Vol 10 Historiografía de la Educación

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  • 5/27/2018 Vol 10 Historiograf a de la Educaci n

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    Coleccin: La Investigacin Educativa en

    Mxico 19922002

    Volumen10:HistoriografadelaEducacinCoordinadoras:LuzElenaGalvnLafarga,Susana

    QuintanillaOsorio,ClaraInsRamrezGonzlez

    400 pginas. ISBN: 9687542322.

    2003

    por

    Consejo

    Mexicano

    de

    Investigacin

    Educativa,

    A.C.

    www.comie.org.mx

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    HISTORIOGRAFADE LA EDUCACIN EN MXICO

    coordinadoras: Luz Elena Galvn Lafarga

    Susana Quintanilla Osorio

    Clara Ins Ramrez Gonzlez

    LaInvestigacinEducativaen Mxico1992-2002

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    Primera edicin, 2003

    Edicin: GRUPOIDEOGRAMAEDITORES

    Diseo de portada: MORADIEZBSCARO

    2003 Consejo Mexicano de Investigacin EducativaSan Lorenzo de Almagro nm. 116

    Colonia Arboledas del Sur, CP14376, Mxico, DF

    ISBN: 968-7542-32-2

    Impreso en Mxico

    Coordinacin general:

    CONSEJO MEXICANO DE INVESTIGACIN EDUCATIVA, AC

    Mtra. Margarita Zorrilla Dr. Armando AlcntaraPresidenta Secretario

    Dr. Mario RuedaCoordinador general de los estados de conocimiento

    Agradecemos el apoyo de:

    Centro de Estudiossobre la Universidad-UNAM

    Dr. Axel DidrikssonTakayanagui

    Director

    Mtra Ma. de Lourdes Velzquez AlboSecretaria Acadmica

    Direccin General de InvestigacinEducativa, de la Subsecretara

    de Educacin Bsica y Normal-SEP

    M. en C. Lorenzo Gmez-MorfnFuentes

    Subsecretario en Educacin Bsica yNormal

    Prof. Rodolfo Ramrez RaymundoDirector General de Investigacin Educativa

    PROGRAMADEFOMENTOALAINVESTIGACINEDUCATIVA

    CONVOCATORIA2002

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    LAINVESTIGACINEDUCATIVAENMXICO

    (1992-2002)

    La coleccin de libros La investigacin educativa en Mxico(1992-2002) es el resultado de una de las actividades centrales impulsadaspor el Consejo Mexicano de Investigacin Educativa (COMIE) para fortale-cer el desarrollo de la investigacin educativa en el pas.1En el mes de mayodel ao 2000 se dieron los pasos iniciales para conformar un equipo de

    trabajo que coordinara el proceso de elaboracin de los estados de conoci-miento correspondientes a la dcada de los noventa.Como antecedente a esta actividad, en 1996, se edit una coleccin de

    nueve libros bajo el ttulo de La investigacin educativa en los ochenta,perspectivas para los noventaque revis la produccin de la comunidadde investigadores educativos del pas de 1982 a 1992. En esa ocasin, comoun derivado de la participacin de ms de doscientos acadmicos en la ela-boracin de los estados de conocimiento a lo largo de varios aos, se fundel COMIEque a la fecha ha diversificado sus iniciativas para fortalecer lainvestigacin sobre educacin en el pas; destacan entre otras muchas acti-

    PRESENTACIN DE LA COLECCIN

    1 Un agradecimiento especial para la doctora Guillermina Waldegg, presidenta del

    COMIEdurante los primeros dos aos de la realizacin de este proyecto, por suparticipacin en la conformacin de las comisiones que iniciaron los trabajos, ensu apoyo para la seleccin de coordinadores de rea y la obtencin de condicioneseconmicas para hacer posible esta tarea. A la maestra Margarita Zorrilla presiden-ta actual que hizo posible la continuidad y trmino de las actividades previstas.

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    vidades la organizacin del Congreso Nacional de Investigacin Educativacada dos aos y la Revista Mexicana de InvestigacinEducativa, iniciada en 1996y que a la fecha sigue publicndose puntualmente.

    El COMIEretom la idea de continuar constituyendo la memoria delquehacer cientfico sobre educacin en el pas, por lo que se dio a la tarea derevisar la produccin en la dcada pasada. La actividad se formaliz al con-formar un equipo de investigadores dispuesto a invitar a otros colegas yconstituir equipos de trabajo voluntario para cubrir, en principio, los mis-mos temas desarrollados para la dcada de los ochenta. La combinacin deiniciativas personales y una discusin amplia colegiada delimit la configu-racin de once reas con sus respectivos temas al interior. Durante distintasetapas del proceso se contabiliz la participacin de 433 acadmicos, 146

    miembros del COMIEy 287 de otras instituciones.Para la elaboracin de los estados de conocimiento del periodo que

    abarca esta coleccin, se reconoci como finalidad de la actividad el desa-rrollo y fortalecimiento de la investigacin educativa (IE), considerndosede manera simultnea otros propsitos:

    Producir conocimiento sistemtico, analtico, crtico y propositivo so-bre la produccin de la IE.

    Desarrollar redes de acadmicos de distintas instituciones. Ampliar y fortalecer las relaciones de colaboracin entre acadmicos

    de distintas instituciones.

    Facilitar la incorporacin de nuevos acadmicos a la actividad profesio-nal como investigadores sobre educacin. Contribuir a la formacin de estudiantes en el campo de la investiga-

    cin educativa. Ampliar la difusin del conocimiento derivado de la investigacin edu-

    cativa a distintos pblicos. Contribuir a la consolidacin del COMIE, como comunidad acadmica

    especializada en la IE.

    En cuanto a la definicin formal se opt por considerar al estado de conoci-miento como el anlisis sistemtico y la valoracin del conocimiento y de laproduccin generadas en torno a un campo de investigacin durante un perio-do determinado. Esto permitira identificar los objetos bajo estudio y sus refe-rentes conceptuales, las principales perspectivas tericas-metodolgicas, ten-dencias y temas abordados, el tipo de produccin generada, los problemas deinvestigacin y ausencias, as como su impacto y condiciones de produccin.

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    El conjunto de trabajos estuvo dirigido a travs de un comit acadmi-co, compuesto por un coordinador general, los responsables de las oncereas de conocimiento y un representante del comit directivo y del consejoconsultivo del COMIE. Los coordinadores de las reas se designaron a partirde autopropuestas y de invitaciones formuladas a miembros del COMIEdes-de la coordinacin general y el comit directivo, en todos los casos losnombramientos fueron avalados por el comit acadmico.

    La actividad del comit acadmico se inici formalmente con el diseode algunos criterios de orientacin general:

    a) Organizacin

    El trabajo estar organizado a partir de un grupo de investigadorescuya produccin se inscribe dentro de un campo temtico especfico.

    El grupo de trabajo estar coordinado por un miembro del COMIEydebe incluir investigadores de, por lo menos, dos instituciones educati-vas del pas.

    Para colaborar en un campo temtico, el investigador debe tener pro-duccin en ese campo.

    Cada campo temtico formar parte de un rea temtica coordinadapor un miembro del COMIE.

    Los grupos de trabajo deben convocar ampliamente y dar cabida a in-vestigadores de distintas instituciones (idealmente con cobertura na-

    cional), independientemente de su tendencia terica o metodolgica.

    b) Contenido

    La actividad est dirigida principalmente a investigadores, aunque elproceso debe incluir a estudiantes y auxiliares de investigacin.

    No se trata solamente de una recopilacin; sino de un anlisis con cate-goras y marcos de referencia, requiere de un aparato conceptual y em-plea la crtica.

    Enfatiza lneas de continuidad y cambios en el campo, as comolos conocimientos sobre los procesos educativos que aporta la investi-

    gacin. Incluye problemas y perspectivas abiertas, as como agendas en marcha.

    Cada grupo deber discutir y explicitar los criterios sobre los tipos deinvestigacin y conocimientos que se incluirn en la revisin.

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    Se deber cubrir el panorama de la produccin nacional y segn loacuerden en cada equipo de trabajo se ubicar en el contexto regional einternacional.

    En cada equipo se deber definir la pertinencia de desarrollar las condi-ciones de produccin del conocimiento en cada tema, sin excluir laposibilidad de hacerlo en un estudio que considere al conjunto.

    Se procurar la promocin de trabajos que den cuenta del conjunto dela investigacin educativa y ensayos sobre cruces entre campos.

    El comit acadmico funcion como cuerpo colegiado para tomar las deci-siones y establecer las directrices generales en la coordinacin del procesode elaboracin de los estados de conocimiento; as mismo procur la coor-

    dinacin entre las reas y busc el equilibrio entre las instituciones y laspersonas que participaron en ellas. Se emple una pgina electrnica del COMIEcomo eje de la coordinacin, la comunicacin y el seguimiento del proceso.Se extendi una invitacin amplia a todos los miembros del COMIEparaparticipar en la elaboracin de los estados de conocimiento y para el envode las referencias bibliogrficas de su propia produccin.

    Se dise un formato de registro para todos los trabajos con la finali-dad de contar con una base de datos comn, la especificidad de cada una delas reas mostr, desde los primeros intentos, la dificultad de emplear unsolo formato. Al mismo tiempo la idea de contar al final con una base dedatos que incluyera toda la informacin analizada no fue posible de con-cluir debido a problemas tcnicos y de comunicacin con los encargados dedisear la base electrnica.

    Los lineamientos generales se difundieron a travs de la pgina electr-nica y se fueron completando durante el proceso con los lineamientosespecficos de cada rea, con la finalidad de que las dems pudieran benefi-ciarse de las experiencias particulares. En cuanto al funcionamiento de losgrupos, cada uno defini su forma de trabajo y lo plasm en planes deaccin y reportes parciales que se dieron a conocer en la pgina electrnica,con la intencin de enriquecer el trabajo colectivo a travs del intercambio.

    El comit directivo del COMIEdio a conocer pblicamente, a travs decarteles y publicidad en medios impresos, el proyecto de elaboracin deestados de conocimiento, para facilitar a los investigadores el acceso a la

    informacin por parte de los cuerpos directivos de las instituciones y, a suvez, extender la invitacin para que el pblico en general enviara materialespara cada uno de los temas a desarrollar.

    Durante la realizacin delVICongreso Nacional de Investigacin Edu-cativa (en el ao 2001) se presentaron los avances de los trabajos

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    correspondientes a las reas, a cargo de cada uno de los responsables; conlas presentaciones se confirm la diversidad de estilos de organizacin, for-mas de trabajo y variedad de productos esperados como resultantes delcomplejo proceso seguido a lo largo del primer ao de colaboracin.

