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“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Jn 14:6).

UNIDAD IIISesión 8

ÉTICA DE JESÚS CENTRADAEN EL REINO Y EN LA PERFECCIÓN

l reino de Dios es un concepto central en las enseñanzas de Jesús. Además, es la expresión clara, precisa y pertinente de su ética profundamente enraizada en su evangelio. Mediante él, se revela de manera especial y particular a sus hijos. Es el cumplimiento de los profetas,quienes lo anunciaron como el Mesías que reinaría para liberar a los oprimidos por el diablo.

Es por esta razón, que en el Nuevo Testamento se narra de manera grata y detallada el reinado de Jesús como autor y sustentador del Reino de Dios. Con la mira en el reino de Dios, revisaremos algunas de las enseñanzas del evangelio, las cuales están llenas de verdades éticas inseparables en la vida de todo hijo de Dios. Con la instauración del reino se presenta la dinámica regidora de Jesús, como esperanza para sus elegidos y como el Rey que vino y vendrá.

Ningún ser humano, por su pecado, logrará descifrar su poderío y gobierno. Sin embargo,

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Él en su misericordia, nos ha premiado, revelándonos sus propósitos para honrarle y deleitarnos

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en Él.14 Para sustentar los postulados de esta unidad hemos tomado argumentos de los siguientes autores: Arias, 1998; Elwell, 1999; Lloyd, 2000; Vila, 1985; entre otros.

1. CENTRADA EN EL REINO El reino de Dios, o reino de los cielos se trata de la esfera donde Dios reina, donde

su voluntad es respetada y cumplida.15 A través de toda la Escritura encontramos alusiones directas a su reinado universal y sempiterno.

Es posible afirmar que Dios es rey. De hecho, así se nos presenta en la Biblia (Ap. 17:14; 19:16). Su reinado es eterno, su dominio sin límites, su poderío soberano y justo.

Su poder real le llevó a decretar un pueblo para su gloria. Al igual, que un coro celestial que le alabe eternamente y una creación hermosa hecha por Él y para Él.

Lo que se anuncia en la Biblia es el reinado del Señor en los corazones de quienes estaban sin esperanza y en esclavitud (Ef. 2:2; 1:4). El reino de Dios es para su gloria y para la bendición de los escogidos (Ef. 1:6, 12, 14).

Hablar del evangelio es hablar del reino. Y al hacerlo, debemos, enumerar sus perfecciones morales: Único Dios, verdadero, santo, sabio, libre, absoluto, poderoso, amoroso, benigno, misericordioso, longánimo, bondadoso, perdonador y justo (Confesión de Westminster).

Jesús oró, venga tu reino (Mt. 6:9-13). El reino de Dios implica gobierno continuo, inmediato, buenas nuevas, bondad, gracia incondicional; y es creado libremente por Él, y diferente a los demás reinos.

Al nacer Jesús, se anuncia su reinado y es adorado y reverenciado como rey (Mt. 2:2). Ante su advenimiento hay esperanza, jubilo y proclamación (Mt. 2:10-11; Lc. 2:1-20).

Durante su gobierno, su nombre es santificado, su voluntad es hecha en la tierra, loshombres tienen abundancia, los pecados son perdonados y los males superados. Su reino a los pobres enriquece, a los hambrientos sacia, a los tristes consuela, eternamente no habrá dolor, sufrimiento ni muerte.

No se puede describir, sino vivir y dar a conocer en metáforas: como la nueva alianza, la semilla, la cosecha, el banquete, la fiesta. Es un reino de absoluta rectitud, libertad, amor, reconciliación, paz eterna.

Por lo menos así lo proclamó Isaías (Is. 7:14); David (Sal. 130:8); Miqueas (Mq. 5:2); entre otros. Su reinado es de esperanza y seguridad. Quienes han sido acercados a él, afirman estar eternamente bendecidos por su perseverancia y su gracia derramada.

Los primeros discípulos entendieron la dimensión del reino y lo demostraron con su audaz y segura predicación. Mateo en su evangelio, desarrolla el tema del reino y mediante ejemplos y parábolas testifica de su alcance y significado.

Aún Jesús en su modelo de oración, nos enseña a pedir por la venida de su reino. También nos lleva a considerar su gloria, celebración y admiración para el autor del mismo.

Su reino, vino por medio de Cristo, está entre nosotros y vendrá en plenitud cuando el Señor regrese, como rey, a juzgar y establecerlo perpetuamente. La fe y confianza de

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14Pink, 1997. 7615Vila, 1985. 998

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Jesús, conduce a los elegidos a Él y demuestra su poder salvador, perdonador y vivificador.

