24
El calendario de Dios y el plan profético de Dios. 1era. Parte. Por: Waldemar Hernández y Samuel Saldaña Puntos de interés especial Calendarización en las culturas descendientes de las hebreas Influencias de otras cultu- ras en el método de medir el calendario ¿Resucitó Cristo un día sábado o domingo? Las fiestas solemnes de YHWH Adulteraciones del calen- dario en la era cristiana Contenido: Muerte y resurrección de Cristo 1 ¿Resucitó Cristo sábado o do- mingo? 2 Levítico 23: Estatuto de Dios 3 La Gavilla: su recolecta y pre- sentación ante YHWH 5 Adulteración del Sábado Sema- nal por Domingo:El Octavo Día 7 Jeroboam y el Octavo Mes de fiesta para YHWH 8 Distribución del reino de Dios 10 Reinado y reyes del Norte y Sur 14 Método cálculo del calendario festivo para Dios 16 Receta licuado frutas 14 ¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente! junio, 2009 Volumen 1, 2 La Voz del Heraldo A través de los años, los nombres de los me- ses hebreos han cambiado y el procedimiento para fijar el calendario también ha cambiado. Después del exilio en Babilonia en 586-516 a.C., los nombres de los meses del calendario judío fueron reflejo de los nombres babilo- nios, y esos nombres permanecen hasta hoy en el calendario judío actual. En los días de Cristo, ya existía una diferencia significativa entre la forma de confeccionar el año luni-solar, considerando los hechos histó- ricos de la separación de Israel entre el norte y el sur. Es decir, que los métodos de los sama- ritanos prevalecieron, no obstante el de los judíos también, pero con el avanzar del tiem- po, aparecieron también los saduceos y farise- os. Y, aunque en la actualidad, el calendario judío se basa en cálculos astronómicos de gran precisión, no era así en la antigüedad. Durante siglos el calendario se determinaba cada mes a partir de la Luna Nueva (Núm. 10.10; Salmo 81.3). Hoy para los judíos, la Luna Nueva recibe el nombre de Rosh Hodesh (cabeza del mes); en la sinagoga la Luna Nueva se celebra con ora- ciones, la lectura de la Torá y saludos especia- les. En el libro de Éxodo capítulo 12 Dios estable- ció el orden de los meses. Este fue el primer calendario empleado por el pueblo de Dios y así fijar las fiestas solemnes. Nisán (Abib o Aviv) debía ser el primer mes del año solem- ne y señalaría la liberación de Israel de Egip- to. La Pascua (Pasej) se celebra en Nisán. En tiempos del Mesías, había un segundo ca- lendario de uso civil u oficial. Este nuevo calendario comenzaba con el mes de Tishri el cual era contado como el Año Nuevo civil, Rosh HaShaná (Trompetas). El segundo ca- lendario continúa vigente hasta hoy practicado por los judíos. ―Al músico principal; sobre Gitit Salmo de Asaf ¡Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra! ¡Al Dios de Jacob aclamad con júbilo! Entonad canción y tocad el pandero, el arpa que deleita y el salterio. Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne, porque estatuto es de Israel, ordenanza del Dios de Jacob. Lo constituyó como testimonio en José cuan- do salió por la tierra de Egipto. Oí un lengua- je que no entendía: Aparté su hombro de debajo de la carga; sus manos fueron descargadas de los cestos. En la calamidad clamaste y yo te libré; te respondí en lo secreto del trueno; te probé junto a las aguas de Meriba. Selah‖. Salmo 81.1-7. Esta cita ha sido controversial dentro del pue- blo judío desde la Edad Media; sin embargo, los datos provenientes de la historia son de consideración vital dado que señala que des- de los días en que se dividió el reino de Israel por mandato de Dios fueron cambiados los métodos de obtener las fechas que estipulaba la voluntad de Dios; el calendario sufrió cam- bios con tal de debilitar la espiritualidad de la nación y que Dios se viera impedido para hacerlo con Su pueblo. La herencia que le dio Babilonia a la nación de Israel fue determinante para que luego de su salida, también tergiversaran los métodos y formas que ya el Señor había pre- establecido. Aún en los días de Cristo prevalecía la con- troversia, pero Él ha dado promesa de la re- velación de Luz particular, a su tiempo. Darános vida después de dos días: al tercer día nos resucitará y viviremos delante de él‖. Oseas 6.2. www.alaluzdelabiblia.org

Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Embed Size (px)

DESCRIPTION

2da edición Boletín La Voz del Heraldo, junio 2009

Citation preview

Page 1: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

El calendario de Dios y el plan profético de Dios. 1era. Parte. Por: Waldemar Hernández y Samuel Saldaña

Puntos de interés especial

Calendarización en las

culturas descendientes de

las hebreas

Influencias de otras cultu-

ras en el método de medir

el calendario

¿Resucitó Cristo un día

sábado o domingo?

Las fiestas solemnes de

YHWH

Adulteraciones del calen-

dario en la era cristiana

Contenido:

Muerte y resurrección de Cristo 1

¿Resucitó Cristo sábado o do-

mingo?

2

Levítico 23: Estatuto de Dios 3

La Gavilla: su recolecta y pre-

sentación ante YHWH

5

Adulteración del Sábado Sema-

nal por Domingo:El Octavo Día

7

Jeroboam y el Octavo Mes de

fiesta para YHWH

8

Distribución del reino de Dios 10

Reinado y reyes del Norte y Sur 14

Método cálculo del calendario

festivo para Dios

16

Receta licuado frutas 14

¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!

junio, 2009

Volumen 1, nº 2

La Voz del Heraldo

A través de los años, los nombres de los me-

ses hebreos han cambiado y el procedimiento

para fijar el calendario también ha cambiado.

Después del exilio en Babilonia en 586-516 a.C., los nombres de los meses del calendario

judío fueron reflejo de los nombres babilo-

nios, y esos nombres permanecen hasta hoy

en el calendario judío actual.

En los días de Cristo, ya existía una diferencia

significativa entre la forma de confeccionar el

año luni-solar, considerando los hechos histó-

ricos de la separación de Israel entre el norte y

el sur. Es decir, que los métodos de los sama-

ritanos prevalecieron, no obstante el de los judíos también, pero con el avanzar del tiem-

po, aparecieron también los saduceos y farise-

os. Y, aunque en la actualidad, el calendario

judío se basa en cálculos astronómicos de

gran precisión, no era así en la antigüedad.

Durante siglos el calendario se determinaba

cada mes a partir de la Luna Nueva (Núm.

10.10; Salmo 81.3).

Hoy para los judíos, la Luna Nueva recibe el

nombre de Rosh Hodesh (cabeza del mes); en

la sinagoga la Luna Nueva se celebra con ora-ciones, la lectura de la Torá y saludos especia-

les.

En el libro de Éxodo capítulo 12 Dios estable-

ció el orden de los meses. Este fue el primer

calendario empleado por el pueblo de Dios y

así fijar las fiestas solemnes. Nisán (Abib o

Aviv) debía ser el primer mes del año solem-

ne y señalaría la liberación de Israel de Egip-

to. La Pascua (Pasej) se celebra en Nisán.

En tiempos del Mesías, había un segundo ca-

lendario de uso civil u oficial. Este nuevo

calendario comenzaba con el mes de Tishri el

cual era contado como el Año Nuevo civil,

Rosh HaShaná (Trompetas). El segundo ca-

lendario continúa vigente hasta hoy practicado

por los judíos.

―Al músico principal; sobre Gitit Salmo de

Asaf

¡Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra!

¡Al Dios de Jacob aclamad con júbilo!

Entonad canción y tocad el pandero, el arpa

que deleita y el salterio.

Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día

señalado, en el día de nuestra fiesta solemne,

porque estatuto es de Israel, ordenanza del

Dios de Jacob.

Lo constituyó como testimonio en José cuan-

do salió por la tierra de Egipto. Oí un lengua-

je que no entendía:

Aparté su hombro de debajo de la carga; sus

manos fueron descargadas de los cestos.

En la calamidad clamaste y yo te libré; te

respondí en lo secreto del trueno; te probé

junto a las aguas de Meriba. Selah‖. Salmo

81.1-7.

Esta cita ha sido controversial dentro del pue-

blo judío desde la Edad Media; sin embargo,

los datos provenientes de la historia son de

consideración vital dado que señala que des-

de los días en que se dividió el reino de Israel

por mandato de Dios fueron cambiados los

métodos de obtener las fechas que estipulaba

la voluntad de Dios; el calendario sufrió cam-

bios con tal de debilitar la espiritualidad de la

nación y que Dios se viera impedido para

hacerlo con Su pueblo.

La herencia que le dio Babilonia a la nación

de Israel fue determinante para que luego de

su salida, también tergiversaran los métodos

y formas que ya el Señor había pre-

establecido.

Aún en los días de Cristo prevalecía la con-

troversia, pero Él ha dado promesa de la re-

velación de Luz particular, a su tiempo.

―Darános vida después de dos días: al tercer

día nos resucitará y

viviremos delante de él‖. Oseas 6.2.

www.alaluzdelabiblia.org

Page 2: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

1. ¿Murió Cristo un miércoles o viernes?

La controversia que conlleva la muerte y resurrección de Cristo implica muchos detalles. No es una novedad el tema dado que

durante siglos ha sido una tensión en ambos extremos.

Las posibilidades en que Cristo murió viernes y resucitó en domingo son muchas; pero el tema no sólo abarca estos elementos,

sino que, la importancia de este tema es que existen otro tanto de temas en torno a la muerte de Cristo y otro tanto alrededor de la

resurrección.

2. ¿Resucitó Cristo un sábado o domingo?

Un recurso importante que nos dan el evangelio de Juan es el capítulo 19 verso 14 donde señala que el día en que Cristo murió

era viernes dado que la víspera era un Gran Día de Solemnidad, y aunque se quiera desvirtuar el hecho de que los días de fiestas solemnes eran llamados días solemnes, no significa que podemos descartar cuando acontecía la coincidencia de que la fiesta so-

lemne sabático de la Pascua (específicamente las Hierbas Amargas) caían también en un sábado semanal. Muchos han querido

desvirtuar el significado de Juan 19.14 para debilitar esta posibilidad. Aún con todas las adulteraciones que puedan existir del

Nuevo Testamento (por el hecho de que fueron traducidas del hebreo al griego, por lo que están recubiertas de cultura helénica),

existe como recurso el Antiguo Testamento. Por mandato de Dios, existe una lista de normativas para consumar las Fiestas So-

lemnes de YHWH.

Levítico 23

vv 1-2:

―Y habló Jehová á Moisés, diciendo: Habla á los hijos de Israel, y diles: Las solemnidades de Jehová, las cuales proclamaréis santas convocaciones, aquestas serán

mis solemnidades‖.

