V Domingo Después de Pentecostés -Sugerencias para Homilía

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  • 7/26/2019 V Domingo Despus de Pentecosts -Sugerencias para Homila

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    V DOMINGODESPUES DE PENTECOSTS

    SUGERENCIAS PARA LA HOMILA

    Recopilado por Iglesia del Salvador de Toledo (ESPAA)

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    TEXTOS DE LA MISA

    Introito.Salm. 26.7, 9,1.- Escucha mi voz, que te llama, Seor; t eres miayudador; no me abandones ni me desprecies, oh Dios de misalvacin. Salmo. El Seor es mi luz y mi salvacin, a quin habr detemer? V/.Gloria al Padre, y al Hijo.

    Colecta.- Ni puede ver el ojo, ni or el odo, ni comprender el corazn delhombre lo que Dios tiene preparado para los que le aman. Oh Dios!, quetienes preparados bienes invisibles a los que te aman, infunde en nuestroscorazones el afecto de tu amor; para que, amndote en todo y sobre todo,consigamos esas tus promesas, que exceden a todo deseo. Por nuestroSeor.

    Epstola.1 Pe 3, 8-15.- Recompensa de la prctica del bien y de la caridadfraterna es, ya aqu abajo, al sentirnos bajo la mirada de Dios, que nos sigue

    y nos ama.Carsimos: Seguid unidos en la oracin: sed compasivos, amantesde todos los hermanos, misericordiosos, modestos, humildes: No volvismal por mal, ni maldicin por maldicin; bendecid, por el contrario, porquea esto sois llamados, a fin de que poseis en herencia la bendicin. Pues, elque quiere amar la vida, y vivir das dichosos, refrene su lengua del mal ysus labios de las palabras engaosas; huya del mal y obre el bien; busque lapaz y sgala. Porque Dios tiene sus ojos sobre los justos, y est pronto a orsus splicas; pero mira con enojo a los que obran mal. Y quin habr queos pueda hacer dao, si os empleis en hacer el bien? Pero si sucede quepadecis algo por amor a la justicia, sois bienaventurados. No temis nadade vuestros enemigos, ni perdis la paz; mas santificad a nuestro SeorJesucristo en vuestros corazones.

    Gradual. Salm. 83.10,9.~ Mira oh Dios!, protector nuestro, a estos tus sier-vos. V/. iOh Seor de los ejrcitos!, escucha las oraciones de tus siervos .Aleluya.Salm. 20-2.- Aleluya, aleluya. V. Oh Seor!, el rey se alegra de tufuerza y tu ayuda le alegra grandemente. Aleluya.

    Evangelio.Mt 5, 20-24.- La exigencia de la caridad cristiana se extiende a lasintenciones y disposiciones ms secretas del corazn. Antes de acercarnos aDios debemos reconciliarnos con nuestros hermanos.En aquel tiempo: Dijo Jess a sus discpulos: Si vuestra justicia no es mscumplida que la de los escribas y fariseos, no entraris en el reino de loscielos. Habis odo que se dijo a los mayores: No matars, Y quien matemerece juicio. Pero yo os digo aun ms: quien se encoleriza con su hermano,

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    3 Iglesia del Salvador de Toledo (ESPAA)Ad Iesum per Maram!

    merecer juicio, y el que le llame raca, merecer juicio del Sanedrn; quien lellame fatuo, merece la gehena del fuego. Si pues, al presentar tu ofrenda enel altar, te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja all mismo tuofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano; y despus

    volvers a presentar tu ofrenda. CREDO.

    Ofertorio.Salm. 15.7-8.- Alabar al Seor, que se ha hecho mi consejero. Yotengo al Seor constantemente ante mis ojos; l est a mi diestra y yo no hede vacilar.

    Secreta.-Atiende propicio, Seor, a nuestros ruegos y recibe benigno estasofrendas de tus siervos y siervas; para que lo que cada cual ha ofrecido enhonor de tu nombre, les aproveche para su salvacin. Por nuestro Seor

    Jesucristo.

    Prefacio de la Santsima Trinidad.- EN verdad es digno y justo, equitativo ysaludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Seor, santo Padre,omnipotente y eterno Dios, que con tu unignito Hijo y con el Espritu Santoeres un solo Dios, un solo Seor, no en la individualidad de una solapersona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Por lo cual, cuanto noshas revelado de tu gloria, lo creemos tambin de tu Hijo y del Espritu Santo,sin diferencia ni distincin. De suerte, que confesando una verdadera y

    eterna Divinidad, adoramos la propiedad en las personas, la unidad en laesencia, y la igualdad en la majestad, la cual alaban los ngeles y losArcngeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar adiario, diciendo a una voz.

    Comunin.Salm. 26.4.-Una sola cosa pido al Seor, y la deseoardientemente: Habitar en la casa del Seor todos los das de mi vida.

    Poscomunin.- CONCEDE, Seor, a los que has alimentado con el don

    celestial vernos limpios de nuestras culpas ocultas, y libres de los lazos delenemigo. Por nuestro Seor.

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    TEXTO 1CATENA AUREA

    San Hilario, in Matthaeum, 4

    Con tan magnfico exordio empez a plenificar la obra de la ley antigua y a anunciara sus Apstoles que no les ser posible la entrada en el Reino de los Cielos si noaventajan a los fariseos en justicia. Esto es lo que manifiesta cuando dice: "Porqueos digo, que si vuestra justicia no fuere mayor", etc.San Juan Crisstomo, homiliae in Matthaeum, hom.16,4Llama justicia aqu a la virtud universal. Entindase en esto el aumento de la gracia.A sus discpulos los consideraba todava como ignorantes, pero quiere que seanmejores que los maestros en el Antiguo Testamento. No llam inicuos a losescribas y a los fariseos porque no neg que tenan justicia. Considera tambin que

    con estas cosas confirma el Antiguo Testamento delante de sus Apstoles,comparndolo con el Nuevo, resultando el ms y el menos dentro del mismognero. La justicia de los escribas y los fariseos son los mandamientos de Moiss.Los cumplimientos de aquellos mandatos son los preceptos de Jesucristo. Esto es,pues, lo que dice: Si alguno, adems de los preceptos de la ley, no cumple estospreceptos mos, que ellos consideraban como pequeos, no entrar en el Reino delos Cielos; puesto que aquellos preceptos libran de la pena (debida a lostransgresores de la ley), mas no llevan al Reino de los Cielos, pero stos libran dela pena y llevan al cielo. Siendo una misma cosa quebrantar los preceptospequeos y no cumplirlos, por qu dice arriba, del que los quebranta, que sellamar pequeo en el reino de Dios, y ahora dice del que no los cumple, que noentrar en el Reino de los Cielos? Pero entiende que ser pequeo en el Reino, es lomismo que no entrar en l y que estar en el Reino no es reinar con Cristo, sino viviren el pueblo de Cristo. Como si dijese del que no cumple que estar entre loscristianos, pero que ser un cristiano pequeo, y que el que entra en el Reino,participa del Reino con Jesucristo. Por lo tanto, ste que no entra en el Reino de losCielos, no tendr gloria con Jesucristo. Sin embargo, estar en el Reino de losCielos, esto es, en el nmero de aqullos sobre quienes reina Jesucristo, que es elrey de los cielos.

    San Agustn, de civitate Dei, 20,9O como dice en otro lugar: "Si vuestra justicia no fuese mayor que la de los escribasy de los fariseos", esto es, de aqullos que no practican lo que ensean porque deellos ya ha dicho San Mateo: "Dicen y no hacen" ( Mt23,3). Como si dijese: si noabundase vuestra justicia de modo que no quebrantis, sino ms bien hagis lo queenseis, no entraris en el Reino de los Cielos. Antes se entenda el Reino de losCielos donde estn ambos: el que no practica lo que ensea y el que lo practica,pero el primero se llama pequeo y el segundo grande, por lo que se entiendecomo Reino de los Cielos a la Iglesia presente. Aqu, se entiende el Reino de los

    Cielos donde entra aquel que cumpla la ley. Esta es la Iglesia tal y como ser en laotra vida.San Agustn, contra Faustum, 19, 30

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    5 Iglesia del Salvador de Toledo (ESPAA)Ad Iesum per Maram!

    Este nombre de Reino de los Cielos, que con tanto inters nombra nuestro Seor,no s si alguno lo habr encontrado escrito en los libros del Antiguo Testamento.Propiamente hablando pertenece a la revelacin del Nuevo Testamento, porque sereservaba nombrarlo a los labios de Aquel a quien prefiguraba el Antiguo

    Testamento para regir y gobernar a sus siervos. Este fin, al cual deben referirse lospreceptos, estaba oculto en el Antiguo Testamento, aunque ajustados a l vivan lossantos que vean su revelacin futura.GlosaO esto que dice: "si no abundare", debe referirse a la inteligencia de los escribas yfariseos, no al contenido del Antiguo Testamento.San Agustn, contra Faustum, 19, 28Casi todo lo que el Seor aconsej o mand precedido de estas palabras( Mt19,23): "Yo, pues, os digo", se encuentra en aquellos libros antiguos. Pero

    como no comprendan que el homicidio era otra cosa ms que la destruccin de uncuerpo humano, el Seor les manifest que todo movimiento malo que puedacontribuir a hacer dao al prjimo, debe considerarse como homicidio. Por estoaade: "Osteis que fue dicho a los antiguos: 'No matars".Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11Queriendo Jesucristo manifestar que el mismo Dios que habl en la ley es el queahora manda en la gracia, pone a la cabeza de sus preceptos aquel que en la leyantigua se pona el primero; esto es, antes de los prohibitivos contra el prjimo.San Agustn, de civitate Dei, 1, 21El precepto: "No matars", no expresa, como opinan los maniqueos, la prohibicinde arrancar una caa o matar un animal sin razn, puesto que por ordenacinjustsima del Creador, su vida y su muerte estn sometidas a nuestras necesidades.Por ello debemos entender, que todo lo dicho se refiere al hombre: No matars aotro, ni tampoco a ti, pues el que se mata, no hace otra cosa que matar a unhombre. De ningn modo obraron contra este mandamiento los que por orden deDios hicieron la guerra. Ni tampoco cometen crimen aquellos que, ejerciendo laautoridad legtima, castigan a los criminales por razones justas. A Abraham, nosolamente no se le consider como culpable de crueldad, sino que ms bien se lealaba con el nombre de piadoso, cuando quiso matar a su hijo por obedecer a Dios.

