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El concepto de self en Terapia Gestalt Articulo publicado en la Revista Científica del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. “Nuestra Ciencia en el siglo XXI”, Año VII; Nº 12, Octubre de 2004. Resumen: La difusión que ha alcanzado hoy la terapia Gestalt deja vacíos en cuanto a las sólidas bases teóricas de la misma. Actualmente se han popularizado sus técnicas y principalmente aplicaciones espectaculares. También se la ha vinculado con publicaciones de autoayuda muy en boga. En la teoría de la terapia Gestalt el concepto de límite de contacto ocupa un lugar central. A partir de la concepción organísmica del hombre, de la teoría del campo unificado y de los aportes de Martin Buber sobre la relación Yo-Tu se construye una concepción del self en el contacto entre organismo y ambiente. Es a partir de esta definición del contacto que se puede abordar la relación interpersonal y en especial la que ocurre en la situación terapéutica entre terapeuta y paciente. El presente articulo explora estas características del contacto y del self como función del campo unificado organismo ambiente y sus implicancias en la practica de la terapia Gestalt. Al mismo tiempo que dar a conocer y abrir al debate algunos aspectos teóricos centrales de la misma, que pueden resultar en aportes novedosos a los interesados. El concepto de self en Terapia Gestalt Introducción La terapia Gestalt nace oficialmente en New York en 1951, con la publicación del libro de Perls, Hefferline y Goodman “Gestalt Therapy. Excitement and growth in the human personality”. Estos autores, principalmente Perls, venían trabajando como analistas desde la década del 30, y condensan en este libro sus aportes a la psicoterapia. Paul Goodman desarrolla en este libro la teoría del Self que servirá de base a la Terapia Gestalt, tomando de Perls el modelo de hombre, un individuo en contacto inseparable con su

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El concepto de self en Terapia Gestalt

Articulo publicado en la Revista Científica del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba. “Nuestra Ciencia en el siglo XXI”, Año VII; Nº 12, Octubre de 2004.

Resumen:

La difusión que ha alcanzado hoy la terapia Gestalt deja vacíos en cuanto a las sólidas bases teóricas de la misma. Actualmente se han popularizado sus técnicas y principalmente aplicaciones espectaculares. También se la ha vinculado con publicaciones de autoayuda muy en boga.

En la teoría de la terapia Gestalt el concepto de límite de contacto ocupa un lugar central. A partir de la concepción organísmica del hombre, de la teoría del campo unificado y de los aportes de Martin Buber sobre la relación Yo-Tu se construye una concepción del self en el contacto entre organismo y ambiente.

Es a partir de esta definición del contacto que se puede abordar la relación interpersonal y en especial la que ocurre en la situación terapéutica entre terapeuta y paciente.

El presente articulo explora estas características del contacto y del self como función del campo unificado organismo ambiente y sus implicancias en la practica de la terapia Gestalt. Al mismo tiempo que dar a conocer y abrir al debate algunos aspectos teóricos centrales de la misma, que pueden resultar en aportes novedosos a los interesados.

El concepto de self en Terapia Gestalt

Introducción

La terapia Gestalt nace oficialmente en New York en 1951, con la publicación del libro de Perls, Hefferline y Goodman “Gestalt Therapy. Excitement and growth in the human personality”. Estos autores, principalmente Perls, venían trabajando como analistas desde la década del 30, y condensan en este libro sus aportes a la psicoterapia. Paul Goodman desarrolla en este libro la teoría del Self que servirá de base a la Terapia Gestalt, tomando de Perls el modelo de hombre, un individuo en contacto inseparable con su ambiente. Define al Self como la interacción entre el individuo y el resto de ese contexto organismo / ambiente, donde la realidad es construida conjuntamente por quien percibe y por lo que es percibido.

Se puede apreciar la fuerte influencia de la fenomenología de Husserl y del existencialismo de Buber en esta concepción, además de la psicología de la Gestalt y sus leyes de percepción, sobre la base psicoanalítica de Perls, que se había formado como psicoanalista en Viena y había fundado junto con su mujer la Asociación Psicoanalítica en Sudáfrica. Entre otros aportes posteriores que toma este enfoque se pueden citar a las filosofías orientales, la semántica general de Korzybski, la teoría de campo de Lewin, el psicodrama de Moreno, y la psicología humanista encabezada por Maslow. El nombre de Terapia Gestalt fue elegido entre otros que incluía el de Terapia Integrativa en una reunión donde Perls impuso su propuesta.

