Trabajo Historia Institucional de Chile del Siglo XX N°1 - Xavier Montes Oyarzún - Gabriel Salazar

7/31/2019 Trabajo Historia Institucional de Chile del Siglo XX N°1 - Xavier Montes Oyarzún - Gabriel Salazar

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HISTORIA INSTITUCIONAL DE

CHILE DEL SIGLO XX.

CONTROL N°1

Profesor : Gabriel Salazar.

Alumno: Xavier Montes.

Fecha: 29 de Diciembre del 2011.



1. Caracterice el proceso de crisis del Estado Portaliano con especial referencia al

deterioro de la práctica política y de la Institucionalidad.

El proceso de crisis del Estado Portaliano puede ser caracterizado primeramente a través

de las contradicciones que fueron capaces de desarrollarse en el en tanto sistema

institucional y también en tanto transformación económica entendida como apertura

económica que fue capaz de propiciar en un comienzo1.

Y como esas estructuras esencialmente económicas fueron mermando sus bases de

institucionalidad gradualmente2, primero en el deterioro progresivo de la práctica política

y dentro de ello el desincentivo de búsqueda de legitimidad por parte de la clase política,

entendida como oligarquía, como una elite, mas que como aristocracia en sus términos

mas sucintos.

Es clave hacer notar la diferenciación entre el "estilo económico" tradicional en nuestro

país; predominantemente rural, y, el proceso de importación cada vez mayor de distintos

1 G.Salazar & J.Pinto: Historia Contemporánea de Chile. Santiago 1999-2003. Ediciones Lom.

Volumen 2. P.34.

2 Ibid., P.38.



tipos de bienes3, teniendo en cuenta que una de las consecuencias principales de ello fue

una crisis de balanza de pagos4, que resulta ser muy pedagógica al momento de entender

la relación de esta configuración económica con el subsiguiente surgimiento del "negocio"

político5.

Esto se explica en el sentido de que después de la década de los 50' del siglo XIX, se había

propiciado de tal modo la apertura económica con potencias mundiales, que en definitiva

produjeron con relativa rapidez un proceso de "sustitución" de bienes y servicios.

Junto con ello cabe hacer notar los esfuerzos contraproducentes de los legisladores en el

sentido de haber querido fomentar un proteccionismo profundamente ineficiente ante

esta situación6, en el sentido de que los bienes a proteger (generalmente bienes de

primera necesidad) no tenían relación con los bienes importados de dichos países (por lo

3 G.Salazar & J.Pinto. Historia Contemporánea de Chile. Santiago 1999-2003. Ediciones Lom.

Volumen 1. Pp. 53-56.

4 F.A.Encina. Nuestra inferioridad económica. Santiago 1911. Editorial Universitaria. Pp. 19-21.

5 Julio Valdés Canje. Sinceridad. Chile intimo en 1910. Santiago 1910. Imprenta universitaria. Pp.

4-11.

6 F.A.Encina. Nuestra inferioridad económica. Santiago 1911. Editorial Universitaria. Pp. 30-32.



general bienes con un nivel de manufacturación mediano y alto en relación a la época en

cuestión7). Por lo tanto había una sobreprotección donde no debía haber y por otro lado

los esfuerzos por frenar la importación extranjera no podían entenderse dentro del

bloqueo de entrada a dichos bienes (manufacturados) sino que (como la solución mas

adecuada y en cierta medida "necesitada") el desarrollo progresivo de una industria

nacional.

Junto con ello, políticas económicas de desincentivo de la industria nacional, sumado a la

colusión entre empresas foráneas para debilitar a los "competidores emergentes" de

Chile, y la irrupción mas que potente de los extranjeros en el mercado minero y en la

explotación sin cortapisas de estas materias primas.

Es así que se estructura una protección cada vez mayor para el sector del agro8 (de los

hacendados y que se puede hacer explicito por ejemplo en el alza de impuesto a la

compra de carne argentina, la no convertibilidad, etc) y por otra parte un impulso

prácticamente nulo de un desarrollo de manufactura nacional.

