Martes 27 de enero de 2009
De Ana María Vieyra - Chile
VERDADERAMENTE YO
1
Me soy de luna
y agua
Estrella ardiendo
al fondo de un espejo
Amasijo que sueña
el viento
y lo lleva
y lo trae
en remolinos
Me soy de interrogante
sin
completudes plenitud del alma
cuando despierto
en el otro
y veo en su rostro
la huella del mundo
el dolor del mundo
el amor del mundo
Me soy entonces
aroma de pinares
cerca del mar: un poco más humana
tal vez un poco niña
o un poco más perdida
como el pozo sin muros de Pessoa
Pero siempre
siempre
de luna
y agua
1
Fogatas de otoño
a mi abuela materna M.Antonieta Lamperein
Hoy que leo a Teillier bajo el árbol desnudo
a mi memoria llegan las voces de la infancia:
es la abuela quien canta a mi estación preferida.
Sus fogatas de otoño son esos atardeceres
que las llamas transforman en nuevos nacimientos.
El mundo entero se dilata: nubes púrpuras rasgándose
revelan todo y nada de aquello que hemos sido.
Como en aquel cuento, ella amaba la tristeza de la lluvia rojiza
con destellos de tierra: su futura mortaja bajo el árbol desnudo.
Era el poeta entonces un espejo dormido
sobre la piel del cielo.
Pronto
remolinos de viento se llevarán su esencia
la mía
la nuestra
más allá de los campos, de la lluvia y
del día en que mi abuela escribió sus poemas.
Parece ser rojo, pues, el color del otoño
en mi infancia y esta tarde cuando leo a Teillier
bajo el árbol desnudo.
2
LA CASA
Gabriela Mistral
La mesa, hijo, está tendida, en blancura quieta de nata, y en cuatro muros
azulea, dando relumbres, la cerámica. Esta es la sal, éste el aceite y al centro
el Pan que casi habla. Oro más lindo que oro del Pan no está ni en fruta ni en
retama, y da su olor de espiga y horno una dicha que nunca sacia. Lo partimos,
hijito, juntos, con dedos duros y palma blanda ,y tu lo miras asombrado de
tierra negra que da flor blanca.
Baja la mano de comer, que tu madre también la baja. Los trigos, hijo, son del
aire, y son del sol y de la azada; pero este pan "cara de Dios" no llega a mesas
de las casas; y si otros niños no lo tienen, mejor, mi hijo, no lo tocaras, y no
tomarlo mejor sería con mano y mano avergonzadas.
Hijo, el Hambre, cara de mueca, en remolino gira las parvas, y se buscan y no
se encuentran el Pan y el Hambre corcovada. Para que lo halle, si ahora entra,
el Pan dejemos hasta mañana; el fuego ardiendo marque la puerta que el indio
quechua nunca cerraba, ¡y miremos comer al Hambre, para dormir con cuerpo
y alma!
Manuel Silva Acevedo - Santiago -Chile
CICLISTAS
Este día comienza
con una conversación jadeante de ciclistas
que se internan en el cielo.
A esta hora un hombre siempre tiene
algo en común con los santos
y sus vicios lo abrigan, sus vicios, únicas virtudes a que apelar
cada vez que comienza un día como éste.
Y se pregunta
¿cómo es que dormían los santos
3
con esa horrible sencillez entre las manos?
Abajo la calle pasa en un resoplido vacío y una sábana ululante frota los vidrios
y piensa en sus propias apuestas con el día, cuál de sus ojos caerá
desprendido
la próxima vez, la próxima apuesta que pierda con su alma
hecha trizas, pendiente de los dados rodando, girando, dando trastabillones en
pos del Uno indicador del vacío de su corazón, más vacío que el de los ciclistas
que vuelven con el atardecer, ahora en silencio, pedaleando livianamente por el
aire.