Durante la década de 1960 este enfoque terapéutico fue difundiéndose por todo Estados Unidos y desde allí al resto del mundo. Hoy se pueden hallar centros de capacitación en México, España, Costa Rica, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay; también en

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Alemania, Italia, Francia e Inglaterra. El número de publicaciones de autores gestálticos va en aumento y se observa una preocupación por la producción de materiales teóricos.

Para Yontef, la terapia Gestalt es un sistema completo de psicoterapia, reúne tres elementos indispensables: una teoría de la conciencia, una actitud acerca da la relación terapéutica entre terapeuta y paciente y una teoría científica. Elementos que se encuentran en otros enfoques, y que en Gestalt tienen una integración particular, constituyendo la base para que sea una terapia efectiva1. Otros aspectos, como ciertas técnicas o consejos generales sobre la vida, responden al espíritu de la época y no son la esencia del enfoque.

La visión del hombre planteada por Perls implica verlo como un ser en contacto con el ambiente, en todo momento, y es en este campo ambiental que va a satisfacer sus necesidades para mantener su equilibrio homeostático. La conducta está determinada por la naturaleza de la relación que establece con el ambiente, esta determinación es reciproca y es una relación de opuestos dialécticos.

Al satisfacer las necesidades el organismo se va a contactar y a retirar del ambiente con un ritmo acorde a esta relación, organizada sobre la base de la jerarquía de las necesidades que se establece. El intercambio entre ambos se da en el limite de contacto, y es en este limite donde ocurren los eventos que son considerados psicológicos.

Tomando las palabras de Robine se puede lograr una aproximación actual al concepto de límite de contacto:

La Terapia Gestalt, al abordar la complejidad gracias a este concepto de frontera-contacto, abarca a la vez el origen y despliegue de un fenómeno en el que aparece la conciencia de uno mismo que elabora el vínculo unificador y separador ente uno mismo y el mundo.2

Concepción de Hombre

La mirada que se propone la terapia Gestalt sobre el hombre es holística e integrativa, teniendo como nivel de análisis la proximidad del encuentro en el consultorio y las características de los niveles más distantes (familia, sociedad, etc.), sin reducirlo a alguno de sus aspectos. Aquí el entrevistador establece un vínculo con el entrevistado, es en este vínculo, en esta relación, donde se van a poner en juego las características subjetivas de ambos, un componente verbal, uno emocional y uno técnico o profesional.

Se considera al hombre como una función del campo organismo / ambiente y su conducta es reflejo de sus relaciones dentro de este campo. Si logra darse cuenta o percatarse de sí mismo a cada instante puede resolver en ese mismo momento sus dificultades utilizando sus recursos, entonces está en una relación adecuada con su entorno y en una homeostasis saludable.

Para la Terapia Gestalt el hombre es un ser-en-el-mundo, una existencia cuyo sentido no está dado y debe ser construido, desde esta perspectiva la vida es una construcción y una búsqueda de sentido constante. La salud y la enfermedad (en singular ambas, ya que hablar de enfermedades o saludes carece de sentido si las ubicamos a los extremos de un continuo, si las comprendemos como un proceso de nivelación) se inscriben en esta búsqueda de sentido para la existencia del hombre, y un estado de salud o de enfermedad trae o comunica un mensaje a la persona total.

1 Yontef, G. (1995). Proceso y Dialogo en Psicoterapia Gestalt. Chile: Cuatro Vientos Editorial. Pág. 189 - 190.2 Robine, J. M. (2002) Contacto y relación en Psicoterapia. Reflexiones sobre terapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos Editorial. Pág. 6.

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Concepción de Salud - Enfermedad

Con una visión holística del hombre como un organismo integrado, la enfermedad es vista como una falla en la “autorregulación organísmica”, el síntoma es un mensaje de los aspectos de la personalidad que están en el fondo, que no son figura, y que es necesario escuchar y comprender, para poder integrar.

Una definición clara y aplicada a la Terapia Gestalt es la de Perls:Holismo ( – totalidad) es el término acuñado por el mariscal de campo Smuts (Holism and Evolution, 1926) para la actitud que se da cuenta de que el mundo consta per se no sólo de átomos, sino de estructuras que tienen un significado distinto de la suma de sus partes.3

El término organísmico fue acuñado por Kurt Goldstein en Alemania a principios del siglo XX, para dar cuenta de la integración total del organismo en tanto cuerpo y mente. Es entendido por Rogers4 cómo el vocablo que designa la integración funcional de los aspectos psíquicos y corporales u orgánicos del hombre con un sentido holístico; para von Bertalanffy5 como: ver al organismo como un todo, que constituye un sistema de elementos que interactúan dinámicamente.

