ENTREVISTA_
ANDREA RAZA
Andrea Raza es docente de inglés en el INEPE y cuenta con diez años de
experiencia en la Institución. Su visión es estar en constante búsqueda y estudio
para generar material y temas motivadores, que inviten a la comunicación
permanente en el idioma extranjero, basada en los intereses y necesidades de sus
estudiantes. Ha sido intérprete de textos y traductora simultánea, así como
conferencista en congresos y seminarios. Cuenta con una visión para el desarrollo
integral del ser humano y está conectada con la solidaridad, la participación, la
minga y la autogestión.
ANTONI GUTIÉRREZ-RUBÍ: Quiero empezar por lo de ‘educación popular’.
Quiero que me cuentes qué es para ti la educación popular.
ANDREA RAZA: Quiero empezar diciendo que la educación popular ha sido parte de
mi vida, porque mis dos padres son educadores populares. No sé si tú conoces el
INEPE, donde yo trabajo. Es un proyecto comunitario, estamos en el sur de la
ciudad y mis papas son miembros del equipo fundador. Para mí, es más que nada
una opción de vida. Primero, porque si tú quieres ser un educador popular es una
opción que tomas para tu vida, es un compromiso de estar siempre al servicio de
los demás y servir para la vida sin esperar nada a cambio.
En el proceso de educación popular en el que nosotros trabajamos en el INEPE nos
importa la vida de nuestros estudiantes, de sus familias, de los miembros de la
comunidad y la vida en base a la problemática ecológica social que vive el planeta.
Con base en todo eso, nosotros generamos currículos alternativos para trabajar
proyectos concretos que les sirvan, primero, para formarse como mejores seres
humanos, que sean realmente entes de un cambio de tejido social para generar
nueva madera.
Entonces, tomando todas sus necesidades, todos sus intereses, todo su contexto
—y no sólo familiar sino también su contexto individual, su contexto en el país,
como ciudadanos no sólo de Quito, de Ecuador, sino ciudadanos planetarios—,
construimos talleres que respetan o que toman en cuenta todo lo mencionado,
para generar el proceso de educación popular. Construimos colectivamente el
conocimiento donde generamos talleres significativos para los niños, tomando en
cuenta sus vivencias, sus inquietudes, sus preguntas infantiles y juveniles…
Entonces, se genera una verdadera transformación, primero, al interior de cada
uno de nosotros, como educadores y educadoras, y, después, en cada uno de los
grupos con quienes trabajamos para transformar y procurar evolucionar como
seres humanos.
AGR: ¿Esto es alternativo al sistema educativo convencional?
AR: Así es, totalmente alternativo porque en nuestro trabajo como educadores
populares no buscamos, de ninguna manera, estandarizar u homogeneizar el
proceso educativo. Nosotros no trabajamos en base a un texto fijo o a un
currículum estático, sino que vamos haciendo un proceso que llamamos
“investigación-acción participativa” que quiere decir que yo tomo en cuenta la
realidad de mis estudiantes. No importa si yo enseñé a 6to curso el año pasado y
enseño otra vez a 6to curso este año, no voy a usar mis mismas planificaciones
porque son chicos diferentes con necesidades diferentes, con inquietudes
diferentes. Si yo bien tengo un programa que guía mi área —yo soy profesora de
inglés y de música— también soy investigadora, entonces, son otras realidades las
que tomaré en cuenta para planificar mis talleres de este año.
También nuestra sociedad no va a ser la misma que la del año anterior, ni que la de
hace 10 años atrás, por lo que yo no puedo utilizar una misma manera de enseñar
que tenía hace 5 ó 6 años. La de ahora es una generación totalmente nueva, con
intereses diferentes, con inquietudes diferentes, con problemas tal vez que ni nos
imaginamos, entonces es totalmente una forma alternativa de enseñar porque
toma en cuenta este contexto y por eso nosotros hacemos talleres, no damos
clases. En una clase tradicional, el profesor entra a dar su clase y nada más, se
basa en una unidad que le rigen. Nosotros, en cambio, velamos por la vida de
nuestros estudiantes y no solo en el aula, por eso tenemos programas de
educación con los padres de familia, con sus familias, con la comunidad.
