SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

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  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    1/18

    SOR JUANA INES DE LA CRUZ:

    OBEDIENCIA

    Y AUTORIDAD EN SU

    ENTORNO RELIGIOSO

    POR

    ASUNCION

    L VRLN

    Arizona

    State

    University

    Tempe

    Tras

    casi trescientos

    aflos

    de

    su muerte,

    la

    figura

    de

    Sor

    Juana

    Ines de

    la

    Cruz se

    nos

    muestra

    auin elusiva y evanescente

    ante

    la historia.

    La busqueda

    de

    huellas hist6ricas

    fidedignas

    sobre

    las cuales

    apoyar

    nuevas inferencias

    no ha rendido

    nuevos frutos.

    Sor

    Juana

    se

    nos di6 en su

    escritura, de la

    cual eminentes

    criticos

    se siguen

    ocupando con

    pasi6n,

    pero

    con

    los historiadores

    fue

    mas parca, guardando

    en

    su silencio las

    claves que

    nos darian

    una mejor

    comprensi6n de

    su

    vida.

    En su reciente an lisis

    sobre

    dos

    biografias

    de

    Sor

    Juana -las

    de Dorothy

    Schons

    y la de Octavio

    Paz-

    Georgina

    Sabat Rivers nos

    muestra

    c6mo

    dos

    eminentes estudiosos

    de

    esa

    vida

    se

    enfrentaron

    y

    resolvieron

    a su

    modo

    la desafiante

    tarea de

    recrearla

    con

    la

    parquedad

    de hechos

    constatables

    y los

    problemas

    suscitados

    por

    tal

    situaci6n.

    2

    Para

    el historiador

    el objetivo

    mAs

    asequible es liegar

    a conocer mejor

    la realidad

    dentro

    de

    la cual vivi6 Sor

    Juana, hurgando

    en

    archivos

    y

    sacando

    a

    la luz

    todo lo que

    pueda

    acercarnos

    al vivir, pensar

    y sentir de sus

    contemporaneos.

    Este trabajo

    es eliptico

    y no

    me salva de tener

    que hacer

    interpretaciones,

    pero creo

    que

    mi

    contribuci6n

    servirA

    'La

    busqueda de materiales

    en los archivos

    de

    Mexico

    y

    Espafna

    di6

    a

    conocer muchos datos

    sobre

      a

    amilia de Sor Juanay

    su nacimiento El m5 s reciente

    hallazgo

    es

    la llamada

    carta de

    Monterrey

    No

    se

    han encontrado

    nuevos documentos

    que revelen

    mfis

    datos

    hist6ricos

    sobre

    ella. Veanse,

    Aureliano

    Tapia Mdndezx, ed.

    Carta espiritual de Sor

    Juana Ine~s de la Cruz a

    su confesor:

    Autodefensa

    espiritual

    Monterrey:

    Impresora Monterrey, S.A.

    1986); Guillermo

    Ramirez Espafia,

      afamilia

    de Sor Juana ne~s

    de

    la

    Cruz: Documentos

    indditos (Mexico:

    Imprenta Universitaria,

    1947),

    12-21.

    La

    Cartade Monterreyha

    sido traducida

    al

    ingl~s

    por Nina M Scott, If You

    Are Not

    Pleased to Favor Me,

    Put

    Me Out of Your Mind ...

      Gender

    and

    Authority

    in Sor Juana Inds de

    la

    Cruz

    Women s Studies

    Forum (11:5):

    429-438.

    2 Georgina

    Sabat-Rivers,

    Biografias:

    Sor

    Juana vista

    por

    Dorothy

    Schons

    y Octavio Paz

    en

    Georgina

    Sabat-Rivers, Sor Juana

    Ines

    de la

    Cruz

    y

    otros

    poetas

    Barrocos

    de la

    Colonia (Barcelona:

    PPU,

    1992),

    327-339.

    Schons

    noveliz6

    ayuddndose

    de

    escasos

    datos

    histbricos,

    pero

    logr6

    un a

    aproximacibn empat~tica

    muy notable.

    Paz

    cobija

    su trabajo bajo

    un

    mils amplio

    techo de

    estudios

    academicos presentflndonos una obra

    mucho mfls amplia aunque tambien

    teflida por

    sus

    interpretaciones

    Todos los que

    nos acercamos

    aesta

    polifac~tica

    escritora debemos tomar el vuelo

    de la

    interpretacif

    n cuando

    faltan datos y, en consecuencia, aceptar

    que hay

    espacio para

    otras

    interpretaciones

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    606

    UNCION L VR N

    para hacer

    mas

    seguro

    el

    terreno que

    pisamos.

    En un trabajo de

    1982

    tratd de enmarcar a

    Sor

    Juana

    dentro

    del

    conjunto

    de escritoras conventuales

    y

    subrayar

    las

    diferencias

    entre

    ella y sus compafieras

    de claustro.

    En

    otro mts reciente y aun inddito, me

    apoyd

    en

    el

    conocimiento

    de la mujer

    y

    las

    relaciones

    de gdnero de

    mitad

    del siglo

    XVII

    para

    saber

    cu6.n

    comin

    eran algunos rasgos de su vivencia como

    mujer con los

    de otras mujeres de su

    epoca.

    3

    En ste, deseo

    explorar

    el

    tema de la obediencia y la

    desobediencia religiosa

    en las

    relaciones entre prelados, religiosas, y autoridades

    reales

    con ejemplos mayormente (aunque

    no

    exciusivamente)

    del

    siglo diecisiete. Estos datos ser.n

    utilizados para revisar un aspecto

    critico

    de

    la vida de Sor Juana

    y de

    todas las monjas:

    el deber de la obediencia a la

    autoridad

    eclesiistica,

    contrapuesto

    a la urgencia de reafirmar la

    existencia

    propia

    a traves

    de

    la

    expresion

    intelectual

    y espiritual.

    Para plantear

    propiamente la

    tension existente entre estos polos conceptuales debemos

    tener

    en cuenta que la

    misma envolvi6

    tanto a los prelados como alas monjas. Las religiosas

    vieron el

    binomio

    autoridad-obediencia

    como relaci6n personal

    con sus confesores y como

    comunidad

    frente

    a

    6rdenes

    de

    sus superiores religiosos

    o los representantes de

    la autoridad

    civil, actuando

    en nombre de

    los intereses

    del estado.

    Por

    su

    parte, los prelados asumian

    amplio dominio sobre sus

    hijas espirituales,

    pero

    el mismo implicaba

    la responsabilidad

    de

    guiarlas

    hacia

    el objetivo claramente definido

    de la salvacion

    de

    sus almas y no un mero

    ejercicio de

    poder. El prelado tambien era miembro

    de unajerarquia

    politico social

    que

    le

    hacia

    responsable de los intereses

    de su

    corporaci6n frente a otras entidades y autoridades.

    Esta red de obligaciones

    llevaron

    a

    obispos, arzobispos,

    y

    ministros provinciales

    de

    las

    ordenes

    religiosas, a numerosos

    choques entre

    si, y a

    plantearse problemas de

    autoridad,

    obediencia

    y desobediencia

    frente

    a la comunidad

    de las monjas y

    la corona.

    La

    importancia

    del estudio del entorno

    religioso

    de Sor

    Juana reside

    para

    mi en tratar

    de

    comprender su especial

    relaci6n con los hombres

    que

    tuvieron

    una

    influencia

    decisiva

    sobre

    su vida. Creo que es

    posible y deseable replantear

    el muy debatido tema

    de la

    relaci6n

    de

    Sor Juana

    con

    el

    obispo

    Manuel

    Fernandez

    de

    Santa

    Cruz

    (y

    con su confesor

    Antonio

    Nunfez) silto hacemos

    a

    traves

    del

    prisma

    de los votos

    religiosos

    y el significado

    de los conceptos

    de

    obediencia

    y autoridad. El estudio de Ia escritura religiosa

    de Sor

    Juana y su posible

    vena teologica

    es bien reciente, y auin cabe preguntarse

    Lque sabemos

    de su

    vida

    como

    religiosa

    o

    de

    sus relaciones

    con

    aquellos que

    la

    dirigieron?

    4

    Poco o nada

    3 Sor

    Juana Inds

    de

    la

    Cruz:

    A

    Woman

    Among

    Women ,

    Paper given at

    Pomona

    College, March

    3-4, 1989,

    Conference

    on Sor Juan Inds de la

    Cruz:

    Portraits

    and Perspectives ;

    Unlike

    Sor

    Juana? The Model Run in the Religious Literature

    of

    Colonial Mexico ,

    University of

    Dayton

    Review, 16:2 (Spring

    1983), 75-92. Reissued inStephanie Merrim ed.,

    Towards

    a

    Feminist Under-

    standingof

    Sor Juana

    ne~s de

    la Cruz

    (Detroit: Wayne State

    University Press,

    1990),

    61-85.

    4George

    H.

    Tavard,

    Juana nes

    de la Cruz

    and

    the Theology

    of

    Beauty

    (Notre

    Dame, Indiana:

    University of

    Notre

    Dame Press 1991); Georgina

    Sabat-Rivers, Ejercicios

    de

    la Encarnacion: sobre

    la imagen

    e Maria

    y

    la

    decision

    final de Sor

    Juana en Sabat-Rivers, Sor

    Juana

    Ines de

    la

    Cruzy

    otrospoetas

    257 82;

    Amanda

    Powell,

    Women's Reasons: Feminism

    and Spirituality

    in

    Old and

    New Spain StudiaMystica 15:2-3 (Summer-Fall 1992): 58 69; Josefina Muriel, Sor Juana

    Inds

    de

    Ia

    Cruz

    y

    los

    escritos del Padre

    Antonio

    Nuffez

    en Sara Poot

    Herrera, ed. Diversa

    de mi mism

    entre

    vuestraplumas ando: Homenaje intern cion l a Sor Juana ne~s

    de

    a Cruz

    (Mexico: El

    Colegio

    de

    Mexico,

    1993),

    71-84.

