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0 Síntesis del Manual de Terapia de Grupo Seminario Clínico, julio 2011 Psicóloga Esther Escamilla Álvarez y Juan David González S. Generalidades del Manual El manual se diseñó como apoyo a la terapia de grupo que se aplica en CIJ; incluye los materiales necesarios para su aplicación. Los/las terapeutas deben, asumir un papel activo respecto al desarrollo de la sesión, manteniendo una actitud reflexiva y de empatía, por lo que se debe fomentar un ambiente colaborativo en el desarrollo de las actividades de cada sesión. La TG se aplica de manera abierta, es decir no hay sesión de inicio y sesión final; cuando una persona se incorpora al grupo será su sesión uno, y cuando ella deje el grupo al concluir sus objetivos terapéuticos será su última sesión. Así, para alguna persona una sesión será la primera mientras que para otra será la última, y estos momentos sus tiempos pueden encajar perfectamente. El tiempo no es matemático, el tiempo es lo que mide una transformación. La realidad de cada paciente es distinta, y sus necesidades de atención también. En consecuencia, la posología para cada paciente es distinta, algunos de ellos necesitarán ocho sesiones, en cambio otros necesitaran 18 para cumplir su objetivo. Por eso es que este protocolo se aplica a manera de un carrusel, es decir, las personas suben y bajan de acuerdo al número de “vueltas” que necesiten para ellos. En cada sesión se desarrollan varias actividades guiadas por un objetivo previamente definido. Incluye la aplicación de ejercicios prácticos, el análisis de las dificultades que enfrentaron desde la última sesión, motivación de los logros obtenidos, el entrenamiento de nuevas habilidades y los ejercicios para casa. El manejo del tiempo de la sesión es clave para la comprensión del tema, por ello se sugiere dividirlas en tres o cuatro partes, de manera que se cubran los 90 minutos, por ejemplo: 1. Identificar si se mantiene la abstinencia o si hubo consumo (15 a 20 min) Identificar los problemas actuales del paciente, su nivel de funcionamiento general y si realizaron la tarea para la sesión. Explorar si se mantuvo la abstinencia identificando las estrategias que utilizaron y retroalimentando positivamente la conducta; o si se presentó el consumo desde la última vez identificando los factores que lo precipitaron: internos y externos 2. Desarrollo del eje temático (10 a 15 min) Descripción del tema toral, el terapeuta podrá ser más directivo en esta parte; conviene que adapte el contenido a las necesidades y características de los asistentes y al orden en que se apliquen. Todas las sesiones ofrecen una introducción muy parecida pensando en contextualizar a los pacientes de nuevo ingreso; el terapeuta puede obviarla si así lo juzga conveniente. 3. Dispositivo heurístico e introspección (40 a 50 min) Aplicación del dispositivo heurístico para que los asistentes discurran y traten de explicarse a sí mismos su conducta de consumo de SPA u otros asociados, de acuerdo al tema de la sesión. El propósito central es que los asistentes hagan un trabajo de introspección. 4. Cierre y ejercicios para casa (10 min) Elaboración de conclusiones más relevantes, apuntalar habilidades trabajadas, y describir los ejercicios para casa. Se promueven estos ejercicios para que cada asistente aplique lo trabajado en las sesiones en su día a día. Estos ejercicios tienen una función terapéutica y no es algo sin sentido, rígido o de poca utilidad, por el contrario pretenden desarrollar e incrementar las estrategias de afrontamiento que favorezcan un estilo de vida saludable; incluyen el auto-monitoreo de las conductas de consumo y abstinencia. Esta estructura es flexible y puede adaptarse a las necesidades y características de cada grupo, sin otorgar primacía alguna a una técnica determinada. Así, según su experiencia en, cada terapeuta puede modificar las técnicas, ejercicios, dispositivos o aplicar los propios, teniendo siempre presente los objetivos de cada sesión. En cada sesión se sugiere insistir en motivar a los pacientes para lograr la abstinencia.

Síntesis del Manual de Terapia de Grupo...3. Elaborar un plan de acción para desactivar los activadores de la cadena de consumo. La cadena de consumo. El terapeuta explica la Cadena

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Síntesis del Manual de Terapia de Grupo Seminario Clínico, julio 2011

Psicóloga Esther Escamilla Álvarez y Juan David González S.

Generalidades del Manual

El manual se diseñó como apoyo a la terapia de grupo que se aplica en CIJ; incluye los materiales necesarios para su aplicación. Los/las terapeutas deben, asumir un papel activo respecto al desarrollo de la sesión, manteniendo una actitud reflexiva y de empatía, por lo que se debe fomentar un ambiente colaborativo en el desarrollo de las actividades de cada sesión.

La TG se aplica de manera abierta, es decir no hay sesión de inicio y sesión final; cuando una persona se incorpora al grupo será su sesión uno, y cuando ella deje el grupo al concluir sus objetivos terapéuticos será su última sesión. Así, para alguna persona una sesión será la primera mientras que para otra será la última, y estos momentos sus tiempos pueden encajar perfectamente. El tiempo no es matemático, el tiempo es lo que mide una transformación.

La realidad de cada paciente es distinta, y sus necesidades de atención también. En consecuencia, la posología para cada paciente es distinta, algunos de ellos necesitarán ocho sesiones, en cambio otros necesitaran 18 para cumplir su objetivo. Por eso es que este protocolo se aplica a manera de un carrusel, es decir, las personas suben y bajan de acuerdo al número de “vueltas” que necesiten para ellos.

En cada sesión se desarrollan varias actividades guiadas por un objetivo previamente definido. Incluye la aplicación de ejercicios prácticos, el análisis de las dificultades que enfrentaron desde la última sesión, motivación de los logros obtenidos, el entrenamiento de nuevas habilidades y los ejercicios para casa.

El manejo del tiempo de la sesión es clave para la comprensión del tema, por ello se sugiere dividirlas en tres o cuatro partes, de manera que se cubran los 90 minutos, por ejemplo:

1. Identificar si se mantiene la

abstinencia o si hubo consumo (15 a 20 min)

Identificar los problemas actuales del paciente, su nivel de funcionamiento general y si realizaron la tarea para la sesión. Explorar si se mantuvo la abstinencia identificando las estrategias que utilizaron y retroalimentando positivamente la conducta; o si se presentó el consumo desde la última vez identificando los factores que lo precipitaron: internos y externos

2. Desarrollo del eje temático

(10 a 15 min)

Descripción del tema toral, el terapeuta podrá ser más directivo en esta parte; conviene que adapte el contenido a las necesidades y características de los asistentes y al orden en que se apliquen. Todas las sesiones ofrecen una introducción muy parecida pensando en contextualizar a los pacientes de nuevo ingreso; el terapeuta puede obviarla si así lo juzga conveniente.

3. Dispositivo heurístico e

introspección (40 a 50 min)

Aplicación del dispositivo heurístico para que los asistentes discurran y traten de explicarse a sí mismos su conducta de consumo de SPA u otros asociados, de acuerdo al tema de la sesión. El propósito central es que los asistentes hagan un trabajo de introspección.

4. Cierre y ejercicios para casa (10 min)

Elaboración de conclusiones más relevantes, apuntalar habilidades trabajadas, y describir los ejercicios para casa. Se promueven estos ejercicios para que cada asistente aplique lo trabajado en las sesiones en su día a día. Estos ejercicios tienen una función terapéutica y no es algo sin sentido, rígido o de poca utilidad, por el contrario pretenden desarrollar e incrementar las estrategias de afrontamiento que favorezcan un estilo de vida saludable; incluyen el auto-monitoreo de las conductas de consumo y abstinencia.

Esta estructura es flexible y puede adaptarse a las necesidades y características de cada grupo, sin otorgar primacía alguna a una técnica determinada. Así, según su experiencia en, cada terapeuta puede modificar las técnicas, ejercicios, dispositivos o aplicar los propios, teniendo siempre presente los objetivos de cada sesión.

En cada sesión se sugiere insistir en motivar a los pacientes para lograr la abstinencia.

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Tema 0. Drogas vemos… ¿consecuencias ya sabemos?

Objetivos:

1. Que los asistentes identifiquen los principales daños a la salud corporal que produce el consumo y abuso de SPA, diferenciados por sexo.

2. Identificar y describir los daños y consecuencias que el consumo de SPA ocasiona a la salud psicológica y relacional, diferenciados por género.

3. Describir los conceptos de abuso y dependencia, así como el síndrome de abstinencia de las SPA.

Daños a la salud por consumo de SPA.

El terapeuta explica los daños a la salud que ocasiona el consumo de drogas, así como el tipo de problema que pueden presentar, el abuso, la dependencia y el síndrome de abstinencia (conocido coloquialmente como la malilla), y la importancia de adquirir y tomarse los medicamentos prescritos por el médico del CIJ.

También se sugiere explicar el efecto del consumo de las drogas diferenciado por sexo, se trata de dar una visión general. Para ello el terapeuta explica ya no sólo los daños físicos, sino también una serie consecuencias psicológicas y sociales que tiene para una mujer y para un varón, pues se juegan situaciones de estigmatización y discriminación.

Invita a los asistentes a discurrir acerca de este tema desde su propia experiencia.

Puede apoyarse en los conocimientos de los propios pacientes con preguntas como: ¿Por qué creen o qué motivos consideran puede tener una mujer para drogarse y cuáles un hombre?, ¿Cómo “miran” ustedes a un varón consumiendo y como “miran” a una mujer? ¿Qué dice la gente acerca de esto?, etc.

Cierre y conclusiones

Al final de la sesión, cada uno de los participantes, hará una reflexión final y la socializarán en grupo en voz alta;

Por último, el terapeuta hace su propia reflexión y la comparte con todos sus acompañantes. Al final les recuerda la fecha y hora de la siguiente sesión y les confirma que han tomado la decisión correcta al acudir a CIJ.

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Tema 1. Desmantelando la cadena de consumo

Objetivos:

1. Identificar y analizar la cadena de consumo.

2. Analizar una conducta funcional (no relacionada con el consumo) y resaltar sus beneficios.

3. Elaborar un plan de acción para desactivar los activadores de la cadena de consumo.

La cadena de consumo.

El terapeuta explica la Cadena de Consumo de drogas, así como los eslabones que la conforman, a saber: A) Activadores que detonan el consumo de SPA, b) Búsqueda de los satisfactores asociados al consumo y C) Consecuencias del mismo.

