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Revista Electrónica de Psicología Iztacala. 18, (2), 2015
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Vol. 18 No. 2 Junio de 2015
INTERVENCIÓN INTERCONDUCTUAL EN EL
CONTEXTO DEPORTIVO (IICD): PREÁMBULO. Juan Antonio Vargas Bustos1 y Francisco Ramos Esquivel2
Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica Instituto Politécnico Nacional
Resumen
Continuando con el desarrollo de la Intervención Interconductual (II) el artículo presenta las reflexiones y planteamientos iniciales de la Intervención Interconductual en el Contexto Deportivo (IICD), analizando conceptos básicos, esbozando aspectos tecnológicos y concretando una propuesta en la forma de principios y procedimientos. El escrito se caracteriza por el matiz del análisis teórico interconductual que lo sustenta y su convergencia con otros procedimientos tecnológicos interconductuales. Finalmente se reflexiona sobre la aparición de tecnología novedosa y su falibilidad. Palabras clave: Interconductismo, Psicología, Deporte, Tecnología, II, IICD.
INTERBEHAVIORAL INTERVENTION IN THE SPORT CONTEXT (IISC): PREAMBLE.
Abstract Continuing with the development of the Interbehavioral Intervention (II) this article presents the first thoughts and initial approach to the
1 Instituto Politécnico Nacional, Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Sección de Estudios de Posgrado e Investigación, Doctorado en Ingeniería de Sistemas, Unidad Profesional Adolfo López Mateos. Ciencia y Tecnología Interconductual (CTI), correo electrónico: [email protected] 2 Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México, FES Iztacala. Ciencia y Tecnología Interconductual (CTI), correo electrónico: [email protected]
Revista Electrónica de Psicología Iztacala
I Z T A C A L A
Universidad Nacional Autónoma de México
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Interbehavioral Intervention in the Sport Context (IISC), analyzing basic concepts, outlining technological aspects, and specifying a proposal in the form of principles and procedures. The writing is characterized by the nuance of the Interbehavioral theorical analysis that supports it and its convergence with other Interbehavioral technological procedures. Finally, it examines the emergence of new technology and its fallibility. Keywords: Interbehaviorism, Psychology, Sport, Technology, II, IISC.
I look for ambiguity when I´m writing
because life is ambiguous
Keith Richards
La Intervención Interconductual (II) ha sugerido distintos contextos y objetivos para
su uso tecnológico (Vargas, 2008a), en este caso se trata del deporte, lugar y
actividad donde la participación del psicólogo crece pero, también
desafortunadamente, donde no queda clara su participación ni los indicadores de
su utilidad.
Dentro del ámbito deportivo el conocimiento derivado de la psicología no ha
mostrado gran beneficio para deportistas, entrenadores, directivos, jueces, árbitros
o practicantes ocasionales; esto se debe principalmente al caos teórico y
metodológico que rige la investigación actual en la denominada psicología del
deporte (Riera, 1985). Lo anterior ha impedido que surjan tecnologías lógicas
dentro de un marco teórico comprensivo de la conducta humana, y que éstas a su
vez sean útiles para todos los involucrados en este contexto.
Esto ha implicado la no integración del psicólogo como parte del equipo de
especialistas en el deporte, debido principalmente a la desvinculación de los
estudios en psicología con las necesidades reales de los participantes. Es por ello
que existe un gran descrédito de lo que un psicólogo puede aportar como miembro
activo en el deporte (Riera, 1985).
Propuesta
En este documento se propone una forma de comprensión del contexto deportivo
sustentada teóricamente en la perspectiva interconductual de Jacob Robert Kantor
(1924-1926, 1971, 1978a, 1990; Kantor y Smith, 1975), y busca generar
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metodología y tecnología original en la forma de los procedimientos e instrumentos
básicos que aquí se presentan.
La reformulación de esta área tecnológica de la psicología se justifica con el
argumento de que el deporte es una rama dentro de las actividades humanas
altamente diferenciable en sus objetivos, contexto de implementación y su tipo de
demandas (Vargas, 2002). Los avances en la ciencia psicológica pueden verse
reflejados en el rendimiento deportivo, las relaciones de directivos con
entrenadores y deportistas, métodos de registro, evaluación y selección, así como
en otros ámbitos pocas veces tratados o incluso no contemplados por el psicólogo
en el deporte; en otras palabras, los avances de la psicología como ciencia del
comportamiento pueden derivar en el desarrollo de tecnología para la solución de
requerimientos sociales, en este caso, deportivos.
El establecer áreas tecnológicas puede ayudar a la psicología a consolidarse como
ciencia, evitando más confusiones acerca del papel del psicólogo y sus funciones
en diferentes ámbitos. De esta manera resulta necesario delimitar el área deportiva,
las características de sus participantes, sus propósitos y el tipo de demandas
planteadas al psicólogo, comprendiendo las propiedades de dichas interacciones, y
de esta forma diseñar las intervenciones necesarias (Vargas, 2002).
De igual forma se considera que la instauración de esta área tecnológica no
responde a una clasificación estrictamente psicológica, sino más acertadamente a
una social (Ribes y López, 1985).
Teoría de campo en psicología
Al igual que la psicología misma, el origen del modelo de campo se remonta a la
Grecia antigua y los estudios naturalistas acerca del comportamiento humano
(Midgley y Morris, 2006). De esa época destaca el nombre de Aristóteles, quien
forjó un modelo acerca de cómo realizar investigaciones en psicología; abordó lo
psicológico de la misma forma que estudió los fenómenos de la física o la biología
con una visión naturalista (observando los eventos concretamente). Aristóteles se
esforzó en registrar con exactitud los eventos que se denominan como percibir,
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pensar, sentir, imaginar, soñar y razonar; se ocupó del análisis de las funciones
entre los organismos y su ambiente (Kantor, 1990).
