18
b Coleccionista de Soldados Juan Manuel Uria Iriarte Centroamérica Cuenta 2015 Hamlet Año: I Número: I 30 de mayo 2015

República de Papel

Embed Size (px)

DESCRIPTION

República de Papel es un espacio libre para el análisis desdeuna perspectiva joven, contribuyendo a la difusión de informacióncultural y social,sin ningún tipo de ideología definida, fomentando un cambio de actitud y crítica reflexivaante los distintos escenarios de nuestra sociedad.

Citation preview

  • b Coleccionista de Soldados

    Juan Manuel Uria Iriarte

    Centroamrica Cuenta 2015

    Hamlet

    Ao: I Nmero: I 30 de mayo 2015

  • 2D

    Directorio

    Direccin:Magdiel Midence

    Ilustracin de Portada: Alberto Palma Cerna

    Ilustraciomes Internas:Varios

    Colaboradores (En esta edicin):

    Solange E. SaballosDiego FarroFabio CastilloGustavo Maldonado

    Contacto:[email protected]

    Managua, Nicaragua, C.A.

    Repblica de Papel es un espacio libre para el anlisis des-de una perspectiva joven, contribuyendo a la difusin de informacin cultural y social, sin ningn tipo de ideolo-ga definida, fomentando un cambio de actitud y crtica reflexiva ante los distintos escenarios de nuestra sociedad.

    Qu es Repblica de Papel?

    SumarioMarina MoncadaColeccionista de soldados Pag. 3

    William Grigsby VergaraPoesa Pag. 4

    Fabio CastilloLenguas de Levante Pag. 5

    Gustavo MaldonadoMetafsica Televisada Pag. 6

    Bienestar AnimalNota Verde Pag. 7

    Rafael RomeroGuatemala Pag. 8

    Juan Manuel Urapoesa Pag. 9

    Magdiel MidenceLe Voyeur Mndez Pag. 10

    Lester OliverosPoesa Pag. 11

    Solange E. SaballosAvelqech Pag. 12

    Steven PrezHamlet, La Dialctica del Ser Pag. 13

    http://razoneseditoriales.blogspot.comMetforas del lector Pag. 16

    Solange E. SaballosRecuento Pag. 17

  • 3

    -Comincele una coleccin a su hijo- y ll-melo cada vez que pueda. Fue la recomenda-cin de la sicloga que se sent junto a m en uno de mis viajes. Trabajo como planificador de convenciones y reuniones de diferentes corporaciones internacionales. Ese mismo da le compr su primer soldadito de plomo en el aeropuerto de Tokio, y le cambi el chip a mi telfono celular, para llamarlo todos los das sin gastar en llamadas de larga distancia. Cuan-do hablo con mi hijo, le respondo a las pre-guntas sobre sus tareas escolares. Yo soy padre soltero, pues mi esposa muri en el momento del parto, y siempre quise su-plir esa prdida permanente de la madre, de la mejor forma posible. Por ello, durante mis prolongadas y continuas ausencias, me vi obli-gado a confiar la custodia del nio a mi primo hermano. Hasta que un da regres antes de tiempo y encontr a mi hijo solo jugando con muecas. -Mi to me dice que juguemos a que yo soy su mujer, pero que no te diga nada a ti; que es nuestro secreto.

    Secreto que guardara celosamente a cambio de que el nio no me dijera que l le pide que le compre muecas.

    Agreg que vos solamente me compras jugue-tes que incitan a la violencia, y que yo necesito la calidez de las muecas. Y mientas el to aca-ricia al nio con ternura teatrada le dice:

    Debs de saber que yo te quiero ms que tu pap. No ves que cada noche duerme en dife-rentes casas y casi nunca est contigo? Entonces comprend, la compulsividad de mi hijo por lavarse las manos.

    Coleccionista de Soldados

    Marina Moncada

  • 4William Grigsby VergaraManagua 1985

    NO SOY UN HOMBRE DE ACCIN

    I

    Siempre quise escribir un poema sobre la pobreza, sobre los pobres que me duelen, sobre los marginados que no deberan vivir en la pobreza,pero lo cierto es que yo nunca he vivido en la calle y siempre he tenido todo:un techo, un plato de comida,un juego de ropas, lo que sea

    He intentado, en el peor de los casos, ignorar la pobreza de los pobres para no sentirla como una pobreza ma.

    He intentado, de la misma manera, refugiarme en la poesa hermtica, en la gran poesa existencial de los hombres

    que viven hacia adentro, pero no puedo dejar de pensar

    en esa gran lista annima de la miseriaque se extiende a mi alrededor

    mientras escribo estas lneas.

    Vivo en un pas pobre, donde, naturalmente, los pobres son mayora

    y yo no soy parte de esa mayora.

    No obstante, me conmueve ese nio que limpia vidrios

    en un semforo de la capital,bajo la furia de un sol implacable

    o la chica de quince aosque anda panzona,

    pidiendo limosnas, diario,junto a una anciana

    que se arrima a un poste, llena de tierra

    Cmo, entonces, ayudarlosdesde la poesa?

    Cmo, entonces, escribir sobre los pobres

    si no soy un hombre de la calle?

    LA SOLEDAD ES UNA VIUDA SIN FINAL

    III

    El mar es bello porque est solo desde el principio de los siglos.

    Los peces no interrumpen la soledad del mary su silencio;

    los peces mueren pero nadie los entierra.

    Los marineros deben naufragar si quieren conocerla profundidad del mar.

    A veces el mar estalla sobre la arenaacostadade la costay las olas aplauden sobre la playa arenosa

    Las olas aplaudenLas olas

    Clap, clap, clap

  • 5El fillogo Sandor Czoma defina el proceso comunicativo como una serie de esquemas que han viajado a travs del tiempo con la nica finalidad de unir las generaciones bajo una misma premisa. De manera inevitable Czoma se refera a la tradicin oral y el fenmeno de la evolucin del lenguaje con ente formativo y creativo, atemporal e ilimitado. Esa es precisamente una de las experiencias que logramos abrazar a nuestro paso por el medio oriente, para ser ms especficos, Iraq. A pesar de la flagrante occidentalizacin que han sufrido los pueblos de esta regin del mundo, las guerras interminables, tan prolongadas como su tradicin misma y el flagelo religioso que asfixia la capacidad cognitiva del individuo, la manifestacin cultural sigue siendo grantica, y una de las razones de mayor influencia es porque han sabido preservar la delicada tarea de pasar y transmitir la palabra hablada por generaciones, a travs de los siglos y derribando toda clase de obstculo posible. Otro factor que ha contri-buido a la unidad que hacemos referencia es el sentimiento cuasi chauvinista de representar la patria, como smbolo nacional de lucha y estandarte cultural en medio de las naciones (casi una especia de Primus entre Pares). Esto refleja a grandes rasgos, algunos de los estadios de ser y pensamiento de los pueblos de la antigua Mesopotamia.

