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ARTÍCULOS DE REFLEXIÓN Rev. Col. Anest. Agosto - octubre 2010. Vol. 38 - No. 3: 363-375 ¿Se definirá la controversia de publicar en español o en inglés por los méritos académicos? Will the controversy about publishing in Spanish or in English be solved on the basis of academic merits? Jorge Antonio Aldrete* Recibido: mayo 23 de 2010. Enviado para modificaciones: junio 7 de 2010. Aceptado: julio 13 de 2010. * MD anestesiólogo. Profesor emérito de la Universidad de Alabama, Birmingham, Estados Unidos. Doctor honoris causa por la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina. Miembro extranjero honorario de la Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires, Argentina. RESUMEN Este artículo debate la poca atención dada en li- bros de texto de anestesiología a las contribucio- nes originales que han hecho colegas de América Latina a esta disciplina médica; se mencionan los factores que probablemente hayan promovi- do este tipo de olvido inusitado. La posibilidad de que esas innovaciones hayan aparecido en publicaciones poco leídas en el exterior proba- blemente sea una de las causas, aunque hubo artículos que aparecieron en revistas reconocidas y publicadas en inglés, pero no fueron citadas apropiadamente, lo cual tiene poca justificación. Los nuevos parámetros que buscan evaluar los artículos usando conceptos de la medicina basa- da en la evidencia han presentado una perspecti- va diferente, ya que deben planear los protocolos por adelantado y hacer comparaciones entre di- versos grupos o con otros sujetos. En tales casos sólo se puede tener éxito si hay un análisis esta- dístico y comparativo más rígido. También surgió SUMMaRy This article discusses the meager attention giv- en in the anesthesiology textbooks to the origi- nal contributions made by Latin American col- leagues in this medical discipline, in addition to the factors that may have encouraged this unwonted neglect. One of the reasons could be that these innovations were published in jour- nals with limited readership abroad, though other articles were published in well-known English journals, but were inappropriately ref- erenced. The new parameters include the as- sessment of the new articles on the basis of “Evidence-based medicine” criteria requiring the prior submission of the protocol and making comparisons among various groups of against other subjects. Thus, success is only possible with a more stringent statistical analysis. A new criterion has emerged recently based on the number of bibliographic references to the title and the authors of the article that deter-

¿Se definirá la controversia de publicar en español o en inglés por los méritos académicos?

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Artículos de reflexión

Rev. Col. Anest. Agosto - octubre 2010. Vol. 38 - No. 3: 363-375

¿Se definirá la controversia de publicar en español o en inglés por los méritos académicos?

Will the controversy about publishing in Spanish or in English be solved on the basis of academic merits? Jorge Antonio Aldrete*

Recibido: mayo 23 de 2010. Enviado para modificaciones: junio 7 de 2010. Aceptado: julio 13 de 2010.

* MD anestesiólogo. Profesor emérito de la Universidad de Alabama, Birmingham, Estados Unidos. Doctor honoris causa por la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina. Miembro extranjero honorario de la Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires, Argentina.

RESUMEN

Este artículo debate la poca atención dada en li-bros de texto de anestesiología a las contribucio-nes originales que han hecho colegas de América Latina a esta disciplina médica; se mencionan los factores que probablemente hayan promovi-do este tipo de olvido inusitado. La posibilidad de que esas innovaciones hayan aparecido en publicaciones poco leídas en el exterior proba-blemente sea una de las causas, aunque hubo artículos que aparecieron en revistas reconocidas y publicadas en inglés, pero no fueron citadas apropiadamente, lo cual tiene poca justificación. Los nuevos parámetros que buscan evaluar los artículos usando conceptos de la medicina basa-da en la evidencia han presentado una perspecti-va diferente, ya que deben planear los protocolos por adelantado y hacer comparaciones entre di-versos grupos o con otros sujetos. En tales casos sólo se puede tener éxito si hay un análisis esta-dístico y comparativo más rígido. También surgió

SUMMaRy

This article discusses the meager attention giv-en in the anesthesiology textbooks to the origi-nal contributions made by Latin American col-leagues in this medical discipline, in addition to the factors that may have encouraged this unwonted neglect. One of the reasons could be that these innovations were published in jour-nals with limited readership abroad, though other articles were published in well-known English journals, but were inappropriately ref-erenced. The new parameters include the as-sessment of the new articles on the basis of “Evidence-based medicine” criteria requiring the prior submission of the protocol and making comparisons among various groups of against other subjects. Thus, success is only possible with a more stringent statistical analysis. A new criterion has emerged recently based on the number of bibliographic references to the title and the authors of the article that deter-

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el método basado en el número de citas bibliográ-ficas que se refieren al artículo, lo cual definiría el interés que los lectores tuvieron por el material, el planeamiento, el método y los resultados. Si hay interés por la publicación, se determina el “grado de impacto” que tuvo el artículo entre el grupo de lectores. Las probabilidades de éxito y la dinámi-ca que puedan atraer la atención de más lectores, sobre todo de otros países, dependerá de los te-mas presentados, la calidad de la investigación de los trabajos publicados en la Revista Colom-biana de Anestesiología y el grado de interés que originen en esos potenciales lectores.

Palabras clave: lenguaje, edición, ensayos, polí-ticas editoriales (Fuente: DeCS, BIREME).

