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es. Pero a pesar suyo, a pesar de todasestas sus pretensiones, en sus propias entrar:as va creando los elementos que ladestruyen y muestran 10 efímero y limitado de su existencia, una y otra vez, enuna cadena dialéctica que no tiene fin;esa cadena que es la historia de la humanidad. Humanidad siempre escindida, dividida, pugnando por alcanzar prerrogativas y privilegios que tengan el carácterde lo eterno.
Frente a estas pretensiones de universalidad y eternidad de la derecha estarásiempre su otra cara, su i.nevitable complemento, el fruto de sus esfuerzos porser la única y limitada usufructuaria deprerrogativas y privilegios: la izquierda.La siniestra negadora de los mismos. Laque pone a prueba una y otra vez la validez universal y eterna de sus pretensiones. El elemento creador que transformay reforma lo que se pretende ya eterno ypermanente. El tentador, incitador, deuna humanidad cuyos fines trasciendensiempre los limitados fines de su parteque se ha erigido en símbolo total de ellamisma. En esta humanidad la que, una yotra vez, va cobrando conciencia de supropia existencia, frente a las pretensiones siempre limitadas de una parte de ella.Conciencia ele los limites de esos privilegios y prerrogativas; límites que la misma humanidad va marcando en la medidaen que se extralimitan los individuos,grupos o naciones que los alcanzan.
El tema era, en efecto, muy a·ntiguo.Tan antiguo, por lo menos, como la misma cultura occidental. Porque el hombredebió sentir una y otra vez su insignificancia ante el gran universD, entregadoal arbitrio de fuerzas incomprensibles, yabenignas, ya crueles, -pero siempre omnipotentes. Y en su mente surgió esa comparación: el hombre no es sino un títere,movido fatalmente por una mano distante y caprichosa. Fue Platón el primero qut'dio expresión a esa angustiosa conciencia: el hombre "es un juguete animadoque los dioses fabricaron, ya sea por divertirse, ya porque les haya movido unpropósito serio" ; y la vida es "tragedia ycomedia".
"Estas profundas ideas, que en Platóntienen todavía el esmalte de la primeracreación, contienen en geI'men la idea deque el mundo es como un teatro en quecada hombre, movido por Dios, desempeña su papel." Son palabras de Ernst RDbert Curtius, en las reveladoras páginasque a las "metáforas del teatro" dedicóen su Literatura europea y Edad Medialatina. En los siglos subsiguientes "lacomparación del hombre con un actor seconvierte en lugar común". Lugar común,tópico- obligatorio de la retórica, en muchos casos, y en otros, ¿quién 10 duda?,auténtica y profunda experiencia personal, la idea reaparece en distintas épocasy con distinto signo. A veces será especulación del hombre solitario, a veces armaen Il}ano de profetas y moralistas; aquí·invitará a la austeridad, allá al juego, másallá a las buenas obras.
Luciano de Samosata es el filósofo escéptico que contempla el mundo desdemuy arriba; como su Nigrino, gusta de
TEATROGRANEL
riqueza y prosperidad podrá ser repartidaentre todos los miembros' de la comunidad, como premio a sus sacrificios. Claroque este premio se aleja de su realizaciónlo más posible, pues nunca habrá suficiente riqueza, nunca se alcanzará suficienteprosperidad, como para repartirla. En este sentido, la idea de progreso que va implicada t;n esa riqueza y prosperidad esinfinita.
