Universidad de los Andes Facultad de Derecho
Tesis de pregrado
Jerusalén: la historia de un barrio contada por sus pobladores
Presentado por: Laura Rico Gutiérrez de Piñeres Código. 200122179
Director de tesis: Daniel Bonilla Maldonado
Bogotá D.C., Junio 30 de 2006
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Tabla de Contenido _________________________________________________________________________
Introducción: El contexto del problema: el loteo ilegal / 4 La pregunta metodológica: el trabajo de campo en Jerusalén / 13 La respuesta estilística: cómo armar la historia del barrio / 25 Cómo leer la historia del barrio / 27 Los personajes / 30 Capítulo uno: La llegada al barrio / 38 Capítulo dos: Los problemas del asentamiento / 49 Capítulo tres: El loteo / 57 Capítulo cuatro: La organización de la comunidad y los líderes del barrio / 62 Capítulo cinco: La legalización del barrio / 71 Capítulo seis: La titulación de los predios / 74 Capítulo siete: El proceso de titulación: el balance / 89 Capítulo ocho: Los opositores / 97 Capítulo nueve: Nuevos retos para el futuro de Jerusalén / 104
Conclusión: Sobre la lectura de diálogos: una conclusión provisional / 112
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Y pienso que mi ciudad es enorme y gris como la sombra celestial de otra ciudad, una balsa naufragada, perdida del cielo, que va dejando extraños marineros colgados de su demolición que nunca acaba. Porque Bogotá muerde y besa, pero no se deja atrapar en esta camisa de fuerza que trata de recogerla, medirla y contarla. Su material es de un polvo de millones de cabezas que habla, murmura y calla, escribe y borra su mensaje indescifrable: su secreto que es de piedra
y como la piedra, se multiplica ante el golpe.
-F. Martínez Pinzón
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Introducción _________________________________________________________________________
◙ El contexto del problema: el loteo ilegal
Latinoamérica
Jerusalén, uno de los barrios más grandes de Ciudad Bolívar, ha crecido como muchos
otros barrios periféricos de Latinoamérica. Este barrio se formó mediante loteo ilegal, sin
servicios públicos, con desarrollo progresivo de autoconstrucción, problemas de acceso y
conexión con los circuitos urbanos aledaños, carente de espacio público, con insuficiencias
en la calidad de las viviendas y sin titulación predial1. Estas características parecen ser el
común denominador de todos aquellos barrios que surgen por medio de la ocupación
irregular y del “40 – 50 por ciento de los habitantes de las principales ciudades en América
Latina [que] viven en áreas de vivienda informal y deficiente”2. Sus miles de habitantes
han acudido a ésta forma de vivir dado los altos índices de pobreza y desempleo que
caracterizan a estos países. Sus historias dan cuenta que la necesidad de vivienda y la falta
de recursos económicos son elementos más determinantes que las instituciones jurídicas
que respaldan las transacciones de compraventa pues miles de personas de estratos bajos
no pueden costear ni los lotes, ni los inmuebles, ni los gastos procésales de la formalidad
(tales como la escrituración pública y el registro en Instrumentos Públicos). En
consecuencia, la invasión de terrenos y la compra y venta de lotes piratas se convierte para
muchas personas en una alternativa plausible sino legítima para constituir un hogar3.
1 Estas son las características básicas que la Caja de Vivienda Popular ha señalado como elementos centrales y comunes a los barrios con orígenes ilegales y tenencia irregular. Véase http://www.cvp.gov.co/index.asp 2 MUTSUO, Yamada y otros. Ciudad y Campo en América Latina. En MUTSUO, Yamada, comp., Ciudad y Campo en América Latina. En: INTERNATIONAL AREA STUDIES CONFERENCE II, JCAS Symposium Series 2, (2ª: 1997: Osaka), The Japan Center for Area Studies, National Museum of Ethnology, Osaka, 1997, p. 5 3 “ Cuando el valor del terreno urbano sube, por su ubicación en una zona en vías de desarrollo de bienes inmuebles, los habitantes de viviendas pobres sufren la expulsión, a veces con el uso de la violencia, a favor de nuevos edificios
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Estos asentamientos también llamados “vecindades” en México; “casas chorizo” en
Argentina; “favelas” en Brasil; “campamentos”; “barriadas”; etc., apuntan a un mismo
fenómeno: la informalidad en la ocupación, compra y construcción de la propiedad. Este
fenómeno constituye la historia de miles de personas de Bogotá, Medellín y otras grandes
ciudades latinoamericanas. En Colombia podemos señalar, además de Jerusalén, el caso
del barrio Moravia, ubicado en la zona nororiental de Medellín4, el cual tiene cerca de
40.000 habitantes así como el caso de Las Huertas, Compartir Meissen, Buena Vista y
Bosa en la ciudad de Bogotá5. En otros países de Latinoamérica, como México, Brasil y
Perú, la “propiedad informal” también hace parte importante de la vida cotidiana de un
número importante de ciudadanos6.
A modo de síntesis, vale entonces la pena insistir en lo que ya se ha dicho en la literatura
sobre esta materia:
[p]ese a la diversidad de los procesos de instalación y de los tipos mismos de construcción, el estereotipo que prevaleció [es el] de una vivienda caracterizada por
comerciales y apartamentos de lujo. No es raro que zonas enteras de la clase pobre sean desplazadas para que los dueños de los terrenos puedan captar los aumentos en los precios del suelo, o para proteger el derecho a la propiedad privada, o para la construcción de obras públicas monumentales, o por el simple mantenimiento del control político sobre los pobres. El desplazamiento de los habitantes de los barrios más pobres, sea por medio del mercado privado o sea por medio de la acción estatal, ayuda a frenar los reclamos de estos barrios de un mayor compromiso de parte del estado en la construcción y mantenimiento de la infraestructura urbana, y también tiende a rebajar el costo de la reproducción, y la remuneración, de la clase trabajadora que vive en estas áreas.” Ver: Thomas Angotti, “ P lanificación y Desigualdad en América Latina”, en: Yamada Mutsuo, comp., Ciudad y Campo en América Latina, Internacional Area Studies Conference II, JCAS Symposium Series 2, The Japan Center for Area Studies, National Museum of Ethnology, Osaka, 1997, p. 47 4 En Medellín son muchos los barrios que han crecido bajo este mismo fenómeno. Véase, Francoise Coupé, Las urbanizaciones piratas en Medellín: el caso de la familia Cock, Medellín, Universidad Nacional de Colombia (Medellín), Centro de Estudios del hábitat popular – CEHAP, 1993. 5 Acción Comunal Distrital, Bogotá, historia común, Bogotá, Departamento Administrativo de Acción Comunal y Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999. 6 La favela de Jacarezinho, ubicada en Río de Janeiro, cuenta con más de 60.000 habitantes que construyeron de manera informal. En Recife, ciudad de Brasil, la mitad de la población ha auto-construido su vivienda. El caso de Villa El Salvador en Perú refleja supuestos similares. Ver: Francois Thomas, “ Los asentamientos populares irregulares en las periferias urbanas de América Latina”, en: Antonio Azuela y Francois Thomas, comp., El acceso de los pobres al suelo, México, 1997.
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tres elementos: la ocupación irregular, e incluso violenta, del terreno; la parte esencial de autoconstrucción y la escasez, sino ausencia, de servicios urbanos7.
Este tipo de panoramas son los que hacen de la tenencia informal o ilegal la forma más
común de desarrollo del suelo urbano en Latinoamérica8. El problema se agudiza porque
en Colombia, al igual que en la mayoría de países calificados como del tercer mundo,
muchas personas sencillamente no tienen acceso a vivienda de una manera distinta:
(…) millones de familias no pueden adquirir ni la peor vivienda que ofrecen en el mercado los particulares o el Estado (…) Este último no sólo es incapaz de proporcionar un número suficiente de viviendas subsidiadas, sino que ni siquiera logra llevar el agua, la energía y el alcantarillado a donde el desespero obrero y popular edifica sus asentamientos subnormales9.
Clasificar estos barrios informales como “ilegales” porque no cumplen con los requisitos
del sistema del derecho oficial estipulados en las leyes para comprar y vender bienes
inmuebles, es una primera forma de intentar describir el problema. Así se pensará: lo que
no cumple con las formalidades legales será ilegal y lo que sí cumpla con la normatividad
será legal y en consecuencia, parte del derecho oficial. Sin embargo, como veremos más
adelante, ésta mirada parece brindar pocas herramientas analíticas para abarcar la
problemática pues la manera en la que se compran y venden bienes inmuebles en barrios
informales constituye todo un sistema de intercambio que genera efectos reales, por no
llamarlos jurídicos, para sus usuarios. Esto resulta en que lo que comúnmente se denomina
7 Francois Thomas, “ Los asentamientos populares irregulares en las periferias urbanas de América Latina”, en: Antonio Azuela y Francois Thomas, comp., El acceso de los pobres al suelo, México, 1997, p. 17 8 Edesio Fernández, “ Aspectos jurídicos de los programas de regularización de la tenencia de la tierra urbana en Latinoamérica” en: Análida Rincón Patiño, comp., Espacios Urbanos no con-sentidos legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005, p. 154 9 Jorge Enrique Robledo, “ El drama de la vivienda en Colombia y la política del sí se puede”, Ancora Editores, Bogotá, 1985, p. 29
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como “ilegal” es tratado como delito y no hay cabida para estudiar los fenómenos tras la
informalidad bajo otro espectro analítico distinto al señalado por lo que es legal y aquello
que no lo es. No obstante, el tema merece un análisis que brinde mayores y mejores
instrumentos para entender cómo ha sido el proceso de crecimiento e interacción de la
metrópolis-periferia en Latinoamérica ya que la cantidad de personas que viven bajo estas
reglas informales o ilegales constituye un porcentaje importante de la población de
nuestras grandes ciudades.
Bogotá
Para acercarse al problema tras la informalidad en Bogotá, es importante preguntarse por
los diferentes motivos que explican la formación de los asentamientos subnormales en la
ciudad. Entre estos motivos podemos encontrar razones sociológicas “duras” como son los
procesos migratorios de personas con origen campesino que llegan a la ciudad en busca de
oportunidades10 o huyendo de la violencia11. Este fenómeno invita a pensar la ciudad
colombiana moderna como el producto de la agudización, en las últimas décadas, de las
contradicciones propias del desarrollo del modelo capitalista que ha desencadenado una
rápida transformación y aceleración de los procesos migratorios entre el campo y la
ciudad12.
10Véase, Acción Comunal Distrital, Bogotá, historia común, Bogotá, Departamento Administrativo de Acción Comunal y Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999 11Una de las consecuencias que ha sufrido la población civil de Colombia, debido al problema de orden público es el desplazamiento. Bogotá, como muchas otras ciudades del país, ha visto entrar campesinos oriundos de diversas regiones que han sido forzados a venir la capital para escapar del maltrato, las amenazas, y las agresiones ejercidas por los distintos actores del conflicto armado. Sin embargo, éste no es el único motivo por el cual se fundan los barrios ilegales. 12 Carlos Alberto Torres Tovar, “ Dualidad formal informal, el modelo de producción de la ciudad colombiana. Una mirada desde los años 90” en: Análida Rincón Patiño, comp., Espacios urbanos no-consentidos, Legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005, p. 125.
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[Este fenómeno] aún agobia a las ciudades por efectos de la polarización del conflicto armado que se vive en el país; al igual que la profundización de las condiciones de pauperización del campesinado colombiano y las dificultades permanentes generadas por las erráticas políticas económicas y sociales que han marcado períodos de inestabilidad y crisis económica, siendo los más afectados los sectores de la población con más bajos ingresos13.
Por otro lado, podemos encontrar tres razones instrumentales fundamentales que también
contribuyen a la creación de los asentamientos informales: primero, precios bajos de los
lotes, segundo, las facilidades de pago de los mismos y tercero, el fácil perfeccionamiento
del contrato de venta14. Estos, entre otros varios factores, deben ser estudiados previo a la
implementación de políticas de titulación y legalización de barrios so pena de incurrir en
un análisis superficial (o rígidamente técnico) del problema social, que resulte en
programas ineficaces o inadecuados para la solución del mismo15. Sólo de esta manera se
logrará entender que detrás de estas razones iniciales subyacen temas estructurales o de
fondo relevantes para el Derecho: la ausencia del Estado en materia de políticas de
vivienda, la falta de garantías mínimas que tienen miles de colombianos para acceder a una
casa16, y la ineficacia de las instituciones y normas existentes en Colombia que regulan las
13 Véase, Carlos Alberto Torres Tovar, Op. Cit. p. 125. 14A estas conclusiones se llegó luego de realizar el trabajo de campo en el barrio Jerusalén; explicación que se encuentra en la parte restante de la introducción de este texto y conclusiones a las cuales el lector le será fácil llegar después de leer la historia de Jerusalén contada por sus pobladores. 15“ Desde el punto de vista de su expansión territorial, en los últimos quince años Bogotá experimentó un fenómeno de “ compactación” (mayor intensidad en el uso del suelo), a la par que un crítico agotamiento de los suelos urbanizables dentro del perímetro urbano. Una parte importante de ese crecimiento se dio a través de la urbanización informal, por fuera de las normas urbanísticas, la cual, como señala el P lan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, sigue representando una proporción elevada de su expansión. En ese fenómeno confluyen factores relacionados con el incremento de los precios del suelo, los bajos ingresos de la mayor parte de la población nueva y el fracaso reciente de la política de vivienda de interés social, centrada en la estrategia de subsidios directos de demanda. En tal sentido, en lugar de disminuir la segregación urbana ha ido en aumentó durante la última década”. Ver: Fabio E. Velásquez C., “Ciudad e inclusión en Bogotá”, en: Fabio Velásquez Carrillo, comp., Ciudad e Inclusión: por el derecho a la ciudad, Fundación Foro Nacional por Colombia, Asociación de Trabajo Interdisciplinario – ATI, Fedevivienda, y Corporación Región, Gente Nueva Editorial, Bogotá, 2004, p. 136 16 Estas dos razones iniciales no son novedosas ni arrojan nada nuevo sobre las deficiencias de cobertura que puede tener el Distrito en el tratamiento de temas como éstos o afines. No por esto deben dejar de mencionarse o de tenerse en cuenta. Sin embargo, en lo que respecta al análisis que se hará en capítulos posteriores, me referiré con especial atención sobre las instituciones jurídicas existentes en el ordenamiento jurídico oficial dispuestas para regular la compraventa de bienes inmuebles.
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transacciones civiles y comerciales17 de la compraventa de bienes inmuebles en estos
sectores periféricos. Es decir, el problema de las urbanizaciones piratas permite contrastar
la realidad de un barrio subnormal frente a las estructuras jurídicas existentes dentro del
Derecho oficial para estas materias.
Consciente de la dimensión del problema, la Alcaldía Mayor de Bogotá, mediante la Caja
de Vivienda Popular (CVP), ha impulsado y adelantado procesos de titulación18 para
legitimar la posesión de los piratas. Los programas tienen como objetivo brindar la
asistencia técnica y social a los ciudadanos que necesitan un título legal, pero la
17 El exceso de tramitología en Colombia, para transacciones civiles y comerciales es uno de las razones más preponderantes y causantes de la informalidad: “ En economías como la colombiana muchas empresas pequeñas empiezan a operar de manera informal, entre otras razones, porque los costosos procedimientos legales y administrativos de acceder y sostenerse en la formalidad se constituyen en las barreras de a la entrada en segmentos ya establecidos formalmente (…) En Colombia, por ejemplo, se requieren por lo menos 14 procedimientos para crear una empresa mientras que en países como Chile apenas son nueve pasos, en Estados Unidos cinco pasos y en Canadá apenas dos”. Sección PYMES, “ Informalidad sale muy cara”, en: El Tiempo, Santa fe de Bogotá, 19.7.05, p. 1-14.
18 El diagnóstico adelantado por la Caja de la Vivienda Popular en el año 2.000 en materia de titulación predial en la ciudad de Bogotá, dio como resultado en barrios de estratos 1, 2 y 3, la siguiente situación:
SITUACIÓN No. BARRIOS No. PREDIOS
CENSADOS 1369 564352
TITULADOS 673 439890
SIN TITULOS 590 124462
SIN INFORMACIÓN 106 0
DIÁGNOSTICO No. BARRIOS %
CESIÓN A TITULO GRATUITO 6 2.38
NEGOCIACIÓN DIRECTA 54 21.43
DEMANDA DE PERTENENCIA 141 55.95
SIN LEGALIZACIÓN URBANISTICA
14 5.56
MAS DEL 80% ESCRITURADO
137 14.68
El Programa tiene como objetivo brindar el acompañamiento necesario a la comunidad de los predios que actualmente ocupan, tendiente a apoyar la titulación predial, a través de la asistencia Técnica en el área social, catastral, legal y financiera-económica (http://www.cvp.gov.co/index.asp).
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preocupación de las entidades del Distrito está enfocada a resolver una situación de hecho
y no a hacer un estudio crítico o un análisis previo de lo que hay detrás de estas formas de
asentamiento. Para el Estado, el tema parece resolverse exclusivamente a través de una
sentencia, un documento oficial donde un juez reconoce y certifica a las personas como
propietarias. En últimas, no le importa al Derecho de qué manera hayan llegado los
compradores a esos lotes; no es relevante si cada cual construyó su casa de la manera que
mejor se le ocurriera corriendo con los riesgos de un derrumbe; si ya pagaron o no por el
lote creyendo en la validez de la transacción comercial informal o si se han encargado de
dotar su barrio de servicios públicos domiciliarios mediante luchas comunitarias dado que
el Distrito no estaba ahí para auxiliarlos. El Estado, a través del Derecho, sólo tiene una
fórmula para legitimar y validar la propiedad de miles de pobladores informales: el título
legal. En consecuencia, hasta tanto los habitantes de Jerusalén y barrios análogos no
prueben su posesión según las exigencias formales del Derecho, sus derechos como
“propietarios” son hechos de la realidad social con escasa protección jurídica19.
El problema es que las normas existentes en Colombia dan poca cabida para entender el
sistema de propiedad dentro del contexto en el cual los pobladores de los barrios
informales compran y construyen sus viviendas. Nuestro ordenamiento jurídico está basado
en normas que determinan el intercambio de la propiedad a través del título y el modo. En
consecuencia, parece imposible que los bienes inmuebles puedan transferirse de una
19 El artículo 1857 del Código Civil de Colombia, sobre la forma y requisitos del contrato de venta, estipula que: “ [l]a venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido en la cosa y en el precio, salvo las excepciones siguientes: la venta de bienes raíces y servidumbres (…) no se reputan perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado escritura pública” (subrayado fuera de texto). Este artículo implica que mientras no se haya perfeccionado un contrato, éste no existe, no produce efectos jurídicos; no nace a la vida jurídica. A lo sumo, como bien está expuesto en los comentarios al Código Civil (Editorial Temis S.A., Bogotá, 1999, p. 657), tal tipo de negocio puede constituir un proyecto de contrato o precontrato del cual el interesado y los interesados podrán retractarse hasta tanto no medie la oferta o la aceptación de la misma (ver también, Código de Comercio, arts. 845 a 863).
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persona a otra sin el previo cumplimiento de estos dos requisitos. Sin embargo, supeditar el
derecho de propiedad en Colombia al cumplimiento de compraventas elevadas mediante
escritura pública y registradas ante la Oficina de Instrumentos Públicos, implicaría que una
gran parte de la población ha realizado contratos inexistentes y que no tiene un derecho
cierto sobre el lote comprado o la casa construida. El resultado de lo anterior es que todas
aquellas personas de escasos recursos incapaces de cumplir las solemnidades estipuladas
en el Código Civil, quedan desprotegidas por el Derecho ya que no pueden costear las
viviendas que ofrece ni el sector privado ni el Estado (vendidas dentro del mercado formal
y legal).
Ahora bien, puede pensarse que “[e]l crecimiento de la ilegalidad es un indicador del
quiebre del monopolio de la aplicación de la ley estatal, que se expresa claramente en una
forma de construcción de nuestras ciudades”20. Esta dualidad o multiplicidad, puede ser
vista como un llamado a las estructuras clásicas del derecho que apunta a crear normas más
flexibles o eficaces que estén de la mano de la realidad colombiana. Vale entonces notar
que la compraventa informal constituye un proceso complejo que no puede ser evaluado de
manera exclusiva a partir del análisis de tablas o estadísticas que describan la situación y
comparen la proporción de barrios o predios sin titulación versus la cantidad de barrios
legalizados y de lotes con titulación predial21 en Bogotá. Los problemas políticos,
económicos y sociales que generan estos asentamientos solo pueden comprenderse y
solucionarse adecuadamente si además de legalizar barrios y regularizar la tenencia
20 Análida Rincón Patiño, “ Legalidades colectivas: historia de los espacios urbanos no consentidos”, en: Análida Rincón Patiño, comp., Espacios Urbanos no con-sentidos legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005, p. 40 21 Para mayor información ver el estudio “ Diagnóstico del Estado de Titulación en la Ciudad, Caja de la Vivienda Popular, Bogotá, Mayo de 2000.
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individual de los habitantes que allí construyen22, el Estado tiene en cuenta elementos
relacionados con la pobreza y la desigualdad de sus “propietarios”.
Con estas ideas en mente y entendiendo que para desentrañarlas resulta valioso
aproximarse al fenómeno desde “adentro” y no a partir del análisis de estadísticas o cifras
que ejemplifiquen la magnitud del problema, presentaré en lo que resta de esta
introducción cómo se ha recogido la historia de Jerusalén y por qué será contada por sus
pobladores23. Este texto se funda en la idea que “[h]acer la historia de Bogotá es, en cierta
forma, construir un rostro común (…) una ciudad que tiene un rostro diverso, venido de
muchos confines, que habla con muchos acentos, que acoge, no sin conflictos y traumas, a
una gran cantidad de colombianos”24 y por eso, reflexionar sobre los orígenes de Jerusalén
es entender su contexto de la mano de sus habitantes. Son los pobladores de los barrios
informales los protagonistas, y a la vez los directamente implicados, de esta cara de la
realidad colombiana. En esa medida, resulta valioso escuchar sus historias y reflexiones
para trazar el mapa de nuestra historia y particular proceso de modernización. Esta
presentación de la información debe entenderse como un contraste a la explicación jurídica
22 Francois Thomas, Op. Cit, p. 40: “ En cuanto a los obstáculos, éstos son básicamente de dos tipos. En primer lugar, existen obstáculos que se deben a los conflictos entre los distintos actores involucrados (entre propietarios públicos o privados y ocupantes irregulares, entre propietarios u ocupantes fraccionadotes, entre ocupantes irregulares y organismos encargados de llevar a cabo el proceso de regularización), e incluso a los conflictos internos que pueden surgir dentro de una comunidad, en particular cuando existe alguna rivalidad entre caciques y representantes elegidos. En, segundo lugar, existen obstáculos que se deben a las condiciones desfavorables en las cuales se llevan a cabo ciertas operaciones de regularización: “ la no correspondencia entre los estatutos jurídico y urbanístico de los terrenos”; “ el cambio en las políticas seguidas por los poderes públicos” y, por último, la falta de financiamiento”. 23 En palabras del antropólogo Cristóbal Gnecco, resulta útil entender la historia como tecnología de domesticación. Así, dirá este estudioso que “ [l]a domesticación de la memoria social por las historias hegemónicas ha tomado la forma de una suerte de historia natural: historia científica, objetiva, dueña de los únicos dispositivos de verdad y de legitimación posibles, atemporal, universal”. Esta categorización permite entender que aparte de esta forma hegemónica de construir la historia, la misma puede ser entendida como una práctica social y en esa medida permite la inclusión de voces alternativas a la de historiador o investigador que organiza los hechos y los presenta para inducir e injerir en la memoria social. Es precisamente sobre esta premisa que está construido este texto. Ver en Cristóbal Gnecco, “ Historias hegemónicas, historias disidentes: la domesticación política de la memoria social”, Universidad del Cauca, Conciencias, Bogotá, 2000, p. 173 24 Acción Comunal Distrital, Bogotá, historia común, Bogotá, Departamento Administrativo de Acción Comunal y Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999, p. 11
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que estos fenómenos puedan tener desde los ojos de un único experto que acalla miles de
voces de manera reduccionista. Así, el giro histórico y metodológico será pensar a Bogotá
no desde su centro, sí desde su periferia.
◙ La pregunta metodológica: el trabajo de campo en Jerusalén
¿Cómo debe un investigador interesado en temas del derecho aproximarse a un problema
social? ¿Qué estrategias metodológicas y perspectivas analíticas deben guiar una labor
investigativa? Estas preguntas básicas tienen múltiples respuestas y sería imposible
resolver aquí todas sus posibles aristas. Las estrategias serán tantas como preguntas haya y
compete a cada investigador decidir qué método le proporcionará los resultados más
adecuados según sus intereses particulares y los objetivos de la investigación. Una forma
de ahondar en el problema de la informalidad en la creación de barrios sería recurrir a
índices económicos y de gestión urbanística para empezar a entender las dimensiones del
problema en Bogotá. Para realizar esta labor sería entonces práctico estudiar los informes
oficiales y los textos históricos que reseñen el tema. Ahora, si bien evaluar la gestión del
Estado (en cuanto a la forma de atender problemas sociales) puede demostrarse y recogerse
en informes cuantitativos, una aproximación alternativa y menos ortodoxa parece adecuada
teniendo en cuenta el objeto de estudio seleccionado.
Para entender cómo crece y por qué surge un barrio informal, qué mejor manera que
recorrer sus calles para empaparse de sus relatos. No podrá desconocerse que “(…) en la
Colombia de hoy co-existen y, en ocasiones se enfrentan varias voces históricas. Algunas
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han encontrado grandes espacios de legitimación y han jugado un papel determinante en
reivindicaciones territoriales, políticas y jurídicas”25. Parece, entonces, sensato fomentar
los canales de comunicación que introduzcan varias panorámicas distintas a la mirada
tradicional26, pues ésta tiende a omitir detalles que permitirían entrever, a un tercero
observador, no sólo los acontecimientos fácticos sino también las metáforas y recuerdos
que componen los mismos.
