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Obras completas de SAN AGUSTÍN XXVIII BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS

San Agustín - 28 Escritos bíblicos 4

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Tomo XXVIII de las Obras Completas de San Agustín de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC)

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Obras completas de

SAN AGUSTNXXVIII

BIBLIOTECA

DE AUTORES

CRISTIANOS

ORDEN SISTEMTICO DE LA PRESENTE EDICIN

OBRAS COMPLETASDE

CARTAS:

T. VIII, Xla, Xlb.II.

SAN AGUSTNXXVIIIEscritos bblicos (4.)III.

CONFESIONES: T.

ESCRITOS APOLOGTICOS: ESCRITOS BBLICOS:

T. IV, V, XVI, XVII. T. XV, XVIII, XXVII, XXVIII,

XXIX.ESCRITOS FILOSFICOS: T. I, ESCRITOS HOMILTICOS: ESCRITOS MORALES: T.

T. VII, X, XIII, XIV, XIX, XX, XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXVI.XII.

Cuestiones sobre el Heptateuco (en siete libros)INTRODUCCIN, VERSIN, NOTAS E NDICES DE

T. XXX, XXXI. ESCRITOS ANTIDONATISTAS: T. XXXII, XXXIII, XXXIV. ESCRITOS ANTIPELAGIANOS: T. VI, IX, XXXV, XXXVI, XXXVII.ESCRITOS ANTIMANIQUEOS: ESCRITOS ANTIARRIANOS Y OTROS:

O L E G A R I O G A R C A D E LA

FUENTE

T. XXXVIII, XXXIX,

XL.ESCRITOS ATRIBUIDOS: T. XLI.

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOSMADRID MCMLXXXIX

El texto latino est tomado del CSEL 28/2. La revisin ha sido obra de Enrique Garmn.

NDICE GENERALINTRODUCCIN Pgs. Motivo y fecha de composicin de las Quaestiones in Heptateuchum II. Gnero literario de las Quaestiones III. El texto bblico de las Quaestiones IV. Resultados y valor de la exgesis agustiniana del Heptateuco V. El texto de las Quaestiones in Heptateucum VI. Nuestra versin espaola de las Quaestiones Bibliografa selecta I. 3 7 16 19 28 29 30

CUESTIONESLIBROS:

SOBRE EL

HEPTATEUCO

I. II. III. IV. V. VI. VIL

Cuestiones Cuestiones Cuestiones Cuestiones Cuestiones Cuestiones Cuestiones

sobre sobre sobre sobre sobre sobre sobre

el Gnesis el xodo el Levtico los Nmeros el Deuteronomio Josu Nave los Jueces

39 165 350 455 532 598 639 719 733

ndice escriturstico ndice de materias

Biblioteca de Autores Cristianos, de La Editorial Catlica, S. A. Madrid 1988, Mateo Inurria, 15. Depsito legal: M-26.776-1989. ISBN: 84-220-1355-X. Impreso en Espaa. Printed in Spain.

OBRAS COMPLETAS

DE SAN

AGUSTN

XXVIIICUESTIONES SOBRE EL HEPTATEUCO

INTRODUCCINI. MOTIVO Y FECHA DE COMPOSICIN DE LAS QUAESTIONES IN HEPTATEUCHUM

1.

Motivo

El motivo por el que Agustn compuso esta obra lo expone claramente el autor en el prlogo: Cuando le con una cierta rapidez las Sagradas Escrituras llamadas cannicas y compar las traducciones con las de otros cdices, hechas sobre la versin de los Setenta, me pareci til recoger en un escrito algunas cuestiones que me venan a la mente para que no se me olvidaran, ya se tratara de recordarlas brevemente, ya slo de proponerlas, incluso con algn detenimiento, ya de solucionarlas de algn modo, aunque fuera muy rpidamente. No se trataba de explicarlas exhaustivamente, sino de poder echar un vistazo cuando tuviera necesidad de hacerlo, o para comprobar qu tena an que investigar, o para estar dispuesto no slo para pensar, sino tambin preparado para responder, segn mis posibilidades, a partir de lo que me pareca ya suficientemente investigado 1 . La obra no es, pues, un comentario seguido a todos los libros del Heptateuco, analizando verso por verso y libro por libro toda la Biblia o un bloque de libros. La obra no pertenece, por tanto, al gnero literario de los Commentarii, sino de las Quaestiones, muy utilizado antes y despus de San Agustn, y que el propio autor emple en, al menos, ocho de sus obras 2 , y que consista en explicaciones, generalmente breves, a veces muy breves, de pasajes bblicos concretos queLas citas de las Quaestiones in Heptateuchum las har en espaol, segn mi traduccin, remitiendo al vol.XXVIII, Pars II, del CSEL, Vindobonae (Viena) 1895 (Introduccin), p.3. Las dems citas de las obras de San Agustn las har unas veces por la PL, de Migne, vol.XXXII-XLVI, y otras, por el Corpus Christianorum (CC). Agustn dice esto mismo en Retract. 2,55: PL 32,651-652: Eodem tempore scripsi etiam libros Quaestionum de libris eisdem divinis septem, quod ideo appellare sic volui, quia ea quae ibi disputantur, magis quaerenda proposui, quam quaesita dissolvi; quamvis multo plura in eis mihi videantur ita pertractata, ut possint etiam soluta et expsita non immerito iudicari. Y lo mismo en la Vita Sancti Augustini, publicada por los Maurinos: Igitur cum ea ratione Scripturae vacaret lectioni, statuit apud se, quidquid difficultatis occurreret, chartis mandare, contentus interim nonnulla adnotare, cursim expender alia, et ea dumtaxat expedir, quae longioris morae non indigerent (Migne, I 509,6). NOTA: Las citas de los autores mencionados en la Bibliografa se darn siempre de forma abreviada. 2 Ms adelante, en la introduccin, volver sobre este tema.

4

Introduccin

.

Motivo y fecha

5

planteaban problemas de inteleccin. El autor de Quaestiones tena as a mano en un volumen la explicacin que necesitaba en un caso dado, o bien porque alguien le haca una consulta, o bien porque el propio autor la utilizaba en alguna obra de controversia, o incluso porque la necesitaba para un sermn o una predicacin. El hecho mismo de plantearse ya un problema, aunque n o se le encuentre de m o m e n t o la solucin, es ya un comienzo de investigacin, y, p o r tanto, algo til: Porque c o m o dice A g u s t n una parte de la investigacin consiste en saber lo que uno debe investigar 3 . Agustn realiza esta obra con una cierta precipitacin y probablemente sin corregirla o leerla una segunda vez antes de publicarla. El propio Agustn alude varias veces a la prisa con que la compuso. Ya en la introduccin previene a los lectores con estas palabras: As pues, si hay alguien a quien no le moleste leer estas pginas, a causa de mi estilo descuidado p o r la precipitacin con que las he escrito, si encuentra problemas propuestos y n o resueltos, n o por eso piense que n o hay en este escrito nada de provecho para l 4 . En otro lugar, hablando de la vara de Aarn que devor las varas de los magos (Ex 7,12), dice: El tema lo he explicado brevemente. Si lo explicara con ejemplos y con una amplia discusin, para que se comprendiera ms fcilmente, necesitara un largo discurso, que me dispensa de hacerlo la prisa que tengo en terminar 5 . Al comentar el texto del Declogo (Ex 20,16), dice: Pero aqu surge un grave problema, que n o pueden solucionar fcilmente los que tienen prisa como yo . Ms adelante, explicando el pasaje sobre la vaca roja (Nm 19,9.11), dice: Acerca de la vaca roja... n o puedo callar... ni soy capaz de hablar de una manera suficientemente digna de un misterio tan grande, debido a la prisa que tengo en terminar 7 . Al final de la obra, comentando la vida de Jeft, dice: Pero como tengo mucha prisa en terminar, resulta demasiado larg o exponer todas las cosas que mand Jeft 8 . Esta prisa en la composicin de las Quaestiones se demuestra, adems, por la propia extensin decreciente que dedica a los libros bblicos en cada uno de los siete libros de las Quaestiones. Pues, mientras al Gnesis le dedica 173 cuestiones y toma los temas de casi todos los 50 captulos de que consta el libro sagrado falta slo el captulo 1 0 y ocupan 893 Quest. in Hept. (introduccin): CSEL p.3. . Ibid., p.3. ' Quaest. in Hept. 2,21: CSEL p.103. 6 Quaest. in Hept. 2,71: CSEL p.140. 7 8