De estas diversas maneras, la' derechava justificando sus prerrogativas, sus- privilegios, mostrando la n.ecesidad de su'permanencia. Una permanencia para lacual no le basta el reconocimiento propio,sino que exige el reconocimiento de losotros grupos o clases que no poseen susprerrogativas y privilegios. Su gran preocupación es sentirse justificada, indispensable. De aquí ese su afán por crear sím- .bolos de lo que considera eterno, permanente; aferrándose a cada uno de elloscomo si esa eternidad y permanencia dependiera de su propia, concreta y limitata existencia. Con lo cual quedan destruídos sus símbolos, sus ídolos; pues no hace' otra cosa al ligarlos a su existencia.Pretende, en vano, ligar su limitada existencia a lo ilimitado y esencial. Pretendeser lo terminado, lo hecho, lo que ya nopuede ser de otra manera; pues esa otramanera significaría su dejar de ser 10 que
(Primera parte)
MUNDOPor Margit FRENK ALATORRE
EL TEATRO ESPA - ÓL de México hapresentado en el antiguo conventode Acolman El gran teatro del mun
do de Calderón de la Barca. Y esa obracuya perfección conocíamos de manera"abstracta" sobre la plana y descoloridapágina del libro se nos ha convertido enportentosa realidad por la mano artistade Alvaro Custodio y la apasionada entrega de los actores. Sin perder su carácter ideal, los personajes simbólicos se hanhecho concreción de carne, movimiento,voz, y la perfilada geometría de los versos ha cuajado en resplandeciente y sonora arquitectura. Este Gran teatro delmundo, primera y definitiva encarnaciónde una metáfora secular, ha sabido mantenerse milagrosamente vivo a fuerza depoesía.
v
De esta manera la derecha hace de susintereses concretos, los intereses, no sólode cualquier grupo social, sino de la Humanidad misma. Defendiéndolos, no parece defenderse a sí misma, sino defender los intereses totale¿ de lo humano.Ella, ya lo hemos dicho antes, encarna laHumanidad, la Sociedad, la Cultura, laDivinidad, la Civilización y todos los va-·
. lores posibles. Fuera está lo que se oponea su realización o mantenimiento. En unaspecto más limitado, la derecha encarn::ltambién valores como Patria, N aciónetc. En nombre de la Patria o de la Nación pide sacrificios a las clases que leestán subordinadas. Se habla, por .ej~m
plo; del enriquecimiento y prosperid;¡ddel grupo o clase de que es expresi(~Jl.
Se habla de la prosperidad de la na.~ión
por el hecho de que los miembros de estaderecha han alcanzado su propia pro~
peridad. Frente a esta prosperidad nocuenta la miseria de otras clases. Todo locontrario; cuando se reconoce la existencia de tal miseria se la presenta como laretribución justa de esa prosperidad ques~ llama nacional.
l.a miseria de las clases no privilegiadas es la moneda con que se paga la prosperidad de la clase privilegiada, que, consu prosperidad, representa la prosperidadde la nación. Para que esta prosperidadpueda ser un hecho, se considera necesario un reparto de tareas, en el cual a ungrupo le corresponde la de crear la riqueza con sus sacrificios y al otro exponerlagozando sus beneficios. Y es a esta expo'sición, exhibición de la riqueza de unosen contraste con la riqueza de otros, a laque se llama prosperidad nacional, en forma semejante a lo que se llama prosperidad mundial, cuando en la misma se hacereferencia a la prosperidad de una determinada nación con independencia de lamiseria de otras, considerada como signoelel progreso y triunfo de la civilizaciónsobre la barbarie.
y a la inversa, toda crítica a esa prosperidad parcial es considerada como unatentado a los fines de la nación, la patriao la civilización. La exigencia de un reparto más equitativo de sacrificios, si noya de riquezas, es anatematizado y presentado corno expresión de siniestras fuerzas que se oponen al progreso de la nación. Se puede hablar, por ejemplo, deque antes del reparto de toda prosperidado riqueza es menester crear la prosperidad y riqueza. Entendiéndose por esto laformación de poderosos representantesde esa riqueza y prosperidad de los hombres que han de crear la riqueza nacional,creando la suya, de los hombres que hande hacer la prosperidad de la patria, buscando su propia y limitada prosperidad.Por ello se considera necesaria la aparición de estos hombres, independientemente de que la misma represente el sacrificio de los que no tienen sus habilidadespara el enriquecimiento y su capacidadpara el logro de su propia prosperidad,sin miramiento para la de los otros. Enel futuro, en un futuro muy lejano, esa
Lo moral será entonces el sometimientoo destrucción de estos entes que amenazan a la Humanidad. Esa vieja relaciónderecha :- izquierda, queda así nueva-
. mente establecida con todas sus implicacIOnes.