    El comit acadmico acord como procedimiento que cada una de lasreas y sus respectivos temas propusieran los nombres de dos o tres lecto-res externos (personas especialistas en el tema que no hubieran participadoen la elaboracin de los documentos), para que de manera conjunta con losresponsables de cada tema pudieran intercambiar puntos de vista para lo-grar la versin final de los libros. Las propuestas de dictaminadores fueronanalizadas y aprobadas por el comit acadmico. Asimismo se acept laposibilidad de que los lectores, si as lo consideraran en cada rea, pudieran

    participar como comentaristas, elaborando un documento breve que se in-cluira en la versin final de los estados de conocimiento.2

    BALANCEPRELIMINAR

    Una apreciacin inicial sobre el proceso de elaboracin de los estados deconocimiento se trat de captar con las respuestas de los coordinadores de lasreas a un cuestionario3que solicitaba su opinin sobre el cumplimiento delos propsitos con los que se inici la actividad. Las respuestas se agrupa-ron segn los propsitos previstos:

    1) Producir conocimiento sistemtico, analtico, crticoy propositivo sobre la produccin de la investigacin educativa

    En relacin con la produccin de la investigacin educativa, siete de losonce coordinadores afirmaron que el rea de conocimiento y sus campostemticos s cumplieron con el objetivo de producir conocimiento sistem-tico, analtico, crtico y propositivo; mientras que tres coordinadores expre-saron que dicho objetivo se alcanz parcialmente debido a que no se haefectuado un anlisis profundo del desarrollo de cada campo temtico, as

    2 La culminacin de la actividad colectiva recibi un fuerte impulso con la firma del

    convenio suscrito entre la SEPy la UNAM, con la participacin decidida del doctorngel Daz-Barriga director en su momento del CESU.3 Un agradecimiento especial a las maestras Leticia Elizalde Lora y Alma Delia

    Torquemada Gonzlez por su participacin en el diseo del cuestionario y en elanlisis de la informacin obtenida.

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    como a la complejidad que represent la produccin de escritos sistemti-cos, crticos y, sobre todo, propositivos. nicamente una persona no res-pondi a esta pregunta.

    2) Desarrollar redes de acadmicos de distintas instituciones

    Respecto de la conformacin de grupos de trabajo, 7 coordinadores co-mentaron sobre la existencia de un equipo de investigadores reducido queinicialmente trabaj de manera constante. Estos grupos de trabajo se ha-ban consolidado debido al desarrollo previo de investigaciones conjuntas.El tiempo que reportan haber trabajado juntos oscila entre los 3 y los 15aos.

    As, los acadmicos participantes provienen de diversas institucionesde nivel superior: facultades y centros de la UNAM, DIE-CINVESTAV, ICAI,CIESAS, COLMEX, UPN; universidades de los estados de Aguascalientes,Sinaloa, Morelos, Puebla, Guadalajara, Baja California, Estado de Mxico,Veracruz; Archivo Histrico de Colima; ISCEEM; Escuela Normal paraMaestros de Toluca nm. 2; SEP, SEITy SEJ.

    En estas siete reas temticas, las redes acadmicas existentes desarro-llaron diversas actividades, tales como:

    Seminarios:Sesiones peridicas de trabajo en donde se discutieron lasdirectrices y enfoques de los campos temticos, se analizaron docu-mentos y la redaccin final de los trabajos.

    Reuniones de discusin:Encuentros acadmicos para tomar acuerdos so-bre el objeto de conocimiento de cada campo e intercambiar informa-cin sobre la toma de decisiones de cada grupo de trabajo.

    Seleccin e intercambio de material:Una tarea comn consisti en recopilarmaterial bibliogrfico a travs de ndices de revistas de educacin y basesde datos, as como rescatar las producciones cientficas de todo el pas.

    Proyectos colectivos:Desarrollar investigaciones y/o proyectos de maneraconjunta.

    Foros acadmicos:Organizacin de encuentros de inters comn a escalanacional o internacional.

    Seguimiento de actividades:Procesos de revisin y correccin de los esta-dos de conocimiento a partir de las problemticas detectadas.

    Conformacin de comunidades de trabajo:Integracin de redes y grupos co-legiados, promoviendo la incorporacin de nuevos investigadores y es-tudiantes, a la vez que se articularon actividades de inters.

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    Otras actividades realizadas en menor medida fueron:

    Publicaciones:produccin para revistas de obras colectivas.

    Productos:entrega de informes sobre la integracin de los estados deconocimiento, resmenes analticos y elaboracin de diccionarios.

    Directorio:un conjunto de directorios en constante actualizacin.

    Formacin acadmica:redes informales de formacin acadmica especiali-zada y programas de posgrado.

    Definicin de lneas de investigacin:Identificacin y construccin de lneasde investigacin constitutivas de cada campo.

    Dada la existencia reducida de estos grupos de trabajo, nueve coordinado-res comentaron que se impuls el crecimiento de esta red acadmica atravs del involucramiento de nuevos participantes. Esto se desarroll prin-cipalmente a travs de dos medios. Primero, mediante una convocatoriaabierta propuesta por el COMIEque brind la oportunidad de establecercontacto con investigadores de todo el pas. El segundo medio fue la deci-sin de cada rea y/o campo temtico, conformando proyectos temticosde los participantes. Otras maneras que permitieron la integracin de equi-pos de trabajo fueron los congresos y seminarios colectivos.

    Cabe sealar que de 5 a 90 acadmicos colaboraron en los distintosgrupos para elaborar los estados de conocimiento, procedentes de diferen-tes instancias de la UNAM, as como de otras universidades de la repblica,

    como: ICEEM, Escuela Nacional de Maestros, CENEVAL, SEP, CIIDET, DIE-CINVESTAV, ISCEEM, CIESAS, COLMEX, Colegio Mexiquense, Toluca,Cuernavaca, Universidad de las Amricas, de Puebla, Morelos, Yucatn, Hi-dalgo, Guadalajara, Quertaro, Veracruz, Sonora, Aguascalientes, Guerre-ro, Chapingo, Zacatecas, Nuevo Len y Michoacn, entre otras.Participaron adems becarios, ayudantes de investigacin y prestadores deservicio social.

    En lo que se refiere a las funciones desempeadas por los equipos detrabajo, se reportaron:

    Productos:Redaccin, anlisis, interpretacin, integracin y presentacinde los documentos de cada campo temtico.

    Discusin:Reuniones peridicas para trabajar y analizar los ejes temti-cos de los estados de conocimiento.

    Recopilacin del material:Bsqueda y clasificacin de informacin sobrelas temticas de inters.

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    Bases de datos:Sistematizacin de bases bibliogrficas y documentales,con el apoyo de asistentes y ayudantes de investigacin.

    3) Ampliar y fortalecer las relaciones de colaboracin entre acad-micos de distintas instituciones

    Por otra parte, en todas las reas temticas se seal como principales me-canismos de comunicacin el correo electrnico y las reuniones peridi-cas, algunas de ellas seminarios de trabajo, lo que en su conjunto permiti elintercambio de informacin y retroalimentacin en trminos tericos ymetodolgicos al interior de los campos. En menor medida se sealaron eluso de bases de datos y eventos acadmicos como medios de comunica-

    cin. Cabe destacar que tres de las once reas temticas utilizaron una pgi-na electrnica para facilitar la comunicacin entre los participantes.En cuanto a las acciones de colaboracin entre los miembros del grupo, en

    seis reas temticas los coordinadores manifestaron que se dio a travs de laorganizacin y desarrollo del trabajo; as se delimitaron tareas, criterios derevisin e integracin de los materiales. De igual forma, se tomaron acuer-dos sobre la presentacin formal de los documentos. Otra accin de cola-boracin consisti en el intercambio de material bibliogrfico entre loscampos. Es importante sealar que tres coordinadores reconocieron la im-portancia de la comunicacin electrnica como medio de colaboracin.

    Asimismo, cinco coordinadores comentaron que las relaciones de co-laboracin se han mantenido gracias al trabajo conjunto, permanente y al

    apoyo mutuo de los equipos, as como al ambiente de armona y cordialidadentre sus integrantes. Algunas reas expresaron que la comunicacin elec-trnica y el intercambio de material bibliogrfico tambin permitieronmantener las relaciones de colaboracin entre los campos.

    Por otra parte, en nueve reas temticas se reconocieron diversas difi-cultades:

    Diferencias personales:Desacuerdos sobre posturas, perspectivas, formas detrabajo o enfoques para el desarrollo de los estados de conocimiento.

    Elaboracin y presentacin de escritos:Se detectaron dificultades en la redac-cin de escritos, en la definicin de ncleos temticos, as como unalimitada produccin y heterogeneidad de productos. Retrasos en la en-trega de versiones finales.

    Ausencia de coordinadores y/o expertos:En algunas reas se reincorporarontardamente expertos en el campo y en otras se expres la opinin depoco involucramiento de sus coordinadores.

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    Limitaciones institucionales:Por la ubicacin de los participantes en susinstituciones de procedencia, algunos tuvieron que dejar actividadespara asistir a las reuniones de trabajo.

    Inexperiencia de integrantes:Dada la incorporacin de nuevos integrantesque desconocan la dinmica de trabajo en investigacin, se tuvo quebrindar apoyo y asesora constante.

    Financiamiento:Apoyo econmico insuficiente porparte de las institu-ciones para que los participantes de diversas partes de la repblica setrasladaran a la ciudad de Mxico.

    Manejo de bases de datos:Carencia de una formacin conceptual para elanlisis y capacitacin en cmputo de bases de datos.

    Ante las dificultades encontradas, los coordinadores manifestaron el em-pleo de algunas estrategias:

    Conciliacin en los conflictos:Se propici el dilogo abierto, la confronta-cin y negociacin entre los miembros en conflicto, llegando a acuer-dos mutuos promoviendo, al mismo tiempo, el trabajo en equipo.

    Apoyo y asesora: Orientacin del trabajo al interior de los campos,reasignando tareas, apoyando a los nuevos integrantes en la dinmicade trabajo y manteniendo la interlocucin entre los campos que configu-ran cada rea temtica. Se apoy en la coordinacin de otros campos.

    Revisiones y ajustes al trabajo:Se efectuaron anlisis exhaustivos de los

    estados de conocimiento revisando y corrigiendo los diversos docu-mentos. Asimismo, se reorganizaron algunos ejes temticos para unamejor integracin de los documentos.

