“Beneficios de la fisioterapia dentro de un abordaje multidisciplinar en niños con Trastorno del Espectro
Autista.”
Trabajo Fin de Grado
Facultad de Ciencias de la Salud
Grado en Fisioterapia
Alumna: Laura Corpas Zambrana
Tutor: Eduardo Sánchez Guerrero
Junio 2019
Índice Introducción. ................................................................................................................. 1
1. El Trastorno del Espectro Autista: definición. ..................................................... 1
2. Etiología del TEA. .............................................................................................. 1
3. Epidemiologia y prevalencia. .............................................................................. 1
4. Síntomas y signos de alerta en el TEA. .............................................................. 2
Habilidades motoras en el TEA .............................................................................. 2
Estereotipias y problemas de conducta en el TEA ................................................. 3
5. Diagnóstico. ....................................................................................................... 4
6. Tratamiento del TEA. ......................................................................................... 5
Intervención del TEA desde la Atención Temprana. .............................................. 5
Tratamiento farmacológico..................................................................................... 6
Tratamiento psicoeducativo. .................................................................................. 7
Lenguaje y comunicación. ..................................................................................... 7
Terapia ocupacional. ............................................................................................. 7
Fisioterapia ............................................................................................................ 8
7. Objetivos y justificación del trabajo. .................................................................... 8
Metodología. ................................................................................................................. 9
1. Pubmed. ............................................................................................................. 9
2. Scopus. ............................................................................................................ 10
3. PEDro. ............................................................................................................. 10
4. Web of Science. ............................................................................................... 11
5. ScienceDirect ................................................................................................... 11
Resultados .................................................................................................................. 13
Discusión .................................................................................................................... 21
Conclusiones .............................................................................................................. 26
Bibliografía .................................................................................................................. 28
Declaración de autoría y originalidad del trabajo fin de grado
Yo, Laura Corpas Zambrana, con D.N.I. 44596156f estudiante del Grado en Fisioterapia
de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga, en relación al
Trabajo Fin de Grado presentado para su defensa y evaluación en el curso 2018-2019,
declara que asume la originalidad del trabajo, y que no he utilizado fuentes sin citarlas
debidamente.
Y para que así conste a los efectos oportunos, se firma en Málaga a 11 de junio de 2019.
Resumen
Introducción: El Trastorno del Espectro Autista (TEA) comprende un amplio grupo de
trastornos que se inicia en la infancia, donde se ven afectadas principalmente la
comunicación y sociabilización, presentando comportamientos restringidos o
estereotipados. Además, pueden manifestar déficits en el desarrollo motor, siendo
necesario un abordaje multidisciplinar con diferentes profesionales. El objetivo de esta
revisión es demostrar la eficacia de la fisioterapia, en concreto del ejercicio físico, dentro
de dicho abordaje.
Metodología: Se revisaron las bases de datos: Pubmed, Scopus, Web of Science,
PEDro y ScienceDirect con las palabras claves “autism”, “exercise”, “physiotherap*” y
“multidisciplinary approach” en diferentes búsquedas. Se incluyeron aquellos estudios
que fueran revisiones o ECAs de entre 2014-1019, texto libre y publicados en inglés o
español excluyendo los no específicos sobre autismo.
Resultados: Un total de 15 artículos fueron seleccionados, donde se evidenciaba la
efectividad de distintos métodos de intervención beneficiosos para reducir la
sintomatología del TEA, como el ejercicio aeróbico, juegos cooperativos o competitivos,
motricidad gruesa y fina, realidad virtual, ejercicios de relajación, distintos deportes
(karate o natación) y la equino terapia.
Discusión: Se agruparon los autores según los beneficios que aportaban sus estudios.
Se encontraron mejoras a nivel motor mejorando la marcha, postura y equilibrio,
reducción de las estereotipias y de la ansiedad, mejoras cognitivas, conductuales,
comunicativas y sociales. En la mayoría de los estudios destacaron la importancia de
iniciar el tratamiento de forma temprana y mediante el juego.
Conclusiones: El ejercicio físico aporta amplios beneficios a los niños con TEA, no solo
mejoras a nivel motor, si no que podemos abarcar todas las áreas del desarrollo del
niño, respetando las características individuales de cada niño. Se debe investigar más,
especificando qué técnicas son más efectivas y la duración o intensidad de estas.
Palabras claves: “autistic disorder”, “physiotherapy”, “Exercise”, “multidisciplinary
approach”
1
Introducción.
1. El Trastorno del Espectro Autista: definición.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) comprende un grupo heterogéneo de trastornos
de origen neurobiológico cuyo inicio se desarrolla en la infancia y pueden durar toda la
vida. Principalmente se verán afectadas las áreas relacionadas con el lenguaje y el
desarrollo intelectual, afectando a la comunicación e interacción social. Además, el niño
puede presentar comportamientos estereotipados o restringidos en la conducta (1).
Actualmente dentro de los trastornos del espectro autista se incluyen el trastorno autista,
el síndrome de Asperger o el trastorno generalizado del desarrollo no especificado, entre
otros (1,2).
2. Etiología del TEA.
En la actualidad se desconocen las causas exactas del TEA. La evidencia científica
determina la existencia de múltiples factores, como genéticos y ambientales. Más de
100 genes podrían estar relacionados con el desarrollo del autismo (3).
En principio, las últimas investigaciones señalan a que la causa del autismo se debe a
una relación entre los genes, tanto las mutaciones de novo como las heredadas (1,2).
Sin embargo, es compleja esta relación puesto que personas sin autismo también
pueden presentar estas mutaciones (3)
Por otro lado, condiciones medio ambientales, como exposición a tóxicos durante el
embarazo, podrían estar relacionadas con estos trastornos (1,2).
También se ha relacionado el TEA con enfermedades genéticas como el síndrome del
cromosoma X frágil, síndrome de Rett, tuberculoesclerosis, etc. Otro pequeño
porcentaje se asocia a otras alteraciones cromosómicas raras. Por tanto, no existe un
consenso claro en cuanto a las causas de estos trastornos (1,2).
3. Epidemiologia y prevalencia.
En la actualidad se ha producido un aumento de niños con TEA. Aunque no existen
estudios poblacionales oficiales en España, podemos apuntar que en Europa
aproximadamente se da 1 caso por cada 100 nacidos y según la OMS, en el mundo se
detecta 1 caso de TEA por cada 160 nacidos (3,4).
En España, en el único estudio que calculó la prevalencia, esta no superó los 5 por cada
10.000 casos, pero se trata de una investigación realizada entre 1990 y 1998, sin
2
registros posteriores. No obstante, sabemos que actualmente la prevalencia ha
aumentado (4).
Se ha tenido en cuenta que se diagnostican menos mujeres que hombres, por lo que
estos últimos tienen un riesgo mayor de padecer autismo. Se estima una ratio de entre
4:1. Los diagnósticos en las mujeres se retrasan más que en los hombres, aunque las
manifestaciones sean evidentes (3,4).
En cuanto a la edad, se trata de un trastorno de inicio temprano. Las primeras
manifestaciones pueden observarse durante el primer año de vida, por lo que es
importante el seguimiento desde bien pequeños (4).
4. Síntomas y signos de alerta en el TEA.
Los síntomas se hacen presentes en el desarrollo temprano, aunque hasta los 3 años
no se muestran los síntomas más evidentes (5).
Algunos autores definen el modo de aparición como regresión autística, donde el niño
adquiere habilidades cercanas a la normalidad y en un momento dado comienza a
perder habilidades, principalmente la social, aunque también se dan perdidas en las
áreas motora, del lenguaje y cognitiva (5).