Con el propósito e interés por entender la complejidad de Jerusalén, un grupo de
estudiantes y profesores de la facultad de derecho de la Universidad de los Andes
conformó un equipo de investigación durante los meses de Enero a Julio del 2005. El
objetivo principal de la investigación fue estudiar el modo de intercambio de la propiedad
en el barrio Jerusalén dada sus características informales27. Para obtener las posibles
respuestas a las preguntas planteadas durante la investigación empleamos una metodología
cualitativa que nos permitió recoger la información que interesaba al grupo mediante
trabajo de campo en el barrio. La estrategia metodológica utilizada puede resumirse de la
siguiente manera: a) se trató de un estudio de caso orientado cualitativamente; b)
25 Cristóbal Gnecco, “ Historias hegemónicas, historias disidentes: la domesticación política de la memoria social”, Universidad del Cauca, Conciencias, Bogotá, 2000, p. 183 26 Ya hemos visto como durante mucho tiempo la forma predominante de hacer ciencia o historia obedece a una mirada “ desde arriba” o “ desde afuera” que privilegia las categorías de análisis del investigador, historiador, narrador o escritor. Este tipo de aproximaciones o de miradas se han encargado de formular un discurso hegemónico que privilegia la mirada de ciertos actores sobre los hechos y omite o ignora las perspectivas o vivencias que pueden tener otras personas sobre lo mismo (Ver Antonio Gramsci, “ The formation of the intellectuals”en LEITCH, Vincent B, “ The Norton Anthology of Theory and Criticism”, Norton & Company, New Cork, 2001). Este texto tiene como propósito apartarse del método hegemónico de hacer Historia (con “ H” mayúscula) para por el contrario colaborar en la creación de la “historia” de “h” minúscula y así dar licencia a los actores que han sido marginados de la memoria colectiva de Bogotá. Dicho en otras palabras, los ciudadanos de Jerusalén, Ciudad Bolívar, serán igualmente partícipes del proceso colectivo que escribe, comenta y describe la historia de nuestra ciudad. Como se verá en el resto del texto, el discurso y la voz de los habitantes de Jerusalén es el único vehículo que transmite las vivencias de los habitantes de este barrio. No hay pues índices numéricos o balances expuestos en términos de lo “ bueno/malo”, “ deseable/indeseable”, “ válido/inválido”, ni tampoco un narrador que predisponga al lector sobre los términos en los cuales deben interpretarse los hechos. La historia de Jerusalén, al desnudo, es la que se construyó en sus calles sin aceras y sin servicios públicos. 27 Las reflexiones y resultados de la investigación, sobre la informalidad en el intercambio de la propiedad como un ejemplo de pluralismo jurídico, hacen parte de los textos manuscritos de los profesores Daniel Bonilla y Everaldo Lamprea.
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“teóricamente informado” (el Nuevo Pluralismo Legal y el Convencionalismo); y c) con
fundamento en varias herramientas metodológicas (entrevistas semi-estructuradas,
observación e historias de vida).
La decisión de privilegiar un enfoque cualitativo sobre un enfoque cuantitativo estuvo
mediada por varias razones. La primera razón para escoger un enfoque cualitativo fue la
inexistencia de estudios –tanto empíricos como teóricos- que trataran la problemática de la
propiedad extralegal en Colombia o en Bogotá desde el punto de vista del pluralismo
jurídico28. No existe bibliografía que permita identificar las variables o los patrones que
rigen la dinámica interna de la propiedad extralegal ni que expliquen el comportamiento de
la gente o que sondeen sus percepciones alrededor de este tema según este marco teórico.
Este hecho hizo que se considerara que el enfoque cualitativo (más inductivo29) en
contraste con el enfoque cuantitativo (más deductivo30), podría arrojar mejores respuestas.
Si bien existen documentos y tablas que recogen la cantidad de asentamientos informales
que hay actualmente en Bogotá, o el número de predios sin titular, el análisis de ese tipo de
28 Vale la pena señalar el libro de Análida Rincón Patiño, comp., Espacios Urbanos no con-sentidos legalidad e ilegalidad en la producción de ciudad, Medellín; Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Alcaldía de Medellín, Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2005. En este texto se hacen algunas aproximaciones al fenómeno de los barrios de invasión y de la propiedad informal como ejemplos de pluralismo jurídico.
29 “ Esta metodología se asocia originariamente a los trabajos de Francis Bacon a comienzos del siglo XVII. En términos muy generales, consiste en establecer enunciados universales ciertos a partir de la experiencia, esto es, ascender lógicamente a través del conocimiento científico, desde la observación de los fenómenos o hechos de la realidad a la ley universal que los contiene. Resumiendo las palabras de Mill (1973), las investigaciones científicas comenzarían con la observación de los hechos, de forma libre y carente de prejuicios. Con posterioridad -y mediante inferencia- se formulan leyes universales sobre los hechos y por inducción se obtendrían afirmaciones aún más generales que reciben el nombre de teorías. Según este método, se admite que cada conjunto de hechos de la misma naturaleza está regido por una Ley Universal. El objetivo científico es enunciar esa Ley Universal partiendo de la observación de los hechos.” http://www.eumed.net/cursecon/libreria/rgl-evol/2.4.1.htm
30 Este tipo de método lógico suele ser más propio de las ciencias formales mientras que el método inductivo es comúnmente utilizado en las ciencias empíricas. Se dirá entonces que el método deductivo “ (…) aspira a demostrar, mediante la lógica pura, la conclusión en su totalidad a partir de unas premisas, de manera que se garantiza la veracidad de las conclusiones, si no se invalida la lógica aplicada. Se trata del modelo axiomático propuesto por Aristóteles como el método científico ideal”- Véase http://www.molwick.com/tgecv.es/at1-121-metodoscientificos.html
16
información era secundario para el equipo de investigación pues el análisis sobre las
formas de intercambio de la propiedad extralegal no se encuentra en éste tipo de
información numérica y estadística. Mucho menos podía el equipo comprender el
fenómeno y analizar las causas menos evidentes detrás de la conformación de estos barrios
estudiando informes de la Caja de Vivienda Popular o de Planeación Distrital. Por esto, el
grupo decidió que los métodos cualitativos de investigación y el trabajo interdisciplinario
eran las herramientas más idóneas para abordar un problema social como éste.
La segunda razón respondió principalmente a un argumento pragmático. Los estudios
cuantitativos por lo general exigen que el caso seleccionado sea lo suficientemente
representativo –en términos estadísticos- o lo suficientemente grande (una ciudad y sus
diferentes localidades, por ejemplo) para poder comparar variables, correlacionarlas,
establecer entre ellas relaciones de causa y efecto, etc., con el fin de falsear o confirmar
una hipótesis o un postulado teórico. Como es común en éste tipo de investigaciones, optar
por esta vía hubiera exigido tiempo y recursos con los cuales no contábamos. Fue así como
el grupo tuvo que construir un estudio de caso que tuviera límites temporales y espaciales
más modestos y se concentrara de manera exclusiva en Jerusalén31. La principal ventaja al
hacerlo de esta manera y no de otra era que al tener el lugar delimitado pudimos visitar el
31 El grupo de investigación decidió trabajar en Jerusalén (Ciudad Bolívar) y no en otro barrio con orígenes informales por varias razones. La primera razón se sustentó en la idea que estudiar uno de los sectores dentro de Ciudad Bolívar era relevante puesto que todo Ciudad Bolívar ha tenido problemas de loteo informal y dado que es el barrio más grande de Bogotá. Es decir, si la pregunta general de la investigación era sobre la existencia o no de ordenamientos paralelos en los modos de intercambio de la propiedad, Ciudad Bolívar debía tener un papel protagónico. En segundo lugar, vinieron las razones prácticas que privilegiaron este sobre otros barrios. Funcionarios de la Caja de la Vivienda Popular nos recomendaron Jerusalén como objeto de estudio pues era fácil visitarlo con frecuencia porque sus condiciones de desarrollo de urbanismo así lo permitían; el grado de consolidación del barrio era alto (ya era un barrio de más de veinte años desde su fundación); los índices de violencia/seguridad eran manejables; el acceso a él dado el Transmilenio era fácil; y quizás lo más importante para nosotros: las Juntas de Acción Comunal eran conocidas al interior de la Caja de Vivienda Popular por su organización y eso nos permitía contactarlos más fácilmente y trabajar con ellos de manera conjunta en el desarrollo del trabajo empírico.
17
barrio con mucha frecuencia, observarlo y escoger los grupos de personas a quienes
realizarles las entrevistas semi-estructuradas32.
La tercera razón que determinó la forma de trabajo del equipo de investigación, y quizás la
más importante, estuvo directamente relacionada con la naturaleza de las preguntas de la
investigación33. Así, puede decirse que los enfoques cualitativos de investigación
privilegian el conocimiento que surge a partir del contacto directo con las personas, la
descripción y el análisis del contexto cultural en el cual están inmersos, sus significados,
sus símbolos y las perspectivas de los sujetos-objetos. Por el contrario, los estudios
cuantitativos buscan resultados a partir de variables que puedan ser medibles y a la vez
fijadas de antemano por el investigador. Obtienen resultados que pueden expresarse
numéricamente en forma de correlaciones y cadenas causa-efecto; son generalizables,
repetitivos y explican las causas o los hechos de los fenómenos sociales desde “afuera” (al
margen de las experiencias de sus protagonistas)34. De esta manera se hizo claro que la
estrategia cuantitativa tendría como objetivo relacionar y agrupar las respuestas de la
investigación para concluir con datos de fácil comparación y organizarlos de manera tal
que permitieran hacer generalizaciones partiendo de la reconstrucción hecha por el
investigador y no así del aporte particular de cada entrevistado.
32 La entrevista semi-estructurada puede definirse como aquella modalidad que se encuentra a mitad de camino entre la entrevista abierta (donde el entrevistador propone temas amplios y el entrevistado habla libremente sobre su vida) y la entrevista cerrada o el cuestionario rígido (que aplica invariablemente las mismas preguntas a todos los entrevistados). La idea es entonces que el entrevistador vaya preparado con unas pocas preguntas abiertas, que permitan generar relatos y que sean lo suficientemente flexibles como para permitir improvisar preguntas en la marcha, dependiendo de los giros de la conversación. Ver: Bertaux, D (1983). From the life-history approach to the transformation of sociological practice. London, Sage, p. 39; Creswell, J. W. Op. cit., pp. 123-124. Para un tratamiento detallado puede leerse con provecho Guber, R. Op. cit., Capítulo 4, pp. 55-75, donde la autora trata detenidamente la naturaleza de la entrevista etnográfica o no-directiva, como ella las llama. 33 La relación entre tipo de preguntas y tipo de método, es sugerida por Creswell, J. W. Op. cit., p. 17. 34 Cook, T. D. y CH. S. Reichardt (1997). Op. cit., p. 29.
18
Al estudiar entonces ambos presupuestos metodológicos fue evidente que los enfoques
cualitativos estaban alineados con los intereses del equipo y que a su vez contenían las
preguntas de la investigación. A saber, si el fenómeno de la propiedad extralegal en
Jerusalén era o no un ejemplo de pluralismo jurídico y si lo era, ¿cómo era representada y
valorada la coexistencia de dos sistemas jurídicos de propiedad en las prácticas sociales de
los habitantes del barrio? ¿Cuáles eran los códigos y las características principales del
derecho “informal” de propiedad que regía y aún rige entre los habitantes de Jerusalén?
¿Cómo funcionaban? ¿Cuáles son las diferencias de ese derecho informal con el derecho
estatal? ¿Cuáles han sido sus relaciones mutuas? Estas y otras preguntas afines fueron
respondidas a través del trabajo de campo. Estando en el barrio conversamos con los
habitantes de Jerusalén para tratar de entender sus dinámicas, sus nociones y
representaciones sobre la propiedad y los sistemas de intercambio de los lotes35. Aparte de
las herramientas metodológicas utilizadas, el estudio de caso también estuvo “teóricamente
informado”36 y esta fue la segunda característica general de la labor investigativa.
El equipo de trabajo, siguiendo los lineamientos de varios autores de las ciencias sociales,
estuvo de acuerdo en que existe una necesaria relación de reciprocidad entre los postulados
teóricos y los contenidos empíricos de las investigaciones37 y fue ésta una razón primordial
35 Hernando de Soto sostiene que si un gobierno quiere integrar exitosamente los acuerdos extralegales al sistema formal de propiedad, “ tiene que salir a las calles y a la campiña y escuchar ladrar a los perros”. Como argumenta el autor más adelante, “ decodificar” la ley extralegal implica trabajo de campo, “ asumir” la perspectiva de los pobres y “caminar sus calles”. “ Las estadísticas oficiales”, añade, “ no contienen la información que ellos [los líderes reformistas] necesitan”. Ver: De Soto, H. (2004). El misterio del capital. Bogotá, P laneta, pp. 203 y 213 respectivamente. 36 La expresión “ estudio de caso teóricamente informado” es tomada de la propuesta de Willis, P . and M. Trondman (2000). “ Manifesto for Ethnography”. Ethnography Vol. 1 (1), de practicar una “ etnografía teóricamente orientada”. En su manifiesto, estos autores, queriendo superar ciertos postulados del postmodernismo, arguyen que la teoría –en el caso de la etnografía- debe ser un pre-cursor o un medio para los estudios y la escritura etnográfica. La teoría es útil, comentan los autores, “ en relación con la evidencia etnográfica y la ‘energía’ científica derivada de la efectiva formulación de los problemas, y no como teoría por sí misma” (p. 7, traducción libre). 37 La siguiente lista no es exhaustiva, pero ayuda a dar una idea de lo anterior: Willis, P . and M. Trondman. Op. cit.; Creswell, J. W. Op. cit.; Guber, R (2001). La etnografía. Método, campo y reflexividad. Bogotá, Norma; Hammersley,
19
para desarrollar la investigación con los aportes de un marco teórico. Cierto es que la teoría
brinda la posibilidad de construir objetos de estudio más sólidos y le permite al
investigador plantear problemas, preguntas e hipótesis que se prueban o falsean durante el
transcurso del estudio de caso. Es decir, incorporar la teoría al trabajo empírico resulta
válido y útil siempre y cuando el marco teórico tenga la virtud de adaptarse e incorporar las
contingencias que surgen en el terreno.
En nuestro caso, las preguntas de investigación se construyeron inicialmente a partir de la
literatura sobre el fenómeno de la extralegalidad y el pluralismo jurídico38. La corriente
teórica del pluralismo jurídico surge como respuesta al “monismo jurídico. Esta última se
caracteriza por defender la existencia de un solo conjunto de normas que dirigen y señalan
las pautas de conducta, consecuencias jurídicas y los procedimientos válidos para actuar
conforme a derecho.
Desde el monismo jurídico se busca proteger el orden social y político dentro de los
Estados mediante la consolidación y primacía de un orden jurídico oficial. Sin embargo, la
realidad de las sociedades modernas evidencia el pluralismo jurídico que se presenta en
estas. Es decir, que no se rigen por un sistema único, oficial y centralizado de normas. Por
lo tanto, desde un punto de vista descriptivo el “monismo jurídico” es incapaz de hacer una
M. And P . Atkinson (1983). Ethnography Principles in Practice. London, Tavistock; y Strauss, A. y J. Corbin (2002). Bases de la investigación cualitativa. Medellín, Contus – Universidad de Antioquia. 38 Véase, entre otros varios autores: Sally Ingle Merry, “ Legal P luralism”, Law and Society Review, Volume 22, Number 5, 1998. Gunther Teubner, “ The Two Faces of Janus: Rethinking Legal P luralism”, Cardozo Law Review, Volume 13, March 1992. Meter Fitzpatrick, “ Law, P lurality and Underdevelopment” en: David Sugarman (ed), Legality, Ideology and The State, Academic Press, New York, 1983. Gunther Teubner, “ Breaking Frames: The Global Interplay of Legal and Social Systems”, American Journal of Comparative Law, Winter, 1997. Meinzen-Dick, Ruths S. and Rajendra Pradham, “ Legal P luralism and dynamic property rights”, CAPRI Working Paper, No. 22, http://www.capri.cgiar.org/pdf/capriwp22.pdf. Nicholas Blomley, “ The boundries of property: lessons from Beatrix Potter, Canadian Geographer, Toronto: Summer 2004. Tomo 48, No 2. Tamar Wilson, “ The Urban informal Sector, Latin American Perspectives”, Vol. 25, No. 2.
20
buena lectura de aquellas sociedades en donde confluyen y coexisten distintos ordenes
jurídicos al interior de un mismo territorio.
Por otro lado, si la sociedad efectivamente es compleja, no resulta plausible, ni siquiera
desde un punto de vista normativo, defender el ideal de un orden centralizado y exclusivo
de normas, en el cual se rechaza de plano la existencia de órdenes alternos. En otras
palabras, el monismo jurídico desconoce las interacciones pacíficas o conflictivas que se
presentan entre distintos ordenamientos coexistentes en un mismo Estado.
En contraste, el pluralismo jurídico parte del reconocimiento de múltiples ordenamientos y
se encarga de estudiar la relación de intercambio y mutua constitución de aquellos que
conviven, coexisten, y se nutren en un campo social determinado. Así, la pregunta
principal que recoge el pluralismo jurídico, se centra en la posibilidad de encontrar
fenómenos jurídicos distintos y simultáneos a los del derecho estatal.
Partiendo de las anteriores premisas, la investigación tenía dos enfoques claros: primero,
entender la interacción y mutua constitución de dos sistemas jurídicos (en este caso el
sistema informal de propiedad de Jerusalén y el sistema formal de propiedad estatal); y
segundo, describir la manera en que estos son percibidos y valorados al interior de las
prácticas sociales de los habitantes de Jerusalén.
Una vez iniciado el trabajo de campo y de forma paralela se fueron revisando críticamente
las principales tendencias teóricas que abordan y describen el fenómeno del pluralismo
21
legal en el seminario de Pluralismo Jurídico39. Estas incluyen el Pluralismo Legal
Clásico40, el Nuevo Pluralismo Legal (NPL)41 y el Convencionalismo. En el transcurso de
las sesiones el grupo tuvo particular interés por estudiar la corriente el Convencionalismo42
pues sus postulados permiten comprender de mejor manera el sistema informal de la
propiedad en Jerusalén.
Dicho brevemente, el convencionalismo pretende evitar el esencialismo y el funcionalismo
en las definiciones del Derecho. En ese sentido, el convencionalismo no define al Derecho
partiendo de las instituciones jurídicas que lo componen, ni tampoco lo describe como
regulador de patrones de comportamiento (regulador social), o como un cuerpo de normas
sustentadas bajo un poder coercitivo. Dentro de esta tendencia del pluralismo, lo único que
puede afirmarse con certeza es que existen una gran variedad de distintos fenómenos
sociales llamados “Derecho”. Estos fenómenos pueden tener o no elementos afines y el
convencionalismo se encarga de estudiar qué tipo de prácticas sociales son nombrados y
39 Seminario dictado en el primer semestre del 2005 por el profesor Daniel Bonilla de la Facultad de Derecho en la Universidad de los Andes, al cual asistieron todos los integrantes del equipo de investigación. 40 El P luralismo Legal Clásico inicia con las investigaciones que se realizaron en sociedades que se encontraban bajo el régimen colonial de la metrópolis europea. Analizaba las relaciones que se daban dentro de los territorios colonizados (entre el derecho de la metrópoli y los diferentes ordenamientos normativos de carácter indígena o consuetudinario que allí se encontraban). A partir de la década de 1970, el pluralismo jurídico empezó a verse como una herramienta analítica útil para el estudio de sociedades no colonizadas donde gracias a la complejidad de estas (luego de sufrir procesos de industrialización, desarrollo de comercio exterior, hacer reconocimiento de grupos minoritarios) empezaba a evidenciarse la coexistencia de diversas formas de regulación social que era necesario comprender. En este sentido, ya no había razón para limitar el estudio del pluralismo jurídico a las relaciones entre ordenamientos normativos colonizadores y colonizados y por eso surge el Nuevo Pluralismo Legal (NPL). 41 El Nuevo Pluralismo estudia las relaciones que se dan entre formas de ordenamientos estatales y no estatales. Plantea que aquellas formas no estatales de ordenamientos pueden ser consideradas como Derecho si sus características así lo indican. El esfuerzo de estos teóricos ha sido el de comprender diversos fenómenos sociales en los mismos términos del Derecho y llevar a cabo la “ colonización” a nombre del Derecho pues las sociedades complejas tienen numerosos campos sociales semi-autónomos, con sus propias dinámicas normativas, que contradicen el supuesto de que sólo el Estado tiene la capacidad de producir normas y hacerlas cumplir. Clasificar a dichos ordenamientos o campos semi-autonómos como Derecho ha sido labor de estos académicos. Ver: GRIFFITHS, John. W hat is Legal Pluralism? Journal of Legal Pluralism, No. 24, 1986. 42 Véase, Brian Z. Tamanaha, “ A general jurisprudence of Law and Society”, Oxford University Press y "The Folly of the "Social Scientific" Concept of Legal P luralism", Journal of Law and Society, 20, 2, 1993.
22
calificados como Derecho por las personas que siguen esas normas distintas al Derecho
oficial.
Como consecuencia de lo anterior, para ésta corriente teórica la pregunta por la existencia
o no de un fenómeno de pluralismo jurídico alrededor de la propiedad en Jerusalén no
puede entonces responderse atendiendo a los elementos funcionales o de la “esencia” del
Derecho pues “[e]l derecho será lo que la gente convenga en reconocer como tal a través
de sus prácticas sociales en un campo social determinado. Lo que no se identifique así no
será derecho”43. En otras palabras, el convencionalismo establece que la única forma en
que un conjunto de prácticas o de normas sociales puede considerarse un ordenamiento
jurídico o normativo (distinto a aquel del derecho oficial) es si las personas que participan
de él así lo entienden y reconocen de manera explícita. Esta posición encaminó los
interrogantes de la investigación, una vez más, hacia dentro y no desde fuera, buscando las
respuestas a partir de las dinámicas, destrezas, patrones y sentidos que los mismos
habitantes de Jerusalén han construido sobre la propiedad y no, como puede ocurrir, a
partir de definiciones, distinciones y etiquetas externas que pueden ser extrañas –en
términos culturales- a las prácticas sociales de ese grupo de personas.
Finalmente, la tercera característica de la metodología utilizada en el estudio de caso fue el
empleo de varios procedimientos y técnicas de investigación: entrevistas, observación e
historia de vida. Desde un punto de vista técnico, las entrevistas fueron hechas de forma
semi-estructurada. Esta metodología permite dejar un margen suficientemente amplio en el
que cada interlocutor menciona los datos o anécdotas que espontáneamente quiere señalar 43Brian Z. Tamanaha. A General Jurisprudence of Law and Society. Oxford University Press, New York, 2001, p. 197
23
al ser entrevistado. A la vez, permite tener unas preguntas guías que respondan al objeto de
la investigación. El resultado que se obtiene son respuestas sobre el tema indagado,
cargadas de detalles o ideas afines a las originalmente preguntadas, dado el amplio marco
en el que son formuladas y el espacio flexible en el cual pueden ser respondidas. Así, las
preguntas realizadas a los habitantes de Jerusalén delimitaron temas específicos que
generaron espacios amplios de conversación donde al entrevistado le fue fácil referirse a
sus experiencias, sus opiniones, creencias y valores relativos a la propiedad de manera
flexible.
Siguiendo el uso general para este tipo de entrevistas, se diseñaron tres guías de entrevista
distintas. Una para los líderes comunales, otra para los habitantes del barrio, y una última
para los funcionarios de la Caja de Vivienda Popular. Todas las guías fueron fruto de un
proceso colectivo de discusión y se pusieron en práctica sobre el siguiente número de
entrevistados:
Población entrevistada Número de personas entrevistadas
Líderes comunales (miembros de las Juntas de Acción Comunal)
7
Habitantes de Jerusalén (propietarios de lotes) - Personas con título de propiedad - Personas participando en un proceso de titulación predial - Personas sin título predial y que no estaban participando en procesos de titulación - Personas que se consideran “opositores” a los procesos de titulación llevados por la Caja de Vivienda Popular
27 6 9
8
4
Funcionarios de la Caja de Vivienda Popular
5
Total 39
24
El número de entrevistas realizado obedeció al plan metodológico y teórico previamente
diseñado por el equipo de investigación44, que poco a poco fue ajustándose al trabajo de
campo hasta que la información resultante de las entrevistas comenzara a mostrarse
circular y repetitiva. Cuando esto sucedió, al cabo de las 39 entrevistas, el grupo decidió
que las posibles respuestas a las preguntas formuladas ya habían sido agotadas puesto que
los patrones de respuestas, opiniones, o valoraciones de los entrevistados eran los
mismos45. Con esta información, más la que se recogió a través de la observación de
campo y las historias de vida, el equipo de trabajo pasó a desagregar las entrevistas y
analizar la información en ellas contenida para responder a la pregunta principal de la
investigación: la existencia de un fenómeno de pluralismo alrededor del sistema de
intercambio de la propiedad inmueble en Jerusalén.
De toda la información recogida surgieron entre los participantes del grupo de
investigación distintas preguntas relacionadas con aquella pregunta inicial. Dentro de esos
cuestionamientos surgió un interés particular por indagar aún más en las experiencias de
vida de las personas que construyeron el barrio de Jerusalén como testimonio vivo de una
pieza importante de la historia de Bogotá. La riqueza de la información obtenida durante el
trabajo de campo dio pie para acercarse a Jerusalén con el ánimo de entender las raíces de
un problema de la realidad social del perímetro urbano de Bogotá: por qué surgen y en qué
condiciones crece un barrio informal.
44 Ver sección: La pregunta metodológica: el trabajo de campo en Jerusalén 45 Los resultados de todas las entrevistas pueden ser consultados en los manuscritos de Daniel Bonilla y Everaldo Lamprea.
25
Las entrevistas hechas a los líderes comunales fueron, de todas, las más ricas en contenido.
Gracias al acercamiento que se tuvo con ellos por las visitas semanales realizadas al barrio
durante algo más de seis meses, se establecieron buenos canales de comunicación que
permitieron obtener una información cargada de detalles, opiniones, experiencias y
percepciones individuales lo que fue la creación y construcción del barrio. Partiendo de
estas características y aprovechando la cantidad de datos reunidos, se han seleccionado las
entrevistas hechas a tres líderes comunales distintos como recurso investigativo y estilístico
para presentar la historia de Jerusalén.
◙ La respuesta estilística: cómo armar la historia del barrio
Una vez finalizado el trabajo de campo se hizo evidente que la información obtenida en las
entrevistas hechas a los distintos líderes de las Juntas de Acción Comunal servía para
ilustrar los patrones de vivencias y experiencias que el equipo de investigación había
entendido como la historia general o común de los habitantes de Jerusalén46. Se
seleccionaron tres líderes en particular para narrar la historia de este sector de Ciudad
Bolívar porque la unión de estas versiones permite entender los comienzos de Jerusalén de
manera global ya que sus casos son representativos, sus vínculos y orígenes familiares
diferentes y cada uno llegó al barrio en momentos distintos durante la fase de creación y
consolidación del sector. Una de las voces es de la líder del sector de Bellavista la Ye, otra
46 La historia general del barrio dada la repetición en las entrevistas según y como fue explicado en la sección anterior.
