Equidad y riesgo catastrófico del copago de la dependencia en España
Raúl del Pozo Rubio1
Dolores Jiménez Rubio2
1 Facultad de Ciencias Sociales de Cuenca. Universidad de Castilla-La Mancha. Avda.
Los Alfares, 44, 16.071, Cuenca. España. Email: [email protected]
2 Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de Granada. Campus
de la Cartuja s/n, 18.071, Granada. España: Email: [email protected]
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Equidad y riesgo catastrófico del copago de la dependencia en España1
Objetivos: Analizar la equidad en la distribución del riesgo catastrófico del copago de
dependencia en España tras la reforma estructural en 2012, que introduce el copago para
los dependientes con rentas superiores a un mínimo exento.
Material y Métodos: Se utilizó la encuesta EDAD08. Se determinaron los hogares
cuyo desembolso asociado al copago de dependencia en proporción de la renta se
situaba por encima de los umbrales de catastrofismo definidos (incidencia), así como el
efecto empobrecedor inherente a dicho copago (intensidad). Siguiendo la metodología
introducida por Wagstaff y Van Doorslaer, se calcularon índices de concentración de la
incidencia y la intensidad del gasto catastrófico en servicios de dependencia para los
grados II y III (dependencia severa y gran dependencia) de manera conjunta, y
desagregando en función de la renta per cápita y el signo político de la comunidad de
residencia.
Resultados: Los hogares con mayores recursos soportan una mayor carga financiera del
copago en términos de incidencia, mientras que en términos de cuantía o intensidad del
copago el esfuerzo recae especialmente en los hogares con rentas más bajas. Estos
resultados se observan en mayor medida en las comunidades de mayor renta per cápita
frente a las de menor, y en las comunidades gobernadas por partidos de ideología
progresista frente a ideología conservadora.
Conclusiones: La nueva definición del copago de dependencia en España se configura
como un factor importante de riesgo catastrófico y de desigualdad en la carga financiera
soportada por las personas con dependencia, con diferencias importantes según la renta
per cápita y el gobierno de la comunidad de residencia.
Palabras clave: dependencia, copago, catastrofismo, finanzas de los hogares.
Clasificación JEL: D14, D63, H53, I38, J14.
1 Trabajo financiado por la Beca de Investigación en Economía de la Salud y Servicios Sanitarios de la
Asociación de Economía de la Salud y Bayer HealthCare (XXXIII Edición) y el proyecto ECO2013-
48217-C2-2-R del Ministerio de Economía y Competitividad.
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1. Introducción.
Existe una amplia literatura que analiza la carga financiera de los copagos
utilizando medidas catastróficas y / o de empobrecimiento en el campo de la Economía
de la Salud. La mayoría de los estudios analizan el copago en servicios de salud, ya sea
en su conjunto (por ejemplo, Wagstaff y Van Doorslaer, 2003), en los componentes
específicos de la salud tales como productos farmacéuticos (por ejemplo Łuczak y
García-Gómez, 2012) o en submuestras específicas, tales como los enfermos crónicos
(por ejemplo, Wang et al., 2015). Sin embargo, existen un escaso volumen de literatura
relacionada con el efecto empobrecedor de los servicios de los cuidados de larga
duración (CLD) en particular, es decir, la gama de servicios que necesitan las personas
que precisan de ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria (OCDE,
2013).
La creciente demanda de servicios de cuidados de larga duración, debido entre
otros, al factor demográfico consecuencia del envejecimiento de las economías más
avanzadas, o la importante reducción en el suministro de cuidados informales, se
traduce en una considerable presión sobre los presupuestos públicos, especialmente en
los países desarrollados (OCDE, 2013). La naturaleza de los acuerdos de cuidados de
larga duración varía significativamente entre los países desarrollados. Así, Suecia,
Noruega u Holanda, se sitúan a la cabeza en gasto en CLD como porcentaje del PIB -
aproximadamente un 3% de gasto - (OCDE, 2016) mientras que otros, como España o
Italia, tienen un reducido gasto en CLD -menos del 1% - y un importante peso del
cuidado informal.
En el caso de España, la principal figura de cuidador informal es la mujer
(García-Calvente et al., 2004, Díaz et al., 2009, Rogero, 2009), cuya incorporación al
mercado de trabajo a finales del siglo pasado y comienzos del presente (Antares, 2010)
redujo ostensiblemente la oferta de cuidados informales. Ello, unido a los cambios
surgidos en las estructuras familiares tales como la disminución en el tamaño de los
hogares, aumento de las tasas de divorcio, reducción de las tasas de matrimonio,
aumento de hogares unipersonales o los patrones de migración rural-urbana e
internacional (Mestheneos y Triantafillou, 2005) exhortaron una revisión del modelo
tradicional español de atención de los CLD.
En este contexto se promulgó en 2006 en España la Ley de Promoción de la
Autonomía Personal y atención a las Personas en Situación de Dependencia (LAPAD),
que reconoce el derecho universal de la población dependiente para recibir una amplia
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gama de servicios de CLD. La Ley reconoce el carácter universal de las prestaciones
sociales y el derecho a acceder a los CLD en igualdad de condiciones para todas las
personas que precisan de ayuda para realizar las actividades básicas de la vida diaria.
