Revista Digital Ftl-lpz-bol Nro 2

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  • 7/28/2019 Revista Digital Ftl-lpz-bol Nro 2

    1/351Fraternidad Teolgica LatinoamericanaNcleo La Paz - Bolivia

    Lupiani

    Colaboran en este nmero:Julio Crdova. Socilogo, es directorde Diagnosis S.R.L (Consultora de estudiossociales). Est casado con Cinthia Luna ytienen dos hijas y un hijo.

    Haroldo Thomas.Es parte de la igle-sia de los Amigos Evanglicos de la JuntaAnual Noroeste (Cuqueros) de los Esta-dos Unidos. Tiene su Ph.D. en misiolo-ga con la concentracin en antropologacultural del seminario Teolgico de Fulleren Pasadena, Caliornia. Junto con su es-

    posa Nancy trabaj desde 1972 a 1989como misionero y educador en Bolivia.Entre 1999-2007 undaron y dirigieronuna maestra en misiologa en la Univer-sidad Evanglica Boliviana en Santa Cruz.Desde 2007 trabaja con el programa doc-toral de PRODOLA como director asociadode investigacin.

    Humberto Gutierrez.Miembro de laiglesia los Amigos en Villa San Antonio,es escritor de CALA. Tiene varios textosde ormacin. Casado, tiene dos hijas yun nieto.

    Refexionemos Juntos

    Lourdes Cordero.Estudio Literatura yFilosoa en la Universidad Mayor de SanAndrs (UMSA), actualmente es coordina-dora de la Editorial Lmpara, casa publica-dora de la Comunidad Cristiana Universita-ria de Bolivia.

    Nancy Thomas. Forma parte de la igle-

    sia de los Amigos Evanglicos de la JuntaAnual Noroeste (Cuqueros) de los EstadosUnidos, tiene su Ph.D. en misiologa conuna concentracin lingstica del semina-rio Teolgico de Fuller en Pasadena, Cali-ornia. Por 30 aos sirvi junto a su espo-so Haroldo como misionera y educadora enBolivia. Es poeta y escritora. Ha escritovarios libros de poesa y textos teolgicos.Actualmente sirve en PRODOLA como di-rectora asociada curricular y ensea el cur-so, Cultura, espiritualidad y misin. Tienedos hijos y siete nietos.

    Bolivia y el nuevo escenariosocial, un enoque bblico.Nancy Thomas

    3Iglesias, evanglicos y desarrollo

    histrico en Bolivia.Julio Crdova 7Los murales de Walter SolnRomero 18Bolivia y el nuevo escenariosocial, un enoque eclesial.Humberto Gutierrez

    22Bolivia y el nuevo escenariosocial, un enoque teolgico.Haroldo Thomas

    24Interculturalidad, una miradapersonal.Lourdes Cordero

    31

    Fraternidad TeolgicaLatinoamericanaNcleo La PazAo 1/02

    Lupianies una revista digitalgratuita. Se permite la copia y dis-tribucin siempre y cuando se citelas uentes y autores correspon-dientes.Direccin: Lourdes CorderoDiseo grco:Julio Willver [email protected] 71972949

    CONTENIDO

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    La oto de la portada es un cuadrode la pintora boliviana Elvira Espejotituladojiwasa (nosotros). El mismoest realizado en una tcnica mixta

    (tejido y leo). Considero que de algn modoexpresa el tema de nuestra revista: Bolivia yel Nuevo Escenario Social: Oportunidadesy Desaos para la Iglesia Evanglica. Lapintura nos muestra por un lado un teji-do en pleno trabajo e inconcluso y por otro

    lado, al autor de esta construccin, que noes un sujeto individual sino una colectivi-dad. Cuando hablamos de un escenario socialy de la iglesia, creo que ambas tienen estascaractersticas.

    Este nmero recoge las ponencias pre-sentadas en el conversatorio auspiciado por elncleo de La Paz, el 28 de ebrero de este ao.La metodologa que se ha usado para tratareste tema es una aproximacin multidiscipli-

    naria: un enoque bblico, social y teolgico.Durante el conversatorio se reconoci la ne-cesidad de buscar una integracin de las cua-tro eseras o enoques, dentro de una unidaddinmica: El enoque de la Palabra, como unagente primordial en nuestra refexin y ela-boracin teolgica; el enoque social, quemuestra el impacto de la cultura, de las reali-

    dades polticas y las uerzas socioeconmicasen el mundo y el contexto donde a las iglesiasles toca ser testigos; el enoque eclesial, re-conociendo que ella es el agente primordialde la misin de Dios en el mundo y el enoquedel peregrinaje personal, agentes humanosque Dios usa en su misin.

    Aunque en el conversatorio no se present unaponencia con un enoque desde el peregrinajepersonal, se ha decidido incluir el artculo

    Interculturalidad, una mirada personal paracompletar este acercamiento integral e inter-disciplinario.

    Como miembros del cuerpo de Cristo, comoiglesia de Dios viviendo en un espacio y tiem-po concretos, Qu desaos y oportunidadestenemos para ser agentes transormadores denuestro pas? Nuestra participacin en el te-

    jido de nuestra sociedad es integradora, bene-cia a otros? En el cumplimiento de la misinde Dios podemos unir nuestras manos a lasde otros para tejer una manta que abrigue?Esperamos que estos artculos le de algunosinsumos para su refexin.

    Lourdes Cordero

    FTL La Paz

    EDITORIAL

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    Hace varios aos experiment unasituacin de crisis en mi relacincon la iglesia local; mi actitud ha-cia ella era rancamente crtica.

    Senta que a las congregaciones les altaba

    vida, compromiso y la presencia del EsprituSanto. Por esa razn preera quedarme encasa los domingos, aunque tena la intencinde asistir.

    En ese mismo tiempo mi esposo Haroldoplaneaba un viaje a los Estados Unidos paraterminar su tesis doctoral. (Nuestro plan ori-ginal de que Haroldo terminara su tesis mien-tras trabajaba en el campo ministerial era muy

    ingenuo). Estimamos que le tomara unos doso tres meses para concluir su proyecto. Mien-tras l trabajara en su doctorado en otro pas,yo me quedara en la ciudad donde estbamossirviendo en un programa de maestra en unauniversidad evanglica.

    En ese tiempo sent la necesidad de de-sarrollar una estrategia, no solo para sobrevi-vir a la ausencia de mi esposo y la crisis per-sonal que estaba viviendo, sino para superar

    y disrutar de la vida del ministerio como unacristiana madura. Pensando en la situacin dela iglesia y en mis reacciones personales ha-cia ella decid memorizar el libro de Eesioscomo parte de mi estrategia. Saba que enesta epstola Pablo habla de la iglesia. Al leercmo Pablo describe a la iglesia y seala todolo que Dios ha provisto para ella usando un

    lenguaje superlativo, me era dicil compren-der a cabalidad estas declaraciones. Cmopuede ser posible esto? me preguntaba acercade muchos pasajes que parecan exageracio-nes, tan lejos de la realidad en que viva. Al

    mismo tiempo, algo dentro de m saba queno eran exageraciones, que la Realidad de laiglesia desde la perspectiva de Dios descritaen la Biblia es prounda y bella.

    La disciplina espiritual de meditar pasa-jes bblicos y memorizar los mismos es unaherramienta que me ayuda ir ms all de loracional; me lleva a ver con los ojos del co-razn (Eesios 1:18). Cuando practico esta

    disciplina con regularidad y le doy sucientetiempo, me transorma.

    Al principio de este ejercicio, cuandoempec a estudiar Eesios, busqu datos enun diccionario bblico para entender bienel contexto original del libro. Pero uera deesa herramienta, decid no consultar ningncomentario. Le el libro en varias lenguas yversiones, incluyendo el griego. Decid leer ellibro entero por lo menos una vez cada sema-

    na y luego concentrarme en el pasaje espec-co que estaba memorizando. Eleg la versinReina Valera (1960) porque estaba ya acos-tumbrada a esta versin y me era ms cilmemorizarla. Escrib el pasaje en tarjetas quepoda llevar conmigo al trabajo, a la iglesia,a dondequiera que iba. Empec a vivir los pa-sajes mientras iba memorizando. La Palabra

    BOLIVIA Y EL NUEVOESCENARIO SOCIAL:Oportunidades y desaos para la iglesia evanglica

    Enoque bblico: Nancy Thomas

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    penetraba mi corazn. Y en vez de leer yo laBiblia, la Biblia empezaba a leerme a m.

    En lugar de los dos o tres meses, Haroldose qued uera siete meses, hasta completarsu disertacin. (En medio de esos meses largosyo viaj una sola vez para estar con l) Pero,

    para m resultaron necesarios los siete mesespara mi proyecto de memorizacin, porqueprogresaba intencionalmente con lentitud.

    El antroplogo y misilogo Dr. CharlesKrat (quien tambin era mentor de Haroldoen su trabajo doctoral) identica dos nivelesde realidad. El primero es la realidad actualen que vivimosel medio ambiente, la cul-tura, la situacin actual de las congregacio-nes y denominaciones, todos los aspectos de

    la sociedad con todos sus desaos y logros.El tema de esta reunin, Bolivia y el nuevoescenario social, se reere a este nivel derealidad, y es de mucha importancia que laentendamos. Krat lo llama realidad con rminscula.

    El segundo nivel de realidad, segn Kra-t, es la Realidad con R mayscula. Es todolo que est pasando detrs de la realidad vi-sible, todo lo que est pasando en la eseraespiritual. Incluye la obra de Dios, el moverdel Espritu Santo, los cambios que resultande las oraciones del pueblo de Dios, y muchoms. Incluye tambin la obra del maligno, delenemigo de Dios y su iglesia. Segn Krat, te-nemos que aprender a vivir percibiendo simul-tneamente las dos realidades; esto nos ayudaa comprender y tomar en serio la realidad conr minscula, y poder responder adecuada-

    mente. Al mismo tiempo, percibir la otra Rea-lidad1 nos da esperanza, sabidura y nos ayudaa cooperar con lo que Dios est haciendo.

    Mi proyecto de memorizacin me ayuda ver con los ojos del corazn las dos rea-lidades de la iglesia y de mi comunidad de e

    1 De aqu en adelante usar el trmino Realidad parareerirme a la reerencia que hace Krat.

    (denominacin) en particular. Parte del proce-so era reconocer y conesar mi pecado de unaactitud demasiado crtica. Mi comprensincreciente en la Realidad de la iglesia, des-de la perspectiva de Dios descrita en el librode Eesios,me ayud a ver la realidad de lascongregaciones, en su entorno socio-cultural,

    con compasin y e en lo que el Seor esthaciendo.