26
corresponde a la voz del líder del sector de Paraíso, y el tercer narrador es el líder del
sector de Nueva Argentina47.
Quizás el elemento más importante que permite presentar las historias de vida de estos tres
individuos de manera conjunta es su manifiesto interés por el desarrollo de Jerusalén y la
manera en que han participado activamente dentro de su comunidad para proteger a sus
familiares y vecinos desde el momento en que llegaron a los lotes, donde hoy en día se ha
consolidado Jerusalén. Sin embargo, no resta decir que cada historia es valiosa por sí
misma ya que cada quien, Lucy Estela, Rubén Darío y Francisco Evelio, tiene un referente
individual de cómo ha sido el proceso de construcción no sólo de su casa sino de su barrio.
La historia de Jerusalén, contada a partir de la narración de las memorias individuales y
colectivas de sus habitantes, es el testimonio vivo de cómo los barrios de origen ilegal
surgen ante la necesidad material de personas que compran vivienda de la única manera
que sus posibilidades económicas se los permiten. Este hecho refleja la falta de apoyo del
Estado respecto a los sectores menos favorecidos y da cuenta del déficit de políticas de
vivienda que no se adecua satisfactoriamente a la realidad demográfica de las grandes
ciudades. La informalidad en la construcción y en la compra de vivienda termina siendo
también el resultado del rígido, complejo, y costoso sistema normativo que se funda en
instituciones que sirven para las transacciones de bienes inmuebles entre personas de
estrato tres a estrato seis y no de estrato uno, como lo son miles de personas que viven en
la periferia de Bogotá.
47 Jerusalén está dividido en siete sectores de la siguiente manera: Nueva Argentina, Santa Rosita de las Vegas, Bella Vista la Y, Paraíso, Pradera la Esperanza, Tanque Laguna y Potosí. Cada sector es dirigido por los presidentes de la respectiva Junta de Acción Comunal.
27
◙ Cómo leer la historia del barrio
Los procesos vividos por los habitantes de Jerusalén durante la etapa de creación y
consolidación del barrio están cargados de detalles, experiencias, eventos y temas que
merecen ser contados. Es decir, la historia que podrá ser leída a continuación no es ni
podría ser un recuento apresurado que omita información que para otro tipo de estudios
puede parecer superflua. Los narradores, al describir cómo vivenciaron ciertos hechos,
recurrirán a comparaciones, anécdotas, reflexiones o críticas de eventos anteriores,
posteriores o paralelos que no pueden ser recogidos ni transcritos como si la información
sucediera de manera ordenada y secuencial. Lo cierto es que la realidad del barrio, sus
personajes, las circunstancias e instituciones comunitarias y estatales confluyeron y se
entrecruzaron, creando un panorama social heterogéneo. Sería entonces inadecuado
pretender desagregar esta realidad en busca de claridad expositiva. Por ello, la conexión
entre una y otra intervención no necesariamente se ajustará de manera perfecta como si
fuese una sola persona la que estuviera hablando. Los narradores son personas distintas,
fueron entrevistados de manera individual, pueden tener puntos de vista diferentes sobre
ciertos hechos y cada uno ha tenido experiencias particulares aparte de las que han vivido
de manera colectiva. Entre otras cosas esto obedece a que cada uno de ellos proviene de
circunstancias sociales distintas; algunos de ellos han vivido en Bogotá desde su
nacimiento, otros llegaron del campo.
Con el propósito de proteger el discurso y la perspectiva de cada narrador, pero en aras de
hacer una presentación lo más articulada y coherente posible, el texto ha sido dividido en
nueve capítulos que agrupan temas muy generales de la historia del barrio. Estos nueve
28
capítulos surgen de los contenidos tocados en las preguntas inicialmente formuladas en las
entrevistas semi-estructuradas y sirven para comprender la perspectiva de cada líder frente
a cuestiones tales como: cómo fue la llegada al barrio o las opiniones que cada líder tiene
sobre el valor de participar o no en un proceso de titulación predial.
La interpolación de cada uno de los líderes se encuentra claramente reseñada mediante la
identificación del nombre de quién habla (antes de cada intervención) con el objeto de no
mezclar o confundir la voz de cada narrador. En ciertos momentos del texto se podrá notar
que cada líder tiene unas observaciones y preguntas en mente cuando habla, unas
preocupaciones particulares y unos hechos que recuerda con mayor importancia que otros.
Es decir, la verosimilitud de las historias no responde a criterios de verdad sino que integra
lo vivido como un artefacto que incluye las imágenes, sensaciones y percepciones de la
memoria de cada protagonista. Si bien cada narrador no habla en igual proporción, el peso
y la importancia que conservan cada uno dentro del relato es el mismo.
Esta forma de construcción narrativa servirá para evidenciar que la historia de Jerusalén
participa de un proceso colectivo y plural de conciencias individuales que tiene como
principal objetivo anular la concepción hegemónica propia de un tercer narrador (en este
caso de un investigador del derecho). Apelando a la teoría literaria se dirá entonces que la
narración obedecerá al mismo principio de la novela polifónica48: “(…) combina
precisamente la pluralidad de las conciencias autónomas con sus mundos correspondientes,
formando la unidad de un determinado acontecimiento y conservando su carácter
48 Categoría literaria desarrollada por: Mijaíl M. Bajtín, “ Problemas de la poética de Dostoievski”, Fondo de Cultura Económico, 1993, Bogotá.
29
inconfundible”49. Esta definición, si bien se refiere a obras literarias, puntualiza y enmarca
la historia de Jerusalén contada por sus pobladores ya que el discurso de cada personaje no
está sometido a la imagen objetivizada del autor del texto. Por el contrario, cada personaje
hablará sin consultar la visión de mundo del escritor. Plasmar la historia de esta manera
promueve la horizontalidad en el discurso y la neutralidad de los hechos. Fomenta las
conciencias diferenciadas de cada interlocutor y enriquece la lectura de un problema de
grandes dimensiones. Así, se privilegia la convivencia de opuestos sin intentar resolver
dialécticamente enfrentamientos que podrían llegar a pensarse como irreconciliables.
El texto es pues el recuento de quienes han construido su historia y por eso no es
comentado o analizado, por un tercero narrador, durante la exposición de las ideas. El texto
que se presenta entonces
es dialógic[o], no se estructura como la totalidad de una conciencia que objetivamente abarque las otras, sino como la total interacción de varias, sin que entre ellas una llegue a ser el objeto de la otra; esta interacción no ofrece al observador un apoyo para la objetivación de todo el acontecimiento de acuerdo con el t ipo monológico normal (…) y hace participante, por lo tanto, también al observador50.
El lector del presente texto no puede ser un agente pasivo dada la naturaleza de lo que lee.
No hay un narrador que guíe o interprete la lectura de Jerusalén. Las voces expuestas son
en sí mismas el crudo material a partir del cual cada lector deberá articular la historia del
barrio. De esta manera habrá tantas lecturas de Jerusalén como habitantes del barrio.
Inclusive, se puede decir con toda razón, que de Jerusalén no habrá nunca un sólo relato
sino una pluralidad inacabada, pues su historia no concluye con su legalización ni se 49 Mijaíl M. Bajtín, “ La novela polifónica de Dostoievski y su presentación en la crítica”, en: Mijaíl M. Bajtín, comp., “ Problemas de la poética de Dostoievski”, Fondo de Cultura Económico, 1993, Bogotá, p. 17 50 Ibídem, p. 33
30
congela en las visiones particulares de sus primeros pobladores. Es decir, su historia no
tiene fin y no podría escribirse o delimitarse dónde o cómo culmina.
Será, entonces, tarea del lector participar de esta construcción multiforme y jugar con ella
para entender que su orden no se delimita por una secuencia temporal, sino que por el
contrario confluye en un espacio delimitado. Así entenderá que Jerusalén son todas sus
voces, que no su tiempo, pues éste implicaría que en algún momento ella tiene que acabar.
El espacio urbano que encierra dentro de sus fronteras físicas a Jerusalén, será el único
lugar donde todos sus relatos –los viejos, los nuevos, los que están por contarse- se podrán
encontrar para articular una visión fiel y completa de su enmarañada historia.
Aunque a primera vista el texto puede parecer una estructura caótica y compuesta por
material heterogéneo51, leer la historia del barrio tal como está articulada desvirtúa el
canon monológico52 de las narraciones y se asemeja a textos literarios o históricos que se
han nutrido de diferentes recursos literarios (tales como los que presenta la nóvela
polifónica), para fomentar la horizontalidad, interacción y el contraste de múltiples
interlocutores, perspectivas, y diálogos.
◙ Los personajes
Antes de iniciar la lectura de Jerusalén es importante conocer los personajes detrás de sus
memorias. Esta introducción incluye pues un breve perfil de cada entrevistado con el
51 Mijaíl M. Bajtín, Op. Cit., p. 19 52 “ La misma intención del relato ha de ser totalmente distinta de la de novelas de tipo monológico. La posición desde la cual se desarrolla el relato, se constituye la representación o se ofrece la información, habría de orientarse de una manera novedosa, no con respecto a un mundo de objetos, sino a este nuevo mundo de sujetos autónomos. El discurso hablado e informativo habría de elaborar una nueva actitud hacia su objeto”. Mijaíl M. Bajtín, Op. Cit. P . 18
31
objetivo que la narración no sea una recopilación de fábulas lejanas sino que por el
contrario, el lector se aproxime a ellas y pueda relacionar las historias con personas de la
vida real. Los líderes de la comunidad en Jerusalén no son narradores omniscientes del
texto y tampoco son personajes de ficción; son la voz detrás de sus recuerdos y las familias
que subyacen a su propia historia.
Lucy Estela es una mujer joven pero de edad incierta. Por las mañanas se dedica a trabajar
en el Comité de Desmarginalización o a buscar recursos para traer programas sociales para
la juventud o la tercera edad de Jerusalén. Por las tardes atiende su papelería ubicada en
uno de los sectores más comerciales de Jerusalén. Está casada, tiene dos hijos y sabe que a
veces no le puede dedicar tanto tiempo a su familia porque el compromiso con la
comunidad es un trabajo de tiempo completo. Su vinculación con la Junta de Acción
Comunal (JAC) de Bellavista la Ye es más bien reciente; tiene vecinos y amigos con
mucha más experiencia en el trabajo comunitario, pero para Lucy Estela ser líder es querer
ayudar a la gente y saber enfrentar los problemas con prontas soluciones. Piensa que no es
fácil trabajar con la comunidad, que la gente a veces no se interesa y que su labor puede ser
criticada o mal agradecida. Alega que el Estado muchas veces no tiene los recursos para
gestionar los programas que su comunidad se merece o que se concentra en tecnicismos
que no deben ser lo primordial en Ciudad Bolívar. Sin embargo, se aferra a los reglamentos
y estatutos de la JAC porque eso hace parte de la “forma de operar del Estado” y porque
Jerusalén, para Lucy Estela, no puede quedarse atrás.
Llegó al barrio hace 18 años cuando estaba comenzando el asentamiento de Jerusalén.
Apenas era una niña acompañada de 3 hermanos más. Ella y su familia se instalaron en una
32
casa arrendada pues su padre, quien venía de Guaduas, había sido trasladado a Bogotá.
Recuerda lo difícil que fue acomodarse en esa casa, toda la familia debía dormir en una
sola habitación, y desde muy pequeña tuvo claro que al terminar sus estudios su prioridad
era tener una casa propia para dejar de lado tantas incomodidades. Así, compró un lote de
la misma manera en que su padre adquirió la segunda casa donde vivieron, que es la
manera como ha comprado todo el mundo en Jerusalén: pagando en efectivo y firmando
una promesa de venta. Hoy en día su familia aún vive en Jerusalén, cerca de la casa que es
de su propiedad, y le es fácil encontrarse por la calle con los amigos con los cuales cursó el
bachillerato y se sonríe cuando la saludan y le gritan: “¡Ahí va la abogada de los pobres!”.
Ha seguido de cerca el proceso de titulación que ha gestionado la Caja de Vivienda Popular
(CVP) en Jerusalén, pero reconoce que entendió el valor de tener un título legal sólo hasta
cuando inició su trabajo en la comunidad. Nunca ha dudado que el lote que compró es de
su propiedad, y que la casa que está a su mano derecha y a su mano izquierda es de tal o
cual vecino (así los terrenos sean de invasión); para eso existen y se usan las cartas de
compraventa. Sin embargo, para ella, como para muchos habitantes del barrio, los títulos
de propiedad nunca hubieran sido una preocupación a no ser por el trabajo de difusión
hecho por las JAC y la CVP. Agradece que en su sector no haya oposición fuerte al trabajo
de las JAC, como sí lo hay en otros sectores de Jerusalén donde hay personas que se han
nombrado voceros de los Gaviria (los propietarios originales del terreno donde hoy en día
se encuentra Jerusalén) y entorpecen el proceso de titulación predial liderado por estas dos
instituciones.
33
Para Lucy Estela el problema grueso de Jerusalén no es que existan o no títulos de
propiedad, al fin y al cabo los procesos ya se han iniciado y aunque vayan lentos en los
juzgados ya hay pruebas de que los títulos salen y les seguirán saliendo. Su preocupación
real es que la mentalidad de sus vecinos no les permite entender que como barrio, como
parte integral de Ciudad Bolívar, deben tener visión de ciudad para hacer parte de Bogotá y
ser partícipes de los procesos de modernización de la misma. Pero para que el barrio crezca
y se desarrolle se necesita inversión e infraestructura, dice ella, más programas sociales,
más participación comunitaria y menos politiquería; temas que Jerusalén pide a gritos y
que las JAC no pueden resolver por sí mismos.
Francisco Evelio, a diferencia de Lucy Estela, se preocupó por la legalidad de su lote y por
la seguridad de su vivienda desde el momento en el que llegó al barrio y se ubicó en el
sector que hoy en día se llama Nueva Argentina. Apenas empezó a escuchar que los
propietarios originales de los terrenos53 habían demandado al Estado por la invasión,
indagó en la Alcaldía Mayor y en la Presidencia de la República en busca de la manera de
proteger su tenencia. Sabía que el título legal no sólo lo protegía como propietario sino que
también le iba a permitir incorporarse en un programa de mejoramiento de vivienda,
aplicar para un subsidio, o acceder a un crédito. En el momento no obtuvo una respuesta
favorable de las entidades públicas y decidió que lo más inteligente era iniciar un proceso
de titulación con uno de los abogados que llevaba procesos de titulación en Ciudad
Bolívar: Octaviano González. Todavía no ha obtenido título legal que lo documente como
propietario en Jerusalén pero sabe que en este punto del proceso no resulta muy práctico
53 La familia Gaviria.
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entrar a participar en el programa que dirige la CVP54. Sin embargo, es un hombre
proactivo que sigue de cerca a los abogados (los cuales a veces se demoran más de lo
deseado rindiéndole el reporte sobre el estado del caso en el juzgado); y a la vez apoya la
gestión de la CVP porque considera que la comunidad tiene mayores garantías trabajando
con una entidad del Distrito (que está vigilada) que con los abogados particulares.
Su hermano compró un lote en Jerusalén desde 1982 y él, quien es originalmente del Valle
del Cauca y que vivió en Bogotá en el barrio Venecia, se pasó a Jerusalén en 1994. Antes
de mudarse estuvo averiguando en otros barrios similares pero la razón principal que
motivó su compra en este sector de Ciudad Bolívar fue la vista panorámica de Bogotá que
le ofrecía el sector de Nueva Argentina en Jerusalén. Al momento de perfeccionar el
negocio le cobraron $165.000 pesos (sin ningún gravamen o impuesto) por el lote que a su
vez ya había tenido varios propietarios. Su primera casa la construyó solo y gracias al
apoyo económico prestado por una profesora de Bellas Artes de la Universidad Nacional y
según los planos que le diseñó un arquitecto llamado Rafael por la suma de $20.000 pesos.
A medida que fue aumentando su patrimonio, dejó su trabajo de celador, abrió una
marquetería en el norte de Bogotá, y compró un segundo lote en Jerusalén; éste con menor
inclinación que el anterior pues una de sus metas personales en la vida era comprar un
carro y el garaje de esa primera casa quedó inhabilitado por problemas en la construcción.
Se ha dado a conocer en la comunidad por su gestión en el programa de pavimentos, que
asegura comenzó en su cuadra en la carrera 47 A, y por su trabajo encaminado a legalizar
54 Si se quiere tener mayor información sobre los programas de titulación dirigidos por la Caja de Vivienda Popular, ésta se puede obtener en la página web de esta entidad: http://www.cvp.gov.co/index.asp
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el alumbrado público e implementar los contadores de luz en Jerusalén. Sabe que las
dinámicas comunitarias han cambiado; las peleas más fuertes se dieron mientras el barrio
se constituía pues él y sus vecinos carecían de servicios públicos y tenían que luchar
constantemente contra los policías que querían desalojarlos. También recuerda que entre
los mismos vecinos podía haber confusiones sobre quién era el propietario original de un
lote cuando un día cualquiera amanecía una familia en el lote que ya había sido pagada por
alguien con anterioridad. Recuerda Francisco Evelio que el problema se solucionaba
utilizando “banderas” que identificaban los territorios y con las promesas de venta. Hoy en
día ha manejado recursos del Distrito para remodelar la cancha de fútbol y el parque de su
sector y sabe que contratar con el Estado implica responsabilidad y un deber de
transparencia. Una de sus preocupaciones es que la comunidad a veces no entiende cómo
operan las JAC y critica sin conocer los proyectos de líderes como él. Peor aún, piensan
que el Gobierno va a ir al barrio a resolverles los problemas o simplemente son escépticos
frente a los procesos, como el de la titulación predial, hasta tanto no vean las sentencias
judiciales.
Pero el líder de Nueva Argentina termina los días con tranquilidad de espíritu porque sabe
que se ha esforzado por comunicarse con la comunidad de manera clara, y que él y sus
compañeros han intentado sacar el mayor beneficio para todos. Tratándose de la titulación,
dirá él, lo más importante es que cada quien se meta en el proceso que le brinde mayores
garantías a precios cómodos.
Rubén Darío, es un hombre de izquierda que se ha preocupado porque su comunidad
reciba la atención y el respeto que el Estado les debe dar. Ha trabajado en construcción, en
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política, y hoy en día es el líder del sector Paraíso. Se considera un hombre familiar y hoy
en día es padre de 5 hijos y ahora un abuelo joven. Pagó $60.000 por su lote en dos cuotas;
suma que aún cree que fue alta para el momento en que compró (1981) pues los demás
lotes valían entre $5.000 y $35.000. Pero el afán y las ganas de perfeccionar el negocio
fueron determinantes a la hora de comprar. Así, se mudó al barrio en el día del amor y la
amistad, cansado de pagar arriendo, atendiendo a las súplicas de su esposa, y con una
promesa de venta que certificó ante un notario. Poco a poco, durante cinco o seis domingos
y con la colaboración de sus vecinos fue construyendo su ranchito y manifiesta con orgullo
que el trabajo conjunto le ha dejado estrechos lazos de amistad. Apenas terminó su casa
ayudó a gestionar un proyecto de autoconstrucción de 16 viviendas para otros vecinos y
esto rápidamente lo consolidó en el barrio como líder de la comunidad.
Rubén Darío luego se enfocó en construir la primera escuela de Jerusalén y participó en la
Asociación de Padres de Familia y en la organización de las siguientes nueve escuelas del
sector. Las arrugas que rodean sus ojos son una muestra más de que su trabajo no ha sido
fácil. Ha tenido que enfrentarse con la policía, ahuyentar a los políticos y negociar con
altos funcionarios del Distrito para la legalización de Jerusalén, la adecuación de los
servicios públicos y para iniciar los procesos de titulación. Esto ha implicado luchar contra
los prejuicios que otros tienen de los habitantes de Ciudad Bolívar. Sin embargo, la
comunidad siempre lo ha apoyado. Asegura que en los distintos momentos de desarrollo
que ha enfrentado el barrio, todos sus habitantes fueron capaces de organizarse para luchar
por las mismas causas: el agua, la luz, el gas, etc. Después de vincularse con la JAC de
Paraíso, tomó las riendas de los procesos de titulación que las demás JAC estaban llevando
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con el abogado Octaviano González y se ha encargado, con mano fuerte y un trabajo
constante, de organizar a la comunidad para que trabaje con la CVP.
Rubén Darío no duda que las promesas de venta son útiles para identificar quién es
propietario de qué lote, pero sabe que el derecho de propiedad sobre los terrenos en los que
habitan él y sus vecinos no se mide únicamente por eso. Asegura él que las promesas de
venta son recibos informales, un simple papel que puede perderse y ensuciarse. Dicho de
otra manera, las promesas de venta no los acreditan de manera exclusiva o preferente como
propietarios pues las dinámicas del barrio han generado otras formas de validar las
relaciones de las personas con los inmuebles. Por eso valora las estrechas redes de amistad
existentes dentro de la comunidad. Cada quien puede atestiguar cuánto tiempo lleva su
vecino en cada casa y ninguna ley ni ningún Gaviria puede cobrarles lo que ya han pagado.
Él considera que el hecho que les hubiera tocado conectarse los servicios públicos por sí
mismos, al igual que luchar por la legalización del barrio, es un gesto suficientemente
diciente de vivienda y construcción de la propiedad como para que sus derechos como
propietarios pendan de un papel. La confianza entre las personas, dirá Rubén Darío, es más
importante que el título legal. No obstante, cree en las instituciones, apoya el proceso de
titulación de la CVP y denuncia la poca participación que han tenido los políticos que
representan a Ciudad Bolívar.
Sin embargo, estas tres personas tienen voz propia y es ésta la que merece ser escuchada.
En adelante, Lucy Estela López, Rubén Darío Silva, y Francisco Evelio Marín narrarán la
historia de Jerusalén, un barrio de la periferia de Bogotá. ◊
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Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque (...) pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos.
- Italo Calvino
♦ Capítulo uno: la llegada al barrio _________________________________________________________________________ Nadie quiere ser un arrendatario en la ciudad… Lucy Estela López ¿Y es necesario decir la edad? A una mujer no se le debe preguntar
la edad ni a un hombre el peso. Eso que quede claro. Mi nombre es Lucy Estela López... A
ver... no, una persona común y corriente, ahorita presidente de la Junta de Acción
Comunal. Trabajo independiente e igual trabajó con el Comité de Desmarginalización
siendo la Presidente de los demás presidentes de las Juntas de Acción Comunal. Tengo dos
hijos, esposo. Siempre dicen que los que son de las Juntas de Acción Comunal -las
señoras- los esposos terminan separados porque ellas le dedican mucho a la comunidad.
Eso es verdad, yo creo, no porque vaya a terminar separada, pero porque uno sí tiene que
dedicarle muchísimo a la comunidad, tanto que en las mañanas nunca estoy en mi
papelería.
Lo bueno de barrios como Jerusalén es que se han hecho a la par con las mismas personas.
Yo me acuerdo cuando yo llegué al barrio, hace 18 años... A mi papá lo trasladaron de otra
ciudad a trabajar acá y trabajaba como guarda de seguridad con la Fundación Social. Ellos
tenían unos terrenos en la parte de arriba de Jerusalén, que es al lado del palo del ahorcado,
que es el árbol de la vida, que es donde se hace la procesión de Semana Santa. Él era
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guarda de ahí y entonces pues donde va el jefe del hogar va su familia al pie ¿no? Entonces
fue un traslado, vivíamos en Guaduas, Guaduas al lado de Villeta, y nos vinimos hasta
Bogotá… siempre la expectativa de todo el mundo es llegar a Bogotá ¿no? Ver qué pasa en
Bogotá.
Francisco Evelio Marín Yo llegué a conocer estas tierras en el 82 cuando comenzó la
invasión. En ese momento ya llevaba como un año la invasión de todos estos terrenos y en
ese entonces había muchas chocitas, demasiadas. Mi hermano fue el que primero se enteró.
Él compró un lote acá. En ese entonces le costó $3.000 pesos, en el 82. Yo estaba de recién
llegado, yo vengo del Valle, norte del Valle y yo estaba recién llegado y yo no tenía plata y
vine a buscar trabajo. El que compró fue mi hermano y él me llevó a conocer el lote.
Entonces yo del 82 al 94 ahorré una plata y con esa plata ya comencé a buscar. Por eso le
digo yo que llevo más de 11 años acá, porque del 94 al 2004 y ahoritica al 2005, once años
más del 82 al 94.
Nosotros vivíamos en Venecia y mi hermano tenía su lote pero lamentablemente la familia
de él no lo quiso seguir a Jerusalén entonces lo vendió. Vendió el lote y yo dije: algún día
tendré yo con qué comprarme un lote. Y a los dos años, a los dos años exactamente ya
tenía un ahorro y empecé a buscar dónde comprarme un lote. Yo estuve buscando en
programas allá en Monte Blanco, en Usme, estuve en Bosa y ninguno de esos sectores me
gustaba porque desde allá yo no veía Bogotá. Un tío vivía allá en Jerusalén y me dijo: “y
por qué no compra allá en seguida que están vendiendo un lote enseguida de mi casa”. Y
yo, “pues hay que hablar con el dueño, cuánto pide y cómo son las facilidades que me da
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para pagarlo”. Y así fue, él me puso en contacto con el señor y llegué a hacer negocio con
él y de allá me sentí mejor porque yo desde allá veía Bogotá.
Yo quería ver a Bogotá, sí, porque es que en Monte Blanco usted no ve a Bogotá, usted no
lo ve y en Bosa menos y entonces yo no me quise mudar allá porque en esos barrios no se
veía la ciudad. Yo quería pararme todas las noches y ver Bogotá y estar en Bogotá.
Entonces se me presentó la facilidad y la forma y... Yo me acuerdo que me cobraron
$165.000 pesos por ese lote y di $80.000 pesos de cuota inicial y pagué cuotas mensuales
de $10.000 pesos, exactamente así lo pagué.
Rubén Darío Silva Yo llegué en el año 81 y me pase en el día del amor y la amistad pero
compre el lote como dos mesecitos antes. Durante esos dos meses lo que hice fue mi -lo
que llamábamos aquí- mi ranchito. Venía los domingos a trabajar con mi familia, mis
hermanos, mis hijos; pues no tenía sino dos hijos en ese tiempo, pero estaban bebés y
porque yo, mientras formé mi hogar, no pagué arriendo sino durante dos años no más.
Entonces con mis hermanos venía a hacer mi ranchito. Fueron como cinco o seis domingos
no más que trabajamos y me pasé el día del amor y la amistad.
Yo vivía en el barrio la Chucua, al lado de la Sevillana, y trabajaba por ahí mismo. Me vine
a Jerusalén básicamente por no pagar arriendo, básicamente por eso, pero no más eso es
toda una anécdota.