Posteriormente a esta etapa naturalista de la psicología griega, diversos factores
socioculturales, económicos y militares derivaron en un cambio hacia el
espiritualismo y los aspectos trascendentales en el estudio de la conducta (Kantor,
1990). Durante la Edad Media y posteriormente en el Renacimiento, cualquier
intento de estudio acerca del hombre se vio sujeto a las categorías
trascendentales, como la de alma; cuando la dualidad fue reformulada la tradición
de alma-carne cedió su lugar a la de mente-cuerpo. Para los siglos XVIII y XIX se
concedió la tutela de la psicología a la biología mediante el estudio de la anatomía
y la fisiología, culminando con la psicofísica y apareciendo formalmente en el siglo
XX teorías psicológicas supuestamente independientes como el conductismo.
Jacob Robert Kantor (1888-1984), inconforme con el camino que tomaba la
psicología de su tiempo (dualismo implícito en el estudio de la conducta,
explicaciones causales basadas en el sistema nervioso central, teorías teleológicas
y metafísicas) fue desarrollando lo que se conocería como el modelo de campo en
psicología (aproximación desarrollada paralelamente al conductismo, y no como
una adición a éste).
Kantor en su trabajo La naturaleza funcional de las categorías filosóficas realizó un
enorme esfuerzo por hacer de la psicología una ciencia natural, esta obra supuso la
introducción de los valores científicos de los investigadores de cada época en sus
estudios, así como la necesidad de considerar las acciones reales de los individuos
en detrimento de las abstracciones. Propuso un amplio grupo de hipótesis
científicas basadas en asunciones mínimas con respecto a los datos de la
psicología: un programa moderno comprensivo y totalmente naturalista de la
psicología. Luego en Un análisis tentativo de los datos primarios de la psicología
propuso al campo interactivo como el objeto de estudio de la psicología (Mountjoy y
Hansor, 1986).
La metateoría interconductual de Kantor demostraba que los eventos psicológicos
se podían describir y analizar como una serie de acontecimientos naturales, sin la
necesidad de recurrir a fuerzas ocultas, mundos internos, o entidades
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extraespaciales o metafísicas. La idea de que todo organismo está en continua
interacción con su entorno constituyó el eje central de su trabajo (Mountjoy y
Hansor, 1986). El concepto de campo en psicología pertenece a una visión
científica naturalista que comprende: a) un límite espacio temporal, b) los factores
que comprenden un evento, y c) la interrelación de esos eventos (Mountjoy, 1976).
La psicología de campo estudia segmentos conductuales (sistemas de factores
integrados), dichos segmentos o campos son una interacción compleja de
numerosos factores en situaciones específicas (Kantor, 1990), es decir, un campo
de relaciones recíprocas entre sus factores (Ribes y López, 1985); superando de
esta manera los falsos problemas de sujeto-ambiente, interno-externo, aparente-
inaparente, consciente-inconsciente, mente-conducta (Kantor, 1990; Ribes y López,
1985).Siendo así que la psicología es la ciencia que estudia la interconducta: la
relación construida ontogénicamente entre el organismo y su ambiente (Kantor,
1990).
Resumiendo, la postura de campo niega poderes explicativos a factores internos o
psíquicos, así como a tejidos, sistemas neurales o al cerebro mismo, o a conceptos
y normas sociales, además brinda la posibilidad de distinguir entre los datos de
investigación y los constructos derivados de éstos. El interconductismo permite
entender los eventos psicológicos como fenómenos históricos en situaciones
complejas y como una integración de factores (una vez establecido un segmento
puede predecirse su reaparición ante la presencia de factores similares en los que
ocurrieron anteriormente). Una de las ventajas sustanciales de la psicología
interconductual es la forma de interpretación de los datos: se busca proponer
interpretaciones y constructos derivados del estudio de las particularidades de los
campos de eventos; las explicaciones del fenómeno se deben al campo por
completo, evitando así construcciones autistas o reduccionistas (Kantor, 1990).
Para la concreción del propósito teórico y práctico de este escrito la taxonomía a la
que se suscribe es la planteada por Emilio Ribes en Teoría de la conducta (Ribes y
López, 1985) y Psicología general (Ribes, 1990).
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EL DEPORTE
El deporte es una actividad humana compleja de caracterizar, la dificultad radica en
que un sinnúmero de actividades (muchas veces totalmente disimiles) han sido
agrupadas en este rótulo. Joan Riera (1997), menciona al deporte como un
concepto dinámico, difícil de caracterizar y que depende del objetivo de la
clasificación, así como de lo que se quiera considerar o no deporte. García Ferrado
definió deporte como una actividad física e intelectual, humana, de naturaleza
competitiva y gobernada por reglas institucionalizadas (Robles, Abad y Giménez,
2009).
De esta forma practicar un deporte no es sólo ejercitarse en un determinado medio
y/o con determinados objetos o aparatos, sino hacerlo conforme a reglas que
definen qué se puede hacer y cómo.
Para Viadé (2003), el deporte es aquella actividad física convencional que se
encuentra bajo normatividad por un grupo determinado, siendo así una actividad
con reglas, explícitas o no, las cuales la diferencian de actividades físicas similares
y que representan algún tipo de competición.