Entendemos que no somos un espacio aislado.
AGR: ¿Y tiene alguna titulación oficial?
AR: Claro, el INEPE es conocido por el Ministerio de Educación.
AGR: ¿Como un centro educativo?
AR: Así es.
AGR: Y el título formativo que da, ¿cuál es?
AR: Bachiller en Ciencias. Yo soy egresada de la primera promoción. Yo estudié
toda mi vida ahí. Los miembros del equipo fundador —entre ellos, mis papás—
empezaron en los ochenta con la educación popular, y después formaron la unidad
educativa en 1989, pues decían «queremos una educación nueva para los niños de
los vecinos que estamos alfabetizando, pero también para nuestros hijos». Es por
eso que nosotros estuvimos ahí siempre.
Empezamos en una casa pequeña que le llamábamos “la casita de chocolate”, era
una casita que prestaba una vecina del barrio, no tenía piso y el techo estaba
despedazado. Pero en mingas se readecuó para empezar ahí la escuela. Entonces,
yo estudié toda la vida ahí, me gradué ahí y la pregunta del millón que nos han
hecho a los graduados es ¿qué pasa cuando salen los bachilleres al mundo real?
Lo maravilloso, no sólo de mi experiencia, sino también de escuchar a otros
graduados que han sido mis alumnos —porque yo empecé a dar clases muy
joven— es que hemos tenido la oportunidad de trasladar nuestra esencia hacia los
espacios universitarios. Tal vez, al inicio no nos dábamos cuenta de que, al trabajar
en el huerto, trabajar en el bosque y en todos estos espacios donde se fomenta la
cooperación y la solidaridad, nos estamos formando en valores como seres
humanos y, así, se forma esta esencia que tenemos internamente y que, al salir a
otros espacios universitarios, tal vez es muy novedoso y podemos difundir todo lo
que nos han enseñado.
AGR: ¿Qué papel tiene la tecnología en estos procesos educacionales? ¿Qué
papel tiene entre los alumnos, entre los profesores? ¿Cómo la utilizas?
AR: Nosotros en el INEPE estamos siempre en constante diálogo de saberes con
todas las corrientes metodológicas, pedagógicas y toda la nueva tecnología que
viene porque es parte del contexto actual, entonces no podemos dejar de lado la
tecnología. Desde el boom de las tabletas, de los smartphones, de todas las
aplicaciones posibles para utilizar en el aula, hemos siempre tenido sesiones de
estudio y debate con el cuerpo docente, porque un gran porcentaje de nuestras
docentes son mujeres que son de sectores populares que gracias al INEPE han
tenido un espacio para formarse, obtener su titulación. Hace muchos años ellas
eran empleadas, amas de casa que no habían acabado sus estudios, madres
solteras algunas. En el INEPE también han encontrado este espacio de formación y
continúan con él, por lo que es interesante trabajar con ellas porque tú sabes que
ahora esta generación de estudiantes que viene, solemos decir que vienen con el
chip incluido porque manejan la tecnología al revés y al derecho y quizás en
algunos casos a los maestros de más de 40 años les cuesta un poco. Entonces ha
sido muy interesante plantearnos este diálogo de saber a qué nos reta la
tecnología.
Los retos son motivar ahora a los adolescentes a no dejarse absorber tanto por la
tecnología, porque hemos tenido casos donde los chicos dicen que no se pueden
despegar y se desconcentran incluso de su vida familiar, de su vida comunitaria y
se aíslan. Es por eso que nosotros impulsamos mucho el trabajo volviendo a la
tierra, pensamos que ya tienen el mundo al alcance en sus dispositivos, en su
computador, y los motivamos a sembrar o a reforestar.
Realmente es interesante ver que a algunos les cuesta hacer esto, porque estar en
el teléfono o en su tableta, es mucho más fácil, menos cansador que sembrar un
árbol o cosechar tomate. Vemos que eso construye su carácter, su perseverancia y
su amor hacia el planeta que es lo que a nosotros nos interesa como educadores
en el INEPE, pero realmente sí ha sido uno de los retos más grandes en este último
tiempo, motivarles a nuestros chicos a tener esa conciencia de no dejarse
absorber.
