UNIDAD Nº 2: TIPOLOGIA Y FUNCIONES DE LOS · PDF filedesarrollo económico y sociocomunitario (emprendedores, cooperativistas, empresas y sociedades laborales

AGENTES DE LA EDUCACIÓN DE PERSONAS

ADULTASMÓDULO 2 : T IPOLOGÍA Y FUNCIONES

MINISTERIODE EDUCACIÓN

SECRETARÍA DE ESTADO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONALDIRECCIÓN GENERALDE FORMACIÓN PROFESIONAL

INSTITUTO DETECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

CURSO AGENTES DE LA EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTASMÓDULO 2: T IPOLOGÍA Y FUNCIONES

MÓDULO 2: T IPOLOGÍA Y FUNCIONES

0. INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

1 .Características . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

2 . Tipos según su intervención. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2.1. En educación......................................................................................................................................................9

2.2. En formación...................................................................................................................................................12

2.3. En animación...................................................................................................................................................14

3.Formación inicial y permanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

4 . Funciones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

4.1. Generales ........................................................................................................................................................20

Técnica..................................................................................................................................................................21

Comunicativa......................................................................................................................................................21

Orientadora........................................................................................................................................................22

Potenciadora.....................................................................................................................................................23

Tutorial ...............................................................................................................................................................23

4.2. Específicas .....................................................................................................................................................24

Educación............................................................................................................................................................24

Formación...........................................................................................................................................................26

Animación............................................................................................................................................................27

5. Bibl iografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30

6. Resumen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

7. Actividades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

De Aplicación...........................................................................................................................................................32

Propuestas didácticas.......................................................................................................................................33

CURSO AGENTES DE LA EDUCACIÓN PARA PERSONAS ADULTAS 2


0. INTRODUCCIÓN

Hablar de los agentes personales de la intervención educativa con personas adultas

resulta arriesgado, pues significa desplegar un abanico enorme de distintos tipos de

agentes que están implicados en ella.

En el desarrollo de este módulo vamos a centrarnos en los agentes de la intervención

educativa tanto en la educación formal, como en la no formal y en la informal. Así

como en las específicas funciones que deben abordar los distintos tipos de agentes

personales.

En primer lugar habría que precisar que por agentes personales entendemos a todos

aquellas personas que intervienen en el proceso educativo, diferenciando a aquellos

agentes que lideran dicho proceso y a los agentes que participan en él. Esto no

significa que todos ellos dejen de ser protagonistas en la intervención educativa.

Este planteamiento nos obliga a diferencia los tipos de “agentes líderes”

(profesionales, voluntarios,...), y los tipos de “agentes participantes” (destinatarios de

las intervenciones: alumnos, profesionales, socios...)

En este módulo vamos a centrarnos en los agentes que lideran principalmente,

tratando de desarrollar por una parte la diversidad existente, y por otra las

características que precisan sus diferentes tipos de intervención.

Desde hace tiempo se ha entendido mayoritariamente que no era necesaria una

preparación y una formación previa y específica para realizar un trabajo educativo con

personas adultas. De esta forma, la formación profesional previa, la experiencia

acumulada o la predisposición manifestada suponen capaz a cualquier persona para

desempeñar funciones de educador de personas adultas sin muchos requisitos

adicionales.



El planteamiento que vamos a desarrollar en este módulo, se basa en la necesidad de

contar con agentes actores preparados y conscientes para ejercer su función con

personas adultas. No se trata de establecer aquí los requisitos previos de esta

preparación, ya que cada sociedad, y cada contexto determinará los caminos por los

que sus agentes acceden y se capacitan para realizar sus funciones.

No obstante, sí trataremos de establecer algunas condiciones comunes que estos

agentes tienen que cumplir a la hora de realizar procesos de enseñanza-aprendizaje

eficaces, que cumplan con los objetivos y las expectativas de las intervenciones.

En principio hay que tener en cuenta la diversidad de agentes que intervienen en la

educación de personas adultas. Aparentemente parecería que estamos hablando de

un colectivo cuya función principal es eminentemente pedagógica, como son los

maestros o profesores, que son los que normalmente intervienen en los procesos más

formales, pero es preciso tener en cuenta a muchos otros colectivos de agentes que

fuera del ámbito de la educación formal ejercen su labor profesional.

En la actualidad es fundamental el capital humano responsable de la actividad

educativa para el buen desarrollo del proceso de enseñanza - aprendizaje.



A continuación a modo indicativo, sin pretender ser exhaustivos, establecemos una

relación de tipologías de agentes y niveles de intervención sobre la población adulta:

• Facilitadores, alfabetizadores y maestros de educación básica. Suelen

incidir sobre los procesos de educación formal desde la alfabetización, hasta

los niveles de educación básica de cada Sistema Educativo.

• Profesores especialistas de las distintas áreas de conocimiento científico-

técnico, que actúan sobre colectivos demandantes de educación básica y

también de educación secundaria, educación a distancia, preparación para el

acceso a niveles superiores de educación...

• Profesorado y monitores especializados y expertos en las diferentes ramas y

familias de la formación profesional, que inciden en los procesos educativos

para la cualificación profesional en el mercado de trabajo, desde la inserción

laboral, hasta la cualificación más especializada.



• Psicólogos y orientadores con formación específica, que inciden sobre la

ayuda para la toma de decisiones, a través del conocimiento de la realidad

académico-laboral, y de los requisitos necesarios para el recorrido formativo

que las personas adultas deben realizar

• Trabajadores sociales que orientan a los adultos haciendo de puente y enlace

entre las necesidades y las expectativas de éstos, y la diversidad de procesos

educativos que pueden desarrollar.

• Agentes especializados en procesos de difusión y sensibilización sobre

aspectos concretos de la realidad social, en materia de: salud, consumo, medio

ambiente, naturaleza, cultura, arte, música, educación física, educación sexual,

participación cívica, conocimiento de derechos y deberes, aspectos legales...

• Expertos en procesos productivos que inciden en formación para canalizar el

desarrollo económico y sociocomunitario (emprendedores, cooperativistas,

empresas y sociedades laborales...