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A mi mujer no le gusta deber un peso, entonces cuando se vencía el día del arriendo por ahí
un miércoles –a mí me pagaban todos los sábados- pasaba el miércoles, el jueves, el
viernes y el mismo sábado y ella no salía del apartamento. Se encerraba y eso para mí era
catastrófico. Cuando yo descubrí esa situación, porque yo duré un poco de tiempo sin
saberlo, hasta que la dueña de la casa me dijo: “mire don Rubén, no le puedo arrendar más
el apartamento porque su señora me está dañando las paredes porque está cocinando allá
adentro cuando nosotros tenemos una cocina, un espacio para eso”.
Cuando la dueña le preguntó a mi mujer que por qué no salía ella dijo que como se había
vencido el arriendo le daba pena salir pues no teníamos plata para pagarlo. Ella no me
dejaba atrasar en un mes para nada, por eso, porque me hacía la cantaleta que me
consiguiera la plata para el miércoles o si no que el jueves o si no que el viernes, pero yo
llegaba con la plata era el sábado por la noche y pagaba el arriendo hasta el domingo.
Entonces eso me aburrió y me hizo hacer un esfuerzo y cuando le dije a ella lo de aquí de
Jerusalén, ella dijo que no le importaba y aquí vinimos a meternos. En esos dos meses me
la montó: eso quería que lo comprara y al otro día que nos pasáramos -¡eh no que carajo!-
Eso también me hizo comprar el lote bien caro.
Lucy Estela Como llegamos en la época en que apenas estaban haciendo el
asentamiento... Hace más o menos 18 años, más o menos en el 87, en ese entonces apenas
se estaba formando el barrio, que veridicamente es por invasión, eso sí, se supone que esos
terrenos tienen unos dueños. Pero si cada quién empieza a apropiarse y a ser poseedor ahí
ya va perdiendo la propiedad el que estaba primero de dueño. Y había muy pocas casas,
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entonces vendían lotes ¿sí? Igual, uno llega a cualquier parte que apenas está empezando,
entonces llegó mi mamá y mi papá y les vendieron un lote que en ese momento todavía era
supuestamente de los Gaviria; ellos son los dueños de todo el terreno de Jerusalén.
Recuerdo que cuando yo llegué había muy pocas casas. El barrio más marginado era Potosí
con casitas de Paroi. Yo llegué con mi papá y mamá que tenían cuatro hijos a pagar
arriendo... Después de pasarnos era el tema de los servicios públicos ¿no? Empezar a eso:
era como pasa ahorita en Soacha, salir a las tres, tres y media de la mañana a las canecas en
las que se recogía el agua porque llegaba el carro tanque de esa época. ¡O sea que con
todos estos cálculos yo estoy viejísima!
No sé si el lote era muy caro o muy barato para esa época, pero parece que era asequible al
bolsillo de los que tuviesen trabajo porque se pobló rápido ¿ves? Jerusalén se pobló rápido.
Eso, así, y entonces nos vinimos a vivir a la casa, luego arreglarla, y eso. Ya después creo
que en mí caso lo principal era estudiar y trabajar por la comunidad porque yo también
quería; yo quería tener una casa propia como la de mi papá.
Rubén Darío Un compañero de trabajo de ese tiempo tenía un lote, yo se lo compré fue a
él: a un compañero de trabajo y imagínese: compañero de trabajo y me pilló en la
necesidad entonces me lo vendió bien caro. Resulta que aquí valían mas o menos...
empezaron a venderse lotes de $5.000 pesos hace 23 - 24 años. Ya estaban en $35.000
cuando yo llegué a averiguarlos y a mí me lo empujaron en $60.000, casi el doble por el
afán, por la gana de comprar. Me pillaron la gana y dijeron “este es marrano” y yo tenía la
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plata y pues la pagué. Hoy en día no me arrepiento pero en ese primer añito me dolió
mucho.
Francisco Evelio El lote me lo vendió una señora María, no me acuerdo María qué, ahí
tengo el documento pero yo ya ni lo miro. Sí, incluso ella lo compró como por negocio
porque ella al parecer no lo necesitaba. Incluso ese lote se lo había dado a una hermana
para que se lo fuera pagando y la hermana nunca lo terminó de pagar entonces ella lo
desocupó para que la señora María me lo vendiera. Y así adquirí yo ese lote, de la señora
que ya lo había comprado a un Socio y que después me lo vendió a mí. Eso sí, yo me
acuerdo de esa historia e incluso aquí abajo, al pie de la universidad, estaba la choza que
era donde las personas que cuidaban todos esos terrenos vendían los lotes. A esa persona le
dieron orden para que comenzara a vender lotecitos y así comenzó a vender lotecitos esa
señora. Sí, esa historia sí la escuche, pero no, la señora a la que yo le compré fue ya una
tercera, una cuarta compradora.
Desde ese entonces yo construí el primer pilar de mi casa. Mi primer base y realmente he
pensado en venderla y me ha dado pesar. Y ya pues con el tiempo pude comprarme otro
lote y construir otra casa. Otra casa que es donde actualmente vivo. Pero la primera casa la
tengo todavía. Es más, fue tanta la emoción y tantas las ganas que tenía de construirla que
conseguí un arquitecto y me hizo planos y todo para esa primer casa.
Rubén Darío A mi compañero de trabajo le había vendido un familiar. Era uno de los...
un familiar de él era uno de los que cogió aquí como 60 - 70 lotes. Un Socio. Entonces él
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no me puso allá con el familiar porque sabía que me lo vendería por ahí en $15.000 o
$20.000 o $30.000 pesos sino que me vendió el que él tenía. Él tenía dos lotes. Me dejó
uno solo, yo vine y miré ambos lotes y escogí el mejorcito de los dos. Entonces después
fue que supe todo el rollo ya cuando me pasé aquí: quién era el fulano y por qué había
llegado también aquí; porque era familiar de uno de los que había cogido hartos lotes aquí,
un Socio. Era como primo o algo así, o sobrino era la vaina.
Yo ya había averiguado en otros lados: allá mismo por la Ochucua habían lotes vacíos en
ese tiempo por allá y en ese tiempo eran de $500.000, $700.000 ¿si? Ya casa completa por
ahí de un millón, millón doscientos en ese tiempo y a mi no alcanzaba para eso. Entonces
miré uno de los dos lotes y el compañero me dijo que valía $60.000 pesos. Eso me ganaba
yo en 15 días en el trabajo que tenía en ese tiempo, en 20 días, máximo en un mes me
ganaba yo esa plata y entonces le dije que si me daba el chance yo se la pagaba en 2
quincenas. El aceptó.
Él me mostró el documento y eso era todo lo que se necesitaba para comprar el lote. Se
suponía que él era muy honesto... lo único es que me hizo fue la jugada: no me presentó
ante el tipo que los vendía más baratos sino que me vendió el de él y se ganó una platica él.
No fue más. Él no me tumbó a mí, no. No me siento tumbado por él, simplemente que él
supo hacer un negocio, eso fue. Pero fue más mi afán porque como yo le contaba las cosas,
que yo estaba comprando lote, que estaba buscando, que estaba tal la vaina, entonces fue
cuando él me dijo, “camine miramos el mío”. Vinimos un miércoles y al sábado le di la
plata.
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Le pague el lote en dos tandas; en dos quincenas. Hoy en día no me arrepiento porque para
qué. Pero el hombre con esa plata fue y se compró uno por allá en Bosa y ahí seguimos de
amigos un poco de tiempo más pero después fue que conocí la historia de que me había
dado en la cabeza pero ya qué más da...
Francisco Evelio Yo era celador y trabajaba de noche. Cuando me tocaba libre de día me
ponía yo mismo a hacer las zanjas para levantar cimientos y donde yo trabajaba había una
profesora de la Universidad Nacional y ella me aconsejaba mucho. Entonces fue cuando
ella, ella era profesora de bellas artes, me dijo: “mira, yo te voy a ayudar ¿compraste el
lote?” Y yo, “sí”. “Y bueno, te voy a ayudar, qué necesitas”. Yo “no pues para separar
bases”. Me dijo, “te voy a contactar con un amigo mío que es arquitecto para que vaya y
que te cobre barato”. En ese entonces me cobró $20.000 pesos por los planos y me lo hizo
en tres etapas para que pudiera construir fácilmente.
El arquitecto se llamaba Rafael, pero no me acuerdo el apellido. En todo caso el hombre no
conocía más allá de la 3ª con 30, más al sur no conocía. Cuando yo lo llevé al lote, en ese
tiempo no subían carritos, lo subí a pie y me dijo, “Oiga, esto es otro mundo”; él se quedó
asustado, me dijo: “realmente mire, mire qué riqueza la que hay acá tan tenaz”. Y yo, “sí,
pues acá es... aquí se está explotando, se está explotando y se empieza a explotar una
riqueza grandísima que hay acá pero cada cuál mira la riqueza desde el punto de vista
propio. Por ejemplo usted como arquitecto, la riqueza suya es cómo hacer los diseños de
unas casas bien bonitas acá, ¿cierto?” Y me dijo, “sí”. Y yo, “Exactamente, en cambio la
riqueza de nosotros es mirar cómo logramos hacer un ranchito para meternos y no
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mojarnos”... Y sí, él llegó hasta el terreno y me dijo que era una pendiente pero que igual
me diseñaba los planos. Cuando me los dio, comencé a construir con base a esos planos.
A mí me tocó conseguir maestro, obvio, porque realmente solo no podía construir.
Escasamente me alcanzaba el tiempo para escarpar por ahí a ratos no más. Pero la labor
más hermosa fue el apoyo que me dio esta profesora porque ella me dijo: “mire Evelio,
este cuadro ya lo terminé de pintar, si lo vendo en este mes yo le presto la plata para que
compre sus bases”. Y a los quince días vendió el cuadro y ahí mismo me llamó y me dijo,
“mire Evelio, sagradamente, toma, te presto la plata para que compres tus bases”. Y la
emoción mía fue tan grande que inmediatamente fui y me compre, fui y me compré –me
acuerdo- 30 viajes de piedra y cada viaje de piedra eran 150 piedras y lo más triste era que
me tocaba cargarlas como media cuadra al hombro; duré como 3 días en esas.
Esa primera casa yo la tengo arrendada. La tengo arrendada pero le he abierto venta con
nostalgia y con pesar pues no me dan lo que es por ella. El otro lote está ahí a media cuadra
y es más plano y entonces mi visión siempre era que el día de mañana yo iba a tener un
carro e iba a meter el carro al garaje. En el primer lote no podía porque con la construcción
quedó en escaleras. Entonces yo veía el otro lote más plano, lo veía como más fácil de
construirlo y con el acceso más fácil. O sea, son metas, son metas que yo tengo y las metas
pues hay que cumplirlas. Mi meta era esa, me gusta ese lote y lo voy a negociar y lo
adquirí, y ahí pues le metí más plata que a la otra casa inicial, más que todo fue así la labor.
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Lucy Estela En ésta casa en la que estamos ahora le podría decir que, a ver, se la compre
a una señora. Pero venga, yo creo que la historia es como igual a la de mi papá: la señora a
la que yo le compré le compró a otro señor, y el señor que le vendió a ella le había
comprado a otro ¿ves? O sea que aquí el terreno ha pasado como por cuatro o cinco manos.
Yo incluso tengo las compraventas porque a la señora que le compré me dijo, “es que yo le
compré a don señor y don señor le compró a Pepito y Pepito le compró a Pablo”. Pero decir
dónde empezó el núcleo, no sé, no sé, pero sí ha pasado más o menos por cinco manos. Y
cuando yo compré era sólo un lote de siete por catorce metros y una casita prefabricada de
dos alcobas y una cocina y ya. Era un lote en bajadita pues Jerusalén por lo regular es una
zona de inclinación y el lote aquí era con algo de inclinación.
Una de mis ideas siempre era que yo también quería casa para cuando tuviera mis hijos.
¿Por qué yo siempre decía que tener casa? Porque cuando nosotros llegamos a Bogotá con
mi papá y mi mamá, y te digo que somos cuatro hermanos, en ninguna parte casi que nos
querían arrendar por ser cuatro. “¡No, ustedes tienen cuatro hijos! mucha gente! ¡Gastan
mucho agua!”. Eso a mí siempre me quedó marcado. Entonces yo creo lo mismo que mi
papá, él decía: “lo primero que hay que hacer es comprar un lote y construir”. Lo primero
que mi papá construyó fue sólo una alcobita y una cocina pequeña y en la alcoba
dormíamos todos seis.
Rubén Darío En el transcurso que levanté mi ranchito la gente misma me cuidaba la
herramienta, los vecinos me cuidaron las herramientas sin conocerme. Dejé los 500
bloques que compré inicialmente encima del lote. Los dejé una semana ahí tirados (hoy en
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día no se puede hacer esa gracia pero en ese tiempo sí se podía, la gente era muy honesta) y
no se me perdió ni un bloque. No se me perdió ni una palada de arena cuando en ese
tiempo era que se necesitaban los bloques y las arenas. Ahora las cosas no son así; ahora
usted deja un bloque ahí y ese bloque no le amanece.
A mí me pareció muy honesta la gente por aquí. Los mismos vecinos me ayudaron y yo
después también tuve que portarme de la misma manera; “venga vecino le ayudo a parar
esto, es que esto se hace así, que tal, que esto se hace asá y tun tun, tun tun”. Yo había
trabajado en el ramo de la construcción en ese tiempo pero en la ornamentación y no la
mampostería, entonces ellos me ayudaron. Y claro, entonces yo tuve que echarle más
papas al asado, tuve que traer más carne, tuve que traer más ajícito, todo eso que traía yo
para darle a mis hermanos pues me tocaba rendirlo (ahí sí como dicen: “echarle mas agüita
a la sopa”).
En ese tiempo no había tanta necesidad de trabajar los dos, con un salario alcanzaba, hoy
en día no. El hombre era el que aportaba a la casa y la mujer hacía el cuidado a los niños y
el oficio doméstico más el oficio de conseguir el agua; y el mercado porque no había las
tiendas aquí, tocaba ir hasta San Francisco a hacer un mandado para lo del desayuno. O
nosotros los hombres traíamos desde por allá el paquetico de los plátanos, de las cebollas,
del pan y la leche todos los días. Entonces casi todos nos subíamos en el carrito con un
paquetico o con un maletín o con una bolsa o lo que fuera pero todos nos subíamos con
algo, y así se acostumbra uno.
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♦ Capitulo dos: los problemas del asentamiento _________________________________________________________________________ El terreno no está listo para ser construido...
Rubén Darío Las primeras organizaciones se empezaron a crear para conseguir el agua,
para conseguir los servicios públicos, para arreglar las vías, para ayudar a la gente nueva
que iba llegando a parar esas latas, es decir, y no era “organización”, era voluntario: aquí
no había que organizar a nadie. Uno veía un trasteo llegar y todos íbamos a ayudarle.
Como había la iniciativa no teníamos que hacer el combo; llamar para que vinieran y para
que le ayudáramos a otro, NO. Como no habían carreteras diseñadas, eran caminitos de
trocha, entonces inclusive hasta para guiarnos en la entrada nos ayudábamos: ver por
dónde entraba el camión, por dónde entraba el carro.
Francisco Evelio En ese entonces éramos un grupo que estábamos peleando por el
beneficio del agua, por el beneficio de luz, por el beneficio de gas, por el beneficio
telefónico, por todo eso se peleaba y en ese momento no estábamos pensando en
pavimento ni en nada de esas cuestiones.
Lucy Estela Todo lo ha hecho la misma comunidad…entonces es eso… es irse formando
uno como persona con el mismo esfuerzo. No es igual que uno llegue a una urbanización a
vivir y ya están todos los servicios, ya está la casa diseñada, ya está todo listo...
Francisco Evelio Los carabineros que están allá abajo no querían que nosotros
invadiéramos esos terrenos, o sea, los terrenos ya estaban invadidos pero ellos querían
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apropiarse de todos esos terrenos para ellos, para montar su escuela de caballería ¿sí? A
ellos les dieron ese predio y entonces comenzaron ellos a montar su estación ahí y no
dejaban subir los carros con los materiales para construcción para que no construyéramos
porque ellos nos pensaban hacer desalojo. Entonces en vista de eso nosotros fuimos más
inteligentes: por la noche hablamos con los depósitos de materiales y ellos nos vendían el
material por la noche, luego se subía el material y se trabajaba toda la noche en la
construcción. Al otro día amanecían dos o tres casas construidas, cuatro casas, y así
sucesivamente hasta que por fin pudimos superpoblar Jerusalén y ya no pudieron sacarnos.
Esa fue una historia real.
Rubén Darío La policía venía a hacer desalojos porque es que resulta que esto siempre
era invasión. A la policía nunca se enfrentaron los vendedores de los lotes: ellos eran los
primeros en salir corriendo porque ellos no tenían trasteo, ellos nunca vivieron aquí, nunca
se pasaron, ellos cogieron fue el negocio de la venta de los lotes y se largaron. Entonces
venían eran los carabineros que tenían la base asentada aquí abajo. Venían a caballo,
entonces lo que hacían era amarrarle un lazo a la silla del caballo y los 4 palitos amarraban
uno sólo y tumbaban el rancho; y si era para tumbar un muro que se supone que el muro
estaba fresco ponían al caballo a que le diera una o dos patadas al muro. Y a la gente que
estaba trabajando ahí hasta el caballo le echaban por encima. Entonces le tocaba a uno
volverse a sentar por la noche a trabajar y ellos luego volvían con una linterna y nosotros
con antorchas porque en ese tiempo no había luz; con tarritos y antorchas para poder mirar
y volver a parar el ranchito que los caballos habían tumbado durante el día. O muchas
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veces los tumbaban entre semana y uno venía el domingo y lo encontraba todo tumbado; a
mí no me pasó eso pero a algunos sí les pasó.
En ese tiempo en una semana fácilmente podían entrar 100 familias. Claro, porque es que
fue la época en que esto se pobló: es que esto se pobló en dos años. Claro, unos de aquí
otros de allí –es que este es el barrio más grande de Bogotá ahora- entonces podían ser 100
familias y para los carabineros era imposible de controlar. Ellos venían a tumbar ranchos
todos los días y no daban abasto. Hasta que finalmente se cansaron, duraron como 2 años
jodiéndole a eso y se cansaron; ya no podían más. Ya algunas casas tenían columnas y
paredes completas, bien hechecitas, porque en ese tiempo y en estos barrios el común de la
gente eran trabajadores de la construcción ¿sí? La mayoría de las personas eran eso:
trabajadores de la construcción. Entonces muchos hacían sus casitas bien desde el
principio, otros no. Entonces los que no sabían de construcción hacían su rancho de Paroi
que ese sí cualquiera lo hace. No es sí no tener voluntad y ganas de hacerlo y ya se hace.
Esos ranchos eran los que estaban tumbando los carabineros, pero si los carabineros se
llevaban presa una persona no la tenían más de 24 horas. Se lo llevaban ese domingo y por
la tarde del lunes lo soltaban; no había cargos ni había quién lo demandara. No había nadie
que le entablara una demanda de nada. Entonces lo tenían 24 horas, y eso si el personaje se
ponía alevoso o grosero con los policías entonces se lo llevaban, pero el resto de familia
que eran los niños y la señora no se la llevaban. Entonces los vecinos tenían solidaridad
con los niños y la señora. Cuando se iban los policías, todo el resto de vecinos les
ayudaban a parar lo que los carabineros les habían tumbado.
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Había cosas que sí se partían: los palos sobre todo, las tejas no. Las tejas se volvían a
recoger y entonces volvíamos a parar el rancho. Se demoraban una hora los policías, de
pronto más (en la discusión y toda la vaina) y cuando se iban pues nosotros en tres, cuatro
o cinco horas de trabajo de noche parábamos lo medio bueno que había quedado y lo
acomodábamos como fuera para que ella luego lo pudiera recoger. Y al día siguiente, le
tocaba ir a la inspección de policía a reclamar a su familiar o al marido (y lo llevaban allí a
la base de carabineros que era a la intemperie; lo dejaban amarrado a unas varillas con unas
esposas y ahí amanecían). Y entonces ellas le tenían que ir a llevar el desayuno allá o el
almuerzo o la comida; si lo dejaban las 24 horas le llevaba los tres golpes. Pero sabían que
no tenía ningún cargo. Lo tenían era más por bulloso, por haber sido grosero con la policía.
Francisco Evelio Al pie de la Casona de los carabineros sale un recibidero de los tanques
de agua de reserva que surten a Bogotá. De ahí salía gran cantidad de agua y nosotros
teníamos dos lavaderos allá abajo. La gente de arriba de Jerusalén iba a lavar ropa allá y de
ahí tocaba cargar el agua hacia arriba otra vez. Cuando yo llegue acá, allá solamente
estaba el tanque que está al pie de los Carabineros que es el tanque de reserva de agua para
Kennedy. El de la mitad, de Sierra Morena, es el que surte aquí al centro y a una parte del
norte de Bogotá, y el que está más arriba surte lo que es el norte de Bogotá. Entonces hay
un escape de agua cuando se rebosan los conductos y constantemente hay un ruido de
agua. Entonces allá se bajaba a lavar la ropa y también aprovechaba uno para bañarse y
para cargar el agua.
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Rubén Darío Los vecinos me ayudaron a cargar el agua porque por ahí no pasaba el
agua. Entonces me tocaba traer el agua desde la parroquia -donde es hoy en día la
parroquia y antes era la laguna- y con agua de esa mojar la arena; mojar la arena para
mezclar. Entonces a todo eso me ayudaron ellos y después a llevar el agua ya cuando nos
pasamos aquí. Yo luego dije, cómo hacemos para comprar el agua y me dijeron que había
que hacer el contrato con un fulano que pasa con unos burros y había que pararlo para
decirle que trajera el agua aquí también. Así era como se hacía en otros barrios, el
recorrido del lechero. Era exactamente lo mismo, el recorrido del agua era como el de la
leche: pase por aquí también y déjeme la mía ahí así yo no esté, déjemela ahí que yo se la
pago. Pero entonces había que pagársela por adelantado. Entonces yo llegaba y le dejaba
la plata -en ese tiempo como que era a 50 pesos, 50 pesos la caneca grande de 55 galones-
entonces él tenía que hacer como unos 4 viajes para llenar una sola caneca. Después ya
tenía dos burros en vez de uno y hacía menos viajes, pero también tenía más contratas...
Eso fue un dolor de cabeza.
Luego nosotros luchamos para poner unas pilas y las mangueras. Trajeron la manguera
gruesa de Quiba –una manguera de 4 pulgadas- desde Quiba hasta aquí. Eso son unos
veinte kilómetros o algo así. Entonces llegamos a lo que es hoy en día el sector del Tanque.
Ahí había un Tanque, o sea, el escaparate de un carro-tanque y ahí se almacenaba el agua.
Se le conectaron hartos registros, hartas mangueras, más de 300, un nudo, un nudo
completo de mangueras. Había muchos agarrones porque las mangueras se confundían o el
agua se desviaba. Entonces uno tenía que ir corriendo a la casa y cuando llegaba veía que
allá no había chorro. Entonces ahí tocaba que toda la familia ayudara. Yo tenía los hijos
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pequeñitos y la mujer y les daba instrucciones: “Bueno, yo le doy la señal desde aquí y allá
el otro me devuelve le señal”, pero eran tres, cuatro señales hasta mirar sí ya había llegado
el agua. Y si no había llegado, uno entonces tenía que ir a conectar cuatro, seis, ocho
mangueras a ver si la punta de alguna de esas manguera era la de la casa de uno.
Con esas historias siempre había peleones: las peleas eran entre mujeres y no eran entre
hombres porque ellas eran las que más estaban allá al pié del tanque cuidando el agüita; los
hombres, que no son caseros, pues no estaban allá.
Francisco Evelio La red de alcantarillado que no existía, también la peleamos. En ese
entonces fue algo que estábamos necesitando porque no teníamos ni red de alcantarillado
ni tampoco de aguas lluvias. Era una labor muy importante porque más adelante íbamos a
poder pedir lo que hoy en día se está haciendo que es la pavimentación. Y la otra cuestión
que gestionamos fueron los trabajos, los contratos de obras con saldos pedagógicos.
Gracias a eso y a través del Departamento de Acción Comunal, se aprobaron las juntas de
acción comunal para que pudieran contratar. Entonces nosotros nos inscribimos,
participamos en una pedagogía con ellos, unas enseñanzas, unos requisitos y debido a eso
cada junta presentaba un proyecto.
Lucy Estela A medida que Jerusalén se iba poblando más, se veía más la necesidad de
los servicios. Inclusive, cuando llegó el Gas Natural, o sea, cuando lo iban a implementar;
pasó por el lado de Jerusalén, ¿sí? O sea, “en Jerusalén, no hay Gas” ¿Por qué? Porque
para ellos sigue siendo un terreno de invasión.
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Si había luz, no había gas, pero lo que más marcaba era lo del agua porque uno sin agua
pues tenaz y el carro tanque llegaba a las tres o tres y media de la mañana. Tocaba que
hubiera una persona cuidando la caneca llena de agua y las otras cargándola en baldes
porque si se dejaban solos se robaban el agua. E igual había unas bombas, que se llamaban
así, las bombas del agua, donde había mangueras desde ese núcleo que era como la bomba
del agua para cada casa. Uno iba y pagaba por los 20 minutos de agua. Eso es lo que me
acuerdo.
Para obtener los servicios públicos nos tocaba organizarnos. Es decir, convocar asambleas
o reuniones amplias ¿sí? Desde los sectores se pasaban las propuestas a las entidades que
prestan el servicio. El problema era que Jerusalén tenía la marquita de que primero, está en
Ciudad Bolívar, y segundo, es una zona de invasión, entonces no tenía acceso a los
servicios públicos. Siempre se ha dicho que en los barrios que sean de invasión no hay
acceso a los servicios públicos porque el hecho que lleguen servicios públicos ya es como
si se le estuviera dando cierta legalidad al barrio. Entonces para empezar a tener los
servicios teníamos que hacer reuniones muy amplias para recoger firmas, solicitudes y
pasar solicitudes a las entidades, convocar a las entidades y uno reunirse con ellas para que
empezara a llegar cada servicio.
Rubén Darío Si nadie nos conectaba los servicios nosotros nos los conectábamos; ya
pasaba la tubería por ahí y si no venía nadie a hacerlo pues nosotros éramos capaces de
hacerlo porque nosotros también trabajábamos en construcción. Entonces se hacía la
excavación, se hacía el acople y aquí había personajes que eran expertos en conectar la luz
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y se les pagaba lo que quisieran aparte de unas cervezas con tal de que nos conectaran la
luz. Si ya estaba el poste ahí sólo faltaba conseguir cable y poner a alguien ahí a que lo
conectara. Pero no dejábamos sino que lo hicieran unos expertos para que no se subiera
todo el mundo a hacer unas conexiones mal hechas. No, era bien agarradito, se le pagaba
una persona lo de una cerveza pero que lo hiciera bien hecho.
