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64 SALUD 65 L as palabras del título integran una expresión popular que ha tenido su lugar en canciones, obras cinemato- gráficas, y en los buenos deseos de los brindis como los de las fiestas de fin de año. La expresión contiene una aspiración vital que todos anhelamos. Sin embargo, habi- tualmente la realidad es menos amable que nuestros anhe- los y nos enseña que la coincidencia entre estas tres metas es poco frecuente, y que dinero y amor a menudo entran en divergencia, y que esta divergencia está asociada también con alteraciones en el cuerpo, en la salud. Dicha discrepancia entre dinero y amor surge cuando, en un vínculo de dependencia afectiva (entre amigos, en una pareja, entre padres e hijos, entre socios), un participante le atribuye a otro una actitud especuladora, es decir, supo- ne (con razón o sin ella) que el otro pretende, sobre todo, lucrar a costa de dicho vínculo. Este supuesto, acorde o no a los hechos, suele acompañarse de una presunción adicional: que quien especula a costa de la dependencia afectiva del sujeto es alguien que también miente, es fal- so. Y esta dependencia amorosa de un personaje falso y especulador suele derivar en alteraciones orgánicas. Veamos un ejemplo. Una paciente nos consultó hace unos años al salir de una internación hospitalaria, en la cual estuvo al borde de la muerte, como consecuencia de un EPOC. Padecía una insuficiencia respiratoria severa, agravada por su adicción al tabaco. Uno de los primeros interrogantes en el tratamiento fue saber en qué momento se incrementaba su consumo. La paciente se dio cuenta de que éste, sobre todo se acentuaba al despertar por las mañanas en un estado de apatía y desvitalización, el cual era remplazado por un tormento doloroso y rabioso al pensar en una hermana, con quien había tenido un fuerte apego, interferido por una violenta discusión. Predomi - naba el enojo por suponer que ésta se había aprovecha- do de su apego para extraerle dinero mientras, al mismo tiempo, le expresaba un amor que luego la paciente pasó a considerar inexistente. El enfado estaba dirigido hacia su hermana, quien decía frases no creíbles, pero también contra ella misma por haber sido tan crédula. A esto se agregaba que no podía evitar que persistiera la añoranza por su hermana y las hijas de esta, sus sobrinas. También tenía relevancia el haber sido objeto de abuso del poder afectivo por parte de ese familiar, es decir, un sentimiento de injusticia. Este complejo martirio era una forma de salir del estado de desvitalización previa ya mencionado. El otro recurso para salir de ese estado, era el cigarrillo. A su vez, esta historia parecía posterior a otra, la referida a un padre muerto pre- maturamente por su apego al tabaco, como ella. El padre había sido, además, un adicto al juego. La paciente, por su parte, fumaba de la marca Lucky Strike (golpe de suerte), frase propia de los jugadores, que incluye una referencia al golpe de la nicotina que parece una tentativa química de salir de los estados de apatía. En este ejemplo es posible advertir la combinación entre dependencia amorosa, el supuesto de que el otro es falso y especulador, el sentimiento de injusticia y la alteración corporal. También se puede observar la trascendencia de Dr. David Maldavsky Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Hebrea Argentina Bar Ilan desde 1994 hasta 1999. Director del Instituto de Altos Estudios en Psicología y Ciencias Sociales, en la Universidad de Ciencias Empre- sariales y Sociales de Buenos Aires, UCES, desde 2002. Director de la Maestría en Problemas y Patologías del Desvalimiento (con sus áreas temáticas: adicciones, afec- ciones psicosomáticas, violencia familiar, discapacidad, neurosis traumáticas, catástrofes colectivas, pacientes crónicos y terminales) en la UCES desde 2000. Director del Doctorado en Psicología en UCES de Buenos Aires, 2001 Profesor del Doctorado en Psicología, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca, España, 2002. Profesor del Máster en Psicoanálisis, en la Facultad de Psi- cología de la Universidad Complutense, Madrid, España, 2002. los estados de apatía, de los cuales un sujeto puede in- tentar sustraerse con el tabaco o el juego, que constituyen una forma de la tristeza al suponer que el otro, de quien se depende, es falso y especulador. Es conveniente dar un nuevo paso en nuestra exposición. Para ello debemos aclarar primero que desde hace unos 12 años venimos desarrollando, con un extenso grupo de colaboradores, un método de investigación del discur- so, al que hemos denominado Algoritmo David Liberman (ADL), que estudia los relatos de los sujetos, así como sus actos del habla (por ejemplo, si reprocha, hace cuentas, objeta, acusa, alude a fórmulas abstractas, presagia o exagera). Los actos del habla, como los relatos, permiten investigar escenas, pero ya no narradas sino desplegadas en el intercambio, como el conversacional. Por ejemplo, un sujeto puede decir que suele exagerar mientras habla, pero cuando relata esto se observa que reprocha, se la- menta u alude a su propio sacrificio. Por lo tanto, mientras refiere que exagera, en los hechos desarrolla otra escena, ligada más al dolor, que tiene como base una posición amorosa. Pues bien, con este método estudiamos el dis- curso de sujetos que padecen adicciones, afecciones psi- cosomáticas y que se agreden a sí mismos (por ejemplo, con cortes en la piel). En las anécdotas que exponen, he- mos encontrado, a menudo, estas mismas referencias a la dependencia afectiva de algún familiar o amigo, al padeci- miento de las mentiras de esa persona de la cual depende afectivamente, al sentimiento de injusticia y a la vivencia de que ese interlocutor hace cuentas a costa del hablante. Sin embargo, en otras ocasiones hallamos referencias a vínculos familiares felices y gratificantes, los cuales tienen un carácter algo estereotipado, tipo familia Ingals. Pero como estos pacientes tienen alteraciones corporales, a veces, se ha hecho necesario intercambiar con sus fami- liares, quienes describen una realidad muy diferente. Esto nos ha llevado a inferir que esas historias de vínculos gra- tificantes eran una ficción, un discurso falso cuyo desti- natario era un terapeuta quien, de creer en ellas, quedaba SALUD, DINERO Y AMOR El cambista y su mujer. Autor: Quentin Massys.