Hernández consideran que pueden identificarse las siguientes características en
común de toda actividad deportiva: actividad lúdica, situación motriz, competición,
reglas e institucionalización (Robles, Abad y Giménez, 2009).
La clasificación de las actividades dentro del deporte es tan complicada como su
definición, Alcoba (2001), considera que es pertinente hablar de Deportes
Naturales o Básicos para hacer referencia a actividades deportivas llevadas a cabo
por los hombres para sobrevivir en tiempos remotos y, en el otro extremo de esta
clasificación, aquellas actividades físicas que no se relacionan con la supervivencia
de la especie, sino con la diversión, hablando en este caso de Deporte Sofisticado.
Según el ámbito donde se realiza, al deporte se le asignan distintos apellidos: el
deporte Educativo es aquel que tiene como objetivo la mejora del deportista en
todas sus facetas, por lo cual éste debe tener una visión pedagógica y no
competitiva; el deporte Adaptado es toda actividad deportiva que deba reestructurar
o ajustar las condiciones de práctica (las normas y reglas, los aparatos o
instrumentos, las técnicas o formas de ejecución, el espacio y el tiempo de juego)
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para que puedan ser practicadas por las personas que presentan alguna
discapacidad; el deporte Recreativo aquél que es practicado por diversión y placer,
sin fines de competir o superar alguna marca (Robles, Abad y Giménez, 2009); el
deporte Competitivo hace referencia a las prácticas deportivas donde se busca
superar o vencer a un contrario o una marca; el deporte de Iniciación hace énfasis
en el proceso de enseñanza-aprendizaje de habilidades de ejecución y
conocimiento para poder practicarlo de acuerdo a una estructura funcional; el
deporte Comunitario para Martínez y García (2000), es la práctica deportiva que
tiene como fin el esparcimiento, recreación y desarrollo de los habitantes de una
comunidad específica.
Una forma distinta para clasificar al deporte es tomando en cuenta su país de
origen (Martines y García, 2000), donde es posible hablar de deportes
Anglosajones (gimnasia o esgrima, por ejemplo), Griegos (lanzamiento, lucha,
salto), Ingleses y Americanos (rugby, futbol, natación, baloncesto), Germánicos
(balonmano), Escandinavos (esquí de fondo, patinaje) y Orientales (artes
marciales). Otra manera de distinguir entre deportes es de Combate (con y sin
instrumentos), de Balón (colectivos e individuales), Atléticos y Gimnásticos (de
medición objetiva y subjetiva), en Entorno Natural y Mecánicos (cuando se usan
aparatos). En el bloque soviético destaca la clasificación de Matveiev (Robles,
Abad y Giménez, 2009), basada en los periodos de entrenamiento y el tipo de
esfuerzo que requiere cada una de las disciplinas: Acíclicos (movimiento
predominantemente de fuerza máxima), de Resistencia (de intensidad submáxima
o baja), de Equipo (de alta intensidad y con pausas constantes, o con intensidad
baja y pausas muy reducidas), de Combate (enfrentamiento directo entre
individuos) y Complejos con pruebas múltiples (esfuerzos diversos y amplios).
Se pueden distinguir también tres ramas en el deporte dependiendo de su carácter
utilitario: Formales (profesionales y de alta competición, donde su contexto lúdico
es lo menos importante), Informales (el componente lúdico es el de mayor
relevancia) y Semiformales (con carácter competitivo y organizado, pero sin la
exigencia de entrenamientos formales).
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Destaca el planteamiento basado en interacciones propuesto por Parlebás, el cual
analiza el fenómeno deportivo como un sistema de interacción global entre el sujeto
actuante, el entorno físico y los otros participantes (fijos o eventuales); para ello
utiliza tres criterios: Interacción con compañeros, Interacción con adversarios e
Incertidumbre de la información procedente del medio; luego se añadiría la forma
en que se emplea el espacio en el deporte, así como la participación de los
jugadores (Robles, Abad y Giménez, 2009).
Debido a la hiperprofesionalización que han sufrido la mayoría de los deportes
surgió un nuevo grupo de actividades bajo el nombre de deportes Alternativos
(Hernández, 2007), en este rubro se encuentran deportes como el Balonkorf,
Parkour, Bádminton, Floorball, Frisbee, Intercrosse y todos aquellos que surgen
como alternativa a las disciplinas mayormente institucionalizadas.
Finalmente una clasificación derivada de los Juegos Olímpicos es aquella donde se
pueden enumerar ciertas familias dependiendo de sus características en común
(Martínez y García, 2000): deportes de Agua o Acuáticos, de Rueda, de Aire,
Atléticos, con Animales, de Combate, de Equipo y Bola, de Tiro al blanco, Cortos,
de Stick, para Discapacitados, de Mesa, Mecánicos de Motor, de Alto riesgo,
Ambientales y Excéntricos.
Partícipes y contextos de la actividad deportiva
La población que actualmente practica algún tipo de deporte se ha transformado y
diversificado con el paso del tiempo; el deporte de ser practicado únicamente por
personas jóvenes y principalmente varones sanos pasó a ser realizado por las
mayorías.
Alcoba (2001), considera que los participantes deportivos pueden ser clasificados
dependiendo de su sexo o edad, aunque cada país y deporte en particular
reglamenta las divisiones para su competición (no necesariamente para su
práctica). Sin embargo las categorías más frecuentemente encontradas en todos
los deportes son:
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1. Infantiles: en estas se encuentran los participantes desde el inicio de la práctica
deportiva, subdividiéndose a su vez en practicantes debajo de los 6 años, por
debajo de los 8 años de edad y por debajo de los 10.
