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J0Manuel Hernández A. ESTADO MENTAL DE LOS EPILÉPTICOS, MCMXXVII.-

sé Manuel Hernández A

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Page 1: sé Manuel Hernández A

J0sé Manuel Hernández A.

ESTADO MENTAL DE LOS EPILÉPTICOS,

MCMXXVII.-

Page 2: sé Manuel Hernández A

,UNIVERSIDAD NACIONAL DE MKXIOO

FACULTAD DE MEDICINA.

ESTADO MENTAL DE LOS EPILÉPTICOS,

prueba escrita que para su examen ge-

neral de

MEDICINA, CIRUGÍA Y OBSTETRICIA,

presenta

JOSÉ MANUEL HERNÁNDEZ A.\ ^

-o-o-o-o-

Page 3: sé Manuel Hernández A

. la sag.r. d;t i;eifioria de mi padre

A mi madre

A mis hermanos.

Page 4: sé Manuel Hernández A

Al señor licenciado

don Miguel Hernández Jauregui,

con mi agrademiento

Page 5: sé Manuel Hernández A

doctor

don Mamiel Guevara Qrcpeasa,

por su callosa ayuda.

Page 6: sé Manuel Hernández A

A loe seaores doctores

,don Manuel Gea González y

don Abelardo Monges Lope-z

y al seaor donf

José de J. íJÚñez y Domínguez.

Page 7: sé Manuel Hernández A

A MIS MAESTROS

A MIS AMIGOS

A MIS COM?AÍÍEHOS/

Page 8: sé Manuel Hernández A

H I S T O R I A .

La epilepsia es una enfermedad conocida

desde los más remojos tiempos de la medici-

na.

Un cuadro sintomático tan notable, unido

a la frecuencia áe la enfermedad, a su tena-

cidad deeesperinte, a las consecuencias por

desgracia auy írscuenta&írnte deaaatro&aa, -

explic: corso ha llamado la atención de los

fflas antiguos observadores.

Hipócrates le iia consagrado to^o nrx 11- -

tro; Selao habla de ella, lo mismo que "(Jalo-

no, pero el cuadro mas importante que ae co-

noce de 1=1 antigüedad es el trazado por

Aristeo Coeluis kurelianus.

Los autores cíe los siglos siguientes no

añadieron nada de notable y es preciso lle-

S^r hasta Van Swieten para ver añadir algo

Page 9: sé Manuel Hernández A

importante. Digno es de recordad la célebre

icnografía que Tissot escribió sobre el par-

ticular .

En el siglo pasado podemos agregar los -

trabajos importantísimos de Augusto Voisin,

de Locock y de Brown-Sequard. Ahora bien es-

ta etapa tan larga que ha recorrido la enfer-

medad desde los más remotos tiempos, ba hechc

que haya recibido un sinnúmero de denomina-

ciones, según las creencias de la época, o -

según que algún autor creyese encontrar al-

gún nombre que le parecía apropiado. Así ve-

mos que he, sido llamada: "morous sacer, mal

comitial, gran mal, alto mal, mal de San

Juan, mal de tierra, morbus divinus, mayor,

herculeus, lunáticus, mal de corazón, alfe-

recía, Cataluña, mal de Sant Pau, e te!!

Page 10: sé Manuel Hernández A

r -g-

D E F I N I C I O H .

La epilepsia es una enfermedad caracteri-

zada, en los cosos típicos por crisis consis-

tentes en pérdida completa de conocimiento,

acompañada de convulsiones más o menos genera

lizadas.

Se le llama también complejo sintomático

epiléptico.

Para algunos autores, no es sino, un sín-

cLromo es decir la expresión clínica de un -

gran número de afecciones cerebrales, de eti_

logia variable.

Be le puede gubdividir basándose en sus -

manifestaciones clínicas en epilepsias par-

ciales y en epilepsias generalizadas siendo

las primeras "bajo el punto de vista etiólogi

c°) en la inmensa mayoría de los casos, epi-

1epsías orgánicas debidas a lesión irritati-

va directa o indirecta de un punto limitado

Page 11: sé Manuel Hernández A
Page 12: sé Manuel Hernández A
Page 13: sé Manuel Hernández A

-11-veintitres años, con predominio en la época

de la pubertad, llamada epilepsia esencial o

idiopática, observándose en un 50J0 de los ca-

sos. Después de los J>0 años vuélvese más ra-

ra y se llama epilepsia tardía.

Page 14: sé Manuel Hernández A

-12

E T I O L O BI A.

Do-s grandes causas, primero causas predis-

ponentes o endógenas y segundo causas determi-

nantes.

Causas predisponentes o endógenas. Entre

estas citaremos no solamente las predisposicio

nes hereditarias y trastornos nutritivos que

se ha podido sufrir a causa de eníermedades

toxi-infecciosas de los padres ( alcoholismo,

tuberculosis, sarurnismo, etc.) sino también

alteraciones que han sobrevenido en el curso

de la vida intra uterina y durante el parto,

la más importante es la herencia que puede -

ser similar o directa y de transformación o

indirecta, siendo la primera con mucho la -

foás frecuente.

Se admite que 25 a 30 P« c- de niuos epi-

lépticos nacen de padres atacados de la misma

enfermedad; la herencia ¿e transformación, in-

en casos de familias de tara neuropá-

Page 15: sé Manuel Hernández A

-13-

tica, enfermedades mentales, histeria, alco-

holismo , etc.

Estos nia'os epilépticos presentan la cons-

titución hereditaria degenerativa; cuyos sín-

tomas clínicos llamados estigmas de degeneraf

clon, los más frecuentes son: la asimetría

del cráneo, de la cara, de la bóveda palatina

del tórax, deformaciones de las orejas, - -

eatravásmus, nystagrnus, implantación defec-

tuosa de los dientes, deformación de las na-

nos y de los pies (polldectilla, sindactilia)

y trastornos intelectuales variados pudiendo

llegar hasta la imbecilidp.d e idiotez.

Causas determinantes.- En cierto número de

casos, una causa en '.-iencia insignificante

interviene para la producción de la primera

crisis epiléptica; siendo el período mas fre-

cuente de principio el de la pubertad. Las -

Causas de cierta frecuencia para su aparición

son:

1°.- Las reglas, la fecundación, el esta-

do puerperal, el parto, alcoholismo, sífilis,

Page 16: sé Manuel Hernández A

etc.

2°.- Influencias psíquicas: emoción sur-

sienage, etc.

3°.- Traumatismos.

