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VI PIENSOS Y FORRAJES Pienso barato. De cierto tiempo a esta parte hay muchos a^ricul• tores que por aficzón y lucro dedica.n ŝ u actividad a explotar los gallineros, y és natural que, bus^ando economía en los piensos, traten de hallar alimento que sin quebranto excesivo les permíta a todas horas rellenar los comederoŝ . Pues el alforfón es uno que reúne en alto grádo las condiciones que busca, porque es planta que se da en los regadíos en tiempo muy reducido y le rinde al labz^ador productos en abundancia que aba^ata las raciones y, en consecuencia, también los rendimientos hueveros. Lo síembra en julio o agosto sobre terreno en tem- pero, y a los dos meses escasos se encuentra en dis- posición de rec^lectar el grano, o antes, si lo ha cul- tivado para aumentar en la finca los rect^sos forra- jeroŝ. En la siembra se colocan unos seis o siete kilos, siendo seguro obtener .pasadós de los 300, lo que para una roliada (i) significa un incremento de po- tencia produ^ctiva que nunca pudp esperar se viera en aquellas fincas, por lo menos con resultados tan (z) Ochocientos -noventa y ocho metras cuadradoŝ :

VI PIENSOS Y FORRAJES Pienso barato. · 2007. 4. 9. · VI PIENSOS Y FORRAJES Pienso barato. De cierto tiempo a esta parte hay muchos a^ricul tores que por aficzón y lucro dedica.n

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VI

PIENSOS Y FORRAJES

Pienso barato.De cierto tiempo a esta parte hay muchos a^ricul•

tores que por aficzón y lucro dedica.n ŝu actividad aexplotar los gallineros, y és natural que, bus^andoeconomía en los piensos, traten de hallar alimentoque sin quebranto excesivo les permíta a todas horasrellenar los comederoŝ .

Pues el alforfón es uno que reúne en alto grádolas condiciones que busca, porque es planta que seda en los regadíos en tiempo muy reducido y le rindeal labz^ador productos en abundancia que aba^ata lasraciones y, en consecuencia, también los rendimientoshueveros.

Lo síembra en julio o agosto sobre terreno en tem-pero, y a los dos meses escasos se encuentra en dis-posición de rec^lectar el grano, o antes, si lo ha cul-tivado para aumentar en la finca los rect^sos forra-jeroŝ.

En la siembra se colocan unos seis o siete kilos,siendo seguro obtener .pasadós de los 300, lo quepara una roliada (i) significa un incremento de po-tencia produ^ctiva que nunca pudp esperar se vieraen aquellas fincas, por lo menos con resultados tan

(z) Ochocientos -noventa y ocho metras cuadradoŝ :

gratos y lisonjeros. Ensaya, pues, en tus tierras estaplanta, que también se denomina trigo negro o sa-rraceno, pues que en segunda cosecha puede darnosun producto que salve la ecanocnía de problemas ga-naderos.

. Pienso molido.

Es un hecho bien palpable que el manjar bien tri-turado aprove,cha con más fuerza a la res que lo con-sume, porque así nada se escapa al trabajo digestor,y sobre todo los grano ŝ que se hallan acorazados concubierta resistente es más fácil los encontremos intac-tos cuando salieran del cuerpo si antes no se tritura-ron con cuidado y elemental previsión.

Si en todos ocurre esto, el'vacuno lo prccisa connecesidad mayor, pues su jugo digestivo no tiene fuer-za bastante para que aquel grano entero yuede abicr-to, y lo que encierra deja de actuar como dcbe, res-tando valor al pienso en su efecto nutridor.

Si se muelen bien los-.granos, se consígu"en dosefectos importanfes, como son : que se aprovechen a1máacimo, con lo cual esa ración tendrá el valor quese piensa, y que a veces inconsciente se rebaja porel mismo agncultor, y otró, que el estiércoI obtentdose halie libre de semillas que extenderán por el cam-po en que se añada gérmenes muy poco gratds queal cultivo har,án más caros, pues la escarda vendráen aumento de gastos, siendo además causa aquéllosde que mermen la cosecha del modesto labrador.

El salvado.

Desde mpy antiguos tiempos se usó el salvado 0

residuo de la molienda del trigo como re^urso exce-lente para alimentar ganado.