    Esta experiencia que relat la viv hacevarios aos. La realidad social de Bolivia hacambiado mucho; es nueva, como el ttulode este conversatorio lo seala. Tambin sonnuevos los desaos y oportunidades que en-renta la iglesia evanglica, pero las Realida-des maravillosas de la iglesia descritas en el

    libro de Eesios son las mismas. La importan-cia de ver simultneamente los dos niveles dela realidad presente tambin contina. Es unejercicio espiritual que podemos desarrollar.

    Lo que sigue son algunas percepcionesde la iglesia en Eesios que son aplicables a laiglesia evanglica en Bolivia hoy.

    En mis muchas lecturas del libro obser-v varias metoras para la iglesia: cuerpo deCristo, amilia de Dios, edicio santo, ejrcitosanto. Despus de estas lecturas, consideroque la metora principal, la que da coheren-cia al libro y provee su estructura, es la delcuerpo de Cristo. Impregna por todo el libro.

    La estructura del libro responde a tres po-siciones corporales: sentarse, andar y pararse.La primera es sentarse (aunque solo se usauna vez) y marca la primera divisin del libroen los captulos 1-3. Esta seccin presenta los

    undamentos teolgicos de la iglesia. Habladel signicado de lo que Cristo hizo por laiglesia, lo que tiene la iglesia como resultadode la obra de Cristo, y, bsicamente, quin esla iglesia.

    La palabra sentarse aparece en el se-gundo captulo, en medio de una oracin larga(como son todas las oraciones de Pablo) acerca

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    de la misericordia de Dios, mediante Cristo, a laiglesia. Dice que juntamente con [Jess] nosresucit, y asimismo nos hizo sentar en los lu-gares celestiales con Cristo Jess (E. 2:6).Es una posicin de autoridad, pero tambin dedescanso y conanza, basado en lo que logrCristo. No habla del uturo sino de nuestra po-

    sicin presente en una Realidad espiritual, se-mejante al versculo 3 de Eesios captulo 1,que dice: Bendito sea el Dios y Padre de nues-tro Seor Jesucristo, que nos bendijo con todabendicin espiritual en los lugares celestialesen Cristo, hablando de la Realidad presente.

    Andar es la segunda postura. Es la me-tora que Pablo usa para la seccin prcticade Efesios, captulos 4:1-6:9, y aparece varias

    veces. La primera aparicin est en la primeraseccin, en 2:10, cuando Pablo escribe: So-mos hechura suya, creados en Cristo Jess parabuenas obras, las cuales Dios prepar de ante-mano para que anduvisemos en ellas. Otrasapariciones incluyen andis como es dignode la vocacin con que uisteis llamados, contoda humildad y mansedumbre, soportndooscon paciencia (4:1-2); andad en amor(5:2); andad como hijos de luz (5:8); andad

    como sabios, aprovechando bien el tiempo(5:15-16). Andar es la metora activa para laiglesia, el cuerpo de Cristo. Es una propuestapara seguir sirviendo, relacionndose, partici-pando en la misin integral de Dios.

    La tercera posicin corporal es la de es-tar de pie, pararse. En la Reina Valera no estan obvio porque se traduce estad rmes,pero contiene el signicado bsico. La pala-bra en griego, (en su orma innitiva),

    tiene el primer signicado de estar de pie. Lametora signica estar rmes y uertes, contoda la armadura de Dios, en contra de lasestrategias y manipulaciones del maligno. Nosllama a otra lectura de la Realidad con R ma-yscula. Nos exige estar alertas y listos.

    Hay otro verbo corporal que tiene impor-tancia en el libro, otra posicin del cuerpo

    de Cristo, que no orma una seccin del libro,sino se aplica a todas las secciones. Es la raseverbal, doblar las rodillas, y aparece as alcomienzo de la oracin de Pablo en Ef. 3:14:Por esta causa doblo mis rodillas ante el Pa-dre de nuestro Seor Jesucristo y sigue laoracin. Pablo muestra la importancia de la

    oracin en la iglesia en la primera seccin dellibro, en sus propias oraciones por los herma-nos en feso (1:15-22; 3:14-21), y tambinen la ltima seccin de la guerra espiritualcuando exhorta a la iglesia a estar orando entodo tiempo con toda oracin y splica en elEspritu, y velando en ello con toda perseve-rancia y splica por todos los santos (6:18).Luego pide que los hermanos oren por l, re-conociendo que cualquier xito en el ministe-rio viene como respuesta de las oraciones delcuerpo de Cristo.

    Propongo algunos pasajes recomendadospara una refexin seria de la iglesia bolivianahoy en da (pensando especcamente en laiglesia evanglica aymara):

    De la primera seccin de Eesios (E. 1-3):

    Para una iglesia tentada a verse comopobre y oprimida (quizs una parte de la rea-lidad social que debe que ser tomada con se-riedad), refexionar sobre la abundancia de loque tiene en Cristo (E. 1:3-23). Meditar sobrelo que signica que la iglesia tiene la pleni-tud de Aquel que todo lo llena en todo (E.1:23).

    Pensando en la diversidad cultural, in-cluso dentro de la iglesia, meditar en E. 2:11-22 donde Pablo explica cmo en Cristo todas

    las barreras raciales/sociales/culturales hansido rotas. Qu implica ser amilia de Dios?

    De la segunda seccin de Eesios (E. 4:1-6:9):

    Pensando en una cierta tendencia aentrar en confictos, refexionar en lo que sig-nica andar con toda humildad y mansedum-bre, soportndoos con paciencia los unos alos otros, solcitos en guardar la unidad del

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    Espritu en el vnculo de la paz (4:2-3, y mu-chos otros pasajes en esta seccin).

    De la tercera seccin de Eesios (E. 6:10-20):

    Meditar sobre la Realidad de la bata-lla que enrenta la iglesia. Sera bueno unestudio sobre el signicado teolgico de los

    principados, potestades, gobernadores de lastinieblas de este siglo, huestes espirituales demaldad en la regiones celestes (E. 6:12). Se-ra tambin importante analizar las prcticaspopulares de guerra espiritual a la luz de unestudio bblico con una hermenutica correc-ta. Es parte de ver la Realidad detrs de lasluchas y desaos sociales contemporneos.

    Seguramente hay otros temas en el librode Eesios que seran de provecho para ayudara la iglesia evanglica de Bolivia a enrentarlos desaos del nuevo escenario social y apro-

    vechar de las oportunidades del mismo. Quie-ro animar a mis hermanos bolivianos a apren-der a ver simultneamente las dos realidades.Repito que es importante entender la presen-te realidad socio/cultural del pas y responderapropiada y adecuadamente. Para lograr estocon sabidura y eectividad es necesario ver

    simultneamente la otra Realidad que inclu-ye la batalla espiritual que viene de parte delenemigo, y, ms que todo, la Realidad de loque Dios est haciendo detrs de la escena.Una de las uentes mayores para una visinde esta Realidad es la Biblia, estudiada, inter-pretada y aplicada a nuestro contexto actual.

    Presentada en una reunin de la FTL, La Paz,Bolivia

    El 28 de ebrero de 2013

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    1. IntroduccinEl presente artculo estudia la relacin entreel movimiento evanglico y el desarrollo his-trico del pas. El anlisis se ocaliza en lainteraccin entre el discurso y las teologasevanglicas, con dos dimensiones del contex-to: a) el poder poltico y b) la cultura predo-minante en la sociedad. El propsito es en-tender cmo gran parte de los evanglicos enBolivia han reaccionado rente al contexto, yde qu manera esta reaccin ha sido el almandato bblico de ser sal y luz del mundo(Mt. 5:13,14). Este somero repaso permitiridenticar algunas lecciones aprendidas quepuedan enriquecer nuestra refexin, sobre lamanera en la cual debemos cumplir la GranComisin hoy.

    Por la brevedad del artculo, el repasogeneral de la historia del movimiento evan-glico en Bolivia tiene un carcter esquemti-co. Como todo esquema tiende a simplicar larealidad y, a veces, a caricaturizarla. Aqu nose mencionan los desarrollos menores, ni am-bigedades, ni tampoco matizaciones. Todo

    esquema es un paso necesario que nos brindauna visin de conjunto, que luego permite laexploracin ms pormenorizada de algunas desus aristas.

    En este artculo se sostiene que a lo lar-go de su historia, el movimiento evanglicoha asimilado varios elementos socio cultura-les del contexto boliviano, y que ha aportado

    algunas innovaciones al pas. En algunas eta-pas ha predominado la asimilacin; en otrasla innovacin. Se propone que el escenarioque ms se acerca a los desaos de la misincristiana y a los valores del Reino de Dios,

    es una encarnacin en el contexto local boli-viano, acompaada de innovaciones que inci-dan en la conormacin de una sociedad msequitativa, incluyente, plural, democrtica ysostenible.

    En el siguiente punto se propone unaperiodizacin de la evolucin del movimientoevanglico en uncin de los cambios estruc-turales en la historia del pas. Los subsiguien-

    tes puntos analizan someramente la relacinentre movimiento evanglico y contexto sociopoltico en cada periodo identicado. Final-mente se proponen algunas conclusiones enclave misionolgica.

    2. Hacia una periodizacin dela evolucin del movimientoevanglico en bolivia

    La periodizacin de la historia del movimien-

    to evanglico que se propone a continuacin,se basa en los cambios del modelo de acu-mulacin y distribucin de la riqueza socialen Bolivia1. Se parte del supuesto que estoscambios condicionan las transormacionesinstitucionales en el pas. En respuesta a las

    1 Sobre el concepto de modo de acumulacin y distribucinver Grebe, 2009.

    IGLESIAS, EVANGLICOS YDESARROLLO HISTORICO EN

    BOLIVIA Julio Crdova

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    mismas, el movimiento evanglico reajusta sua) organizacin, b) su discurso y c) su rela-cin con el contexto. As, a cada modelo deacumulacin/distribucin de la riqueza social,correspondera un modo de ser del movimien-to evanglico.

    En este sentido, se distinguen grossomodo cuatro modos de acumulacin/distribu-cin, a los que corresponden -a su vez- cuatroetapas en el desarrollo del movimiento evan-glico en Bolivia:

    Aosaproximados

    Modos deacumulacin/distribucin

    Etapas enla evolucinevanglica

    1900-1952 Oligrquico Misionera1952-1985 Nacional populista Denominacional1985-2005 Neoliberal Neopentecostal 2005 enadelante Plurinacional Diversicacin

    En los siguientes acpites se har unsomero anlisis de cada etapa tocando lossiguientes puntos: a) caractersticas del con-texto, b) caractersticas del movimiento evan-glico y c) relacin entre evanglicos y con-texto.

