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SCJ NUMERO 13-14 B:Maquetación 1 05/11/14 12:07 …. Boletines y Revistas/F. Revista SCJ.ES/10... · absurdos. Necesitamos su ritmo pausado por el desgaste de los años, que es reflejo

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Revista de la FamiliaDehonianaNº 13-14

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Les hacemos llegar una nueva entrega de la revista scj.es, en estaocasión un poco multiplicada. Corresponde a los números 13 y 14fusionados. Mantenemos el compromiso de compartir con todosustedes, nuestros lectores, la mirada, el sentir, los valores y la manerade leer el Evangelio -con toda la humildad- de los dehonianos de laProvincia española.

Continuamos enfrascados en el tema de la vida y, en esta ocasión,quisiéramos presentar su valor y dignidad, especialmente cuandoes más débil, gastada, silenciosa y -por desgracias a veces- hastaolvidada. La vida, también en sus últimos momentos, merece lapena ser vivida siempre. También quisiéramos hacer un homenajeparticular a las personas mayores y a los abuelos que son, sobretodo, un pozo de sabiduría, disponibilidad, entrega incondicional ymemoria para todas esas cosas que verdaderamente merecen lapena.

Cada vez es más claro que necesitamos su experiencia, su sensibi-lidad y su síntesis vital en la que no cabe el ajetreo, ni los afanesabsurdos. Necesitamos su ritmo pausado por el desgaste de losaños, que es reflejo de una entrega apasionada por los suyos. Nece-sitamos su fe inquebrantable que deja al descubierto las arenasmovedizas sobre las que estamos construyendo un futuro sin pers-pectiva. Necesitamos su mirada fija, que no perdida, en lo que handescubierto como su meta y su norte, su descanso. Necesitamos lapureza de sus principios, que no tienen más interés que amasarriquezas para el Cielo…

Los abuelos deben ser cuidados con amor porque “a menudo sequedan en la periferia de nuestro corazón” decía el Papa Franciscoen la misa de inauguración de su pontificado. Los abuelos no sonmuebles viejos, son “el tesoro de nuestra sociedad”. “Vivimos enun tiempo en el cual los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, perose descartan, porque dan fastidio” (homilía del Papa Francisco enSanta Marta el 19 de noviembre 2013). “Un pueblo que no respetaa los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdidola memoria”, asegura el Papa Francisco. Los abuelos han tenido un“rol heroico en la transmisión de la fe en tiempo de persecución”.

A todas las personas mayores, a todos los abuelos y a todos los queel desgaste de los años ha limitado sus capacidades o su brío, atodos gracias por vuestra vida, gracias por vuestra experiencia, gra-cias por vuestro sentido. ■

Gracias por vuestra vida,Gracias por vuestra experiencia,

Gracias por vuestro sentido

EDITORIAL

SUMARIO3. Editorial4. Tema Central

A vino nuevo odres nuevosP. Gonzalo Arnaiz Álvarez, scj

12. Pastoral y culturaHaz que sea para nosotros pan de vidaP. Juan José Arnaiz Ecker, scj

16. Actualidad y misión¿Morir dignamente?, ¿o dignificar la vida?P. Francisco Javier Luengo Mesonero, scj

22 La vida de las personas mayoresH. Javier López Martínez, scj

28. Dialogar sobre las vivencias humanasH. Miguel Ángel Millán Atenciano, scj

32. Palabras que generan vida: AcogerP. Pedro Iglesias Curto, scj

34. La revolución de FranciscoMons. Claude Dagens

42. En lo secretoP. Ramón Domínguez Fraile, scj

44. MeditaciónP. Ángel Alindado Hernández, scj

46. Actualidad scjP. Alfonso González Sánchez, scj

50. In memoriam

DirectorP. Antonio Rufete Cabrera, scj

Subdirector P. Juan José Arnaiz Ecker, scj

Equipo de RedacciónP. Ángel Alindado Hernández, scjP. Juan José Arnaiz Ecker, scjP. Ramón Domínguez Fraile, scjP. Pedro Iglesias Curto, scjP. Antonio Rufete Cabrera, scj

Diseño y maquetaciónP. Ángel Alindado Hernández, scjD. Francisco Antón Martínez

ImprimeGráficas DehonLa Morera, 23-2528850 TORREJÓN DE ARDOZDpto. Legal: M-5254-2012

Nº 13-14 | Noviembre 2014

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Un gran acontecimiento para la vidade la Provincia española

La Provincia española de los Sacerdotesdel Sagrado Corazón de Jesús ha cele-brado este verano su XIII Capítulo Pro-vincial. Ha sido un encuentro fraternoque ha reunido en Salamanca a unarepresentación de todas las comunida-des y de todas las obras apostólicas enlas que los dehonianos sirven a la Iglesiay a la sociedad en España.

El Capítulo provincial es la más alta auto-ridad extraordinaria de los dehonianos ysu máxima expresión de responsabilidadcompartida entre todos. En él están repre-sentados los diferentes ámbitos pastora-les y su objetivo es revisar, replantear,

estudiar y decidir sobre cuestiones con-cretas. En esta ocasión: la identidad de losreligiosos dehonianos, la pastoral voca-cional, la organización de la Provincia y lamisión compartida con los laicos.

Han sido un total de 41 religiosos lo quedel 1 al 6 de julio han orado, reflexionado,discutido y decidido sobre nuestra viday misión. Los trabajos contaban con undocumento previo que recoge todo lotrabajado y compartido en cada comu-nidad religiosa para preparar este acon-tecimiento. Se llama, en latín, Instrumen-tum laboris.

Los trabajos comenzaron con el discursodel Superior provincial, el P. Jesús Valde-zate Soto, quien concluía su servicio de

Más de cuarenta religiosos dehonianos se reunierondurante seis días para tratar temas como la identidad

dehoniana, el trabajo vocacional, la misión compartidacon los laicos o la organización de la Provincia.

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seis años al finalizar este encuentro. Ensus palabras animó a los religiosos,haciendo referencia al lema capitular“Vino nuevo, odres nuevos” (Mt 9,17), acambiar para superar cualquier tipo deincoherencia. Agradeció los “dones quehemos recibido como consagrados” eneste tiempo, dones que han de intercam-biarse para dar “respuestas libres, atre-vidas y valientes” a los retos que noslanza el contexto actual.

A los presentes, entre los que tambiénse encontraban el Consejero General P. Paulus Sugino, y el Provincial portu-gués P. Zeferino Policarpo, les pidió ejer-cer la “paternidad” de la Provincia y no defraudar la confianza puesta enellos, haciendo de este encuentro un“momento pentecostal” de una comu-nidad espejo vivo del Corazón de Jesús.Es decisivo mirar al futuro, pero cons-cientes del pasado y del momento pre-sente. Un presente que es tiempo degrandes desafíos, de dudas, donde elEvangelio va abriendo ya caminos deesperanza.

Conclusiones capitulares

El primer trabajo capitular era establecerlos cauces adecuados para fortalecer laidentidad propia de los religiosos deho-nianos. Las medidas adoptadas y que sepondrán en práctica tienen como objetointensificar su vida religiosa: una mayorcomunicación, trabajo conjunto, forma-ción en espiritualidad dehoniana, un

renovado modo de organizarse y refle-xionar “en” y “sobre” la comunidad.

La evangelización de los jóvenes, y, demodo particular la propuesta vocacional,ha experimentado numerosos cambios.La Provincia ha procurado adaptarse alos nuevos lenguajes, ofreciendo elcarisma a las jóvenes generaciones yacompañando los procesos de jóvenesque querían seguir profundizando en lavida y la obra de la Congregación. Anteun campo de trabajo tan amplio y des-afiante, los dehonianos han renovado sumodo de organizar y animar la pastoraly la propuesta vocacional, apostandopor un mayor y mejor trabajo en equipoque permita a las comunidades acompa-ñar al joven en todo su proceso vocacio-nal, más allá de estructuras formales.

Y, precisamente, todo cambio debeacompañarse de una revisión internaque permita reestructuraciones más sim-ples para una organización y animaciónque sea más directa, sencilla y eficaz.

Sobre la misión compartida entre religio-sos y laicos, los dehonianos han queridodarle un espacio mayor, pidiendo paraello al nuevo Gobierno provincial que délos pasos adecuados para un encuentroen el que se afronte este tema de unmodo más pausado.

Días intensos, satisfactorios y llenos deuna novedad que renueva los odres enque ofrecemos el vino que es la vidadada por el Señor Jesús.

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Cada Capítulo supone, para la Provincia religiosa que lo organiza, todo un retode preparación y desarrollo: la casa de celebración, listados, distribución de habi-taciones, salas de reunión, distensión y recreación, liturgia diaria… todo sepiensa para favorecer un buen clima fraterno, de oración y de toma de decisio-nes. Ofrecemos a continuación algunos detalles y curiosidades.

El Aula capitular expresa el espíritu del Capítulo

Lo que más llama la atención es el tipo de disposición en el Aula capitular. Sibien existe una “Mesa de presidencia” que coordina los trabajos capitulares ydonde se encuentran los moderadores, el Presidente del Capítulo y el Secretarioprovincial, ésta no es el centro hacia el que se dirige la mirada de los capitulares.La disposición en “U” favorece centrar la mirada en la asamblea y expresa elespíritu del Capítulo provincial, donde la asamblea reunida es soberana y el lugardonde se toman las decisiones.