No todas las personas con autismo presentan los mismos síntomas, aunque sí varios
de los siguientes: repetir conductas, demasiado interés por objetos o números,
comportamientos mal adaptativos e inflexibles, poco contacto visual, no comparten el
juego, no responden a su nombre, dificultad en conversaciones, tono inusual de voz,
ecolalias, estereotipias e hipersensibilidad a la luz, ruido, texturas etc. (2)
Se destaca la importancia de los llamados signos de alertas para poder derivar a estos
niños a Unidades de Atención Temprana. Destacamos señales como no balbucear, no
hacer gestos, no dice palabras sencillas a los 18 meses, perdidas de lenguaje o a nivel
social, poco contacto visual, falta de sonrisa social, falta de interés por juegos
interactivos como “cú-cú”, no responde a su nombre, no señala, no imita, respuesta
inusual a estímulos sonoros o ausencia de intención comunicativa (5).
Entre los 18 y 24 meses, no mira hacia donde otro señala, no sigue la mirada, retraso
en el lenguaje, falta de juego simbólico y funcional, falta de interés por otros niños, no
responde cuando se le llama o no imita (5).
Habilidades motoras en el TEA
Por otro lado, existe una clara relación en cuanto al TEA y la presencia de un retraso
psicomotor. Como hemos mencionado anteriormente, en los niños con TEA, la
3
capacidad de comunicación e interacción social está deteriorada. Suelen presentar
alteraciones del desarrollo que cursan con el denominado retraso psicomotor (6).
Este término implica que el niño, en los primeros 3 años de vida, no adquiere (o los
adquiere de forma lenta) los ítems motores relacionados con su edad y, por tanto, su
desarrollo se enlentece o se altera (7).
Debemos distinguir el retraso psicomotor del retraso psicomotor global, el cual implica
el enlentecimiento del ritmo de aparición de habilidades comunicativas, para jugar y
resolver problemas (pudiendo indicar un futuro diagnóstico de retraso mental) (7).
Es frecuente que, dentro del TEA, encontremos características de torpeza psicomotriz
que dificulta al niño para actividades como correr, manipular o saltar (7).
Estudios como el de MacDonal et al., manifiestan la posible conexión entre la
sintomatología del autismo y los déficits de adquisición de habilidades motrices finas y
gruesas que se manifiestan en edades tempranas. Según MacDonal et al., las
deficiencias motoras son indicativas de la severidad de los síntomas del autismo por lo
que destacan la importancia de una intervención adecuada y de forma temprana para
mejorar la severidad de dichos síntomas presentes en el autismo (8).
Los niños con menores resultados en habilidades motoras gruesas y finas (según la
GMF) presentaban una mayor sintomatología relacionada con el TEA, por lo que estos
autores determinaron que a mayores deficiencias motoras mayor severidad del autismo
(8).
Estereotipias y problemas de conducta en el TEA
Respecto a las estereotipias, son importantes tenerlas en cuenta para trabajarlas en la
intervención del niño con autismo. Las estereotipias (como movimientos de las manos,
aleteo o balanceo) son patrones de movimiento repetitivos que dificultan las relaciones
sociales del niño con TEA (9,10).
Como hemos mencionado anteriormente, el niño con TEA puede presentar distintos
problemas de conducta, como comportamientos repetitivos o mal adaptativos,
problemas para el autocontrol, dificultando la comunicación o sociabilización (11).
Entre ellos, destacamos conductas autolesivas, escapismo, conductas agresivas,
problemas con las normas y la obediencia o ansiedad (11). La evidencia del tratamiento
farmacológico de estos problemas es escasa o nula, y se hacen necesarios programas
de intervenciones psicoeducativas que ayuden al niño a cambiar la conducta ante
diferentes situaciones(11).
4
5. Diagnóstico.
El Trastorno del Espectro Autista tiene un difícil diagnóstico puesto que no hay una
prueba medica que lo verifique, solo observacional (5). Los síntomas pueden verse en
niños pequeños, incluso antes de los 18 meses, por lo que se recomienda una
evaluación del desarrollo. Muchos de estos niños no son diagnosticados antes de la
edad escolar, ya que es aquí cuando se manifiestan muchos rasgos comunes en niños
TEA como los problemas de sociabilización (juegan solos, tienen dificultad para hacer
amigos, problemas en las interacciones…) (3).
Según la OMS en la CIE-11 (la Clasificación Internacional de Enfermedades), las
características principales del TEA son el persistente déficit en iniciar y mantener
relaciones sociales y la comunicación social, y por la presencia de patrones e intereses
repetitivos o inflexibles. El inicio se da en el periodo de desarrollo del niño, primera
infancia, pero los síntomas suelen manifestarse cuando se demandan relaciones
sociales. Estos déficits provocan graves deterioros a nivel personal, familiar, social o
educativo, por lo que se hace visible en todos los ámbitos (12).
En el Manual Diagnostico y Estadístico de Trastornos Mentales, en su quinta edición,
(DSM-5), se sitúa el Trastorno del Espectro Autista dentro de los trastornos del
desarrollo neurobiológico. En este manual, se especifican los siguientes criterios
diagnósticos del TEA (13):
A. Déficits en la comunicación e interacción social presentando alguno de los
siguientes puntos:
1. Deficiencia en reciprocidad socioemocional (disminución del interés social,
fracaso en el inicio o respuesta a interacciones sociales o conversaciones o
acercamiento social anormal).
2. Deficiencias en conductas comunicativas no verbales (poco contacto visual,
anomalías en el lenguaje corporal o deficiencias en comprensión y uso del
lenguaje no verbal, falta de expresión facial, etc.).
3. Deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones
(dificultad para compartir juegos, nulo interés por otras personas o dificultad
para ajustar el comportamiento en distintos contextos).
B. Presencia de patrones repetitivos y restrictivos de actividades, comportamiento o
intereses:
1. Movimientos o habla estereotipados (estereotipias motoras, alinear juguetes,
ecolalia…).
5
2. Inflexibilidad en rutinas o insistencia en monotonía (angustia por pequeños
cambios, problemas en las transiciones, patrones de pensamientos rígidos o
rituales).
3. Intereses rígidos (apego inusual por objetos).
4. Hipersensibilidad o hiposensibilidad (al dolor o temperatura, respuesta
negativa ante sonidos o texturas…).
C. La sintomatología se debe presentar en las primeras fases del desarrollo, aunque
pueden no demostrarse hasta que sean necesarias las relaciones sociales o estar
enmascaradas.
D. Estos síntomas implican un deterioro en el área social impidiendo un correcto
funcionamiento.
E. El TEA y la discapacidad intelectual pueden coexistir, para diagnosticarlo, la
comunicación social debe estar por debajo del nivel del desarrollo.
Se hace necesario especificar el nivel de gravedad del TEA, según las deficiencias que
presente en cuanto la comunicación social y comportamientos restringidos y repetitivos,
siendo el grado 1: necesita ayuda, el grado 2: necesita ayuda notable y el grado 3:
necesita ayuda muy notable. Un grado u otro dependerá de si la inflexibilidad que
presente en el comportamiento afecta significativamente al funcionamiento normal o si
presenta grandes limitaciones para las relaciones sociales y comunicación (13).
6. Tratamiento del TEA.
El tratamiento del TEA debe ser multidisciplinar, abarcando todas las áreas del niño con
TEA siendo lo más completo posible para poner solución a toda la sintomatología del
niño con TEA.
Intervención del TEA desde la Atención Temprana.
Según el Libro Blanco de la Atención Temprana, esta se define como el “conjunto de
intervenciones dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que
tiene por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o
permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo
de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han
de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o
transdisciplinar” (14).
Actualmente sabemos que una intervención temprana en niños con signos de alerta de
TEA posibilita una mejoría de la evolución de estos síntomas. Por ello , en muchos casos
se comienza la intervención del niño con signos de alerta y no con un diagnostico fiable
6
y se recomienda dicha intervención antes de tener el diagnóstico definitivo, para mejorar
el desarrollo del niño (15).