    3. El movimiento misionero en el

    periodo oligrquico (1900-1952)3.1. Caractersticas del modelo

    oligrquicoEl periodo oligrquico en Bolivia comienzacon la consolidacin de la explotacin mine-ra (de la plata primero y del estao despus)articulada a la hacienda latiundista, comoprincipal generador del excedente a partir dela dcada de los 60 del siglo XIX2. Este exce-

    dente es apropiado por la llamada oligarquaminero eudal, que lo emplea para moderni-zar la produccin de materia prima y conso-lidar verticalmente la cadena de agregacinde valor. Como en toda explotacin de ma-teria prima ligada a la exportacin, la mismagenera una economa de enclave. Es decir,

    2 Zavaleta, 2008.

    no ampla su dinmica productiva hacia otrossectores de la economa a travs de un vigo-roso mercado interno. Al contrario, reuerzapatrones pre capitalistas en el rea rural, entanto que en el rea urbana se consolida unexiguo sector terciario (comercio-servicios)3.

    Este modo de acumulacin sin distribu-cin del excedente minero, y su articulacin alas estructuras pre capitalistas de produccinen el rea rural, se asocia a la consolidacinde un Estado exiguo. Un mero supervisor delos intereses oligrquicos. Un Estado dbil aveces administrado directamente por la liteminera (Aniceto Arce por ejemplo). Un Estadoque slo llega hasta donde alcanza la magrainfuencia de la minera de exportacin (Alti-

    plano y Valles)4

    .Este modelo de acumulacin hbrido:moderno capitalista en la minera, articuladoy alimentndose de estructuras pre capitalis-tas de tipo cuasi eudal en el rea rural, se ex-presa en una cultura eclctica tanto en laslites como en varios sectores urbanos. Ad-miran y buscan el progreso capitalista y lademocracia representativa. Al mismo tiempoque desprecian y excluyen de este sueo a

    las masas populares y a los sectores indgenasdel rea rural. Esta doble postura se expresaen el llamado darwinismo social de varios in-telectuales de la primera mitad del siglo XX.El capitalismo, la modernidad y la democraciason para los criollos, por cuanto constituyenuna raza superior. En tanto que el patronajey las relaciones de servidumbre son legtimaspara los indios, por ser una raza ineriordestinada a la extincin en la inexorable evo-

    lucin social5.

    3.2. La Etapa Misionera en el MovimientoEvanglico

    3 Svampa, 2013.

    4 Zavaleta, 2008.

    5 Sobre el darwinismo social de las lites bolivianas deprincipios del s. XX, ver Zavaleta, 2008.

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    Las primeras misiones protestantes llegan alpas a nes del s. XIX e inicios del XX, dela mano de los liberales en el poder6. Ellosno slo vean en los protestantes la oportuni-dad para debilitar a su tradicional enemigo: laIglesia Catlica. Tambin esperaban que traje-ran al pas algo de la infuencia positiva de

    la cultura progresista de EEUU y del mundodesarrollado en general.

    A su vez, los misioneros protestantes noslo se vean como portadores de una nue-va doctrina religiosa; sino tambin de unanueva cultura. Frente al oscurantismo cat-lico que mantena en la era eudal a AmricaLatina y Bolivia, se esperaba que el Evangeliotraiga la luz espiritual y el progreso econmi-

    co y cultural7

    . Por eso, no slo llegaron conel nuevo mensaje; sino tambin trajeron suscolegios, sus modelos productivos agropecua-rios, y sus pautas democrticas de organiza-cin religiosa.

    La lite poltica y econmica de las ciu-dades acept con gusto la oerta educativaprotestante. Enviaron a sus hijos a los cole-gios evanglicos con la esperanza que seanormados en la cultura anglosajona y en los

    valores de la modernidad (occidental). Perono estuvieron dispuestos a cambiarse de reli-gin. Quienes s se integraron a las nacientesiglesias evanglicas ueron algunos segmen-tos de artesanos, proesionales independien-tes y empleados de empresas de servicios ycomercio ormal. Es decir, segmentos con cier-ta movilidad social y econmica que necesita-ban universos simblicos religiosos que die-ran sentido a sus nuevas condiciones sociales

    y culturales.A pesar de los esuerzos de los misione-

    ros en el rea rural, los resultados en trminosde nuevos convertidos ueron exiguos. Una

    6 Crdova, 2004

    7 Sobre la visin y el discurso de los protestanteslatinoamericanos de la primera mitad del s. XX verMondragn, 2005.

    sociedad estamental con escasa movilidadsocial, no necesitaba, por de pronto, nuevosdiscursos religiosos.

    3.3. Evanglicos Protestantes y SociedadEstamental

    En trminos generales, en la etapa misionera,

    el movimiento evanglico adquiere un carizprotestante. Es decir, tanto su organizacin,su liturgia, as como su discurso teolgico seorientan por valores tributarios de la Ilustra-cin y de la racionalidad occidental. El carc-ter democratizante de su dinmica interna,permite al mismo tiempo la ciudadanizacinen el mbito social. Convierte al eligrs enprotagonista de la vida religiosa. Lo impulsa aleer por s mismo las Escrituras. A ser parte de

    las decisiones de su comunidad de e.Orece el acceso a una educacin laica

    asociada a la modernidad capitalista, a die-rencia del escolasticismo colonial de los co-legios catlicos, y de la incipiente educacinestatal. Mientras el Estado niega al indio laeducacin ormal, los protestantes extiendensus redes de escuelas en el rea rural. Si enel modelo oligrquico el campesino-indio no

    accede a la propiedad de la tierra, son los pro-testantes quienes reparten la tierra, antes quela Reorma Agraria del 52. Si la produccinagrcola est sumida en relaciones cuasi eu-dales, en las haciendas protestantes el indioaccede a modelos productivos modernos conimportante incorporacin de tecnologa. Si elindio, as como las mujeres, no tiene derechoal voto, en las iglesias protestantes no solotienen el derecho a elegir, sino que ellos mis-

    mos se convierten en lderes.En suma, se puede armar que en el pe-

    riodo oligrquico de la primera mitad del s. XX,el movimiento protestante asume un rol de re-orma radical modernizadora, rente a una mo-dernidad limitada y colonial de la oligarqua8.

    8 Entre 1900 y 1920, los protestantes en Bolivia en alianzacon los liberales en el poder impulsan reormas como: la

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    Los misioneros protestantes anglosajones sonportadores de una cultura liberal democrticams robusta y radical, que la lite oligrquica,atada todava a estructuras semi eudales deproduccin en el rea rural.

    4. El movimiento denominacional

    en el nacionalismo desarrollista(1952-1985)

    4.1. El Nacionalismo DesarrollistaLa Revolucin de 1952 marca un cambio enlas lites gobernantes; pero no una trans-ormacin en el modelo de acumulacin9. Laminera (del estao) sigue siendo el principalsector de generacin de excedente. Pero estavez es el Estado quien lo administra. En una

    primera etapa, este excedente permite inte-grar el oriente boliviano al mercado nacional ypotenciar la produccin agropecuaria de estaregin. En un segundo momento, el excedenteminero gestionado por los militares (1971 enadelante), ortalece a la burguesa emergentetanto en occidente como en oriente.

    En la primera etapa del nacionalismo de-sarrollista (1952-1971) se produce la integra-

    cin social, econmica y poltica de sectoresmarginados en el periodo oligrquico. Princi-palmente obreros, campesinos y segmentospopulares urbanos10. Esto produce una im-portante movilidad social y espacial. Hay unacreciente migracin rural urbana, y de occi-dente a oriente. Esto genera una demanda pornuevos marcos simblicos e interpretativosque puedan dar sentido a las cambiantes si-tuaciones existenciales de grandes segmentos

    sociales. Desde la crisis del modelo oligrqui-educacin laica, libertad de cultos, el reconocimiento delmatrimonio civil. Ver Crdova, 2004

    9 Greve, 2009.

    10 Las medidas emblemticas de la primera etapa delnacionalismo revolucionario apuntan precisamente a estaintegracin: nacionalizacin de las minas, reorma agraria,voto universal, reorma educativa, creacin de la CentralObrera Bolivia (COB), impulso a la organizacin sindicalcampesina. Ver Puente, 2012.

    co, hay una mayor demanda de nuevos dis-cursos polticos (nacionalismo revolucionario,socialismo, comunismo) y de nuevos discursosreligiosos (movimiento evanglico).

    Las clases medias (civiles y luego milita-res) con el apoyo de obreros y, sobre todo, de

    campesinos, reemplazan a la oligarqua mine-ro-eudal en el manejo del Estado. El recam-bio de lites en la administracin del aparatogubernamental se produce mediante golpes deestado. La democracia ormal queda en sus-penso en la mayor parte de este periodo.

    La cultura nacionalista permea a todaslas clases y segmentos sociales. La centrali-dad de la nacin, de su progreso va indus-trializacin de recursos naturales y la legiti-

    midad del Estado en la gestin del excedenteeconmico minero, es compartida por todoslos actores socio econmicos, polticos y re-ligiosos.

    4.2. El Movimiento EvanglicoDenominacional

    La repentina movilidad espacial, social y eco-nmica que trajo consigo la Revolucin de1952, implic tambin una importante movi-

    lidad religiosa. De ser unos cuantos centena-res en el periodo oligrquico, los evanglicosse incrementaron geomtricamente despusdel 52. Miles de personas engrosaron las lasevanglicas. Especialmente en aquellas zonasde mayor emigracin-inmigracin: sectorescampesinos progresivamente integrados almercado nacional en el Altiplano y los Valles;en las minas, y en ciudades del occidente:Oruro, La Paz, Cochabamba11.

    Tres enmenos aectan de manera de-cisiva la organizacin, liturgia y el discursoevanglicos: a) El repentino crecimiento nu-mrico de las denominaciones, lo que obligaa centrar esuerzos en la organizacin e ins-titucionalizacin internas. b) La nacionaliza-cin en el liderazgo de estas denominaciones11 Crdova, 2004.

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    (paralela a la nacionalizacin de las minas anivel de pas). Como en el Estado, las clasesmedias reemplazan a los misioneros en el li-derazgo evanglico. c) Una nueva generacinde misioneros impactados por las revolucionescomunistas en China (1949) y en Cuba (1959)llegan a Amrica Latina y Bolivia. Traen un

    discurso anti comunista, reacio a implicarseen cuestiones polticas, junto con una teo-loga ultra individualista y dispensacionalistaobsesionada con la salvacin del alma y eln de los tiempos. El cariz liberal y demo-cratizante de la primera generacin de misio-neros prcticamente desaparece de la escenaevanglica.

    El movimiento evanglico se aleja veloz-

    mente del ethos protestante. Dicho de otromodo: el protestantismo liberal extico sebolivianiza (se nacionaliza). La organiza-cin y el discurso evanglico minimizan suorientacin democratizante y de participacinciudadana liberal. Se consolida un movimien-to evanglico signado por ueres liderazgosde clase media de tipo caudillista (como enel pas). El libre examen individual de las Es-crituras promovido por el protestantismo mi-

    sionero del periodo oligrquico, da paso a lademanda de aceptacin de las doctrinas dela denominacin, y de sus normas organiza-tivas internas crecientemente burocratizadas(como en el Estado).

