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Pedro Salinas Pedro Salinas (Madrid 1891 – Boston 1951), estudió Derecho y Filosofía y Letras. En 1915 se casó con Margarita Bonmatí y entre 1914 y 1917 fue lector en la Sorbona. En 1918 obtuvo la cátedra de Lengua y Literatura española en la Universidad de Sevilla, donde tuvo como alumno a Luis Cernuda, y posteriormente trabajó como profesor universitario en Murcia. Entre 1922 y 1923 fue lector de español en Cambridge. En 1936 se trasladó a América, donde ejerció la enseñanza en universidades de Puerto Rico y Estados Unidos. Su poesía se divide en tres etapas: En la primera de ellas se incluyen los libros Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931), influidos por la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y por algunos movimientos de vanguardia, especialmente por el futurismo. Pero lo mejor de su obra pertenece a su segunda etapa, centrada en la pasión amorosa: La voz a ti debida (1934), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939). La tercera etapa de su producción coincide con el exilio, período en el que escribe El contemplado (1946), dedicado al mar de Puerto Rico, Todo más claro (1949) y Confianza. Se ha dicho que el elemento que unifica toda la producción de este autor es el diálogo que establece en sus versos (con el mundo, consigo mismo, con la amada y con el mar). La poesía de Salinas se caracteriza por la expresión gozosa del amor, por la búsqueda de lo esencial detrás de lo aparente y por la interiorización de los elementos externos. El poeta mira los objetos y descubre en ellos significados ocultos, en la línea del creacionismo y del simbolismo. Dota a las cosad de alma. De este modo, una simple bombilla puede ser “una artificial princesa”, una “amada eléctrica”. Muchas de estas características se aprecian en La voz a ti debida (ver Obras clave), su obra más significativa. En este poemario se trata una historia de amor en la que el poeta persigue encontrar el verdadero ser de la amada, lo que está detrás de su apariencia.

Teresa Puig

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Pedro Salinas Pedro Salinas (Madrid 1891 – Boston 1951), estudió Derecho y Filosofía y

Letras. En 1915 se casó con Margarita Bonmatí y entre 1914 y 1917 fue lector en la Sorbona. En 1918 obtuvo la cátedra de Lengua y Literatura española en la Universidad de Sevilla, donde tuvo como alumno a Luis Cernuda, y posteriormente trabajó como profesor universitario en Murcia. Entre 1922 y 1923 fue lector de español en Cambridge. En 1936 se trasladó a América, donde ejerció la enseñanza en universidades de Puerto Rico y Estados Unidos. Su poesía se divide en tres etapas:En la primera de ellas se incluyen los libros Presagios (1923), Seguro azar (1929) y Fábula y signo (1931), influidos por la poesía pura de Juan Ramón Jiménez y por algunos movimientos de vanguardia, especialmente por el futurismo. Pero lo mejor de su obra pertenece a su segunda etapa, centrada en la pasión amorosa: La voz a ti debida (1934), Razón de amor (1936) y Largo lamento (1939). La tercera etapa de su producción coincide con el exilio, período en el que escribe El contemplado (1946), dedicado al mar de Puerto Rico, Todo más claro (1949) y Confianza. Se ha dicho que el elemento que unifica toda la producción de este autor es el diálogo que establece en sus versos (con el mundo, consigo mismo, con la amada y con el mar). La poesía de Salinas se caracteriza por la expresión gozosa del amor, por la búsqueda de lo esencial detrás de lo aparente y por la interiorización de los elementos externos. El poeta mira los objetos y descubre en ellos significados ocultos, en la línea del creacionismo y del simbolismo. Dota a las cosad de alma. De este modo, una simple bombilla puede ser “una artificial princesa”, una “amada eléctrica”. Muchas de estas características se aprecian en La voz a ti debida (ver Obras clave), su obra más significativa. En este poemario se trata una historia de amor en la que el poeta persigue encontrar el verdadero ser de la amada, lo que está detrás de su apariencia.

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Razón de

Amor

Versos 54 a 90

¿Serás, amor un largo adiós que no se acaba?

Vivir, desde el principio, es separarse. En el primer encuentro

con la luz, con los labios, el corazón percibe la congoja

de tener que estar ciego y solo un día. Amor es el retraso milagroso

de su término mismo; es prolongar el hecho mágico

de que uno y uno sean dos, en contra de la primer condena de la vida.

Con los besos, con la pena y el pecho se conquistan

en afanosas lides, entre gozos parecidos a juegos,

días, tierras, espacios fabulosos, a la gran disyunción que está esperando, hermana de la muerte o muerte misma. Cada beso perfecto aparta el tiempo,

le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve donde puede besarse todavía. Ni en el llegar, ni en el hallazgo

tiene el amor su cima: es en la resistencia a separarse

en donde se le siente, desnudo, altísimo, temblando.

Y la separación no es el momento cuando brazos, o voces,

se despiden con señas materiales: es de antes, de después.

