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Any II - III Epoca - N.* 87 Redacció I Administració! Alt Sant Hará, 29, p I.- Barcelona -Tal. 22442 6 d'agoat de 1933 PREU: 15 CTS. Si no el dimiteixen, ei lerrouxista Gi- ralt serà eterna- ment conseller de la Generalitat de Catalunya ÒRGAN DE LA UNIÓ SOCIALISTA DE CATALUNYA DEFENSA DE L'ESTATUT Primera intervenció (Staela del dia 27 de/uliol) Contestant J. Ort«ga l Gaaset va dir •! company Campatane: CAMPALANS: Ile pedido la pala- bra para explicar el voto de la minoría catalana en lo que se refiere a la en- mienda del señor Barnes. Por la en- mienda que poco ha ha defendido mi compañero el señor Sbert y por la em- mienda que yo tengo presentada y que la Cámara conoce, saben ya los señores Diputados cuáles son nuestros postu- lados en lo que respecta a la enseñanza y cuál es nuestro pensamiento. Pero ante e! caso <ie la enmienda del señor Barnes, nosotros, manteniendo la in- tegridad de nuestro sentir, ante es; tono y ese acento que ha puesto en la defensa de su enmienda el señor Bar- nes — que nosotros ya conocíamos —, mientras el sentido de esa enmienda se mantenga sin alteración, esta mino- ría votará la enmienda del señor Bar- nés. Y nada más debiera decir yo; pero en el discurso magistral que ha pro- ni iciado el sefior Ortega y-GassctJwL deslizado afirmaciones que reputo de tal gravedad, que nosotros faltaríamos a nuestro deber si no tratáramos de re- cogerlas y de darles el sentido que nos- otros creemos que deben tener. La gravetat de le* paraules de l'Ortega El señor Ortega y Gasset me perdo- nará que tenga que referirme a su dis- curso con algún detalle, sobre todo cuando en este momento pesa en mi ánimo el débito formidable que todos los republicanos tenemos con clon José Ortega y Gasset, por los grandes ser- vicios prestados por él a la República en tiempos de la monarquía. El señor Ortega y Gasset ha hablado aquí de un particularismo. La palabra se puso en circulación cuando el debate de to- talidad, y ha tenido un éxito muy me- recido; pero esta palabra es innecesa- ria. Se habla aquí de nacionalismo par- ticularista para significar algo muy viejo y muy conocido, y estas palabras se prestan a tremendos equívocos. En su discurso de totalidad nos hablaba el señor Ortega y Gasset de la congoja, de la pena que sentía al acercarse al estudio de nuestro problema, por enten- der que era un problema que no tenía solución. K n aquel momento crei yo sinceramente que el señor Ortega y Gasset no había realizado un estudio profundo de nuestro problema y qua su juicio estaba insuficientemente me- ditado; pero despises del debate de hoy. cuando veo, con profundo dolor, que don Tose Ortega y Gasset mantiene Jas mismas posiciones del primer día, digo que la cosa es nuï v grave : porque si nuestro espíritu de españolismo inte- gra!, que coincide en el tono, en el acento y en el diálogo, absolutamente, con las palabras cordialísimas, españo- las, del señor Barnes, si nuestro espí- ritu chocara con el del señor Ortega y Gasset, yo le aseguro desde ahora, y siento una pena infinita al tener que hacer tal declaración, que probable- mente el problema catalán no podría, como es nuestro ferviente deseo, tener una solución española. (El señor Bal- bonlíit: Y como es nuestro deber. Pido la palabra.) EIs diversos nacionalismes Los socialistas catalanes nos llamá- bamos hace años nacionalistas-socialis- tas, v a través de conversaciones man- tenidas en viajes al extranjero, sobre todo siguiendo e! consejo del gran ma- temático francés M. Hadamard y (!e Alberto Einstein, decidimos borrar esa palabra de nuestro programa, y ahora nos decimos antinacionalistas. Porque me decían Hadamard y Einstein, y al- gunos »tros grandes hombres a quienes he tenido la suerte de tratar, muy hu- mildemente: "No. el nacionalismo en Discursos de R. Campalans Europa, en la acepción corriente, es el lenguaje de León Daudet", como aquí lo es el del señor Royo Villanova. Y ya que acerca de de esta cuestión se han lanzado aquí gran cantidad de ideas, de noticias erróneas, faltas de documentación, y hasta podría decir de verdaderos dislates, creo necesario en este punto del debate, si la Presidencia me lo permite y la Cámara también, hacer una pequeña aclaración acerca de lo que en el lenguaje corriente, no de la gente que ha profundizado en es- tos estudios, sino de los simples afi- cionados a la lectura, significa esta palabra fuera de España y lejos de ia pasión que se advierte aquí en este de- bate sobre la autonomía. Hay varios tipos de nacionalismo, y si entendemos por nacionalismo la exa- cerbación del sentimiento de la comu- nidad de carácter, yo no tengo ningún inconveniente en aceptar también el nombre de nacionalista. Pero esta exa- cerbación del sentimiento de la comu- nidad de"caráctei "pUedt"'o1iedí<Aaf-*A"*' muchas causas. Puede obedecer—y yo ruego a ¡a mayoría de los señores di- putados que me perdonen si insisto en cosas de tal pequenez, que son univer- salmente sabidas, pero he de decirlas aquí porque los que Jas saben se las han callado—, puede obedecer dicha exacerbación a distintas causas. Se ad- miten corrientemente tres tipos de na- cionalismo : uno es el nacionalismo li- bertador. Esta es la expresión que ge- neralmente se usa entre socialistas, y es el caso de Cataluña : un pueblo que aspira a lo oue aspira Cataluña y que luego diré. Hay luego el nacionalismo autoritario, opresor, que es aquel que choca con el nuestro. Hay, finalmente, el tipo de nacionalismo imperialista o nacionalismo colonial, como quiera lla- marse, i A qué obedecen estos distintos tipos de nacionalismo? Les humanes aspiracions de Catalunya Para condensar un poco mi pensa- miento voy a decir ahora mismo en qué consiste la esencia del ideal de Cata- luña y por qué expresaba mis temores de que este ideal no pudiera realizarse si ante él encontraba una espiritualidad como la del maestro don José Ortega y Gasset. Se trata, en lo de Cataluña — lo de- cía Ortega y Gasset —, de un proble- ma muy extendido; de un problema que en el orden moral es simplemente el más grave de los que.están plantea- dos en Europa. Por este problema su- fren hoy en Europa : 40 millones de hombres y son muy pocos los países -qKc'líif?! éítáu »f¿Í. r -Bc > áfic > luego lo está ' Francia, porque ' hablar de Francia sobre estas cuestiones y no darse cuenta del tremendo caso de Al- sacià y Lorena, es algo así como dis- currir por la Gran Vía y no darse cuenta de la Telefónica. Este .problema está resuelto, por ejemplo, en Suiza, en Noruega, en Ho- landa, en Suècia,, en pequeños países ; no lo está en otros también pequeños, por ejemplo, Dinamarca, un país que tiene, como todos sabemos, el proble- ma 'de la zona.de habla danesa dentro del territorio alemán, del Schleswig- Hollstein, en la que, dentro de la enor- me cultura alemana, es la cultura de aquellos dos y medio millones de hom- bres la que ejerce mayor función rec- tora. La solución de estos problemas, en una República democrática, es de una simplicidad aplastante, y a mí su urgencia no me abruma, porque como soy socialista, si la República burgue- sa fallara en aquellas que fueron nues- tras esperanzas, tengo plena convicción de que el problema sería resuelto mas pronto o más tarde, porque su resolu- ción figura en los programas de todos los partidos socialistas del mundo. ¿Qué quiere Cataluña? ¿Qué cosa es esta que no puede resolverse y que es tan difícil? Pues Cataluña quiere— no ha inventado nada — una cosa que no tiene nada de original, algo a lo que nadie que sienta la dignidad de su per- sonalidad puede renunciar. Es algo a que ninguno de vosotros renunciaría por nada. Y a nuestra dignidad podrán enfrentarse otras, pero por encima de la nuestra no admitimos la de nadie. Lo que Cataluña desea, por simple cuestión de -dignidad, como lo desean todos los pueblos que han llegado a un cierto grado de conciencia de la comunidad de carácter, es simplemen- te "ser regida y administrada en su propia lengua". El ideal catalán es muy claro y no se agotará hasta que se realice en Cataluña esta cosa fan humana, tan elemental, de que nos- otros seamos regidos y administrados en nuestra lengua. Aquesta gent tan ufana I tan superba Ahora bien; ¿cómo se producen en e! mundo estos distintos tipos de nacio- nalismo? Es muy fácil de explicar. El LA U. S. C. I L'ESTATUT Donem a part les versions taquigràfiques dels discursos pronunciats a les Corts Cons- tituents pel company Rafael Campalans. No som nosaltres els que hem de fer l'elogi de les paraules i dels conceptes des- envolupats pel company Cam- palans, ni de l'energia amb què va manifestar-se: energia exem- plar en front del problema in- tegral—una Espanya nova ver- taderament republicana—i en front dels «tabús» intel·lec- tuals que doctoritzen en el Parlament i abusen de la pre- eminència de nous rics que al- tres els bastiren. Sols hem de dir que el company Campalans va interpretar fidelment el cri- teri de la U. S. C., el qual va definisse clarament en els de- bats del I Congrés Nacio- nal. Com Henri de Man, nosal- tres diem: «Els burgesos de Ca- talunya són catalanistes per una sola raó. Nosaltres ho som pèrdues: primer, perquè som catalans, í segon, perquè som socialistes. » A la Lliga i a la Lligueta els pot convenir la tàctica «aco- modaticia», davant l'Estatut (definició encertada de La Li- bertad, de Madrid, diari de March), car la solució defini- tiva del nostre problema alli- beraria totes les forces men- tals, morals i econòmiques de Catalunya, polaritzant-les en el camp de la lluita social. Però a nosaltres, no. La U. S. C. aspira a una solució definitiva no per esperit nacio- nalista, sinó, contràriament, per a arrencar de mans de la burgesia catalana aquesta arma defensiva admirable del plet català sempre costa amunt. És per això que Campalans, diputat de la U. S. C., ha sos- tingut un criteri intransigent en matèria d'ensenyament. Puix la intransigència d'avui, d'ha- ver-se concretat en realitat, se- ria ja la fórmula de màxima convivència peninsular no la trista «conllevancia» d'Ortega i Gasset, savi oficial de Caste- lla—í el plantejament cru, sen- se desviacions ni confusions tii «unitats sagrades», de la lluita de classes a Catalunya. Amb les seves intervencions, el company Campalans ha irri- tat tots els senyors Esteves de Catalunya, de la Lliga, la Lligueta i de certes zones es- querranes. No ho lamentem. No ens es f ere eix ni ens sorprèn. Aquesta discrepància, aquesta hostilitat, aquest boicot siste- màtic de la Premsa dita «ca- talana», anirà accentuant-se a mesura que augmentí la força real de la U. S. C. i els seus homes vagin oposant el llen- guatge clar del socialisme a les paraules gens substantives dels polítics tradicionals. Lamentem, sí, que els partits esquerrans que dirigeixen la política espanyola no hagues- sin copsat l'enorme valor dels conceptes del company Cam- palans, per excés de contem- plació vers els diputats menys esquerrans, que són el seu last, i entestats a complaure el ler- rouxisme, força de corrupció en competència amb l'agraris- me cavernícola ! nacionalismo de tipo autoritario, que es el más corriente, ha dado lugar a que el profesor Ernesto Seillière hi- ciera toda una filosofía, la que él lla- ma "Filosofía del imperialismo". To- dos sabemos que en el fondo del alma humana hay ciertos impulsos centratesi avasalladores. El impulso primordial, según Freud, será el impulso genético ; según Turró, será la impulsión trófica, también de carácter fisiológico ; según otros, tiene otro carácter; por ejemplo, en el Abbé de Saint-Cyran, es espíri- tu de "pricipauté" ; en Hobbes es el "amor de poder"; es aquella "Wille zur Macht" de Nietzsche; es simple- mente aquella "libido dominandi" de la psicología cristiana, de la que abomi- naba con palabra contundente el gran español, el gran castellano Fray Luis de León, que era eminentemente anti- imperialista también nosotros pode- mos ir bien acompañados cuando decía ; "Esperábades ser señores de otros ; Dios no prometía sino haceros señores de vosotros mismos." Fray Luis de León y otros grandes pensa- dores castellanos, ya del siglo de oro, hubieron de criticar esta soberbia, este carácter aue se manifiesta en algunos hombres guerrero» y en viejos hidal- gos de la meseta, que era algo que te- nía, en el carácter <le esta meseta, in- dudable importancia. Pero para nosotros no es ese el ca- rácter español ni es ese el carácter cas- tellano, porque debajo de esta nobleza había los villanos, había el pueblo, ha- bía la canalla. En esta masa enorme de Castilla el sentimiento era muy distin- to, era el sentido franco, noble, campe- chano, que es el mismo sentido, exacta- mente, que el del pueblo catalán. Y yo os hablo en nombre de la canalla, es habla un villano ; desde la época de las Cruzadas para rx*á, aunque no me en- tretuve nunca en escudriñarlo, tengo la seguridad de que en mi abolengo no hay una sola gota de sangre azul, y lo digo aquí con todo el orgullo de mi villanía. El nacionalisme alliberador Hay, DUCS, un nacionalismo autorità- . rio, que se funda simplemente en esta soberbia terrible del alma humana a la cual el profesor Seillière ha podido dar el nombre de una característica bàsica de nuestro espíritu. Pero hay otros tipos de nacionalismo: el nacio- nalismo libertador. Este es, algo que la psicología moderna tiene ya muy bien estudiado. El pueblo que se encuentra gobernado en una lengua eme no es su lengua materna sufre un terrible com- plejo de inferioridad, y ante este com- plejo de inferioridad, este pueblo pue- de buscar su compensación por dos caminos. Empleando el lenguaje de Alfredo Adler, uno de estos caminos es la compensación de tipo "comunita- rio", y en este tipo romunitario, el individuo, para vencer aquella congoja horrible del que vive en estas circuns- tancias del. complejo de inferioridad, trata de reaccionar elevándose él, en- nobleciéndose él, aumentando la capa- cidad, el valor, el rendimiento de sus aportaciones sociales. Es la forma c!e : reaccionar, en los pueblos donde hay un movimiento nacionalista, de la gente socialista. Es el caso de Che- coeslovaquia y es el caso de Cataluña, en que los socialistas tenemos el afán de reaccionar de esta forma. Pero ia gente que no tiene fuerza bascante, ante el complejo de inferioridad, reac- ciona con un "afán de poder", y como ellos mismos, en su inferioridad, no se sienten bastante fuertes para ele- varse, buscan un subterfugio para con- seguir ir disminuyendo a los demás, y son los que rebajan e insultan a lo* que no son ellos; son las gentes del "Nosaltres sols", etc., que pertenecen a este tipo de nacionalismo, que tiene su correspondencia en otro tipo de na- cionalismo primario, que también se encuentra en Castilla, pero con una gran diferencia, de todas maneras,, porque en el fondo de aquel movi- miento y de aquella voz hay un prit)-