En las capas farináceas que el grano presenta jun-to a la cor.teza se acumula mucho gluten, que escomo decir el nervio, la sustancia de la harina, y alquedar parte adherido con aquella cascarilla, le pro-porciona un valor en potencia nutritiva que al sub-proclucto que forma le coloca entre los piensos quemayor valor tenían. El aspecto hay ha camhrado, puesla industria molinera ^tiende a sacar de los trigos elproductó en grado máximo, y los molinos que se lla-man de cilindros pelan el grano en tal fornra. que lacáscara qŭe dejan apenas tiene otra cosa que no seacelulosa, que es como la Ciencia 11ama a la materialeñosa. ^

Por esó los salvados de hoy son un alimento caro,pues tienen pora sustancia para nutri,r el ganado. L.á;escasez de nuestros' piensos obliga a, consumir, noobstante, los que en casa producimos, y te convendrásaber, al pagarlo a buenos precios, cuál es la formay el modo de sacarles más provecho.

Desde luego, más que a los de trabajo, les conv^e-ne a los animales de cebo; pero,,sean unos u otros,no deberás emplearlo en exceso. En los de renta, siabusas, las grasas que forman su cuerpo se hacenblandas, y sr esto no es gran perjuicro én los vacu-nos y ovinos, lo tiene muy grande cuando se tratadel rerdo. En los piensos de esta especie, lo mejores proscribirlo. En los animales que al trabajo tie-nen que estar sometidos, un éxceso de salvado pro-voca en sus intestinos acción laxante excesiva y un'desarrollo imperfecto en los huesos. En los equinos,por esta razon, conviene no pasar de los dos kilosen la ración si se trata del caballo, y de uno nuncaen la del mulo y el asno. También es peligroso que

a éstos se los suministre seco, pues coge el salvadoel agua como la esponja en barreño, y el kilo quetú le diste, si te descuidas, se convierte en cuatro 0cinco, que les distiende el estómago y llegar puedea romperlo. Sólo se puede dar seco a las ovejas ycabras, sin pasar del medio kilo.

El zuro.

Carozo, tusa, tacón, es también denominado el vás-tago o corazón que en la mazorca del maíz sostienefirmes los granos, y el Iabriego, queriendo buscar eñtodo el valor util^tario, nos pregunta si ese zuro sepodría utilizar para dárselo al ganado. De sobra pre-sume él mismo que aquello ha de ser muy malo ; peroteniéndolo a mano, ^ nca, da pena el tener sin remedioque tirarlo?

Molturado no tendría más vafor que la cuarta par-te de la que se asigna en pierisos a eso que se cono-ce cdn el nombre de salvado en el comercio, y si éstees ya hoy muy pobre, por lo agotado que queda enlos molinos, que apuran mucho en los trigos el pe-lado, júzguese lo que valdrá ese del que aquí .trata-mos, que, al compararlo con éste, resulta tart malpa-rado. Vale algo más que la paja; pero la diferenciano es tanta como para pagar lo que cueste el mol-turado.

Sería mejor por eso, si al agricultor le interesamucho en su finca eí emplearlo, 'reducirlo por un mo-lido grosero a trocitos muy pequeños y mezclarloron lbs trozos de maíz al ensilarlo,

En la,. ración rio hace más efecto que mecánico, elde aumentar su volumen, Ío cual nb deja de ser !ie-cesario en el animal herbívoro si ha de Ilenar su pan-

za y tenerlo hien saciado. Solo, nunca puede dar niresultado mediano.

La garrofa.

Esas vainas tan leñosas que produce el garrofero,y que muchos las designan con el nombre de alga-rrobas, molidas, sirven de pienso, proporciónando allabriego recursos de alta importancia para el ganadoque cría en torño a su explotación. Es el azúcar queguardan las legumbres de la planta lo que aumentala potencia del producto utilizado en ese racionamien-to; pero la textura de la I-iariná resultante necesita unjugo gástrico de gran poder digestivo para hacerque se produzca completa asimilación. `

Pór eso es más conveniente a animales inonogás-tricos, ya que el rumiante segrega jugos de menospotencia que no permite el ataque con la energía pre-cisa a los últimos residuos que componen la ráción.

No obstante, en algunos sitios se adereza la alga-rroha rnezclada con otros granos de maíz y de ce-bada igualmente triturados, y se emplea en esa for-ma para pienso en los herbívoros con mayor estima-ción ; pero da mayor provecho en ésta clase de re ŝessi ^se somete ese pienso durante unas cuantas horas,que pueden sér veinticuatro, a un proceso ligerísimode lenta ferménración. -

La +garrofa como pienao.No he de hablar de su eficacia, descontada de an-

temano, pues hay en algunos sitios animales soste-nidos solamente con garrofa, lo cual demttestra quetiene elementos suficientes para sostener su vida yaun hacerlos prosperar; sino del hecho precíso de

acostumbrar al gauado al pienso constituído ^ con tro-zos dc esta garrofa para que saqttr provecho; evitan-du que su iutegridad dentaria se pudiera lastimar.

