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BASURA ELECTORALefranrojasbruschetta- El Candidato Aguado: Me quiero sacrificar por mi Distrito, pero hay otro que tambin se quiere sacrificar Clavillazo: Y por qu no se sacrifican los dos, y dejan en paz al pobre Distrito?(Del filme Una movida chueca, 1956)

Entre la estupidez y el cinismo, la clase poltica y su sistema, en medio de su mayor crisis en la historia reciente, contaminan abrumadoramente la atmsfera nacional en un esfuerzo desesperado por legitimarse.

Su descrdito y su desprestigio, generador de un escepticismo total por parte de la ciudadana, no tienen ya otro asidero que la peor de las complicidades clientelares, pero increblemente apuestan an a instrumentar la farsa del convencimiento mercadotcnico, difundiendo machaconamente discursos idiotas e idiotizantes (en el sentido ms literal del trmino) que no tienen ms contenido que la diatriba, la demagogia de las propuestas vacas y las falsas promesas, y la desvergenza de la mentira sistemtica.

Las elecciones en puerta tienen tres componentes bsicos:

1. El reordenamiento de los aparatos politiqueros (partidos, siguen hacindose llamar) en un poder legislativo que oscila entre la obsecuencia cmplice para con las decisiones de un ejecutivo que tampoco gobierna, sino que implementa las decisiones de los grupos de poder y el gran capital, y el chantaje y la componenda que les permite seguir medrando merced a la impunidad y las prebendas.2. La disputa por el ejercicio del gobierno (dudosamente del poder, pues este pertenece realmente a los poderes fcticos del capital, las mafias polticas y el crimen organizado) en varias partes del pas, donde los puntos neurlgicos son el Distrito Federal, y las regiones del sur y la costa del Pacfico, convulsionadas por la violencia criminal y la insurgencia social.3. La coyuntura barmetro que la eleccin representa, al indicar los niveles de la presin poltica en el ms amplio sentido: descontento, escepticismo y abstencionismo; gobernabilidad o ingobernabilidad; credibilidad y legitimidad del rgimen, o su contrario.

Queda claro para cualquier observador mnimamente analtico, que la corrupcin, arbitrariedad e impunidad del gobierno mexicano en su conjunto y a todos los niveles, hacen de los procesos electorales un operativo tramposo de chantaje que exige de la ciudadana otorgar un cheque en blanco al rgimen y a la clase poltica, toda vez que en nuestro sistema poltico no existen mecanismos establecidos de participacin real de la ciudadana en la gestin gubernamental. Los mecanismos de consulta y participacin ciudadana que la Constitucin exige son en la prctica letra muerta, acciones de maquillaje o espacio de artimaas para legitimar las arbitrariedades autoritarias, y para la inconformidad popular el sistema solo propone dos caminos: la demagogia del proceso electoral (amaado, intil, ofensivamente oneroso, instalado en la trampa y el chantaje del si no te gusta esta gestin, eres libre de elegir otra) y/o la complicidad culposa de la influencia, la palanca, la corruptela, el clientelismo abyecto, la compraventa de dignidades y voluntades. Lo que se sale de este esquema es cada vez ms peligrosamente criminalizado, perseguido, reprimido, acosado.

Esta maquinaria constituye un despojo sistemtico de la soberana popular, y su usurpacin impuesta directa e indirectamente mediante la fuerza. Vistas as, las elecciones en Mxico son un ataque a la sociedad civil, un asalto en descampado que para colmo se hace en su nombre y a su nombre.

La disyuntiva va ms all del votar o no votar. La perspectiva real, el reto real, es organizarse, construirse como pueblo, ejercerse sujetos de derecho y asumir el control de nuestro propio destino.

Al final de cada vergenza electoral, queda en las calles la basura (costossima basura) que estas producen. Las escobas de los barrenderos arrastran las sonrisas escnicas, las promesas vanas, los lemas vacos Asumiendo la metfora, ya va siendo hora de barrer con el circo en s mismo.

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