ÒRGAN DE LA UNIÓ SOCIALISTA DE CATALUNYA DEFENSA DE … · va dir •! company Campatane: CAMPALANS: Ile pedido la pala-bra para explicar el voto de la minoría catalana en lo que

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Any II - III Epoca - N.* 87 Redacció I Administració! Alt d» Sant Hará, 29, p rã I.- Barcelona -Tal. 22442 6 d'agoat de 1933

P R E U :15 CTS.

Si no el dimiteixen,ei lerrouxista Gi-ralt serà eterna-ment consellerde la Generalitat

de Catalunya

Ò R G A N D E L A U N I Ó S O C I A L I S T A D E C A T A L U N Y A

DEFENSA DE L'ESTATUTPrimera intervenció

(Staela del dia 27 de/uliol)

Contestant • J. Ort«ga l Gaasetva dir •! company Campatane:

CAMPALANS: Ile pedido la pala-bra para explicar el voto de la minoríacatalana en lo que se refiere a la en-mienda del señor Barnes. Por la en-mienda que poco ha ha defendido micompañero el señor Sbert y por la em-mienda que yo tengo presentada y quela Cámara conoce, saben ya los señoresDiputados cuáles son nuestros postu-lados en lo que respecta a la enseñanzay cuál es nuestro pensamiento. Peroante e! caso <ie la enmienda del señorBarnes, nosotros, manteniendo la in-tegridad de nuestro sentir, ante es;tono y ese acento que ha puesto en ladefensa de su enmienda el señor Bar-nes — que nosotros ya conocíamos —,mientras el sentido de esa enmienda semantenga sin alteración, esta mino-ría votará la enmienda del señor Bar-nés.

Y nada más debiera decir yo; peroen el discurso magistral que ha pro-ni iciado el sefior Ortega y-GassctJwLdeslizado afirmaciones que reputo detal gravedad, que nosotros faltaríamosa nuestro deber si no tratáramos de re-cogerlas y de darles el sentido que nos-otros creemos que deben tener.

La gravetat de le* paraulesde l'OrtegaEl señor Ortega y Gasset me perdo-

nará que tenga que referirme a su dis-curso con algún detalle, sobre todocuando en este momento pesa en miánimo el débito formidable que todoslos republicanos tenemos con clon JoséOrtega y Gasset, por los grandes ser-vicios prestados por él a la Repúblicaen tiempos de la monarquía. El señorOrtega y Gasset ha hablado aquí deun particularismo. La palabra se pusoen circulación cuando el debate de to-talidad, y ha tenido un éxito muy me-recido; pero esta palabra es innecesa-ria. Se habla aquí de nacionalismo par-ticularista para significar algo muyviejo y muy conocido, y estas palabrasse prestan a tremendos equívocos. Ensu discurso de totalidad nos hablaba elseñor Ortega y Gasset de la congoja,de la pena que sentía al acercarse alestudio de nuestro problema, por enten-der que era un problema que no teníasolución. K n aquel momento crei yosinceramente que el señor Ortega yGasset no había realizado un estudioprofundo de nuestro problema y quasu juicio estaba insuficientemente me-ditado; pero despises del debate de hoy.cuando veo, con profundo dolor, quedon Tose Ortega y Gasset mantiene Jasmismas posiciones del primer día, digoque la cosa es nuï v grave : porque sinuestro espíritu de españolismo inte-gra!, que coincide en el tono, en elacento y en el diálogo, absolutamente,con las palabras cordialísimas, españo-las, del señor Barnes, si nuestro espí-ritu chocara con el del señor Ortega yGasset, yo le aseguro desde ahora, ysiento una pena inf in i ta al tener quehacer tal declaración, que probable-mente el problema catalán no podría,como es nuestro ferviente deseo, teneruna solución española. (El señor Bal-bonlíit: Y como es nuestro deber. Pidola palabra.)

EIs diversos nacionalismesLos socialistas catalanes nos llamá-

bamos hace años nacionalistas-socialis-tas, v a través de conversaciones man-tenidas en via jes al extranjero, sobretodo siguiendo e! consejo del gran ma-temático francés M. Hadamard y (!eAlberto Einstein, decidimos borrar esapalabra de nuestro programa, y ahoranos decimos antinacionalistas. Porqueme decían Hadamard y Einstein, y al-gunos »tros grandes hombres a quieneshe tenido la suerte de tratar, muy hu-mildemente: "No. el nacionalismo en

Discursos de R. CampalansEuropa, en la acepción corriente, es ellenguaje de León Daudet", como aquílo es el del señor Royo Villanova. Yya que acerca de de esta cuestión sehan lanzado aquí gran cantidad deideas, de noticias erróneas, faltas dedocumentación, y hasta podría decir deverdaderos dislates, creo necesario eneste punto del debate, si la Presidenciame lo permite y la Cámara también,hacer una pequeña aclaración acercade lo que en el lenguaje corriente, node la gente que ha profundizado en es-tos estudios, sino de los simples afi-cionados a la lectura, significa estapalabra fuera de España y lejos de iapasión que se advierte aquí en este de-bate sobre la autonomía.

Hay varios tipos de nacionalismo, ysi entendemos por nacionalismo la exa-cerbación del sentimiento de la comu-nidad de carácter, yo no tengo ningúninconveniente en aceptar también elnombre de nacionalista. Pero esta exa-cerbación del sentimiento de la comu-nidad de"caráctei "pUedt"'o1iedí<Aaf-*A"*'muchas causas. Puede obedecer—y yoruego a ¡a mayoría de los señores di-putados que me perdonen si insisto encosas de tal pequenez, que son univer-salmente sabidas, pero he de decirlasaquí porque los que Jas saben se lashan callado—, puede obedecer dichaexacerbación a distintas causas. Se ad-miten corrientemente tres tipos de na-cionalismo : uno es el nacionalismo li-bertador. Esta es la expresión que ge-neralmente se usa entre socialistas, yes el caso de Cataluña : un pueblo queaspira a lo oue aspira Cataluña y queluego diré. Hay luego el nacionalismoautoritario, opresor, que es aquel que

choca con el nuestro. Hay, finalmente,el tipo de nacionalismo imperialista onacionalismo colonial, como quiera lla-marse, i A qué obedecen estos distintostipos de nacionalismo?

Les humanes aspiracionsde CatalunyaPara condensar un poco mi pensa-

miento voy a decir ahora mismo en quéconsiste la esencia del ideal de Cata-luña y por qué expresaba mis temoresde que este ideal no pudiera realizarsesi ante él encontraba una espiritualidadcomo la del maestro don José Ortegay Gasset.