Salud, Dinero y Amor

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Las palabras del título integran una expresión popular que ha tenido su lugar en canciones, obras cinematográficas, y en los buenos deseos de los brindis como los de las fiestas de fin de año.

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Las palabras del título integran una expresión popular que ha tenido su lugar en canciones, obras cinemato-gráficas, y en los buenos deseos de los brindis como

los de las fiestas de fin de año. La expresión contiene una aspiración vital que todos anhelamos. Sin embargo, habi-tualmente la realidad es menos amable que nuestros anhe-los y nos enseña que la coincidencia entre estas tres metas es poco frecuente, y que dinero y amor a menudo entran en divergencia, y que esta divergencia está asociada también con alteraciones en el cuerpo, en la salud.

Dicha discrepancia entre dinero y amor surge cuando, en un vínculo de dependencia afectiva (entre amigos, en una pareja, entre padres e hijos, entre socios), un participante le atribuye a otro una actitud especuladora, es decir, supo-ne (con razón o sin ella) que el otro pretende, sobre todo, lucrar a costa de dicho vínculo. Este supuesto, acorde o no a los hechos, suele acompañarse de una presunción adicional: que quien especula a costa de la dependencia afectiva del sujeto es alguien que también miente, es fal-so. Y esta dependencia amorosa de un personaje falso y especulador suele derivar en alteraciones orgánicas.

Veamos un ejemplo. Una paciente nos consultó hace unos años al salir de una internación hospitalaria, en la cual estuvo al borde de la muerte, como consecuencia de un EPOC. Padecía una insuficiencia respiratoria severa, agravada por su adicción al tabaco. Uno de los primeros interrogantes en el tratamiento fue saber en qué momento se incrementaba su consumo. La paciente se dio cuenta de que éste, sobre todo se acentuaba al despertar por

las mañanas en un estado de apatía y desvitalización, el cual era remplazado por un tormento doloroso y rabioso al pensar en una hermana, con quien había tenido un fuerte apego, interferido por una violenta discusión. Predomi-naba el enojo por suponer que ésta se había aprovecha-do de su apego para extraerle dinero mientras, al mismo tiempo, le expresaba un amor que luego la paciente pasó a considerar inexistente. El enfado estaba dirigido hacia su hermana, quien decía frases no creíbles, pero también contra ella misma por haber sido tan crédula. A esto se agregaba que no podía evitar que persistiera la añoranza por su hermana y las hijas de esta, sus sobrinas. También tenía relevancia el haber sido objeto de abuso del poder afectivo por parte de ese familiar, es decir, un sentimiento de injusticia.

Este complejo martirio era una forma de salir del estado de desvitalización previa ya mencionado. El otro recurso para salir de ese estado, era el cigarrillo. A su vez, esta historia parecía posterior a otra, la referida a un padre muerto pre-maturamente por su apego al tabaco, como ella. El padre había sido, además, un adicto al juego. La paciente, por su parte, fumaba de la marca Lucky Strike (golpe de suerte), frase propia de los jugadores, que incluye una referencia al golpe de la nicotina que parece una tentativa química de salir de los estados de apatía.