AGR: Pero eso significa que no utilizas activamente la tecnología en los
talleres, en el proceso educativo.
AR: Sí la usamos
AGR: Cuéntame eso
AR: El año anterior recibimos una donación para nuestra unidad educativa y se
pudo construir un aula interactiva. Anteriormente teníamos un centro de cómputo
realmente básico, con computadoras muy desactualizadas, pero no podíamos
pagar por nuevas computadoras porque tenemos un presupuesto bastante
limitado por ser una experiencia alternativa y comunitaria. Recibimos esta
donación y pensamos en que no vamos a ponernos en el extremo de decirle no a la
tecnología, porque es parte de nuestra vida y parte del contexto de los chicos,
entonces también nosotros podemos utilizar ciertas herramientas que nos sirvan,
para motivarnos como educadores a aprender a descubrir lo que no sabemos y
que nuestros chicos dominan, para hablar en su mismo idioma y utilizar
herramientas que sí sirven.
Se implementó al aula interactiva, tenemos computadoras más actualizadas,
tenemos aplicaciones, herramientas y programas que nos ayudan a
complementar nuestros talleres. Los talleres no dependen de la tecnología,
debemos motivarnos a estar en permanente investigación y creación docente
como: ¿Qué me ofrece Internet? ¿Qué herramientas tengo para usar en mis
talleres para los chicos? Y usarlas también.
AGR: ¿Crees en general que en Ecuador hay una posición refractaria, una
posición digamos recelosa por parte de los docentes hacia la tecnología? ¿Se
ven desbordados por el hecho de que sus alumnos tengan un potencial
tecnológico en las manos, mucho acceso a conocimiento o a la información?
Es decir, ¿crees que hay como recelo o cómo lo ves y cuál va a ser el papel de
la incorporación del aula digital en todo ese proceso? Ustedes, según
cuentas, tienen la parte digital en un espacio y el aula digital no forma parte
del taller. Cuéntame si has podido compartir esta reflexión con otros
maestros o educadores y cómo lo ves.
AR: Yo te podría decir, con base en mi experiencia y en lo que he podido observar y
compartir con otros colegas en educación, más que un recelo te podría hablar de
dos escenarios. El escenario de los espacios educativos pudientes, de recursos
económicos donde la tecnología está todo el tiempo al alcance de los chicos, y los
profesores que por tener recursos tienen capacitación y formación en eso.
AGR: ¿Me estás introduciendo la idea de que hay una brecha digital en el
sistema educativo ecuatoriano?
AR: Más que brecha es una cuestión de conocimiento del profesor sobre las
herramientas tecnológicas que tiene a su disposición. Voy a hacer un paréntesis
aquí. Nosotros, en el INEPE, hace casi cuatro años que tenemos un convenio con la
ESPOL que nos ofrece la plataforma MODU. Decidimos abrirnos más hacia las
posibilidades que ahora nos ofrece la tecnología y puesto a que nos han pedido
que demos talleres sobre cómo usamos nuestra metodología en el aula, sobre
nuestra filosofía de educación popular aplicada en la enseñanza de matemática, en
la educación inicial… estamos utilizando la plataforma MODU en donde subimos
los cursos que diseñamos en base a nuestra metodología, nuestra manera de
enseñar, y estos cursos están abiertos y son accesibles para todos.
¿Qué ha sido interesante en este proceso? Nuestras maestras que vienen de
sectores populares, han tenido el reto de entender qué es el MODU ¿Cómo
ingreso? Es la realidad de muchos profesores que, a veces, no saben como ingresar
en la plataforma, piensan que todo el contenido les iba a llegar a su correo,
entonces debemos explicar los pasos y educar a las maestras, y no solo del INEPE
sino al resto de participantes que son educadores de otros centros de Quito y del
país, que les resulta aterrador a veces amigarse con el computador. Pienso que
más que recelo es desconocimiento, y eso genera miedo.