En cuanto a las ventajas de una detención precoz y por tanto una derivación a Atención
Temprana, encontramos: reducir la incertidumbre de los padres, ayuda en las opciones
de educación, orientación profesional y servicios, acceso a recursos de apoyo, se facilita
el contacto con otras familias con niños TEA, se identifican necesidades de la familia,
se les ayuda a entender la patología, se reduce el aislamiento y se mejoran en general
los síntomas de los niños (4).
En la Atención Temprana, se hace necesaria no solo la intervención del niño sino
también de la familia y del entorno. Ellos deben tener un papel activo en el tratamiento
del niño, estableciendo objetivos y la posibilidad de modificarlos para mejorar el
aprendizaje e inclusión del niño (15).
En el caso del niño con autismo, se deben trabajar aquellas áreas en las que este
encuentre una mayor dificultad. Esto nos llevará a trabajar el desarrollo social, la falta
de flexibilidad en comportamientos o las estrategias para mejorar la comunicación por
lo que actuaremos de forma individualizada con cada caso, sin olvidarnos de que el niño
con TEA sigue siendo un niño y debemos adaptarnos a ello (15).
Tratamiento farmacológico.
Algunos medicamentos utilizados en el tratamiento de la sintomatología del TEA son
antipsicóticos, antidepresivos, medicamentos para la hiperactividad. Estos pueden
reducir el sufrimiento emocional, agresividad o tendencia a la autolesión. Pueden tener
efectos secundarios como aumento de peso, exceso de sueño, temblores o movimientos
anormales por lo que estos medicamentos solo se administraran si los niños presentan
una grave sintomatología (16) .
Los fármacos como la risperidona o el aripiprazol (antipsicóticos) son los que han
demostrado mayor evidencia para tratar la irritabilidad, hiperactividad, autolesiones
(conductas agresivas) a pesar de sus fuertes efectos secundarios (16,17). Incluyo hay
casos en los que se ha dado una resistencia a la insulina y un síndrome metabólico, por
lo que es importante controlar el IMC y el aumento del tejido graso (17).
Por lo tanto, el tratamiento de origen farmacológico, debe ser una opción cuando otros
tratamientos no han dado resultados (17).
7
Tratamiento psicoeducativo.
El tratamiento cognitivo-conductual del niño con TEA, cobra una gran importancia ya
que los niños suelen presentar problemas de obediencia, autocontrol, problemas de
concentración o impulsividad (18).
Hurtado y Arjalaguer, desarrollaron un programa de intervención donde se incluyó
técnicas de relajación, escritura y lectura comprensiva, técnicas cognitivas (atención y
auto instrucciones) y técnicas conductuales (cumplir normas, gestión de tiempo).
Gracias a esta intervención el niño cumplió los objetivos marcados (18).
En cuanto a la intervención en habilidades sociales, se ha demostrado la eficacia de
programas que involucran a las familias o profesores, y programas que utilizan recursos
tecnológicos como ordenadores o robots. Estos programas mejoran las habilidades
sociales y comunicativas, aumenta el juego, incluyo llega a mejorar la regulación
emocional y adaptación conductual en colegios o ambientes familiares (19).
Las intervenciones deben adaptarse al entorno y características individuales, estas son
las más efectivas, junto con las intervenciones que combinan varios métodos con base
conductivas y educativas. Estos últimos, son programas estructurados que ayudan al
niño en la adquisición de habilidades (20).
La evidencia del tratamiento farmacológico de los problemas de ansiedad o conducta,
es escasa o nula, y se hacen necesarios programas de intervenciones psicoeducativas
que ayuden al niño a cambiar y mejorar su conducta ante diferentes situaciones(11).
Lenguaje y comunicación.
Las áreas del lenguaje y la comunicación se ven afectadas en el TEA y requieren una
intervención principalmente por parte del logopeda. Los sistemas alternativos de
comunicación son herramientas para la interacción diferente al lenguaje oral. Se utilizan
sistema de imágenes o fotografías como alternativa a la comunicación tradicional. El
niño aprende a comunicarse con su entorno a través de las imágenes. Normalmente
apoya la imagen con palabras para que puedan asociarlas. Este programa ha
demostrado un aumento de las habilidades socio comunicativas en niños TEA (21).
Terapia ocupacional.
Desde la terapia ocupacional se pueden abarcar las dificultades que encuentra el niño
con autismo en las actividades de la vida diaria. Aunque existen pocas referencias al
respecto, estudios demuestran la efectividad de la Terapia Ocupacional en personas
con TEA, mejorando AVD (como a la hora de comer de forma independiente o uso del
inodoro) y habilidades sociales (22,23).
8
También se demostraron evidencias en programas de integración sensorial en niños
TEA, mejorando los problemas de sensibilidad presentes en estos niños (23).
Fisioterapia
Actualmente las intervenciones tempranas en niños con TEA se centran en la mejora de
las habilidades comunicativas, obviando las habilidades motoras. Estas habilidades
motoras, no solo se reducen a estereotipias, sino que los déficits varían según las
tareas. Todo esto hace que sea necesario incluir, dentro del tratamiento del niño, la
intervención de estas habilidades motoras, iniciando el abordaje cuanto antes para
aumentar las posibilidades de mejora de los niños TEA (8).
Con las técnicas de intervención adecuadas, las mejoras de las habilidades motoras en
niños con TEA podría reducir la severidad de dicho trastorno, aumentando la
participación del niño en actividades o juegos, lo que implicaría una mejora en la
interacción social y habilidades comunicativas (8).
Desde la fisioterapia podemos abarcar numerosos ítems presentes en el niño con TEA,
principalmente aspectos de la actividad motora, ya que algunos de estos niños son
susceptibles de presentar retrasos en el desarrollo psicomotor, posturas mal
equilibradas, alteraciones de la marcha, como caminar de puntillas o una marcha menos
coordinada, o la dificultad en la motricidad fina, como en la escritura (24).
7. Objetivos y justificación del trabajo.
Por todo los anterior, se hace indispensable la figura del fisioterapeuta para abarcar
todas las áreas de desarrollo del niño, actuando con programas que fomenten el
ejercicio físico a través del juego.
No solo se plantea una intervención para tratar los problemas asociados a áreas
motoras (destreza psicomotora, motricidad gruesa o fina, marcha o posturas inestables
o inadecuadas), sino que se propone un abordaje que pueda abarcar más áreas como
los problemas de comunicación, conducta, cognición y sociabilización.
El propósito de esta revisión es, por tanto, demostrar la evidencia de la efectividad de
incluir la fisioterapia, más concretamente el ejercicio físico, dentro del abordaje
multidisciplinar del niño, mejorando su desarrollo y adaptación al mundo.
9
Metodología.
Para realizar este trabajo se ha llevado a cabo una revisión de la literatura actual sobre
los posibles beneficios del ejercicio físico en niños autistas con el fin de reducir su
sintomatología. Con este fin, se realizó una amplia búsqueda bibliográfica en las bases
de datos de Pubmed, Scopus, Web of Sience, PEDro y ScienceDirect en marzo de 2019.
Las palabras claves utilizadas en dichas bases de datos fueron “autism” AND “exercise”,
“autism” AND “physiotherap*” y “autism” AND “multidisciplinary approach”. Se incluyeron
revisiones (R), revisiones sistemáticas (RS) y ensayos clínicos aleatorizados (ECA) cuya
publicación hubiese tenido lugar en los últimos cinco años (2014-2019) para aportar los
datos más novedosos. Como requisitos de inclusión debían ser textos de acceso libre y
publicados en español o inglés.
Por ello los criterios de exclusión se basaron en estudios anteriores a 2014, estudios no
publicados en español o inglés, aquellos artículos cuyo acceso no fuera posible y
estudios duplicados. Además, se excluyeron artículos que no fueran ECAs, R o RS
como estudios pilotos, estudios de casos o estudios transversales. Por último, aquellas
investigaciones que no fueran específicas en niños autistas.
