Reporte Lectura El Matrimonio, La Redención y La Resurreccion (Capitulo 4)

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    Reporte Lectura Capitulo 4

    El Matrimonio, La Redencio n y La Resurreccio nRafael Augusto Garca Lpez

    El matrimonio es el camino de la redencin del cuerpo, debe consistir en recuperar esta

    dignidad en la que se cumple, al mismo tiempo, el verdadero significado del cuerpo

    humano, su significado personal y de comunin

    Juan Pablo II1

    Juan Pablo II explica como Dios a travs del matrimonio pone remedio a laconcupiscencia, no reparando el pecado como se hace con una porcelana rota, si no comoalgo superior, algo que suple y mejora, que perfecciona lo que hubo en un principio; lleva ala redencin del cuerpo por el sacramento del matrimonio instituido en la nueva alianza.

    De manera que casarse en matrimonio en la actualidad no es cumplir un requisito, esreconocer un llamado a la santidad mediante la entrega de nosotros mismos en el ejerciciode la comunin de las personas.

    SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

    Comunica la gracia divina como un signo visible del mundo invisible escondido enDios desde la eternidad y Juan Pablo no duda en afirmarlo como un SacramentoPrimordial. Este misterio se revela en la pareja humana llamados a la comunin por mediode la entrega total de sus personas y sus cuerpos. El matrimonio es un signo de AmorIncreado, en el cual Dios se ama a S mismo y Ama a la humanidad.

    Solo obrar con Virtud permite alcanzar un equilibrio humano aunque precario, ysta no destruye la concupiscencia aunque combate sus efectos. Podemos llegar a unaamistad conyugal ejemplar en la que deseamos el bienestar del otro antes que el nuestro yaun as este lazo de amor no est exento de concupiscencia. Solo por la Gracia el cristiano

    combate los efectos del pecado y est si tiene Fe le afecta, le toca, le transforma en lontimo de su alma.

    El pagano y el cristiano no practican la virtud del mismo modo, pues la prudencia,justicia, fortaleza y templanza son ejercidas y apoyadas en la gracia y dejndose llevar porsu fe para que bre el espritu santo. Un matrimonio civil cumple un recurso natural y el

    1http://www.mscperu.org/matrimofam/1matrimonio/129CateqJPII/amor1.htm#_Toc30090934

    http://www.mscperu.org/matrimofam/1matrimonio/129CateqJPII/amor1.htm#_Toc30090934http://www.mscperu.org/matrimofam/1matrimonio/129CateqJPII/amor1.htm#_Toc30090934http://www.mscperu.org/matrimofam/1matrimonio/129CateqJPII/amor1.htm#_Toc30090934http://www.mscperu.org/matrimofam/1matrimonio/129CateqJPII/amor1.htm#_Toc30090934
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    matrimonio sacramental es un lujo, es el bono o el extra de un cristiano, el civil pone enejercicio una virtud natural y el matrimonio una sobre natural. El sacramento delmatrimonio plenamente acogido nos hace capaz de ser iconos de la Trinidad.

    REDENCION DEL CUERPO

    "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo am a la Iglesia y se

    entreg a s mismo por ella, para santificarla, purificndola mediante el bao del agua, en

    virtud de la palabra, y presentrsela resplandeciente a s mismo, sin que tenga mancha ni

    arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. As deben amar los maridos a

    sus mujeres como a sus propios cuerpos" (Ef 5, 25-28).

    Para interpretar este pasaje hay que interpretarlo segn Juan Pablo II a la luz de loque Cristo dijo sobre el cuerpo humano; es decir a la luz de la Teologa del cuerpo.

    Juan Pablo explica que la carta a los efesios 5, 242 no intenta decir que el marido esamo de su mujer, ni que hay un contrato de dominio del marido sobre su mujer, sino que:la mujer en su relacin con cristo, (para los dos cnyuges el nico Seor) puede y debeencontrar esa relacin con su marido sin ser sumisin unilateral de ningn tipo. Es ascomo se puede entender en la 1 carta a los Corintios 7:43 en la que existe una interrelacinde pertenencia mutua, sin inclinar alguna preferencia hacia ningn lado y considerando quela potestad es un derecho irrenunciable; existe una mutua sumisin.