• Agentes y monitores de educación social que inciden preferentemente desde

procesos de educación no formal, pero decisivos para los ciudadanos actuales

– habilidades sociales, trabajo cooperativo, ocio y tiempo libre, defensa de la

naturaleza, de la vida animal y vegetal, defensa de los derechos humanos…

• Líderes de organizaciones, asociaciones o fundaciones, o cualquier otro tipo

de grupos organizados: vecinales, deportivos, culturales, sociopolíticos,

representativos de colectivos específicos – discapacitados, marginados,

enfermos...

• Responsables de los medios de comunicación, periodistas y comunicadores

de prensa, radio y televisión.

• Voluntarios y voluntarias que acompañan en cualquiera de los procesos

anteriores.

Todo este panorama de agentes intervinientes en procesos más o menos formales y

más o menos duraderos, nos lleva a comprender la importancia de la formación de

todos estos agentes, para una intervención con las suficientes garantías.

La llamada formación de formadores en cualquiera de los niveles de intervención

tiene una gran importancia. Más bien podría decirse que resulta absolutamente



imprescindible, de tal manera que es preciso hablar de la formación continua de los

agentes educativos. Este planteamiento es además totalmente coherente con la

esencia misma de la educación de las personas adultas, el principio de la educación

permanente y la educación a lo largo de la vida.

1 .Característ icas

La gama de intervenciones anteriormente esbozada, precisa del conocimiento de unas

características que los agentes deben cumplir, para realizar con éxito su trabajo en el

particular contexto que cada finalidad requiere: rol de profesor, de monitor, de

orientador, de líder...

El ejercicio de estos roles viene determinado por una formación previa en

conocimientos científico-técnicos, pedagógicos, didácticos, profesionales, psicológicos,

sociológicos, legales... Por tanto cada función requerirá de una formación inicial de

los agentes adecuada a la función que realizarán. Ésta unida a la experiencia tanto en

el desarrollo de sus funciones concretas, como en el desarrollo de funciones

asociadas, les permitirá afrontar su labor profesional con el suficiente grado de calidad

y adecuación.

No obstante en este momento lo que nos interesa resaltar por encima de los requisitos

formativos específicos de los agentes líderes en intervención educativa con personas

adultas, son precisamente los requisitos formativos que deberían constituir una

especie de denominador común de todos aquellos a una tarea de este tipo.

A continuación se describen algunas de las características generales que cualquier

agente actor de procesos educativos con personas adultas debería reunir para ejercer

su función:

• Ha de reconocer y transmitir que percibe a los participantes como sujetos de

valor. Establecer una relación igualitaria en el mismo plano persona-persona,

es un elemento fundamental para el desempeño de cualquier tipo de

intervención educativa con personas adultas. Respetar, escuchar, tener en

cuenta, empatizar... Esto no quiere decir, que cada persona no ejerza el rol

que le corresponda, como profesor, animador, formador, educador,

alumno, participante, socio, o cualquier otra denominación.



• Ha de ser capaz de reconocer las personas adultas constituyen un grupo

diverso y heterogéneo. Esto obliga en gran medida a incorporar en los

procesos educativos niveles de personalización e individualización en la

metodología de las intervenciones, sin que esto entre en contradicción con el

uso general y complementario de metodologías comunicativas, dialógicas y

cooperativas, que caracterizan también este tipo de procesos educativos con

personas adultas.

• Ha de demostrar coherencia entre el mensaje transmitido y la actitud,

respecto de la conducta observable. Las personas adultas son especialmente

críticas ante la incoherencia, lo que desemboca en una pérdida de confianza,

descrédito y perdida de motivación ante el proceso.

• Ha de ser capaz de ilusionar como elemento fundamental para promover la

motivación. Detrás de una actividad, una información, un acontecimiento, un

contenido, hay algo que descubrir, algo en que pensar, algo con que

relacionar...algo que aprender.

Cualquier agente educador debe reunir ciertas características

esenciales para ejercer correctamente su función



• Ha de poder comunicar y potenciar la comunicación. Siempre hay algo que

decir, algo que escuchar, algo que compartir para favorecer la actitud analítica,

la actitud crítica, la actitud participativa y la actitud creativa ante el contexto real

de la intervención educativa.

• Ha de ser técnico y riguroso en su tarea. La acción no se improvisa, se

planifica, se adecua, se ejecuta con proporcionalidad y se evalúa. No debe

confundirse rigor con rigidez. Una de las claves más importantes de los

procesos de enseñanza-aprendizaje con personas adultas, es precisamente la

flexibilidad, sin flexibilidad no hay éxito.

• Ha de fomentar la autonomía y el autoaprendizaje el objetivo principal para un

aprendizaje permanente es desarrollar la capacidad de aprender a aprender, y

esto exige una actitud y una metodología determinadas.

• Ha de contar con capacidad de adaptación. La heterogeneidad de la que ya

hemos hablado, que caracteriza los procesos de enseñanza-aprendizaje

requiere una intervención adecuada en cada contexto, que puede modificar y

replantear el rol de educador.

• Ha de ser capaz de afrontar su tarea con actitud versátil, independientemente

de su propia especialización. Es decir, estará dispuesto a desempeñar tareas y

funciones que no son responsabilidad directa de su competencia formal, sino

que saldrán al paso de necesidades concretas de tipo instrumental y básico

que tengan las personas con las que actúa.

2. T IPOS SEGÚN SU INTERVENCIÓN

2.1 . En educación

Los agentes que intervienen principalmente en diseños de educación, suelen

corresponderse mayoritariamente con profesionales que cuentan con una formación

inicial formal para el desempeño de sus funciones. Esto ocurre sobre todo en los

procesos de enseñanzas regladas, cuya finalidad es la obtención de reconocimiento

oficial académico y profesional a través de las correspondientes titulaciones y

certificaciones que establece el sistema educativo correspondiente.



