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patrimonio industrial NÚMERO 01- 2008

Revista Llampara 1

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Revista de Patrimonio Industrial de la Asociacion Llampara de Valladolid (Spain)

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"La Fábrica, hoy catacumba, se convertirá un día en catedral”.ANDRE MALRAUX

Agradecemos la edición de esta revista a todos los articulistas que han participado en ella, a Andreu Blanch por esos días en Barcelona, al Laboratorio de Fotogrametría de la Universidad de Valladolid, a la Milonga, a Carlos de Miguel, a Olaia, a ASAM, a BANCAJA, por su inestimable apoyo en los primeros pasos de esta Asociación, y espe-cialmente a todos los socios que constituyen Llámpara (y a los que aún no saben que serán socios).

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contenido

5 Editorial

7 El paisaje minero de Surroca y Ogassa. La minería, sus valores y la construcción del paisaje ANDREU BLANCH I BOCH

19 La industrialización en Béjar: el caso del "Manchester castellano” GUILLERMO RIVILLA MARUGÁN

25 La Educación como mecanismo para la puesta en valor del Patrimonio Industrial OLAIA FONTAL MERILLAS

33 Estrategias de planificación y actuación en el Patrimonio Histórico Industrial de Castilla y León BENITO ARNAIZ ALONSO

43 Nuevas Tecnologías y Patrimonio Industrial. Levantamiento fotogramétrico de la Fábrica de Harinas de San Antonio JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ y JESÚS SAN JOSÉ ALONSO

51 La lucha por la supervivencia: El Cabaco y las Minas de Wolframio PABLO SÁNCHEZ PÉREZ y JOSÉ CARLOS NECHES FERNÁNDEZ

57 La Maquinilla. Noventa años de vapor en Barruelo (Couillet N-G-5818) FERNANDO CUEVAS RUIZ

65 Recuperación de rótulo tradicional CARLOS DE MIGUEL GARCÍA

67 Meatpacking District y el proyecto de la High Line JUAN MARCOS RODRÍGUEZ DÍAZ

75 Actividades de Llámpara en 2007

79 Galería de imágenes

Edita: © Asociación Llámpara. Patrimonio IndustrialC/ Juan de Juni 10 - 7ºT, 47006 VALLADOLID. EspañaTeléfono: 0034 607 828 236www.llampara.org | [email protected] Coordinación: Guillermo Rivilla MarugánConsejo Editorial: Isabel Estébanez Mejías, César Martín Simón, José Carlos Neches Fernández y Pablo Sánchez PérezDiseño y Maquetación: Carlos de Miguel GarcíaDepósito Legal: S-172-2008ISSN: 1888 - 4784Foto de portada: César Martín Simón. Hierros (Bélgica)EJEMPLAR GRATUITO. PROHIBIDA SU VENTA

patrimonio industrial

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Este es el primer número de la revista "Llámpara. Patrimonio Industrial", que surge tras meses de trabajo promovida por la Asociación que gasta el mismo nombre. Llámpara es una entidad sin ánimo de lucro surgida en el año 2003 ante la necesidad existente en la comunidad autónoma de Castilla y León, y de forma global en España, de estudiar, sal-vaguardar, dar a conocer y poner en valor mediante nuevos usos un rico patrimonio histórico y cultural a menudo olvidado por la mayoría: el Patrimonio Industrial. Llámpara trata de recuperar, analizar y preservar la memoria colectiva de nuestro pasado y el valor sociocultural, arquitectónico, artístico y laboral que muchos vestigios industriales, ya sean muebles o inmuebles, tienen y que en la actualidad se encuentran relegados al olvido, siempre teniendo en cuenta una posible reutilización adaptada a los nuevos tiempos.

¿Qué mejor huella del pasado podemos conser-var que aquellos edificios donde vivieron, trabajaron, disfrutaron y sufrieron nuestros antepasados y que fueron su modo de vida? ¿qué mejor homenaje hacia los protagonistas de una revolución social y económi-ca que preservar aquellos lugares que rigieron sus destinos y que en muchas ocasiones fueron un pilar fundamental para la construcción de la nueva socie-dad industrial? ¿Qué responsabilidad caería sobre nosotros si dejamos cubrir por la mugre del tiempo, el olvido y los escombros cientos de edificaciones de indudable valor arquitectónico y artístico que con demasiada frecuencia tan solo se identifican como espacios no productivos?

De esta manera Llámpara nace con el simple ob-jetivo de sensibilizar a la sociedad de la importancia de tales edificios y hombres, de la necesidad de rea-lizar análisis históricos, sociales, culturales y arqui-tectónicos de los mismos, única forma de ponerlos en valor y evitar su continua degradación. Se trata de que dichos lugares dejen de ser vistos como un obs-táculo y un problema, sino todo lo contrario, que sean valorados en todas sus dimensiones por el conjunto de los ciudadanos, e incluso que puedan recibir un nuevo uso acorde con las necesidades de nuestros

editorialASOCIACIÓN LLÁMPARA. Patrimonio Industrial

días, convirtiéndose en una pieza de alto valor para el conjunto de la ciudadanía y en un elemento insus-tituible de nuestros paisajes, ya sean rurales o urba-nos. Con ello evitaríamos asimismo la degradación económica y visual que muchos de estos espacios muestran ante el estado de abandono en que se encuentran, y que genera rechazo tanto para el que reside en ese territorio como para el visitante.

En Llámpara nos basamos en tres pilares funda-mentales para conseguir tales objetivos:

En primer lugar consideramos imprescindible ubicar al trabajador y su testimonio en el centro del análisis de los bienes patrimoniales con los que nos propongamos trabajar. Reivindicamos la memoria

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del trabajo como una herramienta de primera mano que nos ayude a valorar en todas sus dimensiones el Patrimonio Industrial y facilite el acercamiento social a este tipo de bienes. De gran importancia son los edificios en sí, pero si olvidamos a los verdaderos protagonistas de los procesos industriales, sus viven-cias y experiencias, habremos mutilado para siempre una parte de nuestra Historia y enterrado la memoria de sus protagonistas.

En segundo lugar, es necesario explotar al máxi-mo el uso de las Nuevas Tecnologías para acometer el estudio y difusión de este tipo de patrimonio. No llegaremos a explotar todas las posibilidades que el Patrimonio Industrial nos ofrece si no utilizamos he-rramientas virtuales (visitas a edificios en 3D, levan-tamiento de edificciones, uso de audiovisuales) para su documentación, o webs, blogs y bitácoras para su difusión, sobre todo entre las nuevas generaciones.

En tercer lugar, es necesario trabajar en red. Sin duda "la complejidad del fenómeno industrial no admite miradas únicas capaces de explorar todas sus dimensiones" (afirma Celestino García Braña, Deca-no del Colegio de Arquitectos de Galicia), obligando a todos los agentes sociales que estemos vinculados al Patrimonio Industrial a unir nuestras fuerzas a nivel regional, nacional y europeo para tener más posibili-dades de cumplir con los objetivos.

A modo de reflexión, si actualmente analizamos qué entendemos por Patrimonio Industrial no son muchos los expertos que puedan realizar cualquier tipo de afirmación categórica a tal respecto. O tal vez

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sí, pero de una forma contradictoria entre ellos. Es necesario promover foros y lugares de unión, físicos o virtuales, en los que se pueda trabajar acerca del concepto del Patrimonio Industrial ¿Qué es?, o, si se prefiere, ¿qué no es Patrimonio Industrial?

Asimismo queremos reivindicar la necesidad de promover actividades de difusión basadas en la rea-lidad cotidiana y que alcancen a la gran masa social, única capacitada con sus acciones para salvaguar-dar el Patrimonio Industrial. Lógicamente se deben compaginar este tipo de acciones destinadas al gran público con otros foros o congresos especializados necesarios para avanzar en la dirección correcta, aunque sin olvidar que sus participantes ya están convencidos previamente del valor de este tipo de patrimonio y de la necesidad de conservarlo.

Por último, queremos agradecer desde este pri-mer número de la revista la confianza y el apoyo que los socios de Llámpara brindan a la entidad, así como agradecer en este año clave en la andadura de la Asociación a ASAM (Grupo de Acción Local que gestiona fondos LEADER+ de la Unión Euro-pea) y a BANCAJA por confiar en nosotros para el Inventario del Patrimonio Industrial de la comarca de las Sierras de Béjar y Francia; y al Laboratorio de Fotogrametría Aplicada (LFA) y al grupo DAVAP (Documentación, Análisis y Visualización Avanzada del Patrimonio) de la Universidad de Valladolid por nuestra estrecha colaboración en la elaboración del Inventario del Patrimonio Industrial de la Provincia de Valladolid. ■

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CH1. Introducción

La explotación minera que tuvo lugar durante más de 200 años y en especial los últimos 100 en el territorio definido hoy por el municipio de Ogassa en la comar-ca del Ripollés, al norte de Catalu-ña, transformó profundamente el paisaje local y sus gentes.

En el presente artículo se va a abordar la transformación del paisaje debido a la explotación minera desde sus inicios, pasan-do por su momento de máximo dinamismo, hasta el posterior cierre y lo que conllevó el aban-donamiento de los elementos mineros que, repartidos a lo lar-go del territorio, habían dotado durante decenas de años de una personal fisonomía al paisaje.

Abordaremos por tanto las dinámicas y procesos que mo-delaron el paisaje, siendo este estudio el paso previo a la iden-tificación de sus valores. Los valores que ofrece el paisaje minero serán también tratados como primer pasó para la reva-lorización del patrimonio como instrumento de desarrollo local basado en la singularidad y ex-celencia del paisaje y en su ca-pacidad de reforzar identidades.

De esta forma los objetivos planteados son:

- Mostrar la importancia del patrimonio minero en la configuración pasada y ac-tual del paisaje del munici-pio de Ogassa.

- Identificar los valores del paisaje.

- Conjugar la conservación patrimonial y la cualidad paisajística con desarrollo sostenible del municipio, justificando la propuesta de recuperación y valorización del paisaje minero como ins-trumento de dinamismo.

2. La evolución del paisaje. El dinamismo del territorio y sus formas. Los factores fisiograficos configuradores del paisaje

Sin intención de caer en un claro determinismo geográfico, históricamente las caracterís-ticas naturales de la región han condicionado las actividades del

hombre. Habiéndose de adaptar a unas condiciones climáticas duras y sobretodo a un relieve a menudo poco favorable para las comunicaciones y los asen-tamientos, tanto la agricultura como la ganadería y finalmente la minería modificaron un pai-saje sobre un entorno natural dado.

El relieve como elemento morfoestructural de gran impor-tancia en la configuración de los paisajes, ofrece en este territorio su cara mas accidentada. Ogassa se localiza en las sierras del pre-pirineo Catalán, sierras forma-das en la orogenia Alpina que se levantan sobre los 2000 metros de altitud con una orientación predominante este-oeste.

El paisaje minero de Surroca y Ogassa La minería, sus valores y la construcción del paisaje

ANDREU BLANCH I BOCH. Consultor Territorial. U:50mil, Planejament Territorial S.C.P.

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El territorio el cual nos dis-ponemos a estudiar queda en-marcado por tanto en estas tie-rras prepirenaicas del valle alto del río Ter. Aguas arriba de la población de Ripoll, cuando el Ter discurre ensanchado a lo largo del ancho valle que ha ex-cavado durante miles de años, todo un conjunto de valles subsi-diarios drenan las aguas al norte y al sur del curso principal. Uno de estos valles es el drenado por la riera de la Malatosca, que re-coge las aguas entre otras del Torrente de la Font Gran. Este valle nace bajo las cumbres de la Sierra Caballera, importante macizo coronado por el Taga a 2038 metros. En la cabecera de este valle es donde encontramos los núcleos de Surroca de Baix i Prat del Pinter, centros de la explotación minera desde me-diados siglo XIX.

Los elementos morfoestruc-turales que determinan en buena medida el paisaje están caracte-rizados por esta localización pre-pirenaica de grandes altitudes y pendientes, factores que influye-ron notablemente en las caracte-rísticas de la explotación minera.

La cuenca minera se extien-de de este a oeste, siguiendo la traza de la sierra Caballera desde Bruguera hasta Campro-dón, pasando por Coll de Jou, Ogassa, Surroca, La collada de la Creu i torre Caballera, con una longitud de unos 15 kilómetros y una amplitud máxima de uno. Las capas de hulla, por la acción de los pórfidos, varían su direc-ción pasando a ser verticales e incluso a invertirse. Esta carac-terística hizo que la extracción del carbón fuera más complicada debido al problema de evaluar su extensión y aprovechar las mi-nas en filones continuos, expli-cándose así la gran cantidad y dispersión de bocaminas sobre el territorio. Este hecho, junto con la dificultad impuesta por el relieve para las comunicaciones, son dos factores importantes de partida para entender el paisaje minero de Surroca. Dispersión de las bocaminas por el territorio

e infraestructuras de transporte para comunicar zonas alejadas por fuertes pendientes, son dos importantes elementos de la ex-plotaciones mineras condiciona-dos por los factores fisiográficos.

Su localización geográfica y sus formas de relieve determi-nan también en buena medida las condiciones climáticas y a su vez la vegetación de la zona. Domina-do principalmente por un clima mediterráneo de alta montaña, las precipitaciones son abundan-tes a lo largo del año y sólidas en invierno. El roble y el pino albar nos muestran a lo largo del tapiz vegetal como las abundantes llu-vias han tejido un frondoso bos-que verde durante buena parte del año, solo interrumpido por la propia acción de hombre o del clima en las zonas más altas de la sierra Caballera.

El paisaje cultural. El hombre sobre el medio.

Como en buena parte del pi-rineo y prepirineo catalán el pai-saje de Ogassa está dominado

por las actividades rurales que a lo largo de la historia se han adaptado a una topografía y con-diciones climáticas duras que tie-ne mucho a ver con sus formas. El paisaje minero presente no se puede entender tampoco sin la previa colonización agrícola que en buena medida marca aún sus formas actuales.

A lo largo de la historia el hombre ha transformado el es-pacio para cubrir las necesida-des de sus gentes. A pesar de las profundas transformaciones acaecidas en los últimos 200 años desde los inicios de la in-dustrialización, el mundo rural y sus actividades siguen ocupando buena parte del territorio cata-lán.

Campos de cultivo en terra-zas, pastos para la ganadería, el mas como tipología de asenta-miento, los viejos caminos, las iglesias y el propio bosque for-man parte del paisaje, resultado del encuentro entre la naturaleza y el hombre en estas tierras.

En las primeras fases de la

La impresionante sierra Caballera cierra al norte el valle originado por la acción fluvial de la riera Malatosca y sus afluentes, marcando una clara unidad natural presidida en esta

fotografía en la parte inferior, por el núcleo minero de Surroca de Baix/ ANDREU BLANCH

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colonización de territorio, los agricultores limpiaban el bosque para acondicionarlo a la agricul-tura en un proceso de talas para obtener grandes claros. Se tra-ta de una colonización familiar que como en el resto de la Cata-luña vieja, se materializa en un poblamiento disperso a lo largo del territorio con pequeños cen-tros urbanos concentrados. Es un paisaje de "masías" aisladas y claros, tanto para el cultivo como para los no menos importantes pastos.

Las iglesias románicas de Sant Martí de Surroca con refe-rencias ya documentadas del si-glo X y la de Sant Martí de Ogas-sa también documentada en el siglo X, muestran la riqueza del territorio y la función colonizado-ra de estos centros.

La masía, al igual que hi-cieran la minas años mas tarde, fueron y son elementos confi-guradores del paisaje que las rodea. El "mas" fue el centro a partir del cual se organizó una importante red en forma de ca-minos que recorrían buena par-te del territorio. Se modificó el bosque en busca de llanos para el pasto, el cultivo o las necesi-dades de madera, mientras que la propia masía se ubicaba en el espacio siguiendo viejos cono-cimientos construyendo con los materiales de la zona, siendo la madera del bosque y la propia geología las principales fuentes de materias primas.

La agricultura de montaña, tal como podemos observar hoy en día en muchos de los campos próximos a las "masías", que-dó en un importante estado de abandono, a partir del proceso migratorio que afectó a estos te-rritorios desde principios de la industrialización, siendo básica-mente la ganadería el principal sector presente hoy en día, y en algunos casos un creciente turis-mo rural. Casas como Can Coll, el Roget, Can Martí, Can Camps o Can Patirás son elementos de gran valor patrimonial para en-tender la configuración del pai-saje rural de la zona.

La transformación mineraLa historia de las explota-

ciones de carbón en la cuenca minera de Surroca y Ogassa es corta en el tiempo pero intensa sobre su paisaje. De su actividad, el espacio y sus gentes quedaron marcados. Caminos, bocaminas, túneles de ventilación, viviendas obreras, planos inclinados para el transporte del carbón entre diferentes cotas, fábricas, ce-menteras, talleres para la cons-trucción de maquinaria… forman parte de la herencia física dejada sobre el territorio por el proceso minero.

Aunque el carbón mineral ya era conocido y usado con an-terioridad por la población lo-cal, no fue hasta 1787 cuando se otorga la primera licencia para la explotación de carbón. En 1838 se inician las explotaciones más importantes a cargo de Joaquim Romá, que incluso salvando las dificultades orográficas consiguió vender el carbón a las nuevas in-dustrias de Olot y Ripoll. En 1844 la "Sociedad el Veterano Cabeza de Hierro" empieza también a extraer carbón de la cuenca y surgen las primeras propuestas de la conexión ferroviaria para rentabilizar la explotación. De las dos propuestas iniciales (co-nexión con Barcelona o Roses), finalmente por razones econó-micas e estratégicas se decidió por la conexión con la capital ca-talana, aunque no fue hasta 1880 cuando el tren llegó por fin a la estación de Toralles, 3 kilóme-tros al sur de Ogassa-Surroca.

A partir de los años 60 y 70 del XIX, el uso general de vago-netas para el transporte interior del carbón y el creciente número de bocaminas hizo crecer nota-blemente la población local, or-ganizándose la creación de los núcleos mineros de Forn del Vi-dre y Prat del Pinter. De esta for-ma, si el "mas" era el elemen-to básico de asentamiento de la población en la zona, se pasa a una tipología más densa sobre el territorio en forma de colonia minera. A finales del siglo XIX según fuentes oficiales la pobla-

ción alcanzó los 1578 habitan-tes, aunque se estima que fueran realmente más de 2000 personas procedentes primero de la propia comarca y mas tarde de diferen-tes rincones de Cataluña y Espa-ña. Recordemos que a principios de siglo la población de Ogassa-Surroca apenas superaba las 200 personas.

En 1880, al llegar el Ferro-carril, la plaça (plaza) Dolça si-tuada en el barrio del Forn del Vidre y siendo el punto más bajo de la explotación, realizó las fun-ciones de centro donde se dirigía todo el carbón de las diferen-tes minas, transportado a través de teleféricos y llanos inclinados que, aprovechando la fuerza de la gravedad, bajaban vagonetas llenas de carbón para subirlas vacías o con herramientas y ma-dera para la mina.

En 1882 la entidad El Vete-rano Cabeza de Hierro es susti-tuida por Ferrocarril y Minas de San Juan de las Abadesas. Con la llegada del ferrocarril la explota-ción pasó a ser más rentable, pero las 66.641 toneladas de car-bón extraídas entre 1889 y 1890 representan tan solo el 1,27% del total extraído en España.

La Compañía de Ferroca-rriles del Norte compró el ne-gocio en 1892 con la intención de suministrar carbón para su flota de trenes. Se continuó en-tonces abriendo nuevas minas y creando nuevas infraestructuras y se construyó la fábrica de pa-nes de carbón, un conglomerado de polvo de carbón y brea que generaba unas bolas utilizadas como combustible para las lo-comotoras. El edificio del taller funcionó también a todo ritmo para proporcionar las vagonetas que la explotación requería para transportar el carbón hasta la estación de Toralles.

No obstante, hacia el año 1910 la explotación ya empeza-ba a mostrar signos de no poder dar cobertura a las necesidades existentes y que el precio no era tan asequible como se pensaba. Son los años del inicio de la elec-trificación que tanto daño causó

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Los valores del paisaje mineroLos elementos del pasado

minero que todavía permanecen sobre el territorio ofrecen una clara unidad al paisaje respecto a otras zonas cercanas. Estos elementos convertidos hoy en patrimonio por ser un claro ex-ponente de la evolución históri-ca de la zona son portadores de unos valores que dotan al paisaje de una gran singularidad.

Valores estéticosLa capacidad que tiene el

paisaje para transmitir un deter-minado sentimiento de belleza recae principalmente (y natural-mente no únicamente) en dos puntos:

- La singularidad de los ele-mentos arquitectónicos aso-ciados a la explotación mi-nera ofrecen sin duda una característica diferencial del paisaje respecto otros del pi-rineo o prepirineo, donde la masía es el elemento único y dominante. La belleza en la diferencia.

- La presencia diseminada de elementos relacionados con la minería por todo el terri-torio nos muestra a menu-do zonas de contacto donde se producen combinaciones armónicas y de gran belleza

La historia de las explotacio-nes mineras de Ogassa Surroca va ligada a la propia revolución industrial que se produjo en Ca-taluña desde los inicios del XIX y a las dinámicas sociales que generó. Desde el punto de vis-ta demográfico significó la co-lonización de un territorio como nunca antes había tenido lugar, moldeando el paisaje y generan-do una identidad ligada al propio proceso minero.

a las explotaciones de carbón en los años posteriores.

En 1927, cuando la compañía decidió cerrar, las tres princi-pales cementeras ubicadas en la zona acordaron arrendar la explotación con la intención de asegurarse el carbón que nece-sitaban. Surgió entonces la So-ciedad Arrendataria de Surroca S.A. La producción bajó al con-sumo interno de las cementeras, al igual que la población local, fuertemente ligada a la producti-vidad de la cuenca minera y a los avatares del capitalismo indus-trial moderno.

En 1955 ya tan solo queda-ban 105 trabajadores en la ex-plotación. El creciente uso del petróleo y el gasoil condenó aún mas rápidamente el ya de por si poco prometedor futuro de las minas.

El 31 de diciembre de 1967 se cerraron por última vez las minas. En esos momentos so-lamente quedaban 30 personas vinculadas a la explotación. La posesión de las tierras seguía perteneciendo a la compañía Hullera Vsaco Leonesa que las vendió en bloque a la Sociedad Ogassa Municipal creada por el ayuntamiento que las fue ven-diendo a piezas.

Entrada de la mina de les Teules/ ANDREU BLANCH

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que habita en ese territorio. La identificación que un colectivo siente por un paisaje otorga a los elementos que lo forma un importante valor tanto para los propios habitantes como para los demás para entender el senti-miento de identidad.

La minería ha representado a lo largo de más de 100 años el principal medio de subsisten-cia de la gran mayoría de fami-lias que han habitado en Ogassa, configurando una manera muy especial de vivir y de relacionar-se con el medio. Nos referimos a un patrimonio intangible asocia-do a la minería y a sus gentes.

Valor educativoMuy ligado al valor histórico,

los elementos que forman parte del patrimonio minero represen-tan un gran valor educativo, el cual recae en el potencial comu-nicador que tienen los elementos del pasado minero como mues-tra de una cultura y una forma de ser que configuraron un pai-saje y las formas de relacionarse de sus gentes. Es un documento vivo para comprender el paisaje y su vital variable temporal y su juego con el hombre.

Valor productivoLos elementos pertenecien-

tes al proceso minero que en-contramos hoy en día sobre el paisaje, perdieron hace más de 30 años su valor productivo ori-ginal. No obstante, su revalori-zación puede contribuir sin duda al propio desarrollo turístico de la zona ya existente, aportando singularidad al espacio y poten-ciando la cultura como punto de atracción de visitantes e inver-siones.

Estado actual del patrimonio minero

El patrimonio arquitectónico minero presente en las explota-ciones que a lo largo de más de 100 años extrajeron carbón del subsuelo de Ogassa, presenta ac-tualmente un mal estado de con-servación. Aunque las viviendas obreras, que son los elementos

glo XIX con la construcción de los barrios mineros del Forn del Vidre y Prat del Pin-ter muestran claramente la tipología de asentamientos en forma de colonia, nacida con la finalidad de albergar a los trabajadores de las minas y a sus familias. Este modelo fue copiado de las existentes co-lonias que poblaban los ríos Ter y Llobregat.

- La red de caminos es también un importante documento histórico asociado a la explo-tación minera, para compren-der el papel de la industria del carbón en alta montaña y la consiguiente complicación que representó el transporte del preciado material por el valle debido a la complicada orografía. Como veremos en el siguiente apartado, llanos inclinados, teleféricos, cami-nos para las vagonetas con ínfimas pendientes o plazas para el almacenamiento del carbón tejen una importante malla que dota de una gran unidad a todo el complejo mi-nero.

Valores simbólicos e identitarios

En este punto nos referimos a aquellos elementos del paisaje con una gran carga simbólica y de identidad para la población

entre espacio construido y el espacio natural que lo rodea. Es el claro ejemplo de las bo-caminas o túneles de ventila-ción de las galerías, situadas entre frondosos bosques y totalmente fundidas con él.