    En la segunda etapa del periodo del na-cionalismo desarrollista (de las dictaduras mi-litares conservadoras de 1971 a 1982), surgeuna pequea expresin evanglica; casi unafor extica aislada y poco representativa. Al-

    gunos telogos y pastores evanglicos (prin-cipalmente metodistas) tratan de recuperarel cariz democratizante del periodo misioneroinicial, y transormarlo en una perspectiva delucha por la liberacin y la democracia parti-cipativa12.

    12 Crdova, 2004.

    4.3. Denominaciones Evanglicas yNacionalismo

    Las denominaciones evanglicas internalizanen el periodo nacionalista pautas de organi-zacin y de discurso del contexto socio pol-tico. Caudillismo, burocratizacin, nasis enel liderazgo de clase media. Al mismo tiempoasumen una postura de desinters en temassociales y polticos. Si en el periodo oligr-quico el protestantismo misionero juega unrol de contestacin modernizante rente a laestructura discriminadora y excluyente de lasociedad y el Estado, en el periodo naciona-lista las denominaciones evanglicas desem-pean un rol de legitimacin implcita delmodelo nacionalista. Esta legitimacin msque discursiva es prctica. La mayora de lasdenominaciones evanglicas cumplen la un-cin de irradiar valores nacionalistas reaciosa la democracia deliberativa, a travs de susprcticas organizativas.

    Slo un pequeo grupo de lderes y pas-tores evanglicos, asumen una postura de cr-tica radical rente a las dictaduras militares, apartir de un discurso an a la teologa de laliberacin. Junto con movimientos catlicos,

    ayudan a ortalecer a las organizaciones so-ciales en la deensa de los derechos humanosy la recuperacin de la democracia en los 70 y80. Varios suren persecucin, exilio y crcel.

    Debido a su uncin de irradiacin devalores nacionalistas, varias denominacionesevanglicas logran ormar cuadros populares,que luego desempearn unciones de lideraz-go poltico y sindical. Lderes mineros, cam-pesinos y abriles se orman en las iglesiasevanglicas. Lderes polticos de clase mediaurbana, tanto de orientacin nacionalistacomo socialista/comunista se orman en cole-gios evanglicos (principalmente en La Paz yCochabamba)13.

    13 Como en el periodo oligrquico, las personas de clasemedia que se orman en estos colegios no necesariamentese integran a las iglesias evanglicas.

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    En los aos 70 en tierras altas (kataris-mo) y en los 80 en tierras bajas, comienzana estructurarse movimientos indgenas quese desmarcan del discurso nacionalista. En laconormacin de estos movimientos juegan unrol importante lderes evanglicos indgenas,apoyados por ONGs conesionales catlicas o

    cercanas a esta orientacin14.

    5. Nepeontecostalismo en el periodoneoliberal (1985-2005)

    5.1. La Reorma (Neo) LiberalLa crisis de la deuda externa de principios delos 80, y el crack de los precios internaciona-les de los minerales; principalmente del esta-o, marcan el n del periodo nacionalista. El

    Estado ya no puede gestionar esta crisis. Elemblemtico decreto supremo 21060 de agos-to de 1985 da inicio al periodo neoliberal.Como en el resto de Amrica Latina, en Bo-livia ya no ser el Estado el agente principalpara redistribuir el (exiguo) excedente econ-mico; sino el mercado15. As, la iniciativa en laproduccin y acumulacin del excedente pasadel Estado al capital privado internacional enalianza con la empresa privada nacional (me-

    diana y grande).Se somete al Estado a un proundo proce-

    so de adelgazamiento. De manera explcita oencubierta se privatizan los servicios de sa-lud y educacin, agua, energa elctrica y lasempresas estratgicas en hidrocarburos (ex-plotacin de gas), telecomunicaciones, erro-carriles. El desempleo se incrementa del 9,2%en 1986 al 18,6% en 199016. Al mismo tiempo

    se detiene la hiperinfacin, y se revierte el

    14 Dos de los principales lderes del movimiento katarista delos 70: Genaro Flores y Vctor Hugo Crdenas tuvieron racesevanglicas. Constantino Lima candidato a la presidenciapor una raccin katarista en los 80 era adventista. Lomismo que varios lderes kataristas del altiplano paceo(Ver, Strbele-Gregor, 1989; Crdova, 2004; Hurtado, 1986).

    15 Garca Linera, 2009

    16 Muriel, s/a

    proceso de decrecimiento del PIB17. Todo estoacompaado con una serie de reormas insti-tucionales tendientes a modernizar el aparatoestatal, y a consolidar la democracia represen-tativa. La misma vuelve a ser el mecanismo derecambio de lites gubernamentales, despusde no haber estado vigente en gran parte del

    anterior periodo nacionalista. Se consolidala denominada democracia de pactos entrepartidos polticos anes al modelo neoliberaly partidos de corte populista.

    La valoracin del Estado como adminis-trador ineciente de empresas productivas. Laexpectativa en la tecnologa y la capacidadde inversin a gran escala del capital (trans)internacional. Y las esperanzas en la moder-

    nizacin econmica, social e institucional,reemplazan al anterior nacionalismo estatis-ta, en tanto sentido comn de gran parte delos estratos urbanos y de las lites polticasdel pas.

    5.2. La (Neo) Pentescostalizacin delCampo Evanglico

    De manera esquemtica se puede armar quehay cierta anidad electiva18 a) entre liberalis-

    mo y protestantismo misionero en el periodooligrquico (1900-1952), b) entre nacionalis-mo y expansin denominacional en el periodoestatista (1952-1985) y c) entre neolibera-lismo y neopentecostalismo en el periodo deajuste estructural (1985-2005)19.

    17 Morales, 1994.

    18 El concepto de anidad electiva de Weber alude a lasanidades estructurales de dos enmenos socio culturalesdistintos (por ejemplo la tica protestante y los requisitos

    de acumulacin del capitalismo), lo que permite queinteracten entre s, a la vez que se modican mutuamente(ver Lwy, 1999).

    19 En el presente artculo se entiende como expresinpentecostal a la dinmica emotiva predominantementecolectiva y comunitaria, an a una cultura premodernay popular, ormada sobre todo al calor de migracionesrural urbanas. En cambio la expresin neo pentecostal estambin una dinmica emotiva pero predominantementeindividual y interiorista-intimista, an a una culturaposmoderna de estratos medios urbanos. Para una

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    El movimiento neopentecostal se originaen Bolivia a partir del avivamiento con JulioCsar Ruibal a principios de los 7020. Pero tienesu crecimiento explosivo en los 80, en plenoajuste estructural. A dierencia de las denomi-naciones evanglicas crecientemente institu-cionalizadas y burocratizadas, con una orga-

    nizacin, liturgia y un discurso de tipo lgicoinstrumental21, el movimiento neopentecostalasume ormas menos institucionalizadas. Sig-nado por uertes liderazgos carismticos, enlos aos 80, este movimiento experimenta uncrecimiento numrico explosivo liderado pormega iglesias propietarias de medios masivosde comunicacin (undamentales cadenas deradio y televisin)22.

    En los aos 80 y 90, las expresionesneopentecostales asumen un creciente li-derazgo en el campo evanglico boliviano,desplazando progresivamente de este rol alas denominaciones tradicionales. En estasltimas se multiplican expresiones neopente-costales. A tal punto que el estilo litrgiconeopentecostal se convierte casi en un estn-dar de todo el campo evanglico en la actua-lidad. Tambin el ejercicio de poder de corte

    carismtico en el neopentecostalismo, tiendea infuir en las denominaciones tradicionalescon el consiguiente debilitamiento del poderracional legal, basado en los estatutos y re-glamentos.

    caracterizacin de ambas expresiones evanglicas verCrdova, 2008.

    20 Salcedo y Camacho, 2013.

    21 An las denominaciones pentecostales ms grandes como

    las Asambleas de Dios de Bolivia, no alcanzaron a teneren Bolivia expresiones de estallidos emocionales comoen Chile o Brasil por ejemplo. En estas denominacionespentecostales, los procesos lgico institucionales ueroncasi siempre ms predominantes que las explosionesemocionales colectivas.

    22 Las mega iglesias ms representativas del movimientoneopentecostal son Ekklessa, Poder de Dios y Cristo Viene.Su tamao es menor a otras expresiones en Latinoamrica.Pero en el contexto boliviano su rol es signicativo. Ver,Crdova 2000.

    Desde las segunda mitad de los 90 ydurante los 2000, la articulacin entre movi-miento neopentecostal y derecha religiosa enEEUU23infuye tambin en Bolivia. El discursode deensa de la amilia de James Dobson yEnoque a la Familia, el nasis en la autori-dad y el orden cristiano del Club 700 y Pat

    Robertson, o la demonizacin del Islam comoenemigo N 1 del cristianismo, enatizadopor el movimiento de la ventana 10/40 opor el ministerio de Franklin Graham, y otrosconnotados lderes de la derecha religiosa nor-teamericana, comienza a circular prousamen-te a travs de las iglesias neopentecostales.

    Este viraje de la dirigencia evanglica declase media, desde el apoliticismo individua-

    lista del periodo denominacional, a posturasconservadoras en la etapa neopentecostal,va a marcar los varios intentos de presenciae incidencia evanglica en el mbito pblicoy poltico a nes del periodo neoliberal y co-mienzos del plurinacional24.

    5.3. Neopentecostalismo yNeoliberalismo

    El neopentecostalismo cumpli las siguientes

    tres unciones bsicas respecto del proceso deajuste estructural en el periodo neoliberal: a)Contencin socio emocional rente a la des-estabilizacin y precarizacin laboral (desem-pleo, inseguridad ocupacional, disminucinde los ingresos reales) y amiliar (divorcios,violencia intra amiliar, alcoholismo). Frentea la creciente inseguridad socio econmicay amiliar de las clases medias, el neopente-costalismo oreci espacios socio emociona-

    les que brindaron seguridad aectiva. Clarosliderazgos carismticos jerrquicos y vivenciasemocionales satisactorias, proporcionaron

    23 Calzadilla, 2008.

    24 En los ltimos 30 aos hubieron intentos de conormacinde partidos evanglicos en Bolivia como OrganizacinRenovadora Autntica en 1989, Alianza Renovadora Boliviaen 1992, Servicio e Integridad en 1995 y ConcertacinNacional el 2006. Ver Crdova, 2004 y Crdova, 2007.

