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VIAJE DEL PAPA FRANCISCO VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A LA ISLA DE LESBOS A LA ISLA DE LESBOS (GRECIA) (GRECIA) PARA ENCONTRARSE PARA ENCONTRARSE CON LOS REFUGIADOS CON LOS REFUGIADOS 16 DE ABRIL DE 2016 16 DE ABRIL DE 2016

VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A LA ISLA DE … frente a una situación tan dramática. Muchos de los refugiados que se encuentran en esta isla y en otras partes de Grecia están viviendo

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VIAJE DEL PAPA FRANCISCO VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A LA ISLA DE LESBOSA LA ISLA DE LESBOS

(GRECIA)(GRECIA)PARA ENCONTRARSE PARA ENCONTRARSE CON LOS REFUGIADOSCON LOS REFUGIADOS

16 DE ABRIL DE 201616 DE ABRIL DE 2016

1. PALABRAS A LOS PERIODISTAS1. PALABRAS A LOS PERIODISTASAL INICIAR EL VUELO ROMA - LESBOSAL INICIAR EL VUELO ROMA - LESBOS

Antes que nada ¡buenos días! Les deseoun buen día. Les agradezco su compañía.Es un viaje un poco diferente a otros. Enlos viajes apostólicos vamos a hacer tantascosas: ver a la gente, hablar… hay tambiénla alegría del encuentro. Este es un viajemarcado por la tristeza, esto esimportante. Es un viaje triste. Vamos aencontrar la catástrofe humanitaria más

grande después de la Segunda GuerraMundial.

Vamos -y lo veremos- a tanta gente quesufre, que no sabe a dónde ir, que ha tenidoque huir. E iremos también a uncementerio: el mar. Tanta gente allí se haahogado. Lo digo no para amargar, no poramargura, sino también para que su trabajode hoy pueda transmitir en sus medios decomunicación el estado de ánimo con elcual hago este viaje. Gracias poracompañarme. ¡Muchas gracias!

Una última palabra. Quisiera recordar quehoy Papa Benedicto XVI cumple 89 años.¡Una oración por él!

2. ENCUENTRO CON LA POBLACIÓN 2. ENCUENTRO CON LA POBLACIÓN Y CON LA COMUNIDAD CATÓLICAY CON LA COMUNIDAD CATÓLICA

Señor Jefe de Gobierno,Distinguidas AutoridadesQueridos hermanos y hermanas:

Desde que Lesbos se ha convertido en unlugar de llegada para muchos emigrantes enbusca de paz y dignidad, he tenido el deseode venir aquí. Hoy, agradezco a Dios que melo haya concedido. Y agradezco alPresidente Paulopoulos haberme invitado,

junto al Patriarca Bartolomé y al ArzobispoJerónimo.

Quisiera expresar mi admiración por elpueblo griego que, a pesar de las gravesdificultades que tiene que afrontar, hasabido mantener abierto su corazón y suspuertas. Muchas personas sencillas hanofrecido lo poco que tenían paracompartirlo con los que carecían de todo.Dios recompensará esta generosidad, asícomo la de otras naciones vecinas, quedesde el primer momento han acogido congran disponibilidad a muchos emigrantesforzados.

Es también una bendición la presenciagenerosa de tantos voluntarios y denumerosas asociaciones, las cuales, juntocon las distintas instituciones públicas, hanllevado y están llevando su ayuda,manifestando de una manera concreta sufraterna cercanía.

Quisiera renovar hoy mi apremiantellamamiento a la responsabilidad y a la

solidaridad frente a una situación tandramática. Muchos de los refugiados que seencuentran en esta isla y en otras partes deGrecia están viviendo en unas condicionescríticas, en un clima de ansiedad y demiedo, a veces de desesperación, por lasdificultades materiales y la incertidumbredel futuro.

La preocupación de las instituciones y de lagente, tanto aquí en Grecia como en otrospaíses de Europa, es comprensible ylegítima. Sin embargo, no debemos olvidarque los emigrantes, antes que números sonpersonas, son rostros, nombres, historias.Europa es la patria de los derechoshumanos, y cualquiera que ponga pie ensuelo europeo debería poderexperimentarlo. Así será más consciente dedeberlos a su vez respetar y defender. Pordesgracia, algunos, entre ellos muchosniños, no han conseguido ni siquiera llegar:han perdido la vida en el mar, víctimas deun viaje inhumano y sometidos a lasvejaciones de verdugos infames.