    San Pablo afirma que las relaciones de los esposos en el matrimonio deben ser aimagen de las relaciones de Cristo con la Iglesia. Incluso Juan Pablo II afirma que: El

    matrimonio corresponde a la vocacin de los cristianos, slo cuando refleja el amor queCristo-Esposo dona a su Iglesia, su Esposa y que la Iglesia (a semejanza de la mujersometida, por lo tanto, plenamente donada) trata de corresponder a Cristo. Este es elamor redentor, salvador, el amor con el que el hombre, desde la eternidad, ha sido amadopor Dios en Cristo.

    En la primera Alianza con Abraham se marca como sello de carne la circuncisin,pues al decirle que No tendrs otro Dios ms que Yo, Yo ser tu Dios y t sers mi

    pueblo hace referencia a una relacin nica con su pueblo elegido para diferenciar a los

    que no aceptan el pacto, hay una relacin Dios-Pueblo al igual que: Te pongo aparte,rehar tu virginidad, t sers mi novia como Humanidad-Esposa, Hombre-Mujer; stas

    2 As que, como la iglesia est sujeta a Cristo, as tambin las casadas lo estn a sus maridos en todo3 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobresu propio cuerpo, sino la mujer.

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    son las palabras de amor de amor del Esposo a la esposa que conducen a la constitucin dela Iglesia a travs de la encarnacin del Verbo. Dios que no es de carne no podadesposarse con la humanidad ms que tomando carne en el Verbo encarnado. Laencarnacin lleva as a cabo los desposorios ms totales de Dios con la humanidad.

    El Verbo encarnado se desposa totalmente con la humanidad y la constituye enIglesia amndola "hasta la muerte y una muerte de cruz", al igual que los esposos unidosen matrimonio hasta que la muerte los separe. No hay matrimonio cristiano ms que si seda la voluntad de los esposos de adoptar en toda su vida conyugal la actitud del Cristo-Esposo respecto a la Iglesia-Esposa. El amor que se expresa en el Gnesis lo confirma alcrear a Eva de la costilla de Adn: "sta es verdaderamente carne de mi carne"

    El papel de la gracia sacramental es ir quemando poco a poco en nosotros las racesde la concupiscencia, de suerte que seamos aptos para significar, en todas las dimensionesde nuestra vida conyugal, los desposorios de imitacin de Cristo y de la Iglesia.

    LA RESURRECCION Y EL FINAL DEL MATRIMONIO"Se le acercaron unos saduceos, esos que niegan que haya resurreccin, y le

    preguntaban: 'Maestro: Moiss nos dej escrito que si muere el hermano de alguno y deja

    mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su

    hermano.

    Eran siete hermanos: el primero tom mujer, pero muri sin dejar descendencia;

    tambin el segundo la tom y muri sin dejar descendencia; y el tercero lo mismo.

    Ninguno de los siete dej descendencia. Despus de todos, muri tambin la mujer. En la

    resurreccin, cuando resuciten, de cul de ellos ser mujer? Porque los siete la tuvieron

    por mujer.

    Jess les contest: No estis en un error precisamente por esto, por no entender

    las Escrituras ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos

    tomarn mujer ni ellas marido, sino que sern como ngeles en los cielos. Y acerca de que

    los muertos resucitan, no habis ledo en el libro de Moiss, en lo de la zarza, cmo Dios

    le dijo: Yo soy el Dios de Abrahn, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de

    muertos, sino de vivos. Estis en un gran error1 (Mc 12, 18-27).

    Juan Pablo II explica en este pasaje la importancia de la resurreccin y como la

    asemeja a las palabras bblicas en las que se expresa: "cuando resuciten de entre los

    muertos, ni ellos tomarn mujer ni ellas marido" ya que la palabra resurreccin no hay que

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    confundirla con reanimacin, pues Lzaro se reanima, ya que regresa a la vida en un

    cuerpo que hedia y tiempo despus muere como todos los dems, la resurreccin se

    refiere a resurgir a la vida eterna donde ya no habr muerte. En la reanimacin el alma

    inmortal se reunifica a su cuerpo, pues haban sido separados por la muerte.