AGR: ¿Eso significa que estás haciendo tutoriales en video para subir a una
plataforma?
AR: Más que tutoriales, lo hacemos en vivo. Tenemos una persona especializada
que lo hace.
AGR: ¿Pero lo grabas y lo subes después? ¿Es una plataforma web video?
AR: No, en el MODU están los cursos que son abiertos para los estudiantes.
Nuestro equipo de tutoras virtuales recibe una capacitación semanal para saber
cómo acceder a las tareas que me envían los estudiantes, cómo calificar, qué pasa
si los estudiantes online tienen problemas… Se generan sesiones en vivo donde se
les explica.
AGR: ¿Son sesiones de chat?
AR: No, presenciales. Con las maestras que son de provincias se hace vía telefónica
o por Skype. Te dicen: mira, no sé cómo subir mi tarea, no sé cómo subir al aula
virtual. Entonces se conectan de algún modo y ahora las profesoras que ya son
formadas enseñan a las demás.
AGR: Hay en todo el mundo un fenómeno de autoformación con tutoriales de
internet y tutoriales en video en particular, ¿los utilizas?
AR: Los he utilizado poco, cinco veces, no más.
AGR: Una parte de la evolución de la cultura popular, lleva también a
procesos de autoaprendizaje de itinerarios formativos personales que va a
permitir que la gente pueda formarse por sí misma. La oferta que hay en
Internet de cursos abiertos permitirá que cada uno pueda diseñar su
itinerario formativo. ¿Cómo ves eso? ¿Crees que va a ser importante y a
modificar su metodología de cultura popular?
AR: Yo creo que sí, de hecho, te voy a hablar de mi experiencia personal. Ahora
tengo 30 años y para mí y mis compañeros de edad o de generación, no se nos
hace difícil descubrir por nuestros propios medios. Si no sabemos algo, o no
sabemos cómo funciona, ingreso a YouTube, veo y descubro.
En nuestro caso, el paso siguiente en nuestros cursos es generar tutoriales en
video para enseñarles a los participantes cómo accedo a la plataforma y si va a
fomentar ese hábito de automotivarme hacia aprender esto nuevo que el mundo
digital me ofrece. Ha sido un reto con personas de más de 40-50 años que siguen
en educación el motivarles a inscribirse en los cursos, porque tienen miedo a lo
desconocido.
AGR: ¿Utilizas el celular en la clase/aula/taller?
AR: No, no lo uso.
AGR: ¿Por qué?
AR: Porque si necesito mostrar algo o hacer escuchar algo, voy al aula interactiva.
AGR: Y los alumnos que van a tu institución ¿llevan celular?
AR: Motivamos a que si los llevan los dejen en recepción por si necesitan una
llamada, pero obviamente los tienen ahí, pero motivamos a que no estén
distraídos por ellos
AGR: ¿Qué edad tienen tus alumnos?
AR: Ahora doy talleres de estimulación temprana a bebés y preescolares; en los
talleres de coro tengo niños desde 6 años hasta adultos y adolescentes; y en mis
talleres de inglés son adolescentes de 16-17 años.
AGR: Que van con el celular, ¿no?
AR: Sí, claro que van. En el INEPE siempre ha sido un tema de debate esto del
celular, porque en nuestro escenario se genera un sentido de competencia de “yo
tengo el más caro” y hay chicos que por su situación socioeconómica no pueden
pagarse un celular, entonces nosotros motivamos a vivir talleres basados en el no-
celular. Los talleres son muy comunicativos, reales, salimos al bosque, y no son
aburridos, por lo que los chicos no se distraen porque están participando. Nos
vamos al bosque y ahí hacemos nuestra lectura, conversamos y si encuentro algo
chévere en Internet, nos vamos al aula interactiva y se motivan y hacen. Llevan su
celular en el recreo, escuchan música, pero realmente no es algo que utilizamos en
la clase.
AGR: ¿Y tú utilizas tu celular en tu vida?
AR: Sí, claro, yo sí uso mi celular.
AGR: ¿Eres una usuaria activa de redes sociales?