Ahora, ya como organización de Junta de Acción Comunal empezamos fue a luchar por la
legalización de los servicios públicos y por otro lado estábamos luchando por la escuela.
Entonces organizamos un comité para trabajar los domingos en el lote de la escuela y
empezamos a hacer las chambas sin saber si las íbamos a llenar de piedra o qué carajos
íbamos a hacer. Pero los señalizamos para que no lo vendieran porque esos cinco lotes de
ahí para arriba eran para la escuela. Y claro, los que vendieron los lotes pues vendieron uno
de este lado y otro del otro lado (entonces nos quitaron dos); si no la escuela sería más
grande. A esos vendedores de lotes también les dijimos, “déjenos unos para el salón, otros
para el parque, déjenos para la iglesia y déjenos para la escuela”. Logramos arrebatar esos
tres lotecitos para la escuela, casi que a las malas, pero trabajamos y marcamos ahí: LA
ESCUELA. En una pared que había de un vecino ahí marcamos: “Predio de la Escuela” y
hacíamos la marca del ladrillo.
Lucy Estela López Tú puedes tener servicios públicos sin necesidad de título legal con
la carta de compraventa. Además eso es lo que nos ha ayudado a que el barrio sea
legalizado. Un barrio que no esté legalizado, sea o no de invasión, no le llega ni agua ni
luz. Pero claro, el título es más legal que la carta de compraventa porque es la sentencia
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que da un juez y un juez tiene mucha más validez que un notario. El notario puede vender
la plaza de Bolívar, sí, y quién le comprueba lo contrario...
♦ Capitulo tres: el loteo _________________________________________________________________________ Los lotes se dividieron, compraron y vendieron según las reglas del barrio. Una vez pagado el terreno, sigue la construcción de cada casa y en un terreno de invasión hay que proteger los lotes de otros posibles invasores.
Rubén Darío Desde el principio se sabía quién era el dueño de cada lote. Si en ese lote
veíamos a otra persona metiéndole mano entonces teníamos que interrogarle sobre la
documentación que trajera y ahí le avisábamos al que primero hubiera hablado. Es que eso
era cuestión de confianza: si usted dijo este lote es mío pero... ¿y éste documento? (todos
teníamos promesa de venta) Entonces ese lote ya se lo dábamos por fe de que era cierto; de
confianza (“si venga este lote es suyo”). Pero si ya venía otra persona a decir ese también
es mío, los enfrentábamos a los dos…
Francisco Evelio Yo compré en el 94 y a mí me entregan una promesa de venta y lo
único que yo hice fue ir a una notaría y legalizarla, no más. Es como un pagaré, tú firmas
un pagaré, es como si yo te muestro un pagaré y sale a nombre de tal persona. Ahí dice que
le salgo a deber tanta plata con unos intereses pactados a tanto tiempo, y listo. Una
promesa de venta era igual: es un título. Es un título en el cuál la persona está certificando
que el terreno que en este momento le estoy cediendo al señor es mío y se lo cedo al señor
por un precio de tanto y a partir de la fecha tal; firma con su número de cédula y todo. ¿Sí
me entiende? Eso es.
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Con decirle que esa señora que me vendió ni siquiera me hizo otro título. Sino que en el
mismo título, y por el respaldo de la hoja, quedaba un espacio en blanco. Ahí le hacían a
uno el anexo ¿sí? “Yo, Marina, yo no sé quién –no me acuerdo el apellido- procedo a hacer
traspaso de este título de pertenencia del predio ubicado –en ese entonces se marcaba como
manzana: era manzana 29 del lote número tal” ¿si? Y ya. Luego la firma, la cédula,
entonces yo también firmaba; vendedor y comprador, ta ta ta, testigos, ta, listo. Lo llevaba
a la notaría y la notaría inmediatamente autenticaba las firmas y listo, “eso es suyo”. Así
era que se hacía la transacción.
Lucy Estela Hasta donde yo me acuerdo, mi papá le compró a otro señor, el señor era el
que decía: “yo voy a vender todos estos terrenos de acá” y el otro señor vendía todos los de
allá. ¿Cómo lo hicieron? No sé, sólo sé que están las cartas. Las cartas de compraventa
iban y se autenticaban ante una notaría, donde él le está vendiendo a mi papá por decir
algo, íbamos a una notaría con dos testigos donde se decía que uno le estaba vendiendo a
otro. Ahí era como un negocio pues hubo cinco personas que se hicieron dueños y el
negocio de ellos era vender lotes. Lotes de siete por catorce metros (la mayoría de lotes en
Jerusalén son de siete por catorce).
Aquí todavía se vende con cartas de compraventa así: si yo quiero vender mi casa pongo
un aviso o alguien viene y me plantea –como habla uno ahora en su vocabulario- un buen
negocio ¿Cómo le vendo? Una carta de compraventa y vamos a la notaria y la hacemos o
en un computador la hacemos. Y entonces yo le vendo con una carta de compraventa en
donde dice: “entre los suscritos, a saber, Lucy, con número de cédula tal y la señora con
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cédula tal, (dueña y no poseedora) dueña del predio ubicado en tal dirección, se lo vende a
la señora ta, ta, ta”. Así, con linderos tal. Aquí primero era por manzanas: era la manzana
tal del lote tal de eso; ahora ya sí cada uno tiene su nomenclatura. Esa es la forma de
vender y comprar terrenos. Con una carta de compraventa, algo que los dos interesados
redactan, llevan a una notaría, se autentica y sale.
Aquí en Jerusalén todavía no hay otra forma de vender. Aquí cuando empiecen los
primeros títulos, ya va a subir el lote de estatus: de titulación a escrituración. ¿Por qué?
Porque ahora yo Lucy sí tengo mi título de propiedad y si quiero vender, por decir algo,
entonces ya tengo que vender con una escritura porque ahora el vendedor sí le está
comprando al dueño y poseedor de este terreno ¿ves? Entonces ahí ya va subírsele el
estatus y van a empezar a haber escrituras en Jerusalén. ¿Por qué? Porque ahora sí se le
estamos comprando al dueño, el comprador ahora sí le está comprando a la dueña que soy
yo, y ahora sí vamos a hacer una escritura sin enrredos.
Francisco Evelio A veces una persona llegaba e invadía un terreno que no era de él. Ahí
inmediatamente los mismos vecinos... uno muchas veces le recomendaba el lote al vecino
pues uno se iba a trabajar y dejaba su casa sola y entonces se le recomendaba al vecino.
Entonces uno le recomendaba al vecino y de pronto, usted sabe que en la noche uno está
durmiendo, pero uno a veces se despertaba y cuando veía uno había un lote ocupado.
Entonces se preguntaba uno, “¿cómo así?”, en esa casa hay una bandera y hay gente ahí.
Entonces inmediatamente uno como vecino iba y le preguntaba, “oiga y usted qué”, “no yo
me metí aquí porque esto está desocupado”. Y ahí uno le aclaraba, “no, no, no eso tiene
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dueño” que no sé qué, “que no, que no sea sapo”. Entonces inmediatamente se llamaba al
dueño, al propietario: “venga que invadieron su lote, traiga el documento y demuestre”.
Entonces la persona venía y decía, “yo soy la dueña, no he abandonado mi lote”. “No pero
esto es mío y yo me había apropiado de esto”, y no, no, no. Entonces se traía a la policía y
cada quien decía: “mire, este es mi documento, yo habito aquí. Esta es mi propiedad”.
Rubén Darío Los vendedores de lotes eran los que habían provocado la desavenencia: los
vendían dos y tres y cuatro veces. El problema era que cuando al vendedor se le estaban
acabando los lotes pues revendía y cuando veía que alguien le había dado sólo la cuota
inicial del lote vendido y que no había venido a cumplirle con el resto de pagos, vendía el
lote otra vez para recuperar su plata.
Entonces entre los dos que compraron, entre los dos que dieron plata, el que se los había
vendido tenía que resolverles el problema: entonces le dejaba un lote a uno de los
compradores y al otro lo ubicaba en otro lado para que no se fueran a matar. Si no,
imagínese. Sea como sea, en ese tiempo, o en este, conseguir lo de un lote es cosa seria,
cosa seria, es desangrar la familia para poder hacer esa inversión.
Ahí la Prejunta y la Junta empezaban como a mediar. Si a un lote le aparecían dos dueños
entonces se llamaban a ambos. Que fueran a donde la Junta a una cita, tal día y ahí les
solucionábamos eso. Se les decía: “aquí alguno de los dos tiene que quedarse con ese lote y
al otro, si dio plata (porque todos traían recibo, todo el mundo tenía recibo) entonces...
(aunque eso eran unos recibos bien malucos: hasta en hojas de cuaderno, pero
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afortunadamente yo sí hice que me hicieran un recibo bien, un recibo preelaborado, en
cambio había gente que tenía recibos con una firma en un cuaderno, en una hoja de
cuaderno rasgada, bueno... Todo eso era válido porque aquí se confiaba mucho en la
palabra de la persona.).
Entonces mediábamos, buscábamos las tres partes: el que vendió y los dos que decían que
eran los dueños (o tres inclusive, de pronto hasta tres o más). Pero el que había vendido
tenía que poner la cara y ahí se le preguntaba quién le había comprado primero, quién le
había dado más plata o cuál de los dos ya le había terminado de pagar. Entonces eran
asuntos así. Pasaba que uno había dado la cuota inicial y se había desaparecido; y ahí el
otro sí había venido y pagado, y había pagado completo. Entonces la pregunta era cuál de
los dos tenía más derecho. Eso se mediaba así, pero entonces el que había dado algo de
plata no la perdía: nosotros le decíamos al vendedor, “adjudíquele otro lote y póngale una
nueva cuota o póngale nuevo precio”. Pero el vendedor entonces decía que como le habían
incumplido inicialmente, tener otro lote ya le valdría más y no sé qué. Entonces proponía
hacer otro acuerdo y le valía lo que le hubiera pagado de la cuota inicial, pero se quitaba el
problema para que no hubiera problemas mayores o difuntos. Esos problemas siempre se
mediaban; los de la Prejunta y la Junta organizaban eso.
Entonces se hizo el libro, el libro de afiliados junto con el libro de predios: se inscribieron
todos los predios, se organizaron las manzanas y se numeró cada lote. Entonces todos
íbamos a inscribir nuestro lote ahí, lo señalaban con un marcador y se sabía que el dueño
era fulano de tal ahí en un listadito.
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Nosotros, organizados con el libro, ya decíamos: “bueno, si el lote es de fulano, pero si va
a vender me hace el favor y me trae aquí al comprador, si va a vender me trae al
comprador”. Y a los primeros que empezaron a lotear esto se les dijo, “bueno cuáles lotes
ha vendido”, y empezaron a organizarse así en reuniones enteras aquí donde decían cuál
era la mejor forma de distribuir estos lotes. Eso se organizó pero la idea era que el que
vendiera tenía que traer al comprador así hubiera segunda y tercera venta, tenían que traer
al comprador. ¿Para qué? Para que se posesionara del lote al menos en ese libro así no se
posesionara en físico. Entonces se evitaban tantos problemas porque macheteras hubo
hartas. Peleas entre los dos que decían que eran los dueños, que ellos habían dado plata y
que “a mí nadie me va a robar y que entonces no sé qué”. Entonces iba y sacaba un
machete grande o sacaba hasta una pica para amenazar al otro y el otro, por no dejarse,
entonces también sacaba aunque fuera un palo.
El libro aquí no lo llevamos más, desde que empezamos el proceso de titulación ya no lo...
además ya lotes vacíos poco y nada.
♦ Capitulo cuatro: la organización de la comunidad y los líderes del barrio _________________________________________________________________________ Cuando no hay Gobierno ni Estado que respalde la compra y venta de vivienda, la construcción y el cuidado de las casas, al igual que el desarrollo del barrio, es una tarea de la comunidad. Las alianzas entre vecinos son necesarias para reemplazar la falta de apoyo estatal. Rubén Darío Participé en el proceso del grupo de vivienda. Fueron dieciséis viviendas
hechas por autoconstrucción donde teníamos que conseguir unos recursos externos y
ahorrar otros propios. En ese tiempo ahorrar $150.000 pesos era mucha plata, hace
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dieciséis años, entonces conseguir $200.000, 150 –hay gente que consiguió menos. Con
esos recursos se compraron sólo materiales y la mano de obra la colocamos nosotros
mismos, los integrantes de cada familia: hicimos cuatro grupos de cuatro familias y hasta
los niños trabajan ahí. Había adolescentes como también había niños de cuatro y cinco
añitos cargando un ladrillo, cargando un bloque que eso les quedaba pesado; cargando
arenita en una bolsa o en un baldecito entre dos o entre tres niños; pero lo básico era que
teníamos que estar la pareja de cónyuges, mínimo, mínimo así no trajera los niños;
tampoco era obligación de que tenían que traer los niños a trabajar pero los niños querían
estar ahí porque se les dio mucho protagonismo a ellos: muchas fotos, mucha entrevista
con grabadoras, muchas videos, entonces ellos por estar ahí tenían que haber trabajado.
Trabajábamos de siete de la noche a diez de la noche todos los días; los sábados de tres o
cuatro de la tarde a siete, ocho. También le jalábamos hasta las diez de la noche y los
domingos sí desde las nueve de la mañana hasta por ahí las cuatro – cinco de la tarde.
Entonces había muy poco tiempo para hacer los oficios de la casa, poco y nada porque ese
era el tiempo que había. Y en cada vivienda trabajábamos cuarenta y cinco jornadas y
luego nos pasábamos a otra; algunas viviendas se gastaron algo así como sesenta jornadas
no porque la vivienda fuese más grande sino por cosas técnicas: que unas cosas demoran
más que otras. A todas no había que hacerles exactamente lo mismo. No era un modelo
estándar decir bueno ya esto es así y asa y sale, todos cuantificables a cuarenta y cinco
días, no; cada vivienda tenía su propio modelo.
Al final del proceso de autoconstrucción quedamos dieciséis familias amigas: si yo los
llego a necesitar para alguna reunión aquí especial en el salón comunal no me fallan.
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Quedamos con una amistad muy penetrada. No hay disgusto que valga para perder esa
amistad porque hacerle la vivienda a alguien, ayudarle a hacer la vivienda a alguien, es un
asunto del que queda uno de amigo para toda la vida.
A mí básicamente me ha gustado el trabajo comunitario más que el trabajo político. Llevo
en este asunto más o menos unos 20 años y tengo experiencia porque mi primera función
fue en la asociación de padres de familia aquí en la escuelita. Aunque primero levantamos
la escuela para ponerla a funcionar y luego ya nos tocó organizarnos para poder traer
maestros y organizarnos para luchar para que nos legalizaran la escuela. Ya como líder fui
el presidente de la asociación de padres de familia; fui el primero ahí.
Yo no pretendía ser de la junta pero sí estaba pretendiendo ser de la rama de la educación:
yo era Proescuelas. Quería un comité Proescuela que ya después se fue a llamar la
Asociación de Padres de Familia. Yo ayudé a organizar casi todas las nueve escuelitas. No
podía ser integrante de allá, pero sí ayude a organizarlas. Y como ya nos dieron estatutos y
nos dieron leyes, nos dieron un poco de cosas, nos hicimos amigos de un poco de
profesores y ellos nos ayudaron (sobre todo sindicalistas, en ese tiempo). Entonces nos
asesoraron y nos dijeron: “mire, esto es así chino, hágale, ta ta ta”.
Inclusive trabajamos con el M-19 porque imagínese que ellos nos mandaban materiales
para la escuela y cómo no se los iba a recibir. A todas las escuelas nos mandaron
materiales, nos mandaron muchas bolsas de leches para niños desnutridos... es decir, yo
hacía lo mismo que hago con las demás instituciones, sigo la misma estrategia. Es decir, si
usted tiene recursos es para darlo a la comunidad o para las comunidades. Con el M-19 fue
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exactamente lo mismo: si ellos nos mandaban cosas era porque era voluntad de ellos
mandarnos cosas. Yo a ellos nunca les pedí y nunca les presenté proyectos ni nada,
simplemente ellos llegaron ahí, como también nos esculcaron a nosotros el trabajo,
nuestros ingresos, la familia, mis hábitos de responsabilidad. Digámoslo así, es decir, desde
cuántas mujeres había tenido yo en adelante; cuántos hijos, sí tenía hijos por fuera o no,
todo eso me lo averiguaron también.
Lucy Estela Cuando era más joven empecé a trabajar con la comunidad y trabajamos con
la Fundación Social. Ellos trajeron programas muy buenos y yo pensaba: “si volviera la
Fundación Social sería excelente” porque uno cuando empieza de líder es como cuando va
a la universidad de primíparo ¿cierto? No sabe mucho. Pero cuando ya lleva más tiempo le
gustaría volver atrás para poder trabajar con la experiencia que ha ganado y así poder hacer
cosas en el pasado. Entonces yo diría hoy en día que viniera alguna institución sea la
Caja55, no sé, la Alcaldía, los ediles, alguno, la universidad, bueno no sé, alguno y que
trajera programas para la comunidad. Eso me parecería excelente. Por ejemplo: si yo
tuviera un sitio, si yo tuviera un salón múltiple yo haría muchos talleres y muchos
programas. Le traería a los abuelos por ejemplo un programa ¿me entiendes? Que
entretengan aquí a los abuelos y les enseñen (a los abuelos les gusta hacer muchas cosas).
Yo haría eso; a los jóvenes los invitaría, haría lo de deportes...
Empezar a trabajar con la comunidad me ha gustado mucho. Estar en todo el proceso e
igual seguir en el mismo barrio y encontrarse con los compañeros de estudio, los que
55 La Caja se refiere a la CAJA DE VIVIENDA POPULAR, entidad que trabaja junto con la Alcaldía Local de Bogotá para desarrollar los programas de titulación en la ciudad.
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estudiamos en un colegio que se formó acá. Las personas lo empiezan a buscar a uno para
que lo asesore en esto, que le diga que qué hago y aunque uno no lo crea, la comunidad
tiene muchísimos inconvenientes. Pero de lo que se trata es de buscar estrategias de
solución, que haya solución ¿me entiendes? Que no saben cómo hacerlo. Eso me gusta. Yo
les ayudo.
Yo creo que ni siquiera uno mismo se da cuenta que uno es líder, si no dentro del mismo
proceso... es que como si estuviéramos aquí reunidos ¿cierto? Estamos los cinco y bueno:
quién participa. Igual, como cuando uno está en el salón: ¿Quién participa más en clase?
Entonces ya es el monitor ¿cierto? ¿Quién es el que sabe más? Entonces ya es el mejor del
salón. Así mismo es en la comunidad. Uno se reúne en la comunidad y dice: “el problema
es pavimentos”. Entonces la persona que tiene más información y que se puede dar a
conocer más con la comunidad y se da a entender con la comunidad pasa a ser el líder sin
que... Yo por ejemplo decía: “bueno, qué es ser líder, cómo me identifican a mí como
líder”. Entonces es por eso, porque ya sé explicarles, uno sabe representarlos.
Francisco Evelio Mi labor aquí era más que todo representar a una comunidad, a un
sector al punto de poder conseguir algunos servicios que nos hacían falta, algunos
beneficios para el barrio. Entonces a mí me tocó la labor de entrar a legalizar lo que era el
alumbrado público. Aquí no había contadores de energía, o sea, se tomaba una base y con
base a ese promedio se le cobraba a todo el barrio. Entonces ya entramos fue a negociar lo
que era la legalización del barrio y la luz para cada vivienda. Queríamos que colocaran un
contador, un medidor, para que así el propietario de esa vivienda supiera qué pagaba, cuál
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era su consumo (su consumo real porque antes se cobraba un consumo que no era real).
Esa fue una de las etapas buenísimas, hubo unas peleas buenísimas porque realmente se
trabajó con todas las juntas y se peleó con las instituciones. Se paraban las obras porque
que no les permitíamos que nos colocaran contadores sin antes haber negociado con
nosotros cómo iba a ser el pago.
Rubén Darío Y bueno, con los grupos organizados empezamos a poner la primera piedra
para una organización que llamamos CELODIJE: Centro Local de Desarrollo Integral de
Jerusalén. Y también allí fui el primer presidente. Hemos creado más líderes, fomentado el
liderazgo, entonces ya uno pasa a ser más como asesor que como protagonista -ya dejamos
que otros hagan el protagonismo- yo ya tuve mi cuartico de hora entonces que lo tengan
otros y esa es la función de un líder.
Lo que fue la organización establecida, en la que ya se mencionan unos integrantes fijos,
digámoslo así, fue la Prejunta. En esa no participé yo (ni en la Prejunta ni en la primera
Junta). La Prejunta eran unos integrantes que se elegían por el voto de algunos amigos, los
más amigos, los amigos de cantina, los amigos de la tienda para hacer los trámites de
organizar la Junta de Acción Comunal. Eso duró aproximadamente un año. La Prejunta
duró como dos años, ya después les dieron personería jurídica. Y con la personería jurídica
se tenía que establecer una junta con asamblea, con afiliación de socios.
Entonces lo que se hizo aquí fue que antes que afiliados a la Junta se utilizó la estrategia de
los propietarios. Se les decía que vinieran e inscribieran su lote en el libro de predios para
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que así mismo se lo pudieran cuidar porque había muchas personas que tenían el lote
vacío, que lo compraban pero que no se habían pasado todavía. Venían y lo visitaban los
domingos o venían y le ponían un ayudante, un maestro, algún trabajito le hacían el
domingo pero no volvían sino por allá hasta el otro mes.
Lucy Estela Mucho se ha logrado con la organización. Digamos, al reunirnos todos los
presidentes. Con eso hemos logrado mucho porque algo que nos diferencia de otros
sectores es eso: como estamos unidas varias Juntas de Acción Comunal, entre todos
halamos para lo mismo. Y no por ejemplo un barrio o un sector donde haya varios barrios
y cada uno jale por su lado, ahí no se logra nada.
Rubén Darío Era tan grande el barrio que era difícil administrarlo: desde allá, al pie del
río (porque en ese tiempo no había esa tal avenida sino que se miraba desde el río) hasta el
palo del ahorcado. Había reuniones de todos, de posibles dirigentes y llegaban a ser cien.
Entonces era más el despelote que otra cosa porque no había la experiencia que hay hoy
para organizar una asamblea. Hoy día hay mucha experiencia en eso, se sabe ordenar la
reunión y uno se sabe comportar... Antes todo el mundo quería ser el primero. Todo el
mundo quería participar como si se estuviera repartiendo plata para esos cargos. Entonces
lo que se dio es que si el de aquí no se ponía de acuerdo con el de allá, entonces se sacaba
al disidente. Pero había otros que estaban centraditos. Este sector del Paraíso está en la
mitad. Si miramos en cuestión de metros cuánto hay de aquí al Plan y cuánto hay de aquí al
palo del ahorcado estamos en la mitad (ya después lo analizamos fue cuando hubo planos).
Nosotros los que estábamos aquí como en la mitad (los de Argentina, Santa Rosita, aquí
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Pradera) dijimos que no íbamos a dejar desintegrar esta vaina porque creíamos que cuando
cogiéramos fuerza íbamos a ser un barrio importante.
Lucy Estela Como Junta de Acción Comunal está el Departamento Administrativo de
Acción Comunal. Se crea cada grupo para elecciones (por plancha, por elección directa, en
asamblea) y ya cada quién por voto popular elige su Junta de Acción Comunal. Y ya la
Junta de Acción Comunal tiene personería jurídica, tiene NIT y puede hacer la
representación de la comunidad ¿ves? Entonces nos reunimos todas las Juntas de Acción
Comunal cada una con su personería jurídica, con su NIT y con sus propios líderes. Ahí es
donde se da la pelea completa porque él es líder de su comunidad y yo soy de la mía,
entonces está el debate de quién sabe más ¿cierto? O por qué se pelea por esto y yo peleo
por lo otro.
Rubén Darío Cuando ya se tuvieron todas esas divisiones y se detectaron todas esas
divisiones dijimos “sí se puede”. Sí puede haber juntas de acción comunal con diferentes
personerías jurídicas pero a la vez mantengámonos unidos. “Bueno, ya usted tiene su
cédula de ciudadanía, usted tiene la suya, usted tiene la suya, igual, pero unámonos para
pedir siempre lo mismo”, y desde ese tiempo nos quedamos todos pidiendo lo mismo. En
el año 84 es cuando salen las personerías jurídicas de las juntas, todas al tiempo, casi todas
las personerías son de diciembre del 84
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Entonces, cuando decidimos pedir un servicio para uno, lo pedimos para todos. Cuando a
uno se le ocurrió pedir lo de titulación, lo pedimos también para todos. Por eso es que
estamos en un paquete todos para el proceso de titulación.
Lucy Estela Uno está regido por unos estatutos. O sea que no es así porque sí. La Junta
de Acción Comunal no es así porque sí, si no porque tiene unos reglamentos, tiene unos
estatutos, tiene toda una directiva, entonces de ahí sale. Igual, lo que te digo, ya por voto y
reunidos todos decidimos... Nosotros por ejemplo para nombrar a alguien en esta Junta de
Acción Comunal le preguntamos qué le gustaría hacer en la Junta ¿cierto? Ya vemos que
todos queremos trabajar por la comunidad, que vivimos aquí en el barrio, porque para ser
de la Junta se debe vivir en el barrio y tener propiedad en el barrio, alguna propiedad (eso
igual está ahí en los estatutos) ¿ve? Entonces alguien decía: “a mí me gustaría ser
tesorero”. “Pero ¿sabe algo de contabilidad? Porque igual hay que llevar una contabilidad,
un libro, se entregan informes cada tres meses”. “Sí”. Nosotros entonces decimos, “bueno
si él no sabe, yo le explico algo porque él quiere ser tesorero”. El otro, “bueno yo quiero
ser fiscal”. A oquei. Y así.
Entonces eso hace que sea un trabajo muy rico ¿sí? Porque uno va aprendiendo de los
demás ¿cierto? Y cuando uno es líder, entre sí mismo es más fácil hacer verle los errores a
la otra persona ¿cierto? Por ejemplo yo les digo: “es que yo hago mesa directiva cada mes
y atiendo a la comunidad dos veces a la semana”. El otro dice: “eso es bueno, es bueno
atender dos veces a la semana en el salón comunal, entonces yo voy a hacer lo mismo” ¿sí?
Entonces cada uno va aprendiendo del otro.