pginas de CSEL (p.4-93) y al x o d o le dedica 176 cuestiones, que ocupan 140 pginas de CSEL (p.93-233), de las cuales 29 estn dedicadas a la explicacin del tabernculo; al Levtico, en cambio, slo le dedica 94 cuestiones, comenzando la primera en el captulo 5 y omitiendo t o d o tema de los captulos 14 y 27, que ocupan slo 80 pginas del CSEL (p.233-313); a los N m e r o s slo le dedica 65 cuestiones, omitiendo toda referencia a los captulos 2; 7; 12; 24; 26; 28; 31 al 35, y slo comprende 57 pginas del CSEL (p.313-370); al Deuteronomio slo le dedica 57 cuestiones, omitiendo toda referencia a los captulos 19; 21; 27; 3 1 ; 34, y slo comprende 49 pginas del CSEL (p.370-419); a Josu slo le dedica 30 cuestiones, omitiendo toda referencia a los captulos 6; 12-15; 17-18; 22, y ya slo ocupa 30 pginas del CSEL (p.419-449), y, por ltimo, a Jueces las 56 cuestiones que trata se refieren casi exclusivamente a Geden, Jeft (el tema ms largo) y Sansn, y slo comprende 57 pginas del CSEL (p.449-506)' J . La prisa en la composicin de la obra, provocada sin duda por falta de tiempo, impidi probablemente a Agustn releer su obra para la publicacin, como era su costumbre, y de ah proceden algunas contradicciones e incongruencias en las respuestas a algunas cuestiones. As, por ejemplo, en la q.44 del x o d o (Ex 12,30), dice: Naturalmente, n o hay que creer que se hayan visto liberados de la plaga (la muerte de los primognitos) los egipcios que vivan en la tierra de Gessn 10 . Pero en la q.45 (Ex 12,35) defiende lo contrario: A n o ser que uno diga que esta plaga tampoco afect a los egipcios que vivan con los hebreos en la tierra de Gessn 1 1 . E n la q.123 del x o d o (Ex 29,8,9) dice: No se sabe a qu llama la Escritura cidarim o cidaras..., pero pienso que n o se trata de algo para cubrir la cabeza, como han opinado algunos 1 2 . En la q.32 del Levtico (Lev 10,6), en cambio, dice lo contrario: No quitaris de vuestra cabeza la cidara, en donde aparece claramente que las cidaras eran objetos para cubrir la cabeza 13 . E n la q.42 del Gnesis (Gen 19,8) dice: O hay que atribuir ms bien a una perturbacin, y n o a una deliberacin, el que Lot haya dicho esto? (que los sodomitas9 Esta precipitacin en la composicin de la obra la seala acertadamente W. RTING, o.c, p.3ss, y G. BARDY, l.c, p.547ss. Sobre el contenido de cada libro de las Quaestiones, cf. W. RCTING, O.C, p.l51ss. 10 Q. Ex. 44: CSEL p.115. 11 Q. Ex. 45: CSELp.116. 12 Q. Ex. 123: CSEL p.171. ,3 Q. Lev. 32: CSEL p.264.

Quaest. in Hept. 3,33: CSEL p.340. Quaest. in Hept. 7,49: CSEL p.497.

6

Introduccin

77.

Gnero literario

1

se acostaran con sus hijas). La respuesta est en forma interrogativa 14 . En cambio, en la q.44 del Gnesis (Gen 19,18.19) dice, en forma aseverativa: A causa de esa perturbacin, producida por el miedo, haba dicho tambin lo relativo a la prostitucin de sus hijas15. En la q.134 del Gnesis (Gen 41,38) dice: Si no me equivoco, sta es la tercera vez que se nos insina en este libro el Espritu de Dios 16. Y cita a continuacin Gen 1,2 (el espritu de Dios flotaba sobre las aguas), y Gen 6,3 (Dios no quiere que su espritu permanezca en los hombres, porque son carne). Ahora bien, estos dos textos no se exponen en ningn sitio de las Quaestiones. Por tanto, si las palabras in hoc libro se refieren a esta obra de Agustn, el autor trabajaba muy distradamente. Naturalmente, in hoc libro puede referirse al Gnesis, del que est tratando, en cuyo caso, la afirmacin sera correcta. En la q.42 de Jueces (Jue 8,27-28) dice: Pero este pecado (la ereccin de un efod) sucedi despus, al final de los das de Geden 17 . En cambio, en la cuestin siguiente q.43 de Jueces (Jue 8,33) dice lo contrario: Por lo cual, aunque aquel efod no se hiciera hasta el final de la poca de Geden, sino que se hubiera hecho antes...18

expone ampliamente Rting en las pginas citadas, y no me parece necesario volver aqu sobre el asunto 25 .II. GNERO LITERARIO DE LAS QUAESTIONES

a)

En la literatura patrstica anterior a Agustn

2.

Fecha de composicin

El gnero literario de las Quaestiones ocup un lugar destacado en la antigedad, a partir del perodo alejandrino. A pesar de los diferentes nombres que reciba, se trataba siempre del mismo gnero, es decir, de problemas relativos a un texto que se intentaba resolver, o de dificultades que haba que explicar, o de dudas que haba que aclarar. La Sagrada Escritura, como la filosofa, ofreca un campo apropiado para el desarrollo de este gnero. Con respecto a los Comentarios propiamente dichos, las Cuestiones ofrecan la ventaja de no reclamar un estilo especial, dejando plena libertad al autor para alargar o abreviar la exposicin. No se necesitaba siquiera un mnimo de introduccin al asunto. Se poda entrar directamente en el tema in medias res, que diran los latinos sin rodeos, y se poda desarrollar el tema o contestar al problema en una lnea, en varias lneas o en varias pginas. Agustn, como veremos, ofrece ejemplos de todos estos datos 26 . b) Las Quaestiones en San Agustn

La fecha de composicin de las Quaestiones in Heptateuchum, lo mismo que la de las Locutiones in Heptateuchum, compuestas ambas probablemente a la vez, pero de forma alternada, se pone habitualmente entre el 419 y 420. Ya lo sostuvieron as los maurinos 19 y lo han repetido desde entonces los autores que han tratado del tema, como Tillemont 20 , Rting 21 , Cavallera22, Bardy23, Fraipont 24 , etc. Las razones lasQ. Gen. 42 CSEL p.24. " Q. Gen. 44: CSEL p.25. 16 Q. Gen. 134: CSEL p.69. 17 Q. lud. Al: CSEL p.476. 18 Q. Iud. 43: CSEL p.476. 1 Sancti Auretii Augustini... operum tomus III, pars I, opera et studio monachorum O.S.B. e Congregaiione Sancti Mauri (Parisiis 1689) col.325-326: Hoc opus ad annum circiter 419 referre idcirco visum est, quia in Retractationibus locum habet proximum post libros de Nuptiis et concupiscentia, quos eo tere tempore scriptos fuisse liquet. 20 S. LENAIN DE TILLEMONNT, Mmoires pour servir a thistoire ecclsiastique vol.XIII (Pars 1702) p.794. W. RTING, o.c, p.4-16, en donde expone con todo detalle las razones para situar la obra en esa fecha. F. CAVALLERA, l.c., p.362: aduce como argumento, en especial, el modo de mencionar a Jernimo, pues, al hablar de l, dice simplemente presbyter Weronymus, dando14

San Agustn dedic especial atencin al gnero literario de las Quaestiones, pues compuso al menos ocho obras pertenecientes a l, que son las siguientes, enumeradas segn ela entender que le cree an vivo (Jernimo muri probablemente en septiembre del 419, y, segn otros, el 420). G. GARDY, l.c, p.516 (da la fecha del 419 sin ms indicaciones). 24 I. FRAIPONT, Sancti Auretii Augustini Quaestionum in Heptateuchum libri VII: CC Series latina XXXIII (Turnholti 1958) p.VII*: Sanctus Augustinus septem in Heptateuchum libros quaestionum et septem libros locutionum eodem tempore, circiter annum 419, conscripsit. 25 A.-M! LA BONNARDIERE, Biblia Augusliniana, A.T.: Le Deutronome (Pars 1967) p.9, precisa ms la fecha de las Quaestiones, sobre todo las del Deuteronomio. Dice as: Agustn a done entrepris, sinon termin, son patient labeur d'exgse de l'Heptateuque aux environs de 419-420. On peut raisonnablement penser que le cinquime livre des Locutiones et le cinquime livre des Quaestiones, tous deux consacrs au Deutronome n'ont t crits qu'aprs 420; cf., adems, ibid., p.28, y ms recientemente, A.-M. LA BONNARDIERE, Augustin a-t-il utilis la Vulgate de Jrme, en A.-M. LA BONNARDIERE, Saint Augustin et la Bible (o.c), p.305: L'ouvrage fut crit au cours des annes 419-420. Cf. De anima et eius origine 3,9. Es lo contrario de lo que afirma en Q. Lev. 3,84 sobre el buen ladrn, en donde se dice que el ladrn no recibi el bautismo.

8

Introduccin

II.