2. Juveniles o Junior: a partir de los 11 años cumplidos, hasta aproximadamente los
18 años cumplidos. Subdividiéndose a su vez en practicantes debajo de 12 años,
por debajo de 14, por debajo de 16, y finalmente por debajo de 18.
3. Senior: a partir de los 19 años cumplidos hasta aproximadamente los 55 años.
Dentro de esta categoría se encuentran competiciones absolutas (donde se pueden
encontrar competidores de distintas edades, pero que se basan en el nivel o grado
en su disciplina), senior 45 años, senior 50 años, y hasta senior 55 años.
4. Veteranos: cualquier edad posterior a los 55 años cumplidos donde es más
frecuente que dicha categoría ya no sea contemplada para la competición de alto
rendimiento y sí más con un fin de clasificación (International Street and Ball
Hockey Federation, 2010; World Dance Sport Federation, 2013).
Además de las clasificaciones por sexo o edad, es posible hablar de practicantes
de tiempo completo, remunerados o sin remuneración. Por otra parte la forma en
que se organiza el deporte y los lugares donde se realiza determinan la oferta
deportiva, su estructura, así como la gestión y participación de los individuos;
además en cada tipo de organización se buscan alcanzar diferentes objetivos, lo
cual influye en la decisión de cuáles son las actividades apropiadas para
determinadas poblaciones (Heinemann, 1997). Independientemente del tipo de
asociación, según Puig y Heinemann (Martínez del Castillo, 1997), todas se pueden
ubicar dentro de cuatro dimensiones: a) fines de integración, b) tipo de oferta, c)
búsqueda o no de resultados competitivos, y d) voluntariado o profesionalización de
recursos humanos.
Para Heinemann (1997), es posible hablar de grupos no-organizados si es una
práctica informal o privada, y oferta comercial donde se organizan con la idea de
generar un servicio a consumir (donde se encuentran grandes instalaciones,
gimnasios, pequeñas escuelas de distintas disciplinas).Finalmente existen los clubs
ordenados por tamaño (pueden ser pequeños, medianos o grandes), de esta forma
el deporte al ser institucionalizado, delimita los lugares donde se puede practicar,
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quiénes pueden hacerlo y cómo; Alcoba (2001), menciona que esto ha derivado en
grupos, asociaciones, federaciones y organismos privados de carácter nacional o
internacional. París (2005), hace un listado del tipo de contextos de desarrollo y
organización de las actividades deportivas en función del nivel territorial en el que
se desenvuelven, teniendo así diversas agrupaciones locales y estatales. Por su
parte existen organizaciones privadas sin fines de lucro y a su vez organizaciones
con fines lucrativos, las cuales son propiamente llamadas “empresas deportivas”.
Práctica deportiva: objetivo
De igual forma que resulta complicado establecer una definición única del deporte,
es difícil hablar de un objetivo dentro de la práctica deportiva; la realización de
cualquier deporte puede ser revestida de diversos motivos para distintos individuos.
Dentro de la bibliografía en educación física se considera que la actividad deportiva
tiene como objetivo desarrollar “valores” intrínsecos a su práctica, es por ello que
Alcoba (2001), considera que existe una “educación física” indivisible del deporte
que tiene como meta el cuidado y mejora del cuerpo humano. Por otra parte
Heinemann (2001), brinda una perspectiva totalmente distinta acerca del deporte
diciendo que éste carece de algún tipo de valor per se ya que no tiene como metas
concretas los valores que se le atribuyen, por el contrario, cualquier valor (u
objetivo) es una atribución (positiva o negativa) que se la da a una práctica en
concreto, hecha por un individuo o un grupo determinado.
También es posible hablar de distintos objetivos, todos los cuales pueden
englobarse en deporte-espectáculo y deporte-práctica; el primero hace referencia a
lo que comúnmente se llama profesionalismo (alto rendimiento, demandas
socioeconómicas e incluso políticas), el segundo se relaciona con el ocio,
esparcimiento y salud. Hoy en día además se puede hablar de “industria deportiva”,
la cual refiere a actividades de distracción, entretenimiento, espectáculo,
educación, pasatiempo y en general a la oferta de bienes y servicios relacionados
con la actividad física (Robles, Abad y Giménez, 2009).
Heinemann (2001), menciona que los objetivos comúnmente perseguidos por los
practicantes de alguna disciplina deportiva son: salud, bienestar, diversión, vida
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social, expresión individual, prestigio y nuevas sensaciones (siendo todas
valoraciones propias más que objetivos intrínsecos de la actividad física). Los
objetivos del deporte son los que una persona o grupo esperan obtener por la
práctica de alguna disciplina deportiva bajo determinadas condiciones, situación
cambiante entre cada uno de los distintos deportes, practicantes y contextos donde
se desarrolla.
ESTABLECIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA DEL DEPORTE
La investigación deportiva (y los usos derivados) se desarrollaron
independientemente en el bloque occidental y en el oriental, debido a la situación
política posterior a la Segunda Guerra Mundial (Cruz, 1995); en América destacaba
el interés por procesos cognitivos en la ejecución motriz, la evaluación de la
personalidad y su relación con el deporte; por su parte en Europa se orientaban por
la preparación del deportista para la competición dependiendo de sus
características individuales y el tipo de deporte (Viadé, 2003).