    Apoyo de expertos:Se invit a especialistas con el propsito de orientar eltrabajo en algunos campos temticos.

    Apoyo financiero:nicamente un coordinador expres la obtencin deayuda econmica para desarrollar reuniones de trabajo.

    Cabe destacar que solamente en dos reas temticas no se reportaron difi-cultades durante la elaboracin de los estados de conocimiento.

    Adems nueve coordinadores afirmaron que continuarn trabajando

    en equipo una vez que concluyan los estados de conocimiento desarrollan-do diversas actividades como:

    Proyectos:Investigaciones colectivas sobre temticas derivadas de los es-tados de conocimiento y de inters para el grupo de trabajo.

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    Eventos acadmicos:La organizacin conjunta de diversos eventos, talescomo foros y congresos. Redes acadmicas:Conformar vnculos de comunicacin para identificar

    acadmicos que realicen investigacin en las temticas del grupo detrabajo y generar el intercambio de informacin.

    En menor medida se sealaron adems la integracin de nuevos estados deconocimiento, publicaciones de los productos efectuados, elaboracin yentrega de bases de datos a instituciones acadmicas, as como la operacinde programas de posgrado.

    Es importante sealar que mientras cuatro coordinadores no especi-fican el tiempo en el que desarrollarn el trabajo posterior a la culminacin

    de los estados de conocimiento; cuatro de ellos sealaron que la duracindel trabajo colectivo estar en funcin del desarrollo de las temticas deinters, o bien, de la realizacin de eventos acadmicos previamente organi-zados. Solamente en un rea temtica se especific una fecha concreta.

    nicamente dos coordinadores puntualizaron que no continuarn tra-bajando colectivamente despus de haber concluido los estados deconocimiento, debido a que no existen intereses comunes sobre temticasde investigacin y dada la incompatibilidad de los integrantes para desarro-llar actividades en equipo.

    4) Facilitar la incorporacin de nuevos acadmicos a la actividadprofesional como investigadores sobre educacin

    Respecto a la incorporacin de nuevos acadmicos al campo de la investi-gacin, la mayora de los coordinadores comentan que s se realiz dichaincorporacin y slo uno enfatiza que no, debido a que es muy reciente eltrabajo de investigacin en el rea y el tipo de trabajos como ensayos suelenescribirse por personas con fuerte presencia en el sector educativo.

    Por lo que se refiere a si el estado de conocimiento facilitar la incorpora-cin de nuevos acadmicos para la investigacin sobre el tema, siete coordina-dores expresan que s, ya que tenan como propsito hacer crecer la comuni-dad. Entre las estrategias para realizar la incorporacin se consideraron:

    Integrar a jvenes investigadores como coordinadores de subcampo,coautores o asistentes.

    Otorgar tareas diferenciales. Difundir los productos realizados. Formacin de equipos de trabajo base y regionales.

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    Asimismo, se plantea que las temticas en s generan la incorporacin, yaque estn relacionadas con la vida laboral y personal de los participantesinteresados en la investigacin.

    En este aspecto dos coordinadores sealan que no se realizar la incor-poracin, ya que los estados de conocimiento no son espacios para laformacin propiamente dicha de investigadores y, por lo tanto, es la exis-tencia de grupos o lneas de investigacin en las instituciones la que propiciaesta incorporacin. Un coordinador plantea la posibilidad de incorpora-cin, pero no ampli sus comentarios al respecto.

    5) Contribuir a la formacin de estudiantes en el campode la investigacin educativa

    En cuanto a la participacin de estudiantes, sta se present en nueve reas.De esta manera colaboraron en tres de ellas estudiantes de licenciatura; endos de maestra y doctorado y en cuatro de ambos niveles. Las funcionesdesempeadas consistieron, entre otras, en recopilar y analizar el materialbibliogrfico; elaborar bases de datos; elaborar ensayos; realizar sntesis;elaborar categoras analticas y coordinar subcampos.

    Las habilidades que desde la perspectiva de los coordinadores se promo-vieron en los estudiantes fueron el anlisis, la expresin escrita, la lectura crtica,la localizacin de material especializado, el trabajo en equipo y la investigacin.Sobre las actitudes promovidas, se plantearon el respeto y la comunicacin.

    Para cuatro reas se determina que no se considera la permanencia delos estudiantes despus de la elaboracin de los estados de conocimiento,ya que las instituciones no tienen lugar y presupuesto destinado para nue-vos investigadores. Por el contrario, los que s consideran su permanenciaespecifican que sta se destinar a la culminacin de trabajos de tesis.

    En dos reas no se propici la participacin de estudiantes por consi-derar que la elaboracin del estado de conocimiento exige competenciasacadmicas y un nivel de anlisis que rebasa, en mucho, la recopilacin dematerial y llenado de fichas bibliogrficas y documentales.

    6) Ampliar la difusin del conocimiento derivadode la investigacin educativa a distintos pblicos

    La difusin de los productos no fue realizada por siete reas, bajo el argu-mento de que sera conveniente hacerlo hasta tener los productos termina-dos y dictaminados por los lectores correspondientes. Las 4 reas que sdifundieron sus trabajos siguieron como estrategias la presentacin en con-

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    gresos y conferencias nacionales e internacionales, as como la elaboracinde artculos para revistas.

    7) Contribuir a la consolidacin del COMIEcomo comunidad acad-mica especializada en la investigacin educativa

    Para diez de los coordinadores, las actividades realizadas s contribuyeron ala consolidacin del COMIEcomo organizacin, especificando que el traba-jo acadmico es la mejor forma de unir a los integrantes de una organiza-cin, por lo que si se fortalece la comunidad de investigadores, se fortaleceel COMIE, que desempea un papel fundamental en la investigacin a nivelnacional. Al respecto en un rea de conocimiento se percibe que se trabaja

    para realizar investigaciones especficas, pero no necesariamente para con-solidar a la organizacin que promueve la actividad.

    En siete reas s se incorporaron participantes no agremiados al COMIE,oscilando los nmeros entre 4 y 18 personas. En dos reas los participantesestn en el proceso de ingreso, en otra se desconoce si se realizar dichaincorporacin y, en una ms, no se considera debido a que los criterios deseleccin son muy cerrados. En este sentido, se propone solicitar una rela-cin de los participantes en la elaboracin de los estados de conocimiento,para que sea considerada como un antecedente importante para ingresar alCOMIE.

    La funcin del comit acadmico en la organizacin y orientacin en latoma de decisiones, es percibida por ocho reas como favorable, enfatizando:

    El funcionamiento colegiado y conciliador, realizndose los trabajos enun ambiente de armona, diversidad y tolerancia.

    Buena organizacin. Elaboracin de orientaciones centrales para la integracin de los docu-

    mentos.

    Para dos reas la funcin del comit acadmico fue innecesaria, siendoms conveniente tener un procedimiento escrito con los controles necesa-rios para la actividad (lectores, revisores, mecanismos de consolidacin,etctera). Asimismo, se considera que el papel del comit acadmico no fue

    tan decisivo; en el mismo sentido se seala que fue poco favorable inten-tar elaborar una base de datos compartida con toda la informacin cap-turada.

    Algunos comentarios adicionales giraron en torno a:

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    El contexto.Los estmulos a la productividad han producido presionesen los acadmicos, a diferencia de la situacin en la que se elaboraronlos estados de conocimiento de la dcada de los noventa.

    Coordinador del comit acadmico.Su papel ha sido fundamental para laconclusin de los trabajos, aunque se recomienda actuar con mayorautoridad.

    Grupos de trabajo.El crecimiento de los equipos, por un lado, ampli elestado de conocimiento y, por otro, obstaculiz su organizacin.Sera recomendable no trabajar con convocatorias abiertas, por lo cual se-ra conveniente reconocer grupos de trabajo integrados institucio-nalmente.

    Campos temticos.Considerar la permanencia del tema de formacin deinvestigadores.

    Apoyo del COMIE.Este Consejo debera emplear parte de sus ingresos enapoyar la actividad de elaboracin de los estados de conocimiento bajola modalidad de proyectos de investigacin.

    Finalmente, como podr apreciarse por los comentarios vertidos, la visingeneral de los coordinadores plantea el logro de los propsitos iniciales, sindejar de reconocer sealamientos crticos respecto de algunos rubros. Laactividad desplegada no deja de representar un acontecimiento notable alinvolucrar por cerca de tres aos a ms de cuatrocientas personas interesa-das en constituir la memoria del quehacer profesional sobre la investiga-

    cin educativa en Mxico; este esfuerzo promovido por el COMIE porsegunda ocasin, reafirma su vocacin de servicio hacia la comunidad edu-cativa y consolida el puente de acceso a la investigacin de los nuevos acto-res. Quizs lo ms extraordinario es que la tarea, a pesar de los obstculosde todo tipo, ha sido concluida. Sin duda otro momento para el balance delo ocurrido lo constituir la lectura analtica de los libros producidos, en laque los lectores tendrn la ltima palabra.

    Mario Rueda

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    NDICE

    Prlogo .......................................................................................................................21

    Luz Elena Galvn y Susana Quintanilla

    PARTEIHISTORIOGRAFADELAEDUCACIN

    COLONIALENMXICOEnrique Gonzlez Gonzlez y Clara Ins Ramrez Gonzlez

    Los estudios sobre historia de la educacin colonialen la ltima dcada del siglo xx..............................................................................27

    La historia de la educacin colonial .................................................................. 28

    Renovacin de los estudios sobre la Real Universidad de Mxico.............. 38

    Hacia una nueva historiografa de la educacin .............................................. 51

    Bibliografa ............................................................................................................. 53

    PARTEIIHISTORIOGRAFADELAEDUCACINENMXICO, SIGLOSXIX-XX

    NUEVOSAVANCESANTEVIEJOSDILEMAS(1993-2002)

    1. Debates, enfoques y paradigmas tericos ..................................................... 85

    Luz Elena Galvn Lafarga

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    2. Los ensayos:La educacin elemental durante el s iglo xix ................................................. 95Luca Garca Lpez

    Magisterio: formacin, situacin social y econmica y feminizacinSiglo XIXy primeras dcadas del XX............................................................ 105Luz Elena Galvn Lafarga

    Los colegios civiles e institutos cientficos y literarios ............................. 115Jorge Luis Snchez Gastlum y Mara Candelaria Valds Si lva

    La educacin preescolar, siglos XIXy XX.................................................... 127Martha Alejandra Ziga Nez

    Historia de la cultura escrita. De los ltimos aos de la Coloniaal siglo XXLuca Martnez Moctezuma ye Irma Leticia Moreno Gutirrez