¿Votar? Sí… y en diferentes modalidades

El Capitulo es un momento de decisiones. Y para tomar decisiones, tras un sanodebate, confrontación y puesta en común de opiniones, valoraciones y correc-ciones, es necesario votar. Los hacen bajo una doble modalidad: votación ensecreto y votación “a mano alzada”. En la votación en secreto cada religioso,después de planteada la pregunta, escribe su voto (afirmativo, negativo, etc.),que es después recogido por los religiosos que han sido propuestos y elegidos“escrutadores” y cuya misión es precisamente “escrutar”: recoger los votos,contar el número, abrir las papeletas y proclamar el resultado que aparece encada una de ellas. En la votación “a mano alzada” cada religioso dispone de trestarjetas de color diferente: verde (voto positivo), rojo (voto negativo) y blanco(abstención). Se trata de un voto público, donde todos conocen y ven lo quecada uno vota y es el tipo más utilizado.

El centro de la jornada: la oración

Eucaristía, Laudes, Adoración eucarística, Vísperas. Estos son los momentos esta-blecidos de oración común. Los dos primeros (Eucaristía y Laudes) se realizanal inicio de la mañana antes de los primeros trabajos capitulares. La Adoracióneucarística y las Vísperas, curiosamente, no se realizan al final de la jornada sinoa media tarde, de modo que se pueda tener un momento de encuentro conDios antes de la toma de decisión o la continuación de los trabajos en el Capí-tulo.

Al servicio del Capítulo

Previo al Capítulo hubo un Comité encargado de preparar y acompañar a la Pro-vincia religiosa en esa tarea. En las diferentes sesiones tiene especial importanciael Secretario de actas del Capítulo, encargado de recoger cada día las opinionesy decisiones, las votaciones y los resultados. Un trabajo intenso. Junto a él, otrasfiguras: los secretarios de los Grupos de trabajo, que recogen las impresionesy propuestas de los pequeños grupos en los que en ocasiones se divide la asam-blea para tratar un tema concreto; o los moderadores, encargados de dar elturno de palabra, agilizar las intervenciones, proponer los momentos de vota-ción, en ocasiones resumir sobre la marcha los aspectos hablados.

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P: ¿Le sorprendió su elección?

R: Fue una sorpresa que la provinciapensase en mí. Lo acepté, porque eslo que la provincia quiere para mí yporque creo que puedo aportaralgo. Me lo tomo como un reto, por-que ser provincial de una congrega-ción religiosa hoy es un reto, undesafío muy bonito porque estamosen un momento crucial para la socie-dad, para la Iglesia y para la VidaReligiosa.

P: ¿Cuáles van a ser sus prioridades?

R: Aquí no hay programa electoral,pues a uno le han elegido sin presen-tarse. Hoy se habla mucho de crisis.Quisiera verla como una oportunidadpara avanzar y para mejorar. Unaoportunidad para retomar lo quehemos dejado, no para volver a lo queteníamos. En la Iglesia, y en ella seincluye a la Vida Religiosa, hemos per-dido el Evangelio, el sentido primeroque nos entusiasmó para seguir al

Señor. En este sentido, creo que hayque hacer muchas cosas nuevas, yhacerlas nuevas significa dirigir nues-tra mirada al Evangelio.

P: ¿Es optimista?

R: Veo con mucha ilusión y esperanzaeste período en el que me va a tocaranimar a la provincia para que se puri-fique. Estoy convencido de que ha -cemos muchas cosas bien, peropodemos mejorar, las podemoshacer de modo que respondan más alo que somos.

P: Por sus obras –centros universita-rio, escuelas, residencias…– estáncerca de los jóvenes. ¿Cómo abordanla pastoral con ellos?

R: Tratamos de ofrecer algo queconecte con el mundo juvenil, de acer-carnos a ellos desde lo que viven. Ahíestán iniciativas como MasterLent oWiFe, que han conectado muy biencon los jóvenes, que les lleva a descu-

A continuación reproducimos la entrevista que el nuevo Superiorprovincial, José Luis Munilla, concedió a la importante revista deinformación religiosa Vida nueva (nº 2900).

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brir la misión, lo que Dios quiere o paraqué les llama.

P: A veces se habla de una juventudpoco comprometida, ¿es así?

R: Para nada. Los jóvenes de hoy noson pasotas, todo lo contrario. Tie-nen hambre de descubrir algo dis-tinto de lo que hasta ahora les hemosofrecido. No les hemos dado respues-tas ni socialmente, ni políticamente,ni eclesialmente. Es cierto que se haperdido el sentido de trascendencia,pero no quiere decir que no hayanecesidad de ella. Tenemos que ayu-dar a los jóvenes a descubrir ese Diosque no impone nada, sino que dalibertad. Los jóvenes, y lo estamosviendo con el papa Francisco, estánbuscando más autenticidad, máscoherencia. A veces, se han desen-ganchado porque no hemos sido un

buen testimonio, porque hemos sidoun contrasentido por nuestro acomo-damiento, por nuestro apego a lasestructuras o por nuestro vivir de unaforma que no es evangélica. Con elPapa, hay una vuelta a descubrir losencillo, lo fundamental.

P: ¿Le preocupa la falta de vocacio-nes?

R: Siempre nos ha preocupado; noporque tuviéramos necesidad de másgente, que también, sino porque lle-vamos algo bueno, algo que podemosofrecer a todos para que cada unoencuentre su vocación, a la que Diosle llama. Siempre hemos trabajado porlas vocaciones desde nuestros semi-narios sin tener en cuenta el des -tino –la Iglesia diocesana, nuestracongregación, la familia…– y nuestroobjetivo ha sido que cada personadescubra el valor de seguir a Jesús.Hoy, la crisis de vocaciones es paratodos, hay inquietud e interrogantes.Nos lo merecíamos. Necesitamospuri-ficarmuchascosas,convertirnosmuchomás,sermáscoherentes,mássignifica-tivos ymostrar aquelloque llevamosentremanos,laBuenaNoticiadeDios.

Tenemos que ayudara los jóvenes a descubrir

ese Dios que noimpone nada,

sino que da libertad.

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El P. José Luis nació en 1959 enLodosa (Navarra). Realizó suprimera profesión en Salamanca enel año 1979 y fue ordenadosacerdote en 1986. Comenzó sulabor pastoral en el Seminariomenor “San Jerónimo” de Alba deTormes. Posteriormente, ha pasadopor las comunidades de Venta deBaños, donde siguió su labor deacompañamiento y coordinación dela dinámica en el Seminario yColegio dehoniano de la localidad, lacomunidad de Valencia, dondeademás de ser el Superiordesempeñaba las tareas deSecretario general de la ESICBusiness & Marketing School en sucampus de la ciudad levantina.

P: Un impulso que puede venir delpapa Francisco y la convocatoria delAño de la Vida Religiosa, ¿no?

R: El Papa nos está ayudando a volvera lo que tenemos que ser. Está siendomuy claro con la Iglesia, especial-mente con aquellos que tenemos unavocación especial para seguir al Señor.Nos está vapuleando con sus palabrasy gestos. La Vida Religiosa es un granenriquecimiento para la Iglesia y parala humanidad. No va a desaparecer,pero tiene que cambiar. Ante el añodedicado a la Vida Religiosa, tenemosmuchas expectativas. De nuestro capí-tulo vamos a salir con los oídos y losojos muy abiertos. ■

Necesitamos purificarmuchas cosas,

convertirnos mucho más,ser más coherentes, mássignificativos y mostraraquello que llevamos

entre manos, la BuenaNoticia de Dios.

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12 haz que sea para nosotros pan de vida

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pastoral y cultura 13

P. GONZALO ARNAIZ ÁLVAREZ, scj

El verano suele ser un tiempo vacacional.Unos días del mes de julio los he pasado ennuestra comunidad de Venta de Baños. Ade-más del tiempo dedicado a la oración, alpaseo, al baño y a la tertulia con los herma-nos de comunidad, también he tenido tiempopara la lectura sosegada de varios libros contemáticas diversas. Ha caído en mis manosun libro de Timothy Radcliffe (ex Maestrogeneral de los Dominicos) en el que escribesobre la Eucaristía y sobre el por qué hay queir a la Iglesia. Me ha gustado, y quiero ofre-ceros algo de lo ahí cosechado a propósitodel tema elegido para este número de larevista. La vida hay que cuidarla. La vida crecey se desarrolla. Hay que alimentarla.

Lo mismo sucede con la vida cristiana. Hayque alimentarla porque si no se nos queda

raquítica, se debilita y, finalmente, desapa-rece o muere. Y no es bueno dejarla morir.Sería una pena muy grande. Hay muchas for-mas de alimentar la vida cristiana. Pero la másexcelente de todas es, sin duda alguna, laEucaristía. El Concilio Vaticano II dice que esla fuente y la cumbre de la vida cristiana.

Al proclamar que es “fuente” está afirmandoque la vida cristiana mana, nace de la Euca-ristía. Pero no de una vez para siempre, sinoque es un manar continuo; un manantialinagotable en el que cada vez que bebemosnos sacia, pero a la vez nos abre la sed demás “Dios”; de más fe, de más esperanza, demás amor.

Al proclamar que es “cumbre” está afir-mando que la Eucaristía es nuestro punto

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14 haz que sea para nosotros pan de vida

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“omega”; es nuestro destino; es nuestraesperanza. La Eucaristía finaliza toda nuestravida en Cristo.

En esos días se podía ver el Tour de Francia.Los Alpes y los Pirineos tienen etapas que sonun sube y baja para escalar cada vez montesmás altos. Nuestra vida cristiana es como untour que avanza de etapa en etapa hacia lavida eterna. Etapas que finalizan en un “alto”del que descendemos para volver a subir otro“puerto” más, y así un día y otro, o una se-mana y otra. Nuestras etapas de la vida cris-tiana tienen un ritmo semanal, y las etapas secierran y abren en el “final de etapa” que esel domingo. A él llegamos y de él partimos. Lacumbre o el culmen es la Eucaristía dominical.Y la fuente o el arranque del resto de días dela semana es también la Eucaristía.

Este subir y bajar, o este ir y venir, está bienreflejado en lo que en la Eucaristía llamamospresentación de ofrendas u “ofertorio”. Y aeste momento de la eucaristía voy a refe-rirme.