El terapeuta puede apoyarlo para identificar el ABC de su experiencia valiéndose de las siguientes preguntas:

Activadores: Los cuales se dividen en dos clases: 1) Externos, agrupan tres categorías: a) Situaciones: ¿En qué momento te diste cuenta que deseabas la SPA?,

¿Qué sucedió antes del consumo?; b) Lugar: ¿Dónde estabas?; c) Personas: ¿Con quién/es estabas? 2) Internos, agrupan tres categorías: a) Conductas: ¿Qué estabas haciendo?; b) Pensamientos: ¿Qué

pensabas justo antes de consumir? (relajarte, divertirte, etc.); c) Emociones: ¿Cómo te sentías antes del consumo? ¿Cuál era tu estado de ánimo? (enojo, soledad, tensión, aburrimiento, frustración, ira, etc.).

Búsqueda de satisfactores asociados al consumo (consecuencias positivas de corto plazo): ¿Qué finalidad tiene para ti el consumir? ¿Qué es lo que te gusta de consumir con quien lo haces? ¿Qué es lo que te gusta de consumir en donde lo haces? ¿Qué pasa por tu mente cuando consumes? ¿Qué pensamiento agradable tienes? ¿Qué sensaciones físicas tienes? ¿Qué emoción experimentas?

Consecuencias del consumo: ¿Que pasó después de que terminó el efecto de las drogas? ¿Qué pasaba en tu mente? ¿Cómo te sentías? ¿Cómo sentías tu cuerpo? ¿Qué consecuencias tuviste de ese consumo? (físicas, emocionales, familiares, interpersonales, económicas, laborales, legales, etc.)

El/la terapeuta anota las respuestas del paciente para que sus compañeros/as las puedan leer, y en plenaria trata de hacer un análisis de la cadena de consumo de esta persona (ABC).

El terapeuta les pide que digan en voz alta cuáles son los principales detonadores que activan el consumo: situaciones, lugares y personas, así como pensamientos, emociones y conductas. Un buen análisis del ABC del consumo permite tomar decisiones para enfrentar situaciones difíciles y no pagar consecuencias negativas.

Después explica cómo pueden romper la cadena de consumo y logar la abstinencia:

Acciones para evitar los activadores. Son de dos tipos:

1) Externos, agrupados en tres categorías: a) Situaciones (la acción propiamente dicha), b) Lugares (a donde acude la persona o a dónde ejecuta la acción) y c) Personas (con quien se reúne para hacerla).

2) Internos, agrupados tres categorías: a) Conductas, b) Pensamientos y c) Emociones.

Búsqueda de satisfactores asociados a la abstinencia (los motivos que lo hicieron renunciar al consumo de drogas y los factores que mantienen su abstinencia).

Consecuencias de la abstinencia (positivas y negativas): físicas, emocionales, familiares, interpersonales, educativas, económicas, laborales, legales, etc.

En grupo se realiza una comparación entre los ABC de la cadena de consumo y los ABC de la conducta de abstinencia con la finalidad de que los pacientes puedan observar que mediante la realización de actividades no relacionadas con el consumo pueden obtener beneficios importantes.

Cierre y conclusiones.

El terapeuta hace una síntesis de los avatares de la sesión para los pacientes, y les pregunta si ellos agregarían alguna idea importante que a él, sin querer, hubiera omitido. Sin más, los invita a aplicar sus acciones para desmantelar los activadores hasta la sesión próxima.

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Tema 2. Identificando los pensamientos automáticos que favorecen el consumo de SPA

Objetivos:

1. Identificar los pensamientos automáticos (PEN-A) que favorecen la cadena de consumo y mostrar que se pueden cambiar y reemplazar por pensamientos eficaces (PENS-E).

Pensamientos Automáticos.

El terapeuta describe los pensamientos automáticos: son palabras que nos decimos a nosotros mismos

como si fuera una conversación en nuestra mente pero también son imágenes que pasan rápidamente por ella. Somos conscientes de unos, pero de otros no tanto y son específicos para cada situación. Constituyen el primer eslabón cognitivo de lo que se conoce como procesamiento irracional de la información, e influyen de forma importante en nuestras respuestas emocionales y comportamientos, esto es, lo que hacemos o lo que decidimos, es decir, en la forma en cómo interactuamos en la vida, etc.

Las personas que consumen drogas tienen continuos pensamientos dañinos que suelen aparecer de forma automática en nuestra mente. Lo que ellas ignoran es que estos pensamientos dañinos muchas veces carecen de fundamentos reales, sin embargo hacen que en una persona se sienta triste, a disgusto, enojada, rabiosa, celosa, perpleja, iracunda, hostil, irritable, fastidiada, hostil, afligida, extravagante, temerosa, etcétera, cuando no hay ninguna razón objetiva para sentirse de esta manera.

Estos pensamientos negativos y dañinos pueden impedir que las personas que consumen SPA se comprometa en actividades que le harían sentirse bien consigo mismas, y es probable que experimenten pensamientos críticos acerca de sí mismos como "He acabado con mi vida", "Que caso tiene salir adelante estando donde estoy", “¿A quién le importa lo que yo haga?”.

Algunas de las características de los pensamientos automáticos son:

Son mensajes específicos, a menudo parecen taquigráficos.

Son creíbles a pesar de ser irracionales y no basarse en evidencia suficiente. Se viven como espontáneos o involuntarios, difíciles de controlar.

Suelen conllevar una mirada estrecha: tienden a producir una determinada percepción y evaluación de los eventos.

Los pensamientos automáticos constituyen uno de los disparadores más frecuentes del consumo, por ello debemos aprender a identificarlos y detenerlos.

Como las otras personas no saben cómo estamos pensando, si llegamos a necesitar ayuda, apoyo o conocer una opinión distinta debemos empezar por compartir nuestros pensamientos.

Los terapeutas pueden explicar estas ideas apoyándose en un lenguaje lego, adecuado a los/as asistentes.

De lo que se trata es que las personas puedan identificar que la interpretación de una situación, más que la situación misma, a menudo expresada en forma de pensamientos automáticso, influye sobre las respuestas emocionales y en sus comportamientos. Si una persona interpreta una situación de determinada manera actuara en consecuencia a ella, pero si la interpreta de una manera distinta lo hará de manera diferente.

Identificando los Pensamientos.

El terapeuta invita a sus compañeros a la reflexión.

¿Por qué se imaginan que ante una misma situación las dos personas reaccionaron de manera diferente?, ¿Qué cosas pueden determinar este tipo de reacción?, ¿Qué imaginan que estaba pasando por la mente de ellos de tal forma que tuvieron conductas bien distintas?, etc.

Después de discurrir acerca de lo que pensaron puede pedir el apoyo de un/a voluntario/a para hacer un ejercicio con él/ella y ayudarle a identificar sus pensamientos automáticos. O bien, puede hacerlo en plenaria, con todo el grupo, a manera de llovizna de ideas.

En cualquiera de los dos casos, se sugiere aplicar el método socrático, conduciendo un análisis reflexivo para facilitar que las personas identifiquen sus pensamientos automáticos que los hacen emitir juicios negativos o estereotipados. Para ello se proponen las siguientes preguntas:

¿De qué manera podemos anticipar nuestras respuestas reactivas para no meternos en líos?

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¿Alguien quiere dar un ejemplo en el que reaccionó de manera impulsiva o sin pensar?

¿Qué ideas o imágenes pasaban por tu mente cuando hiciste eso?

¿Qué pensamientos pudieron haberte llevado a tomar otra decisión?

¿Si tuvieras oportunidad de volver a estar en esa situación qué pensarías diferente ahora?, etc.

La pregunta toral aquí es: ¿Qué estaba pasando por tu mente en ese momento?

Si el terapeuta observa que el voluntario o alguno de los pacientes, da muestra de que su estado de ánimo se está alterando, pregunte inmediatamente ¿qué (imágenes) está(n) pasando por tu cabeza en este momento?

Escriba en una hoja grande o en el pizarrón, de forma breve, el pensamiento o la imagen mental y trabaje con él/ella in situ esta situación.

Construyendo Pensamientos Eficaces

El terapeuta explica que podemos aprender a cambiar los pensamientos/imágenes y romper con esas plantillas rígidas. Entre más opciones tengamos mayor libertad tendremos.

Lo primero es decidir en qué vamos a enfocarnos.

Cada persona tiene la libertad de decidir cómo va a pensar. Nadie puede forzarnos a pensar de forma dañina.

El propósito ahora es identificar los pensamientos eficaces que pueden sustituir a los pensamientos automáticos para esa misma situación. Esta vez el terapeuta anotará en la tercera columna los pensamientos eficaces que los pacientes refieran, así harán su propia cosecha intelectual.

Al final, las personas habrán hecho un ejercicio muy importante: pensar, es decir, pensar la manera de pensar eficazmente.

Cierre y ejercicio para casa.

El terapeuta les solicita que en una hoja en blanco anoten los pensamientos automáticos y los pensamientos eficaces que identifiquen a lo largo de los días en que no se verán, lo cual puede ser de gran utilidad para evitar consumir. Puede solicitarles que los traigan para la sesión siguiente, si así lo considera.

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Tema 3. Identificando las Respuestas Emocionales Saboteadoras

Objetivos:

1. Identificar y detener las respuestas emocionales saboteadoras (RES) que favorecen la cadena de consumo.

Las Respuestas Emocionales Saboteadoras.

El/a terapeuta explica las respuestas emociones negativas1, las cuales suelen ser intensas, dolorosas y pueden

interferir (sabotear) en la capacidad para pensar con claridad, resolver problemas, actuar de manera eficaz y lograr satisfacción, por eso les llamaremos respuestas emocionales saboteadoras.

Las respuestas emocionales negativas no convierte necesariamente ese estado en irracional. Lo que determina si son o no saboteadoras es su base cognitiva y el grado de malestar que nos provocan.

Ejemplos de estas respuestas son el temor, cólera, rabia, furia, remordimiento, culpa, celos, ansiedad, resentimiento, vergüenza, tristeza, enojo, frustración, abatimiento, aborrecimiento, acritud, aflicción, aprensión, aversión, congoja, desdén, desesperación, desprecio, disgusto, dolor, pena, pesar, engreimiento, envidia, exasperación, hostilidad, humillación, indignación, irritabilidad, menosprecio, mortificación, pesimismo, fastidio, “nerviosismo”, extravagancia, entre muchas otras.

Cuando estas respuestas son demasiado intensas pueden tener consecuencias graves para la persona y para quienes los rodean, generando conflictos innecesarios: “No era yo” “No quería lastimarla”, “Sólo quería corregirlo” “No me pude contener” “Esa no era la intensión” “No me pude controlar”, y demás.

En esta parte de la sesión no se trata de desafiar el sentir de a los pacientes ni de discutir si sus emociones son correctas o incorrectas, mucho menos de regañarlos por sentirlas, sino de que las evalúen y analicen cómo las RES operan como aliadas de los pensamientos automáticos.

Los terapeutas pueden explicar estas ideas apoyándose en un lenguaje lego, adecuado a los/as asistentes.