INtRodUccIóN

Al revisar las contribuciones originales de los latinoamericanos a la medicina en general y a la anestesia en particular, prevalece cierta igno-minia al pasar por alto el hecho de que si se publica en el idioma original, ya sea español o portugués, en una revista médica local, se co-rre el riesgo de que tal contribución sea poco reconocida o desconocida. En algunos casos, la exclusión de hechos importantes realizados por latinoamericanos se atribuyeron a que sus innovaciones fueron publicadas en periódicos o revistas locales; entre esos hechos podemos en-listar los siguientes:

a. Pacifico Pereira (1), de Brasil, llevó a cabo en 1886 la escisión de un osteoma sublingual de la mandíbula usando como anestésico el éter aplicado tópicamente, aunque quizás tam-bién hubo una inhalación del mismo agente a la que pudo haberse agregado la congelación tópica por la vaporización del éter.

b. C. Restrepo (2), de Medellín, Colombia, llevó a cabo respiración boca a boca alternándo-la con la compresión de esternón y costillas para tratar un paro respiratorio.

c. En 1891, Teodoro Castrillón (3), después de medir la presión barométrica en Bogotá, Colombia (2.640 metros u 8.660 pies) su-girió que anestésicos como el éter deberían acompañarse de aire o de oxígeno; el mismo autor describió un caso de estimulación ex-

mines the level of interest of readers in the par-ticular publication. This interest is called the “impact factor” of the article among the group of readers. The probability of success and the dynamic conditions that may attract the atten-tion of a larger number of readers, particularly in other countries, will depend on the quality of the papers published by the Revista Colom-biana de Anestesiología (Colombian Journal of Anesthesiology) and the level of interest gener-ated in the potential readers.

Keywords: Language, publishing, essays, edito-rial policies (Source: MeSH, NLM).

INtRodUctIoN

A review of the contributions made by Latin Americans to medicine in general and anes-thesia in particular, evidences the ignominious reality of the fact that any contribution pub-lished in its original language, be it Spanish or Portuguese, in a local medical journal, runs the risk of being practically ignored or remain un-known. In some cases, important achievements by Latin Americans are neglected because their innovations were published in local newspa-pers or journals. Following are a few of these examples:

a. Pacifico Pereira (1), from Brazil, excised a sublingual osteoma from the lower jaw in 1886 using ether as topical anesthetic agent, though there could have been some inhala-tion of the same agent as well, in addition to topical freezing due to ether vaporization.

b. C. Restrepo (2), from Medellín, Colombia, performed mouth-to-mouth respiration al-ternating with sternum and ribs compres-sion to treat a respiratory arrest.

c. En 1891, Teodoro Castrillón (3), upon mea-suring the barometric pressure in Bogotá, Colombia (2640 m or 8660 ft) suggested that anesthetic agents like ether should be accompanied by air or oxygen; the same au-thor described a case of external myocardial stimulation (probably due to defibrillation) following a cardiac arrest during anesthe-sia, with successful resuscitation.

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terna del corazón (probablemente por desfi-brilación) después de un paro cardiaco du-rante anestesia, con resucitación exitosa.

d. En 1899, en Rio de Janeiro, los “narcotiza-dores” Fajardo y Pereira anestesiaron con cloroformo a María, mientras que Couto y Leal anestesiaron a Rosalina y con ello per-mitieron que el cirujano Álvaro Ramos sepa-rara a las mellizas xipófagas (4).

e. Luis Bernal (5), de Medellín, Colombia, pro-puso un protocolo en casos de paro cardia-co durante anestesia:

1. Cesar la administración del anestésico.

2. Colocar al paciente en posición de Tren-delenburg.

3. Insuflar a través de un tubo en la trá-quea de 7 a 10 veces/minuto

4. Abrir el tórax y dar un masaje al ven-trículo izquierdo.

f. De Souza (6), de Río de Janeiro, Brasil, des-cribió en 1944 la adaptación de un globito a una de las ramas de una llave de tres vías, con otra rama conectada al pabellón de una aguja; el globo se inflaba con aire conectán-dolo con el lumen de la aguja y, al avanzarla, cuando el bisel entraba al espacio peridural, se desinflaba el globo de inmediato, indican-do que la punta estaba en la posición desea-da. Esta ingeniosa adaptación en el resto del mundo se atribuye a Macintosh (7), quien en 1950 publicó un aditamento semejante.

Se puede aludir que la mayoría de estos casos fueron publicados en revistas locales en una época de poca distribución, por lo que la noticia tuvo poca difusión, lo cual es entendible.

