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Tema 16 las artes europeas a finales del siglo xviii y comienzos del siglo xix

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TEMA 16. LAS ARTES EUROPEAS A FINALES DEL SIGLO XVIII Y

PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX. EL NEOCLASICISMO EN

ARQUITECTURA (JUAN DE VILLANUEVA). GOYA.

EL NEOCLASICISMO

A mediados del siglo XVIII comienza a notarse el agotamiento del Barroco.

Una serie de circunstancias favorecen la llegada del neoclasicismo y van a permitir

este redescubrimiento de la antigüedad clásica.

En primer lugar se habían producido importantes hallazgos arqueológicos.

Herculano y Pompeya, sepultadas por las cenizas del Vesubio, salen a la luz y

se publica una importante bibliografía arqueológica, entre la que sobresalen las

obras de WINCKELMANN, que publica el primer tratado de arte antiguo.

También las Academias creadas a lo largo del siglo han subrayado el valor de

lo clásico y ven confirmados sus métodos en los brillantes descubrimientos ya

reseñados. Sus campañas antibarrocas a favor del llamado «buen gusto» verán

así coronados sus esfuerzos.

Por otra parte el cansancio y agotamiento de las formas decorativas del rococó

cuyos trazados se repiten desde largo tiempo, produce una crisis estética, cuyas

salidas eran o crear un nuevo estilo o bien confiar en el ejemplo del pasado e

imitar la antigüedad clásica, que los arqueólogos están redescubriendo.

Con el Neoclasicismo entramos en los tiempos actuales. Coincide en el tiempo

con la Revolución Francesa y los representantes de la revolución ven en el

Neoclasicismo la derrota de la aristocracia y sus salones. Es el arte de la nueva

sociedad, de la burguesía, que construye sus casas de acuerdo con los ideales del

nuevo estilo. El arte Neoclásico se prolongará hasta el período napoleónico y su

estilo imperio: el nuevo emperador necesitaba del arte de los Césares para expresar el

imperio universal al que aspiraba.

El epicentro del nuevo movimiento es Francia pero sus consecuencias

abarcarán todo el mapa europeo, afectando a la arquitectura como a las otras artes

figurativas, pintura y escultura.

ARQUITECTURA

La arquitectura de la razón se vuelca sobre todo en edificios nuevos al

servicio de la colectividad o del estado: bolsas de comercio, bibliotecas, museos,

teatros, óperas, etc.

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En la difusión del neoclasicismo en España jugó un papel fundamental la

Academia de Bellas Artes de San Fernando, que fomentó el estudio de la

arquitectura clásica enviando pensionados a Italia y a París.

Dentro de la arquitectura neoclásica española podemos señalar a

Francisco SABATINI, autor de la Puerta de Alcalá y VENTURA

RODRÍGUEZ, que urbaniza el Paseo del Prado en Madrid.

La figura más importante de la arquitectura neoclásica española es JUAN DE

VILLANUEVA (1739-1811). De familia de artistas, fue alumno de su

hermano que era arquitecto. Estudió siete años en Roma pensionado por la

Academia. Allí conoció el fascinante mundo romano que le cautivó e

influyó en toda su obra. A su vuelta fue nombrado arquitecto del Escorial,

en cuyas cercanías levantó la Casita de Arriba y la de Abajo o del

Príncipe. En el palacio de El Pardo hace la Casita del Príncipe.

Su obra más importante es el actual Museo del Prado (Madrid),

iniciado en 1785 en el que consigue conciliar la monumentalidad clásica,

la modernidad de su tiempo y la funcionalidad de la obra. El museo fue

concebido para Museo de Historia Natural. Se compone de un cuerpo

central, que incluye el pórtico y un salón posterior cerrado en semicírculo, y dos

grandes cuerpos cuadrados, que se unen a aquél por medio de vastos corredores,

anunciados al exterior por columnatas. El edificio posee tres portadas. La que sale al

Paseo del Prado, está formada por robustas columnas dóricas, rematada por

un gran relieve rectangular. El museo estaba incluido en una zona

ajardinada de función científica en la que se encuentra el Jardín Botánico

(anejo al Museo), donde Villanueva diseña las portadas y el Observatorio

Astronómico, que es de plan central y cubierta con una cúpula.