Los que toman las garrofas sin tener costumbrede ello, se empefian en que las s-emil]as yue estándentro de las vainas las tienen que triturar, y csodesgasta los dientes por^la dureza extremada que di-chos granos presentan, y que con mucha frecuenciahace que trozos de aquéllos se les haga hacer saltar.

Dándoles poco al principio, se acostumbran a mas-car sólo la vaina y tragarse las simientes sin preten-der triturarias, como lo hacen los ganados de las-zonaslevantinas, donde emplean las semillas que hicieronel recofrido por dentro del animaI para ponerlas

, sembradas en mullídos semílleros, pues los jugos di-gestivos ablandaron sus cubiertas, haciendo así inne-cesario se tengan que macerar.

Abuso de leguminosas.Nortua es de gran conveniencia hacer que los ani-

males coman pienso laien variado, si queremos c^ue con-serven su salud y fortaleza siri ninguna alteracton, puesaparte de que igual que a las personas siempre igualplato les cansa, existen pienso y forrajes que, dadoscontinuamente, ocasionan accidentes de difícil cura-

, ción. Tal sttcede con la veza, el altramuz, ,los guisan-tes, que tienen principio activo que es ,tóxico o ve-nenoso, y que a fuerza de injerirlos, puede originarperjuic^o por haber determinado maligna acumula-ción. La algarroba forrajera es, en cambio, legumi•^nosa que causa, si se da con insistencia, alteraciones

- bien graves de origen avitaminósico; e ŝto es, porque^ le falta ese principio energético que ha de dar al or-

ganismo fuerza - de asimilación. El hecho; de todos

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modos, queda siempre bien marcado, y es patenteque el álimento uniforme, sobre todo de legumbres,a la larga, cíetermina, unas veces, por presencia deelemento venenoso, seguro envenenamieuto, y otras,por falta de alguno cuya ausencia es peligrosa, el quela res sufra pronto de miseria fisiológica, y que si nose corrige, ya no tenga salvación.

-^El valor de la soja.

Para apreciar el valor que a la harina de los gra-nos de esta plania se le puede adjudicar, basta quepor e1 análisis se averigiie cuánto encierra de valiosasproteínas, que son las que al alimento le suministranla fuerza, el nervio y las energí^as que es su oficiorestaurar. Hasta un 4o por ^ioo en distintas varie-dades descubrir se ha conseguido, y si se observa quelas• harinas de carne tan sólo es 45 de cada , ioo uni-dades las que suele presentar, se comprende hastaqué punto es concentrada esta harina y el enormebeneficio que por su mezcla en raciones es factibleel alcanzar. . -

$i sobre tal circuustancia se hace constar todavíaque^`las materias prótéicas de las harinas de soja sonalgo "más digestibles que las que la carne encierra,todavía es más patente la ríqueza que a los piensospuede la soja llevar. Hasta la torta obtenida de ŝpuésde saca.r la, grasa que en abtmdancia contiene, casialcanza en valor ,alimenticio a la cebada o centeno,siéndo tal legúminosa por tan raras circunstanciascultivo que por días va creciendo en gran cuantía, yque sin duda n^nguna ha de ser planta que venga enlos camf^os españoles en,rancias alternativas el amel-ga.do a cambiar., .

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Los chicharrones.

z Quién no conoce el produ ĉto residuario que que-da como último despojo, después de sacar la grasa delos restos invendibles de la carne y de las víscerasen la ^natanza del cerdo? En Vasconia se les llamagao-ntzigarris (en Pamplona, txantxigorris), una pala-bra compuesta de gantzi, tripa, manteca, despo^o yde igorri, que significa resecy^. Suele presentarse entortas, y regiones hay donde aun para las personascomo bocado estimable se despacha en el comercio. =

Su valor alimenticio es elevado por el sebo queaŭn contien.e, y los principios proteicos y eñ animalesde engrase, ĉarnívoros desde luego, suele ser un granrectrrso para preparar los piensos.

Hasta las m^smas gallinas hacen de los chicharro-nes plato grato y suculento, comiendo con avidezcuanta caiga al comedero. Sin embargo, es precisoprevenirse y no dárselo en exceso, porque su carney los huevos toman tm sabár extraño que al con-sumidor no agrada en aquéllos percibirlo. Si se cm-•plea, no pasará de la dosis de zo gramos por cadacabeza que sostenga el gallinero.