    El contexto musical -como manifestacin musico-antropolgica- est ntimamente ligado a lo que acabamos de apuntar antes. La tradicin musical y el arraigo que conlleva semejante afrenta del ser y del espritu como figuras trascendentes en el desarro-llo comunitario se ha convertido en una cadena infranqueable, por lo menos en su esencia. Desde los tiempos de Saladino has-ta los convulsos tiempos modernos, la interpretacin musical de estos pueblos ha sido siempre un desafo con una naturaleza altamente dinmica y sensible, de corte multiforme, polifactico y despojado de muchas limitantes que se pueden encontrar en la mente pero no en el espritu. El sincretismo que la msica ha experimentado en los pueblos mediterrneos poco ha contri-buido a que estas manifestaciones se conviertan en propuestas distintas en el contexto artstico. Todo lo contrario, son sus m-sicos los que llevan las propuestas exgenas a un nivel extraordinario de adaptacin en su forma interpretativa, enriquecedora y que reafirma su identidad. En noviembre de 2013, tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto de la orquesta juvenil de la Universidad de Basra, histrica ciudad al sur de Iraq.

    La energa de estos jvenes era encomiable pero lo que ms capt mi atencin fue la exquisita combinacin instrumental que estos talentosos msicos lograron amalgamar. Entre panderetas, tambores de copa, lades y crtalos, se perciba una armona impoluta, siguiendo el mismo flujo que los instrumentos de viento y cuerda tradicionales marcaban. A esta manifestacin de fuerza y energa, que no poda provenir de otros pueblos que no fuera una caterva de guerreros, se sum -en un momento determinado de la presentacin- la danza. Esta vino a suavizar ese tono embebido de estrpitos sonoros, como una suerte de stiro en el jardn de la delicias del Greco, formando ardides con su flauta diminuta. Lo que logramos asimilar en ese magnfica presentacin de talentosos estudiantes fue una de esas caractersticas congnitas que relacionamos directamente con la tradi-cin oral. Este grupo de jvenes supo que la poesa, como una forma de musicalizar la historia, se manifiesta de maneras varias, distintas y cambiantes pero que no se divorcian de su rol primigenio porque saben que en ca cada interpretacin invocan el aire y la historia de sus padres y los padres de sus padres. Pudimos ver entonces, como se desplegaba una vez ms, esa mgica alfombra que se extiende por un vasto territorio que resiste a morir a manos de la secularizacin comercial.

    Definimos pues, como paradigma existencial de un fenmeno histrico y vigente, que la manifestacin musical de los pueblos del medio oriente, ms que una extensin cultural de lo que ellos han recibido como patrimonio, es una descripcin de la cons-tante evolucin del ser humano, como fenmeno ontolgico que define -por antonomasia- al ser y su entorno. Una experiencia holstica que nos permite comprender por qu estas generaciones siguen aportandotan valioso cargamento de humanidad a una sociedad que ensordece por el estallido de la modernidad, que nos despoja de lo esencial y que ellos se resisten a ceder.

    Lenguas de LevanteFabio Castillo

  • 6Metafsica TelevisadaGustavo Maldonado

    Platn afirma que el humano accede al conocimiento por medio de la reminiscencia. La realidad presente es una rpli-ca imperfecta que nos recuerda vagamente el cono-cimiento verdadero, absorbido por nuestra alma en un misterioso lugar anterior y posterior a la vida que denomina Mundo de las ideas o Topos Uranus. El Mundo de las ideas platnico se construye a par-tir de la bsqueda humana de la perfeccin que no logramos encontrar en la tierra. Es el mundo verda-dero, desde el cual somos lanzados y materializados en este imperfecto y ficticio lugar, pues aquel en que conocimos por vez primera todo, es un mundo de ideas, inmutable, eterno.Dicho mundo se supone verdadero y absoluto, atemporal e indeterminado en el espacio -no es un lugar, es una nocin. Este principio del pensamien-to de Platn se ha materializado en la evolucin tecnolgica del mundo occidental utilizando como vehculo principal, nada menos que la pantalla. Ca-ractersticamente fragmentario, encapsulado, el dis-curso de la pantalla, que, si bien, tiene sus primeras expresiones en el cine, cabe acotar en favor de este, que se forja desde un flanco de conocimiento, desde el afn de crear una mquina para captar la realidad de manera cientfica: una tecnologa cognoscitiva.Es con la TV que se inicia ese trayecto de indivi-dualizacin, el nacimiento de este medio, tiene su origen en requerimientos puramente comerciales. Esta tecnologa inaugura, en algn sentido, antes de cualquier moda de pensamiento o corriente arts-tica, ms all de la nocin de entretenimiento re-lacionado con el confort perezoso y distrado del mundo, la tan discutida posmodernidad. En efec-to, las formas del discurso televisivo constituyen la anttesis de los grandes relatos modernos. Situe-mos entonces el nacimiento de la televisin como el Big Bang, a partir del cual se inicia la expansin de los discursos fragmentarios y los relativismos de esa modernidad tarda que hemos dado en llamar posmodernidad. La TV recorre el camino abierto anteriormente por la radio, para convertirse en la insignia de la cultura meditica del sistema de mer-cado a escala global.Unas vacaciones por aquel mundo perfecto de mo-delos, presentadores, spots comerciales, cpsulas de informacin dirigida, cuerpos tallados y moldea-dos, tardes soleadas, momentos felicesdramas que concluyen en bellos desenlaces, certmenes de belleza, concursos de artistas pop, jamones, sopas instantneas, comidas y bebidas enlatadas, recetas milagrosas, muertes, sangre, mucha sangre. Dividi-do comercialmente en segmentos que mantienen la mente en un tipo de trance que nos programa para evitar que podamos concentrarnos y profundizar en los detalles y la magia contenidos en el mundo dentro del cual nos hallamos. Nos aleja de cualquier tipo de ocio creativo, pues nada es ms fcil que de-jarse ir en una evasin que desconflicta nuestra

    percepcin, captando la atencin de nuestros sen-tidos. Este pequeo aparato cuyo tipo discursivo es caractersticamente fragmentario, encapsulado, disperso, caleidoscpico, constituye, entre otros, el punto de partida de las maneras en que se nos da a percibir el mundo actual.