     

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    SOR JUANA INEZ DE

    LA

    CRUZ:

    OBEDIENCI

    YAUTORIDAD

    607

    hasta

    el descubrimiento de la ilamada Cartade Monterrey

    y desde luego la

    respuesta

    al

    obispo

    Fernandez de Santa Cruz. Lo estrictamente historico, no

    la

    escritura

    de caricter

    religioso,

    es

    bastante poco.

    Los

    prelados

    del siglo XVII, y

    aun los del

    XVIII, trafan

    de

    Espana una vision

    contrarreformista de la vida religiosa que encontr6 una

    realidad

    bien diferente en ei Nuevo

    Mundo. Su tarea

    fue la

    de

    hacer una transferencia cultural-religiosa

    y

    guiar a

    su

    nuevo

    rebaflo dentro de

    la

    ortodoxia cat6lica

    aunque

    sin dejar de tomar

    en

    cuenta la idoneidad

    americana. ZLo

    lograron

    o no? No podemos

    dar

    auin una

    respuesta

    cabal a esta pregunta.

    Necesitamos

    saber mucho

    ma s

    sobre los escritos pastorales

    y

    la practica de direccion

    espiritual que ejercieron

    con

    sus hijas de religi6n los arzobispos

    y

    obispos

    del

    siglo

    diecisiete

    para comenzar

    a desentrafar la espiritualidad

    y la practica de

    los

    conceptos de autoridad

    episcopal

    y

    obediencia religiosa

    dcl

    mundo barroco novohispano.

    Pero,

    juzgando por

    los

    datos ya

    en nuestras manos, hubo muchos

    escollos en

    el

    camino

    de

    perfeccion causados

    por el desfase

    entre lo peninsular y lo

    americano que,

    unido a los problemas

    personales

    e

    institucionales

    arriba citados,

    hacen

    del

    estudio

    de la

    vida

    religiosa un quehacer

    lieno de

    sorpresas.

    5

    Propongo

    adentrarme

    en el tema

    del

    contexto eclesiastico

    en

    el cual vivi6 Sor

    Juana

    utilizando

    mis investigaciones

    en archivos

    espafioles y mexicanos,

    y

    utilizando

    la

    literatura

    religiosa de la

    dpoca

    para

    sostener mi versi6n de

    algunos

    momentos

    claves

    en la

    vida

    de

    Sor Juana.

    Es

    importante

    comenzar

    recordando

    el

    significado

    de

    uno

    de los cuatro votos

    esenciales

    de

    la vida monastica,

    el de la

    obediencia.

    Antonio Nunez

    de

    Miranda,

    S

    J la

    defini6 como la

    renuncia a la

    propia voluntad

    para sujetarse

    a la de

    sus

    prelados;

    era

    pecado mortal

    cuando

    no

    se

    cumplia

    a cabalidad.

    Tanto para este

    jesuita como

    para

    otros

    teologos

    contemporaneos

    de Sor

    Juana, los prelados

    (se incluyen

    las abadesas en

    su

    funcion

    de

    maxima

    autoridad

    dentro

    del

    convento) ejercian

    su autoridad

    en nombre

    de Jesus. La

    religiosa

    era sbdita obligada

    a

    hacer pronta y alegremente

    o

    que

    le

    mandaren,

    juzgAndoio

    por

    mejor que su

    propia opini6n.

    Al confesor

    se le debia

    obedecer al

    pie

    de

    la

    letra

    6

    Las

    cartas

    pastorales

    y las

    revisiones

    de las reglas

    conventuales

    que dieron

    los prelados

    novohispanos a

    sus hijas espirituales

    les recordaban

    sus deberes

    con

    toda

    puntualidad,

    pues la continua

    vigilancia

    era la

    dlave

    del

    dxito

    en la

    vida espiritual.

    En las

    reglas

    dadas

    a las

    religiosas

    del

    convento

    de San

    Lorenzo

    de

    Mexico

    por

    ci

    arzobispo Juan

    de

    Ortega

    y

    Montai is

    (1700-08)

    se

    ordenaba dar

    obediencia y

    reverencia

    al

    arzobispo

    y las autoridades

    5Marie-Cecile

    Benassy-Berling,

    Humanisme et

    Religion

    chez Sor Juana

    Ines de

    la Cruz: la emme

    et

    la culture au

    XV ke

    Siecle Paris:

    Publications

    de la Sorbonne,

    1982);

    Jose

    L Salnchez

    Lora,

    Mujeres

    conventos

    yformas

    de

    la

    religiosidadbarroca

    (Madrid:

    Fundacion Universitaria espafiola,

    1988); Electa

    Arenal

    y

    Georgina

    abat

    Rivers, eds.

    Literatura

    conventualfemenina

    Sor

    Marcela

    de San

    Felix

    hi/a

    de

    Lope

    de Vega.

    Obra

    Completa (Madrid:

    PPU,

    1988 ;

    Manuel Ramos

    Medina,

    Imagen

    de

    santidad

    en

    un

    mundo

    profano

    (Mexico:

    Universidad

    Iberoamericana, 1990);

    Clara

    Garcia

    Ayluardo

    y Manuel

    Ramos,

    coord.

    Man

    festaciones

    religiosas

    n el

    mundo

    colonial

    americano

    Vol.

    1

    (Mexico,

    1993);

    Kathleen Myers, Word

    From New

    Spain:

    The

    Spiritual

    Autobiography

    of

    Madre Maria de San

    Jose

    1656-1719)

    (Liverpool:

    University

    of Liverpool

    Press,

    1993).

     

    Antonio Nufiez,

    Pldtica

    doctrinal

    en laprofesion de

    una

    Seinora

    religiosa

    del convento

    de

    San

    Lorenzo

    (Mexico,

    1710), 6;

    Cartilla

    de

    la

    doctrina religiosa

    (Mexico,

    1708), 12

    7

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    4/18

    6 8sulvci6N LAVRIN

    diocesanas

    en lo tocante

    a la comunidad

    y en lo particular

    de

    cada religiosa.

    El

    arzobispo

    era

    padre, pastor de sus

    almas

    y

    protector, en quien

    debian

    ver la

    fuente

    de

    toda seguridad

    y confianza

    respecto a

    sus necesidades espirituales y temporales.

    7

    El

    arzobispo Jose

    Lanciego y Eguilaz (1714-28) recomend6 a sus hijas

    espirituales

    la

    Cartilla

    del Padre

    Antonio Nulez en su primera Carta

    Pastoral a las

    religiosas

    de Mexico, evidencia del

    prestigio que

    retuvo

    el bien conocido jesuita tm despues

    de su muerte.

    Entre

    los

    ejercicios

    espirituales

    que les recomendo

    para

    fortalecer su espiritu religioso recomendaba la

    meditacin de la

    pasin de Cristo, que result de la completa

    obediencia

    que Cristo

    presto

    a la

    voluntad

    de

    Dios. Considera

    como el Eterno Padre

    puso a

    su

    hijo

    a

    morir

    en

    la cruz

    y la docilidad del hijo

    acept6ndolo .

    8

    La obediencia se hermanaba con la humildad

    en

    la

    literatura

    hagiogrtfica.

    Jose

    Martinez de la Parra, explicaba

    sobre una religiose, que vale

    decir es humilde, luego es obediente;

    es obediente, luego

    es

    humilde .

    9

    Ambas eran virtudes,

    pero la

    obediencia

    era,

    ademas, obligaci6n. Explicando las reglas

    de

    las

    clarisas, Fray

    Nicola.s Quinones diferenciaba

    entre la obediencia de necesidad,

    que era

    la

    que

    obligaba a

    obedecer todo lo contenido

    en las

    Constituciones

    de la

    Regla, mientras que la obediencia

    de perfecci6n, era todo

    lo que

    se

    hacia por obediencia a Dios,

    al

    alma y

    a

    la Regla.

    La

    obediencia

    tenia sus

    cotos. No negaba

    la

    soberania

    del ser, la

    autoridad que sobre

    si

    ejercia todo individuo en

    plena

    facultad

    de su libre albedrio.

    Todas

    las personas

    conservan

    la facultad, concedida

    por

    Dios, de la libertad

    de

    tomar decisiones,

    y la

    decision

    de

    obedecer

    es,

    asimismo, propia e irrevocablemente individual.

    Cuando

    una orden

    iba en

    contra

    de lo

    establecido

    por

    las

    reglas

    o

    llevaba a un pecado

    capital,

    se

    podia desobedecer. Esta

    Juan

    de

    Ortega

    y Montafis, Constituciones

    de

    las

    religiosas

    gerdnimas del

    convento de

    San

    Lorenzo

    de la ciudad

    de

    Mexico

    (Mexico, 1707), 34.

    8

    Joseph

    Lanciego y

    Eguilaz,

    Carta

    pastorala sus

    amadas

    /4/as

    las

    religiosas

    de

    toda

    su

    fiiacion

    (Mexico, 1716),

    17. La

    interpretaci6n

    del precepto

    de obediencia no vari6 en nada a traves

    del

    tiempo.

    El

    arzobispo Alonso Nuntez

    de Haro

    y Peralta (1772-1800) recomendaba la renuncia

    de

    la

    voluntad propia

    como

    parte del

    sacrificio

    que

    se hacla

    a Dios. En

    un

    encomio

    de la virtud de la

    humildad,

    compafiera de

    la obediencia,

    recomendaba sus stbditas

    pensar del modo siguiente:

      Cuanto

    yo

    mins

    me abata; cuanto

    mins

    despreciada

    me

    yea

    cuanto menos busque los aplausos

    que

    el

    mundo estima, tanto

    sere mins semejante

    esums

    mi salvador, mi Rey supremo, mi

    bien, m i

    adorado

    Esposo.