Las Comunidades Autónomas (CCAA) son responsables de la provisión de prestaciones
de servicios y económicas recogidas en el catálogo de la Ley. El Ministerio de Sanidad,
Política Social e Igualdad establece un umbral de servicios mínimos y los beneficios
que deberían asignarse a las personas elegibles, dependiendo de su grado de
dependencia. A partir de estos umbrales mínimos, cada región puede proporcionar
recursos adicionales. La implementación de la Ley es progresiva, iniciándose en 2007,
fecha en que se incorporan al sistema las personas con gran dependencia, hasta 2015,
cuando se incorporan las personas de menor grado de dependencia. Sin embargo, debido
a la situación de recesión económica, la cobertura efectiva a los dependientes severos y
grandes se ha dilatado en tiempo en la mayoría de las regiones: especialmente las
personas con grado I, que la legislación de 2012 pospuso su entrada al sistema para
recibir prestaciones hasta julio de 2015.
Sin embargo, ello no es óbice para afirmar que otras personas con niveles menos
graves de dependencia no estaban recibiendo CLD, ya sea porque los estaban recibiendo
por los servicios sociales antes de la promulgación de la Ley, o porque estos servicios se
han financiado de forma privada.
Por otro lado, la puesta en práctica de la Ley ha sido bastante desigual entre
CCAA, no sólo por el volumen de financiación destinado finalmente a los CLD, sino
por el ritmo de implementación de las reformas, que parece haber sido mayor en las
CCAA de gobierno socialista, quienes en muchos de los casos incluyeron el desarrollo
del sistema de dependencia como la reforma estrella de su programa electoral (Costa-
Font, 2010).
La memoria económica de la Ley (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales,
2005) determinaba la participación financiera de los beneficiarios de la misma en un
tercio del coste de las prestaciones: si bien, en los primeros años de puesta en
funcionamiento, diferentes estudios estimaron un copago notablemente inferior a dicha
cuantía. La situación de recesión económica, junto al objetivo prioritario de reducción
déficit público afectó a la Ley de Dependencia en una reforma legislativa estructural
modificando diversos aspectos de la misma: entre ellos, se redefinió el cálculo del
copago. El Real Decreto-Ley 20/2012 y la Resolución de 13 de julio de 2012 modifican
la contribución de los usuarios a la financiación de las prestaciones.
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El objetivo del presente trabajo consiste en analizar la equidad en la distribución
del riesgo catastrófico del copago de dependencia en España tras su reforma estructural
en 2012.
2. Material y métodos.
Material
Se utilizó la Encuesta sobre Discapacidades, Autonomía Personal y situaciones
de Dependencia 2008 (EDAD08) (INE, 2015ª) confeccionada por el Instituto Nacional
de Estadística. Esta encuesta recoge información cuantitativa y cualitativa sobre las
personas con discapacidad en España entre octubre de 2007 y febrero de 2008 que
residían en sus hogares a través de la realización de tres cuestionarios completados
mediante entrevista personal (o entrevista telefónica en situaciones excepcionales): esto
es, un cuestionario de hogar, dos cuestionarios individuales (de discapacidades para
personas de 6 años o más y cuestionario de limitaciones para niños de 0 a 5 años), y por
último, un cuestionario para los cuidadores principales.
El diseño muestral contaba con una población total de 96.075 hogares
representativos de todo el territorio nacional, de la que se entrevistaron a 22.975 hogares
de manera completa. Se proveyó información socioeconómica y de salud de los
miembros del hogar, información referente a discapacidades, deficiencias y limitaciones
de la persona con discapacidad, información del cuidador informal y sus características
intrínsecas, así como información sobre las características de la vivienda de residencia.
Dicha encuesta permite conocer el perfil socioeconómico, demográfico y de salud de las
personas con discapacidad en España y las características de su entorno. Por último, esta
encuesta posee factores de elevación que permiten extrapolar los resultados obtenidos a
la población con discapacidad en España.
Se clasificaron los individuos de la muestra según los grados de dependencia
recogidos en la EDAD08, siguiendo el baremo de valoración de la situación de
dependencia (Real Decreto 570/2011). Cada tarea lleva un rango de peso asociado a las
personas dependientes en función de la edad, i.e., de 3-6 años, entre 7-10, de 11-17 y 18
años y más. Las personas con enfermedad mental o discapacidad intelectual fueron
evaluados con pesos diferentes. La puntuación final se obtuvo como la suma del
producto del peso de la tarea realizada ponderado por la dificultad de realizarla,
multiplicado por el peso de la actividad que incluye la tarea y el peso del grado de
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apoyo necesario, de manera similar a la metodología llevada a cabo por Vilaplana
(2010).