7 G.Salazar & J.Pinto. Historia Contemporánea de Chile. Santiago 1999-2003. Ediciones Lom.

Volumen 1. P. 54.

8 Julio Valdés Canje. Sinceridad. Chile intimo en 1910. Santiago 1910. Imprenta universitaria. Pp.

13-15.



Merece la pena decir de que esa protección creciente al agro no fue en cierta medida una

política pública de desarrollo de la agricultura, sino que mas bien de protección pecuniaria

particular9, o sea de "conservabilidad de activos" en cuanto valores de cambio, y no

valores de uso propiamente tales.

De ese modo, es, por decirlo menos curioso la identificación de los titulares de dichos

valores (los "agricultores") los "hacendados" con la estructura permanente de la clase

política de ese período. Y es aqui donde entramos en un punto clave, porque al existir una

identificación entre "el pobre hacendado" y el hombre político es que surgen necesidades

de satisfacción de intereses generados por el mismo aletargamiento (por la protección

innecesaria) de su actividad como entes productivos.

Lo anterior no como consecuencia de sustitución de bienes manufacturados que en

definitiva pudieran hacer innecesaria la generación de bienes primarios (por parte de los

hacendados), sino que como manifestación de un carácter "crónico"10 en el homo

oeconomicus chilensis, en el sentido de que ya desde hace tiempo y por variados factores

que en realidad eran evitables la producción agrícola venía en una decadencia progresiva

9 Ibid., Pp. 17-25.

10 F.A.Encina. Nuestra inferioridad económica. Santiago 1911. Editorial Universitaria. Pp.

27-30.



(poca implementación de tecnología, fuentes de recursos alternas para los hacendados

como la especulación financiera y posteriormente el "negocio político" etc.).

O sea un desarrollo agrícola mediocre y crónico, caracterizado en términos darwinianos

por Francisco Encina como una debilidad de "la raza"11 en sentido general, haciendo

énfasis en el papel que puede llegar a jugar el "sentimiento nacional"12 en la concepción

de dichos resultados, cosa que hoy parece a todas luces irrelevante, pero que vale la pena

hacer notar en cuanto si bien Encina no fue capaz de estructurar de modo atingente las

causas de la cuestión si fue capaz de darse cuenta de los resultados nefastos, y que se

volvieron mas que patentes dentro de su labor investigativa.

De ese modo, los hacendados empezaron a tomar consciencia de la capacidad que les

cabía ya no como entes productores sino que como entes intermediarios capaces de

propiciar con mayor fuerza la apertura económica a las grandes potencias13 y de pasada

de las prebendas que podían lograr a través de ello, y como ultima consecuencia (y la mas

11 Ibid., 29-36.

12 Ibid., 21-23.

13 G.Salazar & J.Pinto: Historia Contemporánea de Chile. Santiago 1999-2003. Ediciones Lom. Vol

2. P. 38.



nefasta de todas) de las utilidades que podían llegar a obtener de la actividad pública en

general14. Todo esto en cuanto entendemos la identificación de dicho sector con la clase

política.

Es por lo mismo que se empieza a generar toda una distorsión de las necesidades

fundamentales dentro de esta misma oligarquía como clase política en el sentido de que

lo fundamental no es ya una adecuada administración y aplicación funcional de medidas

tendientes a fortalecer y mantener la centralización del poder en una figura o en un

"ejecutivo vigorizado" (en términos netamente políticos), sino que mas bien es requerida

una descentralización del poder, pero mas que descentralización que es un termino que

implica un carácter de mayor inclusividad e integración democrática de los entes sociales

en la participación política, debe utilizarse el termino desconcentración en el sentido de

que si bien podía requerirse un ejercicio mas autónomo del poder por parte de la

oligarquía (con prescindencia de una figura central de la cual se dependiera prima facie)hay que tener en cuenta de que es ella misma la que subrepticiamente en un momento

requirió de esa "figura central" y ahora por una coyuntura previsiblemente duradera era

necesaria la generación de dicha desconcentración del poder. En resumen, siempre fue

ella (la oligarquía) la detentadora del poder, tanto representada por una(s) figura(s)

14 Julio Valdés Canje. Sinceridad. Chile intimo en 1910. Santiago 1910. Imprenta universitaria.

Pp. 41-49.



fuerte(s), como a través de la necesidad de adquirir poder por parte de sus propios

integrantes.