1. Pubmed.
Se ha realizado la búsqueda de trabajos con las palabras claves “autism” AND “exercise”
que estuvieran en el título y en el resumen, que hubieran sido publicadas en los últimos
cinco años y cuyo texto fuera libre. Se obtuvieron 30 resultados de los cuales solo 11
eran ECAs, R o RS.
Tras una lectura específica del texto completo, se seleccionaron 6 artículos para la
revisión de la literatura. Finalmente fue excluido uno por tratarse de un estudio piloto sin
resultados. Se seleccionaron los siguientes:
1. Effectiveness of Non-Pharmacological Interventions on Stereotyped and
Repetitive Behaviors of Pre-school Children With Autism: A Systematic Review
(25).
2. Beneficial effect of interventional exercise on autistic Fragile X sindrome (26).
3. Evaluating Exercise as Evidence-Based Practice for Individuals with Autism
Spectrum Disorder (27).
4. Benefits of Physical Exercise for Individuals with Fragile X Syndrome in
Humans (28).
5. Current perspectives on physical activity and exercise recommendations for
children and adolescents with autism spectrum disorders (29).
10
En la búsqueda con las palabras claves “autism” AND “physiotherap*” se obtuvo un solo
resultado que no fue seleccionado para la revisión.
Utilizando las palabras claves “autism” AND “multidisciplinary approach” se obtuvieron
6 resultados de los cuales solo 2 eran ECAs, R o RS. No se seleccionó ninguno de ellos.
2. Scopus.
Con las palabras claves “autism” AND “exercise” se encontraron un total de 476 artículos
que tras aplicar el criterio de que fueran de los últimos cinco años y con texto libre
disponible, quedaron reducidos a 50 artículos. De ellos, se examinó cuáles eran ECAs,
R o RS.y se excluyeron los estudios pilotos o estudios de protocolos. Por último, se
descartaron aquellos artículos que no fuesen específicos sobre el autismo. Finalmente
añadimos a nuestra revisión los siguientes cinco artículos:
1. The Effects of Structured Physical Activity Program on Social Interaction and
Communication for Children with Autism (30)
2. Physical activity, sedentary behavior and their correlates in children with autism
spectrum disorder: A systematic review (31)
3. A Meta-Analytic Review of the Efficacy of Physical Exercise Interventions on
Cognition in Individuals with Autism Spectrum Disorder and ADHD (32)
4. Benefits of Physical Activity for Adolescents with Autism Spectrum Disorders: A
Comprehensive Review (33)
5. Reducing specific phobia/fear in young people with autism spectrum disorders
(ASDs) through a virtual reality environment intervention (34)
Utilizando las palabras claves “autism” AND “physiotherap*” se obtuvieron 16 resultados
siguiendo los criterios de inclusión, de los cuales 6 eran ECAs, R o RS. Se analizaron
los resultados excluyendo aquellos que no fueran específicos en niños autistas por lo
que finalmente no se seleccionó ningún artículo.
Se llevó a cabo otra búsqueda con las palabras claves “autism” AND “multidisciplinary
approach” obteniendo 9 resultados de los cuales solo 4 eran ECAs, R o RS. Analizamos
los resultados excluyéndolos por no tener un contenido relevante o estar duplicados.
3. PEDro.
Se realizó la búsqueda avanzada de las palabras claves “exercise” AND “autism”,
obteniendo 7 resultados, de los cuales 3 estaban duplicados y en 4 no fue posible
acceder al texto completo, por lo que el único artículo seleccionado fue “Effect of
selected spark motor program on anxiety of children with Asperger” (35).
11
En la búsqueda avanzada con las palabras claves “autism” AND “physiotherap*” se
obtuvo un solo resultado, no relevantes para el trabajo y en la búsqueda con las palabras
claves “autism” AND “multidisciplinary approach” no se obtuvo ningún resultado
siguiendo los criterios de inclusión.
4. Web of Science.
Tras la búsqueda de las palabras claves “exercise” AND “autism” aplicando los filtros de
los últimos cinco años y que se permitiese el acceso a texto completo libre, se obtuvieron
76 artículos, de los cuales solo 24 eran ECAs, R o RS. Se seleccionaron 11 de ellos por
la lectura del título y resumen, de los que cuatro eran duplicados y dos no se pudieron
leer porque no estaban disponibles en inglés o español.
Finalmente, solo dos de ellos se añadieron a nuestra revisión.
1. Scoping Review: Physical Activity and Social Functioning in Young People With
Autism Spectrum Disorder (36)
2. Effects of therapeutic horse riding on gait cycle parameters and some aspects of
behavior of children with autism (37)
Mediante la búsqueda de las palabras claves “autism” AND “physiotherap*” se
obtuvieron 4 resultados de los cuales 2 eran ECA y R, tras la lectura del título y resumen
se seleccionó un artículo: “Las posibilidades de la fisioterapia en el tratamiento
multidisciplinar del autismo” (38)
Con las palabras claves “autism” AND “multidisciplinary approach” dieron como
resultados 11 artículos, de los cuales 5 eran ECAs, R o RS, 1 de ellos se excluyó por no
tener el texto completo en inglés y por último 2 de ellos estaban duplicados.
5. ScienceDirect
Con la búsqueda de las palabras claves “exercise” AND “autism” se obtuvieron 20
resultados de los cuales solo 7 eran revisiones o ECAs. De ellos seleccionamos uno,
pero lo descartamos por estar duplicado.
En la búsqueda de “autism” AND “physiotherap*” no se obtuvo un solo resultado que no
fue seleccionado para la búsqueda. Por último, en la búsqueda de “autism” AND
“multidisciplinary approach” se obtuvieron 5 resultados, de ellos solo 3 eran revisiones
y seleccionamos uno de ellos para nuestro trabajo: “Using a multidisciplinary approach
with children diagnosed with autism spectrum disorder” (39)
12
Tabla. Bases de datos:
Se ha obtenido este flujograma aplicando los criterios de inclusión y exclusión.
Bases de
Datos
Número de artículos encontrados
n(236)
Número de artículos seleccionados
n(15)
Palabras
claves
“Autism”
AND
“exercise”
“Autism” AND
“physiotherp*”
“Autism” AND
“multidisciplinar
approach”
“Autism”
AND
“exercise”
“Autism” AND
“physiotherap*”
“Autism” AND
“multidisciplinar
approach”
Pubmed 30 1 6 5 0 0
Scopus 50 16 9 5 0 0
PEDro 7 0 0 1 0 0
Web of
Science
76 4 11 2 1 0
ScienceDirect 20 1 5 0 0 1
Número de estudios mediante búsquedas en bases de datos
(n =236)
Número artículos tras seleccionar solo: ECAs, R o RS.
(n = 112)
Número de artículos seleccionados por
lectura título y resumen
(n = 47)
Número de artículos
excluidos por duplicidad
(n =21)
Número de artículos de texto completo
evaluados para su elegibilidad
(n = 26)
Número de artículos de
texto completo
excluidos, con sus
razones (idioma,
específicos autismo)
(n = 11)
Número de estudios incluidos
en la revisión de la literatura
(n = 15)
13
Resultados
Autores y año Tipo de
estudio Intervenciones Conclusiones
Zarafshan H et
al. (2017)
RS
15 estudios.
Enseñar a los niños a pedir ayuda, tratamiento de la
inflexibilidad con ayuda de la familia, prevención de
respuesta, estímulos auditivos o interrupción respuesta
vocal o motora. En los ECAS: terapia táctil, técnicas de
entrenamiento y ejercicio aeróbico.
Las intervenciones no farmacológicas tuvieron
resultados beneficiosos como tratamiento de
comportamientos repetitivos.
Lee S et al.
(2017) R
Actividad física, ejercicio aeróbico, combinado con
actividades cognitivas.