Ustedes, habitantes de Lesbos, demuestranque en estas tierras, cuna de la civilización,sigue latiendo el corazón de una humanidadque sabe reconocer por encima de todo alhermano y a la hermana, una humanidadque quiere construir puentes y rechaza lailusión de levantar muros con el fin desentirse más seguros. En efecto, las barrerascrean división, en lugar de ayudar alverdadero progreso de los pueblos, y lasdivisiones, antes o después, provocanenfrentamientos.

Para ser realmente solidarios con quien seve obligado a huir de su propia tierra, hayque esforzarse en eliminar las causas deesta dramática realidad: no basta conlimitarse a salir al paso de la emergenciadel momento, sino que hay que desarrollarpolíticas de gran alcance, no unilaterales.En primer lugar, es necesario construir lapaz allí donde la guerra ha traído muerte ydestrucción, e impedir que este cáncer sepropague a otras partes. Para ello, hay queoponerse firmemente a la proliferación y al

tráfico de armas, y sus tramas a menudoocultas; hay que dejar sin apoyos a todos losque conciben proyectos de odio y deviolencia. Por el contrario, se debepromover sin descanso la colaboración entrelos países, las organizacionesinternacionales y las institucioneshumanitarias, no aislando sino sosteniendo alos que afrontan la emergencia. En estaperspectiva, renuevo mi esperanza de quetenga éxito la primera Cumbre HumanitariaMundial, que tendrá lugar en Estambul elpróximo mes.

Todo esto sólo se puede hacer juntos: juntosse puede y se debe buscar soluciones dignasdel hombre a la compleja cuestión de losrefugiados. Y para ello es tambiénindispensable la aportación de las Iglesias yComunidades religiosas. Mi presencia aquí,junto con el Patriarca Bartolomé y elArzobispo Jerónimo, es un testimonio denuestra voluntad de seguir cooperando paraque este desafío crucial se convierta en unaocasión, no de confrontación, sino de

crecimiento de la civilización del amor.

Queridos hermanos y hermanas, ante lastragedias que golpean a la humanidad, Diosno es indiferente, no está lejos. Él esnuestro Padre, que nos sostiene en laconstrucción del bien y en el rechazo almal. No sólo nos apoya, sino que, en Jesús,nos ha indicado el camino de la paz. Frenteal mal del mundo, él se hizo nuestroservidor, y con su servicio de amor hasalvado al mundo. Esta es la verdaderafuerza que genera la paz. Sólo el que sirvecon amor construye la paz. El servicio noshace salir de nosotros mismos para cuidar alos demás, no deja que las personas y lascosas se destruyan, sino que sabeprotegerlas, superando la dura costra de laindiferencia que nubla la mente y elcorazón.

Gracias a ustedes, porque son los custodiosde la humanidad, porque se hacen cargocon ternura de la carne de Cristo, que sufreen el más pequeño de los hermanos,hambriento y forastero, y que ustedes han

acogido (cf. Mt 25,35).

3. ENCUENTRO CON LOS REFUGIADOS 3. ENCUENTRO CON LOS REFUGIADOS EN EL CAMPAMENTO MORIAEN EL CAMPAMENTO MORIA

Hermanos y hermanas, he querido estar hoycon ustedes y quisiera decirles que no estánsolos. En estas semanas y meses, hansufrido mucho en su búsqueda de una vidamejor. Muchos de ustedes se han vistoobligados a huir de situaciones de conflictoy persecución, sobre todo por el bien de sushijos, por sus pequeños. Han hecho grandessacrificios por sus familias. Conocen el

sufrimiento de dejar todo lo que aman y,quizás lo más difícil, no saber qué lesdeparará el futuro. Son muchos los quecomo ustedes aguardan en campos ociudades, con la esperanza de construir unanueva vida en este Continente.

He venido aquí con mis hermanos, elPatriarca Bartolomé y el ArzobispoJerónimo, sencillamente para estar conustedes y escuchar sus historias. Hemosvenido para atraer la atención del mundoante esta grave crisis humanitaria y paraimplorar la solución de la misma. Comohombres de fe, deseamos unir nuestrasvoces para hablar abiertamente en sunombre. Esperamos que el mundo presteatención a estas situaciones de necesidadtrágica y verdaderamente desesperadas, yresponda de un modo digno de nuestrahumanidad común.