Es de esa forma que se empieza a fomentar la "carrera política" como instancia

fundamental en la concepción de la elite, por cuanto esta garantizaba seguridad y además

de ello un crecimiento de las expectativas económico-personales en cuanto el "valor

agregado" que podía pensarse que implicaba.

Todo ello se expresa en la facilitación de diversos modos de la introducción extranjera en

nuestro territorio, ya fuera a través de ayudas económicas directas (rebajas de aranceles,

cesión de terrenos para la construcción, etc.) o a través de políticas y generación de una

normativa por lo demás flexible dentro del marco de esa introducción.

Por otra parte puede decirse que los beneficios obtenidos por la clase política eran

manifiestos y para ejemplificar basta hacer referencia a la ayuda económica que recibían

por sus servicios (por el hecho de votar de determinada forma en el parlamento) lo que

podría llegar a asimilarse al actual Lobby, y por otro lado y de manera mucho mas

"particular" la integración y nombramiento de políticos dentro de la mesa directiva de las

compañías.

Como ya se dijo esta oligarquía empezó a estatuir legalmente beneficios directos para si

por el debilitamiento que en general expresaban de si mismos como entes productores y



comenzaron a aprovecharse del aparato Fiscal en cuanto este les podía proporcionar

remesas que fueran a parar directo a su bolsillo.

Antes que todo hay que hacer referencia a las medidas concretas que contribuyeron a la

generación de este clima y en este punto no deja de ser importante la referencia a la "Ley

de elecciones" y la "Ley de comuna autónoma"15, por cuanto ellas en vez de propiciar el

ejercicio democrático mucho mas extendido (lo que se quería mostrar) fueron instancias

capaces de hacer efectivo un control electoral intenso por parte de los hacendados con

respecto a las personas que estaban a su servicio, y, formando parte dichas personas de

comunas que en términos urbanos tenían una población manifiestamente menor.

Entonces podría decirse que la hacienda, a pesar de su patente debilidad económica en

ese momento, ganaba cada vez mas fuerza en el ámbito electoral de manera "legitima".

Es de esta forma que la noción que podía hacerse la sociedad civil de la oligarquía fue cada

vez debilitándose mas, junto con ello la idea que podían llegar a hacerse del Presidente

en cuanto podía voluntariamente o no, seguir contribuyendo (de manera instrumental) a

los intereses de esa elite.

15 Maria Angelica Illanes. Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición

capitalista (1810-1910). Santiago, 2003. Ediciones Lom. Cuarta parte. Proyecto Comunal y guerra civil. Pp.

395-410.



O sea un debilitamiento de la imagen del presidente en general.

Es por este mismo motivo que la irrupción de nuevos referentes políticos de cuño liberal

dentro de la escena política en cuanto a la ocupación de lugares de relevancia (como la

presidencia) hizo que se pudiesen marcar con aún mas claridad las contradicciones

inherentes dentro de la propia estructura delineada en un principio por Portales en el

sentido de que el poder para cumplir su objetivo (mantener a cualquier costa privilegios

de la oligarquía) requería una colectivización dentro del mismo grupo que no era posible

cuando la figura central no posibilitaba dicha colectivización del poder dentro del grupo y

mucho menos cuando en alguna medida (por pequeña que pudiese haber sido)

amenazaba la mantención de dichos privilegios.

Es de este modo que se presenta la figura de Balmaceda, en un contexto de desencanto

social profundo (aunque no tan manifiesto), y del inicio de prácticas políticas que solo

perseguían el aprovechamiento de la posición política dentro del aparato estatal.

No se puede decir que Balmaceda haya tratado de enfrentar categóricamente estos

problemas, pero si de que promovió una tendencia a tratar de resignificar y dignificar en

alguna medida la práctica política de modo progresivo.