    Escuelas particulares. Niveles bsico y normal .......................................... 153Mara Guadalupe Garca Alcaraz

    La educacin tcnica en Mxico ................................................................... 159Mara de los ngeles Rodrguez lvarez

    3. Los escenarios institucionales, los objetos de estudio, las categorasde anlisis y las fuentes para la investigacin ............................................. 169

    Luz Elena Galvn

    Bibliografa ............................................................................................................... 177

    PARTEIII

    HISTORIOGRAFADELAEDUCACINENMXICO, SIGLOXX

    1. Historiografa de la educacin superior en Mxico. SiglosXIXy XX ............................................................................................................. 205

    Susana Quintanilla, Lourdes Alvarado y Antonio Padilla

    2. La historiografa del magisterio en Mxico (1911-1970) .......................... 231Alicia Civera

    La historiografa sobre los maestrosen los aos noventa .......................... .......................... ......................... ................ 234

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    Los tiempos, los espacios y las fuentes ........................................................... 236Los temas .............................................................................................................. 239

    Posibilidades a futuro ......................................................................................... 254

    3. Indgenas y educacin en el siglo XXmexicano......................................... 259

    Carlos Escalante Fernndez

    El tema de estudio y su contexto ..................................................................... 259

    Estado de conocimiento .................................................................................... 263

    Perspectivas para el periodo 2003-2010.......................................................... 276

    4. La historia de la educacin rural en Mxico, 1911-1970 ............................ 279

    Juan B. Alfonseca Giner de los Ros

    La escolarizacin del mundo rural. Un acercamientoa los estudios sobre la escuela en contextos agrarios ................................... 279

    Actores e instituciones. Los estudios ruralescomo campo de accin historiogrfica ........................................................... 286

    La produccin de un saber histrico sobre la escuela ruraly la formacin social mexicana ......................................................................... 291

    Escuela y nacin. El aporte de los estudiossobre institucionalizacin de la escuela .......................................................... 303

    Territorio, economa moral, legitimidad y poder en las sociedadesagrarias. Apuntes en torno a perspectivas de la historiografa

    de educacin rural en el Mxico de San Salvador Atenco .......................... 308

    Bibliografa ............................................................................................................... 315

    Apndices:

    1) Un proyecto colectivo: Diccionario de Historia de la Educacinen Mxico ........................................................................................................... 363

    Luz Elena Galvn Lafarga

    Antecedentes ....................... ......................... .......................... .......................... .... 364

    Nacimiento del Diccionario .............................................................................. 365

    Apartados que forman el Diccionario ........................ .......................... .......... 366

    Contenido del Diccionario ................................................................................ 372

    2) Tesis de licenciatura, maestra y doctorado ................................................ 375

    Martha Patricia Zamora Patio y Patricia Hurtado Toms

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    PRLOGO

    La historia de la educacin, al igual que muchas otras historias, perte-nece al pasado, a ese pasado que de una u otra forma siempre lo llevamoscon nosotros, como recuerdo y como huella.El objetivo de este estado de conocimiento ha sido, precisamente, el

    investigar cmo este pasado ha quedado escrito por los estudiosos de lahistoria de la educacin. La tarea que nos propusiramos hace ya ms dedos aos no era sencilla, por lo que fue necesario contar con un grupo decolegas dispuestos a colaborar en esta investigacin.1

    En un principio, se formaron dos equipos de trabajo: el del siglo XIXcoordinado por Luz Elena Galvn, y el del siglo XX, coordinado por Susana

    Quintanilla; posteriormente se unieron Clara Ins Ramrez y EnriqueGonzlez, quienes se dieron a la tarea de investigar lo relacionado con lahistoriografa de la educacin durante la Colonia. Al avanzar en nuestrabsqueda, nos dimos cuenta que la divisin por medio de estos cortescronolgicos, relacionados con los siglos XIXy XX, en varios temas no fun-cionaban. Por ello el lector encontrar una divisin por grandes temas:algunos slo cubren un siglo o periodo; otros, en cambio, amplan su arcohistrico al abarcar tanto el siglo XIXcomo el XX.

    Por otro lado, la investigacin nos llev a un pasado en donde no slose encuentran acontecimientos, sino tambin es posible reconstruir estruc-turas y procesos, sincronas y diacronas, de distinta naturaleza. De hecho,se trata de un pasado multiforme y plural. Para abordarlo, la historia se ha

    1 Un agradecimiento especial a las doctoras Milada Bazant, Elsie Rockell y AnneStaples Dean, cuya lectura permiti mejorar la versin preliminar de este estado deconocimiento.

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    22 LUZELENAGALVNYSUSANAQUINTANILLA

    dado la mano con la pedagoga, la antropologa, la sociologa, la literatura,entre otras disciplinas.Nos encontramos, as, con un campo distinto al que se trabaj en 1992-

    1993, ya que desde esas fechas ste ha crecido significativamente, tanto porel nmero de sus integrantes, como por la diversidad y cantidad de estudiospublicados. El tipo de productos se han diversificado: adems de artculos,captulos, libros y tesis, hemos reseado ponencias presentadas en congre-sos, encuentros y simposios, tanto nacionales como internacionales, quefueron publicadas en memorias electrnicas.

    El inters por la historia de la educacin ha llevado a que los investiga-dores centren su atencin en temas que se mueven a travs del tiempo,como: la Real y Pontificia Universidad de Mxico, la educacin superior

    durante los siglos XIXy XX, la enseanza de las primeras letras durante laColonia al igual que durante el siglo XIX, el nacimiento de las escuelas deprvulos en el siglo XIX, el auge de la educacin rural en las primeras dca-das del siglo XX, o bien la larga historia de la educacin indgena, por slomencionar algunos. Otros investigadores se han preocupado por conocer alos actores colectivos que participaron en estas historias, como maestras ymaestros, alumnos y alumnas, padres de familia, autoridades y ciudadanos.El panorama se abre todava ms, en el momento en el que varios colegas sehan interesado por los libros escolares, la prensa infantil y aquella dedicadaa las mujeres, sobre todo durante el siglo XIX, tomando para el anlisistanto los contenidos como las imgenes.

    Todas estas temticas muestran cmo cada generacin recibi de sus

    antecesores un caudal de ideas, saberes y valores. Afortunadamente, existeuna rica variedad de fuentes para la investigacin; los procesos educativosdejaron numerosas huellas en los documentos que se guardan en el ArchivoGeneral de la Nacin, el Archivo Histrico de la Secretara de EducacinPblica, los archivos estatales y municipales, as como en muchos archivosparticulares. Adems, los estudiosos han recurrido a las memorias y losrelatos, tanto escritos como orales, a las colecciones hemerogrficas y delibros de texto y a las fotografas y otras imgenes de un pasado que no sedeja olvidar.

    Las fuentes se han diversificado, permitiendo que los investigadoresescriban acerca de las mltiples facetas de los procesos educativos: los co-

    nocimientos, los recuerdos, las prcticas, las normas, las formas desocializacin, los elementos de la cultura material y simblica. Es de parti-cular inters para este periodo la indagacin en historias regionales y locales,que ha permitido a su vez repensar los grandes hitos de la historia nacional.La escritura de estas historias implica un proceso de bsqueda, de acumula-

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    Prlogo 23

    cin, de seleccin y de anlisis; el rigor con el que se han realizado las dis-tintas fases de muchos de los estudios reseados indica que nosencontramos ante una naciente comunidad de historiadores de la educa-cin dedicados a recuperar ese pasado por escrito, de una manera cada vezms elaborada y a la vez ms relevante para las discusiones educativas de laactualidad.

    El libro que ahora entregamos no slo es una gua a travs de estepasado de la historia de la educacin, sino tambin abre una puerta mshacia el conocimiento y encierra debates tericos y metodolgicos que anestn por resolverse. Se trata, as, de un libro que propone interrogantespara nuevas lneas de investigacin y que provoca a la reflexin y al dilogoentre historiadores, pedagogos, antroplogos, socilogos, literatos y otros

    interesados en el campo de la historia de la educacin, un campo frtil endonde los investigadores pueden conocer, imaginar y crear.

    Luz Elena Galvn y Susana Quintanilla

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    PARTEIHISTORIOGRAFADELAEDUCACINCOLONIALENMXICO

    AUTORES:

    Enrique Gonzlez GonzlezCentro de Estudios sobre la Universidad-UNAM

    Clara Ins Ramrez GonzlezCentro de Estudios sobre la Universidad-UNAM

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    LOSESTUDIOSSOBREHISTORIADELA

    EDUCACINCOLONIALENLALTIMADCADADELSIGLOXX

    La dcada de los ochenta marca, en nuestro pas, el surgimiento de la histo-ria de la educacin en tanto que disciplina renovada por la influencia de las

    ciencias sociales. El Seminario de Historia de la Educacin, de El Colegiode Mxico, tuvo un papel decisivo en ese proceso.1 Y si nuestra afirmacinresulta vlida en trminos generales, lo es an ms en lo que respecta a lahistoriografa colonial. A ese decenio corresponden las grandes visiones deconjunto de Pilar Gonzalbo sobre la educacin de los indgenas y los crio-llos, y sus estudios ms especficos sobre la educacin popular de los jesui-tas. Asimismo, destacaron los trabajos de Dorothy Tanck sobre laeducacin ilustrada y el trnsito al Mxico independiente. Anne Staples,ms volcada al siglo XIX, en ms de una ocasin se ha asomado tambin alos espacios coloniales.2

    1

    Un resumen de lo que se plante el Seminario y de sus resultados hasta entonces,en Josefina Z. Vzquez, Introduccin a La educacin en la historia de Mxico, Mxi-co, El Colegio de Mxico, 1992 (Lecturas de Historia Mexicana, 7), p. IX-XIX.

    2 Ver la pasada sntesis en Susana Quintanilla y Luz Elena Galvn (1995); abarca ladcada de 1980-1990.

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    28 ENRIQUEGONZLEZYCLARAINSRAMREZ

    La temtica de los estudios de los aos ochenta se enfoc a la educa-cin en general, examinando temas como: conquista y educacin; educa-cin indgena; colegios, en especial los de la Compaa, aunque tambin losseculares; enseanza de primeras letras, educacin de las mujeres y huma-nismo e ilustracin. En la medida en que tales investigaciones fueron exa-minadas en el balance historiogrfico precedente, aqu no volveremos aocuparnos de ellas, excepto cuando se trate de publicaciones realizadas conposterioridad.