Valor histórico

Desde las tipologías cons-tructivas pasando por las formas de asentamiento hasta la red de caminos asociada a la explota-ción, los elementos mineros so-bre el paisaje son portadores de un importante valor histórico de una época y de una producción asociada directamente a las ri-quezas naturales del propio te-rritorio.

- Tipologías constructivas. Vi-viendas obreras, edificacio-nes para el descanso de los mineros, talleres de repara-ción, fábrica de panes de car-bón, casa del teleférico, casa del director, oficinas, la coo-perativa, la fonda, la iglesia de Santa Bárbara, limpiado-res de carbón, las bocami-nas, cementeras o la propia estación del ferrocarril en Toralles, representan un va-riado conjunto de soluciones arquitectónicas en busca de la funcionalidad del edificio y el uso que va a desarrollar.

- El asentamiento humano que se desarrolló a finales del si-

Vivienda obrera en el barrio de Prat del Pinter/ ANDREU BLANCH

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Bocamina de “Els Tontos”/ ANDREU BLANCH

mas perceptibles sobre el paisaje, se encuentran en buen estado de conservación debido a su actual uso como viviendas, son tan solo una parte de todo el complejo mi-nero que funcionó activamente entre los siglos XIX y XX.

Al terminar la explotación del carbón en el año 1967 se pro-cedió al desmantelamiento de buena parte de las instalacio-nes, propiciando que hoy en día sea casi imposible encontrar ni un tramo de vía de vagonetas ni elementos del cable aéreo que no sean las bases de hormigón. A continuación se presenta una primera descripción del patrimo-nio material minero que aún es perceptible sobre el terreno, cla-sificados en 4 grandes grupos: elementos de la colonia minera, minas, equipamientos del traba-jo minero e infraestructuras de transporte.

A. La colonia minera. El ais-lamiento de las zonas de explo-tación respecto los grandes nú-cleos de población de la zona, obligó a la construcción de vi-viendas para albergar a la gran cantidad de mineros que se ne-cesitaban. La colonia minera se construyó en dos grandes nú-cleos. En la parte más baja del valle, el barrio del Forn del Vidre (950m.), estructurado a lo largo de la calle de las minas, confi-

gurando la entrada al pueblo y la principal zona de servicios donde se situaron la fonda y la coope-rativa. Valle arriba, el barrio de Prat el Pinter (1050m.) fue ínte-gramente de nueva construcción, con 5 bloques de viviendas para los mineros y la nueva iglesia de Santa Bárbara consagrada a la patrona de los mineros.

a.1. Vivienda obrera. Blo-ques de uno a tres pisos que re-sultaron la mejor salida para las empresas explotadoras para dar cobijo a la población creciente que demandaban para las minas. Hoy en día se encuentran en buen estado de conservación debido a su actual uso como primera y

segunda residencia, hecho que asegura su buen mantenimiento.

a.2. Cooperativa la Surro-quina. La antigua cooperativa fundada en el año 1909 adquirió su sede en el año 1910, donde se desarrollaron sus principa-les actividades comerciales y se instaló un café y una sala de bai-le. Actualmente el edificio sigue desarrollando funciones de bar- restaurante e importante punto de encuentro local.

a.2. Oficinas. El edificio de las oficinas situado sobre el ba-rrio de Prat del Pinter albergó las funciones administrativas de la empresa minera hasta el año de su cierre en 1967. Actualmen-te se encuentra en proceso de restauración.

a.3. Casa del director. "La Torre", lo que fue la casa del di-rector durante sus estancias en la mina se encuentra totalmen-te abandonada y cubierta por la maleza. Por su ubicación, enca-ramada sobre el barrio del Forn del Vidre, su rehabilitación sería de gran importancia para aportar calidad al propio paisaje y una mayor claridad para la lectura del paisaje minero.

B. Las minas. Repartidas por todo el valle, representan el elemento arquitectónico por excelencia de una explotación minera. Son la puerta de entrada a miles de metros bajo tierra que fueron durante decenas de años el lugar de trabajo del minero,

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Resto de uno de los pilones del antiguo teleférico que unía las minas más aleja-

das del centro de la explotación, la Plaça Dolça del barrio de Surroca de Baix/

ANDREU BLANCH

lugar de extracción del carbón, y razón de ser del desarrollo urba-no, social y humano de Surroca. Las entradas principales o túne-les de ventilación se encuentran repartidas por todo el territorio, muchas de ellas de difícil acceso por la pérdida de caminos o el deterioro de las estructuras de entrada. El mundo subterráneo forma un paisaje aparte, separa-do de la superficie pero que fue el paisaje diario de decenas de personas que basaron su modo de vida en trabajar en las entra-ñas de la tierra.

A lo largo de la historia de la explotación se fueron suce-diendo la apertura y cierre de distintas minas en función de su interés por parte de la empresa explotadora, de su seguridad, de sus yacimientos o su facilidad de acceso. La mina Dolça, del Pin-ter, la Joncadella, la Ramona, la de los Tontos, mina Nova, la Ga-llina, les Teules, el Joncar, entre otras, forman parte del paisa-je minero de Surroca. De ellas se entiende todo el patrimonio y buena parte de la explicación del paisaje minero y el inicio de su hilo conductor. Actualmente la dificultad para encontrar algunas de las bocaminas debido al cre-cimiento de la propia vegetación es una constante, y aparte de la mina Dolça (que ha tenido algún que otro intento de momento in-acabado, de rehabilitación), las demás no han sufrido ninguna modificación desde el cierre de la explotación.

C. Equipamientos del mundo minero. Complemento y necesi-dad de la propia extracción del carbón, se construyeron alrede-dor de la explotación un conjunto de edificaciones para el propio tratamiento del material y sopor-te de los trabajos realizados.

c.1. Los talleres. Edificio destinado a la reparación y fabri-cación de los utensilios utiliza-dos en la mina y a la fabricación y reparación de las vagonetas de transporte. Se encuentra al Nor-te del barrio de Surroca de Baix (Forn del Vidre). Actualmente las viviendas adyacentes se encuen-

tran habitadas y en buen estado, mientras que el edificio del taller esta en proceso de derrumbe.

c.2. Los limpiadores de car-bón. El carbón extraído de las minas era transportado hasta los limpiadores donde se separaba de los materiales no combusti-bles. Los limpiadores eran edifi-caciones donde se realizaba este proceso que empezó de forma manual y se acabó mecanizando. Hoy en día los antiguos limpia-dores se encuentran en muy mal estado de conservación justo en-cima de la mina Dolça.

c.3. La Fábrica de panes de carbón. Los panes de carbón eran unos aglomerados elabo-rados con el polvo del carbón y brea que se utilizaban como combustible para las máquinas de vapor de los trenes. La fábri-ca es hoy en día uno de los ele-mentos en fase de rehabilitación para transformarlo en un museo minero, aunque las obras se en-cuentran actualmente paradas, interviniendo hasta la actualidad en la recuperación del tejado.

D. Las infraestructuras de transporte. Una de las principa-les características del complejo minero es la adaptación que tu-vieron que realizar las diferen-tes empresas que explotaron el carbón para desarrollarse sobre una complicada orografía, que dificultaba terriblemente la co-municación entre las minas y la propia salida del material para su comercialización. El barrio de Surroca de Baix se convirtió, por ser el punto más bajo de la explotación, en la salida natural del carbón dirección a Toralles, donde llegaba el ferrocarril. La Plaça Dolça en Surroca de Baix se convirtió entonces en el gran centro de almacenaje de todo el carbón de la cuenca. La dificultad orográfica para el transporte del carbón desde las minas hasta la Plaça Dolça originó un complejo

Antiguo recorrido de las vías que unían el centro de la explotación minera con la estación del ferrocarril en Toralles. Recorrido hoy recuperado para uso lúdico/ ANDREU BLANCH

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la Plaça Dolça. La solución fue la construcción de un teleférico que tirado por caballos y mulas transportara las vagonetas sus-pendidas en el aire. De este sis-tema, que debía tener una fuer-te presencia sobre el territorio, solamente quedan hoy en día los pilares que hicieron de soporte para el cable teleférico. Son pe-queñas piezas esparcidas sobre el territorio pero que siguen una interesante trayectoria que toda-vía hoy es reconocible en algunos tramos.

d.3. Planos inclinados y ca-sas de frenos. Los llanos incli-nados, al igual que sucedió en las explotaciones de carbón de la cuenca minera del Berguedá, fueron la mejor solución para superar y a la vez aprovechar la abrupta topografía de la zona. A través de grandes llanos incli-nados casi perpendiculares a las curvas de nivel, con dos vías se aprovechaba una de las vías para bajar las vagonetas llenas de car-bón para subir en la otra vía las vagonetas vacías o llenas, con las herramientas necesarias para la mina. Este sistema es sin duda una de las piezas significativas del patrimonio minero de Ogas-sa, clara muestra del proceso de construcción del paisaje y de la lucha del hombre para superar las condiciones impuestas por la naturaleza. Los llanos inclinados

vés de un plano inclinado bajaban las vagonetas. Aprovechando el peso de las vagonetas llenas de carbón se subían las vacías o lle-nas de madera o brea que se ha-cían llegar hasta la Plaça Dolça por la otra vía de bajada. Estas se encuentran hoy perfectamente rehabilitadas y funcionan como vía de recreo, continuación del la vía verde del carrilet que une Ripoll con Toralles por el antiguo recorrido del tren.

d.2. Pilares del teleférico y casa del teleférico. Las alejadas minas del Faig y del Juncà ne-cesitaron de otro tipo de trans-porte para llevar el carbón hasta

entramado de vías que pudieran superar las grandes pendientes. Es sin duda uno de los elemen-tos que mejor explica la relación entre el paisaje natural y el cons-truido por el hombre.

d.1. Vías de transporte. En el proceso de cierre de las minas, en el año 1967 se desmantelaron buena parte del sistema de vías y vagonetas que atravesaban el valle, siendo muy complicado hoy en día de encontrar vías, cuerdas o elementos del teleférico. No obstante si que podemos todavía seguir las trazas de estas anti-guas vías, observando en su re-corrido el perfecto cálculo reali-zado para aprovechar al límite el pendiente y facilitar la bajada por la fuerza de la gravedad y mini-mizar el esfuerzo en el ascenso.

La Plaça Dolça como cen-tro de almacenaje y salida del carbón no pudo tener la esta-ción de ferrocarril en el mismo emplazamiento por las dificulta-des orográficas, construyéndo-se la estación a tres kilómetros de distancia. La solución para el transporte del carbón desde la Plaça Dolça hasta la estación de Toralles fue la construcción de dos vías de vagonetas que salían de la Plaça Dolça y que con pen-dientes ínfimas (uno positivo y el otro negativo) recorrían la ver-tiente oeste del valle hasta la al-tura de la estación, donde a tra-

Restos de la casa de frenos del llano inclinado que unía las vías que provenían de la mina de can Florent con la Plaça Dolça/ ANDREU BLANCH

Antigua estación del ferrocarril de Toralles, punto de salida del carbón de Surroca/ ANDREU BLANCH

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nera conllevaba. Hoy en día el trabajo en el campo y los servi-cios destinados al turismo ocu-pan buena parte de los trabajos que tienen lugar en el pueblo, donde mucha gente que allí vive se desplaza diariamente a las poblaciones vecinas de Ripo-ll o Camprodón a trabajar. No obstante, las festividades que se celebran siguen directamen-te relacionadas con la minería, como la fiesta del minero, que se celebra el último domingo de mayo, o la propia festividad de Santa Bárbara, patrona de los mineros, el primer fin de sema-na de diciembre.

La identidad como cons-trucción social evoluciona con el tiempo transformándose conjun-tamente con evoluciones políti-cas, económicas, sociales y del propio paisaje. La minería con todos sus elementos constructi-vos, sus dinámicas demográficas y económicas, ha perdido parte de la huella que dejó sobre el paisaje, y es por tanto lógico que

man parte sin duda del patrimo-nio ligado al desarrollo minero de la región.

F. Memoria histórica e identi-dad minera. Descritos hasta este punto los principales elementos que configuran el patrimonio mi-nero tangible, aquel que aún se puede identificar sobre el propio paisaje, debemos realizar rese-ña sobre el patrimonio intangible que acompaña a las piezas físicas y que se manifiestan en los roles sociales de las gentes del lugar, sus costumbres, su identidad.

38 años después del fin de las explotaciones mineras, mu-chas cosas han cambiado, no tan solo en el paisaje sino tam-bién en sus gentes. Evidente-mente los mineros han dejado de trabajar en las oscuras mi-nas y el carbón ya no es el ele-mento que lo envuelve todo. La minería conllevó a lo largo de más de 150 años una forma de hacer, trabajar y de relacionarse íntimamente relacionadas con todo lo que la explotación mi-

están acompañados por las co-nocidas casas de frenos, desde donde un operario se encargaba del control del proceso de bajada de las vagonetas. Actualmente se encuentran casi en su totalidad desaparecidos por la acción de la naturaleza, aunque todavía se pueden distinguir alguna casa de frenos y reseguir con alguna difi-cultad algún tramo de uno llano inclinado.

d.4. Estación del tren de To-ralles. Construida el año 1880, con la llegada del tren a Toralles se inició el momento más álgido de la explotación minera. Hay en día se encuentra en proceso de rehabilitación.

E. Cementeras. Otro grupo de elementos de gran valor patri-monial son las cementeras que se crearon a lo largo del valle entre Ogassa y Camprodón. Can Balaguer, hoy en día en avanzado estado de deterioro, incluso llegó a albergar viviendas y una casa para el propietario. Can Benet, Can Martín y Can Balaguer for-

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la fuerte identidad minera tie-ne que ir evolucionando con los años hacia un hecho diferente. No obstante, el pasado minero dejó las suficientes huellas sobre el paisaje y sus gentes para ser durante muchos años un refe-rente en la evolución de la iden-tidad de las gentes que habitan el antiguo territorio minero.

3. El paisaje minero como recurso

Como ya hemos podido ver, el paisaje de Ogassa está fuerte-mente condicionado por elemen-tos naturales como el relieve o el clima que determinan su telón de fondo. También hemos podido ver como este sustrato natural ha sido intensamente modificado por el hombre a lo largo de los siglos en el intento de extraer una renta para su supervivencia. La minería apareció con fuerza a principios del siglo XIX para variar las dinámicas económicas y sociales y moldear su propio paisaje.

El valor productivo de la mi-nería fue perdiendo fuerza hasta que en el año 1967 se cerraron definitivamente las diferentes explotaciones que aún permane-cían abiertas. Las consecuencias más directas de este cierre y que tuvieron repercusiones sobre el paisaje son de gran importancia para el análisis de la recupera-ción de estos espacios.

A. Pérdida paulatina de po-blación. Lógicamente al cesar la actividad minera y siguiendo una tendencia que ya venía desde los

años veinte, la población empezó a disminuir rápidamente hasta finales de los noventa, cuando el turismo y el crecimiento de las segundas residencias empezó a invertir el proceso. (VER TABLA)

B. Cambio en la economía local. Aunque las explotaciones del mundo rural siempre es-tuvieron presentes en Ogassa, buena parte del colectivo hu-mano residente conseguía su jornal del trabajo minero. Al ce-rrar las explotaciones el trabajo en el campo recuperó parte de su importancia aunque buena parte tuvo que irse a buscar tra-bajo en las poblaciones vecinas de San Joan de las Abadesas o Ripoll. El turismo un poco más tarde ha supuesto una impor-tante recuperación para la eco-nomía local.

C. La identidad local. La fiesta mayor dedicada a Santa Bárbara, la calle de las minas, utensilios mineros en todas la casa…. El pueblo tal y como lo conocemos nació y vivió de la minería. Los vínculos entre la gente y la minería son entonces bien evidentes todavía. El paisaje es transformado por el hombre, pero el paisaje también modifica al hombre, del mismo modo que la actividad que realiza condicio-na sus propias pautas sociales e de identidad. De este modo y tal como hemos visto en el pun-to sobre la identidad minera, el final de la minería ha variado ciertas pautas que ligaban mine-ría, paisaje e identidad.

D. Cambios en los patrones

Año 1857 1877 1900 1920 1930 1940 1950 1965 1975 1999 2005

Población 274 716 1578 1103 787 637 702 618 341 239 262

> Fuente: IDESCAT

de caracterización del paisaje. La explotación minera tal con-dicionó fuertemente la morfolo-gía del paisaje, generando unas formas específicas sobre éste que le eran propias. Al cesar la actividad y perder muchos de los elementos mineros su uso, se entró en un proceso en el cual todavía nos encontramos de abandono y pérdida de muchas de estas piezas. Cuando un ob-jeto se deja de utilizar entra en un proceso de envejecimiento acelerado. Muchos caminos han desaparecido por la sucesión natural y muchos edificios se han derrumbado por la falta de mantenimiento.

Actualmente el desarrollo turístico que ha tenido lugar en muchas poblaciones de montaña también ha llegado a Ogassa. Si-tuada en el valle alto del río Ter, destino de gran importancia de la montaña catalana, el turismo se ha convertido en una destaca-ble aportación económica para la gente del municipio, tal y como la demuestran los alojamientos de Can Tallara y Can Costas con sus respectivos restaurantes llenos a rebosar los fines de semana. También el conocido turismo rural empieza a dar muestras de sus posibilidades con los alojamien-tos de la Peçallarga, Mas Jofré o Mas Mitjavila. La estacionalidad del turismo no ha podido evitar de todas formas que la gran ma-yoría de la gente tenga que bus-car trabajo fuera del municipio. (VER TABLA)

Trabajan en el municipio /comarca Trabajan fuera del municipio

Residentes No residentes Total

OGASSA 2001 36 12 48 90

1995 39 10 49 72

> Fuente: IDESCAT

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De esta forma y aunque el turismo ha conseguido revitali-zar en gran medida el mercado laboral interno, buena parte de la gente que vive en Ogassa tiene que seguir marchando a las po-blaciones vecinas para encontrar trabajo.

Nos interesa ver en este pun-to, como la presión y dinamismo que ejerció el proceso minero sobre el paisaje a lo largo de más de cien años, ha sido seguida por un cambio muy importante en las dinámicas económicas y sociales que han propiciado que el paisaje evolucionara.

El paisaje que hoy que se nos muestra ya no es el paisaje mi-nero de 50 años atrás. Aunque la evolución sufrida a lo largo de estos años consecuencia de los cambios en las dinámicas so-ciales y económicas, el legado minero sigue aportando elemen-tos de singularidad paisajística e identitaria, cargados de valor e imprescindibles para el desarro-llo territorial local.

Los valores patrimoniales representan importantes facto-res a tener en cuenta, así como grandes oportunidades para el desarrollo territorial de la zona. Reforzar la identidad local y po-tenciar la singularidad del paisa-je se nos presentan como impor-tantes premisas para el desarro-llo local, generando oportunida-des para el desarrollo turístico ya presente en la zona debido a los atractivos del propio paisaje natural. Recuperar y revalorizar el patrimonio minero tiene sus repercusiones a diferentes esca-las. A escala local aporta, como ya hemos dicho, un elemento que dignifica al propio paisaje y a sus gentes, generando identidad y potenciando el turismo basa-do en los atractivos del propio paisaje. A escala regional repre-senta el reconocimiento al pai-saje catalán como superposición de períodos históricos cargados de importantes valores para la sociedad, siendo el proceso de industrialización del territorio a lo largo de los siglos XIX y XX de gran relevancia para entender el carácter dinámico del paisaje y la

gran singularidad de sus espa-cios, como el paisaje de Surroca, mezcla del mundo rural y mine-ro en un entorno natural de alta montaña.

La recuperación y revaloriza-ción del paisaje minero de Ogas-sa-Surroca está íntimamente re-lacionado a la cultura del respeto a los valores del paisaje por todo aquello que nos ofrece, desde el propio conocimiento como para la identidad que genera y el valor productivo que supone en el mo-mento en que vivimos, donde el turismo cultural va ganando peso como recurso para el propio te-rritorio.

Actualmente desde el ayun-tamiento de Ogassa y con las ayudas del DARP (Departamento de Agricultura, Ganadería y Pes-ca) y la UE (Unión Europea) se están desarrollando proyectos de reabertura de la mina Dolça y la construcción del museo de las minas en la vieja fábrica de panes de carbón. Los proyectos se encuentran hoy en día para-dos y del museo solamente se ha podido recuperar la estruc-tura del tejado de la antigua fá-brica. Desde el ayuntamiento se realiza una importante tarea de documentación de la actividad minera a cargo del archivo muni-cipal que a su vez produce buena parte de los documentos sobre el patrimonio minero de la zona. También se han propuesto iti-nerarios como la continuación del "carrilet" siguiendo las anti-

guas vías que unían Ogassa con la estación de Toralles, y la co-locación de carteles divulgativos sobre el patrimonio y la historia minera. ■

“El pueblo tal y como loconocemos nació y vivió de la minería. Los vínculos entre la gente y la minería son entonces bien evidentes todavía. El paisaje es transformado por el hombre, pero el paisaje también modificaal hombre, del mismo modo que la actividad que realiza condicionasus propias pautas sociales y de identidad.”

> REFERENCIAS BIBLOGRÁFICASVVAA, Estudio preliminar de recupe-

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VVAA, El patrimoni miner a Catalun-ya, Direcció General d'Energia i Mines, Generalitat de Catalunya, 2003.

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Vista General del complejo fabril en el río Cuerpo de Hombre / CÉSAR MARTÍN

Resulta evidente la profunda transformación socioeconómi-ca, paisajística y cultural que el proceso de industrialización ini-ciado a principios del siglo XIX ha tenido para los territorios de Europa de forma global y para los espacios español, castellano y bejarano en particular.

La sociedad actual se nos presenta incomprensible si no tenemos en cuenta la enorme magnitud de estos cambios y

sus revolucionarias repercusio-nes a todos los niveles. Desde un nivel más perceptible baste con señalar el desarrollo de una nueva economía industrial, con unos niveles de producción y pro-ductividad incomparablemente superiores a los propios de la manufactura preindustrial o ar-tesanal; el nuevo maquinismo, que elevó dichos niveles a unas magnitudes desconocidas hasta entonces; los nuevos métodos de

producción manufacturera, con la consecuente introducción de máquinas y obreros asalariados en enormes espacios fabriles; la necesidad de importantes con-centraciones de capitales para la puesta en marcha de tales espa-cios; el uso de nuevas energías (vapor y carbón en un principio, posteriormente electricidad y petróleo), que incrementaron los rendimientos, y los revoluciona-rios medios de transportes que

La industrialización en Béjar:El caso del "Manchester castellano"

GUILLERMO RIVILLA MARUGÁN. Profesor de Historia en Enseñanzas Medias.

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redujeron tiempos y distancias (ferrocarril, barco a vapor y más tarde automóvil); las nuevas for-mas de organización del trabajo (división del mismo, taylorismo, fordismo y trabajo en cadena); el desarrollo o aparición de nuevos sectores industriales (textil, mi-nero, metalúrgico, siderúrgico, químico, petrolífero).

De forma menos visible pero de similar importancia encon-tramos otra serie innovaciones propias de la nueva sociedad in-dustrial, caso del triunfo de la burguesía de los negocios, la aparición de la clase obrera con sus nuevas reivindicaciones, pro-testas y asociaciones sindicales, el enorme crecimiento de la po-

blación gracias a la reducción de la mortalidad que inauguró un ciclo demográfico moderno, el incremento de la población ur-bana dedicada a los sectores se-cundario y terciario atraída por el trabajo fabril en detrimento de la población rural consagrada a las tareas agrícolas, el espectacular crecimiento de las ciudades y los pueblos que mostraron un nivel importante de industrialización (caso de Béjar); el desarrollo de nuevos hábitos laborales, cul-turales, asociativos, educativos, etc. propios de la nueva sociedad industrial y de un universo urba-no en expansión.

Tampoco podemos olvidar la nueva fisonomía urbana que el proceso de industrialización tuvo como consecuencia, con sus nue-vos barrios, edificios industriales y medios de comunicación, tanto en sus aspectos positivos (nueva cultura urbana, crecimiento eco-nómico y poblacional y mejora de la calidad de vida) como ne-gativos (degradación de ciertos barrios, crecimiento incontrolado de la ciudad, contaminación, po-breza y marginación).

Este periodo de nuestra his-toria que marcó el rumbo de la sociedad de nuestros días ha sido habitualmente infravalorado y enterrado en el baúl del olvido. Sin embargo, la sociedad actual está indisolublemente unida a los nuevos vientos que trajeron los siglos XIX y XX. El paisaje de las tierras castellanas también se encuentra marcado por las consecuencias de la industriali-zación, con sus nuevos edificios fabriles, centros de trabajo y re-unión de las pasadas generacio-nes, en muchos casos de enorme valor arquitectónico y artístico, y que el paso del tiempo en mu-chos casos solo les está trayendo como recompensa la ruina y el abandono.