Si se estrechan las manos, si se abraza, nunca es para apartarse,

es porque el alma ciegamente siente que la forma posible de estar juntos

es una despedida larga, clara. Y que lo más seguro es el adiós.

http://www.poesia-inter.net/ps36005.htm

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Comentario El anterior fragmento de Pedro Salinas (versos 54 a 90) pertenece a Razón de amorRazón de amor escrito en el año 1936. Los versos de Salinas manifiestan una vehemente necesidad de amar en la presencia, en la ausencia o en la pérdida del amor mismo; una necesidad de amar por encima de todo.

Es, asimismo, un descubrimiento. Hace surgir lo que no existe, da sentido a toda la realidad: a las palabras, a la poesía y al poeta. El dolor no está asociado al amor, sino a la conciencia de su pérdida. Este sentimiento jubiloso ha de acabar necesariamente algún día, por la separación de la muerte.

El amor se plantea positivamente en el poema: amar no es motivo de sufrimiento, sino de una profunda alegría. Es fuente de enriquecimiento de los amantes, de armonía y de júbilo.

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Opinión personal El amor renace y se experimenta día

a día para no perderse; es dinámico y nuevo a cada instante, evoluciona hacia su propio perfeccionamiento.

Pienso que la poesía de Salinas es vitalista en extremo ya que tiene una clara conciencia de carácter efímero de las cosas. Cuando se produce esta separación inevitable, el recuerdo no es una forma de estancamiento resignado, sino un modo de afianzar la voluntad de seguir viviendo.

La extrema felicidad implica la conciencia de un dolor futuro. De este modo, el amor es un salto gozoso hacia una inevitable ausencia. Esto no constituye en modo alguno un elemento pesimista, sino una forma de ser plenamente consciente y de aferrarse al presente feliz como un don.

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Luis Cernuda Luis Cernuda (1902-1963), poeta español, uno de los más destacados de la generación del 27. Nació en Sevilla, hijo de un padre militar, y se educó en un

ambiente de rígidos e intransigentes principios. Empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla y allí conoció a Pedro Salinas, que fue su profesor. En la década de 1920 se traslada a Madrid, donde entra en contacto con los ambientes literarios de lo que luego se llamará Generación del 27. Pasa un año como lector de español en la Universidad de Toulouse. Al proclamarse la República, la recibe con ilusión, y siempre se mostrará dispuesto a colaborar con todo lo que fuera buscar una España más tolerante, liberal y culta. Durante la Guerra Civil participó en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia, y en 1938 fue a dar unas conferencias a Inglaterra, de donde ya no regresó a España, iniciando un triste exilio: Inglaterra, Escocia y, desde 1952, México. Su primera obra, Perfil del aire (1927), estaba en la línea de la poesía pura. De su estancia en Francia surgió Un río, un amor (1929), influido por el surrealismo. Donde habite el olvido (1934) es un libro desgarrador por la sinceridad con la que aborda el fracaso amoroso. Desde 1936 agrupa toda la poesía que va produciendo bajo el título La realidad y el deseo, al que va añadiendo poemas. En el exilio publicó Las nubes (1940), Con las horas contadas (1950-1956) y Desolación de la quimera (1962). También escribió interesantes ensayos literarios y colaboró en revistas y periódicos mexicanos como Excélsior o Novedades. Murió en la ciudad de México.

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Te quiero. Te lo he dicho con el viento,

jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo,

tristezas fugitivas; Te lo he dicho con las plantas, leves criaturas transparentes

que se cubren de rubor repentino; Te lo he dicho con el agua,

vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría,

con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta:

más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte;

más allá del amor, quiero decírtelo con el olvido.

Los placeres prohibidos (1931)

Te quiero

http://personal.telefonica.terra.es/web/bibliotecaiescarmenlaffon/cernuda/poe_tequiero.htm

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Comentario

Este poema pertenece al libro “Los placeres prohibidos” (1931) de Luis Cernuda, que podríamos clasificar dentro de su etapa de juventud. En ella revela su adhesión al surrealismo. Su espíritu de rebeldía contra el orden establecido es esencial en los poemas que escribe durante esta época. En “Los placeres prohibidos” la rebelión crece con la abierta reivindicación de la homosexualidad.

También expresa sus sentimientos mediante el miedo, la alegría o el hastío. No obstante, todo esto no es suficiente para ser correspondido. Su poesía es una poesía de meditación.

El tema de “Te quiero” es un amor presentido pero no disfrutado. Le dice a su amado que le quiere a través de elementos de la naturaleza: el viento, el sol, las nubes, las plantas, el agua... El orden natural simboliza el deseo, la natura es considerada el paraíso en el que el artista puede vivir en perfecta armonía.

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Opinión personal

Encuentro “te quiero” un poema de amor agradable de leer aunque tenga una pizca de pesimismo al final ya que adopta una posición de rendición.

Creo que el amor inalcanzable es para el poeta la verdadera razón de la existencia. La posesión del ser amado se ve impedida por el egoísmo o quizá por la condición “prohibida” de la relación que se plantea, enfrentada a la sociedad.

La soledad que se percibe al ser rechazado por aquel ser que más amas es duro y provoca una frustración.

La antítesis entre la realidad y el deseo concede fuerza al poema. La naturaleza con la cual intenta expresar lo mucho que quiere a su amado es una comparación eficaz.