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LA SOCIEDAD POSTCAPITALISTA“ La sociedad poscapitalista” es un libro donde las conclusiones del autor se apoyan en un conjunto de hechos históricos analizados de una forma que a muchos historiadores medianamente rigurosos les parecería sorprendente. Esta visión particular de la Historia es el resultado del característico etnocentrismo norteamericano que tiene su expresión más radical en la política internacional de esa nación y que afecta todos los ámbitos de su cultura. Al inicio del libro se puede encontrar el primer ejemplo de esta posición al atribuirse el autor, Peter Drucker, un supuesto descubrimiento al afirmar que las sociedades experimentan cambios radicales a través de su devenir histórico. Estas “divisorias”, como él los llama, no es un concepto nuevo para los estudiosos de la historia ni para los filósofos; a lo largo de muchos años los historiadores han venido manejando conceptos como Estructura y Coyuntura, siendo esta última un período donde se operan cambios drásticos en la sociedad. La falta de objetividad es uno de los problemas más relevantes con los que tienen que enfrentarse los historiadores. Es evidente que Drucker no se ha planteado este problema en el momento de concebir su libro desde una perspectiva histórica; podemos ver que reiteradas veces recurre a sobrevalorar hechos o decisiones de su país, importantes sin duda, pero que no tienen el alcance mundial que él les atribuye.Una conclusión válida de los estudiosos del pasado es que el ser humano es esencialmente igual desde los comienzos de su historia. Muchas de las actitudes, ideas, comportamientos, etc. del hombre actual, tanto a nivel individual como colectivo, ya se produjeron en el pasado. En este contexto resulta exagerada la aseveración de Drucker de fijar 1991 como el fin del Estado Nación sólo porque los intereses económicos de algunos países desarrollados y la influencia de la mayor potencia bélica actual decidieran intervenir en una guerra contra Irak. Ejemplos de una situación similar en el pasado hay muchos, desde la guerra de Troya en que los micénicos presionaron a las demás ciudades Estado para conquistar Troya y asegurarse el comercio del bronce con el Asia, hasta las cruzadas de los reinos cristianos para asegurarse las rutas comerciales con el oriente. Incluso la guerra de Corea en la década del 50 fue una coalición que intentó implantar un sistema económico contrario al

Resumen de La Sociedad Postcapitalista[1]

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LA SOCIEDAD POSTCAPITALISTALa sociedad postcapitalista es un libro donde las conclusiones del autor se apoyan en un conjunto de hechos histricos analizados de una forma que a muchos historiadores medianamente rigurosos les parecera sorprendente