Dios creó a la humanidad para ser unafamilia; cuando uno de nuestros hermanos y

hermanas sufre, todos estamos afectados.Todos sabemos por experiencia con quéfacilidad algunos ignoran los sufrimientos delos demás o, incluso, llegan a aprovecharsede su vulnerabilidad. Pero también somosconscientes de que estas crisis puedendespertar lo mejor de nosotros. Lo hancomprobado ustedes mismos y con el pueblogriego, que ha respondido generosamente asus necesidades a pesar de sus propiasdificultades. También lo han visto enmuchas personas, especialmente en losjóvenes procedentes de toda Europa y delmundo que han venido para ayudarlos. Sí,todavía queda mucho por hacer. Pero demosgracias a Dios porque nunca nos deja solosen nuestro sufrimiento. Siempre hay alguienque puede extender la mano paraayudarnos.

Éste es el mensaje que les quiero dejar hoy:¡No pierdan la esperanza! El mayor don quenosotros podemos ofrecer es el amor: unamirada misericordiosa, la solicitud para

escucharnos y entendernos, una palabra dealiento, una oración. Ojalá que puedanintercambiar mutuamente este don. Anosotros, los cristianos, nos gusta contar elepisodio del Buen Samaritano, un forasteroque vio a un hombre necesitado einmediatamente se detuvo para ayudarlo.Para nosotros, es una parábola sobre lamisericordia de Dios, que se ofrece a todos,porque Dios es “todo misericordia”. Estambién una llamada para mostrar esamisma misericordia a los necesitados. Ojaláque todos nuestros hermanos y hermanas eneste Continente, como el Buen Samaritano,vengan a ayudarlos con ese espíritu defraternidad, solidaridad y respeto por ladignidad humana, que los ha distinguido a lolargo de la historia.

Queridos hermanos y hermanas, que Dios losbendiga a todos y, de modo especial, a sushijos, a los ancianos y a los que sufren en elcuerpo y en el espíritu. Los abrazo a todoscon afecto. Invoco sobre ustedes y sobre

quienes los acompañan, los dones divinos defortaleza y paz.

4. DECLARACIÓN CONJUNTA DE4. DECLARACIÓN CONJUNTA DESU SANTIDAD BARTOLOMÉ, PATRIARCASU SANTIDAD BARTOLOMÉ, PATRIARCA

ECUMÉNICO DE CONSTANTINOPLA,ECUMÉNICO DE CONSTANTINOPLA,DE SU BEATITUD JERÓNIMO, ARZOBISPODE SU BEATITUD JERÓNIMO, ARZOBISPO

DE ATENAS Y DE TODA GRECIADE ATENAS Y DE TODA GRECIAY DEL SANTO PADRE FRANCISCOY DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Campo de refugiados de Moria, LesbosCampo de refugiados de Moria, Lesbos

Nosotros, el Papa Francisco, el PatriarcaEcuménico Bartolomé y el Arzobispo deAtenas y de Toda Grecia Ieronymos, noshemos encontrado en la isla griega de

Lesbos para manifestar nuestra profundapreocupación por la situación trágica delosNosotros, el Papa Francisco, el PatriarcaEcuménico Bartolomé y el Arzobispo deAtenas y de Toda Grecia Ieronymos, noshemos encontrado en la isla griega deLesbos para manifestar nuestra profundapreocupación por la situación trágica de losnumerosos refugiados, emigrantes ydemandantes de asilo, que han llegado aEuropa huyendo de situaciones de conflictoy, en muchos casos, de amenazas diarias asu supervivencia. La opinión mundial nopuede ignorar la colosal crisis humanitariaoriginada por la propagación de la violenciay del conflicto armado, por la persecución yel desplazamiento de minorías religiosas yétnicas, como también por despojar afamilias de sus hogares, violando sudignidad humana, sus libertades y derechoshumanos fundamentales.

La tragedia de la emigración y deldesplazamiento forzado afecta a millones

de personas, y es fundamentalmente unacrisis humanitaria, que requiere unarespuesta de solidaridad, compasión,generosidad y un inmediato compromisoefectivo de recursos. Desde Lesbos,nosotros hacemos un llamamiento a lacomunidad internacional para que respondacon valentía, afrontando esta crisishumanitaria masiva y sus causassubyacentes, a través de iniciativasdiplomáticas, políticas y de beneficencia,como también a través de esfuerzoscoordinados entre Oriente Medio y Europa.