UNIVERSIDAD DE MEXICO23
Madrid. Un corral - "alusiones a la comedia de la vida"
Valencia 1690. Una escena de Calderón: La fiera, el rayo y la piedra
~ encontrar la metá fora del mundo-teatro1I1tensamente vivida y ampliamente ela~borada.' en el gran humanista inglés Juande Sa.lJsbury. El. orbe entero es para él esc:nano de una 1I1mensa tragedia o comedIa, contemplada por Dios, los ángeles ylos hombres virtuosos. -
El Policraticus de Juan de alisburyfue muy leído d.urante la Edad Media, yI~uchas vec.es eclJtado a partir de 1476. HadJ.Cho Cur~lUS que el nuevo auge logradoPOI- la metafora theatrum mund'i en los siglos XVI ~ xvn "se debe seguramente, engran medida, a la popularidad del Policrat·icus"., El motivo, sin embargo, debe deser mas profundo. ¿ o hemos de encontrar sus raíces en la esencia misma de laideología I-enacentista? Pensemos en estehecho fundamental: la ruptura del lazo9ue en la Edad Media había unido al suJeto con el objeto, o, como diría Ericbfromm, la ruptura del "cardan umbilical" que mantenía ligado al hombre conel mundo. El hombre deja de ser meroespejo de la re.alidad; cobra valor en símismo, se conVIerte en criterio de las cosas. Pero decir "el hombre" es decir elhombr~ i?divi~ual, concreto, que con suentendllTIlento Juzga, y juzga a su modo,acerca de las cOsas: "No es pa ra nosotrosla realidad la medida de sí misma afirmó Vives, sino nuestro entendimiento."~a realidad no es, pues, una sola y única,silla que varía según el individuo que lacontempla y aun el momento en quela contempla. Lo dijo Castiglione: "Porque no solamente a vosotros os puede' parecer una cosa y a mí otra, mas yo mismopuedo tener sobre un mismo caso, en diversos tiempos, diferentes juicios"; y Cervantes, más lapidariamente: "Eso que ati te parece bacía de barbero me parece amí el yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa." 1
La realidad se vuelve múltiple, y portanto relativa. El hombre empieza entonces a dudar de que Stt realidad, la que élve, sea la verdadera -¿ cómo saber siaquello es o no ficción ?-, y aún da unpaso más (algunos dirán: el paso al barroco) : llega a pensar que ese mundo enque vive no es sino apariencia, sombra,
que te ha sido asignado y que ha sido e -cogido por Otro." .
. Aquí en Epicteto hay un elemento muydIgno de notarse: la figura del Autor todopoderoso, a cuya voluntad debe someterse el hombre-actor. Los papeles no hansido asignados "al acaso" por la caprichosa Fortuna, como en Luciano, sino deliberadamente escogidos por el supremoAutor, el "Otro", la "Deidad". De aquí ala interpretación cristiana del mundo-teatro no hay sino un paso. Este habrán dedarlo los teólogos del cristian ismo. SanClemente Alejandrino hablará del "teatro del mundo universo", escenario en queocurre la victoria de la Palabra divina.San Agustín afirmará que los niños quenacen parecen decir a sus padres: "i Ea,disponéos a salir de aquí, que tambiénnosotros queremos hacer nuestro papelen la comedia !", "porque comedia del género humano es esta vida llena de tentaciones".
San Clemente, San Agustín, Tertuliano, Boecio, Lamberto de Hersfeld: soneslabones de la cadena que conduce delos filósofos del estoicismo a los pensadores del siglo XII. En esta época volvemos
sentarse en lo más alto de un teatro ymirar en "el escenario de la vida esa (0]
media de muchos papeles, en que un hombre hace primero de criado, luego de amo;otro prim~ro de rico y luego de pobre;otro ya de mendigo, ya de rey". Y cuando su Menipo desciende al infierno y encuentra imposible distinguir al me~digorro del rey de los feacios, pues "sus huesos son idénticos", concibe la vida humalea "como una larga procesión en que lafortuna provee y distribuye todos los atavíos, asignando a los que en ella van trajes variados y de muchos colores: a uno,tomado al acaso, le viste de rey ... , peroa otro le pone traje de esclavo; a uno 10dispone para ser hermoso, a otro para sel'deforme y ridículo. Sin duda es precisoque el espectáculo sea vistoso y multiforme". Después, "pasada la procesión. cadauno devuelve sus bienes y se despoja delas vestiduras, junto con su cuerno, volviendo a ser lo que era antes de nacer, sindistingui rse en nada del que está a sulado".