AR: Sí, muy activa
AGR: Cuéntame, ¿en qué redes estás?
AR: Sólo en Facebook y correo electrónico. Utilizo mucho el Facebook para
promocionar el trabajo, sobre todo del programa educación del talento musical,
que es un espacio donde trabajamos igual. Es una metodología muy alternativa,
no sé si has escuchado del método Suzuki, es un método que conocimos en el
2010 gracias a un compañero violinista, porque en el 2008 los chicos nos pedían
que les enseñemos a tocar. Yo he dirigido el coro desde mis 14 años y me veían
tocar y me decían que les enseñe a tocar. Les hablaba del conservatorio y de varias
academias y de hecho algunos iban, pero regresaban y decían que no les gustó
como les enseñan, como les tratan entonces «queremos que usted nos enseñe».
Con dos compañeros míos que también eran músicos, empezamos un proyecto
piloto de una escuela de música tratando de aplicar la metodología, visión y
filosofía del INEPE a los talleres de música. Resulta que empezamos, nos iba bien,
buscamos profesores con conciencia social que no nos quieran cobrar mucho y
una persona nos dijo que el INEPE es un espacio perfecto para aplicar la
metodología de la lengua materna que consiste en enseñar música basada en
cómo un bebé aprende a hablar. Rodeados de música de lengua materna, no
castigándoles, sino felicitándoles por sus logros y, sobre todo, con la filosofía de la
música para ser humanos buenos y sensibles, no pequeñas máquinas de tocar
individualistas o arrogantes.
Hemos tenido muchas alegrías con el programa; se está expandiendo y tenemos
estudiantes de otros lugares no solo del INEPE. Y soy una usuaria activa de
Facebook porque muchas personas me han dicho que gracias a verlo en el
Facebook se han enterado del programa y han querido venir a conocerlo. Decidí
usar la tecnología de manera positiva, porque veo que está sirviéndome.
AGR: ¿Y eso no te hace replantear el uso de la tecnología en los talleres? El
hecho de que estés viendo el potencial, el uso, el hecho de que puedas llegar
a mucha gente y puedas difundir tus ideas a través de una red social tan
potente como Facebook, ¿no te hace replantear el uso de la tecnología dentro
de los talleres?
AR: Como te digo, yo utilizo el aula interactiva una vez por semana, lo que no uso
es Facebook con mis chicos. Pero el uso de tecnología, sí.
AGR: Pero para muchos de tus alumnos utilizar el aula interactiva una vez por
semana debe ser poquísimo.
AR: Bueno, en mi materia, pero en las otras sí van más veces. Hasta el momento
no me lo he replanteado, no he tenido la necesidad de hacerlo.
AGR: Pero, ¿no lo descartas?
AR: No, no, para nada. Hace tres meses se implementó un nuevo software en la
institución que nos ayuda a los profesores a subir las notas, ya no entregarlas
impresas. Existe la opción para que los padres de familias lean las tareas que envío,
pero también es otro reto educar a los padres en eso, que también es interesante
porque son familias del sector popular que puede que no tengan computador.
Como te digo, no me he visto en la necesidad de incorporar más de lo que ya he
hecho, porque veo que, si yo les mando una tarea que involucre utilizar los medios,
ellos tranquilamente, los que no tienen computador, se quedan en la institución e
investigan en la computadora.
AGR: ¿Cuántas personas están usando la institución en estos momentos?
AR: Tenemos estudiantes desde guardería hasta bachillerato y son alrededor de
660 estudiantes en INEPE.
AGR: ¿Es mucho no?
AR: Sí, como te digo, desde centro infantil hasta bachillerato.
AGR: ¿Y dónde está situado?
AR: En la parroquia de Chilibulo, muy antigua, con mucha tradición, muy linda y ahí
hay un cerro que se llama Ungui y, en sus faldas, está el INEPE a 3.100 msnm.
AGR: Muchas gracias por tu tiempo, me ha resultado muy interesante y te
agradezco la sinceridad con la que me has hablado y la pasión que veo en lo
que dices. Muchas gracias por tu tiempo.
ANDREA RAZA: De nada, gracias a ustedes.