El ofertorio tiene un momento de “recogida”o preparación de los dones: el pan y el vino(fundamentalmente) y la colecta. Estos dones

son llevados procesionalmente al altar paraser presentados por el sacerdote que dice: Tepresentamos, Señor, este pan fruto de la tierray del trabajo de los hombres que recibimos detu generosidad. Haz que sean para nosotrosPan de vida. Lo mismo se hace con el vino.

Presentamos el pan. Admitimos y afirmamosen primer lugar que es un “don” recibido deDios. Esto es lo primero y principal. Don reci-bido. La vida biológica y la vida cristiana, aquíy ahora, es siempre un don de Dios y, desdeaquí, siempre debe arrancar una acción degracias permanente. Un don de Dios que reci-bimos a través de la mediación de la “tierra”(toda la creación y también la madre tierra)y del trabajo del hombre. Este hombre quedesde el principio es el lugarteniente de Diosen la tierra. Invitado desde el primermomento a colaborar con la mano creadorade Dios. Esto simboliza ese pan que presen-tamos. Y podemos encontrar muchas cosaspositivas en el signo del pan: fecundidad,colaboración, calor de hogar, compartir,comida, y muchas más cosas; pero, a la vez,también encontramos cosas no tan agrada-bles. El trabajo puede ser tarea acompasadaa la mano creadora de Dios, pero tantasveces ha sido prostituido por el hombre y lo

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ha convertido en esclavitud, jornales escuá-lidos, desigualdad social, desigualdad deoportunidades, injusticias varias. Pues bien,ese pan presentado ante el altar de Dios tam-bién lleva consigo todas estas realidadesnegativas. Y las lleva con una esperanza: quetodas esas cosas por la acción del Espíritu seconviertan en pan de vida.

Presentamos el vino. El vino presentado tam-bién tiene mucho de bueno. Granos de uvaque estrujados se juntan y hacen un sololíquido; elemento festivo y alegre, con otrasvirtudes. Pero a la vez es un elemento enmuchas ocasiones degradado por el hombre,simbolizándolo hoy si queréis los múltiplesbotellones donde tantas veces llegamos adeshumanizarnos, igual que le pasó a Noécuando probó el vino por primera vez. El vinopresentado también es este vino bueno yprostituido a la vez. Ponemos en el altar deDios nuestra vida real, nuestra vida de lucesy sombras, de esfuerzos y mediocridades, devirtud y de pecado.

Al presentar los dones así, tal cual son, mos-tramos nuestra confianza y nuestra espe-ranza en Dios. Afirmamos que la vida quetenemos es don, pero además es tarea nues-

tra, es respuesta al Dios de la gracia. Afirma-mos que la vida recibida no está perdida sinoque camina hacia un buen término, porqueDios está al principio del camino y al final deeste camino de esta historia nuestra. Cami-namos hacia Alguien que da sentido a todanuestra vida. Y en este caminar hacia Alguiennos encontramos con Él como alimento devida en la Eucaristía.

Esta Eucaristía en la que los dones presenta-dos por la acción del Espíritu van a llegar a sufinalización siendo ya desde ahora el Cuerpoy la Sangre del Señor resucitado que son ali-mento de vida para nosotros en este hoy denuestra historia. El Cuerpo y la Sangre deCristo comidos y bebidos en la Eucaristía nosfinalizan también a nosotros, nos cristifican,nos hacen más hijos de Dios cada día en un“in crescendo” continuo hasta llegar a la vidaeterna en un modo definitivo, cuando llegue-mos a la última cumbre de nuestro tour par-ticular, que será el momento de subir a lacruz de modo definitivo y decirle al Padre queestamos en sus manos.

Una última observación. Al igual que sobre elpan y el vino se pide que venga el Espíritupara que sean Cuerpo y Sangre del Señor (eslo que se llama la epíclesis), también se hace“epíclesis” u oración sobre todos nosotrospara que venga el Espíritu y nos trasforme enofrenda agradable a Dios. El Espíritu Santohace que en la Eucaristía todas nuestras be-llezas se agranden y reflejen las bellezas y hermosuras de Dios; y que además todasnuestras mediocridades y pecados sean sa-nados, restañadas nuestras heridas, y restau-radas todas las cosas en Cristo. Somos justifi-cados por el Dios de la Gracia y seremosenviados a engendrar esta justicia en mediodel mundo, en medio de los hermanos. En lapróxima Eucaristía llevaremos un pan más lim-pio y un vino más alegre. ■

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¿morir dignamente?¿o dignificar la vida

P. FRANCISCO JAVIER LUENGO MESONERO, scj

“Me quiero morir.¡Qué alguien pare ya estesufrimiento!”

Tenía 16 años. Llamémosla Azucena.Cuando leí sus palabras me quedé deso-lado. Se había intentado suicidar despuésde que su novio la abandonara. Por mo-mentos no supe reaccionar… ¿Quién erayo para calibrar tanto sufrimiento? ¿Cómocontestar a alguien que sufre con tantaintensidad que la vida es un valor abso-luto, que nadie puede renunciar a vivir,que mientras hay vida hay esperanza?

Lejos de mí frivolizar con el sufrimientoajeno. Soy capaz de entender que unapersona quiera morir, que el dolor y ladesesperación anulen toda esperanza.Sin embargo, entender que alguien

desee quitarse la vida no significa justi-ficarlo ni permitirlo. Azucena superó sudepresión y su sufrimiento físico, condificultad y con mucho tiempo, pero alfinal recuperó la esperanza; es más, fuecapaz de madurar gracias a esta tre-menda experiencia. Ahora es una per-sona feliz volcada en una profesión deayuda a los demás. “Menos mal queestaban mi familia y mis amigos y no mehicieron caso”, decía en su última carta.

Hablar de la eutanasia no es fácil. Hay unmontón de cuestiones espinosas en tornoal tema que debemos reflexionar con frial-dad. No se puede hacer ética delante deun enfermo que quiere morir, pues no eslibre para plantear las cuestiones de unamanera objetiva. La ley y la ética tienenque defender a las víctimas, pero éstas no

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pueden hacer la ley. Para juzgar justa-mente hay que saber ponerse por encimade los casos personales y analizar lascosas objetivamente. Por eso propongouna reflexión calmada, paso por paso.

1. ¿Derecho a morir?

Hoy parece que, por el hecho de invocarque algo es un derecho, efectivamente loes. Los defensores de la eutanasia no tie-nen reparo en reivindicar el derecho a

morir dignamente. Sin embargo, estederecho éticamente no es viable. Nopuede haber un derecho a morir igual queno puede haber un derecho a matar. Enel fondo, la eutanasia, como el suicidio,pretende eliminar la propia vida, o seamatarse. Nadie puede detentar tal dere-cho. Los derechos humanos son “condi-ciones instrumentales que permiten a lapersona su realización”1. La muerte nopermite ‘realización’ alguna. Además, sila eutanasia fuera un derecho, ¿cómonegárselo a nadie? Un derecho es inalie-nable y debe respetarse sin condición deraza, cultura, religión, edad… Si morirfuera un derecho nadie podría negárseloa Azucena cuando el novio la dejó, ten-dría que permitírselo al joven que no estácontento con su cuerpo, a la adolescenteque no consigue bajar peso, o al tiburónfinanciero que ha quebrado…, a cual-quiera que en un momento de su vidapierda el sentido o las ganas de conti-nuarla. Se puede discutir que lo que sesolicita es el derecho a una ‘muertedigna’. Como si el adjetivo quitara fuerzaal sustantivo y la muerte fuera menosmuerte por ser digna. Además, ¿qué hacedigna una muerte? Creo que eliminar unavida, por muy asistido y médico que seael método, no hace que la muerte seadigna. La dignidad es algo ligado a la vida,no a la muerte.

scj.

1 Hernández Gómez, José Ricardo. Tra-tado de derecho Constitucional. Edito-rial Ariadna, 2010.

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irían incluyendo cada vez a más colecti-vos, cada vez a más casos, sin podernegarles a unos lo que has concedido aotros, pues el umbral del dolor y de loaceptable y no aceptable en esta vida es,inevitablemente, subjetivo.

3. ¿La muerte puede serla solución?

La vida sí es un derecho. Es más, es unpre-derecho, sin el cual no existe ningún

2. ¿Quién tendría el derechoa matar?

La eutanasia plantea otro problema demuy difícil solución. Al no poder quitarsela vida uno mismo, debe contar con laayuda de otros. ¿Quién, por tanto, puedeasumir esa responsabilidad? En otraspalabras, ¿quién puede tener derecho amatar? ¿Quién puede conceder ese dere-cho o esa prerrogativa? ¿Un médico? Eljuramento hipocrático, que todo médicopromete cumplir, compromete al facul-tativo a no hacer nada que provoque lamuerte. Legislar a favor de la eutanasiaes pervertir la labor médica. Los médicosestán para salvar la vida, para curar, paraaliviar el dolor, no para causar la muerte.Es más, quién podría fiarse de un facul-tativo especializado en la muerte.