Métodos
Se utiliza la medida de catastrofismo definida por Wagstaff y Van Doorslaer
(2003). La tasa de catastrofismo (Hcat; headcount ratio) hace referencia al número de
hogares que dedica al copago de dependencia (copi) un porcentaje de su renta (xi)
superior al umbral catastrófico definido (zcat). De esta manera, se define la variable
dummy Ei que toma el valor 1 si (copi / xi) > zcat, 0 en caso contrario. De este modo, la
proporción de hogares en situación catastrófica o la incidencia catastrófica del copago
de dependencia se define como sigue:
𝐻𝑐𝑎𝑡 =1
𝑁∑𝐸𝑖 = 𝜇𝐸
𝑛
𝑖=1
[1]
Donde N es el tamaño muestral y µe la media de Ei. Por tanto, cuando el hogar
deba de realizar un desembolso por el copago de dependencia superior al umbral
establecido, dicho gasto adquiere el carácter de catastrófico. A continuación se define el
gap catastrófico (Oi; overshoot) como la distancia existente entre el gasto asociado al
copago de dependencia y el umbral normativo zcat, esto es, Ei*( (copi / xi) - zcat). La
media global que recoge la magnitud de la intensidad del gap de los pagos catastróficos
se define como Ocat (overshoot ratio).
𝑂𝑐𝑎𝑡 =1
𝑁∑𝑂𝑖 = 𝜇𝑂
𝑛
𝑖=1
[2]
Se propone una nueva medida complementando la anterior, en concreto, el gap o
exceso debido a desembolso de copago (OAcat), pero en euros, denominado gap
catastrófico absoluto del copago de dependencia. En este caso, la media global que
recoge la intensidad del pago catastrófico absoluto es denotada como OAi.
7
𝑂𝐴𝑐𝑎𝑡 =1
𝑁∑𝑂𝐴𝑖 = 𝜇𝑂𝐴
𝑛
𝑖=1
[3]
El gap global catastrófico absoluto del copago de dependencia (GAOcat) (en €)
se define como:
𝐺𝑂𝐴𝑐𝑎𝑡 =∑𝑂𝐴𝑖
𝑛
𝑖=1
[4]
Por tanto, mientras que Hcat recoge la proporción de hogares que sobrepasan los
umbrales normativos establecidos, Ocat y AOcat indican el montante medio sobrepasado
por los hogares sobre los umbrales establecidos (en porcentaje de exceso sobre el
umbral y en euros, respectivamente). Se incluyen los umbrales de pagos del 10%, 20%,
30%, 40% y 50%.
Para completar la medida de riesgo de catastrofismo, se estiman índices de
concentración (IC) para incidencia (ICinc) e intensidad (ICint), con el objetivo de estudiar
si el copago de dependencia está más concentrado en los individuos con menores rentas
(IC <0), con mayores rentas (IC>0), o existe una distribución equitativa en función de
la renta (IC tiende a 0). En concreto, se emplea la fórmula [5] (van Doorslaer y Jones,
2003):
𝐶𝑍𝑐𝑎𝑡 =2
𝜇𝐶𝑂𝑉(𝑦𝑖, 𝑤𝑖) [5]
Donde yi es el valor que toma la variable de incidencia / intensidad del copago;
µ es la media de dicha variable; wi es el rango fraccional relativo del individuo i en la
distribución de la variable renta, y COV es la covarianza entre las variables yi y wi,
ponderada según procedan los pesos poblacionales de los individuos que componen la
muestra.
Por último, a partir de los índices de concentración se estima la versión
ponderada de la tasa y de los gap (relativo y absoluto) de pagos catastróficos como
sigue:
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𝐻𝑐𝑎𝑡𝑤 = 𝐻𝑐𝑎𝑡(1 − 𝐼𝐶𝑖𝑛𝑐) [6]
𝑂𝑐𝑎𝑡𝑤 = 𝑂𝑐𝑎𝑡(1 − 𝐼𝐶𝑖𝑛𝑡) [7]
𝑂𝐴𝑐𝑎𝑡𝑤 = 𝑂𝐴𝑐𝑎𝑡(1 − 𝐼𝐶𝑖𝑛𝑡) [8]
El significado de las medidas ponderadas recoge el efecto de concentración del
copago de dependencia: si éste se condensa en los hogares con rentas más bajas, los
índices estimados tendrán un signo negativo, y las nuevas medidas estimadas
incrementarán sus cuantías respecto a las medidas sin ponderar. Por el contrario, una
concentración en los hogares con ingresos más altos conlleva índices de concentración
positivos, y medidas ponderadas de catastrofismo más reducidas respecto a las iniciales
no ponderadas. En el caso de una distribución equitativa del copago de dependencia, los
índices tienden a valores cercanos a 0, y por tanto, las medidas ponderadas y sin
ponderar coinciden.