Castilla y León no permane-ció ajena a las transformaciones productivas que trajo la Revo-lución Industrial en el siglo XIX. Durante el siglo XVIII Castilla y León presentaba una economía clásica de Antiguo Régimen, ca-

VAB de la Industria Textil Castellana y Leonesa en % (1856-1981)

Sector Textil

0

5

10

15

20

1840 1860 1880 1900 1920 1940 1960 1980 2000

%

Años

FUENTE: Elaboración propia a partir de MORENO LÁZARO, Javier, "La precaria industrialización de Castilla y León" en VVAA, Historia Económica regional de España. Siglos XIX y XX, Barcelona, Crítica, 2001, pp. 182-208 / GUILLERMO RIVILLA

Fábrica textil en Béjar / CÉSAR MARTÍN

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racterizada por el predominio abrumador de una agricultura tradicional con escasos rendi-mientos, por la existencia de un débil sector artesanal, por el es-caso desarrollo del comercio con unas débiles infraestructuras de transporte y comunicaciones y por un menguado mercado mer-ced a una población que apenas llegaba a los niveles de la mera subsistencia1.

Sin embargo, durante dicha centuria, la región experimen-tó un indudable aunque limitado crecimiento económico sin sa-lirse de los parámetros tradicio-nales, por lo que no trastocó de forma sustancial la estructura económica del territorio. El sec-tor industrial en Castilla León ocupaba por ende un lugar se-cundario dentro de la organiza-ción económica, tanto por la ren-ta generada como por la pobla-ción que trabajaba en él (16% del total de la población activa).

El limitado crecimiento eco-nómico del siglo XVIII no sólo fue incompleto, sino que apenas se prolongó en el tiempo, ya que la economía de Castilla y León su-frió un nuevo y acentuado retro-ceso en los primeros años del si-glo XIX. Por esas fechas, cuando la modernización manufacturera ya estaba plenamente consoli-dada en los países de vanguar-dia industrial, en especial Gran Bretaña, e incluso había dado sus primeros pasos en Cataluña, Castilla y León aún estaba sumi-da en la atonía. En realidad, más allá de los entornos del Canal de Castilla, en general reinaba el atraso, con la excepción de al-gún islote fabril, caso de Sayazo, Cameros, Tierra de Campos y, en especial, Béjar2.

Dentro de este desierto in-dustrial, Béjar constituía por esas fechas todo un oasis ma-nufacturero que marcará el des-tino de la localidad hasta la ac-tualidad, ya que inició antes que ninguna localidad castellana un proceso de industrialización que llega hasta nuestros días, es-pecialmente vinculado al sector textil lanero.

La industria textil lanera bejarana tiene su origen en el siglo XIII. Desde entonces, Bé-jar y su entorno dependerán en gran medida de la prosperidad o el declive de su manufactura. El crecimiento definitivo de esta industria se sitúa a fines del siglo XVII, con el asentamiento en la localidad de numerosos artesa-nos flamencos que renovaron las técnicas de fabricación e introdu-jeron nuevos tipos de tejidos. Las franquicias fiscales conseguidas para comercializar sus paños en Madrid, la protección dispensada por los Duques, señores de la vi-lla, y el reclutamiento de técnicos extranjeros, llevaron a Béjar a un esplendor productivo en la se-gunda mitad del siglo XVIII3.

A finales de la centuria se produce una creciente concentra-ción de los medios de producción con la consecuente aparición de una verdadera manufactura con-centrada, con más de 4000 per-

sonas trabajando en la industria pañera en el entorno bejarano.

Aunque el sector sufrió la crisis de inicios del siglo XIX, pronto la superó a través de una incipiente mecanización (de ahí el calificativo del "Manchester castellano"), lo que demuestra el anticipo al resto de localidades castellanas en iniciar el proceso industrializador, lo que le llevó a soportar mejor la crisis y la competencia del textil catalán a lo largo de la centuria decimo-nónica, convirtiéndose así en el principal centro textil castellano contemporáneo. En estos años prometedores Béjar se configura como una localidad muy diferen-te a su entorno mayoritariamen-te agrícola-ganadero.

Béjar se constituye por tanto como un centro textil de gran re-lieve en competencia con Tarra-sa, Sabadell y Alcoy, incorporan-do de forma temprana las nuevas máquinas y la innovación tecno-lógica, orientándose la produc-ción no sólo al mercado interno, sino también hacia la demanda del sector público, en especial el militar. Fue el periodo entre 1840-1860 el de mayor pujanza industrial, económica, social y cultural de todo el siglo4.

El textil bejarano se vio sin embargo afectado por la crisis financiera de la década de 1860, pero no tardó en llegar la re-cuperación gracias al estallido de la tercera guerra carlista y las numerosas contratas mili-tares de las que dispusieron los empresarios bejaranos. Nuevos

“Cuando la modernización manufacturera ya estaba plenamente consolidadaen los países de vanguardia industrial, en especial Gran Bretaña,e incluso había dado susprimeros pasos en Cataluña, Castilla y León aún estaba sumida

Evolución de la Producción en Béjar (1817-1850)

Piezas Años

0

10.000

20.000

30.000

40.000

50.000

60.000

1817 1834 1835 1845 1849 18500

300.000

600.000

900.000

1.200.000

Varas

Fuente: Elaboración propia a partir de ROS MASSANA, Rosa, La industria textil lanera de Béjar (1680-1850). La formación de un enclave industrial, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1999 / GUILLERMO RIVILLA

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conflictos bélicos dieron nuevos bríos a la producción pañera de Béjar, caso de la I Guerra Mun-dial, al abastecer la demanda de los países contendientes, o los enfrentamientos del ejército es-pañol en el Norte de África, lu-chas que posibilitaron extraordi-narios beneficios industriales.

El fin de las campañas en Marruecos, la caída de las ex-portaciones a partir de 1921, la depresión de la década de 1930, así como el cambio de los teji-dos de lana por los de algodón, más baratos, en la confección de los uniformes del ejército y de la guardia civil, vino a contraer la producción pañera bejarana. Un nuevo impulso del sector se-cundario de Béjar vino motivado por la guerra civil española, al convertirse en el principal sumi-nistrador de uniformes para el ejército sublevado y la Falange, acumulando los mayores bene-ficios de la historia textil lanera castellana5.

Concluida la guerra, la para-lización del comercio, la escasez de materias primas, la autarquía económica, la falta de recambios y el derrumbe del mercado inter-no sumieron a la industria caste-llana en una terrible atonía que también afectó al sector textil, si bien las exportaciones durante la II Guerra Mundial permitieron una ligera recuperación.

La superación paulatina de los postulados autárquicos ape-nas tuvo incidencia en la produc-ción industrial. La crisis del textil bejarano provocó que el Ministe-rio de Industria tuviera que acu-dir en su auxilio a través de un programa de modernización téc-nica, sin poder evitar el cierre de la mayoría de sus fábricas.

Cómo es lógico, el proceso industrializador descrito tuvo enormes consecuencias para Béjar y sus tierras colindantes, con las peculiaridades y las len-titudes propias que esta radical transformación tuvo en España, Castilla y Salamanca. A lo largo de los siglos XIX y XX, Béjar atra-vesó fases de enorme crecimien-to y esplendor económico, social

y cultural, pero también periodos de recesión, desindustrialización y paro obrero.

La instalación de nuevos cen-tros de producción fabriles su-puso para Béjar, a lo largo de las citadas centurias, un notable impulso económico y demográfi-co (la ciudad pasó de 4462 habi-tantes en 1851 a 12120 en 1887), un destacado crecimiento pobla-cional y espacial de la localidad, nuevos hábitos sociolaborales y centros de producción ("El Nava-zo", uno de los más importantes), novedosas iniciativas institucio-nales y económicas (creación de la Sociedad Económica de Ami-gos del País, Escuela de Artes y Oficios, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Béjar, Cámara de Comercio), y nuevos conflictos y problemas sociales y urbanos con el surgimiento de un grupo asalariado de relieve y el predo-minio de una pequeña y mediana

burguesía que interviene de for-ma activa en la vida de la ciudad.

El ámbito de la sociabili-dad y la cultura también se verá afectado, como demuestran la creación de sindicatos obreros, el Casino Círculo Liceo, Círculo de San Juan, Círculo de Béjar, Casino Industrial, Círculo Obrero, Círculo del Progreso, Casino de Béjar, etc6.

Por lo tanto la instalación de nuevas fábricas en territorio be-jarano supuso un enorme impac-to para la población y la ciudad en general. Sin embargo, ¿Qué efectos han provocado el cierre de muchas de ellas? De forma evidente podemos destacar, en-tre otras, la pérdida de iniciativa económica y la necesidad de re-conversión, el desempleo conse-cuente y sus problemas sociales derivados, la pérdida de pobla-ción, la desindustrialización, etc.

Otra visible consecuencia de igual trascendencia ha sido la degradación y el abandono de los antiguos edificios y espacios fabriles (incluida la maquinaría, herramientas y otro tipo de obje-tos con ellos relacionados), sím-bolo del desarrollo económico hasta hace pocos años y emble-ma de la desolación en la actuali-dad. Edificaciones que han resul-tado claves para el crecimiento económico bejarano, que alber-garon a miles de trabajadores anónimos durante prácticamente toda su vida, que han supuesto un hito fundamental de nuestro pasado y han contribuido como pocos a moldear la sociedad con-

Evolución de la Población en la Villa de Béjar y arrabales. (1822- 1857)

AñosPoblación

0

2.000

4.000

6.000

8.000

10.000

12.000

1820 1830 1840 1850 1860

Hab

.

Fuente: Elaboración propia a partir de HERNÁNDEZ DÍAZ, José María, Educación y sociedad en Béjar durante el siglo XIX, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1983, pp. 19-58. / GUILLERMO RIVILLA

"A lo largo de los siglos XIX y XX, Béjar atravesófases de enorme crecimiento y esplendor económico, social y cultural, pero también periodos de recesión, desindustrializacióny paro obrero.”

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temporáneo-industrial, y que en muchas ocasiones tienen un alto valor arquitectónico y artístico. A pesar de ello, su degradación y derribo parecen una constante en la actualidad.

Este patrimonio industrial frecuentemente se ha perdido por diferentes circunstancias, sin embargo, todavía estamos a tiempo de salvaguardar algunos de estos edificios tan importan-tes de nuestra historia. Se trata de edificaciones de enorme valor arquitectónico, histórico, social, cultural, laboral, e incluso sen-timental para los que allí traba-jaron. Sus dimensiones les ha-cen además plausibles de nuevos

usos evitando con ello además la degradación de toda la zona circundante a la fábrica, en mu-chos casos en estado ruinoso. Es pues necesario una recupera-ción, no sólo física, sino también histórica y sociocultural de estos espacios. ■

> NOTAS1. MORENO LÁZARO, Javier, "La

precaria industrialización de Castilla y León" en GERMÁN, Luis; LLOPIS, En-rique; MALUQUER DE MOTES, Jordi y ZAPATA, Santiago (eds.), Historia Econó-mica regional de España. Siglos XIX y XX, Barcelona, Crítica, 2001, pp. 182-208.

2. BENAUL BERENGUER, J.M., "Es-pecialización y adaptación al merca-

do en la industria textil lanera, 1750-1913", en NADAL, Jordi y CATALÁN, Jordi (eds.), La cara oculta de la indus-trialización española, Madrid, Alianza Editorial, 1994, pp. 199-224.

3. GARCÍA COLMENARES, Pablo, Evolución y crisis de la industria textil castellana. Palencia 1750-1990, Madrid, Editorial Mediterráneo, 1992, pp. 33-38.

4. ROS MASSANA, Rosa, La indus-tria textil lanera de Béjar (1680-1850). La formación de un enclave industrial, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1999.

5. Op. cit. MORENO LÁZARO, Javier, "La precaria industrialización...".

6. HERNÁNDEZ DÍAZ, José María, Educación y sociedad en Béjar durante el siglo XIX, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1983, pp. 19-58.

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Fábrica de harinas San Antonio / ARCHIVO LFA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

1. El patrimonio desde la mirada educativa

"En el patrimonio cultural de un pueblo, es donde mejor y más profundamente se guarda el ADN del mismo; no es sólo materia, forma o color, también contiene el espíritu, el deseo, el esfuerzo, la utopía y la evolución de toda la hu-manidad" (García Otero, 2001, 2).

Si el patrimonio se compone de bienes (que pueden ser mate-riales, inmateriales y espiritua-les) y valores que le son atribui-dos, podemos suponer que si a esos bienes no se les encuentra ningún valor, de momento no son patrimonio. Si trasladamos esta idea al ámbito de la educación, quien atribuye esos valores es el sujeto que aprende, o grupo, se-gún los casos. De manera que si un grupo no es capaz de proyec-tar valores sobre determinado bien, no formará parte de su pa-trimonio, será simplemente un "resto", una muestra o un ejem-plo del pasado industrial, histó-rico, arqueológico, etc. De este planteamiento podemos desta-car tres claves fundamentales para nuestra argumentación:

- Para que algo sea patrimo-nio, se le han tenido que atribuir valores (ya veremos de qué tipo a lo largo de este artículo).

- A un mismo bien pueden atribuírsele varios valores, diferentes en función de la perspectiva desde la que nos

situemos: histórica, arqueo-lógica, social, política, estéti-ca, etnográfica… y, también, educativa.

- No puede ser lo mismo ha-blar de industria, que de Patrimonio Industrial, por centrarnos en el tipo de patrimonio que nos ocupa. ¿Dónde se sitúa, por tanto, el matiz que "adjetiva" a un bien como patrimonial?Desarrollemos con más de-

talle cada una de estas claves.

1.1 El patrimonio sin valores no es patrimonio

Dicho de otro modo: el patri-monio lo es, precisamente porque se ha determinado que tiene va-lores relevantes. Hay numerosas iglesias, restos arqueológicos,

creaciones artísticas o huellas del pasado que no son conside-radas patrimonio porque carecen de especificidad, unicidad, inte-rés arqueológico, significatividad, representatividad, protagonismo histórico o riqueza material. Es-tos son tan solo algunos de los valores posibles que pueden atribuirse a los bienes, pero son determinantes. Podemos hacer un esfuerzo por clasificar estos valores, retomando, por ejemplo, a Ballart y Tresserras (2001, 20), que establecen la distinción de tres grandes categorías de valo-res: uso, forma y símbolo. Matilde González1 establece cuatro cate-gorías: asociativos, estéticos, eco-nómicos e informativo-científicos. Proponemos, a modo de síntesis y ampliación de estas propues-

La Educación como mecanismo para la puesta en valor del

OLAIA FONTAL MERILLAS. Profesora Titular Didáctica del Patrimonio en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Valladolid

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o simbólica. Por lo tanto, no es lo mismo la Historia del Arte que el Patrimonio Histórico Artístico. La Historia del Arte se centra en las obras, los artistas y los acon-tecimientos; en cambio, el patri-monio histórico artístico, según este planteamiento, hace alusión a los valores de todo lo anterior y, lo más importante, a la rela-ción entre esas obras, artistas y acontecimientos con personas. Dicho de otro modo: la Historia del Arte puede referirse a las obras de arte, mientras que el Patrimonio Histórico Artístico se centra en algunas de esas obras a las que se han atribuido ciertos valores por personas; algunos de esos valores tan importantes como para hacerlas propiedad simbólica de toda la humanidad. Es el caso de determinados mo-numentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNES-CO, en España, por ejemplo, las Iglesias del Reino de Asturias, la Catedral de Burgos, el Parque Güell y tantos otros (recordemos que España es el 2º país con más bienes declarados en la Lista de Patrimonio Mundial, precedido únicamente de Italia)2.

1.4 No es lo mismo industria que Patrimonio Industrial

Como en el caso del Patrimo-nio Histórico o el Histórico Artís-tico, en el Patrimonio Industrial, debemos diferenciar los bienes industriales de la consideración de esos bienes como Patrimonio Industrial. De manera que, si-guiendo la argumentación plan-teada, hablamos de Patrimonio Industrial para hacer referencia a la relación entre los bienes y las personas, que además de atribuirle valores, son potencia-les propietarias y potenciales legatarias de los mismos. Deci-mos "potenciales" porque hasta que no exista algún tipo de vin-culación entre esos bienes y de-terminados individuos, no será considerado su patrimonio. De hecho, muchísimas personas vi-ven al margen de los restos de la fábrica de harinas de su pueblo, o desconocen siquiera que existen

el valor identitario es uno de los más importantes, porque debe-mos tener en cuenta que desde lo educativo, el centro de interés es la persona o grupo que aprende y, por eso mismo, lo realmente importante es lo que el patrimo-nio puede aportarles, lo que les puede enseñar o el modo en que puede incidir en sus aprendiza-jes, ya sean éstos de tipo concep-tual, procedimental o actitudinal. De manera que el patrimonio se convierte en un vehículo que per-mite a las personas aprender, comprender, identificarse, rela-cionarse, pero también sentir, opinar o formar parte de.

1.3 El patrimonio sin personas no está completo

Por todo ello, los valores que se pueden proyectar desde una perspectiva educativa se relacio-nan con la dimensión personal. Pero podemos dar un paso más y reivindicar la mirada educativa como una mirada fundamental para comprender la idea de pa-trimonio. Para ello afirmamos que el patrimonio sin personas no es patrimonio, está incomple-to, le falta una parte vital. Y no lo es porque el concepto de patri-monio necesita de la dimensión humana: son personas quienes lo poseen, quienes lo legan, quienes lo reciben, quienes lo enseñan y aprenden, quienes lo disfrutan, quienes lo estudian y gestionan. Cuando hablamos de patrimonio, necesariamente hablamos de propiedad y pertenencia, se real

tas las categorías: valor de uso, valor material, valor simbólico y valor emotivo. A partir de aquí, podemos proponer una lista casi interminable de valores: históri-co, artístico, estético, social, po-lítico, arquitectónico, identitario, social, paisajístico, documental, simbólico, representativo, etc. Con todos ellos podemos hacer mapas conceptuales por catego-rías, agrupaciones semánticas, y demás formas de ordenación. En cualquier caso, cada mirada, cada disciplina contará con su propio mapa de valores que, en muchas ocasiones, tendrá va-lores tangentes a los de otras miradas. Por ejemplo, el valor documental puede ser común al Patrimonio Industrial, al patri-monio histórico, al arqueológico o al artístico, por citar tan sólo algunos patrimonios.

1.2 La mirada educativa también es una mirada con valores propios

Así pues, los valores se atri-buyan a determinado bien depen-derán de dónde nos situemos. Por ejemplo, una catedral puede tener un interesante valor cons-tructivo o estructural si quien la observa es un arquitecto, pero también puede tener un valor estético si es un historiador, un valor plástico si es un artista, un valor religioso si es un teólogo o todos ellos juntos si la mirada es múltiple. Pero faltan otros valo-res ciertamente relevantes como el identitario, que corresponde a la relación de ese bien, en este caso una catedral, con las perso-nas. De manera que la catedral ha podido ser un bien fundamen-tal para comprender la evolución de una ciudad, las costumbres o tradiciones de un pueblo y, sin duda, es un referente visual en la memoria de los habitantes de esa ciudad. Los leoneses, por ejemplo, pueden revisar su pa-sado y en algún lugar importante encontrarán la catedral, como escenario secundario o relevante de sus relaciones interpersona-les, de su vida, en definitiva.

Para la mirada educativa,

“afirmamos que el patrimonio sin personasno es patrimonio, está incompleto, le falta una parte vital. Y no lo es porque el concepto de patrimonio necesita de la dimensión humana: son personas quienes lo poseen, quienes lo legan, quienes lo reciben, quienes lo enseñan y aprenden, quienes lo disfrutan,quienes lo estudian y gestionan.”

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Así que, lo primero que de-bemos hacer es conocer y co-nocer bien; esto puede hacerse por muchas vías. Hemos de co-nocer esa fábrica de harinas o de luz. Ahora bien, ¿qué es conocer una fábrica de harinas?, ¿saber cuándo se creó?, o ¿quién go-bernaba cuando se construyó?, ¿quién promocionó su construc-ción?. Desde luego, eso es cono-cer una parte -muy pequeña- de la fábrica. Sería, en este caso, un conocimiento histórico. Pero conocer la fábrica de harinas es también saber cómo es el edifi-cio, cuál es su planta o cuantos pisos tiene, de qué materiales está hecha y cuál es la relación entre éstos y el clima o el entor-no: hablamos de conocimientos vinculados al edificio y sus fun-ciones. También esto suma al conocimiento de la fábrica. ¿Y saber quiénes trabajaron allí y qué historias (microhistorias) nos cuentan?, ¿cómo era el día a día de la fábrica y qué vincula-ción tenía ésta con los habitan-tes del pueblo?, ¿estaba ligada a ciertas costumbres?, ¿influyó en el modo de vida y economía del lugar? Desde luego, esto suma y mucho al conocimiento de la fábrica y se puede vincular tanto a la historia, como a la política o a la etnografía. Todo este conoci-miento tiene algo en común: es de tipo conceptual, aporta datos e ideas. Pero no será un cono-cimiento significativo si las per-sonas que lo van a adquirir no

didáctico porque no está impreg-nado en el sujeto que aprende o, en términos de aprendizaje, no es significativo, no engancha con otros aprendizajes anteriores. Por lo tanto, es un "parche", es un ar-tificio que a veces se reproduce (alguien puede repetir "respetaré mi patrimonio industrial", "admi-raré esa fábrica porque estética-mente es inigualable"), pero que no se ha adquirido, no es propio ni se ha interiorizado. Así que la transmisión, cuando hablamos de valores, no es un mecanismo efectivo. Hay que buscar "estruc-turas didácticas", que consigan que las personas que aprenden se vean inmersas en procesos de enseñanza-aprendizaje, y que éstos les lleven a reconocer o atribuir valores en el patrimonio. Esas estructuras didácticas, de-ben conformar una arquitectu-ra didáctica sólida, consistente, articulada sobre pilares claros y contundentes desde un punto de vista educativo.

2.1 Nuestra arquitectura didáctica: conocer-comprender-respetar-valorar

La lógica didáctica que pro-ponemos y que piensa en los pro-cesos de enseñanza-aprendizaje, es muy clara: no podemos valo-rar aquello que no respetamos, ni podemos respetar algo si pre-viamente no lo comprendemos (si no tiene sentido, cómo voy a respetarlo), y para comprender algo, hay que conocerlo.

restos de una fábrica de luz. En esos casos, ambas fábricas pue-den ser consideradas patrimonio por un historiador del arte e, in-cluso, estar inventariadas como tal, pero para esas personas NO son su patrimonio; la buena noti-cia es que pueden llegar a serlo, por eso hablamos, desde nuestra mirada educativa, de "potencial patrimonio"; desde los demás puntos de mira puede serlo, pero no desde el educativo, no todavía.

Esto sitúa a la educación en un lugar relevante cuando ha-blamos de patrimonio, porque desde la didáctica se pueden ar-ticular mecanismos para con-seguir que algo deje de ser un bien industrial para convertirse en Patrimonio Industrial para un colectivo; es decir, la didáctica puede conseguir que pasemos de "potencial patrimonio" a "pa-trimonio real". Este paso de po-tencial a real sucede a través de lo que denominamos: procesos de patrimonialización.

2. Los procesos de patrimonialización desde la didáctica

En esencia, los procesos de patrimonialización desde didácti-ca, consiguen que determinados bienes sean considerados patri-monio por determinadas perso-nas. Para ello, han de tener algún tipo de valor, eso es condición indispensable (recodemos que hemos afirmado que el patrimo-nio es un conjunto de bienes a los que se atribuyen valores y que el patrimonio sin valores no es patrimonio). Así pues, desde la didáctica, hemos de generar al-gún mecanismo para la puesta en valor: hay que reconocer algún tipo de valor de entre los muchos que hay y, además, el sujeto que aprende es quien debe atribuir ese o esos valores. Esto significa que los valores no pueden ser atribuidos como si se tratase de mandamientos: "tú respetarás tu Patrimonio Industrial porque tie-ne mucho valor etnográfico", "ad-mirarás esta fábrica porque esté-ticamente es inigualable"; esto no se sostiene desde un enfoque

Gráfico 1. Arquitectura didáctica / OLAIA FONTAL

CONOCER

COMPRENDER

RESPETAR

VALORAR

SENSIBILIZAR

CUIDAR

DISFRUTAR

TRANSMITIR

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en este caso sensorial. Todas es-tas preguntas nos llevan a una respuesta sencilla en su formu-lación, pero altamente compleja en su significación: hay muchos conocimientos diferentes sobre un bien y hay un gran número de posibilidades de conocimien-to. De todas ellas, casi con toda

fábrica?, ¿e identificar el olor del trigo húmedo o incluso de la hari-na?, ¿y asociar el paisaje del en-torno con la ubicación muy con-creta de la fábrica?, ¿o reconocer la fase de producción del trigo en función del tacto que tiene?. Des-de luego, es conocer, pero habla-mos de un tipo de conocimiento,

saben, por ejemplo, que es mol-turar, o qué tipos de trigo existen o, incluso, que es un oficial de máquinas. Para que sea signi-ficativo, deberá acomodarse a lo que las personas que lo van a aprender saben. A este conoci-miento conceptual de la fábrica se puede sumar otro de tipo pro-cedimental: cómo se trituraba el grano, cómo se unificaba en hu-medad, cómo funcionan las má-quinas del interior de la fábrica o qué relación guarda este proceso industrial con el proceso de los antiguos molinos. También eso es conocer la fábrica de harinas. Pero se puede seguir sumando; por ejemplo, admirar el traba-jo que hacía el jefe de fábrica y emocionarse con su testimonio, es conocer la fábrica. Hablamos, en este caso, de un conocimien-to actitudinal. Pero vayamos un poco más allá: ¿reconocer los sonidos característicos de la fá-brica, por ejemplo, el del agua moviendo turbinas, es conocer la

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Gráfico 2. Mapa de relaciones conceptuales en torno a la “Fábrica de harinasSan Antonio”. Medina de Rioseco / OLAIA FONTAL

El turismoen la

actualidad

Maquinaria

Materiales constructivos

La historiade la ciudad

Tiposde trigo

Canalde Castilla

Diseño:marcas;productosy logotipos

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seguridad, las más significativas son aquellas que se experimen-tan (procedimentales), y aque-llas que implican lo emocional y que nos hacen sentir o compor-tarnos (actitudinal). Las de tipo conceptual, salvo que estén per-fectamente adecuadas a lo que el individuo sabe (nivel de com-petencia conceptual o curricular) o lo que es capaz de aprender (nivel de competencia cognitiva), no servirán de mucho. Además, es muy importante cómo se llega a esos conceptos: ¿una persona los transmite?, ¿se descubren investigando?, ¿se deducen?, ¿se infieren?. Es importante el papel del mediador y diseñador. Habi-tualmente, el modelo transmisivo es el más empleado, aunque por fortuna, cada vez menos; suele ser el menos efectivo desde un punto de vista didáctico, porque se sobrepasan los conceptos asi-milables y muchas veces, éstos se transmiten sin saber si la per-sona que los va a recibir es capaz de relacionarlos con algo de lo que sabe, por lo tanto, ignorando si se van a poder "digerir". El re-sultado de este tipo de acciones (didácticamente inadecuadas) es la ausencia de aprendizaje y, lo que es peor, el aburrimiento, la desmotivación y la generalización hacia otros tipos de patrimonio: es aburrido aprender patrimonio. Por fortuna, también se puede llegar a estos aprendizajes, por ejemplo, escuchando al jefe de máquinas o generando una di-námica de grupo basada en la exploración e investigación en el espacio de la fábrica, o propo-niendo actividades de deducción

Rótulo de la Fábrica de harinas de Medina de Rioseco / ARCHIVO LFA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

a partir de pistas. Lo importante para la didáctica es más cómo se adquieren determinados conoci-mientos, que los conocimientos en sí; debe haberlos, han de ser seleccionados pero esta selec-ción sin determinar cómo se van a hacer llegar o cómo conseguir que se aprendan (estrategias di-dácticas), no sirve de nada.