Se trata, en lo de Cataluña — lo de-cía Ortega y Gasset —, de un proble-ma muy extendido; de un problemaque en el orden moral es simplementeel más grave de los que.están plantea-dos en Europa. Por este problema su-fren hoy en Europa : 40 millones dehombres y son muy pocos los países

-qKc'líif?! éítáu »f¿Í.r-Bc>áfic> luego n«lo está ' Francia, porque ' hablar deFrancia sobre estas cuestiones y nodarse cuenta del tremendo caso de Al-sacià y Lorena, es algo así como dis-currir por la Gran Vía y no darsecuenta de la Telefónica.

Este .problema está resuelto, porejemplo, en Suiza, en Noruega, en Ho-landa, en Suècia,, en pequeños países ;no lo está en otros también pequeños,por ejemplo, Dinamarca, un país quetiene, como todos sabemos, el proble-ma 'de la zona.de habla danesa dentrodel territorio alemán, del Schleswig-Hollstein, en la que, dentro de la enor-me cultura alemana, es la cultura de

aquellos dos y medio millones de hom-bres la que ejerce mayor función rec-tora. La solución de estos problemas,en una República democrática, es deuna simplicidad aplastante, y a mí suurgencia no me abruma, porque comosoy socialista, si la República burgue-sa fallara en aquellas que fueron nues-tras esperanzas, tengo plena convicciónde que el problema sería resuelto maspronto o más tarde, porque su resolu-ción figura en los programas de todoslos partidos socialistas del mundo.

¿Qué quiere Cataluña? ¿Qué cosaes esta que no puede resolverse y quees tan difícil? Pues Cataluña quiere—no ha inventado nada — una cosa queno tiene nada de original, algo a lo quenadie que sienta la dignidad de su per-sonalidad puede renunciar. Es algo aque ninguno de vosotros renunciaríapor nada. Y a nuestra dignidad podránenfrentarse otras, pero por encima dela nuestra no admitimos la de nadie.Lo que Cataluña desea, por simplecuestión de -dignidad, como lo deseantodos los pueblos que han llegado aun cierto grado de conciencia de lacomunidad de carácter, es simplemen-te "ser regida y administrada en supropia lengua". El ideal catalán esmuy claro y no se agotará hasta quese realice en Cataluña esta cosa fanhumana, tan elemental, de que nos-otros seamos regidos y administradosen nuestra lengua.

Aquesta gent tan ufanaI tan superbaAhora bien; ¿cómo se producen en

e! mundo estos distintos tipos de nacio-nalismo? Es muy fácil de explicar. El

LA U. S. C. I L'ESTATUTDonem a part les versions

taquigràfiques dels discursospronunciats a les Corts Cons-tituents pel company RafaelCampalans. No som nosaltresels que hem de fer l'elogi de lesparaules i dels conceptes des-envolupats pel company Cam-palans, ni de l'energia amb quèva manifestar-se: energia exem-plar en front del problema in-tegral—una Espanya nova ver-taderament republicana—i enfront dels «tabús» intel·lec-tuals que doctoritzen en elParlament i abusen de la pre-eminència de nous rics que al-tres els bastiren. Sols hem dedir que el company Campalansva interpretar fidelment el cri-teri de la U. S. C., el qual vadefinisse clarament en els de-bats del I Congrés Nacio-nal.

Com Henri de Man, nosal-tres diem: «Els burgesos de Ca-talunya són catalanistes peruna sola raó. Nosaltres ho sompèrdues: primer, perquè somcatalans, í segon, perquè somsocialistes. »

A la Lliga i a la Lligueta elspot convenir la tàctica «aco-modaticia», davant l'Estatut(definició encertada de La Li-bertad, de Madrid, diari deMarch), car la solució defini-tiva del nostre problema alli-beraria totes les forces men-tals, morals i econòmiques deCatalunya, polaritzant-les enel camp de la lluita social.

Però a nosaltres, no. LaU. S. C. aspira a una soluciódefinitiva no per esperit nacio-nalista, sinó, contràriament,per a arrencar de mans de laburgesia catalana aquesta armadefensiva admirable del pletcatalà sempre costa amunt.

És per això que Campalans,diputat de la U. S. C., ha sos-tingut un criteri intransigent enmatèria d'ensenyament. Puixla intransigència d'avui, d'ha-ver-se concretat en realitat, se-ria ja la fórmula de màximaconvivència peninsular — no latrista «conllevancia» d'Ortega iGasset, savi oficial de Caste-lla—í el plantejament cru, sen-se desviacions ni confusions tii

«unitats sagrades», de la lluitade classes a Catalunya.

Amb les seves intervencions,el company Campalans ha irri-tat tots els senyors Estevesde Catalunya, de la Lliga, laLligueta i de certes zones es-querranes. No ho lamentem.No ens es f ere eix ni ens sorprèn.Aquesta discrepància, aquestahostilitat, aquest boicot siste-màtic de la Premsa dita «ca-talana», anirà accentuant-se amesura que augmentí la forçareal de la U. S. C. i els seushomes vagin oposant el llen-guatge clar del socialisme a lesparaules gens substantives delspolítics tradicionals.

Lamentem, sí, que els partitsesquerrans que dirigeixen lapolítica espanyola no hagues-sin copsat l'enorme valor delsconceptes del company Cam-palans, per excés de contem-plació vers els diputats menysesquerrans, que són el seu last,i entestats a complaure el ler-rouxisme, força de corrupcióen competència amb l'agraris-me cavernícola !

nacionalismo de tipo autoritario, quees el más corriente, ha dado lugar aque el profesor Ernesto Seillière hi-ciera toda una filosofía, la que él lla-ma "Filosofía del imperialismo". To-dos sabemos que en el fondo del almahumana hay ciertos impulsos centratesiavasalladores. El impulso primordial,según Freud, será el impulso genético ;según Turró, será la impulsión trófica,también de carácter fisiológico ; segúnotros, tiene otro carácter; por ejemplo,en el Abbé de Saint-Cyran, es espíri-tu de "pricipauté" ; en Hobbes es el"amor de poder"; es aquella "Willezur Macht" de Nietzsche; es simple-mente aquella "libido dominandi" de lapsicología cristiana, de la que abomi-naba con palabra contundente el granespañol, el gran castellano Fray Luisde León, que era eminentemente anti-imperialista — también nosotros pode-mos ir bien acompañados — cuandodecía ; "Esperábades ser señores deotros ; Dios no prometía sino hacerosseñores de vosotros mismos." FrayLuis de León y otros grandes pensa-dores castellanos, ya del siglo de oro,hubieron de criticar esta soberbia, estecarácter aue se manifiesta en algunoshombres guerrero» y en viejos hidal-gos de la meseta, que era algo que te-nía, en el carácter <le esta meseta, in-dudable importancia.

Pero para nosotros no es ese el ca-rácter español ni es ese el carácter cas-tellano, porque debajo de esta noblezahabía los villanos, había el pueblo, ha-bía la canalla. En esta masa enorme deCastilla el sentimiento era muy distin-to, era el sentido franco, noble, campe-chano, que es el mismo sentido, exacta-mente, que el del pueblo catalán. Y yoos hablo en nombre de la canalla, eshabla un villano ; desde la época de lasCruzadas para rx*á, aunque no me en-tretuve nunca en escudriñarlo, tengola seguridad de que en mi abolengo nohay una sola gota • de sangre azul, ylo digo aquí con todo el orgullo de mivillanía.El nacionalisme alliberador

Hay, DUCS, un nacionalismo autorità- .rio, que se funda simplemente en estasoberbia terrible del alma humana ala cual el profesor Seillière ha podidodar el nombre de una característicabàsica de nuestro espíritu. Pero hayotros tipos de nacionalismo: el nacio-nalismo libertador. Este es, algo que lapsicología moderna tiene ya muy bienestudiado. El pueblo que se encuentragobernado en una lengua eme no es sulengua materna sufre un terrible com-plejo de inferioridad, y ante este com-plejo de inferioridad, este pueblo pue-de buscar su compensación por doscaminos. Empleando el lenguaje deAlfredo Adler, uno de estos caminoses la compensación de tipo "comunita-rio", y en este tipo romunitario, elindividuo, para vencer aquella congojahorrible del que vive en estas circuns-tancias del. complejo de inferioridad,trata de reaccionar elevándose él, en-nobleciéndose él, aumentando la capa-cidad, el valor, el rendimiento de susaportaciones sociales. Es la forma c!e:

reaccionar, en los pueblos donde hayun movimiento nacionalista, de lagente socialista. Es el caso de Che-coeslovaquia y es el caso de Cataluña,en que los socialistas tenemos el afánde reaccionar de esta forma. Pero iagente que no tiene fuerza bascante,ante el complejo de inferioridad, reac-ciona con un "afán de poder", y comoellos mismos, en su inferioridad, nose sienten bastante fuertes para ele-varse, buscan un subterfugio para con-seguir ir disminuyendo a los demás,y son los que rebajan e insultan a lo*que no son ellos; son las gentes del"Nosaltres sols", etc., que pertenecena este tipo de nacionalismo, que tienesu correspondencia en otro tipo de na-cionalismo primario, que también seencuentra en Castilla, pero con unagran diferencia, de todas maneras,,porque en el fondo de aquel movi-miento y de aquella voz hay un prit)-

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PàÕ, 2 ¡Justícia Social

ciñió de just(cia y p«r el otro lado noexiste este wloçipio de justicia.

Se no» qptttba, se nos critica, senos n\flpoapr|ift twrque somos unospobrti j^rtlMMflstas, y me encuentraverda«i*rwii«f perplejo porque hevisto Cftjoi MrAlta. Cámara nos emo-clonabtfcM WfOs — y yo fui el pri-mwo »f hBWirme a «sa emoción colec-tív» —IDAtíb aquí se erocaba un díafl mtlaMOfplirdí, el caso de aquellosItfarSJifj 9w|, hace ya casi cuatro si-S'QÍ y ftttjjj*), perdidos, lejos de Es-pafta, enfriara» Rentes y otras cultu-ras, ?in ̂ W»rv»r ningún contacto conet alimgl» »»pfritual de 1a antiguamadre Hlrla, conservan todavía lalíngua W tastai* y fíaun trasoyen(como de¿ja unq de su» escritores) elperegrin« peo df fquellos cantos" conque 1* P»tña íns arrullaba. Digo queaqui nM hempÄ emotionado porquetodavjjren Salaba f «n otros sitiosde 9peî>te hay£ fteptes que, despuésde mia de cuatrfl fjjflos, sigan conser-vando la lengua psjfellana, y nos irri-tamos y vemos ÉU¿ hay quien parecesentirse ofendida ïbrque los catalanes,estando siempfa 'fln nuestra tierra, r.ohabiendo habíale, pesde que allí se em-pezó a hablar ert romance, otra lenguaque la catalana;,' sfj?amos hablando encatalán. No se f|'ulere poner un poco deamor en el examcfj de este problema.