    Se exceptan aqu aquellos a quienes Dios manda matar por mandamientoexpreso, o por cumplir con la ley, o por librar a otra persona. No mata aqul queobedece al que manda, como aquellos que prestan su ayuda al que ejerce lajusticia; tampoco debe considerarse como homicida a Sansn, que sucumbi bajolas ruinas con todos sus enemigos, porque el mismo Espritu que por medio de lhaca milagros, haba sido quien le haba dado esta orden, aunque de una maneraoculta.San Juan Crisstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 16,5Por esto que dice: "Se ha dicho a los antiguos", manifiesta que haca ya mucho

    tiempo que conocan este precepto. Dice esto, pues, para mover a los oyentestardos a preceptos ms altos. As como si un maestro dice a su alumno perezosoanimndolo al estudio: "has pasado mucho tiempo en deletrear". Por eso aade:"Mas yo os digo, que todo aquel que se enoje con su hermano, obligado ser a

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    juicio". En lo que debemos comprender la potestad del legislador. Ninguno de losantiguos haba hablado as, sino de esta manera: "Esto dice el Seor". Porqueaqullos, como siervos, anunciaban las cosas que eran del Seor, pero ste, comoHijo, anuncia las cosas que son de su Padre y suyas a la vez; aqullos predicaban

    a sus compaeros de servidumbre y ste dictaba leyes a sus subordinados.San Agustn, de civitate Dei, 9,4Dos son los pareceres de los filsofos acerca de las pasiones del alma. Losestoicos creen que las pasiones son impropias del hombre sabio; pero losperipatticos creen que los hombres sabios pueden tener pasiones, peromoderadas y sujetas a la razn, s como cuando se ejerce la misericordia de modoque se conserve la justiciaSan Agustn, de civitate Dei, 4,5En la doctrina cristiana no se indaga principalmente si un alma piadosa puede

    encolerizarse o entristecerse sino el origen de donde proceden esas impresiones.Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11El que se encolerice sin causa, ser culpable. Pues si la ira no existiera, ni ladoctrina aprovechara, ni los tribunales estaran constituidos, ni los crmenes secastigaran. As, el que no se enfurece cuando hay causa para ello, peca. Lapaciencia imprudente fomenta los vicios, aumenta la negligencia e invita a obrar elmal, no slo a los malos sino tambin a los buenos.San JernimoEn algunos cdices se aade: "Sin causa". Sin embargo, en las cosas verdaderasno hay duda y la clera se prohbe totalmente. Si se nos manda rogar por los quenos persiguen (Mt5,44), queda suprimida toda ocasin de enfurecerse. Nodebemos incomodarnos sin causa, porque la ira del hombre no opera la justicia deDios ( Stgo1,20).Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11Sin embargo, la ira con causa no es ira, sino juicio, pues la clera propiamentedicha es la alteracin de una pasin. El que se enfada con causa, su ira no es depasin, y por lo tanto juzga, no se irrita.San Agustn, In libro retractationum, 1, 19Tambin debemos fijarnos en lo que significa enfurecerse con su hermano, puesto

    que no se enfurece con su hermano aquel que se enfurece por la culpa de suhermano. El que se enfurece con su hermano y no con su pecado, se enfurece sincausa.San Agustn, de civitate Dei, 14, 9Nadie que tenga su juicio cabal, podr decir que se enfurece aquel que seincomoda con su hermano para que se corrija. Estos movimientos, que provienendel amor del bien y de la santa caridad, no pueden llamarse vicios, puesto queestn en armona con la recta razn.Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11

    Yo creo que Jesucristo no habla aqu de la ira carnal, sino de la ira espiritual. Lacarne no puede obedecer sin conturbarse. Cuando el hombre se enfurece y noquiere hacer aquello que la ira le impulsa, su carne se enfurece, pero su almaqueda en paz.

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    7 Iglesia del Salvador de Toledo (ESPAA)Ad Iesum per Maram!

    San Agustn, de sermone Domini, 1, 9As, pues, en este primer mandamiento se trata de una cosa sola: la ira. En elsegundo se trata de dos: la ira y la voz que la expresa, como se dice en estostrminos: "Y el que dijere a su hermano raca, obligado ser en el concilio". Algunos

    han querido tomar del griego la significacin de esta palabra, creyendo que lapalabra racaquiere decir andrajoso, puesto que en griego la palabra racos quieredecir andrajoso. Es ms probable que sea una voz sin significado alguno, peromanifestando la alteracin de un alma indignada. Los gramticos llaman a estasvoces interjecciones, como cuando se dice por uno que padece: "Ay!"San Juan Crisstomo, homiliae in Matthaeum, hom.16,7Tambin la palabra raca puede ser una palabra de desprecio o de ultraje, comocuando nosotros decimos, o a los criados, o a los que son ms jvenes quenosotros: "Marcha t, dile t". Y as, los que conocen la lengua siraca, ponen la

    palabra racaen lugar de t. El Seor, pues, quiso arrancar hasta los defectos mspequeos, y por ello nos manda que nos respetemos mutuamente.San JernimoO bien racaes una palabra hebrea y quiere decir vano o hueco, a quien nopodemos llamar con la injuria vulgar, sin cerebro. Y con intencin aade: "El quedijere a su hermano": nuestro hermano, pues, no puede ser otro que aquel quetiene un mismo padre que nosotros.Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11No es propio llamar hombre vaco a aquel que tiene en s al Espritu Santo.San Agustn, de sermone Domini, 1,9En tercer lugar, se significan tres cosas: la ira, la voz que significa la ira y laexpresin del vituperio. Por ello sigue: "Y quien dijere insensato, quedar sujeto alfuego del infierno". Hay gradacin en estos pecados. Primero, cuando uno seenfurece y retiene el movimiento concebido en el corazn y si esfuerza la voz sinsignificacin precisa, pero que por su fuerza es signo de la emocin, hay un gradoms que en la clera que calla. Pero aun es ms si expresa una palabraciertamente injuriosa.Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11As como ninguno que tiene el Espritu Santo puede llamarse vaco, as ninguno

    que conoce a Jesucristo puede llamarse fatuo. Pero si la palabra racasignificavaco en cuanto al sentido de la palabra, lo mismo quiere decir fatuo que raca. Sediferencia, sin embargo, en cuanto al fin que se propone el que dice estapalabra. Racaera una palabra vulgar entre los judos, la cual pronunciaban, no porira ni por odio, sino por algn movimiento vano. La decan, pues, ms bien comopara expresar confianza que injuria. Pero si no se dice por causa de rabia, quclase de pecado es? Porque se dice con el deseo de disputa, no de edificacin; si,pues, no debemos decir aun las buenas palabras sino para edificar a los dems,cunto ms aquello que en s ya es malo por naturaleza?

    San Agustn, de sermone Domini, 1,9Fijmonos ahora en las tres clases de pena: el juicio, el Sanedrn y el fuego eterno,grados con los cuales subimos de lo ms leve a lo ms grave; pues en el juicio aunhay lugar a defenderse. Al Sanedrn pertenece la pronunciacin de la sentencia,

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    cuando los jueces convienen entre s en la clase de castigo que haya de aplicarse,y en el fuego eterno ya se expresa claramente la condenacin y la pena delculpable. De donde se ve cun grande es la diferencia que hay entre la justicia deJesucristo y la de los fariseos. Entre stos la muerte de otro hace reo de juicio, y

    Aqul lo hace reo de juicio por la ira, de cuyas tres cosas sta es la ms leve.RbanoEl Seor llama aqu infierno al tormento del infierno, cuyo nombre creen que lo tomde un valle consagrado a los dolos, y que est cerca de Jerusaln, lleno en otrotiempo de cadveres, que, segn leemos en el libro de los Reyes, Josas profan.San Juan Crisstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 16,8Es la primera vez que pronuncia el nombre de infierno despus que antes habahablado del Reino de los Cielos, manifestando que El nos da ste por su amor, elotro por nuestra desidia. A muchos les parece demasiado fuerte eso de padecer por

    una sola palabra una pena tan grande, por lo que algunos dicen: "Que esto seexpresa de una manera hiperblica". Pero me temo que, interpretando mal estaspalabras, suframos all el ltimo suplicio. No creas que esto es duro, porque lamayor parte de las penas y de los pecados proceden de las palabras. Las palabrasinsignificantes inducen muchas veces al homicidio y han destruido ciudadesenteras. No consideres como cosa pequea el llamar a tu hermano necio , puestoque le quitas la prudencia y el entendimiento, por los cuales somos hombres y nosdiferenciamos de los animalesPseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11O ser reo del Sanedrn, esto es, no pertenecer al concilio de aqullos que sereunieron contra Jesucristo, como interpretan los Apstoles en sus cnones.San Hilario, in Matthaeum, 4O bien el que trata como vaco al que est lleno del Espritu Santo, se hace reo anteel concilio de los santos, como si hubiere de pagar la ofensa hecha al EsprituSanto, con la reprensin de jueces santos.San Agustn, de sermone Domini, 1, 9Alguno me preguntar: con qu suplicio ms grave se castiga el homicidio, si lainjuria ya se castiga con el fuego del infierno? Obliga a comprender que hay variosinfiernos.

    San Juan Crisstomo, homiliae in Matthaeum, hom.16El juicio y el Sanedrn son penas que se padecen en esta vida, y el fuego delinfierno es la pena que se padece en la otra; por ello pone el juicio de la ira, paramanifestar que no es posible que el hombre viva absolutamente sin pasiones, peroque le es posible enfrentarlas y por lo tanto, no la fij una pena determinada, paraque no apareciese que la prohiba totalmente. El Sanedrn lo cita ahora como juiciode los judos, para que no se crea que innova en todo.San Agustn, de sermone Domini, 1, 9En estas tres sentencias debe observarse que hay palabras que se sobreentienden,

    exceptuada la primera, que tiene todas las palabras: "El que se enfurece, dijo,contra su hermano" (sin causa, segn algunos); en la segunda, cuando dice: "Peroel que dijese a su hermano raca" (se entiende sin causa), y en la tercera, cuandodice: "Pero el que dijese fatuo", da a entender dos cosas: a su hermano y sin causa.

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    Y esto es con lo que se defiende aquel dicho del Apstol, que llama necios a los deGalacia, a quienes tambin denomina hermanos. No hace, pues, esto sin causa.San Agustn, de sermone Domini, 1, 10Si no es lcito enfurecerse contra su hermano ni decirle raca ni necio, mucho menos

    debemos tener ninguna animadversin que pueda degenerar en odio, y por estoaade: "Por tanto, si fueres a ofrecer tu ofrenda al altar y all recordares que tuhermano tiene alguna cosa contra ti".San JernimoNo dijo si t tienes algo contra tu hermano, sino si tu hermano tiene algo contra ti,como imponindote con ms dureza la necesidad de reconciliarte.San Agustn, de sermone Domini, 1, 10Entonces l tiene algo contra nosotros, si le hemos ofendido en algo; pero nosotrostenemos algo en contra de l, si l nos ha ofendido, en cuyo caso no es necesario

    procurar su reconciliacin. No pedirs el perdn a aquel que te hace alguna ofensa,sino que lo que haces es perdonarlo. Como deseas que Dios te perdone, perdonat tambin a tu hermano.Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11Pero si aqul te ofendiere y fueses el primero en pedirle el perdn, adquirirs ungran mrito.San Juan Crisstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 16,9Pero si alguno no procura reconciliarse con l por amor al prjimo, lo induce a estopara que sus buenos oficios no queden incompletos, especialmente si se verificanen un lugar sagrado. Por esto aade: "Deja all tu ofrenda delante del altar y veprimeramente a reconciliarte con tu hermano".San Gregorio, hom 1El Seor no quiere recibir el sacrificio de los que estn enemistados. De aqu podisconocer cun grande sea el mal de la enemistad, por lo cual se rechaza aunaquello, en virtud de lo cual se perdona la culpa.Pseudo-Crisstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 11Ve aqu la gran misericordia de Dios, que da preferencia a las utilidades de loshombres sobre su honor, ms bien quiere la unin de los fieles que sus ofrendas.Cuando los hombres fieles tienen alguna disensin entre s, no recibe ninguna

    ofrenda de ellos, ni oye ninguna de sus oraciones, mientras dura la enemistad.Ninguno, pues, puede ser amigo fiel de dos que son enemigos entre s, y por ello,Dios no quiere ser amigo de los fieles mientras sean enemigos entre s. Y nosotrosno guardamos la fe a Dios si amamos a sus enemigos y aborrecemos a susamigos. Aquel que ofende primero, debe ser el que pida la reconciliacin. Hasofendido con el pensamiento, debes reconciliarte por medio del pensamiento; hasofendido con palabras, con palabras debes reconciliarte; has ofendido con obras,con obras debes reconciliarte. Todo pecado, del mismo modo que se comete, debehacerse por l penitencia.

