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PROF. Lic María Graciela Demaestri ---------------------------------------------- ---------------------------- PROFESORADO DE LENGUA Y LITERATURA Taller de Comunicación Oral y Escrita CUADERNILLO DE ACTIVIDADES 1

Taller 2010

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PROF. Lic María Graciela Demaestri

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PROFESORADO DE LENGUA Y LITERATURATaller de Comunicación Oral y Escrita

CUADERNILLO DE ACTIVIDADES

INSTITUTO SUPERIOR DE PROFESORADO Nº 4 “ÁNGEL CÁRCANO”

2010

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PRESENTACIÓN

El lenguaje, su uso.

El ser humano habla. Hablamos en la vigilia y en el sueño. Hablamos sin parar, incluso cuando no

pronunciamos ninguna palabra, sino que escuchamos o leemos; hablamos tanto si nos dedicamos a una tarea o

nos abandonamos en el ocio. Hablamos constantemente de una u otra forma. Hablamos porque hablar es

connatural al ser humano. El hablar no nace de un acto particular de la voluntad. Se dice que el hombre es

hablante por naturaleza. La enseñanza tradicional dice que el hombre es, a diferencia de la planta y la bestia, el

ser vivo capaz de hablar. Esta afirmación no significa que el hombre posea junto a otras facultades, la

capacidad de hablar. Más bien quiere decir que es el propio lenguaje lo que hace al hombre capaz de ser el ser

vivo que es en tanto que hombre. “El hombre es hombre en cuanto que es capaz de hablar. ( Heidegger, 1959)

El hombre por naturaleza, es decir de acuerdo con lo que es, habla. Por lo tanto, el habla es lo que mejor

muestra lo que es el hombre, y para concretar de alguna manera más, podemos afirmar que el hombre, cada

hombre se revela en su lenguaje, muestra lo que realmente es, en su palabra.

Los antiguos definieron al hombre como “el ser vivo que habla” (Aristóteles, Política, I,2). El niño

comienza a hablar sin un aprendizaje específico. El ser humano necesita expresarse, es una condición natural,

como caminar. Toda la vida humana está impregnada de palabras. Somos capaces de conversar

amigablemente o de discutir sin prestar atención a las reglas que aprendimos al estudiar gramática ni en la

multiplicidad de sentidos que muchas palabras que empleamos tienen. El lenguaje en este sentido es una

actividad tan espontánea como el pensar, el dormir o el soñar. Sin embargo, a la vez, toda lengua es un

producto cultural, es decir se aprende español por tradición cultural.

Lenguaje y cultura

Por una parte el lenguaje es un producto cultural, que refleja en parte una cultura, pero por otra, el

lenguaje es condición de la cultura y contribuye a crearla. La cultura es condición del lenguaje, pero el lenguaje

es también condición de la cultura.

El lenguaje como actividad libre del hombre y también como producto de esa actividad, constituye un

fenómeno cultural. Todo acto lingüístico es un acto creador que, en cuanto tal, posee las características

creadoras del espíritu humano, que es productor de una cultura. El lenguaje es “una forma de cultura, quizá la

más universal de todas, y de todos modos la primera que distingue inmediata y netamente al hombre de los

demás seres”. (Coseriu, 1977)

El lenguaje es manifestación de una cultura pues cada lengua contiene los saberes, ideas y creencias

acerca de la realidad que comparte con una comunidad. Por eso se puede hablar del tesoro de la lengua. El

lenguaje es la primera forma de que el ser humano dispone para fijar y objetivar el conocimiento de sí mismo y

el mundo. A través de la palabra que da un nombre a las cosas y a los objetos, el mundo adquiere la fisonomía

de un mundo humano y familiar. “La conducta lingüística es una señalada manifestación de la actividad objetiva

del hombre ante el mundo que le permite una creciente independencia del hic et nunc. Por medio del lenguaje –

revelador del pensamiento- se hace posible un recuerdo de lo que ha sido, una valoración de la experiencia con

vistas a futuras experiencias, un “tener en cuenta” lo alejado en el tiempo y en el espacio”.

El lenguaje, en cuanto constituye un saber transmisible, es un hecho cultural. Pero el lenguaje, además

de ser él mismo cultura, es condición de la misma porque es el lenguaje el que funda la comunidad, en el cual

se basa toda cultura.

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Respuestas a consignas académicas

Definir: Definir es determinar lo que significa una palabra mediante una frase que equivale exactamente a ella.

La definición es, entonces, un procedimiento de análisis, estructurado en forma binaria, que pone en relación

dos términos equivalentes en su significado: un término por definir y un término (el analítico) que define.

En el ámbito científico, la definición expresa, por lo general, los rasgos necesarios y suficientes para

delimitar una categoría en cuestión.

6- Ejemplo: ¿A qué llama Vigotsky “procesos psicológicos superiores”?

Respuesta

Piaget denomina ‘reacción circular’ a una acción que el niño repite una y otra vez porque sus efectos le

resultan agradables o atractivos.

Los objetivos de una definición pueden ser diferentes (Martin: 1990). Se puede definir para controlar la

circulación de los signos del lenguaje o para determinar el significado de una palabra distinguiéndola de toda

otra palabra de la misma lengua y, fundamentalmente, de toda otra palabra semánticamente emparentada.

También es posible desaprobar los usos ante riores de un término y producir una definición prescriptiva (ésta

suele ir precedida de una fórmula del tipo “Aquí, denominaré...”; la ciencia construye frecuentemente

definiciones prescriptivas tendientes a delimitar una noción o a limitar la variación de su uso.

Analizar: El análisis es un procedimiento de conocimiento y razonamiento. Analizar es estudiar, examinar algo,

separando o considerando por separado sus partes, de modo ordenado y sistemático. Un análisis puede ser una

descomposición de un todo real en partes reales (como en el caso de los análisis químicos) o puede entenderse

en un sentido lógico o mental (como en “analice la siguiente idea”). En este último caso, se habla del análisis de

un concepto en tanto examen de los subconceptos con los cuales ha sido construido.

Consigna : Analice el ejemplo que sigue a la luz de lo dicho anteriormente.

1- Ejemplo o caso: Un niño de cuatro años, preparado para ir a un cumpleaños importante para él, le pregunta a su madre: ¿Hay algún perfume? ¿Puedo ponerme?’ Su mamá le pregunta por qué quiere ponerse perfume y el niño responde: ‘Para estar más lindo’.

Respuesta: En este caso, lo que la consigna pretende es que la respuesta del niño sea examinada:

◦ como parte de una situación comunicativa completa (el intercambio que el niño mantiene con su madre más su contexto, ya que sólo ese conjunto permite entender el sentido de la respuesta)

◦como parte del desarrollo de un concepto –el no egocentrismo infantil– tratado en la asignatura Psicología del niño, lo que supone revisar también el concepto de egocentrismo.

◦como parte de una serie de ejemplos o casos –puesto que en la consigna se expone un caso – dados en la asignatura mencionada.

La descomposición del total de un objeto de conocimiento en partes se opone al procedimiento de sintetizar,

que consiste en reunir cosas separadas o dispersas en un conjunto orgánico. Hay que advertir, sin embargo,

que esta oposición no impide usar los dos procedimientos –análisis y síntesis– complementariamente: una vez

analizado un todo en sus partes componentes, la recomposición de esas partes tiene que dar por resultado el

todo del cual se había partido. Como se ve, proceder a la síntesis es útil para controlar la calidad de un análisis

realizado.

Argumentar: Argumentar es fundamentar una opinión (tesis o punto de vista), es decir, plantear una serie de

fundamentos (razones o argumentos) que la justifiquen. Se argumenta para convencer a otros de la

razonabilidad, la verdad o la corrección de la opinión que se sostiene. Cuanto más convincentes sean los

fundamentos, más posibilidades existen de que la opinión sea aceptada o, por lo menos, comprendida.

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2- Ejemplo:

Consigna: Relea las tres propuestas del punto anterior. ¿Qué tesis cree usted que se mantendrá en el estudio del lenguaje desde una perspectiva pragmática? ¿Por qué?”

Entre la opinión y los fundamentos que la sostienen, se establece una relación de tipo lógico: se opina tal cosa

porque se piensa (cree, evalúa, observa) tal otra; en el ejemplo dado, esta estructura está marcada por la

consigna misma, por el uso de “creer” y de “por qué”.

Al redactar la respuesta a esa consigna, debe tenerse en cuenta que también entre los fundamentos se

entablan relaciones lógicas. Por esta razón, frecuentemente, se los dispone en un orden jerárquico decreciente:

de los más convincentes a los menos categóricos o de los más generales a los más particulares. (De cualquier

modo, la distribución de los fundamentos es muy variable. Por eso, se afirma que la secuencia argumentativa

responde a un orden que, además de lógico, es afectivo: hay que evaluar cuál es la mejor manera de conmover

al destinatario). .

Procedimientos argumentativos muy usuales son la cita de autoridad y la pregunta retórica. La primera

reproduce un fragmento discursivo elaborado por un autor o por una institución prestigiosos (“Según Searle...”).

La pregunta retórica, por su parte, consiste en formular un interrogante cuya respuesta ya está dada

implícitamente (“¿Acaso podemos pensar en abandonar la idea de que...?”).

Existe, además, un conjunto de técnicas que tienen la finalidad de refutar o negar la tesis de otros. Las

técnicas de refutación más usuales son la negación (se contraría la opinión o tesis de otro: “No es cierto, como

sostiene X, que...”), la cita refutativa (se cita un fragmento discursivo producido por otro con el objeto de

refutarlo: “X afirma que...; sin embargo,...”) y la concesión (se admiten unas razones de otro para, luego,

discutir las restantes o, directamente, invalidar la opinión: “Es cierto, como sostiene X, que...; ahora bien,...”).

Clasificar: Clasificar es conformar un grupo, una serie, una colección o un conjunto con entidades (llamadas

“miembros”) que poseen al menos una característica común.

Ejemplos de clase son: la clase de los adjetivos aplicables a la palabra “psicología” y la clase de las teorías

cognitivas explicativas de la comprensión lectora. La clasificación expresa una organización previa de conceptos

en grupo(s) con características comunes capaz de facilitar el tratamiento de la información.

Antes de establecer una clasificación, es necesario adoptar un criterio y luego, mantenerlo. Por ejemplo, si

ante una consigna abierta como “Clasifique las teorías cognitivas”, se ha decidido clasificar dichas teorías según

los objetos que explican, no se puede variar el criterio a mitad de camino y pasar de pronto a clasificarlas por

las ideologías que subyacen a ellas o por los países en que comenzaron a desarrollarse o por las disciplinas con

las que se vinculan. Una manera práctica de ordenar una respuesta de clasificación –sobre todo, cuando se

quiere plantear una multiplicidad de criterios es armar cuadros de diversas entradas, combinadas o

intersectadas, que expresen las relaciones entre los grupos de cosas.

Comparar: En una comparación se ponen en relación dos o más objetos, seres o procesos con la intención de

orientar la atención sobre las diferencias y las similitudes que puedan tener en cuanto a sus propiedades y sus

funciones.

Las cualidades comunes pueden estar explícitas o ser implícitas. Al interpretar o producir una comparación, es

posible traer a la mente muchas cualidades. Sin embargo, en los textos informativos (los literarios se rigen por

otras leyes), la opción tiene lugar entre un grupo limitado: el de las cualidades o propiedades que pueden

aplicarse a todos los términos en comparación. De esto se desprende que, en los textos con propósito

informativo, no hay comparación válida entre objetos sin alguna relación de equivalencia (por ejemplo, no se

podría comparar la estructura piagetiana con la crianza de peces tropicales).

5- Ejemplo: Estudios recientes sobre el animismo tienden a confirmar que los niños pequeños atribuyen vida a

los objetos inanimados y que la frecuencia de esas respuestas disminuye con la edad. Sin embargo, señalan

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también que los criterios que los niños utilizan son muy variados, que es muy difícil establecer un orden de

sucesión y que las respuestas animistas no desaparecen al final de la infancia, sino que persisten en la

adolescencia y en la edad adulta. Por otra parte, otros van más allá y afirman que la investigación sobre el

concepto de vida debe ser, en realidad, una investigación sobre el problema de la formación de dicho concepto

y que no es necesario recurrir al animismo; uno de los datos más significativos al respecto es que, desde una

perspectiva animista, los niños no considerarían inanimados los objetos animados y, sin embargo, para la

mayoría de los niños, las plantas no están vivas.

