Silvio Gallo - El paradigma anarquista de la educación

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  • 8/7/2019 Silvio Gallo - El paradigma anarquista de la educacin

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    El paradigma anarquista de la educacinSilvio GalloUniversidad Metodista de Piracicaba - Brasil

    1. Prenotando

    El anarquismo viene siendo recuperado, por lo menos en el mbito de las investigacionesacadmicas, como una filosofa poltica; tal recuperacin gan an ms razn de ser conla propalada crisis de los paradigmas en las ciencias sociales, intensificada con losacontecimientos polticos en los pases del Este europeo y en la ex-Unin Sovitica encuanto que cada del socialismo real: ante la falta de referentes slidos para un anlisispoltico de la realidad cotidiana el anarquismo vuelve a la escena.Sin embargo cuando estudiamos el anarquismo vemos que sera mucho ms correctohablar de anarquismos, los cuales no seran pocos, por cierto (1). Cmo entonces hablarde un paradigma anarquista? Muy rpidamente quisiera demostrar aqu que considerar alanarquismo como una doctrina sociopoltica constituye un serio problema, tanto prctica

    como conceptualmente. Dada la diversidad de perspectivas asumidas por los diversostericos y militantes del movimiento anarquista histrico (2), resultara imposibleagruparlas a todas en una misma doctrina; por otro lado, la fuerza del anarquismoresidira precisamente en el hecho de que no cabe en l la solidificacin de principios queimpone la constitucin de una doctrina. Si el anarquismo puede ser una teora polticaaglutinadora de extensas parcelas del movimiento obrero europeo en el siglo pasado, y sipuede asimismo ser una teora poltica que permite el anlisis de los hechos socialescontemporneos, ello es justamente porque no se constituye en una doctrina.

    2. El paradigma anarquista

    Para entender la dimensin real de la filosofa poltica del anarquismo es necesario que locomprendamos constitudo por una actitud, la de negacin de toda y de cualquierautoridad y la de afirmacin de la libertad. El propio acto de transformar esa actitudradical en un cuerpo de ideas abstractas, eternas y vlidas en cualquier situacin,constituira la negacin del principio bsico de la libertad. Admitir el anarquismo comouna doctrina poltica cerrada significa llamar a sus sepultureros y negar su principalfuerza, la afirmacin de la libertad y la negacin radical de la dominacin y de laexplotacin.As pues, debemos considerar al anarquismo como un principio generador, como unaactitud bsica que puede y debe asumir las ms diversas caractersticas particulares deacuerdo con las condiciones sociales e histricas en las cuales se halla inmerso. Elprincipio generador anarquista est formado por cuatro prncipios bsicos de teora y deaccin: autonoma individual, autogestin social, internacionalismo y accin directa.Veamos brevemente cada uno de ellos.

    A. Autonoma individual. El socialismo libertario ve en el individuo a la clulafundamental de cualquier grupo o asociacin, elemento ste que no puede ser preterido ennombre del grupo. La relacin individuo-sociedad es en el anarquismo esencialmentedialctica: el individuo, en *cuanto persona humana, slo existe si pertenece a un grupo

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    social (la idea de un hombre aislado de la sociedad resulta absurda); la sociedad, por suparte, slo existe en cuanto agrupamiento de individuos que, al constituirla, no pierden sucondicin de individuos autnomos, sino que la construyen. La propia idea de individuoslo es posible en cuanto constituyente de una sociedad. La accin anarquista resultaesencialmente social, pero basada en cada uno de los individuos que componen la

    sociedad y erigida para cada uno de ellos.B. Autogestin social. Como consecuencia del principio de libertad individual, elanarquismo es contrario a todo y a cualquier poder institucionalizado, a cualquierautoridad y jerarquizacin y a cualquier forma de asociacin as constituda. Para losanarquistas la gestin de la sociedad debe ser directa, fruto de la propia, lo que terminconocindose como autogestin. Radicalmente contrarios a la democracia representativa,donde determinado nmero de representantes es elegido para actuar en nombre de lapoblacin, los libertarios proponen una democracia participativa donde cada personaparticipe activamente en los destinos sociopolticos de su comunidad.