La Pascua (mes primero de Abib o Nisan): v.5:

―En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová‖. ―Este mes es designado como "el primero

en los meses del año" (Exo. 40:2, 17; Lev. 23:5; etc.); también se lo llama Abib (Exo. 13:4; 23:15; 34:18; Deut. 16:1).

... Continuación del artículo anterior

Página 2 La Voz del Heraldo

Page 3: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Abib, que generalmente coincide con nuestro mes de abril,

significa "mes de las espigas", porque los cereales estaban

entonces en espiga. Después del cautiverio se adoptaron

nombres del calendario babilonio, y Abib se convirtió en Nisán (Neh. 2:1; Est. 3:7). El nuevo rito implica que hasta

entonces el año israelita había comenzado en un tiempo

diferente, probablemente con el mes llamado más tarde

Tishri, que corresponde con nuestro septiembre u octubre.

De aquí en adelante se emplearon dos cómputos: uno para

los propósitos sagrados y el otro para los civiles. El primer

mes de cada año era el séptimo del otro, aunque los núme-

ros siempre iban desde Nisán como el primero. Abib, el

"mes de las espigas", se convirtió de aquí en adelante en el

primer mes del año eclesiástico, Y Tishri vino a ser su

séptimo, igualmente honrado por fiestas importantes más tarde instituidas en el Sinaí. El año civil, que comienza

con el mes de Tishri, nunca fue abandonado por los

israelitas y todavía está en uso entre los judíos de hoy.

Puede rastrearse su existencia por todo el período del AT.

Fue perpetuado por los judíos, pues creían que Dios creó

el mundo en el otoño de ese año‖. CBA. Cap. 12 de Éxo-

do.

Las Hierbas Amargas o Panes Sin Levadura: vv. 6-8:

―Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los

panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura.

El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo

de siervos haréis.

Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el

séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de

siervo haréis‖.

La Gavilla Mecida: vv. 10-14:

―Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado

en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos

de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de

Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo

la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cor-

dero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada con

aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su liba-

ción será de vino, la cuarta parte de un hin.

No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este

mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios;

estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que

habitéis‖.

El Pentecostés: vv. 15-16:

―Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas

cumplidas serán.

Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cin-

cuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová‖.

Nuevo grano para YHWH recolectado del campo que había sido

cosechado en el tiempo primaveral-otoñal. La gran cosecha de

las semanas (Pentecostés) sería recolectado para preparar nueva-

mente ofrenda para YHWH, incluso, el grano recolectado para

este tiempo sería reservado para el año siguiente, aunque eso no

implicaba necesariamente que fuera utilizado para los días de la

presentación de la gavilla; sino para las fiestas de la Pascua y las Semanas. La fiesta del Pentecostés implicaba no sólo la presen-

tación de la Gavilla delante de Dios, sino también la confección

de los Panes de la Proposición que serían colocados doce sobre la

mesa que reposaba de continuo dentro del Lugar Santo, aunado a

esta ofrenda se sumaban otras ofrendas. Veamos lo que dicen los

siguientes versículos:

vv. 17-21:

―De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda meci-

da, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová.

Y ofreceréis con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros;

serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.

Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de ofrenda de paz.

Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a Jehová para el sacerdote.

Y convocaréis en este mismo día santa convocación;

ningún trabajo de siervos haréis;

estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones‖.

Las Trompetas: vv. 24-25:

―Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo,

una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.

Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová‖.

... Continuación del artículo anterior

Página 3 Volumen 1, nº 2

Page 4: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

La Expiación: vv. 27-32:

―A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y

afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de

Jehová vuestro Dios.

Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.

Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo destruiré a la tal persona de

entre su pueblo.

Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en dondequiera que

habitéis.

Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del

mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo‖.

Los Tabernáculos: vv. 34-36:

―Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solem-

ne de los tabernáculos a Jehová por siete días.

El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis.

Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y

ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis‖.

¿Cuándo se mecía la gavilla?

Los que apoyan que Cristo resucitó en sábado, obvian el hecho de que este día aunque no fue-

ra un sábado semanal aún seguía siendo un sábado ceremonial; siendo ceremonial en este día

de sábado festivo no se haría obra de servidumbre, pero si era permisible otras preparaciones; pero, cuando la Pascua coincidía en un sábado semanal, todo quedaba concentrado en el día de

preparación semanal que corresponde a los viernes. La presentación de la Gavilla correspon-

dería a un día activo y no un día de reposo.

Note que el siguiente versículo de Levítico 23 ya sea día festivo o semanal, dejaba de ser repo-

so para Dios y por tanto podía irse a cosechar y presentar ofrenda fresca como primicia.

―Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente

del día de reposo la mecerá‖. vers. 11.

¿Cuándo se recolectaba la gavilla?

Según la tradición talmúdica se presentan los siguientes importantes datos:

"Las primicias, era una gavilla que se cortaba de uno de los campos cerca de Jerusalén. O a

veces un poco más lejano. Se echaba suerte para ver en el campo de quién se iba a cortar la

gavilla. Y era un privilegio muy grande, que cayese en una familia, que en ese año les tocase

que cortasen la gavilla, para presentarla en el templo, de su propio campo. Todos los judíos

deseaban que alguna vez en su vida, cayese la suerte sobre su familia, para ser privilegiado,

que de allí se corte la gavilla. Ahora, se echaba la suerte. Y entonces el campo se marcaba".

Según el Talmud, el día anterior al día de reposo. Porque eso no se hacía en el día de reposo.

El día anterior al día de reposo, a la hora del sacrificio de la tarde, el sacerdote ceremoniosa-mente marcaba el campo donde había caído la suerte. El campo quedaba marcado. Ningún

animal podía entrar en el campo. Debía ser guardado cuidadosamente. Ningún ser humano

podía entrar en ese campo, porque estaba consagrado a YHWH. Y entonces, el domingo por la

mañana, o el día después del sábado ceremonial, en este caso cayó domingo, pero podía ser

cualquier día de la semana, el domingo, el día 16, el día de las Primicias, temprano por la ma-

ñana, el sacerdote iba al campo que había estado marcado, y cortaba la gavilla, la traía al tem-

plo para mecerla a la hora del sacrificio de la mañana. A las nueve de la mañana".

... Continuación del artículo anterior

“Siete semanas te

contarás: desde que

comenzare la hoz en las

mieses comenzarás á

contarte las siete

semanas”. Deut. 16.9.

Página 4 La Voz del Heraldo

Page 5: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Por otra parte, la colecta aunque previo a la cosecha ya había sido elegida la gavilla que sería presentada, sería realizada al día

siguiente de las Hierbas Amargas y los Panes Sin Levadura, y que darían inicio a la fiesta de las Semanas.

―Siete semanas te contarás: desde que comenzare la hoz en las mieses comenzarás á contarte las siete semanas”. Deut. 16.9.

Los datos bíblicos que presentan los evangelios en cuanto a la resurrección de Cristo son propicios para entender que, aunque la

fiesta de las Hierbas Amargas y los Panes Sin Levadura cayera en sábado,

Otro detalle importante que regularmente los que defienden la postura que Cristo resucitó el sábado a las 3.00 pm era que ese

día, cualquier día en que cayera seguiría siendo un día de amargo y pesar lamento, no era un día en que se mezclaría el gozo acti-

vo para presentar primicia (un pequeño estado de jubileo y gozo). Hemos de recordar que la mezcla de un día con otro no estaba

en la mente de los hebreos. La noche implicaba su tiempo, despedida y entrada, reposo y actividad. Ellos no podían haber entra-

do en reposo y en medio de la tarde del sábado semanal, entrar en actividad regular si el mismo sábado semanal no se lo permi-

tiría.

Aunque en los días de Moisés se contó como el pacto para la celebración de la Pascua, y su liberación se dio a la media noche

del sábado, hubo ciertas consideraciones de parte de Dios. Se comió de las ofrendas dadas a Dios (cordero) junto con las hierbas

amargas (Éxo. 12.8), tuvieron que partir inmediatamente al desierto dado que sería liberación para la nación, bordón en mano y

sandalias puestas en pies. Por supuesto que denota la prisa porque vendría el juicio de YHWH (vers. 11), el clamor de la media

noche vendría sobre una nación que sería libertado (Éxo. 12.29), antes tenían que permanecer ocultos ante la persecución, en

contraste, el clamor y los lamentos provendrían de una nación corrupta, sus exclamaciones llegarían hasta el Cielo pero no serían

atendidas (vers. 30), la liberación se daría inmediatamente que la sinagoga de Satanás sería humillada y quitada de en medio

(vers. 31-33).

El sacrificio se realizaría ―entre las dos tardes‖ (Éxo. 12.6); sin embargo, comerlo junto con las hierbas amargas y los panes sin

levadura sería paralelo para los días de la salida de Moisés de Egipto acompañado de la nueva nación que constituiría Israel.

Existen dos formas posibles de explicar el significado ―entre las dos tardes‖. Algunos han dicho que la primera "tarde" comien-

za con la puesta del sol, y la segunda, con el fin del crepúsculo. Eben Ezra, erudito judío medieval, consideraba que el crepúscu-

lo duraba aproximadamente una hora y 20 minutos.

La orden de Deut. 16:6: "Sacrificarás la pascua por la tarde a la puesta del sol", parece apoyar este punto de vista. Otros han con-

siderado que la primera "tarde" comienza cuando el sol empieza a declinar visiblemente del cenit, más o menos a las tres de la

tarde, y que la segunda "tarde" empieza a la puesta del sol. En apoyo de esta opinión se han citado varios textos, tales como Lev.

23:5; Núm. 9:3, que ubican la pascua en el decimocuarto día del mes. Ellos dicen que si el sacrificio se efectuaba después de la

puesta del sol, ya entonces caía en el decimoquinto día del mes de Nisán y no en el decimocuarto. La costumbre prevaleciente en

el tiempo de Cristo concordaba con esta explicación. De ahí que los corderos pascuales fueran sacrificados al caer la tarde,

aproximadamente a la hora cuando el verdadero "Cordero de Dios" murió en la cruz por el hombre culpable (1 Cor, 5:7; Mat. 27:45-50).

Como necesariamente debía darse tiempo para la preparación de la comida pascual, que debía estar terminada antes de la media-

noche, y puesto que la palabra "tarde", en hebreo así como en otros idiomas, no se limita al tiempo después de la puesta del sol,

la costumbre de sacrificar el animal por la tarde puede ya haber estado en uso mucho antes de que las autoridades eclesiásticas de

la era rabínica le dieran su aprobación oficial. De acuerdo con Josefo, la costumbre en sus días era ofrecer a el cordero más o

menos a las tres de la tarde (Antigüedades xiv. 4.3).