    La evolucin de estas pantallas va desde los prime-ros modelos de televisor, de formas cuasi-cbica, hasta los ltimos, con pantallas de tendencia Slim, que resultan una excelente metfora del modelo de cuerpo mercadolgicamente diseado para vender-nos imgenes de una perfeccin que no encuentra correlato en la realidad y que captamos cotidiana-mente a travs de los miles de tipos de dispositi-vos audiovisuales existentes en nuestros das. Esta tendencia se ha visto aleatoriamente trasladada a nuestras formas de pensar y de pensarnos, cada vez ms magras, ms delgadas, ms artificialmente mol-deadas. Imgenes transmitidas en directo desde un limbo igual de misterioso que el Topos Uranus pla-tnico.Sospechosamente, este diseo de transmisin del mundo caza perfectamente con el afn humano de ir trazando su historia en busca de verdades, de formas perfectas. De certezas. Pareciera que necesitamos ayuda para sostenernos aqu, en este mundo desbor-dante y concreto, en el que cada da nos damos de cara contra una realidad que tras-ciende infi- nitamente nuestra capacidad de aprehenderla y la an- siedad de po-seerla.E s t a necesidad de p e r - m an e n c i a , en un lugar don-de la permanen-cia es apenas una i l u - sin, nos ha llevado como espe-cie a ir i n t e n t a n d o fijar pun- tos cardinales. Como me- dio de defensa ante el pavor que sentimos frente al devenir del mun- do, la evidencia de la so-ledad y de esa manifestacin suprema de la soledad, que es la muerte, el ser humano ha construido in-crebles relatos. Ideas absolutas como la de dios, la religin, el estado, el mercado global, forman parte de las construcciones ideales en que los humanos hemos intentado refugiarnos y encontrar la perfec-cin, la omnisciencia, la omnipotencia, la omnipre-sencia que nos es imposible encontrar durante la experiencia de la vida en este lugar. Una de las lti-mas consecuencias de esta bsqueda, la sntesis que contiene y simplifica a todas las formas anteriores, es la pantalla. El discurso de la pantalla, en todas las formas que ha adoptado, es la ltima actualizacin de aquella metafsica platnica.

    *Extracto del captulo I de La dimensin de la pan-talla, incluido en Relatos, ensayo indito.

  • 7En esta ocasin trataremos de tocar un poco este tema tan importante en los ltimos aos, tan importante que en casi todos los pases del mundo se han creado leyes para prote-ger la naturaleza, y los animales en general; algunos para evitar su extincin, otros simplemente para darles una me-jor calidad de vida. En nuestra sociedad por mucho tiempo se ha tratado a las mascotas (perros y gatos) como una parte ms de la familia, tanto as que les dedicamos fotos, sonrisas, caricias, tiempo para jugar con ellos. Hemos llegado hasta darle nombres de personas y aqu algunos ejemplos que he odo en mi vida: Alberto Jos, Benjamn, Margarita. Puede que a algunos les moleste pero no podremos evitar que la gente lo haga.Como la palabra misma lo dice en el ttulo, bienestar es lo-grar crear un ambiente en el cual nuestras mascotas tengan una vida digna, una vida acorde a nuestras posibilidades e incluso msall, porque tener una mascota es sinnimo tambin de responsabilidad, cuidar un ser vivo no es solo tenerlo por tenerlo y ya, los seres humanos desde el punto de vista religioso fuimos creados para convivir juntamente con los animales, los perros y los gatos fueron domestica-dos para ayudar en el da a da al ser humano. En nuestro pas sucede tambin una contradiccin muy fuerte, aun cuando algunos tratan a sus mascotas como fa-milia otros los tratan como si fueran sus peores enemigos, y debido a eso se ha logrado aprobar la ley 747, en favor del bienestar de los animales en general. Si hablamos de una vida digna estamos hablando de darles una alimentacin correcta, que tengan una fuente de agua limpia, fresca y siempre a disposicin. Lograr la libertad y el hbitat ade-cuado, evitar que padezcan enfermedades siempre y cuan-do est al alcance de nuestras manos.Al escoger una mascota lo primero que debemos tener en cuenta es nuestro medio ambiente, si tenemos el espacio para el tipo de mascota que deseamos, si tenemos nios o no, si podemos proporcionarles la alimentacin adecuada, as como mantenerlos aseados. Nosotros los adultos debe-mos educar a nuestros hijos, inculcarles el amor a los ani-males, los cuales son seres vivos y merecen nuestro respeto y nuestro cuidado.Cada vez que hablamos del bienestar animal hablamos de las 5 libertades bsicas para los animales:1. Libres de sed y hambre.2. Libres de incomodidad.3. Libres de dolor, lesin o enfermedad.4. Libertad de expresar su comportamiento normal.5. Libertad de miedo y angustia.Todas estas libertades nos llevan a darles derechos a nues-tras mascotas, los cuales debemos cumplir a cabalidad para ser mejores seres humanos con nuestra naturaleza en espe-cial las mascotas de nuestra casa.Hablar de derechos tambin es hablar de proporcionarles un estado de salud ptimo, llevarlos a un Mdico Veterina-rio competente el cual nos proporcionara un calendario de vacunacin y desparasitacin, evaluara el estado fsico de nuestra mascota y nos dar consejos necesarios para que evitar una dolencia innecesaria. Es deber de todos los ciudadanos empezar a cambiar nues-tra mentalidad, empezar a ser ms benvolos con nuestras mascotas y dejar atrs esa falta de accin al ver que alguien maltrata a un animal y que entre todos podamos aprender a ver a los animales como algo importante dentro de nuestras vidas.