Hay quienes dicen que debe ser unadecisión judicial, pero, en ese caso, ¿quéley puede estar en contra del derecho ala vida? ¿Quién es un juez para decidirque una vida no merece la pena vivirla?Legislar en este sentido tiene un sinfínde problemas a la hora de establecer lalínea que no se ha de traspasar. ¿Quiénpuede matarse? ¿Qué grado de dolor hayque traspasar para tener esa opción?¿Por qué negarle a los menores lo quelos mayores pueden hacer? ¿Por quénegarle esa posibilidad a quien su sufri-miento es más psíquico que físico? Abrirla puerta de la eutanasia significa abrirla puerta de sucesivas enmiendas que

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otro. No podemos elegir la muerte, por-que con ella se anulan todos los demásderechos. Me llama la atención quenuestra cultura, frente a una deprecia-ción del valor de la vida, ha hecho unaespecie de mística de la muerte. Es con-tradictorio que muchas personas que nocreen en la vida eterna, conciban lamuerte como algo positivo, como unestado de descanso, como una suertede impasse donde no se sufre. ¿Cómopodemos saber que en la muerte no sesufre? ¿Quién ha regresado de lamuerte? ¿Quién te garantiza que elimi-nando la vida van a desaparecer todostus problemas? Me viene a la memoriauna escena fantástica de una películaclaramente pro-eutanasia: “Mar aden-tro”. El film plantea el drama de un para-lítico que desea morir y para ello solicitala ayuda de algunas personas. En unmomento determinado, el hermano delenfermo riñe a su hijo porque está ayu-dando a su tío en el afán por quitarse deen medio. El padre le dice en gallego,cogiéndole la cara con las dos manos:“¿Pero sabes tú acaso lo que es lamuerte?”

A los que defienden la muerte como unasolución les haría la misma pregunta.¿Estáis tan seguros de que la muerte esun alivio, un consuelo, una especie decámara vacía donde el dolor o la culpa ola desesperación no persisten? ¿Cómopodemos recetar un remedio tan miste-

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rioso, tan inseguro, tan fuera de nuestrocontrol?

Insisto, la vida es el mundo de las posi-bilidades. Mientras hay vida algo sepuede hacer. En ese sentido planteo elsiguiente punto.

4. La eutanasia es un fracasocolectivo

Las sociedades que están legalizando laeutanasia deben preguntarse en quélugar les deja. ¿Cómo no sentir una sen-sación de fracaso, de no haber hecho losuficiente para que una persona recu-pere las ganas de vivir? En el fondo, plan-tear la muerte como una soluciónposible, nos hace un poco cómplices.Tendríamos que analizar si detrás de laeutanasia no hay una coartada socialpara dar solución fácil a estos casos desufrimiento intolerable que nos dejan enevidencia. El testimonio de muchas per-sonas que viven su dolor de una formaheroica y con sentido nos deja siemprela duda de si lo intolerable depende dela actitud de fondo de la persona y de lacapacidad que ésta tenga de darle sen-tido. Antes de proponer la eutanasiacomo solución final, ¿por qué no intentarrodear al que sufre de todos los cuida-dos tanto médicos y físicos, como afec-tivos y morales, para que retome elsentido de su propia vida?

5. La muerte se contagia

Igual que se está contagiando esta cul-tura de la muerte, o del “descarte” comodice el Papa Francisco, el suicidio y la eu-tanasia también se contagian. De hecho,los medios de comunicación tienen unpacto no escrito para no publicar los sui-cidios, sobre todo de jóvenes, pues sesabe que es un comportamiento fácil-mente imitado. La eutanasia es práctica-mente un suicidio. Plantearlo como underecho, como algo legal, incitaría a mu-chas personas a valorarlo como una so-lución, como una posibilidad. Detrás deesto habría también que hablar del ladooscuro, de la economía y los interesesque la muerte puede generar en una in-dustria eutanásica. La práctica de los cuidados paliativos podría tornarsedemasiado poco rentable frente a la eli-minación del sujeto. Por no hablar delsufrimiento que genera el deseo de moriren el entorno del paciente: familiares yamigos que se sienten impotentes paradar sentido a sus seres queridos. ¿Cómose puede vivir con esa carga? ¿Quién nose desgarraría el alma con la duda de sihizo lo suficiente?

Frente a la reivindicación del derecho a unamuerte digna, propongo la apuesta pordignificar la persona incluso cuando éstatenga que sufrir. Muchas personas nos danejemplo en esto. Ellas son la prueba másevidente de que la vida merece la pena in-cluso cuando ha perdido calidad. ■

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H. JAVIER LÓPEZ MARTÍNEZ, scj

España es una “sociedad con canas” y esto es bueno

En España cada vez vivimos más y mejor. A nuestro país “leestán saliendo más canas”, y ésta es una buena noticia. Cadavez son más las personas mayores en nuestras familias.Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Esta-dística, en enero de 2013 había en España más ocho millonesde personas mayores de 65, lo que supone un 18% de todala población; la esperanza de vida al nacimiento ha crecidoprogresivamente: en 2012 se situaba para los varones en 79,3años y en las mujeres en 85 años. Este aumento de la espe-ranza de vida ha producido un grupo de personas mayoresque, a pesar de estar fuera del mundo laboral, tienen

capacidades y recursos activos que les permiten participaren la actividad social y familiar.

El aumento de la esperanza de vida es un claro indicador delas mejoras en calidad de vida y salud de los mayores. Comopromedio, una persona que se jubila a los 65 años tiene pordelante 15 o 20 años más de vida en función de que sea hom-bre o mujer. Son muchos años, y la mayoría de las personaslos emplea viajando, cuidando a sus nietos… o disfrutandode sus aficiones cualesquiera que éstas sean.

Solemos pensar que hacerse mayor implica pérdidas de todotipo: biológicas (peor visión, más dificultades para moverse,peor memoria…), sociales (menos amigos, menor poderadquisitivo…), psicológicas (se tiene peor carácter, menosaguante…), pero lo cierto es que los datos sobre el enveje-cimiento indican que el desarrollo en la vejez es multidirec-

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cional, multidimensional, plástico. No exis-ten trayectorias únicas del desarrollo, ya quese producen continuidades y discontinuida-des.

Durante muchos siglos hemos vivido pen-sando que eran ciertas las afirmaciones delmachismo (que defienden la superioridad dehombres frente a las mujeres), o del racismo(que defienden la superioridad de unasrazas frente a otras). Superados estos“ismos”, en la actualidad sigue desgraciada-mente vigente el “edadismo” o discrimina-ción en función de la edad. Quienes piensanque envejecer es perder, que la vejez solotiene implicaciones negativas están siendo‘edadistas’, sufren de un prejuicio no basadoen la realidad, pues lo cierto es que en cual-quier momento de la vida de una personapueden encontrarse logros positivos y nega-tivos. La vejez, como todas las demás etapasde la vida, implica siempre pérdidas y ganan-cias, crecimiento o incremento, y declive odecadencia.

Para contrarrestar una visión negativa delenvejecimiento, la misma ONU ha defendidoel concepto de envejecimiento exitoso oactivo como término para aproximarse auna idea positiva de la vejez y orientar polí-ticas que fomenten un envejecimiento posi-tivo (WHO, 2002). Trata de entender elenvejecimiento no como un momento ais-lado del resto de la vida, ni caracterizadosólo por el deterioro, la pérdida y el declive,sino como una etapa más del desarrollo que,como las anteriores, implica tanto pérdidascomo ganancias.

Cuando al pianista A. Rubinstein, a sus 80años, le preguntaron en una entrevista detelevisión cómo era capaz de mantener a su

edad tal nivel de ejecución en el piano, aludióa la coordinación de las tres estrategias. Pri-mero, ejecutaba menos piezas (selección);en segundo lugar, practicaba esas piezasmás a menudo (optimización); finalmente,contrarrestaba su pérdida en velocidad me-cánica usando una especie de manejo de im-presiones, como la de ejecutar más lenta-mente que antes partes rápidas paraconseguir que estas últimas pareciesen másrápidas (compensación). Si nos preguntamosa nosotros mismos, todos somos capacesde observar en las personas mayores denuestra familia esta capacidad de selección,adaptación y compensación en las activida-des de la vida cotidiana.

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la población de Navarra y La Rioja juntas. Escomo si todos los que se apellidan Fernán-dez en nuestro país fuesen cuidadores.

Cuidar es una conducta tan natural comoaprender a vestirse o a caminar. De algúnmodo, todos somos cuidadores y personasque son cuidadas. En el transcurso de nues-tras vidas inevitablemente ejercemos ambospapeles. Sin embargo, aprender a ser un cui-dador no es algo automático y, algunasveces, no resulta nada sencillo.

En la mayoría de las ocasiones, cuando unmayor enferma, dentro del sistema familiarde esa persona, hay un cuidador principalque asume las más importantes tareas decuidado, con las responsabilidades que elloacarrea; además, es percibido por los res-tantes miembros de la familia como el res-ponsable de asumir el cuidado del enfermo,sin que generalmente haya llegado a desem-peñar ese papel por un acuerdo explícito dela familia, y sin que se perciba remuneracióneconómica alguna por sus tareas.

El cuidado informal juega un papel esencialen la atención a los mayores dependientesen nuestro país, ya que contribuye a rellenarlagunas y carencias de las redes socio-sanita-rias, y ayuda al “envejecimiento en casa”,objetivo deseado tanto por las administracio-nes como por la mayoría de los mayores quenecesitan de la ayuda de una tercera persona.

Pero cuidar a un familiar mayor no siemprees fácil y en numerosas ocasiones suponeuna notable fuente de estrés que incrementael riesgo de padecer diversos problemas fí-sicos, así como importantes alteracionesemocionales. Y pese a que no siempre bus-can ayuda médica para sus propios proble-mas de salud, lo cierto es que los cuidadores

Enfermedad, dependencia y cuidados

Con todo, no se puede obviar que la vejezconlleva ciertas limitaciones físicas. Hay unporcentaje de personas mayores dependien-tes que necesitan ayuda para desarrollar suvida cotidiana. De hecho, los datos obteni-dos por el estudio IMSERSO en 2005 indicanque en el 5,1% de los hogares españoles(725.870 hogares) viven personas que pres-tan ayuda a personas mayores de 60 añosen tareas de la vida cotidiana que no puedenrealizar por sí mismas, estimándose que elnúmero total de cuidadores informales (noremunerados) que atienden a estos mayo-res es de alrededor de un millón: casi como

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decisivas tanto las respuestas del cuidadorcomo el apoyo recibido, en orden a disminuirla sobrecarga por un lado y a aumentar lassensaciones de satisfacción por la ayuda queel cuidador dispensa por otro.

