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Lo demonaco

Karl VitorLo Demnico En: Goethe. Dichtung Wissenschaft Weltbild. Bern: Francke: 1949, pp. 460-4.

Cree el hombre conducir su vida, guiarse a s mismo, y lo ms intimo de s es arrastrado irreversiblemente de acuerdo con su destino (11, 333).

Pero lo demnico se manifiesta del modo ms temible cuando emerge en cualquier hombre de modo preponderante... No son siempre los hombres ms excelentes, ni en cuanto al espritu ni a los talentos; rara vez son quienes se distinguen por la bondad del corazn; pero una fuerza monstruosa sale de ellos, y ejercen un increble poder sobre todas las criaturas, aun sobre los elementos, y quien puede decir cun lejos se extender un efecto tal? (25, 126).

Lo demnico es aquello que no se puede explicar ni por el entendimiento ni por la razn. En mi naturaleza no se encuentra, pero estoy sometido a ello (Eckermann, 2 de marzo de 1831).

Goethe dice ser, como poeta, politesta. La colorida multitud de antiguos dioses que expuls el nico, invisible Dios de la Biblia, haba descendido en la religin antigua hasta la esfera de los acontecimientos cotidianos y de la naturaleza local. No pocas expresiones de las ltimas dcadas de Goethe, expresiones de tipo confidencial, hechas en cartas y conversaciones, suenan como si hubiera revivido en l una antigua creencia espiritual pagana. Si habla de algo que quisiera ver felizmente terminado, entonces aadir (y por cierto no sin alguna suspicacia) que desea que los dimones, quienes meteran sus manos en todas partes, le sean favorables. Si logra adquirir una pieza especialmente costosa para sus colecciones, reconoce agradecido que eso no hubiera podido ocurrir sin un favor especial de los dimones. Cuando se retira despus de la muerte del Gran Duque al castillo de Dornburg, y aqu disfruta de una estancia agradable y vivificante por encima de toda expectativa, reconoce agradecido que los dimones benevolentes lo habran dirigido hacia all. Tambin les encomienda a los amigos en las expresiones finales de sus cartas. Y bien sabe Goethe, que uno no ha de obtener solamente buenos y amistosos prodigios de estos inexplicables seres. Gustan tambin de hacer bromas extravagantes; obstaculizan el cumplimiento de los planes y del trabajo. Y se muestran de la forma ms maligna, cuando envan enfermedad y malestar corporal, y paralizan as la fuerza activa.Pero de repente, antojbaseles a los perversos dimones, golpearme con puos de una forma sensiblemente grosera (a Sartorius, 17 de mayo de 1815). Aqu se trata de un resfro muy fuerte. En otra ocasin, dice que el daimon maligno que lo persegua se haba arrojado finalmente hacia el ojo izquierdo. Quien siente as, se inclinar a creer que en todos los giros de su vida participan fuerzas invisibles e incontrolables. Destino sera una palabra demasiado pomposa aun cuando con ella se designara correctamente tambin la regin a la que corresponden estos seres inaprehensibles. En la juventud, haba credo Goethe en los espritus malignos que torturan a los hombres. Ms tarde, sola evocar a los dioses. La transicin a la expresin dimones no carece, tal vez, de un significado ms profundo.As, comprobar el lector desprejuiciado de nuestro tiempo, incluso este gran hombre habra sucumbido, a su propio modo, a la supersticin. Consideraba que la supersticin era preferible a la incredulidad y que las naturalezas enrgicas, magnficas, progresistas tendran una inclinacin hacia ella (40, 168). Tambin la llam, en general, la poesa de la vida. Sin embargo, advirti: sera sensato confiarse a lo misterioso en la vida y a lo que se nos presenta de imprevisto y buscar un principio superior, slo en la medida en que ste nos mueva a sentir veneracin ante las fuerzas incomprensibles que nos rodean. En este sentido habra que comprender lo que Goethe dice sobre dimones y espritus. sta es tambin una expresin de genuina piedad... en el sentido que Goethe siente que el espacio en el que los seres humanos se mueven por propia voluntad est cercado por un orden ms amplio, misterioso. Goethe considera el mundo y la vida al modo del Poeta; por todas partes ve accin y manifestacin, las fuerzas trascendentes se le muestran corporizadas; por lo tanto, las denomina con nombres mticos. Lo que piensa el hombre, es dirigido de modo distinto segn se entrometan los dimones superiores o inferiores (a Zelter, 22 de julio de 1816). Pueden ser amistosos u