¿En qué coinciden y en qué se contraponen estos estudios con los planteos de Piaget sobre el animismo

presentados en la profundización dependiente de “Tendencias animistas...”?

Respuesta:

En esta consigna, se exige efectuar una comparación compleja, que deslinde diversos aspectos comunes y

diferencias. Para organizar la respuesta, sugerimos comenzar por el completamiento de un cuadro comparativo;

una vez listados los planteos en las columnas correspondientes, puede procederse a marcar con cruces si son

coincidentes (=) o divergentes ().

Luego, en la respuesta final, se harán explícitos los puntos de coincidencia y divergencia.

Describir: Pueden encuadrarse en la categoría de descripción el texto o el fragmento textual que responden,

básicamente, a la pregunta “cómo es”. Este tipo textual revela de un modo singular un ordenamiento jerárquico

de las ideas. En efecto, toda descripción se caracteriza por anunciar su tema y por “descomponer” ese tema en

partes o aspectos. A su vez, alguna de esas partes puede pasar a ser tema (subtema) de descripción, en un

nivel inferior de la jerarquía temática (Adam: 1989).

6- Ejemplo: Describa los cuatro tipos de operaciones que, según Piaget, puede realizar un sujeto al

alcanzar las operaciones formal.

Respuesta:

“Al alcanzar el estadio de las operaciones formales, el sujeto puede realizar cuatro tipos de

operaciones (tema): de identidad, de negación, de reciprocidad, de correlatividad.

La operación de identidad (subtema tematizado 1) consiste en no cambiar una proposición

determinada. La de negación (subtema tematizado 2), en llevar a cabo la inversión de una

proposición idéntica. La operación de reciprocidad (subtema tematizado 3), por su parte, se

lleva a cabo al producir el mismo efecto que la operación idéntica, pero actuando sobre otro

sistema. Finalmente, la operación de correlatividad (subtema tematizado 4) consiste en

negar o invertir la operación anterior.”

Las descripciones pueden tener diversos propósitos. Las informativas se caracterizan, básicamente, por estar

redactadas sobre la base de la función referencial del lenguaje –marcada por el uso de la tercera persona

gramatical y el modo indicativo–, por seleccionar el léxico a partir de la búsqueda de un efecto de objetividad y

por emplear un registro escrito y formal.

Diferenciar: “Diferenciar” es percibir y establecer distinciones entre dos o más cosas, procesos, situaciones,

etcétera. Esto implica identificar y detallar las cualidades o circunstancias por las que las cosas difieren entre sí.

7- Ejemplo: De acuerdo a la bibliografía de la cátedra diferencie en las siguientes oraciones a qué clase

y subclase pertenecen las palabras marcadas en negrita.

Ejemplificar: “Ejemplificar” es nombrar un caso, una cosa, un dato concretos. El ejemplo es un procedimiento

muy frecuente tanto en los textos explicativos como en los argumentativos. En los primeros, suele cumplir una

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función esclarecedora con respecto al objeto de explicación. En efecto, cuando el explicador desea que su

discurso, que considera demasiado abstracto para el receptor, alcance algún punto de anclaje en lo perceptible o

representable, puede recurrir al empleo de gráficos o esquemas de diverso tipo o puede también ilustrar por

medio del lenguaje verbal, mediante un ejemplo

8- Ejemplo: “Los discursos no son el resultado de combinaciones absolutamente libres. En cada situación el

emisor debe optar por el género que mejor se adecue a los objetivos perseguidos. Por ejemplo, si al alumno

se le solicita el comentario de un cuento, éste no puede realizar el resumen de la historia narrada sino el

análisis ordenado de los aspectos del texto que considere relevantes aportando citas o refiriéndose a

fragmentos” (Arnoux: 2002).

En los textos argumentativos, en cambio, el ejemplo funciona como prueba que sirve para legitimar los

argumentos y la tesis que se presentan.

Explicar : Toda explicación está compuesta por dos partes básicas: la presentación de un fenómeno

problemático que se va explicar y la solución o explicación propiamente dicha, que hace del fenómeno

problemático un fenómeno inteligible. El problema puede plantearse explícitamente, como una pregunta

directa (“¿Por qué entró en crisis el paradigma conductista?”) o indirecta (“Cabe preguntarse por qué...”), o

implícitamente (“La crisis del paradigma conductista”), en el título o en el texto.

La solución conduce a la transformación del fenómeno inicialmente problemático en un fenómeno

explicado. Para el emisor, el fenómeno que explica es claro; si lo define, ejemplifica las funciones que

cumple, alude de dos modos diferentes a una de sus características y demás es porque considera que

resulta problemático para un receptor dado.

El orden que el emisor da a la explicación sigue el proceso mental que, según cree, hará el receptor: lo que

va del problema a su solución es el pasaje de lo desconocido a lo conocido, de lo incomprensible a lo

comprensible.

Las relaciones que se observan entre el problema y la solución son de dos tipos:

◦ Causales. Son las más globales y dan su forma característica al texto explicativo. Plantean las

causas o razones de la ocurrencia de un fenómeno y se caracterizan por la presencia explícita o

implícita de por qué o cómo, punto de partida de la explicación, y porque, punto de partida de la

respuesta.

◦ De equivalencia. Plantean correspondencias o paralelismos: entre lo general y lo particular, entre

un nombre y una definición, entre una expresión y un sinónimo, entre una regla y un caso, etcétera.

9- Ejemplo: ¿Por qué creen que es importante trabajar con este cuadernillo en primer año?

10- Ejemplo: ¿Por qué decimos que la palabra camión es aguda?

Tener presente la distinción entre relaciones de causalidad y de equivalencia ayuda a diferenciar

géneros discursivos explicativos. En las explicaciones históricas, por ejemplo, predominan las relaciones de

causalidad. Los textos que divulgan novedades científicas, en cambio, “traducen” el texto del experto con miras

a hacerlo más fácilmente comprensible y utilizan con mayor frecuencia sinónimos, ejemplos y otras formas de

equivalencia (Zamudio y Atorresi: 2000).

Reconocer qué problema se quiere explicar y qué respuesta se da o se puede dar al respecto es el

primer paso de la comprensión y la producción de una explicación.

Fundamentar : En el plano discursivo, “fundamentar” es basar o apoyar una afirmación que se sostiene; es dar

las razones o los motivos en los que se funda una idea, ya se trate de una opinión o de un enunciado con

pretensiones de verdad y no sólo de validez. En este sentido, la fundamentación aparece tanto al argumentar

como al explicar, siempre que se debe justificar algo dicho.

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Las fundamentaciones pueden apoyarse en determinados hechos y aparecer bajo la responsabilidad

del emisor o pueden basarse en un punto de vista ajeno.

11- Ejemplo:a) El modelo es reduccionista porque no da cuenta de la incidencia de los factores de tipo social.b) El modelo es reduccionista –según sostienen diversos autores– porque no da cuenta de la

incidencia de los factores de tipo social.c) El modelo es reduccionista porque “no da cuenta de los factores de tipo social.” (AA.VV.:1998).

El responsable del enunciado a) es el propio emisor, por lo que el receptor se verá inclinado a confiar en

su palabra.

En b) hay un responsable reconocido, aunque no identificado —diversos autores—, y el emisor no

expresa ni la aceptación ni el rechazo de su explicación.

Finalmente, en c) hay una fuente conocida, a la que se remite por medio de la referencia bibliográfica y

cuya voz se cita textualmente por medio del encomillado.

Relacionar: Relacionar es establecer un vínculo entre dos o más cosas, sucesos, ideas, etcétera. La relación se

establece cuando hay alguna circunstancia que une las cosas, en la realidad o en la mente.

En el discurso, las formas de poner dos términos en relación son variadísimas; por ejemplo, entre otras,

pueden establecerse relaciones temporales de anterioridad, posterioridad y simultaneidad, y relaciones lógicas

de causa, de consecuencia, de fin, de resultado, de conclusión, de equivalencia, de analogía, de deducción, de

inducción, de oposición, por generalización, por ejemplificación, por jerarquía o dependencia informativa.

Determinar de qué orden es la circunstancia que une las cosas y de qué orden son las cosas que deben

relacionarse orienta la relación que ha de establecerse.

12- Ejemplo: Relacione la noción de competencia lingüística (Chomsky) con la de capital simbólico (Bourdieu).

La respuesta exige, por un lado, identificar que debe plantearse una relación entre conceptos; por otro, que

esos conceptos provienen de dos campos del saber (lingüística y sociología); por otro, que cada concepto tiene

un alcance determinado; por otro, que el segundo se opone al primero y pretende reemplazarlo, etcétera.

Géneros discursivos

La sociedad humana distingue diferentes tipos de textos producto de los que Mijail Bajtín llama "prácticas

discursivas".

Este criterio permite distinguir, por ejemplo, entre las diferentes clases textuales: orden militar, anuncio

publicitario, cuento, conversación telefónica, o sermón en la iglesia. De acuerdo con este criterio, una

clasificación convencional de los géneros discursivos es la siguiente:

Textos científicos: Son los que producen en el contexto de la comunidad científica, con la intención de

presentar o demostrar los avances producidos por la investigación. Géneros típicos de este tipo son la Tesis

doctoral, la Memoria de Licenciatura, el Artículo científico o la Monografía científica. También son textos

científicos, aunque de transmisión oral, la Conferencia, la Ponencia o la Comunicación (tipo de texto)

Textos administrativos: Aquellos que se producen como medio de comunicación entre el individuo y

determinada institución, o entre instituciones, o entre las instituciones y los individuos. Se trata de textos

altamente formalizados, con estructuras rígidas y que frecuentemente tienen un enunciado preformativo.

Géneros administrativos típicos son el Certificado, el saludo, la Instancia o el Boletín Oficial.

Textos jurídicos: Son los textos producidos en el proceso de administración de justicia. Aunque son un subtipo

de los textos administrativos, por su importancia y sus peculiaridades los textos jurídicos suelen considerarse y

estudiarse como un grupo independiente. Ejemplos de textos jurídicos son la sentencia, el recurso o la ley.

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Textos periodísticos: Todos los textos susceptibles de aparecer en el contexto de la comunicación

periodística. Suelen subdividirse en "géneros informativos" (que tienen por función transmitir una determinada

información al lector) y "géneros de opinión" (que valoran, comentan y enjuician las informaciones desde el

punto de vista del periodista o de la publicación). Entre los primeros los fundamentales son la noticia y el

reportaje; entre los segundos, el editorial periodístico, el artículo de opinión, la crítica o la columna (prensa).

Textos humanísticos: Aunque se trata de un tipo de texto difícilmente definible, se clasifica como "textos

humanísticos" a aquellos que tratan algún aspecto de las ciencias humanas Psicología, Sociología, Antropología,

etc. desde el punto de vista propio del autor, sin el nivel de formalización de los textos científicos. El género

típico de este tipo es el ensayo.

Textos literarios: Se clasifica como textos literarios a todos aquellos en los que se manifiesta la función

poética, ya sea como elemento fundamental (como en la poesía) o secundario (como en determinados textos

históricos o didácticos). Son géneros literarios la poesía, la novela, el cuento o relato, el teatro y el ensayo

literario.

Textos publicitarios: Es un tipo de textos especial, cuya función es convencer al lector acerca de las

cualidades de un artículo de consumo, e incitarlo al consumo de dicho artículo. Esta necesidad de atraer la

atención del lector hace que el texto periodístico emplee generalmente recursos como la combinación de

palabra e imagen, los juegos de palabras, los eslóganes, las tipografía llamativas. El género publicitario

fundamental es el anuncio

Textos digitales: Las nuevas tecnologías han provocado la aparición de nuevos tipos de texto, inexistentes en

el mundo analógico y que presentan sus propias características.