Como responsables de nuestras respectivasIglesias, estamos unidos en el deseo por lapaz y en la disposición para promover laresolución de los conflictos a través deldialogo y la reconciliación. Mientrasreconocemos los esfuerzos que ya han sidorealizados para ayudar y auxiliar a losrefugiados, los emigrantes y a los quebuscan asilo, pedimos a todos los líderespolíticos que empleen todos los medios para

asegurar que las personas y lascomunidades, incluidos los cristianos,permanezcan en su patria y gocen delderecho fundamental de vivir en paz yseguridad. Es necesario urgentemente unconsenso internacional más amplio y unprograma de asistencia para sostener elestado de derecho, para defender losderechos humanos fundamentales en estasituación que se ha hecho insostenible, paraproteger las minorías, combatir la trata y elcontrabando de personas, eliminar las rutasinseguras, como las que van a través delmar Egeo y de todo el Mediterráneo, y paraimpulsar procesos seguros dereasentamiento. De este modo podremosasistir a aquellas naciones que estáninvolucradas directamente en auxiliar lasnecesidades de tantos hermanos y hermanasque sufren. Manifestamos particularmentenuestra solidaridad con el pueblo griegoque, a pesar de sus propias dificultadeseconómicas, ha respondido con generosidada esta crisis.

Juntos imploramos firmemente por fin de laguerra y la violencia en Medio Oriente, unapaz justa y duradera, así como el regresodigno de quienes fueron forzados aabandonar sus hogares. Pedimos a lascomunidades religiosas que incrementen susesfuerzos para recibir, asistir y proteger alos refugiados de todas las confesionesreligiosas, y que los servicios de asistenciacivil y religiosa trabajen para coordinar susesfuerzos. Hasta que dure la situación denecesidad, pedimos a todos los países queextiendan el asilo temporal, ofrezcan elestado de refugiados a quienes son idóneos,incrementen las iniciativas de ayuda ytrabajen con todos los hombres y mujeresde buena voluntad por un final rápido de losconflictos actuales.

Europa se enfrenta hoy a una de las másgraves crisis humanitarias desde el final dela Segunda Guerra Mundial. Para afrontareste desafío serio, hacemos un llamamientoa todos los discípulos de Cristo para que

recuerden las palabras del Señor, con lasque un día seremos juzgados: «Porque tuvehambre y me disteis de comer, tuve sed yme disteis de beber, fui forastero y mehospedasteis, estuve desnudo y mevestisteis, enfermo y me visitasteis, en lacárcel y vinisteis a verme… Os aseguro quecada vez que lo hicisteis con uno de éstos,mis humildes hermanos, conmigo lohicisteis» (Mt 25,35-36.40).

Por nuestra parte, siguiendo la voluntad deNuestro Señor Jesucristo, decidimos confirmeza y con todo el corazón deintensificar nuestros esfuerzos parapromover la unidad plena de todos loscristianos. Reiteramos nuestra convicción deque «la reconciliación (entre los cristianos)significa promover la justicia social en todoslos pueblos y entre ellos… Juntos queremoscontribuir a que los emigrantes, losrefugiados y los demandantes de asilo sevean acogidos con dignidad en Europa»(Charta Oecumenica, 2001). Deseamos

cumplir la misión de servicio de las Iglesiasen el mundo, defendiendo los derechosfundamentales de los refugiados, de los quebuscan asilo político y los emigrantes, comotambién de muchos marginados de nuestrasociedad.

Nuestro encuentro de hoy se proponecontribuir a infundir ánimo y dar esperanzaa quien busca refugio y a todos aquellos quelos reciben y asisten. Nosotros instamos a lacomunidad internacional para que laprotección de vidas humanas sea unaprioridad y que, a todos los niveles, seapoyen políticas de inclusión, que seextiendan a todas las comunidadesreligiosas. La situación terrible de quienessufren por la crisis humanitaria actual,incluyendo a muchos de nuestros hermanosy hermanas cristianos, nos pide nuestraoración constante.

Lesbos, 16 de abril de 2016

HOMENAJE A LOS INMIGRANTES HOMENAJE A LOS INMIGRANTES AHOGADOS EN EL MEDITERRÁNEOAHOGADOS EN EL MEDITERRÁNEO

5. 5. ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCOORACIÓN DEL PAPA FRANCISCOPOR LAS VÍCTIMAS DE LAS MIGRACIONESPOR LAS VÍCTIMAS DE LAS MIGRACIONES

Dios de Misericordia,te pedimos por todos los hombres, mujeresy niñosque han muerto después de haber dejado sutierra,buscando una vida mejor.Aunque muchas de sus tumbas no tienennombre,para ti cada uno es conocido, amado ypredilecto.

Que jamás los olvidemos,sino que honremos su sacrificio con obrasmás que con palabras.