    San Hilario, in Matthaeum, 4Una vez obtenida la paz humana manda volver a la divina, para pasar de la caridadde los hombres a la de Dios, y por ello sigue: "Y entonces ven a ofrecer tu ofrenda".San Agustn, de sermone Domini, 1, 10

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    Si lo que aqu se dice se toma al pie de la letra, acaso crea alguno que estoconviene hacerlo as, no puede dilatarse la reconciliacin por mucho tiempo si elhermano est presente, puesto que se nos manda dejar la ofrenda delante del altar;mas si est ausente y (lo que puede suceder tambin) al otro lado del mar, es un

    absurdo el creer que debe dejar su ofrenda delante del altar y recorrer las tierras ylos mares antes de ofrecerla al Seor. Por ello se nos manda recogernos en elinterior y pensar espiritualmente, para que pueda entenderse aquello que se dice,sin incurrir en absurdos. Por altar debemos entender, espiritualmente hablando, lafe. La ofrenda que ofrecemos al Seor, ya sea por medio de la enseanza, ya pormedio de la oracin, o ya por cualquier otro concepto, no puede ser aceptabledelante de Dios si no va adornada con la fe. Si, pues, hemos ofendido a nuestrohermano en alguna cosa, debemos ir a reconciliarnos con l, no con los pies delcuerpo, sino con los movimientos del alma, prostrndonos ante el hermano con

    afectos de humildad, en presencia de Aquel a quien vamos a ofrecer. Y as, como siestuviese presente, podremos calmarlo, no con nimo afectado, sino pidindoleperdn y al volver, esto es, renovando la intencin de lo que habamos empezado ahacer, ofreceremos nuestra ofrenda.

    TEXTO 2La Ley nueva o Ley evanglicaCatecismo de la Iglesia Catlica

    1965 La Ley nueva o Ley evanglica es la perfeccin aqu abajo de la leydivina, natural y revelada. Es obra de Cristo y se expresa particularmente en elSermn de la Montaa. Es tambin obra del Espritu Santo, y por l viene a serla ley interior de la caridad: Concertar con la casa de Israel una alianzanueva [...] pondr mis leyes en su mente, en sus corazones las grabar; y yoser su Dios y ellos sern mi pueblo (Hb 8, 8-10; cf Jr 31, 31-34).

    1966 La Ley nueva es la gracia del Espritu Santo dada a los fieles mediante lafe en Cristo. Acta por la caridad, utiliza el Sermn del Seor para ensearnos

    lo que hay que hacer, y los sacramentos para comunicarnos la gracia derealizarlo: El que quiera meditar con piedad y perspicacia el Sermn quenuestro Seor pronunci en la montaa, segn lo leemos en el Evangelio de sanMateo, encontrar en l sin duda alguna cuanto se refiere a las ms perfectascostumbres cristianas, al modo de la carta perfecta de la vida cristiana [...] Hedicho esto para dejar claro que este sermn es perfecto porque contiene todoslos preceptos propios para guiar la vida cristiana (San Agustn, De sermoneDomine in monte, 1, 1, 1).

    1967 La Ley evanglica da cumplimiento (cf Mt 5, 17-19), purifica, supera, ylleva a su perfeccin la Ley antigua. En las Bienaventuranzas dacumplimiento a las promesas divinas elevndolas y ordenndolas al Reino delos cielos. Se dirige a los que estn dispuestos a acoger con fe esta esperanza

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    nueva: los pobres, los humildes, los afligidos, los limpios de corazn, losperseguidos a causa de Cristo, trazando as los caminos sorprendentes delReino.

    1968 La Ley evanglica lleva a plenitud los mandamientos de la Ley. El Sermndel monte, lejos de abolir o devaluar las prescripciones morales de la Leyantigua, extrae de ella sus virtualidades ocultas y hace surgir de ella nuevasexigencias: revela toda su verdad divina y humana. No aade preceptosexteriores nuevos, pero llega a reformar la raz de los actos, el corazn, dondeel hombre elige entre lo puro y lo impuro (cf Mt 15, 18-19), donde se forman lafe, la esperanza y la caridad, y con ellas las otras virtudes. El Evangelioconduce as la Ley a su plenitud mediante la imitacin de la perfeccin delPadre celestial (cf Mt 5, 48), mediante el perdn de los enemigos y la oracin

    por los perseguidores, segn el modelo de la generosidad divina (cf Mt 5, 44).

    1969 La Ley nueva practica los actos de la religin: la limosna, la oracin y elayuno, ordenndolos al Padre [...] que ve en lo secreto, por oposicin aldeseo de ser visto por los hombres (cf Mt 6, 1-6; 16-18). Su oracin es elPadre Nuestro (Mt 6, 9-13).

    1970 La Ley evanglica entraa la eleccin decisiva entre los dos caminos(cf Mt 7, 13-14) y la prctica de las palabras del Seor (cf Mt 7, 21-27); est

    resumida en la regla de oro: Todo cuanto querisque os hagan los hombres,hacdselo tambin vosotros; porque sta es la ley y los profetas (Mt 7, 12; cfLc 6, 31). Toda la Ley evanglica est contenida en el mandamiento nuevode Jess (Jn 13, 34): amarnos los unos a los otros como l nos ha amado (cf Jn15, 12).

    1971 Al Sermn del monte conviene aadir la catequesis moral de lasenseanzas apostlicas, como Rm 12-15; 1 Co 12-13; Col 3-4; Ef 4-5, etc. Estadoctrina transmite la enseanza del Seor con la autoridad de los Apstoles,

    especialmente exponiendo las virtudes que se derivan de la fe en Cristo y queanima la caridad, el principal don del Espritu Santo. Vuestra caridad sea sinfingimiento [...] amndoos cordialmente los unos a los otros [...] con la alegrade la esperanza; constantes en la tribulacin; perseverantes en la oracin;compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad (Rm12, 9-13). Esta catequesis nos ensea tambin a tratar los casos de concienciaa la luz de nuestra relacin con Cristo y con la Iglesia (cf Rm 14; 1 Co 5, 10).

    1972 La Ley nueva es llamada ley de amor, porque hace obrar por el amor queinfunde el Espritu Santo ms que por el temor; ley de gracia, porque confierela fuerza de la gracia para obrar mediante la fe y los sacramentos; ley delibertad (cf St 1, 25; 2, 12), porque nos libera de las observancias rituales yjurdicas de la Ley antigua, nos inclina a obrar espontneamente bajo el

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    impulso de la caridad y nos hace pasar de la condicin del siervo que ignora loque hace su seor, a lade amigo de Cristo, porque todo lo que he odo a miPadre os lo he dado a conocer (Jn 15, 15), o tambin a la condicin de hijoheredero (cf Ga 4, 1-7. 21-31; Rm 8, 15).

    1973 Ms all de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejosevanglicos. La distincin tradicional entre mandamientos de Dios y consejosevanglicos se establece por relacin a la caridad, perfeccin de la vidacristiana. Los preceptos estn destinados a apartar lo que es incompatible conla caridad. Los consejos tienen por fin apartar lo que, incluso sin serlecontrario, puede constituir un impedimento al desarrollo de la caridad (cfSanto Toms de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 184, a. 3).

    1974 Los consejos evanglicos manifiestan la plenitud viva de una caridad quenunca se ve contenta por no poder darse ms. Atestiguan su fuerza y estimulannuestra prontitud espiritual. La perfeccin de la Ley nueva consisteesencialmente en los preceptos del amor de Dios y del prjimo. Los consejosindican vas ms directas, medios ms apropiados, y han de practicarse segnla vocacin de cada uno: Dios no quiere que cada uno observe todos losconsejos, sino solamente los que son convenientes segn la diversidad de laspersonas, los tiempos, las ocasiones, y las fuerzas, como la caridad lorequiera. Porque es sta la que, como reina de todas las virtudes, de todos los

    mandamientos, de todos los consejos, y en suma de todas las leyes y de todaslas acciones cristianas, da a todos y a todas rango, orden, tiempo y valor (SanFrancisco de Sales, Trait de l'amour de Dieu, 8, 6).

    Resumen1975 Segn la sagrada Escritura, la ley es una instruccin paternal de Dios queprescribe al hombre los caminos que llevan a la bienaventuranza prometida yproscribe los caminos del mal.1976 La ley es una ordenacin de la razn para el bien comn, promulgada

    por el que est a cargo de la comunidad (Santo Toms de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 90, a. 4).1977 Cristo es el fin de la ley (cf Rm 10, 4); slo l ensea y otorga la justiciade Dios.1978 La ley natural es una participacin en la sabidura y la bondad de Dios porparte del hombre, formado a imagen de su Creador. Expresa la dignidad de lapersona humana y constituye la base de sus derechos y sus deberesfundamentales.1979 La ley natural es inmutable, permanente a travs de la historia. Lasnormas que la expresan son siempre substancialmente vlidas. Es la basenecesaria para la edificacin de las normas morales y la ley civil.

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    1980 La Ley antigua es la primera etapa de la Ley revelada. Sus prescripcionesmorales se resumen en los diez mandamientos.1981 La Ley de Moiss contiene muchas verdades naturalmente accesibles a larazn. Dios las ha revelado porque los hombres no las lean en su corazn.

    1982 La Ley antigua es una preparacin al Evangelio.1983 La Ley nueva es la gracia del Espritu Santo recibida mediante la fe enCristo, que opera por la caridad. Se expresa especialmente en el Sermn delSeor en la montaa y utiliza los sacramentos para comunicarnos la gracia.1984 La Ley evanglica cumple, supera y lleva a su perfeccin la ley antigua:sus promesas mediante las bienaventuranzas del Reino de los cielos, susmandamientos, reformando el corazn que es la raz de los actos.1985 La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad.1986 Ms all de sus preceptos, la Ley nueva contiene los consejos

    evanglicos. La santidad de la Iglesia tambin se fomenta de manera especialcon los mltiples consejos que el Seor propone en el Evangelio a susdiscpulos para que los practiquen (LG 42)..