Se estiman índices de concentración globales y, dado el carácter desigual de la
puesta en funcionamiento del SAAD, tanto en cuantía de la financiación destinada a
CLD como en el ritmo de implementación de las reformas (Costa-Font, 2010) también
se calculan IC desagregados en función del color político que gobierna en la comunidad
y la renta per cápita de la misma. Para el color político, se utilizaron los gobiernos que
pusieron en funcionamiento la Ley de Dependencia durante el período 2007 – 2011,
diferenciando entre PSOE y PP2; respecto a la renta per cápita, se conforman dos
cluster: aquellas comunidades que están por encima de la renta per cápita media
nacional, y aquellas comunidades cuya renta per cápita está por debajo de la media
nacional.
El cálculo las cuantías del copago de dependencia se basa en el estudio previo de
Del Pozo et al. (2015). Es preciso señalar una modificación realizada sobre dicha
metodología en el presente trabajo: en concreto, el copago de la prestación económica
para cuidados en el entorno familiar y apoyo a cuidadores no profesionales se ha llevado
2 En el caso de Cataluña, existe un cambio de gobierno en 2010, pasando Convergencia y Unió a gobernar
el Parlament de Cataluña. Sin embargo, como desde 2006 a 2010 gobierna el PSOE en coalición con otros
partidos, y el presidente de la Generalitat es del PSOE, se le atribuye durante todo el periodo de análisis
que el gobierno pertenece al PSOE.
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a cabo según lo recogido en la Resolución 13 de julio de 2012, en lugar de aplicar el
método de sustitución3 llevado a cabo en aquél.
Por último, cabe señalar que el análisis sólo se centra en los niveles de
dependencia II y III debido a que en la legislación de 2012 se pospone la puesta efectiva
de la prestación correspondiente para estas personas hasta julio de 2015, por lo que
existe un importante número de personas reconocidas hasta ese momento con grado I de
dependencia, pero que no están recibiendo ninguna prestación.
Todos los costes fueron en euros corrientes de 2012. Para homogeneizar valores
de costes, los ingresos mensuales de las personas dependientes fueron actualizados al
año 2012 utilizando como factor de actualización el índice general de precios al
consumo (INE, 2015b).
3. Resultados
La tabla 1 recoge información sociodemográfica de la muestra objeto de estudio. Dos de
cada tres personas con dependencia son mujeres (67,18% y 68,08% para los grados II y
III, respectivamente). La edad media oscila entre los 72,95 años (DT: 18,70) del grado
II y los 75,52 (DT: 20,03) del grado III. La media de ingresos mensual se sitúa en
1.455,56 € (DT: 1.112,26) para grado II y 1.514,31 € (DT: 1.129,94) del grado III. El
estado civil viudo predomina en ambos grados (42,33% y 48,12%, respectivamente,
grados II y III), seguido del estado civil casado (39,68% y 33,42%). En todos los
grados, el estado civil menos presentado es el correspondiente a separado. Respecto al
nivel de estudios, en todos los grados sobresale la formación básica incompleta (60,27%
y 66,12%, grados II y III, respectivamente). Entre un 86,60% (grado II) y un 86,97%
(grado III) de las personas con dependencia manifiestan que su actividad económica se
corresponde con la percepción de una pensión (contributiva o de otro tipo).
Por último, dos de cada tres personas en media viven en una comunidad
gobernada por el PSOE (67,20% y 65,25%, grados II y III, respectivamente) durante la
puesta en funcionamiento de la Ley de Dependencia (2007 – 2011), e idéntica población
con dependencia vive en una comunidad cuya renta per cápita es inferior a la media
(68,09%).
3 El método de sustitución o proxy good method consiste en valorar las horas de cuidado informal
utilizando el coste de un servicio similar que se postula como un servicio de reemplazamiento cuasi
perfecto para realizar las actividades que debe de realizar el cuidado informal.
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Tabla 1. Análisis descriptivo de variables sociodemográficas según grado de
dependencia EDAD08.
Grado II Grado III
N (%) N (%)
Sexo
Hombre 134.776 (32,82%) 88.948 (31,92%)
Mujer 275.927 (67,18%) 189.754 (68,08%)
Edad (Media (DT) Mín - Máx) 72,95 (18,70) 6 - 104 75,52 (20,03) 6 - 102
Ingresos Mensuales (Media
(DT)) 1.455,56 (1.112,26) 1.514,31 (1.129,94)
Estado Civil
Soltero 66.100 (16,09%) 47.495 (17,04%)
Casado 162.967 (39,68%) 93.142 (33,42%)
Viudo 173.834 (42,33%) 134.110 (48,12%)
Separado 7.802 (1,90%) 3.955 (1,42%)
Nivel Estudios
Básicos Incompletos 247.144 (60,27%) 183.435 (66,12%)
Educación Básica 122.310 (29,83%) 76.746 (27,66%)
Educación Media 20.091 (4,90%) 8.930 (3,22%)
Educación Superior 20.547 (5,01%) 8.323 (3,00%)
Situación Laboral
Trabaja 5.578 (1,38%) 1.011 (0,37%)
Desempleo 3.387 (0,84%) 1.664 (0,61%)
Percibe pensión 350.786 (86,60%) 236.707 (86,97%)
Otro 45.326 (11,19%) 32.784 (12,05%)
Signo Político
PSOE 275.979 (67,20%) 181.855 (65,25%)
PP 134.724 (32,80%) 96.847 (34,75%)
Renta per cápita
Por debajo de la media 280.585 (68,32%) 189.758 (68,09%)
Por encima de la media 130.117 (31,68%) 88.944 (31,91%)
DT: Desviación Típica
En la tabla 2 se muestra información del copago de dependencia. La cuantía
media de copago mensual que debe de realizar una persona de grado II es de 222,35 €,
lo que supone un 42,75% del coste total de las prestaciones, y a la vez un 18,56% de los
ingresos del hogar: estas cuantías se elevan para el grado III hasta los 400,35 €
mensuales, que representan el 44,99% del coste de prestaciones y el 30,58% de los
ingresos del hogar. Según tipo de ideología, las comunidades con ideología más
conservadora presentan de media un mayor copago tanto en valor absoluto como en
porcentaje financiado del coste y de los ingresos del hogar. Idéntico comportamiento se
repite en las comunidades con mayor renta per cápita, con la única excepción del
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porcentaje que supone en términos de ingresos el copago para el grado II, siendo
superior en las comunidades con menor renta per cápita.