Perls habla de “autorregulación organísmica” como la capacidad del individuo de regularse a sí mismo desde sus necesidades genuinas y en contacto con el ambiente, mediante un proceso homeostático; su oposición es una “autorregulación debeística” donde el individuo se regula desde una imagen idealizada que tiene de sí y lo que cree que debe hacer para ser aceptado por los demás. Estas dos modalidades corresponden a la salud y a la neurosis respectivamente.

Dicha autorregulación organísmica necesita apoyarse en los soportes internos o auto soportes del individuo, en su capacidad de darse cuenta o de percatarse de sí mismo, en su pensamiento o fantasía, sus emociones, y del entorno en el que se halla en el momento actual.

Las concepciones de salud y de enfermedad que sostiene este enfoque son las de maduración o desarrollo pleno de la persona y sus potencialidades dadas como salud; y el estancamiento o detención del crecimiento y la autointerrupción como enfermedad.

En pocas palabras, el hombre nace con ciertas potencialidades para ser y desarrollarse en el mundo, cuanto más logre ser quien realmente es, satisfaciendo sus necesidades en una relación adecuada con el medio, actualizando su imagen de sí, con plena conciencia de sus actos, sentimientos y emociones, en forma integrada, más “saludable” será. Se toma a salud y enfermedad como extremos opuestos de un continuo, donde pueden establecerse grados, y donde salud no significa ausencia de enfermedad.

En toda persona que se encuentre enferma existen aspectos saludables, y es en esos aspectos que se basara el terapeuta para avanzar en el proceso terapéutico, a través de la relación dialogal se irá pasando del apoyo o soporte externo al autoapoyo.Relación Interpersonal

El diálogo en terapia Gestalt ocurre en el aquí y ahora, y asume las características de un encuentro Yo-Tu, es un encuentro único e irrepetible. Cuándo el interlocutor dice Yo esta implícitamente diciendo también Tu o Ello, la diferencia entre un

3 Perls, F. S. (1975) Yo, hambre y agresión. Los comienzos de la terapia gestaltista. México: Fondo de Cultura Económica.Pág. 36.4 Lerner, M. (1974) Introducción a la psicoterapia de Rogers. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Colección Psicología Contemporánea.5 Bertalanffy, L. (1982) Perspectivas en la Teoría general de sistemas. Madrid: Alianza Universidad.

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encuentro Yo-Tu y Yo-Ello es que en el primero son dos subjetividades que se encuentran en un mismo plano, en el segundo es una subjetividad con un objeto o persona desubjetivado, en una relación asimétrica. En el encuentro terapéutico se modifican ambos, terapeuta y paciente, ya que el observador modifica y hasta produce el fenómeno que observa.

Una conversación de verdad (esto es, una conversación cuyas partes no han sido concertadas de antemano sino que es del todo espontánea, pues cada uno se dirige directamente a su interlocutor y provoca en él una respuesta imprevista), una verdadera lección (es decir, que no se repite maquinalmente, para cumplir, ni es tampoco una lección cuyo resultado fuera conocido de antemano por el profesor, sino una lección que se desarrolla con sorpresas por ambas partes), un abrazo verdadero y no una mera simulación; en todos estos casos, lo esencial no ocurre en uno y otro de los participantes ni tampoco en un mundo neutral que abarca a los dos y a todas las demás cosas, sino, en el sentido más preciso, “entre” los dos, como si dijéramos, en una dimensión a la que sólo los dos tienen acceso6.

A diferencia de lo que sucede en el psicoanálisis clásico, en Gestalt, el terapeuta trata de limitar la transferencia del paciente y está atento para aprovechar deliberadamente su contratransferencia para implicarse en la relación.

Respecto de la participación activa del terapeuta en esta relación Ginger plantea: “…es la relación deliberada de su persona en una implicación auténtica, así como controlada y selectiva: así yo pienso todo lo que digo, pero ni digo todo lo que pienso ¡y no hago tampoco (¡lastima!) todo lo que deseo!”7. Sin embargo, no es él quien fija la dirección, ya que su papel es permitir y favorecer el darse cuenta del paciente acompañándolo.

Respecto de la contratransferencia, es importante destacar que el terapeuta es responsable de su darse cuenta y de sus reacciones, y que este aspecto es enfatizado en la formación o entrenamiento del mismo.

Con la terapia Gestalt se realizó una transición, de la relación basada en la transferencia a una relación basada en el diálogo, se enfatiza la autonomía del paciente y su independencia del terapeuta. Un dialogo existencial ocurre cuando dos personas se encuentran como personas, en una relación Yo-Tu, donde cada una de las personas es impactada y responde a la presencia de la otra. En este encuentro la persona no puede estar aislada en retroflexión (introspección y hablarse a si mismo) o indiferenciada, confluente (nosotros, sin limites claros entre personas), la figura de interés para ambos será la interacción con otra persona como persona.