Te confiamos a quienes han realizado esteviaje,afrontando el miedo, la incertidumbre y lahumillación,para alcanzar un lugar de seguridad y deesperanza.Así como tú no abandonaste a tu Hijocuando José y María lo llevaron a un lugarseguro,muéstrate cercano a estos hijos tuyosa través de nuestra ternura y protección.

Haz que, con nuestra atención hacia ellos,promovamos un mundo en el que nadie sevea forzado a dejar su propia casay todos puedan vivir en libertad, dignidad ypaz.

Dios de misericordia y Padre de todos,despiértanos del sopor de la indiferencia,

abre nuestros ojos a sus sufrimientosy líbranos de la insensibilidad, fruto delbienestar mundanoy del encerrarnos en nosotros mismos.Ilumina a todos, a las naciones,comunidades y a cada uno de nosotros,para que reconozcamos como nuestroshermanos y hermanasa quienes llegan a nuestras costas.

Ayúdanos a compartir con ellos lasbendicionesque hemos recibido de tus manos y areconocer que juntos,como una única familia humana,somos todos emigrantes, viajeros deesperanza hacia ti,que eres nuestra verdadera casa,allí donde toda lágrima será enjugada,donde estaremos en la paz y seguros en tuabrazo.

6. CONFERENCIA DE PRENSA6. CONFERENCIA DE PRENSAEN EL VUELO DE REGRESO A ROMAEN EL VUELO DE REGRESO A ROMA

Padre Lombardi:

Démosle la bienvenida al Santo Padre, queviene para tener con nosotros unaconversación después de este viaje, brevepero muy intenso. Vuelvo a leer elcomunicado que han recibido, de maneraque si alguien no lo pudo escuchar o recibiren su teléfono, tenga ahora el textocompleto. El Papa desea que sea claro todo

su contenido.

«El Papa ha querido tener un gesto deacogida hacia los refugiados, trayendoconsigo, en su mismo avión, tres familias derefugiados de Siria, 12 personas en total, delas cuales, 6 menores de edad. Se trata depersonas ya presentes en los campos deLesbos antes del acuerdo entre Europa yTurquía. La iniciativa del Papa se llevó acabo a través de negociaciones de laSecretaría de Estado con las competentesautoridades griegas e italianas. Losmiembros de las familias son todosmusulmanes. Dos familias vienen deDamasco, y una de Deir Azzor, que es lazona ocupada por el Daesh. Sus casas fueronbombardeadas. La acogida y elmantenimiento de las familias seránasumidos por el Vaticano. La hospitalidadinicial está garantizada por la Comunidad deSan Egidio».

Ahora damos inmediatamente la palabra alos colegas, pidiéndoles que se limiten ahacer preguntas pertinentes al viaje, si bien

el Papa, como sabemos, es siempredisponible con nosotros. La primera es InésSan Martín de “Crux”.

Papa Francisco:

Antes que nada, quiero darles las graciaspor el trabajo de este día, que ha sido paramí muy fuerte, muy fuerte. Seguramente,también para ustedes.

Por favor, señora.

Inés San Martín:

Santo Padre, espero que no le moleste, perovoy a hacerle dos preguntas sobre dos temasdistintos. La primera es específicamentesobre el viaje. Este viaje se da luego de unacuerdo entre la Unión Europea y Turquíapara tratar de solucionar la cuestión de losrefugiados en Grecia. ¿A usted le parece quees un plan que puede funcionar o es sólouna cuestión política para tratar de ganartiempo y ver qué se hace? La segundapregunta, si me permite: Esta mañana ustedse encontró con el candidato presidencial

Bernie Sanders de los Estados Unidos, enSanta Marta. Quería preguntarle susensación sobre el encuentro y si es sumanera de intervenir en la políticanorteamericana.

Papa Francisco:

No, antes que nada no existe ningunaespeculación política porque esos acuerdosentre Turquía y Grecia yo no los conocíabien. Lo he leído en los diarios. Este gesto,sin embargo, es algo puramente humano.[Se refiere a la iniciativa de acoger un grupode prófugos] Es un hecho humanitario. Fueuna inspiración que le vino, hace unasemana, a un colaborador mío. Yo acepté enseguida, en seguida, porque vi que era elEspíritu quien hablaba. Todo se hizo segúnlas reglas: estas personas vienen condocumentos, los tres gobiernos –el Estadode la Ciudad del Vaticano, el Gobiernoitaliano y el Gobierno griego– han verificadotodo, todo, y concedieron la visa. Los recibeel Vaticano. Será el Vaticano, con lacolaboración de la Comunidad de San