Tabla 2. Análisis descriptivo de cuantías de copago y relación con coste total del mismo
e ingresos del hogar. General y según ideología y renta per cápita.
Media (DT) % s/ Coste % s/Renta hogar
General
Grado II 222,35 (137,21) 42,75% (20,48%) 18,56% (11,46%)
Grado III 400,35 (210,96) 44,99% (19,68%) 30,58% (14,48%)
Signo Político
PSOE
Grado II 185,65 (109,02) 40,11% (19,44%) 15,27% (9,34%)
Grado III 352,34 (170,91) 42,94% (18,45%) 27,45% (14,15%)
PP
Grado II 296,58 (156,96) 48,09% (21,46%) 25,22% (12,41%)
Grado III 489,21 (246,26) 48,78% (21,28%) 36,37% (13,24%)
Renta per cápita
< PIB PC
Grado II 214,78 (147,25) 40,25% (20,63%) 19,30% (12,41%)
Grado III 362,25 (197,92) 42,49% (19,56%) 30,08% (14,71%)
> PIB PC
Grado II 239,74 (108,75) 48,50% (18,89%) 16,87% (8,66%)
Grado III 490,69 (213,41) 50,92% (18,67%) 31,76% (13,82%)
La tabla 3 recoge las principales medidas de catastrofismo para los grados II y
III de dependencia. Se observa, por ejemplo, para el umbral del 40%, que un 14,46% de
las personas con grado II y un 31,43% para el grado III dedican más de un 40% de sus
ingresos al copago de dependencia, en media, un 8,58% y un 10,54% más de ese 40%,
lo que se traduce en un exceso monetario de 61,28€ y 93,00€ sobre el 40%. La
aportación conjunta de todos los individuos con dependencia que excede el 40% de sus
ingresos es de 85,6 millones € anuales.
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Tabla 3. Estadísticos de catastrofismo del copago de dependencia según grado de
dependencia y umbral utilizado.
GRADO II 10% 20% 30% 40% 50%
% hogares en situación de
catastrofismo (Hcat) 78,52% 42,49% 22,54% 14,46% 10,47%
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Ocat) 12,28% 10,51% 9,65% 8,58% 3,84%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (OAcat) 130,02 100,61 78,28 61,28 11,28
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (GOAcat) 447.369.360 167.562.600 53.394.696 17.397.600 984.660
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Hcatw) 84,93% 41,24% 18,80% 9,39% 3,09%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (Ocatw) 14,72% 13,60% 14,05% 13,29% 7,54%
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (OAcatw) 155,89 130,21 114,00 94,90 22,14
IC Incidencia (ICinc) -0,0817*** 0,0296** 0,1658*** 0,3508*** 0,7053***
IC Intensidad (ICint) -0,199*** -0,2942*** -0,4563*** -0,5486*** -0,9628***
GRADO III 10% 20% 30% 40% 50%
% hogares en situación de
catastrofismo (Hcat) 97,24% 77,32% 52,28% 31,43% 21,55%
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Ocat) 21,28% 15,88% 12,29% 10,54% 6,27%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (OAcat) 259,06 178,68 126,40 93,00 35,20
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (GOAcat) 760.214.040 405.288.840 180.851.280 68.223.528 14.184.192
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Hcatw) 98,53% 79,67% 51,98% 27,44% 16,51%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (Ocatw) 23,83% 18,50% 15,13% 14,46% 10,70%
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (OAcatw) 290,12 208,14 155,57 127,60 60,06
IC Incidencia (ICinc) -0,0132*** -0,0304*** 0,0058*** 0,1272*** 0,2339***
IC Intensidad (ICint) -0,1199*** -0,1649*** -0,2308*** -0,372*** -0,7062***
Respecto a los índices de concentración, se obtienen parámetros
estadísticamente significativos tanto en el análisis de la incidencia como de la
intensidad. En incidencia se observa una tendencia creciente positiva, con valores
negativos para el umbral del 10% para el grado II; y para el 10% y el 20% para el grado
III, a partir de los cuales se tornan positivos y continuamente ascendentes: ello sugiere
que son las personas de mayor renta las que soportan más el copago de dependencia (las
tasas de empobrecimiento se concentran en personas de renta alta). Similar
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comportamiento pero con signo negativo se observa en la intensidad, con valores
negativos crecientes, llegando a alcanzar el máximo de desigualdad para el grado III:
ello pone de manifiesto que serían los hogares de renta baja quienes soportarían de
manera más acentuada en términos de cuantía el copago de dependencia, de manera más
enfatizada en el grado III.