El conocimiento, a veces, va fuertemente vinculado a la com-prensión. Comprender signifi-ca acceder a los porqués, a la lógica, sentido y significado de las cosas. De nada sirve que re-conozcamos los tipos de máqui-nas de la fábrica de harinas, si no sabemos para qué sirve cada una, y cuál es su lugar en el con-junto del proceso. De nada sirve que conozcamos que la fábrica de harinas de "San Antonio" en Medina de Rioseco, por ejemplo, está en el Canal de Castilla, si desconocemos que éste actúa de fuerza motriz y de vehículo para el transporte para el producto, es decir, que permite que la fábrica funcione y que lo que ésta produ-ce pueda ser trasladado a otros lugares. Por lo tanto, compren-der el bien patrimonial, significa dotarte de sentido, hacerlo con-sistente, coherente, firme, lleno de significado. Podemos pensar que cada clave de comprensión que se nos da acerca de deter-minado bien, es una llave que va abriendo una puerta; éstas son las puertas que nos permi-ten transitar por ese largo pasi-llo que conduce al conocimiento comprensivo.

En el momento que algo tie-ne sentido, cuando entendemos

para qué sirve cada elemento, y cuál es la lógica de conjunto, tendemos a respetarlo: lo respe-to porque está muy bien pensa-do arquitectónicamente, es una obra de ingeniería perfecta, cada elemento está imbricado con to-dos los demás, nada sobra, nada falta, etc. Es decir, hay una iner-cia directa desde la comprensión hasta el respeto.

Pero, también el respeto puede ser trabajado didáctica-mente; esto ha de hacerse des-de el comportamiento, porque el respeto no se aprende por repro-ducción, ni por verbalización, se aprende cuando es experimen-tado. Yo no sé si soy respetuoso hacia el Patrimonio Industrial, hasta que no lo demuestro (ha-blamos de ser, no de pensar). Por eso, didácticamente, pode-mos generar situaciones donde las personas deban comportar-se, y hacerles tomar conciencia de cómo ha sido este comporta-miento. Por ejemplo, podemos convertirles en "tutores" o "pa-drinos" de una fábrica, y hacer que investiguen en torno a ella grabando testimonios orales de las personas que trabajaron en ellas y aún viven. Después, po-demos situarles frente a perso-nas que quieren que se destruya esa fábrica y comprobar cómo la defienden, y tratan de inculcar esa defensa en otros. Programas como "apadrinar esculturas" de la red de Escuelas UNESCO, el programa "Vivir las ciudades his-tóricas" de la Fundación la Caixa, o el concurso "Los nueve secre-tos" de la Fundación de Patrimo-nio histórico de Castilla y León,

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Valor estético. Interior de la “Fábrica de harinas San Antonio”, Medina de Rioseco / OLAIA FONTAL

son claros ejemplos de este inte-rés hacia las actitudes y el com-portamiento.

Finalmente, el respeto es necesario para poder atribuir va-lores al Patrimonio Industrial: si algo no me importa y lo rechazo o lo desprecio, no podré valorar-lo, es absolutamente imposible. Al contrario, valoramos aquello que tiene sentido y que además nos importa o nos afecta (que comprendemos y que respeta-mos, por lo tanto). Los valores no son otra cosa que subjetividades, atribuciones añadidas, en ningún caso propias. Es decir, el valor no es intrínseco al patrimonio sino extrínseco, añadido. Una fábrica de harinas es un edificio, con una serie de máquinas y una historia, un pasado y un presente. Eso no significa nada más que eso, es un bien material e inmaterial. Pero esa misma fábrica puede ser una maravilla arquitectóni-ca, una seña de identidad de un pueblo, un testimonio de la revo-lución industrial o un elemento significativo dentro del paisaje del lugar; todo esto y muchísimo más. Pero puede ser todo esto, o puede ser simplemente un edifi-cio que estorba en el plan urba-nístico de la ciudad. ¿Qué puede permitir que de lo segundo se pase a lo primero?: la educación, es decir, generar procesos de sensibilización capaces de con-seguir que las personas puedan valorar ese bien, que lo respeten porque lo comprenden, y que lo conozcan conceptual, procedi-mental y actitudinalmente. Esto es exactamente la sensibiliza-ción: ser capaces de reconocer los valores de un bien, en este caso industrial. Somos sensibles al patrimonio porque nos afecta lo que le suceda, y nos afecta porque reconocemos sus valo-res. Por ejemplo, nos enfada que quieran derrumbar una fábrica de harinas, porque sabemos que ha sido fundamental para el de-sarrollo económico del pueblo (valor histórico), porque nos sen-timos herederos de la cultura industrial (valor identitario), por-que nuestras tradiciones están

vinculadas a esta fábrica en par-te (valor etnográfico), porque las máquinas de su interior están en perfecto estado (valor documen-tal) y porque nuestro paisaje se rompería completamente si des-pareciese (valor paisajístico).

3. La sensibilización genera inercias: de cuidado, de disfrute y de transmisión.

Si hemos conseguido sen-sibilizarnos hacia la fábrica de harinas de nuestro pueblo o del pueblo de otros, tenderemos a cuidarla. Es decir, cuando algo tiene valor, no queremos que le suceda nada negativo: que se destruya, que desaparezca, que se le de un mal uso o que

se ignore incluso; esto es cui-dar, tanto el bien (lo material) como sus valores (inmateria-les), porque queremos que se conserve físicamente, y que se le atribuyan valores positivos. Y hablamos de una inercia porque es una tendencia adquirida tras la sensibilización: tendemos ha-cia ello.

Por lo mismo, tendemos a disfrutar de aquello que valora-mos, y si ha sido cuidado conve-nientemente, podrá ser disfru-tado por otros. El disfrute puede ser de muchos tipos: cognitivo (nos hace disfrutar el conoci-miento, saber y saber compren-der), estético (admiramos la be-lleza o la forma), emotivo (nos

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hace sentir asombro, admira-ción, etc.), y de muchas tipos.

Por último, el disfrute está fuertemente ligado a la trans-misión: si hemos tenido una ex-periencia extraordinaria en la fábrica de harinas, nos hemos emocionado con el testimonio del antiguo jefe, hemos com-prendido el proceso general de producción de harina de forma significativa, hemos disfrutado del paisaje y admirado la re-lación entre la fábrica y el en-torno en el que se ubica, ten-deremos a conseguir que otros disfruten de lo mismo: llevare-mos a nuestros hijos, a nues-tros alumnos o amigos. Y, como conclusión a este proceso cícli-co, para que algo sea conocido, previamente ha de ser transmi-tido o enseñado. Todo encaja, la arquitectura didáctica que parte del conocimiento, pasa por la comprensión, transita hacia el respeto, recorre la puesta en valor y descansa en la sensibi-lización; a partir de aquí tende-mos a caminar hacia el cuidado, saltar hacia el disfrute y buscar la transmisión. ■

> NOTAS1. En su Tesis Doctoral "Investiga-

ción y puesta en valor del patrimonio histórico: planteamientos y propues-tas desde la arqueología del paisa-je" (1998). Santiago de Compostela. http://teseo.mec.es/teseo/jsp/teseo.jsp

2. La Lista de Patrimonio Mundial puede consultarse en http://whc.unes-co.org/en/list. Actualmente han sido declarados, en todo el mundo, 660 bie-nes culturales, 166 naturales, y 25 mix-tos, de entre 141 estados participantes.

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Máquina de Vapor del Aserradero de Valsaín / ARCHIVO JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

Punto de partidaEl concepto actual del patri-

monio cultural, definido en las reflexiones teóricas de los es-pecialistas o en la legislación y reflejado en el reconocimiento social, ha supuesto la incorpora-ción de nuevos bienes materiales e inmateriales y la valoración de los mismos dentro de su contex-to cultural y de su ámbito geo-gráfico. También ha tenido como consecuencia la actualización de criterios y estrategias para su do-cumentación, conservación, pro-tección, restauración o gestión.

Este conjunto de interven-ciones sobre los bienes, lugares, conocimientos, modos de vida, expresiones culturales, etc., que integran el patrimonio cultural se fundamenta en la normativa legal, en los recursos humanos y económicos, y en la planifica-ción, programación y ejecución de proyectos.

La normativa delimita y cla-sifica el patrimonio cultural y proporciona los criterios genera-les de protección, conservación y fomento, así como las respon-sabilidades de los titulares de

los bienes y las competencias que corresponde a los diversos organismos públicos en la tu-tela y preservación, junto a los procedimientos prácticos para hacer efectivas estas disposicio-nes1. Los recursos humanos y económicos van a determinar el alcance de las medidas y el de-sarrollo de las acciones de inter-vención sobre el patrimonio cul-tural. En este sentido se ha ex-perimentado una gran evolución al incorporarse a los recursos de las administraciones públicas las aportaciones e iniciativas de

Estrategias de planificación y actuación en el Patrimonio Histórico Industrial de

BENITO ARNAIZ ALONSO. Dirección General de Patrimonio Cultural. Consejería de Educación y Cultura. Junta de Castilla y León

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mecenazgo y patrocinio de fun-daciones, instituciones privadas, asociaciones y particulares; con-tribución, que deben incremen-tarse en el futuro pero que mar-ca unas pautas imprescindibles para abordar la conservación del patrimonio cultural2.

La ordenación de actuacio-nes sobre el patrimonio cultural requiere siempre una planifica-ción previa que establezca los criterios de selección de bienes culturales, las prioridades -im-prescindible para decidir el or-den y grado de las intervencio-nes-, una programación de pro-yectos a desarrollar en un plazo temporal y unas estrategias para su gestión y posterior manteni-miento. Esta planificación que va a definir el carácter, la me-todología de la intervención y la administración del patrimonio cultural, será determinante de cara a su valoración y preserva-ción futura.

A estos criterios generales responde el Plan PAHIS 2004-2012 del Patrimonio Histórico de Cas-tilla y León, que ha supuesto la puesta en marcha de nuevas ini-ciativas y proyectos con novedo-sos instrumentos de programa-ción y gestión, y cuyas aportacio-nes en lo referente al patrimonio histórico industrial analizamos más adelante.

La diversidad del patrimonio histórico industrial en Castilla y León3

Previamente al análisis de las acciones contempladas en el Plan PAHIS puede ser de utilidad tener unas referencias mínimas sobre el patrimonio industrial en Castilla y León. Para ello, hay que tener en cuenta dos aspec-tos que definen sus característi-cas: la configuración geográfica y la trayectoria histórica de la Comunidad Autónoma. El espa-cio territorial está compuesto por una amplia cuenca sedimentaria, delimitada por sistemas monta-ñosos, con un origen y unas ca-racterísticas geológicas distintas (a grandes rasgos e puede ha-blar de las siguientes unidades

geológicas: el macizo Hespérico, los terrenos del Mesozoico, las cuencas y plegamientos orogé-nicos terciarios y los depósitos cuaternarios). Esta configura-ción geográfica determina la ubi-cación y las características de los yacimientos mineros, de las fuentes de energía y de las infra-estructuras necesarias que han sido realizadas a lo largo de la historia para la obtención, uso y distribución o comercialización de estos recursos. Las formas de explotación de los yacimientos mineros, junto con el aprovecha-miento de otros elementos na-turales - agua, vegetación, etc.- definirán los distintos periodos culturales y caracterizarán los avances tecnológicos, con la con-siguiente incidencia en los modos de vida.

El empleo cuarcitas y silex ha caracterizado los primeros momentos de la historia y su fa-bricación se ha caracterizado por un progresivo dominio de las téc-nicas de tallado y elaboración de herramientas y utensilios, lo que ha llevado hablar habitualmente de industrias líticas. El paulatino descubrimiento de metales y de su forma de tratarlo dará lugar a diferentes periodos definidos por los avances de las técnicas me-talúrgicas; aunque la minería de estos momentos, desde un punto de vista productivo es muy redu-cida y no alcanzará una dimen-sión destacable hasta las explo-taciones auríferas romanas. Los nuevos métodos de obtención del mineral, de ordenación del terri-torio y de organización del traba-

jo, se reflejan en uno de los pai-sajes mineros más enigmáticos y excepcionales, conocido con el nombre de Las Médulas. Su valor y singularidad ha sido reconocido por su declaración como Paisaje Natural y Bien de Interés Cultural, así como por su incorporación a los bienes integrantes del Pa-trimonio Mundial. La búsqueda en este momento del preciado mineral áureo ha quedado tam-bién reflejada en otros lugares de Castilla y León, destacando las explotaciones realizadas en la Sierra de la Peña de Francia. No será hasta el siglo XIX cuando comiencen las explotaciones de los yacimientos carboníferos y ferruginosos en grandes exten-siones, que van a caracterizar los primeros momentos de la revolu-ción industrial y que origina unas comarcas y unas localidades con actividades especializadas y definidas por una determinada estructura social y planificación territorial y urbana.

La construcción de viviendas o edificios con diversas tipolo-gías ha requerido históricamen-te tanto hábiles artesanos como procedimientos de obtención de la materia prima y el empleo de instrumental y maquinaria ade-cuados. El aprovechamiento de los materiales proporcionados por el entorno cercano ha dado lugar a un diverso y excepcional patrimonio construido en toda Castilla y León, que, lamentable-mente, tiene graves problemas de conservación, tanto por los cambios de modos de vida como por la pérdida de gran parte de los especialistas y de los cono-cimientos en la obtención y em-pleo de estos recursos del medio natural. La necesidad del agua para la vida humana y para la ob-tención de recursos alimenticios, origina la planificación de su con-sumo y la regulación de su uso desde los primeros momentos de la historia. Su aprovechamiento como fuente de energía próxi-ma y de fácil uso, se refleja en la abundancia de ingenios hidráuli-cos con distintas funciones y du-rante varios siglos. La capacidad

Logo Plan PAHIS / JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

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de encauzarlo y reconducirlo se traducirá en emblemáticas obras de ingeniería a lo largo de la his-toria - acueductos, canales, em-balses, etc.-. El aire, que actual-mente mueve grandes aerogene-radores, movió en su momento molinos de viento, emblemáticos en algunas regiones de España y europeas y prácticamente per-didos y olvidada su existencia en Castilla y León.

El patrimonio histórico in-dustrial en Castilla y León se caracteriza, por tanto, por un conjunto de aspectos directa-mente interrelacionados con su configuración territorial y con su historia. En primer lugar, de su configuración geológica se ha derivado una intensa activi-dad minera en áreas geográficas concretas y especializadas: ob-tención de materiales construc-tivos -caliza, arenisca, pizarras, yesos, arcillas, etc.-; explotación recursos energéticos -hulla, an-tracita, hidrocarburos, uranio, etc.-; obtención de minerales metálicos -cobre, estaño, hie-rro, plomo, oro, etc. La orografía ha determinado las dificultades históricas para el transporte y

la ejecución en determinados momentos de infraestructuras innovadoras para paliar este pro-blema, como la construcción del Canal de Castilla. Las actividades agropecuarias han dejado un am-plio muestrario de infraestructu-ras e instalaciones, como todas las relacionadas con la Mesta, la obtención de lana y su poste-rior tejido, etc.; con localidades y territorios especializados - los esquileos de la sierra de Segovia,

los núcleos textiles de Béjar, Pa-lencia, Val de San Lorenzo, etc.-. La elaboración de los alimentos básicos motivó en las socieda-des históricas la instalación de ingenios hidráulicos para moler el grano de las cosechas; la in-dustrialización y cambio de los sistemas productivos a partir del siglo XIX dará lugar a la cons-trucción de fábricas harineras monumentales, concentradas en diversas comarcas y locali-dades. Estos son algunos de los numerosos aspectos que explica la gran diversidad de tipologías, que se deriva de las materias pri-mas utilizadas, de las diferentes fuentes de energía, de los grados de mecanización, de las carac-terísticas constructivas, de los procesos de producción, de los bienes a producir, del sistema de comercialización, de los sectores sociales implicados, etc.

En segundo lugar, hay que destacar que Castilla y León ha estado históricamente en la van-guardia de las innovaciones tec-nológicas y en su territorio se han emprendido iniciativas in-dustriales novedosas: instalación de la Real Casa de la Moneda

Canal de Castilla/ ARCHIVO JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

“La ordenación de actuaciones sobre el patrimonio culturalrequiere siempre una planificación previa que establezca los criterios de selección de bienes culturales,las prioridades

–imprescindible para decidir el orden y grado de las intervenciones–, una programación de proyectos a desarrollar en un plazo temporal y unas estrategias para su gestión y posterior mantenimiento.”

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blece nuevas pautas de interven-ción y de gestión del patrimonio cultural. El eje es un programa estratégico territorial en el que confluyen los planes básicos de documentación e intervención y los diferentes planes sectoria-les de cada uno de los tipos de bienes que integran el patrimo-nio cultural. En consecuencia, los grandes proyectos tienen un carácter territorial y proponen actuaciones sistemáticas e inte-grales en un ámbito geográfico o en un conjunto de bienes rela-cionados culturalmente. Por otra parte, esta metodología implica la participación de agentes socia-les o instituciones locales y pro-mueve una gestión que convierta en permanente y sostenibles las acciones de protección e inter-vención sobre un territorio y sus bienes culturales.

Todo lo expuesto constituye la base a partir de la cual se ha diseñado y planificado, por pri-mera ocasión, una estrategia co-herente a medio plazo para el patrimonio histórico industrial, coordinada con el resto de planes generales y sectoriales del patri-monio cultural. El plan sectorial dedicado al patrimonio histórico industrial se ha organizado en cinco programas: libro blanco, inventario, comarcas mineras,

grantes del legado histórico.El patrimonio industrial está

integrado, por tanto, por el con-junto de vestigios materiales, testimonios históricos, conoci-mientos y testimonios orales de los procesos productivos y de su tecnología. Lo que incluye:

- Lugares e inmuebles: pai-sajes industriales (territorio con testimonio de actividad industrial, como cuencas mi-neras); conjuntos Industria-les (componentes materiales y funcionales de una activi-dad industrial, como facto-rías); Poblados y viviendas obreras; Infraestructuras (redes de transporte y comu-nicaciones, etc.).

- Maquinaria y herramientas.- Procesos y conocimientos:

producción, trabajo, técnicas- Fuentes documentales.- Fuentes orales.

La actuación en el patrimonio histórico industrial de Castilla y León: el Plan PAHIS4

Por acuerdo de 31 de mar-zo del 2005, la Junta de Castilla y León aprueba el Plan PAHIS, 2004-2012, del Patrimonio Históri-co de Castilla y León, que partien-do de la experiencia de planes anteriores y de un diagnóstico de la situación del patrimonio, esta-

del siglo XVI en Segovia; las in-novaciones en los sistemas de obtención de energía de los cur-sos de agua, como los molinos de cubo y regolfo; la instalación de varias Reales Fábricas en el siglo XVIII; la construcción del Canal de Castilla y de las fábri-cas asociadas al mismo; las ini-ciativas siderúrgicas en Sabero y las posteriores explotaciones mineras de las cuencas de León y Palencia.

Todo ello ha originado, en tercer lugar, un amplio conjunto de bienes de carácter industrial procedentes de diferentes épo-cas y etapas industriales. Con-junto patrimonial que está some-tido a diferentes situaciones: un estado de abandono por la pérdi-da de funcionalidad; un proceso de transformación industrial, al estar vinculado a una renovación derivada de las mejoras tecno-lógicas lo que ha originado, en muchas ocasiones, la superpo-sición de diferentes sistemas de producción y construcciones; a un cambio de ubicación por el cambio de uso de determinados espacios urbanos que implica la movilidad de industrias y la existencia de edificios que deben cambiar su función al quedar in-cluidas en nuevas zonas de las ciudades.

Las instalaciones industria-les, en cuarto lugar, tienen ha-bitualmente una incidencia en el espacio y territorio circundante derivado del aprovechamiento de los recursos energéticos, lo que produce un impacto en el medio, originando en ocasiones unos paisajes singulares, testimonio de actividades significativas de un momento histórico, que de-ben ser objeto de valoración pa-trimonial. Así mismo, estas ins-talaciones han supuesto también una organización de los lugares de trabajo, la construcción de re-sidencias de obreros y empresa-rios, y la realización de amplias infraestructuras, como vías de transporte, generando todo ello unas tipologías arquitectónicas y de obras de ingeniería que deben ser analizadas como bienes inte-

Exposición ARPA 2006 / ARCHIVO JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

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participación y coordinación con otras iniciativas nacionales, eu-ropeas e Internacionales en re-lación con el Patrimonio Indus-trial. Para la elaboración de este libro blanco ya se ha puesto en marcha una comisión de técnicos especializados en diferentes as-pectos del patrimonio industrial que se reúne periódicamente y que trabaja para la elaboración de los aspectos señalados.

El segundo programa se de-dica al Inventario del Patrimonio Histórico Industrial, como he-rramienta básica de protección, definición de uso y planificación de intervenciones, y como docu-mentación para la elaboración de propuestas de declaración de Bienes de Interés Cultural de los conjuntos más significativos e inclusión de los representativos en el Inventario de Bienes Cul-turales de Castilla y León. Ini-ciativa que se completará con la elaboración de materiales y recursos didácticos a partir de

nes concretas encaminadas a la salvaguarda, conservación y di-fusión del patrimonio industrial de acuerdo con los programas establecidos en el Plan PAHIS. En el libro se incluirán también los criterios de valoración y se-lección de los bienes industriales representativos de los diversos sectores industriales, de las di-ferentes etapas de industriali-zación y de los diferentes terri-torios, partiendo de los siguien-tes aspectos: valor testimonial, singularidad-representatividad, autenticidad e integridad; Valor histórico-social, tecnológico, ar-tístico-arquitectónico y territo-rial; viabilidad de restauración, estado de conservación y situa-ción jurídica. Se reflexionará y se definirán las posibles estrategias de conservación-normativa, fo-mento, sensibilización y difusión, recuperación técnica y fomento de producción de determinados materiales. El estudio preten-de, igualmente, crear cauces de

instalaciones fabriles y explota-ciones extractivas antiguas.

El Libro Blanco del patrimo-nio industrial en Castilla y León tiene como objetivo la elabora-ción de directrices de análisis, documentación, información, y la definición de propuestas de intervención. En el mismo se re-flexionará sobre los criterios de delimitación y clasificación del patrimonio industrial, en el con-texto histórico y territorial es-pecífico de Castilla y León, se diseñará la metodología y he-rramientas para su catalogación y documentación –inventarios generales, inventarios específi-cos y sectoriales, catalogación de bienes y de fuentes documen-tales, elaboración de bases de datos y de archivos documenta-les on-line, etc.–. Así mismo, se pretende definir los criterios y establecer la metodología y las estrategias de actuación para su conservación, protección, uso y difusión, y planificar actuacio-

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los trabajos de documentación y catalogación. Se ha establecido para ello un calendario de ac-tuaciones, estando ya realizados trabajos de inventario en alguna de las provincias de Castilla y León, en otras en fase de ejecu-ción y en otras incluidas en las programaciones de los próximos años. Hay que destacar en este programa la firma de un proto-colo entre la Junta de Castilla y León, el Consejo Regional de Cá-maras de Comercio e Industria de Castilla y León y Caja España. En este instrumento de planifi-cación se incluye tanto la reali-zación de los inventarios y su di-fusión - mediante la publicación y la inclusión en páginas web-, la organización de exposiciones divulgativas y la celebración de foros entre profesionales, insti-tuciones y particulares vincula-das con el patrimonio industrial.