Si es en pienso, obtendrá más resultado si el chi-charrón se lo da en ración al cerdo; pues aunquees un residuo de los que fueron eongéneres, es muypócá melindroso; con tal de llenar la tripa, se comentiasta a su abuela

El oruja de aceitur^a.De la prensa en la almázara sale una pasta ,gfa-

sierita que suelen llamar "cQSpillo", "piñuelo", y enalgunos srtios, "sipia".

Es la primerá materia que utilizan en las fábricas,

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donde usando disolventes apropiados consiguen sa-car de aquélla el escas'isimo aceite que entre su masase encuentra. Es por eso por lo que al labriego se lopagan con parquedad manifiesta.

Haría mejor si en su hacienda tiene animales derenta emplearjo como pienso, pues sacará más pro-vecho que cediéndolo tirado a quienes buscan en éluna baratura grande, pues sabe que el lábrador aceptalo que den sin la más leve protestá. .

Para conŝervarlo bien, si a esos fines lo destina,procurará desecarlo cuanto pueda, y espolvor•eandosal , en cantidad redtícida, lo va colocando en capas,que apisona fuertemente para evitar que se altereo que pueda por fermentación intensa incendiárseleel montófr si cuidados no le presta. ^

El enr-anciamiento es fácil en materia que de aceiteestá cubierta, y como entonces da gusto a las carnes^o a los huevos de las aves que con ella se alimentan,moderará en la r,ación las cantidades de orujo, pues,de ponerla acentuacía, ál consumidor que luego apro-veche aquéllos con frecuencia le molesta. Son las ove-jas y cerdos los que más provecho sacan a este resi-duo de la industi;ia elayotécnica, y si se diese a lasaves, lo será sólo cuando dedique a incubar los pro-ductos de la puesta.

^ La ración de las ovejas.

Es frecuente en los tiempos de invernada dar ra-ciones de pesebre a rebaños de lanar, y aquéllas de-ben formarse con productos que compensen los ele-mentos preeisos para tener a las reses en un plan^de progresar. Parte seca, otra jugosa y la que formeam volumen que rellene bien su pañza, pues así no

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pasan hatnbre y aun se puede el crecimicnto de esafor^tia cstimular.

I,a parte seca del pienso la integrarán las harinasde algtma legucuinosa, almorta, algarroba, yeros, y arazón de medio kilo por cada cien en el peso de lares a alimentar. La que dé frescura al pienso, por re-mola,cha, ensilaje, nabos, etc., cíe cuatro o seis kilogra-mos, sin exceder esta dosis, y, por fin, la que com-plete el volumen necesario, con las pajas de legum-bres, habas, algarroba, heno, en un par de kilogra-mos, que aun se pueden estirar.

Son, pues, unos ocho kilos por los cien de •pesovivo; esto es, que si eso pesa la pareja de lanár, lasdos con los ocho kilos se las puede sustentar.

^Guándo segarás el prado?

Del prado tú has de obtener, no la hierba sin sustan-cia yue se asemeje a la paja, incapaz de nutrir al ani-mal, sino el forraje sabroso de elementos concentradosque haga el ganado medrar. Pues mira qué es lo queocurre en el pasto y pastizal: Las matitas que allí vi-ven, ateridas por el #no de la estación inv^rrtal, perrna-necetr recogidas sin clar muestras del trabajo que laraíz bajo tierra lleva a ^cabo sin descanso, esperando,buenos tiempos para poderse estirar. Cuando éstos, consu bonanza, dan esperanzas seguras de no volversel^aĉia atrás, el empuje en las matitas se comienza yaa notar. Y entonces, echando mano,de lo que guardóen invierno como reserva especial, ^oco tiempo lehace falta para repartirlo por las holas y los tallos,que aparecen ya creciendo de una manera normal. Laraíz ha despachado el exceso qtie tenía en depósitoguardado, pues 'le iñipide trabajar, y sin carga que

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le estorbe, se dedica nuevamente a sa^car de los terro-nes cuanto les puede quitar.

La planta está ya lozana, y al apuntarse las flores,nos señalan que el ciclo de su corta vicla comienzaya a declinar.

Y ello es cierto porq'ue el fruto, causa y fin de laexistencia de cualquier ser vegetal, se formará conlos jugos que se arrastran desde sus miembros haciael tálamo floral. Las hojas, pues, y los tallos, a partirde aquel momento, le cederán la sustancia que hubie-ron de almacenar, y quedará el esqueleto, pero sinmateria útil que a un estómago vaĉio le pueda recon-fortar.