Gnero literario

9

orden de la Patrologa latina de Migne y de acuerdo con el orden de los libros sagrados: 1. Quaestionum in Heptateuchum libri septem: P L 34,547824. 2. De octo quaestionibus ex Vter i Testamento, edit. por D. de Bruyne, en Miscellanea Agostiniana II (Roma 1931) p.327-340. 3. Quaestionum evangeliorum libri do: P L 35,1321-1364. 4. Quaestionum XVII in Evangelium secundum Matthaeum: PL 35,1365-1376. 5. Expositio quarundam propositionum ex epstola ad Romanos: PL 35,2063-1088. 6. De diversis quaestionibus LXXXIII liber unus: PL 40,11101. 7. De diversis quaestionibus ad Simplicianum libri do: P L 40,101-148. 8. De octo Dulcitii quaestionibus liber unus: PL 40,148-170. Estas ocho obras, como dice Bardy 2 7 , son muy distintas unas de otras, tanto por su importancia como por su contenido. Unas son muy breves; otras, bastante amplias. Las amplias contienen un repertorio sistemtico de los problemas que plantea un libro o un grupo de libros. Las breves resuelven un cierto nmero de problemas sin un orden especial. Algunos de estos libros estn dirigidos a personajes concretos, que mantenan correspondencia con Agustn. O t r o s , la mayora, estn dirigidos al pblico en general. Las Cuestiones sobre el Heptateuco responden a problemas reales que se le presentaban a Agustn en la lectura y explicacin de los libros de la Escritura. Pero Agustn tambin expone y aclara cuestiones resueltas por otros. En cualquier caso, el gnero literario de las Cuestiones representa una seleccin de temas o escolios. Y no es un comentario seguido a un libro bblico o a toda la Sagrada Escritura. c) Las Quaestiones de Jernimo y A g u s t n sobre el Gnesis

dejando de lado aquellos puntos del principio, cuando se dice que Dios hizo el cielo y la tierra, hasta la expulsin de los primeros padres del paraso, asuntos que pueden tratarse de muchas maneras, y de los cuales ya he tratado en otro lugar segn mis posibilidades, he aqu los temas que he querido poner por escrito, segn se me iban presentando a medida que los lea 28 . Agustn trat, efectivamente, de estos temas en varios libros, como el De Genesi contra Manichaeos, escrito el 389, y que llega hasta Gen 3,24; el De Genesi ad litteram, escrito a partir del 401, y que llega hasta Gen 3,23. Pero sobre el Gnesis, adems de las obras reseadas, se ocup n o slo en las Quaestiones in Genesim y en las Locutiones in Genesim, escritas al mismo tiempo, como he dicho 2 9 , sino tambin en los libros X V y X V I del De civitate Dei, redactados por las mismas fechas que las Quaestiones in Heptateuchum, aunque despus de ellas 30 , que desarrollan ampliamente, el libro X V (en 27 captulos), la historia bblica, desde Can y Abel hasta el diluvio; y el libro X V I (en 43 captulos), la historia sagrada, desde N o y el diluvio hasta la entrada de los israelitas en Egipto (final del Gnesis y comienzo del xodo). Y, por ltimo, hay tambin numerosas citas del Gnesis en los libros Contra Adimantum, obra escrita el ao 394, y en el Contra Faustum manichaeum, escrito el ao 400. San Agustn se ocup, pues, muy ampliamente del Gnesis, y su nombre aparece, o debe aparecer siempre, entre los comentaristas al Gnesis. Agustn utiliza, cuando la ocasin lo requiere, las soluciones aprobadas por otros comentaristas anteriores a l. Para el Gnesis utiliz las Quaestiones hebraicae in Genesim, de Jernimo 3 1 . Para los dems libros del Heptateuco utiliza otras fuentes, como dir expresamente en las notas aclaratorias. Entre stas cabe citar ahora a San Ambrosio, de cuyas obras De Abraham libri do, De Isaac et anima, De Ioseph patriarcha y otras, que se ocupan de los mismos temas de las Cuestiones de Agustn, se sirvi el Doctor de Hipona, utilizando sobre t o d o muchas inrterpretaciones alegricas de San Ambrosio 3 2 .Quaest. in Hep. (prlogo): CSEL p.3. Cf. W. RTING, o.c, p.1-16; G. BARDY, l.c, p.519. Cf. W. RTING, O.C, p.7ss. 31 PL 23,935-1010. Parece ser que Jernimo compuso esta obra entre el 389 y el 392, y que estaba en Cartago desde hacia el 393 a disposicin de Agustn, pues Jernimo se la haba enviado a Aurelio de Cartago para felicitarle por su consagracin episcopal, probablemente, el 392, como consta por una de sus cartas; cf. estos datos en A.-M. LA BONNARDIRE Augustin a-t-il utilis la Vulgate de Jrme?: l.c, p.307. 32 Cf. W. RTING, O.C, p.161.29 30 28

La obra de Agustn sobre el Heptateuco comienza en Gen 4,17 [Can, fundador de una ciudad]. La omisin de los tres primeros captulos del Gnesis, tan importantes en la revelacin bblica, reclama una breve explicacin, que el propio Agustn nos ofrece en el prlogo a las Quaestiones: As pues,Cf. G. BARDY, l.c, p.515.

10

Introduccin

11.

Gnero literario

11

Tambin conoce y se sirve del Liber regularum, de Ticonio, n o en el sentido de que saque de l los temas concretos, sino las reglas para la interpretacin de la Sagrada Escritura 3 3 . E n las notas mencionar otras fuentes 3 4 . Por lo que se refiere al Gnesis, es curioso que, de las 220 Cuestiones que le dedica J e r n i m o , y de las 173 que le dedica Agustn, slo coincidan 30 temas 3 5 . Y para aclarar estos mismos temas, las posturas de J e r n i m o y de Agustn son casi siempre distintas, por n o decir contrarias, de acuerdo con el mtodo y las preocupaciones particulares de cada uno. Estn en desacuerdo, en primer lugar, acerca del texto que ha de servirles de base para la explicacin. Jernimo busca, ante todo, la hebraica ventas, la exactitud de la versin griega de los Setenta con relacin al texto hebreo, sealando los errores de traduccin, las adiciones, supresiones y dems fallos posibles en toda versin. Agustn, por el contrario, basa su explicacin en una versin latina hecha sobre los Setenta, y nunca intenta corregirlos, sino explicarlos. Raras veces aducir Agustn textos extraos a los Setenta para apoyar sus explicaciones. Si acude a manuscritos, es siempre para compararlos con el texto griego de los Setenta y para ver los que estn ms en consonancia con ellos. Las versiones griegas de Aquila y de Smmaco slo le sirven para confirmar o aclarar la versin de los Setenta. La autoridad absoluta de los Setenta era para Agustn una verdad incuestionable, y as lo sostiene en muchos lugares, como en el De civ. Dei36, o en el De doctrina chr., en donde expone claramente el principio que luego aplica en las Cuestiones: Para corregir d i c e l 33

34 Pueden verse con todo detalle recogidas en la citada obra de Rting, p. 164-201, y tambin las citan las ediciones crticas del CSEL y CC. 35 El tema lo trata ampliamente F. CAVALLERA, l.c, p.359-372, de donde tomo muchos de los datos que aporto a continuacin. 36 De civ. Dei 18,43: PL 41,603-604: En efecto, el Espritu que haba en los profetas cuando escribieron aquellas cosas era el mismo que exista tambin en los Setenta varones para traducirlas; ibid., 18,42: PL 41,602: Se cuenta (en la carta de Aristeas) que hubo entre ellos un acuerdo tan admirable, tan asombroso y plenamente divino..., que ninguno discrep del otro..., antes bien, como si fuera un solo traductor, era una sola cosa lo que haban traducido todos; porque, en realidad, era uno solo el Espritu de todos. Y haban recibido de Dios un don admirable, a fin de que incluso con esto quedara reforzada la autoridad de aquellas Escrituras, no como humanas, sino, como eran en verdad, divinas; ibid., 18,23: PL 41,470: Porque se cree que los Setenta intrpretes tuvieron espritu proftico para que, cuando mudasen algo con la autoridad del Espritu Santo y dijesen lo que traducan de modo distinto al que tena en el original, no se dudara que esto lo deca el Espritu Santo; ibid., 15,14: PL 41,455: Debe creerse que ellos (los Setenta), donde el sentido es conforme a la verdad, con espritu divino quisieron decir alguna cosa de otra manera, no a modo de traductores, sino con autoridad de profetas; cf., adems, Epis. 71,4,6: PL 33,242-243; Epist. 82,35: PL 33,291; Epist. 28,2: PL 33,112.

Cf. W . RCT1NG, O.C., p . l l s .

cualquier versin latina, se ha de recurrir a las griegas, entre las cuales, por lo que se refiere al Antiguo Testamento, goza de mayor autoridad la versin de los Setenta, acerca de los cuales es ya tradiccin de las Iglesias ms sabias, que tradujeron con tan singular asistencia del Espritu Santo, que de tantos hombres aparece un solo m o d o de expresarse 3 7 . Y en el propio tratado de las Cuestiones sobre el Heptateuco recalca la autoridad incontrovertible de los Setenta con las siguientes palabras, referidas a la profeca de Jons (cf. J o n 3,4) sobre los cuarenta das que faltaban para la destruccin de Nnive si los ninivitas no hacan penitencia, cuarenta das que para los Setenta son tres das: Y no hay que pensar que la versin de los Setenta, que la Iglesia suele utilizar en sus lecturas, se haya equivocado, no diciendo cuarenta das, sino tres das... Adornados, por cierto, estos Setenta hombres de una autoridad mayor que el simple oficio de traductores, poseyeron el espritu proftico. Por eso, sus versiones estaban tan acordes entre s, como si ellos hubieran hablado con una sola boca. Y esto fue un milagro. Pues bien, estos hombres pusieron tres das, aunque n o ignoraban que los cdices hebreos decan cuarenta das... Y la autoridad de los Setenta, que la recomienda incluso la autoridd divina con un milagro tan grande, est apoyada en las Iglesias p o r una antigedad muy grande 3 8 . La autoridad indiscutible de los Setenta la subraya Agustn en otras Cuestiones. Por ejemplo, hablando del n m e r o de personas que entraron con Jacob en Egipto, dice: Porque est claro que a los que encontr all, no los llev consigo. Pero si indagamos con diligencia la verdad, encontramos que dos, Efram y Manases, ya haban nacido cuando entr c o s a que, segn se dice, n o slo tienen en este pasaje los cdices hebreos, sino que lo afirma la propia versin de los Setenta en el x o d o , y la versin de los Setenta n o me parece a m que se equivoque en esto, pues esta versin, p o r alg n significado mstico, y utilizando una cierta libertad proftica, ha querido completar este nmero 3 9 . Y en otro lugar37 De doctr. chr. 2,15: PL 34,46: Cuenta a continuacin la leyenda de la carta de Aristeas, y termina diciendo: Quin se atrever a comparar, no digo a preferir, alguna otra versin a sta de tal autoridad? Y si nicamente se entendieron para que de comn consentimiento fuera una la voz de todos, ni aun as conviene si est bien que algn otro cualquiera, por mucha pericia que tenga, aspire a corregir la conformidad de hombres tan sabios y provectos. Por lo tanto, aunque en los ejemplares hebreos se encuentre algo distinto a lo que escribieron stos, juzgo que debe cederse a la divina ordenacin ejecutada por medio de ellos... Se comprende que con estos principios Agustn estaba colocado en los antpodas de Jernimo. 38 Qmest. in Heptat. 1,169: CSEL p.89. 39 Ibid., 1,152: CSEL p.78.