Si se ponderan por el grado de incidencia e intensidad las magnitudes
descriptivas de catastrofismo, recogiendo así el impacto de la equidad, se observa que el
número ponderado de porcentaje de hogares que dedican más del 40% se reduciría hasta
el 9,39% y 27,44% para los grados II y III, respectivamente. Ello, en términos de
cuantía dedicada, supondría un incremento hasta el 13,29% y un 14,46% más del
umbral del 40%, grados II y III, respectivamente, lo que se traduce en un exceso
monetario de 94,90€ y 127,60€ sobre el 40% de los ingresos de los hogares.
Las tablas 4 y 5 recogen el resultado del análisis realizado para el cluster de
comunidades cuya renta per cápita se sitúa por debajo y por encima de la media,
respectivamente. Los descriptivos de catastrofismo muestran cuantías superiores para
las comunidades con mayor renta per cápita respecto a las de menor, tanto en los
descriptivos de catastrofismo ordinarios como en los ponderados por incidencia e
intensidad, excepto en la suma de los globales (justificado por la distribución de la
muestra). Los índices de concentración ofrecen una pauta conductual simétrica. En
términos de incidencia, en el grado II, los coeficientes dibujan un tendencia creciente,
con valores negativos en los primeros umbrales que tornan positivos, poniendo de
manifiesto que las personas con mayores rentas de las comunidades con mayor renta per
cápita soportarían con mayor fuerza el copago de dependencia, en término de porcentaje
de hogares. La pauta es distinta para el grado III, donde se repite comportamiento pero
de manera más suavizada, siendo los hogares con mayores rentas de las comunidades
con menor PIB per cápita quienes ligeramente asumirían mayores copagos de
dependencia. Tendencia opuesta manifiestan los parámetros de intensidad obtenidos en
ambos grados: los hogares con rentas más bajas de las comunidades con mayor renta
per cápita soportarían de manera más pronunciada el copago de dependencia, respecto a
las de menor renta per cápita, aunque con un comportamiento paralelo, evidenciándose
en suma un desigual reparto de la carga financiera del copago.
14
Tabla 4. Estadísticos de catastrofismo del copago de dependencia para comunidades de renta per cápita por debajo de la media, según grado de
dependencia.
GRADO II GRADO III
10% 20% 30% 40% 50% 10% 20% 30% 40% 50%
% hogares en situación de
catastrofismo (Hcat) 20,22% 42,81% 23,57% 14,98% 9,18% 96,44% 75,49% 51,69% 27,30% 17,58%
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Ocat) 12,92% 11,94% 10,79% 8,47% 4,11% 20,94% 15,61% 11,47% 11,26% 7,70%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (OAcat) 131,76 110,95 87,74 65,54 12,13 238,24 167,30 112,49 90,77 39,49
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (GOAcat) 323.412.120 134.242.440 49.323.480 17.064.780 940.152 487.857.000 262.789.200 115.736.328 42.972.216 9.954.108
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Hcatw) 21,42% 39,61% 20,08% 11,30% 2,94% 98,35% 76,20% 49,32% 23,17% 14,25%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (Ocatw) 14,31% 14,00% 14,03% 11,63% 7,79% 22,53% 17,11% 13,23% 14,95% 12,89%
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (OAcatw) 145,91 130,13 114,06 90,02 23,00 256,30 183,36 129,78 120,50 66,12
IC Incidencia (ICinc) -0,0591*** 0,0747*** 0,1479*** 0,2454*** 0,6797*** -0,0198*** -0,009 0,046*** 0,1513*** 0,1896***
IC Intensidad (ICint) -0,1074*** -0,1729*** -0,3***
-
0,3735***
-
0,8965*** -0,0758*** -0,096*** -0,1537***
-
0,3275***
-
0,6743***
15
Tabla 5. Estadísticos de catastrofismo del copago de dependencia para comunidades de renta per cápita por encima de la media, según grado de
dependencia.