Es importante destacar que el pueblo de Israel y la población mixta recién salida de Egipto no pudieron ofrecer Gavilla Mecida,

porque no disponían del grano propicio para YHWH, note que la solicitud de Dios era considerada porque se refiere cuando pod-

ía cultivar y cosechar, esto ocurriría durante el tiempo que permanecieran en el desierto:

―Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una

gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega‖. Lev. 23.10.

Sin embargo, estos algunos aspectos cambiarían con el tiempo. Cambiaría la misma Pascua por la Santa Cena, la forma de co-

merlo sería no a prisa, sino que los apóstoles se colocaban en contacto el cuerpo con los pies del siguiente discípulo, en estado de

comodidad y no apresuramiento, el lavamiento de los pies o rito de humildad que correspondía lavarse los pies apóstol con

... Continuación del artículo anterior

Página 5 Volumen 1, nº 2

Page 6: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

apóstol.

Otro detalle que no podemos excluir es al momento de la resurrección de Cristo, es que otras personas importantes resucitaron

junto con Él, y, aunque el siguiente relato presenta una mezcla de eventos (muerte y resurrección) es de importante considera-ción los detalles que le circunscriben:

―Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;

y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después

de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran

manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios‖. Mat. 27.51-54.

Cristo es el primogénito de los muertes (Col. 1.18; 1 Cor. 15.20), sin embargo, le acompañan otra gavilla de santos para que sean

primicias para YHWH. Era vital entender que Cristo es la primicia de entre los muertos para honrar a Dios Su Padre, pero le

acompañarían otras almas que resultaron ser primicias también para Dios, eran todos atados tal como un Gavilla o Manojo de cosecha de grano era presentada a Dios. Debemos entender que tendrían los resucitados que ser reconocidos por los demás dado

que también ―eran muchos‖ (vers. 52) así podría el pueblo percatarse que realmente habían sido resucitados por Dios. Este

evento o suceso particular recalcaría que es un día de gran actividad y gozo, y que ―todo ojo les vería‖ tal como ocurrirá al tiem-

po en que Cristo venga por segunda vez (1 Tes. 3.13; 4.14-17; Apo. 20.5, 6). Tendrían las primicias que estar en público para

ser reconocidos, un evento que sería evidente ante todo ojo. Sin embargo, dado que el relato bíblico señala que Cristo al memen-

to de su encuentro con las Marías o Miriam no había subido o sido presentado delante de Dios el Padre, no implicaría que Su

presentación ante Dios sería en un lapso extensivo de tiempo, y no al momento en que era presentada la primera ofrenda, hemos

de entender que a las 9.00 am. Cristo se presentó delante del Padre a las 9.00 am y por eso pidió a las mujeres no se le tocara

porque no había ascendido delante del Trono de Dios (Jn. 20.17).

(BAD) —Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es vues-

tro Padre; a mi Dios, que es vuestro Dios‖.

(BLA) Jesús le dijo: "Suéltame, pues aún no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre, que es

Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes".

(BLS) Jesús le dijo: --No me detengas, pues todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y dile a mis discípulos que voy a

reunirme con él, pues también es Padre de ustedes. Él es mi Dios, y también es Dios de ustedes.

(CST-IBS) Jesús le advirtió: ¡No me toques!, porque aún no he subido adonde está mi Padre. Pero ve a buscar a mis hermanos y

diles que subo al que es mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios.

(DHH) Jesús le dijo: --No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos [4] que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.

(JER) Dícele Jesús: “No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y

vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios‖.

(Nuevo Mundo (Los TJ)) Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino

a mis hermanos y diles: ‗Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes‘‖.

(NVI) --Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: 'Vuelvo a mi Padre, que es Padre

de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes.'

(PDT) Jesús le dijo: -No trates de retenerme, porque todavía no he subido a mi Padre. Mejor ve a ver a mis hermanos y diles:

'Voy a subir a mi Padre y Dios, que es también su Padre y Dios'.

El tiempo en que sería cortada la gavilla

―Siete semanas te contarás: desde que comenzare la hoz en las mieses comenzarás á contarte las siete semanas”. Deut. 16.9.

Si la Gavilla era mecida al día siguiente de las Hierbas Amargas y Panes Sin Levadura, entonces, también tenía que ser recolec-

tada ese mismo día, sólo así surtiría el efecto necesario para que fuera una primicia real para Dios. El pasaje anterior de

... Continuación del artículo anterior

Página 6 La Voz del Heraldo

Page 7: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Deuteronomio señala que la cuenta de las siete semanas se daba ―a partir de la cosecha o al meter la hoz‖ en las mieses, y por

tanto, era un día de actividad y no de reposo.

El evangelio de Juan 19 nos presenta que la Pascua cayó en Gran Día de Solemnidad (doble sábado) y por tanto al día siguiente sería domingo, el primer día de gran actividad.

Cristo reposaría el mismo día sábado de la creación y el sábado del plan de redención, por tanto, reposó un sábado doble por

Creación y Redención. No podemos entender que después de un gran reposo no existiera un día de actividad, esto exalta el valor

del sábado delante de Dios, en contraste con el significado que Dios podría tener del domingo.

El Octavo Día u Octava Dies

El Octavo Día es el día después del Shabbath (séptimo día, sábado), el día de reposo del Señor. Es llamado el ―día octavo‖ para

forzarlo al último día de la semana, cuando realmente el domingo es el primer día.

La siguiente percepción comprende las creencias de la Iglesia Católica para dar mérito al domingo como el ―día del Se-

ñor‖ (fuente: http://www.aciprensa.com/apologetica/diasenor.htm).

El domingo es el día de la fe, para confesar que "Jesús es el Señor"

Jesucristo al declararse Señor del sábado, se adjudica además un título divino, por eso los fariseos querían matarlo. El domingo

es el día en que los cristianos confesamos la divinidad y el señorío de Cristo; en ese día Tomás confesó su divinidad y señorío:

"Señor mío y Dios mío" (ver Jn 20,26-28). Al cambiar el día de culto, confesamos a Jesús como Dios y Señor del tiempo y de la

historia.

Dios sigue trabajando El Antiguo Testamento dice que Yahvé descansó de toda obra creadora, el Nuevo Testamento nos revela que Dios sigue traba-

jando (ver Jn 5,17). Si sigue trabajando, quiere decir que la obra de Dios no se acabó el sábado. El pecado de Adán introdujo

desorden en el mundo y era necesario un día más de trabajo y un nuevo día de descanso.

Un nuevo día Con Cristo se inaugura un tiempo nuevo y definitivo. Él es el Alfa y el Omega, y como el domingo es el día primero de la sema-

na y el último de la creación. La Sagrada Escritura lo llama y la Iglesia lo proclama: El día del Señor (ver Ap 1, 8.10).

Nueva Creación

Ya con el profeta Isaías se predice una nueva creación (ver Is 65,17). ¿Y cuál es la Nueva Creación? La nueva creación es la iniciada con la resurrección de Cristo porque él es el primer nacido de entre los muertos, él es el principio de esa nueva creación

(ver Col 1,18).

Note lo que se atribuyen los representantes de la Iglesia Católica a través de los tiempos en cuanto al día del Señor:

74 d.C. La Carta de Bernabé: “Nosotros guardamos el octavo día [domingo] con regocijo, el mismo día en el cual Jesús se le-

vantó de los muertos‖ (Carta de Bernabé 15:6-8).

90 d.C. Didaché: …Cada día del Señor, mantengan sus solemnes asambleas, y regocíjense: pues es culpable de pecado quien

ayune en el día del Señor, siendo el día de la resurrección… (Constituciones de los Santos Apóstoles, Padres Ante-Nicenos Vol.

7, Pág. 449).

90 d.C. Didaché: Y en el día de la resurrección de nuestro Señor, el cual es el día del Señor, reuníos mas diligentemente, dando

alabanzas a Dios quien hizo el universo por medio de Jesús, y lo envió a nosotros, y condescendió en dejarle sufrir, y le levantó

de los muertos. De otro modo que apología hará el ante Dios de quien no se reúne el ese día a escuchar la palabra salvadora con-

cerniente a la Constituciones de los Santos Apóstoles, Padres Ante-Nicenos Vol. 7, Pág. 423).

90 d.C. Didaché: En el día de la resurrección del Señor, eso es, el día del Señor, reunís juntos, sin falla, dando gracias a Dios, y

alabándole por esas misericordias que Dios ha dado a vosotros por medio de Cristo, y le ha librado de la ignorancia, el error, y

... Continuación del artículo anterior

Página 7 Volumen 1, nº 2

Page 8: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

la esclavitud, que vuestro sacrificio sea sin mancha, y aceptable a Dios, quien ha dicho concerniente a su Iglesia Universal: ‖

«En todo lugar y tiempo se me ofrece un sacrificio puro: porque yo soy el gran Rey, dice el Señor, y mi nombre es admirable

entre las naciones» (Mal 1, 11) (Cáp. 14). (Constituciones de los Santos Apóstoles, Padres Ante-Nicenos Vol. 7, Pág. 471).

107 d.C. Ignacio: No seáis engañados con doctrinas extrañas, ni con fábulas viejas, las cuales son sin ganancia. Pues si todavía

vivimos conforme a la ley judía, reconocemos que no hemos recibido gracia…Si, por eso, aquellos que han sido enseñados en el

orden antiguo de las cosas han venido a la posesión de la nueva esperanza, ya no más observando el Sabbath, sino viviendo en la

observancia del día del Señor, en el cual también nuestra vida renació por medio de él y su muerte (la cual algunos niegan), mis-

terio por medio del cual recibimos fe, y por cuenta de lo cual sufrimos para ser hallados como discípulos de Jesucristo nuestro

único maestro, ¿Como pues seremos capaces de vivir aparte de él a quien aun los profetas estaban mirando como su maestro

pues eran también sus discípulos en el espíritu? …que todo amigo de Cristo guarde el día del Señor como una fiesta, el día de la

resurrección, la reina y jefe de todos los días de la semana. Es absurdo el hablar de Jesucristo con la lengua, y con la mente ate-

sorar el Judaísmo el cual ha llegado ya a su final. Pues donde hay Cristianismo no pude haber judaísmo… Estas cosas las dirijo a

ustedes, mis amados, no que yo sepa que alguno de vosotros este en este estado; sino, como uno menor a todos ustedes, deseo

guardarlos de antemano, para que no caigáis en las garras de la vana doctrina, sino que ustedes puedan tener completa seguridad de Cristo… (Ignacio, Epístola a los Magnesios, cap. 9. Padres ante-nicenos, Vol. 1, Pág. 62-63).

130 d.C. Bernabé: Sobretodo Dios dice a los judíos, „vuestras lunas nuevas y vuestros Sabbaths no soporto‟. Ves como él dice,

―Los presentes Sabbaths no son aceptables para mí, sino el Sabbath el cual yo he hecho, cuando yo he descansado [el cielo: Heb.