El tercero de los programas se dedica a las comarcas mine-ras, con las siguientes acciones: elaboración del inventario de las instalaciones vinculadas a las explotaciones mineras, así como de todo tipo de infraestructuras y

maquinaria asociadas a las mis-mas; conservación y creación de museos de determinados con-juntos e instalaciones mineras; y la adopción de medidas relativas a la protección y actuación terri-torial que conlleven la utilización de las instalaciones del patrimo-nio industrial e incidan en el de-sarrollo cultural y social de las poblaciones de estas comarcas. En esta programación destaca la creación del Museo de la Mine-ría de Castilla y León, para lo que ya se ha restaurado la ferrería de San Blas y su entorno urbano en Sabero -León-, en la que se está realizando el montaje mu-seográfico por la Dirección Ge-neral de Promoción e Institucio-nes Culturales. Paralelamente se ha diseñado un plan para toda la cuenca minera de Boñar-Sabero que contempla la programación territorial de diversas acciones, alguna de las cuales están tam-bién en ejecución, como la ade-cuación para la visita pública de la mina de Sucesiva por parte de la Dirección General de Turismo. Se promueve, por tanto, la parti-cipación de distintos organismos

y entidades, coordinados bajo un programa y unas directrices co-munes orientadas a la revitaliza-ción de municipios que han teni-do una fuerte transformación por la modificación de su estructura económica. También se ha re-dactado un avance de directrices para toda la minería histórica en Castilla y León, delimitando di-ferentes unidades territoriales y de planificación sobre los bienes patrimoniales. Continuando con trabajos ya iniciados en la década de los años ochenta, se ha fir-mado un convenio a varios años entre la Consejería de Cultural y Turismo de la Junta de Castilla y León, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, para el desarrollo de trabajos de in-vestigación arqueológica, conso-lidación de yacimientos, montajes expositivos, propuestas de orde-nación del territorio, itinerarios y control de la circulación por las zonas, así como asesoramiento científico y supervisión técnica de las propuestas y proyectos de actuación en las zonas en que se produjo una actividad minera en época antigua, centradas en Las

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Médulas y territorios asociados del occidente de León, y zonas mineras de Pino del Oro y los Arribes del Duero (Zamora y Sa-lamanca).

El siguiente programa se de-dica a las instalaciones fabriles con las siguientes finalidades: establecer medidas para su pro-tección y conservación; intervenir en aquellas que sean representa-tivas de los sectores económicos industriales, cualquiera que sea su tipología funcional y producti-va, con los objetivos de conservar y mantener un conjunto significa-tivo de los distintos asentamien-tos industriales, estudiando las alternativas de nuevos usos; y la organización de actividades que permitan obtener recursos que puedan contribuir al desarrollo de las poblaciones afectadas. En este programa destaca el pro-yecto de rehabilitación del Real Ingenio de la Moneda en Segovia, en el que participa el Ministerio de Vivienda, el Ayuntamiento de Segovia y la Junta de Castilla y León y que supondrá la recupe-ración de uno de las más emble-máticas y antiguas instalaciones industriales de España.

El último programa especí-fico está destinado a las explota-ciones extractivas antiguas, que pretende: conservar infraestruc-turas y conjuntos de instalacio-nes históricas que han supuesto la obtención de productos de la naturaleza y su transformación por el hombre, y poner en valor las actividades relacionadas con estas instalaciones mediante la creación de centros y aulas de visita o exposición pública. Se ha efectuado ya un plan director del conjunto de las salinas de Poza de la Sal, en el que se contempla desde una planificación de todo el territorio hasta unas interven-ciones concretas que permitan adecuar para su visita y poner en valor determinadas instalacio-nes de producción y obtención de sal, así como la creación de un conjunto de rutas, señalización, centros de información, etc.

Con esta amplia programa-ción a ocho años se ha puesto en

marcha de forma específica un conjunto de intervenciones coor-dinadas que abordan el conjunto del patrimonio histórico indus-trial en Castilla y León, atendien-do a la diversidad de bienes que lo integran y planificando acti-vidades de investigación, docu-mentación, protección, conser-vación, restauración, difusión y puesta en valor5.

El patrimonio histórico industrial “un legado de futuro”

A partir de los años sesen-ta del siglo XX se ha reconocido paulatinamente el valor histórico y cultural del patrimonio indus-trial y se ha ido incorporando en los catálogos de bienes a pro-teger y en las programaciones de conservación y restauración, aunque todavía son habituales numerosas destrucciones sin que se contraste su interés o se documente correctamente. Las características y las posibilidades que ofrece su puesta en valor, interpretación, adaptación para museos, nuevas funciones, etc., plantean un reto para su preser-vación y gestión, y, a la vez, abre un amplio campo de actuaciones. La reseña de algunas iniciativas y proyectos nos permiten descubrir su importancia histórica y la pro-yección que tiene para el futuro.

La destrucción de determina-das construcciones e instalacio-nes industriales motivaron hace medio siglo, aproximadamente, el surgimiento de iniciativas ciu-dadanas para su defensa y un amplio conjunto de acciones, re-flexiones y proyectos que dieron lugar al nacimiento de asociacio-nes para su protección, al desa-rrollo de trabajos de investiga-ción y congresos internacionales –en los que se ha ido definiendo lo que se entiende por este tér-mino y estableciendo la meto-dología de estudio, conservación y valoración–, y a la creación de museos, centros de interpreta-ción y proyectos de rehabilitación con diferentes criterios.

En este conjunto de iniciati-vas destaca la creación en 1978 del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio In-dustrial (TICCIH, the internacio-nal comité for the conservation of industrial heritage6), que ha elaborado documentos, crite-rios y pautas para proteger es-tos bienes y ha desempeñado una destacada labor de aseso-ramiento ante ICOMOS para el reconocimiento a partir de 1990 de lugares industriales como in-tegrantes del patrimonio de la humanidad.

En España reseñamos a con-tinuación un conjunto de inicia-

Salina de Poza de la Sal / ARCHIVO JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

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de puesta en valor, cooperar en planes y proyectos de preserva-ción del patrimonio industrial en el ámbito internacional, etc. Las jornadas internacionales sobre patrimonio industrial, celebra-das desde 1999, han permitido el encuentro de profesionales e interesados y la realización de publicaciones monográficas que constituyen fuentes de consulta imprescindibles para el patrimo-nio industrial9.

En la comunidad de Castilla y León, en conformidad con el Plan PAHIS, 2004-2012, se ha puesto en marcha un convenio de cola-boración a varios años entre la Consejería de Cultura y Turismo, de la Junta de Castilla y León, el

le ha convertido en referencia in-ternacional, desempañando un importante papel en la TICCIH y en la valoración del patrimonio industrial mundial8.

Por la actividad desarrollada a lo largo de más de veinte años destaca la "Asociación de Arqueo-logía Industrial, Patrimonio Cul-tural y Natural", INCUNA. Es una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, con sede en Asturias, que agrupa a las perso-nas interesadas en la protección, estudio y fomento del patrimonio industrial. Para ello tiene como objetivos conocer y divulgar el patrimonio industrial, fomentar actividades que contribuyan a su conocimiento, realizar proyectos

tivas de gran alcance y diferen-tes objetivos sobre el patrimonio industrial -a modo de ejemplo, sin pretender realizar una rela-ción de todas las que existen-. El Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio His-tórico Español de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y en colaboración con las Comunidades Autónomas, ha puesto en marcha en el año 2000 el Plan Nacional del Patrimonio Industrial. En el mismo se expli-can las razones que aconsejan su redacción, se define que se entiende por Patrimonio Indus-trial, se establece una clasifica-ción por sectores o áreas indus-triales, se elabora los criterios de selección y valoración de los bienes industriales, y se realiza un listado con una selección de las instalaciones y bienes repre-sentativos para la programación de acciones con los recursos adscritos a este Plan Nacional. En conformidad con este Plan se han desarrollado un conjunto de intervenciones sobre bienes industriales por el Ministerio de Cultura en coordinación con los órganos competentes de las Co-munidades Autónomas y se han establecido unas pautas de refe-rencia para la protección y valo-ración de este legado histórico7.

Entre las labores más sig-nificativas en la conservación de instalaciones industriales y en la valoración y difusión del patrimonio industrial sobresa-le el trabajo desarrollado desde el Museo Nacional de la Ciencia y la Técnica de Cataluña creado en 1990. Vinculado al mismo se ha establecido un sistema terri-torial que agrupa a diferentes museos, cada uno singular y re-presentativo de un sector indus-trial o de la industrialización de un territorio y todos regulados por unos principios rectores y unas estrategias de marca, de red museística de gestión y de colaboración para la prestación de servicios y organización de actividades. La capacidad de li-derazgo del Museo y su esfuerzo a favor del patrimonio industrial

Patrimonio Industrial abandonado / CÉSAR MARTÍN

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la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patri-monio Histórico Español y Real Decreto 111/1986, de 10, de desarrollo parcial de la Ley 16/1985. Se puede consultar también la página web del Ministerio de Cultura que recoge información sobre diversos aspectos del patrimonio histó-rico y cultural.

Para Castilla y León consultar: la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimo-nio Cultural de Castilla y León (BOCyL nº 139, de 19 de julio de 2002; nº 217, de 8 de noviembre de 2002; y Ley 8/2004, de modificación de la Ley 12/2002, BO-CyL nº 246, de 23 de diciembre de 2004 y BOCyL nº 4, de 7 de enero de 2005), y el Decreto 37/2007, de 19 de abril, por el que se aprueba el Reglamento para la protección del Patrimonio Cultural de Castilla y León (BOCyL nº 79. de 25 de abril de 2007).

2. Dar una relación de instituciones privadas que intervienen sobre el pa-trimonio cultural sería excesivamente amplio, pero queremos reseñar algunas destacadas en Castilla y León, sin que ello presuponga ningún criterio de cla-sificación o baremación de importancia: Fundación Siglo para las Artes de Cas-tilla y León; Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León; Fundación Edades del Hombre; Fundación Santa María La Real-Centro de Estudios del Románico; Fundación Caja Madrid; etc.

3. Para una aproximación al patri-monio histórico industrial de Castilla y León consultar las referencias biblio-gráficas incluidas al final, que suponen una selección muy sintética de la am-plia bibliografía existente.

4. Consultar: Plan PAHIS, 2004-2012, del patrimonio histórico de Castilla y León, editado por Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Turis-mo, Valladolid 2005. La obra contiene el Acuerdo aprobando este Plan, así como una introducción sobre el patri-monio cultural y un balance del Plan de Intervención en el patrimonio histórico de Castilla y León durante el periodo 1996-2002.

5. Únicamente se mencionan de for-ma genérica los proyectos programa-dos o en ejecución sobre el patrimonio industrial y minero de Castilla y León, sin incluir datos específicos de autores o directores de proyectos o propuestas concretas, que requerirían un espa-cio más amplio para su explicación. De cualquier forma la mayor parte de los proyectos forman parte de los archivos documentales y técnicos de la Direc-ción General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Turismo, es-tando prevista solamente la publicación parcial de resultados y conclusiones de forma progresiva a medida que avance su ejecución.

6. Ver su página web: http://www.mnactec.com/TICCIH/, y especialmente la Carta de Nizhny Tagil sobre el Patri-

fusión del patrimonio industrial de Castilla y León.

Con este conjunto de iniciati-vas señaladas se ha iniciado una estrategia de cara al futuro que aborda los retos de difusión y promoción de la valoración del patrimonio histórico industrial, promueve la protección de los bienes integrantes de todas las tipologías y características con su documentación y reconoci-miento mediante su progresiva inclusión en las categorías de protección especial de la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, y prevé la conservación de conjuntos significativos así como la creación de redes de instala-ciones industriales adaptadas a museos y abiertas al público. Re-tos y tareas programadas a me-dio plazo que deberán irse mate-rializando con la colaboración y participación de diferentes insti-tuciones para lograr una gestión integral que permita convertir en permanentes y sostenibles las acciones de protección y conser-vación del patrimonio. ■

> NOTAS

1. Sobre normativa referida al patri-monio histórico y cultural consultar:

Normativa sobre el Patrimonio His-tórico Cultural, editada por el Ministerio de Educación y Cultura; especialmente

Consejo Regional de Cámaras Oficiales de Comercio e Industria de Castilla y León y Caja España de Inversiones, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, con la finali-dad de desarrollar un conjunto de acciones coordinadas para la documentación, difusión y puesta en valor del patrimonio histórico industrial en Castilla y León. Di-chas acciones que se enmarcan dentro del lema "Patrimonio his-tórico industrial en Castilla y León: un legado con futuro", se concre-tan en la realización del inventa-rio de los bienes integrantes del patrimonio industrial, en la edi-ción de sus resultados –en publi-caciones de carácter técnico, de difusión, y en la elaboración de una página web–, en la promo-ción de su valoración, mediante la celebración de foros y reunio-nes técnicas para dinamizar los trabajos de inventario y sensibi-lizar sobre su significado, y en la organización de exposiciones por toda la Comunidad de Castilla y León. Este acuerdo, que consti-tuye un método de trabajo nove-doso, supone una participación importante de la iniciativa priva-da y una implicación directa de los agentes sociales que generan y gestionan iniciativas económi-cas relacionadas con las activi-dades industriales10. En breve, se pondrá en funcionamiento, como hemos señalado, el Museo de la Siderurgia y la Minería en Sabero (León), un proyecto inédi-to sobre el patrimonio industrial, que ha permitido recuperar la antigua ferrería de San Blas y de su entorno y que expondrá los sistemas de explotación y el modo de vida ligado a las cuen-cas mineras. El proyecto museo-lógico se está completando con otras actuaciones, ya iniciadas por de diferentes departamentos de la Junta de Castilla y León, sobre instalaciones mineras en el territorio circundante. Por otra parte, estas infraestructuras cul-turales en Sabero generarán un punto de encuentro y un centro de documentación y promoción de actividades vinculadas con la documentación, protección y di-

“En la comunidad de Castillay León, en conformidad con el Plan PAHIS, 2004-2012, se ha puesto en marcha un convenio de colaboración a varios años entre la Consejería de Cultura yTurismo, de la Junta de Castilla y León, el Consejo Regional de Cámaras Oficiales de Comercio e Industria de Castilla y León y Caja España de Inversiones, Caja de Ahorros y Monte de Piedad,con la finalidad de desarrollar un conjunto de acciones coordinadaspara la documentación,difusión y puesta en valor del patrimonio histórico industrial enCastilla y León.”

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monio Industrial, aprobada en Julio de 2003 (en la que se define el patrimonio industrial; se enumeran sus valores; se señala la importancia de la cata-logación, registro e investigación; se indican las pautas para su protección legal; se dan criterios de mantenimien-to, conservación; se incluyen su consi-deración en la educación y formación; y se exponen los criterios y medios de presentación e interpretación).

7. Ver información sobre el Plan Nacional de Patrimonio industrial en: http://www.mcu.es/patrimonio/MC/IPHE/PlanesNac/PlanIndustrial/Patri-monioIndustrial.html

8. Ver http://www.mnactec.cat/9. Consultar su página web: http://

www.incuna.org10. Las acciones previstas en este

convenio están comenzando a salir a la luz, destacando hasta el momento la realización de un stand y un foro técni-co en la V edición de AR&PA, Feria del Arte y de la Restauración, celebrada en el año 2006, y la próxima aparición de publicaciones sobre trabajos de cata-logación.

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 43

JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ y JESÚS SAN JOSÉ ALONSO. Profesores Titulares del Departamento de Urbanismo y Representación Arquitectónica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid

Levantamiento Fotogramétrico de la Fábrica / ARCHIVO LFA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

IntroducciónA lo largo de la historia de la

representación arquitectónica ha sido una constante la aplicación de las nuevas tecnologías a la captura y traducción gráfica de los datos de los bienes arquitec-

tónicos. El patrimonio industrial no es una excepción a esta regla sino que, por el contrario exige una mayor demanda de tecno-logías y sistemas que permitan registrar no solo su arquitectura sino también aquellas máquinas

que hicieron posible las activi-dades industriales que en esos recintos se desarrollaban.

A tal efecto durante el año 2007 se ha comenzado el desa-rrollo de un proyecto piloto, que consiste en la documentación

Nuevas Tecnologías y Patrimonio Industrial. Levantamiento fotogramétrico de la Fábrica

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también marcados (el Canal de Castilla, el proceso de trans-formación del grano; los oficios desaparecidos etc.). Es impor-tante que este material multime-dia pueda ser ejecutado desde la red.

e). Obtención de una maque-ta virtual, para su incorporación al Google Earth que pueda servir de enlace a los diferentes ele-mentos.

f).Consecución de un modelo tridimensional como soporte de "videojuegos", un escenario sim-plificado pero complejo.

g).Incorporación de los di-ferentes elementos en una base de datos en red, particularizada para el edificio.

h). Elaboración de un au-diovisual que cuente el sistema constructivo de la fábrica, este audiovisual tendrá diferentes destinos y por lo tanto formatos y tamaños (YouTube, DVD, etc.).

Para poder conseguir alcan-zar todos estos objetivos y ac-ciones planteados es necesario obtener varias redacciones:

Patrimonio Industrial de la Pro-vincia de Valladolid

b). Elaboración de las plani-metrías necesarias para poste-rior intervenciones que pueden ir desde el proyecto de rehabilita-ción para museo, hasta su adap-tación para personas con disca-pacidad, incluyendo estudios de accesibilidad, control de defor-maciones, etc.

c). Inclusión del edificio en la Red (www) para su conocimien-to y difusión. Incluyendo el uso que tenía la fábrica (entendiendo como tal el proceso de transfor-mación del grano en harina).

d). Elaboración de material didáctico orientado a grupos de edad predefinidos, para temas

exhaustiva a través del uso de las TIC de la fábrica de harinas San Antonio, edificio situado en la dársena del Canal de Castilla, en Medina de Rioseco.

Tomando este edificio como modelo de prueba, el objetivo planteado ha sido desarrollar una nueva metodología de docu-mentación que comprenda todos los aspectos que afecten al cono-cimiento del edificio y de las acti-vidades que en él se realizaban.

La premisa de partida es que la documentación redactada debe facilitar una información de fácil consulta para ser utilizada por todos los agentes que intervienen en la conservación y gestión del edificio; al mismo tiempo debe poder ser comprendida por desti-natarios finales de diferentes ám-bitos o dedicados a actividades no relacionadas con la arquitectura ni con el patrimonio.

Partiendo de estas conside-raciones las acciones realizadas son:

a). Incorporación del edificio a un catálogo de datos para el

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Pagina WEB- Generación de página o páginas

WEB sobre el edificio y temas relacionados con él y con las actividades en torno a la pro-ducción harinera.

- Recopilación de memoria histó-rica, documental, etc

Video o videos- Informe-documento y video so-

bre el proceso de elaboración del modelo desde las nubes de puntos.

Modelo del estado actual (3D)- Modelo sólido (generado des-

de programas de cad de uso convencional: Autocad o Ar-chiCad)

- Modelo automático- M o d e l o p u n t u a l ( V R L M

de las nubes de puntos) Bases de datos- Base de datos que integre tan-

to imágenes fotográficas como datos de documentos relativos al edificio

Sistema de información fotográfico - En pdf. o con sistemas inde-

pendientes. Levantamiento: manual, topográfico, láser- Croquis - Nubes de puntos obtenida con

escáner 3D de FARO- Nubes de puntos obtenida con

escáner 3D de OPTECH.- Apoyo topográfico para la nive-

lación Documentación histórica- Planos originales- Videos (voz) de las trabajadores- Bibliografía- Recopilación básica sobre fá-

bricas de harinas; el canal de Castilla.

- Investigación sobre ejemplos similares

Planos del estado actual (2D) - Que describan tanto el empla-

zamiento y las distintas plan-tas de la fábrica, así como sus alzados y su espacio interior, mediante secciones elegidas adecuadamente.

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de sus problemas constructivos y estructurales, así como los re-lativos a los pormenores de sus decoraciones y acabados.

En el caso de edificios indus-triales, un aspecto de especial im-portancia es el conocimiento de la forma en que se ha usado el edifi-cio lo que, en buena medida, viene condicionado por las máquinas y su funcionamiento. Las máquinas y los mecanismos vinculados a ellas son los verdaderos "habi-tantes" del edificio; para alojar-los es para lo que se construyó el edificio, de manera que pueda realizarse la actividad industrial para la que fueron construidas, que puedan ser manipuladas por las personas que las atienden.

En este sentido el levanta-miento de un bien industrial lleva aparejado el levantamiento de las máquinas que hicieron posi-ble su uso, entendiendo que este levantamiento pueda trascen-der de la relación con el edificio, dando lugar a una representa-ción pormenorizada de la máqui-na o del complejo de máquinas para permitir el entendimiento de la realización de una actividad industrial.

Campaña de levantamiento de la fábrica

Los trabajos de levantamien-to de la Fábrica comprenden una variedad de técnicas que se aú-nan en aras de conseguir la ma-

• Arquitectónico (de transfor-mación del entorno urbano/rural)

• De funcionamiento y uso (ac-tividades propias y asociadas)

• Relación con el entorno y el medio físico que establece su emplazamiento (modificacio-nes medioambientales).Realizado el estudio desde

estas premisas, podremos sa-ber lo que el edificio ha supuesto, como llegó a ser en su tiempo de actividad y los motivos de su cambio-abandono; lo que unido al conocimiento de los recursos e intereses actuales permitirá ela-borar estrategias de intervención y propuestas para su recupera-ción y uso o, al menos, perpetuar su memoria.

Desde la dimensión arquitec-tónica la herramienta para aco-meter el inventario, y por tan-to el conocimiento del edificio, es el levantamiento, es decir, la traducción de su esencia y sus características formales y cons-tructivas a representaciones gráficas codificadas y sometidas a un proceso escalar en sus di-mensiones.

Actualmente el levantamien-to se puede verificar con diferen-tes tecnologías, pero todas ellas deben aportar un conocimiento preciso de las características for-males del edificio (lo que se rige por sus valores dimensionales), y permitir el estudio y evaluación

- Video explicativo del edificio, y del oficio. - Video del trabajo (procesos).Modelo reconstruido (3D)- Modelos interpretativos.Por

ejemplo de la estructura, son-del tipo esquema y sirven para comprender el edificio.

El levantamiento como báse gráfica de un trabajo de inventario del patrimonio cultural

Entendiendo el inventario como la herramienta básica de protección y control de un bien, definición de sus usos y estado a la vez que herramienta de plani-ficación de intervenciones, tras-ciende de su sentido de listado o colección clasificada de bienes o elementos.

Por tanto el inventario toma la consideración de documento que permite el conocimiento, en profundidad, del bien (nivel de profundidad que se debe ajustar a nuestros intereses), y permitirá establecer relaciones de depen-dencia, intervención y vinculación con otros bienes o con el medio en el que se inserta.

Evidentemente esto supone la consideración del bien desde diferentes ámbitos disciplinares:

• Histórico (motivaciones eco-nómico-políticas)

• Social y cultural (de implan-tación local, comarcal, regio-nal o nacional)

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yor efectividad a la hora de re-coger los datos de campo, pero también, como se ha dicho, para permitir la mejor exposición de los datos a través de diferentes reelaboraciones gráficas.

En una primera fase del trabajo, fase de toma de datos, tiene cabida tanto la captura de datos tridimensionales mediante el escaneo con láser 3D, como la croquización y medición con cinta métrica y distanciómetro láser de determinados detalles y pormenores de la Fábrica.

El proceso de croquización y acotación se desarrolla a partir del recorrido y conocimiento de los espacios y elementos a reco-ger. En este proceso de captura de datos la actitud analítica del

operador resulta de especial re-levancia, pues la información que se obtiene en la contemplación y recorrido del espacio u objeto a croquizar es incompleta y frac-cionaria, y es el operador quien debe recomponer estos datos en un gráfico que permita tener una referencia clara de la forma completa a la vez que disponer, ordenadamente, los valores nu-méricos de las partes y elemen-tos medidos.

Para garantizar la efectividad en el proceso de croquización y toma de datos métricos las ac-ciones a realizar se pueden con-cretar en los siguientes pasos:

1.- Encajado gráfico de las partes consideradas en el croquis.

2.- Ajuste de las relaciones proporcionales contenidas en la realidad.

3.- Construcción gráfica que valore los elementos y par-tes grafiadas.

4.- Disposición de las líneas de referencia para soporte de las cotas.

5.- Colocación de los valores dimensionales medidos.

Los datos así recogidos po-seen una credibilidad adecuada para poder ser traducidos a redac-ciones gráficas de carácter técnico convencional, con las que definir el objeto arquitectónico tanto de forma general como en lo que se refiere a sus elementos y partes.