Los programas de ejercicio resultaron
efectivos para la actividad neuronal,
mejorando las funciones cognitivas
Dillon S et al.
(2017)
RS
23 estudios
N= 550
1-21 años
Ejercicio centrado en el fitness, ejercicio acuático, karate y
artes marciales, programas para habilidades motoras,
yoga, baile, equino terapia, ejercicios basados en el juego,
intervenciones en el comportamiento y sociabilización,
ejercicios de intervención en estereotipias, desarrollo de
habilidades, cognición y relajación.
El ejercicio puede considerarse una práctica
basada en la evidencia.
Lee M et al.
(2015) R
Ejercicios basados en el juego (combinando actividades
físicas con actividades mentales), caminar, actividades
motoras y sensitivas
Efectos positivos en la reducción de
estereotipias, en el comportamiento y factores
neurotróficos.
14
Srinivasan S,
Pescatello L y
Bhat A (2014)
R
10 estudios
N= 129
5-21 años
Ejercicio aeróbico y de resistencia, ejercicio en cinta de
correr, programa acuático, ejercicio de bicicleta, ejercicio
de intervalos de alta intensidad y actividad física en
general
Mejora en equilibrio, agilidad, fuerza,
flexibilidad, cardiovascular, motricidad gruesa,
habilidades funcionales, mejora positiva del
comportamiento (y otros ítems relacionados
con el autismo) y disminución de la obesidad
Rezvankhah N y
Emami SA
(2015)
ECA
n=20
6-10 años
45 minutos de programa de ejercicio “Spark” que incluye
el ejercicio (calentamiento, habilidades motoras y
manipulación) y juegos para niños TEA con ansiedad.
La ansiedad se redujo significativamente pero
no había grandes diferencias con el grupo
control.
Reinders NJ et
al. (2019)
R
40 estudios
n=920
2-22 años
Intervenciones en la función social y actividad física
(intervenciones en habilidades motoras, juegos
competitivos y cooperativos, natación, karate, etc.)
Se concluyó la relación entre la actividad física
y la mejora de la función social.
Steiner H y
Kertesz Zs
(2015)
ECA
n=26
10-13 años
Equino terapia 30 minutos a la semana junto con sesiones
pedagógicas. Efectividad de la terapia con caballos
Zhao M y Chen
S (2018)
ECA
n=41
Programa estructurado de 12 semanas. 24 sesiones de
ejercicio físico teniendo en cuenta la interacción social y
comunicación.
El programa tuvo efectos positivos en áreas
sociales y de comunicación.
Jones RA et al.
(2017)
RS
35 estudios
N=1541
3-21 años
Determinar la relación entre la actividad física y el
sedentarismo con el autismo.
Existe una relación entre ambos, teniendo en
cuenta la edad y el sexo.
15
Tan BW, Pooley
JA, Speelman
CP (2016)
R
22 estudios
n=579
3-25 años
Cinta andadora, ejercicio mixto, bicicleta, trampolín o
jogging.
Efectividad baja-media de que la intervención
en ejercicio sobre aspectos cognitivos.
Sorensen C y
Zarrett N (2014)
R
19 estudios
n=293
5-27 años
Ejercicios aeróbicos, de resistencia, de fuerza, jogging,
ciclismo, caminar, bicicleta estática, terapia con pelota,
actividad física variada, ejercicio acuático, educación física
regular, cinta andadora, tonificación,
Mejora de la actividad cognitiva, las
habilidades sociales y comunicativas,
emocionales, autocontrol y salud física y
emocional.
Maskey et al.
(2014)
ECA
N=9
7-13 años
Terapia cognitiva y comportamiento (como relajación o
ejercicios de respiración) junto con realidad virtual.
Altamente efectivos para tratar fobias o miedos
específicos en niños con TEA.
Strunk, Leisen y
Schubert (2017)
R
47 estudios
Intervención multidisciplinar (educadores, médicos,
enfermeras, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas,
trabajadores sociales, etc.)
Las diferencias entre profesionales disminuyen
y aumentan las posibilidades de mejora de los
niños con TEA.
Cazorla y
Cornellà (2014) R
Tratamiento acuático (tonificación, coordinación, equilibrio,
relajación, etc.) tratamiento en sala de juegos (percepción
táctil, ejercicios de coordinación, equilibrio, propiocepción,
estimulación motriz, mejora marcha, mejora contacto
visual, etc.)
Tratamiento más rápido y eficaz gracias a la
figura del fisioterapeuta. Evitar complicaciones
motoras. Aumento de la autonomía y mejora
de las habilidades motoras.
16
Según Zarafdhan et al., en su revisión sistemática sobre la efectividad de las terapias
no farmacológicas para reducir las estereotipias en niños con autismo, encontró varios
ECAs en los que se llevaban a cabo distintas técnicas como programas de
entrenamiento, ejercicio aeróbico, ejercicios para trabajar su inflexibilidad en el
comportamiento y para reforzar y mejorar sus dificultades en áreas del lenguaje y
sociabilización. Los resultados demostraron que todas las técnicas tenían efectos
positivos en la reducción de las estereotipias, aunque según dos de los artículos
revisados tenían también efectos negativos. Los niños autistas que no sabían cómo
comunicarse presentaban un mayor número de estos comportamientos, y
enseñándoles, por ejemplo, a pedir ayuda se reducían las estereotipias motoras (25).
Además, junto con los problemas de comportamiento aparecían disfunciones
sensoriales, por lo que trabajando en el ámbito sensitivo motor se ayudaba a la
reducción de estos comportamientos repetitivos. Se determinó la importancia de
técnicas de intervención en el referido ámbito sensitivo-motor y en el comportamiento
para reducir las estereotipias, trabajando en intervenciones que reforzaran
positivamente al niño (25).
Sin embargo, en el trabajo se menciona la importancia de seguir investigando sobre las
terapias no farmacológicas en estos niños, mejorando la calidad metodológica de los
estudios, incluyendo una mejor descripción de la intensidad y duración del programa de
intervención a estos niños, así como especificando qué técnicas han usado para cada
subtipo de dificultades en el comportamiento (25).
Por otro lado, Lee et al. estudiaron los beneficios de programas de ejercicio físico en
niños con autismo y síndrome X frágil, determinando la importancia de combinar
ejercicios físicos y mentales para mejorar las habilidades cognitivas y la participación
reduciendo, además, las estereotipias. Con programas de ejercicios que incluían mente
y cuerpo, los niños mejoraban las conexiones neuronales y el procesamiento de la
memoria. Aunque también se demostró que algunos de estos programas de ejercicios
podían ser estresantes para los pacientes (26).
En otro artículo, los mismos autores realizaron una revisión sistemática sobre los efectos
de la actividad física como intervención en comportamientos repetitivos y capacidades
físicas en niños TEA (28).
En ambos trabajos se hablaba de las dificultades de equilibrio en los pasos, de la postura
inestable y de la flexibilidad, presentando en ocasiones déficits o retrasos en el
desarrollo normal de las habilidades motoras. Estas dificultades motoras pueden
17
reducirse llevando a cabo un programa que integre tanto el ámbito motor como el de
comportamiento (26,28).
Además, ejercicios basados en el juego que combinen las actividades físicas y mentales
han demostrado la mejoría de la función cognitiva. Finalmente, tras el ejercicio físico se
mejoraron los patrones repetitivos y los comportamientos mal adaptativos, así como
problemas de sueño, y las actividades que requerían fuerza muscular se desempeñaban
con mejores resultados. Sin embargo, se necesitan mayores investigaciones que
aclaren el mecanismo de conexión entre el ejercicio físico y el comportamiento de los
niños TEA (28).