En este ejemplo es posible advertir la combinación entre dependencia amorosa, el supuesto de que el otro es falso y especulador, el sentimiento de injusticia y la alteración corporal. También se puede observar la trascendencia de

Dr. David Maldavsky

Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Hebrea Argentina Bar Ilan desde 1994 hasta 1999.

Director del Instituto de Altos Estudios en Psicología y Ciencias Sociales, en la Universidad de Ciencias Empre-sariales y Sociales de Buenos Aires, UCES, desde 2002.

Director de la Maestría en Problemas y Patologías del Desvalimiento (con sus áreas temáticas: adicciones, afec-ciones psicosomáticas, violencia familiar, discapacidad, neurosis traumáticas, catástrofes colectivas, pacientes crónicos y terminales) en la UCES desde 2000.

Director del Doctorado en Psicología en UCES de Buenos Aires, 2001 Profesor del Doctorado en Psicología, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca, España, 2002.

Profesor del Máster en Psicoanálisis, en la Facultad de Psi-cología de la Universidad Complutense, Madrid, España, 2002.

los estados de apatía, de los cuales un sujeto puede in-tentar sustraerse con el tabaco o el juego, que constituyen una forma de la tristeza al suponer que el otro, de quien se depende, es falso y especulador.

Es conveniente dar un nuevo paso en nuestra exposición. Para ello debemos aclarar primero que desde hace unos 12 años venimos desarrollando, con un extenso grupo de colaboradores, un método de investigación del discur-so, al que hemos denominado Algoritmo David Liberman (ADL), que estudia los relatos de los sujetos, así como sus actos del habla (por ejemplo, si reprocha, hace cuentas, objeta, acusa, alude a fórmulas abstractas, presagia o exagera). Los actos del habla, como los relatos, permiten investigar escenas, pero ya no narradas sino desplegadas en el intercambio, como el conversacional. Por ejemplo, un sujeto puede decir que suele exagerar mientras habla, pero cuando relata esto se observa que reprocha, se la-menta u alude a su propio sacrificio. Por lo tanto, mientras refiere que exagera, en los hechos desarrolla otra escena,

ligada más al dolor, que tiene como base una posición amorosa. Pues bien, con este método estudiamos el dis-curso de sujetos que padecen adicciones, afecciones psi-cosomáticas y que se agreden a sí mismos (por ejemplo, con cortes en la piel). En las anécdotas que exponen, he-mos encontrado, a menudo, estas mismas referencias a la dependencia afectiva de algún familiar o amigo, al padeci-miento de las mentiras de esa persona de la cual depende afectivamente, al sentimiento de injusticia y a la vivencia de que ese interlocutor hace cuentas a costa del hablante.

Sin embargo, en otras ocasiones hallamos referencias a vínculos familiares felices y gratificantes, los cuales tienen un carácter algo estereotipado, tipo familia Ingals. Pero como estos pacientes tienen alteraciones corporales, a veces, se ha hecho necesario intercambiar con sus fami-liares, quienes describen una realidad muy diferente. Esto nos ha llevado a inferir que esas historias de vínculos gra-tificantes eran una ficción, un discurso falso cuyo desti-natario era un terapeuta quien, de creer en ellas, quedaba

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El cambista y su mujer. Autor: Quentin Massys.

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en una posición ingenua. Con esto queremos decir que la mentira no formaba parte de una escena contada por el sujeto, sino que se desarrollaba en la sesión misma y que algo similar puede ocurrir con la postura especuladora.

Deseamos terminar la sección expositiva haciendo refe-rencia a otro paciente, quien consultó por su inseguridad respecto a su futuro económico y el de su familia, pese a que parecía no tener argumentos que justificasen esta preocupación que lo acompañaba desde hacía muchos años. Era dueño de una empresa mediana que le permitía tener un tren de vida razonablemente satisfactorio, con una vivienda confortable, un automóvil para la esposa y otro para él, un colegio privado de alto costo para sus tres

hijos y frecuentes viajes al exterior del país. Su padre ha-bía muerto de un infarto cuando el paciente (el hijo menor) tenía cinco años, y su hijo menor estaba por llegar a esa edad, por lo cual temía seguir el destino de su progenitor.

Cuando murió, algunos familiares acudieron en auxilio de la familia para sostenerla económicamente. En una sesión en que volvió sobre el problema de su incertidumbre, trató de justificarla aludiendo a la economía del país. Dijo en-tonces que “el pulso de la economía” lo llevaba a pensar que sobrevendría una crisis y que él quedaría afectado por ella. Esta preocupación parece indicar que temía que se repitiera en el presente la situación de incertidumbre económica padecida con la muerte de su padre, y que equiparaba la situación de la economía del país con la que

ocurrió en su familia. Pero además indica, con la referen-cia al “pulso”, que él equiparaba la situación económica con un organismo, particularmente, la referencia a un sis-tema circulatorio.