Fallecimiento del ser querido:hacer duelo

Duelo viene de “dolus” que en latín significadolor. Estar de duelo, por tanto, significasentir dolor por una pérdida. Debe señalarseque cada cual tiene su propia manera deadaptarse a la ausencia de cada uno de susseres queridos; esto es, de dar el paso de loque le gustaría que fuese (que continuasenviviendo) a lo que es (que realmente ya noestá vivo); y que no todos, ni en todas lasocasiones, experimentan las mismas reac-ciones ante el fallecimiento de un familiarmayor. El duelo es una experiencia a la vezuniversal y única. Es, además, una experien-cia intransferible, pues podemos compren-der el dolor del otro, pero no sentirlo en sumisma intensidad. El duelo, incluso más quecualquier otro sentimiento, implica el encon-trarse a solas con uno mismo.

Es importante que no se considere comoanormal una gran cantidad de manifestacio-nes que son absolutamente adaptativas enel duelo, a saber, ciertos sentimientos (tris-teza, enfado, culpa, autorreproches, ansie-dad, soledad…), ciertas sensaciones físicas(vacío en el estómago, opresión en el pechoo garganta, hipersensibilidad al ruido…),ciertos pensamientos (incredulidad, confu-sión, escuchar al difunto como si estuvieravivo o tener la sensación que se le oyepasear en su habitación o en otro lugar dela casa…) y ciertas conductas (trastornosdel sueño o alimentarios, hiperactividad…).

presentan en numerosas ocasiones proble-mas osteomusculares, cardiovasculares, gas-trointestinales, respiratorios y dermatológi-cos. Sin olvidar que cuidar también repercuteen la salud mental, especialmente en un in-cremento relevante de los niveles de ansie-dad y depresión, así como en una mayor in-gesta de psicofármacos para paliar estosproblemas. No obstante, no todo son efec-tos perjudiciales sino que también los cuida-dores experimentan sentimientos positivosasociados al desempeño de su rol: se sientensatisfechos por la tarea realizada, experi-mentan un crecimiento personal, creen quees una oportunidad para devolver al familiarmayor lo mucho que él ha hecho antes porquien ahora le cuida… En la mejor adapta-ción de los cuidadores a una situación po-tencialmente estresante, como es la queellos tienen que afrontar día a día, jueganun papel muy importante las respuestas, lasreacciones que se lleven a cabo y la ayudade la que se disponga. De hecho, resultan

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Ahora bien, hay que advertir que si estasmanifestaciones son extremadamenteintensas, frecuentes y duraderas, son indi-cadoras de un duelo complicado o patoló-gico. También nos encontraríamos con unduelo complicado cuando todos estos sen-timientos, sensaciones físicas, pensamientosy conductas, que resultan adaptativos trasel fallecimiento del ser querido, se presen-tan no en ese momento, sino que se desen-cadenan ante un problema posterior. Endefinitiva, el duelo es patológico cuandointerfiere sensiblemente en el funciona-miento general de la persona, comprome-tiendo su salud, bien sea poco después delfallecimiento de la persona mayor querida,bien transcurrido un gran periodo de tiempodesde su muerte.

Son cuatro las tareas a llevar a cabo cuandofallece un familiar mayor. Primero, aceptarla realidad de la pérdida; por muy previsibleque sea el fallecimiento de un familiar, siem-pre hay una cierta sensación inicial de queno es real lo que ha pasado. Segundo, tra-bajar las emociones y el dolor de la pérdida.Tercero, adaptarse a un medio en el que elfallecido está ausente. Cuarto, recolocaremocionalmente al fallecido y continuarviviendo; no se trata de olvidar, sino que elrecuerdo del ser fallecido no impida sentirsecómodo y volver a vivir la propia vida.

Pasar de estar centrados en la muerte, en elmorir (en lo que se ha perdido y los senti-mientos dolorosos que se experimentan enesos momentos) a estar centrados en lavida, en el vivir (en lo que se es y se tiene,y en el ser capaces de amar), que cicatricenlas heridas, aceptar intelectual y emocional-mente la pérdida, reconstruir la vida y su sig-nificado… no es un proceso fácil. Esto esespecialmente cierto cuando han sido

muchos los años que se ha vivido con el serquerido, como ocurre en las parejas en lasque, después de “toda una vida juntos”,fallece uno de los cónyuges. Con todo, tienesentido vivir centrados en la vida.

A modo de conclusión

Además de los valores trascendentes y espi-rituales, ayudan a las personas mayores avivir una vida con sentido las cosas quehacen (valores de creación) y las experien-cias de las que pueden disfrutar (valoresexperienciales). Pero en ocasiones no pue-den hacer nada, ni disfrutar nada, y esentonces cuando entra en juego la actitudcon la que viven los acontecimientos.

Las personas mayores contemplan su vidapasada bien como una experiencia llena desentido, productiva y dichosa, o como unagran decepción llena de promesas incumpli-das y metas no realizadas. Las experienciasde la propia vida y cómo uno afronte estaúltima etapa determinarán el resultado decómo vivimos nuestra vejez. ■

Para saber más:

• Crespo, M. y López, J. (2007). El estrés en cui-dadores de mayores dependientes. Cuidarsepara cuidar. Madrid: Pirámide.

• López, J. y Martín, E. (2011). Los modelos deconducta familiar y social transmitidos a travésde la educación familiar. Madrid: UniversidadSan Pablo CEU. ISBN: 978-84-92989-41-6.

• López, J. y Noriega, C. (2012). Envejecimientoy relaciones intergeneracionales. Madrid: Uni-versidad San Pablo CEU.

• López, J. y Quintero, A. (2010). Acompañara las familias en el duelo de un ser querido.ITER, 51, 155-174.

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H. MIGUEL ÁNGELMILLÁN ATENCIANO, scj

En el verano del año 2012 llegaba a nuestras carteleras la películaElefante Blanco, una coproducción hispano-argentina realizada por unjoven director argentino, Pablo Trapero (1971), con la intención de pre-sentarnos el lado degradante de la deshumanización en las llamadasvillas bonaerenses. Entre los distintos temas que sobresalen en el filmdestaca particularmente la labor socio-pastoral de los “curas villeros”que prestan su asistencia humano-religiosa en estos asentamientoschabolistas que circunvalan la ciudad de Buenos Aires. La película sos-tiene un claro trasfondo sociohistórico reflejado en la labor ejercidapor parte del P. Carlos Múgica en la parroquia de Cristo Obrero de lavilla 31. Este sacerdote fue asesinado en Argentina en la turbulentadécada de los setenta por fuerzas paraestatales, y se le rinde un sentidorecuerdo en distintas secuencias del film por su infatigable servicio alos desheredados.

Tal vez nos llame la atención que un director que afirma ser no creyentetenga interés en contar la vida de fe y las vivencias laborales de ungrupo de sacerdotes insertos en los poblados chabolistas que se cons-tituyeron durante la dictadura de Jorge Videla. Estas villas fueron “ocul-tadas” con un muro para el intrépido turista que se acercase a festejar

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los hitos de su selección durante la celebra-ción del Mundial de fútbol de Argentina del78. Desde la primera secuencia, la películanos sorprende por el marcado realismo desus imágenes, así como por la lúcida refle-xión sobre la dura condición humana deestos arrabales desangelados donde con-trasta la labor caritativa de los sacerdotesque viven en lugares donde nadie libre-mente lo haría. Lejos de amainarse o deescatimar esfuerzos en un trabajo desgasta-dor hasta el extremo, ellos conforman elhálito de esperanza frente a un entornomarcado por la violencia, el consumo de dro-gas, la delincuencia, la pobreza, el analfabe-tismo... en definitiva, un entorno marcadopor una cultura de la muerte que impide laplena realización del hombre.

Nos encontramos ante un drama de texturasocial que refleja un modelo de pobreza glo-bal que ha interpelado a la propia doctrinasocial de la Iglesia, cuyo principal interés esintervenir a favor de la dignidad del hombre

frente a cualquier medio de deshumaniza-ción. Una doctrina social de la Iglesia endonde confluyen el significado del mensajeevangélico y la historia humana, con el firmepropósito de ayudar a la comunidad de hom-bres y mujeres a encontrar su verdaderoespacio de realización.

El enigmático título de Elefante Blanco llamala atención de cualquier espectador, pregun-tándose por el origen del mismo: respondea la frustrada utopía de erigir una colosal edi-ficación que sirviese como recinto hospita-lario en una de las barriadas chabolistas deBuenos Aires a finales de los años 30. Comomuchas otras promesas, la intención dealbergar un centro hospitalario se quedófinalmente en una mole a medio construir,olvidada por todos, siendo éste el espaciocentral en el que los excluidos malviven ensus duras condiciones existenciales.

El título es una metáfora de los malogradosintentos de progreso que quedan truncados

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por promesas sociales gubernamentales nofinalizadas, impidiendo una continuación yun mantenimiento que repercuta en un cre-cimiento humano y, por ende, en una dimen-sión social, como es el afán de los sacerdotesde poder dotar a la villa de viviendas dignas.Se agradece que el séptimo arte tenga enconsideración, con sus logros y desaciertos,su capacidad de focalizar en el centro de lapantalla la existencia humana, aunque éstase encuentre expuesta al naturalismo socialde las villas o ranchos, tal como se nos pre-senta en el propio film, que emplea a vecinosreales de estas villas como actores secunda-rios y extras. Un intento que, por otra parte,ayuda a denunciar el caos humano y socialal que están expuestas numerosas personasen los distintos lugares de la geografía mun-dial y, especialmente, en Latinoamérica. Estavisión extremadamente realista es clara-mente observable en los numerososplanos-secuencia del film, que dotan almismo de un fin descriptivo que familiarizaal espectador con el espacio físico de la acción.