Yo pedirla, s{i][i|>lemente, aqu|el amorque pone el m éd. ici} hasta cuando exa-mina una llaga purulenta, aunque searepugnante en si. Yo paso por quehaya gwte'para 1» cual nosotros sea-mos algo asqueroso y repugnante; pe-ro, aun en este caso, pedirj£ a estoshombres que con sentido humano, con"inteletto d'amore", se acercaran al es-tudio de las cosas de Cataípña. No sequiere examinar si habría pido posibleque las cosas ocurrieran di otra mane-ra. Nosotros no tenemos la culpa deno haber sido asimilados o suprimidos.Siento una pena enorme al ver que enel siglo XV o en el »¡Rio XVI no sequemara a todos los catalanes, porejemplo, o no se les (hubiera echado deCataluña; yo estaría muy tranquiloahora, «porque ya no habría problema.Lo lamentable es que ciertas solucionesque eran posibles en 1492 no son hoyposibles porque lo impide algo que sellama la conciencia de nuestro tiempo.Davant de Catalunya

no hl havia resCataluña — todos lo sabéis — du-

rante casi tres siglos, por lo menos du-rante dos siglos vivió en un total aban-dono de si misma, y el catalán no des-apareció, la pobre cultura catalana quequedaba, muy triste cultura ipor cier-to, no desapareció, porque delante deella no había, no ya otra cultura ma-yor ni más fuerte, sino que no habíanada. La Universidad española en elsiglo XVII tiene una importancia muyrudimentaria; en el siglo XVIII es ca-si inexistente. Cuando Felipe V vino aEspaña, y en Cataluña, por los motivosque sabéis, suprimió las Universida-des catalanas, suprimió muy poca cosa,y aun hizo algo al crear la Universi-dad de Cervera—por razones antide-mocráticas, como acaso diré en otromomento—, porque altercar esta Uni-versidad estableció un plan de estudiosque la hacía muy superior a la de Sa-lamanca. Porque en este siglo XVIII,como todos sabéis, en la de Salamanca,cuando Mego Felipe V a España nose enseñaban muchas cosas; por ejem-plo, no se enseñaban matemáticas.Y cuando Felipe V, que procedía deun país que en aquel momento iba a lacabeza de la cultura europea, preguntóal Claustro universitario sobre la con-veniencia de establecer dicha enseñan-za, se le dijo que las matemáticas noeran necesarias ni convenientes, y unode los profesores, el P. Rivera, hubode abominar de esta ciencia, porqueera algo perverso y satánico. Así vi-vió la Universidad de Salamanca, untiempo gloriosa, y hasta época muyavanzada del siglo no entró en ellaun matemático: Torres Villarroel Yyo pregunto : ¿ Tenéis derecho a repro-charnos que todavía haya un alma ca-talana, que se hable una lengua catala-na ? ¿ Qué habéis hecho vosotros en eltiempo en que podíais anularla ? i Quéhabéis hecho vosotros en el tiempoque podíais asimilarla? No nos anulas-teis, ni luego no nos habéis asimilado,porque no poseíais sobre nosotros unacultura que tuviera fuerza bastantepara realizar esta asimilación.S'imposa una solució intel·ligent

Voy a terminar. Ruego a la Cáma-ra que medite atentamente sobre las

Esmena que podríem qualificar de "clandestina", puix laPremia catalana (nostra (?) o contrària) no n'ha dit rei*,de Campalans a l'article 7* del dictamen de la Comissió

sobre l'Estatut de Catalunya

Desitjant l'Administraciócommemorar l'aniversari deJUSTÍCIA SOCIAL I alhorafacilitar als seus simpatit-zants i lectors el poder guar-dar la col·lecció dels núme-ros apareguts fins el 2 dejuliol de 1932, ha encarregatun relligat al preu de 15 pes-setes, compresos els núme-ros, o de 10 pessetes por-tant-los l'interessat.

Les comandes s'han d'a-dreçar a l'Administració pera la seva deguda regularit-zació.

"Los Diputados que suscriben tienenej honor de proponer a las Cortes lasiguiente enmienda a! art. 7." del dicta-men, nuevamente redactado, de la Co-misión de Estatutos sobre el de Cata-luña:

E! art. 7.° se redactará como sigue:"El servicio de la cultura, como atri-

bución esencial del Estado, será pres-tado en Cataluña por las institucioneseducativas de la Generalidad, bajo iasuprema inspección del Ministerio deInstrucción pública, a los fines indica-dos en el artículo 50 de la Constitu-ción, con la facultad que en el mismose reserva el Estado de poder, en cual-quier momento, mantener o crear ins-tituciones docentes de todos los gradosen el idioma oficial de <la República, yde acuerdo con las normas siguientes :

1.a La Generalidad mantendrá pa-ra Jos habitantes del territorio catalánque deseen recibir su enseñanza en cas-tellano tantas escuelas primarias comorequiera la creación de un grado por

cada cuarenta alumnos que soliciteneste tipo de «scuela monolingue.

Estas escuelas estarán servidas pormaestros pertenecientes al escalfón ge-neral del Magisterio, designados DOTel Ministerio de Instrucción pública,T en ellas se enseñará el catalán.

2.a En las escuelas primarias regi-das por la Generalidad, er castellanotendrá no sólo el carácter de materiade enseñanza, sino que se usará jun-tamente con el catalán como idioma es-colar, una vez pasado el primer grado.

3." Los Institutos de Segunda en-señanza y Escuelas Normales de Cata-luña que hasta ahora han dependidoúnicamente del Estado, subsistirán conel mismo carácter actual.

4.a Las1 Escuelas de ingenieros yde arquitectos serán bilingües, asegu-rando a los alumnos que lo desen igualnúmero y calidad de clases en loscursos ordinarjds.

5." La Universidad de Barcelonaserá bilingüe, se organizará en íonrta

autonómica, y elegirá sus profesoresordinarios en régimen abierto de con-currencia y oposición libre.

6* Los títulos profesionales quedeban tener validez general en todo elterritorio de la República, serán ex-pedidos exclusivamente por el Estado,y los correspondientes certificados deestudios deberán sujetarse, -como míni-mo, al contenido de los planes pedagó-gicos que determine la ley de Instruc-ción pública, según lo previsto en elartículo 49 de la Constitución.

7.a La Generalidad reembolsará alEstado los gastos que le ocasione elmantenimiento de los Centros de en-señanza que sigan dependiendo direc-tamente de él."

Palacio de las Cortes, 20 de juliode 10.32.-—Rafael Campalans.—LuisNicolau D'Olwer.—Martín Esteve.—Juan Ventosa Roig.—Manuel SerraMoret. — Miguel Santaló. — AmadeoHurtado. — Epifanie Belli.—VenturaGassol."

gravísimas palabras que aquí ha pro-nunciado el profesor y diputado señorOrtega y Gasset. También ruego a to-dos los señores Diputados que me ex-cusen, porque rai audacia ha sido muygrande y he tenido que hablar atrope-lladamente, no por culpa de nadie, sinopor culpa de este enorme complejo deinferioridad que sufrimos siempre to-dos los compañeros de esta minoría, yque me perdonen asimismo lo que enmi intervención haya sido quizá de-masiado acentuado, demasiado crudo yque obedece, desde luego, a falta depalabras.

Pero yo quisiera que pensarais unacosa : que aquí hemos venido a estu-diar, a examinar, a enjuiciar la formade resolver la cuestión catalana ungrupo de hombres de Cataluña, quenos sentimos hijos espirituales de estageneración formada por aquel granhombre que aquí se ha mencionado:don Francisco Giner, y que yo creoque nunca podrá haber en España unacontingencia más favorable que la deahora para resolver de una vez, enforma inteligente, nuestro problema.Y al decir en forma inteligente, quieroindicar simplemente no agravando, noenvenenando el problema, sino encau-zándole en forma que más adelanteípueda llegarse a aquel ideal de Catalu-ña que antes os expresara y acercadel cual ya nadie podrá decir que nohablamos con toda claridad. Yo qui-siera que pensarais y meditarais eso.Hemos hablado muchas veces de unadesgracia, de «n triste sino que parecíaque pesaba sobre España y que acha-cábamos nosotros a esas monarquíasextranjeras que se habían interpuestoen nuestra Patria. Pensad esto: queno venga a resultar que esa incapaci-dad no era debida a ningún poder ex-traño. Sería horrible que un día hicié-ramos el descubrimiento de que de esaincapacidad teníamos la culpa todosnosptros. Nada más. (Aplausos en laminoría catalana.)

Segona intervenció(Seaaìó dtl 29 de Julìoì)

CAMPALANS: Señores Diputa-dos, después de las palabras pronun-ciadas aquí en la sesión de anteayerpor mis compañeros señores Sbert yLluhí y de algunas, muy pobres, queyo dije, creo a'" 'la defensa circuns-tanciada y minuciosa de la enmiendaque he tenido el r^nor d-e firmar conotros compañeros de la minoría cata-lana es perfectamente innecesaria; asímismo me lo ha indicado el Comitépolítico de la minoría.

Por ¡o tanto, no voy a hacer ahoraninguna defensa de detalle de la en-mienda que todos conocéis; pero enen este momento, señores Diputados,pesa sobre mí una terrible responsabi-lidad y no puedo sentarme sin haceroír mi voz, cumpliendo con ello undeber de profunda españolidad, pararogar a la Cámara que examine, quemedite la gravedad del punto a cuyadiscusión hemos llegado: Autonomía,cuestión de la enseñanza, cuestión dela lengua ; aquí estarnos ; éste es elpunto cumbre de la discusión del Es-tatuto.

Yo no sabría expresar, señores Di-putados, viendo la enorme responsa-bilidad que en este momento pesa so-bre mí, cuál es mi profunda turbación.En mi total inexperiencia de la políticapráctica, y estoy viendo — con gransentimiento de mi limitación y mi inca-pacidad — que no corresponde, ni po-co ni mucho, con aquella concepciónque yo tenía de la política, en una vo-cación constante, firmemente sentida,en mi ignorancia total de la "vieja po-lítica" parlamentaria, yo no imaginabaque pudiéramos encontrarnos, despuésde aquel magno 14 de Abril, en la for-ma en que nos encontramos en estemomento del año 1932. Mísero de mí,confesaré, si es necesario, mi total,mi crasa candidez ; pero yo quiero quesepáis, yo quiero deciros cuál era lailusión enorme que en Cataluña hizo

nacer aquella fecha gloriosa del 14 deAbril. Para nosotros no era esta fechaun simple punto singular en una cur-va de evolución normal en el desarrollode un pueblo, era una convulsión for-midable, era como una mutación brus-ca, era como un cataclismo, era algoque venía a renovar y a transformartotalmente la política española, paralibrar a nuestra Patria de un ominosatradición y hacer posible que nuestropueblo se incorporase de una maneraplena y definitiva al concierto de lospueblos libres y de las democracias ci-vilizadas.