Desde su elevado'mirador, Luciano contempla con interés compasivo o aun burlón a aquellas efímeras e ilusas criaturas,burbujas de espuma, como las llama Caron te, pero no intenta convencerlas de suerror. Muy otro había sido el caso de Séneca y de Epicteto. Poseídos de su misióneducadora, adujeron el símil del theatrum1nundi para mostrar a los hombres la vanidad de los bienes t~rrestres y sacaronde él consecuencias morales: Quomodofabula, sic vita non quam diu, sed quambene acta sit referi, "en la vida, como enla comedia lo que importa no es cuántodura la acción, sino cuán buena sea la actuación", dice Séneca. "Todos los que vesvistiendo púrpura no son más dichososque Jos que llevan en las comedias el cetro y el manto real: pasan delante del público calzado el coturno; pero en cuantosalen del teatro se les descalza, y vuelvena su primera estatura."
Epicteto insiste en la necesidad de actuar bien: "Recuerda que eres actor enuna comedia y que el papel te ha sido asignado por su Autor: si es c.orto tu papel,represéntale corto, y si largo, represéntalelargo. Si te manda hacer el papel de pobre, no dejes de desempeñarlo 10 mejorque puedas; y 10 mismo si te toca hacerde cojo. de arconte o de hombre del común. Porque 10 que a ti te correspondees representar admirablemente el papel
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sueño. Entonces concibe nuevamente, co1'/'W por vez primera, la idea de que la vidaes comedia, farsa. Erasmo enlaza muyclaramente los dos conceptos en su Elogiode la locura: "Para decir verdad, todo eneste mt;ndo no es sino una sombra y unaapariencia; pero esta grande y larga comedia no puede representarse de otromodo." Y, a su vez, los hombres no sonsino actores. A II the world's (J¡ stage, andall the men ond women merely plc,yers, dirá Shakespeare, como dirá también que"estamos hechos de la misma materia delos sueños". El hombre mismo se convertirá otra vez en objeto de duda.
,Curiosamente, paralelo a este fenómenocon:e otro, al parecer opuesto. Si el hombre de carne y hueso pierde realidad, elpersonaje ficticio, la criatura concebidapor la imaginación de ese hombre, cobrauna realidad vigorosísima; se emancipaae él; se sale, por decir así, del libro; seobjetiviza. Joseph E. Gil1et, que en un reciente ensayo ha recorrido penetrantemente la trayectoria del "personaje autónomo", 2 recuerda que en el siglo xv Diego de San Pedro hizo intervenir en unade sus narraciones a dos personajes deBoccaccio, los cuales, "fuera ya del dominio de su autor, continúan viviendo enla historia ideada por otro autcr, y aúnmás, en otro siglo"; recuerda tambiénque en el Retrato de b lozana andaluza.de hacia 1524, Francisco Delicado se complace en encararse personalmente con susrropios personajes, en hablar con ellos yde ellos como si tuvieran existencia independiente, Y ya ni se diga Cervantes, que.así como penetra en sus propias novelas,para amonestar, por ejemplo, a la Gitanilla o al Curioso impertinente, tolera ensus personajes la crítica de sí mismos yde su autor, permitiendo así que "crucencomo al acaso la fluctuante frontera entreimaginación v realidad". "La ficción, añade GiJlet, rOl;lpe sus propios moldes e in~"afie la realidad, y ésta a su vez sueleemerger repentinamente de la ficción".Don Quijote ataca con su espada a lostíteres mores que en el retablo de MaesePedro persiguen a Gaiferos y Melisendra: el mundo del teatro se convierte enrealidad, a la vez que el otro mundo, el"real", se hace teatro, apariencia.