Por su parte la digitalización de la información tridimensional

Panorámica de 360º del primer priso de la Fábrica / ARCHIVO LFA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

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cada señal. De este modo, los dispositivos láser 3D terrestres proporcionan información den-sa basada eventualmente en va-rios millones de puntos por cada toma con información geomé-trica 3D y radiométrica. El "pe-gado" de las nubes de puntos asociadas a varias tomas con su-ficiente solapamiento se puede realizar de forma interactiva o automática. Cuando la geometría es complicada, conviene reali-zar el pegado de forma interac-tiva seleccionando manualmente puntos comunes situados en dos o más nubes de puntos. De este modo es posible obtener un mo-delo global 3D que, en particular, facilita la topografía convencional de forma más rápida y precisa.

tener documentaciones métri-camente fiables y de un nivel de detalle antes inalcanzable.

La incorporación de los dis-positivos láser terrestres a fina-les de los años noventa ha per-mitido adaptar los métodos de la fotogrametría tradicional al caso 3D, completando la información y simplificando un esfuerzo inten-sivo y la alta cualificación reque-rida anteriormente para la toma de datos. Actualmente, la mayor parte del trabajo tiene lugar en la fase de procesamiento de imagen.

Un escáner láser produce va-rios cientos ó miles de puntos por cada línea de barrido en los que almacena información mé-trica procedente del tiempo de vuelo asociado a la reflexión de

obtenida por el escáner láser 3D proporciona un mapa de profun-didad de cada escena basado en una nube densa de puntos. Un mapa denso de profundidad que permite integrar diferentes for-matos sobre un único soporte dispuesto en capas a diferente resolución, que pueden ser acce-sibles para diferentes expertos.

A su vez los modelos digita-les discretos 3D proporcionan un soporte duradero y fácilmente actualizable para tareas relacio-nadas con la conservación, eva-luación y difusión del Patrimonio Arquitectónico. Actualmente se ha alcanzado un elevado nivel de calidad en las redacciones fina-les que hace del escáner láser 3D el recurso idóneo para ob-

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Modelo Sólido del piso inferior de la Fábrica de harinas / ARCHIVO LFA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID

El modelo 3D obtenido pro-porciona además información to-pográfica completa que incluye topografía convencional asociada a mapas de curvas de nivel, re-presentaciones digitales basa-das en mallas y una planimetría con un error inferior al obtenido siguiendo una metodología con-vencional. Asimismo, la incorpo-ración de fotografía de alta re-solución permitirá llevar a cabo una restitución digital adaptable a las necesidades del usuario.

En el caso de la Fábrica de harinas San Antonio de Medina de Rioseco se han capturado nu-bes de puntos con dos escáner láser 3D, de tiempo de vuelo di-ferentes; el ILRIS 3d de OPTECH (que permite la toma de datos en un rango de distancias de entre 5 y 1.500 metros), y el FARO LS 880 (que permite la toma de datos en un rango de distancias de entre 0.5 y 80 metros).

En concreto la Fábrica se ha recurrido al escáner de FARO para la captura de los datos en el interior del edificio, pues su forma de trabajo le hace acon-sejable en aquellos escenarios donde se pretenda capturar re-cintos cerrados. Para ello, una vez posicionado en un emplaza-miento desde el que se visualice la máxima dimensión de elemen-tos, el escáner realiza un giro o revolución en torno a un eje ver-tical, ejecutando a su vez un ba-rrido vertical circular, con lo que se obtiene un registro completo de los elementos que se encuen-tran en el espacio que envuelve al escáner.

Por su parte se utilizó el OP-TECH para la captura de puntos exteriores, es decir para captu-rar los datos de las fachadas que cierran el volumen del edificio. También en este escáner, como sucede con el FARO, la densidad de las nubes de puntos pueden ser definidas para establecer la precisión del resultado final. Sin embargo, la forma de trabajo di-fiere considerablemente, pues el escáner trabaja con una posición estática, recogiendo los datos de los objetos a los que se enfrenta.

De manera que para completar el escaneo de una fachada, cuando no es posible alejarse lo suficien-te para poder abarcar el edificio con una sola estación, se deben realizar escaneos sucesivos has-ta completar todas las superfi-cies a recoger.

La ventaja que presenta el escáner para la captura de pun-tos en exteriores es precisamen-te su direccionalidad, pues ello permite acotar el barrido a rea-lizar, orientando la dirección y posición de la captura y limitan-do el ámbito a barrer, haciendo efectivo el tiempo de trabajo.

A partir de la nube de puntos, dado su carácter de información digital, se pueden generar, con diferentes programas informá-ticos visualizaciones 3D (mallas triangulares, superficies textu-razas y en color), con distintos niveles de detalle, de forma pro-porcional al conjunto de datos capturados.

De manera particular el tra-tamiento de la información reco-

gida por el escáner, determina unos archivos que se pueden ex-portar a programas de tipo CAD; de manera que el procesamiento posterior de los datos de la nube de puntos permita obtener infor-mación adicional relativa a me-diciones, trazado de secciones, o interpretación de patologías y alteraciones formales.

A manera de conclusiónPlantear la documentación

de un bien patrimonial constituye una labor deliberada de conoci-miento, en la que deben aunarse tanto los intereses arquitectóni-cos como los históricos, socia-les, culturales, arqueológicos, etc. En la medida que seamos capaces de sintetizar los diferen-tes estudios en una documen-tación de consulta ágil, rápida, de inmediata difusión y acceso a su consulta estaremos contri-buyendo a mantener ese bien, al menos (así es la época en la que vivimos), estaremos garantizan-do su memoria digital. ■

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Archivo del Cábaco / PABLO SÁNCHEZ

El presente artículo se enmar-ca dentro del proyecto "Huella Industrial" desarrollado por la Asociación Llámpara. Patrimonio Industrial.

El Proyecto "Huella Indus-trial. Patrimonio Industrial en las Comarcas de Sierra de Béjar y Francia (Salamanca)", financiado en su mayor parte por el Grupo de Acción Local ASAM (Agrupa-ción Salmantina de Agricultura de Montaña) con fondos Leader+ de la Unión Europea, y por Ban-caja, tiene como objetivo esen-cial preservar y fomentar la me-moria, conservación y puesta en valor del Patrimonio Industrial de la comarca de Sierras de Bé-jar y Francia, promoviendo así la creación de nuevas alternativas de desarrollo en la zona objeto del proyecto.

Esta iniciativa, que tuvo su inicio en el mes de mayo de 2007, consta de varias fases sucesivas pero interrelacionadas, a saber: acercamiento inicial, estudio ex-haustivo de los bienes en cues-tión desde múltiples prismas: histórico, geográfico, arquitec-tónico, artístico, paisajístico,... y propuestas de puesta en valor basadas en herramientas inno-vadoras pioneras en acciones de inventario del Patrimonio (Le-vantamiento Fotogramétrico de tres edificios industriales).

Tras haber realizado el cita-do acercamiento inicial, uno de los aspectos sin lugar a dudas más llamativos del estudio ha sido el concerniente a la explo-

tación de las minas de wolframio en la localidad serrana de El Ca-baco, sorprendente tanto por la importancia histórica que tuvo la extracción de este mineral nece-sario para endurecer el acero en el convulso contexto de la Segun-da Guerra Mundial y los inicios de la dictadura franquista como por el impacto socioeconómico que supuso para la vida cotidiana de los habitantes de esta pequeña pero interesante localidad.

El Cabaco es un pequeño municipio salmantino con alre-dedor de 300 habitantes situado a 958 metros de altitud "no lejos de la orilla izquierda del río Yel-te"1, si bien el río que cruza el pueblo es un afluente de éste, el Gabín. Se emplaza a 68 Kilóme-

tros al sureste de Salamanca en "un cerro de poca altura"2 en la ladera norte de la abrupta Sierra de Francia. La mayor parte de su exigua población continúa dedi-cándose a las tareas agropecua-rias, si bien éstas no fueron las únicas en desarrollarse, ya que sus habitantes también trabaja-ron en la producción de carbón de cisco durante el siglo XIX y en la explotación de canteras de granito y minas de wolframio en la centuria pasada3.

Los orígenes históricos de El Cabaco aparecen ya muy vincu-lados a la minería, ya que duran-te los primeros siglos de nues-tra era aparecen los primeros asentamientos en la zona origi-nados por las explotaciones au-

La lucha por la supervivencia: El Cabaco y las Minas de WolframioPABLO SÁNCHEZ PÉREZ y JOSÉ CARLOS NECHES FERNÁNDEZ Asociación Llámpara. Patrimonio Industrial

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mente a los alemanes8). Durante el último año de la contienda se reducen hasta ser prácticamente inexistentes.

Tres eran las zonas principa-les de extracción de este mineral en territorio español: Canfranc, Galicia y Salamanca. En el caso de la primera el wolframio era vendido a muy bajo coste y por él Alemania pagaba en oro, conoci-do como el oro de los muertos.

Dentro de Galicia, Vigo y A Coruña fueron centro importan-te de la ayuda que la dictadura franquista prestó al Tercer Rei-ch, siendo una de las claves el control de la producción espa-ñola del wolframio. Esto originó una alta actividad de espionaje en el territorio gallego por parte de alemanes, norteamericanos, británicos y españoles.

Wolfram en El CabacoSi nos centramos de forma

concreta en EL Cabaco, la explo-tación del wolframio en la provin-cia de Salamanca tuvo su origen en los municipios de Martinamor,

las presiones de los aliados y sus actitudes pro-Eje. Víveres y ma-terias primas, entre las cuales destacaba el wolframio, se en-viaban a Alemania7, suponiendo una fuente clave de ingreso para la economía española. Los alia-dos, viendo la clara importancia de este mineral, exigen el 25 de Octubre de 1943 el embargo to-tal de las exportaciones de wol-framio a las potencias fascistas, bajo amenaza de cortar el sumi-nistro de petróleo.

La presión británica y ame-ricana hace que los envíos de wolframio sean reducidos de manera drástica durante 1944 (el 2 de mayo es una fecha cla-ve, cuando el embajador norte-americano en España, Carlton J.H. Hayes, firma con el ministro de Asuntos Exteriores español, el General Jordana, un acuerdo por el que España renunciaba a seguir vendiendo wolframio al Tercer Reich, aunque en base a la información contenida en los archivos se puede afirmar que se siguió vendiendo clandestina-

ríferas que los romanos pusieron en marcha en el área conocido como Las Cavenes4.

Sin embargo, el asunto que traemos a colación hace refe-rencia a unas minas muy dis-tintas explotadas muchos años después, concretamente el wol-framio extraído a mediados del siglo XX que provocó, a pesar de la brevedad de la explotación, tal impacto que la localidad llegó a transformarse en un auténtico "tumulto babilónico."5

El wolframEl wolframio o wolfram, tal

y como lo denominan los oriun-dos de la zona, es un mineral de aspecto grisáceo y brillante y de gran dureza, que nunca apare-ce libre en la naturaleza, sino en combinación con otros metales como la scheelita y la wolframita. Sus usos son diversos, tales como la fabricación de filamentos para lámparas incandescentes y resis-tencias y contactos y eléctricos.

Sus aprovechamientos su multiplican con aleaciones de otros minerales. Sin embargo, por lo que a nosotros interesa, su importancia estratégica resi-de en su capacidad para endure-cer el acero que posteriormente sería utilizado, en el contexto bé-lico de una guerra mundial, en la fabricación de carros de combate y armamento antiaéreo principal-mente, pero también de buques y cualquier otra maquinaria.

Era considerado por lo tan-to como un mineral de vital trascendencia por parte de los países enfrascados en la lucha militar, y como su demanda no dejó de aumentar tras el inicio de las hostilidades, su cotización se dispararía hasta convertir su explotación en nido de nuevas y rápidas fortunas, pero también en origen de actividades ilícitas e inversiones fracasadas en una España posbélica depauperada, hambrienta y deprimida que ini-ciaba una larga dictadura militar.

Algunos detalles históricos6

España, en los años del con-flicto, seguía debatiéndose entre

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Una vez que se extraía la tie-rra, y gracias a los canales y to-rrenteras naturales que corrían por el terreno, ésta era dispues-ta en unas rudimentarias cajas de madera por donde se deja-ba transcurrir el agua. Mientras, los mineros bateaban el depósi-to para que el líquido se llevara la tierra, dejando el wolframio (y otros minerales16) en el reci-piente debido a su mayor peso específico.

Al finalizar la jornada, el operario acudía a las casetas construidas por las diferentes empresas con el objeto de alma-cenar el mineral. En esas mis-mas instalaciones se pesaba el wolfram, se pagaba la retribu-ción correspondiente al traba-jador, sirviendo asimismo como lugar de cobijo y habitación de los guardas contratados por los empresarios y encargados de la supervisión de las extracciones.

cambio de una tasa en propor-ción al número de trabajadores empleados.

Candido González, fue uno de los primeros naturales de El Cabaco quien, junto con Gonzalo Casado, comenzó con el apro-vechamiento de las minas. Poco tiempo después se inició una explotación masiva por parte de otros empresarios, en su mayo-ría originales de Salamanca, que duraría hasta mediados de los años cincuenta13.

Tras la detección de la veta de wolframio, cuya dirección era de filones cuarcíticos, subverti-cales, intruídos en el encajante granítico, era necesario barrenar una gran parte del terreno cuan-do éste era de piedra, o abrir el suelo "a pico y pala" si era de tierra14. Algunas de estas vetas llegaron a alcanzar los 700 me-tros de longitud, 5 de anchura y 7 de profundidad15.

Valdemierque o Barruecopardo9, y precisamente fue un personaje que trabajó en esta última pobla-ción y natural de Mogarraz, un tal José Manuel Díaz Maíllo11, el primero en tener la fortuna, pero también el ingenio y la intuición, de iniciar las correspondientes calicatas y excavaciones en bus-ca de un metal cuya cotización en el mercado se situaba en unos precios elevadísimos.

Tradicionalmente se ha si-tuado el inicio de la extracción de wolframio en El Cabaco allá por 194312. Sin embargo, es po-sible que dichos trabajos se ini-ciasen algún tiempo antes tal y como indica la documentación de archivo. Fueron muchas y de diversas dimensiones y calida-des las minas explotadas. Una de las primeras estuvo situada en el paraje conocido como La Tara-yuela. A partir de este momento, los deseos de rápido enrique-cimiento o la simple búsqueda de una salida vital, provocaron toda una carrera con el objeto de encontrar y poner en explotación nuevas e incontables vetas.

Las minas que se iban des-cubriendo se bautizaban con cu-riosos nombres, a saber: la mina de la Amistad (wolfram, hierro y pirita), Cuesta Calera, Prado Carretero, Zarzosillo, Tarayuela, la Rebolá, El minero, el Jurdano, Fuente Cintao, Prado Carretero, Peñas del Mosquil, Cuatro Ami-gos, Cecilia, Morenita, Comunal, San Jaime, Ports Coeli, Blanqui-ta, Esperanza, Teresita, La Sor-presa, Pilarín II, Catalina, Nativi-dad, Reunión, Dos Amigos, San Miguel, San José, Maria del Car-men, Isabela, Agustinita, Rogabí, Resurrección, Cuatro Hermanos, Los Remedios,…

La propiedad del terreno donde se explotaron las minas era del Ayuntamiento de El Caba-co. Los empresarios que desea-ban poner en marcha la extrac-ción del preciado mineral tenían que solicitar permiso y pagar un tributo al Distrito Forestal, mien-tras la autoridad municipal se encargaba de cederle una can-tidad concreta de hectáreas a

Domingo Montero Sánchez, guarda jurado de las Minas / PABLO SÁNCHEZ

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Cuando el wolfram almace-nado en la caseta alcanzaba una cierta magnitud, el promotor lo hacía llevar al destino de comer-cialización, siendo este con mu-cha frecuencia el mercado estra-perlista dirigido a Portugal, canal de exportación para los países del Eje.

Una figura clave en el co-rrecto funcionamiento de las di-ferentes extracciones mineras era el guarda jurado, encarga-do de la recaudación de tribu-tos para el Ayuntamiento. Los empresarios tenían que pagar tres pesetas por cada trabajador que operaba en las minas. Estos guardas, que recorrían toda la extensión minera diariamente, en turnos de mañana y noche, pertenecían a la Asociación de Cazadores y Pescadores de Sala-manca, y eran contratados por el municipio para este fin a la razón de catorce pesetas diarias.

A priori las catorce pesetas diarias parecen un salario ele-vado para los años cuarenta. Sin embargo se muestran exiguas si

las comparamos con las dos mil pesetas que un minero podía ob-tener en un día de éxito. De todas formas, estos elevados jornales ni se obtenían a diario (cobraban en función del material extraído, y por lo tanto del número de horas de trabajo y de la suerte de en-contrar la veta correcta), ni ase-guraban una fácil subsistencia17.

A pesar del boom económico que trajo para las gentes de la comarca y otros foráneos (por ejemplo las Hurdes, Norte de Sa-lamanca, Ciudad Rodrigo,…) la extracción del wolframio, no ce-saron las quejas y protestas por los graves perjuicios que genera-ba ésta al monte, especialmente a sus frondosos robledales18.

Evidentemente este auge la-boral trajo consigo un incremen-to en las actividades tanto lúdicas como delictivas asociadas al rá-pido enriquecimiento de algunos trabajadores. De esta manera el número de bares en el municipio se incrementó de uno en 193919 a los cuatro existentes en 194620. Asimismo son frecuentes las no-

ticias las noticias de extracción ilegal de wolframio21, teniendo que realizar los guardas nume-rosas persecuciones y deten-cione22 , e incluso se llegó a la muerte de un delincuente en la Mina de la Rebolá.

La picaresca llegó hasta el extremo de que los propios tra-bajadores vendían el mineral de manera ilegal a otro empresario que no correspondía con la mina que ellos estaban explotando, al tener noticias del mayor precio que éste ofrecía.

Esta avalancha de dinero cesó a mediados de los años cin-cuenta cuando la demanda, y por ende el precio del wolfram, dis-minuyó en el mercado interna-cional, provocando así el abando-no de las minas y restableciendo la normalidad en esta localidad serrana.

A pesar del impacto causado durante estos años en el munici-pio, son pocos los restos vincula-dos a las minas que han soporta-do el paso del tiempo y que aún podemos apreciar.

Mina de la Rebolá con la Peña de Francia al fondo/ PABLO SÁNCHEZ

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Respecto a las minas, en los noventa se sellaron con el objeti-vo de evitar posibles accidentes, sobre todo para el ganado. Úni-camente permanecen abiertas dos pequeñas catas de la mina la Tarayuela como testimonio del pasado minero de El Cabaco. En lo que se refiere a los bienes in-muebles asociados, tan sólo seis casetas permanecen en pie, to-das ellas en estado ruinoso23. ■

po y Forma, Serie V, Hª Contemporánea, t. 7, 1994, págs. 349-369. "La guerra mundial también ejerció efectos benefi-ciosos de los que se aprovechó la econo-mía española (…) ya que, por "gracia de Dios", se cumplía la condición necesaria: el subsuelo español ocultaba inmensas riquezas minerales aún por descubrir, tan importantes que Suanzes no dudó en calificar la situación española como una "excepción" dentro del concierto mun-dial. (…) Las políticas aliadas del "palo y la zanahoria" junto a la fuerte necesidad de minerales españoles que experimen-tó Alemania se coaligaron para permitir que se cumpliera una parte de aquel sueño. En efecto, las compras realizadas a través de las agencias aliadas de la UKCC y la USCC permitieron una reva-lorización de minerales de interés estra-tégico como el wolframio. En manos del hábil Carceller, se fraguó además una operación clandestina para suministrar este metal a Alemania que, burlando el control aliado, rindió pingues beneficios. Sin embargo, el wolframio fue un caso aislado en la minería ibérica. Ninguno de los restantes minerales respondió a las expectativas que se crearon por parte de aquellos que los consideraron equiparables al oro; ni siquiera los más emblemáticos como las piritas."

9. ALMEIDA CUESTA, Hilario, El Ca-baco, en la Sierra de Francia y Cuenca alta del Yeltes, El Cabaco, Ayuntamien-to, 1993, p. 83.

10. Op. cit. ALMEIDA CUESTA, Hila-rio, El Cabaco…

11. Op. cit. ALMEIDA CUESTA, Hila-rio, El Cabaco…

12. Archivo Municipal de El Cabaco: "Conciertos y concesiones de explota-ciones de minas de El Cabaco", Caja 42.01.

13. Archivo Municipal de El Cabaco: "Conciertos y concesiones de explota-ciones de minas de El Cabaco", Caja 42.01. Según la documentación expedi-da por el Cuerpo nacional de Ingenieros de minas, las vetas se explotaron entre 1943 y 1955.

14. Domingo Montero: "nunca se uti-lizó maquinaria para la extracción del wolfram […] las únicas máquinas que se utilizaron fueron bombas de gasolina para la extracción de agua."

15. Domingo Montero: "En una mina murieron dos personas, uno de El Mai-llo, y otro de El Cabaco. Se les cayó la tierra [de una pared] encima."

16. Domingo Montero: "dentro del wolfram iban las pipitas de oro, que se quedaban los guardas de las case-tas. Se hicieron muchas dentaduras y anillos."

17. Domingo Montero nos comentó como "[en aquellos años los mineros] por el día lo ganaban, por la noche lo gastaban [el salario]."

18. Archivo Municipal de El Cabaco: "Conciertos y concesiones de explota-ciones de minas de El Cabaco", Caja 42.01. La avalancha de Trabajadores en 1951 produjo "daños de conside-ración al monte. El concesionario [el Ayuntamiento] amenaza con suspen-der los trabajos si el Ministerio de Agricultura no toma medidas [en la Mina Sorpresa]".

19. Domingo Montero: "Abrieron muchos bares. Más que bares, tugu-rios. La gente se quedaba en los so-braos a dormir. Antes de eso no había casi bares, porque la gente no tenía-mos dinero para gastar".

20.Archivo Municipal de El Cabaco: "Matrícula Industrial", Caja 53.03.

21. Domingo Montero afirma: "Pillé varias veces a mucha gente con Wol-fram en los bolsillos. Venían de la peor frasca de La Alberca. Ya me avisaron los guardas de allá. Eso si, les cacé lavando dos o tres lavaderos sin per-miso. Lo que hice fue coger una pie-dra y romperles los lavaderos. En ese momento me amenazaron. Creía que ese día tenía que matar a uno, porque venían juntos a por mí. Les pude coger al final, y llevarlos a la cárcel, eran diez o doce. Ahora no me atrevería, me ma-tarían seguro."

22. Domingo Montero: "A más de uno de la Alberca le metí varias veces [en la cárcel]. Hubo una vez que el Al-calde Ricardo García Sánchez estaba en Francia a ver una hija, y quedó de alcalde su cuñado Francisco Hernán-dez González. Le avisé que no podían estar retenidos más de 72 horas. Éste dijo que se quedaran ahí [más tiempo], ya que eran reincidentes. Al retenerlos lo procesaron desde el partido judicial de Sequeros, al final no le pasó nada más que un juicio de falta".

23. En pie quedan dos casetas en la Mina la Tarayuela, otras dos en la Mina Cuesta Calera, otra de la Mina Zarzosi-llo, y una última de la Mina la Rebolá.

> NOTAS1. MIÑANO Y BEDOYA, Sebastián:

Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal, Madrid, 1826, p. 214.

2. MADOZ, Pascual, Diccionario geo-gráfico, estadístico e histórico de Espa-ña y sus provincias de ultramar, Madrid, 1845, p. 79.

3. GONZÁLEZ MARTÍN, Rafael, Geo-grafía físico-descriptiva del partido de Sequeros, Salamanca, Ed. facsimil, Diputación de Salamanca, 2001, p.27; VVAA: Diccionario geográfico espa-ñol, Madrid, Ediciones del Movimiento, Tomo 5, pp. 376-377.

4. En la actualidad está en funcio-namiento un Centro de Interpretación de la Minería romana del oro en el tér-mino municipal. Para más información ver: RUIZ DEL ÁRBOL, M. y SÁNCHEZ-PALENCIA, F.J., "La minería aurífera romana en el noreste de Lusitania: Las Cavenes de El Cabaco (Salamanca)", Archivo Español de Arqueología, 72, pp. 119-139.

5. ALMEIDA CUESTA, Hilario, El Ca-baco, en la Sierra de Francia y Cuenca alta del Yeltes, El Cabaco, Ayuntamien-to, 1993, p. 83.

6. Gran Parte de la Información obtenida se ha hecho a través de la entrevista personal mantenida con D. Domingo Montero Sánchez, de 87 años de edad, Guarda Jurado de las Minas de wolframio durante prácticamente toda su explotación, a quien queremos mos-trar nuestro especial agradecimiento.

7. Domingo Montero: "Hablaban que lo llevaban para la guerra. Para blindar los tanques. Eso decían todos. Los de las minas mismo."

8. GÓMEZ MENDOZA, A., La economía española y la Segunda Guerra Mundial: Un estado de la cuestión, Espacio, Tiem-

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Familia frente a la maquinilla / ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

En las estribaciones de la Cordillera Cantábrica, al norte de la provincia de Palencia, se encuentra Barruelo de Santullán, conocido por sus ricos yacimien-tos de carbón de hulla.

En el segundo cuarto del si-glo XIX se descubrió el mineral en la zona, profundos cambios sociales comenzaron a produ-cirse en el valle, que vivió desde entonces un permanente desa-rrollo económico.