    Bienstar Animal

  • 8GuatemalaRafael Romero

    En un pequeo comedor de la zona 7 capitalina, un hombre cualquiera pasa el tiempo sorbiendo lentamente una Pep-si-Cola. Un cenicero, cerca de brazo derecho, contiene dos colillas apachurradas y un bodoque blanco, un chicle. Es el nico cliente; quizs por el aguacero que golpea las calles o porque son las cuatro y media de la tarde, y el comedor se ha vaciado. A punto de dar el ltimo trago, nota que un viejo entra, un tanto acelerado, deja un paraguas destei-do cerca de la entrada, dice unas palabras incomprensibles (habla consigo mismo, ms bien), y se acerca al mostrador no para comprar sino para pedir sencillo de un billete de cien quetzales. Acaban de pagarle un trabajo atrasado; pue-de que sea albail o marmolista. Su idea es comprar unas chucheras para sus nietos antes de llegar a su casa; com-prrselas a Caln, el chiclero. Hay un radio con dos peque-as bocinas sobre la refrigeradora. El viejo, con un rostro que bien podra ser el de un tacuazn o el de un jerbo se-gn el criterio de quien, con un poco de imaginacin, lo ex-plore de cerca, parece resentirse al notar que el volumen es excesivo y se mueve un poco hacia atrs atento a los mo-vimientos de la dependiente, una mujer de unos cuarenta aos que da la sensacin de que habla para dentro o con alguien que slo existe en su interior, una mujer de aspecto anfibio. Sus gestos, mientras hace cuentas con las manos debajo del mostrador, no son precisamente de tranquilidad ni de agrado. Mientras el viejo se sacude lo mojado de los mangas de su suter, decide girar su cuerpo para darle un repaso visual al comedor y entonces se topa con la mirada seria del otro, y le sonre. Una sonrisa instintiva, espont-nea. El hombre no responde ni con una mueca; contina as, impasible, con el dedo ndice metido en la boquilla de la botella, balancendola sobre su base como si se tratara de una perinola. El viejo parece impacientarse o quizs com-prende la molestia que est ocasionando y le dice a la mujer que mejor le sirva un caf con leche, s, un cafecito, repite, y que lo cobre del billete (como si esa fuera la mejor manera de arreglar el inconveniente que la mujer prev: quedarse sin sencillo), que se va a sentar esperar a que pase el agua y que si es tan amable de bajar un poco el volumen. A la vez que abre la refrigeradora para sacar la leche, la dependiente sube la mano y baja el volumen del radio, tanto, que por la lluvia casi no se oye. El viejo se sienta, dndole la espalda al otro. ste, deja la botella sobre la mesa, al lado de cinco quetzales en monedas, lleva su brazo hacia atrs, saca una Bersa 9mm de la cintura, se levanta, da unos pasos y dispa-

    ra tres veces, a quemarropa. Luego, evita la presencia de la dependiente (que grita de manera salvaje y huye a la cocina), patea el paraguas y sale del comedor con una tranquilidad que desprende resignacin y desga-no, como un coyote dejando atrs a maleza en donde slo quedan huesos relamidos y pellejos disecados. La lluvia contina perenne y el hombre se aleja pegado a las paredes de las casas, molesto e indignado, con ganas de dispararle a los carros que pasan demasiado rpido, salpicndolo, o de llegar a su casa para golpear a su mujer o para vejar y amedrentar a una de sus hijas, la que acaba de cumplir tre-ce aos, porque en la colonia se rumorea que tiene varios novios. Entonces corre, como si presintiera que alguien lo est llamando y, mientras lo hace, intentando esquivar los pequeos charcos que se forman en las banquetas deterio-radas, empujando a dos o tres peatones que se atraviesan en su camino, recuerda la figura del viejo y masculla en su cerebro lo siguiente: Cuando Vicente Fernndez est can-tando que no se te ocurra decir que le bajen volumen, pe-dazo de mierda, y menos cuando la cancin vaya a medias. Es una falta de respeto, me entends?

  • 9Juan Manuel Ura, poeta espaol, nace en Rentera, Pas Vas-co, en 1976. Ha publicado los libros de poesa Puerta de Coral (2005, Ellago Ediciones), Quin es Werther? (2009 Bibliote-ca CYH; 2015, Raktas, Guatemala), Transformaciones (2009, Baile del Sol), Manzana de vaho (2012, Editorial Quadri-vium), Las huellas del lmite(2014, Baile del Sol),Hablar por-que la muerte(2015, Raktas), Lilith(2015, Raktas). En prensa el libro de aforismos Dos por la maana, y el ensayo LaPoesa: hacia una ciencia de lo intil. Colabora en diferentes revis-tas nacionales e internacionales. Codirige la editorial El Ga-llo de Oro y el Festival de PoesaGuardetxede San Sebastin.

    Juan Manuel Ura

    Paisaje

    I

    Crezco en un paisaje extrao. Un acuoso caballo salta de mi sueo al silencio.

    Arriba, ms all de lo visible, percibo el ltimo eslabn de mi cancela, donde duerme el aduanero. Arriba, casi en la frontera, la noria en la que mis ojos descerrajados giran.

    Crezco en un paisaje de puertas bajas que, abrindose, dejan pasar al indecible que pugna, refractario y fiel a m, sin arrepentirse, mirando el movimiento de la luz de dos

    a cuatro, la sombra de seis a diez.

    II

    Mrame ahora, porque tengo tu pecho, tus dientes, tu pelo, tu gesto herido; mrame bien, porque soy tu sudor en una piel compartida, el estertor msico del sexo.

    La palabra que no cabe. La simiente fecundando.

    III

    Sin embargo, los cuerpos caen sin eco en el paisaje que se cierra, vctimas de un veneno que ciega, de un lenguaje sin misterio. La linde, aqu, es un vertedero. El cielo,

    un arrabal. Y mi canto slo unas palabras sin peso sobre el papel:

    Aqu mi espada! Soy el fiel soldado de la muerte! Soy pasin surcada de hielo que te mirar, eternamente, a los ojos!

    Ya ves, slo unas palabras de escaso vuelo, como polvillo de tabaco, como una tos.

    (De Las huellas del lmite. Baile del Sol. Espaa. 2014).

  • 10

    Desde la msica folk mediterrnea hasta las quasi operetas son las puestas en escena de Mi-guel Marcos Fernndez en Le Voyeur Mendez. Yo invent el amor, es su ms reciente lbum, una msica con fondo cabaretesco y circense, unas letras llenas de mitologa y miradas infra-rrealistas de la cosmogona potica. Entre spoken Word y canciones (como tal) nos pinta una crudeza que nos hace desangrarnos en cada cambio de tracks, la influencia del cine, la pin-tura, los poetas malditos y las historias de camino real; hacen de este proyecto un suculento banquete para lo que apreciamos en la msica la ecuacin de la palabra conjugada en los to-nos musicales y sus colores. El eterno viaje del que hablaba Rigoberto Paredes, refirindose al estado cambiante del arte,