Egidio, quien les busque un empleo, si seencuentra; o, en caso contrario, seencargará de su sostenimiento. Sonhuéspedes del Vaticano y se agregan a lasdos familias sirias que ya han sido acogidaspor las dos parroquias vaticanas. Segundo.Esta mañana, cuando yo salía, allí estaba elSenador Sanders, que vino al Convenio de laFundación Centesimus Annus. Sabía que yome iba a aquella hora y tuvo la gentileza desaludarme. Lo saludé, le di la mano a él, asu esposa y a otra pareja que estaba con él.Estaban alojados en Santa Marta, porquetodos los miembros del convenio, exceptolos dos Presidentes participantes, que creose alojaban en sus embajadas, estabanhospedados en Santa Marta. Y cuando yobajaba, él se presentó, me saludó, le di lamano y nada más. Esta es buena educación.Se llama educación y no meterse enpolítica. Y si alguien piensa que saludar seameterse en política, le aconsejaría quemejor se buscara un psiquiatra.

Padre Lombardi:

A continuación, la segunda pregunta la haceFranca Giansoldati, que conoce bien al Papay que el Papa conoce bien.

Papa Francisco:

Pero usted debe prepararse para Armenia.

Franca Giansoldati:

Gracias, Santidad. Usted habla mucho de“acogida”, pero tal vez muy poco de“integración”. Viendo lo que estásucediendo en Europa, sobre todo con esteconsistente flujo de inmigrantes, nos damoscuenta que hay varias ciudades que tienenbarrios-gueto… De todo esto, emergeclaramente que a los inmigrantesmusulmanes les resulta más difícilintegrarse a nuestros valores, a los valoresoccidentales. Le quisiera preguntar, ¿nosería tal vez más útil para la integración darprioridad a la llegada de inmigrantes nomusulmanes? Y luego, ¿por qué usted hoy,con ese gesto tan hermoso y tan noble, hafavorecido tres familias totalmentemusulmanas?

Papa Francisco:

No hice ninguna selección entre cristianos ymusulmanes. Estas tres familias tenían lospapeles en regla, los documentos en regla,y era factible. En la primera lista, porejemplo, había dos familias cristianas, perono tenían los documentos en regla. No setrata, pues, de un privilegio; estas docepersonas son también hijos de Dios. El“privilegio” es ser hijos de Dios, este es elpunto. Sobre la integración, es muyinteligente lo que usted dice y le agradezcoque lo haya dicho. Ha mencionado unapalabra que, en nuestra cultura actual,parece haber sido olvidada después de lasegunda guerra mundial. Hoy en día siguenexistiendo guetos. Algunos de losextremistas que han perpetrado atentadosterroristas – algunos –, son hijos y nietos depersonas nacidas en el país, en Europa.¿Qué es lo que ha pasado? Que no ha habidoninguna política de integración, y esto, paramí, es fundamental; hasta el punto queusted ve que en la exhortación post-sinodal

sobre la familia –aun cuando se trate deotra problemática–, una de las tresdimensiones pastorales para las familias endificultad es su integración en la vida de laIglesia. Porque a Europa han llegado muchosnómadas, como los Normandos y mucha otragente, y los han integrado y han enriquecidosu cultura. Creo que tenemos necesidad deuna enseñanza y de una educación a laintegración. Gracias.

Elena Pinardi – European BroadcastingUnion:

Santo Padre, se oye hablar de reforzar lasfronteras de varios países europeos, devigilancia, e incluso de despliegue debatallones a lo largo de las fronteras deEuropa. ¿Es el final de Schengen y del sueñoeuropeo?

Papa Francisco:

No lo sé. Entiendo a los gobiernos y tambiéna los pueblos que tienen un cierto temor.Esto lo comprendo y debemos tener unagran responsabilidad en la acogida. Uno de

los aspectos de tal responsabilidad es este:cómo hacer posible que nos integremosnosotros y estas personas. Siempre he dichoque construir muros no es la solución. En elsiglo pasado vimos la caída de uno. No seresuelve nada. Debemos construir puentes.Pero los puentes se construyeninteligentemente, se hacen con el diálogo,con la integración. Y por eso comprendo quehaya un cierto temor. Pero cerrar lasfronteras no resuelve nada, porque laclausura, a la larga, perjudica al propiopueblo. Europa debe elaborar urgentementepolíticas de acogida, de integración, decrecimiento, de trabajo y de reforma de laeconomía. Todas estas cosas son los puentesque nos llevarán a no construir muros. Elmiedo tiene toda mi comprensión, perodespués de todo lo que he visto –y cambiode tema, pero quiero decirlo ahora– y quetambién ustedes mismos han visto en esecampo de refugiados, daban ganas de llorar.