Suele ser frecuente que en aquellas sociedades que tienen establecida la educación

de personas adultas dentro del sistema educativo, los agentes cumplan con los

requisitos de titulación y acceso a su función de modo análogo a los requisitos y

condiciones de acceso que rigen para las etapas educativas regladas de cada

sistema. De este modo suelen ser maestros y profesores los agentes intervinientes.

Este planteamiento que a primera vista parece lógico, arrastra sin embargo una

dificultad bastante generalizada.

La educación de personas adultas es una modalidad específica, que está

perfectamente diferenciada de otras modalidades educativas dirigidas a los niños y a

los jóvenes, dentro de lo que comúnmente se denomina educación primaria y

educación secundaria. No obstante no suelen encontrarse muchos casos, en los que

existe una formación inicial previa de futuros profesionales que dirijan su formación

hacia la intervención educativa con personas adultas. Es decir, no existe en general

una especialidad pedagógico-didáctica en educación de personas adultas, que venga

determinada por la utilización de otro tipo de recursos y materiales, otras

metodologías, diferentes relaciones entre profesores y alumnos, una evaluación

acorde...Y todo ello a pesar de su innegable especificidad.

Los agentes intervinientes suelen especializarse en esta modalidad por vía de la

experiencia desarrollada y de la formación complementaria diseñada

expresamente, pero con carácter posterior al ejercicio de su función y sin resultar

vinculante con el desempeño de su labor docente.

En este sentido son cada vez más las universidades que dentro de los planes de

estudios de educación, establecen cursos de postgrado para la formación específica

de estos profesionales.

Este resulta ser un asunto del máximo interés, por las repercusiones que conlleva y ha

de ser motivo de análisis y reflexión por parte de los responsables de la política

educativa y del mundo académico, para poder establecer las condiciones de

especialización necesarias para este tipo de agentes.



No obstante hay que tener en cuenta que el inmediato futuro de la educación de

personas adultas, está abocado al desarrollo de currículos específicos que se

deberían alejar del modelo académico de la educación básica ordinaria.

Son muchos los análisis que coinciden en señalar que la población adulta demanda

educación y formación para cubrir necesidades que el rol de adulto les exige. Estas

necesidades no siempre son coincidentes a nivel educativo con la de los niños y los

jóvenes de sus sociedades, por lo que los currículos de personas adultas no deben

constituir meras adaptaciones formales de la educación básica ordinaria.

Este planteamiento requiere desde el punto de vista de los agentes educativos, la

progresiva incorporación de otro tipo de profesionales que no son únicamente

maestros y profesores, sino agentes especializados en relaciones humanas, en salud

y consumo, en problemática medioambiental, en formación legal y jurídica, en

relaciones laborales...

La intervención de este tipo de profesionales diversificará la amplitud del aprendizaje

adulto, incluirá nuevas metodologías y formas de relación, y contribuirá sin ninguna

duda a una educación permanente de la que se participa, se entra y se sale a lo largo

Las personas que trabajan en educación de personas adultas se especializan en

esta modalidad mediante la experiencia y la formación complementaria.



del tiempo, en función de las necesidades emergentes y cambiantes que la dinámica

de la evolución social impone a los ciudadanos.

2.2. En formación

Hablaremos en este punto prioritariamente de formación laboral y profesional, por

estar relacionada con una necesidad de carácter fundamental en nuestras sociedades.

No obstante, volvemos a recordar que el concepto de formación, es más amplio y

puede ser referido a multitud de procesos sistemáticos de enseñanza-aprendizaje

que nada tienen que ver con el mundo del trabajo.

Resulta innegable que el mayor numero de recursos tanto humanos como económicos

que las sociedades dedican a la formación de las personas adultas, está dirigido a la

formación para la inserción, la capacitación, la reestructuración y la especialización de

los adultos y adultas en su faceta de trabajadores y trabajadoras. (1)

Nuestro tipo de sociedad está organizada para potenciar el máximo desarrollo

económico, como factor de bienestar y progreso.

Sin ánimo de realizar en este momento análisis o valoración alguna de este hecho, lo

que pretendemos es, una vez puesto de manifiesto, aterrizar en la importancia que

tienen los formadores y formadoras que intervienen como agentes en esta realidad.

Parece pertinente dejar al margen los procesos educativos destinados desde los

sistemas educativos a la formación inicial de los profesionales, otorgándole la

capacidad formal y legal de emitir las correspondientes titulaciones de tipo profesional,

para centrarnos más en esa otra formación realizada al margen de la llamada

formación profesional reglada.

(1) Consejo Europeo de Lisboa. Memorándum sobre el aprendizaje Permanente.

Mensaje Clave Nº1. Nuevas cualificaciones básicas para todos. (2.000)



Una de las iniciativas que, al menos en una mayoría de países europeos, viene

dándose desde hace varias décadas, es la traslación de la responsabilidad de este

tipo de formación, a lo que normalmente denominamos agentes sociales

entendiéndolos como dinamizadores de la dinámica económica. De este modo

empresarios u organizaciones empresariales, y trabajadores u organizaciones

sindicales, exponentes directos del motor del desarrollo social y económico, vienen

ejerciendo el liderazgo y la iniciativa de la formación laboral en lo que denominamos

formación continua.

Por lo tanto, en general puede decirse que los agentes intervinientes en la formación

de tipo laboral y profesional de las personas adultas, están ligados al mundo

productivo real, y suelen ser profesionales cualificados en sus respectivos campos de

especialización.

Sin embargo son agentes que en ocasiones no cuentan con una formación previa de

tipo pedagógico-didáctica, lo que puede generar dificultades en los procesos de

enseñanza-aprendizaje. Muchos de estos agentes se van formando y especializando

En general los agentes que intervienen en acciones de formación

profesional suelen ser especialistas en su campo



en la medida que mantienen el rol formador durante un considerable periodo de

tiempo.

2.3. En animación

Históricamente, las sociedades presentan a nuestro juicio un importantísimo problema

que se repite históricamente y quizá se acentúa en la sociedad actual. En términos

sencillos podemos afirmar que se presiona en exceso a las personas. Quizá pueda

parecer exagerada esta afirmación, pero nadie en su sano juicio se sometería de buen

grado a unos usos y costumbres que tienen un alto componente deshumanizante.