Algunos ejemplos de estos tipos de texto son los blogs, los SMS, los chat o las páginas web.

Estructuras , esquemas o bases textuales

Un texto es una realidad muy heterogénea y, por eso, resulta muy difícil clasificarla. Es posible afirmar, en

efecto, que las narraciones son, al menos, tan variadas como las argumentaciones y que las descripciones

existen rara vez en estado puro, ya que a menudo sólo constituyen un momento de un texto narrativo o

explicativo; del mismo modo, un relato puede ser apenas un momento en una argumentación, una explicación o

una conversación. En razón de esta diversidad, la lingüística actual tiene aún pendiente la tarea de acordar una

clasificación de las estructuras textuales, entendidas no desde el punto de vista del saber de los hablantes —

que, empíricamente, pueden decir de un texto: “es un chiste” o “es un cuento”— sino como categoría científica

ligada a una teoría y construida a partir de la consideración sistemática de determinados parámetros. Aquí

adoptaremos como criterio la consideración de cinco estructuras textuales básicas, que pueden combinarse

entre sí: narración, descripción, argumentación, explicación y diálogo. Al parecer, a lo largo de su desarrollo

cognitivo, los sujetos internalizan progresivamente esas estructuras y las ponen en juego tanto al comprender

como al producir textos; así, cada secuencia descriptiva llegaría a ser reconocida como tal por compartir con las

otras un cierto número de características lingüísticas de conjunto que se han incorporado (Adam: 1992).

Secuencias textuales o tramas

Las secuencias textuales son esquemas abstractos o estructuras globales, que se pueden presentar

alternadas o entrelazadas a lo largo de una estructura o base textual, y que conllevan una serie de

características lingüísticas. Las básicas son cinco: narrativa, descriptiva, argumentativa, explicativa-expositiva y

la instructiva. Responden a la intencionalidad del discurso: Relatar / Contar; Mostrar; Persuadir / Convencer y

Hacer /Ordenar. (Observar que la intencionalidad o finalidad la mencionamos en infinitivo)

Secuencia narrativa

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La narración es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o imaginarios. Al abordar el análisis de los

textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que la componen, los personajes que las llevan

a cabo, el tiempo y el espacio donde se desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos y desde qué punto

de vista se cuentan. Como regla memotécnica para recordar su estructura tenemos la figura de la estrella de

cinco puntas: acciones, tiempo, espacio, personajes y narrador (enunciador de un texto narrativo).

Secuencia descriptiva

Si la narración es una modalidad textual que presenta hechos sucesivamente en el tiempo, la descripción por

el contrario constata las características de un objeto de forma estática, sin transcurso de tiempo. El término

"objeto" debe entenderse en este caso en su sentido más amplio, es decir, abarca a cualquier realidad, sea esta

humana o no, concreta o abstracta, real o ficticia. Todo lo imaginable es descriptible. Los tipos de texto

descriptivos son:

Textos científicos: su finalidad es mostrar el procedimiento para realizar una investigación o una

experimentación.

Textos técnicos: Muestran los componentes, la forma y el funcionamiento de cualquier tipo de objeto, creación

artística o instrumental: pintura, escultura, mecánica, deportes, medicina, etc. Entre ellos se incluyen los

manuales de instrucciones de uso y montaje de aparatos; las recetas de cocina y los prospectos de

medicamentos.

Textos sociales: Ofrecen datos sobre el comportamiento de las personas e instituciones. Son de tipo

prescriptivos.

Secuencia argumentativa

Se trata del tipo de textos en los que se presentan las razones a favor o en contra de determinada "posición" o

"tesis", con el fin de convencer al interlocutor. Se trata de manera fundamental, aunque no exclusivamente, de

juicios de valor, apreciaciones positivas o negativas acerca de lo expuesto (Bueno, malo, feo, bello); válido/ no

válido, adecuado/no adecuado). El discurso argumentativo es propio del ensayo y de la crítica en general.

Ejemplos típicos son el discurso político o el Artículo de opinión. Con los textos argumentativos puede dar su

punto de vista frente a "algo", ya sea su posición negativa o no. Su estructura es la de Hipótesis + argumentos

(la hipótesis es siempre una oración asertiva)

Secuencia explicativa / expositiva Un texto informativo es aquel en el que se presentan, de forma neutra y objetiva, determinados hechos o

realidades. A diferencia de la argumentación, mediante el texto expositivo no se intenta convencer, sino

transmitir una verdad o conocimiento de algo, alguien. Ahora bien, esta diferencia abstracta no siempre es tan

evidente en los textos concretos, por lo que muchas veces se habla de textos "expositivo-argumentativos".

Ejemplos: típicos de texto expositivo son los textos científicos. La finalidad de estos textos es informar. La

estructura de este tipo de textos tiene básicamente cuatro partes: premisa, pregunta (problema), respuesta y

conclusión. Puede estar implícito el problema e incluso puede prescindir de la premisa.

Existen dos tipos de textos Informativos:

1. Textos Divulgativos. Es el tipo de texto expositivo que va dirigido a un público amplio que usa información

poco específica y léxico formal, es decir, no técnico ni especializado. Lo encontramos en apuntes, libros de

texto, enciclopedias, exámenes, conferencias, coleccionables, etc.

2. Textos Especializados. Es el tipo de texto expositivo especializado que está dirigido a un público específico

de un área de conocimiento determinado que requiere o usa un léxico especializado e información técnica. Lo

encontramos en informes, leyes, artículos de investigación científica, etc.

Características De Los Textos Divulgativos

·Informa clara y objetivamente sobre un tema de interés general.

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·Va dirigida a un público mayoritario.

·Es de fácil comprensión.

·Utiliza un vocabulario estándar.

·Posee objetividad.

Características De Los Textos Especializados

·Informa sobre un tema muy concreto.

·Va dirigida a un receptor experto en el contenido tratado.

·Resulta de difícil comprensión para quien no conoce el tema.

·Usa una terminología específica.

·Presenta gran objetividad.

Secuencia instructiva

Es aquella que se distingue nítidamente en una receta de cocina. Indica los pasos a seguir para realizar algo de

allí que su finalidad sea “hacer hacer”. En cuanto a la estructura utiliza verbos en infinitivo o bien en imperativo.

Considerar el contexto en el que circulará el escrito: Los textos escritos circulan en muy variados

contextos: el hogar (es el caso de las esquelas), una institución en particular (los afiches informativos o las

notificaciones de una escuela), la sociedad en general (los textos de los medios masivos de comunicación).

TEXTO 1

La lógica de la risa

La gama de experiencias que mueven a la risa es enorme, desde las cosquillas físicas hasta las fulguraciones

intelectuales de los tipos más variados. Sin embargo, existe una unidad en esta variedad, un denominador

común de un patrón específico y especificaba que refleja la lógica" o la "gramática" del humor. El ejemplo

siguiente puede ayudamos a descubrir ese patrón:

"Un marqués de la corte de Luís XV regresa inesperadamente de un viaje y, al entrar al tocador de su

esposa, la encuentra en brazos de un arzobispo. Después de un momento de duda, el marqués camina

tranquilamente hasta a ventana, se asoma y comienza a dispensar bendiciones a la gente que pasa por la

calle.

-¿Qué estás haciendo?- Grita la mujer angustiada.

-Ya que Monseñor está cumpliendo mis funciones, yo cumplo las suyas.”

¿Cómo clasificaríamos este texto? Si nos guiamos por el efecto que produce en el lector (la risa) seguramente

diríamos que teniendo en cuenta la clase textual es “un chiste”. Efectivamente, este es el rasgo que distingue

a estos tipos de textos: el hecho de que causan risa. ¿Qué más podemos decir de él? Que tiene una estructura o

base narrativa. Hay un conjunto de personajes a los que les sucede algo que, de algún modo, rompe con el

equilibrio habitual le su existencia. Es decir que, desde el punto de vista de su organización estructural,

podemos decir que este texto es un relato breve.

Consigna: Explique y argumente por lo menos con 3 (tres) diferencias claras cuál es la organización estructural

del texto leído

TEXTO 2 La l ó gica de la risa

La gama de experiencias que mueven a la risa es enorme, desde las cosquillas físicas hasta las

fulguraciones intelectuales de los tipos más variados. Sin embargo, existe una unidad en esta variedad,

un denominador común de un patrón específico y especificaba que refleja la lógica" o la "gramática" del

humor. El ejemplo siguiente puede ayudamos a descubrir ese patrón:

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"Un marqués de la corte de Luís XV regresa inesperadamente de un viaje y, al entrar al tocador

de su esposa, la encuentra en brazos de un arzobispo. Después de un momento de duda, el marqués

camina tranquilamente hasta a ventana, se asoma y comienza a dispensar bendiciones a la gente que

pasa por la calle.

-¿Qué estás haciendo?- Grita la mujer angustiada.

-Ya que Monseñor está cumpliendo mis funciones, yo cumplo las suyas.”

El comportamiento del marqués es tanto inesperado como perfectamente lógico, aunque de una lógica

no aplicada habitualmente a este tipo de situación. Se trata de la lógica de la división del trabajo,

gobernada por regias tan antiguas como la civilización. Sin embargo habría sido previsible que sus

reacciones hubieran sido gobernadas por un conjunto de reglas diferentes: las que conforman el código de

la moral sexual. Es este súbito choque entre dos códigos -o contextos asociativos- mutuamente

excluyentes lo que produce el efecto cómico. Esto impulsa al receptor a percibir la situación en dos marcos

de referencia consistentes en sí mismos pero incompatibles al mismo tiempo; su mente tiene que operar

simultáneamente en dos longitudes de onda diferentes. Mientras esta condición inusual persiste, el

acontecimiento no sólo no se asocia con un único marco de referencia sino que se o "disocia" en dos.

Encyclopedia Britannica Multimedia 99.

Este segundo texto, que incluye al anterior, presenta un caso bien distinto. En, principio, tenemos aquí

algunos indicios paratextuales como el título y la referencia bibliográfica al final, que señalan su pertenencia al

género entrada enciclopédica. Y en cuanto a su forma de organización, estructura o base según Bajtín,ya no

corresponde a la del relato como narración simplemente sino que es fácil advertir que el propósito de este texto

es explicar el fenómeno de la risa: cómo se produce,a qué clase de lógica corresponde.

Si nos detenemos en las finalidades que persiguen cada uno de estos textos veremos que el

primero busca divertir, mientras que el segundo tiene por objeto facilitar la comprensión de un problema.

¿Qué evaluamos para interpretar la estructura de los textos? En el ejemplo de la entrada enciclopédica

sobre la lógica de la risa, se reconoce por un lado un chiste (un relato humorístico) intercalado en medio de un

texto explicativo cuyo objetivo es desentrañar el mecanismo que produce la risa. El texto de la entrada y el

relato enmarcado en ella tienen modos de organización que nosotros somos capaces de reconocer gracias a que

contamos en nuestra memoria con estos esquemas abstractos -el narrativo y el explicativo- que les dan forma.

Efectivamente, en el chiste podemos identificar ciertos componentes comunes a todos los textos

narrativos (chistes, anécdotas, cuento policial, relato histórico). Estos componentes, como ustedes saben, son

básicamente:

• una situación de estabilidad, un orden inicial (en el chiste: un matrimonio de

marqueses, un arzobispo, cada uno en su lugar de la estructura social, "cumpliendo su función"

como dice el marqués)

• un acontecimiento que viene a alterar ese orden inicial y genera unatensión inesperada (en este caso, la relación de la marquesa y elarzobispo, y la llegada imprevista del marqués, que descubre lainfidelidad de su esposa)

• una serie de acciones que tienden a resolver la tensión generada poreste acontecimiento (en este caso se trata de acciones ridículas queprovocan la risa)

• una nueva situación de equilibrio (o situación final) que restablece elorden y podrá eventualmente dar paso a una nueva secuencianarrativa.