    Me hice un viejo retrovisor/ me gusta mirar, mirar para atrs, eso si no nos convirtamos en sal y vmonos al disco:

    http://voyeurmendez.bandcamp.com/album/yo-invent-el-amor

    Le Voyeir Mendez

  • 11

    LESTER GIOVANNI OLIVEROS RAMIREZ: nace muerto de la risa el 28 de julio 1976. Dicen que esa noche los doctores hicieron huelga en el Hospital Roosevelt y se las tuvo que arreglar para nacer sin ayuda de nada, ni siquiera con la de su mam porque estaba dormida; dicen que cuando ella despert el nio ya estaba all. Explican que soy poeta y siempre lo niego por que la palabra est muy devaluada. Y adems suena a profesin pero parece ms un insulto por la forma de vida que se han gastado esos muchachos. Promotor cultural a la fuerza, no hay de otra, en Guatemala los artistas hacen todo, hasta comprar sus propias obras o cambiarlas urgentemente por comida. Fue incluido en la antologa Poesa para Todos 2011 de la Biblioteca del IGA y en una antologa que jams ha visto de Paraguay editada por el poeta Edgar Pou. Algunos epi-sodios interesantes son haber publicado su libro Deliriosaurios y que no haya ni una sola copia en ningn lado. Ha publicado poesa y una serie de entrevistas a gente ms inteligentes que l en la Revista de la Universi-dad de San Carlos. Su trabajo periodstico ha figurado en varios medios de comunicacin guatemaltecos como Luna Park, y la seccin diaria de cultura de los diarios La Hora y Siglo XXI. Modera el blog latinoameri-canosunidos.blogspot.com. Actualmente trabaja en el departamento de Edicin Editorial Santillana, y estudia francs en la universidad. Es edi-tor y fundador de la Editorial Cartonera Maximn. Normalmente anda a pie y con un libro. Otro dato curioso es que tiene la nica entrevista que le han hecho al escritor de El Perfume, el seor Patrick Sskind. Tiene muchos amigos, dos o tres enemigos famosos y un buen recuerdo de un gato que le regal su mam (o sea, mi madre regal al gato).

    Delisauriosfragmento

    iino haba nadie que supiera que estaba amaneciendo nuevamente en la gruta deChauvet, y ninguno que supiera la hora del sueo, eran momentos que slo podemosimaginar como primeros, como sagrados a punto de ser escritos por profetas y reyes,por escribas en lascaux, por originales y perfectos animales con un metalenguaje desonidos mares, palabras pjaros y ruidos imitados en la noche del gnesis cuandobrotaban de los das imaginarios del sueo de la vida, mujeres que dibujabanbisontes y escenas de caza, con sus varones matizados sobre la roca en medio de unmamut altamirano, con sus hijos jalando pequeas redes llenas de caracolesfantsticos que brillaban bajo el agua como pequeas nebulosas nacaradas: fue ya en esos das cuando la voz, una voz intermitente que dictaba palabras y versos, losmismos del ramayana que vibraban cuando recitaban en las montaas sus cancionessobre el primer hombre y el paraso, ya haba historias sobre transformacionesfantsticas de hombres que no eran de ste mundo, ngeles caverncolas, sagradosneanderthales con alas arcngeles de batracios sin pies ni manos, que luego comopor magia terminaban hincados con pies de len y rostro de guila preguntando atodo el mundo el porqu de la existencia, orden y caos fueron a la vez el cosmos,sobre el tiempo bblico de tomos vedas y signos en medio de dibujos en piedra, torres de babel donde se confundieron los nombres por sus lenguas y cada uno hizocaminos de uno a otro lado del mundo para vivir en residenciales en los suburbiosque luego serian ciudades cdices donde el fluir de la vida ya no tendra tantaimportancia para ninguno:

  • 12

    Estaba fantaseando en mi cama. As suelen venir mis grandes ideas: acostada mientras escucho msica y leo o slo limi-tndome a disfrutar la bendicin de tener un abanico estos calorazos estn asesinos.. Nada y todo en particular. Estaba dispuesta a continuar con la lectura de Ilusiones perdidas, de Balzac, cuando cae un mensajito de esos que te cambian la noche (ya me haba resignado a no poder tapinear ayer y me dola en el alma porque una noche de viernes sin bacanal es una noche de viernes deplorable para m). Era un mensaje de la Ave Asn, mi mejor amiga. Qu jode esta maje. pens, y ella misma lo confirm al escribirme: Qu jodo y te hostigo; es porque te amo. Me dijo que andaba con Mises, su amigo cellista que se volvi amigo mo tambin luego de tantas ba-canaleadas y confesin de nuestros sentimientos amorosos con respecto al arte. Me dej envolver por la certeza de que sera una buena noche y fui.

    Los msicos suelen ser obsesivos con sus instrumentos: los aman como si fueran sus hijos y siempre quieren tener una ocasin/excusa para tocarlos; estos dos jvenes decidieron repentinamente que tenan ganas de ofrecerle al parque de la Colonia El Periodista un concierto en vivo, dedicado a las canchas vacas y a su tranquilidad imperante A las once de la noche.

    Y yo, que ando buscando que me den cuerda, opt por cargar con mi cmara con la cual tengo una relacin amor-odio por su mala definicin nocturna y usar la aplicacin de gra-badora de mi iPod para documentar tan memorable ocasin en la cual el capricho de MIS msicos s, me nombraron su mnager; eso ya fue cuando estbamos borrachos en el bar Ron Kon Rolas fue tan grande como para poder salir final-

    mente del anonimato de la sala de Mises.

    El pblico fueron dos de mis vecinas, su perro, el vigilante del parque y yo. Al principio los muchachos estaban tmi-dos por la presencia de tan esteeee Selecto pblico! Y te-man errar las melodas. Al ver la admiracin que suscitaban y los nimos que le daban mis vecinas pudieron relajarse y concentrarse en tocar, y qu tocada! Debo expresar mi total asombro ante la capacidad creativa de los artistas ni-caragenses, en particular, de los msicos. No es que no la haya reconocido antes sino que no me canso de admirarla y recalcarla. Por sobre todo, me siento honrada cuando otros artistas me dedican un poco de su tiempo para mostrarme, humildes, el gnesis de lo que ser una gran obra artstica si siguen siendo constantes en su amor por la creacin.

    Tocaron. Las melodas me transmitan un oleaje de senti-mientos encontrados: ansiedad, desasosiego, melancola, esperanza Senta que estaba flotando en medio de un cuerpo de agua de oleaje intermitente: unas veces rpido e inquietante y otras tan dulce debido a sus cadencias sua-ves Las asoci por completo con el agua y muchas de sus facetas. Tambin apreci el valor esttico de algunas poses que adoptaron despus de tocar los muchachos con sus ins-trumentos: la Ave pareca una madre meciendo a su violn y Mises acariciaba con ternura y delicadeza las cuerdas de su amante cello.