Sin embargo, los siguientes ejemplos demues-tran casos de innovaciones que fueron publica-das en revistas de circulación internacional y que fueron pasadas por alto cuando se escribie-ron revisiones de técnicas especiales. Por ejem-plo, el trabajo de García Herreros (8), médico militar mexicano que en 1946 publicó 100 casos de anestesia regional intravenosa en la revista Anesthesiology, pero no fue citado en una revi-sión posterior (9).

d. In 1899, in Rio de Janeiro, the “narcotiz-ers” Fajardo and Pereira anesthetized Maria with chloroform, while Couto and Leal anes-thetized Rosalina and thus enabled the sur-geon Álvaro Ramos to separate the conjoint twins (4).

e. Luis Bernal (5), from Medellín, Colombia, suggested a protocol for cardiac arrest dur-ing anesthesia:

1. Stop the administration of anesthetic.

2. Place the patient in Trendelenburg po-sition.

3. Blow air through a tracheal tube, 7 to 10 times/min

4. Open up the chest and massage the left ventricle.

f. De Souza (6), from Río de Janeiro, Brazil, described back in 1944, the adaptation of a small balloon to one of the arms of a three-way valve, the other arm connected to a needle hub; the balloon was inflated with air, connecting it to the needle lumen and as the needle was advanced, when the bev-el entered the epidural space, the balloon was immediately deflated, indicating that the needle was in the right position. In the rest of the world, this ingenuous adaptation is attributed to Macintosh (7), who in 1950 published a similar instrument.

It can be argued that most of these cases were published in local journals at a time in which distribution was quite limited and thus the news had little dissemination. This is understand-able.

However, the following examples illustrate in-novations that were published in international journals but were disregarded when reviews on special techniques were written. For instance, the paper by García Herreros (8), a Mexican mil-itary doctor who published 110 cases of regional intravenous anesthesia in the journal of Anes-thesiology in 1946, but was not mentioned in a later review (9).

Similarly, we find papers on regional anesthe-sia in pediatric patients that were published in

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Igualmente, encontramos trabajos sobre aneste-sia regional en pacientes pediátricos que fueron publicados en revistas de circulación internacio-nal, pero a los cuales tampoco se les ha dado el reconocimiento merecido: Spiegel (10) publicó en la revista Anestesia & Analgesia, en 1962; Fortuna (11), en British Journal of Anaesthesia, en 1964, y Baquero y Vásquez, en 1965 (12) en la Revista Mexicana de Anestesiología; estos úl-timos publicaron individualmente sus experien-cias con anestesia caudal en pacientes pediátri-cos. Aún más, en 1975 Melman y colaboradores (13), de México, presentaron su experiencia con anestesia caudal en infantes y niños en el Con-greso de la International Anesthesia Research Society (IARS), y fueron amonestados. Treinta años después, cuando esta técnica se empezó a usar en Europa y en Estados Unidos, estos au-tores no fueron reconocidos (14) en un artículo de revisión del tema. Se asume, en este caso, que tanto el editor del libro como los autores del trabajo no revisaron la literatura anteriormente publicada sobre el tema.

Aceptemos que la información de novo publi-cada en revistas locales y en lengua española quizás sea poco difundida en los primeros casos (1-6); sin embargo, respecto a las últimas citas, incluidas en revistas publicadas en inglés y de circulación amplia (10-13), su omisión es injus-tificada.

Quizás esta polémica sea aplicable también a la publicación de libros de texto sobre anestesiología (14) escritos en español por autores locales, frente a los libros clásicos (escritos en inglés), ya que los textos extranjeros pueden simplemente traducir-se. Las respuestas a tal propuesta son varias:

a. No obstante que la mayoría de la literatura médica está escrita en el idioma inglés, es imprescindible dar un foro apropiado y reco-nocido a los autores de América Latina (15).

b. Todos los residentes y estudiantes en entre-namiento necesitan tener disponible un libro de texto que entiendan completamente, es-pecialmente los que no dominan el inglés.

c. Los colegas ya en práctica necesitan un li-bro de consulta.

international journals but did not receive the recognition deserved: Spiegel (10) published in Anestesia & Analgesia, in 1962; Fortuna (11), in the British Journal of Anaesthesia, in 1964, and Baquero & Vásquez, in 1965 (12) in the Revista Mexicana de Anestesiología. The latter published individually their experiences with caudal anesthesia in pediatric patients. More-over, in 1975 Melman et al. (13), from Mexico, presented their experience with caudal anes-thesia in infants at the International Anesthe-sia Research Society (IARS) Congress and were admonished. Thirty years later, when the tech-nique began to be used in Europe and in the U.S., these authors were not recognized (14) in a review article on the topic. The assump-tion is that neither the book editor, nor the authors of the papers, reviewed the literature previously published on that particular sub-ject matter.

Let us assume that the de novo information pub-lished in local journals and in Spanish is prob-ably not widely disseminated –the first cases– (1-6); however, with regards to the later cases mentioned, included in English journals and with a broad circulation (10-13), their omission is totally unjustified.

Probably this debate is also applicable to the publication of textbooks on anesthesiology (14) written in Spanish, by local authors, ver-sus the classical books (written in English), since the texts written in a foreign language may simply be translated. The arguments are varied:

a. Notwithstanding the fact that most of the medical literature is written in English, it becomes mandatory to provide an adequate and recognized forum to the Latin American authors (15).

b. Every resident and trainee must have avail-able a textbook they can fully understand, particularly those who do not master the English language.

c. Practicing colleagues need a reference book.

d. It is important to preserve one’s identity, since the working conditions, the idiosyn-

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d. Es importante mantener una identidad propia, ya que las condiciones de trabajo, la idiosincrasia de la población, el material disponible, las reacciones emocionales, los recursos monetarios, las creencias y el es-toicismo son diferentes de otras naciones y de otros grupos étnicos (16).