71
♦ Capitulo cinco: la legalización del barrio _________________________________________________________________________ Los barrios existen cuando se han poblado y cuando las construcciones sobre sus lotes transforman el paisaje urbano de cierta área de la ciudad. Cuando un barrio es legalizado, recibe asistencia estatal, servicios públicos, redes de transporte, etc. Sin embargo, en un lapso de 10 años, Jerusalén ha estado tanto legalizado como no legalizado.
Francisco Evelio Nosotros estábamos oficialmente legalizados como barrio desde el año
85 - 86. Lo que pasaba era los dueños de los terrenos estaban vivos y con la legalización
del barrio ellos aparecieron inmediatamente. Ellos escuchan que hay proceso de titulación
de más de mil predios más los otros procesos que se están llevando en otros lados y ellos
inmediatamente demandan al Estado. Llegan y lo demandan. El Estado inmediatamente
pierde la demanda y a nosotros nos tumban la legalización del barrio. Entonces, nosotros
quedamos deslegalizados. El Estado ya ha invertido una cantidad de millones en este barrio
y habemos más de 8000 - 9000 predios y habemos más de 25.000, más de 30.000
habitantes. Entonces imagínese el problema. El Estado no sabe qué hacer. No nos puede
echar a la calle, no puede perder la inversión que ha hecho en los hospitales, en las
escuelas, en las vías, en el alumbrado público, en las redes de alcantarillado y en el
acueducto; en el gas, en el teléfono.
Entonces claro, el Estado se pellizca y ahí es donde comienza la pelea y se comienzan a
hacer unos... se comienzan a hacer unas mesas de trabajo en Secretaría de Gobierno donde
se sientan todas las instituciones a hablar y a mirar cómo es la problemática con la Junta de
Acción Comunal y a mirar cómo se ve ahí. A raíz de ahí ya nace la figura Caja de Vivienda
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y entra a intervenir. Nombran a la Caja de Vivienda como garante de los procesos y todo.
Inmediatamente le dan la facultad para que inicie un proceso de titulación de los predios.
Lucy Estela La legalización del barrio se cayó en el 91 por la demanda interpuesta ante
el Consejo de Estado. Después de eso nosotros empezamos a ir al Consejo de Gobierno y
cada uno demostraba que Jerusalén existía y que no podía estar deslegalizado. Después
vuelve y se pone en firme la legalización por parte de la Alcaldía. Jerusalén vuelve a salir
legalizado por la posesión, por los servicios públicos, por la inversión que ha hecho el
Estado (todo lo de vías y redes y todo eso es inversión del Estado). Esa es precisamente la
parte que los Gaviria dicen que le pelean al Gobierno: “págueme porque usted metió allá
redes y eso y eso son terrenos míos”. Y ahora vienen y dicen: “ustedes que viven acá
páguenme porque los terrenos son míos” ¿ves?
Francisco Evelio Yo no me sentía seguro al estar escuchando las versiones de que los
dueños estaban vivos y de que los dueños iban a pedir los lotes e iban a desalojarnos. Eso
genera una inseguridad tenaz y muy preocupante para uno. Entonces qué hace uno para
proteger su inversión y sus cosas, pues mirar a ver cómo se mete a un programa de
vivienda. Ahora que me acuerdo, yo estuve averiguando con un programa de titulación, de
legalización y titulación de predios de la Alcaldía Mayor y de la Presidencia de la
República. Yo vine a una de las oficinas acá en la 72 con 15 –ahí estaba una oficina que
era de la Alcaldía- y yo estuve hablando ahí y a mí me dijeron: “sí, claro, hay un programa
pero resulta que el programa en estos momentos llega a San Francisco. De ahí para allá
todavía no hemos empezado porque toca empezar a levantar un escrito topográfico,
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cartográfico”. Bueno, me pusieron una cantidad de cosas, me dijeron que tocaba esperar y
entonces yo espere.
Lucy Estela Cuando se cayó la legalización la última vez –es que se ha caído dos veces
en Jerusalén- lo que más afectó fue la inversión: cuando en un barrio se cae la legalización
no hay inversión. Solamente había una inversión social. ¿Cómo social? Nos mandaban
gestores o capacitadores, pero no más. No había plata para invertirla en las escuelas o
colegios, no, no se podía porque en ese barrio se había caído la legalización, eso decían. Ni
había plata ni para pavimentos que era lo que más se peleaba. Ni para salud. Si había
rubros para mejorar el CAMI, los mandaban para otro lado porque al barrio se le había
caído la legalización ¿si me entiende? Entonces, Jerusalén estaba quieto y no se le podía
hacer nada porque estaba deslegalizado. Ahí se empieza a trabajar –lo que les decía- en los
Consejos de Gobierno con todas las entidades y todos lo que ayudaban. Entonces la Caja
de Vivienda, que hacía ahí la interventoría dice: “Jerusalén, para que no se le caiga la
legalización así de fácil debe hacer un proceso de titulación donde cada quién compruebe y
verifique que lleva más de 5 años en ese barrio -ese barrio es un barrio viejo- y cómo lo
pueden confirmar: con los títulos de cada quién”.
Rubén Darío La legalización final del barrio fue en el año 94, es decir, diez años después
de que llegamos. Habiendo legalizado el barrio entonces nosotros ya le podíamos pedir al
Distrito legalizar también los servicios. Aunque ya teníamos servicios, a nosotros no nos
conectaron los servicios, nosotros mismos nos los conectamos.
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♦ Capítulo seis: la titulación de los predios _________________________________________________________________________ Los habitantes de Jerusalén añoraron durante mucho tiempo la legalización del barrio pero el título legal es una figura del Derecho que no siempre estuvo, ni fue, una preocupación o un interés de sus pobladores. Cada persona sabe cómo compró, cuánto pagó, y quiénes son sus vecinos y esto muestra que durante mucho tiempo no fue necesario introducir “el título legal” para identificar a los propietarios.
Rubén Darío Nosotros arrancamos aquí con un proceso de titulación en el barrio. De la
anterior Junta, antecitos de yo meterme a la Junta, la Junta anterior empezó un proceso con
el abogado (que hoy es el mismo) Octaviano González. Con ese abogado vinieron aquí y
yo ya acostumbrado a mi rol como líder en otros asuntos, me puse a estudiar mucho la
propuesta, a averiguar sobre el personaje, a ver qué tan honesto era o lo que fuera (porque
sabemos que ningún abogado es honesto y el que sea honesto no es abogado). Entonces
todas esas creencias que traíamos nosotros en la cabeza teníamos que despejarlas: que otra
vez nos van a quitar plata, que otra vez que ese proceso es costoso, otra vez que...
Entonces como que dejamos que otros se fueran a eso a ver cuáles salían tumbados y
metimos un paquete de cien; o metieron en ese tiempo los de la Junta. Yo no entré con mis
papeles pero a mí los de la Junta me dijeron que metiera mis papeles que así me iba a salir
barato.
Ese primer abogado lo había conseguido la junta aunque venía recomendado de la junta
anterior. Aquí ni siquiera se miraron cotizaciones ni nada de esa vaina, arrancaron con ese
ahí. Y la gente que confía en la Junta se metió en el proceso con él. De esos siempre se va a
haber: hay quienes confían demasiado en la Junta y hay quienes no se asoman con la Junta
para nada, eso siempre va a ser así. Se metieron esos cien, el proceso duró cuatro años y
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medio pero cuando ya iba el proceso en dos años fue cuando me tocó recibir a mí a la
Junta. Ahí fue cuando yo decidí meterme a la Junta porque me estaban reclamando los
otros compañeros que sabían que yo estaba trabajando en otras cosas.
Entonces, cuando vinimos a hacer el empalme de lo de titulación, el abogado vino a hacer
un informe pero el informe me lo quería dar allí en la tienda; en ese tiempo no había este
salón comunal. En ese entonces esto era parte de la escuela, una construcción pequeñita
que había aquí y había uno o dos salones de la escuela. Los domingos nosotros lo abríamos
y nos sentábamos en un salón de esos en los pupitres. Entonces ahí nos sentamos y yo le
dije al abogado que necesitaba un informe pero por escrito. El abogado se marió y me dijo
que si lo iba a empezar a pendejear y yo ahí le dije, “un momentico, el proceso se empieza
aquí, Patiño y Avendaño me lo están entregando es a mí y si le gusta bien y si no
recojamos. Yo no le estoy diciendo que no continúe, yo le estoy diciendo es que vamos a
trabajar diferente”. Y un abogado imposible que no sea capaz de entregar un informe por
escrito. Yo no le estaba pidiendo nada más, ni lo estaba criticando ni saboteando ni nada.
Yo simplemente le dije, “deme un informe bien dado y no hay problemas, pero si yo le
pillo dolencias al informe pues voy a pedirle cuentas, pero todavía ni siquiera le estoy
pidiendo cuentas”.Lo apreté y marchó la vaina.
Francisco Evelio Entonces nosotros, oyendo ese runrún de los Gaviria, nos pusimos a
averiguar con los abogados. Nos presentan a los abogados, los traemos al barrio y hacen la
propuesta en la asamblea. Es más, fueron dos abogados: un abogado y una abogada, e
hicieron la propuesta. Este abogado, Don Octaviano, acepta las condiciones que le pone la
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Junta de Acción Comunal, o sea, trabajar con la Junta de Acción comunal este proceso y
que la Junta sea la vigilante, la garante de ese proceso para que no nos estafen. La otra
abogada dijo “no, yo no trabajo amarrada de la Junta de Acción Comunal, yo trabajo como
independiente, entonces no me sirve”. Entonces ella quedó aparte y solamente trabajamos
con éste, con Don Octaviano.
Yo estoy metido en otro proceso de titulación que iniciamos –que yo también inicié- hace
ocho años con el Dr. Octaviano González. Sí, desde entonces iniciamos ciento treinta y
cinco personas que estamos ahí. Ese proceso todavía está vigente. Lamentablemente
cuando existían las cooperativas de ahorro, en una de ellas estaba la plata de regalo para
titulación y quebró y cerraron la oficina. Se perdió una plata, entonces fue un trastorno
tenaz porque ahí se perdió una plata y entonces los abogados ya no quisieron trabajar. Mas
sin embargo, ahí estamos impulsando eso y están a punto de salir esos títulos.
Rubén Darío El primer abogado nos decía que aquí lo que valía era la posesión. Porque
dentro de esos primeros cien procesos también se dio gente que fue a buscar en sus corotos
y no encontró el documento de promesa de venta. A esos se les hizo un extra-juicio, se les
hizo tal cosa, pero la Junta debía certificar que esa persona sí era el dueño y que no estaba
invadiendo o quitándole a otro pobre. Entonces nosotros hicimos válidas las posesiones. La
Caja de la Vivienda se resistió a eso pero no tanto las funcionarias, que en ese tiempo era la
Dra. Luz Dary, sino el departamento jurídico. Nos decían que teníamos que tener algún
documento. Nos repetían: tienen que tener algún documento y tienen que tener algún
documento. Nosotros qué les dijimos, pues que NO. Que el documento se lo hacíamos y
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entonces empezamos con los extra-juicios. ¡Es que no se puede pensar que uno dejó de ser
dueño porque perdió el documento! ¡No! ¡No! Alguna cosa tiene que haber para resolver
eso.
Así, el primer proceso estaba abriendo trocha. Ni siquiera los jueces conocían bien la Ley
9. No la habían usado, no la habían manoseado, no la habían tenido que aplicar. Entonces
al momento de aplicarla a ellos les daba miedo desposeer a uno para poseer a otro. Era una
fórmula, es una fórmula de expropiación: si no se le da uso a un predio, el Estado le iba a
dar un uso social a ese predio. Eso dice la Ley 9 pero los jueces no la estaban aplicando.
Entrar a convencerlos sobre esa serie de cosas, pues por eso el primer proceso duró más de
cuatro años, cuatro años y medio, casi cinco, y este otro viene durando dos años y medio.
Ya tenemos para reventar sentencias, están que revientan desde enero, ya vamos en marzo
a ver si en la próxima asamblea entregamos ya esos títulos.
Francisco Evelio Hay mucha gente que no piensa sino en el contorno de su casa, o sea,
piensa solamente en pavimentos, piensa que le coloquen la luz, que le coloquen el teléfono,
que le coloquen el gas. Sí, yo sé que son vainas de primera necesidad, pero no se han
enfocado en la necesidad que deben tener un título de pertenencia ¿sí me entiende?
Entonces no hay ese enfoque. Entonces nosotros con los abogados que ya estaban con la
nueva ley Samper (que más de cinco años ya usted tenía derecho a reclamar pertenencia)
arrancamos con los que inmediatamente llegaron a proponer la titulación. Antes de eso
hubo otro abogado que nos estafó. Entonces ya llegó éste abogado, éste abogado empieza
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con un grupo en Plan Canteras, con el que fue edil, Hernando Rojas, con él tuvo un
proceso de más de 800 títulos, a él ya le han salido más de 400.
Pero al final la gente entiende la importancia del proceso de titulación, ya lo han hecho.
Por ejemplo en el caso de Paraíso donde está Rubén. Rubén no creía en el programa de
titulación, él estaba en contra de eso, él estaba rotundamente en contra porque él entonces
no era presidente de la Junta, era Álvaro Patiño. Y Álvaro Patiño fue el que inicio esa labor
de titulación y Rubén estaba a favor de los que estaban en el Tanque y él alegaba y decía
“no, que eso es falso”, no que “yo estaba en contra de eso, sí”. Pero cuando él ya vio que
salieron los primeros cien títulos creyó y ahí sí se unió con el abogado y le dijo “Bueno,
vamos a iniciar pronto el proceso”. Fue cuando ya empezó la Caja de Vivienda y ahí sí le
caminó.
Rubén Darío Sin embargo nos demoramos otros dos años y medio, ya se me iba a acabar
mi período cuando “todavía nada de titulación”. La gente empezó a decir que ese
presidente tampoco había servido, que eso no sé qué, que sí sé más. Y claro, la gente que
aporta plata critica más. Entonces puse a marchar al abogado y ya les dábamos resultados y
que tal. Yo mismo iba a los juzgados, yo mismo iba a esta serie de cosas, conocí ya de
lleno el proceso, listo. Mientras tanto íbamos haciendo otros procesos por otro lado. Ahí
fue cuando llegó la deslegalización del barrio. Con la deslegalización fue cuando la Caja...
estábamos en el proceso de re legalizar y sopesar a ver si ahí sí nos reuníamos con los
Gaviria o no. Pero nosotros seguíamos en la misma posición de hace diez y doce, quince
años atrás. O sea que yo le recibí a la junta anterior los procesos que ellos ya habían
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iniciado con el abogado anterior y por recomendación de los otros comunales lo que hice
fue ponerlo a trabajar firme porque era que no se le veía por aquí.
Francisco Evelio Entonces mire como da las vueltas la cosa ¿sí? Un líder en ese
entonces, él no creyó y ahoritica ya siendo líder cree y está impulsando con el Dr.
Octaviano para que sigamos en el proceso de titulación. Es más, Rubén quería empezar a
hacer un paquete aparte del de la Caja de Vivienda, con otras personas, pero eso sale muy
costoso porque un abogado particular después de que ha salido un primer proceso de un
barrio no le va a cobrar a usted los doscientos mil pesos que cobraba antes. Ahora le va a
cobrar cuatrocientos mil o quinientos mil pesos por un proceso. Entonces dese cuenta, con
ese precio es muy berraco. Entonces más bien decidimos esperar a la Caja a ver si traía un
programa. Es como yo le decía a la gente, “bueno, está bien, usted no cree en estos
abogados, espere que más adelante va a venir un programa con una entidad del distrito que
es lo que ustedes quieren, que le da seguridad y le da garantía”. Y es así, ahoritica tenemos
los resultados: más de mil procesos y ahoritica hay gente que está diciendo: “don Evelio,
cuándo empieza el otro proceso”, y ya di la orden de empezar a recoger carpetas para
iniciar otro proceso con la Caja.
Rubén Darío De esos cien que iniciaron en la titulación yo no me metí porque ya no
podía, ya estaba cerrado el paquete (después de que la demanda es aceptada ni le puede
sacar ni meter uno nada; con uno sola persona que se quiera salir del proceso hay que
retirar toda la demanda y volverla a colocar en el juzgado, entonces eso no se puede hacer).
Entonces lo que hice fue poner a trabajar al hombre. Cuando se llegó lo de la
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deslegalización sopesamos a ver si hablábamos con los Gaviria o no. Entonces los Gaviria
querían era hablar sobre escrituración no sobre legalización y a nosotros en ese entonces
nos interesaba no sólo la titulación sino la legalización del barrio otra vez. Entonces dentro
del proceso la Alcaldía Mayor en Secretaría de Gobierno nos dijeron: “mire, está la Caja”.
“Bueno, entonces en la siguiente reunión tráiganos la propuesta aquí a la mesa de gobierno,
a la mesa de Secretaría de Gobierno”.
Lucy Estela La Caja de Vivienda Popular iba a venir a hacer procesos de escrituración,
sí, pero es que los Gaviria llevaban tratando de hacer procesos de escrituración desde hacía
más o menos diez años ¿ves? Y ellos habían peleado con el Gobierno, con la parte
gubernamental y con nosotros. Por eso se había caído el proceso de legalización del barrio
¿sí ves? Porque ellos habían demandado al Estado tratando de sacar plata. Y ellos quieren
sacar plata por todos lados y también quieren sacarnos plata a nosotros. O sea que quieren
tener plata por lado y lado y lo que pasa con el predio de los Gaviria es que es hereditario
¿ves? Entonces ni siquiera ellos como familia Gaviria se han puesto de acuerdo sobre qué
es de quién: que el abuelito le vendió a yo no sé quién y que el Gaviria papá no sé qué,
pero que le heredó al otro y el otro, entonces entre ellos mismos como que se han agarrado
por el mismo terreno.
Rubén Darío En el año 92 - 94 es que aparecieron los abogados de los Gaviria, los
dueños de la hacienda Casablanca, a procurar una reunión por aquí con los líderes
comunales y los líderes comunales rechazaron esa reunión. Yo no era de la Junta en ese
tiempo todavía, yo seguía trabajando con lo de las escuelas –asociaciones de padres de
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familia- y con lo de CELODIJE, pero a nosotros también nos trajeron el problema:
“compañeros de CELODIJE vengan porque a ustedes les van a llegar, van a coger a todo
cuanto se llame organización y les van a traer una exposición”. Los Gaviria decían que
teníamos que volver a comprar los lotes para que nos dieran la escritura.
Nosotros hicimos dos cosas. Como yo ya tenía experiencia con lo del primer proceso de
titulación entonces lo único que hice fue, allá en la mesa de concertación de Secretaría de
Gobierno, llevarme mi paquetico de fotocopias de los cien títulos que ya estaban (no estaba
el mío ahí pero yo defendí ese proceso porque yo le trabajé dos años y medio a eso).
Entonces dije: “esto es legal, esto es válido, esto no entra dentro del proceso que la Caja
me quiere exigir ni en los que me quiere ayudar”. Entonces yo ya sabía que para ser dueño,
para la validez del lote, lo que vale es la posesión. Aquí así no tenga usted documento, si
usted está poseyendo el lote usted ya es dueño. Aquí los documentos son lo de menos.
Aquí lo que vale es la posesión. Como yo llevo tantos años aquí, yo soy capaz de decir
quién es el dueño de tal lado, y de tal y tal y tal otro porque nos conocemos y nos hemos
tratado. Entonces, así esa persona haya perdido la carta de compraventa... porque muchas
personas perdieron sus documentos. O por el hecho que hay tantos pleitos porque por
poner otro ejemplo, aquí hay mucha gente separada con el segundo y tercer marido o con la
segunda y tercera esposa, y la primera se le llevó el documento, pero él siguió con la
posesión. Entonces ahí como vecinos podemos hacer esas aclaraciones para que quede en
firme la validez de la posesión.
Nosotros cada ocho o quince días durante catorce meses duramos allá sentados, ni siquiera
los traíamos aquí, en la Alcaldía Mayor en el segundo piso de la Alcaldía, en la oficina del
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Alcalde (del Secretario de Gobierno). Y allá llegaban todas las entidades: treinta y cuatro
entidades llegamos a tener sentaditas ahí para nosotros no más. Alguien dijo: “pero es que
estos manes quiénes son, estos manes quiénes son…”; llega allá y se para a decir, “pero es
que esta reunión es inaudita, ni siquiera consejo de seguridad reúne tanta gente, ni el
consejo de seguridad para Bogotá reúne tanta gente y estos quiénes son”, entonces
presentémonos. El que decía eso era un abogado prepotente por allá, él era de Planeación.
Creo que era del departamento jurídico de Planeación porque es que el fue demandado fue
Planeación con la joda de la deslegalización porque los que legalizan los barrios son los de
Planeación. No, pero que tipo tan prepotente.
Entonces llegamos nosotros y Leonidas, el de Potosí, le dijo: “mire, nosotros somos las
personas que pagamos el sueldo suyo, así de sencillo, usted traga y come porque nosotros
pagamos impuestos: cada vez que yo me tomo una gaseosa ese impuesto viene para acá,
cada vez que me compro una libra de arroz ese impuesto viene para acá y usted se pone esa
corbata y esas mancornas porque yo pago impuestos, así de que hágame el favor y me
respeta porque yo soy constituyente primario”. Y así fue que se le bajaron los humos al
hombre y ya no volvió más a esas reuniones. Siempre mandaba su secretario o algo así.
Entonces de todos, el que más fallaba a las reuniones era aquí el alcalde de Ciudad Bolívar
y el del Departamento de Acción Comunal y entonces nosotros los oficiábamos: les
mandábamos un oficio... Se supone que el Departamento de Acción Comunal son como los
padrinos de las Juntas de Acción Comunal, y no nos estaban respaldando; los ediles
tampoco; el alcalde tampoco estaba ahí.
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Lucy Estela Ahora que me acuerdo sí había el runrún de los títulos de propiedad pero no
por parte de la Caja de Vivienda sino de unos abogados, e incluso -como uno habla- ha
habido tumbis con la comunidad en cuanto a eso. Había una señora Ninfa que estaba
haciendo unos títulos de propiedad en Santa Rosita y en Nueva Argentina y ya los sacó, o
sea que uno puede decir que ya hay títulos de propiedad en Jerusalén.
En Paraíso está el abogado que trabaja con la Caja de Vivienda. Eso quiere decir que sí
deben salir unos títulos pero otra cosa es que ellos, los que llevan 5 o 6 años con esos
abogados, están muy demorados y parece que va a salir primero el proceso de la Caja de
Vivienda que el de ellos. Yo creo que las influencias de la Caja de Vivienda han servido
mucho pues ella trabaja con la vivienda de interés social y ha ayudado a que ellos hagan
parte en el proceso y a que la parte jurídica vaya y hable con el juez ¿sí? Que vaya a los
juzgados y esté allá y diga: “Vea ahí hay un proceso con Jerusalén, cómo es ahí, cuánto se
demora”, eso.
Rubén Darío Catorce meses nos duró la negociación a pesar de que apretamos a todo el
mundo. Como ya teníamos el proceso de pavimentación eso era la que la gente nos estaba
volcando en la mesa de negociación. Entonces ahí fue cuando le dijimos a la Caja de
Vivienda Popular que nos presentara la propuesta de la titulación. Entonces, en una
pantalla gigante nos hicieron la propuesta. Para mí era lo mismo a lo que ya teníamos con
el abogado particular pero respaldado por una institución.
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El asunto era que cuando yo hablé de eso con el abogado en esa semana le dije: “bueno,
cuál es su cotización para el siguiente paquete porque este de los primeros cien ya está
negociado. Cuál es el precio para el siguiente paquete”. Y fue tan descarado que me dijo
que valía $450.000 pesos por predio. Con la Caja nos dijeron que valía $250.000 entonces
ni modos, el Dr. abogado Octaviano dijo, “no pues entonces yo entro en el concurso de
esos otros abogados con la Caja de Vivienda Popular”. El abogado lo pensó y dijo: “voy a
ganar un poquito menos pero hago más procesos”, y le sirvió, “entonces entremos a
concursar”, listo, entramos a concursar. Y el hombre, ese abogado, ya se volvió muy
comunitario porque él ya trabaja es con los barrios. Él no trabaja en su oficina, él trabaja
con los barrios. Y entonces fue cuando nosotros mismos pusimos de ventaja toda la
experiencia que tenemos en titulación y fue la experiencia mía al trabajar, antes con
Octaviano, la que se puso al servicio de los otros compañeros para decirles cómo era el
proceso.
Lucy Estela La Caja de Vivienda apenas empieza a llegar al barrio hace más o menos
unos cinco o seis años, no más. Ya la Caja de Vivienda tiene aparte sus propias
urbanizaciones, sus propios programas, sus propios lotes. Uno ve alrededor de Jerusalén y
dice, Arborizadora Media, es de la Caja de Vivienda Popular; parte de Sierra Morena
también es de la Caja de Vivienda Popular. Pero en Jerusalén, nada que ver la Caja de
Vivienda Popular ¿ves? Es hasta ahora que se está trabajando con ellos.
Cuando la Caja de Vivienda Popular llegó al barrio decía: “hay dos formas de obtener
escrituras o títulos. Una es la negociación directa”. Es decir, teníamos que reconocer que
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los Gaviria eran los dueños de esto y debíamos negociar con ellos las escrituras a bajos
precios. La otra forma era hacer todo el proceso de titulación por intermedio de los
juzgados, abogados y esperando a que saliera la sentencia del poseedor para obtener la
pertenencia del terreno. Cuando los Gaviria ven que hay casi mil procesos en Jerusalén y
que empezaron a andar y que están regados en cada juzgado, ellos se quieren comunicar
con nosotros ¿sí? Mandan una propuesta muy buena, eso sí, mucho más barata que como
salía por medio de titulación con la Caja de Vivienda Popular. Afortunadamente hay un
grupo de abogados que nos colaboran mucho. Inclusive la misma área jurídica de la Caja
de Vivienda Popular.
Al parecer los Gaviria ya estaban muy enterados del proceso con la Caja de Vivienda: ya
sabían precios, ya sabían en qué juzgados ¿si me entiende? Uno sí se pregunta ellos cómo
se enteraron. Es como si hubiera uno entre nosotros que va y les cuenta todo. Uno sigue
con la duda ¿ellos cómo se enteran? ¿Por la Caja de Vivienda o alguno de nosotros o
cómo? Entonces ellos dicen: “ustedes están pagando $166.000 pesos por medio de la Caja
de Vivienda Popular, nosotros les dejamos igual en $166.000 pesos pero nosotros les
damos escrituras. No se va a demorar dos o tres años como el proceso de titulación, si no
más o menos de uno a tres meses. Menos tiempo por el mismo precio” pero entonces ellos
dicen, “pero, nosotros solamente vamos hasta la parte de que damos el documento y
ustedes van y lo registran ante notaría y ante instrumentos públicos, lo elevan a escritura.