El vertiginoso cambio que imponen las tecnologías y sus aplicaciones, la información,

la globalización y otros fenómenos cotidianos que nos acompañan nos tienen

sometidos a más presión de la que podemos asumir.

Es lógico pensar que el objetivo de la sociedad de la información y del conocimiento

es el progreso y es cierto que jamás hemos tenido a nuestro alcance tantos y tan

grandes elementos de acceso y de control como hoy en día. Sin embargo, es

La animación de personas adultas canaliza muchas demandas que de otra

forma se quedaría sin atender.



igualmente cierto que se están desvirtuando otras muchas dimensiones de la

experiencia humana. Algunos de los aspectos más importantes de este problema se

refieren a:

• El progresivo desmarque del hombre respecto de la naturaleza

• El paulatino deterioro de la condición socializadora del hombre

• La renuncia a la expresión colectiva de la imaginación y la creatividad, a favor

de la homogeneización que imponen las ideologías y culturas dominantes.

Las personas adultas del siglo XXI no lo tenemos nada fácil: bien por enmarcarnos en

las sociedades más desarrolladas, que no dan tiempo para asimilar, adaptar y resituar

valores, roles, conductas, relaciones..., o bien, por enmarcarnos en sociedades menos

desarrolladas marcadas por enormes desigualdades que dificultan el ejercicio básico

de los derechos individuales y sociales de las personas.

La animación de las personas adultas, cobra en cualquier caso, un valor incalculable.

Supone una alternativa práctica para el descubrimiento, el desarrollo y la canalización

de muchas necesidades que quedarían irremisiblemente en el olvido, en la negación o

en la desesperanza.

La animación se enmarca siempre en contextos colectivos, por ello los agentes

intervinientes en ella se mueven en un amplio espectro, según sean las características

sociológicas de dichos colectivos.

Existe un tipo de animación que se promueve desde los servicios públicos o desde

iniciativas de organizaciones cívicas y que persigue objetivos de desarrollo

sociocomunitario. En general, nos encontramos con agentes profesionalizados, es

decir con agentes que deben cumplir con ciertos requisitos. Así, nos encontramos con

monitores deportivos, especialistas en manifestaciones artísticas como dibujo, pintura,

técnicas de expresión, música, danza o expresión corporal...Normalmente este tipo de

intervenciones inciden sobre necesidades individuales.

Otro tipo de agentes, con formación en ciencias humanas (psicólogos, sociólogos, o

expertos en disciplinas afines), intervienen en procesos asociados a la convivencia y

a los intereses colectivos: formación de grupos de comunicación y debate y de

relaciones personales, fomento de la autoestima, promoción del asociacionismo,

educación de padres y madres, impulso de los servicios cívicos, análisis de publicidad

y consumo, profundización en hábitos de salud e higiene, y todo tipo de temáticas que



satisfagan demandas formativas de la población. Los participantes en este tipo de

intervenciones buscan la adquisición de conocimientos que consideran muy

importantes ya que les resultan útiles para su desarrollo personal y social.

Por otra parte, la animación de las personas adultas se canaliza también desde otras

iniciativas, en ocasiones muy activas, desde el mundo del asociacionismo y de las

organizaciones no gubernamentales. Este campo es muy heterogéneo y flexible en

lo que respecta a los agentes y normalmente está formado por líderes y voluntarios.

Éstos cuentan principalmente con su experiencia y su formación previa (profesional

o no) y se han ido formando en la medida de sus intervenciones y de los continuos

ajustes en los programas, actividades y tipo de participantes. Asimismo, es necesario

indicar que suele existir una oferta de formación específica dirigida a estos agentes,

algo que resulta fundamental para el ejercicio de sus funciones ya que ven

progresivamente perfeccionada su capacitación personal. Con estos elementos, los

agentes van adquiriendo los requisitos necesarios para dinamizar con éxito sus

respectivas intervenciones en animación.

Círculo de Alfabetización de Comas, en Lima (Perú)



3.FORMACIÓN INICIAL Y PERMANENTE Hemos esbozado en la introducción la diversidad de agentes que intervienen en los

procesos de educación, formación y animación de las personas adultas. Insistimos en

que al hablar de los agentes que intervienen en educación, éstos requieren de una

formación inicial especializada que hasta el momento es mayoritariamente

inexistente.

Por tanto hay que diferenciar la situación real por un lado, y la situación deseable en

un futuro no muy lejano, sin que la una anule o prescinda de la otra.

Podemos afirmar, con carácter general, que la mayoría de los agentes educativos que

intervienen con población adulta, tengan la formación inicial previa que tengan:

maestros, profesores, licenciados en distintas disciplinas, psicólogos, sociólogos,

educadores sociales, trabajadores de calle, expertos en formación profesional,

profesionales de cualquier tipo, abogados , economistas, médicos, voluntarios con

formación media... precisan de una formación diseñada específicamente para su

intervención con personas adultas.

Este hecho es asumido por los responsables de las instituciones y organizaciones que

ponen en marcha todo tipo de programas desde la educación formal reglada hasta la

animación sociocultural y sociocomunitaria.

Taller de capacitación de facilitadores en Olancho (Honduras)



Las intervenciones educativas con población adulta en las sociedades democráticas

parten de dos aspectos fundamentales que tienen que ver con los procesos de

enseñanza – aprendizaje, sean éstos del tipo que sean:

• La persona adulta decide libremente someterse al tipo de proceso que sea,

libertad que ejerce para iniciar y para finalizar el proceso

• El adulto cuenta con el grado de motivación inicial suficiente como para

afrontar el proceso desde el protagonismo personal.

Todos los agentes han de conocer e integrar estos aspectos, y por consiguiente todas

las consecuencias que de ellos se derivan. De este modo la formación de los agentes

incluirá el conocimiento de lo que supone la condición adulta, debidamente

contextualizada en el tiempo y el espacio en el que se desarrolle.