    Yo tengo fe en que mis queridos msicos, quienes dotan de sentimiento mis tardes solitarias y calladas, saldrn de una vez por todas de la sala de Mises para mostrarle al pblico la belleza inquietante de sus composiciones.

    AvelqechPor Solange E. Saballos

  • 13

    Hamlet, La Dialctica del SerPor Steven Prez(Primera parte)

  • 14

    El obstculo principal que sobreviene al momento de comentar o intentar analizar un texto literario o referente artstico es el si-tuarse mentalmente en la poca del autor en cuestin y ubicarse aunque sea superficialmente sobre el propsito primigenio de los elementos que intenta exponer. Tal imposibilidad permite al sujeto externo, actuar con amplia libertad y utilizar un sin n-mero de interpretaciones personales para comprender una obra determinada; en algn momento se mencion el drama es una accin moralmente seria. De Hamlet, en efecto, se ha escrito y comentado hasta la saciedad por varios siglos. Goethe y Anato-le France emitieron comentarios generales sobre el drama, los cuales se dirigen al significado de la obra desde una perspectiva espiritual o romntica, articulando el leitmotiv desde los refle-jos introspectivos, a travs de la disyuntiva entre naturaleza y razn. La obra se desborda ampliamente en sus posibilidades y precisamente retoma diferentes aspectos de filosofa, teologa y psicologa. Las ideas existenciales que se mueven tras el correr del texto han conmocionado casi hasta la exageracin al hom-bre occidental. Posiblemente la admiracin por este personaje perdura, por la persistencia del lector en identificarse o verse en la proyeccin, y comparte el miedo a vivir que siente Hamlet, el cual, supera con creces al temor de morir.El drama del hroe trgico ha sido estudiado constantemente por la psicologa analtica desde Sigmund Freud, hasta Jacques Lacan; precisamente, para encontrar en las situaciones, figuras, y sucesos temticos, un paralelismo con la realidad de los pro-cesos psquicos humanos que se manifiestan comnmente des-figurados por la percepcin objetiva imperante y por esta razn tratan de sublevarse sobre los procesos mentales conscientes, a travs de formaciones simblicas. Por qu se ha de arrastrar en la tierra gente como yo? Hamlet es una obra que se expande particularmente con propsitos psicolgicos al erigirse como un sustituyente del carcter humano en su duplicidad, en tanto busca con todos sus medios lo absoluto del deseo, el arquetipo de lo actuado ante el temor de lo desconocido del ser, que se cree capaz de surcar las profundidades del inconsciente para anticiparse a las fuerzas ansiosas que automatizan la vida.Para Freud, especficamente, el valor de la obra es poner de manifiesto las funciones anmicas y sntomas neurticos que se actualizan en funcin del complejo edpico. Las acciones del hroe consideran solamente la satisfaccin-conservacin de los deseos edpicos y su consecucin a travs de una constante lucha con el fenmeno de proyeccin representado por la figu-ra de Claudio, el cual asesin a su propio hermano (padre del prncipe dans) para ocupar el lugar de rey y esposo de la re-ciente viuda, la reina Gertrudis. Propiamente Jacques Lacan en el Seminario 6: El deseo y su interpretacin, se adentra ms en la consciencia del personaje, para traspasar el complejo ed-pico y localizar las vivencias pulsionales que se presentan tras la figura del deseo y sus incontables formas de representacin. Lacan hace notar en su estudio sobre Hamlet que hay una diferencia entre ser y tener: la cuestin es pues una cuestin del ser; ser o no ser el falo, serlo sin tenerlo corresponde a la funcin femenina.

    Dira Freud: extraamente, el abrumador efecto causado por la ms moderna de las tragedias no ha impedido que el mundo siga totalmente a oscuras respecto al carcter de su hroeNo solamente se sigue a oscuras frente al carcter de Hamlet, sino que con todos los avances tcnico recientes, se ignora ampliamente el factor constituyente de la experiencia humana como nocin de continuidad del ser, replicando a Heidegger. Condicin esencial para intentar comprender las situaciones vi-tales a las que debe enfrentarse el destino humano, segn

    su funcionalidad en relacin a la cultura, por consiguiente la respuesta volitiva ya est dada, nuestro comportamiento confi-gurado y un cambio de discurso se considera un desatino en el guin. En la locura se pierde profundamente la continuidad, el yo soy frente a cada experiencia institucionalizada se transfor-ma en enfrentamiento con el discurso, el paradigma extendido como funcional aparece desconfigurado en un orden que acta segn sus propsitos. As la persona con sntomas psicticos o neurticos graves se comunica de una forma distinta a la nuestra, discontinua, errtica, delirante, el sntoma es una lec-tura y respuesta al mundo interno/externo, una forma de len-guaje primitivo. No hay nada filosfico ni potico en la locura, aprendices de escritores y filsofos han querido verlo as, la locura trmino abstracto por s, ha causado y causa muchos sufrimientos a las personas que se ven afectadas.

    Unin y desunin en la catarsis

    En Hamlet se encuentran definidos sntomas o estados psico-lgicos que pertenecen a ms de un perfil categrico: angustia, melancola, delirios, locura y desinhibicin de los instintos pri-mitivos reprimidos; dudas personales, temores, alucinaciones, complejos y modos de interactuar que reciben su significado de la vida primitiva (quietud pasiva ritual para atraer a la presa, evi-denciada en el contenido del comportamiento fingido del loco, como libido o impulso primario, para hacer caer a los dems, poco a poco dentro de los objetivos previamente planificados). Dichos perodos comprendidos como una parte del incons-ciente, permiten al sujeto ligar o desligar formas de fantasas representativas, aquellas cuales otorgan al ser consciente un es-tado subjetivo por medio de mltiples sustituciones simblicas, antes de integrar completamente sus motivos dentro del acto deseado. Enftica crtica exclamara Deleuze, sobre la pretensin del psi-coanlisis en comprender la psiquis humana a travs de la uni-versalidad del drama teatral el inconsciente no es una obra de teatro, objetara el heterodoxo francs, sin embargo, el teatro como expresin artstica o las obras literarias, seran en este sentido, un acto dentro de otro acto, un deseo constante del espectador-lector en repetir compulsivamente el sufrimiento que subjetivamente responde a un ilusorio estado de catarsis en las aspiraciones emergentes del sujeto para encontrarse a s mismo, ms all de lo falso y lo real. Un reservorio ideal para

  • 15

    actualizar frente al mundo exterior los conflictos pulsionales de la gratificacin.