    "La resurreccin, segn las palabras de Cristo referidas por los sinpticos,

    significa no slo la recuperacin de la corporeidad y el restablecimiento de la vida humana

    en su integridad mediante la unin del cuerpo con el alma, sino tambin un estado

    totalmente nuevo de la misma vida humana". La resurreccin es, por consiguiente, mucho

    ms que una simple reanimacin.

    Cuando Cristo dice: "cuando resuciten de entre los muertos [...] sern como

    ngeles", no quiere decir que la naturaleza humana se transformar en una naturalezaanglica.

    Juan Pablo II explica que el hombre conservar en la resurreccin la propia

    naturaleza humana psicosomtica. La resurreccin significa una nueva sumisin del

    cuerpo al espritu, tendr una integridad perfecta, se divinizar de una manera que en la

    tierra no se puede; la vida del espritu humano llegar a una plenitud tal, que antes le era

    absolutamente inaccesible.

    Sin embargo, esto no hay que entenderlo como una Victoria' definitiva del espritu

    sobre el cuerpo. La resurreccin consistir en la perfecta participacin por parte de todo lo

    corpreo del hombre en lo que en l es espiritual. Al mismo tiempo consistir en la

    realizacin perfecta de lo que en el hombre es personal, despus de la resurreccin,

    seguiremos siendo hombre y mujer. Nuestros cuerpos llevarn los signos de la

    masculinidad o de nuestra feminidad, sin los cuales no seran cuerpos de verdad. Dicho de

    otro modo, el cuerpo resucitado, reconquistado perfectamente en la plenitud de su

    perfeccin propia de imagen y semejanza de Dios, ser un cuerpo sexuado. Pero, al mismo

    tiempo, la afirmacin de Cristo "ni ellos tomarn mujer ni ellas marido" indica que, en el

    otro mundo, el hecho de ser hombre o mujer ya no se expresar por la dimensin conyugal

    ni por la fecundidad carnal.

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    Por qu, segn la expresin de Juan Pablo II, ni el matrimonio ni la procreacin

    constituyen "el futuro escatolgico del hombre"?

    Hay 2 respuestas:

    1.-la realizacin definitiva del gnero humano, la clausura cuantitativa del crculo

    de seres que fueron creados a imagen y semejanza de Dios, a fin de que multiplicndose a

    travs de la conyugal unidad en el cuerpo de hombres y mujeres, sometiesen la tierra.

    Con el final de la historia cesa el crecimiento de la humanidad, que ha llegado a su

    acabamiento y, al mismo tiempo, el matrimonio, en cuanto obra por la que vienen nuevos

    seres humanos a la vida, ya no tiene razn de ser.

    2.- La comunicacin de Dios con el hombre, en ese nuevo estado de la humanidad

    que es la resurreccin, ser tan perfecta que calmar por completo y de una manera

    sobreabundante nuestra sed de comunin, ya no habr all ni marido ni mujer, porque la

    entrega de nosotros mismos a una persona estar infinitamente por debajo de aquello con

    lo que Dios mismo nos colmar, lo que recibe el nombre de "visin beatfica".

    Se evidenciar una triloga que no se puede separar:

    a) La resurreccin de los cuerpos.

    b) La vida eterna.

    c) La comunin de los santos.

    Esta ltima no ser perfecta ni posible ms que en el estado de resurreccin en el

    que todos comulgaremos de manera perfecta en el "comunicarse" total de Dios.

    Una vez resucitados, estaremos en situacin de realizar no slo una imagen de la

    comunin divina, sino que realizaremos totalmente la comunin divina en nosotros y, en

    consecuencia, plenamente la significacin esponsal de nuestro cuerpo.

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    LA VIRGINIDAD POR EL REINO

    "Porque hay eunucos que nacieron as del seno materno, y hay eunucos que fueron

    hechos tales por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a s mismos por el Reino

    de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda"(Mt 19 ,12).