Para elevarlo, vale mas o menos $400.000 pesos entonces...”.
Cuando iniciamos el proceso de titulación con la Caja había dos formas de hacerlo: tener la
carta de compraventa, pero algunos acá, porque han pasado muchos años, por decir algo
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los dieciocho o veinte años que lleva el barrio (este barrio lleva veintidós años o sea, no
soy de las fundadoras, yo ya llegué cuando había gente...). Por decir algo un señor que
lleva 22 años y quiera entrar al proceso de titulación para tener su título de propiedad, más
no su escritura –eso sí debe quedar claro que no son escrituras- uno le dice que necesita la
carta de compraventa. “No eso ya han pasado veintidós años, a mí se me mojó, se me
perdió o eso”, entonces qué hacer. El abogado le dice a uno –el de la Caja de Vivienda -:
“bueno, él lo que puede hacer es un extra-juicio con dos testigos que lo conozcan y que
aseguren que él vive ahí hace 22 años”. Listo, él va a la notaría se lleva sus dos testigos y
hace el extra-juicio. Eso ya es el documento soporte que él es el dueño de ese terreno y de
esa casa.
Nosotros nunca nos hemos comunicado con los Gaviria pero ellos tienen un abogado.
Como presidentes no hemos visto a ningún Gaviria. No, no los distinguimos. Debe haber
algunos de los presidentes que de pronto hayan dicho “Yo me fui a ver con los Gaviria...”
Pero igual, siempre está la incertidumbre de que le digan a uno “Vamos a una reunión con
los Gaviria y nos vemos aquí los cinco” y yo empiezo: “Cuál de ellos es el Gaviria, ¿sí?,
cuál es él...” No, no sabemos nunca. Igual, ni siquiera con el abogado. El abogado se ha
comunicado con nosotros como junta, por medio de Fax y mail, no más.
Rubén Darío Si los Gaviria no hubieran vuelto con los abogados para intentar hacer las
ventas de las escritura pública nadie se hubiera interesado en tener el título legal porque
todo el mundo estaba tan calmado, tan tranquilo con eso, que creían que su documento era
ese. Porque resulta que ellos, o todos nosotros aquí –yo hablo de ellos como si fuéramos
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aparte, no- todos nosotros aquí estábamos tan tranquilos pensando que ese era el
documento oficial: el que teníamos cada uno en la casa.
Cuando vemos y estudiamos y analizamos las leyes resulta que no, que apenas somos
poseedores no más. La gente peleó mucho por eso: “pero es que yo pago impuestos, pero
es que yo pago servicios, pero es que yo pago esto, y que qué tiene que ver un pinche papel
de esos, y que no sé qué, y que a mí nadie me va a sacar”. Nosotros les decíamos que nadie
los iba a sacar pero que debían legalizar la posesión, la estadía aquí. Les explicábamos que
así como estábamos éramos invasores. Que así le hubieran comprado a otro habían
invadido. Entonces nadie les estaba cobrando el predio. Porque la ventaja que nosotros
brindamos, o que brinda la Caja también o el proceso de pertenencia como tal, ya sea con
el abogado privado con el que hicimos los primeros procesos de títulos o con la Caja, es
que no tenemos que volver a comprar el predio. No tenemos que volver a comprar el
predio, tenemos es que legalizarlo, sacarle la cédula de ciudadanía al predio.
Creo que fueron más los que habían perdido el documento que los que sí lo tenían los que
se metieron al proceso de titulación luego de que vieron y entendieron esa situación.
Entonces ahoritica sí están haciendo fila para entrar con la Caja porque ya tienen la
confianza de que el proceso sí salió y que salió en un tiempo mucho más rápido. O que está
saliendo más rápido que el proceso de los primeros abogados.
Lucy Estela Y hay algo más con los Gaviria: según lo que nos decían los abogados,
como los Gaviria todavía no han definido esa herencia, que son estos terrenos, uno de ellos
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supuestamente está ya muy viejito y como que de pronto se muere o eso, entonces no han
definido de quién es qué... Esto está dividido como por... cuando hablan de terrenos hablan
por mojones ¿sí? Que de tal mojón a tal mojón es de Elvira de Crosh, de tal otro a tal otro
es de Juan Gaviria, de tal otro es de Felipe ¿si me entiende? Entonces lo que los abogados
dicen es que los Gaviria nos pueden presentar una propuesta de las escrituras del terreno
más no de las mejoras y eso entonces le va a salir mucho más caro a la comunidad. Cuando
digo “comunidad” es obviamente yo incluida porque hago parte del proceso ¿cierto? Sería
mucho más caro hacer un proceso por el terreno, que es la escritura que dan los Gaviria, y
otro proceso por las mejoras, entonces ¿a qué estamos jugando?
Entonces yo digo: yo no voy a hacer un proceso, o sea, nosotros como Junta decimos: “no
vamos a hacer un proceso por terrenos cuando nosotros ya pagamos el terreno”. Cuando yo
compré yo pagué $2’500.000, $1’800.000, $1’000.000, por qué voy a volver a comprar a
otro que dice que es el dueño, si yo soy la dueña hace 15 años ¿si ves? Con la Caja de
Vivienda lo que se está haciendo es un proceso de titulación y pertenencia para pasar de
poseedores a propietarios de mí terreno y de mis mejoras, de todas las viviendas que vayan
hasta el tope de vivienda de interés social. Es decir, que no supere los cuarenta y tres
millones de pesos. Ahí es donde la Caja de Vivienda entra a hacer su interventoría; sólo
como interventoría y como asesoría. Porque todo lo pagamos nosotros la comunidad con
los $166.000 pesos. ¿Qué incluyen? Procesos notariales, gastos de honorarios de abogados,
procesos en los juzgados, fotocopias, curadores –¿Quién más viene?- vienen los peritos
¿ves? Todo eso lo cubre cada quién con lo que paga.
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De Jerusalén hay casi mil procesos que van a salir. Esos son los que llevamos con la Caja
de Vivienda: procesos de titulación en Jerusalén por sectores. Entonces, Potosí tiene algo
así como cuatrocientos procesos, Pradera tiene cuarenta y algo, Bella Vista tiene ciento
noventa ¿sí? O sea, de cada sector sumamos mil.
Francisco Evelio En Plan Canteras, que es otro barrio, otro sector de Jerusalén,
empezaron con un proceso de 700 predios. Entonces nosotros empezamos con esos. Ya
empezó Canteras, luego seguimos nosotros con 135. Ya llevábamos nosotros un año con
ese proceso cuando entró Paraíso.
♦ Capítulo siete: el proceso de titulación: el balance _________________________________________________________________________ El proceso de titulación en Jerusalén continua pues faltan miles de predios por titular y las personas que ya se han vinculado o con abogados particulares o con la Caja de Vivienda Popular, aún están a la espera de la sentencia que los haga propietarios frente al derecho oficial. Muchos habitantes son escépticos, algunos ignoran los beneficios reales que pueda tener el título; otros simplemente quieren tener sus papeles en regla para dejar de ser tachados como “ilegales” ante el Distrito.
Rubén Darío Yo siempre he sido institucionalista. Yo siempre le he pedido al Estado, o
sea, yo hago proyectos pero yo se los pido es al Estado, yo no le pido a nadie más.
Entonces si el Estado me va a ayudar con eso yo pongo a que el Estado trabaje para
nosotros. Por eso lo de la escuela. Cuando le dije lo de legalizar la escuela era con
Secretaría de Educación y que vinieran para acá pues ellos son los que tienen que dar la
educación aquí.
90
Yo siempre desde el primer día de mi trabajo comunitario he sido institucionalista aunque
por eso les peleo mucho, mis conceptos son muy izquierdosos porque es que a nosotros ni
el Estado ni el gobierno nos está haciendo un favor, están cumpliendo con su deber. Ojo a
eso: yo no los recibo como favor de ellos, lo recibo como que es un deber de ellos entonces
por eso también tengo dolores de cabeza, tengo pleitos, tengo rencillas con ellos pero al fin
y al cabo son funcionarios públicos. Uno aplica un poquito de diplomacia pero los apreto,
pero con un poquito de diplomacia; eso se aprende poco a poco.
Lucy Estela La gente en general quiere titular porque el título da más seguridad sobre el
terreno, sobre la propiedad. Ahora que va a pasar la nueva avenida por Jerusalén, la
continuación de la avenida Jorge Eliécer Gaitán Cortés para que entre Transmilenio y para
que haya alimentadores, la obra se va a llevar varias casas ¿ves? Entonces para que a mí el
Gobierno me pague debo tener título. No me pagan mi lote solamente con mi carta de
compraventa, debo tener un título de propiedad. ¿A ellos qué les están exigiendo? Título de
propiedad ¿cierto? Haber pagado el impuesto predial porque se está valorizando, que es lo
que le da el auto avalúo y muchas personas no lo habían hecho ¿ves? Entonces eso también
lo ayuda. Jerusalén, después de la ficha normativa de cada UPZ –que ésta es la setenta- y
de acuerdo al desarrollo que va teniendo la ciudad, va tomando más importancia.
Es que Jerusalén tiene más de ocho mil predios y si sólo hay mil predios inscritos en el
proceso de titulación, la proporción viene siendo que casi que sólo un 10% de la población
de Jerusalén está en proceso de titulación. Pero igual hay que contar los otros a los que le
están saliendo títulos. Fueron varios factores los que no dejaron que se metieran más
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personas: puedo hablar del miedo de Bellavista y... bueno, la credibilidad ¿cierto? Y el
murmuro de que puede ser así. Hubo también personas que no alcanzaron a completar la
cuota o completaron la cuota y no siguieron pagando y entonces no pueden seguir en el
proceso porque impiden que los demás sigan adelante; hubo otros que no completaban la
documentación. ¿Cuál era la exigencia de la documentación y la más básica? Demostrar
que uno llevaba cinco años de posesión. ¿Cómo lo demuestro? Con mi carta de
compraventa, con recibos de los servicios públicos, entonces nosotros decíamos: “como
estamos empezando en el 2003, traiga recibos de cinco años atrás entonces, son los recibos
del 97 y 98”, “no pero yo todo eso ya lo boté ya no tengo nada”, “vayan a las empresas y
pídanlo”.
Los recibos vienen a nombre de cada quien pero hay unos de unas casas que vienen al
nombre del anterior propietario. Entonces, si alguien no tenía todos los documentos no
podía entrar al proceso. Si yo no tenía por decir algo, si yo pagué mi cuota inicial que eran
$33.200 pero no tengo ni agua ni luz que era la base de hace cinco años, quedé por fuera.
También pasaba que yo tenía que haber pagado mi cuota de pavimentos porque había que
cumplir el convenio y si yo no había pagado mi cuota de pavimentos –porque muchos,
desde el 99, que fue cuando se hizo el convenio, no han pagado los $75.000 pesos. Eso lo
mismo de todo: la gente dice que hasta que no vean que están pavimentando el frente de
sus casas no pagan y el problema era que debían traer su consignación de pavimentos. “No,
no he pagado”. Se queda por fuera. Y así, así se iba sacando a cada quién. Entonces no
todo el problema es por credibilidad o por las dudas que la gente tiene frente a las Juntas.
Si no que también es por no cumplir con todas las exigencias de la documentación para
poder iniciar el proceso.
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El año pasado los procesos se movieron muy poquito porque los juzgados empezaron a
implementar todo lo de la sistematización entonces durante casi todo el año, por lo menos
durante unos siete u ocho meses de los doce meses del año estaban “sistematizando”. El
juzgado tal, cerrado durante cuatro meses mientras “sistematizan” ¿sí? Todo eso ha hecho
que se demore más el proceso pero va a salir primero que los otros. El primer paquete con
la Caja de Vivienda Popular, nosotros lo llamamos así, se supone que debe estar para este
año, para el 2005, porque lo iniciamos desde el 2002.
Francisco Evelio Más gente se hubiera metido al programa de titulación si la Caja de
Vivienda hubiera otorgado más cupos. Pero la Caja de Vivienda tenía un cupo limitado
para empezar. Ahora, la gente reacia que no cree todavía dice: “no, esperemos que salgan
los primeros títulos con la Caja de Vivienda” y lo que pasa es que todavía no han salido los
primeros. Son reacios todavía.
Hay otra gente que me dice: “Don Evelio, ¿será que si va a haber otro segundo paquete con
la Caja de Vivienda?”. Y yo les digo que toca esperar porque todavía estamos en este
proceso y como ha habido enredos y chocones toca mirar primero qué va a pasar. Y ahora
ya la Caja de Vivienda me da a mí la parte jurídica, me dice, “sí don Evelio, comience a
recoger carpetas porque ya abrimos un nuevo proceso de titulación con la Caja de
Vivienda”. Ahora, esa es una buena noticia para las personas que quieren meterse a
hacerlo.
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Yo no me puedo meter al proceso con la Caja porque yo estoy en el proceso con
Octaviano. Yo hablé con la Caja de Vivienda, “bueno, yo estoy en un proceso
independiente ¿renuncio a ese proceso y empiezo con ustedes?”, y ellos me dijeron que no
porque nosotros ya íbamos adelantados. Nosotros ya pasamos por la mirada del terreno,
por los peritos, por todas estas cuestiones. Nosotros ya estamos adelantados entonces para
qué voy a renunciar allá si es el mismo proceso igual. Ahí seguimos así, ahí está.
Lucy Estela La gente en su casa no sabe todo lo que está pasando en el barrio entonces
uno como líder los motivaba para que se metan al proceso de titulación: “ojo, vengan a
reunión, vengan a asamblea, les quiero informar que por el lado de su casa va a pasar una
gran avenida y como usted no se ha puesto las pilas y tiene una casa de tres y cuatro pisos,
se la va a llevar la avenida y a usted, sabiendo cuánto le ha costado construirla, no le van a
venir a pagar a lo que le costó hacerla”.
Ahora, yo sí creo que la comunicación o la difusión hace la diferencia de cada cosa:
mientras no hubo difusión ni comunicación alguna de que tenía que haber títulos, nadie se
preocupaba por los títulos. Pero cuando llega un nuevo programa (es que ese es otro factor:
los programas que se van implementando poco a poco en cada barrio, ahora es la titulación
para Jerusalén) y uno en cada asamblea le bota la pelota a las personas de lo que viene, del
nuevo programa, entonces ahí sí empiezan a surgir las inquietudes y luego las personas
dicen: “por qué, por qué debo tener un título”.
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Rubén Darío La dificultad es lo económico, la dificultad es el pago de esta situación
porque hay mucho desempleo y mucha vaina. Aquí siempre va a haber problemas cuando
se requiera dinero. Esa siempre va a ser la dificultad para resolverlos: hacer el aporte.
Aunque todo el mundo dice que sí quiere entrar al proceso entonces nosotros buscamos los
costos y les decimos: “el costo unitario de esta vaina es un millón y medio, el abogado
viene y nos lo hace por $450.000 o $500.000 pesos, la Caja nos lo hace por $200.00”.
¿Entonces por dónde le entramos? Por donde la comunidad diga.
Francisco Evelio Hay gente a la que no le interesa el título y que está esperando que el
gobierno, que el presidente les de la escritura. No es que sean ignorantes ni brutos sino que
son personas que se limitan a ciertas cosas no más, a dejar que el tiempo pase y listo, y no
miran a proyección ¿ya? Y mucha gente que todavía no se ha despertado. Les traemos a la
Caja de Vivienda para ofrecer un proceso de titulación y ni siquiera les importa: “Ah, eso
después, esperemos a que salgan esos títulos a ver si es verdad, a ver si es verdad si sirven
o no, y ahí sí me meto”. Todavía como que no se ha creado conciencia ¿sí? Todavía no
están firmes. O sea, en ese entonces yo sí me sentía inseguro porque yo compre en el 94 –
más o menos- y ya estaba el chisme que los dueños están vivos y que iban a reclamar ¿sí?
Lucy Estela Hay personas a las que les da lo mismo tenerlo que no tenerlo porque no
saben para qué les va a servir el título después de que lo tengan. Pero ahí uno se sienta y les
empieza a explicar: “a usted le puede servir porque después, cuando usted vaya a pedir un
préstamo, a usted le van a pedir su certificado de libertad”. Y entonces cuando yo ya tengo
título de propiedad me sale el certificado de libertad y ahí ya va me va subiendo el de
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estatus del terreno. Me voy a valorizar más como propietaria en mi terreno. El título me va
a dar más seguridad en mi terreno.
Igual yo no nunca me había preocupado por las escrituras o por el título de propiedad.
Cuando uno entra en el rollo es que empieza a darse cuenta que es bueno. Que sí es
importante. Pero a mí el abogado antes me decía, cuando estaba reuniendo toda la
documentación, él me decía: “qué otro documento se puede pedir”, y yo le decía: “yo no
sé, yo tengo ahí una escritura”. “¿Tiene una escritura, Lucy?”. “Sííííí, yo tengo una
escritura porque yo recibí un subsidio de vivienda por parte de Compensar, bueno no me
acuerdo si por Compensar o por Colsubsidio, y ellos me dieron una escritura por
mejoramiento. En esa escritura dice que yo soy la dueña de ese terreno y que hice
mejoramiento de tantos millones que me dieron como subsidio”. Cosas así, entonces sí hay
otros documentos que sirven para probar que somos propietarios. Y entonces en esos
documentos que pedíamos y pedíamos en cada salón comunal, documentos que se
necesiten, se decía: “o si usted tiene escritura por subsidios tráigala”; y muchas personas la
tienen. Y ahora la titulación nos da seguridad en la medida que se está dando al barrio la
visión de ciudad. Ya no sigo siendo ahí el barrio de Jerusalén pues la circunvalar del sur va
a pasar a 5 cuadras de mi casa.
Con el título legal uno ya va subiendo de estatus y yo ya soy la dueña, propietaria y
poseedora de mi terreno. En cambio antes sólo era poseedora y no era propietaria ¿ves? Por
eso era que yo le decía: “ojo que con la titulación estoy comprobando que soy la dueña de
este terreno y no que yo le voy a comprar a alguien porque nosotros ya compramos”. Si
después me vienen a comprar a mí, ahora que yo soy la propietaria, entonces ya se eleva el
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título a escritura pública. Además también se decía: para hacer el paso de título de
propiedad a escritura pública hay que llevarla instrumentos públicos y eso tiene un valor;
obviamente es mucho más caro. Puede tener un valor que puede oscilar entre $200.000 y
$400.000 pesos; no sé de qué depende, eso lo saben más los abogados. Si yo tengo mi
título yo misma puedo ir a elevar la escritura porque el título que a mí me da la Caja de
Vivienda, bueno la Caja de Vivienda no (es un intermediario) el juez, solamente le faltan
las tapas que digan “escrituras” y de “tal notaria” y ya ¿ven? Entonces eso es lo que uno le
explica a la gente.
Rubén Darío Las ventajas del título legal son todas, es decir, reconocernos como
propietarios, darnos la firmeza de que ya nadie más va a venir a discutir eso porque
siempre hemos tenido durante veinte años la zozobra de que esto es de la familia Gaviria.
Ahora no, ya aparecemos, nuestros nombres ya aparecen en un título oficial, en un
documento oficial, entonces eso es una de las ventajas.
La otra ventaja es acceder a las condiciones del mercado y a las condiciones bancarias para
acceder a créditos. Otra de las ventajas es para acceder a los juicios de sucesión porque las
personas que van dejando a su familia no las dejan desprotegidas sino con patrimonio. Eso
es básicamente porque de los que llegamos aquí, ya casi todos son de la tercera edad.
Entonces van falleciendo y la sucesión de los cuatro o cinco hijos es problemática por sin
título se van a tener que agarrar por el lote. Entonces va a ser más fácil hacer una sucesión
con el título de pertenencia que con un papel que era borroso, a veces mal elaborado y
muchas veces sin registrar. O cuando algunos tenían documento pero no lo tenía
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registrado; o lo tenían firmado por el que lo compró pero el que lo vendió nunca fue a una
notaría, entonces eso legalmente no vale.
♦ Capitulo ocho: los opositores _________________________________________________________________________ Los habitantes de Jerusalén tienen distintas formas para legalizar su propiedad. Algunos prefieren trabajar con la Caja de la Vivienda Popular, otros han optado por dejar su situación en manos de abogados particulares. Por último, unos creen que la mejor forma para asegurar su propiedad es negociando las escrituras públicas directamente con la familia Gaviria.
Lucy Estela Si se abre un segundo paquete con la Caja de Vivienda hay mucha gente que
estaría interesada. Pero igual, ahora está el boom de los Gaviria: ya hay grupos que dicen
ser “comité proescrituras” con los Gaviria, ¿ves? Gente de varios sectores. Pero nosotros
acá los vemos poquito. Es que Bellavista es uno de los sectores más tranquilos de Jerusalén
–afortunadamente para mí- pero en los otros sectores hay los opositores, ellos los llaman
“los opositores” (ese es el vocabulario de los líderes que son mayores que yo). Por ejemplo
en el Tanque: cuando tú hables con Carmen56 vas a quedar aterrado de que hay un grupito
y que unos ya los identifican en cada lado y a mí me dicen, “no es que viene Balbuena y
viene yo no sé quién”. Y yo: “¡uy los opositores del Tanque!”, ¿sí? Hay otro grupito en
Santa Rosita que dicen haberse reunido ya con los Gaviria.
Francisco Evelio En el Tanquelaguna hay unos, unas personas, digo yo, como
sindicalistas, como negreras, como personas que solamente piensan en el beneficio
personal. Allá tenemos marcadas unas personas como Roncancio, como Huertas, como
Camacho, que son personas que están identificadas hace mucho tiempo. Que siempre son 56 Carmen es otra líder del barrio. Vive y trabaja en el sector del Tanquelaguna.
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personas que se auto nombran veedores; están con la politiquería, entonces son personas
que están influenciadas y llegan a un barrio y en vez de construir, están destruyendo, en
vez de fortalecer, están es acabando con la moral y con todo el mundo. Son habitantes del
barrio pero son personas que ya son pensionadas o han tenido su trabajo o trabajan
independientemente, entonces ellos se pegan a los políticos ¿si? Son como un muñeco para
un político, un maniquí o un títere como lo llaman; y solamente los utilizan para las
campañas políticas y listo, entonces ese muñequito, ese títere lo tienen que tener en el
barrio. Esa persona los tiene informados: “métase a un taller de veeduría, vea que le dan un
carné”. Vea que el tal Camacho, ese tiene un carnet hasta del partido liberal y toda esa
vaina ¿sí? Y con influencias y todo; ha pertenecido a asociaciones de padres de familia, a
comités de educación, cantidad de comités y qué va, en vez de fortalecer van es a destruir
porque no pelean con beneficio general para el barrio.
Con ellos siempre ha habido pelea porque ellos están en contra, están en contra de todos
los procesos que nosotros hemos hecho: de todos. Cuando iniciamos el proceso con la
legalización de la luz, estuvieron en contra. Ellos y otras personas regaron el cuento en el
barrio diciendo que nosotros, los presidentes de las juntas, vendimos la comunidad a la
empresa de energía de Bogotá (en ese entonces que era la empresa de energía). Que la
vendimos y nos dejamos comprar por cualquier peso y decían, “mire como nos están
cobrando los contadores de la luz”. Cuando nosotros hicimos una negociación, una
legalización limpia y transparente donde lo que hicimos fue beneficiar al barrio. Solamente
unos cuantos pagamos el contador, unos cuantos. Y si usted va y averigua eso, usted
pregunta en una cuadra, “¿Cuánto le cobraron por el contador?” le pueden decir que le
cobraron $150.000 pesos, o que le cobraron la primera cuota pero que no le han vuelto a
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cobrar. O si pregunta otra vez le pueden decir que nunca le han cobrado por el contador.
¿Sí? Y ya todos tenemos nuestro contador. Y eso pasó porque nosotros fuimos a negociar
allá y a pelear y a decir, “mire, somos de estrato uno, tenemos escasos recursos
económicos, no podemos pagar ese programa pin que usted tiene”. Entonces estos ya
vienen y nos tildan a nosotros, entonces nos ponen en tela de juicio frente a la comunidad
diciendo que nosotros no rendimos cuando eso no es cierto.
La comunidad le come cuento a esa gente porque tienen cierto liderazgo ¿sí? Ahora con el
proceso de titulación ellos le dicen a la gente, “miren, los dueños de eso están vivos, se
llaman los Gaviria y ellos están vivos y ellos van a hacer titulación con ustedes, les van a
dar la escritura, no un título sino la escritura. No le coman cuento a los abogados porque
los van a estafar; las escrituras les van salir protocolizadas, las escrituras van a salir
fácilmente, no van a salir chimbas”. ¿Sí me entiende? Entonces todas esas versiones a
usted le dañan la cabeza y lo ponen a pensar ¿sí? Entonces ahí ya empieza la discordia:
empezamos el proceso de titulación pero luego llega otra persona y les dice: “ire a usted le
dan es un título, a usted no le van a dar escritura, ese título no sirve para nada”.
Lucy Estela Los opositores son gente de la comunidad que no está de acuerdo con lo de
las Juntas de Acción Comunal. Ellos hacen los títulos con los Gaviria pero es como si los
Gaviria estuvieran ofreciendo un porcentaje por cada título, por cada escritura que ayude a
sacar el grupo ¿ves? Entonces ahí es como por plata, eso es.
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Rubén Darío La oposición sí se da, yo sé que hay unos comités. Pero ellos no tienen
capacidad de convocatoria. Ese domingo anterior a que ustedes llegaran aquí, estuvimos en
el parque para escuchar una reunión que era a la una de la tarde en el parque con respecto a
la titulación. Decían que venían los abogados de los Gaviria. Y en un parque y estando
listos para una reunión no habían sino once personas. ¿Qué son esas once personas? Cuatro
o cinco de ellos y seis personas más que querían escuchar la reunión (seis de la comunidad
y cinco activistas, digámoslo así). Y nosotros llegamos, pero nosotros no nos sentamos allá
al lado de ellos sino que nos fuimos para una tienda al lado del parque a mirar a ver cómo
se iban a reunir y cuando fuera a empezar la reunión les llegábamos a hacer algunas
preguntas y algunas otras cosas. Pero no se dio tal reunión entonces allá nos quedamos
tomando cerveza con la misma funcionaria de la Caja de la Vivienda Popular.
Lucy Estela Hay mucha incertidumbre por parte de la gente porque hay muchas
versiones, muchas versiones de lo de Jerusalén ¿cierto? Que los Gaviria definitivamente
van a venir a las escrituras, listo, que viene la Caja de Vivienda Popular a hacer las
escrituras...