4] de todas las cosas, Yo haré el comienzo del octavo día el cual es el comienzo de otro mundo. „Por eso nosotros los Cristianos

guardamos el octavo día para gozo, en el cual Jesús también resucitó de los muertos y después de habernos aparecido ascendió al

cielo (15:8f, La Epístola de Bernabé, 100 DC, Padres Ante-Nicenos, Vol. 1, Pág. 147).

150 d.C. Justino: Pero el Domingo es el día en el cual nosotros mantenemos nuestra asamblea común, porque es el primer día de

la semana y el día en que nuestro salvador Jesús, en ese mismo día se levantó de los muertos. (Primera apología de Justino, cap.

68).

150 d.C. Justino: Sobre todo, todos los hombres justos ya mencionados [después de haber mencionado a Adán. Abel, Enóc, Lot,

Noé, Melquisedec, y Abraham], aunque ellos no guardaron los Sabbaths, fueron agradables a Dios; Y después de estos Abraham

con todos sus descendientes hasta Moisés… y vosotros [judíos según la carne] fuisteis mandados a guardar Sabbaths, para que

retengáis este recuerdo de Dios. Pues su palabra hace este anuncio, diciendo, ―Para que sepáis que yo soy Dios quien te redi-

mió.‖ (Dialogo con Trifoel Judío, 150-165 DC, Padres Ante-Nicenos, Vol. 1, Pág. 204).

150 d.C. Justino: No hay otra cosa por la cual acusarnos, mis amigos, ¿hay algo más que esto? Que nosotros no vivimos de

acuerdo a la Ley, ni, somos circuncidados en la carne como vuestros antepasados, ni observamos el Sabbath como ustedes lo

hacen. (Diálogo con Trifo 10:1. En el verso 3 el Judío Trifo reconoce que los cristianos ‗no guardan el Sabbath‘).

190 d.C. Clemente de Alejandría: Él nos da el mandamiento de acuerdo al Evangelio y guarda el día del Señor, siempre que se aparta de la mente perversa… glorificando la resurrección del Señor mismo (Ibíd. Vii.xii.76.4).

200 d.C. Tertuliano: “Solemnizamos el día después del Sabbath en contradicción a aquellos quienes llaman este día su Sab-

bath‖ (Apología de Tertuliano, cap. 16).

200 d.C. Tertuliano: Otros… suponen que el sol es el Dios de los Cristianos, porque es bien sabido que ellos consideran el Do-

mingo como un día de regocijo (A Las Naciones 1:133).

220 d.C. Orígenes: “En Domingo no se debe hacer ninguna de las obras del mundo. Si entonces, os abstenéis de todas las obras

de este mundo y se guardan libres para las cosas espirituales, ir a la iglesia, oír las lecturas y las homilías divinas, meditar en las

cosas celestiales. (Homilía. 23 in Numero 4, PG 12:749).

250 d.C. Cipriano: El Octavo día, eso es, el primer día, y el día del Señor, después del Sabbath (Epístola 58, Sec 4).

Jeroboam y la alteración festiva hacia un Octavo Mes

Jeroboam era hijo de Nabat, de la tribu de Efraín y de la ciudad de Seredá. El nombre de su madre era Serúa (quien más tarde se

volvió viuda). Era un funcionario de Salomón. Bajo la influencia de las palabras del profeta Ahías, quien profetizó que él gober-

naría las 10 tribus del Norte de Israel, comenzando a formar la conspiración con el fin de convertirse en el rey de las 10 tribus

... Continuación del artículo anterior

Página 8 La Voz del Heraldo

Page 9: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

del Norte; pero al ser descubierto, escapó a Egipto (1 Reyes 11.29-40), donde él estuvo durante un tiempo en la protección de

Shoshenq I.

Dificultades de Salomón en la sucesión del reino, las manos de Roboam y las abominaciones de Jeroboam

―También Jeroboam hijo de Nabat, efrateo de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era viuda, alzó su

mano contra el rey. La causa por la cual éste alzó su mano contra el rey fue esta: Salomón, edificando a Milo, cerró el portillo de

la ciudad de David su padre. Y este varón Jeroboam era valiente y esforzado; y viendo Salomón al joven que era hombre activo,

le encomendó todo el cargo de la casa de José‖. 1 Reyes 11:26-28.

La muerte de Salomón deja una vacante para su sucesor e hijo Roboam

―Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de los hechos de Salomón? Los

días que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años.

Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su lugar Roboam su hijo‖. 1 Reyes 11.41-43.

Jeroboam edifica casa de Dios en Efraín pero el Espíritu de Dios les abandonaría

―Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste

estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo.

Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez peda-

zos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; y él

tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel; por

cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de

Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David

su padre. Pero no quitaré nada del reino de sus manos, sino que lo retendré por rey todos los días de su vida, por amor a David mi siervo, al cual yo elegí, y quien guardó mis mandamientos y mis estatutos. Pero quitaré el reino de la mano de su hijo, y lo

daré a ti, las diez tribus. Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jeru-

salén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre. Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que desea-

re tu alma, y serás rey sobre Israel. Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicie-

res lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te

edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel. Y yo afligiré a la descendencia de David a causa de

esto, mas no para siempre. Por esto Salomón procuró matar a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó y huyó a Egipto, a Sisac rey

de Egipto, y estuvo en Egipto hasta la muerte de Salomón‖. 1 Reyes 11.29-40.

Rebelión de Israel

―Entonces reedificó Jeroboam a Siquem en el monte de Efraín, y habitó en ella; y saliendo de allí, reedificó a Penuel. Y dijo

Jeroboam en su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David, si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa de

Jehová en Jerusalén; porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a mí, y se vol-

verán a Roboam rey de Judá. Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis sub-

ido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto. Y puso uno en Bet-el, y el otro en

Dan. Y esto fue causa de pecado; porque el pueblo iba a adorar delante de uno hasta Dan. Hizo también casas sobre los luga-

res altos, e hizo sacerdotes de entre el pueblo, que no eran de los hijos de Leví. Entonces instituyó Jeroboam fiesta solemne en

el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta solemne que se celebraba en Judá; y sacrificó sobre un altar. Así

hizo en Bet-el, ofreciendo sacrificios a los becerros que había hecho. Ordenó también en Bet-el sacerdotes para los lugares altos

que él había fabricado. Sacrificó, pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince días del mes octavo, el mes que

él había inventado de su propio corazón; e hizo fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso‖. 1 Rey. 12.25-

33.

Reprensión y muerte del profeta enviado de Dios

―He aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el; y estando Jeroboam junto al altar para quemar in-

cienso, aquél clamó contra el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David

nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y

sobre ti quemarán huesos de hombres.

... Continuación del artículo anterior

Página 9 Volumen 1, nº 2

Page 10: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Y aquel mismo día dio una señal, diciendo: Esta es la señal de que Jehová ha hablado: he aquí que el altar se quebrará, y la

ceniza que sobre él está se derramará. Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra

el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido contra él, se le

secó, y no la pudo enderezar. Y el altar se rompió, y se derramó la ceniza del altar, conforme a la señal que el varón de Dios había dado por palabra de Jehová. Entonces respondiendo el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presen-

cia de Jehová tú Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios oró a Jehová, y la mano del

rey se le restauró, y quedó como era antes. Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un

presente. Pero el varón de Dios dijo al rey: Aunque me dieras la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería

agua en este lugar. Porque así me está ordenado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni regreses

por el camino que fueres. Regresó, pues, por otro camino, y no volvió por el camino por donde había venido a Bet-el. Mo-

raba entonces en Bet-el un viejo profeta, al cual vino su hijo y le contó todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día

en Bet-el; le contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey. Y su padre les dijo: ¿Por qué camino se

fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el varón de Dios que había venido de Judá. Y él dijo a

sus hijos: Ensilladme el asno. Y ellos le ensillaron el asno, y él lo montó. Y yendo tras el varón de Dios, le halló sentado

debajo de una encina, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que vino de Judá? El dijo: Yo soy. Entonces le dijo: Ven conmigo a casa, y come pan. Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua conti-

go en este lugar. Porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el camino

por donde fueres. Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de

Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Entonces volvió con él, y comió pan en su ca-

sa, y bebió agua. Y aconteció que estando ellos en la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver. Y

clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Je-

hová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito, sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua

en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus

padres. Cuando había comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensilló el asno.

Y yéndose, le topó un león en el camino, y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno junto a él, y el león

también junto al cuerpo. Y he aquí unos que pasaban, y vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y el león que esta-

ba junto al cuerpo; y vinieron y lo dijeron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba. Oyéndolo el profeta que le había hecho volver del camino, dijo: El varón de Dios es, que fue rebelde al mandato de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado

al león, que le ha quebrantado y matado, conforme a la palabra de Jehová que él le dijo. Y habló a sus hijos, y les dijo: En-

silladme un asno. Y ellos se lo ensillaron. Y él fue, y halló el cuerpo tendido en el camino, y el asno y el león que estaban

junto al cuerpo; el león no había comido el cuerpo, ni dañado al asno. Entonces tomó el profeta el cuerpo del varón de Dios,

y lo puso sobre el asno y se lo llevó. Y el profeta viejo vino a la ciudad, para endecharle y enterrarle. Y puso el cuerpo en

su sepulcro; y le endecharon, diciendo: ¡Ay, hermano mío!

Y después que le hubieron enterrado, habló a sus hijos, diciendo: Cuando yo muera, enterradme en el sepulcro en que está

sepultado el varón de Dios; poned mis huesos junto a los suyos. Porque sin duda vendrá lo que él dijo a voces por palabra

de Jehová contra el altar que está en Bet-el, y contra todas las cosas de los lugares altos que están en las ciudades de Sama-

ria. Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre

el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos. Y esto fue causa de pecado a la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra‖. 1 Rey. 13.1-13.

El profeta Ahías profetizó división 10 tribus

―En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo. Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora y disfrázate, para

que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había

de ser rey sobre este pueblo. Y toma en tu mano diez panes, y tortas, y una vasija de miel, y ve a él, para que te declare lo

que ha de ser de este niño. Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y ya no

podía ver Ahías, porque sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez. Mas Jehová había dicho a Ahías: He aquí que la

mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella viniere,

vendrá disfrazada. Cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por

qué te finges otra? He aquí yo soy enviado a ti con revelación dura. Ve y di a Jeroboam: Así dijo Jehová Dios de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel, y rompí el reino de la casa de David y

te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su

corazón, haciendo solamente lo recto delante de mis ojos, sino que hiciste lo malo sobre todos los que han sido antes de ti,

pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de fundición para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas; por tanto,

he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam todo varón, así el siervo como el libre en Isra-

el; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada. El que muera de los de

Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová

Página 10 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 11: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

lo ha dicho. Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño. Y todo Israel lo endechará, y le ente-

rrarán; porque de los de Jeroboam, sólo él será sepultado, por cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena delante de Jehová

Dios de Israel, en la casa de Jeroboam. Y Jehová levantará para sí un rey sobre Israel, el cual destruirá la casa de Jeroboam en

este día; y lo hará ahora mismo. Jehová sacudirá a Israel al modo que la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá más allá del Éufrates, por cuanto han hecho sus imágenes de Ase-

ra, enojando a Jehová. Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel. Entonces la

mujer de Jeroboam se levantó y se marchó, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió. Y lo enterra-

ron, y lo endechó todo Israel, conforme a la palabra de Jehová, la cual él había hablado por su siervo el profeta Ahías. Los de-

más hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel.