Sin planearlo así, se ha notado que los autores que escribieron textos en español, fueron sub-siguientemente invitados a dar conferencias en otros países de la América Hispana (17). Ade-más, al fomentar la publicación de una revista científica por parte de cada sociedad de anes-tesiología, se lleva implícito el tutelaje de una cantidad de estudios, observaciones y reportes que asegure la aceptación de resúmenes o de artículos completos en el Index Medicus, y que puedan ser publicados juntamente en inglés, con resúmenes en otros idiomas (francés, portu-gués, etc.), y que, además, se puedan acumular en una base de datos que eventualmente inclu-ya artículos completos publicados en los últimos cinco años (18,19).

PRoS y coNtRaS dE acEPtaR EL INGLÉS coMo EL ÚNIco IdIoMa

cIENtÍFIco

Es indudable que la mayoría de las revistas cien-tíficas se publican en inglés; además, algunos países con otros idiomas, como Bélgica y los paí-ses escandinavos, han aceptado el inglés como el idioma en que se escribe gran parte de las publicaciones científicas. Por otra parte, países como Alemania y Japón tienen unas revistas en su idioma y otras en inglés. Hay otras opciones, como la de la Revista Colombiana de Anestesio-logía, que publica todos los artículos en inglés y en español, mientras que la Revista Argentina de Anestesiología, la Revista Chilena de Aneste-siología y la Revista Brasileña de Anestesiología publican en inglés y en portugués los resúme-nes de los artículos, mientras que la Revista Mexicana de Anestesiología acepta ar tículos en español y en inglés. Otras revistas solo publican en español.

Si el inglés se acepta como el único idioma en las publicaciones científicas, probablemente lle-va rá a:

crasy of the people, the available materials, the emotional reactions, the financial re-sources, the believes, the stoicism, are all different from those of other nations and other ethnic groups (16).

Though unintended, the authors that wrote in Spanish were then asked to be guest speakers in other Latin American countries (17). Further-more, the promotion of a scientific journal pub-lished by every society of anesthesiology, implies the guardianship of a large number of studies, observations and reports to ensure the accep-tance of abstracts or complete articles in the In-dex Medicus, so that they can be published also in English with Abstracts in other languages (French, Portuguese, etc.), in addition to keep-ing them in a data base that will eventually in-clude compete articles published in the last five years (18,19).

aRGUMENtS IN FaVoR aNd aGaINSt accEPtING ENGLISH aS tHE oNLy

ScIENtIFIc LaNGUaGE

Certainly most scientific journals are published in English; furthermore, other countries speak-ing different languages, such as Belgium and the Scandinavian countries, have accepted English as the language in which most of the scientific papers are written. On the other hand, countries like Germany and Japan have some journals in their own language and others in English. There are other options like the Revista Colombiana de Anestesiología, (The Colombian Journal of Anesthesiology) that publishes all its articles in both English and Spanish, while the Revista Ar-gentina de Anestesiología, (Argentinean Journal of Anesthesiology), the Revista Chilena de Anes-tesiología (The Chilean Journal of Anesthesiol-ogy) and the Revista Brasileña de Anestesiología (Brazilian Journal of Anesthesiology) publish the abstracts in English and Portuguese. The Revista Mexicana de Anestesiología (Mexican Journal of Anesthesiology) accepts articles both in Spanish and English. Other journals publish is Spanish only.

If English is accepted as the only language for scientific publications, this will probably lead to:

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a. Marginar al idioma español (medio de ex-presión de casi 500 millones de personas) de la comunidad científica.

b. Dificultar la difusión de contribuciones hechas por algunos científicos hispanoha-blantes.

c. Privar a los científicos hispanohablantes de foros apropiados y reconocidos (20).

d. Forzar a los estudiantes de medicina y otras disciplinas científicas a estudiar sobre todo en textos extranjeros que no incluyen en-fermedades típicas de sus regiones, como desnutrición o parasitología.

Además, rara vez incluyen contribuciones de au-tores hispanohablantes, quienes tienden a usar anglicismos (tests en lugar de pruebas, compla-cencia en lugar de distensibilidad o algología en lugar de algiología [21]).

Por otra parte, si se insiste en publicar única-mente en español, tal decisión tendría obvias implicaciones trascendentales, por ejemplo:

a. Traducir artículos científicos es costoso y con frecuencia el resultado no es el ideal (es el caso de traducciones literales, por ejem-plo, enfemedades locomotoras en lugar de enfermedades músculo-esqueléticas).

b. Aquellos autores que no escriban en inglés quedarán condenados al oblivium bibliográ-fico.

c. Se generará un rechazo editorial no obstan-te la importancia del contenido.

d. No hay suficientes glosarios y diccionarios en español, lo cual es una desventaja.

e. Hay desigualdad en los repertorios médicos en línea.

f. Se genera confusión en los repertorios que ofrecen definiciones.

g. Se presentan errores en la Biblioteca Virtual de la Salud.

h. Hay equivalencias equivocadas al traducir de un idioma a otro.

Aquellos que nos opusimos a aceptar el inglés como el único idioma para publicar artículos científicos fuimos sorprendidos cuando el pe-

a. Overlook the Spanish language (used by almost 500 million people) in the scientific community.

b. Hinder the dissemination of contributions made by some Spanish-speaking scientists.

c. Deprive the Spanish-speaking scientists from participating at appropriate and recog-nized fora (20).

d. Force the students of medicine and other scientific disciplines to study mostly with foreign textbooks that exclude their region’s typical diseases such as malnutrition or parasitic conditions.