También en Madrid construye el Oratorio del Caballero de Gracia

y reconstruye tras un incendio la Plaza Mayor. A él se deben los

jardines del palacio de Aranjuez, de tipo anglo-chino con trazados

serpenteantes, cascadas, kioscos, etc.

El neoclasicismo siguió vigente en España durante la primera mitad del siglo

XIX conviviendo así con los nuevos gustos románticos.

GOYA

1. DATOS BIOGRÁFICOS.

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La figura culminante del arte español del siglo XVIII es FRANCISCO DE

GOYA Y LUCIENTES. En 1746 nace en Fuendetodos, pueblo de Zaragoza, donde se

educó con un modesto maestro local. Viajó a Italia. De regreso a Zaragoza realiza

pinturas murales en el Pilar. Se casa con la hermana de los BAYEU lo que le facilita la

llegada a la Corte, donde trabaja en los cartones para la Real Fábrica de Tapices bajo

la dirección de Rafael MENGS. Hasta los cuarenta años, GOYA se limita poco más

que a pintar escenas costumbristas, vivaces y alegres.

Va estableciendo contactos con la nobleza ilustrada y se afianza como retratista.

Se convierte primero en pintor del rey CARLOS III, y más tarde en pintor de cámara

del rey CARLOS IV. Esta gran proximidad a la familia real es lo que le abre la puerta

de los salones aristocráticos de Madrid y el pintor se convierte en el retratista de moda.

En sus retratos su finura y su elegancia son notas peculiares. Hasta entonces su vida ha

sido un recorrido de triunfos artísticos y sociales, vive con holgura, en una vivienda

lujosa y con coche propio.

Hacia 1790 una grave enfermedad le deja sordo; a esta dolencia le han atribuido

todos los estudios sobre Goya un influjo decisivo. En Goya se inicia una auténtica

metamorfosis de su personalidad artística a través de esta experiencia de dolor

personal. La sordera le inclina al aislamiento y la introspección, deja de contemplar la

sociedad como un conjunto de cuadros y costumbres amables y un cierto pesimismo

crítico invade su producción pictórica y que plasma también en los primeros

Caprichos, serie de grabados de esta época. Al mismo tiempo continúa cumpliendo

sus encargos de retratista; en 1800 pinta La familia de Carlos IV.

A partir de 1808 la Guerra de la Independencia, con su secuela de horrores, va a

suponer una experiencia dolorosa que intensifica su visión pesimista y crítica; ya el

arte de Goya no volverá a ser la representación de un mundo amable. Las escenas del

Dos de mayo y la serie de dibujos y grabados de los Desastres señalan cotas pocas

veces alcanzadas en la expresión del dolor de un pueblo y la degradación de los

sentimientos; el ser humano se convierte en una bestia dotada de instintos increíbles de

crueldad.

Tras la guerra, a pesar de que ha sido retratista de José I, FERNANDO VII le

repone en su puesto de pintor de cámara, pero liberal convencido, los excesos del

absolutismo le inclinan a aislarse de todo trato mundano. Es la época de sus Pinturas

Negras en los muros de la casa del otro lado del Manzanares, a la que los madrileños

llaman Quinta del Sordo. Con la entrada de los «Cien Mil Hijos de San Luís», en

1823, y la iniciación de la represión absolutista, Goya decide abandonar España, para

lo que solicita permiso regio y se instala en Burdeos, donde muere en 1828, atendido

por su nuera y su nieto Mariano, que acudieron a Burdeos al tener noticia de su

agonía. En 1901 sus restos fueron exhumados y trasladados a Madrid y en 1929 se

decidió su entierro definitivo en San Antonio de la Florida.

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2. EVOLUCIÓN ARTÍSTICA

Goya es un artista de evolución lenta, que alcanza su madurez muy tarde pero

que en su obra anuncia los comienzos de la pintura moderna, desde la técnica

impresionista de algunos de sus lienzos (la Lechera de Burdeos), el expresionismo

violento y deformador de la realidad (los Fusilamientos, las Pinturas negras) e incluso

se ven en sus cuadros aspectos surrealistas (en los Caprichos y Disparates). Cultivó

todos los géneros y técnicas, incluso al final de su vida la litografía, técnica nueva de

grabado.