^ z Entiendes, pues, qué momento es el propicio entus prados para poderlos segar? Cuando ]a flor se hainiciado, y supuesto que las plantas que allí hayá ^lo-recerán en épocas diferentes, lo mejor es promecíiar.Si a pesar de .todo e11o alguna duda te queda, piensaque es preferible temprano en lugar de retrasar.

El verde en mayo.Con el ayuno forzoso que de los forrajes frescos pa-

decieron los ganados en la estación invernal, se exa-cerba su apetencia por los que en la primavera elcampo comienza a dar, y es preciso fefrenarlos, puesel instinto no alcanza a precaver los peligros que lainjestión excesiva de ese pasto tan jugoso puede lle-var a las vísceras del organismo animal. El aso derégimen seco a este otro que permite modif^ar lasraciones regulando la húmedad, haciéndolo apetitosoy aproximando su tipo a la composición precisa, debehacerse progresivo, para evitar los estragos que elbrusco cambio ocasiona en ese acervo rural.

A1 principio los ganados deben detenerse, poco en

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el pasto de los prados naturales, o darles porción esca-sa de la l^ierba re ogida en el prado artificial, y sobretodo evitar lo injiera cuando en sus brotes y hojas que-dan res^duos patentes del rocío matinal. I,as bajas poresta c^usa en los rebaños de herbívoros suelen ser degran cuantía, y al labriego le ocasionan pérdidas degran alcance que está en su mano evitar, moderando lavoracidad innata que por el verde demuestra toda cla-se de animal.

Hay veces que lós rebaños, debido al meteorismo,húichamiento de la panza que esa hierba fermentadaproduce rápidamente, originando ese efecto, se los en-cuentra diezmados a poco de estar paciendo en elprado o pastizal.

Prado permanente. .

Hay veces en que el labriego hace bien en que suhacienda t,:nga prados permanentes, pues es la formay manera de que la cosa económica y las leyes delcultivo se puedan compaginar. Es verdad que rin-

`den menos que las que pueden hacerse de otro tipoartificial, pero en cambio también bajan exigenciasen capital disponible para que toda su haciencla sepueda .^sí ,tprovechar. lle otro lado, en muchas fin.asnuncan faltan, en el Norte sobre todo, terrenos degran pendiente, y que puestos de otra cosa, es seguroque en un plazo "reducido quedarían denudadas y sínque luego ya nunca se pudieran poner en explotación.Las que a orillas de los rios se inundan con gran fre-cuencia, si son prados permanentes,. evitan en granescala la erosión que el agua causa en las márgenesdel río; sabre todo si se fuese ta trabajar.

Ved por eso cómo no en todos los casos es conve-

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niente ir a ciegas y quitar aquellos prados por buscarmás rendimien^os, en afán de lucro grande, pues ex^stecircunstancia como la que se ha indicado, que en lu-gar de beneficio, les haría fracasar.

Henificado.

Cuando veo a los cash.eo^os en los prados monta-ñeses, provistos de sendos bieldos, lanza.r la hierba enel aire, píenso en la labor netasta que esa práctica

.'produce Qn lo que ha de ser forrale. Basta f^jarsepara ello que el adquirir ésas hierbas la rigidez delcadáver, el volteó repetido que a las mismas ha dedarse, hace desprender las hojas de ií^uchas de lasplantitas que, en el montón se reparten, con lo queel heno se queda aminorado en volumen y con rm-portantes pérdidas de va^lor no despreciable.

El sistema que pára evitar 1o di'cho se comprendees más viable consiste en hacer gavillas con los ma-nojos que l^a guadaña cortase, y atadas para formart^n fascal que no pase de 5o kilos para ser bien tna-nejable, se coloca apoyado contra otro que de pesosimilar se hubiera constitufdó con otras hierbas .quetambién abatió el dalle. Forrpán así un tejadillo encuya parte en contacto se encuentran las sumidades,y apoyadas en el suelo la porción que de esus talluspor ser de más consistencia aguantan sin ^rave dañolas posibles humedades. El aire circula bien bajo efhueco que entre sí de'an los montones de fascáles,y si el agua de una l^uvia impertinente se iniciase,caería resbalando sin entrar, por la pendiente queforman apoyados ambos haces.

Ei heno se hace mejor; se ahorran además jorna-les, y si es la alfalfa o ei trébol lo que haya de heni-ficarse, se evitarán grandes pérdidas por el gran mí-

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mero de hojas que el frccuente removido ocasionaen los henares.

Heno de trébol.