La adultez no es un periodo homogéneo ni abstracto, sino que está determinado por el

tipo de sociedad en el que vive. Esto no quita que exista un ámbito común en la

evolución humana, que desde la psicología y desde la sociología definan el arquetipo

de lo que de modo general y en cualquier parte entendemos por adulto.

De este conocimiento se desprenden otros conocimientos asociados:

• De carácter psicológico sobre estilos y ritmos de aprendizaje.

• De carácter metodológico.

• De asociación y aplicación de los aprendizajes adquiridos.

• De identificación y reconocimiento de aprendizajes previos.

• De la funcionalidad y aplicación de los procesos emprendidos.

• Del conocimiento preciso de objetivos, contenidos, modos de hacer y

valoración de los procesos en los que se interviene.



Por todo lo anterior y de manera habitual viene hablándose de la formación de

formadores como un concepto que si bien tiene cabida en cualquier ámbito de la

educación en general, cobra una especial relevancia en la educación expresamente

dirigida a la población adulta.

El mundo académico en general, a través de sus diferentes instituciones,

(universidades, colegios profesionales, asociaciones) establece ofertas específicas

para la formación de los agentes que intervienen en educación de personas adultas.

En otro ámbito, las empresas, sindicatos, cámaras de comercio y entidades con

implicación directa en los procesos productivos, inciden también en la formación de

aquellos que han de intervenir, bien con directivos, ejecutivos, cuadros medios y

trabajadores en general.

A su vez las administraciones públicas, regionales, comarcales, locales, dedican

también esfuerzos y recursos para preparar a los agentes que intervienen en procesos

de formación y animación de cualquier tipo.

Por último las organizaciones sociales, asociaciones, confederaciones, y cualquier

otro tipo de entidades que se muevan dentro de la sociedad civil, priorizan sin ningún

lugar a dudas, la formación específica de sus agentes, incluidos los voluntarios, que

constituyen en no pocas ocasiones el capital humano principal de sus intervenciones.

Esta formación de formadores abarca pues todo el espectro de la intervención, resulta

imprescindible y se enmarca como se ha descrito a lo largo de todo el módul dentro de

la propia educación y formación permanente de las personas adultas.

En cualquier caso, sin cuestionar el planteamiento previo, es preciso recalcar, que

sería conveniente posibilitar una adecuada formación inicial específica, para

aquellos que van a dedicarse al ámbito de la educación de personas adultas sobre

todo en la que se refiere a los procesos más formales.



Este hecho supondría una ventaja añadida sobre el tiempo y el esfuerzo que todavía

se dedica a capacitar adecuadamente a muchos agentes, que ha sido formados para

intervenir con otro tipo de población (normalmente niños y jóvenes) y que presentan

notables diferencias, desde el punto de vista de la naturaleza y los destinatarios de la

intervención.

4. FUNCIONES

Del mismo modo que hemos descrito las características generales de los agentes

educativos y establecimos un denominador común sobre el que actuar en cualquier

tipo de intervención, ahora no centraremos en las funciones que los agentes realizan

en el ejercicio de sus intervenciones. , Partiremos de un referente sobre la tipología

general de estas funciones, para después abordarlas de modo específico según los

tres grandes ámbitos de intervención que hemos establecido.

4.1 . Generales

Es importante tener en cuenta que los agentes que lideran los procesos educativos

con adultos tienen la posibilidad de influir significativamente sobre las personas con las

que trabajan. Estos agentes se constituyen en referentes privilegiados ya que

intervienen en procesos continuos en donde se establecen importantes grados de

comunicación activa, y desde el plano igualitario de relación adulto – adulto. Este

hecho quizá único desde el punto de vista didáctico, exige al agente un considerable

grado de responsabilidad, en donde su principal función será la de facilitar el

autoaprendizaje y el desarrollo de la capacidad de aprender a aprender.



Técnica

La función técnica exige al agente una formación imprescindible de tipo pedagógico.

Esta formación se da en los casos en la educación formal, obligatoria y homologada

según los requisitos de los correspondientes sistemas educativos.

Esta formación de tipo pedagógico incluirá la consideración de la intencionalidad

educativa, el conocimiento básico de la condición adulta desde el punto de vista

psicológico, la comprensión del funcionamiento del aprendizaje, y el dominio de la

función didáctica respecto a la planificación, objetivos, contenidos, secuenciación de

aprendizajes, recursos, actividades, procedimientos y criterios de evaluación sobre la

totalidad de elementos del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Asimismo contará con recursos para motivar, dinamizar, rentabilizar y dar

funcionalidad a los aprendizajes y las nuevas adquisiciones.

Comunicat iva

La comunicación es un elemento clave en la intervención educativa con personas

adultas. La función comunicativa entre adultos permite utilizar mensajes directos a

través de códigos compartidos por los interlocutores sin necesidad de dar muchas

explicaciones. Esta comunicación favorece la interlocución y el desempeño alternativo

y colectivo de los roles de emisor y receptor de tal forma que nos situamos en el

mismo plano cuando emitimos que cuando recibimos.

Por esto trabajar la expresión, la escucha activa y la participación resultan esenciales

para la rentabilización de todo el proceso educativo.


Los recursos comunicativos juegan un papel clave en la educación de

personas adultas. Fuente: Banco de imágenes del ITE


Potenciar la capacidad crítica ante los mensajes de comunicación, analizar e

interpretarlos y generar otros nuevos dota a los procesos educativos con personas

adultas de un fuerte dinamismo y enorme riqueza.

Por todo esto, los agentes han de controlar la función comunicativa desde el plano

técnico como conocedores del funcionamiento de los procesos de comunicación y

desde el plano actitudinal como artífices de la creación y mantenimiento de un clima

de verdadera comunicación.

Orientadora

Ya hemos comentado que la condición adulta es muy heterogénea. Cada persona es

fruto de su personal andadura, se encuentra en un momento concreto y en un

determinado estadio de su propio desarrollo. Resulta realmente curioso como muchos

adultos han avanzado enormemente en repuestas adaptativas de tipo familiar o

laboral, y sin embargo se han estancado en otras dimensiones de su vida, como por

ejemplo desde el punto de vista cívico o cultural.

