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27 de enero de 2015. 23:47h Rocío Linares . Madrid. Pocos pueden revivir el éxtasis de Robert Graves al habler de «La diosa blanca» mejor que su propio hijo, William Graves, que ha traducido la obra de su padre. Aquella «locura de libro», tiene una nueva edición en español que publica Alianza por «necesidad» y porque la anterior, de 1996, estaba descatalogada y había heredado de la traducción de 1970 errores que el albacea literario de Graves, su hijo, no podía permitir. Como encargado del legado del poeta, por designación de Robert en su testamento, William Graves ha trabajado durante dos años para ofrecer una «versión definitiva» de «La diosa blanca», que fue publicada por primera vez en 1947 anque fue retocada en tres ocasiones hasta 1960. Ahora, tras empaparse de las entrelíneas de este magistral ensayo, William explica en una conversación distendida lo que ha supuesto para él este arduo trabajo, partiendo de que no es traductor, sino geólogo. A su favor, la mirada, calcada, igual de poética que la de Robert Graves, que le ha ayudado a encontrar las palabras exactas para expresar cómo piensa un poeta según uno de los escritores británicos más célebres del siglo XX. Sabiduría titánica Pero también el bagaje y las vivencias personales. «Hay que tener una cultura titánica para entender de lo que trata este libro», afirma William Graves a LA RAZÓN. «Yo he mamado “La diosa blanca” desde pequeño y además tengo conocimientos en todas las disciplinas de las que se habla en el libro». ¿Nadie como un hijo para entender a su padre? Pero a William le parece que «todo lo contrario. Tampoco encontraba a nadie que se atreviera a traducirlo ni quién lo pagara», comenta entre risas. Graves confiesa que le ayudaron los recuerdos, los de una infancia en un ambiente rural mediterráneo que no dista mucho de una escena de los tiempos clásicos. «He visto a mi padre hacer reverencias a la Luna cada mes y girar una moneda de plata nueve veces para ver si llegaba el dinero porque íbamos un poco justos», cuenta. «La diosa blanca» es una obra «crucial para entender Robert Graves (1895-1985), según su hijo. Novelista, traductor y ensayista, pero sobre todo poeta trascendental en los albores del siglo XX, con un legado literario de más de un centenar de obras tamizadas por las trincheras y las lecciones de la guerra, aunque también límpidas por el exilio (voluntario) en Mallorca, tierra que el escritor escogió para morir y en la que pasó gran parte de su vida. Estando allí, en la localidad de Deia, se publicó la primera versión de esta obra, que se empezó a gestar en Inglaterra a principios de los años 40 y que, lejos de ser la más representativa de las suyas, «le convirtió en autor de culto, aunque no era lo que buscaba. Igual que nunca le interesó escribir libros para ganar dinero», afirma William Graves. Su gramática histórica de la mitología poética fue concebida para «explicar su visión de qué es la poesía y cómo componerla. Qué hay en la mente de un poeta». Fue escrita para los poetas y aquellos que consideraban escribir poesía un oficio y se lo tomaban en serio. Robert Graves hizo un repaso desde diferentes disciplinas la poesía, el mundo clásico, la cultura británica y la celta, la filología, botánicapara rescatar el lenguaje mágico de la Euopa antigua y los antecedentes históricos, tribales y místicos de la poesía; del mito convertido en el logos griego a la simbología panteísta concluyendo en una sátira de la sociedad contemporánea. El autor dejó escrito que el lenguaje de la «verdadera poesía» es el «lenguaje mágico, vinculado a ceremonias religiosas en honor de la diosa Luna o Musa»,

Una Nueva Diosa Para Graves

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  • 27 de enero de 2015. 23:47h Roco Linares . Madrid.

    Pocos pueden revivir el xtasis de Robert Graves al habler de La diosa blanca mejor que

    su propio hijo, William Graves, que ha traducido la obra de su padre. Aquella locura de

    libro, tiene una nueva edicin en espaol que publica Alianza por necesidad y porque la

    anterior, de 1996, estaba descatalogada y haba heredado de la traduccin de 1970 errores

    que el albacea literario de Graves, su hijo, no poda permitir. Como encargado del legado

    del poeta, por designacin de Robert en su testamento, William Graves ha trabajado

    durante dos aos para ofrecer una versin definitiva de La diosa blanca, que fue

    publicada por primera vez en 1947 anque fue retocada en tres ocasiones hasta 1960. Ahora,

    tras empaparse de las entrelneas de este magistral ensayo, William explica en una

    conversacin distendida lo que ha supuesto para l este arduo trabajo, partiendo de que no

    es traductor, sino gelogo. A su favor, la mirada, calcada, igual de potica que la de Robert

    Graves, que le ha ayudado a encontrar las palabras exactas para expresar cmo piensa un

    poeta segn uno de los escritores britnicos ms clebres del siglo XX.