Mil. kilos de este forraje contienen treinta de cal,y esto hace que para alimentar gallinas sea un píensoextraordinario, puesto que da a su organismo ese ele-mento^que para ellas suele ser fundamental. Quieneslo usan a esos fines, lo cortan muy menudito y lo ex-tienden por el suelo del albergue, para que allí picoteena sus anchas cuanto quieran esas aves que están po-^blando el corral. Pero ocurre que en tal forma comenlas hojas, es cierto; pero dejan los tallitos, que sonlos que en el forraje tienen ahundante cal. Y por esoes preferible que ese heno repicado lo pongamos ciiun cubo y se cuhra de agua hirviendo, dejándolo docehoras de ese modo macerar, y que luego le atiada-mos bien sah^ado u otros granos triturados, consti-tuyendo una pasta que las gallínas Ia toman con de-licia singular. De ese modo conseguimos que el ele-mento antes dicho, y por el cual este heno reúne lascualidades de un valor extraoi•dinario, to consumantoclo entero y s,aquemos más ^rovecho a ese pienso,que en tados las gallineros debtera ser sin dudarlo co-Yn^da discrecional,

^ 1^ lores de heno.

Es costtimbre de nuestros buenos labriegos resem-brar sus verdes prados con la semilla caída en el suelodel henil donde almacenó la . hierba que recolectabade ellos. A ese residuo complejo de hojas,,brotes yseniillas que cayó bajo el: meneo. obligado de losbieldos o el rastrilló, suele Ilamársele flores con

notoria impropiedad en lenguaje campesino. Yues elproceder corriente yue por ahorrarse unos cuartos sepractica en los puebios mantañeses de los distritosnorteños desciichado es en extremo, ya que a xuerzade seguirlo estropea las praderas que cuida con tantoempeño.

Cuando segó aquellos pastos para guardar codi-cioso la provisión del invierno, entre las plantas queforman las gavillas que la guadaña cercenó taajo sufilo, unas, las más or^narias, florecieronhaĉe tiempoy el fruto está ya -maduro, siendo el que en más pro-porción compondrá la flor del heno.

La siembra con tal residuo, z qué resultado estima-ble le podrá dar al labriego?; él mismo arruina lafinca, que rreyó la restaurabx con el resiemhro asíhecho.

Para conseguir un pasto agradable, sano y de po-der nutritivo que haga rendir al ganado que lo comala carne, leche o trahajo en la proporción debida parael pienso consumido, es preciso q.ue allí pongas lassemillas elegidas, únicas que pueden dar _un forrajeque reúna cualidades de princrpros concentrados ymarcado rendimiento. Tú sabes que el tronchamren-to contitluo de una plant^a acaba por impedir de lamisma el crecimiento, y esto pasa en esos prados enque tanto corte has hecho. La.s mejores no puedendar la sernilla, por ser su ciclo vital de proceso ^lgomás lento, y los despojos del heno estarán huérfanosde ellas, siendo imposible por ésto que al empleartal producto encuentres ventaja alguna, como así ha-bías supuesto. '

Destrerra, pues, esa práctica ; siembra el prado consemilla del comercio, que escatimando ese gasto dis-minuyes los esquilmos, y la desventaja es grande pordisminución de ingresos. ,

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El ^ilo y el hcno.

La misma materia prima, la hierha que e] prado cía,puede guardarse en dos formas, scgún convenga allabriego y el fin que con ella quiera en las racioneslograr> Entre henificado y silo hay la misma diferen-cia que entre la fruta embotacia y la que al sol o^^nel horno suele el hombre desecar. Es el heno unashierbas desecadas, y por tanto, al perder el agua todade sus turgentes tejidos, el producto se concentra,aumentando en kilogramos la potencia nutritiva quetenía aquella hierba cuando la hubo de cortar. En ^^1silo ese producto se conserva siempre fresco, comola fruta embotada, aunque el producto ensilacío noqueda en su propio estado, pues microbíos numerososle obligan a fermentar. Pero el agua que tenía casitoda se conserva, y por eso, si ŝu poder energéticoes más bajo que en el heno, en cambio da a las ra-ciones la frescura necesaria y aromas estimulantesque las hace apetecibles al más duro paladar.

Silo y heno son, por tanto, elementos que itrtrodu-cen variedad en las raciones y que a^ granjero per-miten ei nggocio gariadero de su hacienda con ven-taja trastear.

Avena•vexa.

No son los labradores los menos propensos a bus-car nombres rarqs para designar sus prácticas, susaperos y las mil combinaciones que idea para sacarai 'cultivo el provecho que más le convienc.

Alcacel denomina al cultivo asociado de dos plan-tas que se siembran para consumir en verde, y aun-que es un forraje, el nombre le permite no eonfun-dirlo con otros que tienen el mismo r..arácter.