¿i-0.- Enfermedades infecciosas: escarlati-

na, sarampión, difteria, fiebre to£oidea,ete.

5°.- Causas reflejas: irritación de la muco

sa nasal por pólipos, vegetaciones adenoides,

por cuerdos extraños, irritación de la caja -

del tímpano, la producida por la dentición,

por trastornos gastro-intestinales y por exci

tac iones genitales. En todos estos casos es

de admitirse cierta predisposición heredita-

ria!-

Page 17: sé Manuel Hernández A

-15-

S I N T O M A T O L O G I A .

Ya se. ha definido la epilepsia, la que

como se sa"be está caracterizada por crisis,

en las que la pérdida de conocimiento es el

elemento principal, acompañada de convulsio-

nes y de fenómenos psíquicos, que pueden ser 1

transitorios, permaneciendo el enfermo en el

intervalo de las crisis, en estado normal o,

bien acarrear trastornos mentales más o raenoe¡•

acentuados y permanentes que pueaen llegar

hasta la demf ^cia.

La única condición necesaria para esta-

blecer la existencia de la epilepsia es la

pérdida de conocimiento, pero ademas la con-

fusión mental temporal que sigue a la pe'rdi-.

da de la conciencia es característica del a-

taque y constituye por si sola el elemento

Psíquico principal, dado que la primera pue-

de faltar.

De esto se deduce ue la epilepsia com-

prende dos elementos principales: uno psiquiy otro convulsivo siendo aquel el ra¿S im-

Page 18: sé Manuel Hernández A

ort-ante y el único indispensable dado que

el convulsivo puede faltar o "bien constituir

por si solo todo el acceso.

La crisis de epilepsia puede presentarse

bajo tres formas: el gran mal, llamado tambié

el gran ataque convulsivo, epilepsia - - - -

grave, alto mal, gran epilepsia ; 2° el pe-

queño ataque epileptoide, peque Vio mal, epilepj

sía ligera o pequeaa epilepsia y 3° equivale^

tes e .ilepticos o psicoepilépticos o epilesís

psiau'pa. El gran ataque convulsivo, puede a-i/

parecer bruscamente, pero también puede ir

precedido de un estado preliminar, contituyer

¿o el aura epiléptica, la cual varía según

los individuos, pero en un enfermo siempre

es la misma y se repite de una manera típica

en cada acceso.

El aura consiste en fenómeno de excita-

ción y de inhibición de ciertas regiones cor

tiCales y puede ser: motriz, sensitiva, sen-

sorial vaso-motriz, visceral y psiquiúa.

El aura motriz es rara y consiste en -

Page 19: sé Manuel Hernández A

-17-

sacudidas de un grupo de músculos sea de

un miembro o de la cabeza, para invadir - -

progresivamente y siguiendo un orden regu-

lar los músculos siguientes.

i.1 sura sensitiva es una sensación de -

picoteo, acotamiento o de quemadura en - -

cualcuier parte del tronco o de los miembros

para alcanzar la cabeza.

El aura sensorial variable, puede ser -

visual, olfativa, acústica o gustativa. La

visual es la percepción de colores (rojo) -

o bien la Ounuuilación de la vista llegando

a veces hasta la ceguera, fenómenos de mi-

cropsía o macropsia, llegando a presentarse

en ocasiones bajo forma de verdaderas aluci-

naciones. La olfativa y gustativa son ra- -

ras, siendo su cejrácter desagradable, olor

^e azufre, c-:.rfce descompuesta, ¿usto amar- -

£°, etc. La auditiva puede consistir o bien

sordera súbita o hiperacusia dolorosa a la

Percepción de un sonido, de un ruido, o de

palabra, etc.

La secretoria es la producción súbita -

Page 20: sé Manuel Hernández A

áe ¿sudor «as la eaars y en las maaos o ea

la aroátKKíión salival acompa&BndGse a ve-

ces de movimientos de masticación y de de-

glución,

La va*o-ifritr:Í£ consiste es uaa r>al Ideas

súbita o tuoicundes de la ©ara llegante a

Teces hasta la ooage^tiós de la oafcessa con

dolor, editóla o adema looall&ado.

La visceral pufede coasistir es palpi-

taciones cardiacrís» aoo«&aa de tos,

X«a psíquica es variables sensación de

gos; o bies melancolía o ideas de terror.

Be duración Taris let es muy corta por

lo regola** el enfermo siente la sensación

extraía que le añonóla la aps^iclón de la

crisis y en ocasiones tiene suficiente - ~

tiempo para, preveerse. Cuando no es segui-

&* de crisis constituye ua equivalente.Xa-

»ediat?^ente al overee el estado oon^ulsl-

^>, caracterizado porque el enferso pallde-

Page 21: sé Manuel Hernández A

-19-

ce} grita y cae con perdida de conocimiento

en estado de Ictus epiléptico; para que se

sucedan tres períodos: 1°. el de convulsio-

nes tónicas, 2°. el de convulsiones clónicas

y el de estertor.

Primer período: £1 ataque comienza - -

por una contracción tetánica de toda la -

musculatura; deteniendo la respiración, la

cara al principio pálida vuélvese roja y

raes tarde cianosada; la cabeza gira ya na-

cía atrás o más frecuentemente de lado con

desviación de los ojos; pupilas dilatadas

con abolición del reflejo a la luz; la len-

gua presa entre los maxilares y algunas -

veces es mordida en la punta o en sus bor-

des. Miembros superiores en la extensión

y rotación interna, puños cerrados, dedos

cubriendo el pulgar. Vientre duro, a ve-

ces expulsión brusca de orina o materias

fecales. Miembros inferiores en extensión,

o poniendo fuerte resistencia a cualquier

movimiento. Pulso frecuente, tensión arte-ri

al elevada.

Page 22: sé Manuel Hernández A

-20-

3u duración es variable de algunos se-

gundos; quince a veinte para pasar inmedia-

tamente al segundo período el cual esta ca-

ra.cterisado por sacudidas crónicas cortas -

primero para ir desapareciendo lentamente;

la respiración vuélvese profunda, regular,

la cianosis se acentúa, la piel se cubre de

sudor. En este período el enfermo puede oca-

sionarse heridas, aun luxaciones y fracturas,

su duración es de uno a tres minutos.

El tercer período o el período de estu-

por se caracteriza por un estado de torpeza.

El enfermo se encuentra en sueno profundo,

su musculatura.flácida, sensibilidad aboli-

da; boca y nariz llena de Gomosidades. Al -

cabo de algunas horas el enfermo vuelve en

si, no teniendo ningún recuerdo de la cri-

sis. En ocasiones no es seguida sino de un

estado transitorio de ounubilación que du-

ra de media hora a una hora, para pasar al

estado normal.