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    las certezas necesarias en un mundo cada vezms inestable.

    b) Rearmacin de expresiones cultura-les posmodernas. Los meta relatos polticos dela etapa estatista (nacionalismo y socialismo)ya no interpelaban a los jvenes. El proceso

    de desideologizacin poltica ue acompaadopor una creciente mediatizacin electoral. Losjvenes urbanos de clase media optaron comoalternativa por la esta y el espectculo. Des-de la entusiasta participacin en entradas ol-clricas hasta los desenrenados conciertosde msica (rock, cumbia). Principalmente atravs de su liturgia, el neopentecostalismorearm estas tendencias posmodernas en elmbito evanglico religioso.

    c) Formacin de tendencias disidentesconservadoras rente a la progresiva acep-tacin social de discursos sobre equidad degnero, derechos sexuales y reproductivos,autonoma de la mujer y democracia. Estosdiscursos son interpretados como atentato-rios a la estabilidad de la amilia (nuclearheterosexual), y contrarios a la aceptacinde la autoridad en la amilia, la iglesia y elEstado. Como reaccin rente a estas ten-

    dencias, se rearma en el neoptentecosta-lismoun discurso que enatiza la autoridaden lugar de la autonoma, la sujecin de lamujer en el hogar en lugar de la equidad degnero, y el orden jerrquico en lugar de lademocracia25.

    6. Ddiversicacin evanglica yestado plurinacional

    6.1. El Estado PlurinacionalLas crisis nancieras de 1998 mostraron loslmites del modelo neoliberal26. Se evidencique el mismo produjo un crecimiento eco-nmico sin la creacin de empleo27. Por otro

    25 Crdova, 2006

    26 Garca Linera, 2008.

    27 PNUD, 2004.

    lado, el movimiento indgena campesino ylos sectores urbano populares, que por aosrechazaron el discurso neoliberal, comenzarona movilizarse para que el pas acceda a unamayor proporcin del excedente social. Prin-cipalmente el generado por la exportacin degas. A partir de las convulsiones sociales del

    2003 creci la demanda de nacionalizacindel gas en el occidente, y de autonoma entierras bajas del oriente.

    El modelo de democracia pactada perdilegitimidad. El mismo era ahora sinnimo deacuerdos espurios para el asalto de las arcaspblicas por los partidos tradicionales. Unaconstante y creciente movilizacin indgena-campesina-urbano popular llev al MAS y a

    Evo Morales a la presidencia sin interrumpirla vigencia de los mecanismos de la democra-cia representativa.

    El MAS, con el respaldo de un movi-miento popular con races indgenas y cam-pesinas, pudo consolidar su propuesta delEstado Plurinacional a travs de la redac-cin de una nueva Constitucin Poltica delEstado28. Al mismo tiempo,venci la resis-tencia de las lites econmicas de tierras

    bajas, superando la polarizacin clasista yregional, y ampliando su presencia hegem-nica a todo el pas.

    En el ondo, el modelo plurinacional esun versin remozada del nacionalismo desa-rrollista y estatista de 1952. Se restituye lacentralidad del Estado en la administracindel excedente, y se apunta a la industrializa-cin de los recursos naturales. El objetivo es

    promover la transerencia del excedente hacialos mbitos comunitarios y micro empresarialde la economa. Junto a este ncleo duro delproyecto hay un discurso que enatiza la ne-cesidad de remplazar el modelo republicano(uniormizador) por un Estado Plurinacional.Estado en el que se respete y promueva laautonoma en igualdad de condiciones de las28 Schavelzon, 2012

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    dierentes culturas y naciones indgena origi-naria campesinas29.

    Gran parte de la sociedad civil (especial-mente los sectores pobres) ha asimilado elmodelo estatista y desarrollista del MAS. Pero,la meta del Estado Plurinacional en tanto as-

    piracin de sentido comn en las sociedad,todava no es una realidad.

    6.2. Diversidad Evanglica en el NuevoPeriodo Plurinacional

    No se observan cambios signicativos en elcampo evanglico tras el paso del periodo neo-liberal al plurinacional. Las dinmicas de laetapa neopentecostal continan. An es muypronto para una valoracin de largo plazo. El

    nuevo Estado apenas tiene 4 aos (desde laaprobacin de la CPE en ebrero del 2009).

    A lo sumo cabe mencionar una tendenciaa la diversicacin del campo evanglico. Sibien el movimiento neopentecostal mantienesu liderazgo y cierta hegemona en las iglesiasurbanas, en el rea rural y urbano popular seestn produciendo cambios importantes. Laparticipacin de varios lderes y pastores enlas movilizaciones campesinas-indgenas y ur-

    bano populares de los 2000 probablemente vaa implicar cambios en la estructura organiza-tiva y en el discurso de estos sectores evan-glicos.

    7. ConclusionesComo todo enmeno social, el movimientoevanglico comparte muchos patrones cultu-rales del contexto, al mismo tiempo que apor-ta algunos otros. Su capacidad de infuir de-

    pende de la combinacin entre los elementosque recibe y los que aporta. Un desequilibrioen el cual predominen las dinmicas asimila-das del contexto en desmedro de sus propiasinnovaciones simblicas, lo convierte en unactor de legitimacin sin mayor incidencia,como en el caso de las denominaciones evan-

    29 Esteanoni, 2013

    glicas en el periodo nacionalista del 52. Alcontrario, si predominan las innovaciones endesmedro de la encarnacin en el contexto, elmovimiento evanglico tiende a ser un actorexgeno con escaso poder de impacto, comoen el protestantismo misionero del periodooligrquico.

    El escenario ms adecuado es un movi-miento evanglico encarnado en su contex-to local. Que haya internalizado los patronesms relevantes del entorno. Y que, desde estaposicin, desarrolle innovaciones relaciona-les, organizativas y discursivas que infuyanen la sociedad y el Estado. Es decir, una en-carnacin transormadora.

    Existen, al menos tericamente, tres po-

    sibles tipos de innovaciones a partir de lascuales el movimiento evanglico puede infuiren el entorno: a) Innovaciones progresistasque apuntan a una sociedad ms equitativa,plural, inclusiva, democrtica y sostenible. Aeste tipo se acerca el aporte misionero en laconstitucin de ciudadana religiosa y social.La ormacin de liderazgos populares que re-orzaron a los movimientos sociales en losperiodos nacionalista, neoliberal y plurinacio-

    nal. La deensa de los derechos humanos y laapuesta por la recuperacin de la democraciade pequeos grupos de evanglicos durantelas dictaduras militares.

    b) Innovaciones compensatorias desti-nadas a evitar o disminuir procesos de des-integracin social y amiliar, provocados porel cambio cultural o las crisis socio econ-micas (anomia). Las iglesias evanglicas se

    convierten en pequeas sociedades dondelas personas compensan prdidas o carencias.El migrante rural que carece de competenciaslingsticas urbanas (habla mal el castellano),encuentra en las comunidades pentecostalesel acceso a un lenguaje superior (el don delenguas). Las personas pobres con acceso li-mitado a los servicios de salud, encuentranla sanidad divina. Quienes carecen de poder

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    y prestigio, encuentran el poder del EsprituSanto, y acceden a puestos de liderazgo ecle-sial. El asalariado de clase media que debearontar la inestabilidad laboral y amiliar, en-cuentra una comunidad aectiva que le orecesatisaccin y estabilidad, etc.

    c) Innovaciones deensivas orientadas apreservar algunas prcticas sociales e impediro, por lo menos, retrasar el cambio cultural. Seacercan a este tipo los discursos y prcticasevanglicas que reuerzan la amilia tradicio-nal: nuclear, de tipo patriarcal y en uncin deidentidades heterosexuales excluyentes. O lasaspiraciones de una cristiandad protestantecon las iglesias evanglicas infuyendo en lasociedad desde el poder poltico30. Este tipo de

    innovaciones se han intensicado en los lti-mos aos con posturas social y polticamenteconservadoras en varios sectores evanglicos,sobre todo de clase media urbana.

    Para que se produzcan en las comunida-des evanglicas estos dierentes tipos de in-novaciones, intervienen de manera complejamltiples actores externos e internos. Cam-bios en las prcticas relacionales, organiza-tivas, litrgicas, en la espiritualidad (expe-

    riencia de Dios y del prjimo), en el discurso(teologa prctica), se infuyen mutuamente.Se trata de innovaciones sistmicas y multidimensionales.

    Probablemente el mayor desao del mo-vimiento evanglico en el actual periodo pluri-nacional sea la necesidad de desarrollar inno-vaciones simblico religiosas en clave intercul-tural. Es decir que las comunidades evanglicas

    se conviertan en espacios sociales de avanza-da, en los cuales se experimenten relacionesequitativas, plurales e inclusivas, que respeteny valoren las mltiples ormas culturales de ex-perimentar la relacin con Dios en Cristo Jess.Para esto ser necesario construir comunidades

    30 Sobre el concepto de cristiandad protestante y suaplicacin al anlisis de los evanglicos en Bolivia verCrdova, 2007.

    menos jerrquicas y ms democrticas; menosdogmticas y ms plurales; menos patriarca-les y ms equitativas; menos individualistas yms comunitarias; menos obsesionadas por elcrecimiento numrico y ms orientadas a uncrecimiento integral; menos ansiosas de podere infuencia y ms abiertas al servicio sacri-

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    Los muralesde Walter Soln Romero

    SECCIN ARTE

    Walter Soln Romero naci enUyuni, Potos, el 8 de noviem-bre de 1923. Se gradu comoproesor de Arte y Dibujo de la

    Escuela Nacional de Maestros de Sucre y asis-

    ti a la Escuela de Bellas Artes de La Paz y Su-cre. Soln es parte de toda aquella corrientede intelectuales y artistas comprometidos conel cambio social en Bolivia

    Es autor de reconocidos murales y rescoscomo: Mensaje a los maestros del Futuro,Mensaje de Patria Libre (1950), Historiadel Petrleo Boliviano (1959), La Revolu-cin Nacional (1964), El Retrato de un Pue-blo (1985-1989)

    Sus Quijotes son al mismo tiempo lossmbolos de Soln en el tiempo, su serie degrabados de los Quijotes son un testimonio dela resistencia a las dictaduras y la imposicinautoritaria: El Quijote y los Perros conce-bida durante la dictadura de Banzer (1971)como una denuncia ante la desaparicin deJos Carlos Trujillo, su hijo mayor, El Quijote

    en las minas (1976) cuando la intervencinmilitar a las minas. El Quijote en el Exilio,cuando es exiliado luego de su detencin porparte de la dictadura de los 80.

    Al recuperarse la democracia en Bolivia,

    Soln pinta fores y paisajes, pero cuando stamuestra sus insuciencias por la miseria, eldesempleo y olvido, el autor realiza la obra ElRetrato de un Pueblo (19851989).