El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó en su lugar Nadab su hijo‖. 1

Reyes 14.1-20.

Según el relato de la Biblia, Dios llamó a Moisés en el desierto y le encomendó la tarea de liberar al pueblo de la esclavitud de

Egipto (Ex. 3). Esta misión se enfoca como la respuesta de Dios a la alianza (o pacto) y la promesa hechas a los patriarcas (Ex.

3.1-4, 17; 6.2-7, 13; 2.24). “El Dios de los antepasados” es el Señor (Yavé).—“yo soy el que soy” (Ex. 3.14-15)--que se reveló

a Moisés.

Luego del enfrentamiento con el faraón, Moisés y los israelitas salieron de Egipto. Esta experiencia de liberación se convirtió

en un componente fundamental de la fe del pueblo de Israel (Ex. 20.2; Sal. 81.10; Os. 13.4; Ez. 20.5).

Tradicionalmente, la fecha del éxodo de los israelitas se ubicaba en 1450 a.C.; sin embargo, un número considerable de estu-

diosos modernos la ubican en 1250/30 a.C. El faraón del éxodo es posiblemente Ramsés II, conocido por sus proyectos monu-

mentales de construcción.

... Continuación del artículo anterior

Página 11 La Voz del Heraldo

Page 12: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Cuando el pueblo salió de Egipto, cruzó el mar Rojo (Ex. 14.21-22). Se celebra ese paso en la historia del pueblo como una

intervención milagrosa de Dios (Ex. 14-15). Al grupo de hebreos que salió de Egipto se añadieron grupos afines. El peregrinar

por el desierto se describe en la Biblia como un período de cuarenta años (una generación), bajo el liderazgo de Moisés. Es

difícil de establecer con exactitud la ruta del éxodo.

La experiencia fundamental del pueblo en su viaje a Canaán fue la alianza o pacto en el Sinaí. Esa alianza revela la relación

singular entre el Señor y su pueblo (Ex. 19.5-6); se describe en el Decálogo, o Diez mandamientos (Ex. 20.1-17), y en el llama-

do Código de la alianza (Ex. 20.22-23.19). En el Decálogo se hace un compendio de los preceptos y exigencias de Dios. Se

incluyen los mandamientos que definen las actitudes justas del ser humano ante Dios, y las que destacan el respeto hacia los

derechos de cada persona, como requisito indispensable para la convivencia en armonía.

Este evento ocurrió en el Monte de Sinaí, en los días del Pentecostés o Fiestas de las Semanas, cincuenta días después de la

Pascua, cuando pudieron haber salido de Egipto.

Los reinados de Saúl, David y Salomón (1050-931 a.C.)

A fines del siglo XI a.C., los filisteos ya se habían expandido por la mayor parte de Palestina; habían capturado el cofre del

pacto o de la alianza, y habían tomado la ciudad de Silo (1 Sam. 4). Esa situación obligó a los israelitas a organizar una acción

conjunta bajo un liderato estable. Ante esa realidad se formó, por imperativo de la política exterior, la monarquía de Israel (1

Sam. 8-12).

Samuel es el último de los jueces (1 Sam. 7.2-17) y, además, se le reconoce como profeta y sacerdote. Poseía un liderato ca-

rismático que le dio al pueblo inspiración y unidad (1 Sam. 1-7). Los primeros dos reyes de Israel--Saúl (1 Sam. 10) y David (1

Sam. 16.1-13)--fueron ungidos por él.

Saúl, al comienzo de su reinado, obtuvo victorias militares importantes (1 Sam. 11.1-11); sin embargo, nunca pudo triunfar plenamente contra los filisteos. Su caída quedó marcada con la matanza de los sacerdotes de Nob (1 Sam. 22.6-23), y su figura

desprestigiada en el episodio de la adivina de Endor (1 Sam. 28.3-25). Saúl y su hijo Jonatán murieron en la batalla de Guilboa,

a manos de los filisteos (1 Sam. 31).

David fue ungido como rey en Hebrón, luego de la muerte de Saúl. Primero fue consagrado rey para las tribus del sur (2 Sam.

2.1-4) y posteriormente para las tribus del norte (2 Sam. 5.1-5). En ese momento había dos reinos y un solo monarca.

El reino de Israel alcanzó su máximo esplendor bajo la dirección de David (1010-970 a.C.). Con su ejército, incorporó a las

ciudades cananeas independientes; sometió a los pueblos vecinos--amonitas, moabitas y edomitas, al este: arameos al norte y,

particularmente, filisteos al oeste--y conquistó la ciudad de Jerusalén, convirtiéndola en el centro político y religioso del impe-

rio (2 Sam. 5.6-9; 6.12-23).

La consolidación del poder se debió no sólo a la astucia política y la capacidad militar del monarca, sino a la decadencia de los

grandes imperios en Egipto y Mesopotamia. Con David comenzó la dinastía real en Israel (2 Sam. 7).

Paralelo a la institución de la monarquía surgió en Israel el movimiento profético. El profetismo nació con la monarquía, pues

en esencia es un movimiento de oposición a los reyes. Posteriormente, cuando la monarquía dejó de existir (durante el exilio en

Babilonia), la institución profética se transformó para responder a la nueva condición social, política y religiosa del pueblo.

Salomón sucedió a David en el reino, luego de un período de intrigas e incertidumbre (1 R. 1). Su reinado (970-931 a.C.) se

caracterizó por el apogeo comercial (1 R. 9.26-10.29) y las grandes construcciones. Las relaciones comerciales a nivel interna-

cional le procuraron riquezas (1 R. 9.11, 26-28; 10.1-21). Construyó el templo de Jerusalén (1 R. 6-8), que adquirió dignidad

de santuario nacional y, en el mismo, los sacerdotes actuaban como funcionarios del reino (1 R. 4.2). En toda la historia de Israel ningún rey ha alcanzado mayor fama y reputación que Salomón (Mt. 6.29).

Página 12 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 13: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

El reino de Israel dividido (931-587 a.C.)

El imperio creado por David comenzó a fragmentarse durante el reinado de Salomón. En las zonas más extremas del reino (1 R. 11.14-40), se sintió la inconformidad con las políticas reales. Las antiguas rivalidades entre el norte y el sur comenzaron a

surgir nuevamente. Luego de la muerte de Salomón, el reino se dividió: Jeroboam llegó a ser el rey de Israel, y Roboam el de

Judá, con su capital en Jerusalén (1 R. 12). El antiguo reino unido se separó, y los reinos del norte (Israel) y del sur (Judá)

subsistieron durante varios siglos como estados independientes y soberanos. La ruptura fue inevitable en el 931 a.C. El profe-

ta Isaías (Is. 7.17) interpretó ese acontecimiento como una manifestación del juicio de Dios.

El reino de Judá subsistió durante más de tres siglos (hasta el 587 a.C). Jerusalén continuó como su capital, y siempre hubo

un heredero de la dinastía de David que se mantuvo como monarca. El reino del norte no gozó de tanta estabilidad. La capital

cambió de sede en varias ocasiones: Siquem, Penuel (1 R. 12.25), Tirsa (1 R. 14.17; 15.21, 33), para finalmente quedar ubi-

cada de forma permanente en Samaria (1 R 16.24). Los intentos por formar dinastías fueron infructuosos, y por lo general

finalizaban de forma violenta (1 R. 15.25-27; 16.8-9, 29). Los profetas, implacables críticos de la monarquía, contribuyeron,

sin duda, a la desestabilización de las dinastías. Entre los monarcas del reino del norte pueden mencionarse algunos que se destacaron por razones políticas o religiosas

(véase la «Tabla cronológica» para una lista completa de los reyes de Israel y Judá). Jeroboam I (931-910 a.C.) independizó a

Israel de Judá en la esfera cúltica, instaurando en Betel y Dan santuarios nacionales para la adoración de ídolos (1 R. 12.25-

33). Omri (885-874 a.C.) y su hijo Ahab (874-853 a.C.) fomentaron el sincretismo religioso en el pueblo, para integrar al

reino la población cananea. La tolerancia y el apoyo al baalismo (1 R. 16.30-33) provocaron la resistencia y la crítica de los profetas (1 R 13.4). Jehú (841-814 a.C.), quien fundó la dinastía de mayor duración en Israel, llegó al poder ayudado por los

Página 13 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 14: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

adoradores de Yavé. Inicialmente se opuso a las prácticas sincretistas del reino (2 R. 9); sin embargo, fue rechazado después

por el profeta Oseas debido a sus actitudes crueles (2 R. 9.14-37). Jeroboam II (783-743 a.C.) reinó en un período de prosperi-

dad (2 R. 14.23-29). La decadencia final del reino de Israel surgió en el reinado de Oseas (732-724 a.C.), cuando los asirios

invadieron y conquistaron Samaria en el 721 a.C. (2 R. 17).

La destrucción del reino de Israel a manos de los asirios se efectuó de forma paulatina y cruel: En primer lugar, se exigió tribu-

to a Menahem (2 R 15.19-20); luego se redujeron las fronteras del estado y se instaló a un rey sometido a Asiria (2 R 15.29-

31); finalmente, se integró todo el reino al sistema de provincias asirias, se abolió toda independencia política, se deportaron

ciudadanos y se instaló una clase gobernante extranjera (2 R 17). Con la destrucción del reino del norte, Judá asumió el nombre

de Israel.

El imperio asirio continuó ejerciendo su poder en Palestina hasta que fueron vencidos por los medos y los caldeos (babilonios).

El faraón Necao de Egipto trató infructuosamente de impedir la decadencia asiria. En la batalla de Meguido murió el rey Josías

(2 Cr 35.20-27; Jer. 22.10-12)--famoso por introducir una serie importante de reformas en el pueblo (2 R 23.4-20)--; su suce-

sor, Joacaz, fue posteriormente desterrado a Egipto. Nabucodonosor, al mando de los ejércitos babilónicos, finalmente triunfó sobre el ejército egipcio en la batalla de Carquemis (605 a.C.), y conquistó a Jerusalén (597 a.C.). En el 587 a.C. los ejércitos

babilónicos sitiaron y tomaron a Jerusalén, y comenzó el período conocido como el exilio en Babilonia. Esa derrota de los jud-

íos ante Nabucodonosor significó: la pérdida de la independencia política; el colapso de la dinastía davídica (2 Sam. 7); la des-

trucción del templo y de la ciudad (Sal. 46; 48), y la expulsión de la Tierra prometida.