Page 23: sé Manuel Hernández A

-21-

S S y A D O M E N T A L .

Desde el -punto de vista psíquico, la e-

pile'psía se manifiesta por trastornos per-

manentes y por accidentes paroxisticos,

Trastornos psiquidos permanentes.- Dan a

la personalidad epiléptica un sello particu-

lar y frecuentemente desde el primer contac-

to conel enfermo permiten sospechar la exis-

tencia de la neurosis. Estudiaremos separa-

damente los trastornos de carácter y los de

la inteligencia.

1°.. Los trastornos de carácter son muy

pronunciados siendo los principales los si-

guientes:

a.- Irritabilidad y variabilidad de -

humor, egoísmo.

b,- Apatía habitual, reacciones impul-

sivas pasajeras y coleras violentas, a ve-

ces terrible.

c.- Falte, de consecuencia en la conduc'ya y en las ideas y con mayor rareza terqueen

Page 24: sé Manuel Hernández A

-22-

tenacidad anormales "Muchos hombres célebres

que pa'san por haber sido epilépticos han bri-

llado más por EU tenacidad que por la grande-

za de sus concepcciones".-

pe religiosidad morbosa incestante, pero

frecaentemente, no considerando mas que la -

parte sfjte.iaid de las religiones, sin in-

fluencia alguna sobre la moral del individuo.

Page 25: sé Manuel Hernández A

-23-s BU LA

Aunque no frecuentemente los epilépticos |

son a veces o^mo han dicho algunos autores

hombres muy inteligentes, habiendo ocupado

ganos de ellos en Ir historia de la literatuí

lugnres muy importantes, citaremos a Cesar, -

Hs.joleon, etc. otros en esfera más modesta -

han ocuoado sitios que requieren -ana inteli-

gencia lúcida y un s-mo juicio, rstoa casos

son excepcionales» pues el fondo intelectual

del epiléptico rara vez está indemne.

El trastorno más constante es 1=\-

tud de las asociaciones de ideas» a veces e-

norme hasta el punto que uecüxn tranncurrir

30 -JlO o más segundos ^ntes de que el er*fer4-

ao responda a las preguntas que se le acaban

óe hacer. Si no se está prevenido, puede -

crearse que la pregunta no ha sido cor.rorendi-

3a o ha sido olvidada y e&ta lentitud puede

confundirse con una demencia o confusión -

Profunda» que en realidad no existen, la —

L

Page 26: sé Manuel Hernández A

ación espontanea y las contestaciones

a los >• af erniOG están sembradas de inciáentes,

de frases, y de pslnbr s instiles. Al cnbo de

cierto tiempo I-., memoria se deMlita y enton-

ces la demencia gpilfptios ee una demencia ~

glot^l. La intensidad de esta es función del

Burrero y violencia de l*s crisis. Ls,s rEfinifes

taciones del peguero frecuentemente repetidas

conducen si enfermo rápidamente a 1 . demencis,

según la opinión clípic?., siendo el hecho no

ducoeo pues no es menos cierto también cue el

efecto <3e Is.s c-rnndles crisis es todavía irías

per juicioso. Los dos cn.T^cteres esenciales de

le der-encia epiléptica consic'^rado desde el -

punto de vista de ex: maxchs son: 1° ser irre-

gular^ente propreslvr., procediendo por exarcei

v?cione3 consecutivas s la serie de ataques y

ca ser hftsts cierto punto remitente, pues el •

bbilitaaieato intelectual disminuye cusndo

crisis tienden a espaciarse.

Trastornos mentales episódicos. Pueden -

los ataques convulsivos (tr-stor-

Page 27: sé Manuel Hernández A

r lentes) y seímirlos (trastornos laenta-

les posparoxisttcos).

Los principales trastornos mentales de

parosixticos son: los de cnr^cter: irrit»bl-

Udrd, tristeza y el estado confuslonal eue

con frecuencia anuncia la crisis y las miras

que e pealan al principio y de 1-j.s quf ya en

el c- itulo anterior es clt^rto.

Los equival*:nt- e que constituyen la e-

püeosía I*rv3da son: el vertido, 1» ausencia,

la ím ulsión, 1» fug-? y el delirio.

t^s tres primeras constituyen pequero

Bal epiléptico, l«e criéis convulsiv^ezy el de-

lirio forman lae manifestaciones cié ¡rrsn mal.

El vértigo es ra?*s "bien una sensación -

M desveneci-niento, eue en ocasiones Ta aconroa*

fefla <5e caída y movimientos ligeros^ Junto con

la palidez de le cara y la amnesia consecuti-

Y8¡ lo que hacen del vértigo un Ataque ^rudi-

ftentsxio de epilepsia.

Le, ausencia está esencial ente c?rae-

3. por una momentánea suspensión de las

psíqulc»«. El enfermo ??e queda —

Page 28: sé Manuel Hernández A

-26-

inraóVil, f i j f i la -lirada y la fi-

sonc í - atontada; una ves pasado el acceso, -

vuelve empezar su obra o conversación en el

gismo punto en que hable sido intur límpida; -

aunque hay alguno* miemos c¿ue siguen de una

BfOier automatice los movimientos empe^-doe.

LÍ- impulsión e ilsptic? se c'-racteris;i

por 1 instantaneidad, brevc-<? d y simplicidad

del ---oto ejecutivo y IB amnesia conseeuti\a-

£1 ?cto ee-: la visivo consintiendo un movinien-

to f^-trr .^o, carrera o salto; o p.nt.ÍBOCÍa.1! ex-

hiticionismo, roture de objetos", muerte o ten-

tativ ce incendio. Excppcionslmente IB impul-

sión epile$tl9a puede ser consciente dejrnc'o

«n el ^spiritu del rnfcrmo un recuerdo mee o

eltro.^

La fu P epileptic es aameaiOe lo ni ene

la im;":ulsión, diferenciándose ; or su dur?*.-

cí-;n .ues puede lle-g-:r a ílcrn^.i, h r?.s, díftl

y hí.^tf- semanas y por su complejidad, ejecu-

tando el enfermo P.ctoc cornal lerdos 'como

se ert los hoteles, etc., pin

recuerdo de ello.

Page 29: sé Manuel Hernández A

Es muy semej&nte el sonambulismo» pero

ne hac--r notnr que con frecuencia este

encuentra en los epilépticos sobre tocio -

te la infancia y IR adolescencia.