    Yo amar6 la

    pobreza y

    sufrire, no solo con

    paciencia, sino

    con

    alegria

    las

    injurias, el olvido

    y el desprecio. De este modo me vere

    libre

    de mi amor propio y vanidad,

    que me

    han obligado

    hacer y decir tantas cosas, muy ajenas

    de

    mi profesion . Notese

    que

    la base espiritual

    de la

    enuncia

     

    as cosas del mundo no

    ha

    variado

    un siglo

    despues que Manuel Fernandez

    de SantaCruz

    recomendo

      Sor Juana zafarse de

    los

    intereses rateros del mundo.

    Wease

    Alonso

    Nuntez

    de Haro y Peralta,

    Sermones

    pane

    giricosypldticasespirituales

    2

    Vol.

    (Madrid, 1807), 325.

    9

    Gomez

    de

    Ia

    Parra, Fundacion primer

    siglo.

    Crdnicadelprimerconventode

    carmelitasdesca/zas

    en Puebla

    1604-1704

    (Mexico: Universidad Iberoamericana,

    1992), 215;

    Manuel Ramos

    Medina,

    Imagen de santidaden un mundoprofano Mexico:

    Universidad Iberoamericana, 1990), 92 105.

    1

    Fr.

    Nicola.s Quinlones,

    xplicacion

    de

    la

    Primera regla

    de

    la

    Esclarecida

    Madre

    Santa

    Clara de

    Asis (Mexico, 1736), 25 Esta obra

    fue

    escrita

    Para

    las monjas indigenas del convento de Corpus

    Christi

    en Mexico.

    iEn 1803, el arzobispo

    de Mexico Francisco Javier Lizana y Beaumont (1802-11), explicaba que l

    Onica

    forma vAlida de apartarse

    del

    precepto de obediencia era cuando en

    ohedecer

    se ponfa

    riesgo

    los

    otros votos. La obediencia

    debla de

    ser

    de juicio

    de

    voluntad y

    obra como Ia de

    la oveja

    que of

    8

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    5/18

    SOR

    JUANA INEZ

    DE

    LA

    CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD

    609

    te6ricamente

    pequeiia

    puerta

    de escape

    la utilizaron con

    generosidad

    tanto subditas

    como

    prelados novohispanos tanto

    cuando

    las

    circunstancias

    lo

    requirieron, como cuando

    no

    eran ni tan claras ni

    tan

    autoevidentes. Precisamente

    porque ni la autoridad se ejerci6 sin

    desafios, ni

    la obediencia

    se

    di6 incondicionalmente existieron

    muchas tensiones

    administrativas y personales

    dentro

    del

    estado

    religioso. Hubo modalidades de

    desobediencia dentro de los parametros

    de la obediencia

    que

    permitieron

    a

    prelados

    y

    a

    suibditas eludirse

    entre

    Si o eludir a sus

    superiores y

    seguir

    un curso de

    accion

    propio.

    Aunque

    tm no esta

    perfectamente

    calibrado,

    es el juego entre los

    limites de

    la obediencia

    y la

    autoridad lo

    que

    determina el

    sesgo

    de los acontecimientos

    histtricos.

    Veamos c6mo

    podemos

    poner estos

    conceptos de modo ma s pragmtico

    con algunos

    ejemplos del choque

    inevitable

    de voluntades que naci6 de la confrontacion entre autoridad

    y

    obediencia.

    Los

    informes rendidos por

    los

    obispos

    y arzobispos novohispanos

    al

    Consejo

    de

    Indias

    en Espafia hablaron con frases

    encomiisticas y

    generales

    de

    la santidad y

    observancia de

    los

    conventos

    femeninos, ofreciendo

    una vision superficial

    que

    ocultaba

    importantes luchas internas y que segufan sinuosos

    cursos

    subterriseos

    bajo una aparente

    calma diocesana. Por ejemplo, las carmelitas descalzas

    de

    Mexico

    establecidas en 1616,

    comenzaron

    a

    hacer

    gestiones

    a mediados

    de

    siglo

    para lograr su libertad de la autoridad

    diocesana

    y

    ponerse

    bajo

    la

    de la

    propia

    orden. Se sentian

    mas

    ctmodas y

    cumpliendo

    mejor las

    exigencias de su regla

    si

    la dirigian y confesaban carmelitas

    descalzos

    en

    vez

    de

    los clerigos diocesanos asignados

    por los obispos. Entre

    652

    y 1659 las religiosas

    se

    quejaron

    en

    varias cartas

    al

    Consejo

    de

    Indias y

    al rey de Espana

    de la

    falta

    de

    atencin

    que

    recibian

    de

    los clerigos confesores,

    a

    quienes

    juzgaban

    inapropiados

    para dirigirlas

    en

    oraci6n

    y regla.

    Esta opini6n no cay6 bien

    en el arzobispo Mateo

    Saga de

    Bugueiro

    (1655-1663),

    un abierto protector de la orden capuchina, que

    trajo

    de

    Espana

    a

    Nueva

    Espaia, y segtmn la

    opini6n

    del

    arzobispo historiador

    Francisco

    Antonio de Lorenzana

    (1766-1772),

    acerrimo

    defensor

    de

    su

    jurisdicci6n

    eclesitstica .'

    2

    La religiosa carmelita

    Sor

    Maria

    de

    Santa

    Ines,

    mantuvo

    una relacion

    amistosa con

    la

    virreina,

    esposa

    del

    duque de

    Alburquerque 1653-1660),

    y en

    varias

    cartas

    fechadas

    a

    19

    de

    noviembre, 26 de

    noviembre,

    y 6 de

    diciembre

    de

    1658

    le explic6

    como

    habian sido

    intimidadas

    por el arzobispo a abandonar su peticion de

    ser puestas bajo la administracion

    de

    la

    Orden del Carmelo, bajo el concepto de que pecaban

    al protestar. Pedia Sor Maria

    su

    intercesion

    a

    la virreina como amparo

    y

    consuelo de este convento . El 30 de marzo

    de

    1657

    se

    dirigieron las monjas

    al

    virrey, agradeciendole su

    apoyo

    y

    expresando qu e

      debemos la

    vida a su piedad dolidndose de ver

    imputada nuestra humildad y

    rendimiento

    con la nota de

    inobedientes a

    Ntro

    Rmo

    prelado

    a

    cuyos pies

    pedimos tuviese piedad

    de

    nuestra

    flaqueza y templase

    sus mandatos

    13 No hay

    rebelion abierta

    contra el prelado,

    sino

    una

    estrategia

    de

    bhsqueda

    del

    apoyo de aliados

    poderosos,

    la virreinay el

    virrey.

    Sin

    traspasar

    los limites espirituales

    de obediencia

    que

    debian al prelado, las religiosas

    usaban

    a

    su

    pastor. Ver, Carta

    p stor l

    a las RR. MM superioras y subditas

    del

    Arzobispado

    de Mexico

    (Mexico,

    1803), 19-22.

    12

    rancisco Sosa,

    El episcopadomexicano:

    Biografla

    de los

    ilmos Sen~ores

    Arzobispos

    de

    Mexico

    2

    Vol.

    Mexico: Editorial

    Jus

    1962). 1:25 1.

    13

    AGI,

    Mexico,

    30,

    No

    1

    9

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    6/18

    61SUNCION

    LAVRIN

    argumentos teol6gicamente validos

    para

    lograr un cambio

    de su

    situacibn.

    El

    arzobispo

    se

    neg6

    a

    aceptar

    toda

    interferencia

    con

    su

    voluntad, expresando

    que hasta Roma iria antes

    de

    ceder a

    la pretendida libertad de las carmelitas.

    La dave de

    esta situacibn

    se

    encuentra

    en

    el

    feudo

    politico

    entre el arzobispo

    y

    el virrey, que

    se

    inici6 desde la ilegada del

    primero

    al

    virreinato. Las carmelitas

    aprovecharon

    hasta Ia

    iltima

    gota su amistad con el virrey,

    y en

    1659 se

    seguian quejando

    de las

    asperezas

    y

    desatenciones del o

      n

    1661

    las monjas se descargaron espiritualmente

    ante

    miembros

    de la

    Inquisicibn,

    a

    quien Ilamaron para

    aclarar su situaci6n y las acusaciones

    del arzobispo

    Saga

    de

    Bugueiro.

    El

    arzobispo no

    se

    habia presentado al convento a lievar a

    cabo

    la

    eleccibn

    canonica de

    abadesa

    y oficialas

    del

    convento.

    Tambidn

    les

    habia

    prohibido comunicarse

    con persona

    alguna,

    pero

    las

    religiosas siguieron

    su

    conciencia

    en

    vez

    de

    Ia

    orden arzobispal

    hicieron

    relaci6n

    de las intempestivas

    visitas

    de Saga

    de

    Bugueiro al convento.

    Sor Maria, la

    corresponsal de la virreina,

    declar6

    que

    el arzobispo

    se habia

    portado

    muy

    coidrico y

    destemplado durante una

    visita.

    En

    esa ocasibn

    penetr6

    en la

    clausura

    con sus

    criados,

    las oblig6

    a

    levantarse

    los velos y

    descubrirse el rostro para

    darles

    una plAtica

    en las cual

    las

    habia acusado

    de

    pecar mortalmente,

    las

    llam6

    ilusas bachilleras

    en nada dignas de

    su santa madre y les dijo que

    aunque

    viniesen

    diez cedulas

    nunca habia

    de

    venir en

    ello

      1S

    El obispo

    las acusaba de que era

    temeraria

    presuncibn y contra

    la

    santa f decir qu e

    este u otro genero de

    persona

    por ser cldrigos de orden

    religiosa

    tienen

    comunicado

    de

    Dios especial

    conocimiento ,

    lo

    que

    podia

    ponerlas en

    entredicho con la Inquisicion. Si

    el

    objetivo del arzobispo fue atemorizar

    a las

    religiosas,

    su presibn no surti6

    efecto.