En la revisión de Dillion et al., se llevó a cabo una búsqueda de artículos relacionados
con el ejercicio físico y el TEA basado en la evidencia donde se evaluaron 23 artículos
utilizando la taxonomía de la actividad física adaptada (APAT) para determinar la calidad
y la fuerza de las recomendaciones a la hora de establecer ejercicios. Entre los
beneficios del programa de ejercicio físico, se encontraban mejoras a nivel
cardiorrespiratorio, motricidad gruesa y fuerza muscular junto con las mejoras en los
niveles cognitivos, académicos, sociales y comportamentales, disminuyendo las
estereotipias y los comportamientos mal adaptativos (27).
El problema de esta revisión fue que se encontraron un amplio abanico de edad de los
participantes (desde 1 a 21 años) y diferentes métodos de medición de los resultados
en los estudios, por lo que se dificulta la especificidad de la práctica basada en la
evidencia (27).
Entre los ejercicios recogidos en los artículos, se incluían actividades de fitness,
acuáticas, karate, programas de motricidad gruesa, yoga, baile, equino terapia,
relajación y programas de ejercicios basados en el juego y en todos ellos estaban
presentes las dificultades de los niños TEA como el comportamiento, la sociabilización,
los patrones repetitivos, etc. (27)Concluyen que el ejercicio físico o cualquier
intervención de estas características se puede considerar como una práctica basada en
la evidencia en niños y jóvenes con TEA, aunque sea necesario una mayor investigación
para mejorar la calidad metodológica de estos artículos (27).
En la actualidad, la obesidad es un problema en la población infantil con desarrollo
normal, pero Srinivasan et al., en su estudio sobre las perspectivas actuales de la
actividad física y el ejercicio recomendado en niños y adolescentes con TEA,
determinaron que los individuos con TEA también han aumentado la obesidad,
asociándolo a distintos factores presentes en los mismos, tales como la medicación, una
pobre nutrición, baja actividad física o la falta de conocimientos (29).
18
Proponían un programa de ejercicio con el fin de reducir la obesidad y aumentar la
actividad física, así como, minimizar las dificultades de estos niños para controlar el
comportamiento, mejorar la cognición y habilidades motoras. Por lo tanto, el ejercicio de
forma regular tenía efectos beneficiosos en estas áreas del desarrollo del niño con
autismo, mejorando el estado cardiovascular y musculo esquelético. Entre otros
ejercicios mencionan la natación, el jogging, ciclismo, caminar y montar a caballo, como
beneficiosos para reducir los ítems característicos de los TEA (29).
En su ensayo, Steiner y Kertesz estudiaron los efectos de montar a caballo como terapia
para mejorar los parámetros de paso y otros aspectos del comportamiento del niño con
autismo(37). Al igual que Lee, Steiner y Kertesz hablan de la pobre coordinación y
equilibrio a la hora de caminar de los niños con TEA por lo que sería necesaria una
intervención en este aspecto motor (28,37).
La respuesta de Steiner y Kertesz es la equino terapia, que consiste en montar a caballo
para prevenir daños, mejorar y educar a los niños con diferentes trastornos del
desarrollo incluido el TEA. La utilización del caballo aporta múltiples beneficios a estos
niños mejorando su aprendizaje, ayudándoles en su desarrollo cognitivo, a controlar el
comportamiento o la hiperactividad, así como a mejorar el equilibrio, la integración
sensorial, la coordinación, el esquema corporal o el control de cabeza y tronco. Por
último, el trabajar con caballos es una oportunidad para el niño de sociabilizar,
integrando al niño con TEA en el mundo del deporte e interactuando con otros niños(37).
Entre las conclusiones del estudio, la equino terapia podría considerarse una terapia
alternativa para estos niños cuando las terapias más convencionales no son efectivas,
dando la oportunidad de beneficiar todas las áreas del desarrollo del niño con TEA,
involucrando en el tratamiento a padres y terapeutas (37).
En cuanto a los beneficios de la actividad física para la sociabilización y comunicación
en niños autistas, el ensayo clínico de Zhao y Chen propuso la realización de un
programa estructurado de actividad física para estos niños. Después de 12 semanas,
los que habían realizado el programa mejoraron las habilidades sociales y
comunicativas comparadas con los niños del grupo control. Para evaluar estos avances,
se utilizaron tres pruebas que recogían las impresiones de los profesores, padres y
participantes. Los ítems que mejoraron más en los niños fueron la interacción social, la
cooperación y el autocontrol; entre las habilidades sociales mejoraron también el
contacto ocular, la participación en grupo o la habilidad de construir relaciones con sus
padres y otros participantes (30).
19
En la revisión de Reinders et al. se determinó la bidireccionalidad de la relación entre la
actividad física y las habilidades sociales: la actividad física influye sobre las habilidades
sociales y viceversa. En general, los niños mejoraban la participación y las habilidades
sociales, lo suficiente como para determinar la necesidad de incluir en edades
tempranas la actividad física entre los niños TEA (36).
Jones et al. en su revisión sistemática estudiaron la relación entre la actividad física, el
sedentarismo y el TEA. Relacionaron el nivel de actividad física con el sexo y la edad,
determinando que, a mayor edad, menor actividad física y que los chicos eran más
activos que las chicas. También comentaron que los niños que tenían padres activos
eran más activos. Entre las limitaciones, aparecieron problemas con los años de los
participantes, las muestras pequeñas de los estudios o el diagnóstico de TEA ya que en
la mayoría de los participantes no tenían un claro diagnóstico (31).
Para estudiar la eficacia del ejercicio como intervención en aspectos cognitivos de
individuos con TEA y TDH, Tan, Pooley y Speelman, realizaron una revisión de 22
artículos donde participaban estos individuos de entre 3 y 25 años. Establecieron la
eficacia del ejercicio para mejorar aspectos cognitivos de estos sujetos, pero con la
limitación de que cada uno presentaba unas particularidades distintas y resaltaron la
importancia de personalizar el programa de intervención, para aumentar la efectividad
del ejercicio físico. Luego se hace presente, la necesidad de más investigaciones para
determinar la relación entre el ejercicio y la cognición (32).
El estudio de Sorensen y Zarrett demuestra beneficios importantes de la actividad física,
en especial la actividad moderada-vigorosa en cuanto al peso, función cardiovascular,
emocional y cognitiva, en niños autistas reduciendo estereotipias y comportamientos
repetitivos y aumentando el autocontrol, la atención, función cognitiva, emocional y
social (33).
La mayor evidencia se encontró en cuanto al ámbito motor (incluyendo el desarrollo
psicomotor del niño y la forma física), disminución de estereotipias y autocontrol del
comportamiento. Aunque hubo una pequeña representación de artículos que
demostraban la eficacia en el ámbito socioemocional. Por último, un menor porcentaje
señaló beneficios en funciones cognitivas como memoria, atención o reducción de la
agresividad. Se destaca la importancia de una intervención temprana (por debajo de los
5 años) para reducir los problemas de conducta e incrementar las habilidades
comunicativas y sociales en adolescentes (33).
En el ensayo clínico de Maskey et al. se intentaron reducir las fobias o miedos en los
jóvenes con TEA gracias a un programa de intervención de realidad virtual. La ansiedad
20
en los niños autistas es frecuente en forma de fobias o miedos que crean problemas en
el niño y en su familia. Se combinó el tratamiento con realidad virtual junto con un
programa para el comportamiento y la cognición, consiguiendo reducir las fobias en casi
todos los niños que participaron. El objetivo del estudio fue abordar las dificultades
asociadas a diferentes fobias como transporte público, supermercados o clases. La
muestra que participó fue bastante pequeña (34).
En otro ensayo clínico realizado por Rezvankhah y Emami, se estudiaron los efectos de
un programa motor Spark en niños con Asperger con el fin de reducir la ansiedad. En
su trabajo, incluían seis ítems propios de la ansiedad, como ansiedad general,
agorafobia, fobia social, ansiedad por separación, trastorno obsesivo compulsivo y
miedos a lesiones físicas. Concluyeron que el ejercicio físico contribuía al bienestar
reduciendo en general la ansiedad por lo que podría ser un gran método no
farmacológico para estos niños. Sin embargo, no consiguieron una gran diferencia con
el grupo control. La muestra con la que se realizó el estudio fue bastante limitada (35).