    Por lo que toca a los aos noventa, la principal novedad consisti en elproceso de profesionalizacin y consolidacin de la historiografa sobre launiversidad colonial. En el balance historiogrfico correspondiente a losaos ochenta se hablaba de la enorme atraccin que anejerce la historia

    de la universidad colonial,3 sugiriendo que se trataba de una actividad resi-dual, como sin duda lo era en ese momento. En cambio, durante los ltimosdoce a quince aos, el auge de este campo de investigacin resulta un fen-meno digno de destacarse.

    Tanto investigadores de Mxico como de Espaa estn realizando unnmero creciente de estudios sobre el pasado universitario colonial. Por talmotivo, una parte fundamental de nuestra revisin, la segunda, est dedica-da especficamente a proponer un balance del sentido y alcances de larenovacin historiogrfica universitaria. Pero antes, en el primer apartado,haremos unas consideraciones generales sobre las principales aportaciones,a nuestro modo de ver, en torno a la historia de la educacin colonial enMxico al cierre del siglo XX.

    LAHISTORIADELAEDUCACINCOLONIAL

    Recientemente, Anne Staples public una oportuna revisin historiogrficageneral sobre la historia de la educacin en Mxico, desde la pocaprehispnica hasta la actualidad.4Sin ser su propsito especfico, su estudionos permite darnos cuenta del grado de penetracin en nuestro pas de lasnuevas inquietudes internacionales en torno a la historia social de la educa-cin. El estudio permite apreciar un panorama rico, pero desigual.

    Como es de todos sabido, a partir de los aos sesenta y setenta, en

    Mxico ocurri una autntica revolucin en el campo de las ciencias socia-les, que alcanz tambin a la historia, llevndola a concebirse a s misma

    3 Ibidem, p. 150.4 Staples, 2000.

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    como historia social. Por supuesto, no se trataba de un fenmeno peculiarde nuestro pas. Haba sido propiciada razones internas aparte pordiversas oleadas de renovacin historiogrfica ocurridas, a partir del segun-do tercio del siglo XX, en Europa y Estados Unidos.5 El decimonnicoparadigma rankeano de reducir el campo de la historia a la narracin de losprincipales acontecimientos polticos de cada nacin fue severamente cues-tionado. De esa crisis resultaron numerosas perspectivas de renovacin dela tarea de los historiadores, quienes expandieron los campos de estudio ylos mtodos.

    En un primer momento se pretendi imponer un nuevo paradigma:reconstruir las grandes lneas de la historia econmica y social a partir dedocumentos seriados y cuantificables, capaces de ilustrar fenmenos es-

    tructurales de larga duracin. Desde tal perspectiva, apenas si tenan interslas investigaciones ajenas al campo de la economa poltica; peor an siapuntaban hacia asuntos tan concretos como el anlisis de una institucinparticular.

    Los rancios estudios sobre la educacin, abandonados desde comien-zos de los sesenta y ligados a la historia de acontecimientos, ni despertabaninters, ni tenan lugar dentro de aquel esquema totalizador. A pesar de ello,lentamente fue ganando terreno la tesis de que vala tanto una historia cen-trada en fenmenos sociales y econmicos de larga duracin como ladedicada a cuestiones muy puntuales y especficas, siempre y cuando fuesecapaz de insertar su objeto de estudio en el marco de la sociedad donde talfenmeno ocurra.6 Una insercin que, por lo mismo, deba tener carcter

    dinmico, dando cuenta de la forma como un fenmeno o una institucineran influidos por su sociedad, y la medida en que tales factores actuaban

    5 Por 1981 se public un til panorama de las renovaciones historiogrficas del siglo,aunque se trata, en buena medida, de una exorbitante y unilateral apologa de laescuela francesa de losAnnales: J. Le Goff, et al. La nueva historia, Bilbao, Mensajero,S.A. Un resumen ms reciente y menos unilateral, es el coordinado por P. Burke,Formas de hacer historia, Madrid, Alianza Editorial, 1999.

    6 Resulta sintomtico el que ya por 1980, J. Revel y J. Chartier, dos destacados miem-bros de la tercera generacin de losAnnales, escribieran: La verdad es que en elproyecto de una historia global, que ha dominado la primera y segunda generacin

    de losAnnales(y que contina siendo la reivindicacin nostlgica de la mayora dehistoriadores que se inspiran en el movimiento), se ha deslizado la exigencia de unainvestigacin ms circunscrita, pero que llevara hasta el final la experiencia de unacolaboracin entre la historia y las ciencias sociales. Artculo, Annales, en Lanueva historia, arriba citada, p. 32.

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    en ella, modificndola. Al propio tiempo, se propona una historia capaz deenfrentarse a su objeto problematizndolo, en vez de limitarse a los relatoslineales de corte tradicional.

    De ese modo, la historia de la educacin dej de ser el relato de lafundacin y el funcionamiento, puertas adentro, de tal o cual institucineducativa y de sus hombres ilustres, para replantearse como un problemacomplejo, que sobrepasa con mucho el mbito escolar, y cuya funcin yfinalidades varan en razn de los lugares y los tiempos.

    Las propuestas renovadoras, algo tardamente, fueron siendo adopta-das en Mxico. De este modo, en 1970 se public el significativo ttulo deNacionalismo y educacin en Mxico, inspirado en la historiografa norteameri-cana.7 Pero si desde entonces se han dado grandes pasos hacia la construc-

    cin de una nueva historia de la educacin en Mxico, estamos lejos deencontrarnos frente a un proceso uniforme y regular. Por lo mismo frente atrabajos de gran envergadura, seguimos siendo testigos de la publicacin deestudios de corte muy tradicional.

    A esta desproporcin en los alcances metodolgicos en las ltimas in-vestigaciones en la historia de la educacin colonial, se suma la notabledisparidad en cuanto a volumen de produccin, si vemos en conjunto lageografa del pas. Frente a la indudable presencia de trabajos producidosen las ciudades de Mxico y Guadalajara, el panorama cambia cuando bus-camos estudios sobre otras regiones de la actual repblica mexicana dondeconsta que hubo importantes centros de enseanza. Sin duda, la mala circu-lacin de las publicaciones de carcter acadmico ha impedido que

    tengamos noticia de posibles trabajos que se estuvieran realizando enYucatn, donde se sabe que los jesuitas graduaban a sus estudiantes, o enOaxaca, para poner slo dos ejemplos. Pero esta falta de resonancia es yaun ndice de lo que queda por hacer y por difundir.

    Tan irregular situacin dificulta la posibilidad de ofrecer un panoramaintegrador de los avances en el conocimiento del pasado educativo colonial.Ofreceremos apenas unos trazos sueltos de tan irregular conjunto. Salvocasos de autores que se han dedicado a estudiar problemas concretos, pre-dominan las monografas, ms o menos ricas segn el caso, sobreinstituciones especficas: colegios, institutos, seminarios. Procederemos enforma un tanto aleatoria para ofrecer esta resea incompleta de un marco

    historiogrfico discontinuo y de valor muy dispar.

    7 Josefina Vzquez,Nacionalismo y educacin en Mxico, Mxico, El Colegio de Mxico,1970.

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    Diremos, de entrada, que durante la ltima dcada del pasado siglo, lasinvestigadoras del Colegio de Mxico que trabajan sobre la educacin colo-nial, Pilar Gonzalbo y Dorothy Tanck, continuaron publicando artculos ylibros sobre el tema, con el mismo dinamismo y rigor demostrados conanterioridad. Destacan, en particular, por su labor en la apretura de nuevoscampos de estudio y nuevos enfoques que han expandido el universo de lahistoria de la educacin.8

    A medida que pasa el tiempo, la obra de Pilar Gonzalbo se revela comouna unidad en construccin. La autora se ha interesado por la educacin delos indios, no slo a raz de la conquista, sino a lo largo de todo el periodocolonial. Esto se advierte tanto en su volumen de 1990 sobre la educacinen el mundo indgena, como en la obra coordinada en 1997b: Educacin

    rural e indgena en la historia de Iberoamrica. A su vez, el mundo de los criollosfue sintetizado en su estudio ya clsico tambin de 1990 La educacin delos criollos y la vida urbana. Lejos de limitarse al mundo de las aulas, Gonzalbose acerc al mbito de la educacin informal en la vida privada (1993b,1993c, 1996). Esto la llev a estudiar el carcter formativo de los sermones,pero tambin el papel que desempeaba la mujer en el seno de la familia, ya la familia misma como instancia de educacin (1998).

    La apertura de nuevos campos de investigacin no ha impedido a la autoraseguir trabajando en temas propuestos aos atrs por el seminario del Colegiode Mxico, como es el caso del volumen coordinado sobre Historia y nacin:Historia de la educacin y enseanza de la historia(1998b). En 2001, apareciEduca-cin y colonizacin en la Nueva Espaa, 1521-1821, obra donde la propia Gonzalbo

    ofrece una visin de conjunto de su obra hasta el presente.Por su parte, Dorothy Tanck ha llevado adelante sus investigaciones

    sobre los distintos aspectos de la Ilustracin en la educacin novohispana y,aunque se ha referido al tema de la educacin militar a finales de la colonia(1997), sus estudios durante esta dcada se han centrado en el tema de laeducacin de las comunidades indgenas. Pueblos de indios y educacin en elMxico colonial, 1750-1821(1999a) es la culminacin de una serie de trabajosprevios. En este slido libro, la autora analiza una vertiente poco exploradade las reformas borbnicas. Tanck parte de la orden real para que todas lascomunidades indgenas pagaran de su caja el salario de un maestro queenseara espaol. A lo largo del libro, se adentra en los alcances prcticos

    de la orden metropolitana y en las consecuencias de la misma en el seno delas comunidades indgenas.

    8 Vanse, en la bibliografa, las publicaciones ms recientes de Gonzalbo y Tanck.

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    Si de los estudios de orden general pasamos a un repaso de carctergeogrfico, encontramos que la Universidad de Guadalajara, fundada en1792, ha recibido buena atencin de los investigadores. Despus de su re-conocida obra, La educacin en Guadalajara(1984), Carmen Castaeda, hapublicado diversos artculos sobre temas universitarios, como la fundacin(2000), la enseanza de la filosofa (s/f), los graduados en el Cabildo de laCiudad (1996, 2001b) o el Archivo Universitario (1997). Adems, coordinun volumen sobre historia social de la universidad de Guadalajara (1995b),donde ella misma y sus alumnos se ocuparon de plantear las relacionesentre las lites tapatas y la universidad.

