JORNADAS DE CULTURA CRISTIANA En honor a Nuestra Seora de la
Soledad Del 16 al 20 de abril/12 Pbro. Dr. Flix Castro Morales
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MARTES 17-4/12 IMPORTANCIA DE CELEBRAR UN BICENTENARIO
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Nosotros queremos conmemorar este acontecimiento para revivir
el inicio de la presencia de la Virgen de la Soledad del sbado
santo entre nosotros, a travs de su vendita imagen. Pero sobre todo
su amor hacia los irapuatenses, que como hemos dicho anteriormente,
llev a pedir a Roma se les diera como Patrona de esta ciudad de
Irapuato.
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Este Bicentenario nos brinda la ocasin de recordar el origen de
nuestra historia de la salvacin en nuestro contexto histrico, a
asumir con gratitud el ejemplo de fe y devocin de nuestros
antepasados, a cultivar nuestra fe y devocin a nuestra Patrona,
abrindonos a la redencin de su Hijo Jess, a cantar y alabar: Oh
Virgen de la Soledad profunda, Y del llanto sin consuelo, Mira, oh
tierna Madre, a tu pueblo; Mira, cmo te ama!, Haz que te ame ms y
ms, Y que tus hijos de Irapuato, Primero pierdan la vida; que
dejarte de amar! (Del Sr. Obispo Miguel M. Mora). Esta deber ser un
Bicentenario de esperanza, porque la Madre de Dios y Madre nuestra,
es nuestra esperanza y proteccin.
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A nosotros nos ha tocado en hora celebrar el Bicentenario a
Mara de la Soledad en su palacio irapuatense, asistirla en su
trono, aclamarla por Patrona nuestra, bendecirla con nuestros
corazones, alabarla con nuestras lenguas, y acogernos a Ella como
Reina y Madre. Al celebrar la grandeza y hermosura de Nuestra Seora
de la Soledad, los irapuatenses hemos de profesar ante el cielo y
la tierra que queremos ser para siempre la peana de sus pies.
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Me refiero, sobre todo, a las solemnsimas fiestas, celebradas
en honor de la Linda Joya de Irapuato, los das 30 de abril desde
1813 y de 1922. En nuestra historia de fe, la Ciudad de Irapuato,
hay fechas, que llenaron de fe y de gozo a nuestros antepasados,
que nada ni nadie debera borrar de nuestra memoria, porque un
pueblo sin memoria, se queda infantil, se despersonaliza.
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El clero, sacerdotes religiosos y diocesanos, las cofradas y
hermandades, las colegialas de la Enseanza, los alumnos del Colegio
de San Francisco de Ass, y los de otras escuelas, el pueblo todo,
prcticamente formaban las procesiones. Estos das eran muy lucidos:
se llevaba en procesin a su Patrona, era llevada en andas,
conducida con todo respeto y veneracin de su iglesia a la
parroquia, pasando por diversas calles.
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En el perodo de la guerra de la Independencia varias veces sali
la procesin, y los jefes militares no se desdeaban de llevar los
pliegues del manto de la venerada Imagen. En diversas ocasiones
cuando el temporal de lluvias se retrasaba o las siembras no
fructificaban por la sequa prolongada, debido a las perturbaciones
atmosfricas, lo campesinos organizaban procesiones seguros de
obtener lo que imploraban por intercesin de la celestial
Patrona.
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Mara de la Soledad, por qu quisiste venir a este pueblo?, qu
tenemos, que haz querido vivir con nosotros, si tu eres la Reina,
la madre de Dios? As como tu Hijo, que tom lo nuestro para que
furamos ricos, t ha venido a nosotros porque ramos y somos pobres,
y tu amor se ensancha ante los pobres y afligidos
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Yo siempre tengo en mi memoria fija, Que soy un pequeuelo, pero
soy hijo tuyo; Dirige T mis pasos, s mi gua; Y en todas mis
acciones, Madre ma, Llvame siempre al bien y a la verdad.
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As lo han expresado nuestros antepasados: Heme aqu, Oh Madre,
ante tus pies postrado. Heme aqu, Oh Madre, contrito y humillado;
Delante de tu altar; pues, tu nombre a tanto alcanza, Que al
llamarte Madre, crece mi esperanza tan grande como el mar.
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Virgen de la soledad profunda y del llanto sin consuelo,
alcnzame de tu Hijo la fe, la esperanza, el amor y la paz, Y que
sepa en mi necesidad, descubrir su santa voluntad. Ms si acaso yo
pido, algo contrario a la santa Voluntad, Concdeme, oh Virgen de la
Soledad, ser dcil a mi Dios.
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Ser dciles a las enseanzas de Jess, ser fieles devotos de
Nuestra Seora de la Soledad, amarla e imitarla, es la respuesta que
los nios y ancianos, jvenes, hombres y mujeres, padre y madres de
familia, sacerdotes y Obispo, es la mejor forma de no echar en saco
roto, la fe, la esperanza y el amor que testimoniaron nuestros
mayores a Cristo Rey y a nuestra Reina de la Soledad
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Todo esto lo resume el 232 del DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD
POPULAR Y LA LITURGIA, PRINCIPIOS Y ORIENTACIONES, de 2002 cuando
dice: En cuanto interrumpe la monotona de lo cotidiano, de las
formas convencionales, del sometimiento a la necesidad de ganancia,
la fiesta es expresin de libertad integral, de tensin hacia la
felicidad plena, de exaltacin de la pura gratuidad. A travs de las
manifestaciones de alegra y de jbilo, la fiesta es una afirmacin
del valor de la vida y de la creacin.
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En cuanto testimonio cultural, destaca el genio peculiar de un
pueblo, sus valores caractersticos, las expresiones ms autnticas de
su folclore. En cuanto momento de socializacin, la fiesta es una
ocasin de acrecentar las relaciones familiares y de abrirse a
nuevas relaciones comunitarias.