GRADO II GRADO III
10% 20% 30% 40% 50% 10% 20% 30% 40% 50%
% hogares en situación de
catastrofismo (Hcat) 75,80% 41,82% 20,32% 13,34% 13,26% 98,96% 81,22% 53,54% 40,25% 98,96%
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Ocat) 10,70% 6,72% 4,29% 11,24% 1,70% 22,07% 16,50% 14,39% 9,25% 22,07%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (OAcat) 125,69 73,13 33,94 30,11 4,55 307,15 204,32 161,99 97,06 307,15
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (GOAcat) 123.957.240 33.320.136 4.071.216 332.820 44.508 272.357.160 142.499.760 65.114.940 25.251.312 272.357.160
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Hcatw) 85,08% 43,16% 13,86% 2,98% 2,82% 99,66% 87,93% 56,30% 39,11% 99,66%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (Ocatw) 14,96% 10,19% 7,56% 23,84% 3,60% 28,14% 23,04% 21,70% 14,77% 28,14%
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (OAcatw) 175,68 110,93 59,79 63,86 9,65 391,62 285,25 244,30 155,01 391,62
IC Incidencia (ICinc) -0,1224*** -0,0321*** 0,3179*** 0,7765*** 0,7874*** -0,0071** -0,0826*** -0,0516** 0,028 -0,0071**
IC Intensidad (ICint) -0,3977*** -0,5169***
-
0,7617*** -1,121***
-
1,1204*** -0,275*** -0,3961*** -0,5081***
-
0,5971*** -0,275***
16
Tabla 6. Estadísticos de catastrofismo del copago de dependencia para comunidades de ideología progresista (PSOE), según grado de
dependencia.
GRADO II GRADO III
10% 20% 30% 40% 50% 10% 20% 30% 40% 50%
% hogares en situación de
catastrofismo (Hcat) 73,11% 32,18% 15,40% 11,04% 9,96% 96,67% 69,96% 43,78% 23,50% 13,78%
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Ocat) 9,04% 7,48% 9,19% 10,44% 11,10% 18,19% 13,75% 10,68% 11,61% 21,11%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (OAcat) 95,33 71,42 62,89 34,74 29,66 212,67 142,16 92,19 72,38 79,11
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (GOAcat) 202.172.760 54.638.940 13.182.192 2.260.704 872.784 402.439.680 186.123.840 68.041.980 21.391.668 6.597.276
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Hcatw) 81,57% 28,26% 9,40% 4,03% 2,49% 98,11% 72,16% 42,67% 18,29% 7,19%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (Ocatw) 10,86% 9,88% 14,90% 19,99% 21,87% 21,12% 17,13% 14,81% 18,90% 39,87%
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (OAcatw) 114,56 94,29 101,94 66,52 58,44 246,97 177,13 127,82 117,81 149,42
IC Incidencia (ICinc) -0,1157*** 0,1217*** 0,3898*** 0,6348*** 0,7498*** -0,0149*** -0,0314*** 0,026 0,2217*** 0,478***
IC Intensidad (ICint) -0,2017*** -0,3202*** -0,621*** -0,9147*** -0,9702*** -0,1613*** -0,246*** -0,3865*** -0,6277*** -0,8887***
17
Tabla 7. Estadísticos de catastrofismo del copago de dependencia para comunidades de ideología conservadora (PP), según grado de
dependencia.
GRADO II GRADO III
10% 20% 30% 40% 50% 10% 20% 30% 40% 50%
% hogares en situación de
catastrofismo (Hcat) 89,59% 63,63% 37,16% 21,47% 11,51% 98,31% 91,15% 68,24% 46,33% 36,13%
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Ocat) 17,50% 13,08% 9,85% 8,03% 0,14% 26,90% 18,79% 14,00% 9,83% 2,39%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (OAcat) 185,73 125,41 85,11 69,17 1,93 343,28 228,55 162,84 106,91 23,75
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (GOAcat) 245.196.600 112.923.672 40.212.504 15.136.896 111.876 357.774.480 219.165.000 112.809.288 46.831.860 7.586.916
Gap catastrofismo medio
mensual (%) (Hcatw) 91,38% 67,79% 37,89% 20,71% 4,30% 99,32% 93,88% 70,19% 44,93% 34,50%
Gap catastrofismo medio
mensual (Euros) (Ocatw) 21,01% 16,86% 13,84% 11,54% 0,13% 28,97% 20,58% 15,63% 11,61% 2,93%
Gap catastrofismo global (M
euros anuales) (OAcatw) 222,99 161,62 119,61 99,40 1,81 369,64 250,33 181,76 126,31 29,15
IC Incidencia (ICinc) -0,01994*** -0,0654*** -0,020 0,035 0,6265*** -0,0102*** -0,03*** -0,0285* 0,030 0,045
IC Intensidad (ICint) -0,2006*** -0,2887*** -0,4053*** -0,4371*** 0,061 -0,0768*** -0,0953*** -0,1162*** -0,1815***
-
0,2273***
18
Por último, el análisis desagregado según ideología política de signo progresista
(PSOE) y conservador (PP) es recogido, respectivamente, en las tablas 6 y 7, En primer
lugar, los estadísticos descriptivos inherentes a catastrofismo evidencian cuantías
superiores en el cluster formado por comunidades de ideología conservadora frente a la
progresista, incluso en la magnitud global de cuantía, pese a que dos de cada tres
personas resida en una comunidad del PSOE. La información desprendida de los índices
de concentración estimados ofrecen de nuevo una guía de comportamiento simétrica.