La excelente calidad del car-bón barruelano y la proximidad de las minas con la línea férrea Santander-Reinosa, propiciaban un mercado seguro y el aba-ratamiento del transporte del mineral; dos de los principales problemas de la industria car-bonera en aquellos años. Estas circunstancias convierten las mi-nas de Barruelo en un objetivo estratégico para las incipientes empresas capitalistas, que a me-diados del siglo XIX se estaban formando en España.

El Crédito Mobiliario Espa-ñol, principal grupo financiero del país, al amparo de estas ventajas, adquirió gran parte de las con-cesiones mineras de Barruelo. La empresa construyó un ramal ferroviario de 12 kilómetros que unió directamente las minas de Barruelo con Quintanilla de las Torres. En 1864 se inauguró esta línea, que permitió transportar en ferrocarril el carbón de la cuenca directamente hasta Madrid.

En 1877 el Crédito Mobilia-rio Español traspasó sus accio-nes mineras a Ferrocarriles del Norte de España, empresa filial del Crédito, creada años antes para gestionar los intereses fe-rroviarios de la primera. Desde ese momento se inicia una es-trecha y continuada relación en-tre los yacimientos barruelanos y el ferrocarril. Durante años la producción de estas minas se destina casi exclusivamente a la fabricación de briquetas, aglo-merados de carbón, con los que se alimentaban las calderas de las locomotoras.

La nueva empresa realizó en las minas fuertes inversiones de

capital encaminadas a moderni-zar los métodos de extracción, los sistemas de transporte y la transformación de carbón. Esta modernización debía propor-cionar una producción elevada y constante, que asegurase el abastecimiento anual de com-bustible a las locomotoras de su amplia red ferroviaria.

Las minas de Barruelo se convirtieron en un ejemplo de industria moderna, se incorpo-raron los más novedosos adelan-tos llegados del extranjero, que consiguieron mejorar de forma notable el rendimiento económi-co de la explotación. Estos ya-cimientos fueron pioneros en el

La MaquinillaNoventa años de vapor en Barruelo (Couillet N-G-5818)

FERNANDO CUEVAS RUIZ. Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán

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país tanto en la aglomeración de carbón, como en la introducción de nuevos sistemas para lavado y clasificación, o en el desarrollo de modernos tranvías y planos inclinados.1

Un vestigio de aquellos ade-lantos se conserva en la actuali-

dad en una de las dependencias del Museo Nacional del Ferro-carril, en Madrid. Perfectamente restaurada, los visitantes pueden disfrutar de una pequeña loco-motora a vapor, construida en 1880, en Bélgica, por la construc-tora Marcinelle y Couillet. Estas

máquinas fueron compradas por Ferrocarriles del Norte de Espa-ña, para su uso en los tranvías internos que la empresa poseía en las minas de Barruelo de San-tullán.

En aquellos años, estas loco-motoras fueron ejemplo de efica-

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Datos tomados: Betambol y Ureta. Horacio (1879) Una visita a las minas de Barruelo y Orbó. Revista Minera 16-Nov. 1879. Becerro de Bengoa, Ricardo (1881) Una escuela práctica de minería, Barruelo de Santullán. Imprenta de Manuel Hernández. Madrid. Oriol y Vidal, Román (1888) la industria minera en la provincia de Palencia. Establecimiento tip. de sucesores de Ribadeneyra. Madrid Revista Minera 16-Nov. 1879. Becerro de Bengoa, Ricardo (1881) Una escuela práctica de minería, Barruelo de Santullán. Imprenta de Manuel Hernández. Madrid. Oriol y Vidal, Román (1888) la industria minera en la provincia de Palencia. Establecimiento tip. de sucesores de Ribadeneyra. Madrid.

Nombre con quese conoce Localización del plano o tramo

Distancia entre

verticales

Pendiente(grados)

Pendiente(metros)

Elevacióndesde

anterior

1º plano automotor Plano automotordel porvenir

Comienza transversal mina PorvenirFinaliza inicio 1º tramo 110 15º 0,27 29,70

1º tramo de tranvía Tramo de Helechar Desde cabeza plano PorvenirHasta pie del plano Unión 1445 0,02

2º plano automotor Plano automotor deLa Unión. Helechar

Comienza final 1º planoFinaliza inicio 2º tramo 198 16º 45’ 0,295 58,410

2º tramo de tranvía Tramo de Mercedes Desde cabeza plano La UniónHasta pie plano Mercedes 1352 0,02

3º plano automotor Plano automotorde Mercedes

Comienza final 2º planoFinaliza inicio 3º tramo 97 21º 48’ 0,405 39

3º tramo de tranvía Tramo de Petrita Inferior

Desde cabeza plano MercedesHasta pie plano Petrita Inferior 603 0,02

4º plano automotor Plano automotorde Petrita Inferior

Comienza final 3º tramoFinaliza inicio 4º tramo 195 23º 16’ 0,42 82,29

4º tramo de tranvía Tramo de Petrita Superior

Desde cabeza plano Petrita InferiorHasta pie plano Petrita Superior 142 0,02

5º plano automotor Plano automotor de Petrita Superior

Comienza final 4º tramoFinaliza inicio 5º tramo 27 28º 16’ 0,55 27

5º tramo de tranvía Tramo del Dos de Valle

Desde cabeza plano Petrita SuperiorHasta trasversal Dos de Valle 488 0,02

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cia a la vez que contaban con la admiración de ingenieros y cu-riosos, que alababan sus avanza-das prestaciones. Los habitantes de Barruelo comenzaron a deno-minar a este ingenio la "maqui-nilla".

La historia de estas máqui-nas, sus características o la des-cripción de los tranvías por los que circularon, durante casi un siglo, bien merecen un detallado estudio, que sirva de aproxima-ción al ambiente tecnológico de unas minas como las de Barrue-lo, que en 1885 eran considera-das un modelo en el panorama industrial español.

Uno de los eternos proble-mas en las minas de carbón fue el servicio de transportes, tan-to en el interior, desde los tajos a la bocamina, como desde la bocamina hasta los centros de lavado y transformación, en las zonas industriales de las cuen-cas. Barruelo como el resto de las minas, en el siglo XIX buscó constantemente la mejora de es-tos transportes.

En un principio los minerales dentro de las minas se traslada-ban en cestos que cargaban, en muchos casos, mujeres y mu-chachos, pero es de destacar la enorme mejora que supuso para el transporte la introducción del rail. Más tarde los vagones fue-

ron empujados por vagoneros, pero pronto se sustituyeron por la fuerza animal (machos, mulas o bueyes) que descargaron de pe-sados esfuerzos al minero. Este tipo de transporte denominado "a sangre" ha perdurado en varias tareas de las minas de Barrue-lo hasta tiempos bien recientes. Aunque también es cierto que nuestras minas fueron pioneras introduciendo nuevos sistemas que en otras cuencas tardarían años en llegar.

Uno de esos adelantos en los sistemas de transporte, fue el

tranvía construido en 1877, que con un sistema de planos incli-nados automotores y tramos de vía, bajaba el carbón desde lo más alto del valle de San Juan, hasta los lavaderos de carbón situados en la estación de Ba-rruelo salvando un desnivel de 305,115 m.2

Muchas descripciones nos han quedado de este tranvía, proyectado por el recién llegado ingeniero director de las minas, Félix Parent, ayudado en la di-rección del proyecto por C. Di-dier y cuyas obras corrieron a cargo de los contratistas Zulaica, de Alar y Manterola, de Barruelo. El costo de la obra se estimó en 610.000 reales, con las que se pagaron las expropiaciones y se realizaron explanaciones para cinco tramos de vía3. Estos cinco tramos estaban unidos por otros tantos planos automotores de distinta longitud y desnivel, sobre ellos, los vagones de carbón des-cienden por un plano inclinado mientras en una vía paralela su-bían a contrapeso otros vagones vacíos o cargados con materiales para las minas.

Las vías de esta obra tenían el mismo ancho que el utiliza-do dentro de las explotaciones de 0,55 metros. La anchura me-dia de la plataforma era de 2,5 metros, con un radio mínimo en

Benito Millán, maquinista en el primer decenio siglo XX/ ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

Miguel Rodríguez delante de los slams / ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

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bieron llegar desde Bélgica, para poner a Barruelo al nivel de las cuencas más avanzadas de Euro-pa. Al respecto Horacio Betambol escribió un artículo en la Revista Minera, el 16 de noviembre de 1879: "Con objeto de economizar en la subida de los vagones vacíos se han encargado dos locomotoras que harán el servicio que hoy pres-tan las caballerías … cuando se haga este servicio por medio de las locomotoras se calcula que costa-rán ( trasladar el carbón de boca-mina hasta lavaderos) a razón de 1,2 reales tonelada, con lo cual se habrán pagado las dos locomoto-ras en un año, puesto que costaron cada una 9.000 pts."7 (se calcula-ba el coste bajado por caballerías en 15 reales tonelada)

Ese mismo año Román Oriol confirmó que las locomotoras habían sido encargadas "En un plazo breve se sustituirán las caballerías que hoy suben los vagones vacíos o con maderas y otros materiales de mina por dos pequeñas locomotoras, del tipo conocido de Creusot, que co-rrerán en los tramos más largos aumentando así la potencia de transporte de este tranvía".8

En 1880 las "maquinillas" habían llegado a Barruelo, aun-que, según el libro "Una escuela práctica de minería. Barruelo de Santullán" escrito por Becerro de Bengoa en enero de 1881, parece que aún no estaban en funciona-miento "las locomotoras especia-les para este servicio, que están ya en Barruelo proceden de la fábrica Couillet, de Bélgica, y son precio-sos modelos de este mecanismo, que parecen juguetes de una aca-demia de enseñanza. En sus re-ducidas dimensiones, puesto que han de marchar por las actuales vías de 0,55 de anchura, tienen to-dos los elementos de las máquinas más perfeccionadas. Su coste es de 30.000 rs. Su empleo es alta-mente económico".9

Pero la descripción más completa que se conserva, en el siglo XIX, de estas dos primeras locomotoras se la debemos a Ro-mán Oriol que no solo las descri-bió, sino que realizó un hermoso

ros de maniobras, y en los pies de los planos otros dos freneros. Los trenes tirados por mulas circula-ban a una velocidad de 15 km. por hora durante doce horas diarias, transportando 200.000 Kg.

Toda la obra, que supuso 4,694 kilómetros de vía, se reali-zó en tan solo cuatro meses me-nos tres días y consiguió que, en 1877, llevar una tonelada de carbón desde la bocamina hasta el lavadero supusiese 2,50 cén-timos, un gran ahorro respecto al costo que hubiese supuesto bajarlo por medio de carros.

Parent no se conformó con estas ventajas y, recién finaliza-das las obras del tranvía, estudió la conveniencia de sustituir la fuerza animal por máquinas de vapor. Se encargan dos de estos innovadores ingenios, que de-

las curvas de 35 metros4. Los carriles eran del tipo vignol pe-saban 12 kg. por metro y estaban sujetos por pequeñas eclisas en-tre si y a las traviesas por medio de grapas. Los carriles eran de hierro inglés y su costo, pues-tos en Barruelo, fue de 125 pts. Las traviesas de madera medían 1,10x0,15x0,11 y estaban espa-ciadas de eje a eje 0,75 metros.5

Por estas vías circulaban, en un principio, trenes con nueve vagones conducidos por un solo conductor y cada tres vagones una mula. En total, 150 vagones de madera de una tonelada de carga6 que costaron todos 200 pts. En los planos inclinados as-cendían los vagones de dos en dos o de tres en tres, en la ca-beza de los planos automotores trabajaba un frenero y dos obre-

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tranvía, que partiendo del brocal del pozo, por la margen izquierda del Rubagón (y saltando por un puente el arroyo de San Juan), llegaba hasta el primer plano au-tomotor del tranvía a las minas altas por el que los carbones de Peñacorba llegaban a los lavade-ros. Este nuevo tranvía se conoció en los planos con el nombre de tranvía a los Nuevos Pozos y se acabará sustituyendo. Más ade-lante, los carbones de Peñacorba, desde una tolva, se descargaron en el tranvía de la Antoniana, en funcionamiento con las locomo-toras hasta su cierre.

En 1910, agotadas muchas de las minas de montaña, la em-presa decide acceder a las re-servas situadas por debajo del nivel de las aguas, para ello ini-cia la perforación del pozo Ca-lero, obra que finaliza en 1914. A 80 metros por debajo del bro-cal, el nuevo pozo se unía con la mina de montaña El Porvenir. Se habilita la galería general de esta mina para el transporte de todo el carbón del Valle de San Juan, que saldrá directamente a pocos metros de los lavaderos. El tranvía a las minas altas se hace innecesario y progresiva-mente se irá abandonando, no sucederá lo mismo con las coui-llet que seguirán desempeñando otras labores.

Las maquinillas seguirán transportando el carbón, desde

comotoras supusieron grandes ventajas para las minas, que de inmediato vieron la necesidad de adquirir nuevas máquinas que ampliasen el servicio al resto de los tranvías. Uno de estos nue-vos tranvías fue el que unió las bocaminas del grupo superior con la zona industrial. Partía de las minas Carlota y Antoniana si-guiendo por la orilla derecha del Rubagón, atravesaba Barruelo y entraba en el recinto minero para descargar los vagones en los lavaderos, este recorrido se ha conocido siempre como vía Antoniana.12

Cuando hacia 1905 se inició la perforación del pozo maestro de Peñacorba, se construyó un nuevo

grabado, en el libro titulado "La industria minera en la provin-cia de Palencia" fechado el 1 de agosto de 1887 y que se publicó un año más tarde. Oriol refirién-dose a nuestra protagonista es-cribió: "En los niveles inferiores de Mercedes y de La Unión, los trenes bajan cargados, y detrás marcha una locomotora pequeña, cuyo dibujo acompañamos (*), han sido construidos por la sociedad belga Marcielle y Couillet. Dicha locomotora se engarza luego en el tren de vacío y vuelve al pie del plano inclinado superior"10).

En este mismo libro y a pie de página Oriol presentó una completa ficha técnica de la Couillet "Estas locomotoras pe-san 3.000 kilog. vacías, y 3.800 con su carga de agua y carbón; tienen una fuerza de nueve caballos de vapor, y sus dimensiones máximas son 3,10 metros de largo, y 2,17 metros de altura. Tomando para la adherencia 1/7 del peso medio de la locomotora, y suponiendo que el esfuerzo de tracción en recta hori-zontal sea de 15 kilog. por tonelada para los vagones y 25 kilog. para la máquina, la de Barruelo puede subir, además de su propio peso, hasta 10 toneladas brutas por una rampa de 2 por 100, 8t. si la rampa es de 2,5 por 100, 7t. si es de 3 por 100. Su precio sobre vagón en Am-beres fue de 9.000 pesetas".11

Los nuevos tranvías y el aho-rro en costo de las nuevas lo-

Subiendo los estériles hasta la escombrera / ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

Las Couillet frente a las cocheras, 27 de marzo de 1972/ ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

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otros pozos y bocaminas, al lava-dero, y sacando los estériles del lavado apilándolos y formando grandes escombreras. Durante más de treinta años vieron como el rendimiento de las minas ba-rruelanas descendía. La ausen-cia de nueva maquinaria convir-tieron en obsoletas, unas minas que habían sido consideradas un modelo de eficacia.

Tras finalizar la Guerra Ci-vil la propiedad de las acciones revierte en el Estado y las mi-nas pasan a ser controladas por RENFE, que prefiere asumir las pérdidas de la empresa minera, en vez de aportar capital para su modernización. Cuando en 1965, RENFE, que ya había electrifica-do sus principales líneas, no ne-cesitó las briquetas de Barruelo, vende las acciones a la Sociedad Hullera Vasco Leonesa. Apoyán-dose en subvenciones del Estado, los nuevos propietarios, iniciaron la necesaria modernización, con importantes inversiones en ma-quinaria y una completa rees-tructuración de la plantilla.

Aunque parecía que las nue-vas medidas comenzaban a mos-trar los resultados esperados, la

empresa, en 1968, abre un expe-diente de crisis y cierre, ante la Magistratura de Trabajo de Pa-lencia. El Consejo de Ministros aprueba el cierre definitivo, para el 31 de diciembre de 1970, ante la sorpresa de trabajadores y au-toridades municipales.

Durante este periodo se produjo el desmantelamiento y cierre progresivo de las explota-ciones. Aunque se consiguió una moratoria, en marzo de 1972, se selló el Calero, último pozo en activo de la zona.

Se destruyó gran parte del patrimonio industrial de la cuenca, se desmanteló el anti-guo lavadero Beer y la fábrica de briquetas Bouriez. El castillete del pozo vertical de Peñacorba, cortado en trozos, se vendió a peso; suerte parecida corrieron las maquinillas Couillet, que en 1968, aún trasladaban el carbón por la vía Antoniana, desde Peña-corba al nuevo lavadero.

Cuando cesó la explotación del Grupo Superior, las locomo-toras perdieron su función y se amontonaron al aire libre, des-cansando sobre las vías, enfrente de sus antiguas cocheras. Du-

rante más de cuatro años per-manecieron a la intemperie, con-vertidas en testigos mudos del deterioro del cerco industrial. Con el paso del tiempo fueron trasladadas hasta una plazue-la situada frente a las oficinas de minas, hasta que el 27 de no-viembre de 1974 son cargadas en dos camiones y abandonan de-finitivamente Barruelo. Tres de ellas se encuentran ahora en Za-ragoza y pertenecen a Industrias López S.L.; la cuarta se expone, restaurada, en Madrid, en el Mu-seo Nacional del Ferrocarril.

Las minas permanecieron cerradas durante ocho años, en los que los rumores de apertu-ra eran habituales, hasta que en 1980 Hullas de Barruelo S.A. (HUBASA) compra las minas y reinicia la explotación. En ju-nio de 1998 HUBASA se integra en Unión Minera del Norte S.A. (UMINSA), que vuelve a suspen-der la actividad en 2005.

Desde finales del siglo XX hasta el presente el patrimonio industrial de Barruelo ha sufri-do un continuado proceso de de-terioro. Los pozos, los edificios comunales mineros, como cole-

Las Couillet poco antes de abandonar Barruelo, 26 de septiembre de 1974 / ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

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gios o economato, o los notables ejemplos de viviendas obreras, denominadas cuarteles, han des-aparecido o se encuentran en un estado lamentable. Situación pa-recida nos encontramos al re-correr los antiguos tranvías, en parte sepultados bajo modernas edificaciones, levantadas con el consentimiento de alcaldes que ignoraron el valor de estos res-tos. Kilómetros de estas vías des-aparecieron cuando las explota-ciones a cielo abierto modifica-ron la orografía del Valle de San Juan. Tan solo unos pequeños tramos se encuentran actual-mente en condiciones de poder ser aprovechados y reutilizados para nuevas funciones, como el turismo.

Hasta el momento nada ha frenado el deterioro del patrimo-nio industrial en Barruelo, qui-zá la solución sea despertar el interés de las administraciones públicas, convenciéndolas para que desarrollen proyectos en-caminados a la conservación y valoración de este patrimonio. En la actualidad comarcas mineras, como Barruelo, en marcada cri-sis económica y social, no siem-pre cuentan con la ayuda externa necesaria.

No todas las medidas para preservar este legado requieren una fuerte inversión; los trabajos de catalogación, que registran el patrimonio y describen su es-tado de conservación no supo-nen un gran esfuerzo económico. Una vez catalogados los edificios, estos se podrán acoger a las fi-guras de protección oficial que contempla la Ley del Patrimonio, evitando las amenazas más inmi-nentes, su destrucción, venta o descontextualización.

Desgraciadamente, en la mayoría de los casos, como los antiguos tranvías mineros de Barruelo, las soluciones llegan demasiado tarde ya que apenas existen restos físicos que pro-teger. Para salvar su memoria, solo nos queda un camino: acudir a las fuentes escritas, visuales u orales. Recuperando su his-toria podremos, en parte, sen-

tirnos como Becerro de Bengoa cuando, en 1881, visitó las minas de Barruelo y contemplando las pequeñas Couillet las describió "turbando el silencio de la soledad con su vivo silbido y su veloz rodar y lanzando al espacio en los cinco diversos pisos de la montaña, su nevado y expansivo penacho de vapor".13 ■

> NOTAS1.- Para completar esta breve in-

troducción existen varios textos sobre la historia de la minería en el Valle de Santullán. Destacar el estudio clásico de Mari Paz Cabello "Barruelo de San-tullán. La crisis de un núcleo minero", 1983 o el más reciente "El pozo Calero" de Fernando Cuevas, Wifredo Román y Luís Llorente, 2003. La comunicación presentada en el IV Congreso Nacio-nal de Historia Ferroviaria "Ferrocarril, carbón y paternalismo industrial en Ba-rruelo de Santullán", 2006 Fernando Cuevas; nos amplía la relación entre las minas de Barruelo y el mundo fe-rroviario.

2.- Un alto porcentaje de las conce-siones en el Valle de San Juan fueron registradas por la Compañía Collan-tes y Hermanos que las vendieron, en 1856, al Crédito Mobiliario Español, que seguirá adquiriendo el resto de conce-siones de la zona. En 1859 compra a la familia de los Ríos dos minas y en 1866 otras tres, situadas en el Dos de Valle y pertenecientes a la antigua sociedad La Prosperidad. En 1877 la empresa controla toda la montaña, traslada la titularidad a Ferrocarriles del Norte y comienza la construcción de un tranvía que reducirá los costes de transporte interno, ya que hasta entonces el car-bón se trasladaba a los lavaderos en carros de bueyes que circulaban por un camino de montaña.

3.- Las fuentes de la época no co-inciden en cifras y medidas en sus es-tudios sobre el tranvía. Un ejemplo lo tenemos en los costes que supuso la obra: según Becerro de Bengoa (1881) fueron 610.000 reales, según Román Oriol (1887) ascendieron a 152.500 pts. y según Horacio Betambol (1879) la cons-trucción supuso un gasto de 125.000 ptas. a 27 pts. por metro.

4.- Estas medidas son las recogidas por Román Oriol (1888),sin embargo Becerro de Bengoa (1881) calcula el ra-dio mínimo en las curvas en 25 metros.

5.- La longitud y anchura de las traviesas está tomado del trabajo de Román Oriol (1888), pero según Be-cerro de Bengoa (1881) estas serían 1,10x0,12x0,08. Ambos coinciden en que la distancia entre ejes era de 0,75 me-tros, mientras Horacio Betambol (1879) sitúa la distancia en 0,60 metros.

6.- Para Oriol y Vidal (1888) la car-ga de cada vagón era de una tonelada, mientras que para Becerro de Bengoa (1881) sería de 900 kg. y para Clemen-cín y Buitrago (1900) 800kg.

7.- Betambol y Ureta, Horacio (1879) "Una visita a las minas de Barruelo y Orbó". Revista Minera, 16 de noviembre de 1879, pág 338.

8.- Oriol y Vidal, Román (1879) "Las minas de Barruelo" Revista Minera, pág. 258.

9.- Becerro de Bengoa, Ricardo (1881) "Una escuela práctica de mine-ría. Barruelo de Santullán". Imprenta Manuel Hernández, Madrid pág.53

10.- Oriol y Vidal, Román (1888) "La industria minera en la provincia de Pa-lencia". Estable. Tip. De sucesores de Ribadeneyra, Madrid. Pág. 22.

11.- Oriol y Vidal, Román (1888) "La industria minera en la provincia de Pa-lencia". Estable. Tip. De sucesores de Ribadeneyra, Madrid. Págs. 22-23.

12.- Este tranvía, según Becerro de Bengoa, estaría en funcionamiento ya en 1881 transportando los carbones desde las bocaminas Antoniana y Car-lota hasta los lavaderos. Cuando estos yacimientos se agotan continúa funcio-nando con las maquinillas Couillet, esta vez transportando el carbón del pozo maestro de Peñacorba. Sería el último tranvía en uso de la cuenca hasta el sellado del pozo en 1969.

13.- Becerro de Bengoa, Ricardo (1881) "Una escuela práctica de mine-ría. Barruelo de Santullán". Imprenta Manuel Hernández, Madrid pág.52

> REFERENCIAS BIBLIOGRAFICASBECERRO DE BENGOA, Ricardo, "El

almacén de luz artificial de Madrid. Visita del establecimiento minero de Barruelo en la provincia de Palencia", La Ilustra-ción española y americana, año XXIV, núm. XLII, Madrid, 1880, pp. 290-293.

BECERRO DE BENGOA, Ricardo, Una escuela práctica de minería. Barruelo

“Hasta el momento nada hafrenado el deterioro del patrimonio industrial en Barruelo, quizá la solución sea despertar el interésde las administraciones públicas, convenciéndolas para que desarrollen proyectos encaminadosa la conservación y valoración de este patrimonio.”

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de Santullán, Imprenta de Manuel Her-nández, Madrid, 1881.

BETAMBOL Y URETA, Horacio, "Una visita a las minas de Barruelo y Orbó", Revista Minera, 16 de noviembre de 1879.

CABELLO RODRÍGUEZ, María Paz, Barruelo de Santullán: La crisis de un núcleo minero, Universidad de Vallado-lid, Valladolid, 1983.