Additionally, contributions from Spanish-speak-ing authors are seldom included and they tend to use many Anglicisms in their writings (tests rather than pruebas, complacencia rather than distensibilidad or algología rather than algi-ología [21]).

Furthermore, the decision to only publish in Spanish may have far-reaching implications, such as:

a. Translating scientific articles is expen-sive and often the result is not ideal (for instance, literal translations like “enfer-medades locomotoras” (for locomotive dis-eases) rather than enfermedades músculo-esqueléticas).

b. Any writer who does not write in English will be destined to bibliographic oblivion.

c. Despite the importance of the content, pub-lishers will tend to reject the article.

d. Not enough Spanish glossaries and diction-aries is a drawback.

e. Imbalance in the amount of online medical repertoires.

f. He repertoires offering definitions bring about confusion.

g. Errors are made in the Health Virtual Li-brary.

h. Some times the translation into another language is not exactly equivalent.

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riódico USAToday del 2 de junio del 2006 en el ar tículo “España ofrece bonos para estudiar in-glés”, publicado en primera plana, dijo: “El go-bierno español de José Luis Rodríguez Zapatero ofreció un subsidio de 1.300 euros a jóvenes es-tudiantes (de 18 a 30 años de edad) que deseen estudiar inglés, pues sólo el 20 % de los españo-les hablan este idioma, a pesar del turismo flore-ciente y del rápido crecimiento de la economía”1. Si esta fue y es la política de la llamada Madre Patria, ¿dónde nos deja esta paradoja?

REaLIdadES

Es indudable que en el último medio siglo ha habido una transformación importante en la lite-ratura médica y científica en general, en especial en las revistas relacionadas con la anestesiolo-gía, como son el mayor número proporcional de autores europeos y del Lejano Oriente, lo cual sugiere que la comunicación con estas regiones ha aumentado, más autores han aprendido in-glés y lo dominan hasta el grado de poder es-cribir artículos sofisticados o tienen traductores especializados y competentes.

Entre las aparentes mejorías de la calidad de publicación se incluyen:

a. La exigencia de comprobar el significado y la veracidad de los resultados obtenidos me-diante el análisis estadístico de los datos ob-tenidos, lo cual generalmente implica mejor planeamiento del protocolo e inclusión de un número mayor de sujetos estudiados, para así llegar a una diferencia “significativa” (22).

b. Protección de pacientes expuestos a proce-dimientos riesgosos.

c. Prueba de que el manejo y el tratamiento de animales usados en la investigación fue realizada “humanamente” y llevada a cabo en un ambiente y un local adecuado.

1 “Spain offers bonus to learn English”. “…the Spanish Government of J. L. Rodríguez Zapatero offered a subsidy of 1300 Euros to young students (18-30 years old) who wished to study English, nothing that only 20% of Spaniards spoke the language, in spite of the flourishing tourism and a fast growing economy”.

Those of us who were against accepting Eng-lish as the only language to publish scientific articles were surprised to see the front page article published on June 2nd, 2006 by Usa Today “Spain offers bonds to study English”. The article said: “the Spanish Government of J. L. Rodríguez Zapatero offered a subsidy of 1300 Euros to young students (18-30 years old) who wished to study English, noting that only 20% of Spaniards spoke the language, in spite of the flourishing tourism and a fast growing economy”1. So, if this the position of our motherland, where do we stand against this paradox?

REaLItIES

There is no doubt that the last half of the cen-tury has experienced an important transfor-mation in the medical and scientific literature in general, particularly in anesthesia-related journals, with regards to the European and Far East authors, suggesting an increased communication with those regions, and a larger number of authors who have learned English and master the language to the point of being able to write sophisticated articles or avail themselves of specialized and competent translators.

Some of the apparent improvements in the qual-ity of the publications include:

a. The requirement to proof the meaning and truthfulness of the results obtained through the statistical analysis of the data obtained, that usually entails better protocol planning and inclusion of a larger number of study subjects in order to achieve a “significant” difference (22).

b. Protection of patients exposed to rigorous procedures.

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d. Introducción del sistema de metaanálisis con el fin de analizar, por adelantado, si los grupos comparados tienen suficientes su-jetos para ser adecuadamente comparados y si los resultados fueron analizados según un planeamiento proporcionado y seleccio-nado para el tipo de estudio que se va a lle-var a cabo (23,24).

e. El escrutinio de varios estudios publicados sobre un tema específico empleando los métodos de comparación de la medicina basada en la evidencia a veces no confir-ma teorías o técnicas que inicialmente se habían considerado como la “conducta de elección”, cuando en realidad los estudios iniciales tenían un planeamiento defectuo-so y un número de sujetos insuficiente y los resultados habían sido analizados por un método estadístico inadecuado para tal estudio (25,26).

f. Las revisiones sistemáticas hechas con el método de Cochrane han revolucionado los métodos de validez de una conducta clínica cuando está basada en estudios hechos in-apropiadamente (27,28).

¿PUEdEN LoS cLÍNIcoS HacER cIENcIa?

