implicadas en el control
de las infecciones por S. aureus, influenciando de diferentes maneras la respuesta
inmunitaria. Durante una infección bacteriana las células presentes en la epidermis y la
dermis reconocen al patógeno y desencadenan la respuesta inmunitaria innata. Los
queratinocitos son las primeras células en encontrarse con los patógenos, pero no son
las únicas capaces de reconocerlos; como se ha comentado, monocitos, macrófagos y
PMNs también presentan TLRs. TLR1, TLR2 y TLR6 reconocen componentes de la pared
celular de S. aureus (ácido lipoteicoico y peptidoglicano) y desencadenan la producción
de citoquinas proinflamatorias y péptidos antimicrobianos, el reclutamiento de PMNs de
la circulación sanguínea e inducen la fagocitosis (Figura 1.6) (Krishna y Miller, 2012a y b;
Brandt et al., 2018).
Por último, cabe mencionar que las interacciones que se producen entre S. aureus y el
hospedador durante la colonización de la piel son clave para el tipo de infección que se
va a producir, de acuerdo además con el sitio anatómico de la piel implicado (Krishna y
Miller, 2012a y b).
73
1. Introducción
Figura 1.6. Componentes de la piel implicados en la defensa frente a la colonización, invasión e
infección por S. aureus. (Figura adaptada a partir de Krishna y Miller, 2012a).
74
Capas
Córnea
Granula
Espinos
Basal
Bacterias comensales
AMPs
Queratinocitos
Der
mis
Ep
ider
mis