La psicología del deporte alcanza reconocimiento internacional con la celebración
del Primer congreso mundial de psicología del deporte hecho en Roma en 1965
(Riera, 1985; Cruz, 1995; Valdés, 1996),de dicho congreso se creó la Sociedad
internacional de psicología del deporte, así como el International Journal of Sport
Psychology, pero es hasta los setenta donde se consolida la disciplina en diversos
países, creándose sociedades nacionales e internacionales, así como la
publicación de revistas especializadas (Riera, 1985).Durante los ochenta los temas
más investigados eran rendimiento, personalidad, variables ambientales y su
influencia en la conducta y motivación (Riera, 1985), a comienzos de esa misma
década surgió la interrogante acerca de quién podía ser considerado psicólogo del
deporte y cuál debería ser su formación mínima (debido principalmente a que hasta
ese momento el psicólogo en el deporte era un psicólogo clínico encargado en
resolver las dificultades de los deportistas). En 1982 con esta polémica en boga, el
Comité Olímpico de los Estados Unidos decidió incluir la preparación psicológica
dentro de un proyecto de investigación, por lo que deciden establecer cuáles
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debían ser las competencias mínimas de dichos psicólogos; se creó así una
comisión de diez expertos con amplia práctica y diversas orientaciones teóricas
para debatir sobre las funciones del psicólogo en el deporte, concluyéndose que las
funciones del psicólogo eran: la clínica, la educativa y la investigación (Cruz, 1990;
Cruz y Riera, 1991b). Ya en los noventa los tópicos de estudio no cambiaron
fundamentalmente, aunque cabe destacar el interés por el deporte como medio
educativo, para el cuidado de la salud, la mejora de la calidad de vida y belleza
corporal (Valdés, 1996); dichos estudios se realizaron desde diversas orientaciones
teóricas, destacando la propuesta cognitivo-conductual y la teoría sistémica (Viadé,
2003).
En las primeras dos décadas de este siglo la psicología del deporte sigue
interesada en los mismos eventos ya planteados desde hace más de cien años, la
diferencia estriba en que se han creado categorías acorde a los modelos más
“actuales”, las cuales han demostrado escasa solidez tecnológica (Riera, 1985;
Ribes y López, 1985; Vargas, 2002). Se observa una tendencia hacia el
eclecticismo teórico en libros, manuales y artículos; dicha tendencia probablemente
se deba al intento de incluir “avances” de modelos ajenos a la psicología y la
necesidad de técnicas con valor pragmático en las intervenciones; de esta forma
pueden encontrarse intercaladas interpretaciones cognitivas, psicoanalíticas,
conductuales y principalmente cognitivo-conductuales en una misma investigación;
ejemplos de esta tendencia son los trabajos de Sánchez (2002), Guillén (2003),
Viadé (2003), Dosil (2002, 2004) y Martin (2008) [aunque también existen
excepciones como los trabajos de Riera (2005) desde una perspectiva
interconductual].
Lo realmente diferente en la psicología del deporte en estas últimas décadas es la
tendencia a realizar investigaciones interdisciplinarias, principalmente llevándose a
cabo con mediciones fisiológicas muy avanzadas y métodos de registro tales como
videos de alta velocidad, captación de movimiento, cámaras térmicas, medidores
de presión y acelerómetros; los datos obtenidos son procesados por medio de
computadoras y software especializado. Aunado a los nuevos métodos de estudio
sobresalen los medios de difusión de dichos conocimientos, como menciona Barrós
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(2005), el Internet ha proporcionado una herramienta que permite compartir
información entre profesionales, así como su divulgación, sin embargo dicha
divulgación ha también influido en la vulgarización del estudio científico del deporte
(prácticamente cualquier trabajo independientemente de su sustento teórico o
científico es publicado sin ninguna normatividad), es por ello que actualmente es
necesario desarrollar las habilidades de búsqueda, selección e integración de los
datos de la red.
Estos avances en el estudio del deporte sin duda alguna favorecen la mejor
comprensión de los eventos psicológicos, sin embargo dichos progresos han
resultado en una paradoja: los psicólogos han dedicado grandes recursos, tiempo y
esfuerzo para la comprensión de unos pocos elementos de la actividad deportiva
(los cuales son de menor complejidad que los eventos psicológicos propiamente)
en detrimento del estudio de campos de factores integrados. Además como
corolario, la mayoría de dichos estudios concluyen que esa mínima parte del
campo estudiado (sea una hormona, o parte del cerebro, algún índice fisiológico, o
alguna cognición) es la “causa” o “determinante” para el evento psicológico total;
concepción inconciliable con un estudio científico del comportamiento desde una
perspectiva naturalista, comprensiva y multifactorial.
TECNOLOGÍA PSICOLÓGICA DEPORTIVA Y LA TEORÍA DE CAMPO
La evolución que ha tenido la práctica de las actividades físicas y deportivas ha
derivado en el surgimiento de nuevas necesidades en este contexto;
requerimientos que se pretenden satisfacer buscando al personal calificado que
cuente con formas de intervención para cada una de las áreas de especialización
dentro del deporte (Sánchez y Rebollo, 2000).