2. CENTRADA EN LA PERFECCIÓN La razón por la que el reino de Dios no tiene límites y triunfa a pesar de todas las

circunstancias, se debe a que Él es el rey de toda la tierra. Por medio de su muerte y resurrección fue vencedor.

De igual forma, su iglesia es invencible (Mt. 16:18). El sacrificio y victoria de Cristo, fue perfecto. Su testimonio fiel y verdadero dan esperanza a quienes han sido redimidos por su soberana voluntad y el puro afecto de su gracia (Ef. 1:5-6).

Se pone de manifiesto en la cruz, su amor sacrificial de manera nítida e inconfundible. Durante sus enseñanzas reveladoras, su ejemplo de vida y su muerte en la cruz, se percibe su perfecta voluntad cumplida a favor de los suyos.

Por tal razón, no hay cristianismo sin cruz. En razón, de que fue allí donde se puso en evidencia el amor y poder salvador de Jesús para los suyos.

El reino de Dios, es la buena noticia del evangelio. La promesa queda firmada ysellada por la vida, muerte y resurrección de Jesús. Al ser llamados, somos benefactores de su gracia y convocados a vivir para Jesús, obedecerle y someternos a su misión.

La obra del Señor Jesús en la cruz, es evidencia del cumplimiento perfecto de las profecías del Antiguo Testamento, y por ende, de toda la escritura. Su obediencia perfecta y completa trae implicaciones de índole ejemplar, moral y espiritual para los redimidos.

Todas ellas descritas en el evangelio, y asignadas a su iglesia para que las cumplamos. Cabe anotar, que la verdadera ética cristiana se resume en la santidad de vida y la sujeción voluntaria a sus demandas justas y buenas.

Su perfecta obra en la vida y en la muerte, nos hace hijos y herederos de la vida eterna. Por consiguiente, podemos cantar al único y sabio rey. Porque suyo es el reino, poder y gloria por siempre (Mt. 6:12-13).

Además, el Señor Jesús llama a sus seguidores a ser perfectos, como Él lo es. La norma ética de conducta para sus hijos es caminar como Él anduvo, es vivir de acuerdo, a quien nos llamó por soldados.

Es caminar para su gloria, siguiendo sus pasos y sometiéndonos a su perfecta y eterna voluntad. Sólo un Salvador perfecto puede desafiar y exigir a sus seguidores ser perfectos.

Por esta razón, podemos afirmar que la ética cristiana es un asunto sobrenatural. Los principios, demandas y compromisos son dados por el Creador y satisfacen su esencia de ser y el ejemplo de vida dado por Jesucristo.

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“De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su único Hijo para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga vida eterna” (Jn 3:16).

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ÉTICA DE JESÚS CENTRADAEN EL AMOR Y EL SERVICIO

3. CENTRADA EN EL AMOR Y SERVICIO Jesús estableció la iglesia y le encomendó el evangelio de la reconciliación. Todos

sus seguidores son responsables de proclamar su verdad y testificar que Él vive y reina por siempre.

A través de la iglesia y el evangelio, Jesús presenta las buenas nuevas y expresa su participación en la miseria pecaminosa de la humanidad para rescatar a los suyos.

Sin embargo, el reino de Dios, está entre nosotros y lo comunicamos a través delanuncio de Cristo el Salvador. Como cristianos bíblicos anunciamos el evangelio en su connotación más inclusiva e integral, según el testimonio histórico de la reforma.

A saber, la salvación por la gracia, la justificación por la fe, la conversión a Cristo, esto es, sola gracia, sola fe, solo Cristo, sola escritura y solo para la gloria de Dios.

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Estos ejes temáticos de la vida y práctica de la iglesia nos permiten estar profundamente arraigados en el evangelio del reino y ser fieles en su proclamación, como dice la escritura.

Es ahí donde puede tener lugar un anuncio integral del reino como proyección natural de la iglesia local en la proclamación (kerigma), la comunión (koinonía), la celebración (leitourgía), la enseñanza y el aprendizaje (didajé), y el servicio (diakonía).16

Es un evangelio centrado en Cristo pero mirando hacía los benefactores del reino. De adoración y de comunión, de obediencia y de esperanza, de ya pero todavía no.

Así el sentido de nuestra vida queda realizado, cuando tomamos parte en el significado de la historia, la extensión del reinado del Señor. Su gobierno, es la meta de todo cristiano.

Por lo que espera, da gracias y suspira. Esta convicción y posición no nos permite ser “desertores religiosos con una fe ociosa y una esperanza pasiva. La esperanza del reino es una invitación a trabajar mientras es de día, a estar activos en el amor, a sembrar las semillas de la palabra y a extender la llama del Espíritu”.17

Por medio del reino de Dios, se restauran vidas, se anuncia una nueva creación donde no haya maldad, pecado, ni muerte y se establece un paralelismo entre la creación del Génesis y la nueva creación.