    C. Internacionalismo. La constitucin de los Estados-nacin europeos constituy unaempresa poltica ligada al ascenso y consolidacin del capitalismo, siendo por elloexpresin de un proceso de dominacin y de explotacin; para los anarquistas resultainconcebible que una lucha sociopoltica por la emancipacin de los trabajadores y por laconstruccin de una sociedad libertaria pueda restringirse a una o a algunas de esasunidades geopolticas a las cuales llamamos pases. De ah la defensa de uninternacionalismo de la revolucin, que slo tendra sentido si fuese globalizada.

    D. Accin Directa. La tctica de lucha anarquista es la de accin directa; las masas debenconstruir la revolucin y llevar adelante el proceso como obra de ellas mismas. La accindirecta anarquista se traduce principalmente en las actividades de propaganda y deeducacin destinadas a despertar en las masas la conciencia de las contradiccionessociales a que se hallan sometidas haciendo que el deseo y la conciencia de la necesidadde la revolucin surja en cada uno de los individuos. Puede decirse que la principal fuentede accin directa fue la de la propaganda a travs de los peridicos y revistas, as comode la literatura y del teatro. Otra va importante fue la de la educacin propiamente dicha-formal o informal- como veremos ms adelante.Tomando al anarquismo como principio generador cimentado en esos cuatro principiosbsicos podemos ver en l un paradigma de anlisis sociopoltico, con lo que existira unnico anarquismo que asumira diferentes formas y facetas de interpretacin de larealidad y de la accin de acuerdo con el momento y con las condiciones histricas enque fuese aplicado. En ese sentido trataremos aqu de la aplicacin del paradigmaanarquista a la teora de la educacin.

    3. La educacin libertaria

    Los anarquistas concedieron siempre mucha importancia a la cuestin de la educacin altratar del problema de la transformacin social: no slo a la educacin fomal, la ofrecidaen las escuelas, sino tambin a la informal, la realizada por el conjunto social, y de ah suaccin cultural a travs del teatro, de la imprenta, de sus esfuerzos de alfabetizacin y

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    educacin de los trabajadores, ya fuere mediante los sindicatos, ya mediante lasasociaciones obreras.As pues, fue en relacin con la escuela (3) como se produjeron los mayores desarrollostericos y prcticos en el sentido de la constitucin de una educacin libertaria.Los esfuerzos anarquistas en este mbito comienzan con una crtica a la educacin

    tradicional ofrecida por el capitalismo, tanto en su aparato estatal de educacin (4) cuantoen las instituciones privadas, normalmente mantenidas y regidas por rdenes religiosas.La principal acusacin libertaria dice relacin al carcter ideolgico de la educacin:procuran mostrar que las escuelas se dedican a reproducir la estructura social deexplotacin y dominacin enseando a los alumnos a ocupar sus lugares socialespredeterminados (5). De este modo la educacin asuma una importancia poltica bastantegrande, aunque debidamente enmascarada bajo una aparente neutralidad.Por su parte los anarquistas asumen el carcter sociopoltico de la educacin pero noqueriendo ponerlo ya al servicio del mantenimiento de un orden social, sino de sutransformacin, denunciando las injusticias y desenmascarando los sistemas dedominacin, despertando en los individuos la conciencia de la necesidad de una