Los niños… Traje estos dibujos conmigo paraenseñárselos, los niños me han regaladomuchos [El Papa muestra varios dibujos, unodespués del otro, y los comenta] Uno. ¿Quéquieren estos niños? Paz, porque sufren.Allí, en el campo, tienen cursos deeducación. Pero, qué no han visto esosniños. Miren esto: han visto tambiénahogarse a un niño. Esto lo tienen en elcorazón. Hoy, de verdad, daban ganas dellorar. Daban ganas de llorar. El mismo temalo dibujó también este niño de Afganistán:se ve que la barcaza que viene deAfganistán regresa a Grecia. Los niños tiene

esto en la memoria. Se necesitará tiempopara que lo elaboren. Miren este otrodibujo: el sol que observa y llora. Y si el soles capaz de llorar, también nosotros losomos. Nos haría bien una lágrima.

Fanny Carrier, Agence France Presse:

Buenos días. ¿Por qué no hace usted ningunadiferencia entre quienes huyen de la guerray quienes huyen del hambre? ¿Puede Europaacoger toda la miseria del mundo?

Papa Francisco:

Es verdad. Hoy en mi discurso dije que“algunos huyen de las guerras y otros, delhambre”. Ambas situaciones son efecto dela explotación. También de la explotaciónde la tierra. Hace más o menos un mes, unjefe de gobierno de África me decía que laprimera decisión de su gobierno fue lareforestación, porque la tierra se habíamuerto por la explotación de los bosques.Hay que hacer obras buenas con ambascategorías. Porque algunos huyen delhambre y otros de la guerra. Yo invitaría a

los traficantes de armas –porque en lo quese refiere a las armas, es verdad que hayacuerdos, pero se fabrican; pero lostraficantes, los que trafican para promoverla guerra en diversas partes. En Siria, porejemplo, ¿quién arma a los diversos grupos?–los invitaría a que pasaran un día en esecampo de refugiados. Creo que seríasaludable para ellos.

Néstor Pongutá, W Radio Colombia:

Santidad, muy buenas tardes. Esta mañanaha dicho usted algo muy especial, que nosha llamado mucho la atención, que éste eraun viaje triste, y ha demostrado con suspalabras que está muy conmovido. Pero algodebe haber cambiado también en sucorazón, sabiendo que trae doce personas, yque con este pequeño gesto ha dado unalección a aquellos que a veces voltean lamirada frente a tanto dolor, a esta TerceraGuerra Mundial en pedazos, que usted hadenunciado.

Papa Francisco:

Voy a hacer un plagio y a responder con unafrase que no es mía. La misma cosa lepreguntaron a la Madre Teresa de Calcuta.¿Por qué tanto esfuerzo, tanto trabajo, sólopara acompañar a las personas a morir? ¡Esoque usted hace no sirve para nada! El mares inmenso. Y ella contestó: sí, es una gotade agua en el mar, pero después de esagota, el mar ya no será el mismo. Es unpequeño gesto. Pero son pequeños gestoslos que debemos hacer todos nosotros,hombres y mujeres, para tender la manoquien lo necesita.

Joshua Mc Elwee, National CatholicReporter:

Gracias Santo Padre. Hemos venido a unpaís de inmigración, pero también depolítica económica de austeridad. ¿Quisierapreguntarle cuál es su concepto deeconomía de austeridad? También en lo quese refiere a otra isla, Puerto Rico. Si tieneusted un concepto sobre esta política de

austeridad.

Papa Francisco:

La palabra austeridad tiene diferentessignificados, según el punto de vista desdeel que se vea: económicamente significa uncapítulo de un programa; políticamente esotra cosa; espiritual y cristianamente esotra. Cuando yo hablo de austeridad, lohago en contraste con el desperdicio.Escuché en la FAO –creo que fue en unareunión de la FAO– que con la comidadesperdiciada se podría resolver elproblema del hambre en el mundo. Ynosotros, en nuestra casa, cuántodesperdiciamos sin quererlo. Es esta lacultura del descarte y del desperdicio. Yohablo de austeridad en este sentido, ensentido cristiano. Detengámonos aquí yvivamos más austeramente.

Francisco Romero, Rome Reports:

Santidad, usted ha dicho que esta crisis derefugiados es la peor crisis después deaquella de la Segunda Guerra Mundial.