Los agentes tienen ante si un gran reto, desde el punto de vista de la orientación ya

que pueden favorecer el desarrollo de las personas adultas hacia distintos tipos de

dimensiones según las carencias, los intereses o las necesidades de éstas.

Desarrollan estas funciones cuando ponen en contacto con otras realidades, facilitan

información precisa, ayudan a la toma de decisiones, favorecen el establecimiento de

itinerarios formativos o asesoran sobre requisitos imprescindibles.


Los agentes son también orientadores que favorecen el desarrollo

de las personas adultas en función de sus intereses y necesidades.


Normalmente, esta orientación se realiza de un modo consciente y planificado, aunque

a lo largo del proceso educativo, los agentes también ejercen esta función de una

forma indirecta y espontánea, fruto de la particular relación que se establece con las

personas adultas.

Potenciadora

Cada agente ha de ser consciente que su función en el proceso con personas adultas

exige avanzar. El proceso se realiza para la consecución del logro y del éxito aunque

éstos no son únicamente los que se evidencian al final de un recorrido formal, como

por ejemplo la consecución de un certificado o un título.

La función potenciadora desgrana todos y cada uno de los pequeños elementos que

intervienen en la consecución de un éxito final, pero que se apoya en los pequeños

éxitos previos que han de contribuir para conseguirlo. De tal modo, potenciar la

capacidad para decidir, para esforzarse, para crear, para investigar, para dialogar,

para analizar, para concluir, para compartir, para acabar lo empezado... son éxitos en

sí mismos ya que posicionan a las personas en objetivos concretos delimitados en el

espacio y en tiempo.

Tutoria l

Normalmente, los adultos que participan en un proceso educativo trasladan su

vivencia de adulto, que afronta la vida por sí mismo a dicho proceso. Sin embargo, es

frecuente encontrar en las personas adultas «temor» e «inseguridad» ante lo nuevo,

ante lo desconocido, ante lo que no se controla.

Es por eso que las personas adultas también necesitan saberse acompañadas, sentir

que alguien la «cuida», «vela por ellas» o «les brinda ayuda», en cierto modo para que

aquello a lo que nos estamos enfrentando, acabe bien.

Se ha discutido mucho si esta función de acompañamiento o tutorial es o no necesaria

con personas adultas, ya que algunos suponen que la condición adulta no precisa de

ella. Nosotros afirmamos que, en lo que respecta a personas con bajo nivel de

instrucción, la función de acompañamiento resulta al igual que las otras

mencionadas anteriormente de extraordinaria importancia.

Reafirma el valor personal que tenemos ante los demás, supone una manera de

objetivizar el proceso más allá de la propia percepción que se tenga sobre él, que es

necesariamente subjetiva. Además ofrece seguridad porque el acompañamiento es

ejercido por agentes que tienen responsabilidad en el proceso.



4.2. Específ icas

Educación

Resulta complejo determinar las funciones específicas de los agentes que intervienen

en educación de las personas adultas, ya que algunas resultan muy evidentes y otras

pasan prácticamente desapercibidas. Sin ánimo de ser exhaustivos exponemos las

que consideramos más importantes, aún a sabiendas que no son las únicas. Esas

funciones son:

a) Aumento de la sensibilidad. Significa despertar los sentidos a la realidad,

incidir en la capacidad que tenemos las personas para tomar conciencia de lo

que ocurre a nuestro alrededor, para analizarlo, disfrutarlo, valorarlo o tratar de

modificarlo.

b) Reconocimiento y valoración del bagaje previo. Supone contar con todos y

cada uno desde el principio, en el convencimiento real y sincero de que cada

persona adulta lleva incorporados muchos aprendizajes, conocimientos y

saberes, que no sólo revierten en su persona, sino también en el resto de

personas con las que interactúa.

c) Fomento de la creatividad, la expresión y la participación. Posibilita

evidenciar el valor único y personal de cada uno, de que es capaz de generar y

de comunicar y de que nada de lo que ocurre a su alrededor le es ajeno.

d) Promoción del espíritu crítico. Refuerza la propia concepción del

conocimiento. Es poder sentirse protagonista de las propias opciones y

decisiones sin ser correa de transmisión inconsciente, de ideas, pensamientos,

valores y conductas.

e) Impulso de la autonomía. Facilita herramientas para poder ser uno mismo, sin

dependencias ni ataduras. La autonomía nos capacita para el ejercicio de la

libertad.

f) Aporte de referentes de conocimiento. Significa ayudar a centrar el

recorrido, a disponer de los elementos necesarios para afrontar los procesos

en condiciones óptimas, que inciden en el logro de los objetivos pretendidos en

cada uno de ellos.



g) Aporte de referentes para el autoaprendizaje. Se refiere a “pasar la pelota al

tejado de cada persona adulta”. Significa ser capaz de transmitir que cada uno

aprende por sí mismo, en la medida que combina: motivación, técnica y

trabajo.

h) Acompañamiento en el proceso. Supone ofrecer seguridad, es manifestar

disponibilidad y respuesta, es estar y potenciar, es valorar y sugerir.

i) Mejora de la comunicación y la cooperación. Es aprovechar nuestra

dimensión colectiva para progresar, es sumar, añadir, multiplicar la

potencialidad individual por el número de individuos. Es descubrir lo necesarios

que somos para conseguir algo.

j) Evaluar los aprendizajes. Significa objetivizar los procesos, medir los logros y

establecer las distancias y los requisitos para conseguir las metas propuestas.

Evaluar permite modificar, reorientar, incorporar, y ajustar los procesos, para

que éstos sean eficaces.

Una de las funciones de los agentes de EPA es impulsar la autonomía personal de

los participantes.