La respuesta es elusiva, ya que es una pregun-ta capciosa, inclinándonos a un si condicional, pues algunos consideran un objetivo difícil o quizás imposible. Por otro lado, debemos acep-tar parte de una realidad que no se puede pasar por alto, ya que cada vez son más rigurosos los requisitos exigidos por los comités de redacción y selección de revistas, algunas de las cuales re-quieren que los protocolos sean presentados a la aprobación de un comité especial antes de que el estudio se inicie, para que eventualmente los trabajos sean aceptados (18,19,29-31).

No sé si tal pregunta puede responderse verídica-mente, ya que la aceptación del método de estu-dio de la medicina basada en la evidencia no sólo nos ha presentado un método de escrutinio di-ferente que usualmente requiere analistas espe-cializados que se dediquen a esta actividad casi exclusivamente. Irónicamente, se recuerda que algunos escritores médicos inconformes con los

c. Proving that the research animals were managed and treated “humanely” and with-in a sound environment and in adequate fa-cilities.

d. Introduction of the meta-analysis system aimed at doing a pre-analysis to determine whether the groups compared have enough subjects for an adequate comparison and if the analysis of the results was consistent with the study planned for. (23,24).

e. The scrutiny of the studies published on a particular topic, using evidence-based medicine methods for comparison, some times fails to confirm the theories or tech-niques initially considered as the “manage-ment of choice”, when in fact the initial studies were poorly planned and the num-ber of subjects was insufficient, while the outcomes were analyzed with inadequate statistical methods for the particular study (25,26).

f. Systematic reviews using the Cochrane method have revolutionized the methods to validate a particular clinical approach when based on inappropriately conducted studies (27,28).

aRE cLINIcIaNS aBLE to do ScIENcE?

The answer is elusive because the question is insidious, and we tend to respond with a condi-tional yes, since several people believe that it is a difficult if not impossible goal to achieve. On the other hand, we shouldn’t neglect the fact that the requirements imposed by the draft-ing and selection committees of journals are increasingly rigorous. In some cases the pro-tocols have to be submitted to the approval of a special committee prior to the start of the study so that eventually the papers are admit-ted (18,19,29-31).

I don’t know whether such question may indeed be honestly answered since the acceptance of an evidence-based medical approach has not only provided us with a different method for scru-tiny, usually requiring expert analysts almost exclusively devoted to this activity. Ironically, it

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métodos anteriores de escrutinio científico men-cionaron que las únicas verdades eran “las men-tiras y las estadísticas”. No me atrevo a predecir qué se dirá dentro de un cuarto de siglo sobre estos nuevos métodos de escrutinio a los que son sometidos actualmente los trabajos clínicos de series de pacientes y que resultan en interpreta-ciones científicas atinadas o inventadas (32).

Hay que tener en cuenta que en el último año se han encontrado varios ejemplos de estudios ya publicados que fueron inadecuadamente re-portados e inapropiadamente interpretados, por lo cual los autores fueron forzados a retractar-se públicamente (en un caso, 22 publicaciones [33], y en otro, 6 [34]). Estos desvaríos no sólo han descubierto que el metaanálisis no descu-bre el fraude y que la asociación entre los cientí-ficos y la industria lleva a la “fabricación” de da-tos aceptados por los fabricantes, sino, además, que el proceso editorial aún no se encuentra a prueba de falsos datos, estudios fantasma o in-terpretaciones influidas por fabricantes de equi-pos o de medicamentos, de los cuales no pueden divorciarse literalmente mientras dependan de sus anuncios comerciales.

Estos hechos traen a colación una mirada re-trospectiva de las revistas médicas que se con-sideran foros científicos; obviamente, la mayoría lo ha hecho, y aquí está la disyuntiva que in-dica que la realidad debe afrontarse. La verdad es que unos requieren de los otros y, como tal, debe haber méritos para unos y para los de-más. Por ejemplo, de acuerdo con los criterios de aceptación, hoy en día el trabajo crucial de Sellick (35) en el que propuso hacer presión so-bre el cricoide para ocluir el esófago e impedir la regurgitación hacia la faringe quizás no hubiera sido aceptado; sin embargo, fue una publicación que probablemente ha salvado la vida de miles y miles de pacientes a los cuales se les indujo la anestesia con el estómago potencialmente lleno. Su artículo fue publicado en Lancet en 1960, tan sólo en media página, sin ilustraciones, sin casos clínicos, sin comparaciones, sin análisis estadístico, pero sí con una utilidad clínica que sobrepasa al 90 % de las publicaciones elegan-tes que se quedan en el olvido por la falta de aplicación clínica.

is worth remembering that some medical writers who were unhappy with the previous methods of scientific scrutiny said that the only truths were “lies and statistics”. I won’t dare to predict what will be said in twenty-five years about these new methods of scrutiny used on clinical studies of series of patients that result in accurate or imaginary scientific interpretations (32).

We must keep in mind that in the course of the last year several examples have been identified of published trials that were inadequately inter-preted, hence requiring the authors to publicly accept their mistakes (22 publications in one case [33], and 6 publication in another [34]). These ramblings have not only revealed that the meta-analysis does not unveil fraud and that the scientists – industry partnership leads to “fabricating” data accepted by the manufactur-ers, but also that the editorial process is not yet protected against fake data, phantom studies or interpretations influenced by equipment or drug manufacturers, from which they cannot get di-vorced as long as they depend on their commer-cial advertising.