:-.-! Delirio epiléptico, se andancia por -

un acentuación de los trastornos de la emo-

tividad y el carácter. ?*! enfermo vuélvese i-

rritable y ansioso, y muy pronto se establece

el delirio.

Sus cc'j .cteres fundamentales son, en la

fonan. cl'sic?,:

lc.- te, obnubilación profunda de la con-

ciencie y IR desorientación completa en el -

o y en el espacio.

2°.- El estado efectivo intenso, aupastia,

r eiforia.f e ta última excepcional),revis-

tiendo R veces Ion car^rteres de éxtasis.

3°.- Lft.s alucinaciones son múltiples y cor

í4érí-) ctando lugar el conjunto a un estado -

ue adquiere la forma de dramas horri-

, o más rara vez la de escenas grandiosas,

s o erótic.-s.

.- L---8 reacciones puramente automáticas

Page 30: sé Manuel Hernández A

y extraordinariamente violentas. Llevada a

su límite la violencia se convierte en fu-

rox epiléptico, durante el curso del cual

el enfermo se entrega a actos con frecuen-

cia escandalosos por su brutalidad y que

llevan siempre el sello de una inconscien-

cia absoluta, ttata indistintamente a un -

miembro de su familia o a un extraño, lle-

gando en ocasiones hasta despedazar el ca-

dáver y devorarlo. El suicidio se observa

raras veces.

5*.- I*a amnesia 1acunar, generalmente

absoluta sigue a todas las crisis. Cual-

quiera descripcción clásica que se vea, re-

presenta al enfermo en la más completa de

las ignorancias de loa oerjuicios o cri-

menes que aa cometido. En algunos casos -i

excepcionales, el enfermo guarda un recuer?iiició, vago lo mas frecuentemente, de los ac-¡

tos realizados por ei durante el curso delj

acceso.

Pueden presentarse tres casos, según

<lue el individuo conserve el recuerdo, ya

Page 31: sé Manuel Hernández A

en su totalidad» ya de una parte del pe-

ríodo delirante, persistiendo este como

un recuerdo oardinaricj; qu« el recuerdo -

presente inmediatamente después del SPBO©~

so, se borra ea seguida» el ísafermo niega

hecltos gue te »e*conocláo anteriormente co-

mo oxrsotoe, o blan si recuerdo ausente en

en que el enfermo vuelve e& aí>

es seguida y afeite un heebo

SI acceso de delirio eomieial fíure de

algunos minutos a varios á£ss. Lo mlmao

que la» otrss Bsnlfestafiiones de la epi-

lepsía, puoden repro^etrse» a Teces bajo

la influencia do ca\xsas exterlareo Idén-

ticas j afectar la ffiisma forma; no si^ido

esta regla absoluta.

La termlnaoiA^ sobreviene» unas veces

bruac&oente después de un sue:1o profundo» |

y otra» progresi^ameste, quedando durante

algunas horas ideas delirantes y alucina-

ciones que persisten a pesar de la vuelta

a la lucidez.

Page 32: sé Manuel Hernández A

-30-

£1 diagnóstico muy fácil cuando se pre-

sentan todos los signos completos en un e-

pillptico evidente, se convierten a veces

en díficil cuando la epilepsia es silencio

sa y disimulada en su marcha.

Únicamente por el conjunto de los sínt

mas y de loe antecedentes se reconocerá el

delirio o cualquiera otra manifectación e-

piléptica pues no existe sigao patagnómico

del delirio epiléptico.

Se distinguirá del delirio tremens por

elddelirio de ocupación, la conservación

de la orientación autopsiquica, la obnubi-

lación menos pronunciada y los estibas

del alcoholismo crónico.

Los estados de obnubilación pasajera -

que se encuentran durante el curso del -

alcoholismo crónico se distinguen por la

ausencia de estupor consecutivo.

Algunos accesos de parálisis general,

que se parsoen al de la epilepsia por la

obnubilación de la coaciend a y la violen-

cia de las reacciones por los antecedentes

Page 33: sé Manuel Hernández A

ctel enfermo y sobre todo por la presencia

de los signos físicos propios <ie esta afec-

ción.

Se pueden observar ademas accesos lla-

mados de manía epiléptica, simulando los -

accesos de la psicosis maniaca depresiva.

Sin embargo la fuga de las ideas es gene-

ralmente mucho meaos señalada» y sobre to-

do, las ideas morbosas presentan una fije-

za y una monotonía moho más pronunciadas.

trastornos mentales postparoxisticos.-

Hay uno que es constante: el estupor post-

yaroxiatico ya mencionado a propósito del

delirio epiléptico. De duración variable,

desde algunos minutos a varias ñoras y ex-

cepcionalmente varios días; al principio

completo, se atenúa poco a poco dando lia?*

gar al estado crepuscular, en el que domi-

na un estado confueional más o menos pro-

nunciado asociado a sianifestaci mee de au-

tomatismo psiquico, a veces peligrosos y

variables en su naturaleza e intensidad.

Los escritos del eníeriao en este perío-

Page 34: sé Manuel Hernández A

do orientan con notable claridad respecto

al déíicit de la atención, siempre muy -

m rcada, así como la exaltación del auto-

matismo mental que toma la forma de inco-

herencia, de estereotipia o de impulsión

gráfica. £n los casos tipo los escritos

se presentan con caracteres verdaderamente

especificos suficientemente seguros para

orientar el diagnóstico sin necesidad def

mas ciatos,-»

Page 35: sé Manuel Hernández A

P B O S Q S f l C Q .

* » — ! — — — — —— —

Variable según la causa que le ba produ-

cido. En la epilepsia sintomática de cual-

quier lesión cerebral su pronostico depende

de la naturaleza de aquella y de la posibi-

lidad de su curación.

Para la epilepsia esencial depende -

tanto de la intensidad y número de las cri-

sis como de la fecha de aparición del pri-

mer ataque.

lias epilepsias precoces que se aeospa-

San de trastornos mentales son incurables;

las tardías cuando la inteligencia no esta

atacada su curación solo se logra efc un 10

por ciento de los casos.

De una manera general puede decirse -

que la epilepsia por si aala no produce la

muerte exceptuándose los casos en los cua-

les las crisis se suceden unas a otras.La

muerte por lo regular se debe a una causa

accidental por asfixia o alguna lesión gra-

ve debida a caída de cierta altura o a -

quemaduras.