Ante esta maravilla, nos quedamos asombrados llenos de alabanza y admiración. Se cumplen las palabras del profeta Isaías, “Hace a los sordos oír y hablar a los mudos”. (35:5-6).

Así, la profecía se hace evidente al ver y comprender su presencia. “Fortalezcan las manos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes, digan a los cobardes: ‘sean fuertes no teman’ miren a su Dios que trae el desquite, viene en persona, los resarcirá y los salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará; porque ha brotado agua en el desierto, torrente en la estepa…” (Is. 35:3-6, NBE).

El reino ya vino, pero lo esperamos; es, pero vendrá; se cumplió y cumplirá; pertenece al pasado, presente y futuro. Los cristianos lo esperamos; vivimos en el mundo pero no somos de él; porque nuestra ciudadanía está en los cielos.

Aguardamos con expectativa la final trompeta. Mientras tanto, el evangelio del reino nos llama a ser fieles, velar y orar, permanecer en adoración y testimonio ante el juez de toda la tierra.

Estar preparados, vestidos y con las lámparas encendidas. Ser como criados que están esperando el regreso de su amo (Lc. 12:35-36). Allí se hará pleno el gobierno de Jesús y viviremos siempre con Él.

Decimos como los primeros cristianos, ¡Maranatha; ven Señor! (1 Cor. 16:22; Ap. 22:20). Somos llamados a evangelizar anunciando su reino de esperanza y vida mejor.

Rechazar la fascinación diabólica de la comodidad, poder y beneficios pasajeros. Ser luz y ejemplo de Jesús, el cual transforma y da victoria.

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16Arias, 1998. 21417Ibíd. 164

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Rendirnos en adoración, gratitud y permanecer firmes ante las circunstancias. A vivir en amor y servicio a Dios, seguir a Jesús, ser fieles hasta la muerte, para recibir la corona de vida, preparada para sus hijos.

Por consiguiente, la vida en el reino, es la vida en el evangelio. No hay reino sin buenas noticias. Las buenas nuevas son las de la salvación en Cristo Jesús por pura gracia.

En este sentido, una ética esencialmente bíblica y cristiana, se funda en la vida y obra de Cristo.

Es cristiana porque es en Cristo, por Él y para Él. Es bíblica, porque los principios, reglas y tareas están clara y concretamente

estipulados en la escritura. Es evangélica, porque es una buena noticia, de esperanza, reconciliación y amor. Podemos afirmar que las dimensiones éticas de Jesús y su evangelio están afirmadas

y fundadas en el amor y el servicio. En razón de que su sacrificio es la demostración más sublime y completa de su amor verdadero para sus hijos.

Y porque no vino a ser servido si no a servir y dar su vida en rescate por muchos. Todo creyente que ha sido redimido, no puede concretar su participación en el reino, si no se caracteriza por una vida de servicio y amor. Amor al Señor, al prójimo y a sí mismo.

Las características del amor de Dios, deben en alguna medida reflejarse en nuestro diario caminar, al igual que las de su servicio. El que ama sirve y no hay servicio auténtico si no está motivado por el amor verdadero, como lo enseñó Jesucristo con su vida y evangelio.

CUESTIONARIOSesión 8 y 9

GRACIA Y ÉTICA PERSONAL

Verdades éticas de la ética de Jesús y el evangelio, según Mt. 5:1-12

Responde de manera clara y precisa, dando ejemplos concretos para describir aspectos de la ética de Jesús en el evangelio. Para cada bienaventuranza, cabe mencionar las implicaciones éticas y bíblicas. Además, de su repercusión social y política, formule indicaciones prácticas de vivir en la bienaventuranza.

1. “Bienaventurados los pobres en espíritu y perseguidos”¿Qué significa ser pobre en espíritu y ser perseguido?

¿Por qué es importante ser pobre y perseguido para vivir en el reino?

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2. “Bienaventurados los que lloran”¿Qué significa llorar?

¿Por qué es importante el consuelo de Dios?

3. “Bienaventurados los mansos”¿Qué significa ser manso?

¿Por qué es importante ser manso?

4. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia”¿Qué significa tener hambre y sed de justicia?

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¿Por qué es importante tener hambre y sed de justicia?

5. “Bienaventurados los misericordiosos”¿Qué significa ser misericordioso?

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6. “Bienaventurados los de limpio corazón”¿Qué significado tener un corazón limpio?

7. “Bienaventurados los pacificadores”¿Qué significa ser pacificador?


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