    Walter Soln Romero ue nombrado GranPremio Nacional de Arte en Bolivia (1967),ue Doctor Honoris Causa de la UniversidadMayor de San Andrs (1998). Y sobre todo ueun artista querido y reconocido por los movi-mientos sociales, por hombres y mujeres quelucharon por la democracia, la justicia y laequidad social

    En 1994 Soln comienza a construir laFundacin Soln y dona su casa/taller paraesta enorme tarea. Soln muere en Lima el 27de julio de 1999 y hoy sus cenizas descansanen la Fundacin Soln.

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    HISTORIA DEL PETROLEO 1958Cuntas personas habrn pasado por elMercado Camacho sin haber entrado en eledicio de YPFB para apreciar este impre-sionante resco? Despus del boceto, setuvo que extender un enorme cartn delmismo tamao del mural para el dibujo ini-cial. Despus pintarlo, sin poder retocar.

    La cal se pudre y se apaga, echando agua paraque se haga hidrxido de calcio. La cal despi-de humos. Entre ms que se deja la mezcla, sehace ms resistente, y el molle le da perma-nencia. Se golpea la mezcla para que se sua-vice. Esta supercie no permite retoques y sepint en 38 das. Las extensas alas del cndorprotegen las sorprendentes imgenes, desdelo prehispnico hasta lo moderno

    RESEA DE LOS MURALES

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    20/3520Fraternidad Teolgica Latinoamericana Ncleo La Paz - Bolivia

    EL EXILIO YLOS NGELES 1980-1986De este perodo Soln dijo en unamuestra retrospectiva de Quijotes:Un inconcluso mural que pint con los alum-nos en la carrera de Artes sobre Juana Azurduyde Padilla y las guerrillas, junto a las lminasde El Quijote y los Perros son descubiertosen 1980 por la dictadura y se convierten enel pretexto para detenerme en la Seccin Se-gunda del cuartel de Mirafores y surir el es-carnio de la prepotencia y el odio... Graciasa organismos internacionales y a la embajadade Alemania, logro salir al exilio y dibujo enLima, Per, El Quijote en el exilio (1982).Cuando aos ms tarde comprob que miscarceleros y sus superiores se declara-ban inocentes y libres de toda culpa dibu-

    j El Quijote y los ngeles (1986 - 1990).

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    EL RETRATO DEUN PUEBLO 1986-1989Quizs Retrato de un Pueblo sea el mural msambicioso de Soln porque en cuatro paredesgrandes del Saln de Honores en la Universi-dad Mayor de San Andrs, abarca toda la his-toria de Bolivia hasta 1989, echa de su inau-guracin. El Rector Pablo Ramos dijo que elmural es el ms caro mensaje de bolivianidadde nuestro momento histrico, y agradeci elsentido social del artista que haba obsequia-do la obra.

    El mural abarca la cultura nativa, la po-

    ca colonial, los hroes de la independenciay las luchas de reivindicacin hasta la pocapresente, enocndose en el papel del pue-blo como actor en su historia. No basta unarepresentacin de hechos, sino un trasondoemotivo que inquieta el espritu de la socie-dad que nos rodea. Rivera, Orozco, Siqueiros,y para Bolivia, Soln Romero, enriqueciendola tradicin muralista

    TOROS EN YOTALA

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    22/3522Fraternidad Teolgica Latinoamericana Ncleo La Paz - Bolivia

    Las nuevas condiciones sociales, po-lticas, religiosas y culturales quevivimos hoy son muy dierentes lasque imperaban antes del estableci-

    miento de la Nueva Constitucin Poltica delEstado. La conormacin de un estado laiconos liber de estar bajo la tutela de la re-

    ligin catlica como religin ocial y da laposibilidad de que el pas tenga otras pers-pectivas en su vida espiritual, que desarrolleexpresiones propias de cada pueblo.

    La iglesia evanglica estaba en contra dela hegemona y dominio del catolicismo en laseseras de Estado, especialmente en el reade la educacin, incluso elabor una teologaanticatlica. Sin embargo, la nueva situacinno ha sido tan avorable como habran queri-

    do los evanglicos.Muchos lderes se han mostrado decepcio-

    nados con la nueva condicin del pas. Algunosde ellos preeriran que el pas sea catlico,pero no pagano como al presente lo es en suopinin. Una iglesia que antes oraba a avor delos gobernantes, ahora no quiere hacerlo porconsiderar a los gobernantes de turno comoun gobierno del mal, pese a la recomendacinde Pablo de orar por las autoridades y los queestn en eseras altas; recordemos que Pablovivi en medio del gobierno romano idlatra (ITimoteo 2:1,2). Por qu no debiramos hacer-lo por este gobierno boliviano?

    Algunas iglesias evanglicas, ms quetodo las que mantienen relaciones de coopera-cin con la Iglesia Catlica como la Metodistao Luterana, y otras independientes han dado

    su respaldo completo al gobierno y su movi-miento. Sin embargo, el resto de los evang-licos sienten una amenaza ante una posiblepaganizacin del pas, que se refeja conla prolieracin de expresiones de tradicionesandinas en las mismas eseras gubernamenta-les y promovidas por el gobierno.

    Existen dos situaciones que la iglesiaevanglica vive rente a la nueva realidad: Elprimer caso es el de Las iglesias urbanas, ellasno enrenta ninguna clase de atropello a sue. stas se desarrollan sin problema, y casino han sido aectadas en nada. Quiz algunasiglesias de la ciudad de El Alto s han suridoalgn eecto negativo. El segundo caso es elde las iglesias rurales. Ellas s enrentan unconficto en el ejercicio de su e en relacin

    a las costumbres y tradiciones de los pueblosaymaras. Este auge es por la valoracin de losusos y costumbres de los pueblos que reco-noce la Constitucin. Este enmeno se daprincipalmente en el rea rural del altiplano,donde la dominacin de los aymaras es total.

    En eecto, en el campo la conrontacin esuerte, en algunos lugares ms que en otros, de-pende de cun conservadores sean los sectores.Los creyentes son acosados cuando tienen quecumplir con sus deberes de cargos comunales. Enestos casos, estos lderes son obligados a realizarlos ritos y ceremonias religiosas de sus creencias.Se les amenaza con la prdida de sus propiedadessi no lo hacen. Los cargos son rotativos, y nopueden eludir estas responsabilidades.

    Ahora, esta situacin de conrontacinsiempre ha habido en las comunidades rurales,

    LA NUEVA REALIDADNACIONAL:OPORTUNIDADES Y DESAFOS

    Enoque eclesial: Humberto Gutirrez A.

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    pero stas se han acentuado con la presentesituacin. En el pasado, podan mantener sudisposicin de servicio y el mantenimiento desu e cristiana; pero en la actualidad la co-munidad siente mayor poder para orzar a loscristianos evanglicos.

    Ante esta situacin que vivimos, culesson las oportunidades y desaos que tenemoslos evanglicos para mantener rme nuestra ey a la vez servir en medio de nuestros pueblos?

    Vivimos un tiempo de auto identicacincultural que recupera el orgullo individual ycolectivo de los dierentes pueblos y culturasdel pas. Esto es bueno y necesario. Por otraparte, tenemos la oportunidad de participaren la identicacin propia de cada uno de loscristianos como parte de su identidad cultu-ral. Esta identicacin est en proceso y ne-cesita de direcciones y guas despus de unalarga exclusin de las identidades nativas..Esta recuperacin de las identidades se puedehacer desde los campos de la lingstica, larecuperacin de valores propios, pero adems,pereccionarlos con los principios cristianos.

    El cristiano tiene la oportunidad de vivirintegrado a su cultura, apreciando su lengua,

    practicando sus valores enriquecidos por losprincipios cristianos bblicos, participandoactivamente en las aspiraciones que su pue-blo tiene. Tiene la oportunidad de mostrarlesamor, que es la expresin mxima del cristia-nismo de mostrar aprecio a su pueblo porqueellos tambin son objeto del amor de Dios quedio a su Hijo para todo el mundo.

    Internamente, para la iglesia, este tiem-po es un desao para ortalecer la e de sus

    miembros hasta el punto de estar dispues-tos a perder todo por el nombre y la causade Cristo. Cmo? Con la armacin de lasverdades de Dios, que son realmente las ver-dades denitivas, con enseanzas de la reali-dad de Dios que es la verdadera realidad, msall de las realidades parciales y torcidas quetienen todas las culturas.

    Antes de la reorma de la nueva consti-tucin del estado boliviano cmo cumplanlos creyentes sus deberes comunales? Gene-ralmente salan de la iglesia (con licencia) deese modo, segn ellos, podan cumplir con to-das sus costumbres; su idea era regresar a lacongregacin despus de cumplir con su co-

    munidad. Lo que ocurra muchas veces era queestos hermanos no regresaban.

    Lo que una y otra vez constatamos esque el cristiano andino aymara no tiene una euerte ni prounda; no logra valorar el evange-lio como la perla de gran precio. La amenazade perder su propiedad, no era tan uerte comoel temor de perder su reputacin, su prestigio,y surir el desprecio de los suyos, este miedoera ms grande que su propia e.

    Los cristianos en este medio tienen el de-sao de responder adecuadamente a su culturacomprendiendo y entendiendo su cultura desdeel ondo mismo de su cosmovisin, sus creen-cias que derivan en sus valores y conducta. Estaes la manera de dilogo que se requiere hacercon la cultura para mostrar y demostrar que larealidad es dierente y ms perecta, pero to-mando en cuenta, valorando su entendimiento

    de las realidades espirituales a las que tantoellos como los cristianos entran en conronta-cin para encontrar el nico camino que llevaa Dios, el Creador de todas las cosas.

    El panorama de la situacin actual no estan sombro como parece en base a la Nue-va Constitucin Poltica del Estado. Pues, ellagarantiza la libertad religiosa, prohbe la dis-criminacin por causa de creencia, y las na-ciones originarias deben conocer todos los

    derechos que otorga la CPE a todos los bo-livianos. Incluso las Jurisdicciones Indgenasdeben respetar la vida y los derechos de laConstitucin (Arts 4; 14.II; 21. 3, 5; 191.II).Todo depende de una buena representacin enbase a la misma Constitucin que garantizalas libertades individuales. Dios es el; no de-

    jar que sus hijos sean tentados ms all de loque puedan resistir (I Corintios 10:13)

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    Al llegar a La Paz en ebrero de 2013,nos sumergimos nuevamente en elnuevo escenario social de Bolivia.Participamos de la segunda Consul-

    ta sobre Cultura y Evangelio, un seguimiento

    de lo que empezamos en septiembre pasadocon los pastores de la Iglesia Evanglica LosAmigos (INELA), su seminario ISETA, el Se-minario San Pablo, Centro de CapacitacinMisionera (CCM) y CALA.