En esta misma línea, hemos encontrado en otros discursos frases tales como “hemorragia económica”, “economía saludable o anémica, desfalleciente”, etc. Esta equipara-ción entre economía y cuerpo se reitera en las referencias a las cuentas y a los números que pueden aludir tanto a los balances de pérdidas y ganancias, como a los resulta-dos de los estudios de sangre, orina, pulmón, etc. Dentro de esta forma de concebir los vínculos, hemos observado igualmente que una familia o el grupo de socios de una

empresa puede ser equiparado con un organismo, en que uno es el corazón, otro el riñón, otro el estómago, los ojos o los pulmones, y la perturbación en alguna de sus partes empobrece energéticamente al conjunto.

Deseamos disculparnos, finalmente, con el lector quien quizá quede decepcionado por encontrar, en un trabajo que lleva el título del comienzo, una visión de los hechos menos amable de lo anticipado. Como justificación, solo podemos argumentar que hemos preferido exponer con-ceptos que podrían ser útiles para encarar en mejores condiciones la complejidad de los problemas de nuestra cotidianeidad, tanto en una psicoterapia como en la vida diaria, sobre todo en los intercambios en que predomina la dependencia afectiva y corporal de un semejante.

las divergencias entre dinero y amor surgen cuando, en un vínculo de dependencia afectiva, un participante le atribuye a otro una actitud especuladora

Desde que empecé a conocer este enfoque, diversas y repetidas personas me preguntan que es la Tera-pia Gestalt. Ante tal pregunta, se me ocurren mu-

chas respuestas, todas válidas y diferentes. Sin embargo, ninguna de ellas podría definirla en todo su esplendor. Al ser un enfoque experiencial, para descubrirla hay que vi-venciarla: describirla sólo alcanza a relatar su parte teórica. Al igual que para saber como sabe una naranja hay que probarla, la Terapia Gestalt hay que probarla para saber que es, y sobretodo, para saber si es lo que nos puede servir para nuestra vida.

Un poco de historia….

La psicología como ciencia, con claras raíces en la Filoso-fía, comenzó a perfilarse como tal en la segunda mitad del siglo XIX y fue con Sigmund Freud con quien pasó de un campo exclusivamente fisiológico a un campo de revisión del individuo: de la inspección en la biología se pasó a la inspección en la biografía. De ésta manera, el psicoaná-lisis produce un cambio en el saber y hacer clínicos de la psicología de aquel entonces, período en el cual coexistía con el Conductismo. Al mismo tiempo que éstas dos co-rrientes seguían evolucionando, surge una tercera: el Mo-vimiento Humanista, en un intento de rescatar al hombre de una visión centrada en lo patológico y/o mecanicista.

Pero… ¿QuÉ eS eSTo de la TeraPia GeSTalT?

Laura Frau Psicóloga y Psicopedagoga

Colaboradora de Gestalt Mediterráneo

Este Movimiento Humanista se caracteriza por conceptuar al Hombre como un todo, único e irrepetible, inserto él y sus circunstancias en una sociedad con la que son mutua-mente interdependientes. Y es en esta línea en la que se inscribe la Terapia Gestalt.

Como decía su creador, Frederick S. Perls, la terapia es demasiado beneficiosa para reservarla sólo a los enfer-mos. Quienes trabajamos en ella la consideramos como un camino de crecimiento que inicia una persona que no es “un enfermo” sino alguien que busca mejorar su cali-dad de vida.

Brondo Architect hotelEl estudio N6 arquitectos ha convertido su edificio cor-porativo de la calle Brondo 4, ubicado en el kilómetro 0 de Palma, en un hotel de marcado carácter arquitectóni-co y decoración bohemia de luxe.

Este hotel boutique está formado por dos edificios que aúnan dos lenguajes arquitectónicos, combinando en un mismo espacio la arquitectura mallorquina del siglo XVII con el diseño de loft industrial. La decoración de sus suites está tematizada y responde a la última tendencia en alojamientos hoteleros: el estilo bohemio chic o de lujo, sorprendiendo con un aire despreocupado y flexible que domina el difícil arte de la mezcla. Un lujo relajante, aromático, con una disposición descuidada en la que el color siempre aparece. Todo ello le otorga un carácter singular y único, donde lo antiguo y lo nuevo conviven en armonía.

En este incomparable marco se celebró el Desayuno Em-presarial de la Entidad UNITIVA-ASESORIA INTEGRAL COLABORATIVA, para presentar dicha organización en sociedad y poner en marcha la red de colaboración con las empresas asociadas.

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