    Sabidura titnica

    Pero tambin el bagaje y las vivencias personales. Hay que tener una cultura titnica para

    entender de lo que trata este libro, afirma William Graves a LA RAZN. Yo he mamado

    La diosa blanca desde pequeo y adems tengo conocimientos en todas las disciplinas de las que se habla en el libro. Nadie como un hijo para entender a su padre? Pero a William

    le parece que todo lo contrario. Tampoco encontraba a nadie que se atreviera a traducirlo

    ni quin lo pagara, comenta entre risas. Graves confiesa que le ayudaron los recuerdos, los

    de una infancia en un ambiente rural mediterrneo que no dista mucho de una escena de los

    tiempos clsicos. He visto a mi padre hacer reverencias a la Luna cada mes y girar una

    moneda de plata nueve veces para ver si llegaba el dinero porque bamos un poco justos,

    cuenta. La diosa blanca es una obra crucial para entender Robert Graves (1895-1985),

    segn su hijo. Novelista, traductor y ensayista, pero sobre todo poeta trascendental en los

    albores del siglo XX, con un legado literario de ms de un centenar de obras tamizadas por

    las trincheras y las lecciones de la guerra, aunque tambin lmpidas por el exilio

    (voluntario) en Mallorca, tierra que el escritor escogi para morir y en la que pas gran

    parte de su vida. Estando all, en la localidad de Deia, se public la primera versin de esta

    obra, que se empez a gestar en Inglaterra a principios de los aos 40 y que, lejos de ser la

    ms representativa de las suyas, le convirti en autor de culto, aunque no era lo que

    buscaba. Igual que nunca le interes escribir libros para ganar dinero, afirma William

    Graves. Su gramtica histrica de la mitologa potica fue concebida para explicar su

    visin de qu es la poesa y cmo componerla. Qu hay en la mente de un poeta. Fue

    escrita para los poetas y aquellos que consideraban escribir poesa un oficio y se lo tomaban

    en serio.

    Robert Graves hizo un repaso desde diferentes disciplinas la poesa, el mundo clsico, la cultura britnica y la celta, la filologa, botnica para rescatar el lenguaje mgico de la Euopa antigua y los antecedentes histricos, tribales y msticos de la poesa; del mito

    convertido en el logos griego a la simbologa pantesta concluyendo en una stira de la

    sociedad contempornea. El autor dej escrito que el lenguaje de la verdadera poesa es

    el lenguaje mgico, vinculado a ceremonias religiosas en honor de la diosa Luna o Musa,

  • aunque con el paso del tiempo ha sido manipulado, sustituyendo las instituciones

    matriarcales por las patriarcales, transformando los mitos para justificar los cambios

    sociales. Su hijo y albacea literario simplifica que son dos libros, uno sobre el

    pensamiento potico y otro con la historia de los dioses y la mitologa. El concepto est

    claro, pero mi padre lo complica. Es una obra muy compleja pero tambin asequible. Lo

    paradjico es que, siendo un libro para poetas, se haya convertido en una teora universal

    que, desde su aparicin ha suscitado diversas reacciones. La primera fue de rechazo:

    ninguna editorial quera publicar la obra y el poeta estadounidense T. S. Eliot, premio

    Nobel, fue su primer editor. Ya advirti el propio autor por carta a su hijo: Es una locura

    de libro, en realidad no era mi intencin escribirlo.

    Cuenta Williams que su padre no se arrepinti de nada, que, de hecho, sigui trabajando

    en el ensayo hasta 1960, perfeccionndolo. El libro se apoder de l, se convirti en su

    biblia y la poesa fue su religin. Entr en el mundo de la lrica guiado por autnticos

    maestros y tambin por su padre. Ya en el colegio los versos fueron su refugio cuando le

    maltrataban, hasta que solucion el bullying aprendiendo boxeo. Se hizo muy amigo del

    explorador George Mallory, despus, en la I Guerra Mundial, conoci a Siegfried Sassoon,

    tambin poeta y perteneciente al mismo regimiento, y ms tarde a Wilfred Owen. l les

    deca cmo tenan que escribir poesa. Casi fue maestro de maestros. Hasta entonces fue

    creyente, dej constancia en sus primeros poemas, pero las trincheras le hicieron perder la

    fe, a pesar de que cuando vea a un sargento se haca la seal de la cruz, por si acaso,

    dice su hijo. Y concluy su agnosticismo cuando conoci a Laura Riding Jackson, poetisa y

    su amante durante su primer matrimonio. Su religin fue la poesa y La diosa blanca hablaba de lo nico que le haca creer, la inspiracin potica. Cuando le por primera vez

    esta obra no la encajaba muy bien porque en casa no se hablaba de religin aunque el cura del pueblo vena a bendecir la casa por Semana Santa. Despus todo el tiempo se hablaba de esta diosa.

    A William Graves, esta gramtica de la potica, que es tambin una velada autobiografa, le

    hizo alejarse de las letras para dedicarse a las ciencias, en concreto a la geologa y la

    produccin de petrleo. Si bien, en el intenso trabajo con la obra de su padre, ha

    descubierto la enormidad de lo que ya conoca. Lo inabarcable que guardaba la mente

    potica de Robert Graves, ahora ha sido traducido por su hijo. Pero es justo advertir a los

    lectores de que este sigue siendo un libro muy difcil as como muy extrao y que deben

    evitarlo quienes posean una mente distrada, cansada o rgidamente cientfica. Ya lo dijo

    Graves.

    Leer ms: Una nueva diosa para Graves - La Razn

    digital http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/8557285/cultura/una-nueva-diosa-

    para-graves#Ttt16u7YPaXZcyBA

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