    Adems la Fraternidad Teolgica La-tinoamericana, ncleo La Paz, prepar unconversatorio con el propsito de mostrarlas oportunidades y desaos que enrentanlas iglesias evanglicas en el nuevo esce-

    nario social que vive Bolivia. La Dra. NancyThomas, pastora y misiloga, present unaperspectiva bblica de la iglesia en eso. ElLic. Julio Crdova, socilogo, describi lasposturas histricas de la iglesia evanglicaen el contexto social de Bolivia. El Lic. Hum-berto Gutirrez, pastor y escritor de CALA,nos abri una ventana al contexto eclesial de

    las iglesias aymaras evanglicas. Mi ponenciase enocar en el proceso teolgico e iden-ticar algunos temas claves para seguir laconversacin que hemos empezado.

    Un enoque teolgico de los desaos y

    oportunidades para la iglesia evanglica enel nuevo escenario social de Bolivia presu-pone procesos y criterios teolgicos. Hen-drikus Berkho1, un telogo reormado, en supequeo libro, Introduccin al Estudio de laDogmtica, describe el proceso del desarrollohistrico de la refexin teolgica en la igle-sia cristiana. Lo presenta en su obra como lasestaciones de un errocarril en las cuales eltren se detiene. Hay una progresin histrica

    y lgica de estacin a estacin.En esa progresin histrica, el autor se

    detiene primeramente en la estacin de lastradiciones establecidas por la iglesia cuan-

    1 Berkho, Hendrikus. (1985). Introduction to the Study oDogmatics. John Vriend, trans. Grand Rapids, MI: William B.Eerdmans Publishing Company. (Original: Inleiding tot destudie van de Dogmatic, 1982.)

    BOLIVIA Y EL NUEVOESCENARIO SOCIAL:Oportunidades y desaos para la iglesia evanglica.

    Un enoque teolgico: Haroldo Thomas, Ph.D

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    do an no haba una distincin marcada entrela escritura aceptada y la refexin patrsticay de credo. Despus se detiene en la segun-da estacin de la prioridad del texto bblico,enatizada en la Reorma Protestante y quean hoy es reconocida, pero de una maneracontrastante en la Contra-Reorma Catlica2.

    La tercera estacin sealada por Berkho esla de una creciente atencin a la importan-cia de explicaciones razonables de la revela-cin, en el mundo de la ciencia emprica. Lacuarta estacin es la percepcin del Esprituen la experiencia personal de transormacin.Actualmente el proceso teolgico se detienepara considerar la importancia de las percep-ciones y las perspectivas multiculturales en laprolieracin de teologas locales en el mundoe iglesia. Berkho muestra un enoque en laiglesia, y considera un desao la pluralidadde perspectivas culturales, pero tambin unaamenaza a la tarea teolgica y a la unidadecumnica de la iglesia de hoy.

    Charles Van Engen, destacado telogo ymisilogo, usa los mismos elementos del pro-ceso teolgico, pero los expande con un eno-que misiolgico que incorpora positivamente

    la diversidad cultural3

    . Organiza los pasos enun diagrama Venn que demuestra las interre-laciones de las cinco reas de anlisis queBerkho identic. Desarrolla la discusin enel contexto macro de cmo Dios se revela a lacomprensin humana. El crculo grande en lagura corresponde a la realidad del Dios Crea-dor que se ocupa de su creacin y se revelaa la humanidad para su reconciliacin y res-tauracin. Enatiza la iniciativa de Dios que

    2 Parente, Pietro, Antonio Piolanti, and Salvatore Garoalo,eds. (1951). Loci theologici. En elDictionary o DogmaticTheology. Emmanuel Doronzo, trad. Pp. 166167.Milwaukee, WI: The Bruce Publishing Company.

    3 Van Engen, Charles. (1996). Qu es la teologa de lamision? Charles Van Engen, trad. Captulo 3 de Mission onthe Way: Issues in Mission Theology. Grand Rapids, MI:BakerBook House.

    se revela a la humanidad y su creacin cada.La respuesta humana implicada correspondea la importancia de la razn y la ciencia enla comprensin de la naturaleza de la revela-cin. Por esta razn, no hay un quinto crculoaparte para el proceso de la razn. Las cuatrofechas del crculo de la realidad de Dios Crea-

    dor histricamente representan la revelacinde Dios por la revelacin especial del textobblico, por la tradicin que es la refexincrtica de la comunidad de e, por la experien-cia personal de reconocer y responder a Dios,y por la revelacin general y universal de Diosa todas personas en sus contextos sociales yculturales. La interrelacin de estos elemen-tos nos ayuda a identicar ms precisamenteel proceso de pensar teolgicamente conside-rando el contexto. (Ver el cuadro).

    CONSIDERACIONES DELPROCESO TEOLGICO

    (Basado en Van Engen, 1996)

    Las cuatro ponencias de esta noche cubrentres reas principales del modelo presenta-do. Nancy present las perspectivas bblicas;Humberto, las eclesiales y Julio, las contex-tuales. Yo procuro, de manera global, unir es-tas refexiones y demostrar el proceso.

    Se debe notar que la perspectiva dela refexin es evanglica-protestante pues

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    enatiza la autoridad bblica en tensin conlas otras tres consideraciones. Por esto eltexto bblico ocupa el sitio predominante enel modelo de pensamiento teolgico. Perohay otras posibilidades que se deenden. Lateologa catlica reconoce la dierencia en-tre la autoridad bblica y la tradicin, pero

    no enatiza la tensin entre el texto bblicoy la refexin de la iglesia4. Se acerca a u-sionar la tradicin y refexin de la iglesiacon la autoridad bblica. Actualmente es unpeligro que enrenta cada parte de la igle-sia cuando su propia tradicin y refexinteolgica se convierten en la norma de suautoridad. Tambin es posible elevar el con-texto social y sus mltiples culturas a la po-sicin de autoridad en el proceso teolgico.Por ejemplo, un modelo antropolgico dela contextualizacin que da prioridad a uncontexto social sobre el texto bblico resultaen una distorsin enorme de la revelacin.Y, nalmente, elevando la posicin de la ex-periencia personal como normativa sobre larevelacin de Dios dada por las escriturasde la Biblia, o normativo sobre la refexinhistrica y de discernimiento de la iglesia,tambin representan distorsiones subjetivasinaceptables. Pero en su conjunto las cuatroperspectivas nos guan con pasos rmes enla refexin teolgica.

    El texto bblicoNancy Thomas seal que el Apstol Pablo ensu carta a los Eesios enatiza la realidad delDios Creador y Sustentador como la RealidadMayscula, la cual nos da el punto de partida

    a nuestras realidades minsculas subjetivas yministeriales5. Dios no es una creacin nues-tra. Es Dios quin intencionalmente se revela

    4 Vase Bevans, Stephen B. (1992). Models o ContextualTheology. Maryknoll, NY: Orbis Books.

    5 El contraste sencillo entre letras maysculas y minsculaspara ilustrar y distinguir la realidad objetiva de la realidadsubjetiva, viene de Charles Krat en su discusin deepistemologa. Se usa la ilustracin en varias de sus obras.

    desde la oscuridad que est ms all de nues-tra comprensin, de nosotros y de su creacincada y extraviada. No lo conocemos ni lo po-demos conocer en su plenitud. Pero s lo po-demos conocer en su humanidad mediante elHijo, Jesucristo. Por l somos conscientes deque vivimos en dos realidades, la Realidad del

    Dios Creador y las realidades subjetivas quevivimos. La Realidad de Dios contiene todaslas realidades, incluso la realidad de nuestrossentidos, lo que experimentamos y compren-demos en la vida.

    Nos llam la atencin a la Realidad decmo la Iglesia y el Pueblo de Dios participa-mos de la autoridad de Jess (sentarse), en laexperiencia de transormacin a la semejan-

    za de Jess (andar), en un conficto csmico(estar de pie, rmes), y en participar en lospropsitos y misin de Dios (con las rodillasdobladas en gratitud y splica). Entonces laperspectiva bblica nos llama a la Realidad dela abundancia que tenemos en Cristo, la ple-nitud de Aquel que todo lo llena en todo.Nos llama a la transormacin, a andar contoda humildad y mansedumbre, soportndooscon paciencia los unos a los otros, solcitos en

    guardar la unidad del Espritu en el vnculo dela paz. Nos llama a reconocer la Realidad delconficto que enrenta la iglesia en relacincon los principados, potestades, gobernado-res de las tinieblas de este siglo, huestes es-pirituales de maldad en las regiones celestes.Y nalmente nos llama a reconocer que vivi-mos en las dos realidades simultneamente, ydesde la postura de rodillas colaboramos en lamisin reconciliadora de Dios, con autoridad,

    gratitud y splica.En resumen, N. Thomas nos plantea

    cuatro puntos de partida de Eesios para elanlisis teolgico. La iglesia evanglica bo-liviana revela ciertas caractersticas a la ta-rea teolgica: la participacin en la plenitudy autoridad de Cristo, la participacin en latransormacin humana, la participacin en la

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    reconciliacin con Dios en medio de un con-ficto csmico y la participacin en la misinde Dios en este mundo.

    Los contextos sociales de la iglesiaJulio Crdova en el conversatorio oreci unaclasicacin de cuatro etapas histricas a lascuales ha respondido la iglesia evanglica: laetapa oligrquica antes de la reorma agraria,la etapa nacionalista de 1952 a 1980, la etapaneoliberal de 1980 a 2000 y la etapa plurina-cional en la que actualmente estamos.

    Dos semanas antes en una ponencia a lospastores de la Iglesia Evanglica Los Amigos,Crdova present las caractersticas de la es-cena plurinacional de Bolivia entre el 2000 al

    2013, y ciertas oportunidades y desaos quepresentan a la iglesia aymara evanglica6. Hizoun balance de lo logrado y lo no logrado en re-lacin con la visin poltica nacional. Me con-movi escuchar su anlisis y evaluacin de lanueva escena nacional, saber de los logros departicipacin en la tarea poltica por los queantes ueron marginados, saber que el paslogr una estabilidad econmica antes no co-nocida y la disminucin notable en la tasa de

    pobreza. Son valores de justicia que asociamoscomo cristianos con ciertas caractersticas delReino de Dios. Por esto, combino el contenidode las dos ponencias.