Page 36: sé Manuel Hernández A

*a*tT*t\»

Page 37: sé Manuel Hernández A

¿o. el alqueQuele, el ÍBÜ&, si.

coVre, 1« plata, cianuro do&ie de fierro -

hidratado, fosforo, sulfato de colare 7 hasta

nitrato 8e plata* Se han puesto ©n @%p®rlmea

tecion el cloroforma y otros anestésicos; ~

sarcoticos como el datura estrnsKmiUR), el

opio y so&re toóo la belladona y la atxopi-

n&n( Hí^magel T Roset^h, í'ierret).

A la. li^ta aBterior hay oue agregar to-

fería la. apc^sorfina, al nitrato de amilo, -

la trinitrina <gs iny^íciones hi;;í^iérsiioast

bromuro y cloruro áe tilo, bromiro cte aleas-

te, e-te.

1 oxido de zinc te siáo uno áe los más

ue.:-":os, ;v-:ro fue substituido deslíes con -

1*8tato as $ÍT&»

ta T^leriana se usó ea infuaioa, ea pol-

vo, en extraüto; us*nd-0ae m% tarde asociar-

la eon el ?ia0 bajo forma de valerianato de

tf» e^i^fa se usí bastante sfo alaguna

^Ja y con graire r«fJuicio áel enfermo.

los casos en que existen aura* se a*-

Page 38: sé Manuel Hernández A

cauterios vesitatorios y noza* *

(esoecie de o?iüteri Cáelos eoasistleado en% • .

«plicrr un coao de aladea ^n cuya punta

se >ae fuego, 0011 el ffn de exeitaz el -

üsy otros que fcas querido que se -

oorte un nervio o se «ruta la parte sien-

do e to oausa de mutilaclosea gra^lairaas a*w*

la ves que inútiles, t^a^lmente ae íxan pro-

ooroaaa de treiwsQ, o ligar una

QO fue sino hasta el aiSo á,e

Lococfc propuso el brcemro áe potasio

isuy proato fue divulgado por Hlcks -

d» i-'^zin y jiu^usto Voiaiiu

Kata atedicacioa se ha transformad© -

4 a4ose aaoci eos loa brc^miros de potasio•

*o io y ^sonio, pero desgraciadamente loe

t ¿uit:;doB obtenido» fcan defraudado las -

3ue los primeros

tuvieron en su principio» pero a

ello sigue usándose y en ocasiones con

éxito.

Page 39: sé Manuel Hernández A

-37-ge preconizó la asociación del bromuro

de "¿ot::,sio con el opio, pero considerado

este método muy peligroso ha sido imposi-

ble usarlo.

lias tarde se creyó que el radical -

bromo podía substituir al radical cloro

en las combinaciones y reacciones orsáni-f \¿f

C.ÍB y esto condujo a reaucir loe cloruros

tjn la alimentación 1 o más posible con

objeto de saturar el orgonismo de broso

con una dosis imicao menor de la que se ne-

cesita siguiendo el sistema primitivo y -

evitar de esta iaaner-< el brouiismo. De

este modo se logró reducir mucho el mímelo

de ataques y la Cantidad de brotauros - -

rüministraáos» pero por las molestias que

ocasionaba al enfermo muy pronto fue a!-

ba nao nado.

Los métodos terapéuticos actuales

pueden dividirse en tres grumos: 1°. a-

Cuellos que van directamente contra la en-

fermedad que constituye el origen de las

convulsiones.

Page 40: sé Manuel Hernández A

. i rtemecen & este grupo a uállos casos

en ;u« la sífilis -/repara el terreno y a-

cuellos que son nroáucidos yor

de si-crsciÓB interna y la

sí- refleja en la out» la, causa, de las con-

vul3io;ie9 &e debe a oarásitos int^st

L.. cirugía Cí-rebr-U. cuando trata

su.-riralr -^r meáio áe oper^oiones Is,

s^s ísnatoisicps tíe l?is coíwulaiones que ca-

si sisiiure se trata de ca

que .roduoon la irritación argíaica

tlva (ttttK»rv quiste, etc.).

3*.- £ate ««todo est-í dirigido a la -

profilaxis nroeuraado excluir a los f-icto-

r§s cue 9xuaent^n y dester^aden^i 1 •;; eor*-

<ilficultr3aes ;->r:íatio^s día-

arablemente el r-iálo de ac*-

clon tle est terapéutica que con éxito» -

y-tiede e«i>l@Erse casi exclualvajsente eü es—

t-blecimientos especiales.

3ft.- El mía import-r-jate, conüiKíe al **

tr^t^aiento 3e las convulslú^ss, incliiyen-

^o en esta medie .clon, el lu&inal, de re-

Page 41: sé Manuel Hernández A

$ttlt -oos .hrillantén y gin qu« se

el roeCvxnismo de mi «ecirá|

Sste es el tr- tnialento, Actualmente -

•_.--..lc?ido r-or la mayoría 3e les médicos, -

pues i los resultado?* satisfactorios obte-

aitíaís, hay que agregar que no exige de - -

pfürte del enfermo nlnmin réríissen dietéti-

co, exceptuando loe casos de epilepsia nac-

turna»

Existen dos modos para su administra-

ción; por ví.-i ftit?efttiv^ y vor vía suben-»

táaea. Por 1 prisera es conveniente emr>0-

z?jr ->or dosis paquea as de 0.05 a U. 15 gr -

mos, sn el éí% rer^rtid-is en dos o tres *

tomas, ten.endo especial cuidado ea d-^r la

dosis oere-t de la hoata en Cfu«s el enfermo -

Safra el ataque, ne este modo puode irse --u«

--.*j dosis b-^sta que so juague ne-

o aegun lo modificación <ue se obsur

^ en el curso do loa itsques; y siea^are -

« modo racioa&l pt¿x& na liegr^p a dosis ~

perjudiquen -1 f^afearmo, ya -

Page 42: sé Manuel Hernández A

sea p?títa lo^^í la, desaparicin de los -

ataques, o bien nodlfies* la «volición

de 13 enfermedad. Ouaado los ataques - -

frecuente», se nresenten en el día, y -

de maneara latemltente ee o^sveniente y

se observa en ocasiones ouaftnts* la dosis

b^ta C.6o cmitígrsaaoa Reaccionada ea -

tres tosast n&üa&a* medio día y noche; -

sin oae p«r «ato el enfermo presente síg-

aos de intolerancia» y el llagasen a ae-

per«cer con suspender «1 tratamiento de-

«apar .cen, las manlfestacloi^B» j>oí lo -

regulax cutánea».