Claro está que mi candidez no lle-gaba (tampoco la candidez de Cata-luña, aunque sea mucha) hasta el lími-te de imaginar que en estos momentos,en estos días, pudiera faltar en estaCámara la ,voz de aquella historiamuerta, surgiendo también a travésde voces del pasado. Y yo os digo queestas voces las esperábamos, no dirécon agrado, pero tampoco con indife-rencia, porque en mi optimista visiónde la vida—y sin un optimismo radicales imposible darse -por entero, inten-samente, a empjesa alguna—, creo quetambién esas voces realizan una fun-ción necesaria.

Todos nosoírSsTiernos dicho muchasveces (lo creíamos así y 'queremoscreerlo así, porque solamente en lavoluntad de creer está esa fuerza quees la fe ; que sólo la fe y aun la fe delos impíos es hoy <la única fuerza ca-paz en el mundo de transportar mon-tañas), que esta cuestión catalana, des-de el momento en' que se proclamó laRepública quedaba - superada de modoautomático, y para mis adentros ima-ginaba yo cuál sería la terrible trage-dia obscura, la profunda congoja deestos clásicos, de estos inveterados im-pugnadores y contradictores de la per-sonalidad catalana, hacia los cualessiento una humana simpatía, mezcladaacaso desde aquel 14 de Abril, de unacierta humana piedad, al quedar desva-necido, al desaparecer, al borrarse eseproblema que había sido años y años,como todos sabéis, recurso y comodínde todos los partidos reaccionarios deCataluña y de todos los Gobiernosreaccionarios que en España han sido ;problema que había dado ocasión a quealgunos se especializaran en él y tu-vieran en combatir a Cataluña unarazón de ser, una fácil plataforma po-lítica y acaso una honesta y discretamanera de vivir.

Por eso no sabría yo expresar cuálha sido mi asombro al ver lo sucedido.Yo quisiera traeros aquí el sentimien-to, la sensación de asombro, del enor-me desencanto de Cataluña al ver queaquellas voces del pasado no se levan-taban en esta Cámara para delatar,con su cerril anacronismo, nuestramás viva actualidad de hombres denuestro tiempo, sino que se levanta-ban aquí para denunciar el sentido deun sector, evidentemente excesivo, deesta Cámara, y aun para levantar in-sospechados ecos en aquellas zonas cá-lidas de la inteligencia, en aquellaszonas de selección intelectual más pa-tente, de todos acatada y reconocida,en las cuales Cataluña, el pueblo libe-ral de Cataluña, los obreros conscien-tes de Cataluña, la intelectualidad deCataluña, habían puesto entera, sinlímites, su total y absoluta confianza.

Claro está que no esperábamos, porejemplo, el absurdo matemático de quevinieran ahora a nuestro lado algunossingulares, señeros y admirados hom-bres ilustres, que se han -cristalizadoal correr del tiempo—y digo esto conenorme respeto, porque el brillante estambién cristal—en una hierática acti-tud de adoradores, aun sin quererlo ysin saberlo, de aquella "sacra cesá-rea católica real majestad", últimosvasallos de un imperio que no existe ;ni tampoco pensábamos que pudieranahora comprender nuestro caso, la te-rrible tragedia de Cataluña—la trage-dia de ser como somos y no poder serde otra manera—, aquellos pobres hu-manos que tienen... dificultades orgá-

nicas para entender estas cosas; peroen modo alguno pudo Cataluña nuncaimaginar que al llegar este momentode la discusión del Estatuto la Cámarase encontrara en la situación que seencuentra.

Se ha dicho aquí eme el Pacto deSan ç "bastían no admite ni muchadoctrina ni muy buena. Es muy cierto ;pero ante las humanas afirmacionesque han hecho los hombres de esta mi-noría, no se ha levantado nada ; np he-mos visto ni una sola idea de las quehoy circulan entre los Centros inte-lectuales de la Europa liberal, ni unasola doctrina moderna se ha levantadoante aquella doctrina inexistente, des-preciada por nosotros. Sin este famosoPacto de San Sebastián (que yo locreo muy 'lamentable), sin ése Pactode San Sebastián, la cuestión de Cata-luña se estaría debatiendo ahora, o sehabría debatido ya, y creo que en con-diciones mucho mejores. No ; el Pactode San Sebastián, seguramente, no ad-mite mucha doctrina; pero ante nues-tras voces humanas y españolísimas,yo he visto una sola doctrina ; la doc-trina estricta del "pataleísmo", del de-recho de la fuerza ; no he visto otracosa. Era otro el Pacto en que Cata^luna, esoeraha. No hay en Cataluña

un solo hombre que tenga algún senti-do de respóris^iljídad que haya invoca-do ese famoso Pacto de San Sebastián ;era otra cosa,; *ra en otro pacto tácitoen el que Cataluña había' puesto susilusiones y sus esperanzas ; era el pactosellado cordialmente en aquellos díasaugúrales en que la representación dela selección castellana liberal estuvoen Cataluña, y Barcelona se vistió defiesta para acoger a esos hombres conbrazos, puertas y corazones abiertos.En aquel momento, entonces, fue di-cho todo. Era un venturoso diálogo delas lenguas ; era la aurora de una nue-va España. En Cataluña nadie ha in-vocado otros pactos. Pero en aquel mo-mento hubo un pacto de inteligenciasy yo siento ahora y me duele enorme-mente tener que constatar aquí estavictoria que yo no queria y que meduele enormemente, la victoria espi-ritual de Cataluña en estos momentos.Porque ya sabíamos todos que estascosas surgirían. Hace más de; un añohablaba yo en el Ateneo de Madrid ydecía que estas cosas surgirían y aña-día: si la voz del pueblo y la inteli-gencia siguen conduciendo nuestra re-volución, su resultado será perfecto ;si dejáis que los cordiales, los secta-rios, los doctrinales y toda la espesacaterva .de gente de "buena fe" se in-terpongan entre nosotros, no haremosnada : ya han chillado bastante, quese vayan a sus casas; es ahora el mo-mento del sereno diálogo ; ahora hemosde hablar nosotros.

Pues bien: en Cataluña, como digo,no ha habido un solo hombre de lamás pequeña solvencia intelectual quese haya tmesto al lado de esa cosa tur-bia de la calle, que ya sabíamos todosque se levantaría, y las voces de "nos-altres sols", en Cataluña, no tienen eco,están 'hasta ahora perfectamente solas.Nunca podíamos imaginar que al re-volver las derechas, con la aviesa in-tención que todos sabemos, el turbiocieno de las pasiones, al lado de losMarch y de los Emiliano, pudiera saliruna sola voz, un solo prestigio inte-lectual. Y ya que nuestro problemacatalán es un problema de españolidady de integración, yo no imaginaba po-sible que por algunas altas mentalida-des castellanas pudieran lanzarse lasblasfemas palabras de un cierto "pro-blema anticatalán", que es problemade separatismo y de desintegración.

Este ha sido el enorme desencantode Cataluña: ver que toda esa cosacenagosa que a veces el viento de lapasión arremolina, formando monto-nes en los arrabales de la concienciapública, se calificase de opinión públi-ca, y se auscultare como la auténticavoz de la nación, y que algunos hom-bres que se llaman políticos (a loscuales yo no aplico tal calificativo,porque para imi la función política fes

La hipocresia i la dupli-citat de la Lligueta

En La Publicitat del día 30 del mes proppassat, sig-nat. X. X. (Martí Esteve?), vàrem llegir: "Un altre diagairebé perdut per a l'Estatut. El senyor Campalans, queentre les seves virtuts no té la de l'oportunitat, ha de-fensat llargament una esmena que era en essència Una deles fórmules acceptades per la minoria al començamentde les llargues negociacions sostingudes a l'entorn de laqüestió de l'Ensenyament. 'Llàstima que molts dels ar-guments i de les idees del senyor Campalans, que ditesen altre to i en una altra avinentesa haurien pogut produirun excel·lent efecte, diluïdes i barrejades no hagin fet al-tra cosa que prolohgar el debat per dues hores i haginimpedit que avui mateix s'hagués arribat a una votaciódefinitiva de l'article setè."

Traspuen en aquestes ratlles la mala fe caracterís-tica de la Lligúeta i la hipocresia apresa en l'escola supe-rior de la Lliga.

¿Fer un esforç màxim per a aconseguir un millora-ment de l'article—que no altra cosa es proposà Campa-lans—és perdre el temps?

¿Aquesta possibilitat, que potser hauria reeixit si lespetites rancúnies de certs diputats de la minoria no ha-guessin prevalgut, no era més temptable que l'aprovaciód'un article inacceptable? ¿D'un article que va ésser apro-vat dies després sense cap vot català?

Què entenen per perdre el temps? ¿El que no mal-gasten ells? I com? ¿Simulant en públic actituds d'ex-trema catalanitat, i plorant en privat contra els extremis-mes teòrics que perjudiquen a comerciants i industrials?

Tots ens coneixem.Tots sabem que la Lligueta fa la competència a la

Lliga en aquest doble joc; que tant la Lliga com la Lli-gueta es vendrien l'Estatut a canvi d'algunes comandesindustrials i la llibertat condicionada d'anar tirant entreJocs Florals i onzes de setembre !

Campalans ha complert brillantment amb el seu deu-re. Si altra prova no, n'hi ha prou amb el despit rancu-niós de "La Veueta". '

Page 3: ÒRGAN DE LA UNIÓ SOCIALISTA DE CATALUNYA DEFENSA DE … · va dir •! company Campatane: CAMPALANS: Ile pedido la pala-bra para explicar el voto de la minoría catalana en lo que

Jiistfcìa Social Pag, 3

La bona lluita dels ra bassa i r esAbans d'anar Marcel·lí Domingo al ministeri d'Agricultura,

els rabassaires, arrendataris, parcers, etc., de Catalunya, gua-nyaven gairebé tots els plets de revisió. Havent-hi M. Domingoal ministeri d'Agricultura, gairebé tots els plets de revisió s*hanperdut.

N'és responsable el senyor Domingo, car dictà una sèrie dedecrets confusionistes qué no feren mes que enterbolir els clars\ categòrics del seu antecessor.

Naturalment, aquest és l'origen de la indignació que ha prescos en tot el camp català i que s'ha manifestat materialmentsuara.

L'Institut de Sant Isidre ha aprofitat el canvi de política pera accentuar la seva actitud d'intransigència i llançar-se pel camíde la deslleialtat.

Ha estat intransigent en rebutjar en bloc les proposicionsdels rabassaires.

Ha estat deslleial en no complir el pacte de l'any passat,signat pel President de Catalunya i els representants autoritzatsde propietaris i parcers.

Ha estat deslleial ara en acceptar primer una Comissió ar-bitral presidida pel company M. Serra i Moret, que havia deposar fi equitativament a la lluita actual, i en sabotejar-la des-prés, al·legant que no li mereixia confiança el nostre benvolgutcompany.