hostiles, l sabe que difcilmente alguna vez se librar de los dimones. Pero no se les debe conceder como lo hace Fausto al final ms poder sobre uno que el indispensable. A pesar de su veneracin por el orden universal y la legalidad de la naturaleza, a pesar de su reverencia ante la misteriosa fuerza que nos circunda, Goethe no es totalmente un fatalista. Lo mueve el fuerte sentimiento de personalidad tal como se ha desarrollado en los tiempos modernos de occidente. As, busca una sntesis entre la necesidad del individuo de un desarrollo libre y la limitacin que experimentamos al ver que fuerzas de un orden superior dan a nuestro deseo xito o fracaso. La concepcin de que la individualidad innata es incluso la primera y ms rigurosa necesidad constituye una compensacin. Ningn hombre puede cambiar una fibra de su ser, aunque pueda formar mucho en su persona (a F. H. Jacobi, 31 de marzo de 1784). En la vejez pronunci repetidas veces el pensamiento segn el cual nuestro propio Yo es nuestro verdadero destino. El hombre puede volverse, hacia donde quiera, puede emprender lo que sea; siempre regresar nuevamente a aquel camino que la naturaleza le prescribi (22, 150). Esto es lo que lleg a comprender al hacer la retrospectiva de su propia vida (Poesa y Verdad, I, 4). En forma magnfica y definitiva expres la fuerza fatal de la individualidad innata en la primera de las rficas palabras primigenias (vase lo que se dice sobre esto en pg. 268) Transcribimos el pasaje referido: Palabras Primigenias. rficas es el ttulo de un ciclo de cinco estrofas (1817) en octava rima. La historia de su constitucin explica el ttulo llamativo. Entre los fillogos clsicos de entonces se desarroll una orientacin romntica. Estos investigadores se remontaban a la cosmogona de los griegos, que era ms antigua que el Olimpo homrico. Crean encontrar en la poesa rfica de los primeros tiempos, cuando los poetas eran an sacerdotes y los misterios religiosos se expresaban de modo simblico en imgenes, la religin primigenia de los griegos, mitos oscuros, smbolos de los cultos orgisticos y dionisacos, de los cuales no se ocupaban Winckelmann y sus discpulos. Las imgenes atvicas parecan estar conservadas en las sentencias sagradas de la poesa sacerdotal, enraizadas en representaciones orientales y egipcias. El romano Macrobio informa de una doctrina de los egipcios, segn la cual a los recin nacidos les brindaban ayuda cuatro divinidades: Daimon, Tyche, Eros, Ananke. Para Goethe se abri, a travs del conocimiento de estas tinieblas rficas, un nuevo espacio de saber antiguo, si bien tambin encontr que se trataba de un mundo maravilloso. No lo preocupaba el lado histrico de la discusin erudita. Quera intentar desenterrar de entre los escombros histricos aquella verdad eternamente valida que contenan los proverbios maravillosos sobre destino-humano y refrescarla a partir del propio saber de la experiencia. Dice que no se puede resistir el estmulo que produce cada universalidad. Este es el significado de la expresin palabras primigenias. Estos proverbios, que hablan lacnicamente, quieren dar los smbolos intuidos y las frmulas de ideas ltimas y significativas. Estn emparentadas con el espritu de la sabidura platnica ms que al de la rfica.. As debes ser, no puedes huir de ti.. A esta particularidad y fuerza innata que determina, ms que toda otra cosa, la vida del hombre, la denomina Goethe daimon. Lo sobrenaturalmente poderoso, lo absolutamente necesario como lo originalmente creador, es designado con el venerable nombre que Scrates haba dado a la voz divina que lo conduca.El hombre productivo tiene ms motivos que los otros hombres para creer en el daimon como en un supery conductor. Quin depende de la inspiracin, sabe cun poco se deja dominar todo lo que se relaciona con la produccin creadora. Toda productividad de ndole elevada, toda apreciacin significativa, todo invento, todo gran pensamiento que rinde frutos y tiene consecuencias, se encuentra fuera de las fuerzas de cualquier hombre y est por encima de todo poder terrenal. (Eckermann, 11 de marzo de 1828). Estos son dice Goethe inesperados regalos de lo alto, puros hijos de Dios que hay que recibir con agradecimiento. Todos los artistas sienten de este modo. En una ocasin, Richard Wagner dijo que cede la conduccin de la vida a su instinto; porque siente que se pretende de l algo que es ms elevado que su personalidad. De l cuida el genio