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No intentes. HAZLO, O NO LO HAGAS
"Un esfuerzo de segunda clase es un error de primera clase."(William Arthur Ward, 1921–1994)
“A la posibilidad del 1% se le debe dar el 100% del esfuerzo."(Anónimo)
El agua, a 100º, puede mover un tren de carga. A 99,9º es sólo agua caliente. (Anónimo)
Te invito a que escuches y veas este vídeo solo dura 15 segundos:
https://www.youtube.com/watch?v=M1iilBb1x7Im
Después de mucho leer y meditar sobre el tema, creo haber entendido que hay dos significados diferentes para la palabra "intento".
El primero es cuando queremos lograr algo, y decimos "Lo voy a intentar". En este caso nos dirigimos a un fracaso casi seguro. ¿Por qué? Porque nuestro subconsciente no recibe la orden de "lograrlo", sino de "intentarlo", y por ende eso es lo que hará: INTENTARLO. Una vez que ya lo haya "intentado", considerará la orden cumplida. ¿Por qué "seguir intentando", si no es la orden que recibió? ¿Con qué objeto repetir la tarea que ya cumplió?
Y esto no es semántica, ni cháchara: Es la forma en que funciona nuestra mente. El subconsciente es el que tiene el verdadero poder en nosotros. El intelecto decide, pero el subconsciente ejecuta... o no ejecuta. El intelecto no tiene prácticamente ningún poder sobre el cuerpo.
Y luego tenemos el otro significado de "intento": Cuando un "intento" es un paso de los varios que se requieren para lograr un objetivo que se ha decidido previamente.
Y esto es radicalmente diferente, y producirá un resultado diferente: Existe una
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DECISIÓN, y esa decisión es LOGRAR, no "intentar". Sin embargo, es posible que ese logro requiera de varios "intentos".
¿Se entiende la diferencia?
Cuando uno inicia una carrera universitaria, por ejemplo, no decide "intentar" graduarse: ¡Uno decide graduarse! Es posible que en el medio haya muchos “intentos fallidos" en pasar exámenes, pero la decisión no cambia: la decisión es graduarse, sin importar cuántos "intentos" se requieran.
¿Por qué uno persiste en graduarse cuando una carrera le resulta especialmente difícil? Muy simple: Mira ejemplos a su alrededor (incluso inconscientemente) y concluye: "Si tantas personas pudieron, quiere decir que es posible, y por ende yo también puedo". Y punto.
Y lo mismo si uno quiere, por ejemplo, bajar de peso: No necesita tener "fe ciega", ni inventar nada, ni arriesgarse. Uno puede buscar un método que le haya servido a muchos, y de ese modo saber que, si ellos pudieron, él también puede. Pero una vez más, la posibilidad de éxito estará totalmente condicionada a la intención con que uno emprenda el cambio:
¿Ha decidido lograrlo, por muchos "intentos" que le lleve, o sólo ha decidido "intentarlo"? Suena parecido pero es totalmente diferente.
Y el ejemplo quizá más claro y contundente: Le llevó a Edison miles de "intentos" lograr la lámpara incandescente, pero él no estaba "intentando" inventarla: él había decidido lograrla, sin importar cuántos intentos hicieran falta.
Si entiendes esto, habrás recorrido la mitad del camino del éxito, en cualquier cosa que te propongas.
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Bien, bien que te parece si te pones a trabajar en el siguiente material y lo practicas, lo practicas y lo sigues practicando hasta que sea una persona talentosa en él.
Cómo mejorar las habilidades socialesLas habilidades sociales giran alrededor de las relaciones, el carácter y la actitud. Al
desarrollar estas habilidades puedes incrementar tu desempeño laboral, construir mejores
relaciones y trabajar para ganarte un acenso. Si piensas que estas habilidades no se te
dan naturalmente, tienes que aprender a mejorarlas para que se vuelvan un reflejo natural
en ti a la hora de tratar con la gente todos los días.
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Pasos
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Desarrolla tus habilidades de comunicación. Tu meta debe ser el lograr comunicarte
claramente de manera oral, escrita y sin palabras. Comienza simplemente por
concientizarte sobre cómo se sienten los demás cuando estás cerca o cuando están
hablando contigo.
Establece contacto visual. Reconoce la presencia de otra persona viéndola a los ojos,
especialmente si solamente ha entrado en la habitación o pasas al lado de ella en el
pasillo. Voltea a ver a la gente cuando se dirijan a ti. No dejes que tus ojos vaguen por el
cuarto.