En el caso de la explicación,el esquema de organización es el siguiente

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0. Esquematización incial

1. ¿Porqué X? o ¿Cómo? Problema o pregunta

2. Porque Explicación (respuesta)

3. Conclusión (evaluación)

El elemento 0 corresponde a la introducción que prepara el terreno para plantear el problema que

necesita ser comprendido. El componente 1 formula la pregunta a explicar y elcomponente 2 abarca la

respuesta. El componente 3 es la coda o conclusión.

Debemos entender que estos esquemas son abstracciones que no se materializan de esta forma

exacta en los textos pero sirve de guía.

De tal manera, lo importante es retener la distinción entre género discursivo ( construcción semiótica,

histórica que depende de las distintas esferas de la praxis en las que hacemos uso del lenguaje) y esquemas de

organización textual o tipos de texto ( formas de composición elemental que dependen de nuestra capacidad

cognitiva para procesar el discurso).

Así, entonces, podemos hablar de géneros discursivos narrativos como la crónica,la novela, el cuento,

el chiste,el relato histórico,la biografía;géneros explicativos como el manual didáctico o el tratado científico;

descriptivos como el catálogo o la guía turística; y argumentativos como el editorial, el manifiesto, el sermón, el

ensayo,la publicidad.

Estas dos nociones- la de género discursivo como concepto abarcador, y la de esquema de

organización textual o base ,como una dimensión de los textos- ayudan a conocer los rasgos que caracterizan

las distintas clases textuales y orientan en la toma de decisiones cuando se planifica la escritura.

Los textos académicosLlamaremos, en general, “textos académicos” al conjunto de los textos vinculados al ámbito científico

que tienen por finalidad fundamental explorar, describir, explicar y predecir acontecimientos que tienen

lugar en el mundo. Esos discursos pueden servir tanto para comunicar los resultados de las investigaciones

científicas a los expertos –en ese caso, reciben el nombre de “discursos teóricos o científicos”– como para

difundirlos entre un público más amplio, mediante los textos que se denominan habitualmente “de

divulgación científica”.

Además de esos parámetros dependientes de la situación comunicativa, son rasgos diferenciadores del

grado de teoricidad el tipo de construcciones sintácticas (que en el discurso teórico tienden a omitir el agente

de los procesos), la selección léxica (de especialidad mucho mayor en el caso del discurso teórico), la selección

de los objetos referenciales (construcciones conceptuales, entidades observables) y la presencia o ausencia de

elementos facilitadores de la comprensión (ejemplos, comparaciones, títulos, gráficos) (Zamudio y Atorresi:

2000).

En este marco, los textos que el estudiante de nivel terciario trabajará podrán ser considerados, en

general, “de teoricidad media” o de “semidivulgación”, ya que no constituirán ni el producto de investigaciones

científicas destinado al intercambio en el campo científico ni el resultado del proceso de traducción del discurso

científico con miras a hacerlo accesible al gran público. En términos positivos, dichos textos tendrán las

siguientes características generales:

Ejercicio: Teniendo en cuenta el tipo de emisor, el tipo de receptor y el tipo de situación comunicativa, el

artículo nº1 del anexo ¿es científico, de teoricidad media o de divulgación? ¿Qué marcas aparecen en el texto

en correspondencia con la clasificación realizada?

El artículo

El artículo académico presenta, en general, la siguiente estructura:

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● Título: Es el resumen más global del contenido, por lo que su propósito es informativo

● Autor: Frecuentemente, además del nombre y el apellido, se consigna la institución en la que

desarrolla sus actividades académicas

● Abstract o copete: describe sintéticamente el contenido del artículo y suele presentar enunciados

argumentativos tendientes a motivar la lectura; a veces, está seguido de una serie de palabras clave

● Introducción: En una expansión del título, presenta, con un grado mayor de detalle, el tema que se

tratará; además, suele incluir una justificación de la elección de ese tema. Por otro lado, se mencionan el marco

teórico adoptado, la metodología empleada y los materiales seleccionados. En último término, se anticipa el

orden que seguirá el desarrollo

● Desarrollo: Desde el punto de vista del lector, es la expansión final –más detallada– del título. El

tema anticipado en la introducción se va desarrollando –descomponiendo en temas más específicos– en el

orden anunciado; esto resulta marcado, en general, por medio de subtítulos. En el desarrollo, la introducción de

voces diferentes de las del autor se señala por medio de citas textuales y discursos indirectos, según

convenciones que describiremos en el punto “El tratamiento de la bibliografía”.

● Conclusión: Es el producto de una operación de resumen efectuada sobre cada uno de los temas

tratados en el desarrollo.

● Bibliografía: Incluye los datos completos de las obras mencionadas en el desarrollo, de acuerdo con

una serie de convenciones que exponemos a continuación.

El tratamiento de la bibliografía. En el desarrollo de los textos académicos, las voces de los otros aparecen,

básicamente, con dos fines: o bien justificar las propias afirmaciones y conferirles legitimidad o bien refutar las

ideas ajenas y proponer otras distintas.

Las voces de los otros pueden ser mencionadas literalmente o parafraseadas, es decir, reformuladas. En

el primer caso, se habla de cita; en el segundo, de discurso indirecto.

En la cita, las comillas marcan la fidelidad en la reproducción de las palabras del otro, mientras que, en

el caso del discurso indirecto, si bien se mantiene la idea ajena, se produce una reformulación del texto original,

con lo cual interviene en un grado mayor la interpretación de quien escribe.

En cuanto al verbo de decir que señala las palabras de otra persona, pueden reconocerse diversos tipos:

desde aquellos de significado neutro (como “señalar”, “manifestar”, “expresar”) hasta aquellos más

descriptivos (que, en general, implican algún tipo de interpretación o valoración, como “exagerar”,

“dramatizar”), pasando por los que señalan el acto de habla que se lleva a cabo (“preguntar”, “afirmar”,

“predecir”). Por último, en lugar de verbos de decir, y con un significado similar al de los verbos neutros,

pueden utilizarse para introducir una cita o un discurso indirecto fórmulas del tipo “según/ para/ de acuerdo con

X,...”.

La ficha de lectura

La ficha de lectura o resumen requiere de una interfase entre la lectura y escritura de carácter recursivo,

a la vez que exige tomas de decisiones muy complejas, ya que se deben considerar los objetivos comunicativos,

el género discursivo, la organización interna del texto fuente, el léxico, la ortografía, la información paratextual,

etc. Sin embargo, es preciso identificar también los procesos de construcción conceptual que intervienen en la

adquisición de los conocimientos de la disciplina a la que hace referencia el texto que se resume.

Ejercicio

A partir de la lectura del capítulo 5 “Comunicación animal y lenguaje humano” en Problemas de Lingüística

General I de Emile Benveniste deberá producir una ficha de lectura o resumen para la cátedra de 1er año

“Lingüística General”. (El modelo de la ficha está al final de la guía de trabajo.)

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- Realizar la lectura del índice del libro a fin de reconocer el género discursivo e identificar la posible

organización textual del texto- fuente.

- Realizar una lectura exploratoria- rápida- del capítulo Nº1 propuesto para el trabajo y enunciar por

escrito el tema y los subtemas que se encontraron.

- Hacer una lectura reflexiva del capítulo discerniendo la importancia de cada elemento, subrayando,

destacando o suprimiendo.

- Establecer enlaces en el texto (usar marcas personales) mostrando la organización y el progreso de la

información.

- Plantear algunas preguntas básicas en torno al texto (condiciones sustantivas).

- Ordenar los datos obtenidos por orden de relevancia y reescribir el texto base teniendo en

cuenta: la idea central, su punto de partida, su encadenamiento lógico.

- Confeccionar la ficha de lectura siguiendo el modelo propuesto.

NOMBRE DEL TEXTO-FUENTELUGAR, EDITORIAL, FECHA, AÑO

NOMBRE DEL AUTOR

CAPÍTULO: NÚMERO Y NOMBRE

RESUMEN O CONTENIDO

NOTAS ADICIONALES

El informe

La palabra “informe” se aplica cotidianamente a tipos muy distintos de textos. Un informe, por

ejemplo, es el resultado de un análisis psicológico que se realiza para admitir a una persona en un

trabajo, la presentación que hace un médico de las dificultades y los progresos de sus pacientes, el

registro que realiza un periodista antes de redactar una nota de investigación y el diagnóstico que

redacta un docente a comienzo de año en relación con las características de sus alumnos.

Si nos centramos en el ámbito de los textos vinculados al aprendizaje, el informe es un

género muy variable, por lo que, en realidad, sólo puede planificarse plenamente su escritura una

vez que se cuenta con una consigna específica dada por un docente determinado en el marco de

cierta materia.

A pesar de esto, podemos definir el informe en forma aproximada como un texto en el que se

presenta información sobre un tema determinado, junto con los datos y las conclusiones más

importantes que se han obtenido a partir de su estudio. Ese texto se muestra como objetivo, esto es,

no expresa las opiniones personales del autor acerca del tema, sino que reúne información que

también puede ser observada por otras personas.

La distinción más importante que puede trazarse entre los informes del ámbito educativo está

dada por la oposición entre los que analizan un tema específico exclusivamente a partir de

bibliografía y los que requieren, además de la consulta bibliográfica, el estudio concreto de un objeto

o fenómeno.

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En el primer caso (es decir, cuando se trata de lo que se denomina un “informe

bibliográfico”), los pasos a seguir serán más o menos los mismos en las distintas materias:

● relevamiento y fichaje bibliográfico;

● determinación del tema o, si está dado en la consigna, de los aspectos particulares que se estudiarán;

● planteo de preguntas en relación con esos aspectos;

● búsqueda de respuestas y selección de citas al respecto en la bibliografía;

● reordenamiento jerárquico de las preguntas y respuestas;

● puesta en texto del desarrollo;

● puesta en texto de la introducción y de las conclusiones;

● puesta en texto de la bibliografía y de la carátula;

● revisión.

En cambio, en caso de los informes que surgen del estudio directo de un objeto, se observan diferencias

notables según la disciplina desde la que se lo analice. Por otra parte, más allá de las diferencias temáticas, el

informe no tiene características genéricas definidas y uniformes en todas las áreas de conocimiento; es en gran

parte a partir de los modelos textuales de cada disciplina y de la consigna concreta requerida como se sabe de

qué modo encarar su escritura.

Ahora bien, todos los informes del ámbito educativo permiten observar tres partes bien diferenciadas: la

introducción, el desarrollo y las conclusiones.

Cómo hacer un informe de lectura Denominamos informe de lectura al trabajo escrito que se caracteriza por ser restringido al análisis de una

problemática, que será abordada a partir de la lectura de determinados textos fuente (bibliografía primaria) y

que encontrará apoyatura en bibliografía secundaria (textos que comentan o se ocupan del tema elegido o de

las fuentes primarias).

¿Qué se escribe? Usted no redactará un ensayo ni un resumen sino que a partir de una pregunta, va a mostrar

cómo un autor (o autores) ha intentado responderla. No debe tomar posición ni tampoco que «discuta»con sus

fuentes primarias.

El informe de lectura no es una investigación teórica sino que implica un modo de redacción en donde usted

muestra desarrollos de otros autores. Asegúrese de no formular juicios infundados que no pueda justificar

mediante la apelación a fuentes autorizadas que«revisaron» el tema que usted ha elegido (o intentaron

hacerlo).

Mostrar lo que otros autores dijeron exige manejar con claridad cuál es el problema, a partir de qué textos

usted lo formula como tal (fuentes primarias) y quién o quiénes lo han revisado (fuentes secundarias).

Puede usar el pronombre “yo” siempre que tenga en cuenta que el “yo” de la escritura académica no es el

“yo” de la escritura personal o informal (Creme-Lea, 1997). Para diferenciar ambos modos compare los dos

textos presentados a continuación:

En el primero, el autor escribe en modo personal expresando sus emociones y su experiencia. Lo esperable es que usted utilice el modo académico, como en el texto 2.

TEXTO 1

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ESCRITURA PERSONAL (Creme- Lea, 1997: 135) • Cuenta una historia personal. • No utiliza vocabulario técnico. • El «yo» ocupa el centro de la redacción. • La información proviene de la experiencia del escritor. • Sentimientos y opiniones personales.