maravilloso al que sirve; ste exige que realice aquello para lo cual slo l es capaz.Experiencias de esta especie conducen a Goethe a entender el fenmeno ms elevado que se da en la esfera de estos misterios: a lo demnico. l trata detalladamente esto en el ltimo libro de su autobiografa, en el pasaje que trata sobre Egmont (vase ms arriba pg. 52) Se transcribe el pasaje citado: El autntico adversario de Egmont no es Alba, el espaol que lo hace matar, sino una fuerza misteriosa, pero inmanente a la esfera de la vida, y que ocupa el lugar que tiene el Hado en la tragedia griega. En el ltimo libro de Poesa y Verdad intenta Goethe describir la esencia de esta fuerza tan bien como sea posible con palabras. Dice que ha descubierto algo, tanto en la naturaleza como en la vida de los seres humanos, que no se deja aprehender ni de acuerdo con lo analoga de nuestra razn ni a travs de la representacin de un poder hostil. Este Ser parece, en su obrar incalculable como el azar, el instrumento de una providencia superior, a travs de la cual se vincula, de forma peculiar, al individuo con el curso necesario del todo tanto en la vida como en la historia. Siguiendo el ejemplo de Scrates y Plotino lo llam Goethe lo demnico. En los primeros aos de Weimar, cuando se ocupaba de terminar Egmont, se desarrollo en l el sentimiento de que la voluntad de esta fuerza invisible la cual era idntica, de manera singular, al ser ms intimo de la individualidad y, sin embargo, superaba ampliamente la voluntad premeditada del Yo, ejerca su influjo ante todo sobre la existencia de grandes individuos, y tambin sobre la suya.. All se dice que lo demnico es un ser de tipo trascendente, tan poderoso como impredecible; insondable aunque se perfile con nitidez suficiente en manifestaciones de gran diversidad. En l se impone una fuerza que muestra consecuencia y sugiere un orden. Y, sin embargo, es un orden a travs del cual es tergiversado aquello que denominamos el orden moral del universo. Si lo demnico se ha manifestado, entonces podemos reconocerlo como una fuerza que acta con sentido pleno y por esto aceptar su rigurosa necesidad como una sabidura ms elevada. Pero no se pueden prever sus acciones y de ningn modo provocarlas. Hermann Grimm ha denominado a esta perspectiva un gil fatalismo dado vuelta, y se podr encontrar que se muestra all un rasgo fatalista. Pero no hay ninguna clase de caracterstica pesimista en la teora de lo demnico de Goethe. Todas las expresiones de este ser corresponden a una actividad positiva, aun cuando en principio se presenten destructivas. Corresponden a las manifestaciones de lo demnico, tambin, acontecimientos que se muestran como las disposiciones ms afortunadas de sentido prodigioso. Goethe sinti el comienzo de su relacin con Schiller como un suceso de tal significado superior. Lo cargado de sentido por vas maravillosas lo ve en que se encontraron en un momento en que cada uno estaba inmerso en una crisis que fue resuelta de la mejor manera y precisamente a travs de aquello que el otro tena para dar. Ms poderoso aun se manifiesta lo misterioso en los casos en que un hombre extraordinario es destruido a travs de una consecuencia de la adversidad y nosotros creemos percibir que ocurri porque haba cumplido su misin. A Napolen ante todos, luego a Federico el grande, Byron, Paganini, llam Goethe naturalezas demnicas, tambin a Carlos Augusto de Weimar. En esta doctrina se muestra nuevamente el esfuerzo de Goethe por lograr una perspectiva de la vida que se encuentre por encima de la concepcin racional, as como tambin de la distincin moral. Lo demnico se encuentra en relacin tanto con lo tico como con lo racional, pero en aquella relacin de contraste productivo. Tambin esta fuerza pertenece al tejido de la existencia. Como quiera que se manifiesta es venerable como uno de los instrumentos de primera necesidad... la necesidad, a saber, de que la vida permanezca conservada en su totalidad contradictoria, porque puede, slo as ser tan fuerte y grande, slo as renovarse perpetuamente. La pregunta por el origen y el porqu de esta manifestacin en la cual parece darse a conocer una contradiccin irresoluble del orden universal habra conducido al espritu especulativo hacia la regin de lo insondable. Goethe se content con sealar el centro del misterio a travs de otro misterio sugerente: Nemo contra deum nisi deus ipse Nadie contra Dios, excepto Dios mismo. (25, 126).