    Los

    cargos

    pudieran haber servido para crear incertidumbre en la comunidad, como

    la

    hubo,

    pero habia poca base para ninguna condena

    ya

    que

    las

    monjas no

    hicieron

    tal sever cibn

    ,Seria dste

    el

    tipo

    de

    investigacibn inquisitorial a que

    se

    refri6 Sor

    Juana

    en

    su bien

    conocida

    espuesta unos treinta aflos

    despuds?

    En 1663 Saga de Bugueiro fue trasladado a Cartagena, pero su ausencia no resolvi6

    el

    problema

    jurisdiccional. Tanto Felipe

    IV

    como

    el

    Consejo

    de Indias

    oyeron

    a

    las

    carmelitas

    de

    Mexico

    con

    simpatia

    y

    pidieron

    al Papa

    su

    consentimiento para

    el cambio

    de

    jurisdiccion, que fue

    concedida siempre

    y cuando el arzobispo de Mexico consientiera

    tambien.

    Sin embargo,

    al

    igual que Saga

    de

    Bugueiro

    en

    su

    prelacia,

    el

    nuevo arzobispo

    de Mexico, Fray Payo

    de

    Rivera (1668-1681),

    negb Ia

    peticion carmelita

    y

    no concedi ni

    un

    palmo, aduciendo

    su autoridad arzobispal

    sobre estas

    religiosas y la

    obediencia

    que le

    debian. La aprobacion de semejante cambio

    -arguy6--

    incitaria

    alas

    carmelitas

    de Puebla

    a

    pedir o mismo para ellas. Un cambio administrativo podria causar

    un grave

    precedente

    para que otros conventos rechazaran a sus confesores

    y

    prelados.'

    7

    Este

    debate

    continuo

    14

    . Israel,

    Race, Class

    nd

    Politics

    in Colonial

    Mexico,

    16109-16670

    (Oxford: Oxford

    University

    Press, 1975)

    257-59.

    1AGN Inquisicibn,

    581,

    exp.

    1

    (1661). Usualmente

    las

    carmelitas descalzas mantenian

    los

    velos

    sobre

    los

    rostros durante

    cualquier comunicacibn

    con

    persona

    alguna fuera

    de

    la

    comunidad,

    y ei

    arzobispo

    no era

    una excepcibn.

    Sin

    embargo, el arzobispo podia ordenarles se levantaran el

    velo

    para ejercer

    su

    autoridad

    de prelado y de hombre.

    Hay mucho

    simbolismo

    sexual en esta accibn.

    16AGI, Mexico, 38, No. 71; Manuel Ramos Medina.

    17GI, Mexico, legs 306, 330, 338.

    6

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    7/18

    SOR JU N INEZ

    DE

    LA

    CRUZ

    OBEDIENCI

    UTORID D

    hasta el

    episcopado

    de Jose

    Lanciego y

    Eguilaz (1714-1728), y en

    ningin momento

    ni

    el

    apoyo

    del Papa,

    ni

    el

    del

    Rey,

    ni el del

    Consejo

    de

    Indias,

    logr6

    mover

    la firme

    decision

    de

    los

    arzobispos

    de Mexico

    de mantener

    a las carmelitas

    bajo su

    sujecion

    espiritual

    y

    tempo-

    ral.

    Las monjas se

    tuvieron

    que rendir

    a la autoridad

    episcopal,

    que

    obtuvo

    una victoria

    espiritual

    al

    mantener su inexpugnabilidad

    frente

    a las

    maximas autoridades civiles

    y

    religiosas.

    Otra fuente de

    fricci6n

    entre

    autoridad

    y

    obediencia

    desde

    las

    primeras

    ddcadas

    del

    siglo

    XVII

    fue Iaobservancia de las

    reglas en

    cuanto

    al

    numero de criadas

    y seglares de

    todas las

    edades

    alojadas

    en los

    conventos,

    la

    tela y

    hechura de

    los

    hgbitos, y

    el recibo

    de

    visitas

    en

    los

    locutorios, hechos que

    en

    su opini6n

    relajabai

    la

    observancia de la disciplina

    religiosa, tanto

    material

    como

    espiritualmente.

    Por

    mas

    de un

    siglo y medio se dieron

    patentes y

    6rdenes de Espania

    a Mexico,

    y

    desde

    las

    sedes

    episcopales

    y

    de

    regulares,

    sobre

    la necesidad

    de reformar tales costumbres.

    Las monjas mexicanas

    fueron recalcitrantes

    en

    cuanto a defender su

    interpretacion de las

    reglas

    y m antener

    tanto criadas

    como

    educandas

    y hurfanas

    en los claustros.

    Durante su

    prelacia en Puebla, Juan

    de

    Palafox

    y

    Mendoza 1640-1655), en

    concesion

    pragmfitica

    a

    la

    realidad que encontr6 en su

    di6cesis,

    concluy6

    que

    s

    en

    los conventos

    de

    las Indias

    tenian

    las

    monjas

    muchas

    criadas,

    era tambidn

    muy

    dificultoso remediar

    este

    abuso sin

    grave escgndalo, y asi sera mejor guiarlo de la manera que aproveche, ya

    que no

    puede quitarse,

    es

    bien

    que estd advertido ... ,

    o

    sea bien regulado.'

    8

    Por otra parte, otros

    prelados legaron

    de

    Espania

    con

    una

    intolerancia

    respecto

    al

    sunto

    que cre6

    fricciones

    con

    sus hijas espirituales al

    resistir

    dstas

    la disciplina que

    se

    les queria imponer.

    En 1667

    las

    monjas

    franciscanas

    de

    Mexico

    y las de

    Queretaro se hallaban enfrascadas en

    una lucha

    legal

    contra

    su propio prelado,

    Fr. Hernando

    de la

    Rua,

    quien estaba empeiado en cortar el

    numero

    de criadas en los

    conventos.

    Ese ano se reiteraron

    las

    ordenes

    sobre

    la observancia

    dada por el Comisario

    General de

    Indias en

    Espaia en

    1639,

    entre

    las

    cuales estaba la

    reducci6n

    del numero

    de

    seglares

    de toda categoria

    en los

    conventos. Santa

    Clara

    de

    Queretaro elev6 un m emorial de

    protesta

    al Rey en el

    cual

    argiian

    haber profesado bajo el

    entendimiento

    de que tendrian ayuda de sirvientas y que

    las nifl s

    no

    iban

    contra la

    regla.'

    9

    Ese mismo

    ano los

    conventos franciscanos de San Juan

    de la

    Penitencia y Santa

    Isabel,

    elevaron recursos

    dirigidos

    al Comisario General de

    Indias

    y al

    Rey, defendiendo

    la

    practica

    de tener criadas, porque era

    uso

    y costumbre de la

    tierra que tenian

    desde su

    fundacion,

    ochenta

    anios atras. Cualquier

    cambio

    en la

    observancia

    interior y el regimen

    de

    vida debia ajustarse

    a

    la calidad

    de la

    tierra

    y costumbres . Las monjas de Santa Isabel

    se quejaban de que

    el

    Comisario Provincial les

    habia prohibido vestir

    lienzo,

    usar

    choco-

    late y tener niflas

    para su educacion

    en el

    convento,

    y

    les habia ordenado expeler todas las

    criadas. Si su

    observancia

    habia

    sido aprobada por muchos y muy santos varones,

    Lpodria

    de La Rula

    presumir

    que era mas santo que otros? El solapado comentario

    iba

    dirigido

    a

      8 uan de Palafox y Mendoza, Bishop of Puebla. Obras del Ilustrisimo Excekentissimo

    Vener-

    able

    Siervo

    de

    Dios.

    Tomo III art 1. Direccionespara

    os sei-ores obispos (Madrid: Imprenta de

    Gabriel Ramirez,

    1752),

    46.

      9Biblioteca Nacional de Mexico, Fondo Franciscano.

    Caja

    75. Leg

    1257. fols.

    12-22. De

    aquf en

    adelante

    citado como BN.

     

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    8/18

    612

    SUN~CION

    L VRIN

    restarle

    autoridad.

    La

    Ria, sin

    embargo, no era

    amigo de ceder

    autoridad,

    y

    simplemente

    excomunic6 a

    las

    protestantes,

    comenzando

    las

    gestiones

    para

    quitarles

    sus

    oficios dentro

    del convento.

    Este escandaloso

    proceso

    envolvi6

    al

    virrey

    marques de Mancera

    (1664-1674),

    quien

    procur6

    ser

    intermediario

    entre las comunidades

    religiosas,

    su Prelado, y la

    Audiencia.

    Ponidndose

    de parte

    de las monjas,

    orden6 al Comisario que

    levantara la excomunion.

    La

    Rua

    pretendi6 no

    obedecer

    la orden

    de

    la Audiencia,

    acusando

    a las monjas

    de

    contumaz

    inobediencia , en

    la moderaci6n

    monistica

    necesaria en estas

    partes .

    Obviamente habia

    una subyacente

    conciencia

    de

    diferencia entre la observancia

    peninsular

    y

    la que

    se

    seguia

    en

    estos

    reynos , y

    los

    prelados espanioles

    pretendian

    borrarla.

    Hay detrds de todo

    el

    proceso

    una vena

    de muy incipiente criollismo que

    no

    se

    explot6 abiertamente por

    ninguna

    de las partes,

    aunque

    su presencia es perceptible.

    El

    prelado levant6 la

    excomuni6n,

    pero la dtima

    palabra

    lleg6

    de

    Espaia.

    La

    intervenci6n de

    toda

    la cuspide virreinal

    implicaba una inmiscucibn del

    poder secular en

    asuntos eclesiasticos que no

    pas6 desapercibida. La corona reprendi6

    a la Audiencia por

    tomarse atribuciones mss

    ally de

    su

    propio

    fuero

    y

    dej6 en

    libertad l

    prelado

    para dirijir

    su

    rebaflo.