    revolucin social (6).Metodolgicamente, la propuesta anarquista de educacin va a procurar trabajar con elprincipio de libertad, lo que abre dos vertientes de comprensin y de accindiferenciadas: una que entiende que la educacin debe ser hecha a travs de la libertad, yotra que considera que la educacin debe ser hecha para la libertad; en otras palabras,como decamos atrs, una toma la libertad como medio y la otra como fin.Tomar la libertad como medio me parece un equvoco, pues significa considerar -comoRousseau- que la libertad sea una caracterstica natural del individuo, posicin yaduramente criticada por Bakunin (7); por otro lado, se asemeja tambin a la metodologade las pedagogas no-directivas basadas en el viejo Emilio y consolidadas en losesfuerzos escolanovistas, diferencindose de ellas apenas en los presupuestos polticospero sin conseguir resultados prcticos diferentes a los de aquella supuesta libertadindividualizada caracterstica de las perspectivas liberales.Sin embargo, tomar a la pedagoga libertaria como una educacin que tiene en la libertadsu fin puede conducir a resultados bastante diferentes. Si la libertad, como queraBakunin, es conquistada y construda socialmente, la educacin no puede entonces partirde ella, sino que puede llegar a ella. Metodolgicamente, la libertad deja de ser unprincipio, lo que aparta a la pedagoga anarquista de las pedagogas no-directivas; porms extrao que pueda parecer a los ojos de algunos, la pedagoga anarquista debe partir,ciertamente, del principio de autoridad (8).La escuela no puede ser un espacio de libertad en medio de la coercin social; su accinresultara entonces inocua, pues los efectos de la relacin del individuo con las demsinstancias sociales sera mucho ms fuerte. Partiendo del principio de autoridad la escuelano se aparta de la sociedad, sino que se incluye en ella. As pues, el hecho es que unaeducacin anarquista coherente con su intento de crtica y de transformacin social debepartir de la autoridad no para tomarla como absoluta e intocable sino para superarla. Elproceso pedaggico de una construccin colectiva de la libertad es un proceso dedeconstruccin paulatina de la autoridad.Tal proceso es asumido positivamente por la pedagoga libertaria como una actividadideolgica; puesto que no hay educacin neutral, puesto que toda educacin se

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    fundamenta en una idea de ser humano y en una concepcin de la sociedad, se trata dedefinir de qu ser humano y de qu sociedad estamos hablando. Dado que carece desentido pensarnos libres individualistamente en una sociedad anarquista, se trata deeducar a un hombre comprometido no con el mantenimiento de la sociedad deexplotacin, sino con la entrega en la lucha y en la construccin de una nueva sociedad.

    Trtase, con otras palabras, de crear un individuo desajustado respecto a los patronessociales capitalistas. La educacin libertaria se constituye de tal guisa en una educacincontra el Estado, ajena por tanto a los sistemas pblicos de enseanza.

    4. El paradigma anarquista y la educacin contempornea

    El lugar comn progresista en las discusiones pedaggicas contemporneas es la defensade la escuela pblica. La actual Constitucin brasilea afirma que la educacin es underecho del ciudadano y un deber del Estado, definiendo desde comienzo laresponsabilidad del Estado para con la educacin. sta es, por cierto, una empresabastante costosa, como sabemos (9), y por eso mismo el inters del Estado no puede ser

    gratuito o meramente filantrpico. La historia nos muestra que los as llamados sistemaspblicos de enseanza son bastante recientes: se consolidan junto con las revolucionesburguesas y parecen querer contribuir a transformar el sbdito en ciudadanorealizando la transicin poltica hacia las sociedades contempornanas. Otro factorimportante es la creacin, a travs de una educacin nica, del sentmiento denacionalidad e identidad nacional, fundamental para la constitucin del Estado-nacin.Los anarquistas, coherentes con su crtica al Estado, jams aceptarn esa educacinofrecida y gestionada por dicho Estado; por un lado porque el Estado desde luegoutilizar este vehculo de formacin e informacin que es su educacin para esparcir lasvisiones sociopolticas que le resultan de inters. En este punto la pedagoga anarquistadiverge de otras tendencias progresistas de educacin, que procuran ver en el sistemapblico de enseanza brechas que permitan una accin transformadora, inclusosubversiva, que poco a poco vayan minando por dentro ese sistema estatal y sus intereses.Lo que nos muestra la aplicacin de los principios anarquistas a ese anlisis es queexisten lmites muy estrechos para una supuesta gestin democrtica de la escuelapblica. O, para usar palabras ms fuertes pero tambin ms precisas, que el Estadopermitira una cierta democratizacin e incluso una accin progresista hasta elmomento en que esas acciones pusieran en jaque el mantenimiento de sus instituciones yde su poder; si tal riesgo llega a ser presentido, el Estado no dejar de utilizar todas susarmas para neutralizar las acciones subversivas.Por eso desde perspectiva anarquista la nica educacin revolucionaria posible es aquellaque se da fuera del contexto definido por el Estado, siendo ese apartamiento mismo yauna actitud revolucionaria. La propuesta es que la sociedad organice por s misma susistema de enseanza al margen del Estado y sin su ingerencia, definiendo ella mismacmo aplicar sus recursos y realizando la gestin directa de los mismos, construyendo unsistema de enseanza que sea el reflejo de sus propios intereses y deseos. Es lo que losanarquistas llaman la autogestin.