Es asi que impulsa una integración creciente de los grupos medios al quehacer del Estado,

entregando atribuciones de diverso orden, por otro lado tuvo la intención concreta de



terminar con beneficios para los hacendados, y además de ello una utilización de los

recursos minerales de mejor manera, en cuanto a la formación de exigencias adecuadas

para la explotación de los extranjeros.

Es así que se genera un punto de quiebre, que termina en la guerra civil de 1891 y que no

es mas que la manifestación de las contradicciones inherentes del sistema político ideado

por Portales, en tanto su conformación y configuración inicial ya no resultaban idóneos

para satisfacer las exigencias que justificaron esa primera conformación, o sea, ya no era

preferible un líder con amplias atribuciones por cuanto este no podía ser representativo

de la elite, pero, y mucho mas importante, porque las nuevas relaciones de poder

(político) y de poder económico dentro de la elite ya no eran las mismas y requerían de un

gobierno mucho mas débil.

2. Describa el desarrollo de la sociedad civil chilena hacia el primer centenario y lo que

significo su proyección sociocráica.

La primera observación que es atingente realizar dice relación con la capacidad de

repliegue y de autoreproducción de la sociedad civil en diversos momentos y a través de

diversos niveles.

O sea la capacidad auto-generativa de la sociedad civil en cuanto un entendimiento de si

misma y además una evolución progresiva como agente de relevancia social, en el sentido



de ser capaces de generar instancias concretas de dicha auto-reconstrucción, y en la

medida en que esa auto-reconstrucción posibilitaba una evolución en otras áreas que

antes quizás no fueron conscientemente tomadas en cuenta y que en definitiva son las

que determinan la proyección sociocráica de la sociedad civil.

Todo esto en cuanto se implica un empoderamiento por parte de la diversidad (social) y

como corolario de ello una pretensión legislativa dentro del mismo cuerpo social, pero no

una pretensión legislativa en un sentido indirecto (representativo o consultivo) sino mas

bien una pretensión legislativa que se concebía a si misma como “inmanente” al cuerpo

social y la naturaleza que manifestaba en ese preciso período. O sea el movimiento social

como agente normativo intersubjetivo (que se daba normas a si mismo) proyectado hacia

una normatividad objetiva (pretensión legislativa).

Para hacer esta reconstrucción se hace necesario referirnos primeramente a las

sociedades de socorros mutuos16, en cuanto estas se estructuran en un principio como

producto del repliegue de la sociedad civil en cuanto mecanismo de autodefensa, por la

desprotección creciente del aparato estatal, perdiendo la noción de verticalidad (del

poder y su protección) y adquiriendo una noción de horizontalidad (de las relaciones

16 María Angélica Illanes. Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición

capitalista (1810-1910). Santiago, 2003. Ediciones Lom. Tercera Parte. La Revolución solidaria. Pp. 322-324.



propias y su legitimación como medio de protección idóneo).

Esto es claramente ejemplificado a través de las acciones que desarrollaron en un

principio, tales como; la estructuración de un sistema de aseguramiento previsional para

los socios, pensiones de distinto tipo, ayuda directa a socios que pudieran encontrarse en

situaciones de riesgo concreto, una protección en salud, sistemas de becas para que los

hijos pudiesen estudiar, etc.

Para llevar a cabo lo anterior estas sociedades de socorros mutuos requirieron de una

práctica que los llevara a generar una funcionalidad correspondida con las expectativas

que se crearon a través de la instauración de dicho sistema, y esto no fue claramente de la

noche a la mañana, sino que formo parte de un conocimiento progresivo dentro de esas

agrupaciones, en definitiva el hecho de adquirir conocimiento práctico en un sentido

administrativo.

Es asi que dentro de esas agrupaciones se desarrollan prácticas democráticas de

legitimación, con respecto a las decisiones a tomar, y la consecuencia de ello es una

creciente autoconsciencia de importancia en las decisiones de la comunidad de la que

formaban parte, o sea un fomento de lo que puede entenderse como ciudadanía en

términos de deber (positivo).