“Elegí hablar de Oscar Masotta por razones históricas y por razones circunstanciales. Las primeras: nacimos con un año y meses de diferencia (él, mayor que yo); hicimos las mismas lecturas antes de conocernos; tuvimos la pasión por la literatura; compartimos odios y desprecios, furias y disgustos; a nuestra veintena le tocó la facinerosa década del 50, que nos politizó y en rabió cumplidamente; nos fuimos separando a la vez que nos volvíamos docentes de otros, (…). Las razones circunstanciales: habiendo llegado, por la ocurrencia de mi edad, a ese tiempo común en que se trata de organizar el pasado a fin de doblegar su veleidosa acumulación, releí todo mi material de Masotta y sobre Masotta”

(Carlos Correas: La operación Masotta, cuando la muerte también fracasa, 1° ed., Bs. As., Corregidor, 1991, p.

TEXTO 2 ESCRITURA ACADÉMICA (Creme- Lea, 1997: 135) • Comenta, evalúa, analiza. • Vocabulario específico del tema. • El «yo» como observador y comentador. • La información proviene de las fuentes y remite a lo que dicen otros autores. • Pruebas y argumento. • Uso de convenciones bibliográficas y de citas para indicar los trabajos de otros.

“El estado actual de las investigaciones permite afirmar que la relación entre Oscar Masotta y la fenomenología es un problema ¿qué es lo que me lleva a formular esta afirmación? Responder a esta pregunta requiere ciertas aclaraciones que permitirán delinear algunas cuestiones centrales en relación con lo que desarrollaré a lo largo de este libro. En primer lugar, se debe destacar que la figura de Oscar Masotta (1930-1979) no ha dejado de ocupar un lugar en el campo intelectual contemporáneo, (…). Por mi parte, sostengo que la reconstrucción de los avatares de la producción de Oscar Masotta no puede reducirse a la exaltación de su papel en la introducción de la obra y figura de Lacan en el país. Tampoco creo que este hecho deba ser minimizado, sino que, para que su comprensión sea más precisa, no puede descuidarse un análisis detenido de su lectura de Sartre y de los autores enmarcados dentro del movimiento fenomenológico y existencialista.” (Hernán Scholten: Oscar Masotta y la fenomenología: un problema en la historia del psicoanálisis, 1° ed., Bs. As., Atuel, 2001, p. 14)

La silueta del informe de lectura

Se puede escribir la introducción antes que el desarrollo o al finalizar la primera redacción. En la introducción debe anunciar qué va a hacer y al finalizar el primer borrador revisar si efectivamente el recorrido realizándose corresponde con lo anunciado (de lo contrario tendrá que modificarla introducción o el desarrollo). Es importante, además, comprobar una coherencia entre la introducción y el cierre. Por ejemplo, si en la introducción formuló preguntas, estas deberían ser retomadas en el cierre. La silueta (o estructura) del informe contiene los siguientes elementos:

Portada Índice IntroducciónDesarrolloCierreBibliografíaApéndice Introducción PASOS

_ Presentar un panorama de lo que será trabajado_ Adelantar la idea central del trabajo_ Explicar cómo interpretar el título_ Plantear las preguntas centrales sobre las que trata el trabajo

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_ Presentar los antecedentes y/o el contexto del tema central del trabajo_Anunciar las ideas centrales del trabajo, no desarrollarlas._ No comunique al lector sus sentimientos, opiniones personales, vivencias subjetivas (por ejemplo: «Elegí este tema porque Freud me gusta mucho», «mientras escribía este informe me di cuenta...) - No haga un resumen

INCORRECTO - El tema a tratar en el presente trabajo es el rol del psicólogo en la salud pública según José Bleger, y la diferencia que establece Marcos Victoria.CORRECTO - En este trabajo me propongo indagar un aspecto del psicoanálisis señalado por Bleger: la desarticulación que hay entre la teoría (formulada en términos dinámicos) y la práctica (que se maneja en el plano de la dramática), basándome específicamente en la lectura que realizó el autor acerca de la teoría de los instintos. Para ello, utilizaré los siguientes textos de Bleger: Psicoanálisis y dialéctica materialista, «Prólogo» y «Apéndice» de Psicología concreta. Las preguntas que guían este recorrido son …etc.Desarrollo

En el desarrollo es importante atender la coherencia global del texto y la cohesión entre párrafos. Hay

cohesión cuando las distintas partes del texto se conectan lógicamente. Cumplen en ello un papel fundamental

los conectores , que articulan las distintas oraciones y párrafos otorgando lógica y continuidad.

La cohesión contribuye a darle una coherencia global al texto.

Otros elementos que otorgan coherencia son las recapitulaciones, Ej: («en el primer apartado formulamos

una pregunta respecto del rol del psicólogo, luego desarrollamos la concepción de Bleger de la psicohigiene,

veamos ahora...») y las referencias internas, Ej: («ver apartado 1», «como dije al comienzo», «como veremos

más adelante»). Es decir que hay coherencia cuando el texto puede leerse como un todo con un sentido global,

cuando hay cierto «hilo conductor» y usted le proporciona al lector elementos para que no pierda ese hilo

conductor.

SUGERENCIAS

_ Comparar y contrastar: a) Dos respuestas de un autor (fuente primaria) frente a un problema, dadas en dos

épocas diferentes de su obra. Comparar dos momentos de un autor no implica buscar la continuidad en sus

conceptos sino quizás las discontinuidades o la misma afiliación a una tradición a pesar de las diferencias

conceptuales, etc. lo cual habrá que justificar);

b) Dos respuestas de un autor frente a un problema en una misma época de su obra.

_ Comparar dos respuestas a un problema dadas por dos autores diferentes.

_ Mostrar cómo otros autores (fuentes secundarias) se han referido al problema o lo han revisado.

Si bien usted no toma posición frente al problema o a la respuesta dada por sus fuentes primarias (en el

sentido de criticarlas como buenas o malas respuestas, etc.) sí puede mostrar una contradicción, una limitación

o una respuesta satisfactoria dada por otros autores frente a ese problema. En este caso, es fundamental que

sus fuentes secundarias se refieran al problema que usted ha elegido (de lo contrario estaría incurriendo en una

lectura inadecuada de sus fuentes secundarias, haciendo decir a los autores lo que no dijeron o que dijeron en

relación con otros problemas).

_ Mostrar qué sucedió (presentar cómo se sucedieron temporalmente os acontecimientos).

_ Describir el estado de la cuestión (en qué consiste el problema).

En los primeros párrafos del desarrollo

En el «nudo» del desarrollo

Cierre

Se le solicita que elabore un cierre (y no conclusiones) porque no siempre se pueden extraer conclusiones

como respuesta a las preguntas planteadas. En el cierre se espera que integre las preguntas que formuló en la

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Page 18: Taller 2010

introducción con respuestas parciales (si las hay) sintetizando el recorrido, lo cual no significa hacer un resumen

o comentar todo el trabajo.

_ Resumir del trabajo

_ Añadir información nueva (por ejemplo, tomando citas de fuentes nuevas que no fueron trabajadas y que

implican un trabajo diverso del que fue realizado)

_ Repetir la introducción

_ Expresar sus vivencias subjetivas o sus emociones respondido (o no) y por qué (o cómo)

_ Mostrar al lector el recorrido hecho o su importancia

_ Abrir nuevos interrogantes señalando qué pasos se podrían dar para resolverlos.

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Arnoux, E., M. di Stefano y M. C. Pereira. (2002) La lectura y la escritura en la universidad. Buenos Aires: EUDEBA.

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Padilla de Zerdán y otras, Yo expongo. Taller de prácticas de comprensión y producción de textos expositivos, Edit. Comunicarte, Bs. As., 2007

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Torresi, Ana Taller de escritura de textos académicos I y II, Flacso, Bs. As.

Zamudio, B. y Atorresi, A. (2000), La explicación, Buenos Aires, Eudeba.

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Page 19: Taller 2010

ANEX0Ejercicio Nº1

¿TÍTULO?:………………………………………………..

El trabajo gramatical es un guiso que se cuece con varios ingredientes. Hace falta ante todo un marco

conceptual, es decir, una teoría. Este punto es muy polémico en nuestra disciplina, aunque ciertamente no más

que en otras. (...) Los gramáticos no coinciden en la base formal o funcional de las unidades y las relaciones

fundamentales que aceptan, ni en el papel de las variables sociales, históricas, culturales y hasta estéticas que

debemos manejar. (...) Parece haber acuerdo, en cambio, en que la lengua es a la vez un sistema formal, un

medio de comunicación, un producto histórico y un medio de expresión artística. Quizá en otros tiempos era

posible abordar con igual profundidad todas estas vertientes, pero en el nuestro ya no lo es. Puesto que hay que

elegir, nada tiene de particular que cada escalador escoja la cara de la montaña que más apropiada le parezca.

Algunos pensamos que es posible aislar el esqueleto del sistema gramatical como es posible considerar el

armazón de los edificios: esto es, dando más importancia a las vigas que a los tabiques; o como es posible trazar

los planos de las ciudades o los mapas de los territorios: resaltando más unos accidentes que otros y dibujando

líneas en el papel allá donde el terreno muestra anchos ríos y curvadas carreteras. (...) El segundo ingrediente del

guiso es la observación atenta. Es imprescindible aprender a observar. Desde luego, no se aprende a observar

mirando más tiempo el objeto. Se aprende a observar preguntándose qué cabe esperar de él a partir de lo que

sabemos sobre el sistema al que pertenece Los datos gramaticales son siempre objetos inertes hasta que un día

reparamos en algo que nos habla pasado inadvertido. Me refiero, pues, al tipo de observación inesperada que

provoca en nosotros el asombro o la sorpresa. Si no desarrollamos la capacidad de observación nunca nos

sorprenderemos de lo cotidiano. (...) El último ingrediente es, en realidad, un condimento, y no todos los cocineros

lo recomiendan: no está de más añadir una brizna de distanciamiento, incluso a veces una pizca de escepticismo.

Es lo que nos permitirá no sólo relativizar los descubrimientos con relación al momento o al instrumental, sino

también vincularlos con los que se hacen desde otros puntos de vista o con los que se hicieron hace años usando

quizá otras unidades. Como en cualquier guiso, la proporción de los ingredientes ha de ser la adecuada. Si en

lugar de una pizca de distanciamiento echamos un puñado, no creeremos en los razonamientos articulados, ni en

las argumentaciones objetivas. Nos parecerá que todos los conceptos nuevos enmascaran ideas antiguas,

despreciaremos todas las Normalizaciones y pondremos en tela de juicio hasta la progresión de la disciplina. Si

sobrevaloramos la acumulación de observaciones, los datos acabarán desbordándonos. En lugar de capturarlos,

terminaremos ahogados en ellos y será como intentar pescar en altura sin red ni aparejo. Y si sobreestimamos el

marco conceptual, y nos dejamos encandilar demasiado por la belleza formal de las teorías, miraremos los datos

con desdén desde allá arriba, y es seguro que nos parecerán menos bellos y más impuros.

Ignacio Bosque (lingüista español)

Resumen

Una de las dificultades con las que se encuentran los gramáticos a la hora de realizar su trabajo es la falta de

acuerdo entre ellos para fijar el marco teórico del que deben partir. Una vez definido éste, el gramático debe

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observar cuidadosamente su propia lengua, adaptando la teoría a los hechos lingüísticos y no al revés, al mismo

tiempo debe distanciarse de su trabajo para no darle más valor del que tiene. Estas condiciones deben estar en

adecuada proporción.

Comentario

Ignacio Bosque, coordinador de la Nueva gramática de la lengua española de reciente aparición, nos da su

particular y metafórica visión de su propio trabajo, es decir, de las características y condicionamientos que un

buen estudio lingüístico debe tener.

Este texto, quizá el prólogo de un libro, tiene el grave inconveniente de ser un texto fragmentado en su

interior con lo que la opinión del autor queda, seguramente, incompleta y algo distorsionada.