    TEXTO 3QUINTO MANDAMIENTO: NO MATARS

    466. Por qu ha de ser respetada la vida humana?La vida humana ha de serrespetada porque es sagrada. Desde el comienzo supone la accin creadora de

    Dios y permanece para siempre en una relacin especial con el Creador, su nicofin. A nadie le es lcito destruir directamente a un ser humano inocente, porque esgravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador. Noquites la vida del inocente y justo (Ex23, 7).467. Por qu la legtima defensa de la persona y de la sociedad no va contraesta norma?Con la legtima defensa se toma la opcin de defenderse y se valorael derecho a la vida, propia o del otro, pero no la opcin de matar. La legtimadefensa, para quien tiene la responsabilidad de la vida de otro, puede tambin serun grave deber. Y no debe suponer un uso de la violencia mayor que el necesario.468. Para qu sirve una pena?Una pena impuesta por la autoridad pblica, tienecomo objetivo reparar el desorden introducido por la culpa, defender el ordenpblico y la seguridad de las personas y contribuir a la correccin del culpable.469. Qu pena se puede imponer?La pena impuesta debe ser proporcionada ala gravedad del delito. Hoy, como consecuencia de las posibilidades que tiene elEstado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aqul que lo hacometido, los casos de absoluta necesidad de pena de muerte suceden muy raravez, si es que ya en realidad se dan algunos (Juan Pablo II, CartaEncclicaEvangelium vitae). Cuando los medios incruentos son suficientes, laautoridad debe limitarse a estos medios, porque corresponden mejor a las

    condiciones concretas del bien comn, son ms conformes a la dignidad de lapersona y no privan definitivamente al culpable de la posibilidad de rehabilitarse.470. Qu prohbe el quinto mandamiento? El quinto mandamiento prohbe,como gravemente contrarios a la ley moral:

    http://www.vatican.va/edocs/ESL0080/_INDEX.HTMhttp://www.vatican.va/edocs/ESL0080/_INDEX.HTMhttp://www.vatican.va/edocs/ESL0080/_INDEX.HTM
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    1) El homicidio directo y voluntarioy la cooperacin al mismo.2) El aborto directo, querido como fin o como medio, as como la cooperacinal mismo, bajo pena de excomunin, porque el ser humano, desde el instantede su concepcin, ha de ser respetado y protegido de modo absoluto en su

    integridad.3) La eutanasia directa, que consiste en poner trmino, con una accin o unaomisin de lo necesario, a la vida de las personas discapacitadas,gravemente enfermas o prximas a la muerte.4) El suicidioy la cooperacin voluntaria al mismo, en cuanto es una ofensagrave al justo amor de Dios, de s mismo y del prjimo; por lo que se refiere ala responsabilidad, sta puede quedar agravada en razn del escndalo oatenuada por particulares trastornos psquicos o graves temores.

    471. Qu tratamientos mdicos se permiten cuando la muerte se considera

    inminente? Los cuidados que se deben de ordinario a una persona enferma nopueden ser legtimamente interrumpidos; son legtimos, sin embargo, el uso deanalgsicos, no destinados a causar la muerte, y la renuncia al encarnizamientoteraputico, esto es, a la utilizacin de tratamientos mdicos desproporcionados ysin esperanza razonable de resultado positivo.472. Por qu la sociedad debe proteger a todo embrin? La sociedad debeproteger a todo embrin, porque el derecho inalienable a la vida de todo individuohumano desde su concepcin es un elemento constitutivo de la sociedad civil y desu legislacin. Cuando el Estado no pone su fuerza al servicio de los derechos detodos, y en particular de los ms dbiles, entre los que se encuentran losconcebidos y an no nacidos, quedan amenazados los fundamentos mismos de unEstado de derecho.473. Cmo se evita el escndalo?El escndalo, que consiste en inducir a otro aobrar el mal, se evita respetando el alma y el cuerpo de la persona. Pero si seinduce deliberadamente a otros a pecar gravemente, se comete una culpa grave.474. Qu deberes tenemos hacia nuestro cuerpo? Debemos tener unrazonable cuidado de la salud fsica, la propia y la de los dems, evitando siempreel culto al cuerpoy toda suerte de excesos. Ha de evitarse, adems, el uso deestupefacientes, que causan gravsimos daos a la salud y a la vida humana, y

    tambin el abuso de los alimentos, del alcohol, del tabaco y de los medicamentos.475. Cundo son moralmente legtimas las experimentaciones cientficas,mdicas o psicolgicas sobre las personas o sobre grupos humanos? Lasexperimentaciones cientficas, mdicas o psicolgicas sobre las personas o sobregrupos humanos son moralmente legtimas si estn al servicio del bien integral dela persona y de la sociedad, sin riesgos desproporcionados para la vida y laintegridad fsica y psquica de los sujetos, oportunamente informados y contandocon su consentimiento.476. Se permiten el trasplante y la donacin de rganos antes y despus de

    la muerte? El trasplante de rganos es moralmente aceptable con elconsentimiento del donante y sin riesgos excesivos para l. Para el noble acto de ladonacin de rganos despus de la muerte, hay que contar con la plena certeza dela muerte real del donante.

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    477. Qu prcticas son contrarias al respeto a la integridad corporal de lapersona humana? Prcticas contrarias al respeto a la integridad corporal de lapersona humana son las siguientes: los secuestros de personas y la toma derehenes, el terrorismo, la tortura, la violencia y la esterilizacin directa. Las

    amputaciones y mutilaciones de una persona estn moralmente permitidas slo porlos indispensables fines teraputicos de las mismas.478. Qu cuidados deben procurarse a los moribundos? Los moribundostienen derecho a vivir con dignidad los ltimos momentos de su vida terrena, sobretodo con la ayuda de la oracin y de los sacramentos, que preparan al encuentrocon el Dios vivo.479. Cmo deben ser tratados los cuerpos de los difuntos? Los cuerpos delos difuntos deben ser tratados con respeto y caridad. La cremacin de los mismosest permitida, si se hace sin poner en cuestin la fe en la Resurreccin de los

    cuerpos.480. Qu exige el Seor a toda persona para la defensa de la paz? El Seorque proclama bienaventurados los que construyen la paz (Mt5, 9), exige la pazdel corazn y denuncia la inmoralidad de la ira, que es el deseo de venganza por elmal recibido, y del odio, que lleva a desear el mal al prjimo. Estoscomportamientos, si son voluntarios y consentidos en cosas de gran importancia,son pecados graves contra la caridad.481. En qu consiste la paz en el mundo? La paz en el mundo, que es labsqueda del respeto y del desarrollo de la vida humana, no es simplementeausencia de guerra o equilibrio de fuerzas contrarias, sino que es la tranquilidaddel orden (San Agustn), fruto de la justicia (Is32, 17) y efecto de la caridad. Lapaz en la tierra es imagen y fruto de la paz de Cristo.482. Qu se requiere para la paz en el mundo? Para la paz en el mundo serequiere la justa distribucin y la tutela de los bienes de las personas, la librecomunicacin entre los seres humanos, el respeto a la dignidad de las personashumanas y de los pueblos, y la constante prctica de la justicia y de la fraternidad.483. Cundo est moralmente permitido el uso de la fuerza militar?El uso dela fuerza militar est moralmente justificado cuando se dan simultneamente lassiguientes condiciones: certeza de que el dao causado por el agresor es duradero

    y grave; la ineficacia de toda alternativa pacfica; fundadas posibilidades de xito enla accin defensiva y ausencia de males an peores, dado el poder de los mediosmodernos de destruccin.484. En caso de amenaza de guerra, a quin corresponde determinar si sedan las anteriores condiciones? Determinar si se dan las condiciones para unuso moral de la fuerza militar compete al prudente juicio de los gobernantes, aquienes corresponde tambin el derecho de imponer a los ciudadanos la obligacinde la defensa nacional, dejando a salvo el derecho personal a la objecin deconciencia y a servir de otra forma a la comunidad humana.

    485. Qu exige la ley moral en caso de guerra? La ley moral permanecesiempre vlida, an en caso de guerra. Exige que sean tratados con humanidad losno combatientes, los soldados heridos y los prisioneros. Las accionesdeliberadamente contrarias al derecho de gentes, como tambin las disposiciones

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    que las ordenan, son crmenes que la obediencia ciega no basta para excusar. Sedeben condenar las destrucciones masivas as como el exterminio de un pueblo ode una minora tnica, que son pecados gravsimos; y hay obligacin moral deoponerse a la voluntad de quienes los ordenan.

    486. Qu es necesario hacer para evitar la guerra? Se debe hacer todo lorazonablemente posible para evitar a toda costa la guerra, teniendo en cuenta losmales e injusticias que ella misma provoca. En particular, es necesario evitar laacumulacin y el comercio de armas no debidamente reglamentadas por lospoderes legtimos; las injusticias, sobre todo econmicas y sociales; lasdiscriminaciones tnicas o religiosas; la envidia, la desconfianza, el orgullo y elespritu de venganza. Cuanto se haga por eliminar estos u otros desrdenes ayudaa construir la paz y a evitar la guerra.

    TEXTO 4Comentario al Evangelio20 Porque os lo aseguro: si vuestra justicia no supera la de los escribas yfariseos, no entraris en el reino de los cielos. Aqu tenemos el ncleo, elversculo principal de todo el pasaje. Versa sobre la justicia. Tambin los escribasla buscan, sobre todo en su estudio y en su enseanza. Su tarea es investigar lasEscrituras e indagar la voluntad de Dios. Instruyen al pueblo, ensean a los nios,y as en cada caso aplican a su tiempo presente lo que han investigado en los

    libros. Los escribas, tambin llamados rabinos, son los maestros oficiales en el pasy en la metrpoli de Jerusaln, pero tambin son los jueces en los procesosmenores de las comunidades rurales. Se han sentado en la ctedra de Moiss ytienen en la mano la llave del saber (Lc 11,52). Buscan la verdadera justicia. Esotambin lo hacen los fariseos. No tienen ningn cargo oficial en el pueblo, perotienen una gran influencia personal. Son un grupo religioso, un partido que quiereobservar la ley con especial celo; adversarios de toda tibieza y mediocridad,radicales e inflexibles en las cuestiones religiosas, enemigos jurados del podergentil de ocupacin. A ellos no les interesa tanto la doctrina como la accin, laprctica realizacin de la justicia. Los dos grupos se han arriesgado mucho. No losmenospreciemos en este particular. Jess parece que est emparentado con losdos grupos. No es tambin un rab, un maestro ambulante, que instruye a susdiscpulos en el verdadero camino? No es la accin la que primera ydecididamente le interesa a l como a los fariseos? No obstante es grande ladiferencia entre Jess y los dos grupos, como lo muestra claramente todo elEvangelio. Aqu le vemos en la exigencia fundamental formulada a los discpulos.stos tambin tienen ante la vista diariamente a los dos grupos, ya que han sidoinstruidos en su niez por rabinos, y presencian en las calles y plazas el celosocomportamiento de los fariseos en lo que se refiere a la religin. A los dos grupos

    les importa la justicia. Pero la justicia de los discpulos de Jess debe distinguirsecon sumo cuidado de la de los escribas y fariseos. Lo que ensean y hacen losescribas y fariseos, no es suficiente a pesar del formidable esfuerzo. Dios pidems. Los discpulos deben superar a los dos grupos. La justicia de los discpulos

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    debe ser algo tan pletrico e inmenso, que ya no pueda medirse. Debe ser unaabundancia y una riqueza que desborden cualquier medida. En esta justicia pareceque ha de contenerse algo nuevo. No solamente se alude a un grado diferente,sino a otra clase de justicia...

