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RECORDANDO OFICIOS Mateo Peña, un vecino de Parauta, es uno de los últimos esparteros que quedan en la Serranía de Ronda y que mantienen vivo el oficio en peligro de extinción. Él lo aprendió de sus padres y abuelos cuando se podía vivir de este trabajo, cuando los hombres iban al monte a recoger las hojas de esparto y las mujeres se quedaban en las casas para ir trabajándolas. “Era un verdadero motor económico. Las mujeres hacían las pleitas o rollos, tiras hiladas de ocho vueltas de esparto a partir de las que se elaboraban espuertas, cenachos, serones, redores, esteras, sogas...”, dijo. Este parauteño, municipio ubicado en el Alto Valle del Genal, explicó que en primer lugar, hay que salir al campo en verano para recoger el esparto. Después se extiende durante alrededor de un mes, al sol, para que se seque y, a continuación, golpearlo contra una pared o una piedra, lo que antes se conocía como “sacudidero”. Con ello se consigue que la planta esté exenta de sus espinas y que sea más flexible para trabajarla, por lo que también se mete en remojo o se cuece. Para Mateo es una verdadera pena que el oficio del espartero esté a punto de desaparecer, por lo que expresó que le gustaría que los jóvenes pudieran aprenderlo y conservarlo y que también las distintas administraciones mostraran interés por el mismo. En la misma situación que el espartero está el herrero y el talabartero, entre otros.

El espartero

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RECORDANDO OFICIOS

Mateo Peña, un vecino de Parauta, es uno de los últimos

esparteros que quedan en la Serranía de Ronda y que

mantienen vivo el oficio en peligro de extinción. Él lo aprendió

de sus padres y abuelos cuando se podía vivir de este trabajo,

cuando los hombres iban al monte a recoger las hojas de

esparto y las mujeres se quedaban en las casas para ir

trabajándolas. “Era un verdadero motor económico. Las

mujeres hacían las pleitas o rollos, tiras hiladas de ocho

vueltas de esparto a partir de las que se elaboraban espuertas,

cenachos, serones, redores, esteras, sogas...”, dijo.

Este parauteño, municipio ubicado en el Alto Valle del

Genal, explicó que en primer lugar, hay que salir al campo en

verano para recoger el esparto. Después se extiende durante

alrededor de un mes, al sol, para que se seque y, a

continuación, golpearlo contra una pared o una piedra, lo que

antes se conocía como “sacudidero”. Con ello se consigue que

la planta esté exenta de sus espinas y que sea más flexible

para trabajarla, por lo que también se mete en remojo o se

cuece.

Para Mateo es una verdadera pena que el oficio del

espartero esté a punto de desaparecer, por lo que expresó que

le gustaría que los jóvenes pudieran

aprenderlo y conservarlo y que también las

distintas administraciones mostraran

interés por el mismo. En la misma

situación que el espartero está el herrero y

el talabartero, entre otros.

RECORDANDO OFICIOS

ACTIVIDADES:

1. Copia el texto en tu libreta.

2. Contesta a estas preguntas en tu libreta:

- ¿Cómo se llama el espartero?

- ¿De dónde es? ¿Has estado alguna vez en este

pueblo?

- ¿Qué hacían las mujeres?

- ¿Cuál es el proceso para poder elaborar algún

objeto de esparto?

- ¿Has conocido o queda en tu pueblo algún

espartero?

3. Haz esta sopa de letra de los utensilios que se pueden

hacer de este material.