    5. Consideraciones a modo de conclusin

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    Tomar los principios filosfico-polticos del anarquismo como referente para pensar laeducacin contempornea es desde luego una empresa que se hace en movimiento; si porun lado queremos sistematizar tales principios a partir de los clsicos del siglo pasado,no encontramos ya un suelo firme para nuestras respuestas, no en el sentido de queellas no tengan consistencia, sino en el de que apuntan siempre hacia una realidad en

    construccin que procesa la deconstruccin de nuestra cotidianidad.Si existe un lugar y un sentido para una escuela anarquista hoy, ese es el de laconfrontacin; una pedagoga libertaria de hecho resulta incompatible con la estructuradel Estado y de la sociedad capitalista. Marx ya mostr que una sociedad solamente setransforma cuando el modo de produccin que la sostiene ha agotado todas susposibilidades. Deleuze y Guattari tambin mostraron por otro lado (10) que el capitalismopresenta una elasticidad, una capacidad para ampliar su lmite de posibilidades. Desdeluego su constante de elasticidad no es infinita: para una escuela anarquista trtase hoy,por tanto, de testificar esa elasticidad tensionndola permanentemente buscando lospuntos de ruptura que posibilitaran la emergencia de lo nuevo a travs del desarrollo deconciencias y de actos que busquen escapar a los lmites del capitalismo.

    En el aspecto de la formacin individual, Henri Arvon afirmaba en 1797 (11) que parauna sociedad de rpidas transformaciones como la nuestra el proyecto anarquista pareceser el que mejor respondera a las necesidades de una educacin de calidad. El desarrollocientfico-tecnolgico y especialmente las transformaciones geopolticas en los ltimosquince aos pareceran venir a confirmar esa necesidad de una educacin dinmica yautnoma que encuentra cada vez mayores posibilidades de realizacin con el soporte dela informtica y de los multimedia. No podemos, mientras tanto, dejar que la propiaperspectiva libertaria de la educacin sea cooptada por el capitalismo neutralizando sucarcter poltico transformnador, llevndolo hacia un mbito de libertad meramenteindividual, y desembocando en un nuevo escolanovismo vehiculado por las nuevastecnologas. El carcter poltico de la pedagoga libertaria debe ser constantementereafirmado en su intento de no permitir la injusticia que supone la presencia de una nuevamasa de excludos tanto del flujo de las informaciones cuanto de las mquinas quepermiten el acceso a l.Por otro lado el desarrollo tecnolgico que nos lleva cada vez ms rpidamente rumbo auna sociedad informtica, por usar la expresin de Adam Schaff, define un horizontede posibilidades de futuro bastante interesante; en una sociedad que polticamente no sedefine ya en base a los detentadores de los medios de produccin, sino en base a aquellosque tienen acceso y control sobre los medios de informacin, encontramos dosposibilidades bsicas:- la realizacin de un totalitarismo absoluto cimentado en el control del flujo deinformaciones, como el pensado por Orwell en su 1984 o por Huxley en su AdmirableMundo Nuevo- o la realizacin de la antigua utopa de la democracia directa, estando el flujo deinformaciones llevado a cabo por el conjunto de la sociedad.En otras palabras, el desarrollo de la sociedad informtica parece posibilitarnos dossociedades, una antagnica respecto de la otra: la totalitaria, con el Estado absoluto, o laanarquista, absolutamente sin Estado; la opcin estara fundada obviamente en unaopcin poltica que slo sera posible al travs de la conciencia y de la informacin,