    2 0

    La

    escisi6n

    entre regla y observancia,

    y prelados y subditas, sigui6 abierta. En

    1673 Payo de

    Rivera

    ofreci6

    obedecer

    la orden

    real de no

    dejar que el

    numero

    de

    criadas

    en

    el

    convento

    de Santa Clara de

    Queretaro se

    mudara en nada, ya que las monjas habian

    acudido

    directamente al Papa, saltando por encima del

    arzobispo

    y del Consejo Real

    para

    obtener

    ratificaci6n

    de Su

    Santidad

    sobre

    el

    numero

    de

    criadas

    que

    argii

    an

    debian tener.

    2

    '

    Un siglo ms tarde la reglamentaci6n

    de la observancia dentro

    del

    claustro,

    llamada

      vida

    comun ,

    desat6

    uno de la mss penosos confrontamientos

    entre

    monjas y

    autoridades

    eclesiAsticas,

    especialmente

    en

    Puebla.

    Trataba

    la

    prelacia novohispana

    de

    hacer

    la

    observancia

    mss rigida

    y

    parecida a

    la

    vida

    capuchina o

    de

    religiosas descaizas.

    Entre

    177 y 1775 las monjas

    elevaron

    cartas y autos

    legales

    al Consejo

    de

    Indias, neg6ndose a

    aceptar

    cambios

    en su

    estilo

    de

    vida

    y

    provocando

    numerosos incidentes de caracter per-

    sonal con sus prelados en una

    verdadera ola de resistencia.

    En

    una

    de las

    muchas ocasiones

    en

    que

    las

    monjas

    se

    expresaron

    personalemente contra

    la vida

    comun ,

    la abadesa del

    convento

    de

    Santa Catarina

    de

    Mexico,

    Sor

    Maria

    de

    Santa

    Teresa

    declar6 no poder seguir

    la

    observancia, que

    habia

    comenzado por obedecer

    a su prelado,

    Fr. Jose Jorge

    Alfaro y

    Azevedo. La habia experimentado

    por mss de un

    mes y hallo en

    mi conciencia

    no poder

    seguirla

    por

    ir en

    detrimento

    de

    mi

    salud

    espiritual

    y

    corporal .

    22

    Ni Hemnando de la

    Rua, ni

    Palafox, ni Manuel

    Fernandez de

    Santa Cruz, ni

    Francisco

    Aguiar

    y

    Seijas,

    ni

    Antonio Nufnez, deseaban ver

    Ia elajacion de

    la

    vida

    temporal y espiritual

    de

    los conventos

    de

    monjas,

    pero algunos de ellos comprendieron

    las

    variantes

    en

    la

    20AGI, Escribani a de Camara, leg.

    175A.

    21

    AGI,

    Mexico,

    Leg. 306.

    22

    AGI,

    Mexico,

    Leg

    2752;

    Francisco

    Fabian

    y Fuero,

    Coleccion

    de providencias

    dadas

    a fin

    de

    establecerla santa vida

    comu~n

    en Coleccion de

    providencias

    diocesanas

    (Puebla,

    1770); AGN,

    Bienes

    Nacionales,

    leg. 77;

    Miguel

    A.

    Alvarez, a

    las

    esposas

    de

    Jesu Christo

    (Antequera

    del

    Valle

    de

    Oaxaca,

    1770); Nuria

    Salazar de Garza,

    a

    vida comu~n

    en los

    conventos de monjas de

    la

    ciudadde

    Puebla

    (Puebla: Secretarfa de Cultura, 1990).

    6

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

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    11/18

    SOR

    JUANA

    INEZ

    DE

    LA

    CRUZ:

    OBEDIENCI

    Y

    AUTORIDAD

    615

    Mi tesis es

    que

    en

    l

    correspondencia

    entre Fernndez

    de

    Santa Cruz y

    Sor Juana

    hay

    una mezcla

    de

    obediencia

    y

    desobediencia,

    de

    atrici6n

    y de

    des flo

    que no debe

    ignorarse.

    Esta

    tensi6n

    interna

    explica

    mejor

    la

    personalidad

    de

    Sor

    Juana como

    monja

    del

    siglo

    XVII

    que

    la interpretaci6n

    de la religiosa y

    de

    estos escritos

    como

    ejemplos

    de

    airosa

    rebeldia.

    La escritura

    de

    ambas piezas

    ha

    sido

    ampliamente

    analizada

    por

    muchas

    plumas

    y el tono

    de reconvenci6n

    del obispo no

    se

    le ha escapado a

    nadie. Jose

    Pascual

    Buxo ha

    hecho

    un

    anlisis

    muy

    inteligente

    y bien

    cimentado de

    todos

    los argumentos

    ofrecidos

    para

    explicar

    el origen

    del intercambio

    entre

    Sor Juana

    y el

    obispo

    y la

    decision de

    entregarse

    enteramente

    a

    la fe.

    29

    En

    un

    momento

    se pregunta

    Buxo

    si no

    hubo modo

    alguno

    para

      reducir al

    silencio

    y la

    obediencia a una monja

    desmandada..."

    Lo

    cierto es que

    aunque

    los hubo,

    no

    siempre

    rindieron

    efecto,

    como lo

    demuestran

    los

    casos citados

    arriba.

    Y,

    precisamente,

    tanto

    en la Carta

    atenagorica

    como en la

    Respuesta

    hay elementos

    de las

    estrategias

    desarrolladas por

    monjas

    y prelados

    antes

    y despuds

    de

    Sor

    Juana

    en

    puntos

    de

    disensi6n,

    contradiccion

    y solucion de

    problemas

    de observancia.

    Teniendo en

    cuenta los

    ejemplos

    hist6ricos

    brevemente

    sefialados

    en este

    trabajo.

    cabe

    ahora

    subrayar aquellos

    pasajes

    en los

    cuales Sor

    Juana

    se expresa

    como monja

    debatidndose

    entre

    la

    obediencia y la libertad.

    Para

    comenzar,

    recordemos

    que en

    su

    Cartaatenagorica

    Sor

    Juana inicia

    sus argumentos

    constatando

    que fue el deseo

    del

    obispo

    Manuel Fernndez

    de

    Santa Cruz el

    resorte

    que

    movi6

    Ia

    escritura

    de o que

    antes habia

    sido una

    discusi6n

    oral posiblemente llevada

    a

    cabo

    en

    los

    locutorios

    de San

    Geronimo. A

    traves de

    Ia Carta

    atenagorica

    epite

    constantemente

    su

    obediencia religiosa, que aunque

    no le debia al

    obispo

    jurisdiccionalmente,

    le debia como

    varon

    de la

    Iglesia,

    ya

    que

    asi Jo

    establecian los

    preceptos

    de la iglesia misma.

    3 0

    Pretende

    Sor Juana encontrar

    un

    territorio

    neutro en

    el

    cual

    desarrollar

    su

    tesis,

    esto

    es,

    ejercer su

    libertad

    individual como intdrprete

    de

    un

    punto teol6gico, en

    la privacidad

    que

    esperaba

    del obispo

    y

    su

    obediencia

    incondicional de la

    autoridad de la

    Iglesia.

    Este papel

    sea tan privado

    que

    solo o escribo

    porque

    V.md.

    o

    yea ,

    (758). Arguy6

    Sor

    Juana

    que

    si

    escribi6

    y

    envi6

    al

    obispo

    sus

    argumentos fue

    porque

    naci6

    en V.M.

    el deseo de

    ver

    por escrito sus

    opiniones sobre

    ci

    sermon,

    a cuyo deseo se rinde

    porque conozca

    que

    le

    obedezco en o mAs dificil

    (733)

    que era la escritura.

    La oralidad de sus

    conversaciones le garantizaban

    una

    inmunidad

    que

    se

    perdia

    con

    la

    escritura.

    El

    escribir

    significaba

    dejar

    evidencia de sus

    ideas, exponerse a

    en la contricion.

    La

    controversia

    sobre

    estos

    grados de

    renuncia

    a pecado y

    el

    error

    sigui6 despues

    del

    Concilio

    de

    Trento. Se debatia si

    Iaatricion y Ia contricion

    eran

    motivadas por ei

    amor

    desinteresado a

    Dios

    o

    por

    miedo al castigo y algunos

    teblogos se inclinaron a separar

    la secuencia

    atricion-contricion.

    29

    Jose

    Pascual

    Buxo,

    Sor Juana:

    monstruo

    de su

    laberinto ,

    en

    Sara

    Poot

    Herrera,

    editora,

    Y

    diversa

    de

    mi

    mism entre

    vuetas

    plumas

    ando: Homenae internacionala

    Sor

    Juana

    Ines

    de

    la

    Cruz

    (Mexico:

    El

    Colegio

    de

    Mexico,

    1993),

    43-70.

    3°La

    autoridad

    del

    obispo Manuel

    Fernandez

    de Santa Cruz

    estaba bien

    fundada

    en 1690. Fue

    obispo

    de

    Chiapas

    y

    Guadalajara ntes

    de

    ocupar

    la

    silla

    poblana, y habia sido designado por Cals

    II Parareemplazar

    a Fr. Payo

    Enriquez

    de Ribera

    en ci arzobispado de

    Mexico y

    la dignidad

    virreinal,

    cargos

    que

    no aceptA en razbn de humildad

    religiosa

    Vease. Francisco Sosa.

    lepiscopadomexicano:

    biograflade os

    ilmos

    sefnores Arzobispos de Mexico

    2:209-10.

    6

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    12/18

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    13/18

    SOR JUANA

    INEZ

    DE L CRUZ: OBEDIENCIA

    AUTORIDAD

    617

    mismo

    con singular

    fuerza intelectual, pero

    consciente de que

    habia

    arenas

    movedizas

    bajo sus

    pies.