En primer lugar nos presenta la disparidad de criterios entre los gramáticos a la hora de decidirse por un

marco teórico en el que encuadrar su trabajo. Es evidente que el estudio de la lingüística, y de la gramática en

particular, ha experimentado un gran cambio a lo largo del siglo XX.

Basta con elegir tres o cuatro libros de texto, no sólo en la escuela media sino en la primaria también ,para

comprobar que no sólo no coinciden en el enfoque, sino ni siquiera en la terminología; por ejemplo: lo que es el

complemento suplemento en un libro, es el complemento de régimen verbal en otro; un texto explica la

noción de perífrasis verbal y hace diversas clasificaciones de la misma, en otro podemos encontrarnos con

que niega el propio concepto de perífrasis; nociones tan abstractas como sintagma o morfema tratan de

enseñarse desde los primeros cursos de la escuela primaria (otra cosa es que se aprendan) con el considerable

perjuicio para los alumnos, pues se descuidan aspectos tan básicos como la lectura, la escritura, la expresión

oral etc. Ahora que se viene” supuestamente” la reforma curricular en nuestro profesorado de Lengua y

Literatura no estaría mal que se empezase por reformar la enseñanza de la Lengua. Todos, estudiantes y

profesores, saldríamos ganando.

Desde el punto de vista estilístico está claro que al autor le gustan las metáforas pues hay un abundante uso de la misma:

trabajo gramatical/ guiso teoría gramatical/ un ingrediente del guiso observación/ otro ingrediente especializarse en una rama de la gramática/ trepar una cara de la montaña escepticismo/ condimento gramáticos/ cocineros

Quizá el uso tan abundante de metáforas se debe a que el autor trata de hacer más asequible (más digerible,

siguiendo con su ejemplo) un texto tan abstracto como éste. El peligro es que este lenguaje metafórico puede

trivializar el contenido del texto, podemos perdernos en los ejemplos y terminar sin saber muy bien que es lo

que el autor ha querido decir

Ejercicio nº2

"El amor en los tiempos de cólera" de Gabriel García Márquez

1-Lea y clasifique a qué género discursivo y clase textual corresponde el fragmento propuesto. Fundamente su respuesta con datos del propio texto.2-Indique el tema del texto.3-Exponga su opinión de forma argumentada sobre los animales de compañía.

-En esta casa no entrará nada que no hable- dijo.

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Lo dijo para poner término a las argucias de su mujer, empecinada otra vez en comprar un perro, y sin imaginar siquiera que aquella generalización apresurada había de costarle la vida. Rermina Daza, cuyo carácter cerrero se había ido matizando con los años, agarró al vuelo la ligereza de lengua del marido: meses después del robo volvió a los veleros de Curazao y compró un loro real de Paramaribo que sólo sabia decir blasfemias de marineros, pero que las decía con una voz tan humana que bien valía su precio excesivo de doce centavos. Era de los buenos, más liviano de lo que parecía, y con la cabeza amarilla y la lengua negra, único modo de distinguirlo de los loros mangleros que no aprendían a hablar ni con supositorios de trementina. El doctor Urbino, buen perdedor, se inclinó ante el ingenio de su esposa, y él mismo se sorprendió de la gracia que le hacían los progresos del loro alborotado por las sirvientas. En las tardes de lluvia, cuando se le desataba la lengua por la alegría de las plumas ensopadas, decía frases de otros tiempos que no había podido aprender en la casa, y que permitía pensar que era también más viejo de lo que parecía. La última reticencia del médico se desmoronó una noche en que los ladrones trataron de meterse otra vez por una claraboya de la azotea, y el loro los espantó con unos ladridos de mastín que no habrían sido tan verosímiles si hubieran sido reales, y gritando rateros rateros rateros, dos gracias salvadoras que no había aprendido en la casa.

Ejercicio Nº3

Artículo de El País, 12/12/991. Determine las características lingüísticas del texto que se propone. 2. Redacte un resumen del contenido del texto.3. Comente el texto propuesto.

El teatro tiene la resistencia medular de las cosas elementales, de las formas tan depuradas por el tiempo y el uso de las generaciones que ya nos parecen más cerca de la naturaleza o de la vida orgánica que de la invención humana: la forma de un cuenco que imita el gesto de las dos manos cóncavas y unidas para recoger el agua, la forma de una mesa, de una ventana, de una azada, de un libro. El teatro puede desplegarse en colosales artificios técnicos, en la maquinaria de una comedia musical de Broadway en la que hay helicópteros y gente que vuela y templos que se hunden, y puede convertirse en una expresión oceánica de multitudes en medio de las calles, como en aquellos espectáculos que organizaban los directores de vanguardia soviéticos en los años veinte para representar y celebrar los acontecimientos de la revolución. Pero su grandeza, el secreto de su duración, está en que se le puede despojar casi de todo sin que se modifique ni pierda nada de su capacidad de hipnotismo: al teatro le bastan un espacio desnudo y una presencia humana para suceder con una intensidad incomparable, para establecer a unos pasos de distancia de los espectadores su irrealidad inventada e imantarlos a la vez con el misterio cotidiano de la pura realidad.

Antonio Muñoz Molina. "La fuerza del teatro", El País Semanal, 12-12-1999.

Ejercicio Nº3“Las nanas infantiles" de Federico García Lorca

1. Organice el contenido del texto de acuerdo a su esquema o base textual.2. ¿A qué tipo de clase textual corresponde el texto que ha leído? Exponga razonadamente su respuesta y justifíquela con datos del propio texto. 3. Escriba un comentario crítico personal.

Hace unos años, paseando por las inmediaciones de Granada, oí cantar a una mujer del pueblo mientras dormía a su niño. Siempre había notado la aguda tristeza de las canciones de cuna de nuestro país; pero nunca como entonces sentí esta verdad tan concreta. Al acercarme a la cantora para anotar la canción observé que era una andaluza guapa, alegre sin el menor tic de melancolía; pero una tradición viva obraba en ella y ejecutaba el mandato fielmente, como si escuchara las viejas voces imperiosas que patinaban por su sangre. Desde entonces he procurado recoger canciones de cuna de todos los sitios de España; quise saber de qué modo dormían a sus hijos las mujeres de mi país, y al cabo de un tiempo recibí la impresión de que España usa sus melodías para teñir el primer sueño de sus niños. No se trata de un modelo o de una canción aislada de una región, no; todas las regiones acentúan sus caracteres poéticos y su fondo de tristeza en esta clase de cantos, desde Asturias y Galicia hasta Andalucía y Murcia, pasando por el azafrán y el modo yacente de Castilla. Existe una canción de cuna europea, suave y monótona, a la cual puede entregarse el niño con toda fruición, desplegando todas sus aptitudes para el sueño. Francia y Alemania ofrecen característicos ejemplos, y entre nosotros, los vascos dan la nota europea con sus nanas de un lirismo idéntico al de las canciones nórdicas, llenas de ternura y amable simplicidad

Ejercicio º4Artículo de El País, 23/0/00

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1-Determine las características lingüísticas del texto que se propone.2. Redacte un resumen del contenido del texto. 3. A partir del texto, exponga un comentario en el que dé su opinión de forma argumentada sobre la imagen que tenemos unos de otros.

Los espejos también se comportan como las personas: unos nos quieren, otros nos odian, otros simplemente nos ignoran. Todos tenemos al menos un espejo que es nuestro amigo íntimo. Cuando entro por las mañanas en el baño veo en la repisa del lavabo frascos de cremas y colonias con nombres de dioses. En medio de este Olimpo cosmético y envasado me afeito contemplando mi rostro en un espejo muy amigo que se porta bien conmigo: hace que me acostumbre lentamente a la crueldad del tiempo. Por eso le amo. Lo elegí entre otros muchos. Este espejo no sólo devuelve mejorada mi imagen: también busca el residuo de viejos ideales que haya podido quedar en mi interior para rejuvenecer con ellos mi cara Pero caminando por la calle a lo largo de los escaparates uno se vuelve a crear a si mismo. De pronto en la luna de una mercería te enfrentas con ese desconocido que tú eres. Le miras de reojo y ves que su silueta aún es aceptable; en el siguiente escaparate lo descubres como un ser derrotado, en otro percibos por primera vez que ya camina como un viejo, en otro él se esfuerza por pasar con la tripa metida, en otro yergue la espalda para simular que es un ciudadano jovial. Las distintas imágenes que a uno le devuelven esos cristales pueden ser amables, indiferentes o desoladas. Por fin concluyes que la vida no es sino ir reflejando tu figura en d escaparate de los demás como una mena que con el tiempo va generando menos interés en ser adquirida hasta que un día te encuentras formando parte de una rebaja de grandes almacenes. Pero existen otros espejos que son enemigos declarados. De pronto al entrar en un probador te sientes acuchillado por la espalda. Son innumerables los crímenes que los espejos de los probadores han cometido. Algunas personas se han salvado huyendo de allí en calzoncillos, aunque son muchas más las que han perecido con el ego destrozado dentro de esos cubículos de las tiendas de ropa entre lunas que no cesan de dar cuchilladas desde los cuatro ángulos.

Manuel Vicent: "Espejos", El País, 23 de enero de 2000).

Ejercicio º5"Ortografía de la lengua española, Real Academia Española

1. Determine las características lingüísticas del texto que se propone.2. Redacte un resumen del contenido del texto.3. A partir del texto, comente de forma argumentada sobre la importancia lingúistica y social de la ortografía.

La ortografía española mantuvo por tradición las letras b y v, que en latín respondían a una oposición con valor fonológico. Por esta razón, nuestra lengua respetó la grafía de las palabras con b o v según la tuvieran en su lengua de origen, como sucede en los casos de abundancia, bimestre, bondad, beber, deber, haber, verdad, verbena o ventura, que provienen de las latinas abundantia (m), bimestre(m), bonitate(m), bibere, debere, habere, veritate(m), verbena(m) o ventura(m). No obstante, como en castellano antiguo b y v. distribuidas de modo distinto al actual, posiblemente si respondían también a una distinción fonológica propia, perviven casos de b antietimológica (es decir, donde el uso se ha impuesto a la etimología), como abogado, abuelo, barbecho, barrer o embaír, procedentes de palabras latinas con v: advocatu(m), aviolu(m), vervactu(m), verrere o invadere. De la misma manera, hay palabras con grafía v procedentes de palabras con b latina, como maravilla, de mirabilia; a estas excepciones podrían añadirse muchas más. Un segundo grupo de palabras que por su origen se escriben con b es el de aquellas que en latín tenian p intervocálica, después sonorizada en b. Es el caso de caber, saber, obispo, recibir y riba, que proceden de capare, supere, episcopu(m), recipere y ripa(m). Los compuestos con el último de estos vocablos, así como los derivados de él, han de escribirse, pues, con b: Ribarroja, Ribadesella, ribazo, ribera, ribera.

(Real Academia Española: Ortografía de la Lengua Española).

Ejercicio Nº6

"La dignidad e igualdad de las lenguas", Juan Carlos Moreno 1. Determine las características lingüísticas del texto que se propone. 2. Redacte un resumen del contenido del texto.3. A partir del texto, escriba un informe de lectura. Los científicos del siglo XIX creyeron que los aborígenes australianos eran el eslabón perdido entre el

mono y el hombre. Hoy en día sabemos que todos los seres humanos de cualquier rincón del planeta

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pertenecemos exactamente a la misma especie (Homo Sapiens Sapiens) y lo sabemos porque nuestros conocimientos antropológicos son mucho más exactos que los que había el siglo pasado. Una vez aceptado esto, todavía hay quienes piensan que, a pesar de todo, los aborígenes australianos o de otros lugares de nuestro planeta son inferiores culturalmente a nosotros y esto se refleja en que sus lenguas son menos complejas, flexibles, ricas y potentes que las nuestras. Se sabe que el ser humano habita Australia desde hace por lo menos sesenta mil años y que ha estado prácticamente aislado en ese continente hasta el siglo pasado. Por ello, se puede decir sin temor a equivocarse que los aborígenes australianos están entre los pueblos más antiguos de la tierra. El estudio científico de las lenguas indígenas australianas se ha producido a mediados de este mismo siglo. Las lenguas autóctonas australianas que se han descrito hasta la fecha presentan una estructura de un grado de complejidad fonética, morfológica, sintáctica y semántica del todo equiparable al de nuestras lenguas europeas. El supuesto primitivismo cultural de los aborígenes australianos no se corresponde en absoluto con un primitivismo lingüístico Ese presunto primitivismo no se puede demostrar en términos lingüísticos. Lo mismo hay que concluir a partir de los estudios científicos actuales de las lenguas aborígenes de otros lugares: desde América hasta Nueva Guinea pasando por África. De hecho, puede afirmarse que una de las aportaciones fundamentales de la lingüística es haber puesto de manifiesto que no existen lenguas primitivas. Ello indica que a una única especie humana (Homo Sapiens Sapiens) le corresponde una única especie lingüística, que hemos de denominar lengua humana. De aquí se deduce que la valoración jerarquizadora de las lenguas humanas no puede basarse en criterios lingüísticos, que la discriminación lingüística no puede justificarse gramaticalmente, por más que a veces se oigan cosas como "esa lengua es muy difícil", "aquella lengua no es útil", "esa lengua es más perfecta que esta".