El teatro será así el género ideal parafundir y confundir el plano de la ficcióncon el de la vida. El actor puede en unmomento dado dejar de actuar su papelpara actuarse a 'sí mismo como personareal; puede también convertir a sus espectadores en personajes del drama quese desarrolla sobre el tablado. Se puedehacer, en fin, "teatro dentro del teatro":cuando los .cómicos que ha contratadoHamlet actúan frente al xey y a la reina,éstos, en cuanto espectadores, "bajan" pordecir así al nivel en que están los espectadores del drama shakespeariano y viceversa. Mayor aún es la confusión cuandolos actores de esa pieza teatral interiorson los mismos personajes de la obra quele sirve de marco, esto es, cuando los personajes de una obra de teatro representan dentro de ella una comedia, relacionada qui~á por el tema con la obra enque se intercala (es lo que, en el sigloXIX, hará Tamayo y Baus en Un dramanuevo ).
Con mil y un malabarismos puede eldramaturgo crear en su espectador un estado de desconcierto y de duda sobre su
"imaginación y 'reaNdad"
propia realidad, o bi'en la convicción deque aquello que está contemplando es tan.real como su propia efímera y "teatral"existencia. Gran ayuda para, un teatroradicalmente didáctico como lo fue el delos colegios de jesuítas; si lograban hacerque el espectador se identificara materialmente con el mártir cuya vida y s1lvacióncontemplaba sobre las tablas, o bien, paraescarmiento, con el pecador condenado,ese "sermón disfrazado" que era el dramao auto resultaba infinitamente más eficazque un desnudo sermón de iglesia.
Por ello el teatro de los jesuítas, sobretodo en los países de habla alemana, cultivó con verdadero virtuosismo tales medios. Abordó además una y otra vez el tema de San Ginés, de Filemón, de Artemio y Gelasio, comediantes paganos queal actuar en son de burla su conversión alcristianismo son tocados por la gracia,convertidos y aun bautizados sobre las tablas. Hay teatro dentro del teatro, y enel teatro "interior" hay dos planos: el ficticio (actuación histriónica de la co:wersión) y el real (conversión verdadera).La obra maestra del género es, en Alemania, el Philemon del gran Jakob Bidermann (1618).
También el teatro español elaboró la leyenda de San Ginés: hacia 1608 escribióLope de Vega Lo fingido verdadero o Elmejor representante, La comedia un tanto difusa, tiene en realidad tre~ üamasdiferentes. La figura del comediante Ginés sólo pasa a primer plano en el segundo acto, en el cual escribe y escenifica unafarsa cuyo tema es su propio drama sentimental y en la cual él actúa su propiop~pel de amante despreciado y celoso,mIentras Marcela, la actriz de quien estáena.morado, hace de amada ingrata y OctavlO, su amante, de seductor. En el curso de la representación, Ginés pasa de lasburlas a las veras, cambiando el ficticionombre de Fabia por el real de Marcelay adaptando el texto de su comedia a lasi.tuación.?el mo~ento; Marcela y OctaVIO tamblen convIerten lo fingido en verdadero y huyen durante la representación.Ginés implora entonces a su gran espectador, Diocleciano, qúe mande buscar a laactriz para poder acabar la historia. Elemperador cree que se trata de un ardiddel hábil comediante para hacerlo representar un papel dentro de la comedia yacepta gustoso: "De la burla estoy c~ntento,.I y pues he representado / mi figura en vuestra historia ..." En el terceracto se repite el procedimiento: Ginés debe imitar a un Cristiano, y en el curso desu actuación vuelve a paSar de 10 fingido
UN! VERSlDAD DE MEXICO
a lo verdadero: se convierte al cristianismo y es bautizado por un ángel.
No es extraño que en esta obra Lopehaga constantes alusiones a la comedia dela vida. En el momento de morir, el CésarCarino exclama:
Representé mi figura:César de Roma, Rey' era;acabóse la tragedia,la muerte me desnudó:sospecho que no durótoda mi vida hora y media ... ,
y de su sucesor dice: '
. Porque ha de representar,i quiera el cielo que mejor!