Respecto a la incidencia, las comunidades con ideología conservadora obtienen
parámetros cercanos a cero hasta el umbral del 40% para el grado II y del 30% para el
grado III, con tendencia ascendente a partir de éstos; mientras que aquéllas de ideología
progresista inician antes el cambio a valores positivos, y con un ritmo exponencial de
crecimiento, arrojando que los hogares con mayores rentas de dichas comunidades
progresistas se ven compelidos a soportar la mayor carga del copago de dependencia en
términos de número de hogares. Comportamiento sustancialmente opuesto en términos
de intensidad, donde los resultados describen que son los hogares con menores rentas de
dichas comunidades quienes sustentarían una mayor carga financiera en término de
cuantía de recursos, en ambos grados II y III.
Es preciso señalar que se ha realizado el análisis desagregando por las variables
sexo (hombres vs. mujeres), edad (edad menor 50 años vs. edad superior 50 años) y
actividad económica (pensionista vs. no pensionista), no habiéndose observado
diferencias estadísticamente significativas a nivel conjunto y desagregado por grado de
dependencia.
4. Conclusiones
El presente trabajo analiza el impacto redistributivo en términos de catastrofismo
que supone el desembolso del copago de dependencia en España en las finanzas de las
familias que poseen personas dependientes a su cargo.
La situación de crisis vivida en España desde 2007 ha provocado que la Ley de
Dependencia haya sufrido un importante freno en sus expectativas de acceso a las
personas con dependencia (Consejo Económico y Social, 2015), en la reforma
estructural en el año 2012, cuyo objetivo esencial era reducir el presupuesto vinculado a
esta partida de gasto público. Ello se traduce, entre otros aspectos, en un incremento del
copago que deben de realizar las personas dependientes, y por tanto un mayor esfuerzo
financiero en el contexto actual para el acceso a los CLD.
19
Los resultados obtenidos muestran un efecto considerable de empobrecimiento
inherente a la regulación del copago asociado a las prestaciones de dependencia
realizado en España en 2012. En términos generales, son los hogares con mayores
recursos quienes soportan una mayor carga financiera del copago en términos de
incidencia, mientras que en términos de intensidad son, por el contrario, los hogares con
rentas más bajas quienes mayor esfuerzo financiero deben de realizar. Por tanto, se
observa en los grados II y III de dependencia que existe una evidente inequidad del
copago, siendo pro-rico el acceso y pro-pobre la financiación. Ello implica que el
copago de dependencia es relativamente progresivo, ya que empobrece más a los
individuos de renta alta. Sin embargo, los pocos individuos que se ven afectados por el
copago para CLD lo hacen de manera mucho más pronunciada.
Cuando las medidas se estiman para los cluster segmentados en función de la
renta per cápita y el color político, en ambos casos se repite el mismo patrón de
comportamiento: las comunidades con mayor renta per cápita y con gobiernos
socialistas presentan una inequidad en el acceso al copago pro-rica (es decir, incidencia
de empobrecimiento concentrada en individuos ricos), pero mayores niveles de
inequidad en cuantía de copago pro-pobres (es decir, que el efecto empobrecedor es
mucho más intenso en hogares de menor renta que hacen frente a un copago para CLD).
Ello puede explicarse porque son las CCAA de mayores recursos y las de corte
socialista las comunidades en las que prevalecen las prestaciones de servicios sobre las
económicas que por su propia naturaleza presentan copagos mucho más elevados que
presentan una mayor intensidad en cuanto al efecto empobrecedor del copago (Del Pozo
y Escribano, 2013).
En términos generales, los resultados de este trabajo están estrechamente
relacionados con los hallazgos de investigaciones previas que muestran que los
beneficiarios de los servicios de cuidados de larga duración (grandes dependientes)
parecen mostrar inequidad pro-ricos en términos de uso y de necesidades insatisfechas
de servicios formales. Por otro lado, el uso intensivo del cuidado informal parece estar
concentrado de manera desproporcionada en las personas con peor situación de salud,
actuando las familias como redes de seguridad (García-Gómez et al., 2012).
Es interesante destacar que no se han obtenido diferencias estadísticamente
significativas en términos de acceso y cuantía de copago en función del sexo, la edad o
la situación económica de la persona dependiente.
20
Establecer medidas reglamentarias complementarias a la legislación del copago
con el objetivo de garantizar igualdad de acceso a igual necesidad para este colectivo
vulnerable se convierte en imperiosa necesidad, especialmente en las comunidades
cuyos servicios para CLD están más desarrollados y por ello presentan mayor inequidad
en el riesgo catastrófico y el nivel empobrecedor asociado al copago de CLD. A priori el
acceso está garantizado en todos los beneficiarios de Ley: limitado sin embargo por la
realidad de las listas de espera, el denominado limbo de la dependencia. Existen tiempos
de espera superiores a los dos años, e incluso, personas que fallecen siendo reconocidas
como dependientes pero sin puesta efectiva de prestación.
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