    Este camino ms elevado obliga a cada uno de los discpulos. De no ser as, nopueden entrar en el reino de los cielos. La condicin para la entrada en el reino deDios es aquella justicia exuberante. Ante esta exigencia quizs pierda alguno elnimo ya ahora, sin haber todava experimentado aquello a lo que ella alude conprecisin. Cmo pueden adaptarse esta gente sencilla, los discpulos de Jess, alos cultos y celosos defensores de la ley? Deben superar a quienes la gentesencilla contempla con profundo respeto? Se tienen todava que observar msmandamientos, llevar a cabo ms obras de las que hacen los fariseos? No tendranque ser todos como uno de los antiguos monjes del desierto, que moran a s

    mismos y vivan para Dios de una forma solitaria y sobria, bajo las ms durasprivaciones? En seguida omos que no hay que entender as la justicia, sino comoalgo que en el fondo es muy sencillo.21 Habis odo que se dijo a los antiguos: No matars, y quien mate,comparecer ante el tribunal. Jess se refiere a la instruccin dada por losescribas. De sus labios se percibe la palabra de Dios y su explicacin. Losdiscpulos han odo todo lo quo Dios mand, pero slo poqusimos podan leer. Hanaceptado con nimo creyente lo que Dios antiguamente habl a sus antepasados.Los antepasados, la generacin de la salida de Egipto y de la peregrinacin por el

    desierto son los antiguos, a quienes Dios se revel. Permaneciendo con santotemor al pie del monte Sina, percibieron de labios de Moiss su mandamiento.Esta palabra permanece viva en la historia, se retransmite de generacin engeneracin hasta los das de Jess, que tambin la ha escuchado y aprendido en lasinagoga. Una de las frases lapidarias de los diez mandamientos es la siguiente: Nomatars. Toda vida viene de Dios y es santa. Al hombre, Dios slo le habapermitido expresamente matar los animales, y as haba autorizado nutrirse concarne (/Gn/09/02s). La vida humana permaneci como posesin intangible de ladivinidad. Derramada ser la sangre de cualquiera que derrame sangre humana:

    porque a imagen de Dios fue creado el hombre (Gn 9, 6). La sangre derramadadel hombre clama al cielo pidiendo reparacin, como la sangre de Abel que haempapado la tierra (Gn 4,10). El mismo Dios tiene que vengar esta sangre, ycuando el hombre la venga, es por encargo de Dios. Una vida humana slo puedeser contrapesada con otra vida humana. Nunca est permitido a nadie matar a unser humano por codicia, venganza, por descuido o enemistad o tal vez por froclculo. Pero si se perpetra el homicidio, entonces se conmueven los fundamentosde la sociedad humana...El que as procede, comparecer ante el tribunal y ser juzgado segn el principioexpresado en la alianza de No (Gn 9,6). Desde el tiempo de Moiss esteprincipio est en vigor con una formulacin todava ms jurdica: Quien hiriere aun hombre y lo matare, muera irremisiblemente. Quien hiriere a un animal,restituir otro equivalente, a saber, animal por animal. Quien lesionare la persona

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    de cualquiera de sus conciudadanos, se har con l segn hizo. Rotura por rotura,ojo por ojo, diente por diente ha de pagar: cual fuere el dao causado, tal serforzado a sufrir (/Lv/24/17-20). La represalia de la injusticia se debe mantenerestrictamente dentro de los lmites del mandamiento de Dios, no debe infringir

    estos lmites con un desenfrenado deseo de venganza. Es seguro y tambin lo fuesiempre en la aplicacin que el homicidio (deliberado) se castiga con la pena demuerte. Esta manera de pensar (vida por vida, ojo por ojo) estaba profundamentegrabada no slo en los israelitas, sino en todo oriente. Una cosa implicanecesariamente la otra. El homicida queda a merced de la sentencia del juicio yde la pena de muerte, a la que se le condena en el nombre de Dios, el Seor de lavida. En el juicio humano tiene lugar el juicio de Dios.22a Pero yo os digo: todo el que se enoje contra su hermano, comparecerante el tribunal.A esta manera de pensar Dios contrapone algo nuevo. Se anuncia

    solemnemente con la frmula, que suena como si la pronunciara un legislador:Pero yo os digo. A los antiguos Dios les dijo entonces las palabras precedentes.Ahora Jess dice de una forma nueva lo que Dios quiere. Ya no est en vigor launidad insoluble, la balanza continuamente equilibrada: la muerte se castiga conpena de muerte. Ahora se dice: el sentimiento del corazn ya hace que se est apunto para comparecer ante el tribunal humano, en el que se hace patente eltribunal de Dios. Los platillos de la balanza parecen desequilibrarse, ningnhombre puede concebir, a primera vista, cmo puede decirse: Todo el que seenoje contra su hermano, comparecer ante el tribunal. Eso slo puede ocurrir, si

    la ira en el corazn pesa tanto como el homicidio. No hay algo que coincida connuestra experiencia? El que lleva la ira en el corazn, querra toda clase dedesgracias a otra persona, desea no tener nada que ver con ella, que ella ya noexista para l. No es esta ira como un asesinato espiritual, un sentimiento queaborrece a otra persona, la envilece y rechaza? Quien odia a su hermano eshomicida... (/1Jn/03/15). En seguida nos damos cuenta de cmo en este ejemplodebe haberse conseguido la justicia que supera la de los escribas y fariseos (cf.5, 20). El discpulo de Jess ante la ira que brota en el corazn, debe tener tantotemor como ante el homicidio. La norma se ha cambiado y exige algo interior y

    mucho ms excelso.22 y el que diga a su hermano estpido, comparecer ante el sanedrn; y elque le diga loco, comparecer para la gehenna del fuego. Los dos ejemplossiguen desarrollando el mismo principio sin cambiar su esencia y sin que haya queconcebirlo como una triple gradacin. Se trata de lo mismo, con la diferencia deque se aplica el principio a otros dos casos de la ira: Y el que diga a su hermanoestpido... El que tal dice, no solamente tiene la ira oculta en el corazn, sinoque la patentiza en la injuria. El texto griego dice raka. Esta palabra es una ofensadegradante. una voz de escarnio. El discpulo tambin se ha de precaver deproferir esta palabra. Es arriesgado. No se quiere decir ni nunca ha sucedido queuna tal persona haya sido llevada ante el sanedrn y haya sido condenado por l.Lo que debe decirse es lo mismo que en el primer ejemplo: la ira hace que ya seest a punto para el tribunal. Lo mismo puede decirse del tercer ejemplo, que

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    nombra otra injuria: loco. La primera injuria es difcil distinguirla de la segunda,en cualquier caso no se distingue tanto que se pueda entender tan gran diferenciaen el castigo. Ms bien los dos ejemplos se complementan mutuamente: elsanedrn y la gehenna del fuego. El que injuria a su hermano con ira y le degrada,

    jurdicamente es como un asesino ante el tribunal, pero por causa de su culpaante Dios, por su pecado es como quien est a punto para la gehenna.Regularmente se habla del hermano. Quin es este hermano? Los israelitas sedaban entre s este nombre honorfico. Era un ttulo para el que perteneca alpueblo de la alianza. Hermano es el hombre de la misma procedencia, de lamisma sangre y de la misma fe. A este hombre tambin se refiere Jess en primerlugar. Ms tarde la Iglesia, cuando se aplic a s misma estas palabras de Jess,tuvo que entender con el vocablo hermano al compaero en la fe. Ya no valanlas diferencias entre paganos y judos, libres y esclavos, sino que todos eran

    hermanos en Cristo. Esta ley va dirigida a los compaeros en la fe y en elcombate, y a los coherederos de Jesucristo. Tiene que vivir en la fraternidad, enla comunidad cristiana. En ellas deben estar prohibidas y se han de temer laaversin, la ira y el odio. Cun cuidadosa y exactamente tendra que estarformada la conciencia! Qu sensacin tan terrible debera causar elquebrantamiento de este mandato de Jess en la comunidad! Cun fuerte tendraque ser en nosotros el impulso de estrangular ya en el primer brote todo el malcontra el hermano!23 Por tanto, si al ir a presentar tu ofrenda ante el altar, recuerdas all que

    tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja all tu ofrenda ante el altar, y veteprimero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tuofrenda. Entre los hermanos no debe haber nada que separe, ninguna aversin nidiscordia. De no ser as, los hermanos no son aptos para servir dignamente a Dios.El ejemplo de la ofrenda en el templo explica el mandamiento de Jess: si entrelos hermanos hay desunin, tambin se ha roto el lazo entre ellos y Dios. Jessnada dice contra la presentacin de sacrificios, que estaba prescrita ynaturalmente era ejercitada segn lo que dispona la ley. Jess no es un celadorcontra las formas de culto y los ritos litrgicos. En la presentacin de ofrendas, de

    las pblicas para todo el pueblo y de las privadas para la salvacin del individuo,puede hacerse ostensible la autntica adoracin de Dios. Pero esta manifestacinest enlazada con una indispensable condicin: el sentimiento de la adoracin deDios slo es autntico, cuando viene de la paz y de la unidad entre los hermanos.El ejemplo no nombra el caso en que yo tenga algo contra otra persona, aversin,un reproche justificado, cuando no el rencor en el corazn; sino por el contrario,ya basta saber que hay quien tiene algo contra m. Entonces debo dar el primerpaso para la reconciliacin, irme y restablecer la paz. Este primer paso es tanurgente, que debo dejar y deponer mi ofrenda, el animal escogido o los frutos dela cosecha ante el altar, no obstante la detencin y retraso en el decurso de lossacrificios, a pesar del ruido y de las habladuras que causar mi partida.Solamente por el conocimiento alarmante (del que me he dado cuentarepentinamente) de que no vivo en paz con mi hermano, y que por ello soy