    En su evaluacin de las nuevas tenden-cias del estado pluricultural boliviano, Crdo-va identica cuatro desaos y oportunidadesde respuesta para la vida y desarrollo de laiglesia evanglica. En primer lugar, el desa-o de reconocer y valorar la importancia delas culturas originario campesinas del pas.Advierte que actualmente el discurso polticocalica a la e evanglica como una invasinextranjera. Tambin nota que entre los evan-

    6 Crdova, Julio. (2013). Las caractersticas de la nuevaescena nacional: Nuevas oportunidades y desaos para laiglesia evanglica. Una ponencia dado a los pastores de laINELA el 15 de ebrero. Grabacin.

    glicos hay dos extremos: rechazar la culturatradicional o aceptar estas culturas acrtica-mente, en una reaccin de contemporizacin,que resulta en incorporar los valores y expre-siones que estn de moda. Ni la ignorancia ysu consecuente desprecio a la cultura, ni unavisin romntica sin una debida evaluacin,

    constituyen acercamientos viables.En segundo lugar, Crdova identica tres

    respuestas teolgicas actuales e inadecuadasde las iglesias cristianas evanglicas. La res-puesta modernista de la cosmovisin occi-dental cientca que niega y elimina lo quecalica como supersticin y tradicionalismo.De este modo elimina el centro de la cosmo-visin holstica andina sin an considerarla,

    lo cual no es una alternativa sostenible hoyen da. La segunda respuesta se clasica comoanimista. Se percibe detrs de todos los ri-tos andinos uerzas demonacas que tienenque conrontarse con guerra espiritual. Aun-que demuestra cierta comprensin bblica, nodemuestra suciente sensibilidad a las percep-ciones y expresiones de valores andinos leg-timos. La tercera respuesta se clasica comoindigenista. La encontramos entre las iglesias

    ecumnicas antes que las evanglicas. En unsentido positivo, es el esuerzo de identicary valorar lo autctono en lo tnico, econmicoy social. Rechazan las infuencias colonialesprocurando la descolonizacin que trata deidenticar y eliminar lo impuesto por culturasdominantes provenientes del eurocentrismo,capitalismo y del androcentrismo (77)7. La-mentablemente tiene la tendencia de aceptaracrticamente todo lo planteado como cultura

    autctona y una agenda social.En tercer lugar, Crdova menciona la ne-

    cesidad de una autntica encarnacin del cris-tianismo evanglico en el pueblo aymara y enotros pueblos autctonos de Bolivia. Se ne-

    7 Estermann, Jose. (2010).Interculturalidad: Vivir ladiversidad. La Paz, Bolivia: ISEAT.

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    cesita una nueva respuesta bblica en el pas,que sea autnticamente evanglica, respetuo-sa y que mantenga un dilogo con nuestrospueblos indgenas. Enoca la necesidad de unatarea misional.

    En cuarto lugar, Crdova identica dos

    desaos para las iglesias evanglicas. Prime-ro, la necesidad de desarrollar una teologade mayordoma de la tierra junto a una ti-ca del cuidado del medio ambiente, una re-fexin bblica y una prctica misionera quesea adecuada para un estado laico en una na-cin plurinacional. La relacin de las comu-nidades y las personas con la tierra es centralen las cosmovisiones autctonas de Bolivia.En segundo lugar, se tiene que atender no

    solamente las necesidades de las etnias tra-dicionales, sino tambin las necesidades delas clases sociales populares en las ciudadesbolivianas que estn separndose de sus ra-ces autctonas.

    En resumen, Crdova identica cuatrotemas del contexto plurinacional que necesi-tan la consideracin teolgica evanglica: 1)el reconocimiento y valoracin de la impor-tancia de las culturas originarias campesinas

    de Bolivia; 2) una respuesta teolgica y ade-cuada que supere las respuestas modernis-tas, animistas e indigenistas de la iglesiaevanglica actual; 3) la ormacin de unaautntica prctica encarnacional del cristia-nismo evanglico en los pueblos autctonosde Bolivia y el desarrollo de una teologa demayordoma de la tierra; y 4) una concienti-zacin y prctica en las iglesias evanglicasque se dirigen a las clases sociales populares

    de las ciudades bolivianas.

    La comunidad de e y refexinHumberto Gutirrez nos dirigi en un an-lisis del estado de la refexin y prctica delas iglesias evanglicas en el ambiente ay-mara. Advirti la inquietud que tienen (lasiglesias) de enrentar un neo-paganismo

    que goza del respaldo ocial. Not tambinque el peso de completar las obligacionescomunales y tradicionales cae ms sobre laspoblaciones rurales que las urbanas. Iden-tic cuatro desaos y oportunidades paralas iglesias evanglicas.

    El primer desao es el proceso de autoidenticacin cultural que recupere el orgulloindividual y colectivo de los dierentes pue-blos y culturas del pas como personas y co-munidades de valor. Est presente la oportu-nidad de reconocer y pereccionar los valoresculturales actualmente presentes, reorzndo-los con principios cristianos.

    El segundo desao para la iglesia es quemuestre parte de su cultura en el conocimien-

    to y uso de la lengua, en el reconocimien-to y comprensin de sus valores ms altos yenriquecidos por principios bblicos, y en suidenticacin con las aspiraciones de su pue-blo, mostrando responsabilidad, comprensiny amor. Hay que partir del undamento teo-lgico de que todas las personas en sus co-munidades y como partcipes en sus culturasson valoradas por Dios. Pero tambin es cru-cial ortalecer la e de sus miembros hasta el

    punto de estar dispuestos a perder todo por elnombre y la causa de Cristo. Para los padresde amilia en una congregacin no es cuestinde salir de la iglesia para cumplir con losdeberes comunales y despus arrepentirse yvolver. En general, la amenaza de perder supropiedad y el temor de perder su reputaciny prestigio es ms importante que su e.

    El tercer desao para la iglesia es orta-

    lecer la e en las amilias. Gutirrez observaque hay una gran alta de lealtad, de parte delas personas y amilias, de ser consecuentescon su e incluso bajo la presin de la comu-nidad. Tienen que conocer y experimentar aDios como la Realidad verdadera que encierratodas realidades parciales y torcidas.

    El cuarto desao, los cristianos en este

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    medio tienen el desao de responder adecua-damente a su cultura tradicional, compren-diendo y entendindola desde el ondo mismode su experiencia y cosmovisin. Tienen queconocer y comprender los valores y conduc-tas que resultan de ella. Tienen que conocery valorar el conocimiento de las realidades

    espirituales que los aymaras conrontan ensus propios sistemas tradicionales. Tienen queencontrar las armaciones y conrontacionescon que entran al nico camino que lleva aDios, el Creador de todas las cosas

    En resumen, Gutirrez plantea la recupe-racin de la identidad y orgullo cultural en lasiglesias evanglicas. Las comunidades y laspersonas en las iglesias tienen la oportunidad

    de mostrarse como parte de su cultura en elconocimiento y uso de la lengua, y la refexinbblica, en sus valores; identicndose de ma-nera responsable y comprensiva en amor conlas aspiraciones de su pueblo. Tambin tienenel desao de ortalecer la e de sus amiliascon una lealtad a Dios que les sostendr bajolas presiones de la comunidad. Y, nalmente,tienen el desao y oportunidad nica, desdeel ondo de su experiencia y cosmovisin, de

    responder adecuadamente a su cultura tradi-cional de una manera transormadora.

    La tarea teolgicaCules son los temas de anlisis y respues-tas teolgicas que emergen de las ponenciasdel panel? Volvamos al proceso teolgico parasintetizar lo presentado e identicar los te-mas concertados. No pretendemos aqu ana-lizar los temas sino presentar una agenda de

    refexin, evaluacin y accin para las iglesiasbolivianas evanglicas.

    Siguiendo el orden de presentacin.Empezamos con un estudio bblico de Ee-sios, de la naturaleza de lo que somos comoIglesia; avanzamos a una descripcin y an-lisis de los desaos y oportunidades para laiglesia evanglica en nuestro contexto so-

    cial boliviano; y consideramos una evalua-cin pastoral de las necesidades y oportu-nidades de las respuestas congregacionalesprovenientes de las iglesias aymaras evan-glicas. Es un acercamiento a cmo hacerteologa desde el texto bblico, con aplica-cin en la iglesia. Es pensar teolgicamente

    desde arriba. Lo uerte de este acercamien-to es que provee modelos de anlisis bblicoya ormados.

    El proceso teolgico tambin puede em-pezar desde el contexto social, y plantear sudescripcin y anlisis para la consideracinbblica. Esto sera pensar teolgicamentedesde abajo. El punto uerte de este acerca-miento es que se examina el texto bblico a

    la luz de las preguntas del contexto social ypersonal. Provee nuevas perspectivas y solu-ciones. Tambin se podra empezar desde larefexin hecha por la iglesia, o la tradicin ydoctrina concertadas. El punto uerte de esteacercamiento es que examina las preguntasdel contexto desde la refexin de la igle-sia en contraposicin a preguntas semejan-tes del pasado. As mantiene la coherenciay cohesin del proceso teolgico de la igle-

    sia. Tambin se puede empezar la refexindesde la experiencia personal. La ortalezade este acercamiento es que arroja la luz dela experiencia y perspectiva personal sobreel tema que consideramos. Aunque tiene lasdebilidades de la subjetividad sino mantienela tensin con el grupo social, es el puntoms uerte de comprensin y motivacin enrelacin con un tema.

    Los temas que consideramos incluyen los

    undamentos bblicos del Apstol Pablo a losEesios y las conclusiones de temas importan-tes de anlisis del contexto y de las congre-gaciones evanglicas. Lo pongo en una tablapara propsitos de comparacin e incluyo larefexin de la experiencia personal que noue considerada en el conversatorio.

  • 7/28/2019 Revista Digital Ftl-lpz-bol Nro 2

    30/3530Fraternidad Teolgica Latinoamericana Ncleo La Paz - Bolivia

    TABLA DE COMPARACIN DE LOS CUATRO REASDEL PROCESO TEOLGICO EN LAS PONENCIAS

    Autoridad Bblica: Lacarta a los Eesios Contexto Plurinacional de Bolivia

    Refexin histrica y actual de laiglesia

    Refexin desde laexperiencia personal

    Como Pueblo de Diosparticipamos en laplenitud y autoridad

    de Cristo.Como Pueblo de Diosparticipamos en latransormacin hu-mana.

    Como Pueblo de Diosparticipamos en lareconciliacin de Diosen medio de un con-ficto csmico.

    Como Pueblo de Diosparticipamos en los

    propsitos y la misinactiva de Dios ennuestro mundo.

    Desarrollar respuestas teolgicaspara las iglesias evanglicas quesuperen las respuestas moder-

    nistas, animistas e indigenistasactuales.

    Fortalezcamos nuestra e y lealtadcomo Pueblo de Dios rente a laspresiones que suren nuestras co-

    munidades.

    Desarrollar una teologa y prcticade la mayordoma de la tierra en elcontexto boliviano.

    Mostrmonos partcipes de nues-tras culturas mediante el respeto,uso de nuestras lenguas, y nuestraidenticacin con sus valores yaspiraciones ms altas. Seamosleales a Dios.

    Concientizar sobre el valor de lasculturas originarias y campesinasde Bolivia en las iglesias evang-licas.

    Recuperemos nuestra identidad ysano orgullo cultural.

    Impulsar la concienti