De los más usadus es el que forma con avena ^•veza, y aunque cada uno de e]los por sí solo podriaservir de forraje, los junta, porque sabe que a losanimales les agrada más la mezcla que cualquierade ellos separadamente, ^or muy tierno y lozano ^uese le presente. Podría ^untarlos al hacer la raaonque ha de darles, pero prefiere que creciendo juntosen el mismo campo se mezclen, y no va descaminado;pues de ese modo le saca mucho más partido al fo-rraje. El piensa que la venfaja es sóIo debida a quecomo la veza tiene hábitos rastreros, 1^a avena le ayu-da para clue en sus matas se agarre, y así sostenicía,evita que sus partes bajas se pudran, dando mayorcantidad de follaje que s^ ella sola en el campo es-tuviese. Pero es que además está demostrado que vi-viendo juntas se prestan Ynaterias recíprocarriente, yel forra^é que de ese modo se obtiene es más jugoso,más rico en materias activas y por tanto de poten-cia alimenticia que luce mucho más al ganado quecon él ha de nutrirse. La íntima vecindad que al mez-clarlos se establece hace variar incluso la composi-ción que tienen, mejorándola respecto a la que pre-sentan cuando crecen solitarias en parcelas díferen-tes.

Para conseguir, no obstante, esos fines que per-sigue, se precisa que estén ambas en debidas propor-ciones. La mejor es, salvo casos especíales, cuandola veza se halla en proporción duplicada con la ave-na quet allí siembres, y asi, si de la primera pones iaokilos dc simiente, que es cantidad por héctátea acep-table, no pases de loc 6o en loa de ^vena que conla primeta mezcles:

Avena. germinada.Cuancio llega la invtrnada, es muy escaso el io-

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rrajf• yuc eu el ^catnpo se prcxluce y yue las aves pre-ci,an para hacer del gallinero ttn negcxio alentador,^^, ;in eml^argo, el labriego puede hallar un alin^ento^^ue a c>e verde yue le falfa dé efieaz sustitución.

_ Que cuál proclucto reúne cualiclades clestacadas,para cltie el ave lo estime y desde luego consuma conruarcada fruicián? Pues uno que sin ,ran trabajopuéde en la hacienda obtenerse ,con granos de su co-secha : la avena en germinación. .

Si los granos de esa planta se ponen un día enteroen recipiente con agua, a fin de lograr en ellos conve-niente iuacerada, y se dejan extendidos sobre estantesc^ue se rieguen cada clía para activar su precoz germi-nación, 11 pasar una semana tendrá el vercle que bu,s-^caba, que en cantidad de io gramas l^r cabeza de-berá ser suplemento para integrar 'su ración. Porqueella le proporciona vitamina antirraquítica ; btra, ade-más, cuya aus^encia produ^ce la xeroftalmia y la queaumenta en los huevos fertilidad de su germen y ase-gura, por lo tanto, numerosos nacimientos cuandolos huevós se emplean para hacer incubación.

^ Hoja áe remolacha. ^

En las zonas de cultivo donde ponen remolacha,suele ser un subproducto la hoja f^esca, que incitaa los labradores a encantrarle uso adecuado, x exami-nado el plarcr con que ]as bestias lo comeu, no hadudado ^ en estimarlo ele^mento aproveĉhable y portairto útilizarlo para integrar su racion.

Con frecuencia se ha encontrado, sin embargo, q^ela res alímentacla de esar forma cogió diarrea impĉrnents, sin c^ue pueda en moda alguno cortarla ensu agravacion. Y es clue esas hojas contíenen l^íoxa-

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]ato de putasa, causa del laxante cfectr^ cluc al aui-mal le produja feroz descomposícibn.

Si quiere impedir tal cosa, ha d^ añaclir en supienso fosfato de cal en polvo en mitad de propor-eiones, y si esto le resulta caro, habrá de usar car-bonato, taiubién de cal y molido en igual peso ^.{uede hojas entraron en la ración. Sólo así será facti-ble usar sin riesgo esas hojas a las cli^e tanto deseaencontrar medio de empleo, y siempre es aconsejableaiiadir uno u ntro de los prodtt^ctas que indica; si bienen menos cuantía cuando sea la raíz de remolachala empleada en abundancia para esa alimentación.

E1 pasto del Sudán. ^

De ciertu tiempo a esta parte se está haciendopropaganda de una planta conocicía coino sorgo del^Sudán, y le achacan cualidades de forrajera exce-lente y de rendimiento grancíe, sobre todo cuandoel agua con que se cuenta es escasa para atender álcs ^ riegos yue á otras plantas fórrajeras los agricul-tores en estío sttelen dar.