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    indigno. Slo cuando habr conseguido la reconciliacin, ser apto para ofrecer misacrificio. Entonces mi ofrenda resultar muy agradable a Dios y tambin lograrla reconciliacin con Dios. La paz entre los hermanos es condicin previa para lapaz con Dios. Esto es realmente algo nuevo. El culto divino y la realizacin de la

    fraternidad en la vida cotidiana estn estrechamente enlazadas entre s. Elservicio ante Dios pierde su valor, si no es sostenido por el amor y la unidadfraternas. Nunca pueden sustituir esta condicin previa los sacrificios que sepresentan, por muchos y por valiosos que sean. Jess aqu tiene ante su vista lossacrificios que en su tiempo se ofrecan en el culto del templo. San Marcos nos haconservado un ejemplo de la prctica que los escribas declaraban como permitida.All el Seor defiende el mismo principio: Nunca puede ser agradable a Dios un donque se adquiere a costa de las obligaciones del hijo con sus padres (Mc 7,9-13; Mt15.3-9). Siempre existe el peligro de cercenar las obligaciones humanas y morales

    en nombre de la adoracin de Dios. Desde los abusos que los profetas denunciabanhasta muchas formas de piedad hipcrita en el da de hoy. Cunto nos gustaraexonerarnos de una tarea humana (pesada) mediante la (fcil) evasin al terrenoexclusivamente religioso, a la oracin o a una obra de penitencia! Desde que Jesscomo el sumo sacerdote una vez para siempre ha ofrecido a Dios un sacrificio muyagradable en el Espritu Santo, han sido anulados estos antiguos sacrificios en elculto (Lase Heb 9,10.18). Con todo los cristianos tambin ofrecen sacrificios,dones espirituales, sus cuerpos y a s mismos como ddivas muy agradables en elsumo sacerdote Cristo y por medio de l (Cf.Rom 12,1;IPe 2,5; Heb 13, 15). Las

    palabras de Jess tambin pueden aplicarse a estos sacrificios, sobre todo a sufuente y a su centro, el sacrificio eucarstico de la Iglesia. Dios solamente losacepta por el amor y la paz mutua. Con cunto cuidado hemos de pensar en esterespecto! La discordia y la desunin incapacitan a la comunidad para el cultodivino. Con cunto empeo y solicitud hemos de procurar reconciliarnos para queel culto divino no pierda su sentido y llegue a quedar vaco!

    TEXTO 5COMENTARIO A LA EPSTOLA

    8 En fin, sed todos unnimes, comprensivos, fraternales, misericordiosos yhumildes.Maravilloso compendio de todas las cualidades espirituales y ticas queha de poseer un cristiano como miembro que es de la Iglesia, como piedra deconstruccin (2,5) que se adapta a la estructura y la sostiene. Todas estas virtudesestn ordenadas a la comunidad, sin reducirse, sin embargo, a puros motivosnaturales, como sucede hoy con tanta frecuencia. Tener una actitud de servicio esuna cosa que slo se comprende por razn de la fe en Cristo 43. En efecto, en elmundo de entonces -y en gran manera tambin en el nuestro- la humildad, tenerun bajo concepto de s mismo se consideraba como debilidad. Todava tenemos en

    los odos la frmula de la moral de esclavos del cristianismo (Nietzsche-F).Parece que lo nico que vale es lo fuerte, lo noble, lo vital. Aqu, en cambio, seda una verdadera inversin de los valores si somos unnimes, comprensivos,fraternales, misericordiosos y humildes.

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    ...............43. Cf. Mt 18,3a; 20,28 (el Hijo del hombre vino para servir); Jn 12,26................9 No devolvis mal por mal ni insulto por insulto; sino, al contrario, bendecid,porque para esto habis sido llamados, para ser herederos de la bendicin.Estas exhortaciones a la bondad y a soportar con buen nimo los agravios suenancomo una aplicacin del sermn de la montaa a la vida ordinaria: Sed, pues,perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial (Mt 5,48). Estosrequerimientos de devolver bien por mal obligan a todo cristiano 44. Jess nopredic un ideal utpico. Segn las circunstancias, cada uno de los oyentes olectores de la carta debe proceder en su ambiente no conforme a la letra, sinoconforme al espritu del sermn de la montaa. En l no se recomienda que seceda por miedo en cuestiones de principios. Esto ha mostrado claramenterepetidas veces en la carta (2,16; 3,6). Personas que sacan fuerzas de su comunin

    con Cristo no tienen, a fin de cuentas, necesidad de hacer hincapi en su honrapersonal o en su buen nombre. Tienen ms bien el valor de perdonar incluso alos que les insultan o les critican indebidamente. El colmo de este perdn est enagraciar positivamente con la bendicin de Dios conforme al precepto del Seor:Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian; bendecid a los que osmaldicen; orad por los que os calumnian (Lc 6,27s).El trmino griego traducido por bendecir significa primeramente decir bien. Uncristiano que as bendice ha descubierto en el otro algo bueno y gusta de hablarde ello. Adems, le desea el bien, incluso en casos en que no hay razones

    inmediatamente evidentes de esta benevolencia. La verdadera razn est oculta.Es la palabra de bendicin que fue de antemano pronunciada sobre este mismohombre que bendice y que le confiri esa plenitud de bendicin (cf. 1,2b) de laque ahora hace partcipes a otros. A todo hombre regenerado en el bautismo, Diosle llam bueno, como en otro tiempo, antes de la cada, dijo de Adn que todoera muy bueno (Gn 1,31). Despus de la cada cambi la situacin. El hombreno era ya sin ms agradable a Dios. Slo despus de que el Hijo de Dios se hizohombre y padeci volvieron a cambiar las cosas. Antes se ha dicho que loscristianos estn llamados a padecer (2,21a), ahora se dice que estn llamados a

    poseer la plenitud de la bendicin divina. El que sufre en unin con Cristo esagradable a Dios en manera especial (4,14), es llamado bueno por Dios y poseesu gracia y su bendicin. Y de tal plenitud de bendicin puede tambin el cristianomismo, en su contorno, impartir bendicin como sacerdote. Si al hacerlo utilizacon preferencia la seal de la cruz, entonces su bendicin tiene un sentidoprofundo................44. Cf. tambin Rom 12,9-21; 1Ts 5,13b-22 (Procurad de que nadie devuelva mal por mal...); Col 3,12-15...............

    10 Pues: El que quiera amar la vida y ver das buenos, guarde su lengua del

    mal y sus labios de palabras engaosas. 11 Aprtese del mal y haga el bien;busque la paz y corra tras ella. Como antes la seccin relativa al xodo deEgipto (1,13-2,10) se cerr con citas de la Biblia, tambin aqu concluyen conversculos del Antiguo Testamento las exhortaciones del reglamento de vida. La

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    palabra pues sirve de empalme de los versculos del Salmista con el versculoprecedente que hablaba de la abundancia de la bendicin. Pedro desea de coraznesta bendicin a las comunidades cristianas y vuelve a repetir en qu consiste talbendicin: en las virtudes antes descritas, orientadas a la comunidad (3,8). Al

    hablar de vida y de das buenos se refiere a la nica y misma vida, de profundogozo ya en este mundo (1,6), pero que desembocar en un jbilo eterno (4,13)que constituye la herencia (3,9) de los cristianos. Cuando se habla de guardar lalengua y los labios del mal se entienden sin duda tambin los pensamientosrecnditos y todava no expresados del corazn. Con frecuencia, tales palabras noexpresadas acibaran la vida de los hombres todava ms que los altercadosmanifiestos y ponen obstculos a la bendicin de Dios.La imagen de apartarse suscita de nuevo la idea de un caminante que se hallaen un camino de la vida (1,13.15). Lo nuevo es la imagen del hombre que corre

    tras la paz. Esta expresin se usa tambin cuando se habla de dar caza a animaleso a enemigos que huyen. As, todos los que tienen paz deben poner empeo enprocurar la unidad y la reconciliacin. El que agota hasta la ltima posibilidad derestablecer la paz incluso con el que est enojado, ese corre tras la paz.Los cristianos que, deseosos de paz, deben correr tras ella, sern portadores depaz dondequiera que se hallen y a la vez hallarn la vida divina y das buenospara s y para sus semejantes. En las bienaventuranzas del sermn de la montaadice Jess: Bienaventurados los pacficos, porque sern llamados hijos de Dios(Mt 5,9). Quien corra tras el bien, se acercar cada vez ms al Dios absolutamente

    bueno y ser coronado con su filiacin...12 Porque los ojos del Seor estn sobre los justos, y sus odos, atentos a sussplicas. Pero el rostro del Seor se enfrenta con los que hacen el mal. Porjustos se entiende a los que viven para la justicia (2,24) a ejemplo de Cristo quesufre en lugar de otros. Sobre ellos se posan con complacencia los ojos del Seor.A ellos se dirige su mirada gozosa de aprobacin, mientras que su rostro airado sevuelve contra los desobedientes obstinados.La Sagrada Escritura est llena de antropomorfismos al hablar de Dios. Esto noempequeece la grandeza de Dios, mientras que el hombre sabe de su incapacidad

    de comprender el ser de Dios de manera apropiada a ste 45. Desde que el Hijo deDios se hizo hombre tienen una nueva legitimacin las representacionesantropomrficas de Dios. Mediante la encarnacin se hizo visible el poder, lamisericordia, la bondad y la paciencia de Dios... Cristo, por razn de su naturalezadivina, pero tambin por ser perfectamente hombre, pudo decir a Felipe: El queme ha visto a m, ha visto al Padre (Jn 14,9). Podemos representarnos msfcilmente los ojos de Dios, al pensar en la mirada de Cristo tantas veces descritaen el Nuevo Testamento. Cuando junto al Jordn fue Andrs con su hermanoSimn, por primera vez, al encuentro del Seor, Jess fij en l su mirada (Jn1,42). Esta primera mirada fue inolvidable para Pedro, como aquella otra cuando,tras la negacin en el atrio del sumo sacerdote, volvindose el Seor, dirigi unamirada a Pedro (Lc 22, 61). Y al joven rico Jess le mir y sinti afecto por l(Mc 10,21).