El primer rey de Israel que se registra fue Saúl y seguido por David, así le sucedieron Salomón, Jeroboam, Roboam, Omri y

Acab hijo de Omri (Ajab: significa “hermano del padre” aunque poco habitual en Israel, fue más común entre los árabes).

Página 14 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 15: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

El gobernante Acab fue el séptimo rey de Israel entre el 874 y 853 a.C.; fue padre de Joram (2 Rey. 3.1) y esposo de Jezabel, la

princesa fenicia e hija la Atalía y de Et-baal, rey de los sidonios (Tiria).

Rey Ajab

―Colocado sobre el trono por las diez tribus de Israel que se habían rebelado contra la casa de David, Jeroboam, que fuera antes

siervo de Salomón, se vio en situación de ejecutar sabias reformas en asuntos civiles y religiosos. Bajo el gobierno de Sa-

lomón, había demostrado buenas aptitudes y juicio seguro, de manera que el conocimiento que había adquirido durante los años de servicio fiel le habían preparado para gobernar con discreción. Pero Jeroboam no confió en Dios.

Su mayor temor era que en algún tiempo futuro los corazones de sus súbditos fuesen reconquistados por el gobernante que

ocupaba el trono de David. Razonaba que si permitía a las diez tribus que visitasen a menudo la antigua sede de la monarquía

judía, donde los servicios del templo se celebraban todavía como durante el reinado de Salomón, muchos se sentirían inclina-

dos a renovar su lealtad al gobierno cuyo centro estaba en Jerusalén. Consultando a sus consejeros, Jeroboam resolvió reducir

hasta donde fuese posible por un acto atrevido la probabilidad de una rebelión contra su gobierno. Lo iba a obtener creando

dentro de los límites del nuevo reino dos centros de culto, uno en Betel y el otro en Dan. Se invitaría a las diez tribus a que se

congregasen para adorar a Dios en esos lugares, en vez de hacerlo en Jerusalén.

Al ordenar este cambio, Jeroboam pensó apelar a la imaginación de los israelitas poniendo delante de ellos alguna representa-

ción visible que simbolizase la presencia del Dios invisible. Mandó, pues, hacer dos becerros de oro y los colocó en santuarios situados en los centros designados para el culto. Con este esfuerzo por representar la Divinidad, Jeroboam violó el claro man-

damiento de Jehová: "No te harás imagen,... no te inclinarás a ellas, ni las honrarás". (Exo. 20:4, 5).

Nadab, hijo de Jeroboam, ocupó el trono de Israel tan sólo durante algunos meses. Su carrera dedicada al mal quedó repentina-

mente tronchada por una conspiración encabezada por Baasa, uno de sus generales, para alcanzar el dominio. Mataron a Na-

dab, con toda la parentela que podría haberle sucedido, "conforme a la palabra de Jehová que él habló por su siervo Ahías Silo-

nita; por los pecados de Jeroboam que él había cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel". (1 Rey. 15:29, 30).

Hacia el final de un reinado perturbado de veintidós años, Jeroboam sufrió una derrota desastrosa en la guerra con Abías, suce-

sor de Roboam. "Y nunca más tuvo Jeroboam poderío en los días de Abías: e hirióle Jehová, y murió". (2 Crón. 13: 20).

Así pereció la casa de Jeroboam. El culto idólatra introducido por él atrajo sobre los culpables ofensores los juicios retributivos

del Cielo; y sin embargo los gobernantes que siguieron: Baasa, Ela, Zimri y Omri, durante un plazo de casi cuarenta años, con-

tinuaron en la misma mala conducta fatal.

Durante la mayor parte de este tiempo de apostasía en Israel, Asa gobernaba en el reino de Judá. Durante muchos años "hizo

Asa lo bueno y lo recto en los ojos de Jehová su Dios. Porque quitó los altares del culto ajeno, y los altos; quebró las imágenes,

y taló los bosques; y mandó a Judá que buscasen a Jehová el Dios de sus padres, y pusiesen por obra la ley y sus mandamien-

tos. Quitó asimismo de todas las ciudades de Judá los altos y las imágenes, y estuvo el reino quieto delante de él". (2 Crón.

14:2-5).

El Señor no abandonó a Israel sin hacer primero todo lo que podía hacerse para que volviera a serle fiel. A través de los largos

... Continuación del artículo anterior

Página 15 La Voz del Heraldo

Page 16: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

y obscuros años durante los cuales un gobernante tras otro se destacaba en atrevido desafío del Cielo y hundía cada vez más a

Israel en la idolatría, Dios mandó mensaje tras mensaje a su pueblo apóstata. Mediante sus profetas, le dio toda oportunidad de

detener la marea de la apostasía, y de regresar a él. Durante los años ulteriores a la división del reino, Elías y Eliseo iban a apa-

recer y trabajar, e iban a oírse en la tierra las tiernas súplicas de Oseas, Amós y Abdías. Nunca iba a ser dejado el reino de Isra-el sin nobles testigos del gran poder de Dios para salvar a los hombres del pecado. Aun en las horas más sombrías, algunos

iban a permanecer fieles a su Gobernante divino, y en medio de la idolatría vivirían sin mancha a la vista de un Dios santo.

Esos fieles se contaron entre el residuo de los buenos por medio de quienes iba a cumplirse finalmente el eterno propósito de

Jehová.

La historia del rey Acab está recogida en el primer libro de los Reyes 16:29 a 22:40.

Elías reprende al rey del norte: Acab

―Hasta que fue llamado al trono cuando tenía treinta y cinco años, Josafat tuvo delante de sí el ejemplo del buen rey Asa, quien

había hecho en casi toda crisis "lo recto ante los ojos de Jehová". (1 Rey. 15:11). Durante su próspero reinado de veinticinco años, Josafat procuró andar "en todo el camino de Asa su padre, sin declinar de él". (1 Rey. 22:43).

En sus esfuerzos por gobernar sabiamente, Josafat procuró persuadir a sus súbditos a que se opusieran firmemente a las prácti-

cas idólatras. Gran número de los habitantes de su reino "sacrificaba aún, y quemaba perfumes en los altos". (Vers. 44). El rey

no destruyó en seguida esos altares; pero desde el principio procuró salvaguardar a Judá de los pecados que caracterizaban al

reino del norte bajo el gobierno de Acab, de quien fue contemporáneo durante muchos años. Josafat mismo era leal a Dios.

"No buscó a los Baales; sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel".

Por causa de su integridad, el Señor le acompañaba, y "confirmó el reino en su mano". (2 Crón. 17:3-5).

Cálculos diferenciales en las épocas de reinados de Israel

Existe un intento de ajustar la diferencia entre el total de años de los reinados de Israel y de Judá, han surgido dos tipos de es-quemas cronológicos para dicho período. Si para lograr el sincronismo se debe suponer una corregencia en una sucesión o un

interregno en la otra, y si en ese caso se usa mayormente lo primero, resulta una cronología mucho más corta. Si se usa más a

menudo lo segundo, se obtiene una cronología más larga.

El valor de cualquiera de los dos métodos debe determinarse por la manera en que se ajusta el esquema a todas las informacio-

nes conocidas, bíblicas y extra-bíblicas.

Aun en períodos cuando Judá e Israel comenzaron y terminaron juntos una serie de reinados (como el lapso transcurrido entre

la muerte de Salomón, cuando los reinos se dividieron, y el asesinato de los reyes de ambos reinos por Jehú), no coinciden los

totales de los reinados, y la disparidad aumenta después de Jehú, hasta que al final del reinado del norte, la suma de los años

registrados para los reyes de Israel es inferior en 20 años a la suma de los años de los monarcas de Judá para el mismo período.

Ante esta situación, la única manera de concertar las dos sucesiones posteriores de los dos reinos es suponer que en la sucesión

aparentemente más larga hubo superposición de reinados, o que en la sucesión más corta hubo períodos de interregno.

En el primer caso, tuvo que haber ocasiones cuando el heredero fue puesto en el trono junto con su padre antes de la muerte de

éste, y el total de años atribuidos al hijo incluye tanto los años de corregencia como los de su reinado como monarca único. Así

la duración completa de todos los reinados sería algo mayor que el tiempo total transcurrido.

En el segundo caso, en la sucesión más corta, tal vez hubo ocasionalmente un interregno cuando, por un motivo u otro, al morir

el rey se produjo un trastorno político que impidió la ascensión inmediata de un sucesor. Si tales períodos sin rey no fueron

tomados en cuenta en las cifras dadas para los reinados sucesivos, el total del tiempo transcurrido tendrá que haber sido mayor

del que muestran los registros.

Debemos suponer lo uno o lo otro, es decir, la sucesión más larga de reyes deberá acortarse computándose corregencias, o la

sucesión de reyes más corta deberá alargarse con períodos de interregno. Posiblemente deban usarse ambos procedimientos.

Se ha señalado ya que las informaciones cronológicas esenciales dadas para cada rey, generalmente en el relato del comienzo

de su reinado, son de dos clases:

Página 16 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 17: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

(1) El sincronismo de ascensión, que ubica el comienzo de un reinado en determinado año del rey del otro reino hebreo

("Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, el año diecisiete de Josafat rey de Judá" [1 Reyes 22: 51]).

(2) La duración del reinado ("[Ocozías] reinó dos años sobre Israel"). Se ha visto que hay una diferencia de un año entre el cómputo con año de ascensión (posfecha) y sin año de ascensión (antedata). [Favor ver ilustración del año con y sin ascensión

(*)]

Aparte de esta diferencia, cuando cualquier expresión cronológica relacionada con estos reinados parezca estar en conflicto con

la pauta de los demás reinos, la explicación podría ser que existió una corregencia o un interregno que el texto no menciona. A

menos que en el texto aparezca alguna alusión a la situación política del momento, no existe una razón inherente para suponer

que ocurrió una cosa y no la otra.

La solución que armonice los sincronismos debe ser aceptada. Este tipo de ajuste no descarta la información bíblica. Sencilla-

mente la explica suponiendo que el texto no presenta todos los detalles, algunos de los cuales deben inferirse de las cifras da-

das. Tal procedimiento produce diferencias de opinión en cuanto a la solución más adecuada.

La posibilidad de escoger entre corregencias o períodos de interregno - es decir, entre la superposición de reinados o períodos

en blanco entre reinados - alarga o acorta el período de duración total de los dos reinos hebreos. Puesto que no hay desacuerdo

en cuanto al final de la serie de sucesiones en tiempos de Nabucodonosor, los dos métodos examinados dan una fecha AC más

temprana o más tardía para el comienzo de la serie (la muerte de Salomón).

