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Salida del sueño dogmático
En la filosofía kantiana esta expresión tiene varios sentidos, pero el
más importante es seguramente el siguiente: cuando utilizamos la
razón con la pretensión de alcanzar con ella un conocimiento de las
realidades trascendentes, de las realidades que están más allá de
nuestra experiencia posible, estamos haciendo un uso dogmático de
la razón y la filosofía que construimos es una filosofía dogmática. La
filosofía racionalista de Descartes, Leibniz y Wolff creyó que podíamos
alcanzar un conocimiento de Dios, el alma y el mundo como totalidad
mediante una deducción puramente racional a partir de la
comprensión de ciertos conceptos básicos que se muestran a la luz
de la mera razón. Es decir, creyó posible el conocimiento metafísico a
partir de la razón pura, de la razón no mezclada con nada empírico.
En su juventud Kant aceptó la filosofía de Wolff (que más tarde llamó
dogmática), pero se apartó de ella tras la lectura de Hume. Como el
propio Kant dice, Hume le despertó del sueño dogmático. La filosofía
dogmática se contrapone a la filosofía crítica, y el uso dogmático de
la razón al uso crítico de la razón.
David Hume (1711-1766) fue uno de los principales representantes
del empirismo inglés. El empirismo predicaba que la mejor fuente de
conocimiento era la experiencia.
Hume, representante del empirismo en Inglaterra ejerció una
influencia decisiva en el pensamiento de Kant.
La influencia de Hume sobre Kant consistió en cambiar
la dirección de sus pensamientos; estaba de algún modo
condicionado por su formación racionalista, que admitía sin reservas
la consistencia del mundo exterior; pero los análisis psicológicos de
Hume le pusieron en la sospecha de que quizá no fuera tan sencillo
admitir el hecho del mundo exterior, e incluso le llevaron a conducir
sus pensamientos más allá de donde los había llevado Hume.
Según Hume, el principio de la causalidad se había de reducir al
hábito de que, dado un fenómeno cabía esperar la presencia del
siguiente. Pero Kant no se conforma con esto, sino que quiere sacar
todas las consecuencias de este hecho, y trata de someter a juicio a
la razón misma, para poder delimitar cuáles son sus propios límites y
evitar que los rebase.
Y la otra aportación fundamental en la doctrina de Kant que hace el
empirismo es la reducción de todo nuestro conocimiento
sensitivo a un conocimiento meramente fenoménico; lo que hay
en el exterior de nuestra sensibilidad no es exactamente lo que
recogen nuestros sentidos, sino que viene modificado por la
estructura totalmente a priori de nuestro conocimiento.
Razón pura y razón práctica