Es una película que, si bien es cierto quepuede analizarse desde diversos prismas, enella prevalece el compromiso con los másdesfavorecidos y la experiencia de la fecomo medio indispensable para ser partí-cipe de un mundo en donde prevalece el tra-bajo vocacional (reflejado no solo en la laborde los sacerdotes, sino también de los coo-perantes, asistentes sociales…) frente aotros modelos más “racionales” o apropia-dos de realización humana.

En estos lugares, espacios físicos lacerantesdonde las heridas humanas son claramentevisibles (la explotación, las mafias, las dro-

godependencias… que se han adueñado delterritorio vital de tantos), se anuncia la laborsocial de la Iglesia en su afán por constituirvínculos humanos que nos permitan tambiénacercarnos a los lugares físicos más periféri-cos, no solo de las grandes megápolis, sinoa los de la reconstrucción humana personal.Esta intención ha sido visiblemente compar-tida por el Papa Francisco, gran conocedordel que fuese su lugar de misión como arzo-bispo de la ciudad de Buenos Aires, dondereforzó la presencia de “curas villeros” queasisten a los poblados chabolistas en los quese calcula que pueden estar viviendo entorno a dos millones de personas.

Elefante Blanco es una película que nos per-mite acceder al lado invisible de la deshuma-nización desde un ámbito latino, ayudándo-nos a repensar la importancia del trabajodesinteresado y el apoyo insustituible de lafe para contrarrestar la situación de deses-peranza de tantos miles de personas. Delmismo modo, nos presenta vivencias huma-nas con acentuado realismo desde la ásperaincomodidad de las villas. Son experienciasmarcadas por la falta de futuro, la desespe-ranza y una situación permanente de po-breza. El hecho de la que la valentía, osadía,atrevimiento o, lo más apropiado, la voca-ción lleve a un compromiso total de quienes,interpelados por la palabra de Dios, hacenvisible un vínculo humano reconocible en unlabor tan desinteresada como heroica es, sinduda, una referencia que llama la atención amuchas personas que, como el director defilm, admiran desde su no creencia la laboresperanzada de una Iglesia que no se reducea la celebración litúrgica sino que, desde ella,favorece el compromiso humano frente atoda pérdida de dignidad. ■

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Es proverbial la hospitalidad de los pue-blos de oriente que, los pocos quesiguen viviendo de forma seminómadaen el desierto, aún hoy ofrecen a losextranjeros. Sin embargo, más allá de loaventurero de esta tradición, es ciertoque la acogida del que viene de fueraencierra siempre algo de sospecha oamenaza a la propia intimidad personal,familiar o social que no siempre estamosdispuestos a asumir.

La Biblia, que nace en este contexto,llama a menudo la atención sobre el pe-ligro de dejar entrar en el pueblo elemen-tos extraños que puedan socavar, sobretodo, la integridad de la fe de Israel. Sinembargo, más allá de este principio ge-neral, encontramos numerosos encuen-tros personales donde esa hospitalidadoriental supera toda barrera y, entonces,la acogida aparece como una oportuni-dad de vida, a menudo sorprendente ydesbordante. Baste recordar la actitudde Jesús hacia los extranjeros, tanto ensentido literal como a los excluidos aún

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palabras que generan vida 33

P. PEDRO IGLESIAS CURTO, scj

dentro de la propia sociedad judía, quedesemboca siempre en un cambio radicalde vida, sea de conversión (como acon-tece con la samaritana) o de, literal-mente, una nueva vida (como en el casode la hija de la mujer sirofenicia).

Sin embargo, es en el Antiguo Testa-mento donde encontramos algunos delos ejemplos más explícitos donde la aco-gida, aún a pesar de la desconfianza ini-cial, genera una vida inesperada. Lahistoria de Abrahan nos ofrece al res-pecto un sugerente ejemplo en la aco-gida de aquellos tres hombres que seacercan a su tienda junto al encinar deMambré (Gn 18,1-16). La premura en hos-pedar y compartir lo mejor de su casacon aquellos extraños desemboca enuna noticia sorprendente: Abraham ySara tendrán un hijo, el hijo de la pro-mesa. Pero, además, Abraham acaba des-cubriendo que en aquellos hombres harecibido al mismo Señor en su casa, unaconvicción que siglos más tarde asumirásan Benito cuando insta a sus monjes a

acoger a todos los huéspedes que lle-guen al monasterio “como al mismoCristo” (Regla 53,1).

En un contexto más dramático, ante lahambruna que asola Israel, el profetaElías pide hospitalidad y comida a unamujer de Sarepta, viuda y sin apenasrecursos (1Re 17,8-24). La actitud del pro-feta resulta brutal. Y, sin embargo, seráesta capacidad de acoger, aún arriesgán-dolo todo, lo que hará posible la vidapara la mujer y su hijo, allí donde parecíaque ya no quedaba esperanza.

Hoy vivimos tiempos de aún mayor des-confianza frente a lo distinto y lo extran-jero. Se levantan vallas y se intensificanlos controles para protegernos de cual-quier amenaza. Pero, al mismo tiempo,perdemos la oportunidad de descubrirla riqueza que puede ofrecer la acogida.Quizá es tiempo de arriesgar y de recibira quien llama a nuestra puerta. Puedeser Dios mismo que nos ofrece, a cambiode nuestra acogida, una vida inesperada.

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34 la revolución de Francisco

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MONS. CLAUDE DAGENS

Un año después de la elección, ¿a dónde nos conduce el papaFrancisco? Antes de afrontar los temas de la reforma indicaré doselementos: Bergoglio no ha dejado de aprender a través de laspruebas y las responsabilidades; es un hombre del postconcilio.

Un ser humano, sea quien sea, es siempre un misterio también asus propios ojos y lo es aún más para los demás. En su exhortaciónapostólica Evangelii gaudium, el papa Francisco insiste en el «artede acompañar» las personas «para que cada uno aprenda a quitarse

Mons. Claude Dagens es obispo de Angoulême y académico de Francia.Se pregunta en nuestra revista Testimoni (5/2014,25-27):

¿estamos preparados para responder a sus llamadas?¿Nos damos los medios para comprender de verdad lo que nos dice?

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las sandalias ante la tierra sagrada delotro». Es la misma actitud de respeto laque le inspira las respuestas a propósitode las personas homosexuales: «si unapersona homosexual es de buena volun-tad y está en búsqueda de Dios, yo nosoy nadie para juzgarla. Diciendo esto hedicho lo que dice el Catecismo… Unavez, una persona de manera provocativa,me ha preguntado si aprobaba la homo-sexualidad. Entonces le respondí conotra pregunta: “Dime: Dios cuando miraa una persona homosexual, ¿aprueba suexistencia con afecto o la rechaza con-denándola?”. Es necesario considerarsiempre la persona» (Civiltà Cattolica, 19de septiembre de 2013).

Aprender de la vida

Jorge Mario Bergoglio se ha definidocomo un poco «astuto», maniobrador y,sobre todo, «como un pecador al cual elSeñor ha mirado». Pero lo que se percibea través de su recorrido en Argentina esque debió afrontar pruebas múltiples: laprueba de la enfermedad, cuando era aúnjoven, conociendo por experiencia la fra-gilidad del cuerpo. Pero debió superarotras dificultades, de orden moral, unidasa su responsabilidad como joven provin-cial de los jesuitas. No tenía más que 36años y debía ejercer el discernimiento res-pecto a algunos de sus hermanos durantela dictadura del general Videla, recha-zando la ideologización del cristianismoy de la Iglesia. Me parece un elementoconstitutivo de su persona y de su acción:el rechazo de las ideologías, es decir, delos sistemas de pensamiento cerrados en

sí mismos y el rechazo de que el catoli-cismo sea utilizado como ideología.

La actitud de un pensar anti-ideológicoes en este hombre inseparable de su ex-periencia humana y pastoral. Al regresode un año de estudios en Europa (Ale-mania), este jesuita ejerció muchos añosen Córdoba (Argentina) el ministerio deconfesor y director espiritual. Se intuyeque aprendió mucho, como todo pastor,a través del encuentro de las personasque acogía, escuchaba y aconsejaba.Aprendió a afrontar los casos (casuís-tica) en el mejor sentido de la palabra,es decir, «el arte de juzgar caso por casoy de poder discernir qué es lo mejor ahacer para una persona que busca a Diosy su gracia». Convertido en papa Fran-cisco, este jesuita, que ejerció el minis-terio de confesor, desea que la Iglesiaentera no dé ante todo respuestas dis-ciplinares a las cuestiones más sensibles,sino que sepa partir resueltamente delo que es esencial, es decir, de la bús-queda de Dios y del encuentro personalcon Cristo. El cardenal Bergoglio ejerciósu ministerio de obispo durante los añosextraordinariamente turbulentos de ladictadura “populista” de Perón y de suesposa Evita, seguidos de la dictaduramilitar del general Videla y después delpoder autoritario de Nestor Kirchner yde su esposa Cristina. Pastor y obispofue fiel a sí mismo: no hizo declaracionespolíticas, no se casó con ninguna parte,actuó en nombre de Cristo y de su Evan-gelio, que llama a bautizados y pastoresa ser “sal de la tierra y luz del mundo”.Padeció calumnias y humillaciones. Lasafrontó sin ceder a la resignación y diri-

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giéndose a la conciencia de los respon-sables políticos y económicos con unareal vivacidad, como hizo en Evangeliigaudium (nn. 203-204).