Juan Carlos Moreno, La dignidad e igualdad de las lenguas

Ejercicio Nº 7

21/04/2010

En la lengua se juega la identidadÁngela Pradelli,

Todo buen profesor sabe que, en el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre docentes y alumnos, se construye una visión del mundo sostenida en la subjetividad de cada uno. La libertad es entonces la herramienta clave del aprendizaje. Hace cinco años, en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebró en Rosario, escuché a un poeta, el escritor nicaragüense Ernesto Cardenal, afirmar respecto a la muerte de las lenguas: «Cuando una lengua desaparece, no son sólo palabras las que se pierden. Cuando se muere una lengua, es una visión del mundo lo que desaparece». Partiendo de Cardenal, podemos llegar también a la otra orilla y preguntarnos: para que la lengua viva en las aulas, ¿qué es lo que se enseña y qué se aprende? Los profesores, en nuestras clases, tenemos que valorar la vacilación de la lengua como algo sagrado, preservarla en lo insondable de la materia que enseñamos. Escribir una oración breve puede ser una operación compleja y dificilísima. Se ponen en juego no sólo la circulación de las palabras, también los silencios, las jergas, la cadencia, el fraseo. El lenguaje corre allí con su energía creadora. La polisemia de la lengua es casi permanente: es imposible hablar sin matices, es imposible desatender a la vitalidad de ciertas frases y tonos. Los acentos de un poema nos revelan un mundo y nos ocultan otros. La intensidad de una prosa que nos afecta puede perturbarnos. Los alumnos que leen y escriben poesía en el aula se acercan al secreto más misterioso de la creación. Cuando los estudiantes elaboran argumentaciones y construyen relatos hablan también, siempre, de su propia identidad. Vivimos en un mundo que se desborda de señales, que está repleto de mensajes. Cada gesto, cada color, las posturas, incluso los silencios tienen algo para decirnos. Pero necesitamos las palabras para cargar a cada uno de ellos de cierta significación. El punto y las comas marcan la respiración de nuestras enunciaciones. Cuando los alumnos construyen sus textos, orales o escritos, deciden también, en la compleja red de la sintaxis, dónde acontecerán sus propios silencios. En la construcción de textos los silencios ya no son sólo límites del lenguaje. En el silencio se oye el eco de la palabra que está presente incluso allí, en su ausencia. El lenguaje tiene reflejos a partir de los cuales se instala en la creación. Los discursos que acontecen en el aula, los discursos de los otros y los propios, laten en la capacidad de su propia invención. Nada queda fuera: los enunciados de los medios, las conversaciones entre amigos y con las parejas, los mensajes de las autoridades de la escuela, la historia, la filosofía, el cine, la matemática, los blogs, el chateo, los muros del Facebook, los mensajes de texto, las canciones. Nuestros enunciados, personales y también sociales, nuestros discursos amorosos, profesionales, los diálogos entre alumnos y docentes, cualquiera de nuestros discursos opera sobre una gramática compleja y traza un mapa de nuestra subjetividad. En los pliegues más remotos de nuestra intimidad hay

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elementos sociales y públicos que inciden en ella y la determinan. Es imposible no oír las distintas lenguas que circulan dentro de la misma lengua. La riqueza de una clase puede ser ilimitada si valoramos los espacios de los diálogos «interlinguales». La capacidad del lenguaje es tremenda. Por la lengua construimos una mirada personal sobre el universo, nuestra propia humanidad depende de nuestras palabras. La respuesta a qué se enseña y qué se aprende en las clases de lengua la encontramos también en aquel poeta nicaragüense cuando en Rosario habló de la vida de las lenguas. Hacia allí van los aprendizajes, hacia la construcción de una visión del mundo. En el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre alumnos y profesores —en las bocas, los cuadernos, las pantallas— se construye, sobre todo, una visión del mundo. Aunque por momentos, o quizás por eso mismo, el lenguaje se ponga imposible y nos haga balbucear a todos con una lengua de trapo. «Tropezamos, dice George Steiner, en ocasiones visceralmente con impalpables pero rígidos muros de lenguaje. El poeta, el pensador, los maestros de la metáfora, hacen arañazos en ese muro. Sin embargo, el mundo, tanto dentro como fuera de nosotros, murmura palabras que no somos capaces de distinguir.» La intensidad de las palabras que se dicen puede ser tan potente como el vigor de las palabras que se callan. Los que hemos hecho de la lectura y de la escritura los ejes de los aprendizajes, construimos las clases sobre estas dos columnas que nos sostienen y nos permiten atravesar con nuestros alumnos los umbrales siempre infinitos que nos internan en el nervio de las palabras, en la ambigüedad, y también en la música, los sonidos y en el silencio.

Ejercicio Nº 8

Desde el Palacio Barolo

Donde habita el DanteTiene 22 pisos, que son versos; un poco más de cien metros, que parecen cantos; tres secciones: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Y una vista áurea...

Noticias de Revista: Domingo 21 de marzo de 2010 |

¿Cómo se ve, cómo se siente Buenos Aires desde sus techos, sus terrazas, sus torres? LN R le propuso a un grupo de jóvenes escritores embarcarse en la tarea de escribir esas sensaciones

También las estrellas parecen rehusarse a la idea de desaparecer y convertirse en sombras. Algo de eso revelan los telescopios, que al observar su luz acceden además a los datos de su pasado, aquello que alguna vez fueron y ahora ya no son; testimonios de su paso por la Tierra. Como si no fuera exclusividad de los hombres la esperanza de que aun al abandonar el ser le sobrevivan a éste sus rastros. En el medievo, el poeta florentino Dante Alighieri (1265-1321) plasmó su fascinación por las estrellas en la obra que lo sobreviviría, La Divina Comedia. Fue en el primer canto del Purgatorio, al aludir a la constelación más pequeña del firmamento, la Cruz del Sur: Vidi quattro stelle/ non viste mai fuor ch´alla prima gente./Goder pareva il ciel di loro fiammelle:/ho settentrional vedovo sito/poichè privato se´ di mirar quelle! Es asombroso, no sólo porque desde los cielos de Florencia resulta inexplicable que su visión la haya alcanzado. También, porque nadie hasta el año 1488 parece haber navegado 20º al Sur, y la Cruz es visible más allá de latitudes de los 20º. Sin saberlo, encomendó la pervivencia de su nombre a la eternidad de las estrellas.

La luz del poeta A comienzos del siglo XX, los restos del Dante estuvieron muy cerca de esa luz pensada por el poeta medieval: el cielo de Buenos Aires. Así lo planearon el empresario Luis Barolo (1869-1922) y el arquitecto Mario Palanti (1885-1979), ambos italianos, y responsables de la construcción del edificio más alto de América hasta los años 30, el Palacio Barolo. Unico por su arquitectura y su faro, y con referencias a los cantos de La Divina Comedia, se inauguró en 1923. Su altura de 108 metros fue superada en 1931 por el Empire State, de 443 metros, en Nueva York. Temían que una nueva guerra devastara toda Italia y los restos del Dante se perdieran entre los escombros. Para evitarlo, planearon un operativo de expatriación. Al sobrevenir la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) la empresa no se concretó, pero el Palacio siguió en pie. Su faro acompañó con su lumbre el crecimiento de la ciudad de Buenos Aires y su atmósfera cosmopolita, de la mano de los cientos de millones de inmigrantes que llegaban a su puerto, italianos y españoles sobre todo. A la par crecieron tras sus paredes misterios que sólo hallan respuestas en los astros y la numerología. Hasta que su faro dejó de iluminar, en sintonía con otros ocasos. Luego de décadas sin funcionar y de un arduo trabajo de restauración, ahora vuelve a iluminar el cielo de Buenos Aires, con una misión de custodio tan ambiciosa como la que inspiró su creación, la de ser el Faro del Bicentenario. "Ningún juez es más justo que el autor de la obra", dice en latín una de las inscripciones que aparecen en

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el edificio en la planta baja. La frase se eleva detrás de la espalda del arquitecto Fernando Carral, responsable del equipo de restauración del faro y que sigue trabajando en la recuperación del palacio. Se voltea hacia atrás y persigue la mirada que se desvía de lo que cuenta. Sonríe. Sigue explicando por qué el edificio es más que una "joya" del neogótico y neorromántico: "Fue el primer edificio construido con hormigón armado". Las escaleras tienen 1410 peldaños revestidos con mármol de Carrara y están decoradas con herrajes, vitraux, lámparas y molduras. Y el granito cubre las paredes y columnas. "Está lleno de misterios", susurra, mientras vuelve a pulsar el botón del ascensor. Lo dice, y sus dedos índice y pulgar aprietan el filtro del cigarrillo, como si la impaciencia amontonada por volver a subir pudiera liberarla con el humo de esas pitadas finales y ahogadas. Porque Carral perdió la cuenta de las veces que subió al faro. Fueron decenas de veces, todos los días, durante los seis meses de 2009 que llevó su restauración. Lo había hecho antes, cuando maquinaba de qué modo se podía desmontar y bajar el faro desde su cúpula, por una escalera más estrecha que una cabina de teléfono, por la que una persona de más de 1,60 metros de altura debe pasar agachado. Había que pulir y cromar de nuevo ese espejo de 94 centímetros de diámetro; el calor del arco voltaico original lo había quemado. Para hacerlo necesitaba una campana de igual diámetro donde apoyarlo. Y luego volver a colocar una lámpara que, al reflejarse sobre aquél y amplificar el haz de luz, no volviera a quemarlo. Luego, cambiar el motor y restituirle su mecánica. Todo eso se logró. El Observatorio Astronómico prestó su campana -única con 1,10 metros de diámetro, la medida justa para apoyar esa concavidad espejada-, y el espejo fue bajado por 22 pisos, atravesando la temible estrechez de la escalera de la cúpula, entre manos temblorosas que lo sujetaban con franelas. El cromado se realizó, y también la limpieza de sus piezas, que hoy obedecen a un riguroso sistema computarizado por el que se programan su encendido, la rotación de su luz y su permanencia en el cielo nocturno de la ciudad, todos los 25. Se logró gracias al aporte económico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, a través de su embajada en Buenos Aires, y a la fascinación que ejerce esa construcción sobre sus restauradores, que prolongaron sus trabajos más allá del objetivo inicial y de los recursos asignados. Con la birome lista en el bolsillo de la camisa para corregir un cálculo, el arquitecto se pierde en la bruma de mensajes cifrados del edificio. Le llaman la atención los ascensores ocultos. "Fueron mandados construir por Barolo para pasar sin ser visto", cuenta. Y "cosas que van apareciendo de repente". Como una nota de la época, dejada por el yesero en un hueco de pared; su contenido es borroso. "El tipo quería decir algo y que se conociera después; los que trabajaban sabían que este palacio iba a ser importante", explica. "Imaginate: superaba tres veces la altura permitida en la época. La gente caminaba de la vereda de enfrente, porque tenía miedo de que se les cayera encima...".