En la revisión de Strunk, Leisen y Schubert, analizaron los beneficios del abordaje
multidisciplinar donde determinaron la importancia de trabajar en equipo incluyendo
profesionales como enfermeros, médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales o
logopedas entre otros. Trabajando de esta forma se conseguían mayores beneficios en
los niños con autismo (39).
Por último, en la revisión de González y Canals, describieron las posibilidades de la
fisioterapia dentro de un abordaje multidisciplinar. En él comentaron la necesidad de
combinar la fisioterapia con la psicomotricidad para abordar de manera más completa
los problemas relacionados con el autismo. La intervención se debería dividir en la
terapia en el juego y la terapia en el agua, obteniendo así mayores resultados en áreas
como la coordinación, equilibrio, esquema corporal, motricidad, relajación o la marcha
(38).
21
Discusión
Para tratar a los niños con TEA, se debe optar por incluir la fisioterapia dentro del
abordaje multidisciplinar (38,39). Un equipo multidisciplinar debe contar con varios
profesionales, como médicos, logopedas, enfermeras, terapeutas ocupacionales,
educadores y fisioterapeutas entre otros. Estos profesionales deben aprender a trabajar
juntos para conseguir una mayor mejora de los niños con TEA. Debe haber una
comunicación activa y colaboración entre los profesionales dada la complejidad de los
síntomas de estos niños (39).
Dentro de la fisioterapia, sabemos que podemos abarcar numerosos ítems relacionados
con el TEA, por lo que debemos plantear los objetivos que podemos obtener, dentro del
equipo multidisciplinar. Gracias a esto, se conseguirá un tratamiento más eficaz,
evitando posteriores complicaciones, aumentando la autonomía del niño y mejorando
por tanto la calidad de vida de la familia (38).
Se han agrupado los artículos según los diferentes beneficios que la fisioterapia puede
aportar a los niños con TEA.
Los beneficios de la fisioterapia en cuanto a las habilidades motoras son los más
significativos. En algunos casos, dichas habilidades motoras pueden estar alteradas o
poco desarrolladas, siendo un área de abordaje claro gracias al ejercicio físico.
Los déficits motores presentes en el TEA o alteraciones en el tono (principalmente la
hipotonía) pueden ser tratados por parte del fisioterapeuta, previniendo por ejemplo
posibles escoliosis. Gracias a programas llevados a cabo en salas de juegos o en el
agua (38).
Los niños con TEA suelen presentan alteraciones en el patrón de la marcha. Numerosos
autores señalan los beneficios del ejercicio físico para mejorar estas alteraciones.
Pueden conseguir caminar aumentando la longitud de paso, la distancia o la velocidad,
etc. (26–28,37,38)
En la revisión de Dillon et al, se indica la importancia de programas específicos para
trabajar la marcha o en la cinta rodante (27). Steiner y Kertesz en su ensayo sobre la
efectividad de la equino terapia en niños TEA, también evidencian la mejora de la
marcha en cuanto a la longitud de paso (37).
Por otro lado, se resaltan problemas de equilibrio, coordinación o posturas inestables en
el niño TEA. Autores como Lee et al y Srinivasan et al, en sus revisiones, encontraron
22
mejoras en las posturas inestables o la falta de equilibrio gracias a la equino terapia, la
natación o el trabajo en sala de juegos (26,28,29,38).
El tratamiento del retraso o torpeza psicomotora también se beneficia de los programas
de ejercicios (38). Steiner y Kertesz en su ensayo, evidenciaron la mejora de la función
manual y motricidad del miembro superior después de las sesiones de equino terapia
con estos niños (37).
Por último, se ha encontrado grandes avances en las funciones motoras gracias a estos
programas de ejercicios, siempre y cuando el aprendizaje esté estructurado mediante
indicaciones o modelado, y todos los avances vayan unidos a alabanzas y felicitaciones
(33).
Otro ámbito en el que encontramos muchas mejoras gracias a la fisioterapia es en la
reducción de las estereotipias. Las estereotipias o comportamientos repetitivos dificultan
bastantes las relaciones sociales, las adaptaciones y la vida del niño. Estas suelen darse
por la necesidad de autoestimulación, relajación o expresar emociones (38).
En la revisión de Zarafdhan, sobre las posibles terapias no farmacológicas que reducen
las estereotipias, se incluyeron estudios cuyas intervenciones se centraban en trabajar
aspectos sensoriales, el comportamiento y las habilidades comunicativas (25). Por
ejemplo, el entrenamiento de Karate sí tuvo buenos resultados en la reducción de
patrones repetitivos (25,27). Sin embargo, programas de ejercicio aeróbicos no
obtuvieron resultados significativos (25).
Otros autores señalan que la clave para reducir estos patrones se basa en la utilización
de programas de intervención que incluyan ejercicio físico con actividades mentales
(28). Trabajando el ámbito sensitivo motor o enseñando al niño con TEA a pedir ayuda,
se consigue reducir estas estereotipias (25,26).
Se ha demostrado una fuerte evidencia en cuanto a que los programas de actividad
física tienen resultados positivos en la reducción de estos patrones repetitivos. Es
importante el refuerzo positivo del niño después de las intervenciones (26,28,33).
En cuanto a las funciones cognitivas, encontramos autores que señalan las mejoras en
la memoria, por ejemplo, combinando las actividades cognitivas con el ejercicio físico
(28,32). Las actividades físicas favorecen la memoria a corto plazo, pero influyen
negativamente en la secuencial o en la memoria de la escucha (32).
23
Otros autores, concluyeron mejoras en el planteamiento cognitivo gracias a una terapia
de ciclismo asistido, frente al ciclismo de forma libre que no obtuvo resultados
significativos (27).
La intervención de ejercicio físico ayuda a mejorar las tareas cognitivas, como la
duración de esa tarea o aprender actividades simples (32). Practicar ciclismo, jogging o
natación antes de las clases, mejora la función académica, aumentando la
concentración y atención (29).
La práctica de ejercicios basados en el juego o el ejercicio aeróbico también ha dado
resultados positivos en el ámbito académico. El ejercicio físico está relacionado con el
crecimiento de células en el hipocampo, aumentando las conexiones neuronales y por
lo tanto aumentando la función cerebral del niño (26).
Sin embargo, autores como Sorensen et al. han demostrado una mínima evidencia de
la efectividad del ejercicio físico en las funciones cognitivas y ejecutivas como memoria,
control cognitivo o atención (33). Esto nos lleva a pensar que los beneficios variarán
dependiendo de las características de cada niño (32).
Una de las características de los niños con TEA son los problemas de comportamiento,
como conductas autolesivas, escapismos, comportamientos mal-adaptativos o
inflexibles frente a situaciones nuevas, por ejemplo.
Autores como Sorensen et al. y Srinivasan et al., en sus revisiones demostraron la alta
evidencia de que el ejercicio físico, como la natación, correr o el ciclismo, disminuía los
comportamientos autolesivos o agresivos del niño con TEA, siempre que estas
actividades físicas fueran de intensidad vigorosa (29,33).
Los problemas de autocontrol o la hiperactividad también pueden ser tratados mediante
el ejercicio físico, yoga o programas de relajación, mejorando el comportamiento en
clase (27,29).
Por último, Steiner y Kertesz evidenciaron, en su ensayo, la disminución de los
comportamientos mal-adaptativos o inflexibles gracias a los programas de equino
terapia (37).