Un laico italiano, que encontré en Romael octubre pasado, me dijo de él: «No esun hombre tranquilo». Esto no significaque sea “un deprimido”, sino un hombreque no nos dejará tranquilos, que no de-jará tranquila a la Iglesia y que no tienemiedo de afrontar su propia misión. Ellaviene de Cristo, lo une a nuestra comúnhumanidad; es capaz de afrontar innume-rables metamorfosis, en un clima de in-certidumbre, no de garantía. Un hombrey un papa con temperamento de apóstol:se sabe elegido y enviado por Aquel queha venido al mundo para «buscar y salvarlo que estaba perdido» (Lc 19,10).

Un tono diferente

Durante decenios, de Pablo VI a BenedictoXVI, la memoria del concilio Vaticano II hasido determinante en la vida de la Iglesiay en la acción de los papas. No se podíaimpedir a hombres que habían participadoactiva e inteligentemente en el concilio,como Giovan-Battista Montini, KarolWojtyla y Joseph Ratzinger, sentirse uni-dos a aquel acontecimiento histórico y ala renovación de la que quería ser fuente.Es necesario reconocer que, tras años deesperanza e incluso de euforia, aparecie-ron en la Iglesia tensiones reales relativasa la interpretación del concilio, recu-rriendo a un principio de continuidad or-gánica dentro de la tradición, pero tal veza un principio de distancia, si no de rup-tura, en relación a la misma tradición.

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38 la revolución de Francisco

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Con la distancia del tiempo es necesarioreconocer que las diferentes interpreta-ciones vertían sobre algunos textos par-ticulares del concilio, no solo el decretosobre la libertad religiosa (Dignitatis hu-manae) sino, sobre todo, la constituciónsobre la Iglesia en el mundo actual: Gau-dium et spes. Por decirlo brevemente, setrata de la relación entre el hombre,Cristo y la Iglesia. ¿Es necesario partir delhombre y de sus problemas para llegaral misterio de Cristo, según una perspec-tiva inductiva y de tipo ascendente? ¿Omás bien partir resueltamente del mis-terio de Cristo y afirmar la novedad radi-cal de la revelación cristiana, según unalínea deductiva y descendente? Fuerzoun poco los trazos, pero no puedo dejarde pensar que tales esenciales reflexio-nes hayan inspirado mucho tiempo a mu-chos espíritus y a muchas direccionespastorales. Juan Pablo II y Benedicto XVIhan buscado superar los conflictos de-volviendo al centro la referencia a Cristo,sea en la teología que en la misión.

Pero con el papa Francisco hay un tonodiferente, un desplazamiento de perspec-tivas. Sobre el surco de la tradición cris-tiana y de la espiritualidad ignaciana,afirma la centralidad de Cristo y llama atoda la Iglesia a descentrarse de sí mismapara volverse a Cristo. Pero no se remitea la memoria del concilio por la simple ra-zón de que no participó en él. Si subrayafuertemente la relación íntima con el mis-terio de Cristo, el misterio del hombre yla misión de la Iglesia, lo hace espontáne-amente. No es que sus predecesores lohayan hecho solo por la vía teórica, sinoque él, en razón de su propia experiencia

pastoral y espiritual, tiene conciencia nosolo de deber corregir algunas perspecti-vas teológicas, sino sobre todo de eviden-ciar los desafíos que tocan lo esencial. Esasí más libre para partir de Cristo y de la«alegría del Evangelio». Y, si tal vez su ros-tro es serio, se siente en él una resoluciónfeliz, un ímpetu para comunicar, una firmevoluntad para convencer y envolver, unaverdadera pasión (EG n. 271).

Las reformas necesarias

¡Ahí tenemos al hombre y al papa traba-jando para motivar a toda la Iglesia a un

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gran compromiso de reforma y de dis-cernimiento! Hay reformas necesarias,urgentes y ya tardías, como la reformade la curia romana y de los diversos mi-nisterios o dicasterios, que tienen aún latendencia a pensarse como órganos cen-trales de un sistema de poder para el go-bierno de todas las Iglesias locales (dió-cesis y obispos).

Ante todo a este nivel, que no es solo or-ganizativo, se impone la reforma. Esa serefiere tanto a las conciencias como a lasinstituciones, una verdadera revoluciónporque se trata de disolver un espíritu decorte de reyes que inspira a los adulado-

res, es decir, hombres (porque son casiexclusivamente varones) complacienteshacia sus superiores para realizar sus pro-pias ambiciones, hacer carrera con un cur-sus honorum satisfactorio, ofreciendo sa-crificios a lo que el papa Francisco llamala mundanidad de la que desmonta susmuchos mecanismos (EG n. 95).

Se advierte en el papa Francisco la impa-ciencia de conducir y reconducir la Igle-sia, sus pastores y todo el pueblo de losbautizados, por el terreno de nuestra hu-manidad común, dentro de la historia«que es gloriosa, porque es historia desacrificios, de esperanza, de lucha coti-

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diana, de vida ofrecida en el sacrificio,de constancia en el trabajo fatigoso…»(EG n. 96).

A la lucha contra la mundanidad se añadelo que ya es claro para el papa Francisco:es necesario que las estructuras eclesia-les en el Vaticano aprendan a trabajarjuntas, superando la actual separación ylas especializaciones de cada una. Llegael momento –y para las finanzas ya hacomenzado– en el que será necesarioabatir muros divisorios y suscitar flujosinformativos recíprocos, concertacionesreales, colaboraciones efectivas en lostrabajos y en los proyectos. La comunióneclesial se practica también en lo que sellama «palacio apostólico», a fin de quelos hombres –y pronto cada vez más nu-merosas mujeres– que allí trabajanaprendan la confianza recíproca, la con-

ciencia de ser enviados en misión dentrode la Iglesia apostólica, que es muchomás que una multinacional.

«En salida», «misericordia»

Es muy bello y sin duda excepcional elarte de Francisco de pasar de la interio-ridad más profunda al compromiso pú-blico, del corazón de Dios a las periferiasexistenciales. Una de las palabras quemás usa es “salir”, verbo que expresa unmovimiento de dentro a fuera, con todoslos riesgos añadidos (EG n. 49). Basta re-cordar el viaje a Lampedusa, isla al bordedel Mediterráneo, hacia donde conver-gen los huidos de los países del Magreb,hombres y mujeres que escapan de la mi-seria y de la violencia que los europeostenemos miedo en ocasiones de acoger.

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El papa Francisco no es solo portadorde proyectos de reformas estructurales.Ejerce una verdadera y propia misiónprofética. Advierte de la incerteza denuestras sociedades y de su riesgo dehacerse inhumanas. Hace todo lo quepuede para que la vida cristiana sea re-almente una lucha para hacer el mundomás humano y más digno de Aquel quelo crea desde siempre y que renueva consu misericordia.

La palabra misericordia, a menudo des-valorizada y despreciada, toma o re-toma en su voz y en sus gestos la pro-pia fuerza original. He presidido elpasado diciembre la solemne sesión dereinicio de los trabajos de la Academiafrancesa. Ofrecí un discurso sobre lavirtud. Poco antes había leído la exhor-tación apostólica Evangelii gaudium.Con cuánta alegría he transformado elelogio de la virtud en el de la miseri-cordia, apoyándome en el papa Fran-cisco y su referencia a Santo Tomás (EGn. 37). Insiste desde el inicio de su pre-dicación: «Dios no se cansa nunca deperdonar, somos nosotros quienes noscansamos de pedir perdón», «No debe-mos tener miedo de la bondad y de laternura», sea de Dio, o sea nuestra, delos unos hacia los otros.

¿Son apelaciones fáciles? No lo creo yme pregunto. Más allá de la actual ad-miración por el papa Francisco, ¿se hamedido la amplitud del trabajo en el quecompromete a la Iglesia a la que pide, apartir del corazón de Dios, ir hacia lasque indica como las periferias de la exis-tencia? Se debe comenzar por el discer-

nimiento, no de los cambios curiales ode la doctrina moral, sino de cuantoDios espera de nosotros para nuestrotiempo, dando importancia a la duracióny a la maduración que ella puede favo-recer (EG n. 223).

Esta es la manera de pensar y actuar delpapa Francisco. Sin precipitaciones, peroresueltamente, con la certeza de que eltrabajo de Dios se cumple a través denuestras palabras y nuestras acciones. Anuestro cargo queda el discernimientosobre el trabajo de Dios, que nos superainfinitamente, si bien pasa a través denosotros.

Una última palabra en forma de narra-ción. Encontré al papa Francisco al tér-mino de una audiencia en octubre pa-sado. Le manifesté mi reconocimiento,mi afecto y mi oración. Tomó mis ma-nos en las suyas. Vi en sus ojos aten-ción, bondad y una cierta inquietud:«¿Cómo podrá ocurrir todo esto? Recepor mí». Me pregunto: más allá de lasemociones inmediatas, ¿estamos deverdad preparados para responder asus peticiones? ¿Nos damos los mediospara comprender de verdad lo que nosdice? No es extraño que algunos expre-sen ya sus reservas e incluso su des-acuerdo. Pero si deseamos que la Igle-sia de Cristo testimonie el Evangelio,¿aceptamos que el papa sea uno de losgrandes testigos de esta coherencia vi-tal? Es la hora de salir de nuestrosueño, la hora de participar, cada unoen su lugar, en esta etapa de renaci-miento cristiano, sabiendo que estarállena de pruebas. ■

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42 León Dehon y su apostolado social

orar en lo secretoLeón Dehony su apostolado social

Introducción

El P. Dehon ejerce su apostolado social en Saint-Quentin, donde es nombrado vicariode la parroquia que tiene su sede en la Basílica de la ciudad. En el contacto con larealidad social descubre que el sacerdote no puede, ni debe, permanecer encerradoen la sacristía. Ante la abrumante necesidad social y religiosa que inunda toda la ciudadlleva a cabo algunas iniciativas concretas: Patronato San José, Colegio San Juan, perió-dico Le Conservateur de L’Aisne. De esta forma, intentó paliar las carencias socialesque le rodeaban.