Controla tu lenguaje corporal. Muestra interés poniéndote de pie e inclinándote hacia
enfrente. Resiste la urgencia de dar golpeteos con tus dedos o tus pies. Imita la postura
de la persona con la que hablas para crear un ambiente agradable.
Practica tu conversación. Esto incluye tanto hablar en público como con otra persona. Sé
consiente de tu ritmo y volumen al hablar. Si te sientes incómodo con las relaciones
personales, practica con un amigo cercano o con un familiar. Si te pone nervioso hablar
en público, anímate a hacer presentaciones frente a grupos pequeños y practica para que
aumentes el número de personas con el tiempo.
Desarrolla tus habilidades de escritura. Revisa la redacción de tus correos, cartas y notas.
Aprende a corregir tu ortografía y el uso de las palabras. Varía las estructuras de tus
oraciones. Sé conciso en lugar de elaborado.
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Practica tus habilidades auditivas. Esto requiere disciplina y concentración.
Escuchamos por muchas razones diferentes: para entender instrucciones, para
identificarnos con otra persona, o para juzgar una idea para ver si es buena o no. Sin
importar las razones por las que estés escuchando, existen diferentes factores que hay
que considerar.
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Parafrasea y haz preguntas para saber más sobre lo que la persona te está diciendo. Esto
demostrará atención e interés. También te ayudará a entender la situación.
Toma apuntes cuando sea apropiado. Esto demuestra que el tema es importante para ti.
Practica el tomar notas en reuniones de equipo o sesiones de entrenamiento.
No interrumpas a las demás personas. Respétalas dejándolas terminar lo que están
diciendo.
Presta atención al lenguaje corporal de la otra persona. Observa su postura, su tono de
voz y contacto visual (o falta de éste), gestos y expresiones faciales.
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Forma relaciones. Las habilidades interpersonales son importantes en el trabajo,
especialmente porque muchas organizaciones están conformadas por equipos y
departamentos. Trata de entablar amistad con tus compañeros, supervisores, clientes y
socios.
Hazte amigo de tus colegas. Salúdalos cuando lleguen al trabajo. Invítalos a tomar café o
a comer. Habla un poco con ellos en la sala de descanso mientras toman algo. Participa
en eventos del trabajo como clubs deportivos, almuerzos y días de entrenamiento.
Mantente alejado del chisme, pues solo destruye relaciones.
Aprende a manejar el conflicto de una manera sana. Atiende los asuntos en privado con
las personas involucradas. Aborda los temas delicados de una manera asertiva sin juzgar.
Haz preguntas y trata de entender su versión de la historia. Trabajen juntos para
encontrar una solución.
Haz contactos con personas dentro y afuera de tu organización. Pregúntales sobre sus
trabajos. Platícales algo de lo que haces. Busca las conexiones y las maneras en las que
podrían ayudarse el uno al otro. Intercambia contactos y asegúrate de darles seguimiento.
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Practica tu liderazgo. El liderazgo es simplemente tener influencia sobre las otras
personas. En sí, las habilidades de liderazgo se pueden utilizar con cualquier empleado
en cualquier nivel de la empresa.
Ponle atención a tu propio supervisor y nota cómo lidia con tu equipo. Identifica las cosas
positivas que esa persona hace y trata de utilizarlas en tu trabajo.
Practica el liderazgo en discusiones grupales pequeñas haciendo preguntas a tus
compañeros e incitando a los miembros más callados a que participen en la conversación.
Pon el ejemplo a los demás adoptando una actitud positiva en situaciones difíciles.
Mantén la calma en momentos de crisis. Coméntale tus preocupaciones directamente a tu
supervisor en lugar de enfrente de todo el equipo.
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Toma la iniciativa. Demuestra responsabilidad y entusiasmo hacia tu trabajo al dar el
extra en todo lo que hagas. Esto empieza por terminar el trabajo sin que tu supervisor te
lo recuerde.
Realiza tus tareas sin que los demás te lo pidan. Mira a tu alrededor, fíjate qué más se
tiene que hacer y hazlo. Si un compañero tiene un proyecto muy largo y tú tienes algo de
tiempo libre, ofrécete a ayudarlo.
Busca tareas que te reten. Intenta desarrollar tus habilidades técnicas. Aprende más
sobre tu organización. Pregúntale a un compañero acerca de su área. Toma una clase,
lee un blog o suscríbete a una revista que tenga que ver con tu campo de trabajo.