(*) Ilustración del cómputo con año de ascensión y sin año de ascensión

A fin de examinar brevemente las diferencias existentes entre los dos métodos de computar los años de reinado, volvamos al

hipotético rey A que muere en su 35vo. año y a quien sucede el rey B. Un diagrama servirá para ilustrar el efecto que tiene

cada sistema sobre la numeración de los años del reinado de B, como también sobre las fechas de los acontecimientos durante

su reinado y sobre el total de años de B y de los reinados sucesivos.

Resumen de los resultados del diagrama:

1. En el sistema con año de ascensión (arriba), después de terminado el año cuando muere un rey y sube al trono el siguiente, el

primer día de año nuevo del nuevo reinado se inicia el 1er. año del nuevo rey.

2. En el sistema sin año de ascensión (abajo), el año de la muerte y del ascenso al trono es seguido por el 2do. año del nuevo

rey, y así sucesivamente.

Entonces, según el diagrama, se ve que:

3. El 2do. año de cierto rey vendría un año más tarde si se usara el sistema cronológico con año de ascensión que si se usara el

método de cómputo sin año de ascensión.

... Continuación del artículo anterior

Página 17 La Voz del Heraldo

Page 18: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

4. Si dos escribas, usando los dos métodos de cómputo diferentes, fechan cada uno un mismo acontecimiento (ver "suceso" en

el diagrama) según su propio sistema, el escriba que usa el sistema con año de ascensión le asignará a su año un dígito menos

que el escriba que computa con el sistema sin año de ascensión.

5. El número de años de reinado atribuido a un rey será uno menos, si se usa el método de cómputo con año de ascensión, que

si se computa el mismo reinado sin año de ascensión.

6. Al computar una serie de reinados, la suma de esos años, computados con año de ascensión conservará el número correcto

de años transcurridos. Si se los computa sin año de ascensión, se añadirá un año por cada reinado y resultará un total mayor

que el número de años transcurridos en realidad.

Todas las ocasiones más importantes en el desarrollo de la historia de la nación de Dios, desde sus orígenes, estuvo relacionado

con las Lunas Nuevas que posteriormente fueron instituidas como Fiestas Solemnes de YHWH.

3. Referencia del cálculo bíblico acerca del mes lunar de 30 días

Los meses que Dios ha dejado para el mundo desde los inicios son el Calendario Lunar y el Solar. Sin embargo, como en el

principio, fue un Ángel de Luz: Luzbel, quien procuró hacerse su reino aquí en la Tierra, y por tanto, utilizó el Sol como medio

de adoración.

Los pueblos paganos han demostrado por medio de sus figuras, registros y ciencias, que el ―Astro Rey‖ es su máxima entidad

suprema y centro de vivir.

El calendario que predomina en la Tierra es el Solar. A pesar de que vemos otros calendarios disímiles al Calendario Romano

Gregoriano, los musulmanes, chinos, judíos, entre otros, disponen de su propio calendario, sin embargo, todos se rigen asom-

brosamente por el Calendario Solar.

Parece ser que Satanás hizo ingentes esfuerzos para colocar el Calendario Solar en torno a su adoración, aunque los cálculos

que nos proporcione éste sistema astronómico, no sea el más ajustado según la misma naturaleza nos indica, pero, sabemos que

detrás de todo, su reino establecido en la Tierra se ve favorecido.

Los egipcios utilizaron un calendario, un año tenía 365 días, de cuales al dividirse en doce meses, se obtenía un mes de 30 días

cada uno, añadiendo cinco días complementarios al fin de año por los desajustes propio de este sistema. Se guiaban por la es-

trella Sirio, que se atiene al mismo tiempo que el Sol. El día en que Sirio aparecía por primera vez sobre el desierto del este,

después de una larga ausencia, se iniciaba el año nuevo y ya en esa época el Nilo comenzaba a crecer y a dar humedad y fertili-

dad al suelo. Así los egipcios festejaban el año nuevo.

De igual forma, los Católicos tuvieron que hacer durante años, considerables ajustes. Por eso, ahora tenemos que hacer cálcu-los cada 4 años, con tal de que podamos caer en el inicio del ciclo.

Hace cuatro mil años, los babilonios tenían un calendario lunar. Este calendario se guiaba por las fases de la luna. Es decir el

tiempo que tarda la luna en dar una vuelta alrededor de la tierra. Son entonces doce lunaciones de 29 y 30 días cada una, alter-

nativamente, en un año de 354 y 360 días. Pero este calendario de ninguna manera concuerda con el año solar de 365 días. El

error es que tiene once días y un cuarto más corto que el año común, por lo cual un mes que cae en verano en un año determi-

nado, a los 16 años va a caer en invierno.

Una cosa es el tipo de calendario y otra muy distinta el punto de partida para computar el tiempo. La Era Cristiana, que es la

que rige al mundo occidental, se adopta como tal recién 900 años después de Cristo. Los hebreos ya llevan 5760. Los musul-

manes han elegido, para iniciar su era el año 622, de la era cristiana la "Hégira", en la que su profeta Mahoma huyó de La Me-

ca a Medina.

Si bien es fácil comprender que un año es el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita entera alrededor del Sol (la

frase parece simple e inocente), sin embargo determinar exactamente la duración de un año, y hacer coincidir el año civil con

el año astronómico, no fue tan fácil, ni simple, ni inocente.

Los antiguos calendarios lunares (basados en el mes o ciclo completo desde una luna nueva hasta otra) no conseguían encajar

del todo en el año solar, cuya duración es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Las discrepancias entre los años

Página 18 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 19: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

lunares y solares se corregían de tanto en tanto, agregando un mes o una cierta cantidad de días extras.

El sistema romano

Que posee un dios olímpico asociado a cada mes como tutelar o guardián, aparece en pleno esplendor en el primer siglo d.C.

(después de las reformas al calendario de Julio César) en el llamado Calendario Rústico tallado en un pequeño pilar en mármol

independiente. El ejemplar sobreviviente, que se encuentra en el Museo Nacional de Nápoles, tiene tres columnas en cada faz,

cada una encabezada por un signo zodiacal en bajo relieve y enumera el nombre romano por cada mes asociado con el signo, la

cantidad de horas diarias y nocturnas, la posición del Sol, el dios tutelar, y los principales festivales como también las activida-

des agrícolas. Una traducción en castellano de la inscripción:

Mes Enero. 31 días. Nonas el quinto día. Día 9 horas, noche 14 horas. Sol en Capricornio. Patrocinio de Juno.

Mes Febrero. 28 días. Nonas el quinto día. Día 10 horas, noche 13 horas. Sol en Acuario. Patrocinio de Neptuno. Los

campos son sembrados.

Mes Marzo. 31 días. Nonas el séptimo día. Día 12 horas, noche 12 horas. Equinoccio Marzo 24. Sol en Piscis. Patrocinio de Minerva.

Mes Abril. 30 días. Nonas el quinto día. Día 13 horas, noche 10 horas. Sol en Aries. Patrocinio de Venus.

Mes Mayo. 31 días. Nonas el séptimo día. Día 14 horas, noche 9 horas. Sol en Tauro. Patrocinio de Apolo. Los campos

son desmalezados. Las ovejas son tondidas. La lana es lavada. Los bueyes son domesticados.

Mes Junio. 30 días. Nonas el quinto día. Día 15 horas, noche 9 horas. Solsticio de verano 23 de Junio. Sol en Géminis.

Patrocinio de Mercurio. Del dios juno.

Mes Julio (nombrado así). 31 días. Nonas el séptimo día. Día 14 horas, noche 9 horas. Sol en Cáncer. Patrocinio de Júpi-

ter.

Mes Agosto (nombrado así). 31 días. Nonas el quinto día. Día de 13 horas, noche de 11 horas. Sol en Leo. Patrocinio de

Ceres.

Mes Septiembre. 30 días. Nonas el quinto día. Día 12 horas, noche 12 horas. Equinoccio Septiembre 23. Sol en Virgo.

Patrocinio de Vulcano. Las jarras almacenadas son forradas con resina. Mes Octubre. 31 días. Nonas el séptimo día. Día 10 horas, noche 13 horas. Sol en Libra. Patrocinio de Marte. Cosecha de

la uva.

Mes Noviembre. 30 días. Nonas el quinto día. Día 9 horas, noche 14 horas. Sol en Escorpión. Patrocinio de Diana. Siem-

bra de trigo y cebada.

Mes Diciembre. 31 días. Nonas el quinto día. Día 9 horas, noche 15 horas. Sol en Sagitario. Patrocinio de Vesta. Comien-

zo de invierno. Abono de viñas, siembra de habas.

La relación de diferentes dioses con los meses y signos zodiacales en estos calendarios rústicos es bastante diferente a los que

podríamos esperar.

Dios, en su infinita sabiduría, estableció matemáticamente, que los meses serían de 30 días, y no habría que realizar ajustes en ningún período de tiempo.

En ocasión del Diluvio, el Señor presenta fecha de inicio y fecha final de sucesos dentro del mismo Diluvio, por lo tanto, to-

mando estas fechas y realizando un cálculo aritmético sencillo, obtendremos la respuesta en el libro de Génesis los capítulos 7

y 8:

Génesis 7:1, 10-24:

―Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré toda sustancia que hice

de sobre la faz de la tierra. Y siendo Noé de seiscientos años, el diluvio de las aguas fue sobre la tierra. Y sucedió que al sépti-

mo día las aguas del diluvio fueron sobre la tierra. El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo á diecisiete días del

mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas; Y hubo lluvia so-bre la tierra cuarenta días y cuarenta noches. En este mismo día entró Noé, y Sem, y Châm y Japhet, hijos de Noé, la mujer de

Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él en el arca; Ellos y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los ani-

males mansos según sus especies, y todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra según su especie, y toda ave según su espe-

cie, todo pájaro, toda especie de volátil. Y vinieron á Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida. Y

los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios: y Jehová le cerró la puerta. Y fué el

diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra. Y prevalecieron las

aguas, y crecieron en gran manera sobre la tierra; y andaba el arca sobre la faz de las aguas. Y las aguas prevalecieron mucho

... Continuación del artículo anterior

Página 19 La Voz del Heraldo

Page 20: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

en extremo sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince codos en alto

prevalecieron las aguas; y fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de

ganados, y de bestias, y de todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, y todo hombre: Todo lo que tenía aliento de espíritu

de vida en sus narices, de todo lo que había en la tierra, murió. Así fué destruida toda sustancia que vivía sobre la faz de la tie-rra, desde el hombre hasta la bestia, y los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra; y quedó solamente Noé, y lo

que con él estaba en el arca. Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento y cincuenta días‖.