Nos encontramos, por añadidura, con un arte de contrastes; Goya es el pintor

de las fiestas y de los fusilamientos, de los niños que juegan despreocupados y de las

brujas horribles que se reúnen en aquelarres sabáticos, de lo bello y exquisito y de lo

feo, lo terrible y monstruoso. Puede ser un pintor realista o un artista fantástico, que

huye de la realidad y crea un mundo visionario.

En conjunto podríamos distinguir dos etapas artísticas, que se corresponden

con dos fases de su biografía. En la primera, la de triunfos profesionales y visión

optimista de la vida, predominan los colores rojos y grises, la factura acabada, el

dibujo de trazo continuo y los temas amables; en la segunda, de sufrimiento y visión

patética, la creciente presencia del negro, la factura a base de manchas, el dibujo roto,

los temas dramáticos o de una fantasía sombría.

En las primeras composiciones de sus cuadros podemos advertir esquemas

neoclásicos. Tiende a la ordenación geométrica de las figuras que se ordenan en

triángulos, cuadrados, rombos, pirámides, etc. Sin embargo en la etapa de madurez,

busca una mayor libertad compositiva.

Sus maestros fueron Velázquez (muy influido por él en la gama de colores,

captación de la atmósfera, el retrato psicológico), Rembrandt (retratos, grabados,

técnica pastosa) y la Naturaleza, manifiesta en los paisajes que pinta.

Destaca Goya por su fecundidad. Pintó cuadros grandes y pequeños, que

sobrepasan el medio millar.

3. LA OBRA

Aunque nos parece más interesante el estudio por épocas en un pintor de

evolución inagotable, resulta más fácil sintetizar la ingente obra goyesca por temas, y

a este procedimiento vamos a atenemos, aclarando que algún género es característico

de una época, por ejemplo, los bocetos para tapices, mientras otros, los retratos,

pueden encontrarse a lo largo de varios períodos.

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a) Costumbristas. Sobresalen entre ellas los cartones para tapices.

Podemos encontrar reflejada la vida madrileña, ferias, romerías,

juegos. En las composiciones luce la gracia del rococó y su encanto

formal hace pensar en maestros ingleses o franceses del XVIII,

aunque Goya tome sus elementos de luz y paisaje de los maestros

barrocos españoles, especialmente de Velázquez. En esta serie destacan: los

cartones de las Cuatro Estaciones, la Gallina ciega, o La pradera

de San Isidro, pequeño cuadro en el que, demostrando su maestría

en la composición, introduce centenares de figuras a veces sugeridos

con una simple mancha.

b) Retratos. Es el género en el que Goya, por exigencias de su clientela,

tuvo una actividad más constante. Destacan por su penetración

psicológica, puesto que no se limita a captar rasgos físicos sino que

refleja los rasgos anímicos, la psicología del retratado y muestra su

antipatía o simpatía por el personaje y lo que representa socialmente.

Son numerosos los retratos de personajes de la familia real: Carlos

III, Carlos IV, Maria Luisa de Parma, Fernando VII; para el

colectivo de La familia de Carlos IV debió de inspirarse en Las

Meninas, y aunque sorprenda su estatismo, las posturas hieráticas, en

un compositor dinámico, es posible se trate de un efecto deseado para

concentrar la atención en la expresión de los rostros, mucho más

perceptible en los bocetos preparatorios. Entre los retratos masculinos

es notable el de Jovellanos aunque Goya sintió predilección por lo

femenino, como se aprecia en el de La Condesa de Chinchón, la

Marquesa de Santa Cruz, la Duquesa de Alba y en las Majas,

versión del tema clásico de Venus acostada. También tiene retratos

de niños, como los que aparecen en La Familia Osuna o los de su

nieto Mariano. También se conservan autorretratos.

c) Pinturas religiosas. No es Goya pintor religioso, incluso su serie de frescos de

la bóveda de San Antonio de la Florida (Madrid), se concibe como

escenas populares y cortesanas, pero excepcionalmente tuvo ocasión

de demostrar que no carecía de fervor para estos temas, como el

dramático Prendimiento de la Catedral de Toledo y sobre todo en La

última comunión de San José de Calasanz. Para su entrada en la

Academia pintó un Crucifijo que hoy se conserva en el Museo del

Prado.