Què volia, doncs, l'Institut de Sant Isidre? ¿Que fos designatpresident el bisbe o qualsevol ex-marquès tronat i "objectiu"o un "funcionario" també "objectiu", estil senyor Ugarte, delGovern civil?

Ni el company Serra i Moret, ni la U. S. C. s'han sentit mo-lestats pel "non possumus" de l'Institut de Sant Isidre. Tampochan de sentir-se'n els ferms militants de la Unió de Rabassaires.Qui devia sentir-se'n i no se n'ha sentit, sembla, és el Govern. Aben segur que quelcom li hauria passat a la Unió de Rabassairesd'haver estat ella la sabotejadora d'un acord del Govern. Lla-vors, quin "rechinar de dientes" entorn del "principio de auto-ridad", del "prestigio del poder publico", malmesos pels rebels!...

No hi fa res.Els rabassaires tenen raó. Ells creen la riquesa bàsica de

Catalunya, amb el seu treball. I d'ells és i serà, sempre, elmillor dret.

la más alta, la más sagrada, la másaugusta) fueran a hozar en esos mon-tones en ^usca de algún guiñapo quepoder levantar como bandera. No ima-ginaba Cataluña eso.

No habéis comprendido, señores Di-putados, lo q.ue el 14 de Abril signifi-có en Cataluña ; muy pocos son losque han comprendido, no obstante seruna cosa clara y patente. En los Es-tados de compleja formación, la uni-dad espiritual se ha logrado siempreen momentos de grandes acontecimien-tos, de grandes calamidades, de gran-des victorias o de grandes desgracias.Recordad el caso de Francia : la unidadespiritual francesa se debió a la revo-lución; la unidad alemana surge des-pués de las derrotas napoleónicas; enlos tiempos en que la cultura alemanasorprendió al mundo con el ímpetu deaquella fuerza filosófica avasalladora,el Estado alemán no existía. Puesbien, el 14 de Abril significaba paraEspaña .ese momento, la ocasión delograr esta unidad espiritual que an-tes no existía y que existe cordial,fervorosa, desde el 14 de Abril.

En España hemos malogrado mu-chas fechas, muchas ocasiones. Hemosmalogrado aquel 1808, que fue un mo-mento propicio para convertir el Es-tado policía en Estado nación; hemosmalogrado aquel 1898, y ¿vamos a ma-lograr el 14 de Abril, la más gloriosade las fechas de 'la historia de Españadesde hace cuatro siglos ?

Pensadlo bien, meditadlo bien. Des-de un principio, señores Diputados, he-mos planteado nosotros aquí nuestroproblema con toda claridad, con todafranqueza; hemos hablado sin descen-der a minucias ni a triquiñuelas, y an-te nosotros sólo hemos visto que hasalido la voz solemne de don SeveroPardo, con todas sus argucias aboga-ciles, de las que abominaba aquel hom-bre que en el campo de la ciencia esla figura más alta, más destacada deesta Cámara, el doctor don GregorioMarañón, cuando decía : "No técnica,sino amor." Aquí ha habido argucias,logomaquias, triquiñuelas, sofismas deleguleyo, ¡ qué sé yo ! ; pero ante nues-tra posición no se ha enfrentado nada.Nosotros venimos aquí a una comu-nión de espíritus; siempre hemos ha-blado en el mismo tono. Y ¿qué hemosencontrado delante? Un afán de deta-lle abogacil, como si tratáramos de unpleito de separación de cuerpos; yante esta cosa enormemente espiritual•que es nuestro problema, que es elproblema general de España, nos sa-len al paso con cuestiones de funcio-narios. Yo, hace más de un año, con-testando a un periodista madrileño, ledecía que no era este momento de fun-cionarios, que no era hora de "cuer-pos", sino hora de espíritus. Nosotroshemos venido aquí y os hemos habladode nuestra españolidad porque cual-quiera de vosotros puede tener su idea!de España, que nosotros respetamos,oero con el mismo derecho tenemos

nosotros también nuestro ideal hispa-nista y no cejaremos en él mientrasencontremos en la Cámara, como hoyocurre en todos los sectores, voces li-berales que coincidan con la nuestra.Nosotros os mostramos nuestro espa-ñolismo, y en respuesta se nos dice:"No; el españolismo es un privilegiode los castellanos ; si queréis integrarosen la vida española, monopolio de Cas-tilla, tenéis que renunciar a vuestraalma, a vuestra lengua, a vuestro espiritu. La autonomía, sí, la daríamosmuy bien a Càceres, a Badajoz, hastaa Valencia se la daríamos, pero a Cataluna, no." Pues bien, a Cataluña de-be dársele la autonomía.

Se nos hace el reproche, muchasveces repetido, de que venimos aquícon pleitos viejos, con papeles viejos;pero ¿cómo puede ser eso? ¿Cómopuede ser que nadie con alguna sere-nidad, con algún peso específico en lamollera, diga tales cosas? Nosotrosdecíamos hace un año... (Podéis son-reír, señores Diputados, pero la cosa esmuy seria y muy grave; porque nos-otros podemos fracasar en nuestroideal de España, pero el vuestro estáfracasado antes, porque vuestra Es-paña es imposible.) Nosotros os decía-mos en aquel entonces, y os pedíamos,que, libres todos del peso abrumadorde una historia triste, cuya responsa-bilidad no nos incumbe, nos lanzára-mos a crear una nueva España, unaEspaña digna de todos, en que todoslos españoles pudieran convivir conigual dignidad, una España integral,la única posible, integrada, dentro deun Estado libre, por un conjunto depueblos libres, fusionados por su úni-ca voluntad. Esta es la única Españaintegral con existencia posible. En-frente de eso, podréis hacer una Espa-ña-fuerza, una España-policía, una Es-paña que sea muchas cosas, pero laEspaña integral a que el pueblo as-pira y reclama de nosotros, no la podráhacer esa gente. (Señalando a la minoria agraria.) Para nosotros Españaera un proyecto, un maravilloso pro-yecto. No había ninguna sombra, na-da que nos agobiara de lo viejo.

Somos nosotros los que venimosaquí de cara al futuro; y ¿con quése nos sale? ¿Con qué se combatennuestras aspiraciones? Con papelesviejos, con leyes derivadas del estadode fuerza creado en Cataluña por Fe-lipe V. Y ante nuestras reivindica-ciones, se nos oponen, ¡señores!, laüleyes autocráticas y despóticas de ladinastía borbónica. ¿Quiénes son aquílos que salen con historias viejas? Sonlos que se oponen a nuestra voluntada nuestro pensamiento, a nuestro idealde España.

Esta actitud, natural en algunos, mepasma en otra gente. Hemos oído aquídurante estos días—yo tengo ahora di-ficultad para recoger todas las cosasque a diario se dicen—una cantidad decosas de una incoherencia tan tremen-da que hay que hacer un esfuerzo so-

brehumano para poder sacar de estoalgo que sea inteligente, que tenga unpoco de sentido racionafl El señorMaura sonríe, y el señor Maura, enuna de esas maravillosas filigranas desu clara inteligencia, pédía...y ¿sabéislo que pedía? Pedía nada menos queel t Estatuto que fuera votado por estaCámara tenía que salir-—según su ló-gica—con los votos de los enemigos delEstatuto ; es decir, que aquí hemos deaprobar una Reforma Agraria que lahan de hacer y la han de votar los la-tifundistas. Aquí se ha dicho eso, yaquí se han dicho otras muchas cosas.(Risas.) Nosotros os mostramos nues-tro españolismo, y ante nuestro espa-ñolismo, ante nuestra fraternidad, haybrazos ariscos que nos apartan, quenos alejan. Yo he visto, por ejemplo,aquí, un monumento oratorio, que estáen las páginas del Diario de Sesiones,construido por el señor Sánchez Ro-mán. En este monumento oratorio, deuna concatenación, de una trabazónperfecta, de una lógica absoluta, todoestá bien, solamente falla el postuladoinicial del cual parte el señor SánchezRomán y que destruye absolutamentetodo lo demás. El señor Sánchez Ro-mán dice: "Como España está unifi-cada bajo el signo de Castilla..." [Al-to ! En esto, como en aquella vieja de-finición del cangrajo, que era un pezrojo que andaba para atrás (Risas yrumores), en la que, descartando queno es pez, no es rojo ni anda haciaatrás, todo lo demás es cierto. Peroel hecho invocado no lo es. Y en estascuestiones llegamos a un punto en queresulta uria acción temeraria tratar dedefinir el pensamiento y el alma deCataluña. No son los técnicos los quehan de hablar de eso. El que ha deapreciar la calidad,de los zapatos noes el zapatero, es decir, el técnico es-pecialista, sino el infeliz hombre dela calle, que es el único que sabe dóndele aprietan. Si en cuanto a lo que nos-otros mismos pensamos tenemos cadauno un trabajo enorme para sacar dedentro de nuestro espíritu, de dentrode nuestra conciencia, aquello que seala auténtica elaboración de nuestropensamiento, cometerá una acción deuna temeridad, de una osadía y de unaaudacia sin límites el que trate aquí dedefinir la conciencia y el alma de loscatalanes. No. Yo os digo que si creéisque para hacer la nueva España espreciso que esta España esté unificadabajo el signo de Castilla, no hay diálogo posible; esto no puede ser, noserá. Yo no digo que en otra época,que los hijos de mis hijos no seancastellanos, y la cosa no me preocupa.Pero ahora nosotros no somos caste-llanos, no por una cuestión de volun-tad, que acaso yo querría serlo; peroes que no podemos serlo, j si no somoslo que somos, no somos nada. Decíanlos socialistas de Checoeslovaquia :"Hemos de ser checos para ser euro-peos". Pues los étalant hemos de sercatalanes para ser españoles y para sereuropeos. (Grandes rumores.)

Estamos aquí en el caso de la ense-ñanza, y yo pregunto : ¿ Es que alguiensupone que es posible que un hombrehable en serio otra lengua que la suya ?¿Alguien lo supone? Pues va muyatrasado de lecturas; y, a propósito deesto, quiero leeros—y será la única ci-ta que haga hoy—unas palabras delmaestro Ortega y Gasset. Decía Orte-ga y Gasset : "¿ Se puede en serio ha-blar otro odioma? Al hacerlo, ¿no noscolocamos en la actitud íntima de imi-tar a algún prójimo? Y vivir imitan-do, ¿ no es una payasada ? La gente sehace demasiado fácil lo que llama ha-blar lenguas. El tránsito a otro idiomano se puede ejecutar sin previo aban-dono de nuestra personalidad y, portanto, de nuestra vida auténtica. Parahablar una lengua extraña (y vosotrosestáis teniendo con mi pobre interven-ción en este debate una prueba patentede la enorme razón del señor Ortegay Gasset), lo primero que hace faltaes volverse, durante un rato, más omenos imbécil; logrado esto, puedeuno verbalizar en todos los idiomasdel mundo sin excesiva dificultad."