    Podramos comprender, explayando la interpretacin psicoa-naltica, que bajo el argumento de una historia de venganza Hamlet muestra un retrato ntimo de la naturaleza humana: un cmulo de abstracciones fenomenolgicas cuyas intenciones se destinan a transformar el impulso vital en furia, vergenza y culpa. Mientras los subterfugios regulares del ambiente pre-tenden hacer converger las excitaciones y contradicciones del sujeto hacia un fin ilusorio normal.

    Ser o no ser, la alternativa es esa!, con esta expresin, Hamlet, carcter moralizador posteriormente corrodo, enfatiza todas las tendencias contrarias que se aglomeran dentro de una ap-crifa unidad, los sino al servicio del individuo que es y no es. Al pensamiento racional se somete el instinto Yoico, voluntad creadora diferencial que al mismo tiempo encuentra, dentro de tal flujo de interaccin, justificacin para expresarse a travs de fatalidades y abstracciones mentales, especficamente aquellas que responden a reacciones psicolgicas cuando el devenir del ser es evaluado como una cualidad ms (lo que ya se ha deci-dido a realizar, bajo que argumento subjetivo no se ha reali-zado?). Dicha dualidad es evidente cuando el personaje se deja invadir por la duda y expone la infructuosidad de sus ambicio-nes y propsitos inacabados. Las aspiraciones estn sometidas a fuerzas contrarias (prudencia cautela, frente a motivacin accin): Hamlet acto cuarto, escena cuarta:Ahora bien, sea por infame olvido o escrpulos cobardes, porque piense harto en aquel asunto pensamiento que dar si en cuarteles se divide de razn uno y tres de cobarda lo cierto es que la razn no hallo que me explique por qu vi-viendo digo esto se debe hacer, habiendo causas y voluntad y fuerza y maneras para poderlo hacer. Paradjicamente no es el soliloquio esquizofrnico el que se forma en fatdico lamento del personaje, sino un plano re-lativo del ser que corresponde a la cautela proveniente del creciente estado de preocupacin angustiante por asegurar el dominio de la situacin y dirigirse as mismo sobre determina-dos obstculos creados y asumidos, que rigen su conciencia, prototipo claro de las neurosis obsesivas. La vida anmica de un modo se entiende, gracias a estas de-finiciones, bajo un sentido lgico el cual expone principios racionales para comprender el mundo interno con relacin al mundo externo. Sin embargo, tomando en cuenta la duplici-dad de los elementos contrarios en nuestra realidad propia y exgena, evocando la lectura psicolgica al drama de Hamlet, Qu sucede cuando el yo consciente, adems de perder no-cin de s mismo, flucta en las interdicciones del pensamien-to y accin, desenterrando sentimientos, reprimiendo impul-sos y modificando su estructura ms profunda? Se ocupa acaso el ser, por los procesos estticos ms sublimes o por las relaciones internas que se dan dentro del sujeto para angus-tiarle y perturbarle, creando nociones de realidad cuando esta se pierde gravitando sobre la irracionalidad?

    to Be or not...

  • 16

    Y entonces Manguel emprende, pues, su propio viaje de ex-ploracin a lo ms profundo de esta metfora y que lo lleva desde la Biblia a los modos de navegacin en el mundo virtual, sin dejar de hacer escala, claro, en San Agustn y sobre todo en Dante, entre otros mojones de ese camino que nos conduce a llamarnos lectores.

    La segunda metfora el lector en la torre de marfil-, abor-da la doble dimensin la del escondite pero tambin la del refugio- implcita en el aislamiento de los estudiosos. Esta vez, el recorrido de Manguel entrelaza a Jernimo con Ficino y Handke, entre otros, haciendo un prolongado alto, como no poda ser de otra manera, en Hamlet. Pero el autor seala con precisin que no fue hasta el siglo XIX cuando el trmino literal torre de marfil se us para denotar el santuario intelec-tual del lector como lugar de escape y aislamiento del mundo.

    Finalmente, la tercera metfora la de la larva de los libros-, postula al lector como inventor del mundo. Esta vez Manguel aborda al lector omnvoro, quien termina de convencer-se de que los hechos que se narran entre las cubiertas suceden en el mundo real. Y agrega: En la mayora de las culturas de la palabra impresa, se los ha comparado con alguna de aquellas criaturas hambrientas que, desde antes de los das de Alejan-dra, han sido los carroeros de las bibliotecas: en espaol, ra-tones; en alemn y francs, ratas; en ingls, larvas. En una nueva reconstruccin de sus sendas lectoras, el autor incluye esta vez a Erasmo, a Hooke y, por supuesto, al lector embele-sado por antonomasia: el Quijote.

    Y a la hora de la conclusin, a la hora de identificar una vez ms la lectura con la vida, Flaubert. Y la interrogacin exis-tencial acerca de si, como la polilla misma, Emma Bovary, que intentar suicidarse porque su vida es gris y sus libros ya no le ofrecen consuelo, se ha beneficiado con los [] que ha devorado.

    Llegados al final del recorrido -y como el corso y ricorso de Vicco-, a la lectura de este hermoso libro de Manguel se le im-pone la relectura y, con ella, la sensacin de volver a internarse en el maravilloso mundo de la experiencia de la palabra, esa habilidad nica nacida de la necesidad de sobrevivir gracias a la imaginacin y la esperanza.

    Cortesa del blog de Diego Farro: http://razoneseditoriales.blogspot.com

    Metforas del lectorManguel, AlbertoEl viajero, la torre y la larva. El lector como metforaBuenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 2015.

    Bello, erudito, profundo, inteligente, en sntesis, excepcional como la trayectoria misma de su autor y de los temas que le importan, es este nuevo libro de Alberto Manguel.

    El viajero, la torre y la larva no es slo el ttulo de este pequeo volumen, enumeracin algo desconcertante y has-ta poco explcita para quien toma el libro en sus manos por primer vez. Dichos trminos son, fundamentalmente, los n-cleos fundantes de tres metforas acerca del lector que, en definitiva, constituyen los eslabones de otra ms general y constitutiva de nuestra condicin de lectores: la del mundo como un libro a ser decodificado, aprendido, comprendido.

    Partiendo de la ambigedad que plantea la metfora como potencia pero, a la vez, en tanto confesin del lenguaje de su incapacidad para comunicar directamente, Manguel se interna en la reconstruccin de una secuencia de imgenes acerca de la lectura y postula la misma como un recurso po-sible para superar aquella sensacin de obsolescencia que -se dice-, pesara sobre los lectores de la palabra impresa res-pecto de sus herramientas y mtodos.