LAS ÁGUILAS
Dormir cubierto de águilas
Sentir el peligro en las sienes dormidas
como un fuego de alarma
Mis ansias desmayadas duermen en el valle
Más abajo, donde ruedan los astros en desastre,
cae mi mano sorprendida entre objetos inquietantes
hasta que este riesgo poderoso palpa mi cabeza, madre de mi locura
Todo hombre duerme a la vera de su estampida,
es que este temor trae adormecimiento
Entre tanto sueño y escándalo de sueños
el águila practica torpemente con las alas abiertas
Desde hace mucho tiempo madre
desgarro en jirones tu belleza, tu rostro insoportable que olvidé
enrolándome como artista de feria
y cada lugar era más aterrador y más lejano
Las águilas vigilan mi desidia
con ellas podría volar
casi sin muerte a cuestas
y era tú madre viscosa
quien hurga con sus largos dedos en mi corazón
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cuando las fétidas y silentes
me levantan en vilo
Tu presencia me asalta
y el estallido de mis fuerzas
son estas águilas que perturban mi sueño
Soñé que mi mano entraba a saco en el secreto
y al despertar mi cabeza y mis manos
eran rojas y vivas
Soñé que hablaba entre los hombres y desperté dando graznidos y cloqueando
Soñé que estaba tan lejos de mi cuerpo
que no poder acercarme hizo explotar mi corazón
Al despertar ocupaba mi lugar entre las otras
junto a ti madre cruel y misteriosa
Jorge Cid, Concepción - Chile
Silencio en su rural fantasear
Podemos ver al muchacho
incando el pie en terreno ajeno.
El de costumbre y existencia citadina,
urga en el campo su silente deseo.
Por las caballerizas entre soles que se cuelan
se puede ver su torso henchir en emocionadas inhalaciones
en las que se baten jóvenes ardores
en mezcla con la perfumosa existencia animal del cobertizo.
Cuando nadie observa,
la noche acuna la palma que bajo el sol se esconde.
Podemos ver al mancebo esperar que la penumbra lo halle en un titubear de
labios.
No sabemos la forma que asumirá su deseo,
pero aquí estamos viéndolo ser lo que, supone, nadie advierte.
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Sentado, con su rostro oculto contra sus rodillas
reserva la intensidad de su gozar para momentos después,
sabe que en el contener existe un severo placer masoquista,
tanto mejor quizá que el deleite final del contacto.
Cuando cuerpo y afán no coinciden y se exceden en un galopar de vapores
el varón se erguirá y con la visión embebida
cogerá por el rabo el otro cuerpo mayor,
ahí silencio y sombra
serán surtidor de placer, e idioma fetiche.
Aullido
He visto a las mejores autómatas
destruirse ante el infierno de una negación.
Sin jugar a los encubrimientos:
Yo ahora escribo
desde la ruina.
Porque mi mano aventuró
otro tacto que me supo a vida nueva
y no fue sino solo un enigma de la caducidad.
La fechas de esa borrachera
fueron faustas
porque no habrá pérdida de conciencia
tan cercana a la continuidad
como la venida tras libar el alcohol
que esa piel destilaba.
Quise esa borrachera todo el tiempo
y si creí en algo extraterreno
fue para pedirla vigésima quinta hora donde habitar con esa sombra
el infinito.
No tuvimos reparo en gemir como perros.
Era también parte del encantamiento un ir en otro roles, pero cuando ahora
por ti me sale un aullar por la carne, me pudro en esta condición
y soy un perro cuya hambre
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no perdona al mundo.
Gozamos la noria hasta más allá que chillara. Gozamos en ese rin sin importar
quien gobernara
porque la ecuación dominante dominado
en el tálamo no era oposición
sino juego de comunes uniones.
En la oscuridad de mi estado
mi mano palmotea torpe en la incerteza,
da secretos golpes contra sí, como un reflejo que subsiste,
como un eco que persiste más allá de la existencia de un grito,
como un placebo
que logra la ilusión de vida.
Juegos de color y efectos de sombra
de tales elementos se constituye la realidad,
pero desde mi voz
sufro el daltonismo del abandono
y el tanto peor espasmo de la ceguera.
¡No tengo la realidad!
Mi sitio es el sitio de donde vine, una materia deshonesta que se quiere dignar
de sí, pero que es analfabeta
y no halla palabras para serse.
Te aúllo
y sé que no oyes
porque este aúllo se ha vuelto imperceptible
encerrado en su intensidad
como una secreta estrella
que muere virgen
en la víspera de su hoyo negro.