Cuando sea ivsfC*ssúPlo layectarlo» de-

be pre«crlblr«a el liimlaal sódico ^s eo-*

luclón & 5$ o 10£ «i solución reciente.

ia -reparación d«í« hacerse en frfo, a -

B grados centígrados, como máaimo m> de-

be calentarse.

inyeocíé» debe ser en la regió»

Si la solución se deja

Page 43: sé Manuel Hernández A

«un

as u © ^ o ss e

Page 44: sé Manuel Hernández A

iss cuestionen de responsabilidad

o civil de los epilépticos, raorece unas p-?

labrns ai rezón de la frecuencia de deli»

tos y crímenes patológicos cometidos por -

compareceaciri de los epilépticos de-

lante ée la justicia» da siempre

discusiones médico-legal eá y según l-t inter-

ptet-ción que de ellos hr»n dado loa Autores,

pues según un e el epiléptico, ©n toóos los

«acos, de e ser visto como irresponsable; *

y rmrn otros la írrespons-bilidad solo es

com let" es IOE tres días que recaden o que

«iguen al ataque de epilepsia.

n 1 - r.ctualidñd, se considera ue los -

de cualquier naturaleza, que sean, -

o delictuosos, y que son ejecut -

ntes, durante o inrsediatpstente después

lo;: ^roxismos convulsivos son indepen-

de la voluntad del enfex&o; no suce*

lo mismo con los cometidos en el

Page 45: sé Manuel Hernández A

terv tío óe loa ataques o cuando h.?.y

..Uípaín pv.es en este c?.oo el espe-

ci Li ': , xr medio de una exploración mi-

losa cLisfc cuenta de l^s diversas particu-

lr..ri¡. :;es de UB ^>cto, de una manera Impulsí—

v ¡ instáataitóa y violenta. Cot^3robándose -

•sto y su repyoducoion n intervalos fíe tiess*»

po aj';v o meaos regalares áejoado un trartorno

es la conciencia y en 1« ©mcsris y

l&ción ea que se encuentra el enfermo al

Elnax su criala, es cnr?;cterietic^. de la eri-

lepsí.- y un signo claro de diagnóstico.

Hay qus tener prese ¡te adcaáa cnie la sa*

nesi ucde ser Is^tmar y e^ a^í que ea cier-

tos c.-; o--: al sujeto puede dpjr la impresión

fle hr.ber praneditado -u crimen, por

*ad é* la» psl&brsa en el pulso d«l

80 o . -otituí una ver: cometido aquel.

becrv-* $tdea& en el curso 4« accesos

-tnclon, en los cafíloe en danenoiay ac-

*OQ violentos que en ocasiones llevnn los *

delante de la ¿Justicia y en lo* -

Page 46: sé Manuel Hernández A

cu t • por 1.- eíploracion psíquica se da -

cueat-i d üieaicG legal del deMliiutiímto

de eu inteligencia y lleva a la ssente de -

los tribunal» la obtención de su libertad»

Deade el punto de vista &e su

civil, el epiléptico gozu ¿el ejercicio

flus derechos civiles y ea c^pág áe techar,

de U oar donaciones, etc., y cato solo «n

loa c--eoo que no existe nla^-ín acceso G;>XUC-

teristico de locura o áe áesieucia.

Creo para terminar» que ua epiléptico na

lfc c: r¿ a'se» pues en si la enfermedad coae-

un peligro, que se bafie máe pesado

que la desceadencjla lleva la

€« susceptible de reproducir la

a una fanaa cu^l'iuierii de

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Page 47: sé Manuel Hernández A

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Page 48: sé Manuel Hernández A

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Page 51: sé Manuel Hernández A
Page 52: sé Manuel Hernández A

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loa ooxxeáoroa éel p?Jbelláa» y detenerse -

y venta-

en voz tita *

e o. uto* «sa

oportuivld; do v^? tino de ento

«s el Mjo te Oíos y ««a»

003

^uo Lratttoatmt f> generr4. y *m «otado ooníu-

v uo coa relativa en •«•^9 l-

en las t53fl»»roa tifa»

Page 53: sé Manuel Hernández A

-52-

Memoria.- Amnesia retro-anterógrada.

Juicio y raciocinio abolidos. Estereoti-

pia.

Afectividad abolida. Abulia.

Las diferentes :ruebas de exploración -

psíquica, se hicieron sin ningún resultado,

exceptuando la de Reih, que la hizo después

de un minuto de intervalo.

Diagnóstico.- Epilepsia esencial en pe-

ríodo demencial.

Suiología.- Alcoholismo crónico.

KXUÜ. 3-~ Á« R. 0. de £5 arlos de edad, -

*:.:_\rí;.l de ^uerétaro, Q,ro. , casado, cante-

ro, ingresó al Iú. G. el 30 de Abril de 1925.

Antecedentes familiares.- Padres alcolió^

eos consuetudinarios.

Antecedentes personales.- Desarrollo in-

telec.tual en su ninés, ignorado; sufrió de

varicela- En la edad adulta ha padecido de

enfermedades venéreas: blenorragia, chan-

cro sifilítico y adenitis inguinal'no su-

feurada y accidentes secundarios.

Acostumbra toraar toda cle.se de bebidas

Page 54: sé Manuel Hernández A

Memoria.— amnesia

Juicio y raciocinio -boiitíos. Estexeoti-

pi i .

Afectivld id abolida. Abulia.

tas diferentes -.:rua&a& de exploración -

psíquica, se hicieron sin ningún rebultado,

exceptuando la de Feih, cue la hiao despula

de un siisaito <le intervalo.

Diagnostico.- >^>il@ps£n ese?tci;2l && pe-

ríodo demencifti.

iología.- MoDhálisao crónico.