Junto con ello y como parte de lo anterior se genera en ellas una pretensión de



significación y dignificación de si mismas, o sea, se empieza a generar la necesidad de

autocomprensión como grupo pero además la necesidad de legitimación de esa

comprensión, y concretamente esto puede expresarse en el sentido de que se les

concebía como un “lugar de dignidad”, o sea un espacio de retroalimentación cultural y de

reeducación en sentido amplio, un lugar en que no se podía dar cabida a los vicios, sino

que mas bien al fomento de las virtudes.

Luego de ello, surge la necesidad de generar espacios de empoderamiento mas amplios17

y en ese punto la figura de Luis Emilio Recabarren se torna decisiva en cuanto fue capaz de

articular y de coordinar teórica y prácticamente nuevas instancias de participación y de

acción para ellas, esto se expresa en el fomento y crecimiento de las sociedades

mancomunales, y la relevancia que adquirieron en cuanto representatividad del

movimiento obrero en particular, y mas tarde en la importancia que jugarían en la

articulación del movimiento social en general, tanto en la pretensión normativa(propositividad de lo que fue después la Foch) como en el ámbito estructural

(coordinación con el resto del tejido social).

Por otra parte toma fuerza la estructuración de otros grupos que podría decirse que

establecieron cierta reflexividad critica con respecto a la realidad política imperante en el

17 Ibid., pp. 333-337.



período, que sin embargo no alcanzar la masividad y coordinación (a nivel nacional) que

fue capaz de concluir con relativo éxito el grupo anterior, si establecieron elementos

discursivos fundamentales18

a la hora de hacer una integración y estructuración

armónicas de las exigencias (con pretensión normativa) en general de la sociedad civil,

como puede ser por ejemplo la Fech, que pese al factor cuantitativo y territorialmente

limitado (aunque no por ello menos importante) fue capaz de estatuirse como un ente de

agitación efectivo en pos de la consecución de ciertos objetivos tácticos (en un sentido

descriptivo, o sea de la comprensión de la táctica como objeto de análisis actual) del

movimiento social.

Es en ese sentido que fomenta un discurso esencialmente critico, con contenido un

contenido ideológico, pero que mas allá de eso aspira a tener cierta neutralidad en el

sentido de no dejar cabos sueltos para que los partidos tradicionales puedan identificarse

con lo que ellos tratan de plantear

19

, o sea, procuran en alguna medida el mantenersealejados de las exigencias que pueda proponer o estructurar la política formal

20, y esto

18 Mario Góngora. Ensayo Histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos

XIX y XX. Santiago, 1986. Ediciones Sur. Pp. 46-55.

19 Ibid., p. 52.

20

Gabriel Salazar. Grandes coyunturas politicas en la historia de Chile: ganadores



contribuye en gran medida a hacer manifiesta la desconfianza de la ciudadanía ante la

clase política y como consecuencia de ello un potenciamiento de la indignación por parte

de la sociedad civil en su conjunto.

Todo esto lo lleva a cabo a través de medios de difusión como revistas (al igual que las

mancomunales) y de diversos medios por los cuales pueda hacerse expedita la

comunicación efectiva de las ideas, teniendo siempre presente la noción de diversidad y

tolerancia social antes que todo (aspiración pacifista) e incluso a configurar cierto discurso

antibelicista, en cuanto se le atribuye a la guerra el estado actual de las condiciones de

vida.

Junto con ello la interacción que es capaz de generar con el resto de la sociedad es

llamativo en el sentido de que se podían “hacer eco” de sus demandas.

Además de la Fech, en esta época se asiste al nacimiento de diversas organizaciones

sociales, que bien podían tener su origen en las unidades territoriales o bien en grupos

gremiales específicos mas allá de la identificación territorial de sus integrantes21.

(previsibles) y perdedores (habituales). Proposiciones N°16. Santiago 1988. Ediciones SUR.

P. 29.

21

María Angélica Illanes. Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición



Vale la pena hacer notar el rol preponderante que jugaron estas agrupaciones, en cuanto

fomentaron una consistencia en el discurso en términos de demandas económicas y

sociales concretas exigidas al Estado.