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    Cuando un cristiano ha descubierto la complacencia de los ojos de Dios seinflama de nuevo su deseo de vivir de forma agradable a Dios. Toda la carta podraconcebirse tambin como una carta sobre el gozo que se cifra en hallar gracia alos ojos de Dios. Gran consuelo entraa la conviccin de que los ojos de Dios se

    posan sobre una persona que le teme, como tambin la seguridad de que Dios veincluso todo lo bueno que hace tal persona aunque est oculto a los ojos de loshombres. ............... 45. Cf. 1Co 13,12: Ahora vemos mediante un espejo,borrosamente.En los versculos citados de los salmos se contrapona a los hombres buenos y a losque hacen el mal (3,12b). San Pedro se interrumpe en medio del salmo yempalma la idea de hacer el mal con la otra afn de hacer dao a alguien (3, 13a).Tiene casi por imposible que haya gentes que, por malicia, creen dificultades acristianos que cumplen con su deber. Todas las citaciones ante el juez y todas las

    persecuciones vienen, ms que de mala voluntad, de desconocimiento delverdadero ser del cristianismo. Por ello se recomienda que, si es necesario, demosrazn de nuestra fe cristiana con valor e intrepidez conforme al ejemplo de Cristoy mantenindonos fieles a las promesas del bautismo.1. PROCLAMAD VUESTRA ESPERANZA (3/13-17).13 Y quin os har dao, si os dedicis al bien?Una piedad autntica, que vivede la esperanza, entraa ardiente celo por hacer el bien, un celo por practicarbuenas obras, por realizar eso a que se acaba de exhortar (2,11-3,12). Comosiervos diligentes -somos, en efecto, esclavos de Dios (2,16)- debemos buscar

    la paz y correr tras ella (3,11), debemos esforzarnos intensamente por mostraramor a los otros (1,22; d. 4,8), practicar la hospitalidad sin murmuracin (4,9).Tal celo se convertir en celos, en envidia mortal, si alguien que se esfuerza porcaminar por el camino de Dios, olvida que todo obrar que parece ser propio slo esposible gracias a los dones otorgados por Dios (cf. 4,11), si se olvida de que slotrabaja con talentos que le han sido prestados por Dios (cf. Mt 25,15).14 Y si tuvierais que padecer por la justicia, bienaventurados vosotros. Elsufrimiento no es slo un mal -a veces inevitable-, sino una magnfica oportunidadde vivir cristianamente. Aqu percibimos implcita- mente como una vibracin de

    gozo, aunque sin olvidar que el sufrimiento no deja nunca de ser sufrimiento. Estegozo viene a parar en una sorprendente bienaventuranza. Slo una vez vuelve asalir ya a plaza en esta carta la palabra bienaventurados: Bienaventuradosvosotros si sois ultrajados por el nombre de Cristo (4,14). El mismobienaventurados se repite nueve veces en el sermn de la montaa. All seconcluye con la bienaventuranza de los que son perseguidos por la justicia.Tambin aqu se deja sentir el jbilo de aquellos textos: Bienaventurados losperseguidos por atenerse a lo que es justo, porque de ellos es el reino de loscielos... Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa es grande en loscielos (Mt 5,10.12a). Para Pedro es la paz inalterable el fruto ms obvio de unavida de justicia (3,13). Sin embargo, todava menciona un segundo fruto msvalioso, a saber, el padecer persecucin. Aqu irrumpe esplndidamente elespritu de martirio de la carta, alimentado por una ve viva...

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    14b No les tengis ningn miedo, ni os estremezcis. 15a Antes bien, envuestro corazn, tened por santo al Seor, a Cristo, ... Pedro expresa suspensamientos con palabras que le brotan de su familiaridad con el profeta Isaas.Sin embargo, en tres detalles aparentemente pequeos se desva de su modelo.

    Estos proyectan luz sobre el modo y manera cmo el cristianismo primitivo lea laSagrada Escritura meditndola, o sea sobre la lectura de la Escritura en la Iglesiaprimitiva. Pedro se basaba en un texto en el que el profeta exhorta a nopreocuparse por el asalto de las huestes enemigas, sobre todo del rey de Asur: Nole tengis miedo ni os estremezcis. A Yahveh Sebaot habis de temer, a l habisde tener miedo (Is 8,12). En primer lugar san Pedro convierte el singular le (elrey de Asur) en plural les. Con esto se traslada la cita de la Escritura del pasadoal presente. Por razn de los versculos siguientes podemos entender que sanPedro se refiere a las instancias oficiales, a los jueces, o tambin a los sayones

    que aplicaban el tormento, que tan importante papel desempeaban en la justiciaromana. En segundo lugar, el Seor es aqu Cristo. Todo lo que en el AntiguoTestamento se afirma de Yahveh, Seor de los ejrcitos, se entiende como dichodel Dios uno y trino y de Cristo. Finalmente: en el texto del profeta se dice: A lhabis de santificar, de l habis de temer. Mientras que all aparece Dios comoel tres veces santo (6,3) en una lejana inaccesible que impone respeto, aqu seaproxima a la humanidad. Puso su morada entre nosotros (Jn 1,14). As esteSeor debe ser santificado y hasta adorado en forma completamente personal, enel propio corazn. En l hay que hallar la fuerza de comparecer sin temor, incluso

    ante los emperadores, como mrtires, como testigos de la verdad.

    15b ...siempre dispuestos a responder a cualquiera que os pida razn devuestra esperanza. En los interrogatorios no ha de ocultarse la fe con temor. Delcristianismo no slo se puede pedir razn, sino que tambin se puede dar. Sepuede mostrar que es cosa razonable vivir cristianamente. Esto no quiere decirque despus de tal explicacin tambin el otro haya de creer. Para esto seranecesaria adems la gracia, la visita de Dios (2,12). Hay que dar razn, sobretodo, de la esperanza, porque sta da sentido a la vida entera, a la presente y a la

    futura. No es la esperanza en una vida eterna lo que las ms de las veces sesustrae a toda motivacin natural? Los apstoles eran de otro parecer. Estabanconvencidos de que quienquiera que no se deje llevar de prejuicios tiene quereconocer los argumentos que se pueden aducir en favor de la resurreccincorporal de Cristo de entre los muertos. Ahora bien, si Cristo resucit, por qu hade ser irracional el que sus seguidores vivan tambin en la esperanza de laresurreccin? Si nuestra esperanza en Cristo slo es para esta vida, somos los msdesgraciados de todos los hombres (I Cor 15,19).

    TEXTO 6LOS IRACUNDOSSan Basilio

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    Introduccin: torpe bestialidad del iracundoCuando las prescripciones de los mdicos son oportunas y estn conformes con loque aconseja el arte, su utilidad se manifiesta sobre todo despus que seexperimenta. As, en las exhortaciones espirituales, cuando los consejos estn

    confirmados por el xito, es entonces cuando aparece lo saba y ltimamente quefueron dados para la enmienda de la vida y para la perfeccin de aquellos que losllevan a cabo. Pues cuando omos las sentencias de los Proverbios que nos ensenanque "la ira pierde aun a los prudentes" (1), cuando omos la amonestacin delApstol: "Toda ira, indignacin y alboroto con toda maldad, est lejos de vosotros"(2), y al Seor que dice que quien irrita temerariamente a su hermano es reo dejuicio (3); si hemos experimentado esta pasin que no nace en nosotros, sino quese precipita desde fuera sobre nosotros como una inesperada tempestad,entonces, sobre todo, conoceremos bien lo admirable de las divinas

    amonestaciones. Y si a veces nosotros mismos hemos dado cabida a la ira, comoabriendo paso a un rio impetuoso, y hemos experimentado la vergonzosatribulacin de los posedos por esta pasin, habremos llegado a conocer entonces,la verdad de aquella sentencia: "El hombre iracundo no es honesto" (4). Porqueuna vez que este vicio hace perder la razn usurpa despus el dominio del alma.Embrutece por completo al hombre no permitindole ser hombre, pues ya nocuenta con el auxilio de la razn.Lo que el veneno causa a los envenenados, eso mismo hace la ira en los que seexasperan, rabian como perros, atacan como escorpiones, muerden como

    serpientes. La Sagrada Escritura suele llamar con frecuencia a los dominados poreste vicio, fieras, a las que se asemejan en su maldad. Otras veces los llamaperros que no ladran (5); otras, serpientes, raza de vboras (6).Y en efecto, los que estn dispuestos a destrozarse mutuamente y a hacer dao asus semejantes, son con razn, contados entre las fieras y animales venenosos quepor naturaleza tienen odio implacable al hombre y le atacan.La ira desenfrena la lengua y no hay guarda en la boca. Las manos sin sosiego, lasafrentas, los insultos, las maldiciones, las heridas y otras cosas que quedan sinenumerar, son vicios engendrados por la ira y el furor.

    Tambin la espada, se afila por la ira, y la muerte del hombre se lleva a cabo pormanos humanas. Por ella los hermanos llegan a desconocerse entre s. Los padresy los hijos reniegan de su naturaleza. Pues los iracundos se olvidan en primer lugarde s mismos; despus, de todos sus parientes. Y as como los torrentes que van amorir en alguna concavidad, arrastran consigo cuanto se les presenta delante, delmismo modo, los violentos e irresistibles mpetus de los iracundos, atropellan atodos por igual. No respetan las canas, ni la santidad de vida, ni el parentesco, nilos beneficios recibidos, ni dignidad alguna. Es la ira una locura pasajera.En el afn de vengarse, los iracundos aun a s mismo se precipitan muchas vecesen una desgracia evidente, despreciando su propio bienestar. Picados como con unaguijn por el recuerdo de los que le han ofendido, hirviendo y saltando de enojo,no paran hasta que hacen algn dao a quien les ha irritado. Sin embargo, sueleacontecer que son ellos los que lo reciben. Muchas veces sucede que las cosas que

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    violentamente se quiebran, padecen ms de lo que daan, por cuanto se estrellancontra otras que las resisten.Descripcin del iracundoQuin podr explicar este mal? Los inclinados a la ira que se enciende por

    cualquier cosa, gritan y se enfurecen, acometen ms indecorosamente quecualquier animal venenoso. No desisten hasta que en ellos revienta como burbujala ira, y hasta que se deshace la hinchazn que constituye su grave e incurablemal. Ni el filo de la espada, ni el fuego, ni cualquier otra cosa terrible es capaz decontener a un nimo encendido en ira. Se parecen a los posesos del demonio, delos cuales nada se diferencian los iracundos ni en su aspecto ni en el estado de sumal. Pues a los que estn sedientos de venganza les hierve la sangre alrededor delcorazn, como agitada e inflamada por la fuerza del fuego. Saliendo al exteriorpresenta al airado en otra forma, mudndole la acostumbrada y a todos conocida,

    como si se pusiese una careta en la escena. Se desconocen en ellos los ojospropios y ordinarios. Su aspecto es fiero y su mirada despide fuego y hasta aguzasus dientes como un jabal. Su rostro esta lvido y enrojecido. La mole de sucuerpo se entumece. Sus venas se hinchan por la tempestad que ruge en sufatigoso alentar. Su voz spera y muy levantada. Sus inarticuladas palabras seprecipitan temerariamente, sin proceder con lentitud, ni con orden, ni consignificacin. Despus que la causa de su exasperacin ha llegado al colmo ydespus que su ira se enciende ms y ms como la llama con la abundancia decombustible, entonces es, cuando se ven espectculos que ni la lengua puede

    decir, ni de hecho se pueden tolerar. Levanta las manos contra el amigo, ydescarga con ellas golpes en todas partes de su cuerpo. Ms aun; da puntapis, sincompasin, sobre los ms delicados miembros. Todo lo que se le pone delantesirve de arma a la ira. Y si la parte contraria se encuentra con el mismo mal que leresiste, a saber, con otra rabia y locura semejante, entonces cayendo el uno sobreel otro, hacen y sufren mutuamente cuanto es justo que sufran los que luchanbajo semejante Espritu. Las mutilaciones de los miembros, y muchas vecestambin la muerte, lo cuentan los que luchan como premio de la ira. Comenz eluno a levantar sus manos sin razn, el otro lo rechaza; repiti el otro el golpe, el

    segundo no cede. Y el cuerpo queda lastimado por las heridas. Pero la ira haceque no se sienta el dolor. Pues ni tiempo tienen para sentir lo que sufren,mientras tienen ocupada la mente en vengarse del que les hiere.Es necesario saber vencer con la mansedumbrePremio reservado a los mansosNo curis un mal con otro mal (7), ni porfiis por vengaros unos a otros en hacerdao. En las luchas malas, es ms digno de compasin el que vence, porque seretira con mayor pecado.No te hagas deudor de un premio malo, ni pagues peor una deuda mala.Te insulta el iracundo? Detn con tu silencio el dao. Recibiendo en tu corazncomo a un torrente la ira del otro, imitas a los vientos que rechazan con su soplolo que se les arroja. No tengas a tu enemigo por maestro. Ni imites lo que odias.No te hagas como un espejo del que se irrita mostrando en ti mismo su figura.