Teniendo en cuenta el estado de las teorías psicológicas existentes y su uso en el
deporte, la tecnología psicológica actual consiste (en el mejor de los casos) en
adaptar los avances de las investigaciones (inconexas entre sí y la ciencia básica)
directamente a las necesidades de los involucrados en el deporte (Riera, 1985). En
la mayoría de las ocasiones este paso consiste en aplicar el “sentido común” para
crear “técnicas útiles” y cubrir las demandas hechas al psicólogo, siendo así que
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los problemas metodológicos que enfrenta la psicología en el deporte consisten
principalmente en:
• Una explicación de la conducta ya sea en función de factores internos
(fisiológicos, innatistas y hereditarios, o bien trascendentales) o externos
(consecuencias en el ambiente, determinación cultural-sociológica) (Kantor, 1924 -
1926, 1971, 1978a, 1990; Kantor y Smith, 1975).
• Desvinculación de los intereses de los participantes con las investigaciones,
y principalmente lejana de los ambientes donde se realiza la actividad deportiva
(Riera, 1985).
• Métodos de recolección de datos inconsistentes con la naturaleza del evento
psicológico estudiado (Kantor, 1971, 1978a, 1990; Kantor y Smith, 1975; Riera,
1985).
• Técnicas desligadas de un sólido marco teórico (alejadas de los avances de
la psicología como ciencia del comportamiento).
Tratando de sortear estas dificultades surge el interés por explicar el
comportamiento deportivo desde una perspectiva naturalista (como lo es la teoría
de campo), en esta perspectiva se pueden inscribir obras teóricas como las de
Riera (1985, 1989, 1997, 2005), Cruz (1990), Cruz y Riera (1991a), Caracuel,
Andreu y Pérez (1994), Pérez, Cruz y Roca (1995), Gordillo (1995), Roca (1998),
Font (1998) y Pérez (1997, 2011); experimentales como Ventura y Roca (1998); y
usos tecnológicos como Palmi (1992), Pulgarín (1996), Bou y Roca (Roca, 2007) y
Montilla (Roca, 2007). Lamentablemente algunos de estos trabajos incurren en
fallas: las intervenciones incluyen diversos marcos teóricos irreconciliables entre sí
o emplean conceptos ajenos al interconductismo como sinónimos de los propios de
la teoría de campo [ver por ejemplo la equivalencia creada por Suay (2003), de la
historia interconductual con la historia de aprendizaje o reforzamiento].
Mención aparte merece el estudio del deporte exclusivamente desde una
perspectiva de campo realizado por Riera (1985), en dicho trabajo se refiere que la
psicología en el deporte se encarga de estudiar las interacciones que se establecen
entre cualquier persona involucrada en la actividad deportiva y los objetos y/o
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eventos con los que se relaciona; es en este aspecto que dicha perspectiva difiere
sustancialmente de otros enfoques centrados en el deportista, el entrenador o la
competición.
Es de esta forma que las conductas que se pueden analizar en el deporte son
como otras en distintos ámbitos (de menor o mayor complejidad dependiendo de
los factores del campo a analizar), además, y debido a la concepción de campo, es
que se cuenta con una herramienta de análisis para explicar la variabilidad
conductual en el deporte; dicha variabilidad se debe a todos los factores
involucrados en determinado campo (Riera, 1985).
Es de esta forma que Riera (1985), propone un mínimo de características que debe
cumplir la investigación en psicología del deporte:
• El psicólogo analiza las interacciones de los individuos y su ambiente, y no a
los individuos únicamente (así como su historia particular de relaciones
establecidas con su medio).
• Se intenta analizar un conjunto de factores en el campo, mínimamente los
objetos y eventos estimulantes, y los sistemas reactivos de los individuos.
Sin duda alguna en la mayoría de las ocasiones será imposible analizar
simultáneamente todos los factores de la interacción (Riera, 1985), pero como
señalan Ribes y López (1985), eso no implica que se prescinda de ellos cuando se
busca una explicación de dicha conducta, por el contrario, sólo de esa forma es
que los datos cobran pleno sentido.
Por la naturaleza de la concepción de campo es que también los métodos de
registro se adaptan a los requerimientos de los datos a obtener, Riera (1985),
propone, como planteaba Kantor (1924-1926), el uso de la observación como
método principal; sólo derivado de la observación de la interacción en su ámbito
natural es que se pueden aislar determinados factores del campo para su posterior
análisis en el laboratorio, de esta manera se supera la falsa disyuntiva entre
observación/experimentación y situación real/laboratorio (Riera, 1985); por su parte
los datos obtenidos deben ser analizados también acorde al sistema planteado (los
modelos matemáticos no necesariamente brindan la mayor cantidad de
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información, sin embargo se considera factible emplear métodos mixtos que
complementen los datos, siempre y cuando se recuerde que un dato numérico o
no, por sí mismo no es la explicación del campo total).
Riera (1985), considera que las funciones del psicólogo en el ámbito deportivo son
1) producir conocimiento sobre los fenómenos estudiados que pueda derivar en
tecnología de manera indirecta o directa 2) como formador de otros especialistas,
3) como asesor de éstos, y además 4) interviniendo en aquellas dificultades
generadas dentro de la actividad deportiva.
Tecnología interconductual: Intervención Interconductual (II)
Desde la perspectiva interconductual existen al menos dos posturas acerca de la
tecnología derivada de la psicología (Vargas, 2008a):
1) Kantor plantea la creación de subsistemas que establecen los límites y clases de
problemáticas a tratar, los subsistemas aplicados tienen dos funciones: verificación
(medios para probar o verificar el sistema teórico al que pertenecen) y explotación
(satisfacción de demandas sociales); ejemplos de estos subsistemas son la
psicología educacional y la psicología clínica.