El Proceso de la Vida En: Vitor, op. cit., pp. 465-469.

Dividir lo unido, unir lo dividido es la vida de la naturaleza; esto es la eterna sstole y distole, el proceso eternamente sincrtico y diacrtico, el aspirar y espirar del mundo, en el cual vivimos, estamos y nos movemos (W. II. 1, 296).

La quietud final se sentir,en cuanto el polo toque el polo.Agradeced por eso a Dios, hijos del tiempo,que separ los polos para toda la eternidad (4,5).

Todo lo perfecto en su clase debe sobresalir de su clase,debe volverse algo distinto, algo incomparable(21, 225).

Si de todos los conceptos con los cuales Goethe busc explicarse los procesos de la vida se quisiera extraer uno como el ms importante y fundamental, entonces ste slo podra ser el concepto de polaridad. Incluso lo llam la formula eterna de la vida, y vio en el cambio polar de atraccin y repulsin el autntico pulso de la vida. La doctrina de los opuestos como principio generador es naturalmente antigua y difundida. Es tan antigua como el pensamiento filosfico. Aristteles conjetura que todo en la naturaleza est organizado de forma opuesta o se genera a partir de los opuestos (Fsica, 1, 5). Con un sentido ms profundo se encuentra ya en los filsofos de la naturaleza, en Herclito por ejemplo, que la armona de la naturaleza no se origina a partir de lo semejante sino a partir de lo opuesto; del mismo modo que mujer y hombre deben unirse para que un nuevo ser humano sea concebido. Mientras Goethe progresa en su estudio de las ciencias naturales, polaridad se vuelve una palabra importante y favorita de la filosofa coetnea, sobre todo, a travs de la filosofa de la naturaleza de Schelling, donde se habla de una divisin originaria en la naturaleza. Dualidad que tiene raz en la unidad, unidad que se disocia en dualidad; esto aparece como la ley fundamental del mundo. Schelling haba conocido no el fenmeno mismo, pero s el concepto de polaridad a partir de los escritos de Kant. Y si bien Goethe seal ms tarde que la idea de una polaridad que tiene efecto sobre todas las cosas corresponda a sus convicciones ms tempranas y que el siempre las haba mantenido; fue Kant, sin embargo, quien lo condujo desde entonces a la utilizacin del concepto mismo en su significado preciso... justamente como expresin de conocimiento, segn la cual fuerza de atraccin y fuerza de repulsin corresponden al ser de la materia y ninguna puede ser separada de la otra en el concepto de materia (28, 155). A partir de eso dice Goethe se haba desarrollado para l la polaridad primigenia de todos los seres; y reconoci que este es el nico elemento que acta en todos los fenmenos y es la fuente de vida de stos. En Kant aparece en los Principios metafsicos de la ciencia natural, que en la materia slo es posible pensar dos fuerzas mviles, una que atrae y una que repele, y que una no se puede pensar sin la otra. A travs de la sola fuerza de atraccin sin fuerza de repulsin ninguna materia es posible. En la Antropologa se dice finalmente que el juego de fuerzas, tanto en la naturaleza inorgnica como en la orgnica, en el alma como en el cuerpo, se basa en disgregacin y unin de aquello de naturaleza diferente. Esto es, en otras palabras, la representacin goetheana de la polaridad primigenia de todos los seres. Con peso leve y contrapeso se equilibra la naturaleza aqu y all (Prlogo a la Teora de los colores). En la explicacin del proceso a travs del cual se origina la figura de las plantas, el peridico cambio entre contraccin y expansin parece manifestar un dualismo primigenio. Finalmente deduce Goethe los colores de la oposicin entre luz y oscuridad. Los