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Entre los ecos del abismo EdicionesMadriguera Santa Ana de Coro, Enero 2009 Año 3 Nº 33 Edición mensual - Depósito Legal PP200603FA452 EDICIONES MADRIGUERA Director: Ennio Tucci Editora: Jenifeer Gugliotta Maryfel Alvarado, “ENTRE LOS ECOS DEL ABISMO” Ilustraciones: Mariana Chirino [email protected] http://madriguera.ya.st HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Maryfel Alvarado (Ciudad ojeda, 1987) Estudiante de la Escuela de Letras de la Universi- dad del Zulia, donde cur- sa el séptimo semestre. Ha realizado ensayos sobre la obra poética de Juan Sánchez Pe-láez, Eugenio Montejo y Gui- llermo Sucre, también ha participado en diversos recitales de Poesía en las Librerías del Sur-Ciudad Ojeda al igual que otras actividades relacionadas a la promoción de la lec- tura y la cultura. Asuntos de crítica Hoy te pienso y te siento, las cartas quizás significan poco, y tú tomas el cuerpo de lo que para muchos representa lo ambiguo y puramente formal. Eres el crítico de Arte que juzga mis sueños, mis palabras, mis rastros, que juzga mis fantasmas en el recóndito papel de lo vivido, el que juzga la huella que devela mi amor humano, femenino, infernal, mi amor que se lanza al vacío de ti que no crees en mi palabra -lo alejado del alma o lo más cercano- porque pocos han dicho que la palabra fe es una forma de religiosidad. El amor es el poema, el espejo del instinto que se desdibuja en el sueño de la igualdad es la máscara en la cual conjugamos la mentira. Frente a los álbumes Hoy miro los retratos entre las voces que se palpan desde la _ lejanía. El sueño emerge desde el horizonte. Soy suelo, soy luz, soy árbol en la medida en la que creo en las transfiguraciones y las formas atómicas que se desprenden en la brevedad y están allí como la vida antes de ser origen antes de ser esta partícula. Ya existían los retratos, ya existían las historias, el tiempo, el amor, ya existía la dicha y la muerte terrenal en la que nos encontramos con la mirada infernal que nos despoja del cosmos y nos hace ser enfermos, mortales simples caníbales en el laberinto de los sueños, de los vértices en los cuales el tiempo es sólo una palabra, una nostalgia, una palabra donde nombrarnos. Nº33 Maryfel Alvarado

Madriguera 33

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Entre los ecos del abismo

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EDICIONES MADRIGUERA Director: Ennio Tucci Editora: Jenifeer Gugliotta Maryfel Alvarado, “ENTRE LOS ECOS DEL ABISMO” Ilustraciones: Mariana Chirino

[email protected] http://madriguera.ya.st

HECHO EL DEPÓSITO DE LEY

Maryfel Alvarado (Ciudad ojeda, 1987) Estudiante de la Escuela de Letras de la Universi-dad del Zulia, donde cur-sa el séptimo semestre. Ha realizado ensayos sobre la obra poética de Juan Sánchez Pe-láez, Eugenio Montejo y Gui-llermo Sucre, también ha participado en diversos recitales de Poesía en las Librerías del Sur-Ciudad Ojeda al igual que otras actividades relacionadas a la promoción de la lec-tura y la cultura.

Asuntos de crítica Hoy te pienso y te siento, las cartas quizás significan poco, y tú tomas el cuerpo de lo que para muchos representa lo ambiguo y puramente formal. Eres el crítico de Arte que juzga mis sueños, mis palabras, mis rastros, que juzga mis fantasmas en el recóndito papel de lo vivido, el que juzga la huella que devela mi amor humano, femenino, infernal, mi amor que se lanza al vacío de ti que no crees en mi palabra -lo alejado del alma o lo más cercano- porque pocos han dicho que la palabra fe es una forma de religiosidad. El amor es el poema, el espejo del instinto que se desdibuja en el sueño de la igualdad es la máscara en la cual conjugamos la mentira. Frente a los álbumes Hoy miro los retratos entre las voces que se palpan desde la

_ lejanía. El sueño emerge desde el horizonte. Soy suelo, soy luz, soy árbol en la medida en la que creo en las transfiguraciones y las formas atómicas que se desprenden en la brevedad y están allí como la vida antes de ser origen antes de ser esta partícula. Ya existían los retratos, ya existían las historias, el tiempo, el amor, ya existía la dicha y la muerte terrenal en la que nos encontramos con la mirada infernal que nos despoja del cosmos y nos hace ser enfermos, mortales simples caníbales en el laberinto de los sueños, de los vértices en los cuales el tiempo es sólo una palabra, una nostalgia, una palabra donde nombrarnos.

Nº33

Maryfel Alvarado

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La otra cara del abismo A Maryel Alvarado

Ahora ando, camino, contemplo, simplemente me dejo seducir ante el abismo. El apartamento es demasiado alto como para mirar cuando la ventana me tienta y se desnuda ante mi poder. ¡Cuánto amor, cuánto corazón se tira a la basura como un pobre

_ animal! Como se mira a los miserables, al mendigo que por una limosna se hunde en la desolación, soñando en una incierta espera, la mirada que le sirva de migaja. Encuentro místico

“Aquel peso en mí –mi corazón.” Fernando Pessoa

Los besos pueden significar o ser un simple conjuro para crear la magia. El suelo nos posee más que el infierno, en la conjugación de tantos verbos que vivimos a través del silencio.

Entre los ecos del abismo

A todos los seres que algunas vez me hirieron con sus palabras.

Los astros nos nombran y tras palabras que en algún momento definieron la historia me redimo, me rindo ante ellas como sintiendo su poder, sus golpes en las duras alabanzas que hacen mis gestos implorando una palabra que me salve del grito del exterminio de este delirio que parece inacabable cuando no tengo presente que todo lo que ronda en mi cabeza son sólo eso, palabras. Soy

A Juan Carlos Carvalho.

Menos solitaria, más mortal, tu voz me hace densa pero a la vez distante del halito soñador, me estremece en el instante de la contemplación que se hace cuerpo de las noches perversas, de las memorias enemigas y paralelas del encuentro. Tu voz se hace el eco de los días entre sí perdidos, de los días apagados por las miradas de fuego, por las grandes heridas que sella el tiempo y persisten como imágenes imborrables, sueños indefinibles, cadenas que nos atan a la costumbre o al peso del tiempo para no ser más que levedad, memoria.