12

Introduccin

II.

Gnero literario

13

aade: Habra que pensar ms bien que los Setenta, que se cree que tradujeron con autoridad proftica por el consenso admirable que hubo entre ellos, aadieron esto40. Por ltimo, en otro pasaje de las Cuestiones trata de defender a los Setenta aun ante un evidente error de traduccin, en donde dicen que Dios sac a Abraham hacia toda la tierra, en vez de decir: hacia la tierra de Canan. Y aade: Es extrao que los Setenta hayan querido poner "toda la tierra" en lugar de "la tierra de Canan", a no ser que lo hayan hecho contemplando la profeca...41 El respeto de Agustn por la versin de los Setenta llega incluso a buscar o intentar buscar explicacin a los errores manifiestos. No cabe, pues, mayor discrepancia entre Jernimo y Agustn con respecto al texto que haba que utilizar para el comentario: el texto hebreo, segn Jernimo; el texto griego de los Setenta, segn Agustn. Veamos ahora algunos casos concretos en que tambin difieren en la explicacin de las Cuestiones del Gnesis que les son comunes. En Gen 47,31 se describe el gesto realizado por Jacob al hacerle juramento su hijo Jos. Jernimo resuelve el problema diciendo: E Israel se inclin junto a la cabecera del lecho, gesto que, segn l, indicara la postura cornada que adopt para hacer la oracin. Agustn, en cambio, siguiendo a los Setenta, cuya versin latina dice: E Israel se inclin sobre la extremidad de su bastn, reconoce que la solucin del texto hebreo es facilsima, pero no por eso hay que pensar que lo que dicen los Setenta no tiene sentido o tiene muy poco sentido42. Con respecto a la edad de Matusaln (Gen 5,26-28), quien, segn la cronologa de los Setenta, habra vivido catorce aos despus del diluvio, siendo as que la Escritura dice que en el diluvio perecieron todos los hombres menos los que haban entrado con No en el arca, Jernimo, en su comentario, admite que hay un error en las cifras, y alude al texto hebreo y samaritano, en los que la fecha de la muerte de Matusaln coincide con el ao del comienzo del diluvio. Agustn resuelve el problema diciendo que los cdices se40 Ibid., 6,19: CSEL p.435; Cf. M. DULAEY, U Apocalypse. Angust et Tyconius, en A.-M. LA BONNARDIRE, Saint Augustin et la Bible p.369-386. 41 Quaest. in Heptat. 6,25: CSEL p.444. Con respecto a la postura de San Agustn sobre los Setenta, cf., adems, O. GARCA DE LA FUENTE, hatay Vulgata en las Quaestiones in Heptateuchum de San Agustn (l.c.) (en prensa) (p.2ss del original). Quaest. in Heptat. 1,162: CSEL p.85. La realidad es que los Setenta leyeron (o tuvieron delante) un texto con la palabra matteh (de un bastn), lectura seguida por Heb 11,21, mientras que el Texto Masortico ( = TM) tiene mitta (de su cama); cf. 1 Re 1,47. Para Jernimo, cf. Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,1002-1003.

conservan mal: La cuestin surge a causa de la mala conservacin de los cdices, porque no slo los cdices hebreos contienen diferentes nmeros, sino que algunos cdiges de la versin de los Setenta, pocos, pero los mejores, dicen que Matusaln muri seis aos antes del diluvio43. Con respecto a Nemrod (Gen 10,8), de quien el latn, dependiendo del griego, dice que coepit esse gigas, Agustn resuelve el problema diciendo que la presencia de gigantes entonces se explicara porque se trataba como de un nuevo comienzo de la humanidad 44 . Jernimo resuelve la cuestin traduciendo la palabra hebrea gibbor por potens, en vez de porgigas.

En el tema de la entrada de Abraham en Egipto con Sara (Gen 12,9-20), Agustn no slo est de acuerdo con la solucin propuesta por Jernimo, sino que le alaba expresamente por haberla propuesto. Dice as: Ya trat de este tema en la obra Contra Fausto. Y el sacerdote Jernimo ha expuesto ms ampliamente que yo por qu no es necesario que, aunque Sara pasara algunos das en casa del rey de Egipto, haya que admitir que cometiera un pecado carnal con l . En relacin a la cronologa de la vida de Abraham (Gen 11,27-32), los dos autores resuelven el problema de distinta manera. Jernimo afirma que los aos hay que contarlos a partir de la salida de Abraham de Ur Chaldaeorum, interpretando la palabra Ur como fuego, del cual habra tenido que huir Abraham para que no le mataran sus conciudadanos . Agustn recurre al principio de la recapitulacin, en virtud del cual se narran despus las cosas que sucedieron antes 47 , principio del que se servir en muchas ocasiones. De todas formas, re43 Quaest. in Heptat. 1,2: CSEL p.4. En De civ. De) 15,13: PL 41,454 dice: Evidentemente, cuando haya alguna diferencia entre unos libros y otros, de suerte que para la fe de la historia no puede ser verdad lo uno y lo otro, ser acertado atenernos con preferencia a la lengua original de donde se tradujo a la otra por los traductores; porque aun en algunos cdices, como es en tres griegos, uno latino y uno siriaco, que estn conformes entre s, se halla que Matusaln muri seis aos antes del diluvio. El principio que expone aqu Agustn sobre el valor de la lengua original de las Escrituras es el mismo que siempre defendi Jernimo, y es el principio correcto; pero, por desgracia, Agustn no fue consecuente con su principio en muchos casos. Para Jernimo, cf. Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,946-947. No sabemos pues Agustn no lo dice que esos pocos cdices eran los mejores. 44 Quaest. in Heptat. 1,18: CSEL p.10; JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,953. La cuestin es que ya antes haba habido gigantes. 45 Quaest. in Heptat. 1,26: CSEL p.15-16; JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,957958. 46 JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,957. 47 Quaest. in Heptat. 1,12: CSEL p.8.

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Introduccin

77.

Gnero literario

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conoce que tampoco se pueden rechazar otras soluciones, entre las que est justamente la de J e r n i m o 4 8 . En relacin a la toma por parte de Abraham de Quetura como concubina-esposa (Gen 25,1), difieren tambin las soluciones de ambos. J e r n i m o apela a la tradicin rabnica, que identifica a Quetura con Agar, y le parece que as se defiende suficientemente a Abraham de la acusacin de incontinencia. Agustn cree que hay aqu un misterio parecido al que se revela en Sara y Agar, aunque este sentido d i c e no aparece fcilmente, yo digo lo que pienso 4 9 . Sobre el pozo de Jacob (Gen 26-32-33), vuelven a estar en desacuerdo. J e r n i m o sigue el texto hebreo y dice que los criados dijeron a Jacob que haban encontrado agua. Agustn, en cambio, sigue a los Setenta y dice que los criados no encontraron agua 5 0 . E n cuanto al nombre de Gad (Gen 30,10.11), Jernimo lo explica recurriendo, como de costumbre, al hebreo y lo taduce por feliciter. Agustn, basndose en los Setenta, habla de bona fortuna, y se ve obligado a dar una explicacin acerca de que n o se trata del culto a la diosa Fortuna 5 1 . Un pasaje clave para conocer la actitud contrapuesta de Jernimo y Agustn con respecto a los Setenta se encuentra en Gen 31,41, en donde los Setenta recogen la queja de Jacob a Labn y, segn la versin latina que manejaba Agustn, dicen: Has cambiado mi paga por diez corderas. Jernimo dice con respecto al texto de los Setenta varias cosas muy duras: Primero: En la versin de los Setenta el sentido es muy confuso, y hasta hoy no he podido encontrar a nadie de nuestros autores que haya explicado claramente el sentido de este pasaje 52 . Un poco ms adelante aade: Esto n o se halla en los Setenta, sino que, en vez de serotinis y temporaneis, pusieron n o s qu otra palabra que n o hace sentido 5 3 . Y ms adelante aade an: En vez de lo que yo he puesto: "Cambi mi paga die% veces", los Setenta han traducido die^ corderos (decem agnis), basados no s en qu razn 5 4 . Agustn, en