Sin embargo, la relación no es diádica ni lineal sino que se da a través de una cadena conductual, que para los fines que nos ocupan se traduce en una cadena de consumo:

1. El terapeuta explica la manera en como las RES se intensifican afectando a la persona y a quienes la rodean.

2. Explica la cadena de consumo en la que un pensamiento automático se asocia a una RES, y estos con otros en cascada que al intensificarse precipitan la conducta impulsiva, es decir, el abuso de sustancias (u otras conductas dis-funcionales) que vienen seguidas de consecuencias negativas (personales, familiares, físicas, escolares, económicas, etc.).

Identificando las Respuestas emocionales saboteadoras.

Las respuestas emocionales saboteadoras son afectos intensos habitualmente de corta duración que surgen repentinamente cuando se ha vivido o vive una experiencia negativa.

Muchos personas no distinguen con claridad la diferencia entre lo que están pensando y lo que están sintiendo.

El terapeuta debe de acompañarlos con espíritu de discernimiento para darle sentido a sus experiencias y tener una mejor comprensión de las situaciones narradas en la primera parte de la sesión.

Para este ejercicio el terapeuta puede mostrar un mosaico de rostros de personas expresando sus emociones, puede utilizar imágenes recortadas de revistas y pegarlas en una hoja bien grande para trabajar con ellas.

La idea es que los pacientes traten de discernir las emociones que están experimentando las personas de la imagen. No se trata de imaginar qué les paso a esas personas ni mucho menos de describir las imágenes, sino de nombrar las emociones. Una misma imagen puede ser interpretada de distinta manera, en cuyo caso se analizara en grupo.

El terapeuta debe invitarlos a ir más allá de las meras expresiones onomatopéyicas o las voces expletivas, especialmente en los grupos de varones.

1 Se llaman emociones negativas no porque sea malo sentirlas, de hecho todas las personas las experimentamos en mayor

o menor medida, sino por el de que provocan sentimientos disfóricos o estrés que pueden llevar a la persona a

interpretaciones equívocas de situaciones.

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Después, se les pide a los participantes que digan por qué se imaginaron que eso es lo estaban sintiendo esas personas, a partir de lo cual el terapeuta explorará si alguna vez ellos/as estuvieron en una situación similar.

Se da un tiempo razonable para que los participantes narren sus experiencias, después de lo cual les hará la pregunta toral: ¿Qué fue lo que sintieron en ese momento?

El propósito es que las personas terminen reflexionando acerca de sus propias respuestas emocionales. Para ello puede pedir el apoyo de un/a voluntario/a y hacer un ejercicio personalizado, o bien, puede hacerlo en plenaria, a manera de llovizna de ideas. No se trata de analizar todas las situaciones en las que la persona se sintió disfórica, sino que se trata de apuntalar a la reducción del malestar emocional relacionado con las interpretaciones equívocas de esas situaciones.

Toda vez que muchas personas, especialmente los varones, tienen dificultades para leer (e identificar) sus emociones, y por el contrario suelen responder acerca de lo que pensaron o de lo que hicieron entonces, el terapeuta puede colaborar con ellos preguntándoles ¿Y qué sentías mientras pensabas/hacías eso? No debe sonar a que él/ella tiene la culpa.

Si el terapeuta observa que el voluntario o alguno de los asistentes, da muestra de que su estado de ánimo se está alterando, pregunte inmediatamente “¿Qué estás sintiendo en este momento? ¿Cómo te hace sentir esto que nos cuentas? Está bien, por eso estamos aquí”.

El terapeuta puede ir escribiendo en una hoja bien grande o en el pizarrón, de forma breve, las RES para que los pacientes las tengan presentes en la semana, al tiempo que puede ir ofreciendo respuestas emocionales positivas.

También puede apoyarse en el Cuadro. RES asociadas al consumo. Abajo se expone el ejemplo de una persona que compartió sus experiencias emocionales en el grupo.

Respuestas Emocionales Saboteadoras (RES) asociadas al consumo de SPA

Situación Interpretación equívoca

(Reglas, actitudes y presupuestos disfuncionales)

RES

¿Y qué sentías mientras pensabas eso?

El otro día volví a probar

drogas, la neta no quería pero dije, nomás un

tantis y ya.

Luego pensé, pendejo, otra vez ya estas con tus cosas, no se te va a

quitar lo mariguano Y es que como vengo aquí pues se

supone que ya nunca la iba a probar.

O sea, si me sentí bien acá, así como muy, cómo le dijera… la neta si me dio harto sentimiento, pensé, chale, no la voy a dejar… Bueno, sentí como que me apretaban el pecho y me levanté al otro día de malas, como bien nervioso de que me cacharan. Creo que me enoje conmigo, pero también sentí tristeza porque pensé que

yo no voy a poder dejar nunca esta madre [la droga].

Este cuadro puede hacerse en una hoja bien grande o proyectarse en un pintarrón para ir llenando las columnas con ejemplos de la vida cotidiana que los pacientes vayan refiriendo.

Esta parte de la sesión es compleja, pues el terapeuta debe ir tejiendo un rapacejo entre interpretaciones equívocas, las respuestas emocionales saboteadoras que las personas vayan identificando y la intención de ir a buscar drogas.

Al final, las personas habrán hecho un ejercicio muy importante: dejarse sentir sin censura.

Cierre y ejercicio para casa.

El terapeuta les solicita que en una hoja en blanco anoten ejemplos en que hayan reaccionado de manera negativa y así como las respuestas emocionales saboteadoras que identifiquen a lo largo de los días en que no se verán, lo cual puede ser de gran utilidad para detener su cadena de consumo. Puede solicitarles que los traigan para la sesión siguiente, si así lo considera.

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Tema 4. Distorsiones cognitivas, una puerta abierta al consumo

Objetivo:

1. Identificar y cuestionar la evidencia de las distorsiones cognitivas que favorecen la cadena de consumo.

2. Cuestionar la evidencia de las distorsiones cognitivas, su validez o las ideas irracionales que las sostienen.

Distorsiones cognitivas.

Las respuestas que nos damos para explicar nuestras experiencias pasadas y actuales (e inclusive, las que imaginamos que podrían ocurrir) se van inscribiendo en nuestra mente en dosis homeopáticas. De esta manera

gota a gota se va formando en nuestra mente un esquema de creencias tipo queso chihuahua (¿o asadero?) o tipo cebolla, en donde una capa va envolviendo a otra, o como las umbelas de las casas, una tira de tejas soporta a las que les siguen. Estas creencias no siempre son funcionales y racionales, de hecho muchas de ellas son totalmente infundadas y por lo tanto irracionales.

A las creencias que están en el centro de la cebolla (las primeras que salieron del tallo) les llamaremos creencias centrales, que a su vez inciden en el desarrollo de una serie de creencias intermedias, y que a su vez favorecen el desarrollo de pensamientos automáticos.

Cuando las personas tienden a persistir recurrentemente en los pensamientos automáticos se vuelven reiterados, existe una tendencia negativa sistemática en el procesamiento cognitivo de la información. A esta tendencia sistemática negativa le llamaremos distorsiones cognitivas (DIS-CO) o errores inferenciales del pensamiento. Las DIS-CO son evaluaciones cognitivas rígidas y estereotipadas ligadas a las situaciones específicas que nos hacen sacar conclusiones apresuradas con respuestas estereotipadas.

Las DIS-CO son maneras erróneas de pensar, concretas y habituales, y derivan de creencias personales o significados subjetivos casi siempre aprendidos en nuestra niñez. Estas distorsiones se expresan a través de los pensamientos e imágenes de las personas, y que aparecen en situaciones donde hay una intensa alteración emocional, lo que contribuye a que no nos demos cuenta de ello y de cómo influye en nuestra forma de actuar.

Los que saben, dicen que las DIS-CO son como los discos rayados de la abuela, funcionan de manera automática, reiterada y sin control, y hacen buena publicidad a los conflictos del (co)razón.

El caso es que las distorsiones cognitivas terminan operando como un cedazo de nuestras experiencias a partir del cual las personas procesamos la información de manera irracional, donde todo lo bueno que somos y tenemos se nos escurre y lo único que retenemos es lo malo.

Identificando las DISCO que nuestra mente reproducen sin pensar

Entonces, cómo podemos identificar las DISCO que llevamos en nuestra cabeza:

Se activan de manera automática, no están basados en la razón ni en la lógica, y se reproducen gracias a la baja opinión que las personas tienen de sí misma (esta es la batería que los alimenta).

Son irracionales, carecen de evidencia y se hacen acompañar de la banda sonora Respuestas Emocionales Saboteadoras

Se disfrazan de “verdades absolutas” para parecer absolutamente creíbles en el momento en llegan a nuestra mente, por eso las aceptamos como razonables, y las consideramos ciertas y realistas.

En el Cuadro. Distorsiones Cognitivas (DIS-CO) se describen las principales distorsiones que reproduce la mente de las personas que consumen drogas.

La terapeuta la mostrará a los asistentes con el objetivo de que cada quien identifique las DIS-CO que más suenan en su mente después de lo cual se analizan las consecuencias de estas distorsiones cognitivas en la forma en cómo se relacionan con los demás y en las decisiones que toman, especialmente en su decisión de consumir drogas.

Puede anotar en una hoja grande (o en un pizarrón) las consecuencias que las personas identifiquen de haber reproducido por tanto tiempo estas DIS-CO en sus vidas.

Toda vez que las DIS-CO se refieren a la validez de los pensamientos automáticos la pregunta toral que hará el terapeuta será: ¿Son verdaderos o son falsos?

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Dicho de otra manera: ¿Hasta qué punto están fundamentados (evidencia) o se desprenden de razonamientos erróneos?

Cuadro. Distorsiones cognitivas

Adivinación del futuro: Predice o profetiza el resultado de un evento antes de que ocurra.

Abstracción selectiva (filtro mental): Consiste en centrarse en un detalle extraído fuera de contexto ignorando otras características más relevantes de la situación y valorando toda la experiencia con base a ese detalle.

Auto culpabilidad: Consiste en la tendencia a atribuir sin evidencias la responsabilidad de todos eventos totalmente a uno mismo, generalmente con atribución de culpa.

Hetero culpabilidad: Consiste en la tendencia a atribuir sin evidencias la responsabilidad de todos eventos totalmente a los demás, generalmente con atribución de culpa.

Auto estigmatización: Hacerse una idea general y negativa de uno mismo a partir de un evento aislado que no logro perdonarse o de un defecto físico.

Descalificación: descartar lo positivo de uno mismo, o de las demás personas.

Explicaciones tendenciosas: Concentración del pensamiento en torno a una idea concreta asociada con un poderoso componente afectivo.

Falacia de control: Consiste en la tendencia a pensar que debe tener el control de todas las situaciones ("Toda la responsabilidad es mía").