Después de convertido dice Ginés:
Cesó la humana comedia,que era toda disparates.Hice la que véis, divina ...
Pasa entonces a formar parte de la compañia de Jesucristo: "esto represento yo,/ porque es l)1i autor Jesucristo"; y ayudado por un ángel apuntador ("despuésque apuntó / el ángel del vestuario / delcielo"), "representa a lo divino" ante "elauditorio soberano / en las gradas de altísimas esferas ..."
Muv distinto suena todo esto en bocade Ginés-Lope que el all the world's astage de Shakespeare. Porque ahora, como en la Antigüedad, la metáfora delteatro del mundo alberga generosamentediversas concepciones del mundo. Cuandono es mero tópico, puede ser angustiadameditación personal, pero puede también,como en los estoicos, ser arma de combate para persuadir a los hombres, demasiado entregados a los placeres mundanos,de que lo importante no es esta vida, fugaz y ficticia, sino la otra, eterna y verdadera. Es esto, sin duda, lo que ocurrió ~
en España, donde los predicadores repetirían sin cesar la metáfora. Tan generalizada estaba a comienzos del siglo XVII quecuando don Quijote (H, XII) la exponecon toda seriedad, Sancho no puede menos de burlarse de él; dice don Quij ate:
¿ No has visto tú representar alguna comedia adonde se introducen reyes,emperadores y pontifices, caballeros,damas y otros diversos perso:Jajes? Unohace el rufián, otro el embustero, ésteel mercader, aquél el soldado, otro elsimple discreto, otro el enamorado simple, y acabada la comedia y desnudándose de los vestidos della, quedan todos los recitantes iguales... Pues lomismo. .. acontece en la comedia ytrato deste mundo .. "
-Dibujos de The Livillg Stage
El drama escuela en el siglo XVI
UNIVERSIDADJ?E MEXICO 2S
LIBROS
-Grabados del libro Mon i'a;¡J"una vida moderna muy vital"
masiado limitado en su efecto. Aprovechando la técnica de la rotativa, reúne susestampas en libros, que llegan por conducto del librero a amplios sectores delpúblico, \alcanzando una difusión p.or 1.0general reservada a la cursilería :y, la tr,lvialidad o, para usar una expreSlOn mascortés: al "best-seller". Seguramente ungénero muy en consonancia con el espíritu de nuestro tiempo. Uno de su.s pnmeros libros fUe La idea. La idea, pura yrutilante, tal como sale del cerebro que laconcibió. Vemos cómo su autor la despacha al mundo, en un sobre; cómo el mundola ensucia, envilece, corrompe, pisotea;cómo el hombre incorregible, terco y creador, forma un~ nueva idea y, henchidode la misma esperanza, vuelve a enviarlahacia el mundo.
Alon pays no presenta vistas de cosasinteresantes para los turistas que recorren el país en busca de una Bélgica pintoresca. En esos grabados se revela elespíritu de un mundo en que una vida moderna muy vital, muy activa, con sus urbes, sus humeantes altos hornos, con puertos, mineros y campesinos, se destacaante el telón de fondo de un glorioso pasado: catedrales, casas burguesas de la Amberes barroca, chozas cubiertas de nieve,evocan el recuerdo de aquella Flandes quenos encanta y conmueve en la poesía deVerhaeren, en las novelas de De Coster yTimmermanns, en la Kermesse de Rubens y en los lienzos del viejo Breughel.A él lo representa Masereel en una de lasestampas, recorriendo las aldeas con sucarpeta de dibujos bajo el brazo; al fondo los cazadores de su cuadro El inviernoy las casitas de la Alatanza de los inocentes. Como en las películas, las imágenes se superponen, cortan y combinanfantásticamente, de acuerdo con ciertasasociaciones mentales del artista: desfilesy mítines obreros desembocan en una procesión; las autopistas dominadas por lavertiginosa velocidad de los automóviles,los rieles de ferrocarril con sus señales deluz se transforman en una de esas ban-
PLASTICAS
de
MA8EREEL
NUEVOSGRABADOSMADERA
"sus hllmea,ntes aUos horllos"
Por PaufWESTHEIM
FRANB
ARTES
EN
D O S
DE
EN 1941 el INBA presentó una exposición de la obra gráfica del Frans
. Masereel. Masereel, nacido en 1889en Blankenberghe, Bélgica, acababa decumplir entonces sesenta años. Al presentar. esta exposición, el Instituto Nacionalde Bellas Artes se basó en la idea -desde luego acertada- de que un artista,creador de un estilo de grabado muy original y muy expresivo, despertaría ungran interés en este país. No olvidemosque el México postrevolucionario descubrió en las artes gráficas una posibilidadde expresión específica y no menos importante que la pintura mural; y partiendo de Posada, Manilla, Picheta, inició unmovimiento que desde entonces sigue desarrollándose fecundo y vigoroso: el nuevo grabado mexicano, al cual dedico uncapítulo en mi libro El grabado en madera.