    Recientemente, ha desarrollado y promovido investigaciones y encuen-tros acadmicos sobre la cultura del libro. Sin lugar a dudas, se trata de un

    tema que deber desarrollarse en el futuro inmediato si queremos entenderel significado de las instituciones educativas en tanto que receptoras, crea-doras y difusoras de la cultura escrita. Con inagotable vitalidad, CarmenCastaeda es una promotora nata de investigaciones centradas en el mbitode la antigua Audiencia de Guadalajara, pero sin olvidar, en ningn mo-mento, el trasfondo virreinal y transcontinental del imperio hispnico.

    Sobre la misma universidad, Armando Martnez Moya realiz recien-temente su tesis de maestra, centrada en la historia de la institucincolonial: La gnesis de la universidad colonial de Guadalajara y los rasgos de suconfiguracin y establecimiento(2000). La obra, adems de ofrecer un panoramageneral de la historia universitaria, aporta al lector importantes referenciasbibliogrficas.9

    Otros estudiosos se ocuparon recientemente de la universidad colonialde Guadalajara como antecedente de otras instituciones o para trazar uncontexto histrico de una disciplina o tema concreto, pero no como suobjeto primordial de inters. Anglica Peregrina (1993) dedic al siglo XIXel primer tomo de su obra, La educacin superior en el Occidente de Mxico; contodo, en l incluye referencias a la universidad fundada en el periodo colo-nial. Casos similares son los de Alfredo Mendoza Cornejo, en su libro Ciento setentaaos de legislacin en materia de educacin pblica superior en Jalisco, 1823-1993,

    9 Para la revisin historiogrfica de Guadalajara y su entorno hemos contado con

    asesora de la doctora Carmen Castaeda, as como el trabajo indito que nos hafacilitado amablemente el maestro Armando Martnez Moya Estudios y referen-cias sobre la historia de la educacin superior en la Guadalajara Colonial, ponenciapresentada en elVCongreso Iberoamericano sobre Historia de la Educacin, Uni-

    versidad de Piura, Per, noviembre del 2002.

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    aparecido en 1993 y de Jos T. Nez, en su Historia de la educacin en Jalisco(1994). Carlos Ramiro Ruiz Moreno tambin dedic un captulo a la uni-versidad colonial en su Historia de la Universidad de Guadalajara, con motivo delbicentenario de su fundacin (1992). En su texto sobre la universidad de Guada-lajara en el siglo XIX(1999), Cristina Crdenas tambin dedic un primercaptulo a La realidad de la enseanza en la Universidad 1792-1825, don-de aborda el funcionamiento inicial de la institucin.

    Al lado de las publicaciones sobre la Universidad jaliciense, en los lti-mos aos han aparecido importantes estudios sobre los colegios colonialesen Guadalajara y su entorno. Cabe mencionar el trabajo de Esteban Palo-mera sobre la obra educativa de los jesuitas en Guadalajara (1997), as comola edicin realizada por gueda Jimnez Pelayo y Francisco Hernndez

    (1993) del informe del jurista Eusebio Ventura Belea sobre el estado delcolegio de Santo Toms al momento de la expulsin de los jesuitas.

    Con motivo de los 300 aos del Seminario Diocesano de Guadalajara,Jaime Olveda edit un volumen que contiene algunos artculos sobre lahistoria de la institucin. Por lo que al periodo colonial se refiere, destacanlos trabajos de Miguel Romano, Rosario Ramrez y Armando MartnezMoya.10 Aunque los autores tratan varios aspectos sobre el colegio, el pro-pio Martnez Moya reconoce que hace falta una historia de mayorenvergadura sobre el Seminario, dada la importancia de esta institucin parala Guadalajara colonial y decimonnica.

    En la medida que la historia de la ciencia y de la tecnologa es un campodisciplinar especfico, no es aqu lugar para una sntesis bibliogrfica. Slo

    tocaremos de paso aquellos trabajos ms directamente vinculados con eltema educativo. En el mbito jaliciense, Jos Luis Ulloa Leao y Csar Mi-randa (2000) se ocuparon de la historia general de la Universidad deGuadalajara y en particular del Centro Universitario de Ciencias Exactas eIngeniera. Desde el inters por la medicina y su historia, Rafael EspinozaBonilla escribi una, Historia de la Facultad de Medicina y de la Real y LiterariaUniversidad de Guadalajara(1990) y Javier Garca de Alba y otros, compilaronunos Apuntes historiogrficos para la Escuela de Medicina de la Universidad deGuadalajara(1993). Tambin en el marco de la historia de las disciplinasuniversitarias, Hortensia Viveros (1994), realiz una historia de la ensean-za de la medicina en Guadalajara entre 1792 y 1826.

    10 Miguel Romano, El seminario antes del Seminario, Rosario Ramrez, Regla-mentos del Seminario de Guadalajara en los trescientos aos de su quehacer y

    Armando Martnez Moya, El Seminario Conciliar de Guadalajara en el contextocolonial, todos en Olveda (1996).

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    En la dcada de los noventa, se publicaron algunos trabajos sobre elColegio de Minera, donde destaca con mucho el de Eduardo Flores Clair,Minera educacin y sociedad. El colegio de Minera 1774-1821 (2000) que consti-tuye un estudio completo de dicha institucin, de su organizacin interna,de los saberes impartidos en ella y de una serie de aspectos novedosos,basados en documentos hasta ahora no aprovechados. De su parte,Clementina Daz y de Ovando (1998) traz un panorama general sobre elprimer siglo del mismo Colegio.

    En torno a la historia de la medicina novohispana se han publicadoestudios de Martha Eugenia Rodrguez (1992) y Luz Mara HernndezSenz (1997). La modernizacin de la prctica mdica entre la ilustracin yla independencia ha sido examinada por Alba Morales Cosme (2000) en un

    estudio de caso sobre le hospital de San Andrs de la ciudad de Mxico quese extiende de 1770 a 1833. La doctora Mara Luisa Rodrguez-Sala y losmiembros de su seminario han estado publicando estudios, sobre todo decarcter biogrfico, sobre acadmicos y cientficos de la Nueva Espaa, enquienes encuentran las races de la cultura cientfica nacional.11

    Despus de Jalisco es, sin duda, Michoacn la entidad que cuenta conmayor nmero de estudios acerca de su pasado educativo. Y, por su puesto,la institucin que sigue centrando la atencin, no sin motivos, es el Colegiode San Nicols de Valladolid. El trabajo ms reciente y especfico sobre eltema es el libro de Ricardo Len Alans (2001a), presentado como tesis demaestra el ao anterior. La historia del Colegio es analizada en el tiempo,desde 1580 hasta 1712, prestando especial atencin a los cambios

    organizativos de la institucin. Len Alans revisa crticamente lo que se haescrito sobre la vida de San Nicols durante el siglo XVI, rebatiendo mu-chos lugares comunes. Adems, al plantear que durante todo el siglo XVIIelcolegio fue exclusivamente una residencia de estudiantes, en la que no seimpartan ctedras, ofrece una visin renovadora sobre una institucin quepareca ya agotada desde los enfoques de la historiografa tradicional.

    Por su parte, Silvia Figueroa Zamudio ha publicado diversos artculossobre el colegio y las fuentes documentales para su estudio. 12 Otro temarecientemente trabajado en torno al Colegio de San Nicols ha sido la his-toria material: el edificio, su restauracin13 y la iconografa nicolata.14 Sehan publicado tambin algunos textos de carcter general, entre los que

    11 Ver en la bibliografa los trabajos de Rodrguez Salas y colaboradores.12 Figueroa, 1995, 1997, 1998.13 Guzmn, 1995; Prez, 1992 y Silva, 1991.14 Snchez y Figueroa, 1990.

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    podemos mencionar el artculo Sendero nicolata de Ruy Prez Tamayo(1995), y la Historia Brevede ngel Gutirrez (1997). Guadalupe Cedeo(1997, 2000) ha explorado las primeras letras en las escuelas parroquialesdel obispado de Michoacn.

    La historia de la educacin colonial en Puebla tiene una importantetrayectoria. Despus de la sntesis general publicada por Ernesto de la To-rre Villar en 1988, Salvador Cruz public, en 1995, una Historia de la educacinpblica en Puebla, que abarca de 1790 a 1982. Ms recientemente, JessMrquez Carrillo public, en 1999, suEducacin, historia y sociedad en Puebla,obra tambin de carcter general sobre la historia de la educacin poblana.

    Rosario Torres (2002) acaba de defender una esplndida tesis sobre elseminario de Puebla y en particular sobre el colegio de San Pablo. Al revisar

    los escasos documentos disponibles, pues los archivos eclesisticos de laciudad siguen cerrados a los investigadores, fue capaz de ofrecer una visinrenovada de la constitucin interna del seminario como una unidad de co-legios, y de efectuar un estudio social de las carreras que seguan loscolegiales de San Pablo dentro de la institucin y en la administracin civily eclesistica de Puebla.

    Contamos con diversos trabajos en torno a temas ms especficoscomo la educacin de los jesuitas en Puebla. En 1998 se public el libropstumo de Esteban J. Palomera, que ofrece un amplio panorama de laobra de la Compaa en Puebla entre 1578 y 1945 y, un ao antes, habanaparecido varios artculos sobre el Colegio del Espritu Santo.15

    La labor educativa de los jesuitas ha sido tambin ampliamente estudia-

    da para el caso de Guanajuato; Isauro Rionda Arreguin (1996) se ocupa dela labor de la Compaa en la Provincia Guanajuatense entre 1590 y 1767.

    En lo que respecta al destino de los colegios jesuitas despus de laexpulsin de la Compaa, resultan clave los trabajos de Mnica HidalgoPego, investigadora del CESU, UNAM. En El Real y Ms Antiguo Colegiode San Pedro, San Pablo y San Ildefonso. Gobierno y vida acadmica 1767-1815 (1996a), la autora cuestion la tesis tradicional, segn la cual, laexpulsin de la orden habra acarreado la ruina de la educacin en NuevaEspaa. A su modo de ver, por el contrario, la expulsin permiti introdu-cir ciertas reformas secularizadoras. Destaca cmo la introduccin de ladocencia en sus claustros de San Ildefonso slo tuvo lugar tras la expulsin

    de la orden. Hidalgo ha realizado asimismo una primera aproximacin alestudio de sus catedrticos durante dicho periodo (2001a).