Falacia de justicia: Consiste en la tendencia a valorar como injusto todo aquello que no coincide con los deseos personales.

Falacia de cambio: Consiste en creer que el bienestar de uno mismo depende exclusivamente de los actos de los demás de que estos cambien su conducta.

Razonamiento incorrecto: Creer que siempre tiene la razón en todo lo que dice y hace.

Falacia de razón: Consiste en el hábito de no escuchar las razones ajenas ante desacuerdos por creerse uno en posición de la verdad absoluta. Es una tendencia a probar de manera frecuente, ante un desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el correcto y cierto.

Cierre y ejercicio para casa.

El terapeuta realiza una síntesis de aspectos sobresalientes de la sesión y solicita que en una hoja en blanco anoten ejemplos de las distorsiones cognitivas más frecuentes que identifiquen a lo largo de los días en que no se verán, lo cual puede ser de gran utilidad para detener su cadena de consumo. Puede solicitarles que los traigan para la sesión siguiente, si así lo considera.

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Tema 5. Las creencias intermedias, los peldaños del consumo

Objetivos:

1. Analizar las creencias intermedias personales que influyen en el consumo de SPA. 2. Que las personas identifiquen sus propias creencias intermedias, de acuerdo a la categorización propuesta,

que favorecen el abuso y dependencia a las SPA.

Creencias intermedias, los peldaños del consumo.

El terapeuta explica que el esquema de creencias de las personas está organizado como una escalera de caracol en donde cada peldaño sigue a otro, en espiral y sin descanso; o como las cebollas, una capa va envolviendo a otra. A las creencias que están en el centro de la cebolla (las primeras que salieron del tallo) les llamaremos creencias centrales, que a su vez inciden en el desarrollo de una serie de creencias intermedias, y que a su vez favorecen el desarrollo de pensamientos automáticos.

La mala noticia es que estas creencias no siempre son funcionales y racionales, de hecho muchas de ellas son

totalmente infundadas y por lo tanto irracionales.

Siguiendo con la analogía de la escalera de caracol, las creencias (irracionales) centrales serán los largueros o

el barrote central de la escalera, mientras que la serie de peldaños adheridos al barrote central será la serie de

creencias intermedias (irracionales), que a fuerza de transitarlos las personas van dejando huella, las huellas de

esos peldaños son los pensamientos automáticos recurrentes (distorsiones cognitivas).

El arranque y el desembarco de la escalera, así como su pendiente y longitud, depende de las experiencias de

cada persona; la contrahuella depende de cuánto lleve consumiendo la persona. La fecha (dirección) depende

de cada persona y de sus deseos de cambiar.

El terapeuta puede apoyarse dibujando una escalera de caracol para ilustrar sus ideas.

En esta sesión nos ocuparemos de las creencias irracionales intermedias que constituyen el segundo eslabón cognitivo del procesamiento irracional de la información. El arranque y el desembarco de la escalera de creencias serán analizados a lo largo de la sesión

Las creencias intermedias consisten en una serie de Reglas, Actitudes y Presupuestos (RAP) a menudo no expresadas.

Ejemplo de una regla/expectativas es: “Debo beber lo más duro que pueda para no verme mal con mis camaradas”; ejemplo de una actitud: “Ser una drogadicta es una cosa terrible”; y de una presunción: “Si acepto consumir drogas, él me tomará en cuenta”.

Las creencias intermedias influyen en la forma de ver la situación y esa visión a su vez influye en el modo como las personas piensan, sienten y se comportan.

Hay una serie de creencias intermedias propias de las personas que consumen SPA que diversos autores han categorizado en una secuencia, iniciando con las creencias anticipadoras, por ejemplo: "Será divertido", "Probarla de vez en cuando no afecta a nadie", “Mis amigos consumen y nos les ha pasado nada”, etc.

En la medida en que la persona encuentra más satisfacción desarrolla creencias románticas que presagian la satisfacción o el escape, por ejemplo: “Me sentiré menos triste y sola”, “Fumando espero al hombre que yo quiero”, "Esto nos unirá más como pareja”, “Será una forma dulce de olvidar”, “Hablando de mujeres y traiciones se fueron consumiendo las botellas”, “Yo soy el aventurero, el mundo me importa poco”; o creencias de poder que prometen una dosis de superioridad por más efímera que resulte, por ejemplo: “¡¿Somos o no somos hombres?¡”, “Abrase piojos que ya llego el peine”, “Aquí esta su padre”, “No’más chocan los pendejos”, “A mí a cabrón nadie me gana”, “Bájate a ver si eres tan hombre”, etc.

Seguidas de las creencias de seudoeficacia, por ejemplo: "Seré más divertido y le gustaré más a las chavas", “Me sentiré más seguro”, “Necesito el crack para poder funcionar", “Pinches noñas miedosas, deberían aprender a mí”, “Así me siento más yo-mismo”, “El hambre me tumba pero el orgullo me levanta”, etc.

Así, en la medida que la persona va adquiriendo confianza para mitigar los sentimientos de miedo, tristeza, rabia, desesperanza, etc., se van desarrollando creencias asociadas al alivio, como ejemplo: “Con un poquito, no’más una fumada pa’recuperarme”, “Me le pongo, me sentiré de nuevo bien", “Necesito una dosis, con eso seguro se me pasa”, “Me caí que si no la consigo me desmoronaré", "Necesito una coca para salir de este bajón”, “Con una fumadita seguro se me pasa este jodido trago amargo”, etc.

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De esta manera los consumidores progresan hacía las creencias facilitadoras o permisivas que son las que incrementan la probabilidad, en principio, de la búsqueda de los satisfactores (asociados a la droga), como por ejemplo: “Me lo merezco", "Que jodido me siento, me merezco un aliviane”, “Está bien que lo use, no hay nada mejor que me funcione”, “Esto es vida, lo demás son pendejadas”, “Total, una vez más, ni quien se entere”, “Demonios, ¡A quién le importa!”, “Es mi cuerpo, yo sé que hago con él”, “A fin que estoy chavo, drogos los rucos que le ponen”, “Borracho yo he nacido, borracho yo he crecido y sé perfectamente que borracho he de morir, ja ja ja”, “No es que sea el alcohol, la mejor medicina, pero ayuda a olvidar cuando no ves la salida”, “Bebe que la vida es breve”, “Estoy guardando esta cajetilla para el cafecito con mis amigas!”, “Ya me merezco algo bueno”, etc.

El siguiente paso son los medios para obtener el satisfactor (la droga), es decir, la estrategias instrumentales, entendidas como las conductas implicadas en la búsqueda, adquisición y el consumo de SPA, por ejemplo buscar amigos que se drogan, llamar a la amiga que fuma, acudir a donde sabe que le van a invitar o hasta cometer actos ilícitos para conseguirla, por ejemplo robar para conseguir el dinero y comprarla.

Las personas con intensas ansias por el consumo de droga (conocida por muchos como la malilla) se centrarán en su propósito y no permitirá que nada se interponga en su camino para conseguirla. Los impulsos finales serán más fuertes “¡Necesito la droga!” y el consumo de SPA se intensificará.

Así como todas estas creencias son aprendidas también pueden desaprenderse, y en su lugar se pueden aprender nuevas basadas en interpretaciones de la realidad más funcional.

Examinar y desafiar el sistema de creencias intermedias.

Se trata de que los integrantes analicen el montón de creencias reificadas que favorecen el consumo de SPA.

Para ello, la terapeuta decidirá si el siguiente ejercicio lo desarrolla antes o después de la exposición del tema o bien realiza uno propio, de acuerdo a su experiencia.

La pregunta toral en esta sesión es ¿Cómo es que tus creencias favorecen el consumo de drogas?

Y se abre la discusión.

Dependiendo de las creencias centrales e intermedias que las personas identifiquen, el terapeuta puede acompañarlos con preguntas reflexivas, por ejemplo:

¿Por qué creyeron que consumir drogas era divertido?

¿De dónde sacaron la idea de que embriagándote te harías más popular?

¿Cómo fue que te creíste que si le aguantabas el paso a tu novio a la hora de beber, te iba a tomar en serio?

La finalidad de las preguntas reflexivas es compartir con los pacientes dispositivos que los ayuden a cuestionar las creencias que sustentan su consumo. Para ello puede solicitar la participación de algún/a voluntario/a que aún no hayan conseguido la abstinencia, al cual se les puede hacer las siguientes preguntas.

1. ¿Qué creencias han sostenido el consumo en tu caso? ¿Qué te hizo creer que consumir drogas era una buena idea? ¿Qué ideas te vendieron cuando te ofrecieron las drogas por primera vez?

2. ¿Qué te hizo creer en ellas?, ¿Por qué estas creencias tuvieron tanta importancia para ti? ¿Por qué les atribuiste tanto poder?

3. ¿Hoy en día, puedes mantener racionalmente estas creencias? ¿Qué cosas piensas ahora acerca de esas creencias?

4. ¿Existe alguna evidencia de la veracidad de estas creencias?

5. ¿Qué evidencias me puedes dar ahora acerca de la falsedad de esta creencia?

6. ¿Qué piensas que pasaría contigo si sigues creyendo en esos mitos? Tómate tu tiempo para responderme…

7. ¿Qué pasaría contigo si dejas de creer es esos mitos?, ¿Cómo te sentirías si de pronto te arrancáramos de la cabeza esos mitos? ¿Podrías mudar de creencias?, ¿Es posible para ti?, ¿De qué depende?

8. ¿En qué cosas podrías empezar a creer?

Bienvenido al deicidio.

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Si no existe un voluntario, el terapeuta puede poner un ejemplo de sus propias creencias a las que renuncio o de algún otro caso con el que haya trabajado.

Los terapeutas pondrán atención a las ideas o creencias que surjan con la intención de que las trabajen en el resto de la semana.

Cierre y ejercicio para casa.

El terapeuta realiza una síntesis de la sesión y destaca los puntos relevantes de la misma y solicita que en los siguientes días realicen este mismo ejercicio y, en la medida de lo posible, anoten en un cuaderno las creencias intermedias que logren identificar y que puedan estar detonando la búsqueda de las drogas para su consumo.

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Tema 6. Las creencias rancias, el cedazo de nuestras cosas buenas

Objetivos:

1. Identificar las creencias básicas de las personales que influyen en sus sentimientos de infelicidad o desesperanza y que juegan a favor del consumo de SPA.

2. Plantear argumentos válidos y coherentes para des-significar esas creencias básicas.

Las creencias rancias, el cedazo de nuestras cosas buenas.

El terapeuta explica las creencias rancias que habitan nuestra mente y que operando como una especie de filtro o cedazo que censura muchas de las cosas buenas que tenemos y muchas de las opciones y posibilidades que nos da la vida [“No me lo merezco”].