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    apareciendo entonces la figura de la educacin, formal o informal, en el sentido desustentar tal concientizacin.Pero la posibilidad de trabajo que me parece ms prxima en el momento presente es elpensar la filosofa de la educacin en el contexto del paradigma anarquista. Si tal filosofade la educacin puede servir de soporte para la construccin de este proyecto de

    educacin que tiene por meta la autogestin y la verdadera democracia que la tecnologainformtica puede finalmente hacer posible mediante una red planetaria que abata lasfronteras de los Estados-nacin, ella puede adems servirnos como herramienta deanlisis y crtica de la sociedad capitalista y de la educacin por ella pensada, as comodel sistema de enseanza por ella constitudo, la siempre ambigua dualidad de lossistemas pblico y privado. En el caso especfico del Brasil contemporneo, ella puedeconstituirse en un referente interesante para la discusin y el anlisis de los gravesproblemas educativos que enfrentamos desde perspectiva bastante singular, como en elcaso de la calidad de la enseanza y del carcter pblico y democrtico de la escuela,aportando contribuciones creativas diferentes de las usuales.En el contexto de la polarizacin de la educacin brasilea entre la tendencia neoliberal

    (privatizadora) sucesora de las tendencias tradicional, escolanovista y tecnicista comoexpresin ideolgica de mantenimiento del sistema por una parte, y por otra unatendencia dialctica que a su vez se encuentra dividida en varias propuestas de anlisis(12) y que ha sido (errneamente) negada en su valor de paradigma debido a la crisis delas llamado socialismo real, tomada adems como expresin de la quiebra del mtododialctico y del triunfo del liberalismo -nuevo o viejo, no importa- y de la instauracin deun nuevo orden mundial centrado en el paradigma liberal, la tendencia anarquista olibertaria puede presentarse por su parte como un nuevo referente para el anlisis almostrar explcitamente que, como cant Caetano Veloso, algo queda fuera del nuevoorden mundial.En estas pginas tan slo he tratado de presentar estas cuestiones a debate buscando la luzde las discusiones, y con ellas su viabilidad.

    NOTAS

    (1): Cfr. mi disertacin de Maestra ya citada, Educaao Anarquista: Por una pedagogiado risco. Unicamp, Faculdade de Educaao, 1990, cap. 1: Negatividade e positividadema busca de una definiao do Anarquismo, pp. 4-37(2): La expresin movimiento anarquista histrico es utilizada por el investigador GeorgeWoodcock para designar las acciones anarquistas organizadas en el contexto delmovimiento obrero europeo desde la segunda mitad del siglo pasado hasta la Guerra Civilespaola; de acuerdo con el historiador canadiense, tal movimiento fue impulsado por lasideas de Proudhon y de Bakunin. Vase, por ejemplo, Anarquismo, uma histria dasidias e movimentos libertrios, vol. 2; O movimento, L-PM, Porto Alegre, 1984(3): En el caso brasileo sabemos que el anarquismo lleg aqu de la mano de losinmigrantes europeos, y que fueron ellos tambin los responsables de las experienciaspedaggicas libertarias. Las primeras referencias que tenemos se remontan al 1895 con lafundacin de la Escola Uniao Operia en Rio Grande do Sul, seguida por las experienciasde la Escola Libertria Germinal (Sao Paulo, 1903), por la Escola SociedadeInternacional (Santos, 1904), por la Universidade Popular (Rio de Janeiro, 1904), por la