Del libro del Profeta Isaías (58, 6-12)

Este es el ayuno que yo amo –oráculo del Señor–:soltar las cadenas injustas,desatar los lazos del yugo,dejar en libertad a los oprimidosy romper todos los yugos;compartir tu pan con el hambrientoy albergar a los pobres sin techo;cubrir al que veas desnudoy no despreocuparte de tu propia carne.Entonces despuntará tu luz como la auroray tu llaga no tardará en cicatrizar;

“La verdad y la caridad han sido las dos grandes pasionesde mi vida, y no tengo otro deseo que sean los dos únicosatractivos de la obra que yo dejaré, si Dios quiere”

(P. Dehon, NHV III, 98).

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en lo secreto 43

delante de ti avanzará tu justiciay detrás de ti irá la gloria del Señor.Entonces llamarás,y el Señor responderá;pedirás auxilio,y él dirá: «¡Aquí estoy!».Si eliminas de ti todos los yugos,el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambrientoy sacias al que vive en la penuria,tu luz se alzará en las tinieblasy tu oscuridad será como al mediodía.El Señor te guiará incesantemente,te saciará en los ardores del desiertoy llenará tus huesos de vigor;tú serás como un jardín bien regado,como una vertiente de agua,cuyas aguas nunca se agotan.Construirás sobre viejas ruinasy edificarás sobre cimientos muy antiguos;te llamarán reparador de brechasy restaurador de hogares destruidos.

ORACIÓN POR LA BEATIFICACIÓN DEL P. DEHON

Te damos gracias, Señor y Padre nuestro, porque por medio de tu Siervo León Dehonhas querido enriquecer a tu Iglesia con un nuevo carisma, haciendo de sus hijosprofetas y ministros de la reconciliaciónen el Corazón de tu Hijo. Te pedimos que hagas brillar en tu santa Iglesiaa tu siervo con la gracia y la luz de la beatificación.Y concédenos que su camino sea seguido por muchos y santos discípulos, que lleven de un confín al otro del mundo, mediante la oblación de sí mismos, el amor del Corazón de Cristo, inagotable manantial de salvación. A Ti la alabanza y la gloria por los siglos de los siglos. Amén. ■

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…y ella le convoca, le llama a reconocerse como hijode Dios. Ella se alegra en sus fiestas y le invitaa celebrar que Dios se ha fijado en cada unoy se ha quedado con nosotros. Ella anunciael camino nuevo que empieza, que empezamos,cuando partimos a encontrarnos con el BuenCompañero de camino. En ella, la Iglesia,celebra con todo hombre su vida.

P. Ángel Alindado Hernández, scj

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meditación 45

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• DossacerdotesmásJonathanMartínezGrajerayAlfonsoGonzá-lez Sánchez fueron ordenados sacerdotesporelarzobispodePamplona,D.FranciscoPérez,el7de junioen la iglesiaparroquialde Puente la Reina. Jonathan continuarátrabajandoenBahíadeCaráquez(Ecuador),mientrasqueAlfonsocomienzaestenuevocursounanuevaetapaenelcolegioysemi-nariodeVentadeBaños.Enhorabuenaalosdos.

• EncuentroNacionaldeLaicosDehonianosMásdeunatreintenadelaicosdehonianosproceden-tesdediversos lugaressereunierondel20al22dejunioenPuentelaReinaparacelebrarelsegundodesusencuentrosanuales.Fuerondíasdeintensacon-vivencia,dondeno faltaron la formación, lasvisitasculturales,laoraciónyelcompartirdeexperiencias.

• CapítuloProvincialDuranteunasemana,del1al6dejulio,losdehonia-nosde laProvinciaespañola, sehan reunidoparaafrontarlospróximosseisaños.Lasprincipalescon-clusionescapitularessonelfortalecerlapropiaiden-tidadcomoreligiososdehonianos,intensificarlavidacomunitaria,procurarquelascomunidadespuedanacompañaral jovenentodosuprocesovocacional,simplificar lasestructurasdeorganizaciónyanima-ción, y formaryacompañara los laicos implicadosenlamisión.Altérminodeestas intensas jornadastomó posesión el nuevo Gobierno Provincial queestaráalfrentedelaProvincialospróximostresaños.

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P. ALFONSO GONZÁLEZ, scj

• CampamentosdePrimariaySecundaria

LosniñosdeEducaciónPrimariaylosadolescentesdeEducaciónSecunda-riadelosdiferentescolegiosdehonia-nos españoles disfrutaron de unosdíasdeocioydecompartirlafeenelColegioySeminarioSagradoCorazónsituadoenVentadeBaños.Mientras,enelalberguedelSeminarioSanJeró-nimo de Alba de Tormes, más decientocincuentaycincoalumnosdePrimariadelColegioFrayLuisdeLeóndeMadriddisfrutarondeunosdíasdedescansoyconvivencia.

• CaminosdeSantiagoEndosturnos,primerodel8al18dejulioy tambiéndel18al28de julio,sendosgruposde jóvenesyprofeso-resdevarioscentrosdehonianoshanrealizado el Camino de SantiagosiguiendolarutadelNorte.Enamboscasos fueron días de reflexión, deponerelcorazónyelcuerpoaprueba,derecorreryhacerhistoria,comoyalohanhechomillonesdeperegrinos.

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• IIIEncuentrointernacionaldeEducadoresDehonianos

ReunidosenlaResidenciadehonianaSanFranciscoJavierdeValencia,losmásde60educadoresde loscentroseducativosdetodalaCongragacióndieronlospasosparaestablecerunaReddeEscuelasDehonia-nas.Entreel20y25de julio, lospartici-pantestambiénconocieronlaexperienciaeducativadeotrasentidades religiosasyvisitaronloscolegiosP.DehonenNovelda(Alicante)ySagradoCorazóndeSanJavier(Murcia).

• EncuentroEuropeodeJóvenesDehonianos

Entreel3yel10deagostosedesarrollóenPortugalesteencuentroquecongregóamásdeuncentenardejóvenesquevivensu feen losgrupos,parroquiasycentroseducativos de los dehonianos de todaEuropa.Bajoellema“Peaceisuptoyou”(Lapazdependedeti), los jóvenesrefle-xionaron,celebraronlafe,visitaronLisboa,Fátima,CoimbrayOporto,ydisfrutarondeuna sana convivencia compartiendo elespíritudehoniano.

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• ProfesiónPerpetuayconmemoracionesjubilares

EljovensalmantinonaturaldeVillo-ria,AntonioGarcíaRogado,queesreligiosodehonianodesde2007,hadadoelpasodefinitivoensuconsa-gracióncomo religioso. Lacelebra-ción tuvo lugar el pasado 27 deseptiembre en la parroquia Ntra.SeñoradelosDoloresdeSalamanca.Enlamismacelebracióntambiénsehizohomenajea lossiguientesreli-giosos:

Hno.ManuelGutierrez,por sus50añosdevidareligiosa.LosPP.BenjamínRamosyPabloJoséMuñoz,porsus25añosdevidareli-giosa.Los PP. Victorio Almodovar, ÁngelEzcurra,EvaristoJ.MartínezdeAle-gríaySimónReyesMartínez,porsus50añosdesacerdocio.LosPP.SalvadorElcano yValentínPérez,porsus25añosdesacerdocio.

• DespedidaybienvenidaenelNoviciado

LosjóvenesJoséGregorio,MarcoyLeo-marfinalizaronamediadosdeoctubresuetapaformativaenelNoviciado,des-puésdepasarmásdeunañoenSala-manca.Desdeahoracontinuaránprepa-rándoseenVenezuela,supaísdeorigen,dondeharán laprofesiónreligiosa.Asímismo, eldomingo12deoctubre ini-ciaroneltiempodeNoviciado,AlíyKito,venidosdetambiéndesdeVenezuela.

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SANVALENTÍN

Lenta,agobianteyaburridadiscurríahaciasufinallater-cerahoradeltratamientodeladiálisisenlaSalaB.Cadaenfermo en lo suyo, como rezumando resignación ypaciencia, cuando, cargado con unabrazada de rosasrojas,encendidasen sucolorvibrante,entróunenfer-meroque,comenzandoporelfondodelaSala,ceremo-nioso y reverencial, fue entregando a las féminasenfermasunaencendidarosa:“PorserhoylafestividaddesanValentínyel‘díadelosenamorados’...”

Sorprendidoysumamenteemocionadoporeldetalle,loaplaudícontodomicorazón.Hubounasegundavueltadelenfermero:estavezofreciendotambién,larosaalosvaronesque“noteníamosallíaotroquenoslohiciera”...

Yolarecibítambién,haciéndolesaberalenfermero:“EncuantollegueacasalallevaréalaCapilla,queesdondetengomiamor”.Comoasífue,enunvasodeaguaconunaaspirina...

Moralmenteenternecidoporeldetallecomprendícuántonos importaaunosenfermosprovectossentirnosaúnobjetodeestasmuestrasdecariñoque,añadidasa lasatencionesdiarias, justificanelapelativoconque llamoalosenfermeros/as:“nuestroscirineos”.

Porayudarnosa llevar, por lacallede laamarguradenuestraexistenciaenferma,lacruzdeunadolenciacró-nica,prácticamentesinretorno.

P.EusebioGómez,scj

El5dejuliode2014fallecíaennuestracomunidaddeNoveldaelP.EusebioVicenteGómezGarcía.Religiosodesde1945ysacerdotedesde1951,fueprofesor,misionero,arqueólogoyvibranteescritor.Comodespedidayrecuerdoreproducimosunodesusúltimosescritosenelqueofrecióunhomenajesentidoatodosaquellosquededicansuvida(profesional,familiarocomunitariamente)alserviciodelosdemásenlaetapadelaenfermedadylamuerte.

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