Ahora bien, es necesaria una aclaración, esta relación Yo-Tu que plantea el terapeuta puede no ser aceptada por el paciente, en principio puede ser una relación Yo-Ello que tienda a luego de un tiempo al establecimiento de un dialogo pleno, también puede suceder que el paciente aun no confíe lo suficiente, o los apoyos no sean suficientes para establecer este contacto. Si es importante la actitud del terapeuta hacia este tipo de contacto.

Yontef 8 señala cinco características del contacto en la relación dialogal Yo-Tu de la terapia Gestalt: 1- Inclusión: es parte de la actitud fenomenológica, de incluirse dentro del mundo del otro dejando sus juicios, creencias y perspectiva de vida para comprender y aceptar a la otra persona sin juzgar; 2- Presencia: el terapeuta muestra su verdadero sí mismo en lugar de aparentar, permite al paciente mostrarse tal como es y se muestra tal como es en respuesta; 3- Compromiso con el diálogo: lo que sucede entre los dos ejerce el

6 Buber, M. (1969) Yo y tú. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Colección Ensayos. Pág. 147 –148.7 Ginger, S. y Ginger A. (1993) La Gestalt. Una terapia de Contacto. México: Manual Moderno. Pág. 173.8 Yontef, G. (1995) Proceso y dialogo en Psicoterapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Pág. 206.

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control del diálogo, este conduce de manera natural a incrementar el darse cuenta, es necesario confiar en la capacidad para autorregularse organísmicamente; 4- No-explotación: el terapeuta considera a cada persona como un fin en sí misma, aunque la reciprocidad no sea completa en terapia (debida a la diferencia de la tarea y del rol de cada uno) la relación es horizontal y no se manipula o explota al otro; y 5- Vivir la relación: en el contexto de la terapia Gestalt se vive plenamente la relación, se experimenta con el paciente en el presente, más que explicar o hablar acerca del pasado se busca probar, ver, actuar y explorar los aspectos inconclusos.

Respecto de esta modalidad de relación Buber plantea que:El encuentro del hombre consigo mismo, sólo posible y, al mismo tiempo, inevitable, una vez acabado el reinado de la imaginación y de la ilusión, no podrá verificarse sino como encuentro del individuo con sus compañeros, y tendrá que realizarse así. Únicamente cuando el individuo reconozca al otro en toda su alteridad como se reconoce a sí mismo, como hombre, y marche desde este reconocimiento a penetrar en el otro, habrá quebrantado su soledad en un encuentro riguroso y transformador.9

Este punto invita a pensar y definir el concepto de self en terapia Gestalt. Concepto de self

Como se adelantara al comienzo, Goodman define la teoría del self en terapia Gestalt que sería la base de las construcciones teórica posteriores: “El self es el límite de contacto funcionando”10. Aunque ya en su libro “Yo, hambre y agresión” de 1942, Perls plantea los principios de esta definición al hablar del ego como una función del organismo.

Esta primera obra permite conocer al embrión del concepto de limite de contacto en la descripción que hace de la frontera de contacto, esta frontera se constituye a partir de la alineación y la identificación. Aquí se distingue al Ego substancial, planteado por otros autores psicoanalíticos de la época, del que propone Perls, para él el ego es sólo la frontera.

Esta frontera de contacto se puede expandir por identificación (Introyección) con algo externo o contraer por alienación (Proyección) de algo propio o interno. Inaugura así los dos primeros mecanismos de interrupción del contacto, que posteriormente desarrollará como ciclo de contacto retirada o de satisfacción de las necesidades. Estos mecanismos permiten comprender el funcionamiento de la persona en su entorno y han sido ampliamente desarrollados por la literatura Gestáltica.

Para una definición más actual y completa se puede tomar a Robine:El self, como lo define la Terapia Gestalt, se manifiesta a través de las funciones, funciones indisociables a no ser por razones de índole retórica, pudiendo ser privilegiadas las unas con respecto a las otras según los momentos de la experiencia. Así, lo que atañe a las necesidades, apetitos, instintos, deseos, competerá fundamentalmente a la “función-ello” del self. Lo que concierne a las representaciones, o sea, a la experiencia anterior y al conocimiento de sí mismo, será designado por el concepto “función-personalidad” del self. La implicación de estos dos modos de funcionamiento del self en la actividad actual, a saber, su actualización en las elecciones y

rechazos, en la experiencia de contacto organismo / entorno, será generada por el self en su “función-ego”.11

9 Buber, M. (1949) ¿Qué es el hombre?. México: Fondo de Cultura Económica. Pág. 144 – 145.10 Citado en Yontef, G. (1995) Proceso y dialogo en Psicoterapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Pág. 400.11 Robine, J. M. (2002) Contacto y relación en Psicoterapia. Reflexiones sobre terapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos Editorial. Pág. 47.