2) Por su parte Ribes y López (1985), sugieren que el conocimiento derivado de la
ciencia básica no puede ser aplicado de manera directa a la solución de demandas
sociales, sin antes recibir un tratamiento que adapte dicho conocimiento de lo
general a lo particular.
Vargas (2002, 2008a), señala que la tecnología psicológica se encarga de atender
las demandas sociales en las que el factor fundamental es el comportamiento
(examinando, manipulando y orientando los factores conocidos para probabilizar un
tipo de interacción especifica),así la operación tecnológica de la psicología es
considerada como la adaptación del conocimiento básico para transformar
condiciones sociales, mediante un conjunto de acciones que integran la teoría con
procedimientos específicos.
La Intervención Interconductual (II) es procedimiento tecnológico de análisis,
evaluación, regulación y probabilización de la conducta, inscrito en la teoría
interconductual y útil en cualquier área tecnológica de la psicología (Vargas, 2002,
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2008a). El análisis consiste en la identificación, descripción y denominación de la
conducta de interés (qué elementos participan y de qué forma, asignándoles un
nombre); la evaluación se trata de comparar la interacción de interés con la
valoración del usuario, persona o grupo de referencia (UPGr) (identificando el
criterio normativo de donde proviene); la regulación se compone de la alteración o
preservación de la valoración y/o los elementos del campo analizado; y la
probabilización es estimar el desarrollo futuro de la interacción de interés.
Dependiendo del área tecnológica, y el objetivo perseguido por el UPGr es que se
hará énfasis en una u otra fase de la II, pero sin prescindir de alguna; para realizar
dicha intervención se crearán o adaptarán apoyos tecnológicos, los cuales no
derivan necesariamente del conocimiento de la ciencia psicológica. La II contempla
la participación conjunta del psicólogo con otros especialistas, por lo cual resulta
necesario que el psicólogo conozca y delimite su intervención al área de
conocimiento que estudia su ciencia: la conducta (Vargas, 2002, 2008a).
Intervención Interconductual en el Contexto Deportivo (IICD)
La IICD define a la psicología del deporte como el área tecnológica de la psicología
encargada del estudio del comportamiento en el contexto denominado socialmente
como deportivo, operando mediante el análisis, evaluación, regulación y
probabilización de la conducta.
Es importante tener en cuenta que aunados a los objetivos del deporte, las
demandas de los participantes son inseparables; las demandas se pueden concebir
como aquello que el UPGr espera de un especialista.
En la relación psicología-deporte es tradición que se le demande al psicólogo
intervenir en un sinnúmero de situaciones en el supuesto de que la psicología
estudia entidades incorpóreas o metafísicas, se esperan de él soluciones
intrincadas e interpretativas, incluso inentendibles para el que solicita y recibe el
servicio.
Tomando en cuenta otras clasificaciones como las hechas por Viadé (2003) y
principalmente Riera (1985), es que la IICD interviene en las actividades
protagonizadas por los individuos en algún deporte (sea por salud o rehabilitación,
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recreación o remuneración económica) incluidos deportistas, entrenadores,
directivos, jueces y árbitros.
Para alcanzar sus objetivos la IICD se vale de procedimientos de Apoyo Técnico,
dichos apoyos son los enlaces necesarios para la comprensión de las interacciones
deportivas en el terreno psicológico. Emplea para este objetivo instrumentos tales
como grabadoras de audio y video, cronógrafos, podómetros y un sin fin de
avances tecnológicos (computadoras, radares, sensores).
El primer apoyo técnico del que la IICD se vale para intervenir en el deporte es la
Guía de Actuación y Entrevista (GAE) de la IICD. La GAE es un procedimiento que
dirige la actuación del Responsable de la Intervención (RI) dentro del deporte, ésta
lo orienta acerca de las fases y actividades relativas para recabar la información
pertinente e implementar la II y que consiste en (adaptado de Vargas 2008b):
• Inicio (captación y canalización)
• Recepción (primer contacto)
• Introducción (descripción preliminar)
• Precisiones (descripción especifica)
• Datos demográficos(ubicación y coordenadas sociales)
• Implementación de la II
• Final de sesión o intervención (fin de bloques parciales y total)
Es particularmente importante el apoyo con Video-Registros (VR) en la
intervención, en dichos registros queda identificada información relevante tanto
para el usuario como para el especialista; se pueden obtener datos acerca de la
opinión del usuario acerca de la intervención, sus dudas e inquietudes, la
disposición a realizar o no las actividades programadas, los cambios que se van
dando debido a la regulación, entre otros. El VR (sugerido en formato HD estándar)
por sesión debe de ser codificado con:
• Nombre completo de la institución, responsable de la intervención y usuario.
• Número de sesión y etapa de la intervención.
• Breve resumen de la sesión anterior.
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El VR como instrumento de apoyo técnico facilita el análisis y la evaluación al
brindar información adicional acerca de la evolución de la conducta de interés;
además ayuda en la fase de regulación al proporcionar un registro continuo de las
actividades asignadas y por asignar, la opinión del usuario acerca de éstas, y
probablemente auspiciando que el usuario realice dichas actividades al recibir
retroalimentación constante.
Con el fin de tener mayor control y precisión durante la intervención la IICD se
apoya en el Reporte de Información por Sesión (RIS) (adaptado de Vargas, 2008b),
compuesto por:
• Portada: contiene el nombre de la institución donde se lleva a cabo la
intervención (deportivo, federación, particular), nombre completo del RI, nombre
completo del usuario (no de la persona o grupo de referencia, esto puede ser un
subíndice), título y número de sesión (fase de la IICD), lugar y fecha de la sesión.