Lo primero que se le debe explicar a la gente, y ese es el dilema que se ha tenido, es que
con la Caja de Vivienda se obtienen títulos y no escrituras. Se empieza el proceso de
titulación en cada sector de Jerusalén. Pero en Bellavista, por decir algo, sólo el 10%, casi
el 10% ha seguido el proceso porque los demás dicen que los van a robar, que eso es para
tumbarlos. Pero no, la Caja de Vivienda no puede hacer escritura sobre un terreno que no
es de ellos… “No pero cuánto tiempo, cuánto hay que pagar, ahora nos van a robar la
101
plata”. Toda esa es la incertidumbre de la comunidad. El vecino le dice al otro: “ojo que lo
van a tumbar, cómo así que le van a hacer un título de propiedad. Usted lo que necesita es
una escritura”. Hay muchas dudas alrededor del proceso y entonces el uno enreda al otro
con la duda y la cizaña y ese se sale del proceso, y luego el otro, y así sucesivamente.
Lo que pasa es que al final lo que lo afecta a uno para todo es el bolsillo ¿cierto? Ver de
dónde sale plata y eso. Pero vamos a hacer una segunda fase de titulación y ya hay muchos
inscritos.
Francisco Evelio Yo no engaño a la gente. Yo les digo que lo que les va a salir es un
título de pertenencia, cosa muy diferente a la escritura pública. Yo sí he sido muy claro
enfocando la comunidad en eso para que no vayan a tener encontrones. Lo más tenaz es
que con la Caja de Vivienda ahora es más difícil para unas personas que quieren sacar su
título pero no lo pueden hacer porque su casa se pasa de los límites de la vivienda de
interés social. Entonces ahoritica tienen que empezar, quieran o no quieran, a hacer un
proceso con un abogado independiente de la Caja de Vivienda para que el abogado les
haga el recorrido, ahí sí ya les toca. Eso es lo principal.
Rubén Darío A mí me parece, mire, yo no soy abogado pero yo le digo una cosa: es más
inaudito que los Gaviria quieran escriturar cuando no han recibido la sucesión porque
todavía no son dueños ¿entonces? ¿O acaso son dueños si no han recibido la sucesión?
Entonces qué es lo que se van a poner a vender ¿o no? Es más lógico por este lado ¿sí o
no? Que no se pueden demandar que porque no han recibido la sucesión y ¿entonces?
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Entonces si están feriando escrituras o prometiendo escrituras. Es más inaudito, es más
ilegal.
Francisco Evelio La oposición es tan fuerte que se unen estos tres tipos y mandan cartas
a la Alcaldía local diciendo que las Juntas de Acción Comunal están haciendo titulación y
estafando a la gente cuando no es así. Tanto así, que ellos nos metieron una tutela, ellos
metieron una tutela al Comité de Desmarginalización por el programa de pavimentos
diciendo que estábamos dando un “manejo no adecuado”, que estábamos cobrando por la
pavimentación de unos predios cuando no habían pavimentado. Entonces es muy difícil.
Pero bueno, el Tanque ha sido así toda la vida, ha sido muy difícil trabajar allá. Todo con
ellos ha sido un conflicto, un conflicto muy tenaz.
Igual, vea, yo le digo a la gente que se meta al proceso con la Caja de Vivienda porque es
una entidad del distrito que está vigilada. Porque igual un abogado monta una oficina y se
pierde y uno después cómo lo consigue, quién le responde por la plata que usted dio, quién,
dígame. Por ejemplo nosotros con el Dr. Octaviano, él mete la demanda al juzgado civil
primero en el 97 y vea, cada rato se pierde y toca localizarlo, toca buscarlo, toca... bueno
cada que uno lo encuentra entonces ahí uno pregunta, “Qué pasó Dr. abogado”. Es más, ya
le puse allá en la Caja de Vivienda un derecho de petición porque imagínese, yo no quiero
que me estafen a esta gente. Entonces yo hablo con la jurídica y ¿sabe qué me dice la
jurídica?: “mándame una carta dirigida a mí que para que por favor le colaboren y yo voy
al juzgado a ver que está pasando”. Listo. Entonces dígame dónde hay más garantías, con
la Caja de Vivienda que está constantemente vigilando a los abogados y constantemente y
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periódicamente hacen informes de cómo va el proceso de titulación, o con una sociedad de
abogados donde nadie los vigila ni los controla. ¿Quién les dice algo? Y fuera de eso están
cobrando el doble de lo que cobra la Caja de Vivienda.
Lo lógico es que uno quiere el bien para su comunidad y para uno mismo. Entonces, donde
me salga más económico y donde me den más garantías y donde realmente estamos viendo
las escrituras.
Los títulos que salen no van a ser protocolizados sino que son un título de pertenencia de
donde usted puede hacer una escritura pública que no va a ser protocolizada. Entonces mire
la confianza tan tenaz que me otorgan los de la Caja de Vivienda Popular. Mientras que el
abogado sí se puede torcer en el camino, el abogado sí nos puede sacar una escritura
protocolizada y de qué nos sirve a nosotros si a los cinco años tiene vencimiento de
términos. Listo, quedamos otra ves sin nada y volver a iniciar, entonces no. Mejor la Caja.
Lucy Estela Con la Caja de Vivienda se ha hecho un trabajo mancomunado muy bueno.
Nos reunimos cada mes a hacer avance. Los abogados que tienen el proceso fueron
escogidos por la misma comunidad, o sea, por los mismos presidentes de Junta con varias
hojas de vida que se recibieron según el abogado tuviese experiencia en titulación. Es que
no es el primer barrio donde se hace titulación de predios ¿ves? Ya se ha hecho con otros
pero, al igual que con otros, también se ha hecho negociación directa. Es decir, cuando la
Caja de Vivienda nos ha dado las dos alternativas porque ellos han trabajado las dos
formas. Ya hay una experiencia con el barrio aquí al piecito que es de Manuela Beltrán:
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ellos tienen escrituras. Y estamos en linderos con Manuela Beltrán -igual se supone que
pertenece a Jerusalén- pero ellos ya tienen escrituras ¿ves? Ellos negociaron con el que
decía ser el dueño de esa parte que era un párroco, Padre algo, y cada quien fue y le
compró. Pasó igual que acá, pero hace por ahí unos 15 años.
♦ Capitulo nueve: Nuevos retos para el futuro de Jerusalén _________________________________________________________________________ Hay procesos en el barrio que ya han culminado, unos exitosamente otros no tanto. Pero el barrio sigue creciendo; sigue en construcción. Sus habitantes siguen viviendo en la periferia de Bogotá y la intervención estatal sigue siendo insuficiente.
Lucy Estela Y ahorita con el proceso de pavimentos que hay en el barrio…pues no sé,
me he sentido que hemos estado como estancados en el trabajo comunitario porque ahora
el trabajo no es tan social como antes: ahora es como más de pavimentos ¿sí me entiendes?
O sea más concreto que social. Los problemas han cambiado. A medida que se va
superando el barrio cada cosa se va mejorando entonces ya no hay inconvenientes por los
servicios, ya están todos: agua, luz, teléfono, gas ¿sí? Entonces ya nadie tiene que luchar
por los inconvenientes de los servicios públicos...
Francisco Evelio Lo más principal fue que logramos conseguir ese programa de
pavimentos. Realmente se inicio en mi vía, donde yo habito, en la carrera 47a, que nos
reunimos dos, tres cuadras y fuimos a pelear por un objetivo ¿Cuál objetivo? El objetivo
era hacer pavimentar nuestra cuadra y con tan buena suerte que constituimos un comité.
Hicimos rifas, trabajamos y lo presentamos ante el IDU y el IDU nos avaló la construcción
de esa vía. Entonces sí se puede y sí hay la posibilidad. Ahí es donde nace el Comité de
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Desmarginalización, donde nace lo que es ya el contrato con el IDU de intervención en
mejoramiento de barrios. Ahí empieza lo que es ya lo grande, lo que tiene la junta ahoritica
en continuación. Ya existe una continuidad de un proyecto grande que se deja atrás, que
dejó marcado, que está en pauta ahí y que ha repercutido en más de 32 entidades del
distrito que tienen que ver con ese proyecto y que han intervenido y así sucesivamente.
Lucy Estela El Comité de Desmarginalización está compuesto más que personas, por las
Juntas mismas. Ya dentro de cada Junta, los directivos y los siete sectores de Jerusalén:
Nueva Argentina, Santa Rosita de las Vegas, Bella Vista la Y, Paraíso, Pradera la
Esperanza, Tanque Laguna, Potosí ¿sí? Y de cada uno de los sectores, los presidentes las
Juntas de Acción Comunal. Ese Comité se creó en 1999 cuando vino la propuesta de
pavimentar las vías del barrio ¿sí? Para poderlas pavimentar había que crear, entrar al
programa de Mockus “Todos Ponen” y luego a un programa que se llamaba “Gestión
Compartida”. La Gestión Compartida era que nosotros como comunidad debíamos aportar
por cada frente de la casa $75.000 pesos (las casas esquineras debían aportar $150.000
pesos) y el resto para pavimentos lo daba el IDU ¿sí? Entonces firmamos ese convenio. Ya
con el convenio firmado debía crearse, o sea, para que pudiese firmarse debía crearse un
comité y así se creo el Comité de Desmarginalización. Así mismo se llamaba el programa:
Desmarginalización en Bogotá que existía a nivel BOGOTÁ.
En Ciudad Bolívar alguien habla del Comité de Desmarginalización y lo identifican; “¿que
ustedes son del Comité de Desmarginalización? ¿que ustedes lograron que se cayera la
legalización del barrio y que ahora otra vez lo legalizaran? ¿que a ustedes ya no les
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vendieron adoquín como a todos lo barrios si no que les vendieron...?” ¿Sí me entiende? O
sea, son varias cosas las que uno va haciendo: “Que ahora están en titulación, que ahora
van empezar a trabajar...”
Francisco Evelio Ahorita todos se enfocan en la lucha por el pavimento y no miran que
tenemos un problema con legalizar nuestros predios y con tener nuestro título de
pertenencia. Ya con ese título de pertenencia puede uno recurrir a un certificado de libertad
y puede acceder usted a un programa de mejoramiento de vivienda, a un subsidio de
vivienda. Pero la gente está preocupada en otras cosas. Ahí los lideres deben decirle a la
gente, “mire, pensemos en esto más bien qué es lo que hay más necesidad, qué es lo que
nos va a sacar de pronto de apuros o nos va a sacar al mejoramiento de nuestra vivienda o
vamos a obtener un subsidio del gobierno”.
Lucy Estela La gente no es que desconfíe del Estado, es que no sé por qué ahora no hay
esa inversión acá. Por eso les decía ahorita que el Estado no ha vuelto a traer los programas
de los que se hacían antes. El SENA quería traer un programa para capacitar a jóvenes ¿sí?
Curtidores de cuero, otro en ebanistería y decirle a la comunidad que viene el SENA tiene
más seriedad ¿cierto? Entonces se convocó a la comunidad: “vean, por favor, hay unos
cursos, aprovechen vengan y se inscriben”. La gente hacía cola para inscribirse en los
cursos y el SENA nunca salió con nada: así se pierde la credibilidad del líder y cuando uno
después quiera implementar algo ahí la gente dice: “será que sí, será que no”.
Lo que pasa es que en el barrio faltan muchas cosas: yo no trabajaría sólo por titulación.
Yo he pasado cartas a la Alcaldía Local cuestionando porque no vienen a hacer
107
mejoramiento de los parques ¿ves? Uno trabaja y trabaja ahí y pero no se ve el trabajo que
uno hace; yo a veces decía que me siento como estancada y como que no he hecho nada
pudiendo hacer más cosas, más por la comunidad ¿ves? Lo de titulación a la larga no es tan
problemático; es más, cada quién ira buscando algo legal para su terreno. Hay otras cosas
mucho más importantes…
Francisco Evelio Que sí faltaron muchas cosas por hacer y muchas cosas por realizar, y
realmente pues todavía sigo acompañando a estos grupos apoyándolos y mirando a ver
para no cometer muchos errores. Usted sabe que cuando ya están las instituciones pues es
muy difícil porque cada uno respeta sus instituciones y ellos como sea no van a aflojar todo
para un sólo barrio. Ciudad Bolívar es muy grande, son más de doscientos treinta cinco
barrios y las instituciones del Estado tienen que cobijar a todos los barrios, no a un solo
barrio. Eso es una pelea muy grande, muy grandísima.
Lucy Estela Si no hubiera Juntas de Acción Comunal hay muchas cosas que no se
podrían hacer ¿ves? Tanto que nosotros lo decíamos: en Bellavista deberían haber afiliados
al libro como socios de la Junta de Acción Comunal, como mil cien personas ¿sí? como
mil cien. Ahora se hace depuración del libro ¿Por qué se hace depuración? Porque las
personas no van a la asamblea, porque uno nunca los ve, porque sólo fueron y se
inscribieron. Había quinientas personas de mil cien, o sea, sólo la mitad y quedan
doscientas cincuenta ¿ves? Incluso yo lo decía en una reunión con la Caja de Vivienda:
“debe ser que de pronto la Junta de Acción Comunal no tiene mucha credibilidad,
busquémonos otra estrategia, creemos unos comités”. Yo les decía crearan un comité de
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titulación ¿sí? “Creemos un comité de titulación que nada tenga que ver con la Junta de
Acción Comunal”. Ahora, para que a ese comité de titulación lo reconozcan ante la parte
distrital Bogotá debe ser una comisión de la Junta de Acción Comunal. O sea, es que
ninguna otra organización tiene aspecto jurídico ni NIT -vuelvo y les digo- solo las Juntas
de Acción Comunal; o a no ser que sea una ONG, pero ya para ser una ONG hay que tener
platica, sacar estatutos, sacar... tener revisor fiscal, todas esas cosas.
Entonces la comunidad empieza con la duda por eso, porque algunos dicen, algunos
señores ya de edad, unos viejitos se acercan a mí y me dicen: “muy chévere que se haga lo
de la titulación pero sabe qué señora, yo ya he vivido aquí veinte años y nunca he
necesitado título para nada. Yo ya no lo hago. Yo me muero de aquí a un mes o dos meses
y para qué me voy a poner a pagar ciento y pico e mil pesos. Eso para qué, ya no lo hago”.
Entonces ahí ya hay un grupito que no lo hace. Otros dicen, “no, yo la verdad es que me
quiero ir ya de este barrio, ya viví una época y ya no quiero que mis hijos estén acá, yo no
voy a invertir plata así en un título cuando yo puedo vender como yo compré: una carta de
compraventa”. ¿Ves? Son varias cosas.
Ahora se hablaba mucho de la ficha normativa- y yo les explicaba a todos “Ojo, tengamos
visión de ciudad, Jerusalén no sigue siendo ese barrio donde empezamos hace tantos años,
vías sin pavimentar, sin servicios, mi casuchita y noooo ojo”, tengamos visión de ciudad
porque ahorita con la ficha normativa y con el decreto de la ficha normativa... Ya salió un
decreto y como dice: “notifíquese y cúmplase” ¿sí? Ya empiezan entonces los demás
servicios, la valorización -me sube la valorización-; se puede correr el riesgo de subir de
estrato 1 a estrato 6 ¿sí me entiendes? Pero ya cuando uno habla que se va a subir la
109
estratificación y la gente ve que eso lo perjudica porque la luz que llegaba por veinte ahora
va a llegar por cuarenta, el agua que llegaba por cuarenta ahora llega por ochenta…
Entonces ahí sí algunos dicen que todo eso nos va a empezar a afectar. Pero ese contra está
ayudando porque el barrio se está valorizando ¿ves? Y también se está valorizando mi
propiedad. Entonces yo les decía: “Si van a ver los pro y los contra pero algunos me van a
beneficiar a mí como dueño de este terreno”.
Falta mucha inversión aquí. Falta presencia del Estado. Uno todavía vive en el otro lado
aunque uno no lo crea. Por ejemplo como ustedes que viven ya en otra parte- ustedes no
creen que aquí puede haber muchas problemáticas… Uno dice, sería bueno tener, bueno,
qué sé yo, un psicólogo, un abogado. El otro día llegó dizque un abogado diciendo que las
personas que quisieran consultar al abogado debían pagar $1000 pesos, por decir algo, y
mucha gente iba y uno no puede creer todos los problemas que tiene cada quién. No puede
creer todo lo que le pasa a cada persona. Entonces falta como mucha presencia del Estado
y eso que le digo, traer programas, buenos programas a los que todos... que sean creíbles.
Las señoras dicen, “vea yo quiero hacer algo por la tarde…”.
Si uno va y mira la cancha deportiva, el suelo, se le quitó un pedazo porque está muy
roñosa. Y yo ahí pienso que ojalá yo pudiera hacer algo. Entonces hay sitios donde hacen
ciertos programas y toda la gente se va para allá. O sea que la misma Junta no tiene cómo
convocar o cómo poder saciar todas esas ganas de hacer cosas. Entonces ahí uno no tiene
nada para decir si, por ejemplo, está la Corporación Minuto de Dios, dictando cursos de
esos y la gente le dice a uno que va para el Minuto de Dios porque le están enseñado
corsetería todos los días. Otros dirán, “no voy al Minuto de Dios porque soy Joven en
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Acción” ¿ves? O sea, se captan desde allá todas esas cosas y uno desde acá no puede hacer
nada. Yo siento que uno está así: como que uno no puede hacer nada.
Francisco Evelio El proyecto del sector de Nueva Argentina fue la remodelación de la
cancha de microfútbol y lo que era el parque. Fue la primera vez en mi vida en que hice
una contratación con el Estado siendo yo el contratista. Eso sí es dispendioso porque
manejar recursos del Estado donde hay interventoría encima, donde uno tiene que saber
mover cada peso porque sino se le viene a uno una investigación encima. Entonces es una
labor bonita, donde hay una participación de la comunidad ¿sí? Se enseña a la comunidad
que hay unos recursos pero que hay que cumplir con unas horas de trabajo, un domingo o
un festivo, entonces todos estábamos involucrados en un beneficio que era general.
Lucy Estela Nosotros no le jalamos a la política, eso sí ha sido algo que ha estado claro.
Más que no halarle a la política es a la politiquería. Ahí como que me voy a contradecir un
poquito y es esto: a la política sí porque incluso del mismo grupo alguien estuvo postulado
para edil, Rubén Darío, pero ahí sucede lo que se ve entre todas las comunidades: el
egoísmo, la hipocresía, como que hay gente que lo apoyaba y que después decían, “él no es
lo que yo pensaba” porque no sé, las personas cambian mucho. Uno mismo está dado a
cambiar ¿cierto? Pero a veces uno se pregunta por pequeñeces y uno dice, ¿pero por qué lo
hizo? Ahora hay dos ediles que podemos decir que son amigos nuestros ¿si? En el
momento en que necesitaban todo el apoyo para hacerse ediles. Nos reuníamos y
hablábamos con ellos. Ahora que son ediles nunca están por aquí. Entonces eso es todo lo
malo que se ha dado en Jerusalén: como que somos usados y luego “chao”.
111
Esos ediles no están involucrados ni en el proceso de titulación ni en el proceso de nada.
En serio, no los volvimos a ver, nosotros incluso les escribíamos y les decíamos que por
qué no venían y nos informaban en qué podíamos trabajar o qué beneficios hay y qué
programas podían ellos traer para acá para el barrio. Pero nada. Ni idea.
Antes había más unión, las personas eran más participativas. Por ejemplo antes se traía un
curso de confecciones y las señoras se inscribían y aprendían confección ¿ves? Que curso
de muñequería... o sea, todo eso se ha visto en el barrio: y que estilistas, que peluquería y
las personas iban. Ahora van muy pocas, ahora sí han cambiado los cursos, ahora no se
dice “vamos a hacer un curso para las señoras en porcelana y cron”. No. Ya la Alcaldía no
manda eso. Ahora la Alcaldía manda a dar cursos de elaboración y formulación de
proyectos; la Ley 80 ¿sí ve? Todo ha cambiado. Uno tiene que irse acoplando y la
comunidad pierde un poco de interés en eso. ◊
F I N
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◙ Sobre la lectura de diálogos: una conclusión provisional
La historia de Jerusalén, contada desde las voces de los narradores y pobladores del barrio,
constituye no sólo una pieza importante de la historia de Bogotá y un ejemplo latente de
cómo se construye y consolida un barrio informal alrededor de una metrópoli, sino también
una invitación para observar la ciudad desde otra perspectiva. Como bien lo anota el
narrador de las Ciudades Invisibles de Italo Calvino, la ciudad es diferente para el que
viene por tierra y para el que viene del mar57. Como lectores, intérpretes y abogados
estamos acostumbrados a observar la realidad desde ópticas estrechas (demasiado técnicas
y estáticas) que no engloban la compleja realidad tras las formas más variadas del amplio
mantel de calles que es Bogotá. Para el caso de la propiedad informal nuestro lente se ha
limitado a trazar el mapa de lo legal e ilegal y en consecuencia ha dejado de lado la
posibilidad de generar nuevos imaginarios o formas de comprender fenómenos sociales y
de supervivencia tales como los descritos por los pobladores de Jerusalén.
Estas últimas palabras no tienen como propósito resumir o puntualizar la historia contada
por Lucy Estela, Rubén Darío, o Francisco Evelio. Tampoco se han escrito para sentar una
pauta interpretativa de la experiencia vivida por los pobladores de este barrio o de las
posibles implicaciones jurídicas de la propiedad informal vistas desde el marco teórico que
plantea el pluralismo jurídico, en particular, el convencionalismo. Estas últimas
anotaciones quieren ser simplemente un llamado de atención, un comentario al margen que
resalte la importancia de las ideas que han motivado este trabajo académico: pensar a
Bogotá como el conjunto de historias, experiencias, personas y barrios que se aglomeran
57 Italo Calvino, “ Las Ciudades Invisibles”, El Mundo, Unidad Editorial S.A., Bogotá, 1999, p. 26
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sobre un territorio multiforme pues su Historia no se limita ni define por categorías
jurídicas tales como legal o ilegal. Pensar el régimen y las normas de propiedad en Bogotá,
o en algunas otras ciudades de países subdesarrollados, bajo un esquema de monismo
jurídico fundado exclusivamente en los conceptos de título y modo, propietarios o
poseedores, parece ser un marco angosto y poco plausible para describir adecuadamente
las relaciones que tantos habitantes de nuestro continente tienen con la tierra, el concreto y
los bienes inmuebles.
La realidad de las edificaciones en las grandes capitales Latinoamericanas no obedece ni
puede estudiarse bajo conceptos o categorías jurídicas extranjeras que se han cristalizado
en códigos y leyes sin ser aterrizados o acondicionados al contexto social o cultural al cual
se van a aplicar. Nuestros procesos de desarrollo están dotados de características
particulares, como la informalidad, que nos obligan a buscar maneras alternativas de
entender y descifrar nuestra cultura, idiosincrasia y sus repercusiones jurídicas. La
informalidad en la construcción y en la compraventa de vivienda se ha convertido en un
supuesto generalizado en Latinoamérica. Por ello, no basta con denunciarla como
perjudicial para el desarrollo económico de un país o ciudad. Por el contrario, hay que
estudiar sus orígenes en busca de fórmulas originales que permitan desentrañar por qué y
de qué manera se conforman y constituyen los barrios subnormales. Así, no parece
conveniente aproximarse al fenómeno con la distancia de quien quiere aprender un oficio y
sólo lo hace a través del manual de instrucciones: las razones tras la conformación de estos
barrios son retazos de voces y de la memoria de sus protagonistas.
114
Antes de intentar encuadrar la ciudad en las normas y conceptos tradicionales, habría
también que pensar cómo la ciudad y sus habitantes, a través de sus pautas de
comportamiento, señalan o generan prácticas paralelas que dialogan con las normas
oficiales y buscan abrirse paso para gozar de las mismas ventajas que la otra parte de
Bogotá, la ciudad del derecho formal, ofrece a sus habitantes. Ejemplos de estas figuras
serían las cartas de compraventa y el libro de predios, recursos utilizados como mecanismo
alternativo para proteger el goce de la propiedad. Estas figuras prueban que la ilegalidad
no debe equipararse a la informalidad pues ésta última no surge por la estricta violación de
normas jurídicas. El fondo de esta problemática tiene un toberllino de matices donde
desafortunadamente, o afortunadamente, no hay una sola respuesta ni un sola conclusión.
La realidad es plural, compleja, y desigual58 y el derecho debe hacer esfuerzos, aún cuando
sean titánicos, de marchar al ritmo de la vida que regula o por lo menos, de intentar
comprenderla. En esa medida, resulta valioso escuchar las historias y reflexiones de los
habitantes de la periferia para trazar el mapa de nuestra historia, entender cuál es y ha sido
nuestro proceso de desarrollo y crecimiento urbano y cómo el derecho es o no eficiente en
enfrentar los problemas y contingencias que surgen alrededor de la tenencia de la tierra en
Bogotá. Como fue dicho en la introducción de este texto, el giro histórico, metodológico, y
teórico será pensar a Bogotá no desde su centro, sí desde su periferia.
Ahora bien, será labor de cada lector llegar a sus propias conclusiones y atreverse a
estudiar y descifrar los relatos de los habitantes de Ciudad Bolívar para evaluar qué formas
jurídicas son las adecuadas, eficaces y justas para auxiliar a aquellas personas incapaces de
58 En un país como Colombia, donde la situación de desorden público y violencia se ha vuelto la “ normalidad”, no pueden aplicarse fórmulas y leyes que desconozcan el contexto en el cual van a ser aplicadas.
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costear una vivienda a través de los mecanismos de título y modo tradicionalmente
establecidos en Colombia. Este texto es una lectura más, una narración, un testimonio que
no el fin, la conclusión o definición de la vida que subyace las casas y edificios de la
Bogotá expandida. En estas páginas se han presentado los diálogos de aquellas personas
que no son partícipes de la construcción de políticas públicas y cuyo trato con el Distrito ha
estado primordialmente caracterizado por una relación violenta (en un sentido amplio) con
las normas, instituciones y funcionarios públicos encargados de regular esta materia. El
texto no pretende, pues, ofrecer ni un plan de trabajo ni un proyecto político o urbanístico;
mucho menos una sola versión o interpretación del fenómeno. Es una pieza de la historia
con “h” minúscula, también merecedora de integrarse a la memoria colectiva de nuestra
capital. Así, fue recogida sin mediadores y expuesta de la manera más abierta posible pues
“[l]o que le importa a mí Marco Polo es descubrir las razones secretas que han llevado a
los hombres a vivir en las ciudades, razones que pueden valer más allá de todas las
crisis”59. ◊
59 Ibídem, p. 16
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