    Fiel a su sensibilidad y perspicacia para leer imgenes, cada uno de los ensayos dedicados a las tres metforas est prece-dido por un recurso visual que cumple la magnfica funcin, a la vez, de hilo que permite deshilvanar la madeja de sus reflexiones ycomo condensacin iconogrfica de esa urdimbre. Adems de la originalidad y riqueza conceptual y explicativa que este recurso visual aporta al libro, le otorga a esta publicacin tan cuidadosamente editada, un componente de belleza material que complementa la fuerte impronta esttica del texto y de las ideas que este vehiculiza.

    La primera de las metforas el lector como viajero- recu-pera la identificacin del libro como mundo y entonces como espacio a ser transitado, recorrido, explorado, navegado Avanzamos por un texto como lo hacemos por el mundo sostiene Manguel-, pasamos de la primera pgina a la ltima a travs del paisaje que se despliega; a veces empezamos medio captulo, otras no llegamos al final. La experiencia intelectual de atravesar las pginas mientras leemos se vuelve una expe-riencia fsica, que llama a todo el cuerpo a entrar en accin: las manos dan vuelta a las pginas o los dedos se desplazan por el texto, las piernas prestan soporte al cuerpo receptivo, los ojos miran en busca de significado, los odos vueltos al sonido de las palabras en nuestra mente. Y remata el autor con una imagen extraordinaria: Todo lector es un Crusoe de silln.

  • 17

    Haciendo un recuento * Por Solange E. Saballos

    No haba ido antes al Centroamrica Cuenta. Me pregunta-ba si sera parecido, slo que en prosa en vez de en verso, al carnavalesco Festival Internacional de Poesa de Granada. Me preguntaba si algn organizador me volvera a hacer mala cara, cara de qu hacs aqu? y me vera forzada a seguir asistien-do a escondidas, plan bajo perfil. Claro, eso es algo bastante absurdo. Me pregunt si sera capaz de aguantar tanto trajn.

    La cuestin es que dej de pensar tantas pajas y fui. La prime-ra actividad del CAC fue el conversatorio Vive sin drogas, en donde Julin Herbert habl de sus manuales de cocana y de cmo vendi a su madre mientras agonizaba. Critic, con mu-cho tacto he de reconocer, al gobierno de Mxico en su propia embajada en Nicaragua. Muchos de mis conocidos quedaron encantados con Julin. De hecho fui a su conversatorio por dos razones: la primera, por ser la primera actividad del CAC y segundo, porque Marcel Jaentschke, uno de esos jvenes na-rradores errantes, tena muchas ganas de saber cmo iba a es-tar y no poda asistir porque se encontraba fuera de Managua.

    Al da siguiente. Al entrar al teatro Bernard-Marie Kolts me sent un poco agobiada por la cantidad de personas, camar-grafos y bulla en general que haba en la sala. Esquiv a un par de edecanes que me quisieron obligar a sentarme, y me fui ah, al frente, a escuchar el conversatorio hecho en homenaje a Charlie Hebdo.

    Antes de dar inicio al conversatorio se dio a conocer que Jul, el caricaturista francs e invitado especial, no iba a poder llegar porque el gobierno de Nicaragua le haba negada la entrada sin dar ninguna explicacin. Esa accin fue como una cachetada para el lema de este ao: Palabras en libertad, y quin sabe qu saa se trae entre manos en contra de los escritores. Basta recordar lo sucedido durante febrero en Granada, no me abu-rrir de repetirlo.

    Fui feliz de saber por fin quin era El Alacrn, porque lea su suplemento desde nia, y disfrut mucho de decirle, cuando baj de la mesa, que no le pesaba la boca para decir las cosas. No me dijo nada, slo me pareci entre complacido y apena-do, y me respondi con una sonora carcajada.

    Despus del pleito por Jul y de las declaraciones solidarizn-dose y lamentando la ausencia de Carlos Fernando Chamarro, de Antoine July, el embajador de Francia, y del propio Sergio Ramrez, se anunci al ganador del premio Cartula: el escritor nicaragense Jos Adiak Montoya. Despus los narradores y el pblico salieron de la sala a lanzarse unas copas. Estuvo tuani la inauguracin, llensima de gente, con un montn de palabras y conversaciones en el aire, en libertad. All conoc al fotgrafo de escritores, Daniel Mordzinski, quien me prome-ti un ron que me quedo debiendo, pero me recompens con una linda ancdota de juventud y una foto, un da antes de irse. No pudo quedarse para la clausura. Tambin le tom una foto a Magdiel, que vino para ac el 22 de mayo, un da antes de la clausura.

    Me pas la semana de conversatorio en conversatorio. Escu-chando, conociendo, viendo a los escritores y tratando de adi-vinar sus edades, cmo empezaron, cmo eran antes de tener sus nombres en portadas y que si de jvenes caminaban igual que ahora. Los pequeos dioses, tejedores de mundos de pa-labras, estaban recreando en el plano real la magia literaria en su semana, dedicado a ellos, en una especie de Olimpo de los Narradores radicado en el ombligo de Amrica.

    No me puse a investigar sus perfiles porque quera ser sorpren-dida por sus palabras, a ver qu tenan que ofrecer. As pas de gira, anotando lo que me interesaba y obviando los trucos literarios de los que se queran hacer los interesantes. Tecnolo-ga y literatura, la libertad de expresin, la guerra y la censura, la autocensura Los temas eran intensos, orientados a incitar el debate y cada escritor, aunque educada y protocolariamente esperaba su turno para hablar, haca de las suyas cuando toma-ba el micrfono. Buscaban sus argumentos ms contundentes para convencer al pblico y hacerse de su simpata.

    Ah anduve, fregando, conociendo gente y tratando de opi-nar en un par de conversatorios, aplaudiendo a rabiar cuando alguien del pblico haca estremecer a la mesa de turno con acertados comentarios, y siguiendo cada momento en el que pude estar con una curiosidad cada vez ms acuciosa, tomn-dome lo de Palabras en libertad en serio.

    Ya para el ltimo da del CAC estaba agotada, cansada, de mal humor y como con cuatro notas a redactar encima. Para col-mo, haba amanecido en un cuartito caluroso de un hostal gra-nadino, y tena que volver a Managua para entregar las tareas de la Universidad y de ah, salir jalada para Len. Tuve la suerte de que el director de teatro Mick Sarria me dio un buen raid desde Managua hasta Len. De la UNAN me pas llevando a mis amigos fillogos, Eddy y Jennisa.