cambio, no slo n o corrige el texto de los Setenta, sino que alaba su brevedad, reconociendo, no obstante, la oscuridad del pasaje: Por lo que atae a la justicia, como otros traductores lo dicen con ms claridad, Jacob no pona las varas cuando las ovejas paran por segunda vez, cosa que han dicho los Setenta, tanto ms oscuramente cuanto ms brevemente 55. Y con respecto al texto de los Setenta, censurado por Jernimo, Agustn silencia la solucin de Jernimo, que habla de decem vicibus (diez veces) y sigue manteniendo la expresin decem agnabus (diez corderas), dando la siguiente explicacin: No debe extraarnos que estos diez momentos reciban el nombre de los corderos que nacieron en esos momentos. Algo as como si uno dijera: durante tantas vendimias o tantos meses, por medio de los cuales se entiende el nmero de aos 5 6 . Con respecto al nombre de Luz, despus Betel (Gen 35,6), vuelven a seguir caminos distintos. Jernimo rechaza el n o m b r e de Ulammaus, que dan los Setenta como un tercer nombre de aquella ciudad, y explica cmo ha surgido el error en los Setenta 5 7 . Agustn, por su parte, acepta el n o m b r e de Ulammaus y dice que el que un lugar reciba diversos nombres no tiene nada de especial: Esto n o debe extraarnos, pues sucede en otros muchos pasajes 58 . Con respecto a la persona de Putifar, que aparece en Gen 37 y 4 1 , Jernimo admite la identidad del personaje, al principio seor de Jos y luego su suegro. Agustn, en cambio, despus de exponer las razones en favor de la identificacin, se decide por la opinin contraria, afirmando que le parece ms fundada y, en todo caso, cualquiera de estas dos hiptesis no es peligrosa para la fe ni contraria a la verdad de las Escrituras 5 9 . Estos son algunos de los puntos tratados en c o m n p o r Jernimo y Agustn en sus respectivos comentarios al Gnesis, en los que cada u n o sigue caminos diferentes para explicar las dificultades. Hay an otros varios que voy a omitir p o r razn de la brevedad 60.55 56 5758

Ibid., p.13: Aunque hay otros (se refiere a Jernimo) que resuelven el problema de otra manera, diciendo que los aos de la vida de Abraham se computan a partir del momento en que fue liberado del fuego de los caldeos, en el que le echaron por no haber querido dar culto al fuego, segn la supersticin de los caldeos. 4 ' Quaest. in Heptat. 1,70: CSEL p.36s; JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,975-976. Quaest. m Heptat. 1,78: CSEL p.42; JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,979-980. *' Quaest. in Heptat. 1,91: CSEL p.47; JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,982-983. 52 JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,984 A. 53 JERN., ibid.: PL 23,985 B. 54 Ibid.: PL 23,986 B.

Quaest. in Heptat. 1,93: CSEL p.48. Quaest. in Heptat. 1,95: CSEL p.50. JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23,980-981.Quaest. in Heptat. 1,113: C S E L p . 5 7 .

59

Quaest. in Heptat. 1,136: CSEL p.71 y JERN., Quaest. hebr. in Gen.: PL 23, 998Pueden verse todos en F. CAVALLERA, l.c, p.359-372.

999.

60

16III.

IntroduccinE L TEXTO BBLICO DE LAS QUAESTIONES

III.

El texto bblico

17

Agustn remite muchas veces en las Quaestiones a otras traducciones y a otros traductores 6 1 . Por lo que respecta a los cdices, Agustn habla unas veces, en general, de multi; plerique; nonnulli; aliqui; alii cdices; y otras, en concreto, de multi latini; latini; qudam latini; nonnulli latini cdices; latini cdices plurimi; latini cdices paene omnes. El autor habla tambin de cdices graeci; graece scriptum est; graeci; graecus o graeca exemplaria. Los traductores los menciona tambin, o en general, con las siguientes expresiones: aliqui; quidam alii interpretes; interpretes qudam, o, en concreto, latini; aliqui; quidam latini interpretes. Habla tambin de interpretes nostri; nonnulli interpretes nostri; quidam nostri interpretes. El nmero de cdices que utiliz Agustn para sus Quaestiones no fue pequeo. En un caso utiliz seis manuscritos: uno latino; otro griego; un tercero griego y otros tres ms: uno griego, y dos latinos 6 2 . Otras veces habla de cdices mejores y peores 6 3 y de los defectos de algunos cdices 6 4 . Cuando Agustn cita el griego (Graecus) sin ms explicacin, se refiere siempre a la versin de los Setenta, y precisamente de la recensin transmitida por el cdice Alejandrino ( = A). Cuando cita el Graecus en latn, que es lo normal y ms frecuente, se refiere a la versin literal, conocida como tala, de la que el propio Agustn dice en otro sitio que es verborum tenacior cum perspicuitate sententiae65. T o d o el trabajo de crtica textual para Agustn consista en elegir una buena versin latina, entre las muchas que entonces circulaban, y corregir las variantes que tuviera en relacin al texto griego. La versin latina que ms le agrad fue, como acabo de decir, la tala, pues reuna las dos condiciones fundamentales para l: las palabras latinas eran bien inteligibles y en ellas se transparentaba el texto griego. Este era suPara toda esta cuestin remito a W. RTING, o.c, p.t6s, de donde tomo la mayora de los datos siguientes. " Quaest. in Heptat. 3,53: CSEL p.283,1.15 y 16; p.284,1.5. In codicibus paucioribus sed veraciorbus (Qu. 1,2); si tamen Ule codex verior est, qui emendatior videbatur (Qu. 3,53); alii vero, qui veraciores videntur (Qu. 6,12). Sed hanc quaestionem plurium codicum mendositas peperit (Qu. 1,2). stos defectos pueden provenir ya del propio texto griego; cf. Qu. 3,90; Qu. 6,12. Sobre el valor de los cdices habla Agustn ms detenidamente en De doctr. cbr. 2,15,22; Contra Faustum 11,2; De civ. Dei 15,10,11. 65 De doetr. chr. 2,15,22: PL 34,46. Sobre el tema remito a L. ZIEGLER, Die Lateinischen Bibelhersetr(ungen vor Hieronymus und die tala des Augustinus (Munich 1879). Posteriormente se han hecho muchos estudios sobre el tema; remito slo a E. VINEIS, Studio sulla lingua dell'ltala (Pisa 1974).

p u n t o de partida. Pero el texto, por bueno que fuera, siempre poda contener errores e inexactitudes, y, por tanto, siempre ser susceptible de ser corregido. Los esfuerzos de Agustn por mejorar el texto latino de la Biblia que l manejaba fueron considerables. E n una carta a Audax dice lo siguiente con respecto a su revisin del Salterio: Yo n o tengo el Salterio que Jernimo ha traducido del hebreo; p o r mi cuenta yo n o he hecho una traduccin. Solamente, basndome en los manuscritos griegos, he corregido ciertas faltas de los cdices latinos. Puede ser que haya llegado a mejorar el texto, pero n o a un texto ideal. P o r eso, aun hoy mismo, cuando advierto faltas que otras veces se me haban escapado, las corrijo comparando los cdices 66 . Con respecto a la profundidad y extensin de la revisin bblica llevada a cabo por Agustn, hoy da los investigadores ya n o estn tan seguros como lo estaban hace algunas dcadas. D . De Bruyne, en un trabajo, entonces famoso, de ttulo bien comprometido: Saint Augustin rviseur de la Bible61, admita como datos seguros que San Agustn haba revisado las Epstolas de San Pablo, el Salterio, el Eclesistico y la Sabidura, y, probablemente, tambin el Heptateucob%. La idea que hoy se tiene de este tema es bastante distinta, y por supuesto la tesis de D e Bruyne ha sido hoy prcticamente abandonada 6 9 . Una66 SAN AGUSTN, Epist. 261,5: PL 33,1077. Vase, adems, lo que dice en Retract. (Prlogo): PL 32,586. Para este tema remito a mi trabajo O. GARCA DE LA FUENTE, Interpretacin exegtica del Gnesis en a Ciudad de Dios: La Ciudad de Dios 167 (1955) 353400, en p.388. 67 D. D E BRUYNE, Saint Augustin rviseur de a Bible: Miscellanea Agostiniana II (Roma 1931) p.521-606, y ya antes en Les fragments de Freising (pitres de S. Paul et pitres catholiques): Collectanea Biblica Latina 5 (Roma 1921). 68 Cf. D. D E BRUYNE, l.c, p.591: Las Quaestiones y las Locutiones haran suponer que la revisin se habra extendido a todo el Pentateuco, no slo a los textos analizados en esas obras. 69 Cf., por ejemplo, A. VACCARI, J salten di S. Girolamo e di S. Agostino: Scritti di Erudizione e di Filologa 1 (Roma 1952) p.207-255, sobre todo p.238-255, en donde niega la revisin del salterio por parte de Agustn; vese, adems, A. VACCARI, Saint Augustin, Saint Ambroise et Aquila: Augustinus Magister 3 (1954) 471-482; H. J. FREDE, Epistula ad Ephesios: Vetus Latina 24/1 (Freiburg 1962-1964) p.34*-35\ niega la revisin por parte de Agustn de las Epstolas de San Pablo, y lo mismo se dice en H. J. FREDE, Altlateinisihe Paulus-Handscbriften: Aus der Geschichte der lateinischen Bibel 4 (Freiburg 1964), p.106,112,113,148. En la p.113 dice: Augustinus hat auf keinen Fall den Paulustext systematisch Wort fr Wort mit dem griechischen verglichen, wie man es von einem rviseur de la Bible erwarten wrde; dafr finden sich zu viele Lesarten, die dem Urtext widersprechen. Vase, adems, H. J. FREDE, Epistulae ad Phi/ippenses et ad Colossenses: Vetus Latina 24/2 (Freiburg 1966/1971) p.276. Con respecto a las Epstolas catlicas, niega la revisin por parte de Agustn W. THIELE, Augustinus %um lateinischen Text des Jobannesbriefes: ZAW 46 (1955) 255-258; ID., Wortschat^untersuehungen zu den lateinischen Texten der Johannesbriefe: Vetus Latina-Aus der Geschichte der lateinischen Bibel 2 (Freiburg 1958) p.39-41; ID., Epistulae Catholicae: Vetus Latina 26/1 (Freiburg 1956) p.6: en esta obra acepta la tesis de De Bruyne, pero luego la rechaz, cf. W. THIELE, Die lateinischen Texte des 1. Petrusbriefes: Vetus Latina. Aus der Geschichte der lateinischen Bibel

18

Introduccin

IV.