Formación

Muchas de las funciones indicadas en el apartado anterior, son perfectamente válidas

para los procesos de formación. No obstante indicamos algunas más específicas que

inciden en el ámbito de la formación laboral y profesional.

a) Aportación de referentes precisos sobre los sistemas de producción. Los

agentes de formación tienen que facilitar información sobre el funcionamiento

del mundo productivo en el que se encuentran, dentro de cada contexto.

b) Conexión de modo directo a los participantes con el mundo real y

específico al que se dirige el proceso formativo. Resulta imprescindible

que la persona adulta que se forma para el ejercicio de un puesto de trabajo,

conozca los pormenores tanto de la familia profesional, como de la rama de

actividad correspondiente, desde una situación realista y actual, lo que incluye

una descripción de cometidos, funcionamiento del mercado laboral, prospectiva

del sector, etc.

c) Realización de un análisis pormenorizado de las conexiones existentes

entre requisitos de formación y empleabilidad. El mercado de trabajo es

hoy día extremadamente dinámico, los agentes de formación deben ayudar a

fijar los itinerarios formativos más adecuados, según las situaciones y los

intereses de los participantes, estableciendo las posibilidades por un lado y los

límites por otro de las decisiones de formación que éstos toman.

d) Posibilidad de hacer el ejercicio de prácticas en contextos reales. La

formación para el desempeño de un puesto de trabajo, requiere en el mundo

actual de un inseparable componente teórico-práctico. De este modo los

responsables del diseño y agentes formativos deben facilitar la realización de

prácticas laborales en contextos productivos reales, durante el periodo de

tiempo de formación de los nuevos trabajadores y trabajadoras.



Animación

Las funciones específicas en animación son amplísimas, dado la variabilidad de tareas

que incluye el propio concepto de animación. En la misma línea de las funciones

específicas anteriores, ofrecemos una relación de las que consideramos más

importantes:

a) Canalización y fomento del acceso a todo tipo de información. Se trata no

solo de facilitar y predisponer hacia el acceso a la información, que en si misma

es una función deseable, sino que también se trata de capacitar y facilitar

herramientas adecuadas para procesar, clasificar y seleccionar esta

información.

b) Potenciación de todo tipo de capacidades personales. Las personas

adultas han construido su propia realidad desde múltiples, variadas y

complejas circunstancias en función de su propio contexto personal y social. La

animación permite a cualquier persona en cualquier momento de su desarrollo,

plantearse nuevos y sugerentes retos, que abran abanicos de perspectivas y

expectativas no contempladas con anterioridad.


Es importante que los agentes aporten referentes precisos sobre los sistemas de producción y

conecten de modo directo a los participantes con el mundo real.


c) Promoción de la conciencia y la participación cívica. Estamos normalmente

inmersos en modos de vida más o menos estables que nos sitúan en rutinas

que aparecen como el estado “normal” de nuestra existencia. Desde la

animación se rompen las rutinas, se realizan nuevas lecturas de la realidad,

tanto personales como sociales, que nos hacen más conscientes, o

conscientes de otra manera a la hora de ver lo que nos rodea, con una

intencionalidad clara, que es sentirnos sujetos activos y protagonistas de

nuestra propia vida.

d) Desarrollo del ejercicio de la libertad personal. Todo el trabajo para conocer

y entender la realidad, sea ésta del tipo que sea, tiene un claro objetivo, que

pasa por la posibilidad de ejercer el derecho fundamental de la libertad para

posicionarnos y decidir desde nuestros mismos.

e) Aumento del interés por disfrutar del ocio y del tiempo libre. El ocio forma

parte de nuestra vida, desde la animación buscaremos el descubrimiento de las

inmensas posibilidades de desarrollo que nos brinda este tiempo, tratando de

canalizar nuestros intereses hacia aquellas actividades o situaciones que

contribuyan a una existencia más plena y feliz, tanto de modo individual como

colectivo.

f) Mayor acercamiento al arte y a la cultura. El arte y la cultura forman parte

del patrimonio universal, del que todos deberíamos participar. El arte y la

cultura entendido como expresión y comunicación de los seres humanos, nos

incorpora a todos al goce y disfrute de la obra universal del hombre, es

necesario contar con recursos propios para poder participar de este patrimonio.

g) Descubrimiento de la complejidad de la realidad social. Existe la tentación

de simplificar la realidad en la que vivimos, a veces no de modo intencionado,

sino más bien como fruto de las circunstancias de contexto y de acceso al

conocimiento de la misma. Será por tanto una función muy importante abrir los

horizontes ante una situación con muchas caras, con muchas interconexiones,

con múltiples relaciones de causa efecto, que es preciso conocer y analizar,

para huir de explicaciones interesadas o simplistas.



h) Promoción del análisis crítico y la reivindicación. Hoy más que nunca los

ciudadanos estamos a merced de los grandes medios de comunicación de

masas, nunca fue tan fácil, ni tan rápido influir sobre tan gran cantidad de

personas, desde los ámbitos de control social económico y político, por tanto

promover el análisis crítico y la reivindicación de derechos y libertades es una

función esencial para contribuir al concepto de ciudadanía activa.

i) Apoyo a la denuncia contra la violación de los derechos humanos. Si algo

caracteriza al mundo de hoy es precisamente su tremendo desequilibrio de

desigualdad e injusticia. Desafortunadamente la violación de los derechos

humanos, desde las situaciones más cotidianas y cercanas, hasta otras que se

producen fuera de nuestro particular contexto, resulta algo común con lo que

convivimos, a veces con la sensación de que resulta imposible combatirla.

Promover posturas de denuncia y no tolerancia de esta violación es algo

inevitable desde todos aquellos que reconocen el valor supremo de la vida y de

la dignidad humana.

j) Impulso del posicionamiento personal ante la realidad. Es preciso

promover una actitud consciente y activa, no resulta deseable sentirse ajeno,

indiferente o impotente ante cualquier aspecto de la realidad. La animación

Es importante potenciar las capacidades personales de las personas adultas partiendo

de sus experiencias y de su propia realidad.



debe tender a que cada persona tenga una postura ante la vida, sea ésta la

que sea.

5. B IBLIOGRAFÍA

Martín González, Mª Teresa, (Dirige). Educación Permanente para todos.