En esta incoherencia enorme quecitaba, se ha hablado aquí, por ejem,pío, de privilegios. Porque los catala-nes aspiramos, sin cubrir con el menorvelo de reserva la entera desnudez delpensamiento, porque aspiramos—comodigo—a hablar nuestra lengua y a serregidos y administrados en ella, se nosdice: "¡Pero estos catalanes son unosansiosos ! ¡ Qué privilegios quiere estagente!" Pero yo os digo: ¿Es que loscatalanes os quieren imponer su len-gua, os quieren imponer su derecho?No, no pueden hacerlo; porque hayalgo muy hondo en la entraña de Cata-luña que se acusa ya en la legislaciónde la Edad Media: un sentido liberalque nos lo veda. Pues si nosotros noos queremos imponer nuestra lenguani nuestro derecho, ¿por qué lo que-réis hacer vosotros ? Creo que si pudie-ra uno contemplar estas cosas desdemuy lejos, desde otro planeta; si no »erefirieran a pobres criaturas humanasy a la tragedia horrible de estas po-bres criaturas humanas ; si esto lo vié-ramos en un mundo de fantasías y detíteres, todas las cosas que aquí sehan dicho serían simplemente para sol-tar el trapo, para desternillarse de risa.

El señor VICEPRESIDENTE(Martínez de Velasco) : Señor Campa-lans : me permito advertir a_ S. S. queestá para ext.irar el término de lamedia hora concedida para cada inter-vención.

CAMPALANiS : Pues ine basta esaindicación de la Presidencia para quetermine en el acto. Pero quiero invitara la Cámara entera a que medite so-bre la gravedad de este momento. Vea-mos dónde hemos llegado en ía discu-sión del Estatuto de Cataluña. Estamosen la parte más viva y esencial. Y esta-mos ahora donde estaba en el año 19aquella Comisión extraparlamentària,a la cual no quisieron ir ni los republi-canos, ni los catalanes, ni las grullastristes del reformismo. (Grandes ri-sas.) No fue nadie. La Comisión ex-traparlamentària se quedó sola. Aque-lla Comisión elaboró un proyecto, yos invito a que leáis el art. io de laBase 22, y veréis que coincide exacta-mente con el dictamen de ahora, pa-labra más, palabra menos. En la en-mienda de esta minoría no hacemosotra cosa que recoger las palabras deldiscurso del señor Presidente del Go-bierno, que hablaba en nombre del Go-bierno, en nombre de la mayoría; nohacemos otra cosa oue recoger el votoparticular del señor Bello. Proponemoscon esta enmienda, que es de transac-ción, una solución inteligente de lacuestión de Cataluña; una solución in-teligente será aquella, tan limitada, tancercenada, tan menguada como que-ráis, que no agrave el problema, queno lo excite, que no lo irrite, que nolo envenene, que dé la posibilidad deencauzarlo y de ir ligando cada díamás el esoíritu de nuestra Cataluña anuestra España. Pero ved a qué situa-ción hemos llegado. En el momentodel debate de totalidad, el señor Azaña,en lo que respecta a la Universidad,daba una fórmula, la fórmula que nos-otros mantenemos ahora, y ante aque-lla voz ilustre, profunda, de gran es-pañol, de gran político, se alzaba otra

voz, la del señor Royo Víllanova, ydecía : "Esto no séra ; esto no puedeser." ¿Y dónde estamos ahora? Pueientre aquella voz del Gobierno y la vozdel señor Royo Villanova; ha vencidpel señor Royo Vilíanova y toda esacosa turbia y sospechosa y poco inte-ligente que está detrás del señor RoyoViManova. (El señor Royo Vilíanovapronuncia palabras que no se perci-ben claramente.) Voy a explicarme,toda vez que el señor Royo Vilíanovahace signos de extrañeza. Yo digo queesta voz, que esta cosa es poco inte-ligente, porque es de una insensateztotal el gesto de ciertos reaccionariosespañoles de aguardar ante su tiendaa que pase el cadáver de la República,que no sería, por cierto, en un entierromilitar, ni .un entierro civil, ni tinentierro laico, sino que tendría unmagnífico acompañamiento; tendríaun acompañamiento fulgurante, elcortejo de. la revolución social. Nover eso es ser insensato.

Y bien, yo os pido que penséis enla gravedad de este momento. Estaenmienda nuestra es una transacciónlímite para que Cataluña no caiga enuna amargura total y se encierre, sinhacer nada, sin decir nada, en unaenorme desilusión. Para que esto noocurra, digo que penséis que en Cata-luña sabíamos todos que las derechasespañolas no eran dignas de aquellaalta, de aquella noble, de aquella aus-tera figura de don Ángel Ossorio yGallardo; pero que para Cataluña se-ría hoy un descubrimiento horrible.sillegase a enterarse de que las izquier-das españolas no son dignas del granhombre que hoy preside el Gobiernode España, que no son dignas deAzana. Nada más. (Aplausos en laminoría catalana.)

Les eleccions alemanyesLes eleccions generals del

passat diumenge no han apor-tat a la situació política alema-nya aquella claredat que, coma conseqüència dels darrers es-deveniments, hom podia espe-rar. La situació ha restat igual-ment confusa, igualment ines-table, i passada ara ja la provadecisiva del sufragi, no tindràaltra eixida natural que la vio-lència.

Ben mirat, però, el resultatd'aquestes eleccions és lògic iexplicable. Hauríem pecat d'ex-cessivament puerils si hagués-sim cregut en una possible reac-ció sentimental del poble ale-many vers l'una o l'altra extre-ma política fins a donar-li lamajoria absoluta de la Cam-bra. La persistència de la ma-teixa proporció de votants —salvant lleugeres variacions—que s'ha revelat en totes leseleccions alemanyes d'aquestsdarrers temps demostra la im-possibilitat de produir-se aquestmoviment psicològic que algúesperava, i ens revela tambéquin és el veritable caràcter dela lluita entaulada a Alemanya :una simple, una tràgica lluita declasses.

Aquesta lluita, però, regis-tra una novetat. Es produeixen ella un fenomen que mai nopogué preveure Marx. I és queaquella classe mitjana que ha-via condemnat a desaparèixer,ofegada per les dues grans for-ces de l'alt capitalisme i del pro-letariat, es redreça avui ambuna força insospitada i substi-tueix el capitalisme en el seupaper d'adversari de la classeobrera. La classe mitjana iprincipalment el seu esperit,constitueix avui la força nuclealde tots els feixismes europeus.A ella es degueren els primersimpulsos del feixisme italià i aella es deuen en gairebé llur to-talitat els tretze milions de votsque acaba d'aconseguir Hitlera Alemanya.

Entretant, la classe obreras'ofega en un mar de confu-sions. La manca d'agilitat. de

la socialdemocràcia i la cega in-transigència del comunisme l'hareduïda a la impotència. Refiaten la Constitució de Weimarque sentava una garantia de lli-bertat i de democràcia, el so-cialisme alemany abandonà elsseus mètodes revolucionaris peraltres de més positius i mésadaptats a la realitat, esperan-çat que no caldria recórrer maimés als mètodes primitius dela violència. Vana il·lusió 1 Laburgesia no es deixa prendre ales bones les seves posicions, isi cal trair un pacte—car pacteera la Constitució de Weimar—el traeix, i si cal recórrer al ter-ror per a ofegar els progressosde la classe obrera i anihilar lesseves organitzacions econòmi-ques, ho fa.

El pecat de la socialdemocrà-cia alemanya no ha estat l'a-doptar mètodes de col·laboraciói de concòrdia quan la realitatdel temps ho reclamava, sinó elno saber reaccionar a temps itornar als procediments de llui-ta quan s'ha revelat amb totanuesa la traïció de la burgesia.De totes, maneres, encara liqueda ocasió per a redimir-se.La gran lluita que fatalments'ha de produir a Alemanya totjust acaba de quedar planteja-da, amb una precisió com nos'havia produït mai. És d'espe-rar, doncs, que en el terreny dela lluita, d'aquesta lluita en laqual es posa en joc no gensmenys que el futur de la nostracivilització, la classe obrera ale-manya sabrà trobar aquellacohesió i aquella unitat indis-pensable per a sortir triomfant.

ROCHDALE

Alguns ciutadans s'han sor-près de la "literatura" del co-ronel Ibáflez, cap superior dePolicia. Per que? ¿No recordenJa que el coronel Ibáftez, enprendre possessió del càrrec,va acabar, emocionat, el seudlscurset donant les gràcies "alGobierno de Su Majestad"?

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Pag. 4 Justícia Social

DURAN I VENTOSA. JUTGE

La responsabilitat de MaciàL'eminència grisa de la Lli-

ga ha publicat un article a LaVeu, en el qual Duran i Vento-sa pot acusar don Francesc Ma-cià de responsable d'aquestahora difícil que passa per lapolítica de Catalunya.

És una mica fort que elsculpables d'ahir puguin avui acu-sar; que els que ahir canviarenles carteres de ministre de laMonarquia per la dignitat ca-talana i per la dignitat liberal,puguin avui erigir-se en jutgesdels que han servit el deure finsa tots els sacrificis; que els quefrustraren aquella Assembleade 1917 i acompanyaren Primode Rivera a l'estació de Fran-ça, puguin dir que en políticanomés hi ha dos camins : el de-mocràtic i el revolucionari.

També hi ha aquests altresdos camins, en política, àdhucdintre un fet revolucionari comel del 14 d'abril: la lleialtato la deslleialtat. I després,aquests altres: el de l'eficàcia oel del fracàs.

* * *

És repugnant — simplementrepugnant — que un home dedreta com Duran i Ventosa,enemic, no ja de tota violència,sinó de tota idea avançada i de-mocràtica, pugui fer-se el revo-lucionari i pugui acusar els quehan lluitat rudament tota la se-va vida per no abdicar de la se-va doctrina i de la seva execu-tòria de llibertat, de no haversabut posar en marxa la revo-lució, de no haver portat fins alfinal una batalla les primeresvíctimes de la qual—pel que hiha hagut en la seva història detraïció i de claudicació — hau-rien estat, a Catalunya, els ho-mes de la Lliga Regionalista.

Recordi, recordi el senyorDuran i Ventosa aquells carrersbarcelonins, la tarda del 14 d'a-bril. Recordi aquella cosa trà-gica i violenta de les turbes—iles turbes són la primera partde les revolucions—que en-vaïen els tramvies i marxavenrambles avall, sota parracs debanderes tricolor. I aquellatornada rebel i venjativa queno era cançó sinó amenaça, queno era burla sinó acusació i re-presàlia:

Mori Cambá,visca Maciàf*

Recordi, recordi el senyorDuran. Faci memòria del pànicque en aquelles hores s'apoderàde molts amics seus ; de la pres-sa agitada i angoixada amb quèdemanaren bitllet pels expres-sos de la frontera. Recordi totallò. I, per decorum, no vinguiara a fer de revolucionari, aacusar si no va portar-se el 14d'abril fins al final, a dir que sihi ha culpes són d'omissió i nod'acció.