LA SOCIEDAD POSTCAPITALISTA La sociedad poscapitalista es un libro donde las conclusiones del autor se apoyan en un conjunto de hechos histricos analizados de una forma que a muchos historiadores medianamente rigurosos les parecera sorprendente. Esta visin particular de la Historia es el resultado del caracterstico etnocentrismo norteamericano que tiene su expresin ms radical en la poltica internacional de esa nacin y que afecta todos los mbitos de su cultura. Al inicio del libro se puede encontrar el primer ejemplo de esta posicin al atribuirse el autor, Peter Drucker, un supuesto descubrimiento al afirmar que las sociedades experimentan cambios radicales a travs de su devenir histrico. Estas divisorias, como l los llama, no es un concepto nuevo para los estudiosos de la historia ni para los filsofos; a lo largo de muchos aos los historiadores han venido manejando conceptos como Estructura y Coyuntura, siendo esta ltima un perodo donde se operan cambios drsticos en la sociedad. La falta de objetividad es uno de los problemas ms relevantes con los que tienen que enfrentarse los historiadores. Es evidente que Drucker no se ha planteado este problema en el momento de concebir su libro desde una perspectiva histrica; podemos ver que reiteradas veces recurre a sobrevalorar hechos o decisiones de su pas, importantes sin duda, pero que no tienen el alcance mundial que l les atribuye.Una conclusin vlida de los estudiosos del pasado es que el ser humano es esencialmente igual desde los comienzos de su historia. Muchas de las actitudes, ideas, comportamientos, etc. del hombre actual, tanto a nivel individual como colectivo, ya se produjeron en el pasado. En este contexto resulta exagerada la aseveracin de Drucker de fijar 1991 como el fin del Estado Nacin slo porque los intereses econmicos de algunos pases desarrollados y la influencia de la mayor potencia blica actual decidieran intervenir en una guerra contra Irak. Ejemplos de una situacin similar en el pasado hay muchos, desde la guerra de Troya en que los micnicos presionaron a las dems ciudades Estado para conquistar Troya y asegurarse el comercio del bronce con el Asia, hasta las cruzadas de los reinos cristianos para asegurarse las rutas comerciales con el oriente. Incluso la guerra de Corea en la dcada del 50 fue una coalicin que intent implantar un sistema econmico contrario al comunismo. Lo que sucede no es que el Estado-Nacin este condenado a desaparecer, sino que en contextos como el actual en que el poder econmico y militar se focaliza en una sola nacin la influencia y el grado de accin de las otras se debilita. Este fenmeno histrico tienen un nombre, se llama: Imperialismo. A lo largo de la historia las sociedades que ms se han desarrollados no lo han hecho solas sino interactuando con otras sociedades ya sea de manera pacfica o violenta. Muchos fenmenos como el desarrollo de las naciones Industrializadas se explican por esa interaccin. Podemos citar muchos ejemplos al respecto: los esplendores de la Roma Imperial slo se explica por la abundancia de mano de obra esclava importada de otros pueblos y por los impuestos a los que estaban sometidas estas naciones; el podero de la Inglaterra victoriana descansaba en las riquezas de sus posesiones coloniales; el mismo mercantilismo europeo fue posible solamente por la cantidad de oro y plata proveniente de las colonias americanas permitiendo el establecimiento de un sistema monetario. Como vemos los problemas y xitos de las naciones desarrolladas estn vinculadas a la suerte de las naciones con las que interacta. Al enfocar, Drucker, la problemtica de las naciones desarrolladas desde un punto de vista unilateral sin tomar en cuenta su relacin con las naciones del tercer mundo se arriesga a sacar conclusiones distorsionadas. Los historiadores por la naturaleza de su profesin pueden concatenar hechos aislados para llegar a conclusiones vlidas; el trabajo de los filsofos es totalmente distinto; lo que buscan los filsofos es el fundamento de las cosas, es decir una explicacin global de ciertos fenmenos. Tachar de terribles simplificadores a dos de los ms grandes filsofos del siglo XIX, como son Hegel y Marx revela la dbil formacin humanstica de este autor, que, adems, por otro lado parece no entender bien lo que significa la multiplicidad de causas. En efecto el autor pone el ejemplo de los pequeos descubrimientos que dieron por resultado el computador, sin embargo deja de lado las explicaciones sociales, polticas, culturales y de otra ndole que influyeron en estos descubrimientos. La tecnologa ( o cualquier otro factor aislado) por s solo no puede explicar el devenir histrico de los pueblos. Pese a la gran relevancia que cumpli y cumple la tecnologa en el desarrollo de los pueblos, sera insensato reducir tan complejo fenmeno a una sola variable. Por ejemplo el podero sovitico se forj sobre la base de causas sociales y polticas, la tecnologa vino poco despus que los bolcheviques conquistaron el poder. De igual forma China y Corea del Norte alcanzaron la industrializacin debido a causas ms que todo polticas. Incluso los mismos ejemplos que cita el autor de las naciones asiticas responden a intereses polticos ms que tecnolgicos o de capacitacin. Lo cierto fue que la expansin del comunismo en pases como China y Corea del Norte prcticamente oblig a los Estados Unidos a prestar apoyo tecnolgico, educativo y financiero a estas naciones asiticas como una forma de enfrentar la expansin comunista. Drucker, sin duda un gran tecncrata.

Bibliografa

La Sociedad Post-capitalista por Peter F. Drucker Grupo Editorial Norma