Génesis 8:1-14:

“Y ACORDOSE Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; é hizo pasar Dios

un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. Y se cerraron las fuentes del abismo, y las cataratas de los cielos; y la

lluvia de los cielos fue detenida. Y tornáronse las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo: y decrecieron las aguas al cabo

de ciento y cincuenta días. Y reposó el arca en el mes séptimo, á diecisiete días del mes, sobre los montes de Armenia. Y las

aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo: en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes. Y

sucedió que, al cabo de cuarenta días, abrió Noé la ventana del arca que había hecho, Y envió al cuervo, el cual salió, y estu-vo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra. Envió también de sí á la paloma, para ver si las aguas

se habían retirado de sobre la faz de la tierra; Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvióse á él al arca,

porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra: entonces él extendió su mano y cogiéndola, hízola entrar consigo

en el arca. Y esperó aún otros siete días, y volvió á enviar la paloma fuera del arca. Y la paloma volvió á él á la hora de la

tarde: y he aquí que traía una hoja de oliva tomada en su pico: y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la

tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más á él. Y sucedió que en el año seiscientos y uno

de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y

miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta. Y en el mes segundo, á los veintisiete días del mes, se secó la tierra”.

Dice la cita, que Dios haría llover sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches. Además notamos que Noé tenía 600 años

según Génesis 7:6. Pero, de a aquí en adelante, apreciaremos los datos para realizar nuestros cálculos, versículo 11; empezó a

llover:

En el mes segundo: á diecisiete días del mes.

En ese mismo día entraron todos los animales, y en el versículo 24, el último, dice que: prevalecieron las aguas 150 días, el

mismo tiempo que se utilizó para decrecer las aguas.

En el verso 4 dice:

Y reposó el arca en el mes séptimo, á diecisiete días del mes, sobre los montes de Armenia.

Y continúa diciendo en el verso 5:

Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo: en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los mon-

tes.

Y en el verso 6 que después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca.

Noé y su familia, esperaron cuatro períodos de tiempo de 7 días. Por lo que utilizaron 28 días para hacer las exploraciones en

busca de tierra seca. Lo que indica, que prácticamente pasó un mes, esperando encontrar un lugar seco para reposar con su

familia y los animales del arca.

Bien, recopilemos.

Según la Biblia, el diluvio empezó en el día 17 del segundo mes, del año 600 de la vida de Noé. Capítulo 7.11.

Dice también, que las aguas prevalecieron 150 días. Versículo 24 del capítulo 7.

Ahora bien, aquí está la cita clave para realizar el cálculo.

En Génesis 8:4 dice que: ―el arca reposó en el día 17 del séptimo mes del mismo año‖.

Página 20 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 21: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Y fueron decreciendo las aguas hasta el primer día del mes décimo, hasta que se descubrieron las cimas de los montes por la

medida de casi dos metros.

El relato que referimos aquí nos muestra las cifras para realizar el cálculo de las fechas en que prevalecieron y cesaron las aguas y que reposó el arca:

Inicio: 17 del mes segundo.

Fin: 17 del mes séptimo.

Es decir, que pasaron 5 meses. Y si la Biblia menciona que las aguas prevalecieron 150 días, entonces podemos hacer el cálcu-

lo matemático.

150 días divididos entre los 5 meses; el resultado final son 30 días

Por lo tanto, los meses que nos dice la Biblia que el Señor estableció, fueron de 30 días exactos.

Cabe mencionar, que desde el inicio del Diluvio, cuando entró Noé con su familia, y los animales según su especie y género,

fue el 17 del segundo mes, y terminó. Vemos que en el versículo 13 del capítulo 8, menciona que era primer día del mes pri-

mero del año 601 de Noé, cuando Noé abrió la ventana del Arca, y procedió a enviar el ave en busca de tierra seca. Sin embar-

go, esto representaría 11 meses durante el Arca. Pero, en el envió de los cuatro períodos de 7 días, vemos que pasó un mes.

En el versículo 14 del capítulo 8, dice que era el día 27 del mes segundo cuando se secó la tierra, y Dios le dijo a Noé: “Sal del

arca...”, versículo 16.

De forma tal, que el Diluvio tardó un año y diez días desde que empezaron a caer las aguas, y salieron las fuentes de los abis-

mos y lograron bajar del Arca.

Por lo tanto, queda absolutamente demostrado a la luz de la Biblia que el mes bíblico está constituido por 30 días.

El Mes lunar de 30 días; el Año lunar de 12 meses y el Año solar que conlleva un período bisiesto que debe emplearse

un año de 13 meses

La Luna tiene en su rotación un período circular con respecto a la Tierra, y tarda 29 días 44 minutos y 3.33 segundos lo que

equivaldría un año de 12 meses. Sin embargo, el calendario hebreo se hace luni-solar porque Dios en la creación estableció

que la Tierra tarda acercándose el invierno, más tiempo al hacer su recorrido sinoidal en cuanto al Sol, por tanto, existe un

tiempo adicional que lo lleva a tardar 5 días, 5 horas, 48 minutos y 44 segundos más, por lo que se refiere entonces como un

―año bisiesto‖, los hebreos llamaron este evento cumplido como ―año preñado‖. Pero, la acumulación de tiempo diferencial

hace que exactamente se acumule 11 días que al tercer evento se suma un mes que daría el mes trece acumulado, este tiempo acumulado hacía que la Pascua se fuera anticipando la primavera hacia el invierno, por lo que al final de este cálculo –del mes

trece-, se regresaba al principio y volvía a caer en el primer rango del período para la fiesta de la Pascua que era primaveral, y

no invernal porque delante de Dios no era la estación apropiada porque no cumplía con el objetivo ni el paralelismo de los

eventos que acontecían a la Pascua tales como: ignominia, sufrimiento, liberación, salida urgida, cosecha primera, y que este

evento daba también el inicio precisamente al tiempo posterior de la cosecha primera hacia la cosecha mayor, es decir, una

reiteración del carácter de esta estación pero que era vital porque recalcaría los propósitos de Dios.

Por esta razón el calendario hebreo que Dios ha sido establecido es luni-solar.

Al ver que los desfases llevan a un mes trece (trayectoria embolial), esta particularidad del movimiento de la Tierra con respec-

to a la Luna y al Sol se establece que cada 19 años, habrá de haber 235 meses, es decir 12 años comunes (de doce meses), y 7

años embolismales o "preñados", con trece meses cada uno: los años número 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 de cada ciclo decemnove-nario.

La semana en el calendario hebraico (ver adelante la Gráfica de William Mead Jones de 1887)

El calendario hebreo no solamente combina entre el año solar y el mes lunar; sino que ambos ciclos complementados, han de

convivir exitosamente también con otro de los legados del calendario de los judíos al resto del mundo: el ciclo semanal de siete

días.

... Continuación del artículo anterior

Página 21 La Voz del Heraldo

Page 22: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Los días de la semana hebrea se basan en los seis días de la Creación, según relata el primer capítulo del libro del Génesis,

siendo su nombre el mismo que les adjudica la Biblia, que son simplemente los nombres de los números ordinales en hebreo,

del primero al sexto —denominación que se conserva en el idioma portugués, salvo el domingo; pero que se ha perdido en la

mayoría de las lenguas occidentales, que adoptaron nombres de deidades paganas para los días de la semana— y en el séptimo día, en el que Dios descansó de su labor (Génesis 2:1-3): el Shabat, del hebreo shabbat, descanso; nombre que fue

adoptado por una buena parte de las lenguas (castellano sábado, francés samedi, italiano sábato, portugués sábado, catalán dis-

sabte, alemán Samstag, polaco sobota, griego sávvato, árabe asSabt, indonesio sabtu, rumano sâmbătă). Así pues, y basándose

en el relato bíblico, comienza la semana hebrea el día domingo yom rishón", "el día primero"), y no el lunes como

en la sociedad occidental, y culmina el sábado, el día consagrado al descanso. Actualmente en algunos países como el Reino

Unido y también en los calendarios cristianos se suele tener el domingo como el primer día de la semana, siguiendo ésta tradi-

ción hebrea, aun dando importancia a este primer día, en especial en los calendarios litúrgicos al conmemorar la Resurrección

de Jesús de Nazaret.

A pesar de toda la exactitud concerniente al sistema de calcular los meses y el año luni-solar, el pueblo hebrero se encontraba

con la complicación de cómo efectuarlo, el mecanismo en teoría estaba ya establecido, pero la forma práctica era la cuestión más complicada que los mismos hebreos padecerían en las manos tanto de los saduceos como la de los fariseos.

(continuará en la siguiente edición)

Punto 4: El calendario hebreo de 1831 (judío-alemán) y las Fiestas Solemnes de YHWH

Que el Señor le bendiga y guarde para la eternidad.

Página 22 La Voz del Heraldo

... Continuación del artículo anterior

Page 23: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Licuados de frutas:

Evitar la caída del cabello

De Zanahoria, Alfalfa y

Lechuga

1 Porción

Ingredientes

5 zanahorias

Hojas de alfalfa

4 hojas de lechuga

Preparación

Mezclar los ingredientes en la licuadora, si es ne-

cesario agregue agua. Tomar en seguida.

Función

Fortalece la raíz del cabello, evitando que se

quiebre y se caiga.

Además este jugo tiene buena concentración de

hierro que evita la aparición de anemia, la cual

interviene en la caída del cabello.

Dosis del Tratamiento

Tomar un vaso al día, durante 15 días.

Recetas de Plantas Medicinales. Por: María A. Villalobos

Página 23 La Voz del Heraldo

Page 24: Boletin la voz_del_heraldo_no_2_06_2009

Dirección web:

www.alaluzdelabiblia.org

Correos electrónicos:

[email protected]

[email protected]

W W W. AL A LU Z DE L AB I BL I A. O R G

¡Un Ministerio que profesa la Verdad Presente!

Comité Editorial: María A. Villalobos, Samuel Saldaña.

Editor, Arte y Diseño Gráfico: Samuel Saldaña.

Escritores: María Villalobos, Samuel Saldaña.

Temas de Salud: María A. Villalobos.

Editado quincenalmente por este ministerio.

Editora A la Luz de la Biblia

Desde 2006

El Ministerio A la Luz de la Biblia, tiene como propósi-

to, pregonar la Verdad Presente dado desde lo Alto del

Cielo. Por la Gracia de nuestro Señor Jesús, es entre-

gado a toda nación, tribu, lengua y pueblo.

Estamos gustosos que Dios bendiga al mundo por me-

dio de Su Verdad, ésta no debe permanecer oculta como

si tuviese algo por qué temer, más bien, debe ser exalta-

da como joyas preciosas y lucida a un mundo que pere-

ce en tinieblas.

Por lo tanto, desde ahora usted tiene una cita con Cris-

to!

¡Que el Señor Todopoderoso les bendiga y guarde para

la eternidad!

Nos complacemos en poder servirle.

Ministerio A la Luz de la Biblia