    La virginidad y la continencia del cuerpo dan respuesta a la pregunta de los

    fariseos sobre el matrimonio y el divorcio (Mt 19, 3-9. Cristo seala: de la continencia

    por el Reino, fruto de una opcin deliberada y voluntaria, y no de la continencia en el

    Reino, que no ser una opcin, sino un estado, puesto que en el Reino "no se toma ni

    mujer ni marido". Cristo seala que no es posible disociar estas dos posibles dimensiones

    de la vida humana, el matrimonio y la virginidad, sino que el matrimonio y la virginidad

    se iluminan y se complementan mutuamente.

    La continencia del cuerpo en la tierra es una invitacin a comportarse como ser en

    el Reino de los cielos, recordando el Plan del Principio. Por otra parte, el matrimonio nos

    ayuda a comprender la continencia por el Reino y, por otra, porque la continencia proyecta

    una luz particular sobre el matrimonio considerado en el misterio de la Creacin y de la

    Redencin. Juan Pablo II lo ratifica: No slo el matrimonio nos ayuda a entender la

    continencia por el reino de los cielos, sino tambin que la misma continencia arroja una luz

    particular sobre el matrimonio visto en el misterio de la creacin y de la redencin.

    El matrimonio y la continencia, aunque correspondan a opciones de vida y a

    vocaciones diferentes, no se oponen. Y, sobre todo, no se puede otorgar privilegio a la

    continencia con el motivo de que supone abstenerse de las obras de la carne y ponerlo

    como pretexto para devaluar la vocacin al matrimonio. Esto es lo que afirma de modo

    muy claro el Papa: "Aunque la continencia por el Reino de los cielos se identifica con la

    renuncia al matrimonio "que da nacimiento a una familia en la vida de un hombre y de una

    mujer no se puede ver de ninguna manera en ella una negacin del valor esencial del

    matrimonio; al contrario, la continencia sirve indirectamente para poner de relieve lo que

    es eterno y ms profundamente personal en la vocacin conyugal, lo que, en las

    dimensiones de lo temporal (y al mismo tiempo con la perspectiva del otro mundo),

    corresponde a la dignidad del don personal, ligada a la significacin nupcial del cuerpo en

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    su masculinidad o feminidad". Por lo tanto, se entienden las palabras de la 1 epstola de

    san pablo 7, es mejor no tocar mujer u hombre, ya que invita a una conducta futura en el

    Reino de los cielos; Incluso un matrimonio puede tener castidad y se expresa en los textos

    al referirse en los esposos que tengan una conducta como hermanos.

    La virginidad o el celibato por su naturaleza, consisten en abstenerse de la unin

    conyugal en el cuerpo. Sobre este punto resultan decididamente lmpidas las palabras de

    Cristo. l propone a sus discpulos el ideal de la continencia y la llamada a ella, no a causa

    de la inferioridado con perjuicio de la unin conyugal en el cuerpo, sino slo por el

    reino de los cielos. No se trata de que los castos o incontinentes son perfectos y los que no

    son imperfectos, pues entonces el matrimonio que no tiene castidad caera en esta

    categora; la llamada a la perfeccin se puede practicar sin matrimonio y con matrimonio,

    pues la conducta a la que se refiere de perfecta es basada en los consejos evanglicos de

    pobreza, castidad y obediencia, y estos pueden llevarse viviendo en un instituto religioso o

    en el mundo en matrimonio o soltero.

    Las palabras de Cristo son claras: hay quien elige hacerse eunuco "por el Reino de

    los cielos". La opcin por la continencia no se realiza, pues, en primer lugar, sobre la base

    de un rechazo del matrimonio, sinoporun valor positivo, el del Reino de los cielos, al que

    la persona se siente llamada a entregarse. Ahora bien, sta es una llamada absolutamente

    particular, que no es la recibida por la mayora, y por eso aade Cristo: "Quien pueda

    entender, que entienda" (Mt 19,12).

    Qu es, pues, el Reino de los cielos? "El Reino de los cielos es, ciertamente, la

    realizacin definitiva de las aspiraciones de todos los hombres: es la plenitud del bien que

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    desea el hombre en su corazn ms all de los lmites de todo lo que puede ser patrimonio

    suyo en la vida terrena; es para el hombre la plenitud absoluta del don de Dios.