Repugnant i odiós. L'únicconvenciment que Duran i Ven-tosa pot portar-nos—a nosal-tres, a les esquerres catalanes—és que, en efecte, la revolucióno arribà a consumar-se en laviolència que hauria calgut per-què les ombres més tèrboles de

la política catalana no pogues-sin ara tornar a aparèixer, enels tombants d'un camí difícil,quan la fatiga, l'enervament ila desil·lusió poden fer presa enl'esperit d'homes de bona fe id'idealitats inflexibles. Perdo-nats—perdonata!—per la revo-lució, ara poden esperar arre-cerats a la cuneta i, en passar,per sorpresa, per l'esquena, en-fonsar el punyal de la traïció.

Camins democràtics o revo-lucionaris. En efecte. No és Du-ran i Ventosa qui ha d'ensenyaraquests camins a Macià i alsseus. Els coneixen bé. De vega-des han estat carrers d'amar-gura, a la mateixa hora que elsamics de Duran i Ventosa ves-tien la casaca verda de minis-tres del rei.

Però també hi ha camins delleialtat i de deslleialtat. Ningúcom els revolucionaris no co-neix millor el camí de la lleial-tat, que a la llarga és un altrebon camí de la política. I aquítambé Macià és superior, moltsuperior, a tots els senyors Du-ran de la Lliga. Per lleialtat aCatalunya, Macià renuncia en1915 a la seva acta gloriosa dediputat. Per lleialtat a Catalu-nya, Macià va a l'Assemblea deParlamentaris i acut al costatde Domingo quan les ales ro-ges del martiri toquen el frontrebel del diputat per Tortosa.Per lleialtat a Catalunya, Ma-cià se'n va del Parlament pri-mer que ningú en aquell mesde gener de 1919. Per lleialtata Catalunya—que és lleialtata un ideal—Macià s'aixecacontra l'espasa insurgent dePrimo de Rivera, a l'hora dela Dictadura. Per lleialtat aCatalunya—i a la democràcia,que és l'afany essencial—Ma-cià accepta la "Santé" i corretots els camins fraternals o es-trangers d'Amèrica.

Després, en 1930, Maciàtambé és lleial. Lleial a la Re-volució, aquesta vegada. Lleialals compromisos, a la conspi-ració, a la batalla de les es-querres espanyoles contra l'o-ligarquia odiosa dels Borbons,que s'esforcen a aguantar, finsa l'últim moment, fins a l'horadel desastre, els amics d'a-quest senyor Duran que aras'erigeix en jutge de Macià idels seus.

Lleialtat. Aquest camí nol'han conegut mai els homes dela Lliga. No eren lleials ambCatalunya l'any 17. No erenlleials a Catalunya l'any 19.No eren lleials a Catalunyaquan feien de policia del go-vernador de Barcelona. No hoeren a l'hora de la Dictadura.No ho eren quan aconsellaven eldictador. No ho eren quan col-laboraven en el darrer Governd'Alfons XIII, ni quan pensa-ven en el partit "centrista", niquan combatien la revolucióamb totes les armes. Jo em tro-bava a la porta del Palau d'O-rient quan Ventosa sortia dejurar el seu càrrec en l'últimGovern Aznar. Quina cosamés trista la d'aquell català

que es deia catalanista, vestitamb la casaca i «1 bicorni, enaquella hora que tot el paísdigne repudiava el monarca!Com a català i com a liberal,em va caure la cara de vergo-nya, davant els companys pe-riodistes que havien de repor-tar l'"espectacle".

Macià, lleial a Catalunya.Lleial, a la seva hora, a la Re-volució. La Lliga possiblementno entendrà mai aquestes su-premes lleialtats, per les qualsMacià no implantava el 14d'abril l'Estatut de 1919 —aquell Estatut de la Lliga queimplicava un Governador Ge-neral—i sabia esperar, amb lafe de la seva condició d'homerecte i de polític digne, en elscompromisos de la reunió repu-blicana de San Sebastián, segonsla qual les Corts Constituentsdiscutirien i aprovarien l'Esta-tut de l'autonomia catalana.

¿Que després han vingut ho-res difícils? ¿Que el compromísha sofert ajornaments i modi-ficacions? Sí, no cal negar-ho.Però encara no s'ha perdut tot.Encara no està aprovat íntegra-ment l'Estatut. Encara discutim,encara treballem, encara ac-tuem. Encara està en marxa laRevolució. I, en tot cas, la Re-volució ha començat l'obra, unaobra que la Monarquia—quela Lliga defensà a canvi detot—no començà ni podia ha-ver començat mai.

Esperem. Esperin, esperin elsenyor Duran i els seus unessetmanes més. No s'ha dit l'úl-tima paraula. Ja veurem si ésla lleialtat a la conveniència o lalleialtat a la Democràcia — alrei o a la República—la que fa-ci possible l'autonomia de Cata-lunya. Esperem. Azaña i Ma-cià no són, no, Romanones iPuig i Cadafalch...

* * *I després, hi ha una altra raó

encara en política. Aquesta: l'e-ficàcia o el fracàs. La Revoluciónomés és justificable quan ^téuna possibilitat d'eficàcia. En-tre altres raons perquè, si noés així, deixa d'ésser Revolucióper a convertir-se en tragèdia0 en mascarada.

Un home de la història deDuran i Ventosa no pot jugartan gratuïtament amb les pa-raules... ara que tot perill sem-bla haver passat. No és aral'hora de fer retrets : era la ma-teixa tarda del 14 d'abril, quanhi havia les turbes al carrer.Macià l'hauria rebut tambéaquella tarda o l'endemà—siDuran i Ventosa hagués tingutsentit del seu deure i coratgeper a complir-lo—i és possibleque l'hagués escoltat amb la cal-ma necessària. I que, per a tor-nar a casa, hagués garantit comcalia la seva integritat perso-nal.

A més a més—i això no hohauria de poder ignorar Duran1 Ventosa—és probable queMacià li hagués reconegut unprincipi de raó, però li haguésfet present l'amenaça de possi-bles violències, de possibles llui-tes, de possibles disconformi-

tats, clarament expressades, enla passió d'aquelles hores, perhomes i per institucions que ha-vien possibilitat bravament laproclamació de la República ide la democràcia. Una demo-cràcia que, perquè tenia fe enella mateixa, es revoltava con-tra tot el que poguessin sem-blar gestos de violència i des-confiança en compromisos con-trets entre les esquerres repu-blicanes, catalanes o no catala-nes.

La raó de la lleialtat. La raó

de l'eficàcia. Raons de Macià,no de la Lliga ni de Duran iVentosa. A la llarga, en políti-ca com en tot—quan no s'és uninsensat o un traïdor—triomfenaquelles.

Esperem. Encara no s'ha ditl'última paraula. La dirà aques-ta Revolució encara no consu-mada del tot. Si s'arriba a con-sumar—i jo encara no n'he per-dut l'esperança—Duran i Ven-tosa no serà mai més jutge. Maimés.

JOSEP M.° MASSIP

Fulls del momentDiàriament la Premsa publi-

ca articles versant sobre el pletque ha remogut la classe page-sívola de Catalunya i que con-tinua i fins va in crescendo en-cara.

Diàriament la Premsa dedreta, la dels senyors propie-taris, dTaquests senyors que te-nen constituïda una institucióen defensa dels seus interessosi que anomenen de Sant Isidre(impostors ; volen emparar-sed'un sant que podria ésser elpatró dels arrendataris i par-cers, que són els que treballenla terra, puix Sant Isidre diuenque era un bon llaurador, i gai-rebé cap dels que es volen dirpropietaris no ha tocat mai unallaura), està parlant d'aquestaqüestió tan embolicada, diuenells.

Diàriament també s'estansembrant aires de guerra con-tra els pagesos catalans, trac-tant-los de lladres perquè recu-llen sense el permís dels propie-taris el que és seu, el que elspobres pagesos durant el trans-curs de l'any han pogut arribara salvar a força de les sevessuors.

Si el Govern no hi posa re-mei, la cosa acabarà malament.

¿Per què donar uns decretsque es veia clarament que erenperquè s'hi acollís el majornombre de pagesos?

¿Per què enganyar-los (si laparaula hi cap) donant-los ifent-los veure uns drets que des-prés en posteriors decrets elstreuen?

Senyor De los Ríos : el vai-xell que el porta fa aigües. Sino es resol aquesta qüestió quevostès mateixos feren comen-çar, si no posen d'acord aques-tes dues classes de la societattan antagòniques, el propietarii el pagès, el mal anirà augmen-tant i produirà constantmentun malestar que a tota costacal evitar.

Si es donaren uns decrets,s'havien de complir i no anul-lar amb altres llur efecte.

Actualment el pagès s'ha alli-berat en certa manera dels trac-tes onerosos amb què se'l trac-tava fins ara; però el donar al-tra volta agalles als propieta-ris, permetent-los tota classed'actes, i ajuntar-s'hi la pèssi-ma actuació dels jutges nome-nats ex profeso per a resoldreels plets litigants, farà que tot

se'n vagi altra volta a rodar.Pitjor per a ells, molt més

pitjor. L'esdevenidor ens ho di-rà. El problema continua aratan palpitant com abans. ¿ Comes resoldrà?...

TIMOTEO TOSAS

Un Capque no ens serveix

És coneguda la nota delcap superior de Policia deBarcelona, donada a la pu-blicitat sense previ coneixe-ment i autorització del go-vernador civil, el seu superiorjeràrquic, teòricament.

La "literatura" de la notaés germana espiritual i tèc-nica d'aquella que immorta-litzà a Primo de Rivera.

I el seu contingut revelatal esperit cavernari, que elsignant—no en diem l'au-tor—s'ha fet incompatibleamb Barcelona.

Avui, segons el coronelIbáñez, són coses prohibidesa Barcelona :

Demanar el número a unguàrdia d'assalt.

Mirar un guàrdia d'assalt,amb les mans a la butxaca ipanxa enfora.

Mirar un guàrdia d'assaltde reüll.

Donar a pensar que es volmirar de reüll un guàrdiad'assalt.

Qualsevol d'aquests delic-tes qualificarà de "chulo" eldelinqüent i serà castigat im-mediatament i contundent-ment.

Això, a Barcelona.No a Zululàndia.I després d'això encara te-

nim el mateix cap de policiai el mateix governador!...

UnióSocialistadeCatalunya

Mítings i ConferènciesAVUI

Conferència de F. Viladomat a la Sec-ció del Districte VII, carrer de Sans,73 (Bar Royal), a les deu del vespre.Tema: "Sindicalisme i política".

DEMÀConferència de Joan Comorera a

Igualada.

AGOST ióConferència de Josep Grau Verdú a

les Seccions dels Districtes V i VI,Ronda Sant Antoni, 100, a les deu delvespre. Tema: "Estructuració d'unanova moral".

TIP. CATALANA-Vich,Ï6 Tel. 7Í7B3- Barceloi.a