    15 Carreto, 1998; Ezparza, 1998.

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    Actualmente est por concluir un estudio prosopogrfico sobre loscolegiales de San Ildefonso durante los aos posteriores a la expulsin delos regulares, lo que contribuir a llenar otro vaco historiogrfico, pues losestudios tradicionales solan limitarse a aportar un resumen de las constitu-ciones del colegio, en vez de dar cuenta del papel que tales institucionestenan en la sociedad colonial. En su tesis de licenciatura, Los colegios yseminarios novohispanos y su interaccin con la Real Universidad (1992),la investigadora se propuso poner en tela de juicio el viejo concepto segnel cual los colegios virreinales constituan una suerte de sistema de ense-anza media, supeditada a la instancia superior y centralizadora de launiversidad. Con tal propsito, examin crticamente lo expuesto por lahistoriografa tradicional (1996b). En lo tocante a la edicin de fuentes co-

    legiales luego de la expulsin de los jesuitas, Gonzlez M. y Ordez (1993)publicaron las constituciones dadas al Colegio Seminario de Tepotzotlnen 1777.

    Otros investigadores o becarios del CESUse han interesado en estudiarlos colegios virreinales, lo que los ha llevado a revisar en muchos aspectoslos dichos ms socorridos en la historiografa tradicional.16 Ante todo, hasido frecuente ver a los colegios virreinales como sinnimo de centros do-centes, con lo que se incurre en un anacronismo, al aplicar al periodocolonial una circunstancia que slo se generaliz a partir del siglo XIX. Esemalentendido lleva a pasar por alto que incontables colegios-residencia,como los de Santos, o San Ildefonso durante la administracin jesutica,nunca dictaron lecciones a los colegiales. Ni siquiera el de San Pedro y San

    Pablo, puesto bajo la supervisin de la Compaa de la ciudad de Mxicodurante el siglo XVI. La peculiar organizacin de ese colegio-residencia estsiendo estudiada por Georgina Flores, en una tesis de maestra en curso. Lomismo vale para el colegio de San Nicols, de Valladolid que, durante lamayor parte de los siglos XVIy XVII, no imparti docencia, segn demostrRicardo Len (2001a). Tampoco haba cursos en el colegio mayor de SanPablo, de Puebla, estudiado por Rosario Torres (2001). Y otros numerososejemplos se podrn aducir a medida que avancen las investigaciones en estecampo.

    Conciente de la importancia de revisar la historiografa sobre los cole-gios, Vctor Gutirrez, en Hacia una tipologa de los colegios universita-

    rios (1995), propuso caracterizar a estas instituciones examinando, en cada

    16 Varios de estos lugares comunes de la historiografa en torno a los colegios, fueronrevisados crticamente por Pilar Gonzalbo; ver especialmente (1990a y 1990b).

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    caso, sus cuatro o cinco aspectos constitutivos: quin era el patrn; quinejerca su gobierno y administracin; si funcionaba slo como residencia, ybajo qu rgimen interno, o si tambin era un centro docente; y quineseran sus beneficiarios. Combinando la respuesta dada al conjunto de esaspreguntas Gutirrez plantea que es posible aportar una clasificacin mscompleja de esos centros, en vez de limitarse a un solo aspecto de ellos,como el de mayor o menor. El estudio de Gutirrez en torno al pleitodel colegio novohispano de Santos por ser considerado mayor, demostrque tal calificativo tena implicaciones prcticas muy distintas en Castilla yen Amrica (1996).

    Precisamente el tema de educacin y secularizacin ha llevado aRosalina Ros (1992), a explorar la transicin de estos centros desde el fin

    de la poca virreinal hasta el comienzo de la repblica. La autora ha busca-do la ascendencia francesa y gaditana (1994) de los que en el siglo XIXsellamaran Institutos Cientficos y Literarios. En un estudio especfico sobreZacatecas (2001b), analiz el trnsito de San Luis Gonzaga, primero, decolegio jesutico a colegio secular, para seguir sus avatares despus de laindependencia, hasta su radical secularizacin, con el nombre de InstitutoLiterario.

    Los trabajos de Rosalina Ros sobre la educacin en Zacatecas (1994,1995, 2001), abrieron un campo que evidenci la conveniencia de empren-der estudios que, partiendo de los ltimos aos del periodo colonial,desembocaran en el siglo XIX, para explicar procesos de cambio que de otramanera resultaran incomprensibles. Con este modelo se han estudiado

    tambin otras instituciones, como puede verse en la tesis doctoral de MaraAdelina Arredondo (1998), La educacin en Chihuahua, 1767-1867.

    La bibliografa sobre colegios coloniales ha sido objeto de anlisis porparte de Mnica Hidalgo (1996b); Georgina Flores se ha centrado la visinque las crnicas jesuticas ofrecen de sus colegios (1996a). Un amplio in-ventario de esta bibliografa se encuentra en Vctor Gutirrez y MnicaHidalgo (1998).

    Desde una perspectiva que podramos llamar internalista, estudiosos delos institutos de Investigaciones Filolgicas y de Investigaciones Filosficas,desde hace cinco lustros, se han dado al rescate y revaloracin de la heren-cia filosfica y teolgica colonial, y el alcance de las humanidades, la gram-

    tica y la retrica impartidas durante la colonia, en particular en los colegiosjesuitas. Sin tratarse siempre de trabajos especficos sobre historia de laeducacin, con frecuencia los autores asoman a los contenidos educativosde la poca colonial, tal y como se impartan en la universidad y en loscolegios novohispanos. A la vez, los textos que ellos analizan y editan son

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    material de primara mano para estudiar la cultura acadmica del virreinato.Walter Redmond, el recordado Ignacio Osorio, Roberto Heredia y, sobretodo, Mauricio Beuchot han sido los grandes animadores de ese campo deinvestigacin. En la medida que gran nmero de estos fundamentales tra-bajos se produjeron en los aos ochenta, detenernos en cada uno de ellosimplicara un tratamiento ms cercano a la historia de las ideas.

    RENOVACINDELOSESTUDIOSSOBRELAREALUNIVERSIDADDEMXICO

    Contamos con varios balances sobre la historiografa en torno a la universi-

    dad colonial de Mxico: Margarita Menegus y Armando Pavn (1987), Cla-ra Ins Ramrez (1995, 2000a), Carmen Castaeda (2001a), EnriqueGonzlez (1995b, 1997b, 2001d). Adems, Mariano Peset, desde una pers-pectiva que integra en un solo conjunto las universidades espaolas y ame-ricanas, se ha referido a las recientes investigaciones en torno al estudiogeneral novohispano.17 Sin lugar a dudas, la reflexin historiogrfica entorno la historia universitaria, lejos de ser una tarea redundante, contribuyea difundir dentro de la comunidad acadmica los resultados de las ltimasinvestigaciones y favorece la discusin que propicia el planteamiento denuevos temas, problemas y enfoques.

    Visto desde una perspectiva de conjunto, en el siglo XX, el inters por lahistoria de la universidad permite apreciar claramente dos periodos. Un

    primer momento tuvo lugar entre los aos treinta y la primera mitad de lossesenta. Sus principales promotores fueron Nicols Rangel (1864-1935),Julio Jimnez Rueda (1896-1960), Alber to Mara Carreo (1875-1962),Guillermo Fernndez de Recas (1864-1965), Francisco Fernndez del Cas-tillo (1899-1983); los ms jvenes, Edmundo OGorman (1906-1995) yGuadalupe Prez San Vicente (1925-1999) tomaron parte tambin en lapublicacin de documentos del Ramo Universidad.18 Todos ellos se dedica-ron primordialmente a la rebusca y edicin de fuentes y, con excepcionesnotables, caben dentro de lo que lvaro Matute calific alguna vez, no depositivismo propiamente dicho, sino de empirismo tradicionalista de corteerudito.19 Tales estudios y documentos se difundieron sobre todo a travs

    17 Prlogos de Peset (1987, 1989, 1998).18 Bibliografa en Gonzlez Gonzlez (1997b).19 A. Matute, La teora de la historia en Mxico (1940-1973), Mxico SepSetentas, 1974,

    p. 13.

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    del Boletn del Archivo General de la Naciny la Imprenta Universitaria. Enellos predomina el tono apologtico y, antes que la discusin de problemaso conflictos, interesan los relatos tersos.

    Los estudios y documentos de los autores mencionados siguen siendolos ms frecuentemente citados hasta hoy por cuantos se refieren a la uni-versidad colonial, desde otros campos de estudio. Sin duda, la utilidad quela edicin de fuentes reporta, es permanente. Con todo, esos primeros en-tusiastas del pasado de la Real Universidad no eran historiadoresprofesionales. Sus trabajos de investigacin corresponden a una etapa en laque an no se consolidaba en Mxico la historia como una disciplina uni-versitaria. As, con la excepcin de OGorman y Prez San Vicente, todosquedaron al margen del proceso de profesionalizacin de la historia. Nin-

    guno de ellos form discpulos interesados en el estudio del pasadouniversitario. De las poco ms de noventa tesis sobre historia colonial de-fendidas en la Universidad Nacional con anterioridad a 1975, slo dostrataron de la corporacin virreinal.20

    Tampoco los profesores del exilio espaol, que tanto contribuyeron alproceso de profesionalizacin de las disciplinas histricas desde la UNAM,El Colegio de Mxico y la Escuela Nacional de Antropologa se sintieronatrados por la vetusta institucin. Por ltimo, debido a que la casi totalidadde los mencionados autores ya haba desaparecido sin descendencia acad-mica en 1965, puede decirse que la primera etapa de investigaciones sobreel estudio virreinal concluye, de muerte natural, a principios de los aossesenta, al agotarse el rico filn de los trabajos incluidos en lasEdiciones delIVCentenario de la Universidad de Mxico, a partir de 1951.

    El silencio subsiguiente, que abarc varias dcadas, no fue mero efectodel agotamiento generacional. Tuvo mayor importancia el hecho referidode la renovacin general de las disciplinas histricas, que se hizo manifiestoen Mxico a partir de los aos setenta. Desde entonces se ha buscado ponernfasis en los vnculos entre la institucin universitaria propiamente dicha yla sociedad. La revolucin en la historia de las universidades fue promovidade forma singular a travs de estudios como los compilados por LawrenceStone en University and Society (1974), o el publicado en la siguiente dcada,

    20 Ver el Catlogo de tesis sobre historia de Mxico, Mxico, Comit Mexicano de Ciencias

    Histricas, 1976. Se trata de Ma. del Consuelo Santander, Fundacin de la Real yPontificia Universidad de Mxico, 1944 (que ni siquiera fue incluida en el catlo-go), y la de E. Mercado Garduo, Versin paleogrfica e ndice de los documentosdel volumen 2-Ctedras y Claustros (1555-1567) del archivo histrico de la Real yPontificia Universidad de Mxico, 1963, cit. en la p. 50.