Acaban de salir dos libros de grabadosde Masereel o, mejor dicho, dos series degrabados en forma de libros, sin texto:Alon pays, cien grabados (en edición delartista) y Mon livre d'images, 38 grabados (Editorial Pierre Vorms, Belves). Sesabe que para asegurar a sus ideas unadivulgación en gran escala, Masereel inventó una nueva forma de presentación,un nuevo género gráfico, por así decirlo:la novela en grabados. El álbum usual,que sólo en raras ocasiones se saca de lascarpetas del coleccionista, le parecía de-
Que representar tragediasasí la Fortuna sabe,y en el teatro del mundotodos son representantes.Cuál hace un rey poderosocuál un príncipe o un grandea quien obedecen todos,y aquel punto, aquel instanteque dura el papel, es dueñode todas las voluntades.Acabóse la comedia,y como el papel se acabe,la muerte en el vestuario'a todos los deja iguales.
Sólo en esa España teocéntrica pudosurgir el gran auto de Calderón: Calderón, profundamente creyente, que sabela verdad y que sin embargo conoce, como si la hubiera vivido en cárne propia,la duda agobiadora.. Con tal fuerza poética la expresa Segismundo, que una yotra vez nos s.entimos tentados a duda!;de la fe de Calderón. Y ese Segismundo .que se pregunta atormentado acerca delsentido y de la realidad de la vida, hablatambién del "gran teatro del mundo", que"teatro funesto es, donde importuna / representa tragedias la fortuna". No Dios,sino la inconsciente Fortuna .(como enLuciano). y lo mismo dice don Alvaroen Saber del mal y del bien:
y Sancho:
NOTAS
Esta comedía y La vida es sudío sonanteriores a 1635. Unos diez años después de esa fecha escribió Calderón Elgran teatro del mundo. Calderón dijo unavez que sus autos eran "sermones puestos en verso" (recuérdese la expresiónanáloga de los dramaturgos jesuítas). Este, como todos los demás, tiene t.lJ1a función muy clara: dar una lección de moral religiosa. No Se trata, pues, como enLa vida es sueño, de plantear un problema; éste se ha resuelto de antémano. Nohay discusión, porque no hay duda. Existe sólo una verdad: la del supremo Autor; su reino es el "teatro de las verdades", mientras el mundo "teatro es delas ficciones". Por eso mismo puede Calderón hacer teatro dentro del teatro sincrear en el espectador aquella confusiónde que hemos hablado; ambos mundosestán perfectamente delimitados.
Calderón parte, pues, de la idea "elmundo es teatro y la vida representación"como de una verdad del dogma. Aldesarrollarla, aprovecha sabiamente losmateriales que su erudición le ofrece, ylos aprovecha a su modo, integrándoloscon maestría en esa genial construcción,cuya estructura, senciiIa y a la vez compleja, examinardmos más adelante.
j Brava compamción! . " aunque notan nueva que yo: no la haya oído muchas y diversas veces.
1 Véase sobre todo esto la magistral obrade América Castro, El Pensamiento de Cervantes, Madrid, 1925, pp. 79-88.
2 "The autonomous character in Spanish andEuropean literature", His/Janic Review, XXIV(1956), pp. 179·190.