A imagen y semejanza La construcción tiene 22 pisos, el número de estrofas de los versos de Dante. Sus metros, un poco más de 100, como los cantos de su obra. Está divido en tres sectores, Infierno, Purgatorio y Paraíso, lo mismo que La Divina Comedia. En el hall central, los baldosones forman una estrella. "Ahí tenían que estar los restos del Dante, apuntando a la Cruz del Sur, para que su alma se elevara hasta ahí. Se había hecho la urna y todo", cuenta. La urna apareció hace ocho años en Mar del Plata. "¿Me querés decir cómo fue a parar ahí?" El administrador del edificio, Guillermo Campbell, viajó para recuperarla y no pudo comprarla; estaba en manos de un coleccionista privado. Su sobrino y guía del palacio, Miqueas Thärigen -nieto y bisnieto, respectivamente, de uno de los primeros oficinistas del edificio- aporta: "Se había mandado realizar una estatua de bronce, con un águila de 1,70 metros. Nos enteramos de su existencia porque también estaba en Mar del Plata y le faltaba la mitad." "Pareciera un ensañamiento", dice Carral. El ascensor llega. Vuelve a mirar la inscripción en latín, y cierra la puerta. Para llegar al mirador del piso 20 hay que tomar un segundo ascensor en el 13. Ver la ciudad desde arriba no parece haber sido pensado como una actividad popular: su capacidad es para tres personas. El palacio tiene nueve bóvedas de acceso, tal el número de jerarquías infernales. En las transversales, sobre sus columnas, se ubican lámparas sostenidas por cuatro cóndores y dos dragones. El ascensor llega al Paraíso. Carral advierte, a modo de disculpa: "El edificio hoy tiene algunas herejías". Se refiere a los cables y las antenas satelitales de afuera. Pero la vista los posterga: ahí está la ciudad, devorada por un cielo convertido en abanico de sombras rosadas. Los árboles de Colonia, al otro lado del río, recuperan la ambición herculana de Palanti. Pretendía enmarcar lumínicamente el acceso a la desembocadura del Río de la Plata, como bienvenida a extranjeros que llegaban desde el Atlántico. Para eso construyó un edificio gemelo en la avenida 18 de Julio, en Montevideo: el Palacio Salvo. En ambos se erguían cúpulas capaces de resistir faros de 300.000 bujías. Los había concebido como "Columnas de Hércules" del Río de la Plata, capaces de dialogar con sus faros. En 1923, año de su inauguración, el Barolo anunció el resultado de la histórica pelea de boxeo entre Luis Angel Firpo y Jack Dempsey por el título mundial de peso pesado, en el Madison Square Garden, en Nueva York. El color blanco debía marcar el triunfo del estadounidense. El verde, la victoria del argentino. Firpo sacó del ring a Dempsey y el faro se encendió de color verde. Fueron 19 segundos. Pero el estadounidense

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volvió a subir y noqueó a Firpo. Luego de unos minutos, el faro volvió a verse de color blanco. Desde uno de los balcones, rodeados por sus doce cúpulas que simbolizan a los apóstoles, la Torre de Lugano parece una maqueta. La costa de Berisso, una acuarela desteñida. Tampoco allá las nubes se animan; parecen morir antes de ser pensadas. Hacia el Sur, el Obelisco exige esfuerzo. "Es ese «enano» que está ahí", ayuda Carral.

Las leyes de la percepción El Congreso pareciera haber sido emplazado recién para facilitar sus detalles. Las luces tiemblan en el aire fresco y el verde que lo rodea corrige la injusticia de una creencia. Las leyes de la percepción tienden trampas a la emoción y la memoria. ¿Será que las asociaciones negativas a su figura son en realidad tretas de su forma? Esta con frecuencia es moldeada por el hombre. Será por eso -la oscuridad de las almas que lo habitan- que la mente le atribuyó una imagen lastimosa. Las casualidades vuelven a desmentirse a sí mismas: el hallazgo de su belleza llega con el encendido del faro, que le apunta. "Ilumina a los políticos", se escucha la voz de un chico. La luz del faro empieza a girar. El silencio parece nacer ahí donde las estrellas convencen con su cercanía. Los ruidos de abajo llegan atenuados y desgarrados. ¿Por qué el faro tiene un transportador circular con 640 divisiones?, pregunta uno. Por qué no 180º o 360º no se sabe, dice el arquitecto, que mira al guía, que acaba de subir. Cuenta que una empleada del edificio dijo hace poco: "Dividámoslo por 72, que es un número áureo". Llega la cuenta: "8,888...". Claro, dice Carral: "El símbolo del infinito, un ocho acostado". La conclusión es devorada por otra historia. Ocurrió metros más arriba, donde está el faro. Su protagonista es un capataz, durante la construcción del palacio, cuenta Miqueas, el guía. Pero interrumpe el relato. "Sigue girando", le dice al arquitecto. "Fui yo, lo programé para unos minutos más." El guía vuelve a la historia: "El faro se había encendido, al parecer solo. Era un 7 de junio, cumpleaños de Barolo. El capataz, masón igual que Dante, subió a ver, pero nunca bajó. Al otro día, su ropa fue encontrada junto al faro, sin su cuerpo". Resuena otra inscripción en latín: Corpus ánimun tegit détegit, "el cuerpo a veces oculta el alma, otras la revela". Para el porteño y para el visitante, Buenos Aires puede ser la ciudad contenida en las paredes eclécticas que revelan los trazos de sus múltiples pasados: el colonialismo español, las invasiones inglesas, las aventuras arquitectónicas francesas, la inmigración italiana y española. El resto, lo que se muestra ahora, desde abajo parece condenado a ser una periferia que no vale la pena ver. La Buenos Aires ignorada por el turista y los mapas es una gran capa de estratos. Ahí está su inmensidad. Quizá de esa sustancia esté compuesta su belleza. Es una visión candorosa. Pero las estrellas, se sabe, no nacieron para inspirar sombras.

Por Gisela Antonuccio La autora nació en Buenos Aires en 1975. Es licenciada en Periodismo y escribe para la agencia italiana ANSA y para diarios argentinos. Publicó la novela La hija (Norma, 2008), tercer premio de la Casa del Escritor; el cuento Visitas, mención de honor en el certamen Haroldo Conti (2006), y El premio (2009), incluido en Nuevo Cuento Latinoamericano (Marenostrum, España). Sus relatos integraron diferentes antologías.

Datos útiles Palacio Barolo, Av. de Mayo 1370. Recorrido guiado, con cita previa: Miqueas Thärigen, 4383-1065/4381-2425. Además, los días 25 de cada mes, a las 21, se enciende el Faro del Bicentenario.

Ejercicio Nº 9

Martes 07 de Octubre, 2008

El móvil de Hansel y Gretel

por Hernán Casciari

Anoche le contaba a la Nina un cuento infantil muy famoso, el Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.

En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las

estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a

casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer. Mi hija me

dice, justo en ese punto de clímax narrativo: No importa. Que lo llamen al papá por el móvil.

Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía

inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura toda ella, en general si el

teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían

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perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se

habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.

Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea

hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de

Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.

Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y

con desenlace.

¿Ya está? Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista.

No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con

cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la

posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.

¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes

pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y

enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?

La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica

va a hacer añicos las nuevas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad

menor.

Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero

Ulises regrese del combate.

Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es

necesaria.

Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.

Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de

Telefónica.

Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.

Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.

Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que

anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la

incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.

Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos

hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y

Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante

finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de

verdad. (Perdón por el espoiler.)

Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo

seis:

M HGO LA MUERTA,

PERO NO STOY MUERTA.

NO T PRCUPES NI

HGAS IDIOTCES. BSO.

Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas

cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo

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catorce hubiera existido la promoción Banda ancha móvil de Movistar.

Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La

tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de

García Márquez se llamaría Cien años sin conexión narraría las aventuras de una familia en donde todos

tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le funciona el messenger.

La famosa novela de James M. Cain El cartero llama dos veces escrita en 1934 y llevada más tarde al

cine, se llamaría El gmail me duplica los correos entrantes y versaría sobre un marido cornudo que

descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de

malvivir.

Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un

título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del

área de cobertura, la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no

aparece nunca o que se quedó sin saldo.

En la obra El jotapegé de Dorian Grey, Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene

siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta

Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.

La bruja del clásico Blancanieves no consultaría todas las noches al espejo sobre ?quién es la mujer más

bella del mundo, porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90? la conexión y 0,60? el minuto; se

contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.

También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas

las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron

las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.

Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a

contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro

líneas.

Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a

los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de

regreso a casa.

La telefonía inalámbrica ?vino a decirme anoche la Nina, sin querer? Nos va a entorpecer las historias

que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.

Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de

aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá

desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y

ahora?

No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con

mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer

amada, no tenga su telefonito en modo vibrador. ¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la

aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario,

una alarma.

Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte,

ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a

la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de

pan.

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Nuestras tramas están perdiendo el brillo de las escritas, las vividas, incluso las imaginadas porque nos

hemos convertido en héroes perezosos.

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En la lengua se juega la identidadÁngela Pradelli,

Todo buen profesor sabe que, en el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre docentes y alumnos, se construye una visión del mundo sostenida en la subjetividad de cada uno. La libertad es entonces la herramienta clave del aprendizaje. Hace cinco años, en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebró en Rosario, escuché a un poeta, el escritor nicaragüense Ernesto Cardenal, afirmar respecto a la muerte de las lenguas: «Cuando una lengua desaparece, no son sólo palabras las que se pierden. Cuando se muere una lengua, es una visión del mundo lo que desaparece». Partiendo de Cardenal, podemos llegar también a la otra orilla y preguntarnos: para que la lengua viva en las aulas, ¿qué es lo que se enseña y qué se aprende? se oye el eco de la palabra que está presente incluso allí, en su ausencia.

El lenguaje tiene reflejos a partir de los cuales se instala en la creación. Los discursos que acontecen en el aula, los discursos de los otros y los propios, laten en la capacidad de su propia invención. Nada queda fuera: los enunciados de los medios, las conversaciones entre amigos y con las parejas, los mensajes de las autoridades de la escuela, la historia, la filosofía, el cine, la matemática, los blogs, el chateo, los muros del Facebook, los mensajes de texto, las canciones.

Nuestros enunciados, personales y también sociales, nuestros discursos amorosos, profesionales, los diálogos entre alumnos y docentes, cualquiera de nuestros discursos opera sobre una gramática compleja y traza un mapa de nuestra subjetividad. En los pliegues más remotos de nuestra intimidad hay elementos sociales y públicos que inciden en ella y la determinan. Es imposible no oír las distintas lenguas que circulan dentro de la misma lengua. La riqueza de una clase puede ser ilimitada si valoramos los espacios de los diálogos «interlinguales».

La capacidad del lenguaje es tremenda. Por la lengua construimos una mirada personal sobre el universo, nuestra propia humanidad depende de nuestras palabras. La respuesta a qué se enseña y qué se aprende en las clases de lengua la encontramos también en aquel poeta nicaragüense cuando en Rosario habló de la vida de las lenguas. Hacia allí van los aprendizajes, hacia la construcción de una visión del mundo. En el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre alumnos y profesores —en las bocas, los cuadernos, las pantallas— se construye, sobre todo, una visión del mundo.

Aunque por momentos, o quizás por eso mismo, el lenguaje se ponga imposible y nos haga balbucear a todos con una lengua de trapo. «Tropezamos, dice George Steiner, en ocasiones visceralmente con impalpables pero rígidos muros de lenguaje. El poeta, el pensador, los maestros de la metáfora, hacen arañazos en ese muro. Sin embargo, el mundo, tanto dentro como fuera de nosotros, murmura palabras que no somos capaces de distinguir.»

La intensidad de las palabras que se dicen puede ser tan potente como el vigor de las palabras que se callan. Los que hemos hecho de la lectura y de la escritura los ejes de los aprendizajes, construimos las clases sobre estas dos columnas que nos sostienen y nos permiten atravesar con nuestros alumnos los umbrales siempre infinitos que nos internan en el nervio de las palabras, en la ambigüedad, y también en la música, los sonidos y en el silencio.

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