La actividad física influye en el desarrollo de la función social ya que programas
deportivos como futbol, juegos de grupos, yoga, surf, desarrollo de habilidades motoras,
juegos cooperativos y competitivos, equino terapia, ejercicios acuáticos o el multideporte
aumentan la participación del niño y mejoran las relaciones con iguales (27,29,36,37).
24
Aunque otros autores determinaron mejoras en las relaciones entre niños y adultos, más
que entre iguales (36)
Programas estructurados de actividad física mejoran las habilidades sociales como la
cooperación y la integración social. Los niños desarrollan una aceptación positiva a las
relaciones, mayor contacto visual o mayores interacciones. El programa puede conllevar
un espacio seguro para que estos niños interactúen y creen relaciones, gracias a los
juegos cooperativos en equipos y se presentan más oportunidades para poder
comunicarse (30).
Deben potenciarse los grupos de pocos niños para que aumenten las posibilidades de
interaccionar (30). En cuanto al juego, puede desarrollarse una vertiente negativa
(bullying) o una positiva (la mejora de las relaciones) por lo que hay que estar
pendientes, dándose mejores resultados cuando las actividades requerían juegos frente
a las actividades puramente motoras (36). .
Los programas de ejercicio físico influyen positivamente en la comunicación de los niños
con TEA. Un programa estructurado y de un número reducido, como en el caso de la
función social, crea un ambiente natural y cómodo para que los niños con TEA puedan
desarrollar estas habilidades comunicativas (29,30).
En el ensayo de Zhao y Chen, gracias a este tipo de intervención, los niños mejoraron
en el área comunicativa, realizando respuestas más rápidas y aumentando la frecuencia
de la expresión. Los niños atendían antes, entendían mejor las conversaciones y eran
capaces de expresarse con mayor rapidez (30).
En estos programas, los terapeutas aprovechaban el juego para introducir expresiones
como “hola”, “adiós” o “gracias” e insistían en el contacto visual. Animaban a los
participantes a hablar, preguntando nombres de objetos, animales, haciéndoles repetir
sus nombres o cantar (30).
Por otro lado, en su ensayo, Steiner y Kertesz, hallaron un aumento del lenguaje de los
niños gracias al programa de equino terapia (37).
La ansiedad es bastante común en los niños TEA. Suelen tener fobias o miedos
específicos. Esto conlleva un impacto grande en pacientes con TEA y en sus familias,
lo que les impide desarrollar habilidades educativas o del día a día, reduciendo su
participación en actividades sociales. La ansiedad puede dividirse en distintos subtipos,
donde incluimos fobias específicas, ansiedad a la separación, trastornos obsesivos
compulsivos, fobia social o miedos específicos (34,35).
25
Por un lado, en el ensayo clínico de Rezvankhah, se demostró que el ejercicio físico
conseguía reducir estos problemas de ansiedad. Se utilizó un programa de ejercicio
motor “Spark” que involucraba el juego y el ejercicio. Los niveles de cortisol, la hormona
del estrés y la tensión muscular se redujeron después de las actividades deportivas.
Además, se generó un aumento de la autoconfianza en el niño (35).
Otros autores como Maskey et al., introdujeron la realidad virtual junto a una intervención
cognitiva en el comportamiento (ejercicios de relajación y control de la respiración). En
el estudio, indicaron las fobias que tenían los niños y realizaron una exposición graduada
a ese acontecimiento que les daba miedo mediante la realidad virtual. Los niños tenían
problemas de ansiedad relacionados con situaciones específicas como montar en
autobús, miedo a las palomas, miedo a las calles ruidosas, a comprar o a estar en sitios
con mucha gente, entre otros. Estas situaciones se recreaban a través de la realidad
virtual, acercando al niño a su miedo de forma controlada. Además, eran capaces de
controlar los niveles de ansiedad mediante la relajación o el control de la respiración
(34).
En cuanto a otros beneficios que aporta la actividad física, se han encontrado mejoras
en el aparato cardiovascular y musculoesquelético, una disminución de la obesidad
gracias a la cinta de correr, ejercicio aeróbico o entrenamiento de la fuerza (29,31).
La disminución de los comportamientos sedentarios conlleva la disminución de la
obesidad. En la revisión de Jones et al., se demostró que a mayor edad existía una
menor relación con el ejercicio y el sexo, a pesar de eso, los chicos parecen ser más
activos que las chicas. Los jóvenes y niños con padres más activos o los que pasan
mayor tiempo fuera de casa suelen tener una mayor actividad física (31).
Por último, en el área del autocuidado o autoayuda, en el estudio de Steiner y Kertesz
sobre la equino terapia, se evidenció la mejora de estas áreas en actividades como
vestirse, lavarse o alimentarse, dando al niño una mayor autonomía (37).
26
Conclusiones
El Trastorno del Espectro Autista comprende un grupo amplio de trastornos cuyo inicio
se da en la infancia y que afecta principalmente a las áreas del desarrollo del lenguaje,
interacción social y comunicación. El niño presentará conductas repetitivas que
dificultarán su adaptación al entorno.
Hay que prestar especial cuidado en los signos de alerta para poder tratarlos de forma
precoz, mediante la Atención Temprana interviniendo en todas las áreas del desarrollo,
principalmente aquellas donde el niño presente mayor dificultad. Resulta imprescindible,
la involucración de las familias y del entorno dentro de la intervención, para conseguir
mayores resultados.
Dentro de este abordaje multidisciplinar, implicando a psicólogos, terapeutas
ocupacionales, médicos, logopedas o educadores, entre otros, el papel del
fisioterapeuta se hace indispensable para abarcar no solo problemas motores, sino
también para hacer frente, gracias a la actividad física, a problemas relacionados con la
comunicación, conducta o sociabilización entre otros.
Principalmente, se han encontrado mayores resultados en programas de intervención
relacionados con la actividad física (deportes, ejercicios aeróbicos o programas
estructurados de ejercicio físico), aunque también en otras actividades como la
relajación, la equino terapia o la realidad virtual.
El ejercicio físico resulta beneficioso no solo para la mejora de las habilidades motoras
relacionadas con los niños con TEA (como la alteración de la marcha, motricidad fina y
gruesa, retrasos psicomotores o problemas de equilibrio y coordinación) sino que
también resulta beneficioso para la reducción de estereotipias y patrones repetitivos,
para mejorar las funciones cognitivas (memoria, atención, planteamiento cognitivo,
aprendizaje y ámbito académico), para mejorar el comportamiento (aumentando el
autocontrol y reduciendo la hiperactividad, las conductas autolesivas, agresivas, los
comportamientos escapistas, los comportamientos mal-adaptativos o inflexibles), para
mejorar la función social (aumentando la participación, cooperación, interacción social y
mejorando las relaciones), para mejorar la comunicación (aumentando el número de
palabras, mejorando la forma de expresión o aumentando el contacto visual) y para
reducir la ansiedad (eliminando o reduciendo fobias y miedos frente a distintas
situaciones).
Otros beneficios del ejercicio físico son los relacionados con la mejora de la función
cardiorrespiratoria y musculoesquelética o con la reducción de la obesidad. Además, la
27
realización de este tipo de actividades permite un progreso en el área del autocuidado
o autoayuda (en actividades como lavarse, vestirse o asearse).
La equino terapia resulta beneficiosa para estos niños posibilitando un avance
prácticamente en todas las áreas del desarrollo, siendo una intervención bastante útil
cuando otras no dan resultados.
Por último, no debemos olvidarnos de la importancia del juego dentro de nuestras
intervenciones, ya que el niño con TEA sigue siendo un niño. Además, debemos
adaptarnos a las particularidades de cada uno, realizando intervenciones de forma
individual.
Aunque se ha encontrado numerosos estudios que evidencian los beneficios de la
fisioterapia dentro del abordaje del niño con TEA, se debe seguir investigando para
especificar qué técnicas resultan más efectivas, así como la duración o la intensidad de
estas.
28
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