En algún momento de nuestro pasado todos pudimos vivir experiencias que nos llevaron a creer firmemente que no valíamos. Estos sucesos vitales y la creencia generada tuvieron consecuencias emocionales, es decir, estas ideas quedaron asociadas con sentimientos de infelicidad y desesperanza. Desde entonces, cualquier acontecimiento que guarde alguna relación con esa idea puede generar emociones y sentimientos similares pudiéndose asociar la idea “No valgo”, “No sirvo”, “No me quieren”, y con creencias y comportamientos actuales como “Si no consumo drogas, no voy a ser valioso/aceptada/querido” o “Si pido ayuda soy débil/incompetente/miedoso. Así que lo primero que se trata de hacer es tratar de identificar una idea parecida a estas y después analizar rastrearlas con algún recuerdo de su niñez acerca de experiencias que les hicieron creer que no valían, no servían o no eran amados ¿Quiénes de ustedes nos quiere contar alguna de estas experiencias para después analizar cómo se fueron creando estas ideas en nuestra mente y cómo influyen en nuestros comportamientos?

Palabras más palabras menos, el terapeuta pasa a la aplicación del dispositivo.

La Coladera Rancia de Ideas Buenas para el Alma (CRIBA).

¿Cómo podemos identificar esa coladera rancia de ideas buenas que llevamos en nuestra cabeza? Justo de eso se trata esta sesión para poder desecharla y significar nuevas ideas que jueguen a favor de la seguridad y estima de las personas, y de su abstinencia de SPA.

Para ello, la terapeuta se apoyará en una coladera rancia de cocina que haya recuperado del cuarto de tiliches [conviene que cada persona traiga la propia para que cada una pueda representar e ilustrar su propia CRIBA) pero si no consigue una, puede dibujarla en la pizarra y pedirles a los pacientes que dibujen la suya una hoja.

Para aplicar el dispositivo tiene dos opciones.

En el primer caso, si los pacientes trajeron su propia coladera o cernidor, el terapeuta les entrega a cada uno un fajo de afiches, o en su defecto puede recortar pequeños papelitos y dárselos o dejarlos en la mesa de centro para que cada quien coja los que necesite. Después les pide a los asistentes que piensen en todas las cosas malas que ellos creen que tienen o son (físicas, de su forma de ser, etc.) pero también las cosas negativas que les han dicho acerca de ellos mismos desde que eran niños (flojo, bueno para nada, atenido, mensa, tarada, etc.) y después les pide que anoten cada una de estas cosas o características en un papelito (una característica negativa por cada papelito). Después van a doblar estos papelitos y los van a colocar en su vieja coladera que

trajeron, es decir, van a ir poniendo todos estos papelitos en la canastilla de la coladera a falta de coladera

pueden usar el nicho de su mano . Al terminar este ejercicio les pide que piensen ahora en todas las cosas buenas o positivas que tienen, y les pide que las escriban en un papelito (una característica positiva por cada papelito). Después van a doblar estos papelitos y también los van a colocar en la canastilla de su coladera, evidentemente sin quitar los primeros papelitos que pusieron.

Lo que puede pasar es que los papelitos con características positivas no quepan en la canastilla de la coladera, que se escuran de ella, o bien, algunos cabrán pero ya no todos.

La pregunta que les puede hacer es la siguiente: ¿Cómo llenar un recipiente que ya está lleno?

En principio, hay que tirar cosas que ya no nos sirven, que se echaron a perder, que nos hacen daño…

¿Pero cómo hacerlo? ¿Cómo te deshaces de algo que ha sido “parte” de ti durante mucho tiempo en tu vida? Empezando por cuestionar si esto es verdad ¿De verdad yo soy así? ¿De verdad yo soy/tengo todas esas cosas negativas que escribí de mí? ¿Qué evidencia tengo de eso? O acaso, no será que simplemente estoy jugando un papel que otros escribieron para mí. Mi alma se llenó de tantas cosas malas que no quedo espacio para el universo de las cosas buenas que soy o puedo ser.

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En el caso de que no traigan su coladera les va a pedir que tracen en una hoja una línea que la divida en dos partes iguales, esta línea va a representar la CRIBA. Sobre de ella van a escribir las características negativas que piensan que tienen o las que los demás les dicen que tienen, así como las cosas creen que hacen mal ya sea porque eso les dijeron y/o porque así las creyeron. Estas características pueden ser físicas, de su forma de ser, de su forma de hablar, de lo que hacen o dejan de hacer, etc. Después, debajo de esa línea van a escribir las características buenas que tienen, también pueden ser físicas o de su forma de ser. Después van a enumerar las que escribieron sobre la línea y las que escribieron debajo de la CRIBA. Este ejercicio requiere de un poco de imaginación para representar la coladera rancia que cierne las características negativas de las positivas, las primeras se quedan encima, las segundas se escurren. Después les pide que anoten el número de cosas negativas que escribieron en la parte superior de la hoja y el número de las cosas positivas en la parte inferior, para después comparar cuántas negativas anotaron contra las positivas. La experiencia ha demostrado que los asistentes escriben alrededor de 18 características negativas y no más de ocho positivas.

La pregunta que les puede hacer tiene el mismo sentido que la de arriba: ¿Cómo es que hay una distancia tan grande entre unas y otras?

En principio hay que acortarla. Tendremos que recortar las primeras y ampliar las segundas.

¿Pero cómo fue que me fui centrando tanto en las cosas malas que tengo? ¿No será acaso que simplemente me hicieron creer que tenía y yo me compré esa ideas, y a partir de ellas me forme una imagen de mí mismo/a? ¿Qué hay en mi mente, qué extraño mecanismo opera en ella que difiero las cosas maravillosas que tengo o puedo tener?

Quitemos esa idea de que somos un arroyo de agua anegada cuando podemos ser un río de agua clara que no pare de fluir. El propósito es entender la posibilidad de “lo diferente de mí mismo/a”, o sea, la vieja imagen del río que nunca es igual a sí mismo.

La reflexión puede llevar fácilmente el resto de la sesión, o inclusive otra más.

El terapeuta debe tener siempre presente que el objetivo es cuestionar la evidencia de estas creencias rancias que sostienen las ideas tan negativas que acusan las personas con el propósito de ir dejando espacio para significar un universo de posibilidades nuevas y favorables para su vida.

Cierre y ejercicio para casa.

El terapeuta realiza una síntesis de la sesión, destaca los puntos relevantes y solicita que en los siguientes días cuestionen las ideas rancias y dañinas acerca de ellos mismos que no dejan espacio para las cualidades favorables y positivas que tienen, y a las que han sido ciegos.

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Tema 7. Las creencias ventrales, el caliche de las personas

Objetivos:

1. Analizar las creencias centrales (básicas) de las personas que influyen en el consumo de SPA. 2. Identificar los mitos y mitotes acerca del uso, abuso y dependencia a las drogas. 3. Plantear argumentos válidos y coherentes para desreificar estos mitos y creencias.

Creencias Ventrales, el caliche de las personas.

El terapeuta explica lo que son las creencias centrales2 y la manera en cómo se vuelven desadaptativas, pues

la mayoría está causada por explicaciones irracionales que se repitieron y se repitieron durante la niñez y la adolescencia.

Estas Creencias Desadaptativas Básicas (CDB) consisten en definiciones, evaluaciones, interpretaciones y juicios irracionales de nosotros mismos, de las otras personas y de su mundo, y se hacen manifiestas cuando una persona se empecina, aferra o encapricha a una única idea personal de modo absolutista e inflexible.

Parte de estas CDB se deben a una imperiosa necesidad y a veces irracional de consideración o valoración positiva:

1. La imperiosa necesidad de sentirse capaz/eficaz ("Tengo que poder, ¿cómo carajos no?”, “No puedo cometer errores”, “Tengo que conseguirlo a costa de lo que sea”, “Me he de comer esa tuna aunque me espine la mano”, “Yo me sé morir en la raya”, “Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata”, etc.)

2. La imperiosa necesidad de sentirse querida/aprobada (“Tengo que conseguir el amor o aprobación de las personas importantes para mí”, “¿Ya no me quieres?”, “Como tú digas, mi amor”, “Debo ser agradable para él”, “No soporto cuando me rechaza”, “Ahoritita me cambio, no te enfades conmigo”, “Si hago esto bien, tendré su aprobación”, etc.)

3. La imperiosa necesidad de sentirse valioso/a (“Tengo que conseguir fácilmente lo que deseo [bienes materiales, emocionales o sociales] y no sufrir por ello", "Si me lo merezco ¿no?”, “¿Verdad que me salió bien?”, “Como que esto sí me quedo padre ¿no?”, etc.).

Estos tres tipos de necesidades revelan a su vez tres dominios de CDB que favorecen el consumo de SPA:

1. La creencia irracional de no ser capaz/eficaz (“A mí siempre me dejan sólo, que me rasque con mis propias uñas, ¿así quién va a poder hacerlo?”, “Pues dicen que soy un bueno para nada”, “Si pido ayuda soy débil”, “Si no doy el ancho soy débil”, etc.)

2. La creencia irracional de no ser querido/aprobada (“Claro, siempre esta primero ese güey, y a mí que me coma el perro”, “A mí nadie me echa un lazo”, “Por eso dios me castigo”, “Cuando vayas conmigo no mires a nadie que tu sabes que yo no consiento un desaire”, etc.)

3. La creencia irracional de no ser valioso/a (“A nadie le importa que me drogue, si nunca me pelan”, “Si quiere, atienda primero a ellos y al último a mí”, etc.)

A pesar de que muchas de estas CDB son irracionales se constituyen como interpretaciones tan fundamentales y profundas que son consideradas por la persona como verdades absolutas, creyendo que es así como las cosas “son”; por ello resultan muy funcionales para la persona pues representan “conocimiento”, “sabiduría”, “experiencia”, es decir, las CDB guían a las personas para buscar, categorizar, almacenar y recuperar información.

Palabras más, palabras menos, el terapeuta pasa a la aplicación del dispositivo.

Destejiendo las CDB de nuestra cabeza.

¿Pero cómo podemos colaborar con las personas para identificar el caliche si no siempre son conscientes de él? Y especialmente ¿cómo ayudar a quitarlo de sus cabezas si está tan enredado a su esquema axiomático y axiológico?

La respuesta es sencilla de enunciar pero compleja de trabajar, por ello el dispositivo de esta sesión es simple y complejo a la vez. Se inicia pidiéndoles a los asistentes que respondan a tres sencillas preguntas:

1. ¿Qué ES un martillo? [Seguramente la respuesta será muy sencilla: “Algo que sirve para martillar”]

2 “Creencia" debe entenderse como cualquier pretensión, correcta o errada, de saber algo.