• Actividades del RI: descripción de las técnicas empleadas (características,
materiales, instrumentos, y forma de implementación) y justificación (acorde al
modelo de campo en psicología y su fundamento práctico).
• Presentación de la información: archivos (físicos o electrónicos) de
recolección de información.
• Datos relevantes para la intervención: información respecto a la evolución de
la conducta y las variaciones no atribuibles a la intervención.
• Actividades del UPGr: descripción de las actividades asignadas
(características, materiales, instrumentos y la forma de implementación) y
justificación (acorde al modelo de campo en psicología y su fundamento práctico).
• Bibliografía enlista las referencias que apoyan la intervención.
Una vez concluida la intervención se realiza el Reporte Final de la Intervención
(RFI) de la IICD (adaptado de Vargas, 2008b), que se compone de:
• Portada: nombre de la institución (deportivo, federación, particular), nombre
completo del RI, nombre completo del usuario, número total de sesiones, resumen
de datos demográficos del usuario, breve descripción del deporte y nivel (o ciclo)
dentro del deporte (salud o rehabilitación, recreación o competencia, entrenadores
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o jueces). Se indica el lugar y fecha de implementación y conclusión de la
intervención.
• Presentación del caso: compuesta por la demanda inicial y los resultados
esperados por el UPGr (textual, tal y como lo solicitó el usuario e incluyendo
valoración implícita), la evaluación y definición de la conducta de interés
(interacción principal y denominación).
• Integración de la información: reportes hechos durante cada fase de la IICD
y la descripción de las técnicas implementadas (registros manuales y electrónicos).
• Análisis de la conducta de interés: desarrollo de ésta durante cada fase de la
IICD, en los niveles de invariable, variación favorable, variación desfavorable;
respecto a la intervención si fue objetivo cumplido, objetivo no cumplido; así como
de las variaciones no atribuibles a la intervención.
• Conclusiones: comparación entre la evaluación inicial y la final, la(s)
descripción(es) de la(s) nueva(s) interacción(es) propiciadas por la intervención, la
opinión del usuario acerca del servicio y la probabilización del comportamiento del
usuario.
• Bibliografía: compuesta por las referencias que apoyan la intervención.
Finalmente, y como medio para facilitar la probabilización de la conducta y las
nuevas interacciones propiciadas por la intervención, la IICD emplea como apoyo
técnico el Reporte de Información y Video-Registro de Seguimiento (ReViSe) que
se compone de:
• Nombre completo de la institución, nombre completo del RI, nombre
completo del usuario, lugar y fecha.
• Número consecutivo de semanas posteriores a la finalización de la
intervención (después de 7 semanas, después de 14 semanas).
• Objetivo establecido en la intervención.
• Reporte de resultados a corto, mediano y largo plazo asociados con la
intervención (en su caso correcciones y nuevas tareas para encausar y/o
consolidar los cambios logrados).
• Conclusiones definitivas.
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SUPOSICIONES Y CONCLUSIONES Después de recorrer brevemente parte de la historia de la psicología en el deporte
y de revisar cuál es el estado actual de esta área tecnológica podemos advertir que
no se han registrado grandes avances con respecto a este tema, con la
particularidad de que diferentes enfoques teóricos psicológicos han ido cediendo su
lugar al enfoque cognoscitivo, dejando incluso al margen al modelo cognitivo-
conductual que durante un tiempo fue hegemónico en las publicaciones científicas
y congresos especializados.
No obstante lo anterior la teoría cognitiva en cualquiera de sus formas no ha podido
cumplir con el encargo en el área del deporte, basta con observar que aún se
siguen empleando los mismos conceptos y técnicas de mediados y finales del siglo
pasado que en la práctica se han descartado continuamente; desafortunadamente
el conocimiento procedente de la psicología con respecto al deporte parece (a la
mirada de otros especialistas) confuso, contradictorio e incluso inútil.
Los avances tecnológicos en el área médica, en la ingeniería y demás disciplinas
científicas asociadas al deporte le requieren a la psicología conocimiento y
tecnología proporcional, procedimientos e instrumentos concretos para atender las
distintas demandas de los núcleos deportivos, representado esto tanto una fuente
de investigación como un escenario comercial de alta remuneración económica.
La teoría interconductual en psicología brinda las herramientas para el análisis del
comportamiento humano en toda su complejidad; partiendo de sus tesis teóricas es
posible desarrollar metodologías de estudio acerca de la interacción de los
organismos con su medio y derivar así tecnología útil para las diversas actividades
humanas.
Habría que considerar primero que el deporte ha sido analizado desde diversas
disciplinas científicas, cada una de las cuales pone énfasis en determinadas
dimensiones de su práctica. De todas las clasificaciones mencionadas es posible
identificar algunos criterios definicionales en común para considerar algún acto
como deporte: actividad motora (movimiento corporal), competición (con uno
mismo o un rival), reglamentación (qué y cómo se hace) y organización (ritual
propio o grupos de personas que instauran espacios y dirigen su práctica).
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Aquí se propone una aproximación sistemática al área, conceptual y
metodológicamente sustentada en el conocimiento científico, congruente en su uso
tecnológico, se trata de comprender el contexto deportivo desde la teoría
interconductual generando tecnología original que en este trabajo se ha presentado
en la forma de conceptos, instrumentos y procedimientos básicos.
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