Na conviene, sin embargo, fundar grandes espe-ranzas en el sorgo descubierto, porque puede asegu-rarse que en los lu^ares y tierras donde el tnaíz serosecha en proporcion regular cama planta forrajera,le gana siempre en producto, y en calidad no díga-mos, pues éste el anitnal lo Co1t1E con más avidez yafán. Además, hay que observar que su semilla esfrecuente se encuentre a, veces mezclada con otro sor-go infestante, el de Halepo, que si se arraiga en sustierras, Dios y ayuda necesita para poderlo extitpar,pues es peor . que la grama, contra la cual los labrie-gos maldiciendo siempre estáii. No se fíe, por lo tan-to, de innovaciones sin pruebas, ^y antes de adoptar-

las, cunipruebe bien sus ^•entajas, pttés nu siemprccs beneficiuso lu que rindcn esa^ plantas poncierada5couio solución segura a lo^ problemas del campo, ^^yue tantos fiascos dan.

• La vid forrajera.

zSerá veFdad que los países secos podrán contarcon ese recurso forrajero? Que países que no lo sontanto cuentan con él, es cierto, y con gran éxito, puesel hecho se está realizando^ en vIontpellier, y si allíla innovación da resultados muy buenos, ^ por quéno ensayarlo en el nuestro? Todos conocen la situa-ción precaria que nuestro acervo ganadero atraviesaen los sitios secos por falta de piensos. Si esta nuevaayuda pudiese salvar ciertas crisis que pasan nues-tros ganaderos, el progreso logrado seria mdudable,pues suponen muchas pesetas las que del bolsillo sa-.len para comprar el maíz que nós viene de suelo ex-tranjero.

El sistema está fundado en podar la viña con hojasa los yeinte días de que el frúto se ha recogido; ^erono ĉíe} todo, pues aquélla necesita se ^le deje ciertovuelo para que el agostado se realice en ^ondicionesque no perjudiquen a la cosecha que ha de dar lacepa en el año próximo. Con todo, se le pueden qui-har-a las cepas entre hoja y sarmientos dos kilos ymedio, sin que al parecer se resienta en su vida men su rendimiento.

Esos restos desmenuzados a ináquina en trozos pe-quéños se ensi}an poniéndoles cinco kilos de sal co-mún por tonelada de forrajer y al cabo de só}o mesy mecíio puede abrirse el s^lo, pues lel pienso estáya en buena disposición para ser com'rdo. Los ensa-y^os que cíel mismo en España se han hecho permiten

:ibrigar e5peranza^ de que el sistema es perfectamen-te hacedero, y calcula con el número de cepas quehay si pueden sacarse kilos de pienso.

Toda clase de ganado puede consumirlo, 2nezcla-^lo, coina es natural, con otros productos para hacerla ración de sosterlimiento y aun la de cebo. Merecela pena de ensayar procedimientos de estos,.que pue-den darnos alimento bárato y acrecer la cantidad deestiércol, pues las viñas están padeciendo hambre, yel víñedo, con crisis o no del comercio de vinos, esla salvación ímica de muchos de nuestros terrenos.

El ram6n de oliva.

Llámase así la rarnilla que de la escauionda y lim-pia se recol;e del olivo en las zanas en que este árbolse cultiva. Es un pienso de -importancia para el lanary cabrío, sobre todo porque se obtiene en las épocasen que el liambre se agudiza en los rebaños por faltade pasto herbáceo, siendo entonces cuando más lo ne-cesitan, por ser época de cría, en la que exigen unrefuerzo en la ración para hacer más abun<iosa susecrecián lacticífera.

Es también estimulante ; pero si ha de rendir sutotal efecto útil, debe darse bastante desmenuzado,porque así no hay desperdicio y su valor digestibleresulta de tal manera mucho más acrecentado. A1 la-brador ]e interesa conocer. qué, valor alimenticio tieneel ramón del olivo con algún otró comparado, puessólo así se da cuenta de cómo, al hacer raciones,puede bien u^t-ílizarlo,'"y por el'lo le diré que equivalea la cuarta parte en peso de la cebada o avena, a lámitad de las raciones de heno y que resulta. igualadocon el poder nutritivo íle las pajas,de legumbre em-pleadas para racionar ^anado. ' ^

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Es recurso forrajero de' importancia, y aunc{ue ellabriego viene ya desde hace tiempo utilizándolo, sólosacará provecho si atiende esas circunstancias quede ligero le damos, porque muchas veces ^^ualquier'detalle es bastante para malograr el ĉxito que se dapor descontado.