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2. ¿Qué ES una silla? [También la respuesta será sencilla: “Algo que sirve para sentarse”]

3. ¿Qué ES un ropero? [Seguramente dirán: “Algo que sirve para guardar la ropa”]

Después el terapeuta les puede explicar que con las CDB pasa lo mismo que con el martillo, la silla y el ropero.

Un martillo es un martillo no por la posesión de atributos de martillo, sino por ser usado para martillar. Una cosa es lo que está siendo pragmáticamente. Es decir, las cosas están definidas por la experiencia que tenemos con ellas, no debido a que posea ciertas propiedades inherentes a la cosa en sí (son de madera, son de metal, son de color café, etc.) sino por la intencionalidad que posee, esto es, para lo que sirven (utilidad).

Justo así pasa con las CDB, las mantenemos porque nos han resultado o nos resultan pragmáticas. Su utilidad se pone en juego cuando justificamos nuestros comportamientos, nuestras ideas y juicios, esto es, el por qué hacemos lo que hacemos (acciones) o decidimos dejar de hacer.

Las CDB no son el objeto en sí mismo, sino cómo y cuándo se juegan en nuestros actos intencionales. Dicho de otra manera, el caliche se muestra en el aspecto connotativo de nuestras palabras.

Por lo tanto, las personas hacen lo que hacen, de la manera en que lo hacen y convencidas de que están haciendo lo correcto porque sus creencias están “validadas en el conocimiento”; tal es el valor epistémico de las CDB.

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De esta manera, hacer o no hacer algo deja de ser una elección, ya que si la persona cree en eso, se sentirá obligada a actuar en consecuencia a ello, con el deber de hacerlo, o al menos, tendrá el permiso para hacerlo cuando decida hacerlo.

Una manera común y reconocida de poner a prueba la validez de tales explicaciones, y en consecuencia de determinar qué tan aceptables resultan las CDB que aquéllas pretenden respaldar, es someterlas a la crítica más informada e inteligente posible, o al menos, someterlas al debate.

De esto se trata la sesión, de llevar a debate las CDB de los asistentes.

Por lo tanto, la tarea del terapeuta consiste en discernir los argumentos que los hablantes, en su corpus discursivo, sostengan para justificar ya sea su conducta de consumo (acción) o su imposibilidad de conseguir la abstinencia (omisión).

La pregunta que debe tener presente el terapeuta para abrir el diá-logo es ¿cuán seguros están de qué sus creencias corresponden al mundo real?

Y es que en muchos casos, la justificación de una creencia no depende de los hechos, sino de su interpretación, es decir, de otras creencias (la justificación para una creencia es otra creencia).

Si una creencia está justificada entonces puede a su vez justificar otras creencias. Si una creencia no está justificada, no puede servir de justificador a otra (ni a su negación); si las CDB no están justificadas, no puede justificar el consumo de drogas, u otras creencias.

El desafío del terapeuta es encontrar las premisas falsa, esto es, aquellas que hacen que la conclusión no sea firme. Tarea nada sencilla.

La pregunta toral sería: ¿Que evidencia tienes de eso? ¿Qué pruebas tienes para creer en esto? ¿Puede haber otra explicación o motivo para eso?

Bueno, acabemos de explicar el dispositivo.

Como se dijo arriba, las CDB se juegan en nuestros actos intencionales, se muestran en el aspecto connotativo de nuestras palabras. Dejemos entonces que hablen las personas que consumen drogas.

Una última pregunta Les dirá el terapeuta

4. ¿Por qué las personas consumen drogas?

Las respuestas vendrán una tras otra y probablemente tengan que ver con serie de argumentos acerca de los motivos que cada uno de ellos/as tuvo para consumirlas, las cuales se fueron modificando en su historia de consumo, cómo empezaron y lo que buscaban al hacerlo, también seguramente harán una taxonomía

3 Esto no implica negar la importancia de la verdad, lo que se afirma es que las CDB fungen como único "criterio de verdad".

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(personal) de las drogas, etc. El terapeuta introducirá eventualmente algunas preguntas que favorezcan la discusión acerca de los porqués del consumo y de otras conductas problemáticas que las personas expresen.

Después, los terapeutas colaboraran con los asistentes para ayudarles a discernir los motivos personales de la justificación epistémica que pueden llevar a alguien a aferrarse a determinadas CDB asociadas al consumo o a otras conductas problemáticas.

Toda creencia (en su aspecto connativo) pasa por un proceso de significación que implica dos condiciones: un desarrollo en el tiempo y un recorrido en el sistema de huellas o rastros, elementos que se distinguen para crear un sistema de signos. Tal es el proceso de la construcción de creencias/significados. Es decir, las creencias no

se forman o se adquieren al azar, por el contrario, dependen al menos en parte de las experiencias personales y vicarias que podemos procurarnos.

Dicho de otra manera, los terapeutas deben empezar por interrogar los supuestos para poder así crear condiciones de posibilidad.

Para ello, tendrá que examinar los orígenes de las CDB en la niñez de las personas, su persistencia a través de los años y su contribución para con las dificultades presentes.

¿Recuerdas haberte sentido incapaz como ahora en otros momentos de tu vida? ¿Cómo cuándo eras niña?

Sí, muchas veces, recuerdo que nunca podría hacer las cosas como las hacía mi hermano Miguel.

¿Puedes darnos algunos ejemplos?

Como se dijo arriba, las CBD se pueden categorizar en el terreno del desamparo, de la incapacidad y de no ser amado, en consecuencia, el terapeuta “escuchara” la categoría de las CDB. Habrá muchas de ellas que serán claras, especialmente si una persona dice “Sentía que nadie me quería”, en otros casos no será tan sencillo como por ejemplo, si una persona dice “Yo soy rebruto para esas cosas” en cuyo caso de debe averiguar el significado de la CBD para determinar si la persona cree que no es lo bastante bueno como para obtener logros (creencia de no ser capaz) o el respeto de los demás (creencia de no ser valioso) o si no es lo suficientemente bueno para que los demás lo quieran (creencia de no ser querido).

Los terapeutas deberán anotar en una hoja bien grande o en el pizarrón las CDB, según la categoría que puede

discernir tres columnas y las consecuencias de las mismas, al tiempo que va mostrando a los asistentes lo que está haciendo, es decir, deberá de mostrarles su conceptualización en forma tentativa acerca de las CDB y el control de la forma en que operan. El propósito es dual, que los asistente identifiquen cómo se relacionan las CBD con sus conductas y que, por experiencia vicaria, aprender a categorizar sus propias CDB a lo largo de la semana, así como su fuerza y amplitud.

Para poder desreificar las CDB, traducidas a mitos y mitotes se sugiere que las personas comprendan los siguientes puntos:

Que es una idea y no necesariamente una verdad

Que puede creer en ella con mucha intensidad y hasta “sentir” que es verdadera, y no, obstante, puede ser parcial o totalmente falsa.

Que como idea, puede ser sometida a comprobaciones.

Que tiene sus orígenes en eventos de su niñez y que puede o no haber sido cierta en el momento en que comenzó a creer en ella.

Que se mantiene a través del funcionamiento de sus esquemas, en los cuales encuentra rápidamente datos que sustentan las CDB, al tiempo que ignora los que las contradicen.

Que a través del quiasma grupal podrán adquirir nuevas perspectivas y conocimientos que enriquecerán interactivamente sus esquemas cognitivos y así construir una visión nueva de la realidad.

Cierre y ejercicio para casa.

El/la terapeuta realiza una síntesis de aspectos sobresalientes de la sesión y solicita que traten de pensar en este ejercicio a lo largo de los días en que no se verán, tratando de además de la manera en cómo sus CDB se relaciona con su forma de ser, también la validez o evidencia de las mismas.

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Tema 8. Decisiones aparentemente irrelevantes versus decisiones asertivas

Objetivos

1. Crear o desarrollar pensamientos anticipatorios que les permita evitar las situaciones que los hacen

proclives al consumo de SPA.

2. Generar pensamientos que les permitan poner un freno a los pensamientos automáticos (PEN-A).

3. Crear condiciones de posibilidad ante situaciones coyunturales que les permita asumir su facultad de

decisión.

Decisiones aparentemente irrelevantes.

El/la terapeuta inaugura la sesión preguntando a sus compañeros/as: ¿Alguno de ustedes sabe que significa ser asertivo?

Da oportunidad de que los asistentes ofrezcan sus respuestas, se da un poco de tiempo para discutir alguna de ellas, subrayar otras; y después continúa:

Bien, yo les diré que significa ser asertivo: una persona asertiva es aquella que si se lanza de cabeza contra la pared sabrá que la que saldrá lastimada es su cabeza y no la pared.

Es en serio. Por más curioso que les parezca no todas las personas tienen esta habilidad, aunque usted no lo crea, muchas siguen lanzándose de cabeza contra la pared ignorando que su cabeza será lastimada, otras están convenidas de que su cabeza resistirá y la pared cederá.

Claro, si no son capaces de aprender de la experiencia seguirán ignorando el dolor y seguirán arremetiendo contra la pared. Sé de algunas que llegaron a sangran y aún así se empeñaban en continuar creyendo que la final la pared se disculparía y diría, “¡Oh, está bien, tú ganas!

Eso nunca pasa.

¿Por qué se imaginan que muchas personas hacen esto? [Es obvio que se trata de una metáfora y como tal debe ser discutida] ¿Por qué creen que están duro y duro arremetiendo con su cabeza contra el muro?

Da oportunidad de que los asistentes compartan sus reflexiones al tiempo que el/la terapeuta introduce comentarios para generar nuevas reflexiones de sus compañeros; puede hacerles preguntas como:

¿Por qué algunas personas tenemos dificultad para discernir que el muro siempre será más duro que nuestra cabeza? ¿Qué pensamientos habitaban en su mente cuando hicieron eso? ¿Qué pasa que algunas personas no nos damos cuenta que estamos dándonos contra la pared?

El propósito implícito es que los asistentes puedan discernir las múltiples veces en que arremetieron con su cabeza por delante contra la pared.

Después le pregunta al grupo que si quieren que les cuente un cuento. Aunque no quieran, el/la terapeuta empieza a narrar una historia. Abajo se presenta una a modo de ejemplo, igual puede ajustarse, enriquecerse o reinventarse según la creatividad de cada terapeuta, de su experiencia y hasta del contexto social en que viven los asistentes.

El cuento se llama Decisiones aparentemente irrelevantes.

Les voy a contar la historia de una persona que tomó decisiones aparentemente irrelevantes que la llevaron a una situación de alto riesgo y, eventualmente, a volver a consumir drogas. A medida que les vaya contando la historia, intenten descubrir las decisiones que llevaron a esta persona a dicha situación y que la expusieron al uso de mariguana y crack.

