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Paola Pinto A.
El valor del diseño.
Poder mostrar en nuestra sociedad al diseño cómo una carrera sustanciosa
parece imposible, pero es sólo un reto más que nosotros los comunicadores
visuales debemos enfrentar y resolver.
La creatividad, ¿Único valor del diseñador?
Es cierto que la mayoría de las personas fuera del ambiente del diseño no
llegan a comprender el verdadero valor de nuestra profesión, y la minimizan
hasta el punto de ser vista o catalogada únicamente por cuan bonito le parece
nuestro producto; pero el verdadero problema radica cuando nosotros, los
mismos estudiantes del diseño la reducimos a un criterio igual, ignorando,
haciendo deliberadamente a un lado nuestras capacidades y responsabilidades
como diseñadores.
Es imperdonable que ahora un diseñador se vea a sí mismo como un simple
decorador y lleve estas ideas al mercado; es gracias a esto que la sociedad
nos ve en un sentido totalmente secundario, innecesario y nada trascendental.
Así es como el diseño es visto como una carrera fácil, una opción para aquellos
que no les gusta estudiar, aquellos que sólo dibujan bien.
Acepto que la profesión demanda creatividad y una mente fresca llena de
ideas, es esta una de las razones por las cuales decidí estudiar diseño, pero no
lo es todo. Somos matemáticos de la imagen, resolvemos problemas visuales y
para esto debemos seguir un proceso gradual y personal, marcado por lo
aprendido y lo que podemos aprender de cada caso que se nos presenta.
Para poder resolverlo debemos investigar, planear y dar forma a las miles de
ideas que se nos presentan al mismo momento de conocer lo que debemos
presentar. Aunque es cierto que lo que nos define ante el mundo es el producto
final, el proceso no debe ser menospreciado, el mismo que se convierte en
todas nuestras posibilidades y en cuanto podemos aportar. En definitiva el
beneficio del producto es social, mientras que del proceso es completamente
personal.
El diseñador es más que un operador de los programas informáticos, es un
estratega de la imagen, somos comunicadores visuales, damos forma a
nuestras ideas y a las ideas de los demás, esa es la verdadera función de
nuestras carreras, y a la cual debemos ser totalmente fieles.
El negocio del diseño.
Es totalmente necesario vincular al diseño con los negocios, sino de que otra
manera podemos valorar ante el mercado a nuestros servicios. Y
definitivamente debemos aprender y capacitarnos en éste ámbito, no quiero
decir que debemos especializarnos en contabilidad y empresas, pero si
deseamos crear nuestra empresa de diseño o ser diseñadores independientes
entonces debemos ser capaces de lograrlo y no ser uno más de los que
fracasa o se frustra. Nuestra misma profesión nos empuja a ser conocedores
de la mayor cantidad de temas posibles, entonces el saber de negocios y de
cómo podemos forjar uno propio de manera exitosa no sólo nos ayuda
personalmente sino nos convierte en sujetos beneficiosos para la sociedad.
Pero ¿Cuánto cuesta la creatividad? ¿Cuánto valen las ideas? ¿Cuánto vale
nuestra profesión?, después de poder forjar una empresa, nosotros, los
profesionales de diseño debemos estar muy al tanto y conscientes de cuánto
vale nuestro trabajo. Pero más allá de los puntos de vista personales,
principalmente del orgullo o del ego, debemos medir a nuestro trabajo por cuan
comunicacional y funcional es finalmente.
Un profesor me dijo una vez: “Tú no tienes derecho a que te guste nada de tu
trabajo.”, al momento la vi como una declaración fuerte y fuera del lugar pero al
ir creciendo en mis estudios he llegado a comprender que en realidad nosotros
somos el vehículo de las ideas, y aunque nuestros trabajos siempre deben
llevar nuestra marca personal, no podemos ser autoritarios y llamarlos
completamente nuestros.
Hay diferentes formas de ver al diseño, pero no se puede desligar a la
profesión del ámbito comercial, por que siempre vamos a estar relacionas con
él a través de nuestros clientes. Si es cierto que el diseño tiene mucho que ver
con el arte, pero verlo como un negocio no significa que estamos traicionando
al artista que hay en nosotros.
Recordemos que esa barrera ya se rompió hace años con el Pop Arte,
comercializar el arte es cosa diaria, y el diseñador es el vivo ejemplo de lo
mejor de ambos mundos, somos artistas y somos comerciantes también, ¿por
qué no ambas?, nuestra profesión de comunicadores nos puede permitir
disolver esas paredes en el mundo, ser quienes presentamos a la sociedad
esas ideas nuevas, ideas estéticas, artísticas, todas con un mensaje que el
diseño puede vender, pero a su vez comunicar.
Diseño fácil, diseño barato, diseño chatarra.
Si debemos catalogar a las profesiones, me rehúso a desmerecer a los
diseñadores, no debemos ser desacreditados únicamente por la opinión
pública de nuestras carreras, opinión que es claramente infundada y basada
principalmente en el desconocimiento. Somos tan substanciales para la
sociedad como cualquier otra profesión, al fin y al cabo todos nos vendemos, si
no ofrecemos productos, ofrecemos servicios y no podemos olvidar que somos
tan diferentes, como importantes.
Pero como no desacreditar a nuestra profesión cuando vemos a tantos centros
de “diseño” basura, y, si son los clientes insatisfechos quienes nos denigran,
antes de hacerlo deberían pensar que son las decisiones que han tomado las
que los llevaron a obtener trabajos inútiles, pobres y sin contenido, el gasto
pudo ser poco pero las repercusiones serán inmensas. El encontrar un
diseñador de calidad no es difícil, sólo toma un poco más de trabajo.
¿Qué podemos hacer los estudiantes para hacer notar que estamos siguiendo
esta carrera para lograr un desempeño óptimo, y no nos conformamos con un
curso que de programas?. Pues creo firmemente que la calidad de los artes
demuestran lo que somos y van a lograr que la sociedad empiece a ver a
nuestra profesión como lo que somos y lo que merecemos.
Con los deseos de poder cambiar esta opinión, las universidades de diseño y
los estudiante mismos optamos por realizar varios estudios pertenecientes en
algún sentido al diseño, todo para convencernos de estar listos para todo, de
ser lo que tantos en el mercado desean, una máquina que lo pueda solucionar
todo, un diseñador multiusos.
Pues bien siempre es bueno saber como trabaja y debe funcionar en realidad
cada una de las herramientas necesarias para realizar un arte, pero como
todas las personas también debemos seguir nuestros deseos y especializarnos
en una rama que nos apasione para poder brindar un servicio óptimo y no
desperdiciar tiempo y dinero.
Es nuestra opción y nuestra decisión convertirnos en un profesional en todo
sentido, si decidimos optar por esta carrera, en muchos sentidos libre y
liberadora, entonces para poner nuestro nombre en un trabajo, debemos
pensar en realizarlo de forma íntegra y probarnos como lo que somos
innovadores, estéticos y substanciales, para que la sociedad nos vea de esta
manera, la mayor parte es nuestra responsabilidad. Poder cambiar la forma
como se ve nuestra carrera se podrá lograr a través de nuestros artes,
nuestros trabajos en el mercado y cuan profundos, útiles, impactantes y
trascendentales sean para el mundo.