colores se originan cuando luz y sombra se entrechocan. Que Goethe insistiera en deducir tambin los fenmenos pticos a partir del contraste polar, lo llev precisamente a oponerse a Newton. En la polaridad no se trata de un antagonismo de tipo hostil, excluyente como en la anttesis lgica, donde solamente uno de los dos enunciados puede ser vlido; sino de una correlacin complementaria entre accin y reaccin, una oposicin que busca producir un equilibrio a partir de s. Este antagonismo complementario, lo encuentra Goethe en todos los organismos y todos los procesos de la vida. Separarse, unirse, disolverse en lo universal, persistir en lo particular (W.II., 11, 129), esto es la pulsacin de la vida en todas partes del universo. Origen y extincin, creacin y destruccin, nacimiento y muerte, alegra y pesar, todo se entreteje. Schelling dice que sin oposicin no hay vida; y Goethe lo llama directamente una ley de la naturaleza, segn la cual a cada accin se opone una negacin; Toda la existencia es un eterno separar y unir. Esto es valido tambin para la actividad del hombre. La contradiccin nos hace productivos. As, hay actividad moral slo cuando la fuerza del bien es puesta en movimiento a travs de la fuerza contraria del mal. Por todas partes en las interpretaciones poticas de la vida que hace Goethe, hombres y procesos se encuentran en relacin reciproca de contraste polar. Goethe encuentra en el magnetismo el verdadero fenmeno primigenio de la polaridad. Aqu, como en los otros fenmenos elctricos, la fuerza positiva conforma slo junto a la fuerza negativa la totalidad del fenmeno. Cuando Goethe habla del ritmo polar de las funciones de la vida, alude la mayora de las veces a la accin del corazn como a un caso especial que es una parbola particularmente clara de la ley universal; y utiliza la expresin sstole y distole (contraccin y dilatacin). O indica el movimiento rtmico de la respiracin. La aspiracin presupone ya la espiracin y viceversa. El corolario ms importante de esta teora de la polaridad consiste en que todo lo que en el mundo y en la vida designamos negativamente, aparece justificado. Incluso la representacin segn la cual oposicin, antagonismo, dualismo son negativos en s, es superada por dicha teora. Si no existe ningn movimiento sin el antagonismo polar, entonces el polo negativo es tan necesario como el positivo. Pues si la pulsacin que se origina en la oposicin alcanzara la quietud, se detendra el proceso mismo de la vida. Todo en el universo est interrelacionado, todo responde a todo y, por cierto, al modo de la relacin polar: atrayndose y repelindose.En el proceso de la metamorfosis en el cual son formadas y transformadas figuras, procede de la sstole del movimiento de contraccin, la especificacin, de la distole del movimiento contrario de distensin, el progreso ad infinitum (Diario, 17 de mayo de 1808). Si a travs de la polaridad universal, el movimiento de la vida es producido a travs del ir y venir en el telar del tiempo, entonces hace falta otra fuerza fundamental para dar a este movimiento la dinmica interna, a travs de la cual es impulsada y recibe una direccin. Si no, permanecera eternamente en el lugar. Goethe ve con admiracin cmo la naturaleza es capaz de producir una infinita diversidad de seres de acuerdo a pocos principios. En el curso del proceso de produccin, acta una norma que se ocupa de que no sea producida una identidad invariable ad infinitum, sino (aunque de acuerdo con el mismo prototipo) algo nuevo. Pero esto nuevo que Goethe ha estudiado en el proceso de la metamorfosis no es simplemente otra cosa de la misma