These facts lead us to look back on the medi-cal journals considered as scientific fora; cer-tainly most of them have fallen in this trap and hence we must come to grips with the reality. The truth is that there is a mutual dependency and hence both sides have their own merits. For instance, according to today’s acceptance crite-ria, Sellick’s (35) key paper suggesting to apply pressure on the cricoid to occlude the esopha-gus and prevent regurgitation into the pharynx probably should have never been accepted; how-ever, this publication probably saved the lives of thousands and thousands of patients receiving anesthesia with a potentially full stomach. His article was published in Lancet in 1960, in just half a page, with no illustrations, comparisons or statistical analyses; however its clinical ben-efit exceeds that of 90 % of the elegant publica-tions that fall into oblivion due to the lack of clinical application.

This shows that publishers are expected to have the criteria to identify any potentially useful ma-terial even if it does not meet all the require-

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Esto indica que se espera de los editores un crite-rio para reconocer el material potencialmente útil aunque esté fuera de los requerimientos y para rechazar artículos preparados por escritores cien-tíficos profesionales en los que todo sale tan bien, que se sospecha de la veracidad de la información (33,34), porque, después de todo, debemos reco-nocer que la medicina no es una ciencia exacta.

EL PRoGRESo EN La acadEMIa dEPENdE dE cUÁNtaS VEcES SE

cItaN LoS aRtÍcULoS EN La LItERatURa MUNdIaL

En años recientes ha surgido un método apa-rentemente cuantitativo de calificar la “calidad” de los artículos publicados: determinar cuántas veces el primer autor o el artículo ha sido citado en la literatura, lo cual supuestamente define el supuesto “impacto” que tal artículo tiene sobre otros científicos que lo leyeron y lo usaron como referencia en uno de sus trabajos o en la disci-plina científica específica.

Otro tipo de sistema consiste en evaluar el impac-to de la revista usando específicamente el índice Science Journal Ranking of Average Impact Fac-tors, que otorga grados de 0 a 20 unidades a una revista evaluando el total los artículos contenidos. Otro más recientemente propuesto es el Índice de Popescu, que usa diferentes parámetros y califi-ca los méritos de 0,0 al 1,0; ambos se publican anualmente. En la Tabla 1 se incluyen los grados asignados a cinco de las revistas más leídas.

tabla 1. Cuantificación del impacto de algunas revistas médicas

RevistaFactor de impacto

Índice de Popescu

Molecular Biology Medicine 2,84 0,6

Annals of the New York Academic of Medicine

1,14 0,93

Medicine 0,31 0,30

Nature (Genet) 16,0 1,0

New England Journal of Medicine

20,0 1,0

Fuente: Adaptado de Gallager y col. (36) y Coleman(37).

ments and to reject those articles written by professional scientific writers where everything is so perfectly consistent that the veracity of the information may be questioned (33,34) because, after all, we must accept that medicine is not an exact science.

acadEMIc PRoGRESS dEPENdS oN HoW oFtEN aRtIcLES aRE

QUotEd IN tHE WoRLd LItERatURE

An apparently quantitative method has emerged in the last few years to qualify the “quality” of the articles published: determining how many times is the first author or the article mentioned in the literature seems to establish the probable “impact” of such article on other scientists that read and used the article as a reference in one of their papers or in the specific scientific disci-pline.

Another system is the assessment of the jour-nal’s impact using specifically the Science Jour-nal Ranking of Average Impact Factors, which grades the journal from 0 to 20 assessing all of the articles included in the journal. Another re-cently suggested rating system is the Popescu Index that uses different parameters and grades merits from 0.0 to 1.0; both are published year-ly. Table 1 includes the grades assigned to the most widely read journals.

table 1. Quantifying the impact of some medical journals

JournalImpact Factor

Popescu Index

Molecular Biology Medicine

2.84 0.6

Annals of the New York Academic of Medicine

1.14 0.93

Medicine 0.31 0.30

Nature (Genet) 16.0 1.0

New England Journal of Medicine 20.0 1.0

Source: Adapted from Gallager at al. (36) and Coleman (37).

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373¿Se definirá la controversia de publicar en español o en inglés por los méritos académicos?Will the controversy about publishing in Spanish or in English be solved on the basis of academic merits?

Tales índices no sólo imponen un sistema de competición para las revistas, sino que indirec-tamente también lo imponen para los autores de los artículos publicados en ellas. Además, se nota una disparidad con lo que los lectores aprecian. Obviamente, hay competición en las instituciones académicas, y específicamente en las universidades que las incluyen. Indirecta-mente estos índices afectan a los didactas que trabajan en tales instituciones, ya que es uno de los criterios de ascenso dentro del escalafón académico, así como para justificar subsidios a la investigación, lograr la posición de profesor en una cátedra, evaluar currículos y hasta otor-gar premios Nobel; se trata no sólo el número de publicaciones, sino también de la puntuación que se le otorga a cada una de ellas.

