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“LOS ADOLESCENTES Y LA LECTURA. SUGERENCIAS PARA PROMOVER EL GUSTO POR LA LECTURA DESDE LA ESCUELA SECUNDARIA” La lectura es un proceso complejo del cual siempre se aprende algo nuevo, es decir, nunca se termina de aprender de ella, puesto que al referirnos a ésta, no sólo hacemos alusión a la decodificación de textos escritos, sino a la interpretación de cualquier tipo de lenguaje, por ejemplo el visual, auditivo, corporal, simbólico, etc., considerando que el lenguaje es un instrumento fundamental de la expresión y por ende de la comunicación. Actualmente existen una variedad de definiciones sobre el significado de la lectura, cada una expresa ideas diferentes sobre lo que es esta actividad que reclama un espacio privilegiado en el desarrollo de la ciencia y de la sociedad, es algo vital para una comunicación efectiva, por tal motivo tenemos que llevarla a cabo, ya que no sólo nos permite comunicarnos, sino también nos otorga seguridad y argumentos al momento de expresarnos. Sin embargo, para los jóvenes de hoy en día están interesado el tiempo pasa y las costumbres van cambiando. Los adolescentes del 2014 no pueden ser igual al de décadas pasadas, sobre todo porque hay un contexto que ya no es el mismo. La lectura, que antes era un pasatiempo central, ahora es una obligación que conlleva apatía, pereza y pocas ganas. Actualmente, la labor de leer se ve prácticamente limitada al estudio mientras se realizan tareas y ha perdido su lugar en el campo del tiempo libre. Los recursos tecnológicos como lo es la computadora, los celulares y la televisión han robado el espacio de desocupación, hoy hacer un clic o es mucho más sencillo y requiere menos esfuerzo que decidirse a leer un libro. Esa es la diferencia entre tomar un rol activo o pasivo, entre impulsar uno mismo la acción o dejarse llevar por la pantalla. Y en esa dualidad es donde permanece la ley del menor esfuerzo pues, a menos que se sea un apasionado por los libros, lo más rápido y lo más fácil suelen Jhenny Raquel Reyes Alarcón 2° “B” LESET

Los adolescentes y la lectura

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“LOS ADOLESCENTES Y LA LECTURA. SUGERENCIAS PARA PROMOVER EL GUSTO POR LA LECTURA DESDE LA ESCUELA SECUNDARIA”

La lectura es un proceso complejo del cual siempre se aprende algo nuevo, es decir, nunca se

termina de aprender de ella, puesto que al referirnos a ésta, no sólo hacemos alusión a la

decodificación de textos escritos, sino a la interpretación de cualquier tipo de lenguaje, por

ejemplo el visual, auditivo, corporal, simbólico, etc., considerando que el lenguaje es un

instrumento fundamental de la expresión y por ende de la comunicación.

Actualmente existen una variedad de definiciones sobre el significado de la lectura, cada una

expresa ideas diferentes sobre lo que es esta actividad que reclama un espacio privilegiado en el

desarrollo de la ciencia y de la sociedad, es algo vital para una comunicación efectiva, por tal

motivo tenemos que llevarla a cabo, ya que no sólo nos permite comunicarnos, sino también nos

otorga seguridad y argumentos al momento de expresarnos. Sin embargo, para los jóvenes de hoy

en día están interesado el tiempo pasa y las costumbres van cambiando.

Los adolescentes del 2014 no pueden ser igual al de décadas pasadas, sobre todo porque hay un

contexto que ya no es el mismo. La lectura, que antes era un pasatiempo central, ahora es una

obligación que conlleva apatía, pereza y pocas ganas. Actualmente, la labor de leer se ve

prácticamente limitada al estudio mientras se realizan tareas y ha perdido su lugar en el campo del

tiempo libre.

Los recursos tecnológicos como lo es la computadora, los celulares y la televisión han robado el

espacio de desocupación, hoy hacer un clic o es mucho más sencillo y requiere menos esfuerzo

que decidirse a leer un libro. Esa es la diferencia entre tomar un rol activo o pasivo, entre impulsar

uno mismo la acción o dejarse llevar por la pantalla. Y en esa dualidad es donde permanece la ley

del menor esfuerzo pues, a menos que se sea un apasionado por los libros, lo más rápido y lo más

fácil suelen ganar la pulseada. Pero esa preferencia por lo tecnológico se ve sostenida por otro

factor.

La práctica de la lectura tiene que ver con diversos factores, entre ellos, el ambiente donde las

personas se desarrollan, los valores que se inculcan desde que eres pequeño en la familia con

respecto a la importancia de la lectoescritura, las actividades que se realizan en el tiempo libre,

como jugar, ver televisión, estar en internet, etc.

La habituación por la lectura es algo que se perdió con los años y todavía hoy, se sigue decayendo.

La rutina por devorarse un libro no es algo que pueda formarse cuando uno es adolescente, sino

que se forma desde que eres niño. No hay dudas de que un niño que nunca fue motivado a leer,

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va a tener pocas probabilidades de convertirse en un constante lector en su juventud. Es un

asunto que consiste en establecer la práctica para que luego se dé naturalmente. El problema es

que esa costumbre no suele ser remarcada como lo requiere por parte de quienes deberían

hacerlo.

En esa decadencia aparece el rol que desempeña la familia. Más allá de la educación recibida en la

escuela, en la casa es donde los chicos tienen la televisión y la computadora al alcance de la mano.

Por eso, especialmente en la casa se debe guiar a los chicos para que se interesen en libros. A

pesar de ello, esa protección no siempre está presente y el joven se va encaminando en dirección

a la televisión desde sus primeros años. Igualmente, el problema no debería plantearse como una

guerra entre los medios de comunicación de masas y los libros, sino que hay que buscar una

solución que pueda incluir a los dos. Por fortuna la tecnología que actualmente nos presenta

algunos problemas también puede ofrecernos soluciones y dentro de no mucho tiempo los libros

electrónicos van a empezar a expandirse. Ése es un muy buen momento para que los niños y los

adolescentes puedan empezar a crear sus propios hábitos de lectura, siempre contenidos por la

escuela y la familia. Sería un modo de acercarlos a la literatura sin alejarlos de la tecnología que

tanto los apasiona. Tal vez sea el arranque inicial para un cambio de relación entre los jóvenes y

aquellos objetos desconocidos denominados libros.

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