HURÍ. 3.- 4. H. O. de ^ a^os de ed%d, -

tt*?tur-l d% ^usrétaxo» Oro. t casaóo, Cante-

ro, inórete al II. 0. el 30 de Abril de 1925-

inteeeáentes fomilisireg.-* 3 adres alcohola

eos consuetucütiarlos.

antecedentes personales.- Desarrollo in-

tsleotual en su ninas, inorado; sufrió de

varicela. Kn la edad adulta ha padecido de

enferraeé^des venereaaí blenorragia» cim-

ero sifiíitlco 7 adenitia inguinal no su*

.d« y accidentes eedirsiririos.

coatuebra t<^ar toda clase &Q bebidas

Page 55: sé Manuel Hernández A

^loatca ú§ la et

contaaa && el er&eo* Mpv

que ae olo iíloan de e

-n el fe» G. se 1« k

ultivas» frecueates»

guid^ ¿le MTÍOdo^ de czüitacióa

trf;!» en los <m@ «1 enferme corr© par los

corrocioree fie ¿u pabellón, grlViSáo, con

iae:;S delir- s%es de gr&a¿»aa ^ de !.

ciónt %g*edi0nílQ a ^¿s oospailfioras

iííjitee* £a el intervalo de Isa exigís s

ée o.l sotara» ea loa éeéo-s de 1*3 msaos» *

fea jo la &>rma de contr:^0cioiwMi dal^ssiy*,

-ue 1© durst» axoxtoidatfteiKte uEfc>3 olisco •»

y

en 0u peteaa^ doat^st,^ a laa pace-

«1 interxo£-ato^i0 deapaáe 4e cier-

to tism:;0» feableaáo necesidad d« Mpetizle

Page 56: sé Manuel Hernández A

I

o Q.V

ea él

o lo

caá

ni es&o

ir

M&

d© cierto

te osifola

ua el «nfexoo tv>

l

1F ••

la

tatóa

xotrágrada

Page 57: sé Manuel Hernández A

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Page 58: sé Manuel Hernández A

ap «i -(sotamos cotna)

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sica ot

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Page 59: sé Manuel Hernández A

de

«il »

. ". «i 7 d^ Jiaiio

fu- roa alcohólico» con^uetuálnarioa,

eienda debido a la «lasa eaizaa» Dos bar

nos, igaoy&éo^ su

saat ,1 en mi Isf$2i01& menos que

9o ha aeoct'jatafaáo bebida

*& éenasfa»

loa f $ailinxfl* áeliniño»

tloo^*

Page 60: sé Manuel Hernández A

tioa

tico

ttjptíoci

Page 61: sé Manuel Hernández A

«fulcio y -

yletexocirítiea abolido».*»

sin ningn íemiltadoj f hasta X

ÉMPHI da anos 10

lo» á« lo

iTC--.4o dáfielt i^obal de

int

, G, el 9 de Uay. de 1936*-

loa

por no h*.b«r porsoaa alipn-

la

se le han

Page 62: sé Manuel Hernández A

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Page 63: sé Manuel Hernández A

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Page 64: sé Manuel Hernández A

la

t^lsotaa si» su adíe*

la edad d* 15 afio*» to-

toda clag-e 40 bebida» oa-cofeálicü^ ©isbriiS

Le observe lo ^rrlte derrito .uaf¿u¡e no -V

tai frec :entea «oisoidleado con el

. ,n el triterfsl» de las «riáis

v =«€«ite áócllt

pero'al secxc rae la» crisis

Page 65: sé Manuel Hernández A

f SU P

TigíSS.

•-¿.

y

y ligeatm dea

^r* Sd^(30Íotii l

e a

xst itud ^i aso»

-olon

eonteata despuls d* sola

con frccutaclf? u -

exterior* er^íoba <le Hellbro

do cierto

lentitud» :: ruel^ de ^

t tiente d««pué« del primer

to» estos tiende a

Page 66: sé Manuel Hernández A

t

*oftrf%i&s relativa aterocrf*

3 <!0 1927-

íleo

1 en su

Page 67: sé Manuel Hernández A

jtr/ontud paito*

el en

c .-n 108

e r* .-e epilépticos» precedidas 4e aura

precordial) o «acta

el .%ura

can 01

ío es « en

a ds lo >

caá fe

lentitud»

y coa

» orientado en lu^;;^ y ligera

Page 68: sé Manuel Hernández A

-66-

satisfactoriamente. Atención disminuida,

contesta después de cinco segundos; prue-

de Bourdon, Binet, Kraepelin, resuel-

tas, aunque con cierto retardo. Prueba de

fcfunsterbexgJ inmeáiateoaente ejecutado el

priraer movimiento; los demás movimientos

tienden a hacerse en el mismo sentido. Me-

moria: amnesia lagunar. Juicio y racioci-

nio: auto-crítica relativa,hetera-crítica

disminuida. Las diferentes pruebas se ha-

cen cometiendo varios errores. Hipoafecti-

vi¿ad. Abulia, Variabilidad de carácter. -

Diagnostico: epilepsia esencial.

Etiología: herencia alcohólica, paludis-

mo.

ríúm. 9,- J. G. H. Natural de Pueblo Is-

la, ^ro., soltero, de 25 anos de edad, al-

il, ingresó al M. G. el 25 de Julio de

1925.

Antecedentes familiares.- Padres alcohó-

licos pertinaces, fallecieron, la madre ~

ignorándose la causa y el padre de "espan-

to"

Page 69: sé Manuel Hernández A

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t> y difícil,

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í leatltud en la a&oei?ieion áv i-

de cinco

, Blnet, etc.con

y r?selc?elaio auto crítica y

Casi abollaos*

Page 73: sé Manuel Hernández A

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Page 74: sé Manuel Hernández A

-72-

ñada de sensasión de desvanecimiento.

Inspección. Se presenta tranquilo, desa-

rreglado en su persona, con los cabellos en

desorden y sucios sus vestidos, facies epi-

léptica contestando al interrogatorio con

lentitud.

Examen psíquico. Desorientación auto y

alopsquica. Ideación: retardo en la asocia-

ción de ideas. Percepción lenta. Prueba de

Heilbroner lenta para su comprensión. Ate -

clon disminuida, contesta al cabo do seis

segundos. Prueba de Bourdon resuelta con

atareado déficit para su comprensión. Prue -

bn de Binet: cometiendo tres errores no es

resuelta, el mismo resultado ae obtiene con

la de Xr-epelin. Memorias amnesia anteró-

6*ada y lagunar. Juicio y raciocinio: auto

7 keterocrítica muy disminuidos; pruebas

Aferentes sin resolución repitiendo sola-

mente las palabras: verbigeraciones. Hipo-

Actividad. Abulia.

Examen físico.- Estigmas de degenera-

: escafocefalia, asimetría facial,

Page 75: sé Manuel Hernández A

feív ; ojival, reflejos

-1\

ti logias

fe. 12.- J. ü.

. 0. el

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Ftóla ftt 1939,

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o el

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de la

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mroitiaxfnis d* lls^sifei

eonenarcron ios a

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ríe i -anos c a/''ll'>Bf ID av.i!

Page 76: sé Manuel Hernández A

loe '' 7 10 puso áeat» d» «lis

vtnte*o» tar»» &

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de enríete*»-

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nt o.

ca y ílesoíi^ñt^cióa ••! .