    Para entenderlo mejor:

    Cristo dijo:

    Querer el Reino de los cielos, y para ello hacerse uno mismo eunuco" es sentirse

    llamado a participar de una manera muy particular e ntima en la obra redentora de

    Cristo. Es desposarse con el esposo en un acto de amor conyugal, para entregarse, con l,

    a toda humanidad y participar en su redencin. Es tambin, al mismo tiempo, anticipar lo

    que tendr lugar en el otro mundo cuando Cristo sea "todo en todos" (1 Corintios 15, 28).

    Juan Pablo II explica: La continencia por el Reino de los cielos, la eleccin de la

    virginidad o del celibato para toda la vida, se han convertido, en la experiencia de los

    discpulos y de los fieles de Cristo, en el acto de una respuesta particular al amor del

    Esposo divino y, en virtud de ello, han adquirido la significacin de un acto de amor

    conyugal: es decir, de una entrega conyugal de nosotros mismos, con el fin de responder

    de manera particular al amor conyugal del Redentor: una entrega de s entendida como

    renuncia, pero sobre todo hecha por amor.

    Concilio Vaticano II (Juan Pablo colabora en el): "el hombre, nica criatura

    terrestre a la que Dios ha amado por s mismo, no puede encontrar su propia plenitud si

    no es en la entrega sincera de s mismo". Gaudium et Spes nmero 243.

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    EL SIGNO DE LAS BODAS DEL CORDERO

    El primer signo que da Jess y que slo refiere Juan, es el milagro de Cana. Este

    milagro con el que Jess inaugura su vida pblica tuvo lugar en el transcurso de un

    banquete de bodas, en el que Jess pronuncia esta frase, aparentemente misteriosa, como

    respuesta a la invitacin de la Virgen Mara: "Qu tengo yo contigo, mujer? Todava no

    ha llegado mi hora". Es preciso comprender que se trata aqu de la hora de sus desposorios

    con su Iglesia.

    Es la comida eucarstica en la cual Cristo se entrega voluntariamente a la Iglesia

    con su carne y su sangre: se entrega definitiva y totalmente como alimento por la Iglesia

    Esposa hasta el final de los tiempos.

    En la ltima cena la noche del jueves santo frente a sus apstoles cuando reparte el

    pan y el vino (carne y sangre), es el momento del matrimonio de Jess con la Iglesia (toda

    la iglesia se constituy en ese instante) y dice: Tomad y comed, este es mi cuerpo, que

    ser entregado por vosotros. Del mismo modo, tom el cliz y se lo dio a sus discpulos

    diciendo: Tomad y bebed todos de l, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva

    y eterna, que ser derramada por vosotros y por muchos para el perdn de los pecados,

    haced esto en conmemoracin ma, aqu se exalta: "Dichosos los invitados a las bodas del

    Cordero".

    Del mismo modo en el matrimonio de los esposos, frente a Dios a con el sacerdote

    como testigo, hombre y mujer mutuamente se pronuncian: Te quiero a ti como esposa,

    como esposo y prometo serte fiel, en las alegras y en las penas, en la salud y en la

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    enfermedad, y amarte y honrarte todos los das de mi vida El sacerdote menciona: los

    declaro marido y mujer, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

    En ambos casos la boda se ha dado a travs de la palabra sacramental, pero la

    consumacin se da en el primer caso cuando una horas despus Jess muere en la cruz

    (madero nupcial) y poco antes menciona: todo est consumado. Una entrega total de s

    mismo por nuestra salvacin. En el caso del matrimonio la consumacin se hace viva

    algunas horas despus, en el acto conyugal con la entrega de sus cuerpos as mismos, hasta

    que la muerte los separe.

    El sentido de nuestro matrimonio cristiano es identificarnos lo ms posible y cada

    da ms, en un clima de fidelidad a la gracia del sacramento con los desposorios de Cristo

    con la Iglesia, en espera de la resurreccin, que significar por completo aquello para lo

    que est hecho nuestro cuerpo

    Bibliografahttp://es.wikipedia.org/. (s.f.).

    http://foro.catholic.net/index.php. (s.f.). Recuperado el 17 de 04 de 2013, dehttp://es.catholic.net/: http://es.catholic.net/

    Semen, Y. (2006).La Sexualidad segn Juan Pablo II 4a Ed. Espaa: Desclee de Brouwer,S.A. Bilbao.