Resultados y valor de la exgesis agustiniana

19

investigadora tan acreditada del texto bblico de San Agustn como A.-M. La Bonnardire pone en duda incluso que Agustn haya revisado en sentido estricto cualquier texto bblico 7 0 . San Agustn, desde luego, n o tradujo directamente del griego el texto de las Quaestiones del Heptateuco que explica. Slo traduce y explica palabras aisladas que podan plantear problemas. Y cita el texto griego, unas veces en griego, y otras casi siempre en latn, cuando el texto de la tala no corresponde exactamente al griego. Su preocupacin por la exactitud textual es mxima y n o permite la ms mnima variacin 7 1 . Agustn habla a veces de cdices hebraei. As sucede en la q.1,152: No slo lo tienen en este pasaje los cdices hebreos; q.1,162: En el texto hebreo, la solucin parece facilsima, pues este texto dice; q.1,169: La que sucedi en seg u n d o lugar la significan los cdices hebreos con el nmero de das. Estos cdices son traducciones latinas, hechas directamente del hebreo, y Agustn las conoci a travs de las Quaestiones hebraicae in Genesim, de J e r n i m o 7 2 . Estas alusiones a los cdices hebreos conviene n o confundirlas con las alusiones que Agustn hace a la versin directa del hebreo, hecha por Jernimo, que recibi ms tarde el nombre de Vul5 (Freiburg 1965) p.39; ID., en la edicin de las Epistulae Catbolicae: Vetus Latina 26/1 (Freiburg 1956-1969) p.65*, 69*, 70*, 75*, 76*, 88*, 90*, 94*. Tambin rechaza esta revisin con respecto a Hebreos K. T H . SCHAFER, Untersuchungen yttr Geschichte der lateinischen berset^ttng des Hebrerbriefe: Rmische Quartalschrift 2. Supplementheft (Freiburg 1929) p.97: dice que Agustn, con respecto a Hebreos sigue el tipo de texto D muy cercano a la Vulgata. Con respecto a la Sabidura, W. THIELE, Sapientia Salomonis: Vetus Latina 11,1 (Lieferung 3) (Freiburg 1979) p.204-205, dice que en San Agustn slo se encuentran algunas correcciones aisladas de palabras, no una revisin seguida del libro, y algunas formulaciones personales aisladas. A.-M. LA BONNARDIRE, Biblia Augustiniana, A.T., Le livre de jrmie (Pars 1972) p.77: Augustin, s'il fut jamis rviseur de quelques sections de la Bible, n'a pas appliqu son effort en ce sens au livre de Jrmie; cf., adems, A.-M. LA BONNARDIRE, Bible Augustiniana, A.T.: Le Deutronome (Pars 1967) p.29: II serait inexact de penser qu'Augustin dans les Quaestiones sur le Deutronome songe oprer une revisin du texte biblique; a peine peut-on percevoir une telle intention dans la qu.3; ibid., p.33: Nous nous sommes abstenue volontairement d'entrer dans la discussion relative a une ventuee revisin du texte biblique du Deutronome par saint Augustin. Nous avons conscience qu'il faudrait, pour conduire efficacement cette discussion, possder de toutes les oeuvres de saint Augustin une dition critique qui donne scurit. Todo esto puede aducirse en contra de la opinin de De Bruyne sobre la revisin del Heptateuco por parte de Agustn. Cf. W. RTING, o.c, p.21s y p.25 n.l, en donde aduce la opinin de P. Sabatier sobre las cualidades del cdice que manejaba Agustn: Nec vero dubium esse debet ullum, quin codex ille latinus, in quo scripturas meditabatur S. Doctor, quem codicem cum latinis codicibus et cum Septuaginta conferre solitus erat, codex erat emendatissimus et qui Scripturae interpretationem repraesentaret, quae Latinorum omnium, si modo plures essent, foret praestantissima et familiarissima.72

gata11, pues tambin la conoce y la cita Agustn, pero slo a partir de la q.5,20 (Dt 14,28), y desde aqu hasta el final de a obra, Agustn alude a ella quince veces, bajo la frmula prcticamente invariable de inierpretatio quae est ex hebraeo1''. Agustn, aferrado a su idea del valor inigualable de los Setenta, n o apreci debidamente la versin de J e r n i m o , que le hubiera resuelto, sin ms comentario, muchas dificultades que l tiene que aclarar con largas disquisiciones para dar un sentido aceptable de la versin latina que l manejaba. Esta versin latina posea, desde luego, una unidad. Agustn n o emple varias versiones latinas para redactar las Quaestiones in Heptateuchum1^. El carcter unitario de la versin latina n o desaparece por el hecho de que pudiera tener pequeas variantes, consistentes en una palabra, o en la cita incompleta del pasaje, o en el cambio de orden de palabras, o en el cambio de tiempos o cosas parecidas, ninguna de las cuales invalida lo que acabo de decir sobre el carcter unitario de la versin latina 7 6 . Hay algunos casos, no obstante, en los que el texto de Agustn presupone una doble lectura; por tanto, dos traductores distintos. Se trata, en todo caso, de ejemplos aislados y escasos 77.

IV.

RESULTADOS Y VALOR DE LA EXGESIS AGUSTINIANA DEL HEPTATEUCO

A)

RESULTADOS:

En el p u n t o central de su obra, fundamental, y todava imprescindible, sobre Las Cuestiones sobre el Heptateuco se pregunta W. R t i n g 7 8 acerca de los resultados de esta obra de San Agustn. Y da la respuesta, extraordinariamente detalla73 Cosa que, por ejemplo, no distingue A.-M. LA BONNARDIRE, Augustin a-t-il utilis la Vulgate de Jrme?, en A.-M. LA BONNARDIRE, Saint Augustin et la Bible (Pars 1986) p.303-312: La autora trata de la utilizacin de la Vulgata por parte de Agustn y cita 18 textos, cuando en realidad slo se trata de 15, pues los otros tres son los que acabo de mencionar del Gnesis, y Agustn no los cita como interpretatio ex hebraeo, sino como cdices latini (p.305-306). Se trata, pues, de cosas distintas; una cosa son los cdices hebraei y otra la interpretatio ex hebraeo. 74 Cf. mi artculo dedicado expresamente al tema: O. GARCA DE LA FUENTE, tala j Vulgata (l.c.) 13 pgs.; cf. adems, W. RTING, o.c, p.140-151; A.-M. LA BONNARDIRE, l.c en la nota 73, p.303-312: la autora trata de la utilizacin de la Vulgata por parte de Agustn en todas sus obras. Pero vase la salvedad que hago en esa misma nota. 75 W. RTING, O.C, p.114-121. 76 W. RTING, O.C, p.121-133. 77 W. RTING, O.C, p.133-139. 78 W. RTING, O.C, p.201-239.

Cf. W. RTING, o.c,

p.30.

20

Introduccin

IV.

Resultadosj valor de la exgesis agustiniana

21

da, en tres grandes apartados, que voy a resumir brevemente en este lugar de mi introduccin, pues un resumen es suficiente para lo que aqu me p r o p o n g o . Rting distingue tres grupos de Cuestiones, que el propio Agustn insina en la introduccin de su obra: 1) Al primer grupo pertenecen las cuestiones que slo constan de preguntas y n o reciben solucin. Suelen introducirse con las frmulas: Quid est? Quod sit Quid sibi vult Quaeritur. Quaeri solet. Quaestio est. Quaerendum. 2) Al segundo grupo pertenecen las cuestiones cuya solucin Agustn deja sin decidir, proponiendo ms de una explicacin. Suelen introducirse con las frmulas: Utrum... an; nisi forte; haec videtur causa, etc. 3) Al tercer g r u p o q u e es el ms i m p o r t a n t e pertenecen aquellas cuestiones que reciben una solucin concreta y que constituyen la base para juzgar del valor de la exgesis agustiniana del Heptateuco. Descendiendo ahora a detalles ms concretos, voy a recoger en apretada sntesis los tres puntos sealados.

1.