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    Les universits europennes du XVIe

    au XVIIIe

    sicle. Histoire social des populationstudiantes(1989). En Espaa, en el propio 1974, dos libros marcaron anlo-ga renovacin. El de un discpulo de Stone, Richard L. Kagan, autor deStudents and Society in Early Modern Spain, y el de Mariano y Jos Luis Peset,La universidad espaola (siglos XVIIIy XIX). Despotismo i lustrado y revolucin libe-ral. Desde entonces, el estudio de las universidades y colegios del antiguorgimen dej de ser un apndice de la historia de la iglesia o una pomposahistoria institucional, para dedicarse al anlisis del papel que las institucio-nes educativas tenan en la sociedad, a una con el estudio de su significacinen el campo de las ideas y de la ciencia.

    La renovacin historiogrfica sobre la universidad colonial de Mxicoresulta impensable sin los precedentes de orden general que hemos venido

    exponiendo. Pero no fue un proceso espontneo. Tuvo una importanciafundamental la creacin del Centro de Estudios Sobre la Universidad, en laUNAM, en 1976. Desde entonces, la UNAMse dot a s misma de un centroen el que un equipo de estudiosos se dedicara especficamente al estudiodel pasado, presente y futuro de la institucin universitaria, as como a lacustodia del Archivo de la UNAM. Se sentaron as condiciones inditas paraelaborar nuevas investigaciones sobre el pasado de la corporacin virreinal.En lo sucesivo, la historia de las universidades no sera fruto de la aficinaislada de estudiosos ocasionales, sino resultado del trabajo sistemtico deun equipo dotado de apoyo institucional para su desempeo.

    En el CESUse plate encaminar los trabajos individuales hacia la elabo-racin de un estudio colectivo de sntesis que, apartndose de los moldes

    con que tradicionalmente se haba desarrollado este tipo de historia enMxico, reflejara los nuevos enfoques de la historiografa social, econmicay cultural que estaba desarrollndose en el pas desde los setenta, y conanterioridad en Europa. Pronto se vio que el ingente trabajo a emprenderobligaba a proceder gradualmente y a formar a un equipo de investigadoresque, paso a paso, realizara los estudios particulares indispensables.

    Con todo y limitaciones, la bibliografa tradicional se consider til, noslo por los documentos editados, sino tambin por el gran inters de tra-bajos como el de Mndez Arceo (1990). Pero an faltaba remover la mayorparte del archivo universitario y contrastar su estudio con fuentes paralelas,en especial las localizadas en el Archivo General de Indias, de Sevilla. Asi-

    mismo, era indispensable encontrar un enfoque renovador que permitieradar otras bases a unos estudios interr umpidos por ms de cinco lustros.La consolidacin del equipo de trabajo debi mucho al empeo y la solven-cia intelectual de uno de sus miembros, Lorenzo Mario Luna, muertoprematuramente en 1991. Fue el animador de los seminarios creados para

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    que los investigadores entraran en contacto con las nuevas manifestacionesde la historiografa. Se vio tambin la pertinencia de promover la forma-cin de jvenes investigadores, invitando becarios a incorporarse alproyecto.

    En el marco de la amplia renovacin historiogrfica que alcanz tam-bin al campo de las universidades y colegios del antiguo rgimen, enEspaa surgieron dos importantes centros de investigacin que orientaranlas incipientes investigaciones del CESU: Valencia y Salamanca. Fue mritodel valenciano Mariano Peset, emprender el estudio conjunto de las univer-sidades de la antigua corona castellano-aragonesa con nuevas metodologas.Para l, la historia comparada de dichas instituciones revela, en cada caso,regularidades y singularidades que escapan a la simple ptica parroquial.

    Fiel a esa preocupacin, ha sido capaz de vincular entre s a los estudiososdel fenmeno universitario de ambos lados del Atlntico.

    Primero, viaj a diversos pases para trabar contacto con los historiado-res locales de la universidad. De ese modo entr en relacin con elincipiente equipo de investigadores del CESU, dando inicio a una colabora-cin que se ha incrementado con el paso del tiempo. A continuacin,organiz los dos primeros congresos internacionales de historia de las uni-versidades hispnicas (1987 y 1995), y el sexto (1999). A partir de esainiciativa, se han celebrado ocho congresos, tres de ellos en el CESU, y sehan publicado un total de ocho obras colectivas en varios volmenes, conms de trescientos artculos y casi un centenar de autores, en torno a lasuniversidades de la antigua corona de los Austrias, incluida, desde un prin-

    cipio la de Mxico.En ese marco de colaboracin internacional, Mariano Peset ha coordi-

    nado la publicacin de cuatro de las obras aludidas: Universidades espaolas yamericanas, poca colonial(1987), Claustros y estudiantes(1989), Doctores y escolares(1998), yAulas y saberes, de inminente aparicin. En todos ellos ha incluido,a modo de prlogo, oportunas reflexiones historiogrficas de conjunto so-bre el avance de los estudios en torno del fenmeno universitario delAntiguo Rgimen. Adems, en cada uno ha dado espacio a trabajos sobre launiversidad de Mxico, tanto de historiadores mexicanos como espaoles,en especial del equipo que ha ido constituyendo en la universidad de Valen-cia, de la que es catedrtico: Salvador Albiana, Marc Bald, Jorge Correa,

    Remedios Ferrero, Fernanda Mancebo, Adela Mora, Javier Palao, Mariano yMa. Fernanda Peset Mancebo.En tanto que historiador, la tarea renovadora de Peset no se limita al

    mbito peninsular. A l debemos dos estudios fundamentales sobre la uni-versidad novohispana. En 1985, situndose en el marco de la historia

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    comparada, contrast la estructura de las universidades de Salamanca yMxico (Peset, 1996b). Seal por primera vez un rasgo de la institucincolonial que los estudios posteriores confirmaran: el fuerte peso de la au-toridad del rey en su funcionamiento interno.

    Con el apoyo de algunos colaboradores, tambin se ha adentrado en eltema de la matrcula universitaria (Peset et al., 1996, 2001), asunto determi-nante para evaluar las dimensiones de la poblacin escolar en un momentodado. Recont, por primera vez, las matrculas consignadas en Mxico du-rante el siglo XVIII. A una con el nmero de estudiantes, plante la cuestinde sus orgenes geogrficos y sociales, el de las facultades ms concurridasy otros aspectos anlogos. Al comparar tales cifras con las de las universida-des peninsulares, cuya nmina decreci conforme avanzaba el siglo XVIII,

    descubri que en Mxico el censo estudiantil no ces de aumentar hasta elestallido de la guerra de Independencia.

    El contacto entre los historiadores mexicanos y extranjeros estudiososde las universidades del Antiguo Rgimen, a partir de 1985, ha sido deter-minante para ampliar la perspectiva de los estudios que se estn realizandosobre la institucin novohispana. Aparte de las actas coordinadas porMariano Peset, otros libros colectivos han sido fruto de estos encuentrosinternacionales. En 1995, Margarita Menegus y Enrique Gonzlez publica-ron las actas del congreso celebrado en Mxico, en 1992, con el ttulo,Historia de lasuniversidades modernas en Hispanoamrica. Mtodos y fuentes.Los encuentros IIIyIV tambin se celebraron en Mxico, en 1995 (Menegus, 2001b) y 1997(Gonzlez-Prez (2001). El VCongreso tuvo lugar en Salamanca, en 1998

    (Rodrguez-San Pedro 2000) y el ltimo, elVIII, se realiz de nuevo en Mxi-co en el 2001 y sus actas estn en prensa.

    Conviene tambin sealar que gracias al intercambio acadmico de losespecialistas mexicanos con los de otras instituciones peninsulares, a emu-lacin del CESU, en julio de 1997, Luis Enrique Rodrguez-San Pedroimpuls la creacin, en Salamanca, del Centro de Historia Universitaria AlfonsoIX, y en diciembre del mismo ao, Adela Mora, desde la Universidad CarlosIIIde Madrid, inaugur el Instituto Antonio de Nebrija de Estudios sobre laUniversidad. En Valencia, en 1999, surgi el Centro de Estudios sobre las Univer-sidades Hispnicas. Tanto la Miscelnea Alfonso IX, de Salamanca,como losmadrileos Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrijaacogen con regularidad

    trabajos acerca de la corporacin colonial novohispana. De su parte, la Uni-versidad de Alcal de Henares ha organizado, desde 1987, diversasJornadasen torno a la actuacin de universitarios hispanos en la administracin co-lonial americana. Las Actas correspondientes a cada edicin de esosencuentros, tambin dan cabida a estudios sobre la universidad de Mxico.

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    En lo interno, el grupo de trabajo del CESUse ha ampliado paulatina-mente con la incorporacin de nuevos investigadores (antiguos becarios), ycon el apoyo nuevas generaciones de becarios y tesistas. Como deba ocu-rrir, se fue ensanchando el campo inicial de intereses, pasndose tambin alestudio de los colegios coloniales y de sus complejas relaciones con la uni-versidad, y se expandi la cronologa hasta los primeros aos de vidaindependiente, con el propsito de examinar la suerte de esas institucionesa medida que cobraba forma la nueva sociedad republicana. En este mo-mento, se advierte cada vez ms la pertinencia de hacer estudioscomparados con otras universidades de la poca colonial, en particular,Guadalajara, Guatemala y Lima.

    Los resultados de las investigaciones se han vertido, desde 1987, en

    muy diversos medios. Han aparecido estudios en actas de congresos sobrehistoria de las universidades o de la educacin, celebrados en Mxico, Espa-a, Portugal, Italia, Canad y Colombia en los ltimos tres lustros. Si bientales publicaciones amplan el radio de difusin de las investigaciones, tie-nen el inconveniente de dificultar una valoracin de conjunto, debido a ladispersin de los materiales.

    Paralelamente, y desde una perspectiva cronolgica y metodolgicaamplia, desde el CESU se ha impulsado la coleccin Trabajos de historia ysociologa, que agrupa artculos diversos en cronologa y enfoque, bajo unrubro comn. Tal es el caso de Los estudiantes(Marsiske, 1998), Tradicin yreforma en la Universidad de Mxico(Alvarado, 2000), o Saber y poder en Mxico(Menegus, 1996c). Tambin abundaron aportaciones sobre colegios y uni-

    versidades en el vasto volumen colectivo de Homenaje a Lorenzo Mario Luna(Gonzlez Gonzlez, 1996d). Por ltimo, recientemente se public el librocoordinado por Renate Marsiske (2001