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Programa martes 27 de enero
FE
EVANGELINA ARROYO- Argentina
hombre nuevo:
su piel de páramo abastece los caminos, su semen-herrumbre grita
una obstinación de cadenas
que aguardan
el frío
de cada muerte
en cualquier época del año
absorbe
la vigiliapara despegarse
tanta niebla de los ojos
tanto arcano mayor
en el bolsillo
perturbado
por exceso de angustia
renace todas las noches para volver a creer
que la magia todavía envuelve
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SALTIMBAMQUI
I
Los duendes del placer, a disposición de las hormigas, preguntaron:- Quién no
tiene un amor como plato del día? - Quién no absorbe gotas en desdicha con
un trozo de pan? Tenemos la sangre del mundo a favor del mundo. Llevamos
el sabor y la lujuria del caos en medio del pecho. Esto parece más un desgarro
en cuentagotas que una mitología de luces.
II
Hoy vengo a dejar sobre el tablero cada uno de los corazones que aguardo.
Hoy decido nacer entre la lluvia y la vendimia ostentando frutos frescos.
Llegaremos tarde, lo sabemos. Pero si no hay remedio tampoco hay pozos de
ternura.
III
Siempre nos queda alguna cosita enterrada en el tintero. Y es sabido que al por
mayor los cuervos inundan la vigilia. Con tanto préstamo de pelos en la sopa a
futuro, está claro que al derecho o al revés hay ciertos gritos y un adiós
arqueándose, a ver si les mueve el dedito cuando saltan al sueño.
IV
Mire si será una belleza, que hasta los sapos juegan a la mancha. Mire si
andará apurada, que en vez de, hace de cuenta que.
V
Podríamos inventar una perfecta noche de eurekas y plegarias – aleluya
incluida- a nuestra santísima señora de las nubes desinfladas y los
atrapasueños. Que no falte nadie. Que a nadie se le ocurra venir sin pijama de
colores vivos y coleantes.
9
Coge la luna
a Alberto de
Silvia Marcos Fuentes
En la oscuridad de la noche, me tumbo sobre mi cama dejando de par en par
las ventanas abiertas. La brisa del mar entra por ella, y mientras respiro el
aroma de la noche, observo y contemplo las estrellas, la luna. Mi mente
empieza a abstraerse y me dejo llevar...Me quedo mirando fijamente la luna,
allí donde guardo bajo mi llave invisible, mis más apreciados secretos.
Pero es mi luna, y es tu luna Alberto, y cuando la observo, sé que tú también la
observas y la compartimos.
Ella, es nuestra cómplice, nos sonríe, conoce los secretos que le confiamos y
nos vuelve a sonreír.
Medio dormida, pienso qué secretos le habrás confesado hoy.
Coge la luna y tráemela, quiero saber que mis secretos aún están ahí, quiero
saber si los tuyos también lo están.
Coge tu llave, yo llevaré la mía y así podremos descubrir nuestros secretos y
compartirlos junto a ella, bajo su luz.
La luna ya es mía, la luna, Alberto, ya es tuya, la luna ya es nuestra.
Coge la luna y tráemela.
KARINA GARCIA ALBADIZ- Valparaíso-Chile
LA MUERTERA
Todos llevamos un muerto dentro, lo adoptamos.
Los heridos, Reinaldo Arenas
Todos llevamos un ángel dentro
nos adopta
un cuerpo demandante
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sujeto despojado anónimo
que observa nombra alucina
con sorprendente paciencia
se lava ese cuerpo
la lluvia caliente
deja su vientre rojo culpable
la palabra sólo permite
nombrar el pasado
un leve movimiento
le permite ocultarse en la luz
y alzar la cabeza
la muertera sabe que
para mirar el sol
hay que cerrar los ojos
entretejida
por la ráfaga asoleada de paraíso
señala que los heridos no sangran
uno, dos, cuerpo muerto
nido, nicho
el vórtice del vértice al oler la figura
la memoria ciega de ese cuerpo
impreso sangrante
JAIME RODRIGO VILLANUEVA- Valparaíso
E
Después de la última página todavía verás en tus manos mi reflejo, mi sonido,
ésta forma de vivir, los acontecimientos más intemporales y las cosas que se
llenan de números, esas risitas de a pedacitos que se te salen y la fortaleza de
tus palabras dibujadas sobre el aire frontal de la vida que caminas…
A mi me pasó algo muy parecido.
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ALEXIS FIGUEROA -Concepción, Chile
Poema apocalíptico final
En la escena aparece una palabra no muy grande. Es verde claro y arranca por
la selva tropical
La selva es verde oscura, está llena de ruidos.
En las alturas los pájaros se refugian en sus nidos.
Aparece otra palabra aún más grande."Didascalia"
puede ser, o "calipigia".