Congreso Internacional. “La educación permanente ante el siglo XXI. UNED

1999

Sanz Fernández, Florentino. (coord). La educación de personas adultas entre

dos siglos: Historia pasada y desafíos de futuro. UNED. MECD. 2002.

Bringas, Mª Isabel, (dirige). III Seminario internacional. El complejo mundo de la

educación de adultos. Universidad Popular para la Educación y Cultura.

Burgos. 2002

Jiménez Jiménez, B. (1990). La formación de educadores de adultos.

Materiales AFFA nº 13. Fondo de Promoción. Zaragoza.

Sanz Fernández, Florentino (coord.) (1995) La formación en educación de

personas adultas. Tomo I. UNED. Madrid.

Guy Pelletier. (2003). (coord) Formar dirigentes de la educación. Editorial la

Muralla. Madrid.

Se tratan aspectos complementarios de la formación de los dirigentes de la

educación, formación de directores, exponiendo competencias y saberes,

analizando la realización de un proyecto de formación continua destinado al

personal de sus escuelas, y cuestionando algunos puntos de vista sobre la

formación de los gestores educativos.

Cabello Martínez, Mª Josefa. (2002). Educación permanente y educación

social. Ediciones Aljibe. Málaga.

Destaca en esta obra el lugar de la educación social, en el ámbito de la

educación permanente, así como debe ser la formación del educador social.



6. RESUMEN

Como en cualquier tipo de acción que podamos proponer, siempre lo más importante

serán las personas. En la educación de las personas adultas no cabe la menor duda,

todas las personas somos los sujetos de la educación. Unos como agentes actores si

se quiere, otros como agentes participantes, aunque los roles no son estáticos, y los

que en un lugar son actores, en otro son participantes.

El módulo se ocupa fundamentalmente de los agentes actores, es decir, de aquellos

que de manera intencional se ocupan del rol de contribuir con su trabajo y dedicación,

a que otras personas adquieran distintos tipos de aprendizajes, en función de sus

particulares necesidades y expectativas.

Después de la introducción se desarrollan brevemente algunas características

generales que estos agentes educativos deben tener, para afrontar con garantías

procesos educativos de cualquier tipo con personas adultas. Es importante reconocer

estas características con independencia del tipo de proceso o fin concreto en el que se

desarrollan sus acciones. Así tras una formación inicial incuestionable, que puede

provenir de diversos orígenes, lo que si deben poner en juego es: Reconocer a los

participantes como sujetos de valor, trabajar de modo personalizado, demostrar

coherencia, ser capaces de ilusionar y comunicar, trabajar desde un punto de vista

técnico, persiguiendo siempre la consecución de la autonomía y el autoaprendizaje por

parte de los participantes...

En un apartado posterior, se desarrollan de manera general las distintos tipologías de

agentes actores, según su tipo de intervención, ya sea en educación, en formación o

en animación. En este punto sabemos que los contextos concretos, condicionan la

presentación genérica que hacemos. También sabemos que suele ser muy común, la

intervención de agentes educativos en unos u otros tipos en función de circunstancias

ocasionales o sistemáticas, aunque lo que se pretende es señalar las diferencias que

suelen producirse, cuando es posible un mayor grado de especialización, en función

del desarrollo, la extensión, la estabilidad y los apoyos, con los que cuentan los

diseños de intervención.

El módulo desarrolla a continuación la importancia que tiene, una adecuada y rigurosa

formación inicial de los agentes actores. Se llama también la atención sobre los



esfuerzos que suelen hacerse, para capacitar especialmente a agentes que han

recibido una formación inicial no específica, para su trabajo con personas adultas, a

través de cursos, seminarios y otras modalidades muy determinadas, entre las que se

encuentran muchas iniciativas de cursos a distancia.

Claro que todos los responsables que promueven y mantienen actuaciones educativas

con población adulta, están obligados a diseñar y tener operativa, una red de

formación permanente para los agentes educativos.

Posteriormente se habla ya en concreto de las funciones principales que estos

agentes realizan. En primer lugar se desarrollan funciones generales, comunes a

todos ellos, y a continuación se concretan algunas funciones específicas relativas a

cada uno de los niveles de intervención (Educación, Formación, Animación).

Las funciones generales son: técnica, comunicativa, orientadora, potenciadora y

tutorial o de acompañamiento. Las funciones específicas se desglosan en una

enumeración no exhaustiva y comentada, lo suficientemente centrada en el tipo de

intervención. Se precisa que muchas de estas funciones específicas son lógicamente

compartidas por los tres niveles de intervención, aunque se ha tratado de resaltar las

más particulares.

7. ACTIVIDADES

De Apl icación

• De las características generales de los agentes educativos, elija tres de ellas

que le resulten más significativas, y exprese una opinión argumentada sobre

las mismas. Importancia. Dificultades. Adquisición. Experiencia...

• Reflexione y justifique los elementos más importantes que diferencian las

funciones específicas de los agentes educativos que intervienen en educación,

respecto de los que intervienen en animación.

• Explique cuáles son las líneas fundamentales de su trabajo respecto de la

función tutorial o de acompañamiento.



• Relacione cuáles son las principales demandas de orientación académica y

laboral que realizan las personas con las que trabaja. Refiera también las

acciones y recursos con los que cuenta para ejercer esta función.

Propuestas didáct icas

De las dos cuestiones que se le presentan a continuación, elija una de ellas y

desarróllela:

OPCIÓN A

Investigue sobre los requisitos previos que se piden en su país a los agentes

educativos, según vayan a intervenir en:

1. Educación de personas adultas

2. Formación de personas adultas

3. Animación de personas adultas

OPCIÓN B

Investigue sobre los modelos de formación continua para los agentes personales de

educación de personas adultas que funcionen en su país, en los tres niveles de

intervención definidos estableciendo comparaciones, semejanzas y diferencias en

cuanto a tipos de ofertas, requisitos de acceso, número de participantes y

reconocimiento de esta formación.


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UNIDAD Nº 2: TIPOLOGIA Y FUNCIONES DE LOS · PDF filedesarrollo económico y sociocomunitario (emprendedores, cooperativistas, empresas y sociedades laborales