    En

    el

    segundo

    acto

    de

    la

    correspondencia,

    Ia

    Carta

    de

    Sor Filotea

    de

    la

    Cruz

    (Obispo

    Manuel Fernindez de

    Santa

    Cruz)

    a Sor

    Juana, se

    desarrolla

    la respuesta

    episco-

    pal. Hay

    una

    gran dosis de

    admonici6n pastoral, rayana con

    impaciencia,

    que

    logra

    organizarse a

    travds

    del

    canon de

    la

    obediencia.

    El

    obispo comienza

    negando como

      vulgaridad unirse

    a aqudilos que

    reprochan

    a las mujeres

    el uso de las

    letras,

    descartando

    cualquier

    sospecha de

    estrechez

    intelectual

    ante el revuelo

    ocasionado

    (al parecer)

    por

    la

    carta.

    No

    podia

    hacerlo

    como

    miembro

    de

    una

    religi6n

    que instaba alas profesas a escribir,

    y

    menos

    dirigidndose

    a

    una

    religiosa perteneciente a

    una orden

    monastica

    que

    se

    preciaba

    de su intelectualidad.

    Sin embargo,

    recordemos que la constante

    presion de confesores

    instando

    a las

    religiosas a escribir estaba

    orientada en gran

    parte

    a escrutinar

    la

    ortodoxia

    de su fe, especialmente

    desde el

    ultimo

    cuarto del siglo

    XV

    34

    Es

    posible

    que las criticas

    y las

    defensas

    que Sor

    Juana

    menciona

    en su

    Respuesta

    hayan

    movido al obispo

    a tomar

    una posici6n

    correcta

    en su relaci6n

    con

    la monja despuds de

    la

    publicacion

    de

    la

    Carta

    atenag6rica.En la

    Cartade

    Sor

    Filotea

    el obispo retom6

    a su

    mision

    de director

    espiritual

    y

    consejero

    de

    ortodoxia.

    Para Fernandez

    de

    Santa Cruz la escritura de Iamujer no debia

    conducir

    a vanidad,

    una de las reconocidas flaquezas de su

    sexo.

    Implicitamente

    le

    echaba

    a la

    cara

    a Sor

    Juana

    el haber sido

    vanidosa.

    Sigui6

    hundiendo

    la hoja de su cuchillo

    recordindole

    los

    conceptos de

    sumisi6n

    a la autoridad

    y

    obediencia,

    que

    en

    ella se combinaban por ser

    mujer

    y

    monja.

    La

    sumisi6n

    de

    la

    mujer

    al

    hombre existi6

    desde

    la

    primera palabra

    de

    Dios

    en el

    Antiguo

    Testamento.

    3 5

    La sibdita

    en casa de

    Abraham no debia hacerse

    ilusiones

    de autoridad.

    La escritura

    tiene

    un fin santo y no

    las

    reprueba

    el apostol

    cuando no sacan

    a la mujer del estado

    obediente .

    Elogia

    el

    cautiverio de Sor Juana

    a las letras, pero solo

    para

    recordarle que tiene

    ella

    el

    poder

    (el libre albedrio y la capacidad volitiva)

    de

    rendir

    esa obediencia

    a

    otras letras

    de

    fines superiores. La

    insta a

    considerar

    que ya es tiempo de

    abandonar

    los intereses

    mundanos.

    Era 1690 y Sor Juana tenia

    cerca

    de

    cuarenta aios.

    Habia gastado ya mucho

    tiempo en estudios

    de

    filosofos

    y poetas

    y era

    hora de perfeccion

    en los

    empleos

    y

    que se mejoren los libros

    (766).

    El

    obispo le sugiere

    un

    holocausto

    mayor que el que

    ha

    llevado a cabo: que encadene

    su

    entendimiento

    al flnico verdadero

    conocimiento,

    el de

    Dios.

    Al

    recordarle

    como

    Dios

    critic6

    a

    Jose y otros eruditos

    que

    se

    vieron

    engafiados

    por

    el conocimiento de las letras humanas

    le

    reproch6 que

    se

    hubiera

    dejado

    levar

    por

    el vicio

    de la curiosidad instandole a la virtud del estudio de

    la

    filosofia

    moral.

    El

    tono

    de su carta

    va pasando gradualmente

    de elogio a critica. Todos sus sus consejos

    estan dados

    imperativamente,

    haciendose

    mas acidos

    a

    medida que avanza. Al final, asest6

    el

    golpe

    m6.s

    duro:

    Ia

    critica

    de

    los argumentos teologicos

    de

    Sor Juana sobre

    la

    mayor

    fineza de Dios. Decia

    Sor

    Juana que Dios quiere nuestro amor para nuestro bien, no

    pana

    el suyo

    754-57). Actuando bajo ese concepto, Dios a veces nos deja

    de hacer favores para

    34 Alvaro

    Huerga,

    Historia

    de

    los

    alumbrados Vol.

    3

    Los

    alumbrados

    de Hispanoamerica

    1570-

    1605) . (Madrid: Fundacion Universitaria Espafiola,

    1986).

    35

    Rosemary

    R.

    Ruether, ed.

    Religion

    and Sexism:

    Images

    of Women

    in

    the

    Jewish nd

    Christian

    Traditions

    (New York: Simon

    and Schuster,

    1974).

      7

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    14/18

    6 8SUNCION

    L VRJN

    que no podamos pagarle con nuestra

    ingratitud. Dios

    demuestra

    su amor

    reprimiendo

    los

    raudales

    de su

    inmensa

    liberalidad;

    detiene

    el

    mar

    de su

    infinito

    amor

    y

    estanca

    el

    curso

    de

    su absoluto

    poder (759).

    Era una curiosa

    interpretacion

    barroca con

    ecos

    de retruecano

    teol6gico,

    que

    Fernandez Santa Cruz

    neg6 firmemente. Dios

    no

    necesita

    reprimir sus

    beneficios.

    Los

    da

    con

    liberalidad para

    que

    sean reconocidos

    y mas abundantes.

    Si Dios

    siguiese

    la l6gica de Sor Juana, se

    veria

    obligado

    a

    parar

    esos raudales de

    liberalidad

    para

    con

    ella,

    quien parecia s6lo pagarle con su

    ingratitud en no reconocer tales beneficios.

    Lo

    que

    Sor Juana llama

    finezas

    eran en

    buena teologia

    castigos . Dios

    es

    omnipotente

    y le

    debe

    el hombre el agradecimiento

    por su gracia ya que de

    esa gracia depende la

    capacidad

    humana

    de

    reconocer

    que la

    liberalidad divina no se

    puede reprimir

    y se

    expresa

    con

    mayores liberalidades cuanto

    mis

    se

    la

    reconoce

    y

    agradece. Sin

    necesidad

    de la

    presencia

    de

    la

    Inquisici6n, l problemttica del

    error interpretativo

    en

    cuestiones de

    dogma requeria

    la

    correcci6n

    del

    prelado

    y

    l renuncia

    por parte de la

    creyente.

    Esa renuncia

    podia

    ir

    envuelta en

    un

    acto

    de atricion.

    La contrici6n

    no

    creo fuera

    requerida en

    la situacion de

    Sor Juana, en cuanto a que no habia incurrido

    en

    ningun pecado

    o

    blasfemia al

    dar

    su

    opini6n sobre

    Vieyra.

    Pero si

    habia mal-interpretado

    la

    naturaleza

    del

    amor

    de

    Dios.

    Fernndez de

    Santa Cruz pone

    a la

    monja en su

    lugar ,

    como lo haria cualquier confesor

    reprimiendo a

    una hija espiritual desviada

    en su

    interpretacion.

    Se

    despide Femnndez de

    Santa

    Cruz reiterlndole la admiraci6n

    de

    su

    alma

    y su amor,

    pero pidiendo

    a

    Dios

    que la

    haga

    muy

    santa ,

    o

    sea, que le

    cambie

    el rumbo de

    su

    vida

    (768).

    El

    obispo

    de

    Puebla

    era un

    pastor

    de

    almas.

    Admiraba

    a

    Sor Juana pero

    ma s

    ally

    de

    su

    interes

    en

    leer sus ideas teol6gicas

    y

    de

    admirar

    su genio, se vio

    obligado

    a

    ejercer

    su

    autoridad

    episcopal para corregirla

    y

    tratar de

    Ilevarla al buen camino de la

    religion.

    LQud

    tipo

    de prelado

    era

    Manuel Fernandez

    de

    Santa Cruz? Dejando de

    lado los

    panegiricos

    p6stumos

    de su

    perfecci6n

    religiosa,

    algunas

    de sus actividades

    lo pintan como un prelado

    muy interesado en

    la

    proteccion y

    recogimiento

    de la mujer en general, y muy

    limosnero

    respecto a los

    conventos

    de

    religiosas. Fernandez

    de

    Santa Cruz

    pudo

    haber sido

    arzobispo

    de Mexico,

    pero

    declin6

    el cargo, lo que indica que ejerci6 un

    singular control

    sobre su

    ambicion

    de

    poder

    personal. Prest6

    su

    apoyo

    a

    la fundacion del

    convento

    de

    agustinas

    recoletas

    de

    Santa Monica subsidi6 varias

    escuelas

    de

    nii ias

    doncellas

    y

    se

    preocup6 mucho

    por mantenerlas economicamente viables. Su

    apoyo

    a

    un proyecto

    de

    fundacion de un

    convento

    de capuchinas en

    la ciudad

    se

    vio frustrado durante

    el

    resto de

    su

    vida,

    pero no

    cej6 en su intento habiendo prometido parte

    de

    su

    caudal. Fue

    tambidn uno

    de

    los

    ma s

    dedicados promotores

    de Ia

    causa

    de la beatificacion

    de Sor

    Maria

    de

    Jesus Tomellin,

    religiosa

    del

    convento de La

    Concepcion en

    Puebla, que

    muri6 en 1637 bajo

    reputacion

    de

    mistica

    visionaria,

    y en

    olor

    de santidad.

    3

    6

      6

    AGI, Mexico,

    Leg. 829,

    (1696-1724).