(También es verde clara y contra el fondo se distingue con gran dificultad)
.Lianas, enredaderas, árboles y arbustos, orquídeas, aborígenes, animales que
dan susto. La palabra chica arranca de la palabra grande. Ruidos de
persecución, chillido y grito. Cae la noche lentamente en el abismo tropical.
La palabra grande atrapa a la pequeña por la pata.
La palabra grande se solaza como gato entre las ratas.
La palabra grande engulle una vocal con parsimonia, mientras descansa
echada en un tronco milenario.
La palabra grande se sienta en un escaño, mientras mira por la tarde la TV.
(Y usa una servilleta cuadrillé).Su digestión tiene la forma de un soneto,
derivado de las artes del panfleto. Con un palito escarba en el cadáver de la
palabra chica, yacen letras aplastadas bajo la gigantesca pata. Ella, indiferente,
se baña en los géiseres de luna, después se envuelve en una albina
bata."Corten" dice el director, "todo está malo"."No saben actuar" les asegura.
Ahora las palabras caminan abrazadas, buscando un bar para olvidar.
Penetran en un tugurio miserable. Piden vino."Trae trago" dice una, "trae trago
Marcelino".Les traen un pequeño monosílabo crocante, que la mayor coge
delicadamente, con sus guantes.
(Comen en silencio: caníbales degustando un canapé).
Piden pan, más vino y ensaladas:se sienta entre los dos una palabra con
pestañas encrespadas. Pide fuego. Las palabras sacan fósforos.
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La palabra saborea lentamente una chupada. Más tarde las palabras sentadas
a la mesa, ríen dando muestras de embriaguez. Han olvidado su fracaso como
actores.
Y regresan muy contentas al laberinto circular.
Cristián Lagos Troncoso- Hualpén, Chile
MENSAJES DE MARTE
Nosotros que ya vivimos de carne y hierro,
nosotros que ya pisamos suelos lunares,
nosotros, los desterrados de los lugares
ardientes como la arena de los desierto.
Nosotros, de corta vida de muerte cierta,
exóticos, algo ambidiestros y creativos,
creemos ya no en los verbos ni sustantivos
oscuros de sus lenguajes con letra tuerta.
Pensamos alguna veces que con el arte
bullido de sangre joven y cuento anciano
no existe lugar en todo el mundo marciano
que quiera tu bienvenida, tu voz de amo.
Sugieren, ante los ojos que exploran Marte,
que busquen en otra parte que aquí no estamos.
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Alejandra Pinto - Chile
De qué sirve
De qué sirve tener
el alma floreada de flores
de qué sirve si mi pulcritud
es artificio
si mis dedos enredan muertos
si mi sangre pide vida ajena
pide taliones, talonarios, cheques
o jeques en un desierto sin
perdón ni olvido y casi cara al sol
De qué sirve "olvidarse de uno mismo"
para hilvanar palabras mediocres sin altura
levantando la cabeza como torpe
maquinista
oficinista de contrabando sin respeto
sin amor
sin pueblo
voz solitaria de explanadas
refalines y chapes
sólo mis bodegas
cosas que se guardan
nadie se verá dañado
nadie las vera proscrita
ni prosa de CZ escrita.
De qué sirve si el moreno
huyo a Antofagasta
sin bailar cumbia
pobre clichet de moreno
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hecho a mano para una snob
que sin sintagmas le puso adverbios
insolentes
casi arrogantes
para terminar en viernes de oopendoors
y apocalípsis venideros, insufribles
un verano eterno ajeno
poderoso y poblado está él
sin "cachita", sin amor.
Carlos Trujillo - Chile
LOS AMIGOS
A Medardo Urbina Burgos,
Maestro hacedor de recuerdos
Los amigos de toda la vida siempre están allí
Merodeando en los escondrijos de la memoria
Y no importa que no aparezcan de inmediato
Cuando los llamas por sus nombres
Ni te respondan con un chiflido
Desde la otra esquina del planeta
Tú sabes que el afecto y la distancia
Son líneas que a menudo
No se encuentran
Pero no importa
Tú sabes que aunque no te oigan
Ellos están allí
Vivos y presentes en la memoria
Y el presente
Y nada perturbará el brillo
De los momentos compartidos
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Tampoco
Nadie negará que junto a ellos
Hasta las derrotas
Tuvieron un ligero sabor de victoria
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