Jesús, que se había mantenido sin consumir drogas durante varias semanas, se dirigió a su casa después del trabajo/escuela en una ocasión que su esposa/padres había/n salido. Estaba en la estación, esperando para tomar su transporte que lo llevaría directo a su casa; pero como no pasaba empezó a perder la paciencia, se desesperó y pensó que quizás ya no pasaría, así que decidió tomar otro transporte que implicaba transbordar/un mayor tiempo de recorrido. Había tráfico, el transporte iba lento, ya iba cansado y se puso a mirar hacia la calle para distraerse. En cierto momento pasaron por una zona donde él acostumbraba ir al kakoteo con sus amigos el Marco Teórico, el Talegas y el Flama. Se acordó que no estaba/n su esposa/padres, tenía calor y pensó: “Me merezco un rato de diversión”, así que me voy a bajar del transporte, “Total, mientras hago tiempo para que baje la gente, mientras me tomo un refresco, además tengo calor”. Se metió al lugar

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donde veía a sus amigos. Una vez dentro del lugar pensó “Bueno, mi problema es la mota y la piedra, no estaría mal echarme una chela”. Con la primera cerveza empezó a relajarse, se sintió tranquilo, recordó que tenía ya rato que no iba por allí; después de la segunda cerveza su cuerpo empezó a experimentar una sensación de seguridad, como si una mano grande grande lo sostuviera. Después de tres cervezas se encontró a su amigo el Flama, quien casualmente traía una grapa y dos churros. Y Jesús pensó, “Seguro que este camarada va a decirme que le pongamos, pero nel, yo ya no le hago a eso, aunque la saque, no le voy a poner”. Efectivamente, el Flama después de su primera cerveza le dijo “¿Tonces qué mi chuco el roto? ¿Le ponemos o se me va a rajar?”. “Nel Flama, ya no le hago a eso, ya le pensé y mejor no”. Reviró Jesús. “Chance te andaba creyendo, como si no te conociera, es más, ni tú no yo, un empate, tú te fumas uno y yo otro, para que no digan que el chucho le sacateó, además tá chirris, mira, ni siquiera es la mitad de uno”. Jesús terminó fumándose el cigarro de mariguana, al rato también le puso a la piedra. En eso sonó su móvil, era su chava/amiga: “¡¿Qué pex!? ¿Dónde andas?”, le preguntó la güera. “En los Curricanes…”, dijo él. “¡Asco Chucho!, ¡Es lunes, no manches!” escucho que decía la güera. Y él se quedo callado, solo pensando…

Después, los terapeutas invita a reflexionar acerca de las decisiones que fue tomando Jesús, puede apoyarse en las siguientes preguntas: ¿Cuándo piensan ustedes que Jesús se metió en problemas? ¿Cuándo creen ustedes que pensó en usar droga?

Lo que lo lleva a usar la sustancia en esta serie de decisiones es el hecho de que las cadenas de consumo (CA-CO) son mucho más fáciles de controlar al principio. Mientras más lejos permanezca uno de las drogas, más fácil resulta detenerse o meter freno a la posibilidad de consumo, que cuando uno se acerca a la sustancia y comienza a sentir la malilla o la apetencia de consumir.

¿Qué creen que se decía Jesús a sí mismo cuando decidió tomar la otra ruta que lo llevaría a su casa?

Y es que, saben, con mucha más frecuencia de la que creemos, las personas que toman decisiones aparentemente irrelevantes pueden caer en una trampa por la manera en como plantean sus pensamientos: sí puedo hacer esto, sí puedo controlar aquello, al fin que no´más es un ratito, nada más me asomo a ver quien está, etcétera.

Estos pensamientos acaban metiéndonos en un camino sin opciones, y nos persuaden de consumir drogas, sin que nos demos cuenta.

Creando pensamientos y voces claridosas

El terapeuta continúa:

Bien, ahora quiero que piensen y nos compartan las veces en que se metieron en problemas, en callejones sin salida por andarle buscando el quinto pie al gato, pensando que tienen controlada la situación cuando el realidad no es así…

Cuando el grupo esté a mitad de la discusión, sin mediar palabra alguna, el terapeuta saca la paleta de los pollitos comelones (juguete mexicano de madera donde están unos pollitos cuya cabeza está atada a una plomada) y le da vueltas para que los pollitos “coman”.

Probablemente a los asistentes les lleve un par de minutos darse cuenta de lo que está haciendo la terapeuta y llevados por la curiosidad guardaran silencio esperando que se decida a explicar a qué juega o a qué viene sacar unos pollitos comelones. El terapeuta se toma su tiempo y cuando lo considere conveniente dirá:

¿Por qué no pueden parar de comer los pollitos?

Sin levantar la cabeza esperará las respuestas y sin dejar de menear la paleta para que los pollitos sigan “comiendo” (moviendo su cabeza de arriba abajo).

¿En qué se parece el asunto que lo trae a CIJ con lo que les pasa a estos pollitos? ¿Por qué algunas personas no pueden dejar de usar drogas? ¿Cuál es el péndulo que los hace seguir consumiendo? ¿Por qué las personas no somos capaces de ver ese péndulo? ¿Qué tan fuerte es en nuestras vidas? ¿Cuánto tiempo lleva moviendo nuestra cabeza o controlando nuestra mente sin que nos hayamos percatado?

Se espera que este sea un dispositivo poderoso para que los asistentes reflexionen acerca de la dificultad de asumir una postura asertiva.

La habilidad del terapeuta se juega en ayudarles a desentrañar los motivos o dificultades para tomar decisiones frente a un montón de cosas aparentemente circunstanciales que nos pone en medio de situaciones comprometidas con el consumo.

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Pero toral para inaugura una situación liminar y así crear nuevas posibilidades es: ¿Cómo podemos librarnos de esas ideas con las que nos maicearon toda la vida / o nos maicean actualmente?

Entonces la terapeuta saca las tijeras, las abre y pone el hilo del péndulo al centro de ellas mientras pregunta: ¿Por qué nos aferramos tanto a este “plomada”? ¿Por qué nos aferramos tanto a estas creencias para seguir consumiendo drogas? ¿Por qué no nos animamos a cortar de cuajo este péndulo que guía nuestras ideas y que no nos deja tomar nuestras propias decisiones?

Esto introduce la idea de que cada persona es responsable de lo que decide, en consecuencia, tenemos una responsabilidad intelectual de nuestras decisiones.

Los terapeutas pueden apoyar esta idea aplicando el siguiente dispositivo. Les entregan a cada una de las persona una hoja de papel bond o de cartulina de aproximadamente 12 x 12 cms. (una tarjeta falsa puede servir también). Una vez que todos tengan su hoja blanca les hace una pregunta, abajo se ofrecen tres opciones:

¿Qué buscan al venir a CIJ?

¿Qué desean cuando piensan en dejar de consumir?

¿Qué quieren hacer de su vida una vez que dejen de consumir drogas?

Ahora yo voy a poner una gota de deseo en hoja, y ustedes van a responder esta pregunta con una imagen.

En seguida pone una gota de aguatinta en la hoja de cada participante, al tiempo que les repite la pregunta a cada uno de ellos/as, y les dice: Trata de contestar con tu alma, dinos...”

Se trata de que cada participante exprese gráficamente su respuesta en la hoja blanca moviéndola para que con la gota de aguatinta trace su deseo/decisión.

El terapeuta les puede decir: “Tómense su tiempo, pero no demasiado porque se seca, la vida no espera”.

La habilidad que tienen que poner en juego es pensar y crear rápidamente, al tiempo que se van tomando decisiones acerca de a dónde ir con “la gota de su deseo” antes de que esta se extinga. El terapeuta les puede comentar que en la vida cotidiana es frecuente que nos enfrentemos con decisiones que nos obliguen a tomar decisiones prontas, y que vale hacerlo ahora para poder discernir las dificultades que tenemos al respecto.

Hay mucho para dia-logar en grupo, la metáfora del cuento, de los pollitos comelones y de la gota de aguatinta son sólo dispositivos para que las personas logren tomar distancia de las dificultades, ideas, “péndulos” que les impiden actuar asertivamente.

Hay que ser claridosos en lo que pensamos y queremos para nosotros.

Para poder crear la posibilidad de desenredarse de ese entramado de decisiones aparentemente irrelevantes es importante que los asistentes analicen los significados que sostienen esa cadena de decisiones que se van hilvanando en dosis homeopáticas. No basta con arengas acerca de “Sé firme”, “Míralo a los ojos y dile que no”, tenemos que escarbar en los significados de cada eslabón que se va sumando a esa cadena de decisiones que

parecen no tener relevancias; es sabido que en el problema de las adicciones como en otros problemas una cosa va llevando a la otra.

Las preguntas que se deben hacer los asistentes son básicamente dos:

¿Por qué es tan importante para mí? ¿Qué significa para mí?

Y pedirles que en los días siguientes se las hagan constantemente ante la eventual presencia del “péndulo” en sus cabezas.

Ejercicio para casa

Se explica a los integrantes del grupo, que el ejercicio para casa de esta sesión consiste en poner en práctica lo aprendido en esta sesión sin perder de vista esas dos preguntas, y compartirlo con el grupo la semana próxima.

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Tema 9. Identificando problemas y construyendo rectas positivas para el alma

Objetivos:

1. Categorizar los factores que ocasionan que las personas tengan ideas negativas acerca de sí mismas.

2. Realizar un listado de las consideraciones positivas que acrediten a las personas.

3. Combatir imágenes espontáneas y sustituirlas por imágenes favorables.

Cambiando mis zapatos viejos.

El/la terapeuta inicia la sesión preguntando ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo dejar atrás nuestros zapatos viejos? (Claro, además de la falta de varo para comprarnos unos nuevos).

Invita a los asistentes a que den sus ideas de manera libre y después hace una síntesis de sus respuestas: De acuerdo, porque nos hemos amoldado tanto a ellos que nos resultan cómodos y seguros para caminar, correr, jugar, eso cuenta. Pero creo que también muchas veces es el pie el que termina por acomodarse a la horma de los zapatos. Eso no está, pues es el zapato el que se debe acomodar al pie y no el pie al zapato, pues si esto sucede el que se sacrifica es el pie, inclusive el pie puede sufrir malformaciones.

Bueno, pues cuando hemos crecido con ideas muy fijas acerca de cómo deben ser ciertas cosas, es frecuente que terminemos por creerlas sin cuestionarlas jamás con lo que estamos amoldando nuestra mente a esas ideas y no al revés. Lo deseable es que las ideas se acomoden a lo que queremos de nosotros mismos, es decir, a la clase de personas que queremos ser.

Los invita a reflexionar acerca de esta idea.