Cuestiones sin s o l u c i n

Qu significa que Moiss era dbil de voz? (Ex 6,30: q.2,16). Cmo se ha de entender la sangre junto a la puerta? (Ex 12,22: q.2,4). Cmo se ha de entender la vara de Moiss con la que se golpea el agua del Nilo? (Ex 17,5: q.2,64). Qu significa en el racional la demostracin y la verdad? (Ex 28,26: q.2,117). Cmo se ha de entender la frase llenar la mano? (Ex 28,37: q.2,121). Por qu Yahvh dice a tu pueblo y n o a mi pueblo? (Ex 34,10: q.2,156). Cundo podan beber vino los sacerdotes si todos los das tenan que servir al altar? (Lev 10,8,9: q.3,33). Cmo puede ser culpable un animal? (Lev 20,16: q.3,74). Qu diferencia hay entre maldecir a su Dios y pronunciar el nombre de Seor? (Lev 24,15,16: q.3,87). Cmo puede ser llevado a juicio uno que ha matado a alguien sin quererlo? (Nm. 35,12: q.4,64). Hay que entender hiperblicamente el mandato de escribir las palabras de la ley en las jambas de las puertas y ventanas? (Dt 11,20: q.517). Hay que entender las avispas como los aguijones de un gran temor? (Jos 24,12: q.6,27). Qu significa en Jue 13,4 toda cosa inmunda? (Jue 13,4: q.7,50). Estas son algunas de las cuestiones que quedan sin respuesta en la obra de Agustn.

Como dice muy bien Rting 7 9 , este g r u p o de cuestiones nos da una idea bastante exacta del trabajo intelectual que ocupaba la mente de Agustn y del estado de la exgesis de su tiempo. Las cuestiones de este g r u p o , recogidas por el autor, dejando de lado algunas de poca importancia, como meras aclaraciones gramaticales, etc., son 61, de las cuales corresponden al Gnesis 16; al x o d o 20; al Levtico 11; a los N m e r o s 4; al D e u t e r o n o m i o 5; a Josu 1 y a los Jueces 4. El tenor de algunas de ellas es el siguiente: Son hermanos todos los hombres p o r q u e todos proceden de una misma pareja? (Gen 9,5: q.1,16). Por qu dice la Escritura que Nemrod fue el primer gigante? (Gen 10,8: q.1,18). De dnde procede el nombre de los hebreos? (Gen 10,21: q.1,24). Cmo p u d o Abraham invitar a un banquete a unos forasteros que eran ngeles? (Gen 18,4.5: q.1,34). Por qu la fuente de Isaac se llam fuente del juramento? (Gen 26,32.33: q.1,78). Eran un solo pueblo los ismaelitas y los madianitas? (Gen 37,28: q. 1,124). Tuvo Jacob otras hijas adems de Dina? (Gen 37,35: q. 1,125). Qu significa y qu es el infierno en Gen 37,35 y 42,38? (q. 1,126 y 142). Quin era el seor que apareci a Moiss en la zarza ardiendo? (Ex 3,4: q.2,3).79

2.

Cuestiones c o n s o l u c i n d u d o s a

El nmero total de estas cuestiones cuya solucin es dudosa, y que Agustn deja en suspenso despus de p r o p o n e r ms de una posible explicacin, son en total 65, repartidas de la siguiente manera: 25 pertenecen al Gnesis, 19 al x o d o , 10 al Levtico, 3 a los Nmeros, 5 al Deuteronomio, 2 a J o su y 1 a los Jueces 8 0 . El tenor de algunas de estas cuestiones es como sigue: Cmo pudieron alimentarse en el arca de N o los animales carnvoros? (Gen 6,21). Introdujo N o otros animales como alimento o les procur otro alimento que n o fuera carne? (q.1,7). Creci el agua del diluvio hasta el da 150 o permaneci 150 das a la misma altura? (Gen 7,24: q.1,11). La segunda solucin es, segn Agustn, la ms probable. No volvi el cuervo, enviado por N o , p o r q u e muri o porque p u d o vivir en otro sitio? (Gen 8,6-8: q.1,13). La segunda solucin le parece a Agustn ms probable. Parece ser que Abraham recibe el n o m b r e de transfluvialis, porque pas el Eufrates para venir a Canan (Gen 14,13: q.1,29). LaLas trata W. RTING, O.C, p.212-227.

W. RTING, O.C, p.202-212.

A

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fiesta en el destete de Isaac slo puede entenderse porque tiene algn sentido espiritual (Gen 21,8: q.1,50). Cundo lleg Isaac a donde estaba Abimlek: despus de la venta de la primogenitura por parte de Esa, o hay que resolver el problema por recapitulacin? (Gen 26,1: q.1,75). Se trata, segn Agustn, probablemente de una recapitulacin. N o voy a seguir enumerando ms casos que Agustn n o resuelve de una manera definitiva. Pueden verse en Rting, en las pginas citadas. Este tipo de cuestiones demuestra la seriedad, el rigor y el inters con que tomaba Agustn la explicacin de la Sagrada Escritura. Es una prueba irrefutable de su aprecio por la Escritura y de su lectura asidua de la misma.

3.

Cuestiones resueltas

Este grupo es el ms importante y el ms amplio. El que estas cuestiones reciban una solucin n o quiere decir, evidentemente, que sea la solucin que hoy se les da. N o hay que olvidar que Agustn es hijo de su tiempo y que la ciencia progresa, y la ciencia exegtica tambin. En las notas explicativas al texto dar razn casi siempre de las soluciones que da Agustn y que n o concuerdan con las que p r o p o n e la exgesis actual. Rting 8 1 distribuye estas cuestiones en tres grandes apartados, que comprenden: a) Cuestiones de carcter teolgico92: 1) Referidas a Dios y a sus propiedades: 37 en total. 2) Relativas al concepto de eternidad: 10 en total. 3) Relativas a los conceptos de misericordia, justicia y verdad: 3 en total. 4) Relativas al endurecimiento del corazn y temas similares: 8 en total. 5) Relativas al concepto de espritu, espritu de Dios, espritu santo: 7 en total. 6) Relativas al concepto de santificar: 5 en total. 7) Relativas a los ngeles: 4 en total. 8) Relativas a los conceptos de servicio y servidumbre: 6 en total. 9) Relativas al concepto de anima: 5 en total. 10) Relativas a la idea del infierno: una. 11) Relativas al concepto de juramento: 3 en total. 12) Relativas al concepto de pecado: 11 en total. 13) Relativas al concepto de mentira: 6 en total. 14) Relativas a la conducta de los hombres del Antiguo Testamento que parece a primera vista escandalosa: 7 en total. 15) Relati81 82

vas a otros varios conceptos, como pavor, adivinacin, prjimo: 6 en total. b) Cuestiones en las que Agustn se sirve de distintos medios exegticos*1. Por ejemplo: I) La gramtica: 1) explicando significados de palabras griegas y latinas: 20 casos; 2) dando explicaciones puramente gramaticales: 16 ejemplos; 3) recurriendo al paralelismo de los miembros o frases, cosa tan frecuente en el estilo de Agustn: 7 ejemplos. II) La alegora y el simbolismo de los nmeros. 1) La alegora: 41 ejemplos. Es ste u n o de los recursos exegticos favoritos de San Agustn, y quiz uno de sus fallos ms notables, a la luz de la ciencia moderna, pues muchas veces, cuando no encuentra el significado literal de un pasaje bblico, recurre, c o m o ltima instancia, al sentido alegrico 8 4 . 2) El simbolismo de los nmeros: 10 ejemplos. Los nmeros simblicos mencionados por Agustn son los 40 das de sepultura (Gen 50,3); el nmero 7 (Gen 50,10); las 75 personas que entraron con Jacob en Egipto (Gen 46,27); los nmeros 4 y 70 (Ex 24,11); los nmeros 10 y 28 (Ex 26,1); los nmeros 11 y 77 (Ex 26,7); los nmeros 5,12 y 20 (Nm 1,20.21); el n m e r o 7 = 3 + 4 ( N m 19); los nmeros 3 y 4 (Ex 20,5) y el nmero 300 (Jue 7,6) 85 . III) Las reglas de la composicin literaria. Estn tomadas de la sexta regla de Ticonio, segn la cual ciertos acontecimientos son narrados o antes o despus del m o m e n t o en que deben ser intercalados en la narracin. Se trata, pues, o de una recapitulatio o de una anticipatio: hay 18 ejemplos. IV) Sobre la sincdoque, en particular. Agustn recurre dos veces a la sincdoque para explicar dificultades bblicas (q.1,117; CSEL p.59 ln.22ss; q.1,151: CSEL p.78 ln.lss). c) Cuestiones bblicas concretas91'. A este tercer apartado de cuestiones resueltas pertenecen temas estrictamente exegticos, y que son los que mejor nos permiten conocer el carcter de la exgesis de San Agustn. El nmero total de temas concretos tratados y sus soluciones es de 122, de los cuales 27 corresponden al Gnesis, 23 al x o d o , 13 al Levtico, 17 a los N m e r o s , 16 al D e u t e r o n o m i o , 10 a Josu y 16 a los Jueces. N o voy a entrar en ms detalles, que pueden verse en83 4

W. RTING, O.C, p.227-262. Ibid.

W. RTING, O.C, p.262-285. Sobre este mismo tema de la exgesis alegrica en el comentario al Gnesis en el De eiv. Dei, cf. mi artculo: O. GARCA DE LA FUENTE, interpretacin exegtica (l.c.) p.395-398. Sobre el simbolismo de los nmeros en el comentario al Gnesis en el De civ. Dei, cf. mi artculo, citado en nota anterior, p.398-400. 86 W. RTING, O.C, p.285-339.

S.Ag. 28A.