ndole. Ocurre un cambio cualitativo. La serie de organismos afines asciende en escalones de por decirlo as, una escalera espiritual; comenzando con formas simples, primitivas, progresa hasta las sumamente complejas. Junto a la perpetua atraccin y repulsin, al balanceo hacia aqu y all, acta la tendencia a ascender con esfuerzo constante. A travs de este principio puede la naturaleza producir variaciones infinitas sin repetirse. Polaridad y progresin, stas son los dos ruedas que impulsan toda naturaleza.Tambin en estas ideas llega a la madurez, a travs de Goethe, una perspectiva que tiene una tradicin y juega ante todo un rol en el pensamiento del siglo XVIII. La conviccin del orden armnico y de la lgica interna del universo, en que est basada la filosofa de Leibniz, haba encerrado tambin la suposicin de que en todas partes se produce un impulso al perfeccionamiento, un continuo progresar hacia estados de cultura siempre ms elevados. Esta poca optimista estaba totalmente preparada para creer en un principio inmanente de la perfectibilidad del mundo y sus procesos de vida. La capacidad del hombre de perfeccionarse moralmente y su voluntad para esto, valan como expresin de esta tendencia universal. Del mismo modo se consideraba el desarrollo de la humanidad. Su anhelo de que la humanidad que en ello se empea se realice siempre ms perfecta, segn la doctrina de Herder es precisamente esta progresin, la que da a la historia de la humanidad su sentido ideal. De estas convicciones se despliega luego la creencia en un progreso permanente y continuo.El concepto de progresin goetheano no tiene sin embargo ningn significado metafsico; tampoco se refiere ni al curso de la historia ni a la educacin del gnero humano. Si Goethe habla de progresin, alude entonces con esto a procesos en el reino de la naturaleza creadora, que produce siempre figuras perfeccionadas; pero tambin procesos de tipo ms general y csmicos. l dijo en una conversacin que cada sol, cada planeta lleva en s una intencin superior. Se dice sobre los seres vivos: Todo lo perfecto en su clase debe sobresalir de su clase, debe volverse algo distinto, algo incomparable. En algunos tonos el ruiseor es todava un pjaro; luego se eleva sobre su clase y parece querer ensear a cada plumfero qu significa realmente cantar (21, 225). As, se elev la planta a rbol, la bestia a hombre. El ltimo producto de la naturaleza que progresa continuamente es el bello ser humano (34, 17). En el ser humano contina la progresin en la esfera del espritu y de lo tico, como le corresponde. Est en la naturaleza del hombre siempre progresar ms all y por encima de su meta. Como dice Fausto Sin embargo, innato es a cada cul/ que su sentimiento anse elevarse y avanzar (vers. 1092). En Euphorion, quien quiere ver siempre ms all, se repite y se eleva el noble ansia de Fausto, por la cual, tambin la entelequia incorprea es impulsada an despus de la muerte hacia lo divino.El espritu quiere ascender, hacia donde permanecer eternamente (2,256). Goethe dice, en un conversacin (Reimer, 271), que el amor como se presenta en nuestro tiempo no sera ms, por cierto, el simple, originario instinto natural, sino un sentimiento elevado de mayor densidad. Perfeccionamiento es el deseo del mundo; si se debe denominar perfeccin a la norma del cielo, entonces es la norma del hombre esforzarse hacia la perfeccin. Pero uno debe cuidarse de restringir el concepto de perfeccionamiento y de lo perfecto a lo moral. Ganar ms fuerza y fuego de vida, tanto en la accin como en la creacin, es para Goethe una progresin no menos positiva.

(Trad. de Romn Setton)