    Expediente

    de

    los bienes

    que

    dej6 Da.

    Ana de

    Zufliga

    para

    la fundacion

    de dos

    conventos

    de

    monjas

    en

    la

    Puebla

    de

    los

    Angeles: uno

    de

    capuchinas

    y

    otro

    de

    mercedarios; Felix de Jesus

    Maria, Vida y virtudes y

    dones

    sobrenaturalesde la Ven. Sierva de

    Dios or Maria

    de

    Jesu~s, religios profes n el V. monasterio

    de

    la

    InmaculadaConcepcion

    de

    la

    Puebla

    de

    los Angeles en las IndiasOccidentales

    (Roma,

    1756 , 349. El proceso

    de beatificacion

    fue

    iniciado

    por

    el

    obispo

    Palafox

    y continuado

    por

    Diego

    Osorio

    y Escobar y Manuel Fernaindez

    Santa

    Cruz. Este

    ultimo

    hizo un

    cuestionario con 146 testigos

    que fue

    enviado a Roma

    en

    1695.

      8

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    15/18

    S R JUANA INEZ

    DE LA CRUZ:

    OBEDIENCIA

    AUTORIDAD

    619

    En cuanto

    a

    sus relaciones personales con

    varias religiosas

    hay andcdotas que

    lo

    pintan muy voluntarioso,

    amigo

    de

    la

    obediencia

    de

    sus

    subditas

    aunque

    tambien

    muy

    devoto de las que consider6

    ejemplares .

    Los

    historiadores

    del convento

    de carmelitas

    descaizas

    de

    Puebla, Jose

    G6mez

    de

    la Parra y

    su

    primo Jose Martinez

    de

    la

    Parra, nos

    presentan

    al

    obispo

    en una serie de curiosos

    vignettes

    que

    lo muestran

    patrono de este

    convento y

    ejerciendo su ministerio con

    firmeza.

    Con

    las

    teresas estuvo siempre bien

    dispuesto. Por ejemplo,

    en

    1678

    dispens6 la edad a

    una

    novicia

    de

    43 afos, Sor Antonia

    del Espiritu Santo, por favorecer su entrada a la religi6n a quien era viuda y vi6 morir a

    sus

    tres hijos.

    Despues

    insisti6

    en que

    fuera

    de

    prelada

    fundadora

    a Guadalajara, bajo precepto

    de

    obediencia ,

    y

    logr6

    su

    aspiracion a pesar

    de

    haber sufrido la monja

    un

    accidente.

    En

    1678

    di6

    la

    licencia para que

    se

    diera

    el

    htbito

    antes

    de su

    muerte

    a

    la

    donada

    negra

    Esperanza de

    San

    Alberto.

    Tambidn

    apreciaba ligerezas

    de vez en

    cuando, como

    en la

    ocasion que legando al torno de las

    carmelitas

    sin

    ser

    anunciado

    salud6 a Iamadre Leonor

    de San Jose

    con

    voces

    mexicanas

    para

    despistarla. Dos

    carmelitas

    tuvieron visiones

    respecto

    a

    la muerte del obispo.Y7 Fernandez de Santa Cruz sabia tambien de guardar

    rencores.

    Queriendo ayudar

    a dofa

    Antonia de Berrueco,

    viuda

    con

    siete hijas,

    procur6

    aviarle

    la

    dote a

    una

    a travds

    de

    una obra

    pia. La

    misma fue la madre Leonor de San

    Jose,

    quien profes6 en las carmelitas.

    Pero habiendo

    ofrecido

    poner a las otras

    seis hermanas

    en

    uno

    de

    los

    colegios

    que

    fund6

    para

    doncellas pobres,

    fue rechazado por Tomas Palacio,

    el

    (inicohijo

    de la familia, quien por

    orgullo

    se neg6 a la ayuda, y empeor6 la situacion

    al

    criticar al

    obispo

    los planes para

    la

    fundaci6n de

    las

    agustinas

    recoletas

    de

    Santa Monica.

    Jamas volvi6 Fernandez

    de Santa Cruz a dirigirle

    la palabra. Aunque el obispo

    sacd a otra

    hija

    de Ia

    amilia para colocarla

    en un colegio y finalmente

    en San

    Geronimo, su actitud

    para

    la

    tercera

    aspirante, Juana, quien

    habia

    de ser

    Sor

    Maria

    de

    San Jose,

    fue intempestiva

    y hasta grosera.

    Bajo la influencia de su

    confesor, quien

    medio

    a favor de la aspirante

    el

    obispo le

    concedi6

    lugar

    en

    Santa M6nica

    y

    despues lleg6

    a apreciarla

    tanto que

    la

    envi6

    de fundadora a

    Oaxaca.-

    Sus actividades

    no dejan lugar

    a dudas de

    que

    se consideraba un

    protector de Iamujer,

    pero es tambidn innegable que

    su

    vision de

    la

    mujer reflejaba

    la de

    su

    tiempo:

    las doncellas

    para ser guardadas,

    las beatas para ser

    protegidas, y las monjas

    Para dedicarse

    a

    la religion

    y

    usar

    sus

    luces

    en el

    elogio

    y

    encomio

    de

    Dios.

    Y

    todas, como

    mujeres,

    obedientes. Fernandez

    de

    Santa

    Cruz

    no tenia jurisdiccion

    para hacer a'Sor

    Juana

    obediente,

    pero

    si la tenia para reconvenirla

    y aconsejarla.

    Su relacion

    con

    la

    monja

    ha

    sido

    interpretada diversamente

    como

    la

    de

    amigo

    y enemigo, pero

    quizas Ia verdad

    se

    encuentre

    en

    el

    medio a(ureo:

    pastor impresionado

    por

    su

    genio,

    pero decepcionado

    por

    sus

    lazos

    con

    el

    siglo.

      7Gomez

    de

    la

    Parra

    Fundacidn

    primer siglo,

    317,

    335,

    349-53

    370.

    38Kathleen

    Myers,

    ed. Word rom

    New

    Spain: The Spiritual

    Autobiography

    ofMadreMaria

    de San

    Jose

    1656-J1719)

    Liverpool:

    Liverpool

    University

    Press, 1993),

    82-83

    174-75 178

    183

    y tambien,

      A

    Glimpse

    of

    Family

    Life in

    Colonial

    Mexico:

    A Nun's Account ,

    Latin American

    Research

    Review

    63-87.

    Veanse

    tarnbien,

    Fr. Sebastian

    de Santander

    y Torre,

    Vida de

    la Venerable

    Madre

    Maria

    de S.

    Joseph (Mexico, 1723),

    113-114,

    15;

    Marie

    C~cile

    Benassy-Berling,

    Sobre

    dos

    textos

    del Arzobispo

    Aguiar y

    Seijas ,

    en Sara Poot

    Herrera,

    ed Ydiversa

    de mimisma

    85-90.

    Btlnassy se

    refiere

    tanto a

    Fernandez

    de

    Santa Cruz

    como a Aguiar

    y Seijas.

      9

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    16/18

    620

    SUNCION LAYRIN

    Hasta

    aqui el elemento de

    la autoridad episcopal.

    Ahora

    pasemos

    al

    tema de la

    desobediencia

    dentro

    de la

    obediencia. La

    Respuesta

    a

    la

    muy ilustre Sor

    Filotea,

    se

    ha

    visto como un canto a

    la

    libertad intelectual, un

    documento

    de

    corte feminista

    con fuertes

    trazos

    de

    rebeli6n

    contra

    la

    autoridad patriarcal. Sin negar

    esas

    caracteristicas

    creo

    que es

    necesario

    subrayar

    los

    elementos

    de subordinaci6n que

    la obediencia conventual

    impuso a

    Sor Juana y a la cual, aun

    en

    lucha con su propio espiritu,

    le convenia someterse, siquiera

    por seguir la rebeli6n dentro

    de los

    limites dentro

    de los

    cuales le

    era permitido.

    39

    De entrada,

    Sor

    Juana se confiesa

    temerosa

    de no saber como responder a

    la

    carta. Se

    dice aturdida

    por

    el

    regafo

    de

    Santa Cruz

    y

    demudada

    por la

    revelacion

    de su

    ignorancia .

    Su silencio

    se debe

    al

    pasmo

    de no saber nada digno de

    vos . LIronia o simple tactica

    de

    confesionario

    para

    introducir su

    defensa? Inmediatamente se agarra de un recurso

    religiosamente

    ortodoxo: dice ver

    que

    la impresion de la Carta fue un aviso de Dios, quien,

    al contrario de lo que ella afirmaba en su Carta

    atenagorica no le

    estaba negando su favor

    para

    que

    ella

    no transgrediese

    mas, sino

    que

    la

    queria

    reducir a su obediencia con

    mas

    beneficios,

    como

    le

    explic6 el obispo.

    Santa

    Cruz

    habia sido

    vehiculo

    de

    Dios,

    al

    dare

    la

    facultad de obligarla

    a

    hacerse su

    propiajuez

    y reconocer su error. Sor Juana se readjudica

    su

    capacidad intelectual y moral al reconocer

    su

    propio

    error, pero

    no

    estaba ortodoxamente

    en ella la capacidad de perdonarse. Dios, dice Sor Juana,

    la ha librado del ultimo castigo

    (su condena por si misma) y Ia ha ayudado a librarse

    de

    su propia ignorancia con su

    misericordia, esa

    fineza

    que e lla le negaba y

    el

    obispo

    reafirmaba.

    El

    amor de Dios no

    se

    expresa

    en

    reprimir

    sus

    favores

    sino

    en

    dar

    mas

    amor. Sor

    Juana

    ha

    capitulado. Acepta

    el

    canon de su iglesia.