d) Pintura de tema patriótico. No son creaciones únicas pero han monopolizado

la atención las dos gigantescas composiciones del Museo del Prado: El dos de

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mayo o la carga de los mamelucos (soldados del ejército francés) en la Puerta

del Sol y Los fusilamientos del 3 de mayo, auténticas epopeyas de movimiento

y de dolor, de hallazgos expresivos y misteriosos efectos de luces y sombras;

especialmente en Los fusilamientos el contenido del cuadro adquiere un

simbolismo que será el objetivo artístico de algunas escuelas pictóricas en el

siglo XX.

e) Pinturas negras. La expresividad del «no-color», del negro, fue descubierta por

Goya en sus últimos temas costumbristas, en los que el apagamiento de tonos le

servía para crear una atmósfera en los cuadros de crítica social. En El coloso ya

la mancha negra se ha enseñoreado de una composición de la que ha

desaparecido la línea y gran parte de los colores, y los símbolos han desplazado

a las formas concretas y reales. En su quinta de las riberas del

Manzanares, siguiendo estas pautas ensayadas en El coloso, Goya

plasma un mundo alucinante de brujas, machos cabríos, luchas

fratricidas, amenazas planetarias. En Dos viejos comiendo sopa no

retrata a dos viejos, sino la vejez; en Saturno devorando a sus

hijos no se limita a pintar un tema mitológico sino que alcanza el

cenit del horror; rostros brujescos, viejas y desdentadas, procesiones

nocturnas, un mundo poblado por el miedo y la superstición, la

fealdad hecha arte, llenan las páginas más originales del arte goyesco.

f) Grabados y dibujos. Como grabador Goya puede codearse con Durero y

Rembrandt, los otros dos gigantes de la historia del grabado. Todas las

posibilidades de expresión en los rostros o de la luz en las atmósferas se

consiguen con las manchas negras y los rayados. Las series de

grabados fueron:

En Los Caprichos encontramos un mundo compañero del de

las pinturas negras. Cada grabado lleva una leyenda que

explica irónicamente el contenido: “El sueño de la razón

produce monstruos”, “Que viene el coco”, etc.

En Los desastres de la guerra enseña el más temible

muestrario de sufrimientos y excesos provocados por una

contienda: cuerpos mutilados, horrores y crueldades bélicas,

etc.

En la serie de estampas de la Tauromaquia estudios de

movimiento y fuerza, que inmortalizan la fiesta nacional.

Otra serie de grabados son Los Disparates, en los que el

artista recurre a lo monstruoso y deforme, seres a medio

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hacer, con dos o tres cabezas, precedentes del surrealismo del siglo XX.

En sus últimos años Goya utiliza una técnica recién descubierta, la litografía.

4. TRASCENDENCIA PICTÓRICA DEL ARTE DE GOYA

La pintura de Goya implica la ruptura con la tradición (aunque esté influido por

maestros anteriores como Velázquez), en el sentido de que abandona el respeto a las

leyes ópticas, de pintar lo que se ve, para crear un mundo propio, en el que la fantasía

y la crítica juegan un papel más importante que la realidad visual. Se pueden encontrar

antecedentes a su fantasía y monstruos en El Bosco. Goya rechaza del Neoclasicismo

su consideración por el dibujo para defender una pintura en la que predomina el color

y el movimiento.

Todos los movimientos pictóricos posteriores beben en su obra, por eso no es

exagerado llamarle «el primer pintor moderno». Es un precursor del Romanticismo

(en sus retratos y en la pasión de sus personajes). Los pintores realistas también

siguieron a Goya en la técnica y en los temas sociales. Más clara es la deuda del

Impresionismo; la técnica de manchas, la pincelada suelta, coincide, y Manet, pionero

de la primera generación de impresionistas franceses, viene a España a estudiar la obra

de Velázquez y Goya. El movimiento expresionista intentará plasmar el dolor y el

miedo, el mundo interior de seres turbados. Sus sentimientos son los que reflejados en

las Pinturas Negras de Goya. Los surrealistas se afanan en expresar el mundo de los

sueños, siguiendo las conquistas del psicoanálisis de Freud, y enlazando con lo que El

Bosco y Goya ya habían representado anteriormente.

La pintura entera de los siglos XIX y XX, con todas sus múltiples escuelas o

tendencias tiene en Goya su fuente de inspiración y de técnica.