Quisiera preguntarle ¿Qué piensa ustedsobre la crisis de los inmigrantes que llegana los Estados Unidos, de México y de otrospaíses de América Latina?

Papa Francisco:

Lo mismo. Es lo mismo, porque llegan allíhuyendo, sobre todo del hambre. Se tratadel mismo problema. En Ciudad Juárezcelebré la Misa a cien metros, o tal vez amenos, de la barrera de alambre de púas.Del otro lado, había unos cincuenta Obisposde Estados Unidos y un estadio concincuenta mil personas que seguían la Misaen pantallas gigantes. Del lado mexicano,aquel campo lleno de gente. Pero se tratade los mismo. Llegan a México, de CentroAmérica. ¿Se acuerda de hace dos meses?Hubo un conflicto con Nicaragua, porque noquería que los refugiados transitaran por suterritorio. Al final, se resolvió. Los llevabanen avión al otro país, sin pasar porNicaragua. Es un problema mundial. Yo se lodije a los Obispos mexicanos. Les pedí quese hicieran cargo de los refugiados.

Francis Rocca, Wall Street Journal:

Gracias, Santo Padre. Veo que ya le hicieronlas preguntas sobre la inmigración que yotenía en mente. Y usted ha respondido muybien. Si me permite, quisiera hacerle unapregunta sobre otro acontecimiento de losdías pasados, su exhortación apostólica.Como usted bien sabe, después de supublicación, ha habido muchas discusionessobre uno de los puntos – y se hanconcentrado particularmente en este –.Algunos sostienen que no ha cambiado nadasobre la disciplina que regula el acceso a lossacramentos para los divorciados que se hanvuelto a casar; que la ley y la praxis, yobviamente también la doctrina, no hansido tocadas. Otros, en cambio, sostienenque ha cambiado mucho y que hay muchasnuevas aperturas y posibilidades. Mipregunta sería: para una persona, para uncatólico, ¿hay nuevas posibilidadesconcretas que no existían antes de lapublicación de la exhortación o no?

Papa Francisco:

Podría decir que sí, y punto. Pero sería unarespuesta muy simplificada. Les recomiendoque lean la presentación del documento quehizo el cardenal Schönborn, que es un granteólogo. Es miembro de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe y conoce bien ladoctrina de la Iglesia. Ahí encuentra ustedla respuesta a su pregunta. Gracias.

Guénois, Le Figaro:

Tenía la misma pregunta, pero le hago, encambio, una pregunta complementaria: Nose ha entendido bien por qué haya puestousted en esa famosa nota al pie de página,la nota 351, en la Amoris Laetitia, lo queconcierne a los problemas de los divorciadosvueltos a casar. ¿Por qué una cuestión tanimportante se trata en una pequeña nota alpie de página? ¿Es porque ha previstooposición, o porque ha querido que no se lediera mucha importancia a ese punto?

Papa Francisco:

Escuche, uno de los últimos Papas, hablandosobre el Concilio, dijo que había habido dosconcilios: el Vaticano II, en la Basílica deSan Pedro, y el otro, el “concilio de losmedios de comunicación”. Cuando convoquéel primer Sínodo, la gran preocupación de lamayor parte de los medios de comunicaciónera si podrían recibir la comunión losdivorciados que se han vuelto a casar. Ycomo yo no soy santo, eso me molestó unpoco y también me dio un poco de tristeza.Por qué esos medios de comunicación, quedicen tantas cosas, no se dan cuenta de queno es ese el problema principal. Acaso no sedan cuenta que la familia, en todo elmundo, está en crisis. Y la familia es la basede la sociedad. Y que los jóvenes ya noquieren casarse. Que la disminución de lanatalidad en Europa es como para ponerse allorar. No se dan cuenta que la falta detrabajo y la dificultad para encontrarloobligan a que el padre y la madre tengandos empleos, y que los niños crezcan solos,sin aprender a crecer en diálogo con el papá

y la mamá. Estos son los grandes problemas.No me recuerdo de esa nota, pero si unacuestión como la que usted señala está enuna nota, es porque fue dicha en laEvangelii gaudium. Seguramente. Se debede tratar de una cita de la Evangeliigaudium. No recuerdo el número, peroseguro que es así.

Padre Lombardi:

Gracias Santidad. Nos ha concedido unaamplia conversación sobre temas de esteviaje, extendiéndose, también, a laExhortación. Le deseamos buen viaje y unafructífera continuación de su obra.

Papa Francisco:

Les agradezco su compañía. Realmente mesiento cómodo con ustedes. Muchas gracias.Gracias por acompañarme.