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Estas funciones se pliegan y repliegan en el contacto con la fantasía, las emociones o sensaciones y el entorno, es en el límite de contacto del organismo y su entorno que se manifiestan estas funciones del self.

A diferencia de otras teorías psicológicas para la teoría de la terapia Gestalt no existe un núcleo del self, se lo explica como proceso, tan real como cualquier existencia tangible que se construye en el campo organismo / ambiente actual12.

Para algunas corrientes la idea de un homúnculo, un núcleo central desde el que se realizan las actividades, conformado por las creencias, pensamientos, sentimientos, conductas y sensaciones que unifican a la persona como tal y le dan un sentido de “así soy en mi esencia”, da una entidad física tangible al self. En esta teoría el self como proceso puede explicar tanto un concepto de sí mismo como cohesión, totalidad y continuidad en el tiempo, como el sí mismo que en cualquier momento se construye en un contexto particular13.

Así una persona se puede construir un self flexible, que se adapta con facilidad y creativamente a su campo actual, manteniéndose armónico y continuo con sus construcciones previas, con cohesión seguridad y autoestima. En cambio, si su sentido del self es rígido ante las variaciones del medio y no se ve afectado por su entorno, su capacidad de cambio y de crecimiento se encuentran limitadas; o a la inversa, no logra mantener cohesión y continuidad y su autoestima se ve afectada ante las tensiones o fuerzas externas, la persona tiene alteraciones del self.

Estas alteraciones pueden ser observadas en la interacción con el entorno, en la frontera de contacto y sus interrupciones. Y es en la relación dialogal con el terapeuta Gestáltico que pueden restablecerse las funciones.Palabras Finales

Desde sus orígenes la terapia Gestalt se plantea como una modalidad de abordaje de las enfermedades mentales, fundamentando sus intervenciones técnicas en una sólida teoría. Uno de los pilares fundamentales es el concepto de frontera de contacto o limite de contacto.

La aplicación del método fenomenológico a una clínica de la relación dialogal Yo-Tu, con una perspectiva existencial, que incorpora elementos del psicoanálisis y de la teoría de campo, así como de la psicología de la Gestalt, da como resultado esta amalgama que integra armónica y creativamente los diferentes elementos en una nueva modalidad terapéutica.

Es en esta modalidad de abordaje que la relación y el contacto pasan a ser elementos fundantes del trabajo clínico en el aquí y ahora. El objetivo es ampliar el darse cuenta del paciente para que pueda elegir su forma de adaptación creativa al entorno, así la definición del self como función del campo unificado, como contacto con el ambiente y como separación entre lo que es Yo y No-Yo, permite la utilización de la relación dialogal Yo-Tu como instrumento terapéutico de cambio. Bibliografía

Bertalanffy, L. (1982). Perspectivas en la Teoría general de sistemas. Madrid: Alianza Universidad.

Buber, M. (1949) ¿Qué es el hombre?. México: Fondo de Cultura Económica.

12 Yontef, G. (1995) Proceso y dialogo en Psicoterapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Pág. 310.13 Ib Idem. Pág. 272.

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Buber, M. (1969) Yo y tú. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Colección Ensayos.

Dethlefsen, T. y Dahlke, R. (2000) La enfermedad como camino. Un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades. Barcelona: Plaza & Janes.

Ginger, S. y Ginger A. (1993) La Gestalt. Una terapia de Contacto. México: Manual Moderno.

Latner, J. (1994) Fundamentos de la Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos Editorial.

Lerner, M. (1974) Introducción a la psicoterapia de Rogers. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Colección Psicología Contemporánea.

Perls, F. S. (1975) Yo, hambre y agresión. Los comienzos de la terapia gestaltista. México: Fondo de Cultura Económica.

Perls, F. S. (1994) El Enfoque Guestaltico y testimonios de terapia. Santiago de Chile: Cuatro Vientos Editorial.

Robine, J. M. (2002) Contacto y relación en Psicoterapia. Reflexiones sobre terapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos Editorial.

Yontef, G. (1995) Proceso y dialogo en Psicoterapia Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.