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    Escuela Noturna (Santos, 1907) (Cfr. Edgar Rodrigues: Os libertrios, Vozes, Rio deJaneiro, 1988, pp. 162-164) y por la Escola Social da Liga Operia (Campinas, 1907)(Cfr. Paulo Ghiraldelli Jr: Educaao e Movimento Operio, Cortez, Sao Paulo, 1987, pp.126-127). En la dcada de los aos diez, bajo el impacto de la ejecucin en Espaa en el1909 de Francisco Ferrer, el ideador de la Escuela Moerna de Barcelona y creador del

    Racionalismo Pedaggico (cfr. mi artculo Educaao e Movimento Operio: aexperincia da escola Moderna de Barcelona, in Proposioes, vol. 3, n 3 [9],Unicamp/Cortez, dic. 1992, pp. 14-23) florecern por aqu muchas Escuelas Modernas,tambin como resultado de la accin de los trabajadores buscando suplir carenciasprofundas dejadas por el incipiente sistema de instruccin pblica de la Viejas Repplica.Tales experiencias son descritas y analizadas en las obras de: Regina Jomini: UmaEducaao Para a Soidariedade, Campinas, Pontes/Unicamp, 1990; Paulo Ghiraldelli Jr:Op. cit; Flvio Luizetto: Presena do Anarquismo no Brasil: um estudo dos episdiosliterrio e educacional, USP, Sao Carlos, 1984. Tesis Doctoral.(4): Recordemos que los sistemas pblicos de enseanza son una invencin delcapitalismo. Vase, por ejemplo, Eliane Lopes: Origens da instruao pblica, Loyola, Sao

    Paulo, 1981(5): Las teoras crtico-reproductivistas de Bordieu y Passeron, infludas por Althusser,vigentes en los aos setenta, fueron en verdad anticipadas en casi dos siglos por losanarquistas.(6): Para los anarquistas la revolucin social debe ser fruto del deseo de masas y de suaccin consciente, de ah su crtica a la idea de una vanguardia que las guiase y laimportancia de la educacin de dichas masas para que pudiesen por s mismas organizar yllevar adelante el proceso.(7): Mikhail Bakunin, en Dios y el Estado, critica el concepto naturalista eindividualizante de la libertad en Rousseau tratando de mostrar que nadie nace libre niesclavo, sino que la libertad es conquistada colectivamente y construda socialmente.(8): La objecin de que trabajaramos con dos pesos y con dos medidas, esto es,afirmando la legitimidad de la autoridad en la educacin pero su no-legitimidad en losociopoltico, no sera correcta; como lo muestra Hannah Arendt (Entre o Passado e oFuturo, Perspectiva, Sao Paolo, 1979), donde termina la educacin comienza losociopoltico: la educacin asume un estatuto prepoltico por excelencia, formadorincluso de futura accin sociopoltica. As, si el nio puede y debe ser conducido durantela infancia, ya no lo puede el adulto, que ha de actuar autnomamente. Perspectivaanloga fue compartida por Bakunin un siglo antes al afirmar que el principio deautoridad en la educacin de los nios constituye el punto de partida natural; es legtimoy necesario cuando se aplica a las criaturas de corta edad, cuando su inteligencia no seencuentra an en modo alguno desarrollada; mas como el desarrollo de todo e igualmentede la educacin implica una superacin sucesiva del punto de partida, este principio debeser gradualmente disminudo a medida en que la educacin y la instruccin de los niosavanza para dar lugar a su libertad ascendente (Dieu et L'tat).(9): Lo cual queda todava ms en evidencia cuando, como es el caso de Brasil, el Estadono consigue cumplir con su deber de ofrecer escolaridad a todos los ciudadanos.(10): Cfr. la obra de los dos autores El Anti-Edipo: Capitalismo y Esquizofrenia.(11): Cfr. El Anarquismo en el siglo XX. Ed. Taurus, Madrid, 1979, pp. 160-161

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    (12): Vase la obra de Moacir Gadotti: Pensamento Pedaggico Brasileiro, Atica, SaoPaulo, 1988, 2 ed, que historiza y conceptualiza las varias tendencias pedaggicasbrasileas que buscan su referente en el mtodo dialctico.