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    - Pero se enciende el otro...- Y t, acaso no ests tambin encendido??- Sus ojos arrojan sangre...- Pero, dime, los tuyos miran con serenidad?

    - Su voz es spera...- Pero, la tuya es suave?En los desiertos, el eco devuelve la voz al que la emiti. As tambin los insultosvuelven al que los profiri. Mejor dicho, el eco vuelve el mismo, mas el insultoviene aumentado. Porque, qu es lo que suelen echarse en cara el uno al otro losiracundos? El uno dice al otro: plebeyo, descendiente del linaje oscuro! El otro,en cambio, responde: esclavo, e hijo de esclavos! Este: pobre! Aqul: mendigo!Este: Ignorante! Aqul: mentecato! Y as hasta que se les acaban los insultoscomo agudas flechas. Despus que han arrojado de su boca como de una aljaba

    toda clase de improperios, pasan a la venganza por medio de los hechos. Porque laira excita la ria; la ria engendra los insultos; los insultos, los golpes. Y no pocasveces a los golpes siguen las heridas y la muerte!Consejos para dominar al iracundoAlejemos el mal en su comienzo, arrojando de nuestras almas con todo empeo, laira. Porque de esta manera arrancaremos con este vicio, como con raz yfundamento, muchsimos males.Te ha maldecido tu enemigo? Bendcele t.Te ha herido? Sfrelo.

    Te desprecia y te tiene por nada? Piensa que "eres de tierra y en tierra te has deconvertir" 6 (8). Quien medita este pensamiento, toda deshonra encuentra menorque la verdad. Si te muestras invulnerable ante las injurias, quitaras al enemigotoda posibilidad de venganza. Adems, ganas de esta manera para ti, gran coronade paciencia, sirvindote de la locura del otro como de ocasin para tu propiavirtud. Y si me crees, aun aadirs tu mismo otros oprobios a los que el otro tedice.Te llama plebeyo y hombre sin honor y sin ningn valor? Llmate a ti mismo tierray polvo: que no eres ms noble que nuestro padre Abraham, y eso se llamaba a s

    mismo (9).Te llama ignorante, pobre e indigno de todo? T, llmate gusano y di que tuorigen es el estircol, usando del lenguaje de David 9 (10). Y a esto aade lahazaa de Moiss: Injuriado por Aarn y Mara, no pidi a Dios que les castigase,sino que rogo por ellos.De quin quieres ser discpulo? De los hombres amigos de Dios y justos, o de losque estn llenos del Espritu de maldad?Cuando se levante en ti la tentacin de injuriar, piensa que estas en estaalternativa: o de acercarte a Dios por la paciencia, o de acogerte por la ira alenemigo. Da tiempo a tus pensamientos para que elijan el partido ventajoso.Porque, o aprovechas algo a tu adversario con el ejemplo de la mansedumbre, o leirritas ms ferozmente con tu desprecio. Porque, qu cosa hay ms acerba paraun enemigo que el ver que su adversario le supera en las injurias?

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    No rebajes tu nimo; ni consientas ponerte al alcance de tus injuriadores. Dejaque te ladre en vano; que se despedace a s mismo. Que as como el que azota auno que no siente, se hace mal a s mismo (porque ni se venga del enemigo niapacigua la ira), as el que ultraja a uno a quien no alteran los oprobios, no puede

    encontrar descanso para su sufrimiento. Por el contrario, se despedaza, comodije. Y qu es lo que cada uno de vosotros gana con los que estn presentes? A lle llaman mezquino, a ti magnnimo; a l iracundo y cruel, a ti sufrido y manso. Else arrepentir de las cosas que dijo: t nunca te arrepentirs de tu virtud.Cmo comportarse con los iracundosA qu decir ms? A l, su maledicencia le cerrara el reino de los cielos; porquelos iracundos no alcanzaran el reino de Dios (11); mientras que a ti te abrir elreino tu silencio. Porque el que haya sufrido hasta el fin, ese se salvara (12). Perosi te vengas y te levantas igualmente contra el que te injuria, qu excusas vas a

    tener? Que l te provoco primero? Y, de qu perdn es esto digno?Tampoco el libertino que imputa el pecado de su cmplice porque le incito, dejapor eso de ser digno de condenacin. Ni hay corona sin enemigos, ni cadas sinluchadores. Oye a David que dice: "Mientras el pecador se puso en contra de mi, nime exasper, ni me vengu, sino que enmudec y me humill y no dije nada de losbienes" (13).T te exacerbas con el ultraje como con un mal, y sin embargo le imitas como sifuera un bien. Porque, mira, haces lo que reprendes.Examinas con cuidado el mal ajeno, y tienes en nada tu propia vergenza? Es un

    mal la ira? Gurdate de imitarla. Que no basta para excusarse el que hayacomenzado el otro. Ms justo es, a mi parecer, volver contra ti la queja. El otrono tuvo ejemplo para su enmienda. T, empero, viendo que el iracundo se portaindecorosamente, le imitas y le indignas. Te enfureces y te irritas. Y as tu pasinsirve de excusa al que comenz. Con las mismas cosas que haces le libras a aqulde culpa y te condenas a ti mismo. Pues si la ira es un mal, por qu no evitaste eldao? Y si merece perdn, por qu te irritas contra el iracundo?De ah que aunque fueres el segundo en la ofensa, nada te aprovecha esto. Porqueen las luchas por una corona no es coronado el que las comienza, sino el que

    vence. Pues de igual manera no solo es condenado el que comenz el mal, sinotambin el que le sigui como a capitn hasta el pecado.Si te llamo pobre, y lo eres, confiesa la verdad. Y si miente, qu te importa a tide lo que diga?Benignidad de JesucristoCuando te dicen alabanzas que traspasan la raya de la verdad, no te enfureces.Pues tampoco te exasperes con los ultrajes falsos y mentirosos. No ves como lassaetas suelen penetrar en lo duro y resistente, y en las cosas blandas quefcilmente ceden se estrella su mpetu? Pues piensa que algo semejante pasa conlas injurias. El que les sale al encuentro, las recibe en s; pero el que se porta conblandura y cede, con la mansedumbre de su trato vuelve el mal dirigido contra l.Pero, por qu te turba el nombre de pobre? Acurdate de tu naturaleza. Entrastedesnudo en el mundo, y desnudo saldrs de l (14). Y, qu cosa ms pobre que un

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    desnudo? Por lo tanto, nada grave te han dicho; solo que te has apropiado a ti sololo que has odo. Nadie ha sido llevado a la crcel por ser pobre. No es deshonrosoel ser pobre, sino el no sufrir con buen nimo la pobreza. Acurdate del Seor que"siendo rico se hizo pobre por nosotros" (15).

    Si te llaman necio e ignorante, acurdate de las injurias con que los judosultrajaron a la verdadera sabidura: "Eres samaritano y tienes en ti al demonio"(16). Y si te enfureces, confirmas los ultrajes. Porque hay cosa ms irracional quela ira? Pero si permaneces sin airarte, avergenzas al que se enfurece mostrandocon la obra tu virtud.Has sido abofeteado? Tambin el Seor lo fue (17).Has sido escupido? Tambin Nuestro Seor. Porque "no retiro su rostro de ladeshonra de la saliva" (18).Has sido calumniado? Tambin el eterno Juez.

    Rasgaron tu tnica? A mi Seor se la desnudaron y "repartieron entre s susvestidos" (19).Aun no has sido condenado, aun no has sido sacrificado. Mucho te falta para quellegues a su imitacin.Ejemplos de mansedumbreGrbese cada una de estas cosas en tu mente y atemperaras la hinchazn. Enefecto: estos pensamientos y estos afectos contienen los saltos y trepidaciones denuestro corazn, y llevan al alma a la fortaleza y tranquilidad; esto era, sin duda,lo que deca David: "Preparado estoy y no estoy turbado" (20).

    Conviene, pues, reprimir este necio y vergonzoso movimiento del nimo con elrecuerdo de los ejemplos de los varones justos. El gran David sufri conmansedumbre la petulancia de Semei. No daba tiempo que la ira le moviese, sinoque levantaba su mente a Dios y deca: "El Seor dijo a Semei que maldiga aDavid" (21). Y oyndose llamar sanguinario e inicuo, no se encendi de ira sino quese humillaba como si fuese digno de ser insultado de aquella manera.Aleja de ti estas dos cosas: el tenerte por digno de grandes cosas, y el tener ahombre alguno por muy inferior a ti en dignidad. De esta manera, la ira jams selevantara contra ti por las injurias que recibas.

    Grave sera que uno a quien has colmado de singulares gracias y beneficios, a suingratitud aadiese el ser el primero en injuriarte y deshonrarte. Grave seria a laverdad. Sin embargo, mayor mal es para el que lo hace que para el que lo sufre.Que injurie l: t no le injuries. Sus palabras sean para ti ejercicio de virtud. Si note sientes impresionado, estas sin herida. Si tu nimo sufre algo, contn el mpetuen ti mismo. Porque "en mi, dice, ha sido turbado mi corazn" (22). Es decir, nodejo salir afuera la pasin, sino que, como a una ola que se deshace dentro de loslitorales, la ahogo. Contn el corazn que ladra y se enfurece. Teman las pasionesla presencia de la razn, de la manera que los nios temen cuando hacen algunatravesura, la presencia de algn varn respetable.Ventajas de la ira cuando es dcil a la raznY cmo evitaremos los funestos danos que trae consigo el irritarse?

  • 7/26/2019 V Domingo Despus de Pentecosts -Sugerencias para Homila

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    V DOMINGO DESPUES DE PENTECOSTS

    Forma Extraordinaria del Rito Romano30

    Procurando persuadir a la ira que no se adelante a la razn. De esta manera, latendremos sujeta a nosotros como a un caballo. Obedecer a la razn como a unfreno. No saldr jams de su propio puesto. Se dejara guiar a donde quiera leconduzca la razn. Porque la irritacin de nuestro Espritu es til para muchas

    obras de virtud, siempre y cuando sea aliada de la razn contra el pecado.Entonces, viene a ser como el soldado que rindiendo sus armas al general, acudeprontamente a prestar auxilio a donde le mandan. De igual manera, la ira cuandoest al servicio de la razn.La ira es el nervio del alma. Le da energas para emprender buenas obras. Sialguna vez la encuentra debilitada por el placer, la fortalece como un bao dehierro. La convierte de blanda y muelle, en austera y varonil.Ciertamente que si no te irritas contra el diablo, no te ser posible odiarle com