Estas mediciones de validez académica pueden ser criticadas, ya que al momento de juzgar las contribuciones a una disciplina médica deberá ejercerse un criterio más amplio y quizás se de-ban considerar las limitaciones monetarias a las que se tienen que enfrentar los investigadores de países en desarrollo, quienes más que de los es-fuerzos realizados para lograr tales actividades, dependen de las características personales y de los méritos individuales. Además, puede ser que algunas materias tengan interés sólo “de moda”, pero una validez efímera difícil de predecir en el campo de la medicina. Afortunadamente hay un factor más, el sentido común, que logra pasar la prueba del tiempo, por lo que no debemos dejar-nos influir por corrientes de interés temporal.

SoLUcIoNES y SUGERENcIaSEn cierta forma no debemos perder el sentido común, y podemos insistir en que se mantengan las revistas nacionales que no sólo sirven de me-dio de información clínica y científica, sino que también actúan como un medio de comunica-ción sobre intereses gremiales, personales y po-líticos y, además, informan de congresos, visitas o demostraciones. También se sugiere:

a. Que acepten trabajos de autores nacionales y de otros países.

b. Que acepten trabajos de disciplinas asocia-das, como los hechos por fisiólogos, farma-cólogos, anatomistas, veterinarios, etc.

These indexes not only impose a system of com-petition among several journals, but indirectly as well among the authors of the articles pub-lished by those journals. However, the readers’ appreciation shows inconsistencies. Naturally, there is a competition among the academic in-stitutions and universities to which these au-thors belong. Indirectly, these indexes affect the professors of those institutions since one of the criteria for faculty promotions and to justify re-search sponsorship, appointments to faculty po-sitions, assessment of curricula and even Nobel price winners is the number of publications and their scores.

Such measurements of academic validity are subject to criticism because when judging a con-tribution to a medical discipline, broader criteria should be used and consideration should proba-bly be given to the economic limitations faced by researchers in developing countries. The latter, in addition to their efforts to accomplish their tasks, depend on their personal characteristics and their individual merits. Furthermore, some topics may even be just “a fad” with a short-lived interest difficult to predict in the area of medi-cine. Fortunately there is common sense that defeats the test of time, so we shouldn’t be influ-enced by fleeting trends.

SoLUtIoNS aNd SUGGEStIoNS

In a way, we should never loose sight of common sense and insist that we keep alive our national journals that are the clinical and scientific me-dia, in addition to serving the communication needs of professional, personal and political in-terests and keep us informed about congresses, visits or shows. Some additional suggestions in-clude:

a. Accepting papers of national and interna-tional authors.

b. Accepting papers on related disciplines; i.e. physiology, pharmacology, anatomy, veteri-nary medicine, etc.

c. Accepting papers in other languages for translation into Spanish.

d. Classify articles by sections.

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c. Que acepten trabajos en otros idiomas y que sean traducidos al español.

d. Que los artículos se ubiquen en secciones.

e. Que las revistan tengan una sección de “Cartas al Editor”.

f. Que la traducción sea gratuita.

g. Que se instruya de manera práctica a cole-gas con interés en publicar.

h. Que se publiquen los resúmenes que se pre-sentan cada año a la sesión de posters.

A aquellos colegas que tengan interés en contri-buciones originales y científicas se les sugiere lo siguiente:

a. Investigar el tema a fondo.

b. Hacer una revisión completa de la literatura pertinente.

c. Decidir un protocolo en detalle.

d. Consultar con expertos.

e. Medir todo lo que sea posible.

f. Siempre comparar con uno o dos sistemas, medicamentos, etc.

g. Presentar un poster como trabajo prelimi-nar en una sesión o congreso.

h. Mandar el trabajo a un congreso interna-cional.

i. Publicar el trabajo en una revista en inglés.

j. Presentar un fragmento del trabajo a una revista nacional, siempre y cuando se infor-me de antemano al editor.

Es evidente que necesitamos informarnos perió-dicamente de los cambios que puedan ocurrir en los métodos de evaluación de trabajos científicos y de los requerimientos que cada revista imple-menta para evaluar los manuscritos que reciben para su consideración; a aquellos colegas que estén interesados en su desarrollo académico se les sugiere mantenerse al tanto de las dife-rentes clasificaciones o categorías en las que se encuentran las revistas a las que decidan pre-sentar sus trabajos para ser publicados.

e. Include a “Letters to the Editor” section in the Journals.

f. Translation should be free of charge.

g. Provide practical training to colleagues in-terested in publishing.

h. Publish the abstracts of posters presented yearly.

The following suggestions are addressed to those colleagues interested in making original and sci-entific contributions:

a. Research the subject matter at length.

b. Make a comprehensive review of the rel-evant literature.

c. Select a detailed protocol.

d. Consult with experts.

e. Measure whatever is measurable.

f. Always compare against one or two systems, drugs, etc.

g. Present a poster as a preliminary effort at a posters session or congress.

h. Submit a paper to an international con-gress.

i. Publish the paper in an English journal.

j. Submit a fragment of the paper before a na-tional journal, as long as you previously in-form the editor.

Needless to say that we must be regularly in-formed about any changes that may arise in the evaluation methods for scientific papers and about the requirements of each particular jour-nal to assess any papers submitted to their con-sideration. Those colleagues interested in their academic advancement should always be in-formed about the various classifications or cat-egories of the journals they would like to submit their papers to for publication.

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conflicto de intereses: ninguno declarado.