Page 77: sé Manuel Hernández A

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Page 78: sé Manuel Hernández A

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de la *-' A la e-

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a dt a«rrx visual (circulo;,

go} n 14o aunsntsndo «n mssero 0

.-Uit&ílDia para Jiae«r toda «lii»c de

• - •

se le fcí?a

iv s dlurrws y nocturnas,

el aes lunar t

t eión p»iCí>«ot3rí»^ lo»

ellae corta» ^ite y llora»

coa-

.- - e

au peraone y vestidas,

contwstan.-o de lina

Page 79: sé Manuel Hernández A

-TI-PA - y

i -,:-l -tirso

7Ot QU© lo

otra ^e In

rlent-:i?.o

i y difícil»

1 l i . .\te?«5in itlía

s* Juicio elociai;>irlaí s

o

tivldr^l.

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cíe .trices

de aedlana intensidad* íieflcjo

Page 80: sé Manuel Hernández A

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Page 82: sé Manuel Hernández A

;' . - ! -la ^ TissioeiaiGS &&>ll&>

- : . . 0ia «S3aol>.

. 1^-- .",. S* natural te i- ai ,

*1 ¿i- .le

de

- . dleás aSa» le ap&r^eleroa los

jo formíi de cria U e,

*e*^ . - os gíam m&l que tesa ida

( • .^i?

Page 83: sé Manuel Hernández A

•tsi 31r-.rl s). le obeervo crisis diurnas

con sr-yor frecuencia «a ocasión

del r "••" ?» precedidas de sura visual *»

(cíi r?e fuego). T e crT

.1 intervalo de Vns criéis.

fer

c >Q en *»órí*en,HÉA i £>•VM *-'-•

t:. int- rTo torio.

uto 7 T " tín

cio y rftcl;>clnloi

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1.

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Page 84: sé Manuel Hernández A

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Page 87: sé Manuel Hernández A

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'ritio^ y het«rocritlO

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Page 88: sé Manuel Hernández A

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¿elíi'-v . - .?f«ocian sor .•-.!;

«orí c * . ert^tÍC£-2 del (*jr,-:n &al

v i í . < • - * : , !0sptséi a los seis jseses

ron iVíd* -,-;• c:;dr, ves í?ns o0rC':.ní^ p . r 11«

gsx :. ,rc»«?ntr.yce ctói veintiocho o

f- " • - -icií; de período» de

ea lo, '^ue el eafezu, grita., cí

corie.orí;2 o bien ^e arrodilla y r#s?i

áe 1 e pu-rtas y vcnt; n:-.c . iJlor."

ue lo -i^íicada. üe C;jr&ter fr--««•*

ibl*-.

' - ' :*'•'- * ¥»" f!--ÍI< 1 í*~ - - - - - i** < ,*t.s-.**.iW

™ c' •"".: r1.^ COTi ií

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aocü es el intervalo de «Uta» «/uóivese i-

i .a y egoísta antee y

cu weetiar coa llgexo

con

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Detente» para su

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ao. Sufrió en su infancia de varicela.

-ción regular periódica. Antecedentes ve-|i¿ UK.4*t* ™* **'«" * " !

aéreos y específicos! negativos. Costumbre*

Antecedente» de la enfermedad.- H&ee diez1

años atribuyéndolos a uaa indigestión, le -

aparecieron las criéis epilépticas precedi-

óos de aura visual (círculos de fuego) y -

aotríí (temblor en los miembros superiores

& «ediana intensidad y eWaiofrío). JUa -

observe las crisis con los earasterea arri-

ba descritos; coiaoidim&Q con la

don y sufriendo períodos de

psicoHsotría áos o tres voces en su ií*er-

vsla, en los c^ue la etdfersia grita» corre

P°Í su pabellón, G&®& repeatina^nte se de-

tiene con U airada fija, riásdoae.

»

*elativ asente srnglada &st su persona y ~

Batidos, contestando & las preguntas que

le haces con lentitud» habiendo aecesi-

1 de repetírselas varia» veces» riéndose

y re itiertóo el enunciado aue se I» fea

Page 98: sé Manuel Hernández A

cha.pgiaulOD| Qrimtsel&u O. -uto-

psíquico y en l

ñ* le

s

po. i »lee y Auditiva. P«see <H&* l«nta« pero

r*; prueba ae Heilbromart teeultadio «atia-

fnct^io aamepc oon Ug«a l ttl ié. Aten-

ción dlffiaimídr,, contente áe*pia& áe seta» ds :!»«*» do

n resuelt-a eatifwBtorlís«eeft»t te-

aleando necesidad de *er*tlr*el3* l>or eaa

Te^s ps^a eu

tert^rg no Xs,

T Ir^a^x, Juicio y rneloelnJ.01

•u

repite

» fílpo

vida*. C^r&ter irritable.

de edad, soltera

aladeo» 19

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?ícaaorla ^aeela

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-103-

aovisvienton se hacen en el mismo sen-

tido i:ett> el ticat.-o transcurrido p*ira e~

13. o as a¿& l^rgo en las personas normales

que en los enfermos.

í-rucua de ailogisao de toulouae.- ^e le

hacen v - - r i - . ' r alciones construyendo al

10¿ísiiw0 v .A- V;dcroa o falsos y ae le pide

al paciente su opinión.

. i i , i de 2ieíien.~ Oonaíete en cUferear*

ci r los conceptos de .^l^fcafas que se

tari a confusión, ,r e j eradlo escala y

lexa, e t M i i i e y laguna f etc.

üe Finck.- I-edir er,>licaci *n de

de Líasieloa.-* Hao^r que el

fo-iae fr;-_sea .oon tres -alalsras.

de :.üllaghciaae cooslute en co?a-

. :,l:ibraa o sílabas que

Page 106: sé Manuel Hernández A

-, -

De los treiatleiaeo

do reraür u<*t dada

t?loa y cultura poco avas&sdaa áe Ion

fw»oa el cnmicisao úe las

r ion psi Tuiea ern íle dlfiell

e;:i Li . tiroc r-rtenecl^tt«a a otras

«es :;oci les» ^

•Uepr* en sue ii

»« »« desáe al ptmto de vinta

<S ríe

slvo

y a«r; por

Plóa, tifo, etc.), o por

Calcoh

Page 107: sé Manuel Hernández A

. ,,or<-J3 de diferente

.*,U£io

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í e}.-»^8Eaí?9ta

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general

l&s f«ealt&d&

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«el su^to, I-

los aceesoe

en cuanta Is

-:á y r^r-t-tieidn

a constituí rre -

Page 108: sé Manuel Hernández A

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