CLEMENCÍN, P. M. y BUITRAGO, J. M., Adelantos de la siderurgia y trans-portes mineros en el norte de España,

Imprenta de San Francisco de Sales, Madrid, 1900.

CUEVAS RUIZ, Fernando, ROMÁN IBÁÑEZ, Wifredo y LLORENTE HERRE-RO, Luís, "El pozo Calero", Cultura y comunicación, Villalar de Campos, Va-lladolid, 2003.

CUEVAS RUIZ, Fernando, "Ferroca-rril, carbón y paternalismo industrial en Barruelo de Santullán", IV Congreso Nacional de historia ferroviaria, Mála-ga, 2006.

Plano de los tranvías existentes en las minas de Barruelo en 1910 / ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE BARRUELO

ORIOL, Rafael, "Nuevas instalacio-nes en las minas de Barruelo", Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería, 1909.

ORIOL Y VIDAL, Román, "Las minas de Barruelo", Revista Minera, 1879.

ORIOL Y VIDAL, Román, La industria minera en la provincia de Palencia, Es-table. Tp. de sucesores de Ribadeneyra, Madrid, 1888.

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 65

Rotulo tradicional en su ubicación real / CÉSAR MARTÍN

Antes de la invención del plotter de corte de vinilo de los rótu-los actuales, existía una noble tradición de ”letristas” que rea-lizaban su trabajo a mano con gran maestría y calidad compo-sitiva, llegando a crear piezas de gran belleza como la de ”Casa Adriano” (Puerto de Béjar, Salamanca), que a continuación describo.

Este arte del siglo XX cono-cido internacionalmente como «Lettering» vuelve a cobrar fuerza en esta nueva centuria. Diseñadores gráficos de todo el mundo están recuperando viejos rótulos pintados artesa-nalmente gracias a las nuevas tecnologías. El objetivo final es preservar un rico patrimonio gráfico injustamente olvidado y, en algunas ocasiones, diseñar alfabetos completos a partir de las letras recuperadas.

Proceso de recuperaciónPara comenzar el proceso

de recuperación de una obra de estas características, nece-sitamos investigar y descubrir piezas interesantes en diferen-tes sitios.

Tras realizar una buena fo-tografía bien iluminada y lo más plana posible, para recoger to-dos los detalles del rótulo, he-mos de situar esa imagen en un programa de diseño vectorial, tipo FreeHand, Adobe Illustra-tor o Corel Draw para realizar el calco digital con precisión.

Colocamos la imagen en una capa de fondo para poder calcar digitalmente cada uno de los rasgos a través de curvas de Bézier. Cuanto más preciso sea este trazado, obtendremos un resultado más fiel con respecto a la obra original, y por tanto un

acercamiento mayor al trabajo del artista.

Ajuste de colorEs importante realizar un

ajuste de color final para con-servar las características esen-ciales del lettering. Para ello

Recuperación de rótulo tradicionalCARLOS DE MIGUEL GARCÍA. Diseñador gráfico

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podemos utilizar cartas de co-lores normalizados tipo Panto-ne o RAL que permita ajustar el resultado final comparándolo con el color real en su ubica-ción. De esta manera recupera-mos la obra total, los rasgos ti-pográficos, el diseño y la gama cromática original.

ConclusionesEste apasionante proceso

nos permite devolver la digni-dad a piezas que evocan proce-sos industriales o artesanales hoy desaparecidos. También nos permite descubrir nue-vos tipos de letra para ampliar nuestro repertorio gráfico. Al contemplar este tipo de arte, no sólo evocamos una época remota de nuestro pasado, sino que ayudamos a las nuevas ge-neraciones a conocer y valorar una forma de vida interesante a través de un oficio a medio camino entre la técnica precisa y el arte más expresivo. ■

> REFERENCIASPara conocer más sobre el arte del

Lettering, os recomendamos algunas referencias.

Ricardo Rousselot, con 70 años a sus espaldas, es sin lugar a dudas el «letrista» más genuino de España, con piezas memorables como el logo de «Farias», y nos sigue ofreciendo su arte con mayúsculas e impartiendo talleres en Barcelona. Podéis ver más en la pá-gina que su empresa tiene en internet:http://www.grupoerre-rousselot.com/

Ramiro Espinoza. Actualmente vive en Amsterdam y trabaja en su propio estudio-fundición ReType, donde brinda asesoría tipográfica, diseña lettering y realiza la producción de fuentes ti-pográficas para fundiciones europeas. Master en diseño de tipos en la Real Academia de Artes de La Haya. Más info en: http://re-type.com/notaweblog/

Resultado Final / CARLOS DE MIGUEL

Redibujado Digital / CARLOS DE MIGUEL

“El Lettering vuelve a cobrar fuerza en este siglo. Diseñadores gráficos de todo el mundo están recuperando viejos rótulos pintados artesanalmente gracias a las nuevas tecnologías”.

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 67

Futura imagen del proyecto / DILLER SCOFIDIO

Meatpacking District: Patrimonio Industrial Chic

MeaPa, el más reciente acrónimo para éste área del Me-dio Manhattan, es quizás uno de los ambientes más heterogéneos de New York. Un paseo por sus calles puede deparar diversas y pintorescas escenas urbanas, dispares entre sí, pero que con-viven y comparten éste antiguo sector industrial de la ciudad.

En una terraza al sol de me-diodía, varias familias toman el "brunch". A escasos metros se filman escenas para una conoci-da firma de moda; al fondo varios operarios descargan las obras de arte adquiridas por una gale-ría; trabajadores de la industria de la carne aguardan el camión de reparto sentados en el muelle de carga; nuevos yupies pueblan las calles en las que compran lujosos lofts con vistas a los vi-llages; todo ello entre las firmas de moda más modernas como Stella McCartney o Comme des Garçons junto a los locales noc-turnos de moda referentes en la noche newyorkina como Ten-june, Marquee o BhudaBar. Así es la imagen que Meatpacking Disctrict proyecta a la ciudad.

New York siempre ha presu-mido de poseer un inconfundible ambiente cosmopolita, basado en la mezcla de estilos y cultu-ras que pueblas sus calles. Esta mezcla es quizás mucho más tangible en MeaPa, se respira en cada esquina ese ambiente

"chic" que hasta la saciedad es vendido en series de éxito como Sex at the City o Los Soprano que han utilizado como escenario es-tas calles. Y este escenario no es otro que un pasado industrial de mataderos y almacenes que hoy en día se han convertido en codiciado espacio para viviendas, comercios y oficinas del más alto nivel. La arquitectura industrial es atractiva y se ha convertido en la moda imperante en ésta zona de la ciudad: las antiguas insta-laciones industriales vuelven a ser útiles y rentables.

A diferencia de otros barrios que sufrieron una transforma-ción similar, MeaPa ha consegui-do mantener aún muchos de los elementos característicos de su pasado industrial. El distrito de Soho por ejemplo, conservó sus antiguos edificios de fachadas en

hierro, pero los transformó en lujosos lofts, boutiques de moda y galerías de arte, eliminando rastro alguno de actividad indus-trial y creando por tanto un ba-rrio muy homogéneo y sin ape-nas referencias a su pasado.

A diferencia de su vecino, Meatpacking Point es una ele-gante mezcla arquitectónica de antiguos almacenes, bloques de viviendas sociales, pequeñas ca-sas y viejas fábricas… en directa convivencia con nuevos edificios de vanguardia arquitectónica… Y todo ello con una mezcla de usos y actividades máxima: desde los empaquetadores de carne tradi-cionales a los dependientes de las más selectas tiendas de ropa. Y dominando éste interesante muestrario urbano existe aparen-temente un solo elemento que le aporta cohesión: The High Line.

Meatpacking District y el proyecto

JUAN MARCOS RODRÍGUEZ DÍAZ. Estudiante de Arquitectura y participante en el Inventario del Patrimonio Industrial de Valladolid

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La historia de The High LineThe High Line es un viaducto

elevado de ferrocarriles de mer-cancías construido entre 1929 y 1934 al oeste del centro de Man-hattan en New York. Sus oríge-nes se encuentran en el tránsito de mercancías pesadas a lo lar-go de la Décima Avenida, que a principios del S.XX presentaba un paisaje completamente indus-trial. El primer trazado del ferro-carril discurría a nivel de calle: los continuos accidentes dieron lugar al sobrenombre de "Aveni-da de la Muerte". Para poner fin al problema en 1929 se autoriza-ron las obras de construcción de un ferrocarril elevado a lo largo de 13 millas a fin de evitar los pasos a nivel y mejorar el tráfico.

El viaducto, fue insertado en la trama urbana, atravesando edi-ficios y circulando sobre el nivel de la calle, perfilándose como el medio de transporte por excelen-cia para desarrollo industrial del

oeste de Manhattan: las mercan-cías podían ser cargadas y des-cargadas directamente en los edi-ficios sin necesidad de entorpecer la vida diaria a nivel de calle. El trazado fue pensado atravesando el interior de las manzanas para resultar más accesible a las fac-torías y almacenes.

Ya en la década de los años 50 la vía comenzó a perder mo-vimiento y en los años 60 algu-nas secciones fueron eliminadas, cesándose definitivamente el trá-fico de mercancías en los 80. El debate acerca de su demolición se mantuvo desde los mediados de los años 80, presionado desde el sector inmobiliario propieta-rio de los terrenos adyacentes. Finalmente solo un tramo de 4 manzanas consiguió ser demo-lido en 1991. La infraestructura mantuvo su estructura y fisono-mía intactas. El paso del tiempo convirtió su superficie en una es-pecie de jardín salvaje entre los

edificios y fábricas abandonados. Un concurso fue lanzado en

2003 para rehabilitar la estruc-tura y convertirla en una infraes-tructura útil para el distrito. En 2004 el proyecto de los arquitec-tos Diller Scofidio + de Renfro fue seleccionado para ser ejecutado. En abril de 2006 dieron comienzo los trabajos en la High Line, que continúan en la actualidad, den-tro del marco de actuación global para recuperar el frente maríti-mo de New York.

En el proceso de preservación de la High Line ha sido decisivo el esfuerzo asociativo de residentes, personajes célebres y amantes del patrimonio local, pero sobre todo de la asociación Friends of the High Line (FHL) que desde 1999 ha procurado la conserva-ción y rehabilitación de la línea.

El proyecto de rehabilitaciónLa High Line es un proyec-

to en curso para la creación de

Estado actual de la High Line / JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 69

espacio público a 10 metros del suelo recorriendo en toda su ex-tensión la vía férrea abandonada. Este proyecto incluye la conso-lidación de áreas verdes, recu-peración de edificios, conexión a la red de metro y a las prin-cipales vías de transporte de la ciudad. Inspirado en el carácter industrial de su entorno y en la peculiar belleza de su estado de abandono y su vegetación sal-vaje, el equipo de arquitectos ha tratado de conservar esa at-mósfera (bajo el lema "Keep it") mediante la creación de nuevos y diferentes paisajes en su reco-rrido. El tratamiento vegetal y la composición de estos paisajes ha sido llevada a cabo por el pai-sajista Piet Oudolf. El proyecto trata de afianzar la idea de que la High Line es un elemento úni-co y especial para la ciudad. El respeto de las preexistencias es máximo a la hora de trazar los recorridos peatonales así como

los espacios de estancia y recreo. Varios edificios también son in-cluidos en la propuesta además del espacio inferior del viaducto como espacios rotacionales y de uso público. Por último se poten-cia el uso de la High Line como conexión peatonal verde para el distrito, de modo que la accesi-bilidad a la misma se consigue a

través de numerosos accesos de nueva creación: escaleras, ram-pas, ascensores…

Un ejemplo de conservación del Patrimonio Industrial…

Desde el punto de vista de la conservación del patrimonio el proyecto es igualmente singular. Preserva una infraestructura de gran valor dándole un uso y un mantenimiento compatibles con su fisonomía; evitando así crear un ente muerto, una reliquia del pasado. La High Line continua-rá siendo una vía de transporte y comunicación. Todos los edificios que fueron construidos en su re-corrido mantienen la relación con la vía, ya que pasan a ser edificios públicos con acceso directo des-de el paseo peatonal. La conser-vación de la estructura (dimen-sionada para el tráfico pesado) es adecuada para el desarrollo de muy distintas actividades en su superficie, construyendo así un

"La arquitectura industrial es atractiva y se ha convertido en la moda imperante en ésta zona de la ciudad: las antiguas instalaciones industriales vuelven a ser útiles y rentables".

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espacio vivo y activo para la ciu-dad, lo cual garantiza no solo la viabilidad del proyecto sino tam-bién el futuro de la High Line.

… y de desarrollo local

Ya desde mediados de los años 90 la zona ha ido sufriendo una paulatina transformación. Cuando los promotores inmo-biliarios comenzaron a ame-nazar el tranquilo barrio, parte de su población trató de evitar un aburguesamiento del barrio como ocurría en otras zonas de la ciudad como el East Village. Afortunadamente doce manza-nas del barrio fueron cataloga-das como Distrito Histórico en 2003. Esta declaración consiguió frenar la especulación. A pesar de ello, de las aproximadamente 200 empresas relacionadas con el empaquetado y distribución de carne, subsisten en la actua-lidad tan solo 35. Gracias a la labor y perseverancia de las aso-ciaciones locales, MeaPa no ha seguido el mismo camino de sus vecinos Soho y Tribeca. No obs-tante la proliferación de galerías de arte, boutiques, restaurantes y locales de copas es imparable. El barrio se encuentra en un pro-fundo proceso de remodelación que la High Line no ha hecho sin duda más que consolidar.

A la vista está que Meatpac-king District y Chelsea son ba-rrios que funcionan: se trata de piezas de ciudad que funcionan; calles de sección tradicional, co-mercios en planta baja, edifica-ciones bajas, servicios, transpor-te, espacios verdes… Una gran calidad de vida a escasa distancia

de los grandes centros de traba-jo y de negocios de la ciudad.

Sin embargo es esta calidad de vida la que ha hecho que el precio medio de venta de la vi-vienda en el distrito se acercase ya en julio del 2007 a los 1,3 mi-llones de dólares, precio similar al de Chelsea, pero ya superior al del vecino Greenwich Village. No obstante aún se encontraba por debajo del Soho donde éste se situaba en torno a los 2 millones. No obstante cabe destacar que el precio de la vivienda se mantiene al alza desde los años 90; y ya es el doble que en 2004. Las nuevas promociones residenciales se multiplican por doquier ofrecien-do lujosos lofts con inigualables vistas al Hudson: viviendas aptas para todos aquellos que preten-den escapar de otras zonas de la ciudad en busca de un nuevo entorno, tranquilo y con buena calidad de vida.

La restauración del área in-dustrial de Meatpacking District arroja de momento resultados positivos para todo el mundo: un tejido urbano obsoleto que es recuperado para los ciudada-

High Line en los años 30 / ARCHIVO DE LA F.H.L.

Antigua Fábrica transformada en tienda de ropa / JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 71

nos, inversiones rentables para la ciudad y los promotores, y so-bre todo un Patrimonio Industrial rescatado del olvido, preserva-do y revalorizado. Mientras este Patrimonio Industrial siga sien-do atractivo como icono del New York moderno no cesarán los nuevos inversores y residentes: seguiremos viendo más edificios bien restaurados, espacios pú-blicos y dotaciones…

Tras todas éstas buenas perspectivas el problema que se presenta a lo largo plazo es si el precio al alza del terreno podrá

contenerse lo suficiente como para mantener esa agradable heterogeneidad que disfruta la zona actualmente. Si lo que ac-tualmente identifica a MeaPa y lo

Nuevos apartamentos frente a viviendas sociales junto a la High Line / JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

Algunas webs relacionadashttp://www.thehighline.org/http://www.thehighline.org/design/prelim_design/index.htmhttp://www.thehighline.org/competition/http://www.dillerscofidio.comhttp://www.youtube.com/user/friendsofthehighline.

hace especial respecto de otras vecindades es ese contraste… la pregunta que cabe hacerse es: ¿cuánto tiempo durará?. ■

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Contraste arquitectónico en MeaPa / JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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La Décima Avenida en Meatpacking District / JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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El día 2 de mayo de 2007, en el Salón de Actos de Caja España en la Plaza de España de Valladolid, tuvo lugar la presentación oficial de nuestra Asociación.

Con esta Jornada conseguimos presentar en sociedad nues-tra entidad, pero para ello buscamos un tema de interés social, relacionado con el Patrimonio Industrial vallisoletano, tal y como resultaba el impacto del ferrocarril, en todas sus vertientes, en nuestra ciudad.

Durante estas jornadas, moderadas por Pablo Sánchez, Pre-sidente de la Asociación, se realizó una breve presentación de la misma que precedió a las ponencias de Pedro Carasa Soto (Cate-drático de Historia Contemporánea de la Universidad de Vallado-lid), titulada "El impacto social, histórico y patrimonial del ferro-carril en Valladolid"; Luis Santos Ganges (Geógrafo. Doctor en Ur-banismo y ordenación del territorio, ETS Arquitectura, Universidad de Valladolid), titulada "El impacto urbanístico del ferrocarril en Valladolid"; y José Luis Lalana (Geógrafo y miembro del Instituto Universitario de Urbanística), titulada "El patrimonio industrial del ferrocarril vallisoletano: el caso del depósito de locomotoras".

Actividades de Llámpara en 2007

Jornadas de Patrimonio Industrial “El impacto del ferrocarril en Valladolid”

El pasado mes de marzo todos los miembros de la Junta Directiva de la Asociación Llámpara viajamos a Barcelona con el objeti-vo de conocer algunos recursos de valorización del Patrimonio Industrial de Cataluña.

Tras la visita a las Minas de Cercs y la Colonia Vidal (ambas en la provincia de Barcelona), una reunión con Joan Muñoz, Director de exposiciones del Museo de la Ciencia y Técnica de Cataluña, nos permitió profundizar en el sistema de gestión de recursos pa-trimoniales relacionados con la industria en Cataluña.

Destacar también la visita al barcelonés barrio del Poble Nou con nuestro "guía" Andreu, a quien desde esta revista agradece-mos toda su colaboración y hospitalidad.

Viaje a Barcelona

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El 10 de Noviembre de 2007 organizamos un viaje para conocer y acercarnos un poco a un Patrimonio Industrial muy destacado en la provincia de Valladolid: el ramal de Campos del Canal de Castilla y el Centro e-LEA de la Villa del libro de Urueña, en donde prestamos especial atención a la imprenta.

Durante la mañana tuvimos la posibilidad de realizar un viaje en barco hasta la séptima esclusa del Canal, realizando el cambio de nivel en la esclusa de Tamariz de Campos, para posteriormente visitar la Fábrica de harinas de San Antonio en Medina de Rio-seco, antigua harinera del siglo XIX que conserva intacta toda la maquinaria para la molturación y limpieza del trigo que se movía con el agua del canal. Por la tarde, visitamos el Centro e-Lea de la Villa del Libro. El área museística cuenta con una ETP (Exposi-ción Temática Permanente) en la que encontramos un moderno y virtual palimpsesto ("Entre líneas. Una historia del libro") que nos permitió ver la evolución de la composición de las publicaciones, así como los artilugios y maquinarias empleadas en el proceso de creación de libros.

Viaje a Medina de Rioseco y Urueña

En este año se ha creado la página web de la Asociación (www.llampara.org), medio imprescindible de comunicación y contacto para quien esté interesado en conocernos y saber más acerca de las actividades que estamos desarrollando.

Asimismo, y como herramienta de opinión más ágil, hemos puesto en marcha un blog (http://llamparas.blogspot.com) al que te invitamos a participar de manera activa.

Puesta en marcha de la Web y el Blog de Llámpara

Llámpara ha colaborado con diferentes entidades durante el año 2007:- Escuela de Magisterio de la Universidad de Valladolid, a través de la

asignatura "Didáctica del Patrimonio", impartida por Olaia Fontal.- Universidad de Murcia, en su trabajo de Inventario del Patrimonio

Industrial murciano, con María Griñán, Mª Dolores Palazón y Móni-ca López.

- Superficie Geomática, entidad dedicada a la Fotogrametría en Opor-to (Portugal), con Hugo Pires.

- INCUNA, con la presentación de la comunicación "Wolfram en El Cabaco" en el IX Jornadas Internacionales de Patrimonio Industrial en Gijón (Asturias) el pasado mes de Octubre.

- I.E.S. Pio del Río Hortega de Portillo (Valladolid), con el apoyo a un trabajo acerca de la Fábrica de Harinas San Antonio de Medina de Rioseco para el concurso "Los nueve Secretos" de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León.

- I.E.S. La Merced (Valladolid), ofreciendo información acerca de la Fábrica de Azúcar de Santa Victoria en Valladolid para elaborar ma-teriales didácticos.

Relaciones con otras entidades

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 77

Desde el pasado mes de junio de 2007, y con final previsto en mayo de 2008, nos encontramos desarrollando el Proyecto "Huella Industrial. Patrimonio Industrial en las Comarcas de Sierra de Béjar y Francia", financiado en su mayor parte por el Grupo de Acción Local ASAM (Agrupación Salmantina de Agricultura de Montaña), con fondos Leader+ de la Unión Europea, y por Bancaja. El objetivo esencial del proyecto es preservar y fomen-tar la memoria, conservación y puesta en valor del Patrimonio Industrial de la comarca de Sierras de Béjar y Francia, promo-viendo así la creación de nuevas alternativas de desarrollo en la zona objeto del proyecto.

En el marco del proyecto llevamos a cabo la recogida y análisis de datos de las diferentes fuentes detectadas para inventariar el Patrimonio Industrial de la zona. Posteriormente, se desarrolla el análisis de la información con un doble objeto: identificar la infor-mación más relevante y definir los aspectos (históricos, socio-cul-turales, antropológicos y arquitectónicos) para la elaboración del inventario final. Asimismo llevamos a cabo el levantamiento digital junto con la Universidad de Valladolid de tres edificios, facilitando en ellos la propuesta de nuevos usos: la Tenería de Tomás Har-guindey en Puerto de Béjar, la Fábrica de Luz "Eléctrica Candela-riense" de Candelario, y la Almazara de San Esteban de la Sierra. Todo ello acompañado de una acción transversal de comunicación que incluye el diseño de una imagen corporativa, aparición en me-dios de comunicación y seminarios intermedios de difusión, blog y apartado en web, donde podéis seguir la evolución de las acciones.

http://www.llampara.org/Huella%20industrial.htmlhttp://huellaindustrial.blogspot.com

Proyecto HUELLA INDUSTRIAL. Inventario del Patrimonio Industrial de la comarca de las Sierras de Béjar y Francia

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El "Inventario del Patrimonio Industrial de la Provincia de Valladolid" es un proyecto diseño por Llámpara, que está siendo desarrollado por un grupo de investigación de la Universidad de Valladolid, formado por el Laboratorio de Fotogrametría Arquitectónica; el grupo MobiVap (Modelización Biomecánica y Visualización Avanzada del Patrimonio), miembros del Departamento de Urbanismo y Representación de la Escuela de Arquitectura de Valladolid, en el que participamos de manera activa en la coordinación de las acciones técnicas y la ejecución de múltiples tareas en el trabajo de campo.

Este proyecto, que surge a raíz de un concurso público de la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, pretende indagar en el mayor conoci-miento del Patrimonio Industrial de la región.

Conocer este patrimonio es el paso previo para su protec-ción. Cada uno de los elementos del Patrimonio Industrial es un testimonio de la Historia de nuestra provincia, es un documento que da sentido a los procesos que han conformado nuestro pre-sente. Para la protección de las instalaciones industriales, caso de maquinaria, infraestructuras urbanas y territoriales asociadas a la misma (vías férreas, canales), elementos inmuebles, (como edificaciones industriales, almacenes, naves, etc.), es esencial la elaboración de un inventario detallado, un análisis de su estrecha relación con el territorio, todo ello con el objetivo de elaborar pro-puestas de actuaciones fundadas en la realidad.

El inventario atiende a varios aspectos: una documentación en la que se describa de forma exhaustiva el bien, documentación que se realizará utilizando las Tecnologías de la Información y la Comunicación; el estado de conservación de elemento; la valora-ción del bien en relación a los demás elementos conservados y al proceso que documenta.

Más información en: http://www.llampara.org/IPIV.html

Proyecto IPIVa. Inventario del Patrimonio Industrial de la Provincia de Valladolid

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galeríaCÉSAR MARTÍN

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Sombras. Vallejo de Orbó (Palencia) / CÉSAR MARTÍN

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Proceso de destrucción de un molino I y II (Sierra de Béjar, Salamanca) / CÉSAR MARTÍN

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Luz. Fábrica de harinas San Antonio (Medina de Rioseco) / CÉSAR MARTÍN

Sombra. Fábrica de harinas San Antonio (Medina de Rioseco) / CÉSAR MARTÍN

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galeríaALICIA SAINZJUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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Harinera “Las Luisas” en Corcos (Valladolid)/ ALICIA SAINZ

Azucarera Santa Victoria en Valladolid/ JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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PATRIMONIO INDUSTRIAL | 87

Harinera “Las Luisas” en Corcos (Valladolid)/ ALICIA SAINZ

Azucarera Santa Victoria en Valladolid/ JUAN MARCOS RODRÍGUEZ

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Asociación Llámpara. Patrimonio IndustrialC/ Juan de Juni, 10 - 7ºT47006 Valladolid - España

[email protected]