Muchas de las personas que acuden a los servicios de consulta externa de CIJ tienen dificultades para especificar sus problemas y los cambios que desean hacer en su vida. En consecuencia el/la terapeuta los invita a analizar con detalle estas cuestiones.

Les comenta que dado que a muchas personas les resulta muy útil ver sus ideas expresadas en forma gráfica, recurrirá a la técnica del pastel delirante. La técnica puede aplicarse de manera grupal o personal; si elige la primera opción, el terapeuta dibujará un círculo bien grande en el pizarrón o en unas hojas igual de grandes (puede apoyarse en un compás improvisado: ata un plumón a un extremo de un listón y con el otro extremo ata un lápiz/bolígrafo/clavo a manera de pierna de punta, la cual coloca en el centro de la hoja y con el listón extendido arrastra el plumón formando un círculo); si prefiere hacerlo de manera personal, cada asistente dibuja su propio círculo en una hoja.

¿Alguna vez han comido un pastel que les hiciera daño? Bueno, concentrémonos en el pastel que nos está haciendo daño en nuestras vidas y analicemos de qué está conformado, cuáles son los ingredientes con los que esta cocinado y que hace que el “estómago” nos duela.

Lo primero que vamos hacer es una lista de los posibles ingredientes del pastel tóxico:

Hagamos una lista de las causas por las que nuestra vida no va tan bien como quisiéramos, lo que sea, lo que ustedes crean que influye para que no estén a disgusto. El terapeuta puede proponer algunos ejemplos:

Mala suerte.

No soy capaz de dejar las drogas

La depre no me deja en paz

Mis papás se manchan conmigo

Y todas las demás que el terapeuta escuche de parte de los asistentes. La lista puede ser tan grande como cada persona considere.

Después van a enumerar los ingredientes de mayor importancia al de menor importancia, para eso puede simplemente poner el número uno al calce del ingrediente más significativo:

La tira la trae conmigo (4)

No soy capaz de dejar las drogas (1)

Mi jefa de odia (5)

Ahora les pide que representen gráficamente en su pastel todas esas causas, a manera de rebanadas, dejando las rebanadas más grandes para el motivo número 1 y la porción más pequeña para la última causa de la lista.

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Enseguida les pide que iluminen con el color que menos les guste las causan que tengan que ver con situaciones ajenas a ellos/as y después con el color que más les guste las que sí estén relacionadas con ellos/as, con lo que hacen o dejar de hacer.

Después les pide que muestren sus pasteles:

¿Cuál color ocupa más espacio? Bien, creo que esto les permite identificar algunas cosas que está a su alcance modificar y reconocer que habrá situaciones en la que no podamos influir y así evitar desgastarnos, por ejemplo, veo que tu Idalia, has colocado el número 1 en la causa: La mamá de mi novio está loca, está bien pirada la ñora, no deja que estemos juntos, metió a Miguel a un anexo en una granja donde lo tienen medio esclavizado, y ahora no lo dejan salir por su culpa. Bueno puedo entender que estés molesta con la mamá de Miguel y que deseas que deje de seguirse entrometiendo, pero también que has podido discernir que no puedes hacer nada contra la forma de ser de la señora, que no está a tu alcance, entonces ¿qué si está a tu alcance resolver?

Hace esto mismo con el resto de los integrantes, o solo con algunos si el tiempo le apremia.

Después repite el ejercicio, salvo que ahora la indicación es que los ingredientes sean únicamente consideraciones positivas acerca de ellos/as mismos/as:

Bueno, ahora realizaremos un nuevo círculo para dibujar el pastel del crédito.

En él van a escribir afirmaciones acerca de ustedes mismos/as por las cuales se merecen crédito, y después las van enumerar poniendo el número uno a la que les merezca menos crédito y con el mayor puntaje calificarán la que les merezca el mayor crédito.

Fui a la fiesta del “Marco Teórico” y me tome sólo dos chela, lo juro, esta vez no me atasque (1)

A pesar de que me dio “hueva” venir a CIJ y que pensé: chale, mejo no voy, aquí estoy, sí vine (2)

Fuimos a casa de mis suegros, deje que mi esposa platicara con sus hermanas, así agusto, sin molestarla, mientras yo cuide un rato a los niños (3)

Los asistentes son libres de escribir lo que consideren en su lista de créditos.

Después, lo colocan en el pastel: rebanadas grandes para la consideración de la que estén más orgullosos y pequeña para la que sea menos relevante. Después les pide que iluminen su pastel con sus tres colores favoritos: un color para las consideraciones que son parte de su forma de ser, otro color para las que sienten que a veces las hacen pero no siempre, y el tercer color para aquellas que hicieron por excepción y que están dispuestos a esforzarse para mantener.

Para el último ejercicio, les entrega una hoja y lápices, les pide que anoten todas las palabras/imágenes que les vengan a su cabeza en 30 segundos a partir de una palabra estímulo que él/ella les dará.

¿Están listos y listas? Repite: yo les voy a decir una palabra y ustedes anotarán todas las palabras que se les venga a su mente en 30 segundos. Listo, bien, la palabra es “ÁRBOL”. Escriban.

Deja pasar 30 segundos y explora brevemente las respuestas. Probablemente sea cosas como navidad, madera, fruto, bosque, pino, verde, columpio, raíces, hojas, sombra, ecología, manzana, nidos, pájaros, etc.

Y continúa: Bueno, esto fue un ejercicio de práctica. Ahora voy a poner en el lugar de cada quien una hoja donde previamente anote la palabra estímulo, la voy a poner “boca abajo” para que no vean la palabra que anote y no hagan trampa. Cuando yo diga “¡Ahora!” ustedes le dan vuelta a la hoja y empiezan a escribir todas las palabras/imágenes que se les venga a la cabeza ¿Están listas y listos?

Con antelación, los terapeutas deben haber escrito los nombres de pila (puede incluir apellido si eso ayuda al ejercicio) de cada persona que asistió a la sesión, por ejemplo: Mirna Rojo González. Le entrega la hoja a la persona con ese nombre y cuando diga “Ahora” Mirna Rojo se verá frente a su propio nombre y tendrá que escribir todo lo que se le venga a la mente acerca de ella misma.

El/la terapeuta les dará 45 segundos pero les dice que sólo tienen 30. Hay que hacerlo velozmente, si darle oportunidad a la reflexión. Debe estar atento de que nadie deje de escribir en ningún instante:

¡Adelante, no piensen! Escriban todo lo que se les venga a la mente de ustedes mismos, vamos tienen 30 segundos y espero que cada uno tenga una lista de al menos 20 palabras/imágenes ¡Vamos!

Pasado el tiempo los invita a compartir la lista de las imágenes que evocaron en sus mentes de sí mismos.

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Este ejercicio nos permite ver las imágenes (espontáneas) que tienen de ustedes mismos, veamos qué escribieron.

Si alguien dese no hacerlo, se le tolera, habrá más ejercicios como este en otras sesiones subsecuentes.

Es probable que la lista de imágenes negativas sea mayor que las positivas, en cuyo caso habla que trabajar con estas imágenes positivas para combatirlas y evitar que sigan afectando su estima y seguridad personal. Para ello, los terapeutas pueden hacer tres cosas, o más si se les ocurren más:

1. Enseñarles a tolerar su imagen. En este primer caso se puede invitar a las personas a tolerar una serie de imágenes que tienen acerca de ellas mismas y que suelen ser sumamente exageradas, por ejemplo una persona pudo haber escrito “Nerviosa cuando hablo en público” y ciertamente esto puede ser así, que ella se sienta muy nerviosa cuando se para frente a un grupo de personas a hablarles, por ejemplo en su salón de clases, pero lo que ella no puede ver es que está siendo muy dura con ella misma, que esta dificultad la haya convertido en un monstruo que la acecha y que no la deja en paz. A lo cual la terapeuta puede decirle: De acuerdo, no todas las personas son buenas hablando en público, pero ¿y eso que tiene de malo en sí mismo? Qué pasaría si simplemente dijeras, bueno, lo mío-lo mío no es hablar en público, y ya, sin más culpas. Creo que si logras convivir contigo misma sin estarte reprochando esta dificultad podrás estar mejor ¿Qué piensas de esto que te dijo?

2. Comprobar la realidad de la imagen. En este caso les preguntará: Y bien, ¿qué evidencia tienes de que esta imagen tuya sea real? ¿Qué evidencia tienes de lo contrario? ¿De verdad eres así o simplemente te han hecho creer que eres así? La tarea es invitar a la persona a comprobar si realmente es así (o que tiene esa dificultad) o sólo ha creído que es así. Por ejemplo, alguien pudo escribir “Soy rependeja pa’ manejar”. La terapeuta le puede decir, ¿Quién te ha contado eso? ¿Cuántos te han dicho eso? ¿De dónde has sacado esa idea? Y otras preguntas que la inviten a desafiar esa imagen.

3. Cambiar la imagen. En cuyo caso se le pide a la persona que evoque una imagen de ella misma contraria a la que escribió (una imagen positiva) y que la mantenga en su mente un buen rato, que la imagine con detalle. Después se le pide que imagine que está dirigiendo una película en donde se vea así misma con esa imagen negativa que tiene de sí, y que como director/a de escena trate de recrear la situación. Por ejemplo, una persona escribió “Dejo que me mangonien” y la terapeuta le puede decir: Paty, no tienes porque quedarte a merced de esta imagen, puedes cambiarla si lo deseas con fuerza, es como si fueras una directora de cine, puedes decidir cómo quieres que sea, así que ahora toca pensar qué cosas harás como directora de escena para cambiar esa imagen que no te gusta o que te perturba de ti. Lo que yo quiero que veas es que mientras imagines que eres una dejada, que te dejas mangonean, es así justo como te comportarás al tiempo que si te imaginas como una persona que puede decir por sí misma, y reclamar lo que no te gusta, entonces tu imaginación te puede llevar a ese lugar. Lo sé, el poder de la imaginación es tu primer aliado.

Cambiar la imagen, en este caso, conduce a conversaciones productivas relacionadas con la resolución de problemas.

El ejercicio puede continuar por más sesiones. Una variante de este ejercicio es que en lugar del nombre de la persona la palabra estímulo sea “FUTURO” y entonces el objetivo se centra en la manera en cómo las personas pueden construir una futuro esperanzador y dejar atrás la idea de estar condenados a un destino funesto.

Ejercicio para casa.

El/la terapeuta solicita que cada uno continúe haciendo estos últimos ejercicios en casa para combatir imágenes negativas de sí mismos/as y si es posible, que los puedan compartir en la siguiente sesión.

Les confirma que él/ella tiene una imagen muy favorable de todas y todos los asistentes pues habla de la clase de personas en la que se quieren convertir al venir a CIJ, les hace un reconocimiento explícito del esfuerzo que están haciendo al acudir a sus consultas y los motiva a que sigan asistiendo.