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las pginas citadas en nota de la obra de Rting. Las soluciones exegticas propuestas por Agustn nos permiten conocer el estado de la ciencia exegtica de su poca.

B)

V A L O R D E LA EXGESIS DE SAN AGUSTN

Muchas de las soluciones exegticas de San Agustn, como tendremos ocasin de ver en las notas aclaratorias a la traduccin, nos sorprenden hoy por su ingenuidad y falta de perspectiva histrica para situar los libros bblicos y los acontecimientos escritursticos en el marco que les corresponde. En este sentido es evidente que le han faltado a Agustn los conocimientos necesarios, pues el cuadro de sus conocimientos histricos y cronolgicos es muy limitado, aunque hay que reconocer, en su descargo, que en la mayora de las ocasiones n o poda ser de otra manera. Nos sorprenden a veces sus ingenuidades para defender el sentido literal de muchos pasajes bblicos, para explicar los cuales hubiera sido suficiente admitir el hecho, fundamentalmente histrico, y dejar todos los dems detalles como mero ropaje literario, cuya historicidad no es necesario admitir. As, por ejemplo, Agustn defiende sin la menor vacilacin la longevidad de los primeros hombres, sin advertir que pudiera tratarse de algn simbolismo oculto de los nmeros o de algn matiz religioso que habra que investigar. El arca de N o le da la ocasin para ejercitar su ingenio, primero, para defender su historicidad, aun en los ms mnimos detalles, y despus para hacer hermosas disquisiciones sobre alegoras de hechos futuros. Los ejemplos de este tipo podran multiplicarse indefinidamente; pero los dejamos para las notas explicativas de la traduccin 87. Agustn, como hombre de su tiempo, condicionado por la cultura de su poca, n o p u d o en muchos casos dar otra solucin que la que dio. Pero en su descargo hay que decir que utiliz ms que otros escritores de su tiempo las figuras del lenguaje para explicar el mensaje de la Biblia. La lengua de la Escritura e l mos scripturarum%i, la recapitulacin, la proSobre la interpretacin literal del Gnesis en el De civ. Dei, cf. mi articulo, ciado en la nota precedente, p.391-395. 88 Sobre este tema, cf. O. GARCIA DE LA FUENTE, El idioma seripturarum segn las Quaestioms in Heptateuchum de San Agustn: Analecta Malacitana X (1988) 10 pgs. (en prensa); W. Sss, Studien zur lateinischen Bibel. I: Augustins Locutiones und das Problem der lateinischen Bibelsprache (Tartu 1932).87

lepsis y otros recursos estilsticos le proporcionaron medios muy tiles y valiosos para explicar el sentido de las Escrituras. Agustn reconoce sin ambages que hay que recurrir al sentido literal. Pero n o hay que olvidar tampoco el sentido alegrico. E n las Quaestioms hay un cierto equilibrio entre sentido literal y sentido alegrico. Las explicaciones sencillas deben servir a los fieles cristianos de poca formacin teolgica o doctrinal para poder hacer frente a n o pocas objeciones de los enemigos de la fe. Agustn no trata expresamente en las Quaestiones de la inspiracin de la Sagrada Escritura, pues esta verdad es para l algo evidente que no necesita demostracin, ni l se la propone en esta obra. Da por sentado que la Escritura es obra de Dios. Los testimonios indirectos recogidos en las Quaestiones son numerosos y claros. As, comentando el pasaje de Lev 10,1.2, dice: Ahora bien, como Moiss nunca dira una mentira sobre este asunto, se comprende que el Seor tambin le haba dicho esto antes, aunque no est escrito... Por este ejemplo se demuestra que n o est escrito todo lo que Dios les dijo a aqullos por medio de los cuales su santa Escritura nos ha sido transmitida 8 9 . Es Dios quien habla en la Escritura: Por eso dijo Dios las cosas que el ngel enviado por Dios habl ms clara y expresamente 9 0 . Ms adelante aade: El Deuteronomio pone en boca de Dios lo siguiente... 9 1 Hablando de las tablas de la ley, Agustn dice repetidas veces que eran obra de Dios: Porque por este mismo espritu de Dios, es decir, por el dedo de Dios, que escribi la ley en las tablas de piedra, se les infundi el temor 9 2 . Y en otro sitio aade: Por eso, surge una grave cuestin de saber cmo aquellas tablas que Moiss iba a romper, sabindolo Dios de antemano, se dice que n o eran obra del hombre, sino de Dios, y que no haban sido escritas por el hombre, sino por Dios, por el dedo de Dios 9 3 . Pero la inspiracin ni impide, ni coarta ni suprime la obra del hombre, que escribe lo que Dios quiere. Agustn alude, a veces, a esta actividad del hombre en la redaccin de la Escritura. Hablando del Gnesis dice: Es evidente que este li89 SAN AGUSTN, Quaest. in Heptat. 3,31: CSEL p.264,1.12-13, y de una manera ms general, cf. L. CILLERUELO, Obras de San Agustn tomo XV (BAC) (Madrid 1957) (Introduccin general: San Agustn y la Biblia, p.l8ss). 90 Quaest. in Heptat. 7,17: CSEL p.161. 91 Ibid., p.462. 92 Quaest. in Heptat. 2,55: CSEL p.126. 93 Quaest. in Heptat. 2,166: CSEL p.197.

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b r o lo escribi un h o m b r e , p o r q u e las cosas que dijo ms arriba, cuando Abraham se lo mandaba, p u d o ponerlas as, incluso volvindolas a repetir 9 4 . E n otro pasaje explica unas palabras de Jacob diciendo: Estas palabras hay que entenderlas de la siguiente manera: El escritor del libro pone en boca de Jacob estas palabras (y luego aade las palabras del autor) 9 5 . Habla, incluso, de cmo n o todo en la Escritura ha de tomarse en sentido literal: Porque en las palabras de Dios no hay que referir todo a la propiedad de las cosas... Pero s debe exigirse la veracidad del narrador. Respecto a este punto San Agustn tena las ideas bien claras: Pero lo que ciertamente hay que exigir de la fidelidad del narrador es que lo que dice que sucedi haya sucedido realmente, y lo que dice que se dijo se haya dicho realmente. Cosa que se exige tambin a los escritores del Evangelio. Porque cuando dicen que Cristo dijo determinadas cosas que dijo en parbolas, el que l haya dicho esas cosas no es una parbola, sino una narracin histrica 96 . Por ser palabra de Dios a los hombres p o r medio de los hombres, la Escritura goza de toda autoridad y es inerrante: n o puede defender y proponer errores. Comentando la conducta de Jos con sus hermanos, Agustn afirma: Si n o hubiera algn significado importante en esta especie de juego, entonces ni l lo hubiera hecho ni lo narrara la Escritura, que tiene una autoridad y una santidad tan grandes 9 7 . Agustn propone como principio exegtico fundamental el que la Escritura debe explicarse por la propia Escritura. Por tanto, hay que recurrir siempre a los lugares paralelos, si los hubiere, o a afirmaciones parecidas de otros lugares bblicos. As lo dice Agustn constantemente: Pero en ningn lugar antes de aqu leemos que Dios se lo dijera a Moiss... De todas formas, hay que investigar ms atentamente en las partes anteriores de la Escritura para ver si realmente es as 98 . Y en otro pasaje aade: Por otra parte, pecar para el Seor parece que puede decirse, a n o ser que haya en algn sitio un texto de la Escritura que se oponga a este sentido 9 9 . Hay en esta obra otro principio exegtico importante, queOuaest. in Heptat. 1,64: CSEL p.34. Quaest. in Heptat. 1,103: CSEL p.52. Quaest. in Heptat. 2,164: CSEL p.196. 97 Quaest. in Heptat. 1,145: CSEL p.75. cf. L. CJLLERELO, l.c, p.29ss. Uuaest. in Heptat. 2,153: CSEL p.188. Quaest. in Heptat. 5,55: CSEL p.415. Este principio general lo aplica en muchos pasajes de las Quaestiones, cf. Qu. 3,4: CSEL p.238,1.2; Qu. 1,145: CSEL p.75,1.16; Qu. 1,150: CSEL p.77,1.21; J2*. 4,57: CSEL p.363,1.11-12.96

se refiere a la relacin existente entre el Antiguo y el N u e v o Testamento, puesto que ambos son vehculos de una misma revelacin divina. Segn Agustn, el N u e v o Testamento est oculto en el Antiguo, y el A n t i g u o se manifiesta en el N u e vo. La formulacin agustiniana de esta verdad se ha hecho clsica. La encontramos repetida, casi siempre con las mismas palabras, en la q.2,73: Quamquam et in vetere novum lateat et in novo vetus pateat. Este principio hermenutico tiene consecuencias importantes para la exgesis, sobre t o d o alegrica, de la Escritura, y Agustn no ha dejado de subrayarlo muchas veces en las Quaestiones. Con respecto al autor del Pentateuco, Agustn tiene ideas que n o se diferencian demasiado de las nuestras en cuanto a la sustancia del problema, aunque difiera muchsimo en los detalles. Desde luego, y en primer lugar, afirma que Moiss es el autor del Pentateuco. As lo presupone cuando cita la frase de la Escritura que dice: que Moiss estuvo adornado de toda la sabidura de los egipcios 101 . Y lo afirma expresamente cuando dice: Pero de todos estos (reyes de E d o m ) Moiss slo p u d o mencionar a los que existieron antes de su muerte ~iT