    Si analizamos

    cuidadosamente

    los primeros cinco prrafos de IaRespuestanos

    damos

    cuenta

    que

    resumen una completa renuncia de su

    interpretaci6n de

    Vieyra

    y los

    atentados

    de

    interpretaci6n teol6gica

    de Sor Juana. Se

    humilla

    al quitarse

    toda traza de autoridad

    apoyandose en

    su sexo, su edad (aun no lo suficiente madura para las profundidades

    teol6gicas) y las costumbres de que

    las mujeres

    no

    traspasaran terrenos

    prohibidos. Por

    suerte, sus errores en los asuntos profanos no la deprivan de comulgar

    y

    oir misa , esto

    es

    de

    mantener su ortodoxia religiosa

    o que parece importarle mucho.

    Cualquier

    yerro

    contra la ortodoxia religiosa

    basado

    en su

    falta

    de

    preparacion

    en ese

    terreno,

    dice, pudiera

    meterla en aguas profundas con Ia Inquisicion, y esta idea

    es

    suficiente

    para apartarla

    de

    cualquier

    torcimiento

    del

    dogma.

    40

    Tras de esta aceptaci6n de

    su

    derrota teol6gica

    Sor

    Juana reafirma

    su

    intelecto

    y

    su

    personalidad, pero

    sin

    desobedecer.

    Se declara recipiente en obediencia de la amonestacion,

    3

    9

    Cabe recordar

    aqui

    ci caso

    de

    Ana

    de

    San

    Bartolom6,

    cuya

    habilidad

    para

    sobrevivir los

    conflictos

    de

    autoridad

    con sus superiores pueden haber sido

    modelos

    para otras.

    Ver, Electa Arenal

    y

    Stacey

    Schlau, Untold Sisters:

    Hispanic

    Nuns in

    Their

    wn Works (Albuquerque: University of New

    Mexico

    Press,

    1989)

    34;

    Amanda Powell,

    Women's

    Reasons ,

    61

    40

    La

    revision

    de

    los

    casos

    inquisitiorales

    levantados monjas

    de

    su

    tiempo revelan

    cua n

    lejos estaba

    Sor

    Juana

    de

    caer en ninguna

    transgresi6n

    aunque

    puede haberle inquietado

    la

    idea como

    ualquiera

    otra

    monja.

    Exagera

    para recalcar

    el

    arrepentimiento demandado

    de su obediencia V~ase Maria

    Agueda

    Mendez

    et

    al. Catdlogode textos marginados

    novohispanos.

    Inquisicidn:

    SiglosX y

    XIX

    (Mexico: Archivo general

    de

    la Naci6n, El Colegio

    de

    Mexico

    y

    Universidad Nacional

    Aut6noma, 1991),

    19,

    103,

    119-130,

    342.

    6

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    17/18

    SOR

    JU N

    INEZ

    DE

    L

    CRUZ:

    OBEDIENCI

    Y UTORID D

    6

    pasando

    a interpretar

    la reprimenda

    como

    permiso

    para

    hablarle de

    su

    inhibicion

    ante

    la

    majestad

    de

    las

    sagradas letras

    y,

    usando de su

    libre

    albedrio,

    explicar

    al

    obispo

    la

    raiz

    de

    su

    error. Es

    de ahi en

    adelante

    que arranca

    su

    propia

    defensa

    con

    la

    historia de

    su

    vida, que

    se puede

    ver como

    una

    confesi6n

    entrelazada

    a un

    acto de

    atricion,

    elementos

    necesarios

    en

    toda

    confesion

    de

    error,

    y eventual

    reconciliaci6n

    del

    cristiano

    con

    Dios

    (774).

    A

    traves

    del resto

    de la

    Respuesta

    se

    nota

    la preocupaci6n

    por

    demostrar

    que

    sus estudios

    se

    orientaban

    a alcanzar

    la teologia

    (777),

    aunque

    su aspiracion

    se

    recrea en

    los meandros

    de

    otras

    ciencias que,

    (iltimamente,

    la llevarin

    a su

    destino final.

    Gran

    parte

    del cuerpo

    central

    de Ia

    Respuesta

    desarrolla

    una

    parabola

    entre

    la

    vida de

    Cristo

    las de

    otros

    que

    igualmente

    se

    seialan,

    como

    ella, un recurso

    que

    juzgo

    afade

    fuerza,

    de

    modo

    oblicuo,

    a

    su

    doble

    posici6n

    de

    penitente

    y auto-defensora.

    Sor

    Juana se

    mueve entre

    la

    aserci6n de

    la libertad

    y

    la reiteracion de

    la

    obediencia

    para

    al

    cabo

    abocarse a

    la

    pregunta

    dave: Zes

    licito o

    no a las

    mujeres

    estudiar

    teologia?

    Si

    Sor Filotea

    la insta

    a

    los

    estudios

    religiosos,

    era

    necesario

    debatir

    esta

    cuestion.

    De

    nuevo

    resurge

    la

    llama

    del libre

    albedrio

    en

    su espiritu

    reclamando

    la capacidad

    y

    libertad

    para

    su

    sexo y haciendo

    fina burla

    de la

    necedad

    de muchos

    hombres

    presuntamente

    sabios.

    Aan dentro

    de un

    acto de reconciliaci6n

    con la

    autoridad

    episcopal,

    Sor

    Juana se

    tiene

    que

    morder

    la

    lengua.

    Llega

    a

    los limites

    permisibles

    dentro

    de

    la

    obediencia

    en

    su

    propia

    defensa,

    pero

    Ia

    reitera

    pidiendo

    al

    obispo

    que rompa

    o borre

    o

    que

    ha

    escrito,

    la reprenda

    si

    es

    necesario,

    y

    excuse

    las

    faltas

    de

    la

    carta

    (796, 804).

    La

    Respuesta

    es

    un debate

    desgarrador

    entre

    su reclamo

    de

    libertad intelectual

    y la obediencia

    a

    Ia

    autoridad. En

    un

    momento

    se rebela

    abiertamente

    contra sus

    detractores,

    (801,

    805) y

    defiende su

    arta

    atenagorica

    on

    el brio

    de

    la

    pasi6n

    que ha

    estado

    reprimiendo

    a

    traves del

    texto,

    aunque

    s6lo

    para

    desistir

    de

    su

    ira y terminar

    con

    una

    renuncia

    de las

    glorias

    humanas,

    leccion

    que

    dice

    haber

    aprendido

    a

    traves

    de su

    experiencia

    con

    las

    dos

    Cartas .

    Al

    cerrar

    su respuesta

    ofrece al

    prelado

    memoria y

    copia de

    sus ejercicios

    devotos, prometiendo

    remitirle

    o

    que

    haga en

    el

    futuro,

    y

    esperando

    la

    liberalidad

    y beneficios

    del

    obispo,

    a

    quien se

    refiere

    como

    su

    deudor

    generoso. El

    acto

    de

    atricion,

    tras

    el

    emocional

    debate

    consigo

    misma

    y

    con

    su sociedad,

    ha terminado.

    4

      Jose

    Pascual

    Bux6

    ofrece

    una

    muy

    aceptable

    explicacion

    de la

    progresiva

    evolucion

    de

    Sor Juana

    hacia

    el

    abandono

    de

    las

    letras

    y

    el

    retomno

    a

    lo

    que

    era su estado .

    Comparto

    su

    opinion,

    que

    ha sido

    mia tambidn

    aunque

    nunca

    tan bien

    explicada.

    De esta

    inicial

    atricion

    Sor

    Juana

    evoluciona

    hasta la

    contricion,

    la

    renuncia

    total de su

    mundanidad

    varios ai'os despuds,

    en

    un

    proceso que

    encaja con

    Ia nterpretacion

    tomista

    de estos

    conceptos

    aiuh

    imperantes

    en su

    tiempo.

    Mi

    aportacion

    aqui

    consiste

    en proveer

    datos

    historicos

    que

    hagan Ia

    tesis

    de

    una

    Sor

    Juana

    mujer

    y monja

    mas

    congruentes con

    su tiempo. El

    examen de

    la

    tension

    que

    marcaban

    las relaciones

    entre

    prelados

    y suibditas

    nos

    muestra

    un constante

    dialogo

    entre la

    autoridad

    y la

    obediencia, la

    observancia

    de los

    canones de la

    religion

    y el

    vuelo del

    intelecto, en

    la

    41

    Desde

    luego,

    la

    finisima ironla

    de recordarle al

    obispo

    que

    lo

    a

    tratado

    como una religiosa

    por

    seguir

    las

    reglas

    del juego

    que

    el

    mismo

    estableci6

    es

    a mi ver

    una forma

    un

    poco socarrona

    de

    reiterar

    su

    obediencia

    -llega

    de nuevo

    a los

    limites permisibles

    de desobediencia-

    pues

    es obvio

    a

    traves de

    su

    respuesta

    que sabe

    quien

    es Sor Filotea

    y se dirije

    a Su

    Reverancia, el

    obispo. Si Sor

    Juana

    hubiera

    sido

    mas

    rebelde

    no

    hubiera repetido

    tanto

    el

    concepto

    de

    obediencia.

    6

  • 8/19/2019 SOR JUANA INES DE LA CRUZ: OBEDIENCIA Y AUTORIDAD EN SU ENTORNO RELIGIOSO

    18/18

    6

    ASUNCION LAYRIN

    experiencia personal

    e

    institucional.

    l caso de

    Sor

    Juana no fue nico.

    Muchas otras

    voluntades religiosas, masculinas

    y

    femeninas,

    se

    debatieron

    entre

    los

    polos

    del

    deber,

    la

    humildad y

    la

    obediencia,

    y el libre albedrio. En

    su relacion

    con el obispo Manuel

    Fernndez

    de Santa

    Cruz, Sor Juana

    no

    pudo

    librarse de

    la

    realidad de

    ser una monja entre otras

    ellas,

    a pesar del amplio

    vuelo

    de

    su intelecto.

    En

    esa

    tension

    entre la obediencia a

    la autoridad

    y

    la

    libertad personal

    residi6

    quizais su

    mayor

    tormento y

    su mayor gloria.