Dentro de lo anterior se enmarcan las exigencias hechas por el gremio de los ingenieros,

tendientes en medida importante a exigir una industrialización del país y un fomento al

desarrollo de una industria nacional, para propiciar una industria nacional que fuera capaz

de cumplir con las exigencias que requería un sistema de obras públicas eficiente e

independiente.

Otras exigencias de orden económico concreto y de desarrollo y fomento de la industria

se encuentran en las formuladas por la Sociedad Nacional de agricultura y la Sociedad

Nacional de Minería, además de la Sofofa, como agrupaciones gremiales con relevancia

importante en la vida económica a un nivel ya nacional.

Por otro lado forman parte de este movimiento ciudadano los arrendatarios de piezas de

los conventillos, que se estructuraron como actor social en el sentido de solucionar

problemas que los afectaban a diario por el hecho de vivir en conventillos; marginalidad

social, insalubridad, violencia (tanto intrafamiliar como externa), y pocas o nulas

capitalista (1810-1910). Santiago, 2003. Ediciones Lom. Tercera Parte. La Revolución solidaria. Pp.

364-366.



oportunidades laborales22

.

Ellos también empiezan a conformar una asociación mas grande, pero no serán en buena

medida tomados en cuenta por los dirigentes de este movimiento.

Además, vale la pena hacer notar grupos medios dentro de este movimiento, llámense

empleados fiscales (funcionarios), profesores y preceptores, militares y que en ese

momento se constituyen como grupos esencialmente descontentos en el sentido de que

la clase política no los toma por lo general en cuenta y ellos comienzan a convertirse en

gestores importantes de lo que podría entenderse como “progreso” dentro de la sociedad

mas allá de la “siutiquería” que pudo habérseles querido imponer como denominación, a

la clase media dentro de estos grupos medios.

Además de ello hay que reconocer la labor importante que jugo el surgimiento progresivo

de círculos literarios de diverso tipo y como su labor a través de la realización de estudios

sociales fomentó un desarrollo intelectual que era un complemento de relevancia para el

movimiento que surgía a nivel general.

Es así que la Foch al tener una estructura nacional y una coordinación nacional capaz de

22 Vicente Espinoza. Para una historia de los pobres de la ciudad. Santiago, 1986.

Ediciones Sur. Pp. 48-54.



estructurar de diversos modos la organización que se requería para impulsar

(positivamente) el movimiento social es la que se hace cargo de dicha tarea, y de

configurar e integrar las exigencias que los distintos grupos realizaban.

Es de ese modo, como llegamos a la conformación de una Asamblea Constituyente,

coordinada en gran medida por la Foch (A traves de la AOAN), pero que por lo demás se

podía decir que era en buena medida representativa de todos los actores que formaron

parte del movimiento social.

Y es aquí donde se expresa con mayor fuerza la proyección sociocrática del movimiento en

cuanto ellos si bien tenían la certeza de que la normatividad que ellos propugnaban no

tenía nada que ver con el cumplimiento de requisitos formales políticos, y que por tanto,

no se enmarcaban dentro de lo que podía esperarse como “lo permitido“, si tenían

conciencia de que contaban con una legitimidad en tanto a las exigencias y en cuanto a la

conformación de si mismos como movimiento social, o sea en base al ejercicio

democrático que fue conformándolo y que en definitiva le daba la legitimidad social para

tener pretensiones normativas de diversa índole, y de las relaciones intersubjetivas que

fueron la base de ello. O sea una legitimidad material.

Solo así puede entenderse la proyección sociocrática de la sociedad civil, en el sentido de

que por si misma se dio a la tarea (en un principio) de generar instancias y espacios de

autocomprensión y legitimación propias, con la estructuración de un discurso, y por otro



lado de la integración que se dio entre toda su diversidad, y como esa integración por su

propia naturaleza democrática fue capaz de legitimar en buena medida la pretensión de

legitimidad de la que se hicieron parte, y como corolario de la aspiración legislativa

(constituyente) real que se dieron a si mismos como sociedad civil.



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