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Título del cuento:Triunfos con sabor a vino tinto y empanada Corría el año 1973, Chile vivía una importante convulsión política, gran cantidad de tomas de fábricas y una ferviente discusión en las calles, colegios y poblaciones. En medio de este contexto, Colo-Colo participaba una vez más en el mayor certamen continental de futbol: la copa libertadores de América. Yo tenía 20 años, estudiante universitario, hijo de una familia campesina integrada por mis padres, un tío y mis 10 hermanos, luchábamos día a día por sacar frutos de la escasa tierra que teníamos. En esta compleja realidad, yo viví gran parte de la campaña en la copa en el campo, en Coyanco, una localidad rural al sur de Los Angeles, región del Bíobio. En nuestra humilde casa no existía televisor, faltaban unos 15 años más que lográramos comprar uno. Por ello, yo y mi hermano tras las faenas diarias del campo, fundamentalmente la extracción de leche y la cosecha de remolacha, nos preparábamos para ir a ver los partidos del club de nuestros amores. Para esto, caminábamos alrededor de tres kilómetros para lograr llegar al camino central, viaje en el cual se nos unían vecinos y parientes todos con un mismo objetivo: disfrutar de la alegría sana del futbol. Luego caminábamos por fundos y campos convulsionados, llenos de campesinos, inquilinos y peones que abrazaban con esperanza los aires de cambios que proponía la reforma agraria. Parecía que todo el orden tradicional, donde patrones explotadores hacían gala de sus grandes propiedades,

triunfo con sabor a vino tinto y empanada

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cuento del libro "relatos populares" historias de colo colo

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Ttulo del cuento:Triunfos con sabor a vino tinto y empanadaCorra el ao 1973, Chile viva una importante convulsin poltica, gran cantidad de tomas de fbricas y una ferviente discusin en las calles, colegios y poblaciones. En medio de este contexto, Colo-Colo participaba una vez ms en el mayor certamen continental de futbol: la copa libertadores de Amrica. Yo tena 20 aos, estudiante universitario, hijo de una familia campesina integrada por mis padres, un to y mis 10 hermanos, luchbamos da a da por sacar frutos de la escasa tierra que tenamos. En esta compleja realidad, yo viv gran parte de la campaa en la copa en el campo, en Coyanco, una localidad rural al sur de Los Angeles, regin del Bobio. En nuestra humilde casa no exista televisor, faltaban unos 15 aos ms que logrramos comprar uno. Por ello, yo y mi hermano tras las faenas diarias del campo, fundamentalmente la extraccin de leche y la cosecha de remolacha, nos preparbamos para ir a ver los partidos del club de nuestros amores. Para esto, caminbamos alrededor de tres kilmetros para lograr llegar al camino central, viaje en el cual se nos unan vecinos y parientes todos con un mismo objetivo: disfrutar de la alegra sana del futbol. Luego caminbamos por fundos y campos convulsionados, llenos de campesinos, inquilinos y peones que abrazaban con esperanza los aires de cambios que propona la reforma agraria. Pareca que todo el orden tradicional, donde patrones explotadores hacan gala de sus grandes propiedades, estaba dando paso a trabajos comunitarios y proyectos sociales participativos. Y cre que la campaa de Colo-Colo tom un poco de esto, siendo un equipo humilde, con una base de jugadores nacionales, se enfrentaba a poderosos equipos del continente, sin importar su historia ni prestigio, poniendo garra y corazn, tal como lo estaban haciendo miles de trabajadores que defendan sus conquistas. Continubamos nuestro peregrinar por caminos de tierra, acortando por potreros y saltando canales, siempre acompaado de una grata conversacin y discusin sobre la realidad poltica y social del pas. En medio de nuestro viaje, un campesino que maneja un tractor con un coloso (especie de carro que se ocupa en las faenas agrcolas) nos acerca a la sede vecinal donde existe un televisor donde podremos ver la final de vuelta de Colo-Colo con Independiente de Avellaneda. Nos sentamos casi al final de la sede, los equipos entran a la cancha, pero poco a poco me empiezo a distraer por una linda mujer que esta cerca del televisor. Empieza el partido, yo nervioso y un poco cansado, me ilusiono poco a poco tras cada arremetida del equipo albo. Pero no le pierdo la vista a esa bella mujer que me desva de mi foco. Entre cada jugada y polmica, nos miramos lentamente, ella se re y yo slo me ilusiono, no se si con el triunfo o con poder estar cerca de ella. Al entre tiempo, con la rapidez del pollo Veliz y los amagues del chino Caszely, me acerco al lado de ella, empiezo a conversar, tiene 18 aos y es cocinera de una hacienda cercana a Nacimiento. El resultado fue un magro empate, nuevamente el arbitro tom protagonismo, Colo-Colo debe esperar un partido ms para poder celebrar, y Chile sigue algunos meses ms en una convulsin poltica que nadie sabe como puede parar. Mientras yo, le digo a mi hermano que se vaya slo, por que esta mujer me lleva a jugar un largo partido que no tiene tiempo estimado, pero no voy a ir sin un triunfo ni un beso a esa linda copa. Datos personales

Nombre del autorBoris Seplveda Rivera

Domicilio Hctor Fuenzalida 1452. Comuna de Maip, Santiago de Chile.

N de cedula de identidad17.515.380-2

Telfonos.Celular: 86101872Telfono fijo: 27817590

Correo [email protected]